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Socialización y ambientes virtuales

Socialization and virtual environments


ANA PAULA COSTA E SILVA*
SABINO DE JUAN LÓPEZ**
*GRADUADA EN CIENCIAS DE LA COMPUTACIÓN. UNIVERSIDAD CATÓLICA DE
BRASILIA VIRTUAL
**DOCTOR EN FILOSOFÍA. CENTRO DE ENSEÑANZA SUPERIOR «DON BOSCO»

Resumen
Las tecnologías de la información y de la comunicación están transformando
nuestras formas de vivir y nuestros modos de relacionarnos. Condicionan tanto
la vida de los individuos como el acaecimiento de los fenómenos sociales. El obje-
tivo del presente artículo es analizar el impacto de las mismas en el proceso de
socialización, que involucra tanto al individuo como a los grupos en particular y
a la sociedad en general. Estructurado en tres apartados, se analiza, en primer
lugar, lo que significa el proceso de socialización en ambientes sociales físicos. En
la segunda parte, se hace una presentación sintética de algunos marcos de inter-
acción entre individuos y grupos que posibilitan las nuevas tecnologías.
Finalmente, en la tercera parte se reflexiona sobre lo que es el objetivo del artí-
culo: analizar la transformación del concepto de socialización en los ambientes
físicos, a partir del tipo de interacción de los ambientes virtuales.
Palabras clave: socialización, ambientes/ambientes virtuales de aprendizaje,
ambientes corporativos, interacción, redes sociales, integración/estandarización.

Abstract
The information and communication technologies are transforming our ways
of living and our ways of being related with each other. They condition both
the lives of individuals and the occurrence of social phenomena. The aim of
this paper is to analyze their impact in the socialization process that involves
both individuals and groups in particular and society in general. Structured in
three sections, it is first discussed what the process of socialization in social
physical environments means. The second part is an outline of some frames of
interaction among individuals and groups that enable new technologies.
Finally, the third part is a reflection on the aim of this article: the analysis of
the transformation of the concept of socialization in physical environments,
starting from interaction types of virtual spaces.
Key words: socialization, space/virtual learning spaces, corporate spaces,
interactivity, social networks, integration and standardization.

ISSN: 1576-5199 Educación y Futuro 22, (2010), 109-126


Fecha de recepción: 10-2-2010
Fecha de aceptación: 22-3-2010 109
Socialización y ambientes virtuales

1. LA SOCIALIZACIÓN

La socialización es el mecanismo del que disponen tanto el individuo


como la sociedad para la recíproca adaptación que su supervivencia
exige. A la sociedad le posibilita la transmisión de todos aquellos ele-
mentos que la identifican y la dan continuidad en el tiempo; al indivi-
duo le permite el aprendizaje de los mismos para el normal desenvolvi-
miento dentro de la misma. La socialización resulta ser el proceso
mediante el cual el individuo asimila la cultura de una sociedad o de un
grupo y se integra en una o en otro, haciéndose capaz de desempeñar
unas funciones o unos roles. Individuo y sociedad resultan ser, pues, los
dos polos del proceso de socialización.
El resultado es que la socialización puede ser vista desde la perspectiva de
la sociedad, o del individuo. Lo podemos ver en algunos casos concre-
tos. Se describe así la socialización:
Proceso por cuyo medio la persona humana aprende e interioriza, en el transcurso de su vida, los elemen-
tos culturales de su medio ambiente, los integra en la estructura de su personalidad, bajo la influencia de
experiencias y de agentes sociales significativos, y se adapta así al entorno social en cuyo seno debe vivir
(Rocher, 1996: 134).

Aunque se hace referencia tanto al individuo como a la sociedad, se


puede entender que se concede prioridad al primero en cuanto que se
enfatiza la actividad del mismo en el proceso de socialización sobre los
contenidos de la misma: «aprender», «interiorizar», «integrar en la
estructura de la personalidad», «experiencias». «vivir». Evidente-
mente no falta la referencia a la sociedad en los términos de «elemen-
tos culturales», «medio ambiente».
En otros casos, por el contrario, sobresale la prioridad de la sociedad:
Socialización es el proceso por el que todo miembro de una sociedad interioriza durante su época de cre-
cimiento unos esquemas de conducta que le permiten comportarse en esta sociedad en conformidad con
las convicciones y las normas cual corresponde a una persona adulta (Shoeck, 1995: 659).

Es manifiesta tal prioridad en la relevancia que poseen términos como


«sociedad», «esquemas de conducta», «conformidad», «normas»,
que marcan tanto al contenido como al término del proceso de sociali-
zación.

