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2013
LENGUA
Parte I
Cuaderno de trabajo
elaborado por la Prof. Analía Reale
Este material se distribuye bajo licencia de uso creativo compartido o Creative
Commons. Está permitida la copia, distribución, exhibición y utilización de la obra
bajo las siguientes condiciones:
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Índice
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Curso de ingreso 2013
Eje de Lengua
Iniciar una carrera universitaria –cualquiera sea la disciplina elegida– significa, ante
todo, incorporarse a una comunidad académica que organiza sus prácticas a través
de una serie de convenciones y protocolos compartidos. En este proceso de
integración, el lenguaje juega un papel central ya que el dominio de las prácticas
discursivas propias de cada esfera del conocimiento es un requisito indispensable
para desarrollarse satisfactoriamente en al ámbito académico.
En lo que concierne a las prácticas lectoras, el manejo eficiente de la
bibliografía, la posibilidad de ampliar los límites del texto estableciendo diálogos
intertextuales y relaciones entre el texto y su contexto, la capacidad para producir
inferencias y elaborar interpretaciones adecuadas a la situación en la que se
enmarca un escrito son habilidades esenciales para el desempeño comunicativo de
todo estudiante universitario.
La escritura, por su parte, es un instrumento clave para el trabajo intelectual y
el desarrollo de operaciones cognitivas de orden superior. Por un lado, el carácter
fijo y permanente del la palabra escrita permite al escritor y al lector distanciarse del
texto para revisarlo y volver sobre él, es decir, permite “objetivar” el pensamiento y
convertirlo en materia de reflexión. Por otro, por tratarse de un tipo de comunicación
diferida, ofrece la posibilidad de realizar una serie de operaciones de planificación
(que involucran la recolección, selección y organización de información; la elección
de un modelo genérico en el cual se ha de plasmar el texto; la elaboración de
estructuras sintácticas complejas; la selección entre varias opciones léxicas) y otras,
posteriores a la redacción, que permiten reflexionar sobre el texto ya producido con
el fin de revisar y, eventualmente, reformular total o parcialmente el escrito.
En el marco de esta concepción del trabajo con el lenguaje, el curso de
Lengua se propone orientar a los estudiantes en el proceso de adquisición y
consolidación de habilidades discursivas que les permitan integrarse a la comunidad
académica como lectores críticos y escritores competentes.
OBJETIVOS GENERALES
Los objetivos generales del curso de Lengua están orientados a lograr que los
estudiantes:
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METODOLOGÍA
EVALUACIÓN
Los alumnos deberán rendir dos exámenes parciales presenciales en los que se
evaluarán sus habilidades de lectura y escritura por medio de consignas de
comprensión y producción de textos similares a las resueltas a lo largo del curso.
Para aprobar el curso, es requisito obtener una calificación de 60 o más puntos
como promedio de los dos exámenes. Aquellos que no alcancen ese puntaje tendrán
la posibilidad de aprobar el curso rindiendo un examen integrador en el que deberán
obtener 60 puntos o más. En todas las pruebas se utilizará una escala de 0 a 100
puntos.
Es condición para la aprobación del curso acreditar una asistencia a clases
no inferior al 75%.
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PROGRAMA ANALÍTICO
a. Lengua I
Trayecto común para todos los ingresantes
Bibliografía:
ALVARADO, Maite y Alicia YEANNOTEGUY; La escritura y sus formas discursivas.
Curso introductorio, Bs.As., EUDEBA, 1999. (cap. 2)
JAKOBSON, Roman; “Lingüística y poética” en Ensayos de lingüística general,
Barcelona, Ariel, 1984.
REALE, Analía; Lengua I. Cuaderno de trabajo para el eje de Lengua del
Curso de Ingreso a la Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, UNQ,
2013.
Bibliografía:
ALVARADO, Maite; Paratexto, Buenos Aires, EUDEBA, 1994.
REALE, Analía; Lengua I. Cuaderno de trabajo para el eje de Lengua del Curso
de Ingreso a la Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, UNQ, 2013.
Bibliografía:
ALVARADO, Maite y Alicia YEANNOTEGUY; La escritura y sus formas discursivas.
Curso introductorio, Bs.As., EUDEBA, 1999. (cap. 2).
ONG, Walter; Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra; Buenos Aires,
FCE, 1993. (caps. III y IV).
REALE, Analía; Lengua I. Cuaderno de trabajo para el eje de Lengua del Curso
de Ingreso a la Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, UNQ, 2013.
Bibliografía:
GARCÍA NEGRONI, M. Marta (coord.); El arte de escribir bien en español,
Buenos Aires, Santiago Arcos, 2004.
MILLÁN, José Antonio; Perdón, imposible. Guía para una puntuación más rica
y consciente, Buenos Aires, Editorial del Nuevo Extremo, 2005.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA; Ortografía de la lengua española, Madrid, Espasa,
1999.
REALE, Analía; Lengua I. Cuaderno de trabajo para el eje de Lengua del Curso
de Ingreso a la Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, UNQ, 2013.
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5. La escritura como tarea de resolución de problemas. Procesos involucrados en
la escritura: planificación, puesta en texto y revisión. La edición de textos.
Características de la “prosa centrada en el escritor” frente a la “prosa centrada
en el lector”.
Bibliografía:
FLOWER, Linda y John HAYES; "Teoría de la redacción como proceso cognitivo",
en Textos en contexto, Buenos Aires, Lectura y vida, 1996.
REALE, Analía; Lengua I. Cuaderno de trabajo para el eje de Lengua del Curso
de Ingreso a la Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, UNQ, 2013.
SCARDAMALIA, Marlene y Carl BEREITER; “Dos modelos explicativos de los
procesos de composición escrita” en Infancia y aprendizaje, 1992, Nº 58,
43-64.
b. Lengua II A
Trayecto específico para los ingresantes al Departamento de Ciencia y
Tecnología.
Bibliografía:
Adam, Jean-Michel; Les textes: types et prototypes. Récit, description,
argumentation, explication et dialogue, Paris, Nathan, 1992.
ADAM, Jean-Michel y Françoise REVAZ; “(Proto)Tipos: La estructura de la
composición en los textos” en TEXTOS DE DIDÁCTICA DE LA LENGUA Y LA LITERATURA,
Número 10, Año III, Barcelona, Grao, octubre de 1996.
BAJTÍN, Mijail; “El problema de los géneros discursivos” en Estética de la
creación verbal, México, Editorial Siglo XXI, 1982.
REALE, Analía; Lengua II para CyT, Bernal, UNQ, 2013.
Bibliografía:
MARI MUTT, José A.; Manual de redacción científica, Caribbean Journal of
Science,
www.caribjsci.org/epub1/
REALE, Analía; Lengua II para CyT, Bernal, UNQ, 2010.
REALE, Analía, La monografía, guía de trabajo del Centro Virtual de Escritura
de la Carrera de Ciencias de la Comunicación-UBA. Disponible en
http://centrodeescrituravirtual.files.wordpress.com/2010/03/monografia_ar.
pdf
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8. Narración y descripción en los géneros científicos. Inserción y dominancia.
Estructuras de las secuencias narrativas y descriptivas.
Bibliografía:
Adam, Jean-Michel; Les textes: types et prototypes. Récit, description,
argumentation, explication et dialogue, Paris, Nathan, 1992.
ADAM, Jean-Michel y Françoise REVAZ; “(Proto)Tipos: La estructura de la
composición en los textos” en TEXTOS DE DIDÁCTICA DE LA LENGUA Y LA LITERATURA,
Número 10, Año III, Barcelona, Grao, octubre de 1996.
REALE, Analía; Lengua II para CyT, Bernal, UNQ, 2013.
Bibliografía:
REALE, Analía; Lengua II para CyT, Bernal, UNQ, 2013.
ZAMUDIO, Berta y Ana ATORRESI; La explicación, “Enciclopedia semiológica”,
Buenos Aires, Eudeba, 2000.
Bibliografía:
PERELMAN, Chaïm y Lucie OLBRECHTS-TYTECA; Tratado de la argumentación. La
nueva retórica, Madrid, Gredos, 1989.
REALE, Analía y Alejandra VITALE, La argumentación. Una aproximación
retórico-discursiva. Colección “Cuadernos de Lectura”, Buenos Aires, Ars
Editorial, 1995.
REALE, Analía; Lengua II para CyT, Bernal, UNQ, 2013.
Bibliografía:
PLANTIN, Christian, L’argumentation; Collection Mémo, Paris, Seuil, 1996.
REALE, Analía; Lengua II para CyT, Bernal, UNQ, 2010.
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c. Lengua II B.
Trayecto específico para los ingresantes a los Departamentos de Ciencias
Sociales y Economía y Administración y las carreras de Enfermería, Composición
con medios electroacústicos y Tecnicatura en Economía Social y Solidaria
Bibliografía:
de BEAUGRANDE, Robert-Alain y Wolfgang DRESSLER; Introducción a la lingüística
del texto, Barcelona, Ariel, 1997.
REALE, Analía; Lengua II para CS, DEA, Enfermería, CCM y TUESS, Bernal,
UNQ, 2013.
Bibliografía:
Adam, Jean-Michel; Les textes: types et prototypes. Récit, description,
argumentation, explication et dialogue, Paris, Nathan, 1992.
ADAM, Jean-Michel y Françoise REVAZ; “(Proto)Tipos: La estructura de la
composición en los textos” en TEXTOS DE DIDÁCTICA DE LA LENGUA Y LA LITERATURA,
Número 10, Año III, Barcelona, Grao, octubre de 1996.
BAJTÍN, Mijail; “El problema de los géneros discursivos” en Estética de la
creación verbal, México, Editorial Siglo XXI, 1982.
REALE, Analía; Lengua II para CS, DEA, Enfermería, CCM y TUESS, Bernal,
UNQ, 2013.
Bibliografía:
DUCROT, O. El decir y lo dicho, “Hachette Universidad”, Buenos Aires,
Hachette, 1984.
REALE, Analía; Lengua II para CS, DEA, Enfermería, CCM y TUESS, Bernal,
UNQ, 2013.
Analía Reale
Coordinadora del Eje de Lengua
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La comunicación
En toda situación en la que nos relacionamos con otros a través del lenguaje es
posible distinguir una serie de factores o componentes vinculados entre sí que
determinan las características de ese acto de comunicación. Uno de los primeros
modelos que se han diseñado para explicar el funcionamiento de los intercambios
comunicativos es el que Roman Jakobson expuso en su artículo “Lingüística y
poética”1. Allí se representa la situación de comunicación como el resultado de la
interacción de estos seis componentes:
Contexto
Canal
Código
1
En Ensayos de lingüística general, Barcelona, Seix Barral, 1981 (el artículo citado data de
1960).
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Este texto puede leerse en el portal electrónico de la Universidad Nacional de
Quilmes. Se trata de la página en la que se explicitan la misión que orienta la tarea
de la Universidad, las funciones para las que fue creada y los principios que guían
sus prácticas. En un caso como éste, la fuente emisora del mensaje no es una
persona particular (aunque efectivamente el texto haya sido escrito por un individuo
determinado) sino una institución: la Universidad Nacional de Quilmes. Desde el
punto de vista de la comunicación debemos interpretarlo como surgido de la voz de
una entidad colectiva que se identifica como “Universidad Nacional de Quilmes”.
Entonces, al hablar de enunciador o emisor no se debe pensar necesariamente
en un sujeto individual ya que son variadas las instancias de enunciación que
pueden darse en un intercambio comunicativo. Por esto, para mayor precisión
hablaremos de posición de enunciación para evitar toda tendencia a personalizar
este componente. De acuerdo con lo que acabamos de ver, esta posición puede
estar ocupada tanto por un “yo” correspondiente a un sujeto real e individualizable
con nombre propio, como por un enunciador colectivo que puede identificarse con
una institución (universidad, legislatura, ministerio), un grupo social específico (los
jóvenes, los jubilados, los científicos), una organización (club, partido político,
empresa), etc.
