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Sistema Cardiovascular

Generalidades
El sistema cardiovascular es un sistema de transporte que lleva la sangre y la linfa hacia y desde los tejidos
del cuerpo.
Las arterias son los vasos que llevan sangre hasta los capilares. Las arterias más pequeñas, arteriolas,
asociadas con las redes de capilares que conducen la sangre. Las arteriolas regulan la cantidad de sangre que
ingresa en estas redes capilares. En conjunto, las arteriolas, la red capilar asociada y las vénulas poscapilares
forman el lecho microcirculatorio o microvascular de ese tejido. Las venas, que comienzan con la vénula
poscapilar, recogen la sangre del lecho microvascular y la retornan al corazón.
Dos circuitos distribuyen la sangre en el organismo: la circulación pulmonar y la circulación sistémica.
• La circulación pulmonar transporta la sangre desde el corazón hacia los pulmones y desde los pulmones
hacia el corazón.
• La circulación sistémica transporta la sangre desde el corazón hacia los tejidos del organismo y desde ellos
de retorno hacia el corazón.
La circulación sistémica está modificada de manera que una vena o una arteriola se interpone entre dos
redes capilares; estos vasos constituyen sistemas porta. Los sistemas porta venosos se encuentran en los
vasos que llevan sangre hacia el hígado, el sistema porta hepático (vena porta) y en los vasos que irrigan la
hipófisis, el sistema porta hipotálamo-hipofisario.
Corazón
Situado en forma oblicua en la cavidad torácica y desplazado hacia la izquierda Está rodeado por un saco
fibroso resistente, el pericardio, que también contiene los segmentos finales e iniciales de los grandes vasos
que llegan o salen del corazón. A través del pericardio, el corazón está firmemente adherido al diafragma y a
los órganos vecinos que se encuentran en la cavidad torácica.

El corazón tiene cuatro cavidades: las aurículas derecha e izquierda y los ventrículos derecho e izquierdo, a
través de las cuales se bombea la sangre. A la salida de las cavidades hay válvulas que impiden el flujo
retrógrado de la sangre. Consta también de un tabique interauricular y un tabique interventricular que
separan los lados derecho e izquierdo del corazón.

El lado derecho del corazón bombea la sangre a través de la circulación pulmonar. El lado izquierdo del
corazón bombea la sangre a través de la circulación sistémica.

El corazón contiene:

• Una musculatura de músculo estriado cardíaco cuya contracción impulsa la sangre.

• Un esqueleto fibroso que consta de cuatro anillos fibrosos alrededor de los orificios valvulares, dos
trígonos fibrosos que conectan los anillos (tejido conjuntivo denso irregular; Rodean la base de las dos
arterias que salen del corazón y los orificios que hay entre las aurículas y los ventrículos. Estos anillos son el
sitio de inserción para las valvas de las cuatro válvulas cardíacas que permiten el flujo sanguíneo en una sola
dirección a través de los orificios) y la porción membranosa de los tabiques interauricular e interventricular
(carece de músculo cardíaco; consiste en un tejido conjuntivo denso que contiene un corto segmento del
haz auriculoventricular del sistema de conducción cardíaca). El esqueleto fibroso provee puntos de fijación
independientes para el miocardio auricular y ventricular. Actúa como aislante eléctrico porque impide el
libre flujo de impulsos eléctricos entre las aurículas y los ventrículos.

•Un sistema de conducción para iniciar y propagar las despolarizaciones rítmicas, está formado por células
musculares cardíacas modificadas (fibras de Purkinje), que generan y conducen los impulsos eléctricos con
rapidez a través del corazón.
•Los vasos coronarios (arterias coronarias y las venas cardíacas) Se originan en un segmento inicial de la
aorta ascendente cerca de la válvula aórtica, circundan la base del corazón y emiten ramas que convergen
hacia la punta del órgano. El drenaje venoso del corazón se produce a través de varias venas cardíacas.

