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eo antsy DL LA PSICOLOGIA A El mito del alma SALVAT DIGITALIZADO POR (QS.|Colecciones © 2017, Editorial Salva, SL, presente ediciin Exlitorial Salvat, SL, C/Amigé, 11,5" planta (08021 Bareclona, Espana © Annie Wells/Los Angeles T tes via Getty Images por ka foto de la pagina Hh © Photo credit should read DON EMMERT/AFP/Getty Images por las foros de las piginas 22 y 24 “Textos: i Revision original: Marco Barbieri Disco: Stadio Dispai ‘Traduecién: M? Carmen Garcia Bernabeu Realizacién editorial: Ormobook, Servicios Editoriales, Impreso en Espai Servicio de atencién al cliente Solo para Espaia) Para cualquier consulta relicionada con la obra: jardini, Havia Baiardini, Barbara Cacciola, Marina Maffon’, Laura Ranzini, Francesca Sicuro Teléfono: 900 842 421, de 9a 19 h, delunesa jueves; viernes de 9. 16 h, Fax 93.814 15 69 Correo: C/ Amigd, 11,5" planta. 08021 Barcelona, Espata Web: www.salvat.com, E-rnail de atencién al cliente: infosalva@salvat.com Departamento de suseripeiones (olo pari Espaia) Telefono : 900 842 840, de 9a 19 h, de lunes a jueves, viernes de 9 a 16 h. Fax: 93 BH 15.69 Web: worw.salvat.com Distribucién Espafia Logista Publicaciones C/ Tigo 99, Poligono industrial Polvoranea 4 Leganés (Madrid Distribucién Argentina Distribuidor en Cap y GBA: Disiribuidara Rubbo Rio Limay 1600 C.A.B.A. “Tel: 41303 6283 / 6285 Interior: Distribuidora General de Publicaciones 8.4. Alvarado 218 GABA. 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Nicolis Ayllén 2925 Local 164, EL Agustino- Lima |: suscripcion@ pruniipe ‘THE GUI) 441-1008 unsformaciém de esta obra solo puede ras procedentes de bosques que se acogen a un sistema de explotacion sostenible. 2 eitor espera de sus proveedores de papel qu get ‘medioambiental reconocido. len correetamente sus demandas con el certficado iNDICE Introduccion LA VIDA Y LA EPOCA Cronologia La vida Entre arquctipos y mitos EL PENSAMIENTO Predecesores ilustres El alma del mundo El alma del hombre Cultivar la bellota Un amor terrible 41 56 73 92 116 Lecturas recomendadas 133 Bibliografia 137 Comité cientifico internacional 139 INTRODUCCION Con Jung ya hemos sido capaces de entrar en contacto con los términos de arquetipo y de mito. E] arquetipo, aspecto prima- rio de la experiencia humana en el desarrollo de la conciencia, Jo retoma Hillman y lo exporta fuera de la relaci6n terapéutica. El investigador abre una lectura del individuo hacia una vi- sin social del sufrimiento y de las dificultades que caracterizan el alma humana. De hecho, por primera vez, de una manera sistematizada, se pasa de una lectura de la psicologia del indi- viduo hacia una lectura de la psicologia del mundo. El sufri- miento no concierne a la persona, sino que la persona esta insertada en un contexto social y cultural, donde los arqueti- pos y los mitos asumen una funcién central y explicativa del malestar. Hillman, de personalidad compleja e inteligencia con mu- chos matices, afronta los temas del sufrimiento con una mira- da de psicélogo, filésofo y socidlogo. Sin lugar a dudas es un hombre de su tiempo y sus teorias estan fuertemente condicio- nadas por el periodo hist6rico en el que vivié, pero por otra parte introduce aspectos innovadores que construiran, al 6 JAMES HILLMAN igual que otros investigadores ya presentes en libros anteriores de esta coleccién, el inicio de reflexiones de gran envergadura sobre el vinculo hombre-sociedad, sufrimiento individual y sufrimiento social. Ademiis, Hillman es un hombre culto, de hecho, muy culto, y esto se nota en todos sus escritos. Ya sea por como ilustra y describe su pensamiento o por la profundidad y la precision con la que «dialoga» con personajes tales como Freud, Jung, Plotino, Marsilio Ficino y Giambattista Vico. Investigadores, filésofos, pensadores y diferentes épocas histricas que seran la inspiracion y el punto de partida para el pensamiento tedrico de Hillman. Desde el sufrimiento hasta la curacién, desde el dolor hasta la mejoria en busca del bienestar. Desde la atencin del pacien- te hasta la atencion del mundo. Desde la psicologia del indivi- duo hasta la actuacién psicolégica en el mundo. jQué actual! Hoy en dia, los terapeutas entrevemos muchas veces en el sufri- miento del individuo un sufrimiento social. Y cuanto mas en- trevemos y favorecemos la resistencia del individuo indirecta- mente, mas actuamos positivamente en el mundo. {Qué actual es también en nuestra vida cotidiana fuera de la investigacién terapéutica! Cudntas veces nos encontramos pensando, como simples ciudadanos, qué parte del sufrimiento del individuo esta originada por un sufrimiento social y viceversa. Lefdo a dia de hoy, Hillman nos puede parecer ingenuo y tal vez demasiado filosdfico, pero los puntos de partida de las re- flexiones que nos proporciona, relefdos con un poco del sentido critico tipico del hombre moderno, pueden ser de todas mane- ras muchos y significativos. A continuacién s¢ velveran a elabo- rar en el tiempo, se rechazaran, se revisaran, se alejaran y se retomaran. Pero en cualquier caso, el investigador tiene el INTRODUCCION 7 mérito de habernos obligado a pensar de manera filoséfica en el vinculo individuo-sociedad. El mundo vuelca sobre el hombre su malestar o el malestar del hombre recae en el mundo? Tal vez este debate durara has- ta el infinito y tal vez nadie conseguira formular una teoria in- cuestionable sobre estos conceptos. Pero lo cierto es que Hillman nos abrira un poco la mente. En resumen, esperamos que al fi- nal de esta lectura tengamos, tal vez, mas preguntas que res- puestas, pero lo cierto es que seremos mas ricos en instrumentos para razonar con el que est cerca de nosotros y sobre el vincu- lo individuo-sociedad. Anna Giardini LA VIDA Y LA EPOCA CRONOLOGIA HISTORIA Sances e Los Estados Unidos entran en Ja Primera Guerra Mundial. JAMES HILLMAN Vv, 1917 Entra en vigor la ley seca. El aviador estadounidense Charles Lindbergh realiza en solitario el primer vuelo transoceénico sin escalas. ‘econ6mica mundial. Se deroga la ley seca. Los Estados Unidos se declaran neutrales en la Segunda Guerra Mundial. Los Estados Unidos entran en la Segunda Guerra Mundial después 1926 1919 Hillman nace en Atlantic City. 1927 Gran Depresién y crisis 1929 1934 del ataque japonés a Pearl Harbor. Lanzamiento de las primeras bombas atémicas sobre Empieza la Guerra Fria, en los Estados Unidos se crea un clima de sospecha y de weaza a los comunistas» que se conace como macartismo (por el senador republicano Joseph McCarthy), Nace la OTAN. Hiroshima y Nagasaki 1941 Presta servicio en el cuerpo 1944 hospitalarié de la Marina estadounidense. 1945 Ejerce como corresponsal para la 1946 radio de la Fuerzas Armadas de los Estados Unidos en Europa. 1947 Guerra de Corea. Se licencia en medicina en el 1950 Tyitiny College de Dublin, Lanzamiento del primer satélite estadounidense, ef Explorer I Asesinato del presidente Kennedy. Los Estados Unidos intervienen directamente en la Guerra de Vietnam, Protestas juveniles y asesinato de Martin Luther King Jr. y Bob Kennedy. Dimision del presidente Nixon después del escdndalo del Watergate. 1952 ‘iajes a Africa y a Cachemira. 1953 Se establece en Zirich, se easa y obtiene un doctorado en filosofia. 1958 Obtiene el diploma de analista 1959 en el C.G. Jung Institute. Publica Emotion: A Comprehensive 1960 Phenomenology of Theories and Their Meanings for Therapy. 1963 1965 1967 Publica Insearch: Pyycology and Religion. 1968 1959 Abandona el cargo de director de studios en el C.G, Jung Institute. Empieza a trabajar para 1970 Spring Publications y publica Why carchetypab pgchology? log. Tey Lectures en la Universidad de Yale. leva a cabo una conferencia 1973 € Roma sobre los origenes «renacentistas» de la psicologia arquetipal. Es candidato al premio Pulitzer por Re-imaginar la psicolagia. 1978 Se trasladaa Texas. El exactor Ronald Reagan leva a cabo una eonfereneia eselegido presidente por el 1981 __en Florencia sobre el tema del Partido Republicano. anima mune Se trasladi& Connecticut con 1984 A su segunda mujer. Primera Guerra del Golfo. 1991 Sc le dedica el Festival of Archetypal 1992 Pycholegy en la Universidad de Novre Dame, Indiana. Bill Clinton, demécrata, se convierte en presidente durante dos mandatos. 1994 consecutivos. Los Estados Unidos envian a sus tropas a Bosnia como fuerza para 1995 ‘mantener la paz. 1995 Publica su ibro més famoso, El igo del alma. Atentado suicida contra las torres 999) sgemelas de Nueva York. segunda Guerra del Golfo. 2003 Se involucra activamente en la Segundo mandawo presidencial ggg eampatia por las presidenciales, de George W. Bush. apoyando al candidato demécrata John Kerry El demécrata Barack Obama gana 2008 las elecciones presidenciales. 2011 EL 27 de octubre fallece a causa de un cancer de hueso, LA VIDA LOS PRIMEROS ANOS James Hillman nacié el 12 de abril de 1926 en Atlantic City, en Nueva Jersey (Estados Unidos). Su ciudad, frente al océano Atlin- tico, es un destino turistico de renombre y famosa por sus nume- rosos casinos que la hacen rivalizar con Las Vegas. Nos encontra- mos de Ileno en época de la ley seca, el periodo entre 1919 y 1934 en el que el Gobierno estadounidense prohibe la fabricacién y la venta de productos alcohdlicos, y Atlantic City es una ciudad de lujo desenfrenado, de entretenimiento mas 0 menos licito y de cri- men organizado. En la ciudad, en 1929 se llevara a cabo, bajo los ojos de las autoridades publicas, la primera «reuni6n oficial» entre los gansteres mas importantes hebreos e italoamericanos, entre los cuales se encontraban Al Capone y Charles «Lucky» Luciano, con el fin de controlar el contrabando de alcohol y de firmar un acuerdo para proteger los intereses criminales de cada uno. En este clima, el pequefio James vino al mundo como hijo de Julian Hillman y Madeleine Krauskopf, en uno de los hoteles mas prestigiosos de la ciudad, el Breakers Hotel, propiedad de la 14 JAMES HILLMAN familia paterna. La propaganda de la época lo presentaba como una «residencia suntuosa para todos los que buscan descanso y diversion», un enorme edificio construido a principios del si- glo xx con vistas a la playa. El abuelo paterno, Joel Hillman, se habia quedado huérfano a una edad temprana y habia crecido en una familia de comerciantes para dedicarse después a una serie de inversiones de éxito que le permitieron crear un verdadero imperio comerci Julian convertirse en socio de uno de los mas prestigiosos hoteles de Paris, el George V, para después perder sus cuotas en la gra- ve crisis econémica mundial de 1929. En cambio, el abuelo ma- terno era de origen europeo. Joseph Krauskopf emigré a los Estados Unidos desde Polonia en 1872, sin ni siquiera saber ni una palabra de inglés, y consiguid abrirse camino en su nueva patria y empezar una brillante carrera. Con el tiempo, ocupd diferentes cargos poli- James Hillmai ticos de relieve, colabo- en aE ~~ rando con el presidente Theodore Roosevelt y Herbert Hoover, entre finales del siglo xrx y la Primera Guerra Mun- dial, convirtiéndose en una figura clave en la reforma de la religion judia que se produjo en- tre los siglos XIX y XX. Finalizados los estu- dios superiores, James se inscribié en una presti- giosa escuela interna- 11. Un éxito tal como para permitirle a su hijo LavIDA 15 cional de Washington, la Edmund A. Walsh School of Foreing Service, donde permancecié durante dos arios. El estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939 y la posterior entrada de los Estados Unidos en el conflicto, en 1941, no le perdonaron. Desde 1944 hasta 1946, Hillman prest6 servicio durante dos arios en el cuerpo hospitalario de la Marina Militar de los Estados Unidos, para después quedarse en Europa como corresponsal de la radio de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos que permanecian, en Alemania. Fue en el Viejo Continente donde decidié conti- nuar con sus estudios de literatura inglesa en La Sorbona de Paris y después se licencié en medicina en el Trinity College de Dublin en 1950, especializandose en mental and moral science y colaboran- do con la revista critica literaria Envoy. ZURICH Concluidos los estudios, James Hillman realiz6 una serie de viajes a Africa y entre la India y Pakistan, en la region de Ca- chemira, donde coincidié con el yogui (maestro de yoga) Gopi Krishna, mistico, escritor y reformista. Del encuentro entre los. dos nacié la introduccién que Hillman escribié para el texto del maestro indio Kundalini. La energia evolutiva en el hombre. El térmi- no sdnscrito Kundalini indica una energia de naturaleza se- xual que, una vez despertada, atraviesa al hombre en una ex- plosion de vitalidad y de «despertar espiritual» y Gopi Krishna cuenta, en una verdadera autobiografia espiritual, la experiencia vivida al volver a despertar esa energia gracias a los afios de rigida disciplina de yoga. Hillman ofrece una ori- ginal interpretacion psicoanalitica del texto y al mismo tiem- po deja emerger ese interés, que no lo abandonara durante 16 JAMES HILLMAN toda su producci6n intelectual, hacia una concepcién mas am- plia y articulada del saber que también llega a tocar los estimu- los de las formas mas arcaicas de espiritualidad como cl poli- teismo griego o las filosofias y las religiones orientales. De vuelta en Europa, Hillman se cas6 con Kate Kempe (con la que tuvo cuatro hijos, Julia, Carola, Susanne, Laurence, y cinco nietos) y se instal6 en Suiza (de donde también adopto la ciudadania), en Zurich. Aqui pudo retomar sus estudios obte- niendo un doctorado en filosofia, summa cum laude, y empez6 a colaborar con el Carl Gustave Jung Institute de Kiisnacht, en el lago de Zurich. La institucion, fundada en 1948 por el propio Jung y dirigida por él hasta 1961, le extendié el diploma de ana- lista y lo nombré director de estudios, cargo que mantuvo du- rante la década siguiente. Estabilizado profesionalmente, Hillman pudo empezar a pu- blicar sus primeras obras importantes en el campo del psicoana- lisis. En 1960 vio la luz, gracias a las personas de la Routledge and Kegan Paul Ltd. en Londres, Emotion: A Comprehensive Pheno- menology of Theories and Their Meanings for Therapy (todavia inédita en Espafia). A su primera obra le siguieron, en 1964, Suicide and the Soul y Betrayal, y en 1967 On psychological creativity e Insearch. Psychology and Religion. Este ultimo texto nacié a partir de la invi- tacion de algunos religiosos interesados en la psicologia analiti- ca, para después ampliar el campo de la investigacién hacia el significado de la busqueda de la fe. El texto vuelve a entrar en la produccién de Hillman que todavia esta insertada en el surco de las investigaciones junguianas, en este caso anclado en la expe- riencia analitica y en la experiencia espiritual, también en res- puesta a la idea difundida en la cultura occidental de una «muer- te de Dios». Idea que para Hillman puede desaparecer de la vida psiquica del hombre, pero nunca a titulo completo. Y si esa LAVIDA 17 idea esta imprescindiblemente destinada a reaparecer, :cudles seran, por lo tanto, sus efectos? El abandone del C.G. Jung Institute coincidio con una crisis de sus propias convicciones y con el lanzamiento de un replantea- miento de sus propias posiciones, que lo llevé a reconocerse como parte de una «tercera generacién» de alumnos de Jung (algo que Hillman afirmard durante toda su existencia) que veia en el maes- tro su fuente, pero no las bases doctrinales. En 1970, abandonada la carga académica, s¢-convirtié endirector de la Spring Publica- tions, una editorial especializada en la traduccion y en la difusién (especialmente para el mercado estadounidense) de las obras jun- guianas. En esta editorial publicé en ese afio un articulo titulado Why archetypal psychology? (Por qué la psicologéa arquetipal?) en el que sienta las bases de esa disciplina, la psicologia arquetipal, del que se considera el fundador y el maestro. Partiendo de las ensefanzas de Jung, especialmente del de sus ultimas obras, Hillman queria detenerse en la importancia de los arquetipos en el pensamiento y en la vida del hombre, identificéndolos no tanto como figuras in- natas y heredadas del mundo psiquico sino como elementos trans- mitidos en toda la cultura humana, del mito, de la lengua, de la religién, del arte y de la Cultura en el sentido amplio del término. DE ERANOS A YALE Las reflexiones sobre el pensamiento junguiano y la elaboracién critica de su propia posicién encuentran importantes brotes en las relaciones que tiene anualmente en Ascona para la Fundacién Eranos. Se trata de un ciclo de conferencias (que todavia se llevan a cabo) ideadas por la activista britanica Olga Frébe- Kapteyn, que se inspiré en el historiador de religiones Rudolf Otto, pensa- 18 JAMES HILLMAN das con la finalidad de conducir «busquedas espirituales» gracias a la contribucién de los mayores intelectuales de la época. Las conferencias, definidas como «conversaciones destinadas para el estudio de las imagenes y de las fuerzas arquetipicas en su rela~ cién con el individuo», disfrutaron de las contribuciones de inves- tigadores de origenes y formaciones muy diferentes, unidos por el interés por la esfera de la espiritualidad. James Hillman particip6 en muchas ocasiones, hasta 1989 (ajo en el que las conversacio- nes iniciaron un nuevo ciclo orientado a intereses mas filos6ficos), con diferentes contribuciones que después confluyeron en algu- nas obras. Las conferencias de 1968 y de 1969 («Sobre el lengua- je psicol6gico» y «Sobre la feminidad psicolégica»), por ejemplo, forman parte de la obra El mito del andlisis (1972), unidas a la in- tervencién anterior «Sobre la creatividad psicologica». La década de 1970 se abrié con prestigiosas conferencias en los Estados Unidos, por invitacién de William Sloane Coffin, re- ligioso y pacifista estadounidense (anteriormente pianista y agen- te de la CIA), que le pidié a Hillman su disponibilidad como orador para las célebres Dwight H. Terry Lectureship, en la Uni- versidad de Yale. Llevadas a cabo desde 1905, las Terry Lectures son conferencias abiertas al puiblico, en un didlogo entre ciencias humanas, filosofia y ciencia moderna, en las que participaron nombres ilustres como Erich Fromm, Margaret Mead, Jacques Maritain, John Dewey y el propio Jung. Segtin los testigos, el efecto que Hillman caus6 sobre la platea fue electrizante. Publi- cado en 1976, Re-imaginar la psicologta (el mismo titulo que el de las conferencias de Yale) es un verdadero best-seller, tanto como para merecerle la nominacién al premio Pulitzer. El exergo del vo- lumen (la cita colocada en la apertura) es del poeta irlandés William Butler Yeats. En los versos que escogié Hillman, al hom- bre se le compara con una cosa insignificante que solo se puede LAVIDA 19 animar por el alma, cuando esta golpee las manos y baile y cante, invitandonos a estudiar su belleza y su magnificencia. De hecho, precisamente el alma, es el concepto que Hillman pone en el centro de su propia reflexién. La psicologia necesita ser refunda- da. La relaci6n con un munde que ha acabado por pulverizarse, para dividirse en una infiniead de particulas diferentes, perdien- do de vista un sentido, una imagen compleja del todo, también ha corrompido la propia préctica terapéutica. Es hora de apren- der a utilizar una nueva mirada, de aprender a observar de nue- vo las cosas y de reavivar la psicologia proporcionandole esta inédita forma de mirar. A si misma y al mundo y al hombre, que es parte del mundo. En el «coraz6n» del discurso solo puede estar el alma: tenemos que aprender a «hacer alma». El alma no como una simple entidad espiritual de origen religioso, sino la propia alma como una nueva perspectiva de las cosas que nos permite tomar cada realidad como imaginativa y metaforica, portadora de un sentido que estamos Ilamados a entender. La sugerencia que Hillman, admitida por él mismo, quiere dar es la de una «base poéticay de la psicologia. No la filosofia y la quimica del cerebro, no el mecanismo de la civilizacin, no la diseccién de los comportamientos, sino mas bien los procesos de la imaginacién, la capacidad de ver la verdad dentro de los simbolos y de esta vision extraer el cuidado y el crecimiento. En 1973, particip6 en una convencién internacional en Roma dedicada a Jung y a su papel en la cultura europea, don- de realizé una intervencién de titulo «Plotino, Ficino y Vico, precursores de la psicologia arquetipal». El autor estadouniden- se no deja de dirigirles a sus compafieros italianos una divertida acusacion. {Para qué comprometerse en buscar explicaciones, en querer encontrar la psicologia y sus respuestas en la cultura nérdica, del marxismo al existencialismo pasando por Freud y 20 JAMES HILLMAN Jung o por qué buscarlas en la sabiduria oriental cuando seria suficiente con dirigirse al humanismo y al Renacimiento? RETORNO ALOS ESTADOS UNIDOS Después de treinta afios en Europa, tras la consagraci6n al publico, Hillman sintié la necesidad de volver a sus raices. En 1978 acept6 el cargo de decano de la facultad en la Universidad de Dallas y se dedicé a construir una fundacién centrada en Ia conciencia civica, el Dallas Institute of Humanities and Culture. Sin embargo, volvia amenudo al Viejo Continente para dar conferencias y recibir reco- nocimientos. En 1981 se hosped6 en Florencia donde llevé a cabo la conferencia (leida directamente en italiano) Anima Mundi. Il ritor- no dell’anima al mondo (El pensamiento del corazén_y Anima Mundi: el retorno del alma al mundo), en el suntuoso marco del Salone de’ Du- gento di Palazzo Vecchio. Retomando también temas ya citados en la conferencia romana, formula la invitacién a tomar la com- plejidad de la realidad psiquica y a releerla dandole voz al alma y, por lo tanto, al mundo al que pertenecemos, estando este dotado de un alma que el hombre vive y comparte, que no podemos in- terpretar como un simple marco, como un simple telén de fondo de nuestro acto psiquico individualista. 1984 lo vio comprometido en un nuevo matrimonio con la analista Patricia Berry, ella tam- bién de la escuela junguiana y formada en Zurich, y en un nuevo traslado, esta vez definitivo, a Thompson (Connecticut). E] compromiso de la docencia se amplié a la experiencia del Men’s Moviment. Se trataba de un movimiento, paralelo al feminista y que se divulgé en mas organizaciones, que se ocupaba de las di- ferencias de género y del papel del hombre en la sociedad contem- pordnea, en una éptica de replanteamiento de la naturaleza y del LAVIDA 21 papel de lo «masculino». Junto con sus amigos Robert Bly, poeta, y Michael Meade, escritor (con los que también realiz6 una antolo- gia de poesias titulada The Rag and Bone Shop of the Heart, que se puede traducir —no en sentido literal~ como «el corazon carente de inspiracién»), Hillman organizé seminarios, conferencias, cursos y encuentros en los que analiz6 los arquetipos masculinos en la cul- tura y en los que reflexionaba sobre la alineacién y sobre la compe- titividad inhumana a la que el hombre esta llamado en los meca- nismos de la sociedad occidental. El reconocimiento oficial de la importancia de Hillman en el pensamiento contempordaneo fue ratificado, en 1992, por la Universidad de Notre Dame, en India- na, que le dedicé el Festival of Archeatypal Psychology, con cente- nares de participantes en una semana de conferencias y encuen- tros. Para la emisora inglesa BBC, participé en diferentes programas de television en los que expuso sus teorizaciones y al mismo tiempo colaboré con la artista Margot McLean en un ensayo (que ilustré McLean) titulado Dreams animals (1997), sobre la simbologia oniri- ca de los animales y del papel que el inconsciente les atribuye, la expresién de un arquetipo «animal» que llevamos dentro, casi una antologia de metaforas de nuestros mismos comportamientos. La comunion primordial con el reino animal, ese reino al que nos hemos dedicado a exterminar y al que solo recordamos en los ani- males domésticos, se redescubre y se les atribuye el justo respeto y la consideracion necesaria. ¢Cémo podemos pretender que nos en- tendamos a nosotros mismos si nos olvidamos de que, a fin de cuentas, somos miembros del mismo reino animal y que con ellos compartimos una intimidad profunda, hasta lo mas recéndito de nuestros suefios? Tenemos que escuchar, no limitarnos a seccionar estas «visitas nocturnas» con el frio acero del bisturi del andlis Las mas importantes universidades estadounidenses lo invita- ron a dar lecciones y conferencias (como el «Instituto de Psicologia 22 JAMES HILLMAN Profunda y estudios mitolégicos» del Pacific Graduate Institute de Santa Barbara, en el que hoy en dia se conservan sus papeles y sus archivos personales) y lo mismo en Europa. 