Del mismo modo, al hablar de destinatario también nos referiremos a una
posición a la que se dirige el mensaje y que puede estar ocupada tanto por un sujeto
personal conocido o no por el destinador (es lo que sucede cuando hablamos con un
amigo o enviamos una carta o un correo electrónico a una persona X) como por un
conjunto de destinatarios posibles. Este último caso es el de los mensajes de los
medios masivos o el de los textos literarios, por ejemplo. En efecto, cuando un
periodista escribe un artículo para un diario o un autor escribe una novela, un cuento
o un poema no se dirigen a un lector real, conocido e identificable sino a un lector
“posible” que necesitan imaginar para poder entablar con él un diálogo virtual.
Cuando nos comunicamos es imprescindible tener presente que nos dirigimos
siempre a un interlocutor o lector al que le atribuimos (acertadamente o no) un
conjunto de rasgos que suponemos que lo caracterizan (imaginamos qué es lo que
piensa sobre ciertos temas, a qué grupo social pertenece, con qué conocimientos
cuenta) y lo interpelamos teniendo en cuenta su posición en la estructura social (si
se trata de un alumno, un funcionario, un empleado, un docente, una autoridad,
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etc.), la relación que nos vincula con él (más o menos distante, más o menos
formal), sus valores y creencias (sus posiciones ideológicas) y los saberes de los
que dispone.
Ahora bien, es importante notar que al comunicarnos no sólo necesitamos
construir una imagen virtual del destinatario también debemos presentarle a nuestro
interlocutor o lector una imagen de nosotros mismos en tanto destinadores.
Efectivamente, cuando tomamos la palabra –ya sea en forma oral o escrita–
siempre lo hacemos ubicados en una posición determinada por la situación
comunicativa en la que participamos. Hablamos o escribimos en calidad de amigo,
estudiante, experto en el tema X, docente, hijo, en nombre de una institución,
empresa u organismo. Y desde estas posiciones construimos, a través del lenguaje,
diferentes imágenes de nosotros mismos que se adecuan a las variadas situaciones
en las que interactuamos socialmente.
Así, entonces, en el origen de toda situación comunicativa se plantean siempre
dos preguntas básicas concernientes a las posiciones de destinador y destinatario.
La primera, referida al destinador, puede formularse en estos términos: ¿Quién soy
yo (es decir, qué imagen quiero presentar de mí mismo) para hablar/escribir de este
modo? y simétricamente nos preguntaremos ¿Quién es el destinatario (qué imagen
tengo de esta posición a la que dirijo mi discurso) para hablarle/escribirle de esta
forma?
En síntesis, al analizar las figuras de destinador y destinatario es necesario
tener en cuenta que no estamos hablando de entidades concretas, personales
(aunque puedan identificarse efectivamente con sujetos “reales”) sino de posiciones
construidas en el curso del intercambio comunicativo y que se inscriben en el
mensaje como imágenes, es decir, como representaciones.
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1. Los textos que siguen presentan dos explicaciones de la fotosíntesis.
Compararlas y caracterizar al destinador y destinatario de cada una de
ellas. Justificar las respuestas con datos tomados de los textos.
a)
6. Fotosíntesis
Los árboles utilizan la radiación solar incidente para sintetizar compuestos orgánicos
a partir del CO2 atmosférico, agua y nutrientes del suelo o retranslocados desde
otros órganos de la planta, mediante el proceso de la fotosíntesis. Estos compuestos
una vez sintetizados se utilizan para mantener los propios tejidos de la planta, para
mantener las reservas de carbohidratos o para formar nuevos tejidos y crecer.
14
De toda la radiación incidente sobre una hoja, sólo los fotones cuya
longitud de onda está comprendida entre los 400 y los 700 nm resultan
útiles para la fotosíntesis. El flujo de fotones fotosintéticos (PPF) es
absorbido por las hojas, constituye la fuente de energía utilizada en la
fotosíntesis y determina la tasa de asimilación del CO2.
b)
http://neetescuela.com/fotosintesis/fotosintesis1-2/
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El tercer componente de la situación comunicativa que examinaremos es el
canal. El canal –el medio físico o soporte a través del cual se materializa el
mensaje– tiene una incidencia importante en la comunicación ya que determina no
sólo la relación entre destinador y destinatario sino la composición del mensaje
mismo.
En una conversación cara a cara, por ejemplo, que se desarrolla a través del
canal visual y auditivo, los gestos (estímulos visuales) y la entonación (auditivos) se
asocian a la palabra y, en cierto modo, complementan o suplen al lenguaje verbal en
la producción del mensaje. Efectivamente, en la oralidad no solo las palabras
significan, también los silencios, los énfasis, la entonación y la gestualidad
(ademanes, muecas, miradas) contribuyen a producir sentido y vinculan a la palabra
con el contexto inmediato (espacial y temporal) en el que es pronunciada.
En la escritura, en cambio, el canal del que se vale la comunicación es
exclusivamente visual: la palabra se fija en el espacio como imagen y se autonomiza
del contexto viviente de su enunciación (se independiza de la voz, del cuerpo, de su
emisor y del lugar y momento preciso en el que es proferida). La imagen por sí sola,
en ausencia del sonido, debe hacerse cargo de la significación. En este caso cobran
especial importancia indicios como la disposición del texto en la página (diseño), la
tipografía (tamaño y tipo de letra) y la puntuación, entre otros.
Esta distinción general entre comunicación oral (canal visual y auditivo) y
escrita (visual) adquiere una dimensión más compleja si pensamos, además, en las
diferentes clases de soportes materiales en los que se plasma la comunicación.
Efectivamente, en una teleconferencia, por ejemplo, (una situación de comunicación
oral a distancia), que se desarrolla a través de un canal audiovisual, la gestualidad
no se explota de la misma manera que en una conversación cara a cara en la que
destinador y destinatario comparten un mismo contexto espacial. Y, en el caso de la
escritura, basta pensar en las profundas transformaciones que la computadora y
con ella la nueva textualidad electrónica ha introducido en los modos de escribir
para tener una idea de la importancia del soporte en la producción del mensaje
escrito. Por ejemplo, la movilidad y las posibilidades de interconexión que ofrecen
los hipertextos electrónicos influyen tanto en la disposición de la información como
en la organización general del mensaje escrito a tal punto que es posible hablar de
una textualidad digital con rasgos propios que la diferencian de la textualidad
impresa.
a)
Mate: En quichua, mathi es una calabaza vacía empleada como vasija. Por
semejanza tomó también el sentido de cabeza que se le da en el lenguaje de
la calle. "Hoy tenés el mate lleno / de infelices ilusiones...", según el
magistral ejemplo de "Mano a mano".
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b)
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c)
d)
Ayer en la Nacional número siete
Un automóvil
Que circulaba a cien por hora se lanzó
Sobre un plátano
Sus cuatro ocupantes
Murieron.
Jean Cohen
e)
NV ASC
Salu2
A2.
2
“Nos vemos a la salida de clase. Saludos. A.”
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El factor contexto es un componente complejo que engloba dos aspectos:
por un lado, el contexto hace referencia al marco espacio-temporal (las
circunstancias de lugar y tiempo en las que se sitúa el intercambio) y, por otro, al
ámbito institucional (la esfera de la actividad social) en el que se desarrolla la
comunicación.
Desde el punto de vista de la situación espacio-temporal, es posible trazar
una primera gran distinción entre los contextos de la oralidad y de la escritura. En la
oralidad, los participantes de la comunicación comparten necesariamente el contexto
temporal aunque no siempre el espacial (como sucede, por ejemplo, en la
comunicación telefónica). En cambio, en la comunicación escrita la relación entre
destinador y destinatario se da en forma diferida: el escritor escribe hoy, ahora, para
ser leído quizás casi inmediatamente (si lo que escribe es un mensaje de correo
electrónico, por ejemplo, o un artículo para un diario) o dentro de unos días o quizás
dentro de unos siglos. Por eso es más conveniente hablar de contexto de
producción y contexto de recepción como dos instancias diferentes. Este
desdoblamiento del factor contexto en la situación de comunicación escrita es una
de las causas que explica las diferencias en la organización de mensajes escritos y
orales: en efecto, la falta de contexto compartido entre escritor y lector impone al
texto escrito la necesidad de suplir esa ausencia con una serie de recursos que
permitan reponer (o construir de manera virtual) un contexto compartido.
Finalmente, a caballo entre la oralidad y la escritura encontramos formas de
comunicación como el “chateo” en línea, por ejemplo, que comparten rasgos de una
y otra modalidad de comunicación: por un lado, la actividad de productores y
receptores se da en el plano de la simultaneidad (como en la oralidad) aunque no
comparten un espacio común y se valen del canal visual en lugar del auditivo. Esta
combinación de variables propias de uno y otro tipo de contexto se traduce en una
hibridación en los rasgos estilísticos del mensaje, por eso el chateo comparte tanto
características propias de la escritura como de la oralidad. Entre las primeras
podemos señalar la exigencia de reponer una escena virtual común a los
participantes en la comunicación que impone al discurso un carácter más explícito,
más descriptivo y cooperativo con el lector. Por otra parte, la inmediatez de las
operaciones de producción y recepción hace que en el chateo la escritura se
muestre como actividad “en proceso”, es decir, no como producto final acabado en
una instancia anterior y distante de la actividad de interpretación sino como una
operación que se desarrolla casi simultáneamente a la de recepción. Es por eso que
en el chateo vemos los “errores”, vacilaciones y correcciones típicas de la
comunicación oral en la que no podemos eliminar o borrar aquellas partes del
mensaje que no nos parecen satisfactorias, algo que sí podemos hacer en la
escritura sin dejar expuestas las huellas de esa supresión.
El segundo aspecto a tener en cuenta al analizar el contexto es el que hace
referencia al ámbito en el que se desarrolla la comunicación. Desde este punto de
vista, es necesario considerar que toda situación comunicativa se desarrolla en un
espacio social y, por lo tanto, se inscribe en el marco de prácticas sociales que son
propias de las distintas áreas en las que se despliega la actividad humana. Algunos
de estos ámbitos en los que los sujetos desarrollan sus actividades son, por
ejemplo, la escuela, el tribunal, la prensa y el mundo académico, por citar solo unos
pocos casos. En la escuela aprenden y enseñan, en el tribunal imparten y reciben
justicia, en los medios de prensa informan y en el ámbito académico producen o
adquieren conocimiento. Todas estas acciones se materializan a través de un
conjunto de prácticas (la clase, la instrucción de una causa judicial, la investigación
periodística, la experimentación científica, entre otras). En cada una de estas
esferas, las actividades que acabamos de mencionar se relacionan, a su vez, con un
conjunto de prácticas comunicativas que se ocupan de objetos y temas propios de
esos ámbitos (el conocimiento de las distintas disciplinas, en la escuela y la
academia; la justicia, en el tribunal; la actualidad, en los medios de prensa).
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Estas prácticas comunicativas están gobernadas por reglas específicas de
cada área. En efecto, cuando nos comunicamos siempre lo hacemos observando las
normas que cada ámbito le impone a la comunicación: hablamos/interpretamos (o
escribimos/leemos) sobre ciertos temas (y no otros) y de maneras diferentes según
nos encontremos en la escuela o en la corte judicial y, dentro de estos ámbitos,
tampoco actuaremos del mismo modo si nos ubicamos en la posición del alumno o
el docente o del juez o el fiscal. Vemos, entonces, que el contexto institucional
impone condiciones a la producción e interpretación del mensaje que es
imprescindible observar para garantizar la eficacia de la comunicación.
