Sei sulla pagina 1di 74

Adoptive Daddy's Issues (Larry)

Por ForgiveQuickly

Problemas de un padre adoptivo.

ADVERTENCIAS:

- Incesto no relacionado.

- Underage.

- Parafilias.

Portada hecha por @LeonelaStylinson

1: H13/L28

Si en un futuro quieren releer esta historia les conviene archivarla porque es posible que
Wattpad vuelva a borrarla.

Harry 13 años.

Louis 28 años.

Louis siempre terminaba sintiéndose mal cada vez que sus sesiones de masturbación
terminaban. Quizás era por la ligera infancia religiosa que tuvo gracias al colegio al que su
madre lo mandó de pequeño.

Siempre se le venía a la mente la cara de un señor desconocido con barba, juzgándolo con la
mirada. Muchas veces paró sólo por eso, por la imagen de Dios observándolo, y sí, Louis era
idiota de adolescente, pero no era su culpa. Era de sus profesores que le repetían una y mil
veces que "Dios lo veía todo". Pero cuando tienes un hijo adolescente, no un bebé, las mujeres
tienden a esquivarte así que Louis estaba solo. Solo con su mano, así que el pasar de los años
le enseñó a ignorar ese raro sentimiento de sentirse observado por algún tipo místico que
supuestamente había creado el mundo en siete días. "Seis, ya que el domingo descansó" le
dice su mente.

Sin embargo, podría pagarse una puta, ¿verdad? Pero realmente no le gustaba utilizar ese tipo
de servicios. Así que se conformaba con ver porno gratis en internet y su mano derecha.
Sólo lo hacía cuando su estrés llegaba a niveles altos, no era que andaba masturbándose por la
vida a cada momento. Verán, ser abogado es algo muy estresante. Casos que estudiar, leyes
que releer, fechas que recordar y Louis cada día se preguntaba por qué carajos eligió esa
profesión, pero después le llegaban los cheques y dejaba de preguntarse. Tampoco es que
desearía jamás haberlo hecho, ya que así conoció a Hayley y gracias a ella tenía un hermoso
hijo que en ese momento estaba durmiendo en su propia habitación.

Harry no era su hijo biológico, Hayley no podía quedar embarazada, su matriz nunca soportó
más de un mes a los embriones. Y aunque ella le había insistido en que alquilaran un vientre
para que él diera su ADN y así tener un hijo propio, Louis se rehusó. Eran una pareja y tendrían
un hijo en ambas condiciones, así que decidieron adoptar. Y él jamás se arrepentiría de su
decisión.

Incluso cuando terminó siendo padre soltero después de un accidente de auto. Él cree que
Harry no la recuerda, recién tenía tres años cuando sucedió y solamente un año de su vida
compartió con Hayley ya que se los entregaron con dos pequeños años de edad. De lo que
Louis nunca admitiría en voz alta, pero estaba jodidamente agradecido, ya que el niño no
despertaba a las 4 am llorando por leche o forrado en mierda. Harry había sido tranquilo desde
el momento en que se lo dieron. Tenía ojos grandes, verdes y curiosos, solía tener el cabello
rubio y lacio sin embargo ahora con 13 años de edad, su cabello había oscurecido y convertido
en millones de tirabuzones, hermosos rizos color chocolate que rebotaban cada vez que
caminaba.

Y Louis no debería de estar pensando en esto cuando tiene su mano envuelta alrededor de su
muy dura polla.

El video que tenía en su computadora había perdido emoción en algún momento de su repaso
por la vida, así que haciendo malabares con la mano izquierda, intentó elegir otro. Sin
embargo, la flecha terminó en uno diferente al que él había elegido y un gemido le explotó en
los oídos por llevar auriculares.

"¡Papi!" gritaba la chica con aspecto de niña en la pantalla y aunque realmente nunca vio
porno con incesto incluido, sabía de su existencia.

Un hombre, mucho mayor a la supuesta niña con coletas y ropa de dibujitos animados, la tenía
contra la cama mientras aumentaba el ritmo de sus embestidas en la vagina abierta frente a él.
El hombre tenía los músculos de sus brazos marcados, y una capa de sudor cubría su cuerpo,
tenía el cabello algo largo. No parecía en lo absoluto el padre de la chica pero Louis no se dio
cuenta cuando empezó a mover su mano sobre sí mismo con más rapidez. Las caderas del
hombre chocaban contra la otra piel opuesta, la marca en V de su entrepierna tenía en medio
un pequeño caminito de vello hasta su ombligo en el cual a Louis realmente le gustaría
enterrar su nariz cuando lo tragara entero. Pasó su pulgar por la punta, ya que estaba cerca y
gemidos femeninos retumbaban en sus oídos, pero él se corrió por la vista en la pantalla. Louis
se corrió por ver al hombre. Él sabe que debió haber puesto sus ojos en la chica, o en sus tetas
que rebotaban con cada embestida, pero no pudo. Había dejado de mentirse luego de la
muerte de Hayley. Sin embargo, nadie lo sabía. Sólo él.

El papi que la chica del video repitió centenares de veces le había quedado grabado en la
mente, y mientras su cuerpo desprendía calor e intentaba recuperar el aliento, el video había
terminado y no había sonido alguno. Excepto el de un rayo chocando contra algún punto
terrestre.

Su estómago estaba pintado de blanco y tenía la mano mojada, estaba debatiendo en si tomar
una ducha o sólo limpiarse con una toalla cuando Harry entró a la habitación.

-¿Papi? -Louis rápidamente subió el edredón, tapándose, y cerró la laptop, quitándose los
auriculares de un tirón. ¿Puedo dormir contigo?

Lo que, bien, debió haberlo visto venir. ¡Joder! Lo había olvidado por completo. Por supuesto
Harry iba a dormir con él esa noche. Lo venía haciendo desde que prácticamente lo
obtuvieron. El niño estaba aterrado de las tormentas y aunque ahora era grande le había
quedado la maña de escabullirse a la cama grande de su padre en medio de la noche.

-Sí, amor. Por supuesto -. Louis limpió su mano con el extremo de la sábana que sabía
perfectamente su cuerpo en ningún momento de la noche iba a tocar. Dejó la laptop en la
mesita junto a la cama, chocando la lámpara que estaba allí.

Harry se acercó caminando perezosamente, fregando uno de sus ojos, iba desnudo y Louis
pudo distinguir en la oscuridad las líneas de su cuerpo de niño. Se acomodó en el lado que
solía ser de su esposa y se acurrucó, llevándose gran parte del acolchado.

