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A través de un espacio de concertación y dialogo, como es el Consejo Nacional de Educación

(CNE), se buscó construir en base al consenso el Proyecto Educativo Nacional (PEN), con una
visión a largo plazo, que tiene 6 Objetivos Estratégicos: i) Oportunidades y resultados
educativos de igual calidad para todos, ii) Estudiantes e instituciones que logran aprendizajes
pertinentes de calidad, iii) Maestros bien preparados que ejercen profesionalmente la
docencia, iv) Una gestión descentralizada y democrática que logra resultados y es financiada
con equidad, v) Educación superior de calidad se convierte en factor favorable para el
desarrollo y la competitividad nacional, y vi) Una sociedad que educa a sus ciudadanos y los
compromete con su comunidad.

Este proceso, que inicio el 2017, a través de reuniones de trabajo y debate concienzudo en
torno a una visión articuladora de la educación, considerando este PEN tiene un horizonte Post
Bicentario.

Estos ladrillo que permitirán la construcción de un sistema educativo sólido y con alta
resilencia, tiene un gran artífice que es, el educador, pero no pensando en aquel que brinda
clase o da su experiencia para enriquecer la vivencia de sus alumnos, sino con articulador de la
familia y el estudiante, teniendo como objeto que la educación no se da en el colegio una
exclusivamente, sino se cimienta en la interacción de los padres y los educandos.

Un frase, que vamos a cuñar es “El derecho a la educación como eje articulador”, es cierto que
la constitución releva a la educación como un derecho, pero hoy en día es un deber del
estudiante asistir lo que no permite una adecua interacción y genera un efecto barrera para el
logro de nuestro objetivos, es allí donde uno de los pasos fundamentales para que la
educación continúe siendo un derecho y no en un deber de cada peruano o peruana al 2036.

Muchas veces vemos una película en sagas, es decir: Primer capítulo - Iniciando en el sistema
educativo, segundo capítulo – dando los primeros paso en mi colegio, tercer capítulo – el
segundo escalando hacia la vida, cuarto capítulo concretando mis anhelos profesionales,
quinto capítulo profesionalizando mi vida, etc…..; esta saga, muchas veces nos olvidados que
las personas deben ser el centro de la política educativa, por ello debemos tener siempre
presente que la educación se da en un ciclo educativo, de allí la importancia de ver el centro
de nuestro análisis y estructuralmente un plan a largo plazo para esa generación.

Primera infancia (de 0 a 5 años)

Esta etapa, es crucial, para lo saberes previos, saberes que no están asociados a lectoescritura,
sino, en la gran tarea de que las niñas y los niños desarrollan progresivamente el
reconocimiento y dominio de su propio cuerpo; además, en esta etapa inician un proceso que
los encamina en la afirmación de su identidad y autonomía, así como en la regulación de sus
emociones y conductas, y en una progresiva participación en espacios de socialización.

En el Perú contamos con un marco legal que protege a la primera infancia, así como con
instrumentos normativos que regulan y orientan el desarrollo deseado; lo que nos obliga a
desarrollar acciones claras y articuladas a fin de lograr que las niñas y los niños crezcan y se
desarrollen en entornos seguros, estimulantes y libres de todo tipo de violencia; que
establezcan vínculos emocionales estables; que logren su autonomía física; y que desplieguen
su iniciativa para expresarse, jugar, socializar, explorar y aprender a partir de su curiosidad.

Niñez y adolescencia (de 6 a 17 años)


El siguiente paso, es la niñez, etapa en la cual se intensifica el desarrollo cognitivo, por lo que
no es fortuito que coincida con el periodo de la educación básica; el crecimiento es constante y
hay un mayor desarrollo motor grueso y fino. Además, en esta etapa, las niñas y los niños
aprenden las normas sociales y culturales del entorno, lo que constituye una oportunidad para
que conozcan y valoren la diversidad, desarrollen la empatía y las habilidades sociales que les
permitan conocer y expresar sus emociones, así como relacionarse de forma positiva.

Un punto de quiebre es la adolescencia, es comprender el rápido desarrollo del sistema


nervioso central y otros sistemas biológicos interactúan con los procesos de exploración de la
identidad, de ganancia progresiva de autonomía, de toma de decisiones importantes para la
vida (como la elección de una ocupación futura), y de establecimiento de nuevas relaciones,
aprendizajes y responsabilidades.

Dentro del análisis, debemos considera que existe consenso respecto a que los adolescentes
deberían encontrar en la secundaria una oportunidad para desarrollarse, pensar sus proyectos
de vida y desenvolver habilidades que les permitan integrarse a la sociedad como ciudadanos
éticos, productivos y capaces de seguir aprendiendo; sin embargo, la realidad a la que se
enfrentan es otra.

Juventud y adultez (de 18 a 59 años)

En esta etapa se alcanza el mayor nivel de desarrollo físico (altura, fuerza, agudeza de los
sentidos, entre otros). En el mismo sentido, las habilidades cognitivas están en su periodo de
esplendor (capacidad de aprender nuevos conceptos, hacer inferencias, establecer relaciones
entre objetos, orientación espacial, etc.).

En la juventud y adultez también se consolida la identidad. Esta sirve de base tanto para la
elección e implementación de los proyectos de vida como para la formación de relaciones
interpersonales.

Un aspecto no menor, es que durante la juventud y adultez se puedan alcanzar los niveles más
altos de desarrollo físico e intelectual, sumado a que durante estas etapas se consolida la
identidad de las personas, implica un conjunto de posibilidades. Bien aprovechadas, estas
contribuyen no solo al bienestar de este grupo, sino al de las personas que dependen de ellos
(niñas, niños, adolescentes y, en algunos casos, adultos mayores y personas con discapacidad).

Adultez mayor (de 60 años a más)

Las personas adultas mayores (PAM) son un grupo que se caracteriza por su heterogeneidad;
se espera que al 2036 a nivel mundial 1 de cada 5 personas sea un adulto mayor, y que en el
Perú esta relación sea 1 de cada 6 personas. El envejecimiento poblacional no es un problema
en sí mismo, pero exige que reflexionemos como país y como mundo globalizado acerca de la
forma en la que venimos produciendo y distribuyendo lo producido.

Características del proceso de elaboración del PEN al 2036

Por último, hemos señalado la importancia de este proceso de construcción del PEN, el mismo
que se construido en base a opiniones: i) plurales y participativas, ii) intersectorial e
intergubernamental, iii) sustentado en evidencia, iv) reflexivo y dialogante, y v) basado en una
comunicación activa. Es por ello que este PEN no es de gabinete, sino recoge el sentir de cada
uno de los actores claves identificados que han participado en los diversos foros y taller en las
7 macroregiones.

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