El orden y el tiempo
Osvaldo Ferrari: –Después de haber colocado, Borges, la piedra
fundamental, después de haber fundado, como dijo usted, nuestro ciclo de
audiciones, circulamos ahora, irreversiblemente, por estas misteriosas ondas
radiales. ¿Qué opina de esto?
Jorge Luis Borges: –El diálogo es uno de los mejores hábitos del hombre,
inventado, como casi todas las cosas, por los griegos. Es decir, los griegos
empezaron a conversar, y hemos seguido desde entonces.
OF: –Ahora, en esta semana, he advertido que si usted se propuso a través
de las letras o si las letras se propusieron a través de usted un vasto
conocimiento del mundo, yo me he embarcado en un conocimiento no menos
vasto al tratar de conocer a Borges para que todos lo conozcan mejor.
JLB: –Bueno, "conócete a ti mismo", etcétera, etcétera. Sí, como dijo
Sócrates, contra Pitágoras, que se jactaba de sus viajes. Por eso Sócrates
dijo: "Conócete a ti mismo", es decir, es la idea del viaje interior, no del
mero turismo que yo practico también desde luego. No hay que desdeñar la
geografía, quizá no sea menos importante que la psicología.
OF: –Seguramente. Una de las impresiones que uno tiene al conocer su obra
y al conocerlo a usted, Borges, es la de que hay un orden al que usted
guarda rigurosa fidelidad.
JLB: –Me gustaría saber cuál es (ríe).
OF: –Bueno, es un orden que preside, naturalmente, su escritura y sus
actos.
JLB: –Mis actos, yo no sé. La verdad es que he obrado de un modo tan
irresponsable... Usted dirá que lo que yo escribo no es menos irresponsable,
pero yo trato de que lo sea, ¿no? Además, tengo la impresión de vivir... casi
de cualquier modo. Aunque trato de ser un hombre ético, eso sí. Pero mi vida
es bastante casual, y trato de que mi escritura no sea casual, es decir, trato,
bueno, de que haya algo de cosmos, aunque sea esencialmente el caos.
Como puede ocurrir con el universo, desde luego: no sabemos si es un
cosmos, o si es un caos. Pero, muchas cosas indican que es un cosmos:
tenemos las diversas edades del hombre, los hábitos de las estrellas, el
crecimiento de las plantas, las estaciones, las diversas generaciones también.
De modo que cierto orden hay, pero un orden... bastante pudoroso, bastante
secreto, sí.
OF: –Ciertamente. Pero, para identificarlo de alguna manera: ése, su orden,
se parece –me parece a mí– a lo que Mallea describió como un sentido
severo, o "una exaltación severa de la vida", propia del hombre argentino.
JLB: –Bueno, ojalá fuera propia del hombre argentino.
Conversaciones de Jorge Luis Borges con Osvaldo Ferrari
en http://www.galeon.com/borges/borges.htm
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El factor código, en su concepción más general, es sinónimo de “código
lingüístico”, es decir, la lengua natural (el español, el inglés, el francés, el mandarín,
etc.). Sin embargo, si observamos más detenidamente lo que sucede cuando nos
comunicamos veremos que no solo recurrimos a nuestros conocimientos lingüísticos
sino también a otras series de saberes sin los cuales sería prácticamente imposible
intercambiar mensajes con otros sujetos.
Todos estos conocimientos están organizados a la manera de un código, es
decir, están estructurados como un sistema de conocimientos compartidos entre
destinador y destinatario, que se activan en el intercambio. El conjunto de estos
códigos necesarios para producir/interpretar mensajes se denomina competencia
comunicativa. La competencia comunicativa de todo hablante incluye junto con el
código lingüístico, el sociocultural (que abarca los conocimientos que tenemos
acerca del mundo y de la cultura), el ideológico (que engloba tanto los sistemas de
creencias y valores que se identifican con el llamado “sentido común” como sistemas
interpretativos más formalizados e institucionalizados como, por ejemplo, las teorías
científicas) y el retórico (que reúne los conocimientos que tiene un hablante/escritor
acerca de las distintas clases de textos que conforman el universo discursivo de una
cultura).
El código sociocultural, también llamado enciclopedia, comprende los
conocimientos que tenemos acerca del mundo y de la cultura. Se trata de una
información que puede provenir tanto de la experiencia misma como de otros textos.
A través de estas dos vías, la experiencia y las lecturas, vamos internalizando
ciertos conocimientos que nos permiten desenvolvernos en el mundo social y que
proveen marcos de referencia para la comunicación. Esta clase de información no se
conserva en forma aislada sino que está ordenada a la manera de “archivos” que
tienen una estructura interna y están relacionados entre sí, son interdependientes.
Hay básicamente dos clases de archivos o “esquemas” que organizan la información
del código sociocultural: los que corresponden a situaciones y los conceptuales.
Los esquemas situacionales incluyen información sobre situaciones típicas de
la vida cotidiana como, por ejemplo, “viajar en tren” o “asistir a una clase” o “comprar
en un supermercado”. Cada esquema de este tipo incluye una cierta cantidad de
información que nos “ubica” en la situación particular a la que representa y que nos
permite generar expectativas y realizar inferencias. Por ejemplo, si un lector
encuentra en un texto el pasaje siguiente:
Mientras esperaba que Marta volviera del toilette, el mozo le trajo la
carta. A medida que avanzaba en su lectura, su inquietud aumentaba:
nunca habría imaginado que ese lugar pudiera ser tan caro.
las palabras “mozo”, “toilette”, “carta” son indicios de que estos personajes se
encuentran en un restaurante, es decir, activan en la memoria del lector el esquema
situacional “comer en un restaurante”. Por otro lado, la potencial ambigüedad de la
palabra “carta” se anula en este caso gracias a que el lector ha activado en su
memoria el marco correspondiente lo que le permitirá identificarla con su equivalente
“menú” y no con “mensaje enviado por correo”. Otro tipo de inferencias que el lector
puede realizar a partir de esta secuencia tienen que ver, por ejemplo, con el hecho
de que el protagonista no es rico o, por lo menos, que no es propenso a hacer
grandes gastos ya que se inquieta porque los precios de la carta son caros. Todos
estos conocimientos son necesarios para comprender este mensaje y forman parte
del código sociocultural.
El otro tipo de esquemas que encontramos en este código son los
conceptuales. Los esquemas conceptuales son estructuras organizadas
jerárquicamente de nociones que corresponden a distintos campos del
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conocimiento. Incluyen la información que un sujeto tiene acerca de los aspectos
físicos, naturales, sociales y culturales del mundo. La adquisición de estos
esquemas conceptuales no se produce de manera espontánea a través de la
experiencia como sucede con buena parte de los situacionales sino que es
necesario un aprendizaje específico para contar con esta información. Veamos cómo
operan los esquemas conceptuales en la comprensión de un texto como el que
sigue:
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diferentes tipos de organización de los textos (narración, descripción,
argumentación, explicación).
Los géneros discursivos son “moldes” bastante estables que pueden
caracterizarse a partir de rasgos temáticos, de estilo y de composición (de
estructura). Surgen en los distintos ámbitos de la práctica social para satisfacer
diferentes objetivos comunicativos (informar, entretener, enseñar, etc.) y su
perduración en el tiempo depende de la eficacia con la que cumplen estas funciones.
Los géneros nacen, evolucionan, se transforman y hasta desaparecen a lo largo de
la historia. Algunos son muy antiguos y tienen una vida muy prolongada como la
biografía, por ejemplo, mientras que otros surgen y desaparecen en forma
relativamente rápida como sucedió en la modernidad con la fotonovela.
Usamos el artículo femenino “las” para hablar de hormigas no sólo por una
cuestión de coherencia gramatical, sino porque la mayor parte de las hormigas
son “ellas”. A pesar de que algunas películas erróneamente nos muestran que
hay hormigas obreras de sexo masculino (por ejemplo la hormiga Z y su
compañero Weaver en Antz, o Flick en la película Bichos), todas las obreras
son hembras. Muy probablemente, la hormiga que cualquier lector haya
encontrado alguna vez era “una” hormiga, tanto gramatical como sexualmente.
Las colonias de hormigas están conformadas por una reina (o a veces
más), por miles o millones de obreras, y por algunos machos y princesas
alados cuando es la época de reproducción. La reina es literalmente una
“máquina” de colocar huevos, de los cuales saldrán larvas de hormigas que
crecerán y se transformarán en pupas. Las pupas quedarán en este estadío
hasta que sea el momento de convertirse en adultas, es decir, lo que
comúnmente conocemos como hormigas.
La reina se convierte en esa “máquina de poner huevos” después de haber
eludido muchos enemigos, inconvenientes climáticos y haber logrado fundar su
propia colonia. Pero para que esto suceda, primero debió aparearse con uno o
más machos, en general en un romántico vuelo nupcial, que puede durar entre
algunos minutos hasta algunas horas. Después del acrobático apareamiento en
el aire entre las hembras y los machos alados, los últimos mueren; ya han
cumplido su misión en la vida (cualquier semejanza con el género humano es
sólo coincidencia). La reina, a esta altura de las circunstancias, guardó
cuidadosamente todos los espermatozoides de su/s amante/s en su
espermateca, una estructura equivalente a un “banco de semen”. A partir de
allí, cada vez que permita que uno de sus óvulos sea fecundado por un
espermatozoide, nacerá una hormiga hembra. En cambio, si sólo coloca un
óvulo sin fecundar producirá un huevo “macho” (dijo la partera) que, a veces,
frente a situaciones de malaria alimenticia se convierte en un bocato di
cardinale para la reina.
23
El mensaje o enunciado es el resultado de las múltiples determinaciones
que le imponen los factores que acabamos de considerar. Según Jakobson, todo
enunciado está destinado a cumplir simultáneamente diversas funciones del
lenguaje (informar, manifestar la subjetividad del hablante, interpelar al destinatario,
establecer un contacto, etc.). Los mensajes son modelados en buena medida por las
funciones que satisfacen y, en particular, por la forma en que estas funciones se
organizan jerárquicamente en el texto. En todo enunciado siempre es posible
determinar el predominio de una función por encima del conjunto. Este predominio
se define por la orientación privilegiada del mensaje hacia uno de los componentes
del circuito de la comunicación y se manifiesta en el enunciado a través de diversas
señales o marcas.
En un mensaje orientado prioritariamente hacia el destinador predomina la
función emotiva, que se caracteriza por la presencia de distintos índices que
remiten a la primera persona gramatical (yo/nosotros) y a diversas formas de
expresión de la subjetividad (evaluaciones afectivas, éticas, lógicas). Es habitual
encontrar indicios de esta función en géneros como el artículo de opinión, la
autobiografía, la carta personal, el ensayo, entre muchos otros. El texto que sigue
una carta de lectores publicada en el diario La Nación ejemplifica el predominio
de la función emotiva en el enunciado a través de la referencia a la primera persona
del singular (“coincido”) y la proliferación de términos que manifiestan juicios de
valor:
TV y groserías
Señor Director:
"Coincido plenamente con la opinión que vierte la señora María L. Bustillo en su carta
«Radio y mal gusto». No sólo en la radio impera el mal gusto y la grosería, también los
programas de televisión muestran cómo lo absurdo y la mediocridad están instalados en
nuestra sociedad. Ergo, no se rinde honor al respeto y a los buenos modales.
"Disfrazarse de mujer es lo único que en estos tiempos parece ser el factor sobresaliente
para pretender hacer reír, pero la carencia de creatividad provoca el ridículo y la vergüenza
por la falta de ingenio."
24
Aries
21.03 al 20.04
Sin conflicto alguno en temas de trabajo, aunque poco dado a las relaciones públicas.
Amor: más perceptivo y sensible que de costumbre, absorberá las ondas que lo rodean.