La organización estructural de la pared del corazón es continua en las aurículas y los ventrículos. La pared
cardíaca está compuesta de tres capas. De afuera hacia adentro son las siguientes:

• El epicardio (capa visceral de la serosa pericárdica), se adhiere a la superficie externa del corazón. Se
compone de una sola capa de células mesoteliales, así como de tejido conjuntivo y adiposo subyacente. Los
vasos sanguíneos y los nervios que irrigan e inervan el corazón transcurren en el epicardio y están rodeados
por tejido adiposo que protege el corazón en la cavidad pericárdica. El epicardio se refleja a la altura de los
grandes vasos que llegan y abandonan el corazón como la capa parietal de la serosa pericárdica, que tapiza
la superficie interna del pericardio que rodea el corazón y las raíces de los grandes vasos. Por lo tanto, existe
un espacio potencial que contiene una cantidad mínima (15- a 50 ml) de líquido seroso (pericárdico) entre
las capas visceral y parietal de la serosa pericárdica. Este espacio se conoce como cavidad pericárdica; su
revestimiento es de células mesoteliales.

•Miocardio, que está formado por músculo cardíaco, el componente principal del corazón. El miocardio de
las aurículas es sustancialmente más delgado que el de en los ventrículos. Las aurículas reciben la sangre
desde las venas grandes y la entregan a los ventrículos contiguos, un proceso que requiere una presión
relativamente baja. El miocardio de los ventrículos es sustancialmente más grueso debido a la mayor presión
necesaria para bombear la sangre a través de las circulaciones pulmonar y sistémica.

• Endocardio, que consiste de una capa interna de endotelio y tejido conjuntivo subendotelial, una capa
media de tejido conjuntivo y células de músculo liso y una capa más profunda de tejido conjuntivo, que
también se llama capa subendocárdica. Esta última es continua con el tejido conjuntivo del miocardio.

El sistema de conducción del corazón se encuentra en la capa subendocárdica del endocardio.

El tabique interventricular es la pared que separa los ventrículos derecho e izquierdo. Contiene músculo
cardíaco excepto en su porción membranosa. Ambas superficies del tabique están tapizadas por endocardio.
El tabique interauricular es mucho más delgado que el anterior. Excepto en ciertas regiones localizadas que
contienen tejido fibroso, este tabique posee una capa central de músculo cardíaco y un revestimiento de
endocardio frente a cada cavidad atrial.

Las válvulas cardíacas están fijadas al complejo del esqueleto fibroso de tejido conjuntivo denso no
moldeado, que forma los anillos fibrosos y rodea los orificios que contienen las válvulas. Cada válvula se
compone de tres capas.

• Fibrosa, que forma el centro de la valva y contiene extensiones fibrosas del tejido conjuntivo denso no
moldeado de los anillos del esqueleto cardíaco.

• Esponjosa, que está formada por el tejido conjuntivo laxo situado en el lado auricular o vascular de cada
valva. Consiste en fibras elásticas y colágenas de disposición laxa infiltradas con un gran número de
proteoglucanos. La esponjosa actúa como un amortiguador ya que reduce las vibraciones asociadas con el
cierre de la válvula. También confiere flexibilidad y plasticidad a las cúspides de la valva. En las válvulas
aórtica y pulmonar, la esponjosa situada en el lado del vaso sanguíneo recibe el adjetivo de arterial. Es el
equivalente del tejido conjuntivo laxo situado en el lado auricular de las válvulas auriculoventriculares (AV)
tricúspide y mitral, que recibe el adjetivo de auricular.

• Ventricular, que está contigua a la superficie ventricular de cada valva y tiene un revestimiento endotelial.
Contiene tejido conjuntivo denso con muchas capas de fibras elásticas. En las válvulas AV, la capa ventricular
se continúa con las cuerdas tendinosas, que son finos cordones fibrosos también revestidos por endotelio.
Se extienden desde el borde libre de las válvulas AV hacia proyecciones musculares de la pared de los
ventrículos llamadas músculos papilares.

Regulación intrínseca de la frecuencia cardíaca


La contracción del corazón está sincronizada por fibras musculares cardíacas especializadas. El músculo
cardíaco se puede contraer de manera rítmica sin ningún estímulo directo desde el sistema nervioso. Para
que el corazón actúe como una bomba efectiva, es necesario que las aurículas y los ventrículos se contraigan
de una manera rítmica coordinada. La actividad eléctrica (impulsos eléctricos) que estimula las
contracciones cardíacas, se inicia y se propaga por la acción del sistema de conducción cardíaco. La
frecuencia de la despolarización del músculo cardíaco varía en las diferentes partes del sistema de
conducción; la más rápida corresponde a las aurículas y la más lenta, a los ventrículos. El ciclo de contracción
cardíaco se inicia en las aurículas para empujar la sangre hacia los ventrículos. A continuación, una onda de
contracción ventricular comienza en el ápice del corazón y empuja la sangre hacia la aorta y el tronco
pulmonar.

