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LECTURA SESIÓN 4
Reproducido con fines educativos únicamente, según el Decreto 37417-JP del 2008 con fecha del 1 de
noviembre, 2012 y publicado en La Gaceta el 4 de febrero del 2013, en el que se agrega el Art 35-Bis al a
la Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos, No. 6683.
Rosino Gibellini (editor)
Itinerarios
de la teología
africana
A. Ngindu Mushete, J. Mbiti,
J. Ukpong, Ch. Nyamiti,
F. Kabasele Lumbala, E. Uzukwu,
P. Kalilombe, J.-M. Ela,
E. Mveng, M. A. oduyoye ,
S. S. Maimela
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10
M. A. ODUYOYE (Nigeria)
Mujer negra
La teología feminista
desde una perspectiva africana
Introducción
La atención al matrimonio
La procreación
La continuidad biológica
1965.
252 M. A. Oduyoye
6 Buchi Emecheta, The Bride Price, George Braziller, Nueva York 1976.
7 Wole Soyinka, Aké, Ediciones Alfaguara, Madrid 1987.
Mujer negra 253
La "pureza" femenina
9 Orisha: nombre yoruba dado a las divinidades menores que obran por
delegación de Dios.
10 Abosom: nombre akan para el susodicho fenómeno.
II Nananom: antepasados y ante pasadas; sin embargo, por lo general, se
recuerda a aquellas personas que, en vida, proporcionaron una contribu-
ción significativa a su comunidad.
256 M. A. Oduyoye
La mujer y la vida
Los hombres africanos no asumen ninguna de las cargas
ligadas a la transmisión y el cuidado de la vida, que recaen
todas ellas sobre las mujeres africanas. Un niño en la espalda y
el yam, la leña para el fuego y el recipiente del agua en la
cabeza: ésa es la imagen común de las mujeres africanas en la
vida real, y no sólo en las representaciones artísticas. Los akan
ven a la mujer como símbolo de generosidad, de ternura y de
serenidad. Es un símbolo de protección, de encanto y de fide-
lidad en el amor. Pero, entonces, ¿qué pasa con la humanidad
del hombre, que no participa de esta cualidad de la mujer? Eso
es lo que ha llevado a los akan a acuñar este proverbio: "No es
sólo la mujer la que engendra la vida; también lo hace el hom-
bre". Y esperan que toda atención parental asuma una actitud
materna. La concepción primaria de la solicitud materna que
esperan todos los akan, mujeres y hombres, es la de vivir para
los otros. Sin embargo, son las mujeres las que se han conver-
tido en las principales guardianas, portadoras y practicantes de
todo amandze (lo que pertenece a toda la nación)".
Las mujeres africanas no hacen cálculos a la hora de ayudar
a los otros; la falta de reciprocidad no parece turbar a la mayo-
ría de ellas. Y cuando de su propio sacrificio, conscientemente
aceptado, deriva el martirio, debería ser honrado como un
acto religioso de atención a la vida de los otros. La solicitud
materna de la mujer brota de sus vísceras; no hay en ella espa-
Mi punto de vista
Las cuestiones fundamentales del feminismo, tal como yo
lo veo, están ligadas a una autonomía y a una integridad, defi-
nidas por las mismas mujeres y arraigadas ambas en la religión.
El feminismo en cuanto tal no representa una prioridad entre
las ideologías concurrentes en África, pero la religión, en cierto
modo, ha sido y sigue siendo parte integrante de las distintas
ideologías políticas que intentan plasmar nuestro naciente
nacionalismo. Como puede comprenderse, existe la preocupa-
ción por una efectiva participación en las estructuras globales
político-económicas, que es contrapuesta a menudo a la espe-
cificidad del progreso de las mujeres y de su prioridad. El
nacionalismo y la supervivencia de las distintas etnias condu-
cen asimismo a opresiones. El carácter social de la persona en
la concepción africana del mundo parece más arraigado en las
mujeres que en los hombres, puesto que mientras las mujeres
obran siempre teniendo en cuenta el principio de que toda
persona está en relación con las otras, la autonomía de los
hombres africanos les conduce a una acción independiente que
tiende a separados de los otros; los hombres no tienen la menor
dificultad para poner en segundo plano la cultura tradicional
cuando les viene bien, mientras que se muestran conservadores
cuando eso les supone una ventaja. Las mujeres africanas, sin
embargo, en especial las que critican los puntos de vista femi-
nistas, tienden a ser invariablemente conservadoras. •
258 M. A. Oduyoye
Conclusión