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La Ética profesional en nuestros tiempos.

La ética y la moral son elementos imprescindibles que rigen nuestra conducta


humana tanto personal como profesional ya que nos hacen distinguir entre lo
bueno y lo malo de aquellos acontecimientos que surgen todos los días en nuestra
vida cotidiana. Sin estos dos elementos, el hombre no desarrollaría con lealtad sus
actividades de labor y de familia, sino que actuaría de manera independiente
viendo solamente por su bienestar, intereses personales, poder, egoísmo e
incompetencia.

Para poder actuar de manera ética se debe desarrollar el valor de la honestidad


con el fin de tomar decisiones racionales que tengan congruencia con nuestro
código de ética para obtener como resultado relaciones de respeto y colaboración
entre todos los integrantes del equipo laboral.

Por lo tanto, para poder entender por qué se necesita de una ética profesional en
nuestros tiempos debemos de analizar las necesidades y los problemas que se
deben de enfrentar para poder llegar a tomar decisiones conscientes con
principios y valores que beneficien nuestra conducta y que no dañen nuestro
compromiso personal para mantener el deber y derecho.

Nosotros como profesionistas y trabajadores, tenemos y mantenemos un código


de ética que nos ayuda a actuar de manera correcta tanto en nuestras labores
como con nuestro equipo de trabajo fomentando los valores y cumpliendo los
deberes de la profesión, sin él no pudiéramos ejercer nuestros derechos y como
consecuencia vendrían problemas de ética. Por lo mismo, debemos actuar con
honestidad en nuestras tareas, debemos ser congruentes y éticos con lo que
decimos y con nuestros actos, porque si no lo eres por dentro, muy difícilmente
podrás transmitir honestidad hacia el cliente y hacia tu equipo de trabajo.

No debemos dejar fuera los valores que influyen en nuestro comportamiento, sino
que hay que analizarnos y observar si nuestras experiencias, conocimientos y
cultura nos ayudan a tomar decisiones correctas de una acción. Los valores de la
gente que nos rodea es otro factor importante en nuestras vidas, ya que algunas
veces nos dejamos llevar por nuestros amigos, familia, compañeros de trabajo,
etc. Y por último, no dejar atrás el código de ética que cada uno de nosotros
tenemos que nos ayuda a comportarnos de cierta manera dentro de nuestra área
de trabajo, porque sin él, podemos caer fácilmente a tomar decisiones anti éticas.

Como se mencionó anteriormente, si no actuamos de acuerdo a nuestro código


de ética, podemos caer en problemas que pueden perjudicar nuestra actividad
laboral trayendo consecuencias.

Pero laboralmente, es muy fácil caer en ellos ya que el encubrimiento, los


intereses, sobornos, falta de lealtad, corrupción, entre otros; algunas veces tienen
mayor peso que el código de ética. Y este tipo de acciones no discrimina profesión
ni actividad, se puede presentar en cualquier ámbito y cualquier puesto de trabajo
donde entre en juego el egoísmo y el poder.

Es por esto que debemos de seguir nuestro código de ética no enseñado ni


estudiado a través de un libro, sino llevarlo a cabo de manera personal y que
hemos aprendido durante estos años de experiencia profesional y ejercerlo bajo
acciones correctas que estén ligados bajo nuestra ética y moral trabajando bajo
un fin común tanto para la comunidad en la que laboramos como de manera
personal.
La contabilidad y la ética

La ética forma parte, o mejor dicho debería formar parte, tanto de nuestro ámbito
personal como, por extensión, de nuestro ámbito profesional, recalcando principios
y valores como la sinceridad, la buena fe y la profesionalidad en las funciones .Del
mismo modo que los profesionales de la medicina poseen su Código Deontológico
como una guía ética, los contadores públicos responden ante su Código de Ética,
elaborado por la Federación Internacional de Contadores.

Esta normativa de la conducta abarca diferentes aspectos como son la integridad,


la objetividad, la competencia, la confidencialidad, la competencia, la
confidencialidad y por último el comportamiento profesional.

A pesar de la existencia del Código de Ética que trata de resolver los conflictos de
interés internos como aquellos que se derivan de las presiones externas, lo cierto
es que en el desarrollo del día a día de una empresa en funcionamiento es muy
difícil llevarlas ponerlas en práctica porque el beneficio tanto propio como de la
entidad deja en un segundo plano a las conductas morales que lo han llevado a
cabo.

El beneficio es un indicador de calidad sobre la directiva por lo que “cocinar”


buenos beneficios generará remuneraciones adicionales por cumplimiento de
objetivos. También existen incentivos para reducir la carga fiscal de la empresa a
través de la contabilidad.

La historia ha demostrado que a pesar de la profesionalidad del contable y de la


ética que éste procese, la presión económica es más intensa, lo que ha propiciado
escándalos contables muy sonados. Por ejemplo, en Japón de la
década de los noventa se extendió la práctica contable del
tobashi, que se utilizaba para ocultar las pérdidas derivadas de la
burbuja inmobiliaria vivida entre 1985 y 1989. El tobashi consistía
en trasladar temporalmente a las empresas subsidiarias que no
formaban parte del grupo consolidado las pérdidas incurridas por
créditos impagados. Con este fin la empresa matriz podía pasar
las auditorías de una manera solvente. Desde luego que esta
práctica carece de toda objetividad o integridad que pudiera
reflejar un Código Ético pero entre alterar la veracidad de los
estados financieros o ser despedido con las cargas que cada uno
arrastra, se genera un gran conflicto interno, en el que las cargas
hipotecarias de uno mismo y las facturas a pagar del mes a mes
adquieren un peso importante.

Para finalizar, es importante recordar que el sector de financiero


depende en sus decisiones la veracidad que ofrecen los Estados
Financieros de cualquier empresa, por lo que no sólo es preciso
un correcto marco normativo cuya finalidad sea reflejar la imagen
fiel de sus cuentas sino que la empresa y el departamento
contable en particular deben tener la voluntad de aplicar tal
normativa, sea cual sea el escenario económico de la empresa.
En un escenario de pérdidas, existe un incentivo a maquillar el
resultado negativo con cocina contable, por mucho Código de
Ética en la práctica contable que exista. Estas prácticas son un
fraude que termina generando malas decisiones de inversión y
sostienen artificialmente las cotizaciones, hasta que cruda
realidad de las cuentas o bien un informe externo de una agencia
independiente, desmantela la cocina contable y luego la
cotización se hunde tal y como pasó en casos como Pescanova o
bien Gowex.

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