El sistema de conducción cardíaco consta de dos nódulos, el sinoauricular (o sinusal) y el auriculoventricular


y una serie de fibras de conducción o haces. Los impulsos eléctricos son generados en el nódulo sinusal (SA),
un grupo de células musculares cardíacas especializadas que se ubican cerca de la unión de la vena cava
superior y la aurícula derecha. El nódulo SA inicia un impulso que se propaga a través de las fibras
musculares cardíacas de las aurículas y a través de los haces internodales compuestos por fibras musculares
cardíacas modificadas. El impulso llega así al nódulo auriculoventricular (AV) desde donde es conducido a
través del esqueleto fibroso hacia los ventrículos por el haz AV (de His). El haz se divide en una rama derecha
y una izquierda más pequeña y después en ramas subendoteliales, comúnmente llamadas fibras de Purkinje.

Las células musculares cardíacas nodales, tanto del nódulo SA como del nódulo AV, son fibras musculares
cardíacas modificadas que son más pequeñas que las células musculares auriculares circundantes. Contienen
menos miofibrillas y carecen de discos intercalares típicos. El haz de His, sus ramas y las fibras de Purkinje
también se componen de células musculares cardíacas modificadas, de tamaño mayor que las células
musculares ventriculares circundantes

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LAS ARTERIAS Y VENAS


Las paredes de las arterias y las venas se componen de tres capas llamadas túnicas.

•Túnica íntima, es la capa más interna de la pared del vaso, consta de tres componentes: 1) una capa simple
de células epiteliales escamosas, el endotelio; 2) la lámina basal de las células endoteliales (una delgada
capa extracelular compuesta principalmente por colágeno, proteoglucanos, y glucoproteínas) y 3) la capa
subendotelial, que consta de tejido conjuntivo laxo. En este tejido conjuntivo laxo a veces se encuentran
células musculares lisas. La capa subendotelial de la íntima en las arterias y arteriolas contiene una capa o
lámina de material elástico fenestrado que recibe el nombre de membrana elástica interna. Las
fenestraciones permiten que las sustancias se difundan con facilidad a través de la capa y alcancen las
células más profundas dentro de la pared del vaso.

Las células endoteliales interactúan activamente con las células musculares lisas contiguas y el tejido
conjuntivo. Además de mantener una barrera de permeabilidad selectiva entre la sangre y el tejido
conjuntivo, las células endoteliales impiden la coagulación sanguínea (por secreción de anticoagulantes y
agentes antitrombogénicos), modulan la resistencia vascular (por secreción de vasoconstrictores y
vasodilatadores) y regulan las respuestas inmunitarias.

• La túnica media, o capa media, se compone principalmente de capas organizadas en estratos


circunferenciales de células musculares lisas. En las arterias, esta capa es relativamente gruesa y se extiende
desde la membrana elástica interna hasta la membrana elástica externa. La membrana elástica externa es
una lámina de elastina que separa la túnica media de la túnica adventicia. Entre las células musculares lisas
de la túnica media hay cantidades variables de elastina, fibras reticulares y proteoglucanos. Las hojas o
láminas de elastina son fenestradas y están dispuestas en capas circulares concéntricas. Todos los
componentes extracelulares de la túnica media son producidos por las células musculares lisas.

• Túnica adventicia, es la capa de tejido conjuntivo más externa, se compone principalmente de tejido
colágeno de disposición longitudinal y algunas fibras elásticas. Estos elementos del tejido conjuntivo se
mezclan gradualmente con el tejido conjuntivo laxo que rodea los vasos. El espesor de la túnica adventicia
oscila entre relativamente delgado en la mayor parte del sistema arterial hasta bastante grueso en las
vénulas y venas, donde es el componente principal de la pared vascular. Además, la túnica adventicia de las
arterias y las venas grandes contiene un sistema de vasos llamados vasa vasorum que irriga las paredes
vasculares, al igual que una red de nervios autónomos llamados nervi vasorum (vascularis) que controlan la
contracción del músculo liso en las paredes de los vasos.

