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La actividad misionera en el siglo XVII

Las potencias del siglo XVII son:

Francia, Suecia, Holanda, Dinamarca e Inglaterra

En América encontramos una rápida instauración de la jerarquía ordinaria, en la cual se


pueden individuar también algunas instituciones de carácter misionero:

1. Las doctrinas: parroquias de indígenas dependientes del obispo pero atendidas por
misioneros religiosos.
2. Las misiones: son estaciones misioneras en las zonas periféricas: clásicos
asentamientos misioneros en las zonas todavía no evangelizadas. En general no dan
buenos resultados por encontrase en zonas con habitantes poco civilizados, con una
economía basada en la caza y de cultura nómada. Se encuentran sobre todo en las zonas
del norte, Sinaloa, Sonora, California (Junípero Serra), Arizona (misiones entre los
apaches), Nuevo México, Texas, Florida. En el sur en Guayana, a lo largo del Orinoco, en
el alto Perú y en la Patagonia.
3. Las reducciones: son un ingenioso experimento creado por los jesuitas, las más
importantes fueron aquellas de Paraguay que funcionaron entre 1610 y 1768, sobre todo
con los indios Guaraní. Las reducciones eran grandes villas, algunas con entre 4.000 y
5.000 habitantes, construidos todos con un idéntico diseño, al centro, una gran plaza
cuadrada, que tenía en medio un calvario o una imagen de la Virgen, en torno a los tres
lados de la plaza se alineaban las casa de los indígenas (una por familia, terreno plano con
cercas), cubierta por arboles; en medio del cuarto lado surgía la Iglesia que se quería fuese
rica y amplia. De frente a la Iglesia surgía a un lado la casa de los padres jesuitas con la
escuela, en el otro lado se encontraban los depósitos y las oficinas, cada familia disponía
de un pequeño jardín. En Cada reducción había una enfermería-hospital, un pequeño
hospicio, una posada equipada con capilla, para las personas que estuvieran allí de paso.
Entorno a la villa se extendían tierras cultivadas o con vastos para rebaños, cuyas
ganancias eran colectivas. La originalidad de las reducciones se encuentra sobre todo en
su posición jurídica de frente a la corona y en la perfección del paternalismo teocrático
bajo el cual ellos vivían. Las primeras reducciones se asentaron en territorios que todavía
no habían sido ocupados ni por España ni por Portugal. Los indios que allí habitaban
habían aceptado libremente la soberanía del rey de España, recibieron de la corona un
estatuto particular. Estos están directamente sujetos al rey, sin que jamás sus territorios
puedan ser cedidos a feudo o encomienda alguna. Solo una carga el corregidor real (un
lugarteniente del gobernador real de la provincia), es nombrado por el gobernador, en el
1.700, los corregidores son indígenas y no más los españoles, todos los demás
magistrados son elegidos por los indígenas. las Repúblicas cristianas del Paraguay
gozaban de una cierta autonomía respecto a la corona española. En realidad esta era una
creación de los jesuitas que tenían el gobierno espiritual y temporal, habían hecho un
pequeño mundo cerrado, en el cual ningún europeo tenía derecho de entrar, solo el
gobernador y el obispo, y en casos y visitas fugases. Toda la vida de las reducciones era
regulada hasta en los más pequeños detalles: instrucción religiosa, matrimonio, trabajo,
música y distracción. La sofocante minuciosidad de tales reglamentos, aparentemente hizo
fallar el sistema cuando se le quiso aplicar a tribus más turbulentas, pareció no ser muy
pesado para los indios guaraníes, gente de dócil carácter capaz de aceptar una paternalista
organización de la propia vida. En cada reducción hay dos sacerdotes jesuitas, uno como
párroco con el encargo de asistir a los neófitos en sus necesidades, el otro sacerdote
visitaba los campos, asistía a los enfermos y otros encargos. El domingo y el jueves se
explica la doctrina cristiana a todo el pueblo reunido en la iglesia. Y cada día se da
catecismo a los niños. Los jesuitas han instituido en cada reducción una escuela para los
hijos de los caciques y de los notables y para los niños destinados a cantar en la iglesia. A
partir de 1640, para defenderse de los ataques de los portugueses en Brasil, los jesuitas
establecen una milicia local. La lengua oficial de las reducciones es la indígena, y está
prohibido el acceso de los blancos a ella, el mayor periodo de florecimiento de este
modelo lo encontramos entre 1650 y 1720.