-Pensé que dormías, papi -dijo y Louis apretó los ojos cuando su voz aniñada y aguda se
pareció demasiado a la del video, casi femenina.

-Sabía que vendrías, cariño. Te estaba esperando -mintió, pero la sonrisa somnolienta de
Harry, con el jodido hoyuelo a la vista lo valía.

Harry estaba por acercarse a abrazarlo pero Louis lo detuvo. -Iré al baño, ¿sí? Luego dormimos.
Harry asintió y apretó más fuerte el acolchado.

-Hace frío -dijo con un puchero.

-Entonces no me tardo -Louis sonrió y se apresuró al baño ya que él también estaba desnudo.

Allí se limpió mínimamente el estómago y tiró la cadena para aparentar que había orinado.
Volvió a la habitación y se colocó un bóxer mientras que Harry se quejaba por tardar
demasiado.

-¡Papi!

-¡Ya voy, ya voy! -dijo divertido acercándose a la cama. -Malcriado -murmuró pero no lo decía
en serio.

-¡Lo escuché! -Harry dijo divertido y cuando Louis se acostó, lo abrazó; situando su pequeña
cabeza en su pecho.

Louis besó su cabeza rizada y respiró profundamente, ya no sentía estrés alguno.

¿A qué edad comenzaban las erecciones matutinas?

Louis realmente necesitaba consultar en internet, él muy bien recordaba su primera erección
de ese tipo a los... once, ¡mierda! Entonces Harry estaba en edad. ¿Harry ya podía eyacular?
¿Harry ya se había masturbado?

Mientras más Louis se comparaba con él más pánico le entraba. ¡Pero si apenas era un bebé!
No, su niño no podía estar entrando en la pubertad. No, Louis se rehusaba a que eso
sucediera. Se rehusaba a que se le agravara la voz y le creciera vello en otras partes, y también
a que dejara de ser su bebé.

Sin embargo, él no lo controlaba. Así que sí, Harry tenía su pequeño pene presionado contra su
pierna.
Y por alguna obra del destino, Louis se había despertado antes de que la alarma suene. Afuera
el leve golpeteo de lluvia era audible pero no parecía haber truenos o algo de ese tipo. Lenta y
suavemente fue despegándose de Harry, si bien no era una erección en toda regla, la presión
lo estaba incomodando y sólo porque él tenía la suya propia. Luego de una rápida ducha y
sacudida, sonó el despertador. Louis ya estaba llegando a la cocina para preparar el desayuno
de ambos. Minutos después cuando Louis hubo terminado, subió de nuevo a su habitación.
Harry había apagado la alarma pero no había bajado aún, por lo que fue a buscarlo.

Espero encontrarlo ya vestido, listo para ir al colegio, sin embargo, en cuanto abrió la puerta
Harry seguía en la cama. Desnudo, y con la laptop en sus piernas por encima de la manta.

El volumen no estaba muy alto pero en cuanto dio un paso más cerca logró escuchar lo que
estaba viendo su hijo. Se le secó la boca al instante y su cara empalideció un poco.

Harry levantó su mirada verde conectándose con la suya.

-¿Papi, qué es esto? -Louis abrió la boca para hablar pero no tenía idea de qué decir. -Ven,
mira -dijo Harry, apoyando su dedo en la pantalla.

Louis pasó saliva y se acercó despacio, intentando idear un plan para que Harry olvidará lo que
había acabado de ver. Se había olvidado completamente sobre eso cuando se levantó, muy
ocupado pensando en que su hijo tenía una media erección. Debió haber cerrado la ventana
de la computadora en la noche.

Louis se sentó a su lado listo para quitarle la computadora.

-No, papi, espera. Mira, el chico y el hombre -Louis dirigió su vista a la pantalla donde su hijo
estaba viendo porno gay en la misma categoría sobre Daddies. -Él dijo que le dolía ahí -Harry
apuntó al pene del hombre mayor. -Y él chico lo está haciendo sentir mejor, dijo "Déjame
hacerte sentir mejor, papi" Así que lo está ayudando.

Louis estaba cobrando algún tipo de castigo, lo sabía muy en el fondo.

Harry terminó de ver el vídeo y se sacó la laptop de encima. -Quise buscar en Google y estaba
eso.
Bueno, ahí tenía la explicación de cómo su hijo había terminado viendo porno. Revisando lo
suficiente la página como para encontrar otros vídeos.

-¿Por qué sigue pasando? Duele mucho, Papi. Antes no dolía así -Harry se destapó, mostrando
como lo que Louis recordaba como una media-erección era ahora una completa. El pene de
Harry estaba duro hacia arriba, brilloso en la punta y colorado.

-Haz que se vaya -lloriqueó y colocó una mano encima.

Louis había empezado a negar con su cabeza en el momento que se había destapado. Louis lo
conocía bien, incluso si no lo dijo en voz alta todavía, sabía lo que estaba a punto de pedir.

-Cariño, no hay nada que yo pued-

-Él lo llamó papi. Yo te llamo papi también. Era el papá, ¿verdad? Como tú, sí puedes -comenzó
a removerse en la cama. -¡Me duele! -dijo apretando con su mano hacia abajo.

Louis cerró sus ojos fuertemente mientras su mente hacía cortocircuito. Él no debería...

Harry se subió a horcajadas de Louis. -Por favor - dijo saltando un poco, haciendo un berrinche.

Louis lo tomó de su pequeña cadera para dejarlo quieto. Harry miró hacia abajo con ojos
grandes. -¿Te duele también, papi? -preguntó al sentir que también tenía una erección.

Louis asintió con los ojos todavía cerrados.

-¡Yo puedo hacerte sentir bien! -se removió encima de él creando fricción y Louis sólo llevaba
pantalones de pijama, de tela extra delgada.

Sentía al calor acumularse en su cuerpo, haciéndolo irradiar temperatura. Harry en contraste


tenía las manitos frías, al igual que los pies. Su piel blanca como la nieve que pronto caería con
la llegada del invierno estaba roja en las mejillas y su pecho. Tenía los labios rojos e hinchados
por haberse despertado hacía poco. A Harry le brillaban los ojos por la excitación en su pene, y
Louis desearía no haberlo encontrado tan hermoso. Porque estaba mal y porque se
arrepentiría después.
-Está bien, bebé. Te ayudaré -dijo acariciando la mejilla de su hijo dulcemente.

Recorrió con sus dedos el cuello y pecho de Harry en su camino abajo, haciéndolo estremecer.
Dudando en todo momento. No debería hacer esto, nadie debería tocar a su propio hijo de
esta forma, más allá de si era adoptado o no. Y Louis... Él odiaba no darle a Harry algo que
quería.