ARTERIAS
Tradicionalmente, las arterias se clasifican en tres tipos según su tamaño y las características de su túnica
media.

• Arterias grandes o elásticas, como la aorta y las arterias pulmonares, que transportan la sangre del corazón
al circuito sistémico y pulmonar, respectivamente. Sus ramas principales, del tronco braquiocefálico,
carótida común, subclavia e ilíaca común, también están clasificadas como arterias elásticas. Sirven
principalmente como vías de conducción; no obstante, también facilitan el movimiento continuo y uniforme
de la sangre a través de las vías.

• Arterias medianas o musculares (la mayoría de las arterias del cuerpo que tienen “nombre”), que no
pueden distinguirse claramente de las arterias elásticas. Algunas de estas arterias son difíciles de clasificar
porque tienen características que son intermedias entre las de los dos tipos.

• Pequeñas arterias y arteriolas, que se distinguen una de otra por la cantidad de capas del músculo liso en
la túnica media. Por definición, las arteriolas poseen una capa o dos y las arterias pequeñas pueden tener
hasta ocho capas de músculo liso en su túnica media.

CAPILARES
Los capilares son los vasos sanguíneos de diámetro más pequeño; Los capilares forman redes vasculares
sanguíneas que permiten que líquido con gases, metabolitos y productos de desecho se muevan a través de
sus paredes delgadas. El cuerpo humano contiene aproximadamente 80 000 kilómetros de vasos capilares.
Cada uno consta de una sola capa simple de células endoteliales y su lámina basal. Las células endoteliales
forman un tubo lo suficientemente grande como para permitir el paso de los eritrocitos, uno a la vez. En
muchos capilares, la luz es tan estrecha que los eritrocitos literalmente se pliegan sobre sí mismos para
pasar a través del vaso.

Clasificación de los capilares


Hay tres tipos de capilares: continuos, fenestrados y discontinuos (sinusoidales).

•Capilares continuos se encuentran normalmente en el tejido conjuntivo; músculo cardíaco, esquelético y


liso; en la piel; en los pulmones y en el SNC. Se caracterizan por un endotelio vascular ininterrumpido que
descansa sobre una lámina basal continua. Las células endoteliales contienen los orgánulos habituales, unas
pocas microvellosidades cortas en su superficie luminal, una cantidad variable de vesículas unidas a la
membrana electrónica densa y muchas vesículas pinocíticas que son contiguas con las superficies tanto
luminal como basal de la membrana plasmática.
En cortes transversales con el uso del MET, se pueden ver capilares continuos como dos membranas
plasmáticas que encierran una banda de citoplasma que a veces incluye el núcleo. Las células endoteliales
individuales están unidas por uniones estrechas (oclusión) que se pueden ver en el corte transversal normal
de un capilar continuo. Las uniones estrechas restringen el paso de las moléculas entre las células
endoteliales contiguas y sólo permiten el paso de moléculas relativamente pequeñas (<10 000 Da).

•Capilares fenestrados se encuentran normalmente en las glándulas endocrinas y sitios de absorción de


líquidos o metabolitos, como la vesícula biliar, los riñones, el páncreas y el tubo digestivo. Sus células
endoteliales se caracterizan por la presencia de muchas aberturas circulares denominadas fenestraciones
(de 70 nm a 80 nm de diámetro) que proveen conductos a través de la pared del capilar. La lámina basal
continua se encuentra a través de las fenestraciones en las superficies de la membrana plasmática basal. Las
células endoteliales de los capilares fenestrados también tienen numerosas vesículas pinocíticas. Estas
fenestraciones, constituyen los sitios específicos de transporte dentro de las células endoteliales, también
conocidos como poros de filtración, y no son libres para el paso de plasma como los espacios entre las
células endoteliales en los capilares sinusoidales. Cuando tiene lugar la absorción, las paredes finas y la
cantidad de vesículas pinocíticas y fenestraciones aumenta con rapidez. Los cambios iónicos en el tejido
conjuntivo perivascular, causados por los solutos absorbidos, estimulan la pinocitosis.

•Capilares discontinuos (también llamados capilares sinusoides o sólo sinusoides) son normales en el
hígado, el bazo y la médula ósea. Tienen un diámetro más grande y una forma más irregular que otros
capilares. Las células endoteliales vasculares que revisten estos capilares, tienen grandes aberturas en su
citoplasma y están separadas por espacios intercelulares amplios e irregulares, que permiten el paso de
proteínas del plasma sanguíneo. Las células endoteliales descansan sobre una lámina basal discontinua.

