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¿Qué significa "percepción"?

Percibimos siempre que nuestro cerebro registra


información externa a la propia mente. Percibimos cuando olemos, cuando tocamos,
cuando sentimos frío, cuando oímos, pero de todos los sentidos que nos permiten tener
sensaciones, el que ahora nos interesa es la vista.
La percepción visual es clave en nuestro desarrollo y realización como personas: la
mayor parte de la información útil que poseemos nos ha llegado a través de imágenes,
expresiones, signos y palabras impresas, todas ellas visibles. Es posible vivir sin ver,
pero es mucho más complicado y difícil.
Cuando percibimos se desarrolla un proceso muy largo y complejo en el que colaboran
los ojos en interacción con el cerebro, que es el que dirige sus movimientos
exploratorios. Pero es únicamente el cerebro el que realmente percibe y "siente" las
imágenes en una labor de procesamiento de la información que ocupa varias áreas de
nuestro encéfalo; áreas que, curiosamente, no están junto a los ojos sino cerca de la
nuca. Puedes visitar la actividad "El camino de la visión" para entender que la realidad
que nos rodea no posee la misma naturaleza que nuestras visiones o percepciones
visuales.
El color, el movimiento, la forma, la tridimensionalidad y otras características que
vemos en los objetos que nos rodean son interpretaciones mentales, son invenciones
subjetivas sin las cuales no nos podríamos desenvolver en el mundo y sobrevivir.

Todos los sentidos interpretan las señales que le llegan de la realidad externa (acidez y
basicidad, vibraciones del aire, movimientos de moléculas, ondas electromagnéticas,
etc.) como sensaciones subjetivas (olores, sonidos, calor, color respectivamente) gracias
a procesos perceptivos similares que recorren las mismas etapas.
Es difícil de creer, pero lo que sentimos al ver algo es un producto cerebral, filtrado,
simplificado y reelaborado, un flujo de información que recorre varios caminos entre las
estructuras neuronales de nuestra materia gris.

De todo el proceso perceptivo visual, el ojo es el único órgano que podemos observar.
Nuestros ojos son nuestras cámaras de video personales. Cámaras de precisión que
nunca se cansan y que generan un impresionante caudal de información hacia el
cerebro. Este flujo inmenso de información es, probablemente, el de mayor capacidad
del reino animal, y el gran diámetro del nervio óptico es reflejo de ello.
Siempre se ha comparado la estructura del globo ocular con la de una cámara
fotográfica, pero tiene más parecido aún con las cámaras de video. A pesar de la
importancia capital de nuestro ojo, puede que conozcamos mejor las partes que
componen una cámara de video. ¿Sabrías decir dónde están la córnea o la esclerótica?.
Experimentar directamente con nuestra visión es muy divertido e instructivo, pues nos
damos cuenta de desconocidas peculiaridades de nuestro ojo con las que convivimos a
diario: el "punto ciego" que es una zona de nuestro campo visual en la que no
percibimos nada,la visión periférica o zona con detalle reducido en ese mismo campo de
visión, las curiosaspost-imágenes, que son colores o imágenes fantasmas producidas por
el desgaste de los pigmentos fotorreceptores, la pérdida de percepción de los contrastes
tonales, provocada también por el cansancio de la retina, etc.
La retina es la superficie cóncava interior del globo ocular; en ella se encuentran las
células fotorreceptoras que individualmente son estimuladas por la luz. Poseemos dos
tipos de células fotorreceptoras: los conos y los bastones (o bastoncillos).Los conos se
encargan de la visión de los colores, tal como haría un CCD (dispositivo acoplado de
carga) de una videocámara, mientras que los bastones se encargan de la visión
monocromática en bajas condiciones de luz.
Hay una pequeña zona de la retina con una altísima concentración de células
fotorreceptoras, en concreto de conos, es la llamada "Fovea Centralis" y gracias a ella
podemos ver en detalle la parte central de la imagen que estamos contemplando. En ese
escaso 2% de arco retiniano hay más conos que en el resto del ojo. Es lógico, pues, que
siempre que algo nos interesa y queremos observarlo en detalle, movamos el ojo para
que su imagen quede centrada en la fóvea: es lo que se conoce como"Dinámica de
centrado en la fóvea". Este movimiento de búsqueda y de centrado es uno de los cinco
que realizan los músculos oculares. Los más curiosos de estos movimientos son los
rápidos "Movimientos sacádicos".
Permíteme que haga otras comparaciones entre el ojo y las cámaras de video. En los dos
casos la captación de imágenes no es continua, sino a intervalos, en las videocámaras
con sistema PAL se captan 25 fotogramas por segundo, cifra bastante similar a la del
ojo, que no sobrepasa las 30 imágenes por segundo. Otra similitud es la adaptación
automática a la luminosidad ambiental; cuando aumenta el brillo de la escena la cámara
cierra su diafragma... y el ojo cierra su pupila. No hay duda de que los ingenieros han
tenido como referente al ojo para desarrollar sus aparatos de video. El último parecido
que reseñamos es la adaptación a las condiciones cromáticas de la escena, gracias a la
cual el ojo y la cámara de video (sólo las cámaras con balance de blanco) logran reducir
la tendencia o matiz de una escena para no verla tan coloreada.

