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Atlántica

de Educación

ACCIÓN SOCIAL
COLECTIVA
Y PEDAGOGÍA
MARCO RAÚL MEJÍA J.
Acción social
colectiva y pedagogía

Marco Raúl Mejía J.


Directores de la colección Atlántica (de Educación): Jordi Planella y Segundo Moyano

Título original: Reconstruyendo la transformación social. Movimientos sociales y educación popular

ISBN Cooperativa Editorial Magisterio: 978-958-20-0274-9

Primera edición en España, de esta coedición: marzo 2019


Primera edición digital: abril 2019

© Marco Raúl Mejía J., del texto

© Editorial UOC (Oberta UOC Publishing, SL)


Rambla del Poblenou, 156,
08018 Barcelona
http://www.editorialuoc.com

© Cooperativa Editorial Magisterio


Diagonal 36 bis nº 20-58 Park Way - La Soledad
Bogotá
www.magisterio.com.co

Realización editorial: Sònia Poch

ISBN Editorial UOC: 978-84-9180-509-0

Ninguna parte de esta publicación, incluyendo el diseño general y el de la cubierta, puede ser copiada,
reproducida, almacenada o transmitida de ningún modo ni a través de ningún medio, ya sea electrónico,
químico, mecánico, óptico, de grabación, de fotocopia o por otros métodos sin la previa autorización
por escrito de los titulares del copyright.
A
Neftalí Vélez (Tikes),

sacerdote jesuita, colega y compañero del CINEP, quien


gastó su vida creyendo que era posible un mundo más
justo, más humano, y quien al enfrentar dolencias del
cuerpo, les dio sentido en lo imponderable de la con-
dición humana, dejándonos una lección de esperanza
surgida del dolor.

5
CONTENIDO
Prólogo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

CAPÍTULO 1
LAS NUEVAS REALIDADES DEL CAPITALISMO

Recambio capitalista.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Las exclusiones y las desigualdades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Reemplazo de un capitalismo desorganizado. . . . . . . . . . . . . . 15
Capitalismo modelo 90. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
Navegando para entender el nuevo poder. . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Crisis de la idea de modernidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Nueva realidad, viejas organizaciones, viejas teorías. . . . . . . . 29

CAPÍTULO 2
REINVENTAR LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL

El papel de los movimientos sociales en la


educación popular. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
¿Una metamorfosis de lo alternativo?. . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
También crisis en los movimientos sociales y
la educación popular. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
 )LVXUDVGHOFDSLWDOLVPRDO¿QDOGHVLJOR 

7
Reinventar la transformación social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
Entre brumas emergen las nuevas reinvindicaciones . . . . . . . . 68
Nueva realidad, nueva subjetividad exigen
una nueva organización. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79

CAPÍTULO 3
LOS NUEVOS DESAFÍOS DE LA EDUCACIÓN POPULAR Y LOS
MOVIMIENTOS SOCIALES

Hacia una reconstrucción fundamentada en


la educación popular y los movimientos sociales . . . . . . . . . . 87

Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . 95
PRÓLOGO

E
l texto que usted, amable lector, tiene en sus manos,
ha ido surgiendo de múltiples conversaciones y de-
bates sobre el futuro de la protesta, la impugnación y
el pensamiento crítico, y, en ese sentido, contiene las ideas
de múltiples personas que hoy creen posible la reinvención
de la transformación social, y, desde luego, las mías con las
cuales en múltiples ocasiones elaboré la respuesta a personas
desencantadas o a aquéllas que nunca creyeron en la urgencia
y necesidad del cambio. En ese sentido, son ideas recogidas
aquí y allá que tienen la intención de articularse en una cierta
unidad temática sin muchas pretensiones académicas, ya que
no busca ser un trabajo teórico de fondo ni rastrear biblio-
JUi¿FDPHQWHODSUREOHPiWLFD6LPSOHPHQWHEXVFDUHFRJHU\
anudar ideas de cara a construir la nueva impugnación.

Sé bien que son épocas difíciles para hablar de los temas que
desarrollo en este escrito. Durante los últimos años, la nueva
LGHRORJtDGHODpSRFDQRVKDKDEODGRGH¿QGHODXWRStD¿Q
GHODVLGHRORJtDV\KDVWDGHO¿QGHODKLVWRULD\QRVKDFR-
0DUFR5D~O0HMtD-

locado en un pragmatismo que no nos permite volver a pensar los


VHQWLGRVGHODSURWHVWDGHVFDOL¿FDQGRWRGRLQWHQWRGHLPSXJQDFLyQ
o develamiento, ya bien con la catapulta de la industria cultural de
masas o con la inclusión de la protesta y los sujetos críticos en su
utopía del consumo surgida en el advenimiento de la representación
y la imagen de la nueva clase de servicios.

Además, esta nueva ideología ha construido un sospechoso con-


senso en el cual quiere convertirnos a todos en actores de la cons-
trucción social que aquéllos realizan, en cuanto la colocan como
la única posible. Desde este horizonte, las ideas que se trabajan
en el siguiente texto no tienen ninguna pretensión cerrada. Son
primeros guiones que deben ser desarrollados en múltiples senti-
dos y direcciones, igualmente rigorizados y en muchas ocasiones
transformados, abriendo pistas en un camino por construirse, en
el cual problemas como la transformación social, el pensamiento
crítico, la ética social, los movimientos de impugnación, la educa-
ción popular, sean reconstruidos con un sabor y un sentido propio
de esta época por actores antiguos transformados, otros nuevos y
algunos apenas en formación.

De la capacidad para crear, para inventar y para imaginar en un ba-


lance del pasado, va a depender la construcción de vida con sentido
y esperanza para los excluidos de este capitalismo triunfante del
¿QGHVLJOR7DPELpQYDDGHSHQGHUGHODFDSDFLGDGGHGHFRQVWUXLU
y reconstruir historias, procesos, pensamientos, movimientos. En
este tránsito nos jugaremos la posibilidad de impugnación y pen-
samiento crítico en el próximo milenio. Con este texto tratamos
de retomar las palabras de Adorno cuando decía, “La utopía es ser
de otra manera sin miedo”.

10
CAPÍTULO 1

LAS NUEVAS REALIDADES


DEL CAPITALISMO

RECAMBIO CAPITALISTA

C
YBERPUNK: Punk cibernético. Son los
rebeldes de la era cyber que comparten un
interés desmedido por la información. Para
ellos la humanidad pronto se dividirá en dos: los
que tienen acceso a la información y los que no la
tienen. Están a favor de la utilización alternativa de
la tecnología.” En palabras de Steve Brand, editor
del Whole Earth Catalog, “cyberpunk es tecnología
con actitud. 1
____________

1
Cibernario, en Revista El Viejo Topo, No.72, Barcelona, Feb.94, pág. 31.
0DUFR5D~O0HMtD-

Los Cyberpunk son un nuevo movimiento que hoy agrupa cerca


de 2 millones de personas de los países del Norte, vinculados al
ciberespacio de las computadoras. Su existencia nos muestra cómo
frente a las nuevas realidades y al uso que se hace de ellas, surgen
GLVWLQWRVDFHUFDPLHQWRVTXHPRGL¿FDQODVUHODFLRQHVVRFLDOHVH[LV-
tentes. La impugnación y la protesta desarrollada por los Cyber-
punk emergen de la manera como el poder reorganiza los nuevos
SURGXFWRVDVtpVWRVVHDQGHODPiVVR¿VWLFDGDFLHQFLDRWHFQRORJtD
Es pues la evidencia de que la protesta está viva y renace cada día
en las nuevas condiciones materiales que gestan una nueva forma
de estar en el mundo. Esa protesta rechaza la manera como el poder
trata de realizar el control sobre las nuevas realidades.

En nuestros países las nuevas realidades están a la orden del día.


No podemos cerrar los ojos al hecho de que la globalización de
la economía se ha manifestado en nuestros contextos a través del
fenómeno neoliberal y por ello hoy es imposible pensar nuestros
fenómenos particulares sin analizar los cambios globales que ocu-
rren en la sociedad. Es decir, mirarnos desde y como parte de un
fenómeno de mundialización en el cual comienzan a inscribirse
nuestras prácticas, nuestros deseos y nuestra subjetividad.

Si desde América Latina pretendemos hoy iluminar esta nueva


UHÀH[LyQ\RUJDQL]DUXQDSUiFWLFDLPSXJQDGRUDHVQHFHVDULRDG-
quirir una comprensión cabal del fenómeno de este capitalismo de
¿QDOGHVLJORDWRPL]DGR\GHVRUJDQL]DGRHQHVWHFUXFHGHFDPLQRV
históricos que nos ha cambiado el escenario en el cual actuábamos.
6LQGXGDHVWRKDSURGXFLGRXQDPRGL¿FDFLyQGHDFWRUHVGHIRU-
mas de organización, de teorías interpretativas, de subjetividad, y
por qué no decirlo, ha cambiado la vida y la forma de existir de la
inmensa mayoría de los habitantes del planeta.

Antes de hablar de los Movimientos Sociales y de la Educación


Popular, permítanme dar un rodeo en el que trataré de colocar
algunas de las valoraciones y de los elementos que nos dicen que

12
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

la transformación social todavía es posible y que exige ser rein-


ventada a la luz de una nueva forma de ser de las contradicciones
HQHVWH¿QDOGHVLJOR

LAS EXCLUSIONES Y LAS DESIGUALDADES


Hoy nos encontramos no sólo frente a un nuevo proceso social
sino también frente a una reorganización capitalista de la socie-
dad generada en un nuevo patrón tecnológico societal. Este hecho
articula un nuevo proceso de dominación y deja fuera de lugar la
impugnación tradicional que le adjudicaba todos los males al capi-
talismo, estableciendo una correlación simétrica entre capitalismo
y miseria. Pudiéramos decir que asistimos a una forma de ser del
capitalismo que, en la reorganización, supera estadios anteriores y
articula la sociedad como una totalidad bajo su dominio.

Esos cambios crean una nueva organización del trabajo y de las


relaciones sociales –no como parte de una estrategia predetermina-
da de los capitalistas– y en ocasiones, rompen la lógica estructural
del capitalismo como consecuencia del momento de reacomodo y
reorganización que vive. El lugar más visible de esto es la cantidad
de empresas quebradas en los EE.UU. y el Japón.

A este respecto, es necesario iniciar un análisis que permita des-


cubrir el conjunto de factores que establecen la nueva dinámica
del poder dominante en la época, y que depende cada vez más de
numerosas combinaciones que se dan en lo social. Por ello, no
QRVHTXLYRFDPRVDOD¿UPDUTXHHPHUJHXQDQXHYDIRUPDVRFLDO
del control, y que surge una red de dominio con otra lógica que ha
VLGRSRVLELOLWDGDSRUORVFDPELRVGH¿QDOGHVLJORHVWDEOHFLHQGR
su dominio e imponiendo otra racionalidad aún no develada ni
controlada. Esto ha hecho que las viejas teorías críticas ya no
logren explicar el control, el dominio y la racionalidad que le

13
0DUFR5D~O0HMtD-

son propias, operándose así, además, una deslegitimación de la


racionalidad crítica.

Ese nuevo proceso capitalista va construyendo a nivel nacional


una mejor capacidad para apropiarse y desarrollar estrategias tec-
nológicas, haciéndose coherente con un desarrollo internacional.
De la misma manera, a nivel internacional, se van a diferenciar
las posibilidades de acceso tecnológico de las naciones, siendo los
países del Norte y los sectores de punta de los países del Sur, los
que van a tener una mayor capacidad de juego y presencia en esos
SURFHVRVWHFQROyJLFRV(VWRHVWDEOHFHD¿QLGDGHVHQWUHORVSDtVHV\
los grupos dominantes del mundo, pero también, en el desarrollo
de ese capitalismo que busca acumular capital y niega toda respon-
sabilidad social, establece cinturones de miseria en el Norte que
tienen un nivel de vida muy semejante al de los países del Sur.

En ese sentido, nos encontramos frente a un capitalismo que al


abandonar las responsabilidades sociales y los elementos del Es-
tado de Bienestar, convierte el viejo principio del “sálvese quien
pueda” en norma de sobrevivencia en el mercado moderno que, a
su vez, se convierte en factor de homogeneización social, ya que
supuestamente es el único lugar donde hoy todos somos iguales.
Esto crea la idea de que la única sociedad posible es la nueva socie-
dad capitalista, y que el derrumbe de los socialismos reales marcó
HO¿QDOGHODKLVWRULDGHODVLGHRORJtDV\GHOSHQVDPLHQWRFUtWLFR
$VtVHFRQ¿JXUDXQDQXHYDREMHWLYLGDGTXHFHQWUDODUHDOL]DFLyQ
del individuo en la libre competencia del mercado.

14
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

REEMPLAZO DE UN “CAPITALISMO DESORGANIZADO” 2

La profundización de los procesos de la microelectrónica produce


XQD VLJQL¿FDWLYD UHRUJDQL]DFLyQ FXOWXUDO VRFLDO \ SROtWLFD TXH
agota rápidamente el modelo de capitalismo existente en la década
de los 60. Este agotamiento se produce al operarse cuatro cambios
tecnológicos profundos a saber: la transistorización, la informati-
zación, la telemática y la bio-tecnología, que llevan a que colapsen
muchas de las formas de organización social y de las instituciones
que hicieron vigoroso al capitalismo del período anterior, carac-
terizado por el crecimiento de los mercados mundiales a partir de
los procesos de las transnacionales.

Los elementos más visibles que comienzan a colapsar en el trán-


sito son:

– Poca capacidad de regulación del mercado: las trabas arancela-


rias impuestas por los países no permitían un desarrollo global
del mercado, lo cual era requerido por los nuevos fenómenos
que borraban fronteras para los productos existentes en un
sólo mercado: el mercado mundial.

– Los mecanismos corporativos que regulaban las relaciones


entre el capital y el trabajo hacían muy costosa la relación
salarial para las empresas, ya que en muchos países, un cierto
proteccionismo ha implicado un encerramiento en las políticas
de Estado de Bienestar, haciendo difícil la competitividad
internacional.

± /DÀH[LELOLGDGGHODDXWRPDWL]DFLyQYDDSHUPLWLUOHDODQWLJXR
Tercer Mundo el desarrollo de una industrialización depen-
____________

2
Offe, Claus. Capitalismo desorganizado, Editora Brasiliense, Sao Paulo,
1990.

15
0DUFR5D~O0HMtD-

diente: el abaratamiento de los transportes produce la destruc-


ción de la ubicación espacial de la industria en los países del
Primer Mundo, transformando los aparatos productivos de los
países centrales.

– Esta situación favorece el traslado de muchas de estas indus-


trias hacia países del Sur buscando las ventajas comparati-
vas (de salarios, materias primas, seguridad social, costos
laborales, etc.), produciendo la reorganización en la división
internacional del trabajo y generando unos dinamismos loca-
les que colocan a estos países en función de la globalización
y, por tanto, en función de generar condiciones para que las
industrias se puedan trasladar e instalar en ellos.

– Abandono de la producción en masa: en la sociedad se empieza


a operar una particularización de los gustos, que empieza a
distinguir entre el consumo de élite y el consumo propio de
las nuevas clases surgidas desde el sector servicios. Estas
últimas consumen fundamentalmente para la imagen y su
manifestación social, generándose un consumo compulsivo
en donde la apariencia se convierte en lo fundamental: apa-
riencia física, apariencia de tener, apariencia de ser, todo ello
UHÀHMDGRHQHOPDTXLOODMHHQORVMXHJRVGHPRGDHQHODXWR
en los lugares de “encuentro”. Así, se busca en la apariencia la
representatividad social y se convierten todos estos elementos
en juego productivo desde los cuales se empieza a reconstruir
una nueva subjetividad de la época.

± (VWHFRQVXPRVR¿VWLFDGRGLIHUHQFLDGRGHOPDVLYRVXSRQHOD
existencia de una población educada que se diferencia social-
mente por esa cierta exclusividad, creando nuevos estilos de
vida y por lo tanto nuevas formas de exclusión.

– Aparición de la información como un producto de mercado que


abre perspectivas ilimitadas a los procesos de reproducción del

16
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

capital y hace más real la desmaterialización de la producción.


Este va a ser uno de los elementos centrales de la ampliación
del sector servicios en la Economía.

– Rematerialización social y política, fruto de las transforma-


ciones en el mundo del trabajo: las clases trabajadoras van a
sufrir una marcada diferenciación y, por qué no decirlo, van
a aparecer como sectores productivos con un cierto privile-
gio por la lógica de acumulación del capital. Esto produce la
HVWUDWL¿FDFLyQGHODVFODVHVWUDEDMDGRUDV\VXIUDFFLRQDPLHQWR
tanto en términos de condiciones materiales como de hábitos
de vida y formas culturales de consumo.

– Las exigencias tecnológicas van a presionar cambios en la


HGXFDFLyQ\DTXHHOWUDEDMDGRUGHODSURGXFFLyQÀH[LEOHGH
¿QDOHV GH VLJOR UHTXLHUH GH QXHYDV KDELOLGDGHV FDSDFLGDG
de manipular mentalmente modelos, pensamiento conceptual
con raciocinio abstracto, comprensión de procesos globales,
capacidad de aprender y adaptarse a los cambios.

– Hoy se han trasladado a la escuela orientaciones como las de


ODÀH[LELOLGDGGHVFHQWUDOL]DFLyQ\FRQWUROGHLQÀXHQFLDORFDO
sobre el aparato educativo, criterios éstos muy parecidos a los
del nuevo paradigma del desarrollo.

– Ampliación de la clase generada en el sector servicios, lo cual


produce el fortalecimiento social y político de las clases medias
y genera la atomización del mundo del trabajo, que aún bajo
la misma unidad productiva, establece marcadas diferencias
de criterios, intereses y reivindicaciones.

Todos estos elementos comienzan a anunciar un nuevo capitalismo


que reordena y reorienta su forma de existencia con respecto a
décadas anteriores.

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CAPITALISMO MODELO 90
La característica fundamental del capitalismo de los ’90 es la ma-
nera como subyuga y somete los intereses de los diferentes países
a los intereses de los países centrales, bajo el pretexto de que no
existe otro modelo de desarrollo posible. Esto produce una elimina-
ción del valor de la autonomía de los procesos sociales y políticos
del mundo no desarrollado, que se ven sometidos a una serie de
transformaciones profundas sin dejar de ser capitalistas.

Este modelo no es sólo visible en los aspectos económicos; tam-


bién ha producido una rematerialización de toda la sociedad, en la
cual la idea de modernidad global, con sus pilares de racionalidad,
vida social y vida personal, termina desintegrándose en pequeños
procesos que tienen lógica por sí mismos, construyéndose lo local
\ORHVSHFt¿FRGHPDQHUDGLIHUHQWH

Si bien las clases sociales siguen existiendo bajo antiguas y nuevas


formas, dejan de traducirse en políticas de clase; así, quienes re-
presentaban un pensamiento de izquierda, sufren un cierto colapso
LGHROyJLFR\DTXHVXGLVFXUVRVHWRUQDJHQHUDOSRFRVLJQL¿FDWLYR
y sin nexos con los contextos que antes lo producían. Es decir,
estamos frente al surgimiento de una nueva racionalidad que, bajo
la forma de autonomía y subjetividad, va a divorciar las prácticas
políticas de los procesos cotidianos y va a producir una nueva
reglamentación de la vida social desde una perspectiva jurídica.
Esta última, por la especialización del conocimiento jurídico, va
a marginar a los ciudadanos a la vez que produce una regulación
muy detallada de todos sus actos.3

____________

3
Santos, Boaventura de Souza. Introdução a una ciencia pos-moderna, São
Paulo, Graal, 1987.

18
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Aparece una nueva idea de participación y colaboración que invita


a realizar esta sociedad como la única posible luego del fracaso de
otras propuestas. Se genera entonces una dinámica de aceptación de
ODÀH[LELOL]DFLyQGHOPHUFDGR\GHODH[LVWHQFLDGHH[FOXLGRVGHQ-
tro de él –los perdedores–, aceptándose de paso la precarización.