Las características estructurales de estos capilares varían de un órgano a otro e incluyen células
especializadas. Las células de Kupffer (macrófagos sinusoides estrellados) y las células de Ito (células
estrelladas hepáticas), que almacenan vitamina A, se encuentran en asociación con las células endoteliales
de los sinusoides hepáticos. En el bazo, las células endoteliales exhiben una forma ahusada singular con
brechas entre las células vecinas; la lámina basal contigua en el endotelio es rudimentaria y puede faltar
parcialmente o estar ausente por completo.

Los capilares y algunas vénulas poscapilares se asocian con células perivasculares que exhiben evaginaciones
celulares que rodean las células endoteliales vasculares. Los pericitos (históricamente conocidos como
células Rouget) son ejemplos de células perivasculares que están asociadas con el endotelio. Rodean en
forma estrecha el capilar, con sus evaginaciones citoplasmáticas ramificadas, y están encerrados por una
lámina basal que es continua con la del endotelio. Los pericitos son contráctiles y están controlados por el
NO producido por las células endoteliales. Existen datos que señalan que los pericitos pueden modular el
flujo sanguíneo capilar en los lechos capilares específicos (p. ej., encéfalo). Los pericitos proveen sustento
vascular y promueven la estabilidad de los capilares y las vénulas poscapilares através de una comunicación
físicoquímica compleja y bidireccional con las células endoteliales vasculares. Desde el punto de vista
histológico, los pericitos exhiben características de células madre mesenquimatosas indiferenciadas de
núcleos grandes con abundante heterocromatina. Los experimentos han demostrado que las señales
ambientales pueden estimular la proliferación, la capacidad migratoria y la diferenciación de pericitos en
una variedad de tipos de células, incluidos en adipocitos, fibroblastos, condrocitos, osteocitos y células del
sistema osteomuscular

Para comprender la función capilar hay que considerar dos puntos importantes, la vasomotricidad (es decir,
el flujo sanguíneo capilar) y la extensión o densidad de la red capilar.
El flujo sanguíneo se controla a través de señales locales y sistémicas. La densidad de la red capilar
determina el área total de la superficie disponible para el intercambio entre la sangre y el tejido. Se
relaciona con la actividad metabólica de los tejidos.

ANASTOMOSIS ARTERIOVENOSAS
Las anastomosis arteriovenosas permiten que la sangre saltee los capilares porque proveen rutas directas
entre las arterias y las venas.

Por lo general, en un lecho microvascular, las arterias transportan sangre hacia los capilares, y las venas
transportan sangre desde los capilares. Sin embargo, no necesariamente toda la sangre pasa desde las
arterias hacia los capilares y las venas. En muchos tejidos, hay rutas directas entre las arterias y las venas
que desvían la sangre de los capilares. Estas rutas se llaman anastomosis arteriovenosas (AV). Las
anastomosis AV son comunes en la piel de la punta de los dedos, la nariz y los labios, y en el tejido eréctil del
pene y el clítoris. La arteriola de las anastomosis AV suele estar enrollada como un solenoide, tiene una capa
de músculo liso relativamente gruesa, está encerrada en una cápsula de tejido conjuntivo y posee una
inervación abundante. Por el contrario, el esfínter precapilar ordinario, en la contracción del músculo liso de
las arteriolas de la anastomosis AV envía la sangre a un lecho capilar; la relajación del músculo liso envía la
sangre a una vénula, sin pasar por el lecho capilar.

Las vías preferenciales, cuyo segmento proximal se llama metarteriola, también permiten que un poco de
sangre pase en forma más directa de la arteria a la vena. Los capilares surgen tanto de las arteriolas como de
las metarteriolas. Si bien los propios capilares no tienen músculo liso en sus paredes, en su origen se
encuentra un esfínter del músculo liso llamado esfínter precapilar, ya sea de una arteriola o de una
metarteriola. Estos esfínteres controlan la cantidad de sangre que pasa a través del lecho capilar.