1996 fue el aiio de su libro tal vez mas famoso, EI cédigo del alma. En una rica galeria de personajes famosos, dando preferencia a los mas asépticos casos clinicos de manual, Hillman presenta al lector, con una prosa atra- yente y magnética, el significado del destino individual, de la se- milla unica e irrepetible que pertenece a cada uno de nosotros y que estamos llamados a cultivar, aprendiendo a escuchar a nuestro daimon, nuestro angel de James Hillman en le exposicién The Red Book of C.G. la guarda, nuestro guia espiritual, en una mi- sion de realizacién per- sonal, abandonando la idea de que somos, res- : ra fede trictivamente, el fruto de ye la genética o del entorno Junge ‘Jung en el Rubin Museum of Art de Nueva York, el 7 de ‘octubre de 2009, que nos rodea (familiar, escolar, laboral, social, cultural), dos elecciones que, de hecho, nos pri van del valor y del signi- ficado de un modo mé profundo. La tragedia del 11 de septiembre de 2001, el atentado suicida contra las torres gemelas de Nueva York, es lefda por Hillman como una he- rida en la misma psique LAVIDA 23 de Occidente. Nada volvera a ser lo mismo. La Zona Cero, el abismo dejado en el tejido urbano de la ciudad estadounidense después del derrumbe de los dos rascacielos, tendria que conver- tirse en-el punto de reanudacion, el punto destinado a producir una nueva autoconciencia. Alli, en aquella rotura, ese cruce a tra- vés de la superficie y de la superficialidad, tiene que cambiar la manera de ver las cosas, la manera de leer el mundo y la presunta normalidad de la existencia. Tiene que cambiar nuestro camino. Con una extrema autoironia, en noviembre del mismo afio en una convenci6n celebrada en Bolzano, acepté el reconocimiento singular de «Maestro y traidor del psicoandlisis», por su activi- dad de revisién y de relanzamiento de la practica de este ultimo, en un respiro y en una Optica del todo nuevos, y lo empujé a rea- lizar una nueva reflexién sobre el papel actual del psicoanilisis, en la conciencia de sus limitaciones metodolégicas (sobre todo, la conviccién, heredada de Descartes, de que el mundo «exterior» es un mero marco y de que el alma es solo del individuo). En las elecciones presidenciales de 2004, el matrimonio Hillman se in- volucré activamente en la campaiia electoral del rival demécrata (después derrotado) John Kerry, encontrandose en persona y tele- fonicamente con los votantes estadounidenses, en una profunda campafia pacifista contra el republicano George W. Bush. En la noticia de su confirmacién, Hillman envié personalmente a los amigos un correo en el que se disculpaba por su fracaso y se de- claraba preparado para volver a empezar a luchar. REFLEXIONAR SOBRE LA MUERTE La muerte lo sorprendié el 27 de octubre de 2011, debido a un cancer de hueso. En las semanas anteriores tuvo la ocasion de 24 JAMES HILLMAN James Hillman, en ta exposicién The Red Book of C.6. conceder una ulti Jung, observa un libro inédito del psicélogo. ay tocante entrevista, pu- blicada en Italia en el diario La Stampa el 29 de octubre, Es una re- flexién licida, cristali- , sobre los resultados de la vida humana, so- bre la muerte como esencia de la misma existencia. La compa- racion con la enferme- dad y sus dudas inevi- tables se convierten en la oportunidad para un «reportaje», para un re- lato de los tiltimos mo- mentos, de ese presente andose a al que Hillman se siente (y quiere sentirse) pegado, neg pensar en lo que viene después y concentrandose solo en la bis- queda de las palabras adecuadas para reconocer, aceptar y ex- plicar: «las palabras son como almohadas, cuando estan colo- cadas de la manera correcta alivian el dolor». Es necesario Hegar hasta la muerte con plena conciencia y, al mismo tiempo, ensalzar la vida misma, casi «comprometiéndose a vivir toda- via mas intensamente. Al margen del discurso, la «posibilidad»> extrema. Tomar en sus manos el momento una vez reconocido. El suicidio como un horizonte posible, como lo sugerian los es- toicos. «;Hay humo en casa? Si no hay demasiado me quedo, si hay demasiado salgo. Hay que recordar que la puerta siempre esta abierta.» ENTRE ARQUETIPOS Y MITOS BUSCAR UNA DEFINICION Antes de entrar en el pensamiento de James Hillman, puede que sea necesario fijar algunos puntos fundamentales y responder a algunas preguntas. ¢Qué determina la originalidad de su pensa- miento? ¢Cudles son los.maestros alos que se refiere y como consi- gue desarrollar de una manera del todo original y aut6noma su propia reflexion? Para entenderlo podemos abrir la Enciclopedia del Novecento, editada por Treccani en 1980 y buscar la voz «psicologia arquetipal», compilada por el propio Hillman. El psicdlogo esta- dounidense no solo se limita a compilar la voz de la enciclopedia sino que también es el «padre» de esta misma disciplina y el que le da el nombre. De hecho, ya la habia definido de esta manera en su obra de 1970, publicada por la editorial Spring y titulada Why archetypal psychology? La definicién es una declaracién de intencio- nes. La idea es la de abandonar el campo-clinico y terapéutico, superar la psicologia analitica de Jung,.en la que incluso Hillman se formé, y desplazar su campo de acci6n hacia un terreno mucho, mas amplio, el de la cultura occidental. Se trata de superar los 26 JAMES HILLMAN ARQUETIPO oo Literalmente, con arquetipo indica- mos el «primer ejemplar» de algo. En la reflexién filoséfica de Platén, las Ideas son arquetipos, es decir, los modelos en los que después se plas- ma toda la realidad. Estas son incog- noscibles directamente, el alma las observa antes de encarnarse en el cuerpo, mientras se encuentra en la dimensién del hiperuranio y después solo tiene vagos recuerdos una vez que han descendido a la realidad fisi- ca. Para Jung son las imagenes pri- mordiales contenidas en el incons- ciente colectivo y constituyen la base simbélica de suefios y leyendas. ase modelos cientificos que se consideraban ineficaces € insuficientes y de adoptar un punto de vista que pueda abrazar todos los campos de actuacién humano, no solo el estudio del terapeuta. ‘Tradicionalmente, en la formulacién junguiana, el arquetipo €s un conteni- do psiquico innato, trans- mitido hereditariamente a través de los ancestros co- munes y presente en todos los seres humanos, en el interior de un inconscien- te colectivo, en contrapo- sicién al individual que cada uno de nosotros forma y desarrolla en base a sus propias experien- cias. Sin embargo, en la observacién que condujo Hillman, estos INCONSCIENTE COLECTIVO CEE a Segun Jung, es una zona del incons- ciente que no atafie a la existencia del individuo, pero donde se estrati- fican todas las experiencias huma- nas desde el comienzo. Es el conjun- to de los arquetipos, una realidad supraindividual compartida por to- dos los hombres. contenidos van mas alla de la esfera de la psique y emer- gen, de una manera mas 0 menos directa, en las rela- ciones sociales, en las tradi- ciones culturales, en la espi- ritualidad, en el arte, en la lengua y en el origen de las palabras. Por lo tanto, resul- taria claro que es impensa- ble «limitar» estos conceptos al Gnico campo de la prac- tica psicoanalitica, dismi- nuyendo de este modo su importancia. Anclar estos modelos a la esfera clinica seria un legado del positi- ENTRE ARQUETIPOS YMITOS 27 POSITIVISMO Vv Corriente filoséfica y cultural, nacida en la primera mitad del siglo xx en Francia y que duré hasta la Primera Guerra Mundial, con diferentes va- riaciones. Por lo general, se la indica como una confianza y una exaltacion | vismo y de su ciega y opti- mista (y, de hecho, reductora) confianza en el empirismo cientifico. Presentada de esta manera, la reflexién de Hi- Iman es algo que va mas alla, es algo que pertenece por completo a la esfera cultural en sus declinacio- del progreso cientifico, entendido como portador de la verdad, de cer- | tezas absolutas e instrumento ade- | cuado para explicar y gobernar toda la realidad, abandonando perspecti- | vas metafisicas. Entre sus maximos | exponentes se encuentran Henri de | Saint-Simon y Auguste Comte. | nes mas amplias y que nos invita a replantearnos la propia psicologia y sus implicaciones en los planos patolégico y terapéutico. Se trata de desestructurar el modo «tradicional» de hacer psicologia. De hecho, la de Hillman no quie- re ser una acusacién simplista o una polémica gratuita: se presenta como un nuevo modo de ver (y de vivir) las cosas, sefialado por la autenticidad y sin la pretensién de proporcionar respuestas que se consideran intocables para su estatus de conciencia. Para explicar la variedad del mundo psiquico, antes que nada tenemos que aprender a mirarlo con ojos nuevos y a aceptar las sefiales de manera correcta. LAS ENSENANZAS DEL MAESTRO Como se ha mencionado anteriormente, el camino en el que se mucve Hillman es ese en el que se ha formado como psicoanalista, 28 JAMES HILLMAN el de la psicologia junguiana. Sin embargo, la revision que leva a cabo no se limita a un nuevo etiquetado, sustituyendo el adje- tivo «analitico» (con el que por lo general se identifica el pensa- ento de Jung) por cl adjetivo «arquetipo». Es un replantea- miento mas amplio de la psicologia que se basa en el papel eminente del sujeto cartesiano, de un yo razonable que tiene en el acto mismo del pensamiento, en la actividad psiquica, la cifra y la garantia de su existencia. Poner entre paréntesis la primacia del sujeto significa necesariamente poner entre paréntesis una lista mucho mas amplia de disciplinas. Pero para legar a estas conclusiones, el punto de partida sigue siendo el pensamiento del «maestro». El propio Hillman se define, durante toda su carre- ra, como un junguiano y forma parte de la ATPA, la Asociacién Internacional de Psicologia Analitica. Para hablar de su trabajo, el psicdlogo estadounidense se refiere a la cultura hebraica. El Midrash es uno de los métodos con los se interpreta el Tanak, es decir, el conjunto de textos sagrados del judaismo. Este método tiene como objetivo superar el sentido literal del texto y de exca- var en profundidad de manera que restituya un sentido que se adapte a las exigencias y a las concepciones de la comunidad y que proporcione nuevos significados. Por lo tanto, Hillman se define a si mismo como un comentarista que ha afiadido un nuevo midrash al tesoro de los significados de la psicologia anali- tica, en biisqueda constante de respuestas a las preguntas del hombre. El terreno en el que se buscan los nuevos significados es el de la tardia producci6n junguiana. Carl Gustav Jung, separdindose de la ensefianza freudiana, con- cibe el inconsciente como algo que tiene una autonomia propia, colocado entre el instinto y la conciencia, y provisto de un lengua- je especifico