Simultáneamente hay un aumento del autoritarismo del Estado en el


cual una mecánica institucional muy burocratizada intenta devolver
a la sociedad civil competencias y funciones, pero construyendo
ODVVX¿FLHQWHVUHVWULFFLRQHVFRPRSDUDJDUDQWL]DUVXFRQWURO

Se opera también un resurgimiento de la vida privada: todo lo que


es posible en la sociedad, se juega en el horizonte del individuo,
WRGRHVSHUVRQDO\HQPHGLRGHXQDJUDQÀH[LELOLGDGVHGDXQD
FRQ¿QDFLyQHQXQDPLFURPRUDOLQGLYLGXDOLVWDTXHLPSLGHFRQVWUXLU
referentes y establecer responsabilidades sobre acontecimientos
que suceden en esferas mucho más globales; de tal manera, aparen-
temente nadie parece ser responsable de lo que ocurre, ya que una
PLUDGDFLHQWL¿FLVWDKDFHYHUHVRVDFRQWHFLPLHQWRVFRPRRULHQWDGRV
por la ciencia y el conocimiento.

Recordemos que hoy se reconoce la existencia de un vacío ético,


que es diagnosticado desde tres análisis:

– El post-moderno,TXHDQXQFLDHO¿QGHWRGDpWLFD\DTXHHOOD
es herencia de los grandes metarrelatos, precisamente hoy en
crisis; lo que queda entonces es simplemente una moral de
situación.

– La posición neoconservadora, que ve el vacío provocado


por la pérdida de los valores fundamentales que guiaban a la
sociedad; desde este análisis, proponen como solución recu-
perar los valores-guía desaparecidos, para que ellos vuelvan
a reorientar la vida social.

19
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– Una tercera posición reconoce la historicidad de los valores, y


en ese sentido considera el vacío ético derivado de los profun-
dos cambios de la época; plantea como tarea la reconstrucción
de la ética desde una nueva moralidad que se convierta en guía
de la acción en los cambiantes tiempos.

De otro lado, las jerarquías van a lograr unos mayores niveles de


organización derivados de la ampliación tecnológica. No obstante,
los rápidos cambios tecnológicos van a banalizar algunas de estas
jerarquías, lográndose nuevos niveles en los que las profesiones
con énfasis en el análisis social van a perder posición, prestigio y
salario, a la vez que se valorizan otras profesiones más ligadas a los
DVSHFWRVWpFQLFRV-XVWDPHQWHODFRQ¿JXUDFLyQGHODVFODVHVPHGLDV
va a hacerse en torno a estas profesiones técnicas, produciéndose
así toda una reorganización profesional de la sociedad.

Los cambios de época son tan profundos que los diferentes inves-
WLJDGRUHV\FLHQWt¿FRVQRDOFDQ]DQDGHVLJQDUFRQSUHFLVLyQHVWH
entrecruce histórico de caminos, como bien dice Krishan Kumar,

La diversidad de denominaciones para esta nueva so-


ciedad evidencia tanto variedad como convergencia;
variedad en las bases desde las que se analiza el cambio
DVtFRPRHQODLGHQWL¿FDFLyQGHODVSULQFLSDOHVIXHU]DV
promotoras del cambio; convergencia en la idea de que
las sociedades industriales están entrando en una nueva
fase de su evolución, hallándose en una transición tan
decisiva como la que hace un siglo llevó a las sociedades
europeas de la sociedad agraria a la sociedad industrial.
Así, Amitai Etzioni habla de la ‘era postmoderna’, Geor-
ge Lichtheim de la ‘sociedad postburguesa’, Herman
Kahn de la ‘sociedad posteconómica’, Murray Bookchin
de la ‘sociedad de la postescasez’, Kenneth Boulding de
la ‘sociedad postcivilizada’ y Daniel Bell simplemente de
la ‘sociedad postindustrial’. Otros, colocando el acento

20
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

de una forma más precisa, han hablado de la ‘sociedad


del conocimiento’ (Peter Drucker), de la ‘sociedad de
los servicios personales’ (Paul Halmos), de la ‘sociedad
clasista de servicios’ (Ralph Dahrendorf) o de la ‘era
tecnotrónica’ (Zbigniew Brzezinski). En su conjunto,
estas etiquetas nos indican aspectos del pasado que han
desaparecido o están desapareciendo (por ejemplo, la
escasez, el orden burgués, la primacía de lo económico),
o bien lo que se espera constituya el principio fundamen-
tal de la futura sociedad (por ejemplo, el conocimiento,
los servicios personales, la tecnología electrónica de los
ordenadores y las telecomunicaciones). 4

NAVEGANDO PARA ENTENDER EL NUEVO PODER 5

Boaventura de Souza plantea que todo el fenómeno anterior debe


ser tratado de interpretar desde una visión estructural de las so-
ciedades capitalistas y de las maneras como se dan las formas del
poder social, y que para esto es importante retomar la crítica de la
distinción entre estado y sociedad civil señalando que son tres:

1. la sociedad civil parece estar en todas partes y aparece hoy


FXPSOLHQGRIXQFLRQHVTXHDQWHVHVWDEDQFRQ¿QDGDVDO(VWDGR
____________

4
Kumar, Krishan. Prophecy and Progress, Harmondsworth, Penguin, 1978,
pp. 193 y s., citado por Boris Frankel. Los utópicos postindustriales, Edi-
cions Alfons el Magnanim, Institució Valenciana d’estudis i investigació,
Valencia, España, 1990, págs. 11 y 12.

5
Apartes de mi texto “Navegando en las democracias para ir a otra escuela.
Borradores para reconstruir cartas de navegación”, preparado para la IV
Semana Iberoamericana de Educación y Cultura “La responsabilidad de
la escuela en la construcción de una sociedad civil proyectada al próximo
milenio”, organizada por la Organización de los Estados Iberoamericanos.
Santafé de Bogotá, noviembre 20 al 24, 1995.

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0DUFR5D~O0HMtD-

Aparecen muy claramente tres lógicas:

– La concepción liberal clásica, en cuanto pluralidad ato-


mizada de intereses económicos privados y que domina
sobre todo el discurso político neoconservador;

– la de los nuevos movimientos sociales (ecológicos, anti-


QXFOHDUHVSDFL¿VWDVIHPLQLVWDVHWF TXHVHGLIHUHQFLDQ
de la concepción liberal avanzando en la idea de una
sociedad civil post-burguesa; y

± ODUHÀH[LyQWHyULFDGLVLGHQWHHQODIDVH¿QDOGHORVUH-
gímenes socialistas del Estado del este europeo, distinta
de cualquiera de las anteriores.

2. Es difícil y lógicamente imposible encontrar una alternativa


conceptual de sociedad civil, pues ella es clave para vigorizar el
orden social burgués, ya que el punto de partida y el concepto
de poder también subyacen a la distinción de estado-sociedad
civil y que así como en un tiempo anterior se diferenció de
la concepción de poder jurídico y político como ejercicio del
Estado, hoy todas las otras formas de poder, la familia, las
empresas, las instituciones no estatales fueron diluidas en el
concepto de relaciones privadas, a lo que Foucault en su aná-
lisis de la normalización y la subjetividad muestra cómo se da
la proliferación de estas formas de poder al ser diseminadas
en esos espacios.

3. En las sociedades periféricas y semiperiféricas donde existe


una sociedad civil débil, es políticamente peligroso poner en
cuestión la diferencia estado-sociedad civil. Acá fue consti-
tuida en función de las condiciones económicas, sociales y
políticas de los países centrales, y que fueron trasladadas bajo

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$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

su condición liberal a sociedades débiles y poco autónomas,


y en ese sentido la sociedad civil era casi un producto del
Estado.

MODOS BÁSICOS DE PRODUCCIÓN DEL PODER


Este autor,6 a quien sigo en esta parte de mi escrito, plantea que
todo el fenómeno nuevo debe encontrar otra forma de lectura que
permita ver la manera como se da la producción del poder y cómo
se articula, y que en estos tiempos, la particularidad es que esos
modos de producción generan cuatro formas básicas de poder que
aunque están interrelacionadas son estructuralmente autónomas:
el espacio doméstico, el espacio de producción, el espacio de ciu-
dadanía y el espacio mundial. (Ver cuadro anexo)

– El espacio doméstico se constituye por las relaciones sociales,


derechos y deberes mutuos entre los miembros de la familia.
En este espacio la unidad de práctica social son los sexos y
las generaciones, la forma institucional es la pareja que crea
el parentesco. Allí el mecanismo de poder es el patriarcado
y la forma jurídica es el derecho doméstico. Son las normas
participadas o impuestas que regulan las relaciones cotidianas
en el seno de la familia. Su racionalidad es la maximización
del afecto.

– El espacio de producción. Está constituido por las relaciones


en el proceso de trabajo a nivel de empresa entre productores
directos y dueños, como en las relaciones de producción entre
trabajadores, o entre éstos y los que controlan el proceso de
trabajo. En este contexto la unidad de práctica social es la clase,
la forma institucional es la fábrica o empresa, el mecanismo
____________

6
De Sousa Santos, Boaventura. Pela mão de Alice. O social e o politico na
pós-modernidade. São Paulo. Cortez Editora. 1995.

23
0DUFR5D~O0HMtD-

de poder es la explotación, la forma jurídica es el derecho


laboral, y la racionalidad es la maximización del lucro.

– El espacio de la ciudadanía, constituido por las relaciones


sociales de la esfera pública entre ciudadanos y el Estado.
En este contexto la unidad de práctica social es el individuo;
la forma institucional, el Estado; el mecanismo de poder, la
dominación; la forma de juricidad, el derecho al territorio; y
la racionalidad es la maximización de la lealtad.

– El espacio de mundialidad, constituido por las relaciones


económicas internacionales y las relaciones entre estados-na-
ciones, en la medida en que ellos integran el sistema mundial.
En ese contexto la unidad de práctica social es la nación; la
forma institucional, los acuerdos o los contratos internaciona-
les; el mecanismo de poder, el intercambio desigual; la forma
jurídica, el derecho sistémico (que pueden ser normas escritas
RQR \VXUDFLRQDOLGDGHVODPD[LPL]DFLyQGHODH¿FDFLD

Lo interesante de esta lectura es que muestra cómo se mezclan hoy


en interfases los condicionamientos estructurales en las acciones
autónomas de tipo doméstico. Permite regresar al individuo sin
hacerlo de una forma individualista. Nos coloca el espacio domés-
tico, que la teoría clásica había dejado a las relaciones privadas, y
permite colocar la sociedad nacional en un espacio mundial como
una estructura interna de la propia sociedad nacional. Permite
también mostrar cómo la naturaleza política del poder no es un
atributo exclusivo de una determinada forma de poder, sino el
efecto de la combinación entre las diferentes formas de poder, y
podemos ver cómo en las sociedades periféricas la fortaleza se
coloca en lugares distintos, pero sigue jugando en interacción con
los diferentes procesos.

24
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

LA ESCUELA ARTICULADORA DE ESPACIOS


Paradójicamente, en un mundo atomizado, la escuela pasa de ser
un simple aparato ideológico del Estado a convertirse en la institu-
ción central encargada de darle unidad a la reestructuración social
y cultural que se vive, ya que en su reorganización, el capitalismo
GH ¿QDO GH VLJOR HQFXHQWUD FRPR FHQWUDO D VX UHSURGXFFLyQ ORV
procesos gestados en ciencia y conocimiento, lo que le devuelve la
centralidad a la escuela con procesos radicalmente nuevos como el
aprender a aprender, que desplaza la instrucción; como el conocer
cómo se conoce, que desplaza el conocimiento enciclopédico; y
el cambiar en medio del cambio, que genera lo que pudiéramos
llamar una adaptabilidad mental a la forma de ser de la época. En
ese sentido, la mirada reproduccionista de tipo laboral no alcanza
DHQWHQGHUFyPRVHKDPRGL¿FDGRHOSDSHOGHODHVFXHOD

En algunas corrientes se creó la ilusión de la superación de la


(VFXHOD SRU PHGLR GH OD LQWHOLJHQFLD DUWL¿FLDO VLQHPEDUJR pVWD
sólo logró entronizarse en el espacio productivo y allí la acción
con ella, se convierte en central. En ese sentido su racionalidad
busca la maximización de esa interacción, pero al desplazarse
sobre los otros espacios estructurales, busca producir una unidad
de práctica social a través de la integración de la sociedad en una
reforma profunda de ella, en donde las competencias señaladas en
el punto anterior colocan de cara a las nuevas realidades surgidas
en lo virtual.

Por eso la institución escolar establece unas relaciones sociales


TXH¿MDQODXQLGDGGHORORFDOFRQORJOREDOPHGLDQWHXQQXHYR
mecanismo de poder establecido en la capacidad de negociar en
la multiplicidad de los lenguajes, dándosele a ella una función de
articulación y de capacidad de mediar entre las distintas unidades
de práctica social (sexos y generaciones, clases, individuos, na-
ciones). De ahí resulta un proceso en el cual la escuela produce

25
0DUFR5D~O0HMtD-

su sentido en la capacidad que tiene de llevar a ella los diferentes


problemas de la sociedad para, en la forma subjetiva de la época,
ser capaz de producir ciertas “terapias” sobre ellas. Es el caso de
la curriculización que hemos tenido de la sexualidad, de la demo-
cracia, de los derechos humanos, de las escuelas de padres, como
intentos articuladores todavía embrionarios de un sentido que se
produce en otro lugar.

Por eso, cuando se plantea el problema de la democracia en la


HVFXHODDOOtVHUHSURGXFHQWRGRVORVFRQÀLFWRVTXHKR\VHGDQHQ
la sociedad:

• Individuo-nación
• Libertad individual
• Deberes y derechos sociales
• Ciudadano privado-ciudadano social
• Sociedad compleja-gobierno unitario
• Ciudadano nacional-ciudadano del mundo

(Q HVH VHQWLGR SRGUtDPRV D¿UPDU TXH OD HVFXHOD HQ XQ PXQGR
donde se ha perdido la autonomía personal/individual, donde se
vive una interpretación fragmentada del mundo, donde aparece el
poder de los medios de comunicación masiva, cumple un papel
de reformulación de la ciudadanía en función de una identidad
cultural globalizada, formando ciudadanos del mundo pero hijos
de la aldea.

(VSDUDGyMLFRSRUHMHPSORFyPRHQHVWH¿QGHVLJORDQLYHOGH
ciudadanía hay una pérdida de la ciudadanía social, y en la frag-
mentación que vive se produce una transición hacia la ciudadanía
de derechos individuales transformada, fruto de la crisis del Estado
de Bienestar y el regreso del mercado, que revalidan lo social y
lo político del ideario liberal revalorizando nuevamente al indi-
viduo sobre la ciudadanía, construyendo los nuevos ciudadanos
consumidores que intentan resolver sus necesidades en el consumo

26
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

de masas y en la sociedad del espectáculo. Recordemos como el


advenimiento de la ciudadanía se va logrando en las luchas colec-
tivas; que buscaron un equilibrio entre el Estado y el mercado y
en nuestro siglo van a tener como lugar más visible en las luchas
sociales de clase.7

Estas realidades hacen más ciertas hoy las palabras de Omar Kha-
yan, el poeta oriental, quien decía:

Aquellos que eran los polos de la ciencia y en la asam-


blea de los sabios brillaban como faros no supieron
encontrar su camino en la noche oscura.

CRISIS DE LA IDEA DE MODERNIDAD


Los elementos anteriores no sólo recomponen el capitalismo
mismo, sino que van mostrando el agotamiento del proyecto de
modernidad ya que fragmenta tanto el tipo de justicia como las
nociones de solidaridad, igualdad y progreso, bases de la existencia
de dicho proyecto. Es decir, las bases de la modernidad han sido
atomizadas, y la libertad, la autonomía y la subjetividad, entendidas
desde la tradición de la Ilustración, se rompen para dar campo a
otros tipos de racionalidad. Con ello se ha dado paso a una cultura

____________

7
En la crisis del Fordismo aparece claramente una dimensión cultural y
político-cultural, con un nuevo sentido. Como diría Boaventura de Souza,
“la crisis es en parte la revuelta de la subjetividad contra la ciudadanía,
de la subjetividad personal y solidaria contra la ciudadanía estatizante y
atomizante”, lo que lleva a buscar nuevas formas de ciudadanía, ya que la
única conocida históricamente y conformada es la de origen liberal. Queda la
pregunta, ¿será transformada por las mismas condiciones de un capitalismo
que se transforma?

27
0DUFR5D~O0HMtD-

tecnocrática de expertos que no se consideran ubicados en el puro


saber instrumental, sino que producen una nueva integralidad:
ciencia-tecnología, técnica y uso.8

De la misma manera, la idea de modernidad global (racionalidad,


vida social y vida personal) se desintegra en los espacios pequeños
en donde se comienza a producir el nuevo sentido, que estando
al servicio de la racionalidad global, agota sus explicaciones en
mini-racionalidades de la vida cotidiana y de la vida inmediata. El
lugar más visible de este fenómeno es el de las Ciencias Sociales,
TXHKR\QRFXHQWDQFRQXQDUVHQDOVX¿FLHQWHFRPRSDUDDQDOL]DU
y explicar las nuevas realidades ni pueden ubicar los medios para
intervenir.

Nos encontramos en el tránsito de un sistema rígido y omnicom-


SUHQVLYR FRQ QRUPDV \ SDXWDV ¿MDV KDFLD XQD UHG YDULDEOH GH
creencias en la que es posible una pluralización de los estilos de
vida que permiten a cada uno vivir como quiere y sin responsa-
bilidades con lo colectivo. Se produce entonces una vaga idea de
nueva unidad en el ciudadano de derechos y deberes, lugar en el
cual seríamos UNO (societal) pero fragmentados (múltiples indi-
vidualidades).

El capitalismo “suprimió la variedad humana” y produjo la unidi-


mensionalidad en el pensamiento fragmentado; sin duda, esto no
puede ser aprehendido por ningún paradigma de la modernidad,
QLVLTXLHUDHQVXVIRUPDVPiVLGHROyJLFDV\DTXHKD\ÀDTXH]DHQ
los principios que guiaron esa interpretación. Esto se hace visible
hoy en la manera como opera el análisis de los autores de la post-
modernidad, y en la explosión de sentidos: el conocimiento es
desplazado del ¿qué debemos saber? al ¿qué podemos saber?

____________

8
Sabrovsky, Eduardo, “Las máquinas pensantes”, en Revista Telos, No.30,
Madrid, junio-agosto 1992, págs. 15-29.

28
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

En estas condiciones, el Estado se ha ido convirtiendo en un agente


reorganizador de estas transformaciones tanto en los grupos huma-
nos como en el mercado, y en su propio autorregulador ya que, a la
YH]TXHDGDSWDFRQVWUX\HXQDDUWLFXODFLyQFDGDYH]PiV¿QDFRQ
el mercado, dejando la sensación, en situaciones de neoliberalismo
intensivo, de ser su subsidiario.