Cuando las ondas electromagnéticas que componen la luz visible llegan a un objeto
pueden ser reflejadas parcial o totalmente o pueden ser absorbidas por él. La luz que
rebota en las cosas es la que acaba llegando a nuestros ojos, y tras ser captadas por las
células fotorreceptoras se convierte en energía nerviosa. El proceso no se para aquí, esa
información nerviosa es procesada, como ya dijimos, por el cerebro. Los procesos
mentales cerebrales que manejan la información visual son múltiples, entre ellos
destacan cinco: el reconocimiento y memorización, la interpretación perceptual del
color, del movimiento, de la forma y de la tercera dimensión. Trataremos más adelante
cada uno de estos logros perceptivos.
Existen otros procesos que no implican sensaciones visuales pero que son necesarios
para que todo el proceso visual no gaste excesivos recursos psicológicos y sea útil para
nuestra supervivencia:la atención selectiva, la valoración contextual de tono, color y
tamaño de las figuras en relación con su fondo y la constancia de la forma y del color.
Puedes consultar en esta Web ejemplos de mecanismos o esquemas perceptivos con los
que trabaja nuestra mente.
Todos los métodos de trabajo cerebrales han ido desarrollándose a lo largo de miles de
años de evolución filogenética y es difícil escapar a ellos; en algunos casos son métodos
tan rígidos que permiten ser engañados por ciertas imágenes, por las llamadas ilusiones
ópticas. Este es el caso de la visión de post-imágenes en puntos contrastados que
generan una especie de bordes, de las figuras imposibles con apariencia correcta, de la
confusión entre el color real y el aparente de los objetos, del cálculo erróneo del tono y
del color por influencia del entorno, de la valoración equivocada de tamaño y dirección
de los objetos también por causa del fondo, la percepción de movimiento ficticio
causado por la reacción ante la constancia perceptual de un movimiento homogéneo que
hemos visto durante mucho tiempo y la valoración errónea de la velocidad de
desplazamiento o velocidad de giro porque el fondo también nos confunde.

Pasamos a describir brevemente los principales logros perceptivos de nuestra visión:


La percepción de la forma es uno de los éxitos de nuestro cerebro, al conseguir resaltar
mentalmente la figura sobre el fondo y unas figuras sobre otras para así poderlas
reconocer rápidamente.
El contraste entre figura y fondo es el primero que utilizamos para crear la forma,
silueta o contorno de un objeto. Es posible, de todos modos, que en el proceso de
resolución figura-fondo pueda haber confusiones. La percepción de la forma se basa,
también, en las "Leyes de Pregnancia" o de la forma, descubiertas por la Psicología de
la Gestalt. Según estas leyes asociamos perceptivamente elementos que tienen similitud
(en su color, forma, movimiento, etc.), que poseen buena continuidad, que son
simétricos o que están próximos. Con estas leyes de pregnancia, al asociar y simplificar
estímulos, ahorramos mucho esfuerzo neuronal.
Todas estas formas y figuras, que hemos captado y elaborado suelen ser memorizadas
de manera flexible, de tal manera que, posteriormente, cuando volvamos a ver las
mismas figuras, reconoceremos sus formas aunque estén tapadas, distorsionadas o
modificadas ligeramente; es lo que se conoce como "Constancia de la forma". Puedes
experimentarlo con la actividad "Reconoceformas".