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Esta doble perspectiva no es característica de posicionamientos concre-


tos o singulares, sino que articula los diversos modelos de comprensión
que se pueden encontrar en torno a la socialización. (Gallino, 1995)
agrupa las diversas teorías en tres categorías.
– La socialización como aprendizaje de roles, como en E. Durkheim, T. Parson
y el funcionalismo, que entienden que la socialización hace posible
un comportamiento conforme a las normas dominantes en una
sociedad o en parte de ella, en el supuesto de que esto sea gratifican-
te también para el individuo.
– La socialización como reducción, especificación y canalización de las potencialidades
humana a un campo restringido y preciso de pretensiones. Es el caso
de la teoría psicoanalítica (Freud), donde socialización es un instru-
mento de control y organización de la sociedad; se aprende cuando
se acepta el principio de realidad como correctivo del principio del
placer y como canalización de las energías del yo, según las exigencias
del Super-yo.
– La socialización como capacidad de estimular la actividad personal del socializado hacia
un modelo propio de comportamiento social relevante y coherente
con ciertas expectativas de rol. Así es entendida tanto en el caso de la
teoría del desarrollo cognitivo (Piaget, Lewing, la Gestalt) que parte de la atri-
bución al sujeto de la actividad de simbolización y de integración de las
representaciones mentales en un cuadro prioritario de significados,
que se forman progresivamente en las diversas fases del desarrollo cog-
nitivo del niño; como en el de la teoría de la Interacción simbólica (Cooley,
Mead, Gerth, Wright Mills) según la cual el hombre construye activa-
mente la realidad social (la realidad como construcción social) y la
imagen de sí, que le han transmitido los otros significativos) en una dinámica
interactiva sobre cuyo fondo quedan los otros genéricos.
Los tres modelos se reducen, en realidad, a dos porque se estudia el
proceso, o bien desde la perspectiva de la sociedad, como es el caso del
primer modelo señalado por Gallino, o desde el individuo, en los dos
restantes.
Durkheim es un representante del modelo de explicación desde la pers-
pectiva de la sociedad:

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Por consiguiente el problema pedagógico no se nos plantea con la misma serenidad que para los hombres
del siglo XVII. Ya no se trata de poner en ejecución ideas ya asentadas, sino de encontrar ideas que nos
guíen. ¿Cómo descubrirlas si no nos remontamos hasta la misma fuente de la vida educativa, es decir,
hasta la sociedad? Es, por tanto, a la sociedad a quien se ha de interrogar, son sus necesidades las que se
han de conocer, ya que son sus necesidades las que se han de satisfacer. (…). Por consiguiente, no creo
obedecer a un simple prejuicio ni ceder un amor inmoderado hacia una ciencia que he cultivado duran-
te toda mi vida, diciendo que nunca ha sido más necesario al educador una cultura sociológica. (…) No
es que la Sociología pueda ponernos entre las manos procedimientos ya completamente elaborados y de
los cuales tan sólo nos reste servimos... Puede proporcionarnos lo que necesitamos más urgentemente,
quiero decir un conjunto de ideas directrices que sean el alma de nuestra práctica y que la apoyen, que
presten un sentido a nuestra acción, y que nos unan a ella estrechamente; lo que es condición necesaria
para que esta acción resulte fecunda (Durkheim, 1996).

Entendiendo la educación como «socialización», y la cuestión pedagó-


gica como sociológica, la socialización tiene como objetivo «integra-
ción» que se sirve de «transmisión» como estrategia. La perspectiva en
que se sitúa es la sociedad al ser el punto de confluencia de uno y otro
proceso al ser término de la integración y agente de la transmisión.
Ambos conceptos responden a las dos cuestiones que plantea la sociali-
zación, ¿por qué y cómo se integran los individuos en la sociedad?
Ahora bien, ni los conceptos ni las cuestiones se pueden separar porque
la explicación de la integración estriba en la confluencia de un doble
aspecto, la transmisión que realiza la sociedad sobre los individuos, lo
específico de la educación, un fenómeno social fundamental ya que el
medio social «tiende a modelar al niño a su imagen» (Durkheim, 1993)
y la acción de instituciones históricas, como la escuela, que integran al
hombre moderno en todo el espesor de la tradición.
Una perspectiva distinta es la que encontramos en G. H. Mead, que
comprende el proceso de socialización desde el individuo entendido
como persona:
Lo que quiero destacar es la característica de la persona como objeto para sí. Esta característica está
representada por el término «sí mismo» que es un ente reflexivo e indica lo que puede ser al propio tiem-
po sujeto y objeto. Este tipo de objeto es esencialmente distinto de otros objetos, y en el pasado ha sido dis-
tinguido como consciente, término que indica una experiencia de la propia persona. Se suponía que la
conciencia poseía de algún modo esa capacidad de ser para sí misma. Al proporcionar una explicación
conductiva de la conciencia tenemos que buscar alguna clase de experiencia en la que el organismo físico
pueda llegar a ser objeto para sí mismo. ¿Cómo puede un individuo salir fuera de sí («experiencialmen-
te») de modo de poder convertirse en un objeto para sí? Este es el problema psicológico esencial del ser
persona o conciencia de sí, y su solución se encontrará recurriendo al proceso de la conducta o actividad
social en que la persona o el individuo dado está implicado (Mead, 1968).