NUEVA REALIDAD, VIEJAS ORGANIZACIONES,


VIEJAS TEORÍAS

El pensamiento crítico no pudo entender que lo que se estaba mo-


GL¿FDQGRHUDHOFDSLWDOLVPR\SRUHVRVXYDVWRPDSDFRQFHSWXDO
dejó de analizar, de cuestionar y de ser alternativo. En ese sentido,
se inicia un desdibujamiento paulatino del pensamiento crítico ya
que su impugnación deja de apuntar a una realidad que le exigía
interpretar de otra manera hechos como:

• la radicalidad de la crisis económica;


• la envergadura sociocultural de los cambios tecnológicos;
• la crisis de identidad a nivel ideológico, ético y cultural de las
democracias occidentales;
• la crisis del socialismo;
• la reestructuración cultural de la sociedad;
• la emergencia de nuevas formas de socialización ante la crisis
de viejas instituciones;
• la crisis de paradigmas en las disciplinas del saber.

Desde esa perspectiva, la fuerza de un colectivo crítico se extravió,


la solidaridad se fue haciendo difusa y la lucha por el poder para
construir nuevas relaciones, fue siendo más imaginación de un
puñado de individualidades que producto de un análisis real de
las nuevas situaciones.

29
0DUFR5D~O0HMtD-

Hoy ninguna contradicción pareciera encontrar los elementos para


superar el sistema. El desgaste del pensamiento crítico para afrontar
el nuevo capitalismo se hace visible en:

– La quiebra de las tradiciones jacobina y leninista, en las cuales


se hace visible una pérdida de la noción de representación,
ya que los procesos tecnocráticos parecen querer eliminar
la acción social y la política misma, produciendo un cambio
en los principios de los modelos y las acciones de las luchas
colectivas. Esto hace que en la versión de las organizaciones
gremiales y políticas, entre en crisis el corporativismo9 y las
diferentes formas de lo gremial.

Igualmente, se liquida la idea de vanguardia leninista como


FRQFLHQFLD H[WHUQD TXH SHUPLWtD OD FODULGDG VX¿FLHQWH SDUD
alentar los procesos de transformación.

– Un cuestionamiento de lo político: se produce un desen-


cuentro entre demandas sociales e instituciones políticas, y
de éstas últimas con la defensa de intereses colectivos. Las
formas “partido” y sus estructuras de gobierno, que se habían
constituido en la forma dominante de las democracias euro-
peo-occidentales, comienzan a ser cuestionadas. La política
empieza a reducir su campo de acción ya que el capitalismo
GH¿QGHVLJORUHFRQGXFHORVFRQÀLFWRVSDUDGHVDFWLYDUORV\
____________

9
Recordemos que el corporativismo da paso a una idea en la cual se represen-
tan intereses de gremio, permitiendo la negociación y la participación por
cauces aceptables, en la cual la protesta entra como una posibilidad de los
asociados, pero da legitimidad al poder. Igualmente, el neocorporativismo
va a dar paso a dirigentes rutinarios que por tener un monopolio del poder
van a ir generando una falta de receptividad ante las necesidades de la base
y un cierto monopolio de poder por la obligatoriedad de pertenencia a su
asociación. Esto va a dar a ciertas formas de lo gremial un carácter secreto
a muchas de las negociaciones, produciendo una desvalorización de lo
político, *y una especie de representatividad amarrada o cautiva.*

30
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

situarlos en un marco institucional, en donde, paradójicamente,


comienza a darse una nueva existencia de lo político al margen
de la política. En esta misma vía, el neoliberalismo establece
una política contractual sobre los grupos con más carencias,
limitando el sentido de la participación.

– Fin de los sujetos únicos: en las teorías críticas siempre apa-


recían sujetos portadores de conciencia de transformación y
de construcción de sociedades nuevas. Con la atomización de
los actores y la ampliación de las necesidades, desaparece el
sujeto único –sujeto mesiánico–y aparecen diferentes agentes
de la resistencia. El hecho más visible es la desarticulación
y pérdida de centralidad de la clase obrera, que nos habla no
sólo de la crisis de la identidad del trabajo sino también, de la
crisis de las vanguardias de cualquier tipo.

Se opera un nuevo posicionamiento en el cual es muy difícil


lograr representaciones generales. Un sólo grupo ya no repre-
senta a todos. Las personas tienen ahora intereses variados, que
no pueden ser integrados o sublimados en un interés corpora-
tivo mayor que los recoja a todos. Por eso, estallan aquellas
instituciones que pretendiendo recogerlo todo, terminaron
representando nada.

– Cambio en las relaciones de poder: durante mucho tiempo, la


centralidad del trabajo llevó a organizar toda la impugnación en
función de las relaciones de poder, centradas en las relaciones
de producción. Los nuevos fenómenos del conocimiento han
construido nuevos espacios de dominación, que al ampliarse,
muestran cómo ella no se agota en las relaciones de produc-
ción; esto ha generado un fenómeno de repedagogización del
tejido social en su globalidad.

– Abandono de la idea de cambio social: una de las particulari-


dades del desgaste del pensamiento crítico es que la protesta

31
0DUFR5D~O0HMtD-

GH ¿QDO GH VLJOR \ OD LGHD GH WUDQVIRUPDFLyQ VRFLDO FRPR
momento en el cual se hacía el cambio radical, comienza a
disolverse. La caída del socialismo real desdibujó el horizonte
de emancipación construyendo un panorama de orfandad; al
PLVPRWLHPSRKDLGRFRQ¿JXUDQGRXQDLGHDGHSURWHVWDPiV
diferenciada, discontinua y plural. La certeza de que la cultura
política presente en las relaciones sociales estaba cargada de
vicios, mostró el proyecto de cambio como una ilusión de
pequeñas élites y grupos subordinados y marginales, creán-
dose una cierta conciencia de que estar con el cambio era una
situación marginal.

– Nuevo lugar de las instituciones: los procesos de socializa-


ción sufren profundas readecuaciones y las instituciones que
cumplían el papel de reproducción e imposición de la norma,
tales como la fábrica, la cárcel, la escuela y la familia, van a
perder el poder de control que ejercían, haciéndose difusas, y
FRQVWUX\HQGRXQDUHGH¿QLFLyQGHUROHV\XQDQXHYDSROtWLFD
de instituciones.

– Crisis de las utopías: la idea de transformación utópica va


siendo desplazada y es asaltada por lo cotidiano, por el aquí
y el ahora; en su defecto, un pragmatismo de lo contractual
empieza a resolver las angustias de las necesidades inmediatas
en términos de quién puede proveerlas, más que en función de
un sistema global que las garantice. Esto implica el abando-
no de la idea de la toma del poder y el paso a un proceso de
construcción de poder más diseminado en el tejido social.

– Abandono del lenguaje crítico: poco a poco las expresiones


críticas e impugnadoras de la existencia del capitalismo han
ido cambiando su designación y tratan de entrar en el campo
de lo posible, de lo practicable, de lo real. De tal manera, se
moderó la crítica y se da un paso hacia la búsqueda de diá-
logos que no pasan por la impugnación; se produce entonces

32
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

un ocultamiento de los lugares en los cuales el capitalismo


SUHVHQWD¿VXUDV\VHJHQHUDXQSUDJPDWLVPRGLVFXUVLYRHQHO
cual la realidad es así.

– Crisis de proyectos colectivos: sobre todo, lo que representaba


un llamado al cambio social, se crea un clima caracterizado por
apatía generalizada, poca credibilidad tanto de sus promotores
como de las ideas con las cuales se promovía, pérdida de con-
¿DQ]DHQODVSRVLELOLGDGHVGHODOXFKDVRFLDO\ODSDUWLFLSDFLyQ
y requiebro de la vinculación de las personas a las organiza-
ciones. Y como clima de la época, una cierta sensación de
reclusión en la esfera de la privacidad y de la individualidad.
Se trata del emerger de una nueva subjetividad que enfrenta
un nuevo momento en nuevas condiciones, y que se resiste a
una lectura luz-oscuridad, blanco-negro, muy tradicional en
el pensamiento crítico de las décadas anteriores.

– Movimientos con reivindicaciones post-materialistas: el golpe


de gracia para el pensamiento y la acción crítica se consuma
en el momento que comienzan a surgir nuevas prácticas de
movilización social no centradas en la producción ni en el
enfrentamiento de clases; el esquema anterior, incapaz de
ubicarse en una nueva realidad, las señaló como sospechosas
\GHVFDOL¿FyDVtODVOXFKDVDPELHQWDOHVODVGHJpQHURDTXpOODV
por la paz, por derechos sexuales y raciales, entre otras.

Todos estos elementos fueron produciendo un oscurecimiento de


las posibilidades de una teoría crítica y una práctica transformado-
ra, como elementos agenciadores de un cambio de la realidad.

33
CAPÍTULO 2

REINVENTAR
LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL

EL PAPEL DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES


EN LA EDUCACIÓN POPULAR

E
l desgaste del pensamiento crítico va acompañado de un
proceso de reacomodo, reorganización y reconversión
de las formas de ser y de existir del capitalismo. Al
mismo tiempo surgen algunos grupos que impugnan no sólo
la existencia del capitalismo, sino que comienzan a tomar
distancia crítica de los procesos de liberación gestados por
las diferentes formas de vanguardia que se manifestaban en el
PXQGR\PiVHVSHFt¿FDPHQWHHQ$PpULFD/DWLQDVHWUDWDGH
lecturas del marxismo y de sus concepciones, que han buscado
latinoamericanizar la problemática desde la década del ’60.
0DUFR5D~O0HMtD-

Vale la pena resaltar que la crítica sobre esas formas –que otro-
UD IXHUDQ ODV GHVOHJLWLPDGRUDV GHO FDSLWDOLVPR± QR VLJQL¿FD HO
derrumbe total de los discursos de emancipación que se habían
desarrollado, pero sí un inicio de toma de distancia con respecto
a algunas lecturas y posturas que habían sido asumidas como
verdades absolutas. Esas distancias se establecieron, primero con
el marxismo: analizando cómo Marx, al despreciar el papel y la
capacidad de la burocracia, hace que en los socialismos reales
fuese casi imposible introducir los principios marxistas al interior
GHODVEXURFUDFLDVGHO(VWHFRQ¿JXUiQGRVHDOOtLQFOXVRFODVHVGH
un capitalismo no avanzado.

De la misma manera, en los procesos de los países del Este se


KDFHYLVLEOHHOWUiQVLWRGHOPDU[LVPRGH³YHUGDGFLHQWt¿FD´DXQ
marxismo de “ideología de la burocracia” de dichos países, dan-
do paso a múltiples incoherencias entre sus planteamientos y las
acciones del Estado; entre ellas, por ejemplo: se pierde la visión
sobre los desplazamientos de los procesos del poder en el partido
y en sus dirigentes, sobrevalorando su papel y desconociendo el
carácter estructural y la capacidad de recomposición de relaciones
de ese poder.

En la lectura crítica al capitalismo se siguieron viendo los pro-


blemas de dualización, marginalización, empobrecimiento y
exclusión que se generan en la implementación de sus modelos
de desarrollo.

De esas lecturas críticas –desarrolladas por diferentes actores so-


ciales en el continente latinoamericano y en general por la nueva
izquierda mundial–, los movimientos sociales y la educación popu-
ODUHPSLH]DQDSHU¿ODUORVHOHPHQWRVTXHOHVYDQDSHUPLWLUOHYDQWDU
alternativas y formas nuevas de pensamiento y acción, que intentan
superar el agotamiento del pensamiento crítico. Esas nuevas pro-
puestas han sido señaladas desde los sectores más ortodoxos, como
reaccionarias, reformistas, e incluso, con un papel de traición a

36
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

los procesos revolucionarios. Y al mismo tiempo, este capitalismo


desorganizado los acusa, en los documentos de Santa Fe II, de ser
“la nueva estrategia del comunismo internacional” 10.

Esas nuevas propuestas se convierten en el lugar visible de intento


de transición al modelo neocorporativo, ya que buscan deslegiti-
mar los grupos que habían recibido un reconocimiento formal del
Estado y una legitimidad en la vida política –aun cuando hubiera
sido a través de las representaciones directivas– para participar en
instrumentos y mecanismos de concertación y negociar a nombre
de los intereses de los grupos populares.

6LJQL¿FDQWDPELpQXQDUXSWXUDFRQODVIRUPDVWUDGLFLRQDOHVGHRU-
ganización y con la manera como se manejaban las contradicciones
de intereses, ya que esos movimientos y las prácticas de educación
popular tratan de llegar a los que no han tenido acceso al poder
político. Es decir, representan los intereses de aquellos que no han
tenido representatividad, ya sea porque la democracia recortada
que ha existido no se las da o bien porque eran o son actores que
no cabían en la representación de las clases tradicionales del pen-
samiento y de la acción crítica.

Estas nuevas posibilidades nos hablan del paso de división política


basada en grupos, a otra basada en valores y temáticas, que van
a determinar la aparición de comunidades de vida preocupadas
por darse una base social sólida en la cual sea posible fundar una
UHÀH[LyQ \ XQ SHQVDPLHQWR VREUH OD SUREOHPiWLFD /D LGHD HV
entonces, pasar de una concepción de bienes colectivos –antes
LQVWUXPHQWDOHV±TXHEHQH¿FLDEDQDSRFRVDXQHQWHQGLPLHQWRGH
organización descentralizada abierta y democrática, con experien-

____________

10
Bouchey, Francis, Roger Fontaine, C. Jordan y otros, De Santa Fe I a Santa
Fe II, el Imperio y América Latina, Ed. Colombia Nueva, Bogotá, 1993.

37
0DUFR5D~O0HMtD-

cias comunitarias que entrelazan de manera profunda la Educación


Popular y la construcción de los movimientos sociales.

Se hace viva la esperanza sobre la posibilidad de mayores opor-


tunidades para participar en las decisiones que afectan la vida de
cada una de las personas. Es decir, que en la crisis de la demo-
cracia representativa, estas propuestas levantan la posibilidad de
una democracia directa que, en alguna medida, rescate lo que la
democracia socialista oscureció en términos de lo político, ideo-
OyJLFR\FXOWXUDO\ORTXHODGHPRFUDFLDFDSLWDOLVWDKDGHV¿JXUDGR
en lo económico, ideológico y cultural.

El motor de la acción es colocado en un lugar diferente al de la


lectura clásica de las clases, vislumbrándose actores en función
de otras variables. Se trata de la acción a través de movimientos
VRFLDOHV HQ OD HVIHUD S~EOLFD \ OD PRGL¿FDFLyQ GH ODV SHUVRQDV
dentro de la esfera privada, y la educación popular preparando para
esa participación en lo público. Es una especie de nuevo intento
utópico pragmático a través del cual los procesos de educación
popular y de construcción de movimientos sociales, intentan rearti-
cular la relación entre lo público y lo privado (que el poder intenta
deslindar cuidadosamente) como espacios comunitarios en los que
se organiza la nueva resistencia y el nuevo entramado del tejido
social, donde lo cotidiano aparece como articulador de procesos
de poder que antes sólo eran visibles en los procesos macro.

Los cambios que empiezan a gestar estos movimientos aparecen


como una especie de presión social externa que, colocada sobre
lo público, obligan al poder a convertirlos en interlocutores. Por
vía de la protesta buscan su legitimidad y hacen visibles como
banderas, la oposición al status vigente, la exigencia de soluciones
alternativas a las tradicionales y la necesidad de que el Estado
funcione con lo público para los carentes, todo esto, recuperando
en los actores populares la necesidad de una nueva movilización
por lo colectivo.

38
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

(VVLQWRPiWLFRGHHVWDpSRFDHOLQWHQWRSRUGHVDUUROODUUHÀH[LRQHV
que retoman toda la tradición y el arsenal crítico del pensamiento
PDU[LVWDLQWHQWDQGRKDFHUVXOHFWXUDHQXQFRQWH[WRHVSHFt¿FR\
buscando reactualizarlo desde experiencias muy concretas en las
cuales se mezclan tres prácticas sociales a saber:

– La construcción de organizaciones diferentes al esquema


gremial-político, construyendo otro tipo de estructuras (mo-
vimientos sociales).

– Una idea de formación que desplaza las cartillas y manuales


de síntesis académica y que busca construir conocimientos en
un diálogo de saberes (educación popular).

– La investigación que implica a las poblaciones objeto para


convertirlas en sujetos de acción en defensa de sus intereses
y necesidades (investigación-acción-participativa).

Podemos decir que en el atisbo teleológico de los movimientos so-


ciales y de la educación popular, hay una búsqueda por actualizar la
democracia bajo la forma de democracia radical. La acción directa
por la que propende, impugna la delegación, la representación y el
corporativismo y exige con su lucha, el emerger de un nuevo para-
digma ideológico y político. Este aún no se deja leer con claridad
ya que tanto las condiciones mismas del capitalismo como el vacío
que deja la crisis del pensamiento crítico, no permiten más que la
DFFLyQ\ODLPSXJQDFLyQHVWiD~QSRUSHU¿ODUVHGHPDQHUDPiV
clara un pensamiento alternativo y una práctica política acorde a
dicho pensamiento.

39
0DUFR5D~O0HMtD-

¿UNA METAMORFOSIS DE LO ALTERNATIVO?


En estas dos prácticas sociales y culturales que se dieron a lo largo
del mundo con más intensidad entre comienzos del ’60 y mediados
del ’80,11 aparece una serie de particularidades que nos permite
observar su búsqueda por reorganizar lo viejo, cosa que en oca-
siones se logra. Pero en otras, se llega a lo sumo a modernizar y
actualizar lo desechado. Reseñemos rápidamente algunos de esos
elementos que nos muestran signos de la metamorfosis que se han
manifestado como transición del pensamiento crítico y de la praxis
de nuevos actores de contestación y protesta.

– No son monoexpresivos. Es decir, producen un desplazamiento


de las lecturas de “clase” a la noción de “diferentes actores”
afectados por la fragmentación de las nuevas relaciones socia-
les gestadas en la reorganización de un capitalismo periférico
que trata de dar el salto del subdesarrollo al desarrollo.

– Construcciones colectivas con énfasis en lo micro y en lo


regional. Así, se recupera una tendencia que va a ser visible
posteriormente en el pensamiento postmoderno y en los pro-
cesos de descentralización, y que anticipa un tipo de trabajo
que reorganiza el poder desde lo local pero lo deja atado en
ODGL¿FXOWDGGHFRQVWUXLUHOWUiQVLWRHQWUHORPLFURORPHVR\
lo macro.

– La conciencia como apropiación cultural. Uno de los cambios


PiVVLJQL¿FDWLYRVVHSURGXFHHQHOWUiQVLWRGHOHVSDFLRGHOD
acción política a los espacios de la acción política cultural.
En estos últimos, reorganizada la vida cotidiana, aparece una
nueva unidad de sentido en la capacidad para apropiarse de
____________

11
Sería interesante ver el papel de los movimientos sociales en el derrumbe
del socialismo real.

40
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

su pasado cultural; este elemento ha conducido a muchas


desviaciones y populismos.

– Un mundo sostenible. Reivindicación visible en las luchas


post-materialistas de medio ambiente, de género, de etnia y
de sexualidad, aparecen denominaciones amplias que no se
agotan en las necesidades de un grupo particular o una clase
HVSHFt¿FD(VDOOtGRQGHVXUJHODQHFHVLGDGGHXQPXQGRSDUD
todos.

– Abren un lugar a reivindicaciones subjetivas, aspecto éste que


siempre negó el pensamiento crítico. Para la educación popular
y los movimientos sociales, el entramado de los imaginarios
construye y replantea la acción de los grupos humanos.

– Reconocen en lo excluido su actor. En la diferenciación no sólo


se desplaza la “clase” para dar entrada a “otros” sectores, sino
que se construyen actores desde la marginación producida por
los procesos de modernización que se van dando en los dife-
rentes países, construyéndose así una polaridad, en ocasiones
esquemática, entre modernización y exclusión.

