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Kenneth Sanchez R.
Camino a la madurez: “Y Siguió Creciendo” (Lc. 2:52)
Este pasaje se refiere al desarrollo continuo de Jesús. El crecía en sabiduría,
crecía físicamente, espiritualmente y socialmente. De manera gradual, e integral
alcanzó plenamente su potencial humano en estas cuatro áreas de la vida. Cada uno
de nosotros debemos anhelar este CRECIMIENTO IDEAL.
Crecimiento Intelectual: “Jesús siguió creciendo en sabiduría”.
Seguramente podemos especular sin llegar a dudas que Jesús busco seguir
llenándose de aquel alto grado de conocimiento que solamente se halla en el mismo
Dios. (Relación al conocimiento divino, según la RAE). Escudriñando su palabra en
temor y reverencia al Padre; pues está escrito: “el principio de la Sabiduría es el
temor de Jehová” (Sal. 111:10). La sabiduría se manifiesta en una conducta prudente
en la vida. En Jesús podemos ver claramente demostrado, a lo largo de su ministerio
aquí en la tierra; sus palabras, su capacidad de razonar y mostrar aquel sublime
conocimiento divino entre las personas.
Crecimiento físico: “Jesús siguió creciendo en estatura”. La adecuada
alimentación física es vital para un buen crecimiento y desarrollo de los órganos.
Según sea la alimentación, tal será el efecto en los órganos. El crecimiento físico es
a simple vista evidente en una persona, pues este es un rasgo biológico en el
hombre. Sabemos que el crecimiento físico es limitado, así como lo fue seguramente
del Hijo de Dios estando aquí en la tierra. Pero nos corresponde también así cuidar
nuestro cuerpo, no solamente con el tipo de alimentación que ingerimos, sino,
también con aquellas cosas externas que podrían dañar nuestro organismo.
Recordemos que este cuerpo nos es dada por Dios y para Dios. “¿O ignoráis que
vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis
de Dios, y que no sois vuestros?” (1Cor. 6:19)
Crecimiento espiritual: “Jesús siguió creciendo en gracia para con Dios” se
define como gracia: cualidad o cualidades que hacen agradable a alguien. “Y hubo
una voz de los cielos, que decía: Éste es mi Hijo amado, en Quien me complazco”
(Mt. 3:17). En Jesús, este crecimiento era tan natural como el crecimiento biológico
físico, a medida que crecía físicamente, así también era crecimiento espiritual, gracia
para con Dios. En este caso el Padre es espíritu, y no hay otro modo de ser agradable
a Él, sino solamente en un desarrollo espiritual genuino (intima comunión), así como
lo tuvo nuestro Señor Jesucristo. “Porque el que me envió, conmigo está; no me ha
dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada” (Jn. 8:29). Si cada
día nos llenamos de la palabra de Dios, en humildad búscanos la sabiduría que solo
viene de lo Alto y en comunión hacemos lo que agrada al Señor; hallaremos gracia
delante del Dios y nuestro Crecimiento y/o madurez espiritual será de forma
ascendente y natural. (proceso de Santidad)
Kenneth Sanchez R.
Crecimiento social: “Jesús siguió creciendo en gracia para y los hombres”
vimos que su primer contacto formal como hombre, con la sociedad judía fue en el
templo y rodeado de los doctores de la ley, podemos decir que con el paso de los
años fue ganando la aceptación y buena opinión de las personas que estaban en su
entorno más próximo. Si la relación íntima con Dios era de manera Vertical, con la
sociedad era de forma horizontal, mostrando esa parte humana, de poder generar
conversaciones amenas, llena de sabiduría y sencillez, mostrando seguramente
mucha misericordia para con las personas, como lo hizo con la mujer samaritana (Jn.
4: 7-26), con mucha ternura para con los niños (Mt. 19:14) o mostrándose enérgico
y firme a sus convicciones, para reprender a aquellos que mancillaban el templo de
Dios (Lc. 19:46). En esta relación con las personas no quedaba relegado el Padre,
si no que, en medio de ello mostraba al Padre y su carácter reflejaba su comunión
con Él. Jesús evidenciaba aquel Crecimiento espiritual en medio de la Sociedad.
Esto debe llevarnos a imitar a Jesús y crecer también en el aspecto social
comunitaria, mostrando nuestro carácter integro delante de las personas, así en buen
testimonio tener el favor de las personas, todo esto con un fin, mostrar a Jesucristo
a las personas que nos rodean, y así también ellos puedan acercarse a aquel que
es nuestro modelo de vivir. Jesucristo nuestro Salvador.
No podemos imaginar un crecimiento sano e ideal sin una alimentación
correcta. Alimentémonos de la palabra del Señor cada día y practiquemos la
comunión íntima con él, así nuestro crecimiento espiritual será la adecuada cada día.
Kenneth Sanchez R.