propio, es decir, el de las imagenes. Es un concepto exclusivamente psicolégico, 0 mejor dicho, un concepto-limite mit ENTRE ARQUETIPOS YMITOS 29 psicolégico que comprende todos los contenidos no conscien- tes. Pretender explicar el estado en el que tales contenidos se encuentran ¢s del todo imitil e incognoscible. La experiencia nos puede decir que tales contenidos existen, pero siguen sin responder a la pregunta sobre qué podrian ser estos conteni- dos, Pero sabemos lo suficiente como para distinguir entre un inconsciente personal, comprender todas las adquisiciones de nuestras experiencias directas, y un inconsciente colectivo, al que pertenecen todos los contenidos que no se derivan, de nuestra adquisicién sino que ya se han dado, que ya estan in- herentes en el funcionamiento de la psique. Estos contenidos se identifican como arquetipos, como «tramas mitolégicas» arcaicas, primitivas, universales existentes desde la mas remo- ta antigiiedad. La derivacién de este concepto es, admitido por el propio Jung, platénica. En la concepcién del filésofo griego, las ideas (en griego eidos, es decir forma, aspecto) son los contenidos innatos en nosotros, los que nos permiten reco- nocer inmediatamente esos modelos perfectos, eternos e in- -mutables que estén mas alld de la realidad material, y las co- s nos rodean. No existen dos Arboles exactamente “ident as, sin embargo, si los observamos, sabemos que son “Arboles. Esto es posible ‘porque Hevamos con nosotros la «idea» del Arbol. El arquetipo propio debt inconsciente colectivo tiene la misma connotacion. Es el modelo sobre el que plasmaremos la variedad de nuestras experiencias psiquicas, toda nuestra «representacién arquetipica». Estas pueblan y Ilenan nuestro inconsciente. Pero los arquetipos permanecen a un nivel de separacién total de la realidad contingente de los fendmenos. Es a través de los instintos donde intervienen en los contenidos inconscientes, determinan- dolos. E] arquetipo es espiritu, es divinidad, es impulso. Por lo 30 JAMES HILLMAN tanto, el instinto no es sim- ALMA/ANIMA (0 ANIMUS] | plemente el producto de las Ta Lee ae operaciones que se llevan a Para Jung, son dos arquetipos los cabo a nivel fisiolégico, que representan las «partes contra- sino que es una imagen ge- sexuales» de la relacién amorosa, nerada de la dimensién proyectadas sobre la pareja. ELAlma transcendental del arqueti- | es el inconsciente femenino del | : hombre; el Animus es el masculine | PO; alli donde coagulan del inconsciente de la mujer. Por to mas simbolos y el simbolo general, llevan consigo determina- se convierte en la media- das caracteristicas que la cultura Giéns entres eleinconscients occidental ha terminado por asociar individual y el . aun género o al otro. En cuanto a los. an aC a oan ale arquetipos, no representan «lame- | — Colectivo, permitiéndole al moria» de una persona especifica sujeto participar en las si- sino més en general es la estratifi- | — tuaciones «tipicas» del cacién del int te colectivo. . Sonne ; hombre. Y he aqui la vuel- ta a los arquetipos. Entre estos, Jung evidencia algunos particularmente impor- tantes: por ejemplo, el alma y el anima (animus). La primera pertenece al inconsciente masculino y representa su parte feme- nina, intuitiva, que la cultura occidental considera no viril y como tal se tiene que rechazar. Es la representacién arquetipica de la myjer, la que le permite al hombre de reconocerla en la individualidad que encuentra, y también es la proyeccién de la propia feminidad del inconsciente. Por el contrario, el ani- mus es el inconsciente femenino. Como en el caso del hombre, este representaré las cualidades masculinas. Aqui el inconscien- te colectivo interviene y determina la represién de determina- dos contenidos y la destaca de los demas. Estos son los papeles que asume la persona en sociedad, sacrificando parte de su per- sonalidad mas auténtica. ENTRE ARQUETIPOSYMITOS 31 EL CAMINO DE HILLMAN Seguin el psicélogo estadounidense, en la linea del tiempo, Jung representa el iltimo de los padres nobles. Pero «re-imaginar» el psicoandlisis que propone Hillman es, al mismo tiempo, el en- foque y la fuga del psicoanalista suizo. Permanecer fijos sobre su ensefianza querria decir permanecer rigurosamente jun- guianos, pero esto solo seria posible para Jung. De hecho, la separacién se consumiria en la medida en que la psicologia es «confesién», es decir, que es el estimulo para elaborar una res- puesta personal propia y no para adaptarse a todo lo que ya se ha elaborado. Mantener a Freud y a Jung como maestros es posible en la medida en la que se observan sus pasos para enten- der cémo empezar un camino propio y no en la medida en la que los pasos se recorren de manera no original. La psicologia es una actividad necesaria y como tal tiene que emprender ca- minos nuevos y aut6nomos. El respeto por los maestros no pue- de convertirse en imitacién. Aqui es donde Hillman declaré su interés en realizar una «psicologia de lo profundo», una psicologia que omita los campos de los psicdlogos sociales o de los psicdlogos de la edad evolutiva, pero que investigue las zonas de sombras y las pro- fundidades mas recénditas, porque alli se esconden los con- ceptos que estamos buscando. Al explorar estos rincones oscu- ros nos encontramos delante del alma. Y aqui se abre el camino «auténomo» de Hillman con respecto a la tradicion junguiana. ;Qué es en realidad el alma? En primer lugar, el alma es una perspectiva y no una sustancia. Es ese punto de vista que se situa como mediador entre nosotros mismos y todo lo que nos rodea, entre nosotros y los acontecimientos del mundo. 32 JAMES HILLMAN El objetivo que Hillman se pone es el de «hacer alma», El de reconsiderar la propia implantaci6n de la psicologia desde esta perspectiva. Es por ello que habla de «re-imaginar» y no de «revisar». No es una costumbre grafica. La separacion entre el verbo y el prefijo «re-» parece casi indicarnos el camino, una declaracién de intenciones. No tenemos que someter la psicolo- gia a una revision, como un automdvil que necesita periddica- mente controles profundos para asegurarse de que esté en con- diciones de afrontar la carretera. Tenemos que aprender a mirarla de nuevo, con otros ojos. Para el vocabulario, se trata de un «prefijo presente en algunos verbos espafioles, y en sus derivados, que expresa por lo menos la repeticion de una accion cn el mismo sentido 0 en sentido contrario». Esto es lo que Hi- Iman nos propone que hagamos. Repetir el camino psicolégico en un sentido contrario, partiendo de supuestos nuevos. Elalma se nos presenta como la que permite transformar nues- tras experiencias y acontecimientos individuales, a través de las capacidades especiales de excavar de la experiencia de la especu- laci6n, de la reflexion, de la imagen y de la fantasia. Es decir, de la capacidad de tomar cada realidad como simbolo y metafora. La vida psiquica es analizada por las imagenes, que son tanto la materia prima como el producto final. Las imagenes son aconte- cimientos espontaneos y autonomos que se generan segiin las con- figuraciones de los arquetipos cada vez que se vive un determina- do acontecimiento. La vida es analizada por imagenes. Por lo tanto, el punto de partida tendra que ser el de tomar los procesos de la imaginacién, reteniendo los fundamentos de la psicologia y del funcionamiento mismo de la psique. No los condicionamientos sociales, no el lenguaje con sus reglas, no sus procesos biolégicos y fisiologicos, no el desarrollo de la edad infantil. Tenemos que to- mar las leyes, los mecanismos y las formas de las imagenes. ENTRE ARQUETIPOSYMITOS 33 REVISAR LOS ARQUETIPOS ¢Qué espacio encuentran los arquetipos en esta «re-imagina- cién»? Para Hillman, la misma dificultad que encontramos al tra- tar de definirlos es una sefial de sus propias cualidades. Son mas metéforas que objetos. Para hablar de ellos estamos obligados a utilizar imagenes, nos esforzamos en reduci conceptos sim- f, son los arqueti- profundo», que nos ‘habla del alma y de arquetipos es obligatoria- mente una perspectiva imaginativa, y la imaginaci6n se convierte en el instrumento para acercarse a las preguntas fundamentales de la psicologia. Por fuerza, si se los quiere definir, son «los mode- los mas profundos del funcionamiento psiquico», las raices, los an- gulos visuales, los axiomas de la vida psiquica y las bases de la teorizacién sobre la misma. Son discursos que no podemos hacer, que se nos escapan, se clu- den del vinculo de la pala- | bra y de la definicin. Ha- = IDEALTYPUS blar de ellos es saltarde una |_ metafora a otra. Aparecen | para la sociologia y a historiogratia, con diferentes nombres, pero |_ se trata de una construccién mental, de la teorizacién de un modelo que lleva consigo los datos histéricos de ree un determinado fenémeno. Mediante mas >7 COMOs UNTO} Carsuco, el estudio de fenémenos diferentes que fluye escondiéndose de | entre ellos, se puede suponer un es- | : F | : la vista, pero modificando | quema que explique los rasgos fun- | | de la misma manera meta+ forica en las otras discipli- radicalmente el paisaje que damentales y comunes limpios de atraviesa. las declinaciones contingentes. 34° JAMES HILLMAN Estas son las relaciones inmateriales sobre las que se estructu- ra la sociedad, son los modelos comportamentales intrinsecos de cada uno de nosotros, son los idealtypus de los que habla la historiografia, los rituales compartidos que los antropdlogos en- cuentran en poblaciones en los angulos opuestos del globo, son los topoi de la tradici6n literaria. Pero, sobre todo, el arquetipo es como una divinidad que esta debajo de si y que controla todo lo que hacemos y lo que vivimos. Por lo tanto, esta perspectiva nos permite reunir en un solo vistazo, en un solo abrazo, diversas experiencias. Hillman pone el ejemplo del arquetipo del héroe. Bajo él podemos considerar algunos comportamientos hacia la vida y el mundo, podemos identificarlos con las grandes figuras de la literatura del pasado y del cine de hoy en dia, podemos considerarlo de alguna manera para regular nuestros valores, podemos leernos la tragedia de algunas psicopatologias que em- pujan a este «modelo» a extremos destructivos. Entre otras cosas, este ejemplo se presenta para una mayor reflexion. Habria estado tan interiorizado en la percepcién del pensamiento occidental como para cambiarle el nombre y encajarlo, bajo falsas apariencias, en otro sector diferente. Esta- mos tan enamorados de la actitud heroica que lo hemos llamado yo. De ser uno de tantos arquetipos a ser el central. Re-imagi- nar la psicologia es también derribar esta réplica que estorba, dejarla atras y pensar en algo nuevo. Pero, en primer lugar nos vuelve util una vez mas, precisamente para subrayar la di- mension colectiva del arquetipo. Nos permite entenderlo como que lo que le ocurre a mi Gnica alma también le ocurre al alma colectiva, sin limitaciones geograficas ni cronolégicas. Los ar- quetipos son algo lejano, desconectados de la realidad de los fenémenos, nouménico como diria Kant. Los arquetipos son profundamente humanos. Y si lo que queremos representar es se la misma multiplicidad de la naturaleza humana, en- tonces no podemos fijar la mirada sobre el volumino- so yo heroico, perpetua- mente comprometido en la lucha que la psicologia quiere reforzar. Tenemos que ampliar la vision a ho- rizontes mas amplios. Al igual que el héroe, también la necesidad de unificacion es aplazable a una pers- pectiva arquetipica entre ENTRE ARQUETIPOS YMITOS 35 NOUMENO ye El término esté tradicionatmente aso- ciado a la filosofia alemana de Im- manuel Kant. Se trataria de una rea- lidad «dltima», que se puede intuir, pero es incognoscible e indescripti- ble, y que se encuentra detras de los fendmenos contingentes, es decir, de las cosas