– Ponen en entredicho el orden político. En la manera como


niegan la democracia representativa y como apelan a lo pú-
blico para encontrar en ello una legitimación, las prácticas de
educación popular y movimientos sociales, van adquiriendo
XQSHU¿OGHOHJLWLPDFLyQGHVXDFFLyQS~EOLFDTXHHQWUDHQHO
terreno de la confrontación política embrionaria.

– Rearticulan los olvidos del Estado de Bienestar y hacen la


crítica acerca de su escaso desarrollo en los países latinoameri-
canos, cuyos estados realizaron sólo en forma muy débil estas
propuestas. Los movimientos sociales y la educación popular
OHYDQWDQODEDQGHUDSRUKDFHUUHDOHVORVEHQH¿FLRVGHO(VWDGR

41
0DUFR5D~O0HMtD-

de Bienestar para los grupos más deprimidos de la población,


produciendo una confrontación diferente con el Estado.

– La fuerza en la organización amplia. La educación popular y


los movimientos sociales van a hacer clara su ruptura con las
formas cerradas y clandestinas, y empiezan a buscar formas
de expresión que les permita transformarse en una fuerza
social colectiva que represente los más variados intereses. De
esta manera, rompen con el esquema gremial-político y dejan
asomar su crítica a la esclerotización y conservadurismo de
sus prácticas sociales.

– La vida cotidiana se expresa. Nunca como antes se encontró


una expresión del poder que recabara en sus principios micro
y buscara en la vida inmediata de las personas, los núcleos
generadores de una nueva forma de existencia del poder, con
mecanismos e instrumentos metodológicos que los colocaran
en el torrente de la nueva disputa de lo social.

– Se logra una expresión de los saberes popularesPDQL¿HVWRV


bajo diferentes formas, creando una conciencia gramsciana de
la posibilidad de todo ser humano de ser un pensador y per-
mitiendo así la elaboración del sentido común. Este aspecto,
en muchos momentos, crea una falsa polarización y exclusión
entre saberes populares y saberes académicos.

– Se introduce como posible la lucha por el mejoramiento de


la calidad de la vida de las personas, propiciando una serie
de procesos productivos a los que se les unía la “concienti-
zación”, como un intento por propiciar lo político desde lo
productivo.

42
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

– Introducen la crítica a sus instrumentos de trabajo (técnicas,


dinámicas, diseños, asambleas, periódicos) en cuanto muestran
como a través de ellos –y no sólo de los contenidos– circula
la concepción del poder que se intenta confrontar.

– Construyen coordinaciones de estos movimientos y redes de


educadores e investigadores, que inicialmente tratan de esta-
blecer distancias con las organizaciones políticas de izquierda,
intentando mostrar las diferencias de concepción y construc-
FLyQSHURDO¿QDOVXFXPEHQSURGXFLpQGRVHXQDPL[WXUDTXH
comienza a romper lo político-gremial.

En los puntos anteriores encontramos esos elementos que, en su


momento, nos indicaron el emerger de una presencia distinta de la
impugnación y la protesta, hasta el punto que, en algunos casos,
algunos autores creyeron con optimismo que estábamos frente a la
nueva forma de existencia de la política de la época; y por qué no
decirlo, frente a las nuevas formas que construían la impugnación
y que anunciaban el renacer del pensamiento crítico para enfrentar
ese nuevo capitalismo12 que no terminaba aún de organizarse.

____________

12
Recordemos cómo se han dado diferentes interpretaciones sobre estos
movimientos sociales:

a. Quienes ven en la privación de estos sectores la frustración que lleva a la


agresión manifestada bajo protesta (Gurr).
E $TXHOORVTXHSHUFLEHQXQLQWHUpVUDFLRQDOLQGLYLGXDOTXHLQÀX\HVREUHJUXSRV
para realizarlo (Olson, y Tullock).

43
0DUFR5D~O0HMtD-

TAMBIÉN CRISIS EN LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y


LA EDUCACIÓN POPULAR

Los movimientos sociales y la educación popular quedaron atra-


pados en su origen, ya que por ser organizaciones y movimientos
GHWUDQVLFLyQVHHQUHGDURQHQODVGL¿FXOWDGHVGHFRQVWUXLUORQXHYR
teniendo el gran lastre de lo viejo. En muchos casos, sus luchas
fueron cooptadas bien por el Estado capitalista (que también
estaba siendo reorganizado y modernizado y por lo tanto vivía
una transición hacia la construcción de las formas jurídicas y de
participación que le exigía su nueva forma de existencia) o bien
por la izquierda (que buscaba una oxigenación en medio de la gran
crisis que la deslegitimaba).

Como clara expresión de ese obstáculo, aparecen cuatro elementos


que nos permiten ver en detalle cómo estas propuestas de transi-
ción, sufrieron algunas veces la pérdida total de su sentido, y otras,
fueron recuperadas por actores diferentes haciendo más evidente
aún la crisis de los procesos y proyectos populares. Revisemos
esos aspectos:

____________

F 4XLHQHVREVHUYDQXQDLQVDWLVIDFFLyQSROtWLFDTXHJHQHUDXQFRQÀLFWRVRFLDO
(McCarthy, Zolt, y Tenkins).
d. Quienes ven en los movimientos sociales los nuevos movimientos para
¿QDOHVGHVLJOR &DVWHOOV 
H 4XLHQHVORYHQFRPRSDUWHGHXQSURFHVRGHFRVWREHQH¿FLRGHFRQVWUXFFLyQ
de las democracias ( )
* Para una ampliación de esta caracterización, remito a: Russell, Dalton; M.
Kuechler, W. Burklin, “El reto de los nuevos movimientos”, en Russell J.,
Dalton y Manfred Kuechler (comp.), Los nuevos movimientos sociales o
un reto al orden político, Alfons El Magnanim, Valencia, 1992.

44
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

LO VIEJO SE REACOMODA EN LO NUEVO


Tanto para la educación popular como para los movimientos
sociales fue un cuello de botella establecer distancia con todas
las prácticas anteriores que pretendían atacar. Así, quedaron apri-
sionadas bajo las formas que querían rechazar, haciendo que los
nuevos movimientos, poco a poco se fueran convirtiendo en viejos
movimientos y en educación doctrinaria de izquierda. Esto se hizo
particularmente visible en

– La conducción se puso en manos de los políticos anteriores


quienes, completamente contaminados por las formas viejas de
pensar y actuar, no le permitieron a los movimientos encontrar
VXSURSLRFDXFH\GH¿QLUVXVSURSLDVPDQLIHVWDFLRQHVKDVWD
incluso, los convirtieron de alguna manera en fuerza política de
expresión personal –al viejo estilo– haciendo de la educación
popular una práctica de formación de cuadros.

– Se trasladaron los vicios de las organizaciones corporativas


a sus luchas; así, muchas de las estructuras de organización
y de redistribución interna de poderes, así como las prácticas
de pago de favores a las clientelas, funcionaron como formas
transaccionales presentes en el accionar de los nuevos movi-
mientos.

– Se regresó a la práctica manida de convertir los movimientos


en correas de transmisión, desarrollando relaciones con lo
político a partir de la dependencia de partidos encargados de
GH¿QLUODVGLUHFWULFHVSRUIXHUDGHORVPLVPRVPRYLPLHQWRV
Con ello, la autonomía inicial fue derivando poco a poco en
una intencionalidad política construida simplemente por la
presencia de las organizaciones políticas de izquierda, más
que por la lógica de la acción.

45
0DUFR5D~O0HMtD-

– Se construye un enfoque gradualista de la lucha en la cual,


más que los intereses de los representados, la vieja idea de
organización para el asalto al poder volvió a hacerse presente,
inhibiendo un desarrollo autónomo o con otra concepción de
política.

– La organización se convirtió en trampolín político para algunos


dirigentes que cayeron sobre el movimiento y creyeron tener
una representatividad que luego les sirvió para su ascenso so-
cial, olvidando totalmente las reivindicaciones y la continuidad
misma del movimiento.

– Fueron invadidos por la preocupación por actuar al interior del


sistema o contra el sistema: esto creó una polarización entre los
a favor y los anti, que no permitió construir el nuevo escenario
de la representación pública que buscaban originalmente estos
movimientos sociales.

LO NUEVO CONTROLADO
Estos movimientos, como expresión de la impugnación en la
WUDQVLFLyQ YLYLHURQ ÀXMRV \ UHÀXMRV QR REVWDQWH HPHUJtD GH
ellos con mucha claridad, el ser frutos de una construcción que
implicaba una nueva racionalidad. En América Latina es visible
la manera como participan en los procesos de redemocratización
del continente, de cambios de sus constituciones, y de expresiones
y acciones diversas por construir una sociedad civil más amplia.
Y también en esto, muchas de sus banderas –precisamente por ser
WUDQVLFLyQ±IXHURQIiFLOPHQWHUHFXSHUDGDV\UHVLJQL¿FDGDVSRUXQ
Estado y una sociedad –también en transición– que se reestructu-
UDEDQSDUDVHUPiVFRKHUHQWHVFRQHOFDSLWDOLVPRGH¿QDOGHVLJOR
Ampliemos un poco estos elementos.

– Muchos de sus dirigentes pasaron de los movimientos sociales


a las organizaciones políticas tradicionales, ya que, de algu-

46
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

QDPDQHUDHOORVVLJQL¿FDEDQSDUDORVYLHMRVSDUWLGRVLGHDV
nuevas y dirigentes medios con cierta representatividad; esto
produjo una gran cooptación de dirigentes y una reorganiza-
ción y oxigenación de estos partidos.

– La cooperación internacional inicia una dinámica que recupera


mucho de lo construido por la impugnación de estos movi-
mientos (sociales y de educación popular) para colocar esos
elementos en la esfera de lo productivo, donde la lógica y el
pragmatismo de la sobrevivencia hacen olvidar los problemas
de poder planteados originalmente por ellos. Esto ocasionó
un reacomodo interno a partir del cual se niega la educación;
al contrario del proyecto mismo capitalista que reordena su
aparato educativo en función de las nuevas realidades del
conocimiento y la educación se convierte en central.13

– Los sectores conservadores de la iglesia también construyen


expresiones de estos movimientos bajo el signo ideológico del
neoconservadurismo, tanto religioso como cultural, a partir
del cual, viejos nombres y prácticas de educación popular y
movimientos sociales, institucionalizan acciones que en el
pasado actuaron como impugnadoras.

– Por su lado, las ONGs, en un doble ejercicio intelectual y


económico, empiezan a ocupar el lugar de los movimientos,
se apoderan temáticamente de ellos y copan los dineros des-
tinados originalmente al desarrollo de estos procesos; así,
terminaron con un análisis de categorías sin actores, en el
cual los sujetos de la acción fueron convertidos en registros

____________

13
Remito a CEPAL-UNESCO, Educación y Conocimiento, Eje de la Trans-
formación Productiva con Equidad, OREALC, Santiago de Chile, 1992.

47
0DUFR5D~O0HMtD-

estadísticos, más que en sujetos con capacidad de reconstruir


la relación intelectual-educación-movimiento.

– La dirección de los movimientos se trasladó de los actores a


las asesorías profesionales que se prestaban. Esto permitió
que los fragmentos de organización fueran absorbidos por
pequeñas élites, ya que la representación lograda, volvía a ser
canalizada por los viejos mecanismos, estableciendo luego
una jerarquización del Movimiento y de la Educación Popular
en la que la máxima autoridad caía en un pequeño grupo de
nuevos elegidos e iluminados.

– Los movimientos terminaron siendo temas de intelectuales, en


los que, por la poca relación con el pasado, parecían una crea-
ción intelectual cargada de nostalgias por la teoría crítica, más
que análisis serios y rigurosos de los escenarios, situaciones y
actores reales que desarrollaban la acción. Esta expropiación
de los movimientos sociales y la educación popular por parte
de los analistas, terminó construyendo poderes personales que
permitieron a los individuos saltar hacia las grandes entidades
internacionales sin ninguna implicación en los procesos de
transformación; incluso algunas de éstas instituciones que
surgieron como expresión de esos movimientos, o de apoyo
a ellos con prácticas de educación popular y de investigación-
acción, niegan ese pasado o lo leen como de tiempos en los
cuales “no era posible la participación democrática.14

____________

14
Entre los sectores que hicieron educación popular y trabajaron con movimien-
tos sociales y hoy la rechazan se encuentran los siguientes argumentos:

48
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

PROBLEMAS INTERNOS
No podemos ubicar la crisis solamente en los procesos en los cuales
la sociedad trataba de reorganizarse para buscar un nuevo sentido.
Es necesario señalar también que parte de estas prácticas educado-
ras y movilizadoras tuvieron su crisis en una debilidad interna que
podría ser caracterizada como la lucha entre lo nuevo y lo viejo.
Algunos aspectos para resaltar serían los siguientes:

– Se da una excesiva juridización de lo social. Como muchas de


sus luchas estaban basadas sobre los derechos, esto terminó
creando la ilusión de que lo jurídico resolvía todos los con-
ÀLFWRVVRFLDOHVVLQDWHQGHUODPDQHUDFRPRHQHOUHVWRGHOD
sociedad se producía un estallido de lo social. Esto trasladó una
idea corporativa al interior de los movimientos, en el sentido
de que los grupos populares, entraron en una gran pasividad
ya que eran otros los que debían resolver sus problemas; la
gestión de la cosa pública terminó siendo un consumo de dere-
chos que debían ser conocidos ya que en la redemocratización
que se había dado a lo largo del Continente, la lucha ya no era
necesaria.

____________

a. Fue una forma de hacer política en tiempos de crisis de la democracia.


b. Fue la educación de izquierda para acompañar procesos de transformación
social.
c. La educación popular fue la politización de la educación de adultos.
d. Fue la práctica educativa del trabajo social como carrera profesional.
e. Fue la elaboración de políticas sociales alternativas de grupos utópicos.
f. Fue una forma de intervención social en grupos marginales.
g. Fue una forma de intervención profesional como extensión de la acade-
mia.
K )XHXQDHGXFDFLyQDFWLYDFRQSHU¿OFRPXQLWDULR\SUR\HFWRSROtWLFR
Para ampliación, ver: Mejía, Marco Raúl, “Educación Popular, entre su
disolución o su refundamentación”, La Piragua No.6, CEAAL, Santiago,
1er semestre 1993, págs. 17 a 29.

49
0DUFR5D~O0HMtD-

Igualmente, en nuestro medio formas de lucha como la ar-


mada coparon la vida de las regiones en las cuales operaban,
produciendo un poder que deslegitimaba o legitimaba, y los
KDELWDQWHVEDMRVX]RQDGHLQÀXHQFLDSHUGLHURQSURWDJRQLVPR
ya que los logros en mejorar niveles de vida eran vistos más
como fruto de la presencia armada que de la fortaleza de or-
ganización popular y defensa de sus intereses.

– Un vacío de proyectos sociales. Si bien los grupos tuvieron


cierto desarrollo, se vio también su incapacidad para asumir las
nuevas reivindicaciones que se iban ampliando en la sociedad;
de esta manera, la representación a sus dirigidos empezó a ser
muy fragmentada. Esto les dio en muchos casos poca duración
en el tiempo ya que, si bien lograban sus objetivos, les costaba
PXFKDGL¿FXOWDGGHVSOD]DUVHDDVXPLURWURVSURFHVRV(QOD
ampliación de las necesidades, quedaron reducidos a luchas
por la necesidad que daba origen al movimiento, sin lograr
desplazarse a constituir intereses más generales.

– Difícil paso de lo micro a lo macro. Por las mismas razo-


nes anteriores, se presentó una incapacidad para adecuar el
funcionamiento interno (que tenía las formas tradicionales)
a una integración de reivindicaciones con un horizonte más
amplio que el planteado por la organización gremial. Y fue
difícil para quienes procedían de experiencias populares, ser
capaces de integrar esos elementos de ampliación de los es-
pacios participativos generados en las luchas postmateriales:
UDFLVPRJpQHURDPELHQWHHWFFRQORVHOHPHQWRVHVSHFt¿FRV
de su lucha.

– Construcción de un liderazgo sin representación continuada.


Las organizaciones fuertes en el momento de la protesta dilu-
yeron los procesos de organización construyendo una serie de
niveles que desarrollaron pocos procesos de reciprocidad entre

50
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

todos los miembros, no estableciendo una secuencia entre lo


que serían sus miembros activos, sus simpatizantes, las organi-
zaciones generadas por el movimiento, las organizaciones que
apoyaban el movimiento y las organizaciones que perseguían
objetivos semejantes. Esto llevó también a una atomización
interna que en mucho casos levantó liderazgos tradicionales.
)XHXQGLItFLOWUiQVLWR\DTXHVHOHVGL¿FXOWyHQFRQWUDUIRUPDV
organizativas y administrativas que fueran más coherentes con
la racionalidad gestada en los procesos educativos.

– No construyen su representación social. Tal vez éste sea el


tránsito más difícil para los procesos de educación popular y
de movimientos sociales, ya que no encuentran sus núcleos
dinámicos que les permitan negociar en la lógica de sus movi-
mientos y no de las viejas organizaciones sociales corporativas.
Y allí, teniendo una lógica diferente a la de la contradicción
capital-trabajo quedan atrapados en una lógica de negociación
de este tipo. Su protesta y reivindicaciones nuevas no lograron
tampoco construir una lógica de negociación que reconstru-
yendo lo anterior, diera cuenta del ser de los Movimientos,
haciendo que las nuevas formas no emergieran con claridad.

– 6DEHQORTXHQRTXLHUHQSHURFRQPXFKDGL¿FXOWDGORTXH
quieren. Estos movimientos forjan unos cambios de valores y
hacen presente lo crítico en las normas, en los valores, en los
procesos sociales cotidianos, en las relaciones comunitarias,
y el mundo micro les compone un primer escenario sobre el
cual actúan, pero a la hora de mirar metas sociales quedan
abandonados en manos de quienes tenían los viejos horizontes
políticos.

51
0DUFR5D~O0HMtD-

IDEAS-FUERZA PARA EL FUTURO


Podemos decir que la existencia de estos dos fenómenos (Edu-
cación Popular y Movimientos Sociales) sobre el tejido social
práctico y teórico, deja claro el emerger de la búsqueda de una
QXHYD UDFLRQDOLGDG TXH SUH¿JXUH OR GLIHUHQWH HQ HVWH ¿QDO GHO
siglo XX, ya que, en el tránsito del capitalismo reorganizado y
del desmoronamiento del socialismo real, construyeron las bases
de una nueva impugnación y de una toma de conciencia sobre las
nuevas realidades. Podemos señalar cinco de los desplazamientos
que producen y que, como carga positiva, deben ser llevados hacia
el futuro:

– La debilidad de la sociedad civil en los países del capitalismo


periférico ya que ésta fue construida desde intereses corpora-
tivistas y neocorporativistas produciendo un nuevo manto de
exclusión sobre los sectores que no estaban en condiciones
de representarse bajo las formas con las cuales los estados
permitían la negociación. Esa débil sociedad civil es sobre la
cual están fundadas nuestras democracias; ellas hacen que un
estado débil sea fuerte más por vía de la delegación de una
cierta democracia, que de la real participación en ella. Esto
llevó a muchos autores a hablar de la necesidad de construir
una sociedad civil popular.