Para evitar tristezas, hágase a un lado si los demás son de quejarse mucho. Dejará
atrás situaciones que lo lastiman.
Dinero: si escasea el dinero, use su imaginación. Ideará un sistema de trabajo original y
práctico a la vez que lo sacará de apuros. Haga frente a las situaciones que lo asustan.
Clave de la semana: ponga en su lugar a quien corresponda o en breve lo perjudicará.
3
La denominación “poética”, en este contexto, está empleada con sentido etimológico:
“poético/a” en griego refiere a la “poiesis” (“creación”, “composición”).
25
identificación también en este aspecto de la significación. Cuando la semejanza se
da en el plano de los conceptos nos encontramos con figuras como la metáfora, por
ejemplo. Es el caso de El que siembra vientos cosecha tempestades. En este refrán
los términos “vientos” y “tempestades” evocan la idea de “conflicto” en dos niveles
crecientes de intensidad. Traducido a lenguaje puramente referencial, este proverbio
significa “El que genera discordia, provocará grandes problemas”.
Por último, es necesario recordar una vez más que todo enunciado está
destinado a cumplir diversas funciones al mismo tiempo. En efecto, para cumplir sus
objetivos comunicativos, los mensajes deben en mayor o menor medida apelar al
destinatario, expresar la subjetividad del enunciador, referirse al mundo circundante,
garantizar la conexión entre destinador y destinatario, etc. Por lo tanto, todo mensaje
siempre engloba un complejo de funciones entre las que una puede predominar
sobre las demás pero el predominio de una función sobre las restantes no significa
que las otras estén ausentes en su composición.
a)
¿Ha estado enamorado alguna vez? Es prácticamente seguro que sí. La mayoría de la gente
sabe desde la adolescencia qué es estar enamorado y, para muchos de nosotros, el amor y el
romance aportan algunos de los más intensos sentimientos de nuestra vida. ¿Por qué se
enamoran las personas? La respuesta, a primera vista, parece obvia. El amor expresa una
atracción física y personal que dos individuos sienten el uno por el otro. Hoy en día,
podemos ser escépticos ante la idea de que el amor "es para siempre", pero solemos pensar
que enamorarse es una experiencia que procede de sentimientos humanos universales.
Parece del todo natural que una pareja que se enamora quiera realizarse personal y
sexualmente a través de su relación, y quizá mediante el matrimonio.
Sin embargo, esta situación que hoy nos parece evidente es, de hecho, bastante
inusual. Enamorarse no es una experiencia que tenga la mayoría de los habitantes del
mundo y, si la tienen, no suele vincularse al matrimonio. La idea del amor romántico no se
extendió en Occidente hasta fecha bastante reciente y ni siquiera ha existido en la mayoría
de las otras culturas.
Sólo en los tiempos modernos se ha considerado que el amor y la sexualidad estén
íntimamente ligados. John Boswell, historiador del medioevo europeo, ha señalado hasta
qué punto nuestra idea contemporánea del amor romántico es inusual. En la Europa
medieval casi nadie se casaba por amor. De hecho, existía entonces el siguiente dicho:
"Amar a la propia esposa con pasión es adulterio". En aquellos días y durante siglos los
hombres y las mujeres se casaban principalmente para mantener la propiedad de los bienes
familiares o para criar hijos que trabajaran en sus granjas. Una vez casados, podían llegar a
ser buenos amigos, sin embargo esto ocurría después de las bodas y no antes. A veces la
26
gente tenía otras relaciones sexuales al margen del matrimonio pero éstas apenas inspiraban
las emociones que ahora relacionamos con el amor. El amor romántico se consideraba, en el
mejor de los casos, una debilidad y, en el peor, una especie de enfermedad.
Hoy día nuestra actitud es casi la contraria. Con razón habla Boswell de que
"prácticamente [existe] una obsesión en la moderna cultura industrial" con el amor
romántico:
Los que están inmersos en este "mar de amor" suelen darlo por hecho [...]
En muy pocas culturas premodernas o contemporáneas no industrializadas
se aceptaría esta idea –que no suscita polémica en Occidente– de que "el
objetivo de un hombre es amar a una mujer y el de una mujer amar a un
hombre". A la mayoría de las personas de todas las épocas y lugares esta
valoración del ser humano les parecería bastante pobre (Boswell, 1995, p.
xix).
b)
Tau, Manu’a
24 de marzo de 1926
Este será mi último boletín desde Manu’a y quizás el último desde Samoa. Seguramente
partiré de Manu’a dentro de tres semanas. Y cuántos agujeros que quedan por llenar... El
ancho de una canasta, la altura de un poste, el nombre de una festividad, cómo queman
cicatrices, cómo se llama, en realidad, el hermano de la madre y cuántas hogueras se
encienden en una fiesta fúnebre. En este punto mi trabajo recuerda, ni más ni menos, un
vestido bordado con cuentas, pero bordado sólo a medias. No enviaré, por lo tanto, más
boletines. La breve tregua de que dispongo para escribir este se debe a que tuve amigdalitis y
me prohibieron caminar hasta mañana...
En la madrugada del 8 de marzo llegó un barco a Ofu y atraída por la idea de obtener
datos para mis estudios etnológicos decidí volver a él. Es un bote de remos de unos cinco
metros. A último momento llegaron corriendo dos mujeres de Fitiuta y anunciaron que
vendrán conmigo. Decidí que aunque costoso, resultaría agradable. Partimos bajo un sol
abrasador, con una tripulación de unos nueve samoanos. Las muchachas se marearon
muchísimo, pero yo apoyé la cabeza en una bolsa llena de productos envasados y con la oreja
contra una lata de salmón y la sien sobre otra de ciruelas secas, disfruté del trayecto de tres
horas por mar abierto. Las olas son impresionantes cuando se las observa desde una cáscara
de nuez como este bote. Los samoanos cantaban y gritaban sin cesar. Al cabo de un rato hubo
un aguacero y no vimos ya la tierra firme. Después lloviznó durante una hora y el crepúsculo
abrió brechas oblicuas en el horizonte. Por fin llegamos a Olesega y al "Maga", un
promontorio largo y escabroso, en un extremo del cual se ve la silueta de un hombre con las
manos levantadas y, detrás de él la figura de piedra de un niño. El aspecto de ambos es como
el de un obispo británico de la antigüedad con su acólito. En la elevación rocosa detrás de
ellos está su castillo de piedra, al cual se retiran al atardecer. La leyenda dice que es la figura
27
de un hombre que deseaba volver a Tau, pero a quien el dios Tagaloa se lo impidió y que
murió de pie en esa punta, mirando siempre en la dirección de la tierra añorada. Llegamos a
Ofu de noche y debimos caminar con trabajo por los bancos de coral para descansar en una
aldea desconocida.
La vida en Ofu se complicaba pues había hambre allí y yo tenía que proveer alimento
para mi corte, así como para mí. En cambio hay una panadería y durante diez días enteros
disfruté del pan hecho con levadura...
c)
Engaño
Freud dijo en cierta ocasión: «Quien tiene ojos para ver y oídos para oír puede estar
convencido de que ningún mortal es capaz de guardar un secreto. Si los labios permanecen en
silencio, habla con las yemas de los dedos; la delación le exuda por todos los poros»1. Cada
vez más investigadores exploran la naturaleza específica de esta hipótesis de Freud,
preguntándose cuáles son las señales no verbales particulares que delatan a una persona
cuando está tratando de engañar a alguien. Son muchas las observaciones no sistemáticas de
la impostura, tal como los «ojos esquivos» del mentiroso. El famoso abogado Louis Nizer
sugiere que los jurados pueden adjudicar impostura a los testigos que 1) mueven las piernas a
modo de tijeras cuando se les formulan ciertas preguntas, 2) miran al cielorraso (como
pidiendo ayuda), o 3) se pasan la mano por la boca antes de responder determinadas preguntas
queriendo significar: «¡Cómo me gustaría no tener que decir lo que estoy a punto de decir!»2.
Las investigaciones académicas han encontrado una variedad de conductas asociadas a
mentirosos comparándolas con comunicantes veraces. Según estos estudios, los mentirosos
adoptan un tono de voz más agudo, mantienen menos tiempo la mirada y usan adaptadores
más prolongados, menos ilustradores (menos entusiastas), más emblemas del estilo de mover
las manos (inseguridad), más adaptadores –en particular adaptadores faciales–, y menos
cabezadas, más lapsus verbales, ritmo más lento en el hablar y posiciones más lejanas en
relación con sus interlocutores. Estas investigaciones no han dado resultados siempre
coherentes, aunque los estudiosos han utilizado muchos métodos para crear una situación de
impostura con fines analíticos. Además, no disponemos de información sobre cuál de las
señales registradas, si es que hay alguna, utilizan los observadores cuando tratan de detectar la
impostura. Sin embargo, sabemos que la mayoría de las investigaciones muestran que los
observadores no entrenados pueden detectar comunicaciones engañosas de extraños sólo en la
proporción del mero azar, esto es, en un cincuenta por ciento de los casos.
Ekman y Friesen desarrollaron un marco teórico en relación con la manifestación de
señales no verbales respecto a la impostura. Centraron la atención preferentemente sobre el
rostro, las manos y los pies/piernas, ya que estos investigadores creían que si la postura fuera
tan fácil de simular, no habría sido una fuente principal de filtración (que revela una
información oculta específica) o de señales de engaño (que revelan que se está produciendo
1
Freud, S.: “Fragment of an Analysis of a Case of Hysteria (1905)”, Collected Papers, Nueva York,
Basic Books, 1959, vol. 3.
2
Nizer, L.: The Impostor. Conspiracy, Greenwich, Conn., Fawcett, 1973, pág. 16.
28
uno sin indicar la información específica). Considerando la capacidad de emisión, la
retroalimentación interna y la externa, el rostro ocupa el primer lugar en las tres dimensiones;
a continuación vienen las manos y por último los pies/piernas. La disponibilidad de señales de
filtración y engaño invierte estas pautas, y así los pies/piernas resultar ser una buena fuente de
señales de filtración y engaño; después las manos, mientras que la cara es la fuente más pobre.
Se arguye que nadie despilfarrará demasiado esfuerzo en inhibir o disimular en áreas del
cuerpo que los demás ignoran en gran parte. Igualmente importante resulta el hecho de que no
se pueden inhibir o disimular acciones en áreas del cuerpo acerca de las cuales se ha
aprendido a desdeñar la retroalimentación interna, o acerca de las cuales se recibe poca
retroalimentación externa.
d)
Cuando era un joven estudiante tenía en el piso de mis padres, en Viena, un magnífico mono
capuchino (Cebus fatuellus), de sexo femenino, al que pusimos el nombre de «Gloria». Vivía
en una espaciosa jaula, instalada en el cuarto que me servía de dormitorio y estudio. Cuando
yo estaba en casa y la podía vigilar, la dejaba libre en mi habitación; pero cuando me
marchaba, la encerraba en su jaula, en la que se aburría soberanamente y mostraba siempre
deseos de salir. Después de una ausencia algo larga, al regresar a casa un atardecer y girar el
interruptor, vi que la luz no se encendía; pero los chillidos de «Gloria», que no procedían de
la jaula, sino que bajaban de la barra de la cortina, no dejaban duda alguna acerca de quién era
el causante de la avería eléctrica. Cuando volví con una vela encendida, pude ver, estupefacto,
la escena: «Gloria» había derribado de su soporte la pesada lámpara de bronce que tenía en la
mesita de noche, la había arrastrado a través de la habitación – aunque olvidándose, como es
natural, de sacar el enchufe de su base–, la había subido hasta el acuario más alto, y con ella
golpeó y rompió, como con un ariete, el grueso cristal que hacía de tapa, de manera que la
lámpara se hundió en el agua. Ésta era la razón del cortocircuito. Entonces, o quizás antes,
consiguió abrir mi librería –extraordinaria proeza, si se tiene en cuenta la pequeñez de la
llave–, sacó los volúmenes II y IV del texto de Medicina interna, de Strümpel, llevó los libros
hasta el soporte de los acuarios, los hizo minúsculos pedazos y metió en los acuarios todos los
pedacitos de papel. En el suelo quedaban sólo las tapas vacías, sin un trocito de papel de las
páginas. En los acuarios se veían tristes actinias con los tentáculos completamente
empapelados...