VENAS
Las túnicas de las venas no están tan bien definidas como las túnicas de las arterias. Por tradición, las venas
se clasifican en cuatro tipos según su tamaño:

• Vénulas, las cuales se subclasifican adicionalmente en vénulas poscapilares y vénulas musculares. Reciben
la sangre de los capilares y su diámetro mínimo es de 0,1 mm

•Venas pequeñas, que miden menos de 1mm de diámetro y son la continuación de las vénulas musculares.

• Venas medianas, las cuales corresponden a la mayor parte de las venas que tienen nombre. Suelen estar
acompañadas por arterias y tienen un diámetro de hasta 10 mm.

• Venas grandes, que suelen tener un diámetro superior a 10 mm. Son ejemplos de esta categoría la vena
cava superior, la vena cava inferior y la vena porta.

Si bien las venas grandes y medianas tienen tres capas, también llamadas túnica íntima, túnica media y
túnica adventicia, éstas no están tan definidas como aquellas de las arterias.

Las venas grandes y medianas suelen transcurrir junto con las arterias grandes y medianas; las arteriolas y
las vénulas musculares intercelulares a veces viajan juntas, lo que permite la comparación en los cortes
histológicos. Normalmente, las venas tienen paredes más finas que sus arterias acompañantes y la luz de la
vena es mayor que la de la arteria. La luz de las arteriolas suele ser permeable; la de la vena a menudo está
colapsada. Muchas venas, en especial las que transportan la sangre en contra de la gravedad, como las de
los miembros, contienen válvulas que permiten que la sangre fluya en una sola dirección, de retorno hacia el
corazón. Las válvulas están formadas por valvas semilunares que constan de un núcleo de tejido conjuntivo
fino cubierto por células endoteliales.
VASOS SANGUÍNEOS ATÍPICOS
En varios sitios del organismo hay vasos sanguíneos, tanto arterias como venas, que tienen una estructura
atípica. Los siguientes son ejemplos de estos vasos.

• Arterias coronarias, que se consideran arterias musculares medianas, se originan en la parte proximal de la
aorta ascendente y transcurren por la superficie del corazón, en el epicardio, rodeadas por tejido adiposo.
Las paredes de las arterias coronarias suelen ser más gruesas que las de arterias comparables en los
miembros superiores o inferiores, debido a la gran cantidad de capas circulares de células musculares lisas
en la túnica media. En los preparados de rutina teñidos con H&E, la capa subendotelial de la túnica íntima de
las personas más jóvenes es poco visible, pero se torna progresivamente más gruesa conforme aumenta la
cantidad de células musculares lisas y el tejido fibroelástico con el envejecimiento. La membrana elástica
interna está bien desarrollada, si bien puede estar fragmentada, duplicada o focalmente ausente en las
personas mayores. La consistencia relativamente “laxa” de la túnica adventicia está reforzada por los haces
longitudinales de fibras colágenas que permiten cambios continuos del diámetro vascular.

• Senos venosos durales, representan los conductos venosos en la cavidad craneal. En esencia, son espacios
amplios dentro de la duramadre que están tapizados por células endoteliales y carecen de células de
músculo liso.

• Vena safena magna, representa una vena larga subcutánea del miembro inferior que se origina en el pie y
drena en la vena femoral justo debajo del ligamento inguinal. Esta vena se describe a menudo como una
vena muscular, debido a la presencia de una cantidad inusual de músculo liso. Además de la gruesa capa de
células de músculo liso de distribución circular en su túnica media, la vena safena magna posee numerosos
haces musculares lisos longitudinales en la túnica íntima y en la túnica adventicia bien desarrollada. La
túnica íntima está separada de la túnica media por una membrana elástica interna delgada poco
desarrollada.

• Vena central de la médula suprarrenal y sus tributarias, que pasan a través de la médula suprarrenal,
tienen una túnica media inusual. Esta túnica contiene varios fascículos de células de músculo liso en
orientación longitudinal, que varían en tamaño y aspecto. Estos haces de músculo liso de disposición
irregular (también llamados almohadillas musculares) se extienden dentro de las tributarias de la vena
central de la médula suprarrenal. Esta disposición excéntrica singular de haces de músculo liso, es la causa
de irregularidades en el espesor de la pared vascular. En las zonas donde no hay haces musculares, las
células de la médula suprarrenal o, a veces, la corteza suprarrenal, están separadas de la luz de la vena sólo
por una delgada capa de túnica íntima. La contracción del músculo liso dispuesto longitudinalmente en la
túnica media, acrecenta la liberación de hormonas desde la médula suprarrenal hacia la circulación.

