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INTRODUCCION

En el presente ensayo vamos a analizar los delitos electorales,


brevemente en qué consiste, quienes son los posibles sujetos que
los realicen, así como que ley es la encargada de describir los
delitos, multas y sanciones mencionando que fiscalía es la responsable
de atender en forma institucional, especializada y profesional, lo relativo a
los delitos electorales.

Primeramente, debemos mencionar las características particulares de


los delitos electorales, partimos por la definición de un delito que es: “Todo
acto u omisión contrario a la ley previsto y sancionado penalmente
por la misma”. Entrando en materia electoral se consideran como: “Los
delitos electorales son aquellas acciones u omisiones que lesionan o
ponen en peligro el adecuado desarrollo de la función electoral y
atentan contra las características del voto que debe ser universal,
libre, directo, personal, secreto e intransferible”.

Los delitos electorales encuentran su tipo penal en el Código Penal


Federal, en algunos códigos penales de las entidades federativas, así como
en la Ley General en Materia de Delitos Electorales. En estos
ordenamientos, las comprensiones de estos delitos son considerados
como no graves, y el cumplimiento de la sanción puede
cumplimentarse llevando el proceso penal en libertad.

Es importante mencionar que La Ley General en Materia de Delitos


Electorales es de orden público y de observancia general en todo el país
y tiene por objeto, cito textualmente “… en materia de delitos electorales,
establecer los tipos penales, las sanciones, la distribución de competencias y
las formas de coordinación entre los órdenes de gobierno. Además tiene
como finalidad, en general, proteger el adecuado desarrollo de la función
pública electoral y la consulta popular.”.
DESARROLLO
ANTECEDENTES

Desde las primeras elecciones del México independiente, aun cuando


se tenía la ardua tarea de dar forma a instituciones que fueran capaces de
procurar el bienestar y el progreso del país. se buscaba que el voto
fuera libre, secreto y voluntario, en este entonces solo se contaba con
un documento básico, el Plan de Iguala, y con la experiencia constitucional
española. Las elecciones que habían realizado los novohispanos desde la
aplicación de la Constitución de Cádiz dejó la práctica de las primeras
movilizaciones populares.

Y es que, los delitos electorales se contemplaron desde el siglo


pasado, en la misma constitución de Cádiz mencionada anteriormente, se
sancionaba a las conductas de cohecho o soborno del voto. Con el paso
de los años, la mayoría de normas que regulaban los procesos electorales
en México las contemplaban. En los años noventa en materia de delitos
electorales su prioridad era castigar toda conducta que pudiera
constituir un fraude electoral, para este fin se creó un órgano
específico en materia de la Fiscalía Especializada para la atención de
los Delitos Electorales, mejor conocida como FEDAPE.

MARCO TEÓRICO

Los delitos en materia electoral como su nombre lo indica, están


vinculados a las prácticas electorales, esto quiere decir que en
consecuencia tutelan el derecho individual y grupal del electorado
para elegir a sus representantes.
Lo ideal es que el ciudadano se presente a votar en las urnas sin que
exista circunstancia que altere el derecho fundamental de elegir libremente
y sin presiones. Se busca que, por voluntad popular, no se altere por
medio de circunstancias que pretendan modificar el resultado electoral por
medio de conteos irregulares, o que los candidatos tengan ventajas
indebidas que afecte a la equidad de la competencia política.

CREACION DE LA LEY GENERAL EN MATERIA DE DELITOS


ELECTORALES

La ley general en materia de delitos electorales, se creó con la


finalidad de proteger la libertad del voto de los ciudadanos mexicanos,
en llevar un proceso honesto del proceso electoral y transparencia. Que
consiste principalmente en el derecho al voto libre a personas con 18 años o
más, sin importar edad, sexualidad, raza, condición social o creencias. Los
delitos electorales que se señalan en dicha Ley se aplican al elegir al
presidente de la República, a los diputados federales y locales, senadores y
alcaldes municipales.

SU ENTRADA EN VIGENCIA

El DECRETO por el que se expide la Ley General en Materia de Delitos


Electorales fue Publicada en el Diario Oficial de la Federación el 23 de mayo
de 2014

EXPOSICION DE MOTIVOS

Dada la actual etapa política por la que está atravesando nuestro país, se
estima que es necesario pugnar desde el ámbito legislativo, por el respeto cabal
de los derechos políticos electorales de los ciudadanos en una contienda electoral;
por hacer que se respete un sistema de partidos políticos donde prevalezca la
equidad y transparencia en sus derechos, así como controlar que los órganos
electorales sean reguladores neutrales en las contiendas electorales, todo ello,
con miras a proteger los valores fundamentales que debe ostentar todo sistema
democrático.