¿Existe algo positivo que compense esta serie interminable de disgustos y dispendios
que supone el tener a los animales libres en la casa? Huelga tratar de las razones de método
que, para determinadas investigaciones de psicología animal, hacen indispensable disponer de
un animal de experimentación psíquicamente sano, no influido por los perniciosos efectos de
la cautividad. Independientemente de ello, el animal libre que podría escapar, pero prefiere
quedarse, y precisamente se queda por haberme cobrado afición, proporciona un placer
inenarrable. Cuando, durante un paseo por las riberas del Danubio, oigo la voz sonora del
cuervo y, a mi respuesta, el gran pájaro encoge sus alas allá en lo alto y se precipita en
29
silbante caída, frena con un hábil aletazo y se posa, con delicadeza ingrávida, sobre mi
hombro, compensa todos los libros desgarrados y los huevos de pato totalmente vaciados que
el cuervo tiene en el «debe» de su cuenta.
LORENZ, Konrad; Hablaba con las bestias, los peces y los pájaros,
Barcelona, Tusquets, 1999.
e)
CAPÍTULO 4
EXPLORACIÓN
Todos los mamíferos poseen un fuerte impulso exploratorio, pero en algunos de ellos es
más decisivo que en otros. Esto depende en gran manera del grado de especialización que
hayan alcanzado en el curso de su evolución. Si han puesto todo su esfuerzo evolucionista
en el perfeccionamiento de un particular ardid de supervivencia, no necesitan preocuparse
demasiado de las complicaciones generales del mundo que les rodea. Mientras al oso
hormiguero no le falten sus hormigas, ni al oso koala sus hojas de goma, se dan por
satisfechos y su vida es fácil. Por el contrario, los no especialistas -los oportunistas del
mundo animal- no pueden permitirse el menor descanso. Nunca pueden saber de dónde les
vendrá la próxima comida, y tienen que conocer los rincones, aprovechar todas las
posibilidades y vigilar atentamente el paso de la suerte. Tienen que explorar y seguir
explorando. Tienen que investigar y seguir comprobando. Tienen que poseer un alto grado
de curiosidad.
Pero no se trata solamente de la cuestión de la comida: la propia defensa puede
exigir lo mismo: los puercoespines, erizos y mofetas pueden andar de un lado a otro
haciendo todo el ruido que quieran, sin temor a los enemigos; en cambio, el mamífero
desarmado tiene que estar constantemente alerta. Debe conocer las señales de peligro y las
rutas para escapar. Para sobrevivir, tiene que saber con todo detalle el camino de su casa.
Mirando de este modo, puede parecer bastante absurdo no especializarse. ¿Por qué
tienen que existir los mamíferos oportunistas? La respuesta es que existe un grave
obstáculo en la vida del especialista. Todo va bien mientras funciona el aparato especial de
supervivencia, pero si el medio experimenta un cambio importante el especialista se
30
encuentra en un atasco. Si se ha adelantado considerablemente a sus competidores, el
animal se habrá visto obligado a realizar cambios esenciales en su estructura genética, y no
podrá volver atrás con la necesaria rapidez cuando se produzca la catástrofe. Si
desapareciesen los bosques de árboles de la goma, el koala perecería. Si un animal
carnicero de fuertes dientes lograse masticas las púas del puercoespín, éste se convertiría
en presa fácil. El oportunista tendrá siempre una vida dura, pero podrá adaptarse
rápidamente a cualquier cambio súbito del medio. Quitad sus ratas y ratones a la mangosta,
y pronto empezará a comer huevos y caracoles. Quitadle a un mono sus frutas y sus
nueces, y comerá raíces y pimpollos.
Entre todos los animales no especializados, los monos son quizá los más
oportunistas. Como grupo, se han especializado en la no especialización. Y, entre los
cuadrumanos, el mono desnudo es el más oportunista de todos. Esta es, precisamente, otra
faceta de su evolución neoténica. Todos los jóvenes monos son curiosos, pero el impulso
de su curiosidad tiende a menguar al convertirse en adultos. En nosotros, la curiosidad
infantil se fortalece y se extiende a nuestros años maduros. Nunca dejamos de investigar.
Nunca pensamos que sabemos lo bastante para ir tirando. Cada respuesta nos lleva a otra
pregunta. Este ha sido el más grande ardid de supervivencia de nuestra especie.
f)
Opinión
EDITORIAL
31
Si bien el conjunto de los estudiantes carece de metodologías para estudiar y expresar
adecuadamente los conocimientos, este problema se agrava entre los adolescentes que
concurren a las escuelas más alejadas, en las cuales los chicos parecen menos conscientes
de las fallas de la educación que reciben.
32
El paratexto
El paratexto es todo aquello que acompaña y rodea al texto (para en griego significa
“junto a”, “al lado de”) y que lo transforma en libro y le permite circular públicamente.
Se considera parte del paratexto tanto a la tapa, la contratapa, la solapa y las
ilustraciones de un libro, diario o revista, como al diseño gráfico y tipográfico, el formato
y el tipo de papel, es decir, al soporte material del texto. También se incluyen en él los
prólogos, notas, epígrafes, dedicatorias, índices, apéndices, resúmenes y glosarios.
Como señala Maite Alvarado1: “Podríamos decir que el paratexto es lo que queda de
un libro u otro tipo de publicación sacando el texto principal.” Por su parte Gérard
Genette 2 lo define como un aparato montado en función de la recepción –es decir, de
la actividad de los lectores– que tiende a orientar su práctica y producir lecturas
pertinentes.
En efecto, el paratexto ofrece al lector una primera aproximación al libro cuya
lectura va a iniciar. Una exploración de sus características le permite formular hipótesis
que anticipan y enriquecen la lectura.
Las consignas siguientes proponen realizar una serie de operaciones de
descripción e interpretación de los paratextos de un conjunto de libros que tocan
diferentes temas relacionados con la historia argentina.
TÍTULO
AUTOR
EDITORIAL
ILUSTRACIÓN
3
CONTRATAPA
SOLAPAS
PORTADA/
POSTPORTADA
1
ALVARADO, Maite ; Paratexto, Enciclopedia Semiológica, Buenos Aires, Oficina de
publicaciones del CBC, UBA, 1994, (1ª edición), p. 13
2
GENETTE, Gérard ; Seuils, Paris, Éditions du Seuil, 1987, p. 8
3
Indicar la función que cumple el texto que aparece en la contratapa (informar sobre
características de la obra, el autor, la colección a la que pertenece el libro, entre otros).
33
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40
41
42
43
2. Confeccionar la referencia bibliográfica de cada uno de los libros según el
modelo :
3. Paratexto e imagen
A propósito del aspecto visual de los libros, Maite Alvarado señala lo siguiente:
“Cuanto más avanza el imperio de lo audiovisual, más importancia asumen los
componentes materiales e icónicos del paratexto. En cuanto el texto se hace
público, deja de bastarse por sí mismo y reclama la puesta en juego de una
estrategia orientada a "captar" y satisfacer las exigencias de ese receptor plural.
Con el auge de la imagen, los textos impresos deben "entrar por los ojos" para
poder competir en el mercado de las comunicaciones y el consumo cultural.”4 Por
otra parte, Roger Chartier5 sostiene que el diseño tipográfico puede interpretarse
como un índice de la representación que el editor se hace de las competencias
lectoras del público al que se dirige.
Comparar la gráfica de los dos libros sobre Juan Manuel de Rosas teniendo en
cuenta estas observaciones
4
ALVARADO, Maite ; Op. cit. p. 27
5
CHARTIER, Roger ; Pratiques de la lecture, Paris, Éditions Rivages, 1985, p.80.
44
Índice y bibliografías
45
Primera página del índice de
Breve historia contemporánea de la Argentina
46
Segunda página del índice de
Breve historia contemporánea de la Argentina
47
Índice analítico (primera página) de
Breve historia contemporánea de la Argentina
48
Bibliografía (primera página) de
Breve historia contemporánea de la Argentina
49
Bibliografía (cuarta página) de
Breve historia contemporánea de la Argentina
50
Índice
Prólogo........................................................................................................... 7
“Mi empresa es alta...”............................................................................... 11
1. El país en la posguerra................................................................... 15
La Argentina.................................................................................... 16
El mundo......................................................................................... 23
3. La euforia y el derroche................................................................. 95
Los preludios................................................................................... 96
Las nacionalizaciones...................................................................... 98
El Estado empresario...................................................................... 107
El agro y el IAPI............................................................................. 117
La industria mimada....................................................................... 125
Los saldos y los juicios................................................................... 129
51
5. La oposición.................................................................................... 169
Los masacrados............................................................................... 170
Los radicales..................................................................................... 182
La política dura................................................................................. 186
La debilidad de la oposición.......................................................... 189
6. El Congreso..................................................................................... 193
Un laborioso congreso................................................................... 193
Las mayorías peronistas.................................................................. 196
Las minorías y el “Bloque de los 44”............................................ 202
La libertad que divide 206
9. Él y Ella............................................................................................ 279
La historia privada de Juan Perón................................................ 279
Perón, en carne y hueso................................................................. 284
Un venezolano cuenta................................................................... 287
Evita, en hueso y carne.................................................................. 291
El viaje.............................................................................................. 301
La fundación..................................................................................... 305
Él y Ella; Ella y Él........................................................................... 308
52
10. Ellos y ellas....................................................................................... 313
Estar cuidados.................................................................................. 313
Las múltiples formas de la felicidad.............................................. 318
Ir al cine............................................................................................ 323
Su majestad la radio y otras delicias.............................................. 326
Las luces que se apagan.................................................................. 328
53
5. Añorando la fiesta............................................................................. 449
Los años perdidos............................................................................ 451
Después de las elecciones, sí.......................................................... 457
54
2. Adiós a Evita.................................................................................... 577
Las postreras jornadas..................................................................... 577
El país sin ella................................................................................... 586
5. Provinciana....................................................................................... 613
La segunda generación.................................................................... 613
Panorama de las provincias............................................................ 614
Mercante............................................................................................ 621
Hacia la uniformidad....................................................................... 625
55
La gran redada...................................................................................... 709
Perdones inducidos............................................................................. 714
La estrecha apertura............................................................................ 720
Bienvenido, mister Milton.................................................................. 722
La tierra y los capitales........................................................................ 730
El calvario socialista............................................................................ 737
Los conservadores............................................................................... 746
Los radicales......................................................................................... 750
Amnistía, pero poca............................................................................ 753
Un año mejor....................................................................................... 757
La solidez y la corrupción.................................................................. 763
Viudo y huérfano................................................................................. 768
56
Los juegos de la insinceridad......................................................... 924
Las voces opositoras....................................................................... 931
La última vez desde el balcón........................................................ 938
“Intermezzo” personal................................................................... 945
Conspiración.................................................................................... 947
La revolución de septiembre......................................................... 954
Perón en esos días........................................................................... 958
Notas.............................................................................................................. 989
Sobre fuentes, bibliografía y agradecimientos...................................................... 995
57
Índice de Rosas de Antonio Dellepiane
58
Índice de Rosas de Antonio Dellepiane
59
Índice de Rosas de Antonio Dellepiane
60
Bibliografía de Juan Manuel de Rosas, presidente
de los porteños y señor de los gauchos
61
Índice de Juan Manuel de Rosas, presidente
de los porteños y señor de los gauchos
5. Armar una bibliografía con los títulos de los libros que integran este
corpus.