La memorización de lo visto, que acabamos de comentar, es el segundo gran éxito de


nuestra percepción. ¿Qué pasaría si no pudiéramos memorizar los objetos y las
personas?: no podríamos reconocerlas cuando volviésemos a verlas.
Nuestro cerebro posee un enorme archivo de imágenes, formas, palabras, rostros, ideas,
sonidos, olores, etc. que va aumentando con el paso de los años. Este gigantesco "disco
duro" hecho de neuronas parece inagotable. Para hacer eficaz, rápido y ligero el
almacenamiento y la búsqueda de datos, éstos se memorizan como esquemas, patrones
o estructuras de reconocimiento. No se guardan, por lo tanto, imágenes como si fueran
fotografías con todos sus detalles, sino sólo las características llamativas o
diferenciadoras y las relaciones espaciales de los elementos observados. Gracias a ello,
no tenemos que memorizar todos los triángulos posibles para reconocer uno de ellos,
por ejemplo, cuando vemos tres palos cruzados o tres bolas que señalan sus esquinas.
Siempre que reconocemos una escena o figura lo hacemos influidos por nuestra
experiencia previa, es decir, por lo que existe en nuestra memoria concreta y particular.
Un ejemplo lo tenemos en la capacidad de completar figuras o formas inacabadas, pues
cada observador las reconocerá de manera distinta, en función de su archivo personal e
intransferible de imágenes.
Existe un tipo de figuras que puede ser reconocidas de dos o más formas distintas: las
imágenes ambivalentes o de doble sentido. Sus trazos los podemos configurar de dos
formas, identificándose con dos patrones distintos. Por ejemplo, esta "0" puede ser para
nosotros un número o una vocal, lo que no podremos hacer es captar los dos
significados al mismo tiempo.
Puedes experimentar más acerca del reconocimiento y la memoria con la actividad
"Reconocefiguras", en la que se pondrá a prueba tu capacidad de descubrir el
significado de imágenes difusas y con la actividad de "Predisposición al
reconocimiento" en la que comprobarás que el conocimiento previo de una figura nos
puede hacer descuidar la observación y reconocimiento de figuras que se le parecen.

El tercer logro de la visión es la percepción del color.


Nos puede parecer trivial y lógico ver en colores, pero debes saber que es un proceso
muy complejo; la mayor parte de los animales no ven en color y durante millones de
años de vida sobre la tierra ningún ser vivo veía con colores. Piensa, además que los
colores no están en los objetos ni en la luz, sino que son un "invento" perceptivo con el
que nuestro cerebro interpreta -en forma de sensación cromática- la información
nerviosa que le llega de los conos de la retina. ¿Sorprendido? Los colores son una
sensación tan subjetiva que podemos verlos mientras dormimos, pues pertenecen al
dominio del cerebro, no al del ojo.
Los conos se dividen en tres tipos: unos captan las longitudes de onda que
convertiremos en color rojo, otros las del color verde y otros las del color azul. A estos
tres colores se les llama primarios y son la base del sistema de colores conocido
internacionalmente como "RGB" (Red, Green y Blue) que se ha adoptado para los
televisores, monitores y proyectores multimedia.
A estos colores primarios también se les llama aditivos, pues al mezclarse entre ellos el
valor de luminancia del color obtenido aumenta (se aclara). Con la mezcla a partes
iguales de los tres colores obtenemos el color blanco.
Isaac Newton dedujo que si al descomponer la luz blanca obteníamos los colores del
arco iris -colores aditivos-, al mezclar éstos últimos recompondríamos la luz blanca. Y
lo puso en práctica en el actualmente conocido como "Disco de Newton".
Otro sistema de color es el de los colores sustractivos también llamados colores
pigmento; al mezclar sus colores primarios (amarillo, magenta y cian) obtenemos un
color más oscuro. Los colores primarios de este sistema son los que se utiliza en las
impresoras y en las imprentas (método "Offset") para conseguir el resto de los colores.
Otras características de los colores percibidos que trataremos en las actividades de esta
Web son el contraste, la saturación, el brillo y el matiz y, por otro lado, los cambios que
provocan en ellos el filtrado, cuyo ejemplo más conocido lo tenemos en los colores del
cielo, formados por el filtraje que hace la atmósfera de los rayos solares.
Para completar el tema del color puedes realizar las actividades "Rellenar figuras con
colores complementarios y suplementarios" y "Colores y emociones" en la cual
conocerás cuál es la razón de que sintamos emociones concretas ante cada color.