VASOS LINFÁTICOS
Los vasos linfáticos transportan líquido desde los tejidos hacia el torrente sanguíneo.

Además de los vasos sanguíneos, existe otro conjunto de vasos por los que circula un líquido llamado linfa a
través de la mayoría de las partes del cuerpo. Estos vasos linfáticos son auxiliares de los vasos sanguíneos. A
diferencia de los vasos sanguíneos, que transportan sangre hacia y desde los tejidos, los vasos linfáticos son
unidireccionales, transportan líquido sólo desde los tejidos. Los vasos linfáticos más pequeños se llaman
capilares linfáticos. Son especialmente abundantes en el tejido conjuntivo laxo subyacente al epitelio de la
piel y las membranas mucosas. Los capilares linfáticos comienzan como “fondos de saco ciegos” en los
lechos microcapilares. Los capilares linfáticos convergen en vasos colectores cada vez más grandes llamados
vasos linfáticos.

Por último, se unen para formar dos conductos principales que desembocan en el torrente sanguíneo a la
altura de las venas grandes en la base del cuello. La linfa entra en el sistema vascular a la altura de la unión
de las venas yugular interna y subclavia. El vaso linfático más grande, que drena la mayor parte del cuerpo y
desemboca en el ángulo venoso izquierdo, es el conducto torácico. El otro conducto principal es el conducto
linfático derecho.

Los capilares linfáticos son más permeables que los capilares sanguíneos y recogen el exceso de líquido con
proteínas abundantes que hay en los tejidos.

Los capilares linfáticos son una parte singular del sistema circulatorio que forma una red de pequeños vasos
en los tejidos. Debido a su mayor permeabilidad, los capilares linfáticos son más eficaces que los capilares
sanguíneos en la eliminación del líquido abundante en proteínas de los espacios intercelulares. También
están especializados en la captación de moléculas inflamatorias, lípidos de la dieta y células inmunitarias.

Una vez que el líquido recogido entra en el vaso linfático, se denomina linfa. Los vasos linfáticos también
sirven como vías de transporte de las proteínas y los lípidos que son demasiado grandes para atravesar las
fenestraciones de los capilares de absorción en el intestino delgado.

Antes de que la linfa retorne a la sangre, pasa a través de los ganglios linfáticos, donde es expuesta a las
células del sistema inmunitario. Por lo tanto, los vasos linfáticos no sólo sirven como un complemento del
sistema vascular de la sangre, sino también como un componente integral del sistema inmunitario.

Los capilares linfáticos, en esencia, son conductos de endotelio que, a diferencia de los capilares sanguíneos
típicos, carecen de una lámina basal continua. Esta lámina basal incompleta se puede correlacionar con su
alta permeabilidad.

Entre la lámina basal incompleta y el colágeno perivascular se extienden filamentos de anclaje. Los
filamentos de anclaje consisten en microfibrillas de fibrilina. Las microfibrillas de fibrilina se componen de
moléculas de fibrilina-1 y proteínas emilina-1 asociadas a microfibrillas, que son similares a las encontradas
en las fibras elásticas del tejido conjuntivo.

Los filamentos de anclaje mantienen la permeabilidad de los vasos durante los momentos de aumento de
presión del tejido, como en la inflamación.

A diferencia de lo que ocurre con los capilares linfáticos, los vasos linfáticos cuentan con ciertas
características para evitar que la linfa se filtre de su interior (lumen). Éstas incluyen las uniones estrechas
continuas entre las células endoteliales y la lámina basal continua que está rodeada por las células
musculares lisas. A medida que los vasos linfáticos aumentan su tamaño, la pared se vuelve más gruesa. El
espesor creciente se debe al tejido conjuntivo y a los haces de músculo liso. Los vasos linfáticos poseen
válvulas que impiden el reflujo de la linfa para ayudar, de esta manera, al flujo unidireccional. El sistema
vascular linfático carece de una bomba central. La linfa se mueve con lentitud, impulsada principalmente por
la compresión de los vasos linfáticos por el músculo esquelético contiguo.

Además, la contracción de la capa de músculo liso que rodea los vasos linfáticos puede contribuir al impulso
de la linfa.

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