con las que podemos «familiarizarnos». Es una represen- tacién del pensamiento, una verdad buscada y supuesta, pero concreta- mente inaccesible porque va més all de la posibilidad del intelecto. muchas. : = Bajemos en profundidad y aprendamos a ampliar nuestra vision. La recaida es inmediatamente terapéutica. Hacer alma es una biisqueda que trae consecuencias que no podemos igno- rar, es psicologia precisamente porque ¢s el discurso sobre el alma. Si la ponemos entre paréntesis, entonces utilizamos el término filosofia, estadistica, economia y antropologia. Si la ponemos entre paréntesis, estamos haciendo otra cosa. En cambio, si hacemos psicologia, entonces también es ciendo terapia y andlisis. Y no sirve la relacion entre un enfer- mo y un médico. Cada uno de nosotros hace terapia de si mis- mo en el momento en el que se pone a escuchar para entender su complejidad o para estimular o para criticar su propio com- portamiento. Cuando nos esforzamos en entender ese punto de vista del mundo que nos rodea, cuando le preguntamos a las imagenes hacemos alma, y haciendo alma somos pacientes y terapeutas. amos hd 36 JAMES HILLMAN EL PAPEL DEL MITO Para Hillman, afrontar las cosas desde el punto de vista de hacer alma, desde el punto de vista de la psicologia arquetipal, signifi- ca reconducirlas a su fondo original arquetipico. Citando al an- tiguo filésofo Plotino, todo es una «copia» y todo tiene que vol- ver a su dimensi6n. E] conocimiento no es mas que entender la semejanza. «mente universal»: proverbio, | | («contraeducacién» : | sentido comin, del alma). leyendas, tradiciones, Prioridaddelaesfera_| | _ personajes (heroes psiquica sobrela | =| ~—y divinidadesl. fisica: el conocimiento Visién genealégica | ene susede ene de maduracién y de | i : euauuenietunice evolucién del hombre. criterio de juicio es el | valor que el elemento Elaboracién del tiene para el alma. pensamiento ; metaférico: mitos La fantasia, en la | " yescritos como psique, guia al cuerpo iciatares de a cumplir su propio i ea | significado EL ALMA DEL MUNDO 2A QUIEN DIRIGIRSE? En este caso, re-imaginar la psicologia también nos plantea un interrogante sobre quién tendria que ser el interlocutor. ¢A quién le habla Hillman cuando pide cambiar el modo en el que pensa- mos en la psicologia? Cuando actuamos, cuando hablamos, no estamos solos. Y no esta solo la persona 0 el grupo de personas a quienes eventualmente nos estamos dirigiendo en ese momento. Si mirdsemos alrededor, nos dariamos cuenta de que, en reali- dad, hay un espectador. Y este espectador es el mundo. No somos méonadas, no somos parcelas aisladas, no somos islas. Somos ha- bitantes del mundo y, por lo tanto, también indirectamente, es con él con quien nos enfrentamos. Una psicologia que quiere -solver los problemas del «hacer alma», que quiere investigar y r alma tendria que pensar en cémo se dirige al mundo. Hillman se define a si mismo, retomando a Marsilio Ficino, como un «hijo del alma». Y, en realidad, todos lo somos. ‘Todos, tanto los seres vivos como los objetos que nos rodean comparten un alma, Por lo tanto, esta nueva psicologia tiene que restituir, no ELALMA DEL MUNDO 57 al yo, sino al mundo, una realidad psiquica y contribuir a curar el sufrimiento. Porque es en el sufrimiento donde la psicologia de lo profundo puede ser concreta, no en el vano intento de proporcio- nar explicaciones exhaustivas de conceptos. La necesidad de este «Renacimiento» de la psicologia lo pide la propia psicologia. La «enfermedad» del mundo, su pérdida progresiva de un alma ha contagiado la practica del psicoanilisis, la ha vuelto arida, la ha «agotado mas que los pacientes que se dirigen a ella». La auto- rreferencia, el esnobismo, la fijaci6n por la ganancia y la celebri- dad han hecho que esta pierda su sentido profundo. La psicologia es el espejo del munda en el que trabaja. Solo restituyendo al mun- do un alma podremos pensar en restituirsela también a la psicolo- gia, de devolverle ese sentido de lo profundo que le pertenece. Los trastornos de los decir, acordes al mundo que los rodea. La pérdida del alma, la alienacion, la distorsién de la comunicacién, la voluntad de domi- nio y de explotacién del entorno, la exaltacién de valores insignifi- cantes y aparentes: es una lista descorazonadora. Pero todo esto nos ensefia una cosa, dice Hillman. Nos encontramos frente a tal punto que la psicopatologia del individuo es indistinguible de la psicopatologia del mundo. Y volver a cerrar el malestar psiquico en un recinto subjetivo y solipsistico no hace mas que eliminar e igno- rar el verdadero problema. La curacién del paciente se reduce a un. paliativo temporal destinado brevemente a perder su eficacia, a menos que ampliemos la actuacién de la psicologia en el mundo. La concepcién mas tradicional de la psicologia nos habla de intervenciones sobre las dinamicas intrapsiquicas, es decir, in- ternas a la psique delpaciente que se dirige al terapeuta. El yo interior estaba ¢stimulado para encontrar un nuevo equilibrio, con el fin de ordenar sus propios sentimientos, sus propios recuerdos, sus propias emociones y sus propios deseos. En los pacientes son reales, asi como realistas, es 58 JAMES HILLMAN Ultimos tiempos, hemos ofdo hablar de psicologia social, con una ampliacién del campo de la investigacién a las dindmicas familiares 0 a las laborales, pasando de dindmicas intrasubjeti- vas a dindminas intersubjetivas. Pero, esté dentro o fuera, la Ultima palabra era la que gastaba el sujeto. ¢Y el mundo? El mundo se reduce al teln de fondo del escenario, a un adorno decorativo molesto. Al psicélogo y a su intervencién sobre el sujeto le esperan las luces del protagonismo. Sobre el telon de fondo se mueven, como maximo, los actores secundarios, los profesionales considerados como de «rango inferior» como los asistentes sociales 0 los profesores de apoyo o los consejeros ¢EN QUE DIRECCION VA EL MUNDO? e trataba de Se mantuvo una forma de prestar atencién al mund releer el «exterior a través de los instrumentos de la psiquiatria social como determinante del «interior». Pero si leemos esta rela- ci6n entre las dos dimensiones como la interaccién entre subjetivi- dad y un conjunto de factores econémicos, culturales, sociales y de clase (lo que Marx habria definido como superestructura), estamos en el punto de partida. El «exterior» es interesante, cierto. Pero no sufre. Permanece esquematizado y cristalizado en dinamicas que interactian con el «interior», pero siguen siendo otra cosa diferen- te del sujeto y de su sufrimiento. Aqui es donde Hillman cree que se tienen que tomar medidas: en la visin de un mundo entendido como no subjetivo. Sin embargo, antes de trabajar en él es nece: rio hacer una aclaracién sobre «qué» es realmente la realidad. El problema ha interesado tanto a los fildsofos como a los psicdlogos. Por lo general, creemos que la realidad, de hecho, son dos. En pri- mer lugar, la fisica. La del mundo externo al nuestro, de las cosas ELALMADELMUNDO 59 que vemos, que tocamos, que experimentamos, la realidad de los. sentidos que es también la social en la que nos movemos, la publica. Y después est la psiquica, oculta, privada e interior, 0 por lo me- nos asi nos han acostumbrado. Contra lo que Hillman polemiza es precisamente esto. El haber creado dos realidades tan diferentes como para parecer opuestas la una de la otra, excepto para des- pués tratar de unificarlas con toda una serie de artimafias y teori- zaciones, a partir de Descartes que después de haber distinguido entre res cogitans, es decir, el yo como pensamiento, y res exten- sa, es decir el mundo externo y material, se inventa la glandula pineal en la que inserta el alma y le confia la tareade mantener unidas las dos realidades. Separarlas crea mas pro- blemas que soluciones. La realidad psiquica se en- | cuentra privada del crite- rio de la objetividad, se en- | cuentra privada del mundo, y la realidad externa se en- cuentra sin un alma. No hay ninguna ganancia en pensar en ellas de manera diferente. En estas condicio- nes, cuando algo «no fun- ciona» nos esforzamos para encontrar una solucién de- batiendo entre intra- e inter-, entre el sujeto y los demas sujetos y dejamos que el RES COGITANS / RES EXTENSA yy unwseis René Descartes es considerado como el fundador de la filosofia mo- derna. En sureflexién, ejemplificada en El discurso del método de 1637, subdivide la realidad en dos partes. Una realidad psiquica (res cogitans, lo que «piensa»] caracterizada por la libertad y la conciencia, y una fisi- ca (res extensa, lo que «se extien- de»] caracterizada, en cambio, por el inconsciente y por la limitacién. De esta manera se abre un dualismo entre la mente y el cuerpo, entre la racionalidad y la realidad sensible. Lo que caracteriza al hombre como tal es el pensamiento, lo unico que de ninguna manera puede dudar. Todo lo demas es pura materia y mo- vimiento mecanico. 60 JAMES HILLMAN mundo siga su curso, fuera de la terapia, fuera de la vista y fuera del alma. Desde sus primeros pasos, a la psicoterapia se le recono- ce el mérito de haber conseguido unos resultados 6ptimos en la investigacién de la subjetividad entendida como sede de la activi- dad psiquica. El problema se presenta hoy en dia. En el momento en que cl paciente presenta patologias que van més alla de la di- mensi6n subjetiva y que ponen en cuestion el funcionamiento del mundo, Ja psicoterapia tiene necesariamente que replantearse su propio paradigma interpretativo. Los terapeutas se han esforzado en reforzar la subjetividad, poniéndola en condiciones de gestio- narse a si misma y a los desafios que provienen del mundo exter- no. Pero, mientras tanto, el mundo externo, en el que la subjetivi- dad tendria que actuar, se ha venido abajo. El yo se ha reforzado y, al mismo tiempo, se ha visto privado de un munds en el que actuar. El colapso ya no es el psiquico del adulto neurdtico. El colapso (en inglés, breakdown) es el que nos restituye la historia con- tempordnea. Hillman (que escribe el ensayo Anima Mundi en 1982) nos trae ejemplos Iamativos de la historia estadounidense: el es- cAndalo del Watergate, que llevé a la dimisi6n al presidente Nixon, ola guerra del Vietnam. Pero si observamos la cr6nica, su andlisis sigue siendo valido, la sintomatologia es la misma: «los es ‘andalos bancarios con la complicidad del gobierno, la contaminacién, la microcriminalidad, la vuelta del analfabetismo, la difusion de co- sas-basura, el engaiio, la ostentacién» (Hillman, El pensamiento del corazén y Anima Mundi: el retorno dei alma al mundo, Madrid 2005). «Crisis» parece ser la clave interpretativa de la sociedad contem- pordnea, la disfuncién es individual y colectiva al mismo tiempo. Si en el estudio de Freud, en el 19 de Bergstrasse en Viena, el paciente descargaba sobre el célebre sofit verde a si mismo y su propio malestar, hoy en dia tendria que ser el propio mundo el que se acomode para enfrentarse al colapso. Escuchamos un ELALMADEL MUNDO 61 telediario o leemos un periddico. ;Cudntas veces nos ocurre ver términos propios del léxico psicoterapéutico asociados a cle- mentos del mundo externo? Son los gastos los que se han con- vertido en manjiacos en la busqueda de una satisfaccién instan- tanea del consumismo sin parar y el mercado es paranoico, entre esquematizaciones y necesidades de defensas y secretos. {QUIEN SE TUMBA EN EL SOFA? El que se queda a parte, pero que nos habla a través del léxico de la psicopatologia, es la psique. Ella esta sufriendo, vive el pathos del colapso. En el drama que se esta consumando, el mundo toma conciencia progresivamente de ser él también parte de una realidad psiquica que sufre, se debate y trata de defenderse manifestando su propio malestar y su propio dolor. La psicote- rapia parece haberse olvidado de una invitacién que el mismo Freud habia profetizado en El malestar en la cultura (1929): esta- mos llamados a reflexionar sobre la posibilidad de que la evolu- cién del individuo y de la sociedad sean tan parecidas entre ellas como para considerar la hipétesis de que la humanidad pueda vivir el drama de la neurosis. El padre del psicoanlisis se preguntaba si no era el momento de examinar esos procesos y tomar sugerencias terapéuticas. Esta invitaci6n, también se podria hablar de «desafio», la retoma Hillman, tratando de in- vestigar esa neurosis y de extraer una practica terapéutica ade- cuada. Los intentos llevados a cabo por ahora en este sentido no habrian hecho mas que darle vueltas a la cuestion, en la convic- cién de que los problemas de la «neurosis del mundo» se resol- viesen sometiendo a anilisis a los actores del mundo, llevando a cabo ese circulo vicioso de «fuera» y «dentro». 