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La socialización se entiende como «proceso mediante el cual se adquie-


re un sentido de identidad personal y se aprende lo que las personas
creen en la cultura circundante y cómo esperan ellos que uno se com-
porte». (Musgrave, 1972). Mediante la socialización los individuos
aprenden valores, normas, habilidades de su cultura, adquieren sentido
de quiénes son y a dónde pertenecen. Nuestras identidades, compren-
siones y comportamiento se forman por el proceso de socialización de
toda la vida, en el cual el ser humano va desarrollando y perfeccionan-
do sus potencialidades naturales, aculturándose, cultivándose. Se
aprenden disciplinas básicas, aspiraciones aceptadas, destrezas necesa-
rias y roles apropiados. Es un proceso progresivo de toda la vida. El
comportamiento humano es, en esencia, aprendido.
Lo dicho hasta aquí nos permite sacar algunas conclusiones en torno a
la forma de explicar el proceso de socialización desde los términos de la
relación que lo constituye, la sociedad o desde el individuo:
– En ambos modelos, tanto la sociedad como el individuo, son térmi-
nos de la relación: tienen existencia con independencia de dicha
relación.
– En esa relación tienen lugar determinados procesos como «asimila-
ción» «interiorización», «transmisión», «integración», de los
que son términos de la relación, sujeto y objeto la sociedad y el indi-
viduo.
– Tiene un contenido, de forma genérica, la cultura del grupo, con-
cretado en normas, valores, creencias, pautas de comportamiento.
Todos son contenidos independientes tanto del proceso de socializa-
ción como de los términos entre los que tiene lugar dicho proceso.
– Mira a unos efectos: la adaptación del individuo a la sociedad, el
aprendizaje de roles, la construcción de la propia identidad. De la
misma manera que los contenidos, una vez producidos son tan con-
sistentes como la sociedad o el individuo.
Esta forma de comprender socialización implica, por tanto, una forma
de entender tanto al individuo y a la sociedad como la relación entre
ambos y el contenido de la misma: todos son tenidos como consistentes
e independientes, es decir, anteriores a dicha relación; la relación de

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socialización es algo que les sobreviene, que modifica su forma de ser,


pero que en absoluto los constituye.

2. AMBIENTES VIRTUALES

De entrada, comenzaremos diciendo que por ambientes virtuales, de


forma genérica, vamos a entender aquellos contextos sociales surgidos
de la interacción de individuos en la utilización de herramientas tele-
máticas. Análogamente a lo hecho con el proceso de socialización, nos
referiremos a aquellos aspectos característicos y relevantes para nues-
tro objetivo. Después de una referencia genérica a la interacción a tra-
vés las TIC (Tecnologías de la Comunicación e Información), nos
detendremos en el análisis de los procesos de interacción algunos
tipos concretos de ambientes virtuales como son los educativos y los
corporativos.
La rápida y creciente evolución de las tecnologías de la información,
comunicación y expresión han dado lugar a diversas herramientas sin-
crónicas y asincrónicas. Las herramientas sincrónicas implican una
interacción en tiempo real y crean vías para la socialización entre los
individuos conectados a un mismo tiempo, en lugares y ambientes
muy diversos. Las herramientas asincrónicas posibilitan también una
mayor flexibilidad en el tiempo, en cuanto que los ambientes de
comunicación quedan reservados para momentos acordes con la dis-
ponibilidad de cada individuo. Cada uno puede fijar su horario para
la interacción.
Esas herramientas han contribuido al surgimiento de redes sociales y
ambientes virtuales para propósitos muy variados, como entretenimien-
to, comunicación con amigos y familiares, información, transmisión de
noticias, discusiones, entrenamiento, formación permanente, entre
otros. Tienen de común el que están a disposición de los individuos
para su interacción como miembros de comunidades virtuales, en fun-
ción de sus objetivos e intereses comunes. También es común el que
posibilitan un tipo de interacción entre individuos de diferentes regio-
nes y culturas que tienen lugar de forma multidireccional y con gran
rapidez.