62
El prólogo
6. “La mayoría de los prólogos cumplen- según Alvarado- con dos funciones
básicas, que comparten con las contratapas, aunque la dominancia de una
sobre otra es inversa en ambos: una función informativa e interpretativa
respecto del texto y una función persuasiva o argumentativa, destinada a
captar al lector y retenerlo.” Leer atentamente el prólogo a Perón y su
tiempo. ¿Qué funciones cumple? Justificar con ejemplos tomados del texto.
Prólogo
63
Pero esta no es mi cuerda. Trato de prescindir de los "marcos
teóricos", para hacer accesible a todos la evocación de procesos que
son de todos y a todos atañen. Por otra parte, este es un libro
argentino, como lo son los anteriores; quiero decir que no puedo ni
quiero competir con esos admirables investigadores norteamericanos
o europeos que vienen a escribirnos nuestra historia. Yo aspiro, más
bien, a evocar y transmitir vivencias, la sustancia viva de los
procesos, porque no quiero quedarme en la posición de un observador
de fenómenos de probeta. Lo cual implica un mayor riesgo de error:
como nunca he recibido apoyo de instituciones oficiales o privadas,
nacionales o extranjeras, ni jamás he sido becario ni conté con ayuda
alguna de fundaciones, universidades o consejos de investigaciones,
puedo haber incurrido en fallas, omisiones o errores. La labor
historiográfica que ahora empiezo a concluir fue llevada a cabo,
además, hurtando mi tiempo a trabajos pro pane lucrando y
también a emprendimientos intelectuales que me fueron seduciendo a
lo largo de mi vida. Por consiguiente, estoy dispuesto a reconocer
todos los lunares que aparezcan también en esta obra, muy a mi
pesar.
Pero si aquellos quehaceres me impidieron concentrarme
totalmente en la tarea que se define a través de los volúmenes que he
mencionado al principio, al mismo tiempo me gratificaron
maravillosamente al aportarme la compañía y el estímulo de grandes
públicos. A esos anónimos cómplices debo expresar mi profundo
reconocimiento. Fueron ellos mi único apoyo y no necesito otro para
concluir lo que comencé, tal vez con sobrada audacia, cuando era un
muchacho de veintitantos años y me propuse reconstruir la historia
contemporánea de la Argentina sufriéndola y gozándola como un
protagonista más de sus lustros.
Perón y su tiempo está inspirado en la intención de
comprender los años argentinos marcados por la primera y segunda
presidencia del líder justicialista. Comprender, digo, y no es poco.
Porque en la época que voy a describir en estas páginas yo militaba
en un partido opositor, y mi actitud, como la de tantos jóvenes
universitarios, era de una cerrada negativa a todo lo que viniera de
un régimen que aborrecíamos. Ahora que el tiempo hace posible una
perspectiva más ancha, la reconstrucción de aquellos procesos puede
hacerse sobre bases de comprensión que entonces no tuve.
Esto no quiere decir que haya elaborado una posición única
sobre el poder peronista de aquellos años. Ya se verán, en el curso de
las páginas siguientes, las valoraciones que formulo según mi leal
saber y entender. Pero historiar, insisto, significa comprender; no
necesariamente condenar o absolver. Quien, como yo, vivió con
intensidad y compromiso aquella época, debe hacer un gran esfuerzo
64
para despersonalizar sus recuerdos y evitar que las experiencias
individuales pesen sobre su espíritu crítico. Desde ya declaro que he
tratado de superar todo cuanto pudiera haber pesado ilegítimamente
sobre mis criterios de valor. Pero esto no me ha llevado a hacer una
obra aséptica. Soy un argentino, y aquellos tiempos no fueron sólo
los de Perón: también fueron míos. Por otra parte, mi relato no
puede dejar de contener una preocupación ética, pues de mis ancestros
yrigoyenistas rescato la convicción de que ética y política no pueden
correr por caminos separados.
Para decirlo de una vez: he querido componer una obra que,
sin dejar de ser respetuosa con los hechos y las precisiones, esté
revestida de la carne y la sangre, la naturaleza vital y desbordante
con que se fue haciendo mi país en aquellos años. Con errores y
aciertos, con grandezas y canalladas, con intenciones levantadas y
propósitos mezquinos: en suma, con el color y el olor de la época, a
la que no puedo mirar como un fenómeno desinfectado y remoto sino
como parte del secular esfuerzo de mi pueblo por ser Nación.
Entonces, siento que me meto en un territorio parecido al que
describían los viejos mapas medievales cuando presentaban comarcas
desconocidas y se limitaban a ofrecer esta leyenda: Hic sunt
Leonis. Los dominios en los que voy a introducirme están llenos de
leones, y también de alimañas menos nobles; están en ambas bandas
los que se empeñan en exaltar a toda costa a Perón y sus obras, y
los que a toda costa quieren invalidar al líder justicialista y sus
realizaciones. Han de tirarme tarascones y dentelladas a lo largo de
mi camino y no digo que no los tema; pero el compromiso que he
asumido conmigo mismo es demasiado riguroso para desistir de
recorrerlo hasta el final.
Este prólogo es excesivamente personal, como lo será el epílogo.
Pido que se me perdone: el presente volumen culmina un trabajo de
tres décadas y es, sin duda, el más difícil. Por su naturaleza, por sus
implicancias y también por lo que significó en mi propia vida el
tiempo de Perón. Un tiempo que pasó y cuyo ciclo histórico está
cerrado, pero cuyas proyecciones subsisten. Si estoy tratando de
reconstruirlo, pese a las dificultades que lo erizan, es porque quiero
ayudar a mis paisanos a pensarnos a partir de nuestra historia, aun
de una historia tan conflictiva como la que forma la materia de las
páginas que van a leerse.
65
7. Este fragmento corresponde al prólogo de uno de los libros cuyos
paratextos han sido explorados, ¿a cuál de ellos? Justificar la respuesta
con los indicios recogidos en la exploración de los paratextos.
El epílogo
66
Consignas de trabajo
a)
b)
c)
Título: Amor líquido
67
2. Escribir la contratapa de los libros analizados en la consigna anterior.
a) GIL CALVO, Enrique; El poder gris. Una nueva forma de entender la vejez,
“Arena abierta”, Barcelona, Grijalbo, 2003.
d) DICK, Philip K.; ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Madrid,
Edhasa, 2011.
CUESTIONARIO
68
4. Visitar los sitios web de las editoriales que se listan más abajo, recorrer
sus presentaciones institucionales, sus catálogos, sus elencos de autores,
sus recomendaciones y las listas de sus libros más vendidos y, a partir de
esa información, caracterizar el tipo de editorial (académica, especializada
en una disciplina particular, literaria, etc.) y las clases de lectores a los que
se dirige principalmente.
69
70
Oralidad
y escritura
Con frecuencia, la escritura suele ser considerada como un código secundario cuya
función consistiría simplemente en registrar o reflejar la producción oral. Sin
embargo, un análisis de las características de la oralidad y de la escritura permite
ver que no se trata de una relación de mero reflejo sino de dos tipos de producción
lingüística con especificidad propia.
La primera gran diferencia entre ellas –a la que ya nos referimos en la unidad
no 1– deriva de los contextos en los que se desarrollan. En la comunicación oral los
participantes comparten un mismo contexto espacio-temporal (o, al menos,
temporal): la oralidad requiere de la actividad simultánea de los interlocutores. En
esta forma de interacción los gestos, las miradas, los silencios que acompañan a la
palabra permiten al hablante evaluar el efecto que causa en el destinatario y, gracias
a esta retroalimentación, puede regular su discurso a medida que lo va produciendo.
La comunicación escrita, en cambio, se da en forma diferida y a distancia. Se trata
de una comunicación “en ausencia” del destinatario. Por esta razón el escritor debe
crear una imagen virtual del lector, que le servirá de orientación a lo largo del
proceso de escritura. Por otra parte, el hecho de que escritor y lector no comparten
un mismo contexto situacional, es decir, que no están en contacto directo, exige al
texto escrito un mayor grado de explicitación dado que el lector no cuenta con la
posibilidad de preguntar o pedirle explicaciones al autor, y el texto, entonces, debe
“valerse por sí mismo” para poder ser comprendido.
El discurso oral se despliega en el tiempo y, por lo tanto, está
necesariamente vinculado a la sucesión y la linealidad. A diferencia de lo que
sucede con un escrito, por el que la vista puede desplazarse en diferentes
direcciones y al ritmo impuesto por el lector, el oyente no puede “recorrer” distintas
secciones del discurso para detenerse en alguna en particular o encontrar una frase
que desee volver a escuchar. Incluso con los medios de grabación modernos, el
discurso sigue estando cautivo del hilo temporal y, por ende, de la sucesión. La
escritura, en cambio, al fijar la palabra en el espacio, la libera del tiempo y permite a
los sujetos volver una y otra vez sobre las ideas objetivadas por los signos gráficos.
Desde el punto de vista de la producción, la urgencia que impone al hablante
la situación de comunicación oral muchas veces no le da tiempo suficiente para
encontrar la forma más apropiada. La limitación temporal incide sobre la capacidad
de memoria tanto del productor como del destinatario y esto influye, por ejemplo,
sobre la selección de palabras, que evidencian menor precisión, más ambigüedad, y
la construcción de las oraciones, que suelen ser más breves y menos complejas que
en un escrito y tienden a acumular las unidades de información en lugar de
establecer relaciones explícitas entre ellas. Además, diversos factores pueden
afectar la producción (distracción, errores, vacilaciones, problemas de articulación,
cambios de estrategia sobre la marcha) que fracturan el hilo del discurso. Es por
esto que el discurso oral es siempre provisorio, se muestra “en proceso” y, por lo
tanto, revela las “imperfecciones” típicas de esta forma de textualidad: repeticiones
innecesarias, falsos comienzos, frases inconclusas, debilitación de la coherencia,
entre otros rasgos.
La escritura, en cambio, permite al productor tomar decisiones más reflexivas
sobre la elaboración del discurso. Al no estar urgido por la necesidad de producir
espontáneamente, el escritor puede tomarse el tiempo necesario para planificar el
texto y articular sus ideas con mayor precisión. Como consecuencia, en un escrito
71
las conexiones lógicas entre las proposiciones suelen ser explícitas, el vocabulario
más rico y variado, y la sintaxis considerablemente más compleja ya que, por otra
parte, el escritor sabe que su lector podrá derivar por el texto según sus necesidades
y releer aquellos pasajes más exigentes.
Finalmente, la oralidad y la escritura deben también sus rasgos distintivos a
la naturaleza del canal en el que se materializan. El significante de la oralidad es el
sonido aunque la comunicación oral también se apoya en una serie de signos
paralingüísticos percibidos a través de la visión (gestos, miradas, movimientos
corporales) que completan el mensaje. El escrito se vale únicamente de la materia
gráfica que se asocia a sistemas como el de la ortografía y la puntuación, destinados
en parte a representar visualmente algunas de las características de la oralidad
(como sucede con los signos de interrogación y exclamación, por ejemplo) y a
orientar la actividad de lectura e interpretación del texto.
Oralidad Escritura
contexto
canal //
material
significante
características
formales
72
2. La siguiente transcripción corresponde a un fragmento de una entrevista
al escritor argentino Marcelo Cohen realizada en diciembre de 2004.
Transformar este fragmento de discurso oral en un texto escrito para ser
leído: agregar todas las marcas gráficas necesarias (signos de
puntuación, acentos, mayúsculas) y eliminar las huellas de oralidad.