– Emerge una crítica a la realización de la Democracia, seña-


lándose cómo en los países del Este ella es construida con un
IXHUWHGp¿FLWHQORVDVSHFWRVSROtWLFRVLGHROyJLFRV\FXOWXUDOHV
al lado de un desarrollo económico y social; y cómo también
el capitalismo construyó una idea de democracia con un gran
Gp¿FLWHQORHFRQyPLFR\HQORVRFLDO\FRQFLHUWRVGHVDUUROORV
en lo político e ideológico y con algunos pocos avances en lo
cultural. En esa distancia crítica de los movimientos sociales
y la educación popular con respecto a esas carencias del socia-
OLVPRUHDO\GHOFDSLWDOLVPRHQWUDQVLFLyQVHIXHFRQ¿JXUDQGR

52
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

la idea de Democracia Radical que busca, con más claridad y


localización, el gobierno de lo humano.

– Lo público como lugar de disputa de intereses. Este elemento


va a hacer fuerza sobre la manera como en nuestro continente
los movimientos sociales y la educación popular mostraron
a su vez la manera como se ha producido una expropiación
de lo público por parte del Estado y de los políticos; así, la
participación no logra ser una expresión de la libertad y del
real ejercicio de la democracia, sino una manifestación de
dádivas y del control de intereses por Estados que aún siguen
representando hegemonías más que realizaciones de la demo-
cracia. Esto permitió ver con claridad el híbrido político sobre
el cual están montadas nuestras naciones y nuestros Estados,
apareciendo nuestras democracias como remedos de la con-
sumación europea. Esto también ha hecho evidente la forma
como el capitalismo periférico produce grandes distorsiones
en las cuales la modernización se vive más en función de los
sectores de punta de la economía y de los grupos cultos urba-
nos.

– La exclusión social necesita disputar sus intereses. Al dejar al


descubierto la debilidad en la democracia política e ideológica
de nuestros sistemas representativos, los movimientos sociales
y la educación popular mostraron cómo la exclusión funciona
con elementos distorsionadores de los procesos de representa-
FLyQGHORVH[FOXLGRVFRQVWUX\HQGR¿FFLRQHVGHSDUWLFLSDFLyQ
en los cuales los intereses de éstos quedan subsumidos en una
serie de intereses generales en los cuales nadie parece repre-
sentar sus intereses particulares. Este fenómeno nos muestra
ODXUJHQFLDGHODWDUHDHGXFDWLYDFRQLQWHUHVHVHVSHFt¿FRV\
la necesidad de la movilización de los actores excluidos para
que puedan representarse en el nuevo escenario y disputar en
lo público sus intereses; esa disputa se plantea frente a otros
sectores que sí los han aclarado y evidenciado porque las

53
0DUFR5D~O0HMtD-

políticas que se desarrollan funcionan a su favor; así, aparece


una nueva razón para trabajar la unidad entre Movimientos y
Educación Popular: aclarar esos intereses desde los cuales los
excluidos disputan en lo público.

– Una de las grandes lecciones hacia el futuro que nos deja la


existencia de los movimientos sociales, es la aparición de una
ciudadanía colectiva15 como actor de cambio, como agente
de movilización que reivindica los intereses de una forma
diferente a la ciudadanía de corte liberal. Esta última hace el
énfasis en los derechos y deberes individuales convirtiendo al
(VWDGRHQLQWHUORFXWRUR¿FLDOGHODVRFLHGDG\HQHVHVHQWLGR
pareciera que los logros no son de la sociedad, sino dádivas del
Estado. Esta idea de ciudadanía colectiva va a establecer una
ruptura con la manera cómo lo privado y lo individual tratan
GHFRQ¿VFDUODH[LVWHQFLDGHORFROHFWLYRHQHVWH¿QDOGHVLJOR
Es una idea de ciudadanía colectiva en la cual la educación,
siendo parte de la lucha, es en sí misma un movimiento cultural
que permite la construcción de la idea de ciudadanía al interior
de la práctica social.

____________

15
Recordemos que la idea de ciudadanía ha hecho tránsito en la modernidad
desde Diderot, en la cual la ciudadanía es hecha por la propiedad; en Locke,
en donde la ciudadanía no hacía parte la clase trabajadora, ya que era incapaz
de tener ideas sublimes y volvía a la separación del ciudadano propietario
y el no ciudadano o no propietario. El Siglo XVIII va a establecer la ciu-
dadanía a partir de la existencia de sujetos de derecho, en los cuales éstos
eran otorgados por el Estado, estableciendo el derecho liberal de ciudadanía,
tradición que hizo su tránsito en el siglo XX hacia la moderna forma de
ciudadanía del neoliberalismo, que la plantea como retorno a una idea de
comunidad en la cual las instituciones son representadas en ella misma.

54
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

FISURAS DEL CAPITALISMO AL FINAL DE SIGLO


Si bien es necesario abandonar la mirada que establecía una rela-
ción simétrica entre capitalismo y miseria, es también necesaria
una mirada crítica que permita entender los lugares en los que este
FDSLWDOLVPRGH¿QDOGHVLJORFUHDSUREOHPDVEiVLFRV\QRUHVXHOYH
la promesa hecha en su modelo: lograr el bienestar para todos.
Y van a ser precisamente estos elementos los que comenzarán a
constituir el nuevo lugar de la protesta y de la crítica, sólo que
ahora los contradictores están diseminados; el Estado es más leja-
no, los actores más atomizados y los intereses se recomponen de
otra manera. Es decir, hay que hacer conciencia de que no basta la
crítica; es urgente reconstruir el arsenal teórico y práctico con el
cual enfrentar esta nueva dominación. Por ello hay que reconocer
TXHHVWHFDSLWDOLVPRGH¿QDOGHVLJORWLHQHXQDOHJLWLPLGDGPX\
clara y construye su nueva ideología en la aparente objetividad de
una sociedad sin contradictor.

/RV OXJDUHV PiV YLVLEOHV GH HVDV ¿VXUDV FRPLHQ]DQ DSHQDV D


emerger, ya que durante el período de transición entre uno y
otro capitalismo, por su propia lógica de desarrollo, ellas fueron
semiinvisibles; incluso, en ocasiones fueron ocultadas tanto por
la crisis del socialismo real como por la de la socialdemocracia
TXHLQLFLDGRHO¿QGHO(VWDGRGH%LHQHVWDUDJRWyVXSUR\HFWRHQ
un ejercicio del poder semejante al de la derecha, con corrupción
incluida. Miremos algunos aspectos:

SU IDEA DE CALIDAD DE VIDA


El capitalismo como proyecto, ha ido levantando la idea de calidad
de vida como uno de sus pilares básicos y en la medida en que
crecen las necesidades, va mostrando la manera como las satisface
y las amplía construyendo una lógica de satisfacción de necesi-
dades materiales por la vía del consumo. Ese consumo se ha ido

55
0DUFR5D~O0HMtD-

convirtiendo en el “vivir del sector urbano”: cuenta con máquinas


que realizan el trabajo doméstico; máquinas para utilizar el tiempo
de ocio, etc. Curiosamente, este mismo patrón de consumo se fue
construyendo en el mundo socialista.

/XHJRHOFRQVXPRGHHVWRVELHQHVIXHSHU¿OiQGRVHFRPRODFRP-
petencia por el acceso a la última generación de máquinas, y la
calidad de vida empezó a entenderse como el acceso a ellas. De
esta manera, el equipamiento y la posesión de todos estos bienes,
empezaron a simbolizar y a representar status. A nivel domésti-
co, el nivel empezó a ser organizado desde la posesión de estos
equipos y el mercado gestó una modernidad en el consumo que,
convertido en consumo masivo, introdujo en los sectores medios y
pauperizados unos modelos de consumo más o menos uniformes,
estableciendo la diferencia con el consumo de élite; son éstos
últimos los que pagan la inversión en creatividad y diseño de sus
materiales de uso logrando en el mercado la originalidad y la no
repetición de esos productos.

6LQHPEDUJRHQHVWH¿QGHVLJORHVWDLGHDGHFRQVXPRSDUDWRGRV
se ha ido haciendo cada vez más lejana y el acceso cada vez más
OLPLWDGRVyORTXHFRQODDPSOLDFLyQGHODVFDSDVPHGLDVHOSHU¿O
del éxito parece hacerse cada vez más visible en su representación
y en su representatividad.

TAMBIÉN LÍMITES DEL CRECIMIENTO


El proceso económico de producción de bienes que abre paso a la
nueva utopía capitalista, la del consumo, también ha mostrado sus
límites; si bien los cambios tecnocráticos construyen una ilusión
de consumo generalizado, lo cierto es que en su dinámica, generan
altos niveles de acumulación de capital y de consumo en el centro
de cada sociedad y de cada país, pero condena a amplios sectores
sociales periféricos a un consumo limitado.

56
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

Lo anterior muestra la existencia de un modelo de desarrollo


no sustentable, ya que el crecimiento es limitado no sólo por la
concentración económica (mayor monopolización) sino también
por el costo ambiental que evidencia un tipo de crecimiento que
EHQH¿FLDDODVFODVHVGLULJHQWHVSHURQRDODSREODFLyQPD\RULWDULD
Y allí surge la pregunta por lo viable de continuar con este tipo
de crecimiento.

DESINTEGRACIÓN SOCIAL
8QD GH ODV FDUDFWHUtVWLFDV GH HVWH ¿QDO GH VLJOR HV OD H[SDQVLyQ
de las necesidades hacia nuevos productos, pero con una costosa
distorsión pues las condiciones de acceso no son universales. Esto
produce una explosión de lo social que se hace visible con el pro-
EOHPDGHPRJUi¿FRGHORVVHFWRUHVPiVSREUHV

Lo curioso es que esa expansión de la pobreza ya no es sólo un


fenómeno exclusivo del Sur; “ahora hay también un Sur presente
en los países Norte”; por ejemplo, los procesos de urbanización
no controlada en los países del antiguo Tercer Mundo producen un
caos en las metrópolis, tanto en los bienes de consumo como en las
posibilidades de acceso a las nuevas localidades construidas desde
el umbral de la miseria y las nuevas capas de indigentes generados
por debajo de la categoría de pobreza absoluta, con su secuela de
una impunización delicuenciada.

De la misma manera, este modelo económico produce unos nuevos


tipos de exclusión a través de las diferencias raciales, sexuales,
JHRJUi¿FDVGHOXJDUGHRULJHQHVGHFLUVHLQLFLDXQSURFHVRHQ
el cual lo social comienza a convertirse en una nueva bomba de
tiempo y en un caos en términos de la organización de relaciones
sociales básicas, construyendo en estos sectores una cierta ingo-
bernabilidad visible en los procesos de aumento de la delincuencia
\UHVROXFLyQYLROHQWDGHORVFRQÀLFWRV

57
0DUFR5D~O0HMtD-

PROFUNDIZA LA DESIGUALDAD ENTRE PAÍSES


(QODQXHYDGLYLVLyQLQWHUQDFLRQDOGHOWUDEDMRTXHVXUJHDO¿QDOL]DU
la guerra fría, hay una nueva reorganización en la cual, más que la
geopolítica, las únicas posibilidades de ingreso a los procesos de
desarrollo van a ser las de vinculación al mercado; en ese reorde-
QDPLHQWRDOJXQRVSDtVHVVHFRQ¿JXUDQFDVLFRPR³GHVHFKDEOHV´
Ya no importan ni como productores ni como consumidores si no
entran en los nuevos bloques del mercado. Uno de los ejemplos
PiVVLJQL¿FDWLYRVHVODVLWXDFLyQGH&HQWURDPpULFD\HQHVSHFLDO
de Nicaragua, país que luego de la guerra geopolítica en el 80,
queda desprotegido de los EEUU en los mercados constituidos en
los ’90, haciendo su reconstrucción muy difícil.

Un aspecto visible de este problema lo comienzan a vivir los países


del Norte, con la migración excesiva de habitantes de los países
de la periferia (Sur) hacia ellos, buscando otro estándar de vida,
y en ocasiones, posibilidades diferentes para sobrevivir. Por esta
razón y otras más que no son del caso profundizar aquí, se ha visto
un resurgimiento alarmante de movimientos de corte fascista y de
formas de racismo para enfrentar a estos inmigrantes.

En los países del centro van a ser visibles sociedades cada vez
más fragmentadas y dualizadas, en las cuales la segregación, la
marginación y la pobreza van en aumento. En EEUU, por ejemplo,
se calcula que en el período Reagan-Bush los pobres absolutos
pasaron de 12 a 37 millones de habitantes; estallidos como los de
Los Ángeles y Nueva York nos muestran claramente cómo “el sur
ya está en el norte”.16

____________

16
Expresión del P. Ernesto Cardenal, ex-ministro de Educación de Nicaragua,
sandinista.

58
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

SE CONSTRUYE UN “APARTHEID SOCIAL”


Paralelo al surgimiento de una clara situación de ingobernabilidad,
de explosión de lo urbano, y de una dualización de las sociedades,
va apareciendo una serie de grupos que comienzan a sufrir los
procesos de una socialización marginal, creando unos sectores
sociales periféricos, que se caracterizan por la falta de acceso a
aquellos elementos que son precisamente los logros de la moder-
nidad. Allí están aspectos tales como la alimentación, la salud, el
trabajo urbano, al saneamiento, al agua potable, y otras más. Allí
están los cesantes, los informales, los presos, las prostitutas, las
mujeres con cargas familiares no compartidas, los migrantes rurales
que buscan las seducciones urbanas observadas en los medios y
muchos otros.

Entre los sectores de empleados se va creando una especie de


pánico de caer en las condiciones de estos otros sectores. Estos
temores van a tener una manifestación en el crecimiento de la
delincuencia, que construyen un nuevo tipo de amedrentamiento
social como resultado de la nueva marginación. 17

Los sectores sociales que están en los límites de la exclusión,


siempre estarán amenazados por un síndrome que será utilizado
desde el poder cuando éste sienta que hay un agotamiento del
consenso social; y en ese sentido, la exclusión de no estar inte-
grado por el consumo será la espada que siempre penderá sobre
sus decisiones, para no integrarse a las luchas planteadas por este
nuevo fenómeno.

____________

17
Un excelente libro que muestra este problema es el de Ramón Fernández
Durán, La explosión del desorden, la metrópoli como espacio de la crisis
global, Ed. Fundamentos, Madrid, 1993.

59
0DUFR5D~O0HMtD-

CRIMINALIZACIÓN DE LOS COMPORTAMIENTOS


Como hemos visto, con los elementos anteriores se produce una
desintegración de esos sectores no cobijados bajo la forma del
trabajo productivo; al no entrar a estos procesos, se ven obligados
a comportamientos de rupturas del contrato social, que a su vez
generan rechazos sociales que terminan siendo respondidos por
procesos delincuenciales.

Es notoria también la manera como los procesos críticos son cobi-


jados bajo estas formas de delincuencia, y la protesta es confundida
con algunos de estos procesos, cayéndose en una criminalización
de la lucha social.

La impotencia social que se va apoderando de estos grupos que


QR ORJUDQ VDWLVIDFHU VXV QHFHVLGDGHV VRFLDOHV YD FRQ¿JXUDQGR
VHFWRUHVHVSHFt¿FRVFDGDYH]PiVFODURV\GH¿QLGRVFRQGLVWLQWRV
comportamientos al margen de la ley. Este crecimiento inusitado
de la criminalidad muestra también una erosión de las estructuras
paraestatales privadas exigiendo la construcción de unas funciones
de defensa cada vez más amplias.

CULTURA INTEGRADA / SOCIEDAD DESINTEGRADA


8QD GH ODV FDUDFWHUtVWLFDV PiV SDUWLFXODUHV GH HVWH ¿Q GH VLJOR
es que la industria cultural de masas produce la ilusión de una
integración a través de la información, de los gustos, del pensa-
miento, de los comportamientos, que producen una especie de
homogeneización cultural global en los más variados sitios y en
las más variadas condiciones socioeconómicas. Pero esa integra-
ción es realmente desintegrada, porque al expandirse las nuevas
necesidades, la imposibilidad de acceso a la cantidad de nuevos
productos crea una tal angustia por conseguirlos que termina
generando una grave explosión de lo social. Esto es visible en

60
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

sucesos como los saqueos a supermercados y tiendas de consumo


que protagonizan oleadas que bajan desde las zonas pobres de la
población dispuestas a cualquier cosa con tal de “tener” alguna de
las mercaderías expuestas. Estos sucesos han sido comunes en los
últimos años en países como Brasil, Venezuela y algunas ciudades
de EEUU y Argentina.

Una de las características del consumo opulento y de la represen-


tación personal fundada en las nuevas clases de servicios es la
manera como invisibiliza los espacios de miseria, desprotección y
exclusión, creando un manto de protección de su ascenso social en
cuanto los hace ver como naturales y ganadores en el libre juego
del mercado.

DESEQUILIBRIOS TERRITORIALES Y MEDIOAMBIENTALES


La idea de territorio y de localidad sobre la que está basada toda
la reorganización y reestructuración del Estado va a plantear la
existencia de una serie de fenómenos globales que afectan la vida
del territorio y la presencia de las personas allí. Eso es más visi-
ble en el fenómeno ambiental, en el cual procesos como la lluvia
ácida, la ruptura de la capa de ozono, el deshielo de los casquetes
polares, las basuras tóxicas, plantean la urgencia de “volver a actuar
localmente para pensar globalmente”.18

____________

18
Según el Plan de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA,
en el planeta anualmente se generan de 300 a 400 millones de toneladas de
residuos peligrosos. La mayoría se traslada al sur; más del 60% fue vertido
sin protección ambiental; veinte mil toneladas de Alemania fueron a Africa
y a Europa Central y del Este. Haití permitió la llegada de un buque con
IHUWLOL]DQWHVGHVGH)LODGHO¿DHOFDUJDPHQWRFRQWHQtDWRQHODGDVGH
ceniza tóxica. El Reino Unido envió de enero a mayo del ’93, 366 tonela-
das de deshecho no ferroso en forma de escoria a Brasil: 133 toneladas y a
Bolivia: 219 toneladas.

61
0DUFR5D~O0HMtD-

Así mismo, surge una relación desigual de intercambio entre los


nuevos productos del conocimiento, ya que muchos de sus pro-
ductos, derivados de una bio-tecnología desarrollada en los países
del Norte, son posibles por los bancos genéticos existentes en la
selva húmeda tropical de los países del Sur. A este hecho obedeció
ODGL¿FXOWDGGHO3UHVLGHQWH%XVKSDUD¿UPDUHOWUDWDGRGHPHJD
diversidad en la cumbre de Río de Janeiro.

Esta problemática vuelve a establecer una diferencia entre los


países productores de desechos tóxicos y los basureros del Sur.
Es visible también el costo de este desarrollo en la extinción de
especies.19

AUMENTO DE LOS SECTORES INFORMALES


En los países del Sur y en especial en América Latina, los procesos
de reconversión industrial y de empequeñecimiento del Estado han
WUDtGRXQDGHVFXDOL¿FDFLyQVDODULDO\DTXHPXFKRVGHORVFHVDQWHV
si no la mayoría, se han visto obligados a emplearse en condicio-
nes de desmejoramiento de su salario; se ha producido además
XQDGHVFXDOL¿FDFLyQGHOHPSOHR\DTXHKDFHFDUUHUDXQDIRUPDGH
contratación a destajo, que implica ninguna garantía de estabilidad,
con la consiguiente pérdida de la seguridad social y de las garantías
prestacionales existentes en la legislación laboral y ganadas luego
de años de luchas de los trabajadores en todo el mundo.

Estos elementos han ocasionado que los actores –trabajado-


res– ayer concentrados y organizados, se encuentren hoy en una
profunda atomización y dispersión que a su vez genera nuevas y

____________

19
Entre el comienzo de la era cristiana y 1800, se exterminó una especie animal
(mamífero) cada 50 años. Entre 1800 y 1900, una cada 18 meses, y desde
el siglo XX, más de una por año.