También en Brasil los jesuitas intentaron un experimento similar al de las reducciones,


pero con menores resultados. De hecho aquí para sustraer a los indios de las violencias de
los blancos y para garantizar a ellos una sede estable, los jesuitas crearon villas llamadas
aldeas, en las cuales los indígenas recibían formación técnica e instrucción religiosa. Las
aldeas se diferenciaban de las reducciones en Paraguay, en cuanto que eran suburbios
indígenas de los centros portugueses, mientras que las reducciones eran núcleos
independientes y lejanos de las ciudades la institución de las aldeas desencadenó la
reacción de los colonos portugueses, que viéndose privados de la mano de obra económica,
organizaron escuadras especializadas en hacer racismo de indígenas en las villa de los
jesuitas

En Japón, el proceso de inculturación había sido llevado adelante por el jesuita italiano
Alessandro da Valignano, en el siglo XVII gran persecución con miles de mártires, se
cierran el acceso de extranjeros a la isla, quedan solo un grupo de desolados cristianos, sin
clero y escondidos, que serán encontrados por los misioneros en el siglo XIX.

En India, la situación de la Iglesia es compleja, continúa la división por ritos (latino y


malabar), y los conflictos entre las zonas dependientes de Propaganda fide y el Padroado.

En 1623 se iniciaron las misiones en Persia entre los mandeos.

En Canadá, la colonización francesa lleva consigo la evangelización, en general las


comunidades cristianas francocanadienses tienen un alto nivel de vida cristiana y de
moralidad. Las misiones en medio de los indígenas son realizadas por los jesuitas y
sulpicianos (algunas veces con conflictos entre ellos).
En el actual territorio de los Estados Unidos:

A inicios del 1600, los españoles fundan Santa Fe, en Nuevo México, que se transforma en
el centro de las misiones de Arizona, Texas y Nuevo México. En 1680 durante una gran
revuelta de los indígenas la ciudad es destruida. Pero entre 1691-93 la ciudad es
reconstruida por los españoles. Se funda la ciudad de Maryland, por Laret el Católico
Cecil Calvert, lord Baltimore. En 1634 se celebra allí la primera eucaristía.

 La Congregación De Propaganda Fide.

La Sacra Congregatio de Propaganda Fide, es un dicasterio de la Curia Romana,


actualmente llamado Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

Su nacimiento tiene como causa un evento histórico de la segunda mitad del 1500. De
hecho en 1568 el papa san Pío V viendo los grandes frutos de la evangelización en la
América española (un vasto territorio que va desde la baja California hasta la Tierra del
Fuego), desea enviar un legado pontificio para poder ver directamente el campo de acción y
poder tomar las decisiones necesarias para un mejor gobierno espiritual de las jóvenes
comunidades surgidas con la conquista. Se encuentra con la negativa del rey de España
Felipe II, que ve en esta acción una amenaza contra el poder adquirido por la corona a
favor del patronato. Por tal motivo el papa crea una comisión de cardenales que estudien las
posibilidades de acción en ámbito misionero, y que tiene dos secciones: una para Europa
septentrional (países protestantes), otra para las indias occidentales y orientales.

Al finalizar el siglo XVI el papa Sixto V organiza la Curia Romana con un sistema de
congregaciones, y se comienza a pensar en la creación de una que se ocupe de las misiones.
La institución definitiva de la nueva congregación se realiza el 22 de junio de 1622, con la
constitución Inscrutabili del papa Gregorio XV (1621-1623): esta está compuesta de 13
cardenales, dos prelados y un secretario (el primero muy importante Francisco Ingoli), en
1626 se funda la tipografía poliglota, en la cual se imprimen libros en diversas lenguas , en
1627, se instituye el colegio Urbano de Propaganda Fide (que toma su nombre del
pontífice del tiempo Urbano VIII), quien proveía a la formación de los misioneros y que
llegaría a ser con el pasar el tiempo la Universidad Urbaniana. La congregación nace con
dos objetivos:

1. Oponerse y hacer competencia al patronato español y portugués, recuperando


territorios dirigidos por Roma (en cierto sentido es la conciencia de haber cometido
un error con la concesión de derechos de patronato a las dos coronas de la
península Ibérica).

2. Superar con una indicación de lo alto los particularismos de las diversas órdenes
religiosas, que causaban a veces rivalidades y conflictos por el deseo de crear zonas
de “monopolio”.
En esta política, Propaganda busca apoyarse en Francia y utiliza muchos misioneros
italianos, franceses y flamencos.

Líneas de política constante.

 Promoción del clero local.


 Protección de los pueblos colonizados
 Independencia de los patronatos
 Evitar compromisos políticos

En su accionar dentro de esta política la congregación debe moverse contando siempre con
un doble ámbito de relación:

Propaganda Fide - ordenes misioneras.: la congregación no tiene misioneros propios, por


lo cual tiene que dirigirse a las órdenes religiosas, que tiene también su dinámica de poder y
de prestigio dentro de la Iglesia (lo mismo deben hacer los patronatos)

Propaganda Fide - potencias coloniales presentes en las diversas zonas de acción


misionera.