Envolvió su mano que temblaba ligeramente alrededor de Harry. -¿Nunca hiciste esto, bebé?

Harry negó y su voz sonaba desesperada cuando habló. -A veces se va solo pero nunca dolió
así.

-Shh, Papi se hará cargo, ¿bien? Ya no dolerá.

Louis empezó a mover su mano, y Harry apoyó su cabeza en el hombro de él, suspirando de
alivio contra sus clavículas. Harry dejó un beso allí antes de hablar. -Gracias, pa.

Y Louis se estremeció y sonrió porque él siempre le repitió desde que era un niño que jamás
olvidará pedir permiso, perdón y agradecer. Su hijo era uno de los niños más educados, nunca
lo había escuchado decir algún insulto y siempre era amable con los demás.

Su pene atrapado debajo de Harry también dolía, y latía con cada latido de su corazón. Sentía
la sangre correr salvajemente por sus venas, el calor lo estaba abrumando pero Harry encima
de sus piernas estaba comenzando a temblar ligeramente, Louis no podía verlo a la cara por lo
que de alguna forma lo aliviaba y a la vez no. No podía verlo con muecas de placer, pero si lo
hacía sabía que después iba a tener problemas de olvidarlas. Tenía el olor a shampoo de
manzana rodeándolo, proviniendo de los rizos de Harry, la suavidad de estos causándole lindas
sensaciones donde acariciaban su piel.

Harry levantó la cabeza, permitiéndole verlo, de donde la tenía escondida debajo de su


mandíbula, y miró a Louis con los ojos casi negros, tenía sus blancos dientes clavados
profundamente en su labio inferior. Louis apretó un poco más sus dedos en el pene de Harry,
sobreponiéndolos entre sí por la vista. Con la mano libre tomó el labio y tiró hacia abajo,
liberándolo y luego pasando el pulgar por allí. En el mismo momento un gemido escapó de la
pecadora boca frente a él.

Louis encontró ese sonido hermoso y su propio pene se movió involuntariamente dentro de su
pijama. Harry debió haberlo sentido porque comenzó a moverse más, haciendo círculos
inconscientemente y Louis podía sentir como el paraíso se acercaba a él. Luchó contra la fuerza
mayor que lo obligaba a girar sus ojos hacia atrás para concentrarse en Harry.

El niño había quitado su lengua para lamer sus labios y en eso lamió el pulgar de Louis quien
gimió también por sentir la humedad de esta contra su yema. Harry empujó con su cadera
hacia el puño que Louis tenía envuelto en él y abrió la boca para atrapar el dedo de Louis.
Chupando entusiasmadamente.

Louis se preguntó dónde estaba su moral en semejante momento. O dónde estaba Dios
cuando necesitaba que apareciera y lo hiciera sentir culpable por estar haciendo lo que hacía.

La diferencia de edad sólo era un pequeño, casi mínimo, problema al lado del hecho que Louis
era el padre del chico. Él era abogado y sabía que podría ir preso.

Pero los gemidos y sonidos de aprobación que Harry hacía con sus rosados labios envueltos
alrededor de su pulgar eran demasiado hipnotizantes como para intentar pensar en algo más,
sin nombrar en pensar sobre que estaba mal.

Harry se estremeció, dejando caer el dedo de Louis. -¡Papi! -gimió. Sus manos estaban hechas
puños en el pecho de Louis y él ya sabía lo que significaba. Aumentó el ritmo de su mano y
acarició la punta con el pulgar mientras apretaba la cabeza cuando llegaba allí.

Harry tenía los rizos sudados, pegados a la frente, la boca completamente abierta dejando
escapar libremente gemido tras gemido. Y Louis sintió orgullo expandirse en su pecho por ser
el primero en darle un orgasmo a Harry.

Al ser la primera vez no iba a durar mucho y Harry no parecía entender nada. -Papi, papi, qué...
Yo. Quiero-

-Está bien, bebé. Suéltalo. Todo está bien -Louis lo animó suavemente, acarició su cuello para
darle la sensación de seguridad. Harry siguió empujando contra su mano y él aumentó el
ritmo.

Harry cerró sus ojos, su respiración era pesada y su pecho se hundía con el peso de ella. -
Aprieta, papi. No puedo, aprieta -pidió. Louis apretó más su mano en Harry algo confundido y
el niño negó, llevando las manos de Louis a su cuello. -Aprieta -repitió y demostró con sus
propias manos qué era lo que pedía.
Louis apretó su delgado cuello, temeroso a herirlo, Harry gimió y pudo sentir la vibración de
sus cuerdas vocales, pudo sentir como su propio pecho vibraba por la fuerza de sus gemidos
agudos.

-Un poco m-más -pidió y Louis cumplió, logrando que Harry arqueara su espalda y se quedara
quieto, cada músculo de su cuerpo tenso.

Louis se dividió entre querer observar como Harry descargaba contra su abdomen o ver donde
su mano se hundía en la piel blanca de su cuello.

Louis se sentía cerca a explotar, el pantalón que traía ya estaba mojado en el frente donde la
cabeza de su polla estaba presionada, goteando presemen. Harry se desplomó contra su
pecho, respirando erráticamente, las exhalaciones golpeaban contra sus clavículas y él no
podía seguir soportando, no cuando ese lugar era su punto débil y... Harry había comenzado a
dejar besos húmedos ahí.

-Cariño. Bebé -intentó alejarlo un poco pero Harry seguía besando su pecho. -Sé buen niño y
espera a que Papi vaya a hacerse sentir bien a la ducha, ¿sí? -Louis no podía soportar más.

-No.

-Harry...

-¡No! Yo puedo, la ducha no.

-Harry, no puedes -dijo Louis sin espacio a argumento. Y lo sacó de encima, situándolo en la
cama. Se levantó y tiró de sus pantalones un poco por la incomodidad.

Louis necesitaba tiempo, necesitaba pensar en lo que había sucedido. En cuanto había
disfrutado hacer que su hijo se corriera. Pero su mente estaba tan jodida que primero quería
sacar esa presión en su entrepierna.

Un sollozo lo detuvo a medio camino fuera de la habitación. Se giró observando a Harry


acurrucado en sí mismo. Su cabeza entre sus brazos y sus hombros temblando. La simple
imagen le hizo doler el corazón. Harry parecía usado y desechado.
Louis se acercó y agachó al lado de la cama la fricción de la tela con su pene lo hizo sisear.