Leer y escribir
73
Acerca de la puntuación
3. Lean atentamente el siguiente fragmento de Perdón, imposible de José
Antonio Millán
Nos surge aquí una segunda razón para la puntuación: hacer que pasajes que
admitirían distintas lecturas […] se decanten hacia una de ellas. Como muchas
decisiones en el uso de sus signos, esta función exige que quien escribe se ponga al
mismo tiempo en el papel del que lee.
[…]
Además, debemos a la puntuación el conocimiento de lo que podríamos
llamar la macroestructura del texto: su división en párrafos, y dentro de los
párrafos en oraciones. Sabemos a través de ella qué ideas el autor consideró que
podía unir (porque eran similares, o por la relación que mantenían entre sí) y
cuáles quiso dejar aisladas. La puntuación transmite así la estructura lógica del
texto.
La puntuación también nos ayuda a saber cuál es la postura del autor ante lo
que dice: si expresa algo con ironía o con escándalo, con temor, ansiedad o duda,
con vacilación, como súplica o con sorpresa, con pudor, con reticencia o con ánimo
de ofender, si habla por sí mismo o si reproduce las palabras de otro... El problema
es que la lengua escrita no tiene recursos suficientes para recoger con un signo
distinto cada uno de estos matices, ni tampoco abarca todo el amplísimo abanico
de emociones y sentimientos humanos. Como dice un buen experto en el tema,
José Martínez de Sousa: «Por ejemplo, en esos casos en que decimos: “Lo ha dicho
con recochineo”. […] ¿Cómo se manifiesta el recochineo en lo escrito?». Este es un
terreno en el que ni siquiera los más furiosos experimentalistas del lenguaje han
osado entrar. Hablando de cómo los poetas de vanguardia abolieron la
puntuación […], Borges comentó: «Hubiera sido más encantador el ensayo de
nuevos signos: signos de indecisión, de conmiseración, de ternura, signos de valor
psicológico o musical».
MILLÁN, José Antonio; Perdón, imposible.
Guía para una puntuación más rica y consciente,
Buenos Aires, Editorial del Nuevo Extremo, 2005
74
a) ¿Qué funciones cumple la puntuación, según J. A. Millán?
75
Como el testamento no tenía puntuación, cada uno de los mencionados intentó
salir favorecido puntuándolo según su conveniencia. ¿Cómo lo hicieron? Escribir
las cuatro versiones de los “herederos”.
a)
76
legal de la radiodifusión en cuanto a los requisitos que impedían que las empresas
propietarias de medios gráficos accedieran a las licencias. El proceso de
privatización de los canales abiertos impulsado en la etapa menemista originó
profundos cambios en la televisión argentina. Actualmente, todos los canales
continúan en manos privadas, con la excepción de Canal 76.
b)
También es cierto que muchas empresas, sobre todo las multinacionales, ofrecen
una doble cara: de empresas "verdes" cuando miran hacia los países desarrollados
y de tenaces expoliadoras ambientales cuando actúan en los países pobres. No son
pocas las firmas que ante la presión de las leyes ambientales de sus países de
origen han trasladado sus fábricas a otros países menos exigentes al respecto. O
que han chantajeado a Estados que estaban adquiriendo una cierta conciencia
ambiental con la amenaza de irse si se le aplicaban leyes de regulación. Las
empresas han sido las grandes actrices en el drama ambiental, sobre todo en lo
referido a la explotación de los recursos naturales y en la producción de elementos
contaminantes. Es por eso que empresas, Estados y organizaciones ambientalistas
libran una verdadera batalla que abarca todo el mundo. Los enfrentamientos son
diversos, las alianzas cambiantes, las traiciones son más frecuentes que las
lealtades y la corrupción más generalizada que la honradez. Todo aparece rodeado
por una nube de informaciones -todas supuestamente ciertas y objetivas- generadas
por los diferentes actores; en todos los casos hay por supuesto exageraciones,
acusaciones, mentiras y verdades a medias. La mayoría de la población asiste a
este espectáculo con una mezcla de hastío, incredulidad y desinterés, algo que
confirma el poco glamour que ostenta el tema ambiental en general. Hasta hace
relativamente poco se pensaba que las relaciones de la sociedad y su ambiente se
resolvían en un gradiente de escalas que iba de lo local, definido por la acción de
un grupo social reducido en un territorio circunscrito y un ambiente específico, a lo
regional (agrupaciones sociales medianas con territorios más amplios y afectando
ambientes diferentes, como es el caso de la agricultura) y lo continental (grandes
poblaciones y actividades múltiples que afectan múltiples ambientes). Pero en los
últimos tiempos ha aparecido una nueva escala para la cuestión ambiental, la
6
IGLESIAS, Mariana: "Programación televisiva: 1980-1995. Análisis de los últimos quince
años de la televisión argentina a través de sus géneros". Tesina de Grado. Universidad
de Buenos Aires. 1995. BUERO, Luis: Historia de la televisión argentina contada por sus
protagonistas desde 1951 hasta 1996. Universidad de Morón. 1998.
77
podríamos llamar la escala global. La sumatoria de nuevas y múltiples actividades,
la aparición de empresas gigantescas, el incremento del uso de los motores y
maquinarias que queman combustibles fósiles y emiten grandes cantidades de
gases, la ampliación de las áreas de cultivo y la paralela deforestación, y el
incremento de la cantidad de ganado, aumentó la proporción de los gases que
hemos llamado de "efecto invernadero". Esto aparentemente se ha traducido en un
ascenso de la temperatura de la superficie de la Tierra. La situación produjo
consecuencias todavía no bien evaluadas, pero nunca positivas. Al mismo tiempo
el uso masivo de algunos gases raros (como el freón) impactó negativamente sobre
la capa de ozono ubicada en la alta atmósfera. Dicha capa tenía como función
filtrar los nocivos rayos ultravioletas. Estos dos problemas tienen una extensión
global y han puesto un nuevo signo de interrogación sobre el tipo de relaciones que
establecemos con nuestro ambiente, y con unas notas nuevas y difíciles: si bien
está claro que en alguna medida todos somos responsables de esos problemas
globales, hay sociedades que han contribuido mucho más que otras a generar ese
trastorno. Sin embargo todos los sufrimos. ¿Quiénes deberían ser entonces los
principales encargados de solucionarlos? Los interrogantes se acumulan. Por caso,
¿los países que contribuyen poco a estos problemas tienen que reducir también sus
emisiones aun a costa de desacelerar sus economías? Y a eso se agrega otro tema
igualmente importante: ¿quién soluciona los problemas ambientales globales en un
mundo fragmentado en Estados, cada uno de los cuales tiene sus propias leyes
regulato-rias del ambiente? ¿Existe un organismo internacional efectivo de
regulación ambiental? ¿Yqué pasa cuando alguno de los grandes generadores de
los problemas globales -llámese Estados Unidos o China-, en nombre de no
detener el crecimiento económico, no se muestra dispuesto a aceptar esta
responsabilidad? Volveremos sobre estos temas en las páginas siguientes.
78
Los procesos
de la escritura
7
FLOWER, L. Y J. HAYES; "Teoría de la redacción como proceso cognitivo", en Textos en
contexto, Buenos Aires, Lectura y vida, 1996.
79
despliegan en toda tarea de composición escrita. Según estos autores este modelo
consta de dos factores (uno externo al sujeto: el contexto de trabajo y otro interno: la
memoria a largo plazo) vinculados a través de una serie de procesos que interactúan
entre sí. Estos procesos no se desarrollan “por etapas”, siguiendo un orden lineal,
secuencial, sino que se dan en forma recursiva ya que pueden recomenzar una y
otra vez, y con un alto grado de inserción unos en otros (como lo indican las flechas
en dos direcciones que conectan los distintos componentes). El modelo en
cuestión es el siguiente:
Contexto de trabajo
Problema
retórico Texto
producido
tema hasta el
destinatario momento
finalidad
Memoria a Procesos de redacción
largo plazo
del escritor Planificación Revisión
MLP
generar ideas Puesta en
texto evaluación
organizar
conocimiento
determinar edición
del tema,
destinatario y metas
planes de
redacción
(Códigos/
Competencia
comunicativa) Control
80
ejercen a través de los distintos tipos de texto. El escritor tiene dos problemas
principales en relación con la memoria: cómo localizar la información pertinente (en su
memoria o en otro sistema de registro) y cómo adaptarla a las exigencias del
problema retórico que se le plantea. En este sentido, los modelos textuales disponibles
en la memoria de largo plazo (cuento, monografía, crónica periodística, artículo de
investigación, etc.) resultan fundamentales para el desarrollo de las actividades de
planificación y de revisión. En efecto, una de las dificultades que enfrentan los
escritores no-expertos se debe a que no disponen (todavía) de estos modelos textuales
(tienen un manejo limitado del código retórico) y tampoco han automatizado un cierto
número de saberes más elementales (gramaticales, ortográficos, sintácticos). Esto
hace que deban dedicar una parte importante de su atención a resolver estos
problemas lingüísticos a medida que redactan el texto, lo que afecta la composición en
su conjunto ya que la capacidad de tratamiento de cualquier tema es limitada.
Los procesos involucrados en la escritura son tres: planificación, puesta en
texto y revisión. Estos, a su vez, incluyen una serie de subprocesos.
La planificación comprende la generación y organización de ideas y la
determinación de metas y objetivos. Es importante tener en cuenta que no hay que
pensar a la planificación solamente como un proceso anterior a la redacción, ni
siquiera a la revisión ya que de ésta pueden surgir una o más modificaciones a la
planificación.
En la puesta en texto se pone en palabras las ideas generadas previamente
de acuerdo con un plan textual más o menos preciso. En el curso de este proceso
intervienen las determinaciones impuestas por la gramática de la lengua. Cuanto
menos experto es el escritor en el manejo del código lingüístico, mayor será su
dificultad para resolver esta tarea y mayor será también la atención que deberá
prestarle. Esta asignación de esfuerzo especial a las operaciones redaccionales
puede disminuir la atención que se dedique a la tarea de planificación, por ejemplo.
La revisión, al igual que la planificación, es recurrente en el proceso de
composición. El escritor revisa tanto el texto ya escrito como los planes textuales. La
revisión comprende dos subprocesos: evaluación y edición. En la evaluación se
verifican el ajuste del texto al problema retórico planteado por la tarea de escritura y al
plan trazado, y su adecuación a las reglas gramaticales y ortográficas. La edición
tiende a solucionar estos problemas y puede afectar al texto local o globalmente. Las
operaciones de edición podrían describirse, según el modelo que ofrece el procesador
de texto, como operaciones de borrado o supresión de elementos, agregado o
inserción, desplazamiento a lo largo del sintagma, y una combinación de los dos
primeros: la sustitución).
El proceso de control monitorea y regula el funcionamiento y la interacción
de los demás procesos. El escritor puede ser consciente de este control e
incorporarlo al proceso de planificación en forma de autoinstrucciones.
Es necesario tener en cuenta algunas observaciones a propósito de este
modelo: en primer lugar, este gráfico pretende mostrar de manera estática una
actividad eminentemente dinámica, se trata, por lo tanto, de una abstracción y no de
una imagen que represente lo que pasa efectivamente cuando un sujeto escribe un
texto. En segundo lugar, es fundamental tener presente que el proceso de la
composición es recursivo, es decir que no se desarrolla de manera lineal, por etapas,
sino que, a cada paso, las necesidades de la tarea pueden reiniciar el proceso
nuevamente. De la revisión puede surgir la evidencia de que el texto producido hasta
el momento no se adecua a la representación que el escritor hizo del problema
retórico y esto puede llevarlo o bien a modificar parcialmente el texto o a rever su
planificación o a buscar más información que le permita redefinir su problema retórico.