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Los ambientes virtuales son fluidos, dinámicos, construidos y mante-


nidos a partir del proceso de interacción. Podemos encontrar una
semejanza entre el carácter de esos ambientes y el concepto de moder-
nidad líquida propuesto por Bauman (2001). Según el autor, la
modernidad sólida, regida por estructuras sociales jerarquizadas esta-
blecidas en las relaciones, da lugar a la modalidad líquida, en la que
las estructuras y las jerarquías no consiguen mantenerse y abren
ambientes a «lo plano», «lo flexible», donde las relaciones son ines-
tables, más efímeras, y menos duraderas. En esa sociedad, nada es
definitivo pues nada tiene rigidez en los vínculos. Bauman (2001)
defiende la idea de que mediante la inestabilidad y fragilidad de las
relaciones las personas privilegian la dimensión cuantitativa a la cua-
litativa. En las redes sociales, como Orkut y Facebook, se multiplican y se
acumulan las relaciones por la facilidad para conectarse y desconectar-
se dando lugar a un espacio que posibilita el anonimato o la multipli-
cidad las identidades. Se experimenta la vivencia de un nuevo tipo
presencia que no precisa de lo físico, libre en el espacio y en el tiem-
po, abierto a las posibilidades de lo virtual.
En los ambientes virtuales, los individuos pueden asumir diferentes
roles e identidades. En aplicaciones más recientes, en las que se utilizan
recursos de la realidad virtual, se utilizan simulaciones, figuras creadas a
imagen y semejanza del usuario, formando una representación virtual,
permitiendo su «personalización» en el ordenador. La forma como
tienen lugar las relaciones entre individuo y los grupos sociales para el
proceso de socialización en resumidas cuentas, hace que nos planteemos
algunas cuestiones interesantes como las siguientes: ¿cómo tiene lugar,
por ejemplo, la relación entre individuo, cambio y sociedad? ¿Qué
impactos produce la representación virtual del individuo en otro indi-
viduo? ¿Cómo tiene lugar el proceso de construcción de una identidad
en la virtualidad?
2.1. Ambientes virtuales educativos
Los ambientes virtuales son valorados tanto en el campo educativo como
en el social-corporativo. En el campo educativo, se puede destacar las
contribuciones de los ambientes virtuales al aprendizaje para los proce-
sos de socialización entre estudiantes y profesores, especialmente en el
ámbito de la Educación a distancia.

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Los ambientes virtuales de aprendizaje (AVAs) son entendidos por


Filatro (2007) como «ambientes multimedia en Internet, cuyas herra-
mientas y estrategias parecen propiciar un proceso de aprendizaje basa-
do fundamentalmente en la interacción entre los participantes, estimu-
lando el trabajo cooperativo».
Según la Universidad Católica de Brasilia (2009):
El ambiente virtual es un espacio que, con la ayuda de nuevas tecnologías ayudadas por el ordenador,
permite la construcción de un espacio mucho más próximo al de la realidad, y que disminuye ampliamen-
te la noción de límites. Se caracterizan por las ilimitadas posibilidades de interacción que permiten entre
las personas, así como la sensación de presencia como si se estuviera viviendo realmente en otro lugar
(UCB, 2009, UEA 6).

La interacción aparece entonces como palabra clave cuando se trata de


ambientes virtuales de Aprendizaje. Esa interacción es posible en función
de las herramientas sincrónicas y asincrónicas disponibles en el ambiente.
Además de ambientes para la producción colectiva de textos y documen-
tos, se crean ambientes para la discusión de los más variados temas o para
la publicación de producciones individuales y colectivas. Se produce así
una intensidad en los cambios, en la socialización, que contribuyen al
cambio de comportamiento de los individuos en la medida en que contri-
buyen a la efectividad del proceso de aprendizaje a partir del proceso del
pensamiento crítico y de la capacidad de resolución de problemas.
Según Rosado y Bohadona los ambientes virtuales en general, favorecen:
(a) el intercambio de ideas entre individuos, aunque éstas sean diferentes; (b) el diálogo crítico; (c) la
reflexión del pensamiento individuo; (d) la negociación como mejor medio para el logro de objetivos en
común; (e) el desarrollo de la capacidad sacar conclusiones; /f) el cambio de experiencias sobre proble-
mas trabajados y sobre el modo de abordarlos; (g) la interacción entre sujetos en tiempos y ambientes dis-
tintos; y (h) ejecución de trabajos colectivos (Rosado y Bohadona, 2007: 7).

