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Tradicionalmente el Derecho Administrativo, se ha entendido que Administración

es una subfunción del Gobierno encargada del buen funcionamiento de los


servicios públicos encargados de mantener el orden público y la seguridad jurídica
y de entregar a la población diversas labores de diversa índole (económicas,
educativas, de bienestar, etc.). En nuestro bufete de abogados contamos con un
departamento especializado en Derecho administrativo.

Dentro del Derecho Administrativo se ha entendido el Orden público se puede


definir, en términos comunes, como «un conjunto de principios e instituciones que
se consideran fundamentales en la organización social de un país y que inspiran
su ordenamiento jurídico». Sin embargo, en esta amplia definición caben toda
clase de fenómenos jurídicos (los principios generales del derecho, la constitución
política de cada Estado, la costumbre jurídica, el ius cogens (normas imperativas),
etc.).

Regulación: En España existen múltiples y dispersas normas que regulan el


Derecho Administrativo. Además de la Constitución, a nivel estatal existen una
serie de leyes entre las que cabe citar:

 La Ley 30/1992, de 26 de noviembre, reguladora del Régimen Jurídico de


las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común
(muy reformada, especialmente por la Ley 4/1999, de 13 de enero).
 La Ley 6/1997, de 14 de abril, de Organización y Funcionamiento de la
Administración General del Estado.
 La Ley 29/1998, de 13 de junio, reguladora de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa.
 Otras legislaciones sobre temas variados entre las que podemos encontrar
el régimen del suelo, valoraciones y expropiación forzosa, contratos
administrativos, función pública, la Ley Orgánica reguladora de los Cuerpos
y Fuerzas de Seguridad, la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad
Ciudadana (conocida como «Ley Corcuera») y un largo etcétera.

Las Administraciones Públicas gozan de personalidad jurídica para el


cumplimiento de las funciones que tienen legalmente atribuidas. Se clasifican en
tres niveles: Estatal, autonómico y local (Administración del Estado, de las
comunidades autónomas y entidades que componen la Administración Local).

En cuanto a normas de organización, el Derecho Administrativo establece los


órganos e instituciones a través de los que actúan la Administración Pública,
desde los servicios centrales, los órganos desconcentrados, descentralizados y
organismos autónomos dependientes de otras instituciones y, en su caso, los
Consejos de Ministros, los Ministerios, Secretarías Generales, Direcciones
generales, Subsecretarías, órganos representativos de las entidades que
componen la Administración local, de empresas públicas, entre otros que no sean
los mismos.
La mayoría de estos órganos desde la perspectiva del Derecho
Administrativo tienen como característica común, la competencia para actuar con
prerrogativas, o poderes superiores a los que poseen los particulares (imperium).
En lo que respecta a las normas de funcionamiento, es preciso señalar que
el Derecho Administrativo sólo regula aquellas actuaciones de la Administración
Pública en las que los órganos administrativos actúan investidos de potestades
públicas, es decir, están revestidos de imperium.

En tanto que en la vida privada los derechos y obligaciones se crean casi siempre
por vía contractual, la Administración debe, en interés del servicio público, poder
imponer, unilateralmente, sin necesidad de previo pronunciamiento judicial,
obligaciones a los particulares, y su decisión debe ser tenida como jurídicamente
válida en tanto que el interesado no promueva su anulación por el juez. Esta es
una aplicación práctica del Derecho Administrativo.

Dentro del Derecho Administrativo se suele distinguir entre Administración


territorial (con distintas subdivisiones que tiende a ser coincidente con la división
territorial del Estado) y Administración institucional, la cual, en distintos grados en
función del ordenamiento jurídico de que se trate, no ejerce ninguna potestad
administrativa.

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