Sobre el clero local decreto de Propaganda Fide del 28-XI-1630: es absolutamente


necesario encontrar la manera en que los más aptos entre los indígenas sean promovidos a
las órdenes sagradas, inclusive hasta el sacerdocio. Estos deberán ser instruidos en
conciencia y de forma precisa. Su conducta, oral tendrá que ser puesta a prueba durante
algunos años y se tendrán que formar en la piedad y en la responsabilidad que impone la
religión cristiana”. Los principios a los cuales el documento reclamaba, era la praxis de los
apóstoles y de la Iglesia primitiva, la confianza de la cual gozaría el sacerdote indígena por
parte del pueblo, el conocimiento de la legua, de las costumbres, la mentalidad, la cultura
de sus compatriotas, habrían podido realizar mejor el proceso de encarnación del mensaje
evangélico y disipar las sospechas y disidencias de tipo antieuropeo. Este decreto asume
una gran importancia porque la congregación erradica, con autoridad y autonomía que le
deriva de su ser un dicasterio de la Curia Romana, el prejuicio difundido, según el cual los
indígenas eran incapaces de acceder al sacerdocio, y reafirma la plena legitimidad del
sacerdocio autóctono.

 La cuestión de los Ritos Chinos (1645-1742)


Esta encuentra su origen en la tarea misionera del p. Matteo Ricci S.I. (1552-1610); el
entendió que en China, una nación dotada de una cultura antiquísima, fuese necesaria una
amplia obra de inculturación de la fe: en esto fue seguido por los misioneros de su orden.
Concretamente los jesuitas pensaban que, a diferencia del budismo y del taoísmo, que había
que combatir, el confusionismo, era una filosofía que podía ser cristianizada, así como
sucedió en occidente con Platón y Aristóteles.

En esta línea surge la cuestión de los términos: ¿es mejor usar los vocablos chinos con el
riesgo de no expresar perfectamente el concepto cristiano, o introducir los términos latinos?

Más debatida fue la cuestión de los ritos: el problema era el siguiente ¿es lícito para un
cristiano tomar parte activa en una serie de ceremonias tradicionales en honor de Confucio,
de los difuntos y de los genï de la ciudad? En estas ceremonias había una mescla de lo
religioso y de lo civil (algunas veces se quemaba incienso en honor de Confucio etc.); por
otra parte los funcionarios públicos eran obligados a tomar parte de estos. Resumiendo la
cuestión es un largo debate ente jesuitas de un lado, dominicos y franciscanos de otra y
misioneros de Paris por otra: los primeros decían que tales ritos fuesen solamente civiles y
por tanto lícitos, los otros que eran religiosos y por tanto ilícitos para un cristiano. Las
diversas opiniones reflejaban en parte a las diversas clases sociales a las cuales se dirigían
las ordenes en su misión: los jesuitas dirigían las clases altas, que en efecto no retenían
religiosos tales actos, pero las ordenes mendicantes que dirigían las clases populares, que si
los retenían como actos religiosos, los cuales se escandalizaban al ver a un mandarín
cristiano participar de tales ritos.

Por otra parte los jesuitas aseguraban que prohibir los ritos significaría el fin de la misión
entre la clase alta, pero los mendicantes respondían con el paralelismo de los cristianos en
el Imperio Romano. Además este debate era expresión del conflicto político en China entre
dos potencia coloniales: Francia, que sostiene la Congregación de Propaganda Fide, que es
contraria a los ritos y Portugal que quiere reafirmar sus derechos de patronato, favorable a
los jesuitas y a los ritos chinos.

De esta manera en la primera mitad del siglo XVII el padre Morales O.P, pide a
Propaganda Fide la condenación de los ritos chinos. Así en 1645, llega la condena oficial.

Los jesuitas encargan al padre Martino Martini S.I., de dirigir un contra-memorial que es
presentado en 1654 a Propaganda y a través de esta al Santo Oficio.

1656: el Santo Oficio permite los ritos, pero invita a la vigilancia y al cuidado de no caer en
superstición, afirma que aparentemente los ritos son ceremonias civiles, y que si los
cristianos faltasen, implicaría entonces un daño social.

El p. Giovanni Polanco O.P, pide al Santo Oficio como armonizar los dos decretos.

En 1669, el Santo Oficio responde que hay que aplicar ambos: de hecho las ceremonias
idolátricas son prohibidas por el primero (1645), en cambio solo aquellas civiles son
permitidas por el segundo (1656)

1699, se crea una comisión de cardenales para el estudio de los ritos chinos.

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