Aunque las interacciones virtuales no sean tan inmediatas como las que
acontecen en las clases físicas, tradicionales, no obstante tienen lugar
con más profundidad y su diversidad es mayor en lo que se refiere a
temas, culturas y experiencias por la flexibilidad de tiempo y espacio.
2.2. Ambientes virtuales corporativos
En el ámbito corporativo, los ambientes virtuales ofrecen unas oportu-
nidades muy ricas para el proceso de Aprendizaje Organizacional en

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cuanto que facilitan la socialización entre los individuos y, en conse-


cuencias, contribuyen a la creación y gestión del conocimiento en las
organizaciones.
Según Nonaka y Takeuchi (2008: 24), compete a las organizaciones
convertir el conocimiento implícito (conocimiento personal, subjetivo,
de difícil representación y transferencia, referido a la percepción y a la
experiencia) en explícito (conocimiento objetivo, de fácil codificación y
transferencia) y viceversa, siendo cuatro las posibilidades de conversión
implicadas en el proceso de creación del conocimiento (proceso SECI),
como se puede ver en el esquema representado en la figura 1:

Figura 1. Proceso de creación del conocimiento (Nonaka y Takeuchi, 2008).

En ambientes corporativos, se percibe que, de modo general, la sociali-


zación entre los colaboradores es constante desde que se pone en mar-
cha el ciclo de creación del conocimiento, en cuanto que visibiliza la
exteriorización y posterior combinación, hasta que la organización
puede concretar la «internalización».

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Al hablar de socialización, es fundamental comprender que cada uno de


los actores, tanto desde un contexto interno compartido como desde un
ambiente externo, contribuye con la riqueza de sus vivencias personales,
experimentando cambios intencionales o no en todo momento por el
simple hecho de convivir o de comunicarse. Tales relaciones se amplían
en la medida en que los individuos se agrupan y los cambios ocurren no
sólo dentro de ellos sino también dentro del propio grupo y de otros
grupos, proceso que Nonaka y Takeuchi denominan de «externaliza-
ción». La ampliación de esos procesos continuos cada vez más comple-
jos de interacción da lugar a la cultura organizacional:
En las organizaciones, la socialización puede ser facilitada por las
Comunidades de Práctica virtuales, definidas por McDermott (2000, apud
Preto, 2004) como un grupo de personas que comparten y aprenden
unos con otros por contactos virtuales y que tienen objetivos y necesida-
des de resolver problemas, intercambiar experiencias, descubrimientos,
modelos, herramientas y mejores prácticas. Según Wenger e Zinder
(2000), las Comunidades de Práctica son «grupos de personas unidas
informalmente para compartir experiencias y pasión por una empresa
común», y para encontrarse, colaborar en la ejecución de actividades y
en la solución de problemas.
Los elementos estructurales de las Comunidades de Práctica, de acuer-
do con Wenger y Zinder (2000) son:
Dominio: se refiere al tema de interés tratado en la comunidad, o sea,
lo que la comunidad está requiriendo en aquel momento.
Comunidad: grupo de personas que interactúa, aprende junta, constru-
ye relaciones y desarrolla sentido de pertenencia en relación a un
dominio.
Práctica: conjunto de estructuras, herramientas, informaciones, esti-
los, lenguaje, historias y documentos compartidos por los miembros.
Existir una práctica o no, es un interés común entre los integrantes de
la comunidad.
Las Comunidades de Práctica virtuales pueden ser de gran valor para el
funcionamiento de cualquier organización, ya que posibilitan la socia-
lización entre los individuos, el intercambio y la interpretación de

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información. Dado que sus miembros comparten una misma compren-


sión, saben lo que es relevante y la mejor manera de compartir el cono-
cimiento con otros colegas. De este modo, las Comunidades de Práctica
virtuales se convierten en un canal de comunicación de las mejores
prácticas; de proyectos y/o feedback para toda la organización; pueden
almacenar el conocimiento vivo, estimulante, dinámico, mejor que
ningún manual o banco de datos.
De lo dicho sobre lo que constituye y caracteriza a los ambientes virtua-
les podemos resaltar los siguientes aspectos:
– La importancia de las redes sociales para el proceso de socialización
por su flexibilidad y adaptación a diversos ambientes y los más varia-
dos objetivos.
– La relevancia de interacción para el proceso de socialización en lugar
de la transmisión o integración.
– El nuevo perfil asumido por los actores de los procesos interactivos
en los ambientes virtuales en comparación con la llevada a cabo en los
ambientes físicos: pueden aparecer desposeídos de todo tipo de
identificación en función de estatus, roles sociales, mostrándose o
bien ocultos en el anonimato o envueltos en múltiples identidades.

3. SOCIALIZACIÓN EN AMBIENTES FÍSICOS Y VIRTUALES

Analizado el proceso de socialización y las formas según las cuales tienen


lugar las interacciones entre los individuos en los ambientes virtuales, el
problema es analizar el impacto de los ambientes virtuales en el proceso
de socialización: ¿cómo afecta al proceso de socialización el nuevo tipo
de interacción que tiene lugar en los ambientes virtuales? ¿Cómo se
manifiesta el proceso de socialización en estos ambientes con relación a
como tenía lugar en los ambientes físicos? Intentaremos mostrar que la
socialización en los ambientes virtuales, en lugar de aparecer como pro-
ceso de integración y de transmisión, como acontecía en los ambientes
físicos, se manifiesta: a) como proceso de individuación y estandariza-
ción, y b) como proceso de reproducción social (del grupo social) por
parte del individuo.

