EL CUERPO COMO INSTRUMENTO DEL ESPIRITU

El espíritu está ligado al cuerpo, tiene que actuar a través de el para realizarse a si mismo. El
cuerpo, entonces, es la autorrealización del espíritu en la materialidad. Es un medio del espíritu
como instrumento de acción y como medio expresivo. Solo en este medio el espíritu toma
conciencia de sí y puede realizarse.

¿Por qué es tan importante en cuerpo?

A través de la corporeidad se produce la relación personal de hombre a hombre, nos

comunicamos a través del comportamiento corporal. Entonces podemos decir que el cuerpo
además de ser un instrumento, es un medio expresivo del espíritu, es la apariencia externa del
alma, pasa a ser el “símbolo”.

Pero… el cuerpo, ¿siempre obedece al espíritu?

No, existe una resistencia del instrumento, tenemos la posibilidad de fingir o no demostrar lo que
sentimos, también existe el fenómeno de la debilidad y cansancio corporal, la enfermedad
corporal, que nos impide llevar a cabo lo que nos habíamos propuesto. En estos casos, se
experimenta una rebeldía del cuerpo frente al espíritu. Si funciona así, puede verse al cuerpo
como cárcel del alma. Con esto podemos decir que el cuerpo mantiene una cierta autonomía e
independencia del espíritu.

El cuerpo se encuentra entre mí y el mundo, entre el ser mismo y lo otro (entre el yo y no-yo).

ALMA ESPIRITUAL: Es el principio informante del cuerpo. El alma, a pesar de estar condicionada
por el cuerpo, supera los sucesos materiales, se libera de lo corporal y llega espiritualmente a sí
misma. El alma reflexiona sobre sí misma, logra la conciencia y libertad.

El alma no es lo mismo que el “yo”. El alma es el principio metafísico que fundamenta

intrínsecamente la totalidad de la vida corporal y espiritual. El “yo”, por el contrario, entendido
como “yo-centro”, es el principio trascendental que condiciona la unidad de la conciencia, está a la
base de la autorrealización espiritual y da origen a los actos espirituales de conocer, querer y amar
como actos “míos”.

TOTALIDAD PERSONAL
Llamamos persona a la unidad esencial humana de cuerpo y espíritu como ser individual
autónomo que se realiza en la posesión consciente y en la libre disposición de sí mismo.

La filosofía griega no tuvo un concepto de persona. El pensamiento estuvo principalmente

orientado hacia lo general y necesario, de ahí que tampoco se estudiase al individuo
humano en su propiedad humana.
Solo en el pensamiento cristiano el ser personal obtiene un peso específico. El concepto
de persona se desarrolla principalmente de lo divino, su origen es teológico, no filosófico.
 La primera definición de persona en un sentido filosófico-teológico procede de BOECIO,
que lo entiende como naturaleza espiritual o el ser espiritual, que no solo apuntan a la
sustancia particular y aislada, sino a su última subsistencia, que no puede ser sustituida o
compartida por ninguna otra cosa.
Luego la teología escolástica definió la persona como sustancia competa espiritual que
posee en sí misma la subsistencia ultima.

Naturaleza- persona

Naturaleza: es el campo general de la realidad corporal y biológica vital del hombre.

Persona: se entiende como el campo superior de la vida espiritual, de la conciencia, de la

autodecisión y configuración libre y responsable de la existencia. Muchas veces se entiende
como: persona-centro (así se inclina Scheler, que a ese puro yo-centro lo llama persona) o
persona-totalidad, así se inclina la filosofía y psicología personalista del presente.

La persona se realiza en la propia autorrealización libre. El punto primario de la relación de la

realización personal es la persona. Solo en la comunicación humana el hombre llega a si
mismo y se realiza personalmente.

Solo el cumplimiento de la relación personal, hacia el ser personal finito de otro hombre y
hacia el ser personal absoluto e infinito de Dios, logra el hombre su plena realización y
despliegue personal.

Nuevo problema… ¿se limita la existencia humana a esta vida, y es la muerte su

punto final?

La respuesta mas acertada hasta la actualidad es la doctrina cristiana de la resurrección de la

carne. En ella podemos esperar una consumación definitiva tras la transitoriedad de esta vida.
Solo así se manifestara lo que realmente significa ser hombre en su forma plena.