En este sentido, considera que los procesos electorales son los instrumentos
indispensables para poder dar validez a los principios básicos de la organización
del poder público, es por eso que es una de las mayores aspiraciones y
requerimientos sociales es que los procesos electorales sean transparentes y
confiables, y que se garantice en todo momento la equidad e igualdad en la
contienda electoral.

Con base a ello, es lo que resulta atendible la necesidad de proteger la libre


expresión de la voluntad ciudadana en materia política, reflejado a través del
sufragio efectivo, expresado de manera universal, libre, secreto, directo y personal
asimismo, en consecuencia, se hace necesariamente necesario la equidad y el
equilibrio en la contienda electoral, evitando todo tipo de ventajas políticas
electorales, que en su caso, pudiendo obtener algunos candidatos y dar
cumplimiento a los principios rectores de los procesos electores, que son la
legalidad, la imparcialidad, la objetividad, la certeza, la independencia, la equidad,
para que todos los aspirantes a cargos públicos cuenten o las mismas
oportunidades de ser elegidos.

En tal virtud se estima que debe lograrse salvaguardar el valor jurídico


electoral constitucionalmente tutelado de mayor trascendencia, que es el voto
universal, libre, secreto y directo, por ser el acto mediante el cual se expresa la
voluntad ciudadana para elegir a sus representantes, y consecuentemente,
resultante fundamental La protección del principio de equidad e igualdad que
debe regir en toda contienda electoral, factor este último que en caso de
vulnerarse, no solo constituiría un acto atentatorio contra la equidad e igualdad
(político electoral) de los candidatos en la contienda electoral que no hayan
rebasado los controles, sino también, afectar el interés de cada uno de los
ciudadanos que pueden votar en los comicios determinados, llegaremos a
vulnerar los valores propios de la democracia representativa, que debe garantizar,
entre otras cosas, que todos los aspirantes a cargos públicos cuenten en igualdad
de circunstancias, con las mismas oportunidades de ser electos, pues de lo
contrario , toda desigualdad y desigualdad puede ser trascender en el resultado
de la elección correspondiente

Los procesos electorales en México han venido evolucionando de manera


ininterrumpida desde 1997 (fruto de la trascendente reforma del año previo ), su
tendencia e innovación ha sido muy dinámica; por una parte, en sede jurisdiccional
se han generado importantes criterios que han nutrido el desarrollo del Derecho
Electoral; en sede legislativa se ha adecuado la Constitución Federal y demás
leyes para ir colmando las necesidades que la realidad política -y las experiencias
comiciales- han venido exigiendo.

Desde la evolución de la fiscalización, el modelo de comunicación política, los


procedimientos especiales sancionadores, la redefinición de competencia de la
función electoral entre lo federal y lo local; se ha logrado avanzar para arribar a un
esquema donde es necesario revisar nuestros procesos electorales para dirigirnos
ahora hacia otros paradigmas.

¿Podemos tener procedimientos e instituciones electorales menos onerosos,


que a la vez sean efectivos y confiables?

Consideramos que sí, y que la tendencia del Estado mexicano debe dirigirse
hacia esas premisas en todos los ámbitos del servicio público, por ello, el espectro
electoral no debe quedar fuera de la exigencia social de que el gasto público sea
lo más austero posible.

¿REALMENTE ES EFICAZ LEY GENERAL EN MATERIA DE DELITOS


ELECTORALES?

Como lo mencionamos anteriormente, los delitos electorales son aquellas


acciones u omisiones que lesionan o ponen en peligro el adecuado
desarrollo de la función electoral y atentan contra las características del voto
que debe ser universal, libre, directo, personal, secreto e intransferible.
Estos son delitos considerados como prohibidos por la ley penal, que tienen
como resultado una sanción; como cualquier otro delito, que se castiga
penalmente. A pesar de esto, han incrementado, y desafortunadamente, aunque
esta la ley que tipifica estos delitos, existe una falta de efectividad para aplicar
dicha ley a quienes comenten estas acciones u omisiones contrarias a derecho en
materia de delitos electorales.

La tipificación de los delitos de esta materia dota de mayor garantía al proceso


electoral, así mismo el sistema jurídico electoral, regula y procura evitar que se
cometan conductas graves que vulneren los principios básicos de la democracia.

La ley contra delitos electorales tiene como principal objetivo sancionar las
conductas que afectan la garantía del voto libre, secreto y voluntario. Esta
ley ha pasado por una crisis provocada por su falta de efectividad ya que son
miles las personas compradas, amenazadas y presionadas para votar por un
determinado partido político o candidato. Al día de hoy son mínimas las
sanciones efectuadas por las autoridades, esto se debe a diferentes factores.