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3.1. Individuación y estandarización


Como en los físicos, la socialización en los ambientes virtuales implica
una relación de individuo y sociedad. Ahora bien, la dirección del pro-
ceso de tal relación se invierte ya que se manifiesta más como un proce-
so de individuación que de integración en la sociedad.
Ulrich Beck (2009) hace un análisis del significado de la individuación
desde la perspectiva social e histórica. Según él, la «individuación» signi-
fica los aspectos subjetivo-biográficos de la última fase de industrialización
y modernización. En este proceso de individuación cabe distinguir, por
tanto, dos aspectos, el que hace referencia (objetiva) a las condiciones de
vida, y el (subjetivo) que se refiere a la identidad y personalización del
individuo/sujeto. Desde la perspectiva subjetiva, la individuación es expli-
cada por su relación a categorías subjetivas, como procesos de formación
de la persona, como ser único y como emancipación; desde la perspectiva
objetiva, por su relación a las categorías objetivas de lo que ocurre a los
individuos en términos biográficos. Si desde la perspectiva subjetiva la
individuación tiene que ver con lo que pasa en la conciencia, desde la
perspectiva objetiva, se trata de ver lo que ocurre a los individuos, lo que
tiene que ver fenómenos relacionados con su entorno, como procesos de
liberación, de emancipación de control y de pérdida de estabilidad.
Este análisis de Beck puede servirnos para poder mostrar la socialización
en los ambientes virtuales más en términos de proceso de individuación
que de integración. Hemos señalado más arriba que el sujeto de los pro-
cesos de interacción en los ambientes virtuales está desposeído tanto de
la identidad personal por llevarse a cabo en el anonimato, como de la
identidad social en cuanto que tiene lugar con independencia de todo
tipo de rol o estatus social. La individuación en ambientes virtuales sig-
nifica una liberación de relaciones basadas en estatus y roles.
Las relaciones, ahora, más que estar determinadas por criterios como
estatus o roles, guardan relación con criterios de otro tipo, como traba-
jo, la familia o la vida cotidiana. Castells (2006: 277) ha realizado diver-
sas investigaciones sobre los determinantes de las relaciones sociales en
ambientes virtuales. El estatus, más que ser criterio selectivo, puede ser
determinante de la extensión de las relaciones; las personas con un status
social superior puede tener un espacio de interacción más extenso y más

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diversificado, mientras que la gente procedente de las clases bajas tiende


a mantener un contacto más habitual con familiares y vecinos, por lo que
tiene menos necesidad de comunicarse a grandes distancias. Asimismo las
personas con un nivel educativo más alto parecen más inclinadas a comu-
nicarse a larga distancia por correo electrónico con sus amigos que los
demás. Los usuarios más jóvenes tienden a comunicarse por correo elec-
trónico, especialmente con los amigos, mientras que los usuarios de
mayor edad dan preferencia a las relaciones familiares.
Otros criterios determinantes de las relaciones en los ambientes virtuales
pueden ser intereses o temáticas comunes, concentrándose alrededor de
fórums o grupos de discusión, sin tener en cuenta cualquier otro condi-
cionante social, siempre que estos no se antepongan a los intereses del
grupo en cuestión (Masuda, apud Rodrigues, 1998). Incluso la relación
puede no tener un origen definido (Lameiro y Sánchez, 1998); el acerca-
miento de las personas a Internet puede obedecer a una suerte de curio-
sidad intelectual por saber de qué se trata esa cuestión del ciberespacio.
Esta «desmarcación de lo social», sin embargo, no es más que un pri-
mer momento de este proceso, porque, al mismo tiempo, está condu-
ciendo a una «reintegración». En el proceso de individualización des-
aparecen unos determinantes de relación, como roles o estatus, pero
emerge un nuevo modelo al surgir nuevas dependencias. En lugar de los
lazos tradicionales y de las formas sociales (clase social familia nuclear)
aparecen instancias secundarias e instituciones que configuran el curso
de la vida del individuo. Los ambientes virtuales comportan la estanda-
rización de herramientas, de lenguajes, de formas de vida. Las condicio-
nes de vida individuales originadas, como cobertura de necesidades,
adquisición de recursos, acceso a la información y a la cultura, son cada
vez más dependientes de los ambientes virtuales. Simultáneamente a la
individuación ocurre una estandarización que, transformada en institu-
cionalización de formas de vida, comporta para el individuo al mismo
tiempo que una integración una exigencia de control. En los ambientes
virtuales lo que comienza siendo un proceso de individuación que da
lugar a condiciones individuales y a ámbitos asociados a la privacidad,
termina originando formas de vida no individuales y ámbitos disociados
de la privacidad. Eso hace que la existencia privada individualizada
depende de las situaciones y condiciones que escapan totalmente a su