Con un suspiro, uno en el que se resignaba a perseguir su propio clímax, habló. -Harry, lo que
hicimos... No se hace. Entre nosotros no-

-¡Pero ellos lo hicieron! Yo puedo hacer como el chico. Déjame, papi, déjame mostrarte -dijo
bajándose de la cama al lado de Louis. Su carita manchada de lágrimas sólo lograba que Louis
aceptara lo que el niño quisiera. Louis se sentó en la cama, ya que sus pantorrillas habían
empezado a molestarle en la posición anterior.

Harry pasó el dorso de sus manos por sus mejillas y lamió sus labios antes de caer de rodillas. -
El chico... el hijo hizo... tartamudeó mientras colocaba sus manos en las rodillas de Louis.

Louis parecía haberse tragado la lengua, se estaba ahogando, incapaz de respirar y la imagen
mental de Harry con su pene en la boca al igual que con su pulgar sólo duró segundos en su
mente pero su entrepierna se movió con interés.

-Sé que puedo, papi. Déjame mostrarte.

Louis asintió pero no hizo ningún movimiento. Su mente le gritaba que se alejara, que dijera
que no; pero su cuerpo no se movía, no le respondía. Las manos de Harry tiraban del elástico
de sus pantalones pero Louis no ayudó a quitárselos. Creyendo que si él no lo tocaba en este
momento entonces no tendría tanta culpa. Lo que fuera que estaba a punto de suceder sería
total y completamente obra de Harry.

Una mierda porque hace segundos lo había masturbado y Louis realmente no quería pensar en
cómo su hijo le pidió exclusivamente que lo ahorcara.

Y tampoco quería pensar en cómo le había gustado eso.

Harry logró bajar su pijama hasta sus tobillos sin ayuda y su polla estaba siendo atacada por la
respiración de Harry por encima de ella. Haciendo que se moviera de necesidad. Harry estaba
mirándolo curiosamente antes de colocar un mano en la base y Louis se preguntó cuántos
vídeos Harry se había visto en los últimos minutos antes de que él subiera.

Louis cerró sus ojos por la corriente que pasó a través de su columna cuando Harry comenzó a
mover su mano. Era algo pequeña a comparación de alguien con quién estaría y eso sólo lo
hizo disgustarse un poco más. ¿Qué tan mal padre era para dejar que su hijo lo tocara de esta
forma?

Sus manos se volvieron puños al lado de sus piernas, tenía los nudillos blancos por la fuerza
con la cual las apretaba y aunque tenía las uñas cortas las podía sentir clavarse en su palma. Él
no iba a tocar a Harry, no iba a obligarlo a nada. Esto ya era lo suficientemente malo.

Harry se inclinó más adelante, lamiendo sus labios y mirando atentamente cómo su mano se
movía por la longitud. Lamió como un gatito la punta y Louis mordió sus labios para retener
sus gemidos. Harry arrugó un poco la cara al degustar el presemen pero luego pareció
aprobarlo porque abrió la boca y metió solo la cabeza dentro, mirando hacia arriba justo en el
momento exacto en el que Louis lo miró. Y la fuerza sobrenatural que tuvo que usar para no
empujar dentro y destrozar la bonita boca que su hijo tenía era indescriptible.

Harry tarareó alrededor con su lengua intentando llegar a cada parte. Louis podía sentir el
calor y la humedad que lo rodeaba. Harry comenzó a hundirse un poco más, sin embargo no
fue mucho y de todos modos, su mano compensaba lo que no lograba meter.

Louis gimió porque se sentía jodidamente bien y Harry se alejó con un sonido a pop que
conduciría a cualquiera a la locura. Un hilo de saliva lo conectaba a su longitud y sus labios
estaban brillosos.

-Tócame, papi -susurró.

Y Louis estaba teniendo problemas en aceptar que le estaba gustando mucho que Harry
demandara lo que quería.

Con la mano desocupada, que tenía apoyada en el muslo de Louis, comenzó a acariciar hacia
arriba lentamente hasta encontrar la mano de Louis. Entrelazó sus dedos pero después la situó
sobre sus rizos. ¿Qué tipo de porno vio Harry? Louis no quería ser rudo con él, no la primera
vez.

No, decir primera vez implicaba que habría otra y no lo habría. Ni siquiera esta debería existir.
Culpa se instaló en el pecho de Louis, él se iba a alejar. No podían hacer esto. Pero Harry lo
llevó de vuelta a su boca, más profundo haciendo que Louis tocara el fondo de su garganta. Lo
hizo gemir pero Harry se alejó rápido y tosió.
Louis bajó su mano del cabello y la posó en su mejilla, acariciando. -Despacio, bebé. No te
lastimes.

-¿Pero lo estoy haciendo bien? El chico en el video había comido todo.

Louis sonrió por la inocencia en las palabras elegidas. -Eran más grandes, Harry, y con
experiencia. Pero lo haces muy bien.

-¿Te está gustando, papi? Puedo hacerlo mejor.

-A papi le gusta, bebé. A papi le gusta mucho.

Harry sonrió y Louis estaba jodido. Maldita sea no había manera que sobreviviera a lo que
sucedería una vez que todo hubiera terminado.

Harry volvió a meterlo en su boca y en vez de devolver su mano a sus rizos, la situó detrás de
su cuello. Sintiéndose tocar una y otra vez la garganta de Harry, ya que el niño parecía haber
entendido, de la mala forma, que debía relajar su boca.

Sonidos de succión inundaba la habitación y la cabeza de Harry se movía de atrás hacia


adelante. Louis no iba a durar mucho dado que era su jodido y hermoso hijo quién le estaba
dando una mamada y el hecho de que Harry lo estuviera llamando papi bastante seguido lo
acercaba a pasos agigantados.

Había desarrollado un fetiche y no creía cansarse alguna vez de ello.

Harry apretó sus labios y ahuecó sus mejillas, su lengua acariciando la parte inferior de su
erección con cada arrastre. Saliva escapó de su boca por la comisura derecha y corrió hasta su
barbilla. Su hijo se estaba esmerando mucho por hacerlo sentir bien y Louis ya tenía esa
presión en su bajo vientre indicando que no faltaba mucho. Degustó sangre en sus propios
labios y decidió soltarlos, sus gemidos graves se sumaron al sonido de la habitación y él no
podía recordar la última vez que había recibido una mamada así de buena, o una mamada en
general. No era la mejor, pero estaba cerca.
Aunque Louis quería follar la boca su hijo no lo hizo, pero se permitió tirar ligeramente del
cabello rizado, sólo para aferrarse a algo y Harry de alguna forma avanzó más, haciendo a su
cavidad bucal más estrecha y los ojos de Louis giraron hacia atrás del placer, su garganta ya
picaba por lo secos que eran sus gemidos.