62
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

diferentes contradicciones con la forma de organización social del


capitalismo.

DESLEGITIMACIÓN DE LA POLÍTICA
El nuevo tipo de gobernabilidad terminó con el secuestro del Estado
por parte de los políticos, quienes convirtieron la cosa pública en
su coto privado y produjeron una especie de privatización de lo
público en la cual, la partidocracia fue, poco a poco, apoderándose
del Estado. Este fenómeno se hace particularmente visible en los
procesos de corrupción con los dineros públicos, vía contrataciones
y servicios clientelistas.

Esto ha generado un descrédito de los políticos y de la política, así


como un desplazamiento hacia lo masivo, en donde lo predominan-
te es la pérdida de las identidades colectivas que, fraccionándose,
van en busca de otra representatividad.

CUESTIONAMIENTO A LA RAZÓN PREDOMINANTE


Aparece una duda permanente sobre si la herencia de la Ilustración
y la manera de organizar el conocimiento cartesiano, son las formas
válidas y posibles del conocimiento.20 Aparecen entonces plantea-
mientos que comienzan a discutir esa mirada y abren perspectivas
a nuevas interpretaciones de la realidad en las cuales la integración
Ser Humano/Naturaleza es diferente, y la antigua objetividad y la
verdad son cuestionadas desde las distintas disciplinas del saber,

____________

20
Morán, Edgar. Paradigma perdu: la nature humaine, Ed. Seuil, París,
1973.
Varela, Francisco, Conocer. Las ciencias cognitivas: tendencias y perspec-
tivas. Cartografía de las ideas actuales, Gedisa, Barcelona, 1990.

63
0DUFR5D~O0HMtD-

tanto naturales como sociales y humanas;21 esto, sin duda, ha pro-


ducido un replanteamiento en las relaciones saber/poder.

EMERGE LA BÚSQUEDA DE LA INTEGRALIDAD


7DPELpQHOFDSLWDOLVPRGH¿QDOGHVLJORHQVXDWRPL]DFLyQSURGX-
ce serios vacíos de identidad, ya que al dispersar, construye unas
polarizaciones en las cuales la fragmentación de subgetividades y
GHORVRFLDOJHQHUDQYDFtRVHQGRQGHVHKDFHGLItFLOODUHÀH[LyQ
que contenga los dos polos de la contradicción, ya que la ten-
dencia es extrapolar, dándole validez sólo a uno de los aspectos.
Este fraccionamiento es hoy trabajado cada vez más por grupos
que colocan en la identidad una respuesta a la atomización. Las
polarizaciones más claras son:

Macropoder - Micropoder
Público - Privado
Humano - Naturaleza
Subjetivo - Objetivo
Razón - Cuerpo
Conocimiento - Deseo

REINVENTAR LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL


Como hemos visto hasta acá, es necesario plantear que se agotó
un modelo; y, en ese sentido, intentar esbozar las nuevas luchas
VLJQL¿FDXQSURIXQGRDFWRGHFUHDWLYLGDG/DV¿VXUDVYLVLEOHVKR\
HQHOFDSLWDOLVPRGH¿QDOGHVLJORUHTXLHUHQGHXQWUDEDMRGHWDOOD-
do para convertirlas en procesos de impugnación, pero ante todo

____________

21
Capra, Fritjof. El punto crucial: ciencia, sociedad y cultura naciente, Ed.
Integral, Barcelona, 1985.

64
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

VLJQL¿FDXQDJUDQFDSDFLGDGGHGHVSRMRSDUDDEDQGRQDUORYLHMR\
colocarse en disposición de una transición que sin duda es difícil.
Hablamos de un proceso en el cual los principios de emancipación
están agotados y en algunos casos domesticados; o, como ya lo
hemos anotado, han sido cooptados y convertidos en mecanismos
de regulación y desregulación social. Por eso, esbozar lo nuevo
exige un profundo acto de desaprendizaje para hacer que lo viejo
de paso a lo nuevo.

La emancipación aparece desechada. La clase obrera, ayer van-


guardia de la nueva historia, no tiene condiciones y no parece esta
interesada en acabar con el capitalismo para evitar perder parte de
sus prebendas en estos duros tiempos de desempleo y subempleo.
La impugnación surge en lugares, para muchos, indeseables y para
RWURVGHVHFKDEOHV(OFRQRFLPLHQWRFLHQWt¿FRQRSDUHFHLQWHUHVDGR
en impugnar las formas que lo legitiman. Y la tarea a la orden del
día es la urgencia por ver el poder como una forma de producción
cultural que da unidad a la acción, a la estructura.

No existen certezas para los nuevos caminos ni seguridad en los


pasos a recorrer; y, en ese sentido, aventurarse en una idea de
WUDQVIRUPDFLyQVLJQL¿FDDQWHWRGRODFDSDFLGDGGHJHVWDUQXHYDV
prácticas colectivas que necesitan hoy de otras condiciones y de
otras lecturas; incluso, necesitan de articular deseos, de ligar lo
racional y lo no racional, de organizar a partir de los individuos,
de tejer con base en las aspiraciones, y, en muchas ocasiones, de
recomponer lo no posible en el pasado como gérmenes de la nueva
acción colectiva.

Estas nuevas realidades requieren ser explicadas y practicadas, ya


que las teorías existentes sobre la lucha social y la acción colectiva
no nos sirven para dar razón de lo que hoy ocurre. Por eso, parte
de la tarea es reinventar en un paradigma nuevo la existencia de
un pensamiento y de una práctica que, confrontando la estructura

65
0DUFR5D~O0HMtD-

dominante de las sociedades industriales occidentales, reconstru-


ya un horizonte de lucha y un sentido de transformación aún no
existente.

(VWHSURFHVRVLJQL¿FDLUQXHYDPHQWHDORVRFLDOSDUDYROYHUDEDO-
bucear las palabras que ilegitimen el poder; un poder que en su
satelización, se ha hecho difuso. Será necesario entonces, armarse
de paciencia de relojero para reconstruir los intereses de los sujetos,
hoy pluralizados, para inventar una nueva capacidad organizativa
con otras formas que nos hablen de una pluralidad en ampliación,
y para entender que la diversidad más que una limitante es un
enriquecimiento. Esto deriva en la tarea principal de reconstruir
una multitud de racionalidades locales ubicadas sobre territorios
HVSHFt¿FRVDGHFXDQGRHVDVQHFHVLGDGHVORFDOHVDORVSURFHVRVGH
tal manera que se conviertan en potencialidades transformativas.

Nos encontramos, pues, frente a la tarea de levantar una crítica


humanista del sistema social y de la cultura prevaleciente; volver
a la preocupación por un modelo de desarrollo que otorga acele-
UDGRVEHQH¿FLRVDXQRVSRFRV\FRORFDHQHQWUHGLFKRHOIXWXURGH
la humanidad. Se trata de encontrar el nuevo sentido social de los
FRQÀLFWRVHQGRQGHVHDSRVLEOHXQDQXHYDPHGLDFLyQ\DUWLFXODFLyQ
interesada en lo público, logrando encontrar una expresión para lo
colectivo excluido, más allá de los simples intereses partidarios.

Esto habrá de suponer un enfrentamiento ya que se trata de una


renuncia al régimen contractual sobre lo colectivo que ha impues-
WRHOQHROLEHUDOLVPRSHURYDDVHUWDPELpQFRQ¿DUHQTXHGHOD
capacidad para defender esos intereses en la sociedad civil, ha de
emerger la nueva utopía como diferenciación en lo plural pero
como lucha en lo público.

Si bien el marxismo como paradigma y como meta-explicación


ha perdido vigencia, no pasa lo mismo con su arsenal crítico, ya
que muchas de las luchas planteadas en su origen histórico siguen

66
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

vigentes; sólo que hoy requieren un nuevo análisis que nos permita
fundamentarlas con la complejidad de la nueva época. Asumir esa
relectura nos lleva a observar algunos aspectos que hacen vigente
la crítica a la organización social de esta época:

± (OFDSLWDOLVPRGH¿QDOGHVLJORSURGXFHXQDUHFRPSRVLFLyQ
de las clases sociales, con un emerger fuerte de la clase de
servicios, construyendo un nuevo tipo de relaciones sociales,
FRQFRQÀLFWRVGHLQWHUHVHVPX\HVSHFt¿FRV

– La Economía de Mercado tiene un gran costo que es descar-


gado sobre el ambiente natural, lo que ha ocasionado serios
problemas en el medio ambiente.

– La Economía de Mercado tiene grandes costos sociales; esta


es una “falla congénita” en el capitalismo en cuanto siempre
busca trasladar los costos de su mantenimiento y desarrollo a
los más pobres.

– El proyecto capitalista funciona con base en grandes margi-


nalizaciones, ya que el dinamismo en sus lugares de punta,
coincide con el atraso en que quedan grandes capas de la
población.

– El funcionamiento del sistema se hace con base en una mo-


nopolización profunda derivada de un Mercado que cada vez
más concentra poder –y desde luego capital– en quienes están
en posibilidad de ubicarse en los lugares de punta de la nueva
sociedad del conocimiento.

– Sigue siendo un proyecto profundamente individual que une


a triunfadores en el Mercado, pero que olvida la necesidad
de las solidaridades sociales como elemento que integra sus
distorsiones y exclusiones.

67
0DUFR5D~O0HMtD-

– El proyecto capitalista en los países de la periferia sufre una


distorsión en cuanto allí realiza su lógica bajo otras caracte-
rísticas donde las exclusiones son mucho más profundas.
– Seguimos en un Capitalismo sin sujetos que parece no darse
cuenta de que al lado de los movimientos de capitales y de
las transferencias de tecnologías y de servicios, está el género
humano. 22

Poco a poco va surgiendo una serie de reivindicaciones que nos


hablan de un nuevo escenario, de unos nuevos sujetos, de unas
nuevas organizaciones, dando sentido a la impugnación en transi-
FLyQTXHHPHUJHHQHVWH¿QDOGHVLJOR

ENTRE BRUMAS EMERGEN LAS NUEVAS


REINVINDICACIONES

Podríamos decir que, transformadas las necesidades sobre las


cuales se construyó la sociedad del pasado, una de las caracterís-
ticas básicas de esta nueva sociedad capitalista es la ampliación y
UHRUJDQL]DFLyQGHODVQHFHVLGDGHVGHWDOPDQHUDTXHSHU¿ODUORV
FDPLQRVGHE~VTXHGDVLJQL¿FDFRQVWUXLUODVQXHYDVDSXHVWDVORV
rescates de los nuevos sentidos, y, por qué no decirlo, la capacidad
de impugnar reconociendo los elementos que como ganancia, pue-
den ayudar a construir lo nuevo. Enumeremos rápidamente esos
aspectos objetivos y subjetivos que nos van a permitir encontrar
bases para volvernos a congregar:

____________

22
Para una ampliación de la crisis de paradigmas y en especial el del marxismo,
remito a mi texto (GXFDFLyQ\(VFXHODHQHO¿QGH6LJORCINEP, Bogotá
3a Ed. 1996.

68
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

UN PLANTEAMIENTO ÉTICO DE LO SOCIAL


Para producir sentido es necesario mantener en las personas la
posibilidad de valorar y de encontrar elementos importantes en
las negatividades y en los elementos que, siendo avalados como
SRVLWLYRV VH FRQYLHUWHQ HQ FRQWUDYDORUHV 6LJQL¿FD WDPELpQ OD
FDSDFLGDGGHFRORFDUVHHQHOYDFtRpWLFRGHHVWH¿QGHVLJORSDUD
juzgar las necesidades y su satisfacción; e, incluso, para leer el
PHUFDGRFRQUHIHUHQWHVpWLFRV6HWUDWD¿QDOPHQWHGHFRQVWUXLU
el sentido y la posibilidad de repensar la manera de rearticular
el compromiso de todos con la sociedad; y, de alguna manera, la
responsabilidad social de nuestras acciones.

SATISFACCIÓN IGUALITARIA DE LAS NECESIDADES


Es necesaria una mirada entrópica que nos plantee que en las di-
ferencias de consumo y de acceso a bienes y servicios, se mueven
unos viejos elementos que el capitalismo no ha olvidado, como
son, el que ellos funcionan con base en una monopolización que a
su vez produce desequilibrios profundos que golpean casi siempre
DORVVHFWRUHVPiVYXOQHUDEOHVGHODSREODFLyQ(VWRYDDVLJQL¿FDU
tal vez, pensar en otras formas de producir y de redistribuir, y en
ese sentido la apuesta no debe ser sólo por el simple crecimiento
cuantitativo sino por una redistribución que permita desmontar los
mecanismos de exclusión.

CONSTRUIR UNA NUEVA AUTONOMÍA DE LO SOCIAL


Frente al discurso economicista es necesario dejar muy claro que no
existirá democracia real si en la sociedad sólo se inserta y produce
sentido una minoría. Es decir, que la cohesión social se logra sólo si
la exclusión es incluida. Es el reconocimiento de que entre el Estado
y el individuo existe la mediación de lo social, y que el mercado
RSHUDHQFRQGLFLRQHVVRFLDOHV\FXOWXUDOHVHVSHFt¿FDV

69
0DUFR5D~O0HMtD-

FORMAS DE DEMOCRACIA DIRECTA


No basta con generar una inclusión por donación de los incluidos
sino que se hace necesario encontrar los mecanismos por los cuales
los excluidos construyan su propia inclusión en un mundo en el
cual mucho de lo democrático se juega en el terreno de lo comu-
nicativo. La democracia necesita una renovación permanente y,
por lo tanto, la adecuación debe considerar las nuevas realidades
tecnológicas, así como la interacción de éstas con la sociedad. Hay
que hacer real aquello de que lo político funciona y existe desde
diversos intereses. Allí la idea de Democracia Radical asoma con
SHU¿OSURSLR

PERIFERIA IGUAL NECESIDADES INSATISFECHAS


Este fenómeno que opera sobre países y sobre sectores de la pobla-
ción en los países del Norte, nos plantea claramente la necesidad de
construir formas diferentes de organización que garanticen el acce-
so y las posibilidades, manteniendo las diferencias y encontrando
la comunidad de intereses entre excluidos globales. Esto permitirá
tejer nuevas redes organizativas y gestar nuevas solidaridades.

LO AMBIENTAL EN EL HORIZONTE DE LUCHA


Este tema no puede seguir siendo tratado como un problema eco-
lógico; debe ser colocado en el horizonte de la calidad de vida y
FRPRXQSUREOHPDTXHLPSOLFDGH¿QLUHOWLSRGHFLYLOL]DFLyQDO
que queremos apostar. Por eso es necesario pensar asuntos como
la reconversión de la actividad agrícola, la redistribución de la
población sobre el territorio, y el patrimonio histórico-cultural, ya
que existe un peligro de que el puro uso técnico de lo ambiental
termine siendo manipulado según el decir de un escritor al respecto
de los ecólogos: ³EDQGDGHH[SHUWRV¿VFDOHVRGHHYDOXDGRUHVGH

70
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

impacto al servicio del capitalismo ecológico”, dentro de las di-


ferentes variantes del nuevo eco-tecnocratismo internacional de la
socialdemocracia operando como una pieza importante de consenso
en la cogestión con los gobiernos de la crisis ambiental. 23

LO PÚBLICO COMO ESPACIO DE INTERVENCIÓN


En lo corto de nuestra sociedad civil es necesario construir un es-
cenario donde lo público pueda ser realmente el lugar de disputa
GH ORV GLIHUHQWHV LQWHUHVHV VRFLDOHV HQ FRQÀLFWR (VWR VLJQL¿FD
DQWH WRGR FDSDFLGDG GH UHGH¿QLFLyQ SDUD FRQVWUXLU XQD QXHYD
cultura política en la cual el ejercicio de la ciudadanía colectiva
sea desarrollado como superación del simple derecho individual
y de las formas contractuales de negociación impuestas por el
QHROLEHUDOLVPRGHHVWH¿QDOGHVLJOR

UNA NUEVA FORMA DE CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA


IDENTIDAD CULTURAL

En la aldea global existe el peligro de construir lo territorial y lo


local referenciados en los procesos de universalización y globali-
zación gestados en la economía y en la cultura de masas. Lo terri-
torial nos construye una base cultural que no es la cerrada cultura
popular de la década de los 70, pero sí es el nuevo instrumento
TXHFUHDXQDLGHQWLGDGSDUWLFXODUHQORWHUULWRULDOHVSHFt¿FR\HQ
la autonomía política local, intentando su apertura al mundo desde
VX HVSHFL¿FLGDG 'H DOJXQD PDQHUD HVWR FXHVWLRQD OD FRQVLJQD

____________

23
Rees, William, “The ecology of sustainable development”, en The ecologist,
No.1, vol. 20, enero 1992.

71
0DUFR5D~O0HMtD-

ecológica de “pensar globalmente y actuar localmente”, ya que


pareciera perder el retorno a lo macro y podríamos terminar en
“Lo pequeño es hermoso” de Schumacher.24

UN DERECHO A LA CIUDAD DIGNA


/D PHWUySROL VH KD IUDFFLRQDGR HQ HVWH ¿QDO GH VLJOR \ KD SUR-
ducido, en la carrera loca por lograr un espacio en ella, todas las
características de una calidad de vida deteriorada por la falta de
servicios básicos y un poblamiento que al requerir formas masivas
de transporte y de producción, ha deteriorado no sólo la calidad del
ambiente, sino también la manera de interacción entre los grupos
humanos. En ese sentido, este va a ser uno de los lugares más claros
en el cual las reivindicaciones diferentes a las de la vía salario,
exigen ser reestructuradas como nuevas formas de intervención.

UNA NUEVA LUCHA ENTRE EL CAPITAL Y LOS DIFERENTES


ESTAMENTOS DE LA COMUNIDAD

La dominación adquiere formas más sutiles, pero sin embargo co-


mienza un nuevo tipo de protesta generado en la disminución del
Estado, en el cual los grupos sociales exigen sus reivindicaciones
ya no al Estado, sino a las formas del capital que hacen presencia
en sus ámbitos territoriales. Allí, le piden calidad y cantidad de
servicios, educación, ambiente sano; es decir, el derecho de una
sociedad civil de forjarse con derechos sociales. Esto, sin duda, va
a presionar un aumento de los costos sociales del capital privado
contra un capitalismo que ha perdido su sensibilidad social.

____________

24
Schumacher, E. F., Lo pequeño es hermoso, Ed. Hermann Blume, colección
Crítica/Alternativa, Madrid, 1978.

72
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

LA BÚSQUEDA DE LO LOCAL
Quizás uno de los ámbitos que más claramente se constituyen en
HVWH¿QDOGHVLJORHVHOiPELWRGHORORFDO$SDUHFHFODURHQORV
movimientos sociales y en la educación popular en transición, en
FXDQWRORFRQYLUWLHURQHQHOiPELWRGHVXVOXFKDVHVSHFt¿FDV<
claro, también en el Estado que lo cooptó para su readecuación ya
que el proceso de descentralización lo convirtió en el escenario
para la reorganización del poder central. En lo local, la lucha por
los micropoderes adquiere un nuevo sentido, pues la autonomía
de lo local puede ser construida sólo para el restablecimiento de
las relaciones globales del sistema o puede ser convertida en el
escenario en el cual los intereses de los excluidos puedan realmente
ser representados.