Por otra parte, su configuración penal electoral, se refiere a los tipos


electorales están tipificados dependiendo del sujeto que comete la
conducta ilícita, es decir, se toma a consideración que tipo de sujeto lo
comete: particulares, funcionarios, electorales o partidistas, candidatos,
organizaciones de actos de campaña, ministros de cultos religiosos,
servidores públicos y diputados y senadores electos, así como la
trascendencia de sus actos.

Así como debemos analizar el delito electoral desde quien comete el ilícito
y su conducta, este conoce todas las conductas que dañan gravemente las
elecciones. Por otra parte, las sanciones que se imponen por la comisión de
delitos electorales son las siguientes: pena privativa de la libertad,
destitución de cargos políticos, multas y suspensión de derechos
políticos.
Los delitos electorales federales no se consideran graves, esto implica
que desde el mismo acto de radicación a un juez de un presunto
delincuente se le pueda fijar fianza.

Los factores que influyen en la acción de delitos electorales están


encaminados a aspectos políticos, culturales, políticos además de
económicos que son aprovechados por los agresores de la norma en
relación a la situación en la que se encuentran sujetos pasivos o
víctimas del delito. Por ejemplo: Una persona analfabeta de una
comunidad indígena, que vende su voto por $100 pesos. En el contexto
actual los delitos electorales en México deberían tener una importancia de
primer orden.

Aunque una propuesta es aumentar las penas y crear nuevos delitos penales,
porque como ya se mencionó, ninguno de los delitos electorales se considera
grave, motivo por el cual en su mayoría puede llevar el proceso en libertad, a
excepción de dos delitos electorales que sanciona el Código Federal Penal
en sus artículos 412 y 413 esto no es suficiente, se necesita reforzar la ética
y moralidad de aquellos que les parece fácil cometer este tipo de actos.
CONCLUSION
Los delitos electorales en México son un problema serio que a lo
largo del tiempo se han incrementado en tamaño y gravedad, más
aún en las comunidades más pobres y desinformadas de nuestro
país, ya que personas se aprovechan de la necesidad de estas
comunidades que, por un kilogramo de huevo o arroz, regalan su voto.
Aunque sea más común en las zonas rurales, en las ciudades
desarrolladas también se llevan a cabo dichos delitos, de una manera más
“discreta”, ya que los delitos electorales se ocasionan desde comprar el
voto de una persona analfabeta, hasta la creación de credenciales de
elector falsas hasta el mal conteo de votos, o hasta la presión de algún
superior para que el empleado vote por algún candidato, partido o
coalición, entre otros ejemplos.

Pienso que la creación de la ley federal contra los delitos electorales


resulta ser de mucha ayuda porque así estos delitos tendrán
específicamente sus propios procesos y las sanciones específicas para
ellos. Aunque la seriedad del problema muchas veces radica en la
decisión de las personas de vender, o dejar violar sus derechos. Estos
delitos amenazan directamente a la democracia y soberanía nacional. Así
que no solo bastaría con endurecer las sanciones que se les da a
quienes cometen estos delitos, sino que es un esfuerzo en conjunto
el gobierno con la sociedad.

Se tiene que buscar la transparencia a través de valores institucionales


rectores como la legalidad, certeza, imparcialidad, objetividad,
independencia y máxima publicidad, siendo que las siguientes leyes son
las principales que permiten preservar los valores e intereses que protege
y ampara cada delito en particular, por lo tanto, el objeto de tutela será
garantizar la transparencia, la legalidad y el ejercicio de la libertad
para todos los que intervienen en el proceso electoral

BIBLIOGRAFIA
 LEY GENERAL EN MATERIA DE DELITOS ELECTORALES Publicada en

el Diario Oficial de la Federación el 23 de mayo de 2014

 BARREIRO PEREDA, Francisco, Los delitos electorales en la legislación

penal mexicana, en Justicia Electoral, vol. II, núm. 3, Tribunal Electoral,

México, 1993

 GONZÁLEZ DE LA VEGA, René, Derecho Penal Electoral, 3ª ed., Porrúa,

México, 1994

 REYES TAYABAS, Jorge, Análisis de los delitos electorales y criterios

aplicativos, PGR, México, 1994

 ZAMORA JIMÉNEZ, Arturo, Delitos Electorales, Ángel editores, México,

2003

 www.biblio.juridicas.unam.mx Autor: OSCAR PACHECO

GAYOSSO

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