Y si Louis estiraba sólo un poco la mano llegaba al paraíso pero no fue necesario moverse él,
porque Harry lo soltó y llevó ambas mano a la cadera de Louis, una estando húmeda y
pegajosa. Tragó a su alrededor y apretó entre sus manos, empujándolo hacia adelante, ese fue
el click y Louis debió alejarse, debió haber acabado fuera de su hijo pero le fue imposible y
disparó contra la garganta de Harry, que se alejó y lo sacó de su boca justo para que el
segundo chorro golpeará su cara.

Louis estaba tenso en cada músculo y tenía la boca abierta por el gemido que había dejado
salir, ya estaba teniendo problemas para respirar por el orgasmo, pero ver a Harry con semen
en sus labios hinchados y rosas y brillosos le cerró el pecho, impidiéndole llevar oxígeno a su
cerebro que empezó a ver puntos negros en su visión. Siguió derramándose hasta que su pene
quedó suave contra su muslo y cuando su vista se aclaró, luego de la intensidad de su clímax,
vio a Harry intentando alcanzar con su lengua una gota de semen en su nariz, teniendo los ojos
verdes cruzados intentando ver.

Trece años.

Le hacía eco en la mente una y otra vez y su cabeza empezó a girar con la culpa y el asco a sí
mismo. Él no merecía ser padre, no merecía tener a Harry y de seguro Hayley en el más allá
andaba vomitando por los rincones al verlo.

Y ese pensamiento lo tuvo con arcadas también, ¿cómo pudo ser capaz de semejante cosa?
¿Cómo vería a la cara a sus amigos, jueces, abogados compañeros cuando él había hecho algo
moral y penalmente incorrecto?

Comenzó a temblar de impotencia, por no poder hacer nada para volver el tiempo atrás y
evitar la situación pero un frío cuerpo se situó en sus piernas y su mente dejó de correr a mil
por hora.

-Papi, tienes que besarme ahora -dijo Harry, tomando a Louis por la mandíbula y frunciendo
sus labios hacia afuera.

Harry le dio un pequeño beso en su boca, y si Louis metía sus labios hacia adentro podría
degustarse a sí mismo, más el sabor de los labios de Harry. Lo hizo.
Harry le sonrió brillante, toda su cara estaba jodidamente iluminada y Louis no pudo hacer
nada contra la sonrisa que se expandió en su rostro. Tomándolo por la cara y dejando besos en
sus labios y después mejillas, barbilla, frente y por último en la nariz. Harry estaba riendo
despacio con los ojos cerrados y moviendo la cara hacia los lados.

-¡No! ¡Papi, basta! -dijo entre risas.

Louis se alejó para observarlo, Harry respirar pesadamente y con la cara colorada. Le dio un
último beso en los labios que duró un poco más que los anteriores y acarició su mejilla. -Ven,
hay que bañarnos.

-¡La escuela! No fui a la escuela -dijo Harry con los ojos grandes y Louis recordó que por eso lo
había ido a buscar, no para... Cerró sus ojos e intentó no pensar en ello.

-Podemos ir a desayunar y luego al trabajo de papá. ¿Quieres? -ofreció, ya que nunca dejaba a
Harry sólo en la casa. Por eso el niño iba a clases, para que mientras Louis estuviera trabajando
estuviera también seguro de que Harry estaba en un específico lugar y no en peligro.

-¿Pasaremos todo el día juntos? -Harry parecía no poder parar de sonreír y Louis de alguna
manera se había contagiado. Asintió. -¡Por supuesto! -dijo abrazando a Louis por el cuello con
sus delgados brazos. -Eres el mejor papá del mundo.

Louis dudaba seriamente de eso.

Cargándolo, llevó a Harry al baño de su habitación. Lo dejó sentado en el lavabo y abrió la


ducha, esperando a que saliera tibia y agradable.

Tomaba los artículos de aseo de la repisa bastante consciente de los ojos de Harry en él.
Cuando tomó su shampoo y jabón líquido corporal Harry chilló emocionado. -¡Oleré como tú!

Louis sonrió. -Ven aquí, bebé sucio -dijo divertido y Harry se bajó rápidamente metiéndose a la
ducha, debajo de la corriente de agua directamente.

El agua le aplastó los rizos al instante y Harry suspiró antes de tirar su cabello hacia atrás. Louis
se situó detrás, colocando shampoo de menta en su palma. Frotó sus manos para hacer
espuma y delicadamente comenzó a lavarlo. Acariciando con fuerza con la yema de sus dedos
el cuero cabelludo. Harry seguía soltando pequeños suspiros y Louis inconscientemente
comenzó a seguir el agua caer por su espalda, dirigiendo sus ojos azules al pequeño y pálido
trasero de su hijo. Cerró los ojos y negó fuertemente, optando por tomar la esponja y tirar
jabón en ella.

¿Qué clase de padre hacia las cosas que él hacía? ¿Cómo podía estar haciéndole eso a un niño?
¿A su hijo? Lo estaba observando como si le perteneciera, como si él fuera el dueño del niño. Y
estaba mal.

Todas las cosas que acababan de hacer estaban mal y Louis lo sabía.

Era abogado, por supuesto que sabía, podía terminar preso por años y Harry se quedaría solo.

-¿Papi?

La asistente social se lo sacaría y lo llevarían a una casa de huérfanos o algo parecido. Además
de que Louis no tenía buena relación con la asistente debido a acontecimientos pasados con la
muerte de Hayley.

-Papi.

Seguramente ella lo mandaría a la peor prisión y se encargaría de decirle a todos los reos lo
que había hecho entonces a Louis lo golpearían y violarían. Louis prefería la muerte.

-¡Papá! -Harry gritó, sacándolo de su mente. -Me duele, me haces daño.

Louis parpadeó varias veces y miró la espalda de su hijo, completamente roja. Lo había estado
fregando en la misma sección por varios minutos y con mucha fuerza. -Oh cariño, lo siento. Lo
siento. ¿Te duele mucho? -preguntó, acariciando alrededor de la zona irritada.

-No, pero creo que ya está -dijo girándose.

-Sí, sí -Louis estaba aturdido por haber estado haciendo cosas inconscientemente.

Harry se corrió a un costado y dejó a Louis bañarse. Lo observó desde la esquina atentamente,
sin intención de moverse. -Puedes ir a cambiarte, Harry.
Quizás el chico estaba esperando por instrucciones pero de todas formas el niño estaba
decidido. -No. Te esperaré.

