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Nació en Recife, Brasil, en 1921. En 1947, fue director del Departamento de Educación y Cultura
del Servicio Social de la Industria. Estudió letras y se doctoró en 1959 en Filosofía e Historia de la
Educación con la tesis ‘Educación y actualidad brasileña’, en la que se sientan las bases de su
método, según el cual todo proceso educativo debe partir de la realidad que rodea a cada
individuo.
En los años 50, perteneció al primer Consejo Estatal de Educación de Pernambuco. En 1961, fue
nombrado director del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Recife. En 1963
puso en práctica su primer experiencia educativa de grupo, dentro de la Campaña Nacional de
Alfabetización, consiguiendo la alfabetización de 300 trabajadores rurales en mes y medio. Como
consecuencia del golpe militar de 1964, debió abandonar su actividad, calificada de ‘subversiva’, y
buscó refugio en Chile, donde participó en diversos planes del gobierno democristiano de Eduardo
Frei, como el programa de educación de adultos del
Instituto Chileno para la Reforma Agraria (ICIRA). En Chile escribe Pedagogía del oprimido, cuyo
contenido desagrada al gobierno de Santiago. Profesor de la Universidad de Harvard, colaboró con
los grupos dedicados a la reforma educativa en los ámbitos rurales y urbanos. En 1970 se trasladó
a Ginebra (Suiza), donde trabajó en los programas de educación del Consejo Mundial de las
Iglesias.
"En primer lugar mi convicción es que nadie está fuera de la estructura del poder, nadie. Incluso los
que se juzgan marginados no están marginados, están dominados; están expelidos
aparentemente, porque en el fondo forman parte como dominados de la relación dialéctica que
compone la totalidad dominados-dominantes".
"Por esta razón yo hago restricciones al concepto de marginalización. Yo creo que el concepto de
marginalización es como muchos otros un concepto que endulza, ameniza y esconde, oculta una
verdad. Por ello yo hablo de desocultación de la verdad, o de verdades. Este concepto
marginalización me parece que hace esto. En lugar de marginalizados yo hablo de oprimidos, de
ofendidos, de robados; hablo de interdictos, los prohibidos".
"Soñamos y trabajamos para recrear el mundo, porque nuestro sueño es un sueño con una
realidad menos malvada, menos perversa, en que uno pueda ser más gente que cosa. Pero, al
mismo tiempo trabajamos en una estructura de poder que explota y domina. Y esto nos plantea
esta dualidad que nos hace mal".
"Asumir no significa que en el día siguiente la situación ya no existe, que está transformada, la
realidad fue transformada porque yo me asumí en esta realidad como tal. Esto sería caer en una
posición que llamamos en filosofía idealismo, subjetivismo. Esto es, el hecho de que tu conciencia
dice algo, este algo ya está hecho. En verdad no es así; la transformación del mundo demanda
praxis transformadora, pero la praxis transformadora demanda la conciencia. El otro error tan malo
como este del subjetivismo es el error del mecanicismo, según el cual la conciencia sólo se
constituye como tal a través de la experiencia transformadora. Cuando yo hablo de asunción de la
dualidad no estoy hablando de esto, yo estoy simplemente diciendo que necesito asumir mi
dualidad para que yo pueda, a partir de ahí, experimentando una dialéctica relación entre ser y no
ser, una tensa relación dialéctica entre percibir qué no soy, pero soñar con ser. Al asumirme
críticamente como ser dual yo empiezo a pelear para no ser más dual. Esto es, la asunción me
empuja a la lucha, a la pelea".
"Una palabra que en los años 60 creo confusiones e ilusiones, es la palabra concientización
-mucha gente piensa que yo la creé o inventé y no fui yo- La palabra concientización debería ser
entendida como el ejercicio de la asunción de míI en y con el mundo. Yo me asumo como tal. Y no
lo que mucha gente pensaba en los años 60 que la concientización era la varita mágica, con la cual
yo transformaba el mundo. Esto sería la posición idealista. Cuando yo trabajé el concepto de
concientización, yo ya lo trabajé hace30 años en la perspectiva dialéctica y no idealista.