RESCATE DEL SENTIDO DE LO COLECTIVO


En el retorno a lo individual, se produjeron procesos de autorre-
ÀH[LyQTXHJHQHUDURQDXWRQRPtD\SHUPLWLHURQODDXWRYDORUDFLyQ
personal. Esto no puede seguir siendo atacado como individualis-
mo, sino que, con el sentido que le da Adam Schaft, tenemos que
reconocer que allí está la conquista de una nueva individuación
que como vía personal abre el camino para una nueva proyección
social. Desde allí se comienza a discurrir que muchos deseos y
necesidades humanas tienen que ser satisfechas para todos; pero,
WDPELpQTXHHVXUJHQWHXQDUHÀH[LyQHQODFXDOVHSXHGDQUHFKD]DU
algunos elementos no universalizables, ya que al generalizarlos,
también podrían poner en peligro la capacidad de sustentación de
la tierra. Es decir, la tarea está en unir la individuación, las nuevas
tareas globales, los nuevos deseos y las nuevas necesidades para
construir el nuevo sentido de lo colectivo.

73
0DUFR5D~O0HMtD-

ORGANIZAR LO DÉBIL CON PROYECCIÓN SOCIAL


Existen sectores que han sido profundamente debilitados por la
reorganización social o por la desintegración generada en algunos
VHFWRUHVDUDt]GHODQXHYDHVWUXFWXUDVRFLDOTXHFRPLHQ]DDFRQ¿-
gurarse interna al capitalismo. Eso produce en algunos de ellos una
GHELOLGDGXQDGL¿FXOWDGSDUDODDFFLyQXQWHPRUDODUHSUHVLyQ\
a la ilegitimación mayor (por ejemplo los migrantes); son sectores
menos susceptibles a compactarse en medio de la atomización
característica de la época. Construir un nuevo sentido de lo social
FRQHVWRVVHFWRUHVVLJQL¿FDSHQVDUODSRVLELOLGDGGHODQXHYD\
GLIHUHQWH SROtWLFD GH LPSXJQDFLyQ SHUR VLJQL¿FD WDPELpQ XQD
nueva movilización para reapropiarse de espacios no tradicionales
que permitan crear las formas de integración posibles con estas
subjetividades profundamente debilitadas.

UNA NUEVA AFIRMACIÓN DE LA SUBJETIVIDAD PERO CON UNA


SINGULARIZACIÓN DE TODOS LOS ACTORES

El proceso de ruptura de lo público, de lo privado, de la nueva


cultura de la imagen, de los nuevos procesos de lo masivo, y de
las otras formas de producir con lo tecnológico, mutaron la sub-
jetividad y cambiaron la experiencia cotidiana de pensar, vivir,
H[SHULPHQWDU\FRQÀLFWXDUVH6HSURGXMRXQDVXHUWHGHFRORQL]DFLyQ
de la vida cotidiana con una sobreexaltación de la esfera de lo
privado. Por eso es necesario construir unas luchas que reintegren
OR VXEMHWLYR LQGLYLGXDO D OR FROHFWLYR SHUR HVR VLJQL¿FD KDFHU
conciencia sobre la recomposición de lo subjetivo. Para ello son
necesarias algunas tareas:

Diferencia y tolerancia

La homogeneidad gestada en el pensamiento crítico y en la for-


ma de existir del capitalismo anteriores, se ha transformado por

74
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

procesos ocurridos tanto en el mundo del trabajo y la reproduc-


ción. Aspectos como lo masculino o lo femenino, ya no viven la
subalternidad de las nuevas formas del trabajo masculino, y esa
diferencia tendrá que ser incluida en cualquier proyecto que se
plantee la democracia. Es decir, hoy, desde los valores femeninos,
está una posibilidad de penetrar el poder en lo social.

La igualdad construida a partir de la diferencia

La democracia radical no podrá ser si no permite la expresión de


lo diferente, de lo excluido, de lo negado; y si no logra hacer una
UHÀH[LyQGHODVQXHYDVH[FOXVLRQHVFRQVWUXLGDVDSDUWLUGHORVGH-
sarrollos de ciencia y tecnología. Se trata de un nuevo pluralismo
pensado en la integración de lo diferente por vía de la igualdad.

Una nueva apuesta por la ternura

La solidaridad también se revalúa como simple elemento eco-


nómico y político para dar paso a una expresión individualizada
donde la capacidad de la atención y el cuidado de uno mismo y de
los demás, adquiere una expresión de amor y respeto a la vida que
nos permite construir desde la vitalidad la necesidad de trascender
la discriminación entre etnias, sexos y generaciones, para repoli-
tizar la idea de solidaridad desde la ternura. Abrir paso a la libre
expresión de la afectividad sexual por vía de la ternura y romper
los controles de los micropoderes sobre los individuos.

Las nuevas formas de vida

3ODQWHDUODOXFKDSRUHOGHUHFKRDODGLIHUHQFLDVLJQL¿FDWDPELpQ
la lucha contra la creación de masas homogeneizadas y dirigidas
desde unos lugares diferentes a sus capacidades de decisión (no por
el control directo de las cosas, sino por la autonomía individual),
permitiendo romper y construir los códigos de control social. Se
trata de romper la falsa paz social construida en la atomización

75
0DUFR5D~O0HMtD-

y en la homogeneización, y, por qué no, unas formas de vida que


enfrenten las neurosis nuevas de la imagen, el consumo y la repre-
sentación, que se levantan sobre el fetiche de la mercancía.

EL SURGIMIENTO DE CONTRA-MOVIMIENTOS ALIMENTADOS


EN LAS CULTURAS MILENARIAS

Estos contra-movimientos reconocen el desarrollo de lo humano, de


la naturaleza y de la sociedad a partir de explicaciones diferentes a
aquellas surgidas del conocimiento centrado en la razón, mostrando
que el conocimiento es más amplio y variado que el simplemente
racional. Entre esas manifestaciones encontramos la astrología, la
JHPRWHUDSLD SLHGUDV ODHVHQFLRWHUDSLD HVHQFLDVÀRUDOHV IRUPDV
del zen y el yoga, los grupos terrígenos (retorno a la tierra y a la
naturaleza), y todos los elementos de medicina bioenergética, de-
nominados como fenómenos de Nueva Era. Igualmente, aparece
una serie de movimientos religiosos; algunos de estos unen lo
tecnológico con los mensajes originarios y otros buscan una nueva
escatología en la manera de interpretar los textos sagrados.

CONSTRUIR UNA NUEVA IDEA DE PODER


Esta nueva manera de entender el poder desecha su manejo desde
lo único y lo macro, y pugna por un entendimiento que dé cabida
DORVFRQÀLFWRVTXHVHHVWDEOHFHQFXDQGRODVQXHYDVQHFHVLGDGHV
e intereses son capaces de alterar la realidad; un nuevo poder que
se reorganice teniendo en cuenta el malestar de la época, que sea
capaz de atender los intereses que son incompatibles con el orden
político y social existente, que cree las nuevas institucionalidades
(la otra institución) de la protesta, por las cuales se inicia el nuevo
desafío del orden (desorden) existente.

76
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

ROMPER LA DIALÉCTICA INCLUSIÓN-EXCLUSIÓN, ADENTRO-


AFUERA, CON LA CUAL SE CONSTRUYEN LOS SISTEMAS

Se trata de desplazar y enfrentar las pretensiones por construir


nuevas hegemonías, mostrando cómo cualquier intento de reorga-
nizar la protesta pasa por combatir la nueva hegemonía. Se trata
de hacer consciente que el restablecimiento de relaciones sociales
diferentes implica reconstruir una sociedad sin exclusión, donde
la resistencia enfrente toda pretensión por uniformar la sociedad
FRPRSUR\HFWRPDVLYRGHOFDSLWDOLVPRGH¿QDOGHVLJOR(Q¿Q
construir un derecho a la diferencia que permita el ser de las cul-
turas diferentes, con sus estilos de vida diferenciados.

ENTRAR EN LAS NUEVAS ESTRUCTURAS COMUNICATIVAS


(VWRVLJQL¿FDHQWUDUHQODFRQVWUXFFLyQGHRWURWLSRGH,QWHUpV\
de Colectivo, en donde la circulación y el acceso a la información
permitan combatir el poder monopólico, ya que los elementos de
una nueva resistencia estarían colocados en el peso de lo comu-
nicativo.

Es necesario revisar cómo las estructuras tradicionales del poder


y del contra-poder y sus instituciones, han quedado fuera frente
DOQXHYRULWPRGHOFDPELR&yPRHOVDEHUHQHVWH¿QGHVLJORVH
GLJLWDOL]y\ORVPHFDQLVPRVTXHFRUUHQSRUHVWDYtDUHTXLHUHQ¿MDU
nuevas políticas de acceso a la información que controlen y con-
trarresten las violaciones de la privacidad; y que se comprenda que
VLHQHVWH¿QGHVLJORQRKD\XQFRQWUROVRFLDOVREUHODVUHODFLRQHV
sociales en las cuales se posibilita la tecnología, ella y sus nuevos
sacerdotes nos controlarán.

Los cyberpunk mencionados del comienzo de este texto nos mues-


WUDQFyPRXWLOL]DUORWHFQROyJLFRHQHVWH¿QDOGHVLJORFyPRXWLOL]DU
los instrumentos del poder para atacarlo; los cyberpunk desarrollan

77
0DUFR5D~O0HMtD-

su actividad en el nuevo parámetro socio-cultural de la era post-


industrial mostrando la contracultura digital en el corazón y en
la manera de ser de la nueva época. Por ello su mensaje es claro:
“la información y la tecnología quieren ser libres de controles y
poderes siendo democráticas”.

PRODUCIR UNA NUEVA TEORÍA


Todas las prácticas señaladas anteriormente van a exigir de noso-
WURVODUHD¿UPDFLyQGHPXOWLWXGGHSURFHVRVGHLPSXJQDFLyQGHO
poder, pero ante todo una singularización de lo social que enfrenta
la uniformidad de la acción política de derechas e izquierdas en
el pasado. En ese sentido, se exige la producción de una nueva
teoría que represente y diga los procesos sociales en los cuales nos
insertamos para tratar de transformar de otra manera una realidad
que también existe de otra manera. Es entrar de frente a la crisis
de los paradigmas críticos e iniciar desde “el pensamiento débil”
la capacidad de recomponer el análisis de una nueva sociedad que
levanta con nuevos imaginarios y construye nuevos mecanismos
GHFRQWUROFDVLLQYLVLEOHVFRQHO¿QGHHMHUFHURWUDVIRUPDVGHOD
dominación; por eso, ésta última debe ser leída con claves diferen-
tes a las del ayer. Esto va a exigir pensar la creación de procesos
de contra-información que, siendo cada vez más complejos, abran
lo que la racionalidad del sistema cierra.

En esa producción de nueva teoría tendremos que abrirnos a la


experimentación y a una cierta imprevisibilidad; dejar atrás las
seguridades en los análisis y en las categoría de ayer; hoy surge
un tipo de crítica práctica que nos urge llevar al pensamiento a
sus propios límites, desechando lo que ya no sirva de él. Esto sólo
será posible en cuanto aparezcan claramente las expresiones que
muestren que se puede vivir de otra manera. En este nuevo sentido
de la praxis estará la reinvención de la teoría y de la vida como
impugnación a un sistema social que, aunque remozado, tampoco
ha construido justicia, fraternidad, solidaridad. Reinventar el pen-

78
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

samiento crítico como un ejercicio de reconstrucción de lo humano


a través de la pregunta y el cuestionamiento.

Estamos hoy en unas condiciones semejantes a las que planteaba


hace casi 200 años Simón Rodríguez, el maestro de Simón Bolívar,
y antecedente más preclaro de la educación popular en nuestro
continente, O inventamos o erramos.25

NUEVA REALIDAD, NUEVA SUBJETIVIDAD EXIGEN UNA


NUEVA ORGANIZACIÓN

)UHQWHDODDWRPL]DFLyQVXUJHXQDQXHYDUHDOLGDGFXOWXUDOFRQ¿-
JXUDGDSRUODVUDFLRQDOLGDGHVGHHVWH¿QDOGHVLJORHQODVFXDOHVHO
encuentro del mundo de los sentidos y la forma de razón preexis-
WHQWHSURGXFHQXQDUHVLJQL¿FDFLyQYLVLEOHHQODPDQHUDFRPRODV
miradas únicas desaparecen, produciéndose un emerger de sentidos
polivalentes, ya no orientados por una racionalidad única.

OTRA SUBJETIVIDAD
El lugar más visible de esta transformación es una nueva subjetivi-
dad contradictoria, ya no guiada por razones únicas o por teleolo-
gías omniscientes. Se produce una desintegración en lo subjetivo
de la manera como se construían en el pasado los procesos de
socialización y los mecanismos de desarrollo de la individualidad.
En algunos grupos de edad este proceso es visible en un cierto
autismo de edad mediante el cual grupos de edad diferente no se
determinan por la inexistencia de una zona de encuentro próxima.

____________

25
Rodríguez, Simón. O inventamos o erramos, Ed. Monte Ávila, Caracas,
1982.

79
0DUFR5D~O0HMtD-

3DUWH GHO QXHYR WLSR GH FRQÀLFWR MXYHQLO VH HQFXHQWUD HQ HVWDV
características.

El análisis de la nueva subjetividad nos muestra claramente que


ella no es el sitio de la homogeneidad,26 que a pesar de la aparien-
cia creada por los medios masivos existe una heterogeneidad sutil
que hace que los sectores sociales construyan diversas maneras de
interactuar y nuevas modalidades de usos en los cuales las personas
se relacionan más en función del hacer que del saber, alterando las
interacciones tradicionales. Un lugar claro de esa heterogeneidad
hoy es, por ejemplo, la televisión que, a pesar de llegar a todos,
algunos grupos sociales la utilizan como único medio de diversión,
otros como único medio informativo, y otros, con acceso a otras
tecnologías, les permite establecer otro tipo de comunicación,
relación e interacción; esto hace que los que tienen acceso sólo a
la televisión sean unos nuevos marginados gestados en el proceso
tecnológico.

No cabe duda de que presenciamos un cambio en la interacción


subjetiva que antes se producía y daba sentido a las relaciones
personales. Hoy podemos decir que esa interacción ha comenzado
DGLVJUHJDUVHDSDUWLUGHKHFKRVPDWHULDOHVYHUL¿FDEOHVFRPRODV
nuevas exigencias por el tipo de metrópoli existente, por la dis-
JUHJDFLyQGHOPXQGRIDPLOLDU\VXFULVLVSRUODGLYHUVL¿FDFLyQGH
los ámbitos de trabajo y la atomización de la unidad productiva
fabril, por la ampliación y especialización de las profesiones, por
la recomposición e integración de actividades intelectuales que se
cruzan entre sí para dar origen a nuevas formas del saber, entre
otras. Estos fenómenos reducen la interacción social y los espacios
sociales destinados a ella, construyendo otra forma de ser de la
interacción.

____________

26
Morán, Edgar, El método, Ed. Cátedra, Madrid, 1983, 4 volúmenes.

80
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

6HGDXQDLGHQWL¿FDFLyQGHORS~EOLFRFRQDTXHOORTXHHVUHSUHVHQ-
tado en los medios masivos de comunicación, generando nuevas
identidades que buscan más su representación que la claridad del
FRQÀLFWR$VtIXHFRPRPXFKRVGHORVPRYLPLHQWRVVRFLDOHVVH
preocuparon más por su expresión masiva y a través de lo comu-
nicativo contar su existencia, que por pasar a otros procesos y
articulaciones. Este hecho construye subjetividad de otra manera,
replantea los imaginarios y los coloca en transición, superando
ODYLHMDRSRVLFLyQGLFRWyPLFDGHOFRQÀLFWRVRFLDO(VWRVLJQL¿FD
cambio de lógica de la acción y por tanto de la política.

Baudrillard27D¿UPDFRQPXFKDFODULYLGHQFLDTXH

Asistimos a la implosión de lo social, una sociedad


vaciándose de sentido, al tiempo que se llena de infor-
mación.

En la globalización de la economía y de los desarrollos técnicos


se transforma la vida cotidiana, produciendo en los mayores y en
ORVPHGLRVGL¿FXOWDGHVSDUDDGDSWDUVH\HQORVJUXSRVPiVMyYH-
nes, una nueva y diferente lógica de acción y comportamiento. La
nueva materialidad de la vida cotidiana reconstruye la subjetividad
justamente en aquellos lugares donde los educadores e interesados
en la acción social y política desarrollamos nuestra intervención;
como quien dice, estamos actuando con arquetipos e instrumentos
de una época que ya está dejando de ser.

Por eso, el nuevo sujeto histórico de transformación social se en-


cuentra en una sin salida ya que fue resuelto en el pasado de una
manera racional y en ese sentido se colocó abstractamente como un
sujeto estructural con capacidad de enfrentar a la sociedad gestada
en ese capitalismo.

____________

27
Baudrillard, Jean, Cultura y simulacro, Ed. Tairos, Barcelona, 1987.

81
0DUFR5D~O0HMtD-

Asistimos hoy a una transformación en donde el sujeto soberano


de la Ilustración comienza a ser convertido en un sujeto diferente,
existente en un mundo de múltiples sujetos. Es decir, en nuestra
individuación se combinan distintas subjetividades según nuestro
lugar social y la manera como circula el poder en aquellos espacios
HQORVFXDOHVGH¿QLPRVQXHVWUDVUHODFLRQHVVRFLDOHV

somos consumidores de tecnología y quedamos inscritos en las


relaciones de poder y saber y en los circuitos multinacionales;

somos miembros de una familia y quedamos atrapados en una


forma patriarcal de existir que está en transición;

somos asalariados y en ocasiones vivimos procesos de explota-


ción tradicionales u otros en los que no entendemos cómo se da
la explotación;

somos individuos y respiramos el aire contaminado de metrópolis


que no hemos gestado ni organizado y que sólo habitamos.

Nuestra subjetividad está diseminada, constituyéndose sobre múl-


tiples circulaciones y disociaciones sociales colectivas; se acabó la
ilusión de la clase, ya que hoy somos todas pero no somos ninguna
de esas subjetividades de manera exclusiva.

Por eso, hoy las sociedades se constituyen con una combinación


de subjetividades. La tarea para quienes pensamos la transforma-
ción social es poder encontrar una conexión entre esas múltiples y
variadas circunstancias en las cuales lo global emerge en lo local
y nos permite construir un colectivo de sentido que reinterpreta
\ RUJDQL]D GH RWUD PDQHUD 3RGUtDPRV D¿UPDU TXH OD LGHQWLGDG
VXEMHWLYDGH¿QDOGHVLJORHVGLIHUHQWH\DUWLFXODGRUDGHORVQXHYRV
procesos de lo colectivo. Sólo podrá existir lo nuevo colectivo en
cuanto tengamos capacidad de dar unidad a las nuevas identidades
subjetivas.

82
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

PISTAS DE ORGANIZACIÓN
Todas estas nuevas realidades exigen una organización diferente.
Pudiéramos incluso decir que es necesario asumir cierto grado de
provisionalidad como parte no sólo de la búsqueda sino del ser
GHODRUJDQL]DFLyQGHHVWH¿QDOGHVLJOR/DKLVWRULFLGDGGHWRGR
movimiento se expresa en sus prácticas, en su composición, en su
articulación y en sus demandas. Desde la crisis de la subjetividad
SRGHPRVD¿UPDUTXHODLGHDGHRUJDQL]DFLyQWLHQHTXHWUDQVIRU-
marse radicalmente para continuar y renacer en otro contexto, ya
que ella es fruto de prácticas y de ideas. En ese sentido, emergen
OtQHDVPX\VLQXRVDVTXHQRVSHUPLWHQKDEODUGHHVRVSHU¿OHVGH
organización hacia el futuro:

Nuevos grupos de presión

Las nuevas realidades nos muestran que nuevas luchas se instau-


ran para exigirle al capitalismo un rostro más social y en muchos
casos ya no al Estado, sino a las formas del capitalismo en las
WHUULWRULDOLGDGHVHVSHFt¿FDVLQFXEiQGRVHQXHYDVFRUUHODFLRQHVGH
fuerza que plantean organizaciones de usuarios, de consumidores,
de teleaudiencias, de padres/madres, de afectados por problemas
de inseguridad, etc.