Louis terminó de bañarse completamente y apagó el agua. Tomó una toalla que envolvió
rápidamente a su alrededor, a cada segundo sintiendo la mirada de Harry sobre él. Tomó la
otra toalla, con la que usualmente se secaría el cabello o torso y envolvió a Harry con ella. El
rizado había sonreído en cuanto Louis había posado sus ojos en él nuevamente.

-Cárgame -demandó, acurrucándose en la suave toalla blanca.

Louis lo hizo, con un brazo por debajo del trasero de Harry, quién rápidamente envolvió las
piernas en su cintura y el otro sosteniéndolo por la espalda para que no cayera.

-Puedes caminar, ¿sabías? -Louis estrechó los ojos, perspicaz.

-¡Nop! -dijo divertido y hundió su cara en el cuello de Louis. -Me gusta que me cargues -agregó
con un apretón de piernas.

Louis lo llevó a su habitación, dejándolo al lado de la cama. -Abrígate, amor. Hace frío -le dejó
un beso en la frente antes de alejarse.

Louis se fue a su dormitorio a cambiarse en su traje de trabajo. Una vez listo bajó a la sala y
empezó a juntar sus carpetas y a meterlas al maletín. Y antes de verlo, escuchó a Harry bajar
las escaleras saltando. -¡Papi! ¿Cómo me veo? -preguntó ansiosamente dando una vuelta
sobre sí mismo una vez que llegó a la sala.

El niño tenía las zapatillas nuevas que Louis le había comprado, unos jeans azules y una remera
blanca, en la mano traía un buzo respetando su pedido de que se abrigara. En su inspección se
detuvo en el cuello de su hijo, donde una franja ligeramente violeta se expandía a lo ancho.
Harry frunció el ceño al no recibir respuesta y miró hacia donde su padre estaba viendo. -Oh,
se parece a un collar. ¡Me encanta! -dijo radiante y luego empezó a colocarse el buzo.

Había puesto sus manos en los bolsillos delanteros del jean y se estaba observando en el
espejo cerca de la puerta, habrá aprobado su atuendo porque sonrió pero después se acercó
más a su reflejo para verse el cuello y tiró de la capucha y cuello hacia abajo para que se viera
más.
¿Podía Louis decir que su hijo se veía tremendamente bien? ¿Que parecía listo para salir a una
cita con él? Si las tuvieran, por supuesto.

Se acercó a Harry lentamente y dejó el maletín en el sofá. -Harry... -su hijo se dio vuelta al
instante y Louis se arrodilló, estando a una altura más baja que la del niño. -No... No puedes
dejar que vean eso -dijo, tirando de su ropa hacia arriba, pero se seguía viendo.

-Pero a mí me gusta -dijo confundido.

Louis apretó sus ojos fuertemente. A su hijo le gustaba que lo ahorcaran y le encantaba
mostrarlo, en sus propias palabras.

-Lo sé, bebé. Pero no... debes esconderlo. Está mal-

-¿Está mal querer que hagas eso? -preguntó, dando un paso atrás. Sus ojitos se llenaron de
lágrimas a una velocidad impresionante. -Yo no sabía, papi. ¡Lo siento!

-No, no, no, bebé, no. Está muy bien. Es... es muy lindo. Sólo que la gente no entiende, ellos
no... -Louis no podía explicarle que la gente pensaría que el niño era maltratado en su casa.
Quería hacerle entender que lo escondiera pero que no se sintiera mal por ello. Estaba
haciendo un trabajo lamentable, como el papel de padre.

Louis era un fracaso.

Suspiró.

-A mí me gusta también -le dijo despacio para que entendiera que no tenía problema con ello.
-Pero... -decidió decir algo que no era total mentira y tampoco la completa verdad. -Sólo
quiero verlo yo. ¿Puedes guardarlo para mí? ¿Puedes guardarlo para papi? -preguntó
inclinando la cabeza.

Harry sonrió grande. -¡Sí, papi! Por supuesto -y salió corriendo escaleras arriba.
Las palabras "No corras" estaban en su lengua pero no las dijo, en cambio llevó sus manos a su
cara y las frotó con fuerza. Frustrado.

Harry volvió a bajar saltando y se puso delante de él con una bufanda alrededor de su cuello. -
¡Listo!

Louis sonrió entristecido y Harry le dejó un beso en la mejilla.

Louis se levantó del suelo y tomó su maletín, agarró las llaves del auto y abrió la puerta.

-Luces hermoso -le dijo mientras esperaban el ascensor. Harry bajó la cabeza un poco pero no
respondió.

En el ascensor, de camino a la cochera, Louis pudo ver en los espejos alrededor de ellos como
las mejillas de Harry estaban coloradas, mordiendo su labio para retener una sonrisa, pero de
todas formas el hoyuelo marcado lo delataba.

El camino al trabajo fue tranquilo, cada vez que su mente le empezaba a tirar mierda por lo de
la mañana, él se sacaba de allí por temor a dejarse llevar y no prestar atención en la calle. Si
hubiera estado solo no le habría importado pero con Harry a su lado tomaba cada una de las
precauciones. Jamás pondría en riesgo la vida de Harry. El niño iba cantando cualquier canción
que estuviera en la radio y miraba hacia todos lados, parecía emocionado por ir al trabajo de
su papá y Louis no podía dejar de sonreír. Cuando llegaron al estacionamiento,
específicamente al lugar donde él tenía un cartel con su nombre, decidió que aunque sabía
que Harry no era idiota, debía decirlo. Por las dudas.

-Harry, sabes que nadie puede saber lo que pasó en la mañana, ¿verdad?

Harry lo miró con ojos inocentes. Parecía listo para preguntar por qué pero en cambio asintió,
pasando saliva.

-Sí, papi -dijo y después llevó su mano al frente. -Lo prometo -dijo sacando su dedo meñique.

Louis llevó su dedo también y lo entrelazaron, cuando quiso alejarlo Harry chilló. -¡Tienes que
besarlo!
Louis rodó los ojos divertido y se acercó a besar su dedo, Harry hizo lo mismo pero cuando
Louis se alejó su hijo le dio un pico en los labios y con una sonrisa se bajó del auto
rápidamente.

Ya en su oficina, donde llegó apenas a tiempo, le pidió a su asistente que le llevará un


desayuno para dos a su despacho. Harry aprovechó y dio detalles de lo que quería, mientras
que Louis sólo pidió café negro.

Louis debía trabajar así que le dio la clave del WiFi a Harry para que la pusiera en su teléfono y
jugará o hiciera lo que hace alguien de su edad con un teléfono de esos. Empezó ordenando
papeles y repasando su agenda, cosas triviales sólo para tener la mente ocupada, si se dejaba
llevar por sus pensamientos, terminaría loco y calvo de tantas veces que tiraría de su cabello.