62 JAMES HILLMAN La pregunta que Hillman plantea es provocativa: «Este punto de vista no os parece una negociacién, por parte de la psicologia (...), de las cosas asi como estan, que ha acabado por mantener su vision del mundo?» (Hillman, Anima Mundi). ZY si simplemente no fuese el hombre el que derrama sus patologias en el mundo, sino que fuese el mundo el que derrama su malestar sobre el hombre? La epidemia parece no tener fin, por mas esfuerzos que se hagan para someter a terapia a los sujetos involucrados. No hay ninguna vacuna ni aislamiento que valga. Es hora de que los estudios de los analistas abran concretamente las puertas al mundo. El ejemplo puede ser el de un matrimonio que no funciona. Marido y mujer pueden pasar horas y horas en el sofa del terapeu- ta el cual, a su vez, podra diseccionar y someter a andlisis incluso los pliegues mas recénditos de la relacion entre los dos individuos. Pero no se ha dicho que la situacién sea recuperable. La raiz del problema sigue estando enterrada. Si no se decide ampliar la mira- da incluso a lo que permanece en el fondo, si no se acepta el ingre- so del mundo en Ia realidad psiquica, no se podra encontrar una soluci6n. Es necesario entender ese malestar que el mundo descar- ga sobre los sujetos. Una vez hecho, los dos cényuges del ejemplo podran darse cuenta de las respectivas heridas que el mundo les ha infligido, abandonando la estrechez de una vision encajada en el subjetivismo. De enemigos a aliados, del ser humano en terapia a completar una terapia sobre el mundo que le rodea. Cuando aceptamos esta nueva perspectiva, no hacemos mas que recuperar la que ya propuso Marsilio Ficino. No es solo el sujeto el que tiene un alma que sufre y al que podemos cuidar. Esa alma también la tiene el mundo. Y también esa alma se pue- de curar, Pensar en este nuevo paciente no quiere decir perderse en fascinaciones y especulaciones filoséficas, en la contemplacién de lejanas divinidades o de una misteriosa energia vital infundida ELALMA DEL MUNDO 63 en la naturaleza. Significa ver, en el caos de las cosas, la chispa, la ocasi6n, la imagen que cada acontecimiento lleva consigo como una «ocasién» de imagen, de algo de valor para una realidad psi- quica de la que yo también formo parte. El mundo no es un cédi- go que hay que interpretar, sino que es una Tairada que mira y a. No son solo los seres vivos los que entran en esta pide ser vis nueva vision, cada cosa que forma parte del mundo, incluso tam- bién las artificiales, nos pide entrar en relacién con nosotros, de compartir la misma realidad psiquica. Y, como cada mirada, es una relacién doble. Miramos y somos mirados. La «proyeccién» deja de existir y llega el momento de la «animacién»: la realidad psiquica deja de limitarse al pasado, a las cosas vividas, a la expe- riencia, y se convierte en un cambio presente y constante. Hablar del alma del mundo no quiere decir imaginar tam- bién los objetos inanimados, las «cosas», como seres humanos. Quiere decir que hay que tener en cuenta todo lo que esta en el mundo como vinculado por un juego de miradas, por un juego de imagenes que las cosas nos restituyen, que nosotros restitui- mos a las cosas, que las cosas se restituyen reciprocamente. Todo es portador y receptor de imagenes y de sentimientos. Li- mitarse al plano de la experiencia quiere deci costa un sujeto de experiencia y su necesario objeto, quiere de- cir encontrar el yo y ponerlo en su trono. En cambio, cuando despertamos el alma del mundo, no es la experiencia sino el testimonio lo que se convierte en valor. encontrar a toda RESTITUIR EL ALMA Dejar de tener en cuenta el mundo como el telén de fondo de las cosas como objetos hechos para ser aprovechados quiere decir 64 JAMES HILLMAN empezar a dar valor, sentido y significado. Cada objeto podra restituir una imagen mds 0 menos compleja, pero en esa ima- gen nos habla y nos dice lo que representa en el mundo, nos dice de qué manera participa del alma del mundo y en su realidad psiquica. Las cosas dejan de leerse a través de la lente distorsio- nada de la subjetividad. El coche estropeado no es la causa de «nuestra» neurosis sino que es algo que ha perdido su funcion y reclama una atencién para volver a encontrarla, para volver a hacer lo que estaba llamado a hacer en el mundo. Esto no sig- nifica que tengamos que acomodarla en el sofa del terapeuta en nuestro lugar o que tengamos que sentarnos frente a ella y com- pararnos para encontrar la serenidad perdida. a Lo que tenemos que hacer es dejar que las imagenes ya no se recopilen con la frialdad del célculo de ittiles y pérdidas, en la economia de nuestro interés. Tenemos que volver a los antiguos y aprender a mirar con el corazén. De los griegos al Renacimiento, el corazén no solo era el érgano de la vida sino que también era el de las percepciones y de la imaginacién. Hillman nos pone en guardia contra cualquier sentimentalismo facil: poner el énfasis sobre el corazon no quiere decir que nos volvamos una reduccién simplista a los buenos sentimientos genéricos, a una especie de «amor» que lo abraza todo, banalizandolo. Quiere hablarnos de un coraz6n que sabe relacionarse con el mundo y con su comple- jidad, a través de una verdadera educacién estética, una educa- cion para ver que es capaz de entender el impacto de la imagina- ci6n, es decir, para superar el sentido literal € inmediato de las cosas. Por lo tanto, la psicologia esta llamada a aceptar esta invi- tacion. Y el psicdlogo estadounidense lo hace sin ahorrar criticas, invitando a abandonar tanto las clinicas de Zarich y de Viena (junguianos y freudianos) como las acrobacias lingiiisticas de Francia (Lacan). Si el mundo esta enfermo y es el corazén con lo que percibimos el mundo, entonces también el cora- zon acabara por enfermar. Esta es la razén por la que estamos Ilamados a replan- tearnos la misi6n de la psi- coterapia como un compro- miso para curar, no solo los objetos sino también las co- sas y el mundo. Hemos per- dido toda la sensibilidad hacia el mundo y hacia las cosas, nos hemos anestesia- do al fijar la mirada solo so- bre nosotros mismos. Y esta es la época de los desastres naturales y de la produc- cién finalizada para el pre- cio y no para la belleza: «las cosas llevan su sufrimiento escrito en el rostro». ELALMADEL MUNDO 65 ESTETICA El término «estética» deriva del latin moderno aesthetica y fue acufado por el filésofo aleman Alexander Gottlieb Baumgarten en 1735. Se re- fiere al griego ais®nors, aisthesis, es decir, percepcién, sensacién. En la filosofia y en la cultura occidental, el término ha ido poco a poco indicando una reflexién sobre la belleza, ya sea tanto natural como artistica, y como consecuencia también sobre el Arte y la produccién artistica. En el len- guaje comin, el término se ha utili- zado para indicar, por to general, todo lo que respecta al aspecto exte- rior. Hillman, reconectandolo a su etimotogia original, habla en térmi- nos de una capacidad de ver las co- sas, de percibirlas como parte det anima mundi. ¢Como se puede producir esta nueva psicologia, este nuevo modo de «hacer alma» y, por lo tanto, de mirar al mundo a través del coraz6én y de la maravilla estética? Tenemos que abandonar la busqueda del significado, excavar en el incon: ciente para extraer los materiales con los que fortalecer el yo. Tenemos que detener esta practica militarista que traza los con- fines entre bueno/malo, sano/enfermo, progreso/retroces' verdadero/falso para encaminarnos hacia una practica que se pregunte «;qué son las cosas?, ¢para qué sirven?, gcon qué fine lidad estan hechas?» Hablar de estética, Hillman lo subraya 66 JAMES HILLMAN muchas veces, no es aplastarlo todo en una busqueda indefinida de un hipotético «bello». No nos esta diciendo que vay dar una vuelta al museo, que cuidemos mejor nuestro jardin, que arreglemos el armario. Estética es entender ¢l mundo, ¢: mas, es entender el mundo y lo que le dice a nuestro coraz6n. Cada cosa, incluso la mas insignificante, nos habla y tiene una recaida para nosotros asi como nosotros la tenemos para ella. Porque todos somos parte de la misma alma del mundo que tenemos que (re)aprender a reconocer. mos a CULTIVAR Aceptar el alma del mundo requiere cultivar la respuesta estética. Es decir, significa afrontar el dia a dia desde una perspectiva com- pletamente diferente. La sociedad contemporanea impone ritmos frenéticos que empeoran el solipsismo del individuo SOLIPSISMO vo Para la filosofia, solipsistico es la actitud de quien agota toda La reali- dad en si mismo, sobre el plano practico asi como sobre el plano me- tafisico. Es «solipsistica» la actitud de quien calcula cada accién desde su propio punto de vista personal, dejando de lado cualquier conside- racién hacia los demas; es «solipsis- tico» considerar cada realidad ex- terna como una simple proyeccién de la propia conciencia. y su fijacién sobre la tinica realidad psiquica que logra entender, es decir, la propia. Cuando viajamos en un autobiis o en un tren, los detalles del paisaje que nos rodea escapan a nuestra mirada, no los captamos. Si nos preguntan como ha ido ese viaje lo definimos en base a nuestras percepcio- nes, no nos detenemos en los detalles del medio de ELALMA DEL MUNDO 67 transporte a no ser que nos haya «afectado» de alguna manera, ni prestamos una atencién determinada a los demas pasajeros. Sin embargo, el tren 0 el autobiis estaban muy presentes, el paisaje exterior no dejaba de existir cuando salia de nuestro campo visual y los demas pasajeros tenian un viaje como el nuestro. Para obser- var todo esto, tendriamos que haber ampliado la visién y ralenti- zar. Para Hillman, esto se convierte en un concepto fundamental: ralentizar. Dar una respuesta estética a las cosas, es decir, obser- varlas con la atencién que se merecen solo es posible si aceptamos ritmos mas lentos, suspendidos y contenidos al igual que puede estar la respiracion al ver una maravilla. Somos prisioneros de los mecanismos que necesitan los he- chos, los datos, las cosas, las noticias y las informaciones. Pero a un ritmo tal que, de hecho, los quemamos sin ni siquiera consu- mirlos, sin ni siquiera hacerlos nuestros. Cuanto mas acelera- mos, menos cosas observamos. En cambio, si adoptamos un ritmo diferente, somos capaces de captar los detalles de las co- sas. Verlas para conocerlas, verlas para tener cognici6n, verlas para tener notilia, utilizando el término latino, es decir, cogni- cién. Por lo tanto, aqui no solo se amplia nuestra mirada sino también nuestro lenguaje, nuestro modo de describir. No hace- mos una lista de los beneficios que podemos recibir, sino que hacemos una lista de las propiedades. Los antiguos habian aprendido a identificar a los dioses con imagenes determinadas. Atenea no es solo la diosa de la sabiduria, es la diosa de los ojos azules. Ares no es simplemente el dios de la guerra, es la man- cha de sangre, al igual que Artemisa es la casta y Afrodita es la diosa de las nalgas hermosas. Por