Organizaciones intersectoriales

Si la subjetividad, la acción y los intereses han sido atomizados,


la identidad se reconstruye desde lo múltiple y lo diverso, y en ese
sentido la organización tendrá que tener la capacidad de aglutinar
grupos diferentes con identidades diferentes y reconocer que no
VH SXHGH WHQHU XQD SRVWXUD ~QLFD (VWR YD D VLJQL¿FDU RWUR WLSR
GHSUHVHQFLDVRFLDO\GHFRQ¿JXUDFLyQLQWHUQDTXHQRHOLPLQHOD
riqueza de la diversidad ni acalle lo minoritario.

83
0DUFR5D~O0HMtD-

Lucha contra la consolidación de jerarquías internas

El tránsito de los movimientos sociales y la educación popular ha


PRVWUDGRTXHODFRQFHQWUDFLyQGHODWRPDGHGHFLVLRQHVVLJQL¿FyXQ
alto costo, en cuanto no fue posible articular formas de democracia
y se terminó siendo cómplice del juego de sus dirigentes. Habrá
que rotar tareas y buscar formas de participación más colectivas
que sean capaces de integrar la lucha por la justicia y la igualdad,
y las luchas por constituirse cada uno en su nueva individuación.

'HVGHLQWHUHVHVD¿QHVUHFRJHORKHWHURJpQHR

Es otra forma de lo organizado que busca movilizar lo social y


restablecer un nuevo soporte a la esfera de lo público y del indi-
viduo, organización en el cual la diferencia tenga una cabida en el
horizonte de las luchas más globales, generando a su interior un
DOWRJUDGRGHSOXUDOLVPRGHVGHLQWHUHVHVD¿QHVTXHYDDSHUPLWLU
reconstruir una unidad de lo diverso.

Lo gremial se realiza en lo social

La explosión de lo social lleva a que lo gremial sea recompuesto en


sus luchas, en sus intereses, y en sus procesos. Desde allí se han de
iniciar las nuevas formas organizativas que superen lo corporativo
y neocorporativo, dando paso no al olvido de las reivindicaciones
inmediatas, pero sí a la capacidad de recoger los intereses atomi-
zados dando un nuevo sentido a lo reivindicativo.

Hacia formas de democracia directa

Es necesario generar no sólo una redistribución del excedente


social, sino el establecimiento de relaciones que rechacen la re-
glamentación burocrática y establezcan otras formas de comunica-
ción que, en alguna medida, transformen los sistemas de toma de

84
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

decisiones y permitan poner en práctica formas más democráticas


de deliberación y decisión.

(QODOXFKDHVSHFt¿FDLQWHJUDODDWRPL]DFLyQ

Es una nueva mirada de la construcción de la organización que


recupera intereses globales y los estructura localmente para poder
librar las luchas, recomponiendo los actores atomizados en el mo-
mento de la confrontación y estableciendo desde los intereses, el
grupo básico de la lucha, pero siendo capaz de reconstruir también
la solidaridad en la atomización.

Se reestructura internamente

Los elementos señalados anteriormente nos muestran cómo se


hace necesario también dejar de atender el problema de creci-
miento como un problema del paso de movimiento a partido; se
requiere pensar con más imaginación la posibilidad de encontrar
esas formas internas que den sentido y posibiliten la existencia de
otra organización, de otra forma de ser de la organización en este
¿QDOGHVLJOR

El camino es provisional; no obstante, la situación más difícil está


planteada por nuestras estructuras mentales que siempre tienden a
UHJUHVDUDOSDVDGRFRQXQDJUDQGL¿FXOWDGGHLQYHQWDUHOIXWXUR$Vt
como la cita que encabeza este texto, que muestra el surgimiento
de otras formas de organización que buscan pelear el poder en
los países del Norte frente a los nuevos fenómenos tecnológicos,
también se exige de nosotros la capacidad de inventar esas formas
de organización que van a poder dar respuesta en nuestra época a
ese capitalismo híbrido que se construye desde la modernización
de nuestros países.

85
CAPÍTULO 3

LOS NUEVOS DESAFÍOS DE LA


EDUCACIÓN POPULAR Y LOS
MOVIMIENTOS SOCIALES

HACIA UNA RECONSTRUCCIÓN FUNDAMENTADA


EN LA EDUCACIÓN POPULAR Y LOS
MOVIMIENTOS SOCIALES

E
stos dos fenómenos que se dieron como hecho cul-
tural y político en los últimos 40 años en América
Latina, forman parte, hacia el futuro, de una uni-
dad indisoluble que no puede estar disociada de la nueva
teoría de la impugnación que va surgiendo a lo largo del
continente y que hoy apenas es visible en los estallidos del
0DUFR5D~O0HMtD-

“Caracazo”, Chiapas, los campesinos paraguayos, y Santiago del


Estero en Argentina. Estos hechos piden a gritos una nueva teoría
para interpretar esa organización que emerge desde la protesta y
que requiere de procesos educativos que hagan posible una nueva
forma de la lucha social en nuestra realidad.

Pero a su vez, exige tener la capacidad para pensar lo nuevo de


todos estos fenómenos, porque nuestra hibridación ha fragmenta-
do nuestro hábitat cultural, ha disuelto el horizonte común de la
sociedad, ha atomizado la subjetividad llevando a reorganizar los
símbolos que cohesionan y que todavía no acabamos de entender
GHPDQHUDVX¿FLHQWH

Se ha producido una deslegitimación de lo político y una frag-


mentación de lo social sin que aún lo podamos entender; por
eso, muchos han abandonado las prácticas de educación popular
y movimientos sociales para acomodarse en el pragmatismo de
unas nuevas políticas que juegan con la ilusión de la “objetividad
WHFQROyJLFD´GHOD³FLHQFLDREMHWLYD´GHO³¿QGHODVLGHRORJtDV´
entrando en procesos puramente prácticos para la resolución de
los problemas.

La capacidad para decir lo nuevo no va a ser posible desde un solo


ODGR6yORHPHUJHUiHQODPHGLGDHQTXHFRQÀX\DQP~OWLSOHVUH-
ÀH[LRQHVFDGDXQDGHHOODVSURYHQLHQWHVGHDFWRUHVGLYHUVRVGHVGH
la praxis de movimientos y sujetos que conforman la nueva protesta
social. Hablamos de la capacidad para reinventar la impugnación
UHFRQVWUX\HQGRODOyJLFDGHODDFFLyQ\GHODUHÀH[LyQ28
____________

28
En el caso de la educación popular, con interesante balance en Núñez, C.;
Caruso, A.; De Souza, F.; Osorio, J.; Rosero, R.; y Fals-Borda, O., Desde
adentro: La educación popular vista por sus practicantes, CEAAL, Santiago,
1990.
Colectivo de apoyo metodológico del CEAAL, 1XHVWUDVSUiFWLFDVSHU¿O\
perspectivas de la formación de educadores populares en Latinoamérica,
IMDEC-CEAAL, Guadalajara, México, 1993.

88
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

Surgen entonces unas tareas de reconstrucción de la educación


popular y de los movimientos sociales que van a colocarnos en
un umbral para reinventar y reconstruir nuestras acciones. Esas
principales tareas serían:

LA CONCIENCIA DE QUE SE RECONSTRUYE DESDE


LA CRISIS DEL SOCIALISMO REAL Y LAS FISURAS DEL
CAPITALISMO

Hacemos referencia a la capacidad para volver a producir una


UHÀH[LyQFUtWLFDVREUHORVHOHPHQWRVTXHJXLDURQQXHVWUDVDFFLR-
nes en el pasado, y también sobre la sociedad a la cual queríamos
deslegitimar. Si no tomamos esa distancia crítica, va a ser muy
GLItFLOUHFRPSRQHUXQQXHYRSHQVDPLHQWRLPSXJQDGRU6LJQL¿FD
en alguna medida, en las palabras de Vattimo,29 ser capaz de pasar
de un pensamiento fuerte a un pensamiento débil, con todas las
consecuencias que esto implica en términos de despojo y de aban-
dono de las verdades absolutas que tuvimos, para poder iniciar la
búsqueda.

RECONSTRUIR DESDE LA TRADICIÓN


Para educadores populares y trabajadores de movimientos sociales
HVWHHVXQRGHORVSXQWRVPiVGLItFLOHV\DTXHOHVVLJQL¿FDHPSH]DU
a retomar, organizar y atender todo el acumulado que circuló –y
circula– en forma de sistematizaciones y fundamentaciones de la
educación popular y del accionar de los movimientos sociales. Su
excesivo pragmatismo y su cómodo estancamiento en técnicas y
GLQiPLFDV±HQRFDVLRQHVDKLVWyULFDV±OHVGL¿FXOWDHOHMHUFLFLRGH

____________

29
Vattimo, Gianni, y Pier Aldo Rovatti. El pensamiento débil, Ed. Cátedra,
Madrid, 1990.

89
0DUFR5D~O0HMtD-

reconstruir el pasado para inventariar de allí los elementos que son


YiOLGRVSDUDODUHFRQVWUXFFLyQTXHGHEHPRVLQLFLDU(VWRVLJQL¿FD
reconocer que la educación popular y los movimientos tienen
una historia y es precisamente desde esa historicidad, desde el
reconocimiento de su pasado, desde donde podemos dar un salto
hacia adelante.

REENCUENTRO DE UNA SOCIEDAD CIVIL SIN EXCLUIDOS


En la educación popular y los movimientos sociales se produce un
reencuentro en la manera como realizan un trabajo por llevar a los
grupos excluidos a formar parte activa de la sociedad civil, esto es,
representarse y defender sus intereses, permitiendo la ampliación
GHODGHPRFUDFLDUHVWULQJLGDHQODTXHHOFDSLWDOLVPRGH¿QDOGH
siglo se juega su subsistencia. Pero hacerlo supone reconocer que
existen intereses diferentes que deben ser disputados en el ámbito
de lo público, intereses que deben buscar ser asimilados por sus
participantes y por la sociedad mayor, dando la posibilidad de pasar
de la ciudadanía individual a la real construcción de ciudadanía
colectiva.

UNA INTEGRALIDAD CON CALIDAD DE VIDA


La década del ’70 y parte del ’80 estuvieron marcadas por una
mirada que sobredimensionó lo político y de ello no se escaparon
la educación popular y los movimientos sociales. En una lectura
crítica de estos procesos urge la tarea de que la refundamentación
de ellas pueda construir una concepción de calidad de vida que no
quede agotada en la inserción laboral y productiva de los sectores
a los cuales tocan nuestras prácticas, y que a la luz de las nuevas
realidades del medio ambiente, de las búsquedas espirituales, de
una concepción de conocimiento pluralizada, construyan un nuevo
sentido de la producción que desde la calidad de vida reorganice
la existencia de los individuos y grupos excluidos en forma más

90
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

integral y que nos recuerdan que el vacío más profundo de teoría


crítica es en economía, donde se deben realizar los esfuerzos más
serios en el inmediato futuro.

CIENCIA Y TECNOLOGÍA EL HORIZONTE SOCIAL


Si se quiere dar un salto hacia adelante, es necesario colocarse en
las nuevas realidades de la época. Si la reorganización capitalista
tiene como base el conocimiento y los nuevos derivados tecnoló-
gicos de éste, educación popular y movimientos sociales tendrán
que abandonar el viejo discurso que nos acompañara en la década
pasada sobre los papeles de lo masivo y la tecnología, que las
colocaban en el terreno de la sola alienación y dominación; les va
a hacer urgente repensarlos en términos de relaciones sociales, de
acceso a su uso y, ante todo, de nuevo horizonte reorganizador de
la cultura y la sociedad en los países de la periferia. Esto plantea
que sus luchas van a tener que ubicarse en el horizonte de una
época que apenas emerge y ellos ni conocen, porque todavía los
acompaña parte de su discurso anterior.

SURGE UNA UNIDAD MOVIMIENTO SOCIAL-EDUCACIÓN


POPULAR

En América Latina, las prácticas de la educación popular desa-


UUROODGDVDORODUJRGHHVWRVDxRVOHVLJQL¿FDURQHOORJURGHXQD
YLVLELOLGDGSROtWLFD\OHFRQ¿ULHURQXQHVSDFLRSDUWLFXODUGHQWURGH
la sociedad al lado de los grupos excluidos, e, incluso, una base de
legitimidad como práctica social. Los movimientos sociales en sus
demandas, en sus formas de organizaciones y en sus estructuras,
poseen un carácter educativo que hace que los distintos actores
DSURSLHQ\FRGL¿TXHQORVSURFHVRV\ODRUJDQL]DFLyQHQORVFXDOHV
HVWiQLQVHUWRV(QHVWHVHQWLGRKDEUtDTXHD¿UPDUTXHODXQLGDGGH
la ciudadanía colectiva es posible por la existencia del movimiento
y de su carácter educativo.

91
0DUFR5D~O0HMtD-

LOS SUJETOS SOCIALES SE CONSTRUYEN A PARTIR DEL


CONFLICTO

Los actores sociales no preexisten individualmente a la actividad


educativa y organizativa, sino que operan como relación social y,
HQHOODVHYHQREOLJDGRVDFRQ¿JXUDUVXKRUL]RQWHGHQHFHVLGDGHV\
de intereses y de luchar por ellos. A ese respecto, los movimientos
y la educación recomponen la actividad que hace el tránsito en
el proceso: Individuo-Individuación-Colectivo, colocando sobre
el escenario a sujetos que reorganizan sus intereses atomizados,
tratando de darles una unidad que, aunque heterogénea, está atra-
vesada por lo organizativo y lo educativo.

RECONOCEN LA PEDAGOGÍA COMO UNA PRAXIS POLÍTICA Y


ÉTICA

Uno de los fenómenos más interesantes gestados por la educación


popular es la manera como desentraña el hecho pedagógico sacán-
dolo de la esfera escolar y ubicándolo en los diferentes procesos de
socialización, o como diría Jorge Osorio “no se limita a la acción
escolar, y está presente en todas aquellas expresiones humanas
de construcción de sentido y de conocimiento”. 30 Los múltiples
matices y formas que tomó la educación popular en estos últimos
30 años en nuestro continente, permitieron ver cómo se daban los
procesos de aprendizaje, tanto de nuevas informaciones como de
nuevos hábitos, valores y comportamientos; y permitieron visua-
OL]DUFyPRpVWRVHUDQFRGL¿FDGRVSRUORVJUXSRV\ORVLQGLYLGXRV
generando nuevas mentalidades y nuevas prácticas sociales; todo
este proceso permitió ampliar la idea de educación hacia dimen-
siones que hoy deben ser recuperadas.
____________

30
Osorio, Jorge, “Educación y ciudadanía, vigencia del discurso utópico”, La
Piragua, No.6, CEAAL, 1er semestre 1993, pág. 44

92
$FFLyQVRFLDOFROHFWLYD\SHGDJRJtD

CONSTRUIR IDENTIDADES DIFERENCIADAS


Una de las grandes lecciones dejadas por la educación popular y
los movimientos sociales es que en la recuperación de lo local y
de la territorialidad, la vida cotidiana de las personas es atravesa-
da por múltiples diferencias culturales, pero siempre la tentación
de lo político único y partidario no permitió la expresión de esas
formas; parte del reto de hoy es generar el respeto y la tolerancia
QHFHVDULRV\VX¿FLHQWHVSDUDTXHHVDSURIXQGDDWRPL]DFLyQGH¿QDO
de siglo encuentre verdaderos canales de expresión.

EDUCACIÓN POPULAR Y MOVIMIENTOS SOCIALES: PRÁCTICAS


Y SABERES EN TRANSICIÓN

Quizás uno de los problemas más difíciles que debemos afrontar


es que mucho de la producción, pensamiento y prácticas de estos
dos procesos han sido convertidos en lo que Foucault31 llamaba
“los saberes sometidos”. Es necesario reconocer que muchas de
sus prácticas han sido cooptadas y que repetirlas no es simple-
mente volverlas a hacer, ya que muchas de sus formas hoy ya no
impugnan, puesto que su carácter alternativo fue asimilado en la
reorganización de los Estados en nuestros países a través de consti-
tuyentes, de nuevas reorganizaciones del Estado, etc. Reinventarlas
para los nuevos tiempos implica pensar las nuevas prácticas que
puedan volver a hacer posible la reorganización de la práctica y
GHODWHRUtDFUtWLFDHQHVWH¿QDOGHVLJOR

Hoy más que nunca nos encontramos en un cruce de caminos


históricos. Lo que ayer fue ya hoy no es. Lo ilegítimo está legi-
timado y se requiere una búsqueda con mucha disposición a la

____________

31
Foucault, Michel. La microfísica del poder, Edic. Piqueta, Barcelona,
1978.

93
0DUFR5D~O0HMtD-

provisionalidad para intentar inventar la nueva transformación que


haga posible reconstruir la sociedad de tal manera que el gobierno
de lo humano, alimentado en una democracia radical, levante la
posibilidad de todos para poseer dignamente la tierra. Como diría
Gabriel García Márquez:

Somos conscientes de nuestros males, pero nos hemos desgastado


luchando contra los síntomas mientras las causas se eternizan. Nos
KDQHVFULWR\R¿FLDOL]DGRXQDYHUVLyQFRPSODFLHQWHGHODKLVWRULD
KHFKDPiVSDUDHVFRQGHUTXHSDUDFODUL¿FDUHQODFXDOVHSHUSH-
túan vicios originales, se ganan batallas que nunca se dieron y se
VDFUDOL]DQJORULDVTXHQXQFDPHUHFLPRV  7DOYH]XQDUHÀH[LyQ
más profunda nos permitiría establecer hasta qué punto este modo
de ser nos viene de que seguimos siendo en esencia la misma so-
ciedad excluyente, formalista, y ensimismada de la colonia. Tal
vez una más serena nos permitiría descubrir que nuestra violencia
histórica es la dinámica sobrante de nuestra guerra eterna contra
la adversidad. Tal vez estemos pervertidos por un sistema que nos
incita a vivir como ricos mientras el 40% de la población mal-
vive en la miseria, y nos ha fomentado una noción instantánea y
resbaladiza de la felicidad: queremos siempre un poco más de lo
que ya tenemos, más y más de lo que parecía imposible, mucho
más de lo que cabe dentro de la ley, y lo conseguimos como sea,
aún contra la ley. Conscientes de que ningún gobierno será capaz
de complacer esta ansiedad hemos terminado por ser incrédulos,
abstencionistas e ingobernables, y de un individualismo solitario
por el que cada uno de nosotros piensa que sólo depende de sí
mismo. Razones de sobra para seguir preguntándonos quiénes
somos, y cuál es la cara con la que queremos ser reconocidos en
el tercer milenio.32

____________

32
García Márquez, Gabriel, Discurso en la ceremonia de entrega de la Misión
de Ciencia, Educación y Desarrollo, El Espectador, sábado 23 de julio, 1994,
pág. 12A.

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97
ACCIÓN SOCIAL
COLECTIVA
Y PEDAGOGÍA

El autor de este libro recorre algunas de las principales


cuestiones relacionadas con la educación popular
y los movimientos sociales, para luego ofrecer una propuesta
de acción social colectiva que le lleva a hablar del cyberpunk,
de la crítica al capitalismo voraz, de los movimientos
sociales alternativos y sus metamorfosis. Para terminar,
muestra cómo todo ello puede configurarse
en una apuesta por transformar la sociedad.

Atlántica de Educación

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