Había tocado a su hijo y su hijo le había hecho una mamada. No podía creer poder soportar
algo como eso y tenía miedo de que si intentaba pensar en algo de ese momento tuviera una
erección.

Cuando el desayuno llegó dejó todo a un lado y le prestó total atención a su hijo, que no
paraba de hablar, irradiaba energía de una manera sobrenatural y parecía estar más feliz que
nunca. Louis pensó por un segundo que quizás era por él. Por estar en su presencia, y al pensar
un poco más en ello su estómago cayó a sus pies. Era muy probable que fuera eso.

Louis no pasaba mucho tiempo con Harry. Cuando su esposa murió se metió de cabeza al
trabajo y sólo estaba con Harry en las comidas. Se metía a su oficina personal del
departamento y sólo le prestaba atención a su hijo cuando éste necesitaba algo. El niño había
tenido niñera hasta los diez ya que después de eso ya sabía hacer algunas cosas por su cuenta.

Harry preguntó por su mamá severas veces y Louis le dijo que había muerto de la forma linda.
De la forma que siempre lo dibujaban, con estrellas en el cielo y ángeles cuidando de ti desde
el otro lado. Eso, ese pensamiento sobre no pasar tiempo con su hijo, más los hechos de la
mañana, Louis tenía asegurado el premio al peor padre de la historia. Si alguien se enteraba le
sacarían a Harry, le sacarían su custodia como habían intentado hacerlo cuando Hayley murió.
Él agradece una vez más por ser abogado y haber podido pelear contra la asistente social esa
vez y haber ganado el caso. Los ceros en su banco fueron una gran ayuda pero nada de eso
importaría si no tuviera a Harry. Si no tuviera a alguien a quien darle todo por lo que había
trabajado tanto.

-...y Zayn se peleó con su mejor amigo por eso -dijo Harry llevando otra cucharada de yogur
con cereal a su boca.
Admite para sí mismo que una vez más no le prestó atención y que merece el premio del peor
padre pero conduce sus ojos a la boca de su hijo quién está lamiendo sus labios e intentó
concentrarse en las palabras saliendo de allí y no en la forma que tienen y qué tan bien se
habían sentido en la mañana alrededor de él.

-Yo creo que le gusta -volvió a hablar Harry.

-¿Por qué dices eso? -Louis eligió agarrar una de las galletitas con sonrisas en el escritorio.
Harry le sonrió enorme por haberlo hecho ya que el siempre sólo bebía café sin nada más.

-Porque, papá -dijo con un tono de voz que lo hizo divertir. -¡Estaba celoso! Celoso de que
Liam tuviera que ir a la casa de esa chica para hacer el trabajo práctico.

-¿Y a ti no te importa que a él le gusten los chicos? -preguntó tanteando terreno.

Harry lo miro incrédulo. -Por supuesto que no. Él no me lo dijo aún pero lo sospecho. Creí que
Liam era igual pero ahora se junta con niñas -dijo arrugando la nariz con disgusto.

-¿No te gustan las niñas? - preguntó al ver su carita.

-Ugh, papá, ¡no! Son muy raras -Louis rió porque le fue inevitable y se terminó el café.

-¿Quieres saber un secreto? -le susurró a Harry y el chico se acercó a la mesa, asintiendo. -A mí
tampoco me gustan.

Una sonrisa lentamente se fue abriendo paso en los labios de su hijo hasta que le iluminó el
rostro completamente. Ahora tengo que trabajar, peeero -dijo arrastrando la palabra. -quiero
que me mantengas informado sobre la historia de tus amigos -terminó diciendo con un guiño
de ojo.

Harry soltó una carcajada y se levantó del sillón frente a Louis para dejarse caer en el sofá
contra la pared cerca de la ventana.

Su asistente vino minutos después para llevarse todo lo que había sobrado y Harry aprovechó
el momento para pedirle sus auriculares ya que no había llevado los suyos.
Louis iba por el tercer caso, estaba preparándolos en carpetas y haciendo los análisis cuando
Harry se paró a su lado. Louis lo miró confundido y Harry movió la cabeza haciendo un gesto
hacia atrás. Louis movió la silla que tenía rueditas un poco y su hijo cayó en su regazo.

-¿Podemos hacer esto? -dijo mostrándole el teléfono a su papá.

Era otro video porno, de dos chicos y uno tenía tres dedos profundamente en el culo del chico
de aspecto pequeño.

Louis tenía sus manos en la cadera de Harry sosteniéndolo, y el niño se movió un poco, hasta
estar bien encima de su polla y Louis apretó su agarre. -Escucha - dijo tomando un auricular
que colgaba y colocándoselo a su padre en la oreja. -Le gusta que le haga eso. Le gusta mucho.

Había gemidos en su oreja izquierda y Harry lo observaba a la cara, mientras que Louis miraba
la pantalla del celular. "Papi, justo ahí" gimió el chico del teléfono y Louis miró la entrepierna
de Harry que ya estaba algo levantada.

¿Eso estuvo haciendo su hijo desde que le dio los auriculares? Y acá Louis pensando que
estaba escuchando música en YouTube o algo así. Tenía la boca algo seca y Harry comenzó a
mover su trasero en círculos. Louis llevó su dedo a la pantalla y la movió un poco hacia abajo
para ver algo. Encima del video, escrito en tags estaba: #Daddy #Gay #Age, y abajo del vídeo
había una pequeña lista de otros que podrían llegar a interesarte.

"Papi, más fuerte" Louis cerró los ojos y se quitó el auricular. Los gemidos le estaban nublando
la mente y él estaba en el trabajo, no podían hacerlo acá.

De hecho no debían volver a hacerlo nunca. Pero esta vez era algo más. Esta vez Harry quería
dedos dentro y Louis de sólo pensarlo estaba duro.

Harry tomó eso como un sí por qué se giró y pasó sus piernas por cada lado de sus caderas.

-Necesitamos... -empezó diciendo, dejando el teléfono en el escritorio.

-Lubricante -lo interrumpió Louis.

Harry asintió efusivo. -¿Tienes?


Louis apoyó su frente en el hombro de Harry y asintió lentamente.