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intervención. Se generan situaciones de conflicto, de riesgo y problemas


que, impiden toda solución individual. La individuación, debido a las
condiciones del marco social, se ve afectada de modo que la existencia
autónoma puede también quedar comprometida.
Todo esto no puede no afectar al proceso de socialización en ambientes
físicos al implicar no sólo al individuo sino también a los agentes de
socialización, como la sociedad y los subsistemas sociales como sistemas
educativos, de trabajo, de mercado, que terminan afectando a secuen-
cias de las biografías privadas.
3.2. Individuo y reproducción social
La socialización en los ambientes virtuales, más que como integración,
se muestra como proceso de reproducción social (del grupo social) por
parte del individuo.
Anteriormente nos hemos servido del análisis de la individuación de Beck;
ahora nos serviremos del concepto de «Sociedad Red» utilizado por
Castells para hacer ver lo que queremos decir cuando hablamos de socia-
lización como reproducción social vinculados al proceso de individuación:
Una sociedad en red es aquella cuya estructura social está compuesta de redes potenciadas por tecnolo-
gías de la información y de la comunicación basadas en la microelectrónica (Castells, 2006: 219).

Lo que constituye a la Sociedad Red no es la utilización de unas tecnologí-


as para su relación, sino el tipo de estructura de redes, contrapuesta a un
tipo de estructura que podemos llamar tradicional de la sociedad física. La
estructura social tradicional surge fundamentalmente de tres tipos de rela-
ciones: las relaciones de producción, muy ligadas a la interacción del hombre con
la naturaleza y a la transformación de ésta por el hombre para la produc-
ción de bienes y servicios que satisfagan sus necesidades; las relaciones de expe-
riencia, o conjunto de relaciones que contraen los individuos en la sociedad
y que se han estructurado históricamente alrededor del sexo y la familia; y
las relaciones de poder, entendido éste como la habilidad de ejercer la violencia
para garantizar el cumplimiento de las reglas sociales dominantes.
En la Sociedad Red, la estructura viene constituida por un tipo de
«redes», redes de información, que procesan, almacenan y transmiten
información sin restricciones de distancia, tiempo ni volumen. La

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sociedad viene a resultar como una red, es decir, como un conjunto de


nodos interconectados, no siendo estos nodos otra cosa que puntos de
intersección originados en la interacción de los diversos individuos y
grupos sociales (Castells, 2006: 29).
La comprensión de la socialización como integración en la sociedad
física partía del supuesto que las categorías de «yo», «grupo», «socie-
dad» se referían a realidades consistentes. En el contexto de la
Sociedad Red, la prioridad que tenían tales categorías la adquiera los
procesos interactivos. Lo que constituye la Sociedad red es la interac-
ción entre individuos, recursos tecnológicos, contenidos de la infor-
mación. Lo consistente ahora es la interacción, que hace significativos
los términos de la socialización, sociedad e individuo, y los contenidos
de la misma, roles, estatus, creencias, valores.
Esta prioridad de la interacción confiere particular importancia a una cate-
goría temporal sobre las demás: el presente. Al estar constituidos lo indi-
vidual y lo social por la interacción, la sociedad encuentra al ser individual
y es encontrada por él en el presente. La sociedad presente que encuentra
el individuo no es la sociedad que «es» sino la sociedad que «deviene», la
que deriva de la correlación entre pasado y futuro; la permanencia de la
sociedad no es otra que la permanencia, la estabilidad de un devenir que
posee dimensión temporal. A su vez, el presente individual, no es el pre-
sente psicosomático, sino el de la relación social vista desde el individuo.
La sociedad es para el individuo una exigencia determinada de porvenir
y una conservación del pasado. El futuro del individuo en la sociedad es un
futuro reticulado, condicionado según puntos de contacto. El compro-
miso del individuo dentro de la sociedad lo encamina hacia el hecho de
ser esto o aquello. El devenir ya no se efectúa desde el futuro al presen-
te, sino en sentido inverso; a partir del presente: es como el individuo ve que
se le proponen fines, roles a escoger, como debe tender a esos roles, a
esos tipos, hacia esas imágenes, ser guiado por estructuras que se esfuer-
za en realizar poniéndose de acuerdo con ellas y llevándolas a cabo. La
sociedad presenta, frente al ser individual, una red de estatus y roles a
través de los cuales debe pasar la conducta individual. Socialización
equivale a la coincidencia entre lo individual y lo social. Para la sociedad
lo que importa es el pasado individual: el acuerdo entre lo individual y