lo tanto, cultivar se convierte realmente en una nueva forma de educacion. Aprender a desviar la atencién del sujeto, de la gesta del yo mitificado por la psicologia y dedicarse con atencién y 68 JAMES HILLMAN ECOLOGIA Ve La palabra «ecologia» esta, co puesta por oixoc, SRE Stastisswen- sensibili cosas. Estamos nosotros, es- io tan los demas, pero también gstan las cosas y todos so- »mos percibidos por el mis- torno» y Aoyos, logos «discurso®, “= -*Hio mundo, el cual, a su vez, «razonamiento». Se ‘gata de uncam= po complejo que engldbe tiferentes disciplinas con la fipatidad.de enten- der la interaccion entre t ta ig naturaleza “"FEquiere cuidados y aten- “ion. Por lo tanto, el «hacer ~ alma» se convierte no solo y las criaturas que Ja,habitan, Tale |, una terapia sino también tras que el lenguaje comun la ha identificado exclusivamente con el ecologismoy el cuidado del medioam- biente. James Hillman, al igual que con la estética, hace referencia al significado etimolégico de la palabra, en la ecologia, se convierte, como sugiere la propia eti- mologia de la palabra, en un discurso sobre la casa. Y tener cuidado de la casa y, manteniendo que la capacidad de en- tender y de valorar el anima mundies la ecologia, entendida como una re- flexién sobre el mundo en cuanto ala «casa» del hombre y de las cosas, y como tal digno de atenciones por lo tanto, también de sus habitantes rompe las cade- nas. dela valorizacién dis- torsionada y de la soledad. Estamos dispuestos a gastar«cientos de dolares por una hora de subjetivismo y no mas de 19,95 délares por una silla en cuyos frios brazos de metal y en cuyo regazo de plastico se produce, de hecho, dia tras dia, la reflexién». El ahorro se tiene que producir no por el precio impuesto por las leyes imper- sonales de la economia sino por el valor que las cosas llevan in- trinsecamente consigo. Incluso la de aquellas que se producen en serie. La tecnologia no es enemiga de la naturaleza. La natu- raleza artificial de un producto no coincide con Ja ausencia de un alma. Nosotros somos los que se la arrebatamos al ser 0 al no ser instrumento de un beneficio personal. ELALMADEL MUNDO 69 Encontrar una relacién con las cosas y con su autenticidad también nos permite salir del laberinto en el que nos ha confina- do la pérdida de las imagenes. Nos hemos reducido a hablar solo con nosotros mismos y de nosotros mismos, y hemos perdido toda la confianza y toda la intimidad con el mundo. Nos hemos reducido a caminar en un cementerio, una extensién de ruinas, los restos de las cosas muertas. El valor de nuestras personas y de nuestras relaciones se ha coagulado en percepciones distorsiona- das. Si solo entendemos nuestra subjetividad y no los detalles, cuando entramos en contacto con los demas seres humanos te- nemos que encontrar la manera de que nuestra subjetividad sea tal como para despertar la atencién en los otros. Y, por lo tanto, nos reducimos a objeto sexual 0 nos imponemos con miedo. De Jo contrario, solo somos algo muerto entre cosas muertas. El narcisismo imperante es la consecuencia de un mundo falto de alma y, por lo tanto, no es capaz de volver a cambiar nuestra mirada, aliviando de esta manera el mordisco de la soledad. E] punto de inflexién se producira cuando cada cosa tenga su importancia y nosotros aprendamos a cuidarlas. No estamos ha- blando ~insiste Hillman~ de un estrambotico y distraido «amor» por la naturaleza. Estamos hablando de aprender con seriedad una disciplina y una cultura nuevas. Iluminar el mundo para ser a nuestra vez iluminados. Y bajo esta nueva luz, las cosas adquieren relevancia psiquica, la imagen me captura, ya no existe la divini- dad del precio, sino que Eros es aceptado para despertar Ia belleza. SIEMPRE NOS QUEDARA FLORENCIA Hemos derramado lo visual. Hemos trazado las Iineas de un amor que ya no es el disfrute y la satisfaccién de un deseo indi- 70 JAMES HILLMAN vidual, sino, mas bien, de un amor que es realmente tal porque es imposible alcanzar la propia satisfaccién sin satisfacer, al mismo tiempo, también al objeto. Abandonemos los miedos y los catastrofismos. E] miedo nos esté anestesiando. Hemos aprendido a convivir con la catastrofe. A aceptarla solo como horizonte. La filosofia occidental nos ha proporcionado cuatro jinetes del Apocalipsis, que han venido para anunciar el fin del mundo y la soledad del sujeto: Newton, Locke, Descartes, Kant. La Revolucién cientifica entre los siglos xvi y xvitl ha sometido el mundo a la necesidad de las leyes fisicas, exiliando cada ob- jeto imaginativo y relegandolo al campo de la creencia religiosa o dela psicosis. El empirismo y el racionalismo han arroja- do el origen del conocimiento, el uno vinculandolo a la expe- riencia sensible y el otro a la exclusividad de la razon. El ertti- cismo kantiano ha querido poner al hombre en el centro, pero esta valoracion ha abierto involuntariamente el camino hacia su soledad. El mundo ha perdido su alma y nosotros hemos llega- do al punto de creer que ni siquiera la ha tenido alguna vez. Vv | La filosofia siempre ha mirado con atencién al problema del conoci- | miento. De vez en cuando se ha identificado su origen —por los raciona- | [28 : a : | _listas— en la razén humane como tnico instrumento que permite al- | | | / | EMPIRISMO / RACIONALISMO | ; canzarlo [asi lo creia Descartes, por ejemplo), o en la experiencia sensible —por los empiristas— coms:haSe de todo conocimiento, re- chazando cualquier cosa que lo excediese {el inglés John Locke es con- siderado como el maximo representante de esta corriente). Hillman cree que ambas corrientes han contribuido a «matar» el alma del mun- do, rechazando cualquier realidad posible que fuese més profunda que los sentidos o concentrandose exclusivamente en la razén individual. . Ahora, en la cumbre del | cataclismo, es precisamen- te el mundo el que recla- ma atencién y cuidados. El reconocimiento’ de su alma provoca que nuestro corazon responda. A apren- der a darle de nuevo valor auténtico, a cuidarlo, a aceptar las imagenes. Se ha identificado un posible camino hacia la salvacién. Es el descubrimiento de la enseflanza que nos llega de la Florencia del Rena- cimiento, de Marsilio Fi- ELALMADEL MUNDO 71 ———— eeeeeue awe Por lo general, con este término se indica el pensamiento del filosofo aleman Immanuel Kant. El objetivo de su investigacién es el de someter a «critica» {del verbo griego xpive, kri- no, és decir, «juzgar»], es decir, a un analisis minucioso, las pretensiones de la razén. En el centro ya no se co- locan las razones ni la experiencia, sino el hombre. De hecho, a través de | sus estructuras mentales a priori | puede extraer conocimientos ciertos de las experiencias a posteriori que provienen del mundo externo. cino. A pesar de cualquier esfuerzo en sentido contrario, el anima mundi ha desaparecido, pero solo de la vista. Ha apare- cido periédicamente con otros nombres y con otras metaforas en la cultura occidental. Volvamos.a-darle, de una vez por todas, el lugar que le corresponde. Aceptemos la imagen antes que el concepto. Derribemos los diques del subjetivismo y de- jemos que el alma fluya y vuelva a Ilenar el abismo al que nos asomamos peligrosamente. Si se tiene que cumplir un colapso, que sea el de los paradigmas actuales. Solo entonces podra haber un nuevo renacimiento. ‘Tanto para la psicologia como para el hombre. La nueva psicologia que quiere «hacer alma» tiene que dirigirse y curar no solo al individuo, sino también al mundo para restituirles a ambos una realidad psiquica, un alma {COMO INTERVENIR? My - a a i I | Cuidar tanto el Considerar todo lo Superareldualismo | | — malestar que que esté en el mundo «fuera/dentro», | | eLindividuo vierte en como portadory «realidad de los | et mundo como | receptor de imagen y sentidos/realidad el malestar que el sentimiento. Dar valor psiquicar. mundo vierte sobre y significado a las | el individuo | | cosasy al mundo. Educar a la estética Ampliar la vista y (ver las cosas como | r 5 | Ralentizar los ritmos abandonar la lente parte del anima areae A para percibir las distorsionada de la mundil y ala ecologia Fi . cosas conociéndolas. subjetividad. | (prestar atenciéna la | casa del mundo). EL ALMA DEL HOMBRE EL CODIGO DEL ALMA Para Hillman, re-imaginar la psicologia y. volver a aceptar el alma del mundo, no significa «olvidarse» del hombre. Mas bien, se trata de aplicar esa revolucién estética también dentro de nosotros. E] subjetivismo imperante: no solo ha provocado esa distorsién visual, sino que también ha bloqueado la practica psicoanalitica en un enfoque completamente falseado. Hemos acabado por afrontarlo como si estuviésemos hablando de un. automdvil estropeado: «mi hijo tiene algo que no funciona, en- tonces lo llevo al psiclogo» exactamente como si estuviésemos diciendo «mi automévil tiene un fallo en los frenos, entonces lo Ilevo al mecdnico». La idea del trauma ha plasmado cualquier enfoque nuestro. . 106 JAMES HILLMAN cosa determinada, haber conocido a esa persona en particular, no han sido absurdas bromas del caos, sino etapas necesarias de nuestro camino individual. Era necesario que hiciésemos esa eleccién, aunque fuese equivocada, con el fin de llegar donde nos encontramos ahora. De todos modos, todas nuestras elecciones forman parte de nuestra vida. «Se necesita un corazon grande para aceptar un collar que estrangula»: cudntas veces rechaza- mos aceptar acontecimientos que nos ocurren, desclasandolos en absurdos e inexplicables. Pero, después, nos damos cuenta de que también ese dolor le ha servido al coraz6n para aceptar una ima- gen que hiciese crecer nuestra bellota. En cl mismo momento en el que hacemos una eleccién, esta permanece definitiva por la Necesidad que la introduce en la parte del destino que nos corres- ponde. Solo uno es el acontecimiento inevitable, necesario inclu- so antes de su conclusién: la necesidad arquetipica: la muerte. LA MEDIOCRIDAD ¢El cultivo de la bellota solo florece a la excelencia? ;De la bello- ta solo puede nacer un roble destinado a destacar sobre todos los demas? No. Nos hemos acostumbrado a utilizar el término «me- diocre» con un cierto esnobismo, como algo negativo, infimo ¢ insignificante. Y, en cambio, tendriamos que pensarlo simple- mente como algo falto de rasgos distintivos. Ninguna alma es mediocre en el sentido de inferior. Cada bellota tiene sus rasgos distintivos y singulares que son solo suyos, por mas que pueda tener gustos y aspiraciones convencionales que no destacan entre los demas. Un trabajo puede ser mediocre, un interés puede ser mediocre, pero simplemente porque esta «en la media» de millo- nes de personas. Decir que un alma es mediocre entendiéndola CULTIVAR LA BELLOTA 107 como falta de rasgos distintivos es como decir que esa alma no existe, puesto que cada una tiene rasgos univocos que ninguna otra pos , los evangelios nos recuerdan que muchos son los llamados, pero pocos son los elegidos: no confun- damos talentos y vocaciones. El talento es un fragmento, una pequeiia parte de una totalidad. Miguel Angel era un genio, tal vez era el escultor por excelencia, pero era un ser humano con otros gustos, otras pasiones, otras elecciones mas alla de ese talen- to que lo hizo ser Miguel Angel. Podemos tener un talento espe- cial, podriamos potencialmente ser unos disefiadores excepcio- nales, pero nuestra vocacién, por ejemplo, es la de ensefiar historia y filosofia en un instituto. Lo que es verdaderamente es- pecial no es sobresalir en algo sino mas bien saber responder a la llamada, y esta no tiene que ser necesariamente evidente 0 coin- cidir con el trabajo que desempefiamos. Podemos hacer un traba- jo «mediocre» y al mismo tiempo responder a una llamada espe- cial e individual, es decir, la de cultivar nuestra singularidad en las formas que el daimon nos sugiere. ‘Todos no tenemos