El cuarto éxito alcanzado por nuestra visión es la percepción del movimiento.


Muchos animales sólo ven lo que ocurre en cada instante ante ellos, reaccionando de
inmediato ante lo captado, no procesan el tiempo (los datos pasados) y por lo tanto no
tienen una previsión ni una percepción del movimiento. Para el resto de los animales, el
movimiento es el cambio de posición de algo a lo largo del tiempo. Con esta definición
podemos percibir movimiento cuando no hay un desplazamiento real con tal de que una
forma desaparezca en un lugar y aparezca otra igual a su lado.
Con la percepción del movimiento procesamos mentalmente otros parámetros como la
velocidad, el peso o ligereza de algo que cae en base a su aceleración, predecimos
trayectorias, impactos, e incluso somos capaces de reconocer ciertas figuras que,
confundidas con su fondo, desaparecen ante nuestros ojos cuando están quietas.
Puedes visitar la actividad "Movimiento inverso de aspas" para entender el curioso
fenómeno perceptivo de ralentización y marcha atrás de elementos radiales que giran
muy rápido.

Hemos dejado para el final el logro más envolvente y llamativo de nuestra percepción:
la creación de la sensación espacial o tridimensional.
Existen múltiples datos en nuestro entorno que nos dan pistas sobre las distancias y los
espacios que separan los cuerpos u objetos que vemos. Esos "caminos" para percibir en
tres dimensiones se completan con tres datos procedentes de nuestra actividad ocular: la
disparidad retiniana o binocularidad, el enfoque y la convergencia ocular. Nos bastan
unos pocos de estos datos para recrear la ilusión de espacio y profundidad; es, por eso,
tan fácil que nos sumerjamos en el "espacio" de una secuencia de cine o que percibamos
profundidad en una fotografía, volumen en un cuadro al óleo o espacio en un dibujo,
cuando no son más que colores en superficies planas.
En esta Web encontrarás interactividades que te proponen ejemplos de dos de esos
datos: el claroscuro, que nos hace percibir el volumen de los objetos y su lejanía en
función de las sombras que arrojan y el movimiento relativo de los objetos que también
nos ayuda a conocer su distancia, en este caso por la diferencia de posición relativa
cuando nos movemos delante de ellos. No dejes de visitar la actividad en la que
percibimos un volumen inexistente por el movimiento conjunto y sincronizado de unos
puntos aislados.
La subjetividad de nuestra visión espacial está fundada en el punto de vista peculiar y
personal que tenemos para mirar. Punto de vista que genera una perspectiva cónica
personal. Existen muchas otras posibilidades de interpretar visualmente una escena que
no son cónicas. Ejemplo de varias de ellas aparecen en la actividad "Perspectivas".

Hasta aquí nuestra introducción a la percepción visual.


A partir de ahora, disfruta de las interactividades y comienza a valorar este tesoro que es
nuestra visión.

Web : enciclopedia interactiva+educarex

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