"La asunción no es cosa fácil de ser hecha. Es una cosa difícil. Entonces a veces, en lugar de la
asunción, preferimos la acomodación, y en la acomodación si yo experimento poner mis dos pies
totalmente fuera del sistema yo me frego, si yo pongo mis dos pies solamente dentro del sistema
yo soy absorbido por él. El otro riesgo que corremos al no asumir es el de caer en una posición
cínica. Por ejemplo, yo escucho sobre todo en gentes de mi edad que después de mucha lucha se
cansó, y asume una postura cínica, y hace discursos como éste: "ya hice lo que pude; trabajé, me
expuse, perdí algunos empleos, y ahora yo necesito hacer plata, y cabe a los jóvenes que vienen
trabajar y cumplir su deber". Esto es para mí cinismo. Un cinismo que est asociado a una posición
que yo llamo de desesperación. Yo me rehuso a ser desesperado. Yo soy indignado, pero no
desesperado. Yo no vivo sin mañana, y la desesperación es la explotación indebida del hoy. Y yo
rehuso".
"Yo diría a ustedes, mis amigas y amigos, que -una cosa que yo he repetido siempre- que en la
historia uno hace lo posible, y no lo que le gustaría hacer". "De un lado yo reconozco que sólo lo
posible de hoy puede ser hecho, y no lo que me gustaría hacer. Pero inmediatamente yo hablo de
la necesidad de viabilizar lo inviable, lo que significa una pelea permanente para cumplir lo posible
ya. Y trabajar en el sentido de tornar posible lo que parece imposible.
"Entonces yo creo que todo trabajo renovador tiene que tener tácticas coincidentes con el sueño
estratégico. Si salimos demasiado de las posibilidades de la práctica, perdemos el sueño. Hay que
ser disciplinado, hay que ser sabio. Un liderazgo revolucionario que no se empapa de tal sabiduría,
fracasa. Yo estoy trabajando, por ejemplo, en el Ministerio, en una estructura de poder con la cual
yo no concuerdo, mi sueño es otro sueño; esto en primer lugar, no significa que por estar
trabajando allá yo seré o soy totalmente absorbido por las estructuras. Obviamente yo debo estar
con los ojos abiertos, porque la captación es matrera, es maliciosa, ella viene despacito a veces, y
encandila y vamos cayendo. Y en cierto momento la tentación cínica es más fuerte, y ahí nos
damos. Pero no significa el hecho de que estoy en la estructura ministerial que yo sea desde luego
captado. Y o puedo ser captado, pero puedo rechazar la captación y ni siquiera perder mi empleo,
que es fundamental también. Pero yo debo entonces empezar a medir qué puedo hacer".
"Vamos a admitir que yo soy profesor en una escuela media, o primaria. La estructura del poder es
reaccionaria, es retrógrada, etc., autoritaria. Una primera pregunta que yo me haría sería: ¿puedo
hacer aquí algo que no sea, que no signifique un trabajo de negación de la libertad? ¿qué trabajo
ser ‚se, hasta dónde yo puedo ir? Esto me parece que implica un ejercicio que yo llamo mapear (de
establecer, de ubicar sitios). La primera cosa que me parece importante es hacer lo que yo llamo
mapeamiento ideológico de la institución donde estoy. ¿Qué significa el mapeo ideológico? No es
geográfico, es ideológico, el relevamiento ideológico. Por ejemplo, yo necesito saber con quiénes
puedo contar y con quiénes tengo que pelear, en otras palabras: yo tengo que saber quiénes sin
mis enemigos, potenciales o actuales. Antes de intentar cualquier trabajo éste es el trabajo".
Yo no uso las palabras más duras, más agresivas, los análisis más fustigantes sin ir conociendo
despacio el poder de infundir miedo que estas palabras tienen, porque yo puedo echar a perder mi
propia labor asustando. Asustando a los dominantes antes de tiempo, y asustando a los dominados
antes de que puedan no ser asustados".
"El miedo de los dominados tiene que ver con la voz de los dominantes dentro de los dominados.
Los dominados denuncian a los revolucionarios porque quienes están denunciando no son los
dominados, son los dominantes dentro de los dominados. Y si yo llego a una comunidad fuerte e
ingenuamente dominada con un discurso que da miedo a los do
INTRODUCCIÓN