que ser genios. La propia mediocridad puede ser una vocacién. Decir que algunas bellotas son mejores que otras es reconfortante y cruel, es decir, «yo soy un privilegiado» o «no puedo hacer nada, no vale la pena que me esfuerce porque no he recibido el don». Si elegimos no luchar, ni siquiera intentarlo, diciendo que no hemos recibido quien sabe qué talento 0 qué causas externas se hayan interpuesto en nuestra realizacién personal, somos libres de ha- cerlo, pero es una eleccién solo nuestra: hemos decidido adoptar una justificacién sociolégica a nuestra inercia, culpando a fuerzas misteriosas mas alla de nuestro control. La vocacion puede ser simplemente seguir formando parte de la tropa, n6 tigne que convertirse por fuerza en un oficial superior. La parte fundamental de un ejército son los soldados . En varias oc sion¢ 108 JAMES HILLMAN cn el frente, no los oficiales al mando. Una cosa no puede ser menos que la otra. Tenemos que aprender a aceptar también la perspectiva anti-heroica y anti-jerarquica. Un hombre cual- quiera tiene su legitima raz6n de ser. Es nuestro cardcter, son nuestras elecciones las que moldean nuestra vida, aunque se di- rija fuera de las luces del foco. Es la vocacién a la vida misma la que nos llama, dejemos de medir solo las excelencias. Cada uno de nosotros Ileva consigo su propio tinico destino. Aprendamos a abrazar esta perspectiva, a escuchar a Heraclito cuando nos dice que «el caracter es el destino». Gada uno tiene su bellota. Y es especial porque es la suya. LA SEMILLA MALVADA Hay una consideraci6n que es necesario aiiadir. gIncluso los malvados tienen su bellota? ¢Es una bellota que se ha corrom- pido? zEs una bellota originalmente malvada? El daimon se puede convertir cn un demonio? Desde siempre el mal forma parte de nuestro horizonte y desde siempre el mal ejerce una fascinacién perversa. ‘Tomemos el que podriamos definir como el malyado por excelencia de la edad contemporanea, Adolf Hitler. Las descripciones, los testimonios y las peliculas hacen surgir algunos rasgos sobre los que Hillman considera necesa- rio detenerse. El dictador nazi era conocido por ser una persona. obsesionada por Ia rigidez y por los rituales. ‘Todo se tenia que fijar de antemano y no se podia cambiar. Sentia fascinacion por las llamas y por el fuego, se identificaba a si mismo como el arquetipo legendario del lobo y los observadores describian su mirada como glacial y maniaca. Es conocida su fijacion anal y su sadismo, mientras se rodeaba de mujeres fragiles ¢ inestables, CULTIVARLABELLOTA 109 a menudo suicidas (tres de las amantes de Hitler se suicidaron), y de personajes excéntricos 0 fisicamente discapacitados: Ru- dolf Hess, mano derecha de Hitler hasta 1941 y juzgado men- talmente inestable; el ministro de propaganda Joseph Goebbels cojeaba por una malformacién en un pie; 0 el jefe de la aviacion Hermann Géering era adicto a la morfina. Son personajes que podriamos considerar como sintomas exteriores de la maldad y de la perversion de Hitler. Sin embargo, lo que realmente resulta distintivo es mas pro- fundo. El psicoanilisis, que en las condiciones mentales de Hitler ha vertido rios de tinta, lo veria (de nuevo, la supersticién paren- tal) como el fruto de dindmicas familiares distorsionadas y enfer- mas. {No seria simplista? ¢Algtin abrazo de mas y un padre pre- sente y no violento le habrian ahorrado a Europa el horror del nazismo? En cambio, para el psicoanalista estadounidense hay mucho mas. La «semilla malvada» existe. La bellota puede ocul- tar un coraz6n malvado y corrupto. Esta en el infinito abanico de las posibilidades. Sus caracteres son peculiares y distintivos. En este caso, la vocacién no es algo oculto que haya que aceptar. La «semilla malvada» tiene la conviccion de ser la depositaria de un destino superior, de un destino manifiesto que no puede ser obstaculizado. Ya no busca la respuesta de la llamada, es la exal- tacién distorsionada de una vocacién. Bebe y se alimenta de fra- ses altisonantes, de paradigmas preestablecidos, de distinciones claras entre lo que para ella es correcto y lo que es incorrecto, con la convicci6n de que lo sea en un sentido absoluto y totalizante. Y he aqui otra vez que el daimon se convierte en demonio. Deja de ser el timonel que sugiere la ruta y se convierte en el heraldo de la destructividad. Echarle la culpa al sistema familiar 0 a los trau- mas del mundo externo es facil y reconfortante. Negar la posibi- lidad de la existencia es un mal absoluto e innato. Los factores 110 JAMES HILLMAN externos tienen un peso y son importantes pero, realmente que- remos reducirlo todo a esto? En el infinito abanico de posibilida- des de la existencia también se contempla el mal. Y no es una posibilidad remota o el castigo por un antiguo pecado. Es uno de los aspectos de la propia existencia. E] alma del mundo también tiene sus zonas oscuras. Hay diferentes explicaciones que la psicologia ha intentado proporcionar a la existencia del mal y a los comportamientos «desviados»: \/ La personalidad malvada es tal como para condicionar «los traumas infantiles». Eres lo que eres porque has cre- cido en un entorno embrutecedor, entre violencias y mal- tratos. La tuya es una forma de rescate. \’ La maldad es un «defecto hereditario». Ya lo habia pensa- do la frenologia. Hoy en dia la volvemos a conectar a los factores fisiologicos: anomalias genéticas, malformacio- nes, desequilibrios hormonales. Pildoras coloridas pueden resolver el problema. SY Blaethos del grupo» te ha hecho asi, Las influencias externas han moldeado tu distorsionado sistema de valores. Un entor- no en que la violencia era la norma del comportamiento ha hecho que si que la consideres el paradigma normal. \/ El «mecanismo de la eleccién». El sujeto esta convencido de que es «el camino» qué tiene que recorrer. Si te con- vences que de ese acto criminal-se podra extraer una ven- taja, entonces te parecera perfectamente licito para alcan- zar tu satisfaccion. CULTIVAR LABELLOTA 11 \/ El «karma». Algo, alguien, que ha querido que todo esto ocurra. Para expiar pecados pasados 0 para transformar- te en un instrumento misterioso de la venganza de una divinidad enfadada, con la intenci6n de castigar un mun- do que ha perdido la fe. SY La «sombra». Por naturaleza, el hombre es llevado al mal. En cada uno de nosotros existe un componente negativo, una maldad natural. Esta antropologia negativa conside- ra el mal como algo simplemente humano. Condiciones externas 0 traumas repentinos pueden romper los frenos de la civilizacién y dejar que esta emerja. “La «laguna». En el caracter del hombre malvado falta algo. No ha sabido desarrollar los senti- © -——— mientos deempatiay |§ FRENOLOGIA de piedad hacia el) | réjimo. Hay un va- prop Y | Es una teoria elaborada por el médico llenado por bedi | alemén nacionalizado francés Franz la agresividad, por el Joseph Gall, entre los siglos xvii y xix egoismo, por la cruel- Seguin esta formulacién, cada fun- cién psiquica tiene una localizacién precisa en distintas zonas del cere- bro. Procediendo a medir el crdneo dad, por una inteli- gencia entumecida y por una fijacién ma- humano, el estudio de su forma y de la presencia o ausencia de determi- nadas conformaciones, por lo tanto, seria posible determinar los carac- teres de su personalidad y de sus cualidades psiquicas. niaca. El delito se convierte en una for- ma como cualquier otra para llenar ese vacio. 112 JAMES HILLMAN \/ La dllamada del demonio». El mal es una vocacit alla de cualquier comprension humana. dente que va ma mn trascen- Una maldad irracional y objetiva a si misma. Cumplir el mal en la certeza que esa sea la vocacién, la llamada, la bellota a cultivar. La «semilla del mal» invoca la violenciz como su propio alimento y el daimon convertido en demonio se expre- sa a través de ella. El mal como posibilidad existencial, mas alla de cualquier reconfortante intento de explicaci6n. Llegados a este punto, como es posible combatir o prevenir la «semilla del mal»? La hipétesis de que puede existir un mal MANIQUEISMO reer | Religién arcaica que funde elementos | del cristianismo con tas influencias | de la religiosidad oriental, caracteri- zada por una concepcién dualista Toda la realidad seria la expresién de un choque entre dos principios basi- cosy opuestos: uno positivo, luz-bien, y otro negativo, oscuridad-mat, Hoy en dia, en el lenguaje comin mani- queo indica una concepcién basada | enjuicios formulados por una contra- | posicién radical de principios opues- | tos, Para Hillman, una actitud de este | pe termina por relegar el mal, la | -esemilla malvada», a algo externo al i mundo y come tala rechazar, a com- | batirsin tregua, sin que pueda encon- | trar espacio en a realidad. innato, inevitable, que es- capa a las esquematizacio- nes, es algo que nos resulta dificil de aceptar. Estamos tan desorientados que nos falta la capacidad de acep- tar la sintomatologia. No somos capaces de verlo y nos dejamos sorprender cada vez. Aceptarlo no sig- nifica tolerarlo. Aceptarlo significa considerarlo como posible entre las infinitas necesidades de los aconte- cimientos. Y, por lo tanto, ser capaz de reconocerlo, de entender las sefiales y de combatirlo. Una de los mas evidentes es la convicci ciega, la megalomania de CULTIVAR LABELLOTA 113 un daimon que pretende realizar su propia vocacién de manera totalizadora, ciego a los limites de las posibilidades propias del hombre. Otras sefiales son la arrogancia inflexible y la convic- cién de una pureza superior, carente de cualquier ironia y autoi- ronia; la incapacidad de controlar los obstaculos e imprevistos, que desemboca en la rabia incontrolada; el rechazo radical de poder ser ordinarios, mediocres, no especiales; o el terror de la impotencia. Reconocer estos sintomas y detenerse en ellos para. entender si esconden la «semilla malvada» es el primer paso. Te- nemos que aceptar la idea de que existe, que esta presente, que nos deja entrever en determinados comportamientos y en deter- minadas imagenes. Entonces podremos encauzarlo y poner en practica una terapia. Y es un paso que no podemos completar si no aceptamos la propia existencia del horizonte del alma, de la bellota y del daimon. Hasta que pretendamos dividir de manera maniquea el bien en oposicién al mal, tachando cualquier ma- tiz y cualquier complejidad, no podremos obtener mucho, sere- mos victimas de nuestras propias reducciones simplistas. Reconocida esa «semilla malvada» oculta en la bellota, ten- dremos que comprometernos en romper el horizonte monoma- niaco, plegado ciegamente sobre si mismo y sobre su propia vo- cacién. No tenemos que limitarnos a la perspectiva de la batalla: incluso las Erinias, las furias de la venganza, tenian su lugar en el pante6n griego. E] mal forma parte de este mundo, tiene su lugar, no €s otro con respecto al mundo. Si la planta esta torcida, no la arrancamos. La enderezamos. La cociamos a fuego lento en una presunta inocencia, exaltandola como la (nica virtud aceptable, en un distorsionado optimismo fabuloso; descargar nuestras res- ponsabilidades sobre los demas, sobre los padres, sobre el entorno escolar y laboral, sobre las relaciones personales; leer el mundo en una perspectiva que considera el mal una absurda casualidad, 114, JAMES HILLMAN en lugar de considerarlo también como una ocasién de creci- miento y de reflexi6n: mientras sigamos por este camino, la «se- milla malvada» echara raices cada vez que se presente y nos da- remos cuenta solo cuando sea demasiado tarde. De todas las metaforas posibles, se pregunta Hillman, gpor qué hemos hablado precisamente de una bellota? {No era posible identificar terminologias mas adecuadas como «teoria de la esen- cia», «teoria de la imagen», «teoria del genio» o «teoria del dai- ‘mony?

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