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Socialización y ambientes virtuales

lo social se logra por la coincidencia reticular. La socialización, en tanto


que interacción de individuo y sociedad se convierte así en proceso de
reproducción de la sociedad por parte del individuo. La socialización en
la Sociedad Red implica también para el individuo la adopción de for-
mas de vida, la institucionalización de su privacidad y biografía perso-
nal. El individuo es obligado a proyectar su porvenir a través de esa red
social que ya está ahí (red social son roles, tipos, imágenes…).
De forma diversa a como acontece en los ambientes sociales físicos, no se
puede considerar lo social y lo individual enfrentándose de modo direc-
to en una relación entre el individuo y la sociedad. Este enfrentamiento
se lleva a cabo cuando lo social se vuelve sustancial en la sociedad; pero lo
social verdadero no es algo del orden de lo sustancial, no es un término
de la relación, sino un sistema de relaciones, sistema que implica una
relación y la alimenta. El individuo sólo entra en relación con lo social a
través de lo social. En realidad, entonces, el grupo no está formado por
individuos reunidos en grupo a través de ciertos lazos (roles, intereses,
estatus, creencia, valores), sino por individuos agrupados, individuos de grupo: los
individuos son individuos de grupo como el grupo es grupo de indivi-
duos. No tiene sentido hablar de influencia del grupo sobre el individuo
pues la acción es contemporánea de la vida de los individuos y no inde-
pendiente de ella. El grupo no es tampoco realidad interindividual, sino
complemento de individuación a gran escala que reúne a una pluralidad
de individuos. Existe una mutua convertibilidad de estructuras en opera-
ciones y de las operaciones en estructura: la operación relacional tiene valor de ser.

4. CONCLUSIÓN

Hemos comenzado analizando el significado de la socialización en


ambientes sociales físicos, y lo hemos presentado como «procesos de
«integración» y «transmisión» o como «procesos de configuración
del yo social a partir de status, roles, o funciones».
En segundo lugar, hemos analizado el tipo de interacción que tiene
lugar en ambientes virtuales, teniendo como referente unos ambientes
concretos, como los educativos y los corporativos. En ambos casos, la
palabra que ha resultado ser clave ha sido «la interacción».

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Ana Paula Costa e Silva - Sabino de Juan López

Finalmente, hemos subrayado la transformación que implica la com-


prensión de la socialización en los ambientes sociales virtuales con rela-
ción a los ambientes sociales físicos: en primer lugar, la conversión del
proceso de integración del individuo o de configuración del yo social en
proceso de individuación y de estandarización; en segundo lugar, la
transformación del mismo concepto de integración, del yo integrado,
del medio social así como del contenido de la integración.
Nos permitimos proponer conclusiones en relación con los ambientes
virtuales y que pueden resultar particularmente válidas para la praxis
educativa:
– La fortaleza: los ambientes virtuales resultan ser nuevos contextos de
educación. Más que herramientas, recursos para los procesos de
enseñanza aprendizaje o para la educación, resultan ser auténticos
agentes de educación. Los ambientes virtuales, más que valor de sim-
ple recurso o herramienta, se puede decir que tienen valor de fin; la
calidad y la eficacia de la acción educativa puede derivar de la habili-
dad de construir tales ambientes, más que de «utilizarlos».
– La ambivalencia: como hemos mostrado, la socialización/interacción en
ambientes virtuales comporta, al mismo tiempo que un proceso de
individuación, un proceso de estandarización. Por una parte, puede
resultar positivo para el individuo al permitirle la construcción de la
singularidad de su persona, de su libertad y de su autonomía. Pero
hemos puesto también el otro significado del proceso de interacción,
la estandarización; es decir, la sumisión a unos estereotipos sociales
pueden ser sustituidos por unos modelos estandarizados, prefabrica-
dos, que resultan ser impersonales más anónimos al ser producidos por
la técnica, dando lugar al anonimato, a la tecnificación de la relación.
– Un reto: la utilización de sus posibilidades de construcción de ambien-
tes interactivos. Los procesos interactivos resultan ser fundamentales
para las nuevas formas de enseñar y aprender. Las tecnologías de la
información y la construcción descubren toda su potencialidad pre-
cisamente cuando son comprendidas como herramientas para la
construcción de ambientes interactivos, para ambientes del tipo de
enseñanza y aprendizaje demandado tanto por la sociedad como por
los individuos.

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Socialización y ambientes virtuales

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