Por otra parte, se ha señalado que una de las fallas o debilidades de este modelo
reside en el hecho de que presupone que todos los escritores “funcionan” igual a la
81
hora de escribir. En este sentido, Marlene Scardamalia y Carl Bereiter8 sostienen que
los escritores experimentados no resuelven los problemas de escritura de la misma
manera que los inexpertos y que, para dar cuenta de esta diferencia es necesario
diseñar dos modelos distintos de los procesos de composición. Según estos autores,
los escritores no expertos prácticamente no elaboran esquemas ni planes previos a la
escritura, concentran su atención en la generación de contenidos en lugar de
detenerse a considerar los problemas y objetivos que les plantea su tarea, no revisan
globalmente sus textos ni producen reformulaciones extensas que impliquen una
reorganización de los temas tratados y, en cambio, tienden a trasladar los materiales
directamente de sus fuentes sin alterar el orden original. El proceso de escritura
seguido por los escritores no expertos consiste, entonces, en “decir el conocimiento”,
esto es, trasladar al papel lo que ya saben o lo que han encontrado en alguna fuente
sin que medie una elaboración personal. Este tipo de estrategias, que suelen
desplegarse en forma bastante lineal, pueden funcionar eficazmente en la transmisión
de experiencias o emociones personales o en el relato de hechos en los que el mero
recuerdo de contenidos relacionados con un tema dado desencadena la generación
del texto. Con frecuencia, además, el resultado de este proceso de “decir el
conocimiento” coincide con lo que Flower caracteriza como “prosa orientada hacia el
escritor”, es decir, una escritura que refleja el curso del pensamiento del que escribe
en vez de adaptarse al curso de pensamiento del lector.
Los escritores expertos, en cambio, cuando escriben “transforman su
conocimiento”. Esta transformación es posible gracias a que estos productores
pueden considerar y controlar conscientemente, durante el proceso de composición,
dos clases de problemas: los que se relacionan con el contenido, por un lado, y los
que tienen que ver con las determinaciones retóricas que impone la tarea de escritura,
por otro. Esto significa que cuando compone, el escritor experto no se limita a volcar
sobre el papel lo que sabe sino que evalúa, selecciona y organiza los contenidos en
función de la interpretación que hace del problema retórico que le planteado la tarea y
que exige, como vimos, la capacidad para determinar los objetivos del escrito, definir
la orientación hacia un destinatario y adecuarlo a un modelo textual (a un género
discursivo). Es esta interacción entre contenido (qué decir) y código retórico (cómo
decirlo) la que da lugar a la transformación del conocimiento del escritor.
Finalmente, es importante notar que estos modelos resultan productivos en la
práctica de la escritura en la medida en que permiten objetivar el proceso de
composición y reflexionar sobre él a la vez que ofrecen una guía que puede
orientarnos en las tareas que es necesario resolver cuando producimos un texto. Por
otra parte, también suelen ser de utilidad para autoevaluar la propia escritura, para
identificar logros y dificultades a la hora de escribir.
8
SCARDAMALIA, M. Y C. BEREITER; “Dos modelos explicativos de los procesos de composición
escrita” en Infancia y aprendizaje, 1992, Nº 58, 43-64.
82
Consignas de trabajo
83
2. Generar ideas
3. Planificar
84
Editar
preposición sobrante Pienso de que no debería ser Pienso que no debería ser
(dequeísmo) así. así.
[Prep]
Dijo de que vendría. Dijo que vendría.
palabra mal ubicada Solo una cadena es fuerte si Una cadena es fuerte solo si
[L]/[CL] sus eslabones lo son. sus eslabones lo son.
error ortográfico Hacia dos horas que estaba Hacía dos horas que estaba
tildación afuera. afuera.
85
error ortográfico El estado debe ocuparse de la El Estado debe ocuparse de
uso de mayúsculas educación. la educación.
86
Construcciones de Esto se refleja en la poca Esto se refleja en la poca
relativo sensibilidad de la población sensibilidad de la población
cuyo [S] para con aquellos, que por para con aquellos cuya
diversos motivos, se ve movilización se ve
obstaculizada en diferentes obstaculizada por diversos
grados su movilización. motivos y en diferentes
grados.
87
orden de palabras en la Cuando un hijo es testigo del Cuando un hijo es testigo
oración fracaso en diversos ámbitos del fracaso de su padre en
[S] [P] de su padre, ya sea en la diversos ámbitos, ya sea
pareja, en lo laboral y en la en la pareja, en lo laboral y
relación con su primogénito, en la relación con su
no querrá repetir los mismos primogénito, no querrá, para
fracasos para su vida futura su vida futura, repetir los
que su padre ha cometido. mismos fracasos que su
padre ha cometido.
correlación temporal: Le pidió que vaya a visitarlo Le pidió que fuera a visitarlo
subjuntivo en pero ella nunca fue. pero ella nunca fue.
contexto pasado
[CT] La función específica de la La función específica de la
imprenta, era hacer que el imprenta era hacer que el
texto circule más rápido y que texto circulara más rápido y
se reduzcan el costo y el que se redujeran el costo y
tiempo de producción. el tiempo de producción.
uso incorrecto del La relación entre los sexos ha La relación entre los sexos
gerundio cambiado encontrándonos hoy ha cambiado y es por eso
(posterioridad) con parejas en las que los que hoy encontramos
[S] roles están más equilibrados. parejas en las que los roles
están más equilibrados.
88
uso incorrecto del Juan Domingo Perón fue Juan Domingo Perón fue
gerundio protagonista de toda una protagonista de toda una
(valor de proposición etapa de la historia de etapa de la historia de
adverbial) Argentina, siendo presidente Argentina, ya que fue
[S] de la República en dos presidente de la República
ocasiones (1946-1955; 1973- en dos ocasiones (1946-
1974) y fundando un 1955; 1973-1974) y fundó
movimiento político, el un movimiento político, el
peronismo, caracterizado por peronismo, caracterizado
sus principios nacionalistas y por sus principios
populistas. nacionalistas y populistas.
89
Clave de edición
signo señala
P problema de puntuación
O error ortográfico
90
Consignas de trabajo
Horacio Armani
(texto adaptado)
91
2. El texto que sigue fue modificado con la introducción de problemas de
sintaxis (S), ortografía (O), puntuación (P), correlación de tiempos verbales
(CT), léxico (L) y coherencia (CL). Editarlo indicando claramente la solución
propuesta.
92
3. El texto que sigue fue modificado con la introducción de problemas de
sintaxis (S), ortografía (O), puntuación (P), coherencia lógica (CL),
correlación de tiempos verbales (CT) y léxico (L). Editarlo indicando
claramente la solución propuesta.
La lotería de la vida
93
4. El texto que sigue fue modificado con la introducción de problemas de
sintaxis (S), ortografía (O), puntuación (P), coherencia lógica (CL),
correlación de tiempos verbales (CT), preposiciones (Prep.) y léxico (L).
Editarlo indicando claramente la solución propuesta.
De la utopía a la realidad
94
5. El texto que sigue fue modificado con la introducción de problemas de
sintaxis (S), ortografía (O), puntuación (P), coherencia lógica (CL),
correlación de tiempos verbales (CT), preposiciones (Prep.) y léxico (L).
Editarlo indicando claramente la solución propuesta.
¿Primitivos?
95
6. El texto que sigue fue modificado con la introducción de problemas de
sintaxis (S), ortografía (O), puntuación (P), concordancia (Co), léxico (L) y
coherencia (CL). Editarlo indicando claramente la solución propuesta.
OPINION
La ciencia ausente
Por R. Fernández Prini, Noé Jitrik y Otilia Vainstok
96
7. El texto que sigue fue modificado para introducir problemas de ortografía
(O), sintaxis (S), puntuación (P), coherencia lógica (CL), léxico (L) y
correlación de tiempos verbales (CT). Editarlo indicando claramente la
solución propuesta para cada uno de estos problemas.
97
8. Esta columna de opinión fue publicada en el suplemento INFORMATICA de
CLARIN el 26/05/99. Algunos pasajes fueron modificados para introducir
errores de sintaxis, léxico, ortografía y otros. Editar el texto.
98
escritas exclusivamente para eso. Estos e-mails se pueden guardar en un
disquete con la misma secreta fantasía.
45 Si bien, a la hora de confesar pasiones incontroladas es preciso
controlar cómo se envía: el e-mail puede salir con copias. Mortifica que
esas palabras tan especiales, escritas exclusivamente para la mujer
amada, le lleguen también a un agente de bolsa, a un escribano o a
cualquier otra dirección que figure en la libreta electrónica del imprudente
50 enamorado.
99
Apéndice: modelo de primer parcial
1. A partir de la ficha siguiente, formule sus hipótesis de lectura acerca de este libro y elabore la
referencia bibliográfica correspondiente. [15p]
Más de una vez conocimos casualmente a alguien y al rato nos enteramos que teníamos prep
un amigo en común, o el amigo de un amigo, o alguien que figuraba en la libreta de
direcciones de ambos. Quizás hasta podríamos llegar a encontrar un vínculo remoto con
alguno de los ricos y famosos. Todos parecemos integrar cadenas muy ramificadas, aunque
no demasiado largas, que unen a casi todo el planeta.
¿Cuántos pasos habrá que dar para descubrir que, si bien de manera indirecta, estamos
vinculados con alguien que vive en Lituania o en Nigeria, y que bien podría ser cellista,
arquero o paleontólogo?. Supongamos que uno tiene cien conocidos inmediatos, cada uno P
de los cuales tiene a su vez otros cien: en dos pasos, ya estaremos hablando de una red de
diez mil personas. Con sólo seis pasos se alcanza la cifra de un billón (doce ceros) de
contactos mediatos: un número que exede la población mundial. O
La creencia de que sólo seis pasos nos separan de cualquier otro miembro del género
humano ya andaba circulando entre los habitantes de Budapest hace cien años. El escritor
húngaro Frigyes Karinthy (1887-1938) se hizo eco de ella en 1929, cuando escribe el
CT
cuento “Cadenas”. Karinthy es aficionado al esperanto, lo cual pudo haber influido en su
visión universalista, habiendo escrito algunas novelas fantásticas al estilo de Jonathan Swift. S
Entre nosotros se hizo conocer con un libro bastante extraño (Viaje alrededor de mi cráneo,
1939), en el cual contaba sus experiencias como paciente de hospital.
L
Nunca sospechó que la sombra de su cuento llegaría a encaramarse sobre las ciencias
sociales, el teatro, el cine e Internet, sin contar con la matemática y la biología. La idea, que
comenzó a ser tema de investigación científica en los años ‘60, hace dos décadas fue
llevada al teatro por John Guare (Los seis grados de Lois Weisberg, 1990). Llegó al cine
protagonizada por el popular Will Smith (Seis grados de separación, 1993) y se difundió
ampliamente con el crecimiento de las redes sociales de Internet.
Quizá su prestigio se deba a que, aun viviendo en una sociedad atomizada e individualista,
nos permite creer que tenemos más amigos que Roberto Carlos, a pesar de lo cual ganaremos CL
cierta sensación de seguridad, siquiera virtual. Al disuadirnos de que, a pesar de todo, L
no estamos solos, ofrece un consuelo de índole casi religiosa. Sin contar con que la
circunstancia de descubrir un vínculo remoto funciona como cualquier otra coincidencia
imprevista siempre parece más significativa de lo que es en realidad.
P
101
6. Leer atentamente el texto siguiente para responder a las consignas que se plantean a
continuación:
a. Analizar la situación comunicativa que le da origen. Identificar y caracterizar los distintos factores
que intervienen en la comunicación. [20p]
b. Identificar la función predominante en el enunciado. [10p]
c. Justificar las respuestas con indicios tomados del texto. [10p]
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