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público y lo privado.
Ponencia para el XXIV Congreso internacional de estudios de género.
Ciencia, tecnología y género.
1
María Guadalupe Murillo Saucedo
2
R. Berenice Díaz Pérez
Línea temática: Tecnologías emergentes e innovación: de la información
I. Introducción
Hace poco menos de un siglo que Virginia Woolf escribió el ensayo Una habitación
propia, desde entonces muchas cosas han cambiado. La habitación por la que
algunas de las preocupaciones de Wolff las mismas que tenemos nosotras ahora,
refiere la ciber-feminista Remedios Zafra (2010) que habla del cuarto propio
propia como feminista ;una descripción general de lo que se puede entender como
puntos de reflexión por los que podría considerarse como frontera porosa la
contractualismo.
tiene trascendencia en asuntos públicos, que son los que ‘tienen una importancia
política’. Aquellas feministas que quisieron unirse a este pacto se dieron cuenta
que la esfera pública les es negada. Las ilustradas se enfrentan ante discursos
que las relegan a un ámbito privado. Es decir, discursos en los que no sólo no se
les incluye, más aún, en los que se instaura la desigualdad “natural”, como lo
defiende Rousseau, quien designa a las mujeres el papel de “ángeles del hogar” o
una ‘ley divina o natural y a un antiguo derecho sacro’. Esto es algo que Carol
autora un aspecto que los teóricos del contrato social silencian, dice, es el de que
los hombres tienen poder sobre las mujeres, esto es a lo que la Pateman llamará
manutención y protección.
Aunque la autora del Contrato sexual (Pateman Carole, 1995) explica con
dicotomía liberal y son criticadas por las feministas (Stanley I. Benn, Gerald F.
Gaus 1983: 30). Para ellas esta dicotomía misma muestra el carácter ahistórico y
es más bien ideológica. La autora sostiene que dicha dicotomía ayuda a erigir una
realidad. Dice: “El término ideología resulta adecuado aquí porque la profunda
inextricablemente relacionadas.
teoría política que sostiene la separación de las esferas y que les asigna géneros
específicos y jerárquicos a cada una. Esto por ejemplo, lo podemos constatar por
las pocas escritoras de las que tenemos noción. Para Virginia Wolff, esto fue claro,
tanto, que se preguntó por las condiciones necesarias para que las mujeres fueran
En 1928 Virginia Wolff escribe Una habitación propia, un ensayo que fue pensado
donde reflexionar y escribir, una especie de “utopía individual” para huir de las
relaciones sociales a las que estaban supeditadas las mujeres y así encontrar un
“territorio soñado para cada mujer”(Alexander, Sally 1998: 135). Este deseo
individual podría configurar una utopía feminista, válida para todas las mujeres,
Otra interpretación, la ofrece Giulia Colaizzi (Colaizzi Giulia 1993: 111), que
creatividad y la escritura […]” (Zafra, 2010: 50) en el que se reclamaba para las
muchos casos estos espacios y tiempos eran o siguen siendo ajenos, en un lugar
que supuestamente que por ser privado era de la mujer, sin embargo con la
propio conectado, ya que es una noción maleable que depende directamente del
uso que las mujeres decidan hacer de su tiempo y tránsito por internet. No
conectado es: una mezcla de la calidez del espacio íntimo y privado que
conectado a internet se deja hacer público, sin dejar de ser privado. El cuarto
propio se hace público cuando entra al ciberespacio, para aclarar esto recurrimos
pues está construida fuera- o más allá- del mundo puramente físico. El
humana la que constituye “ese espacio” gracias a la práctica social que se hace de
y subjetividad hasta generar procesos sociales significativos. Por lo que según los
Zafra (Zafra, 2010:31, 43, 51) apunta que el cuarto propio conectado hablaría de
información que por tanto tiempo ha sido reprimido por el poder y sus formatos
también que dicho listado en reflexión podría no estar limitado a clásicas tareas de
En torno a las limitaciones del cuarto propio conectado, hay que distinguir
concreta, individual y colectiva, situación que, tal como lo apunta Zafra (Zafra,
para una apropiación colectiva y debate social, de manera que nos permitan idear
revolucionarias.”
las dinámicas sociales que mantienen roles jerárquicos y desiguales. Pues desde
precedentes.
El cuarto propio conectado es un ejemplo que nos permite mostrar como una
frontera que pareciera tan infranqueable resulta que tiene orificios que a primera
frontera y con ello flexibilizan dicha construcción rígida. De este modo lo que
espacio privado; sin embargo, ahora, desde el cuarto propio conectado se puede
vuelven borrosas.
artificial, real frente a virtual, grande frente a pequeño y cerrado frente a abierto.”
Alexander, Sally. 1998. “Una habitación propia: las utopías de las mujeres en los
Stanley I. Benn, Gerald F. Gaus. 1983. Public and Privade in social life. New York.