Él tenía en el cajón del escritorio. Pero la alarma en su cabeza le decía que no lo hiciera. Podía
escuchar el latir fuerte del corazón de Harry, el niño se había sacado la bufanda y las marcas en
su cuello eran visibles; Louis no pudo evitar dejar un beso ahí, en su cuello. Harry se
estremeció como Louis supo que haría. Harry le dio más acceso, moviendo su cabeza y Louis
comenzó a dejar mas besos, a lo largo de la franja violeta y luego subiendo, besando su
mandíbula. Harry estaba apretando los hombros de Louis y sus piernas temblaban a su lado.
Desde que le había pedido que lo ahorcara, Louis sabía que su cuello era un punto débil. Besó
su mejilla derecha y por último unió sus labios, tiró de Harry más cerca como si fuera algo
normal, algo que hiciera todos los días.

No lo era.

Sus entrepiernas estaban presionadas juntas y ambos tenían los ojos cerrados, sólo
presionando sus bocas. Louis tomó el labio inferior de Harry entre sus dientes ligeramente
haciéndolo jadear, dejando su boca abierta, Louis se abalanzó a besarlo. Degustando el yogurt
de frutilla que había comido hace unos minutos. Una de sus manos viajó de la cadera de Harry
a su mejilla, acunándola para darle guía en el beso.

Louis encontró bastante raro que en el momento en que Harry estuviera tocándolo, su voz
diciéndole que estaba mal se apagara. Así que sin culpa metió su lengua a la boca de Harry.
Recorriendo cada recoveco y encontrando el sabor que le gustaría sentir por el resto de su
vida.

Harry tenía un gusto peculiar y quizás algo así como prohibido que era lo que más lo empujaba
a profundizar el beso. Harry se pegaba más a su cuerpo y dejaba la cabeza floja para que Louis
lo guíe con la mano, dejando que abusara de su boca sin problemas. Los puños en su hombro
estaban arrugando el traje negro seguramente, pero no le importaba. Pequeños gemidos
escapaban de la boca del rizado haciendo a Louis ponerse más duro y elevando la temperatura
de ambos cuerpos. Sus bocas ya hacían chasquidos y Louis sentía a su corazón latir en sus
oídos. Cuando se alejó Harry ya parecía follado y sólo había sido un beso.

-Me-me gustan esos -dijo con dificultad el rizado. Louis sonrió y le dio un último beso antes de
levantarse.

Situó a Harry en el escritorio y se agachó a buscar la botella que allí tenía. La presión en su
entrepierna no lo dejaba pensar claramente pero sabía que estaba mal, que debía negarse,
que tenía que...
Harry se bajó del escritorio y tomó su mano, se olvidó de cualquier otra cosa más que eso. El
chico agarró su teléfono y lo dejó en el suelo. Louis lo observo curioso pero después, cuando
Harry tiró absolutamente todo con un movimiento de brazo tuvo sentido.

Louis lo miró sorprendido y después sonrió. -Lo viste en un video -adivinó, negando con la
cabeza divertido.

-¡Sí! Y fue tan divertido como pensé que sería -sonrió mientras comenzaba a sacarse el buzo.

-Cariño, no...

Harry detuvo sus manos en su pantalón y lo miró, dando un apretón por encima de la tela. -
¡Pero, pa! -protestó.

-Déjame a mí -le dijo dándole un guiño.

¿Desde cuándo Louis se hacía el sexy con su hijo?

Se acercó y automáticamente llevó sus manos debajo de la remera, acariciando círculos en su


piel cálida. Lo volvió a besar, agachándose bastante incluso si Harry hizo puntitas. Deshizo los
botones y cierre, arrastrando sus manos hacia abajo y metiéndolas dentro del bóxer negro que
su hijo traía, bajando las dos cosas juntas.

Apretó las mejillas de su culo fuerte y Harry dio un respingo, rompiendo el beso y dando un
paso adelante por inercia, enterrando su cara en el pecho de Louis. -Me encanta tu perfume,
papi -gimió.

-Y a mí el tuyo de esta mañana, bebé -dijo refiriéndose al olor a sexo, a manzana y a Harry que
inundaron sus fosas nasales antes de bañarlo.

-Pero ya no tengo ese olor -dijo entristecido.

-Ya lo harás, bebé. Ya lo harás.


Louis lo alzó de nuevo y Harry ancló sus tobillos en su cintura, impidiéndole alejarse ni un
centímetro cuando lo volvió a sentar en el ahora vacío escritorio.

Harry empezó a tirar de su saco así que se lo quitó. La botella de lubricante estaba situada al
lado de Harry pero antes quiso probar algo una vez más.

-Abre -ordenó. Harry abrió la boca en cuanto Louis puso dos dedos en frente y los chupó con
vehemencia. Tarareando alrededor de los gruesos dedos. Sus ojos verdes se oscurecían a cada
segundo. La pupila se iba dilatando cada vez más por el deseo y Louis nunca se sintió tan
necesitado como en este momento. Necesitado de hacer que Harry se sintiera bien, de hacerlo
correrse, de tenerlo exhausto, relajado y respirando pesadamente después de un orgasmo.

Sacó sus dedos del calor abrasador de su boca y bajó su mano a su entrada mientras lo
empujaba un poco más atrás para tener la entrada libre. De todas formas Louis conocía un
cuerpo y no hacía falta ver para saber qué hacer. Tomó a Harry fuerte de la mandíbula porque
al niño le gustaba y el rizado rápidamente envolvió una mano alrededor de su muñeca,
clavando sus uñas cortas para demostrarle que le gustaba.

Acarició con la punta de su dedo la entrada de Harry, sólo el borde para provocarlo y eso lo
hizo temblar entre sus brazos, intentando empujar hacia el dedo.

-Quieto -dijo Louis pero sin el mandato fuertemente claro, de todas formas Harry obedeció.
Louis no quería lastimarlo, iba a hacerlo despacio y con lubricante, mucho lubricante. Sólo
quiso sentir sus dedos ensalivados por Harry, era una sensación muy placentera que tenía a su
pene moviéndose y goteando.

Conectó sus ojos azules con los verdes, la boca abierta de Harry lo invitaba a arruinarlo, a
follarlo jodidamente fuerte pero aunque su deseo estaba manejándolo, obligándolo a hacer
esto. No era tan imbécil de sucumbir y hacerle daño. Miró hacia abajo brevemente para
agarrar la botella pero la vista del pene de Harry, brilloso en la punta y mojando parte de la
remera lo dejó embobado unos segundos más de lo esperado.

Antes de hacer algo más le sacó la remera, dejándolo completamente desnudo con un collar
violeta al cuello que no debería ponerlo más duro de lo que ya estaba porque era imposible.

-Arderá un poco, bebé -advirtió abriendo la tapa del lubricante con un sonido seco.

Harry asintió pero empezó a revolverse inquieto. -Está bien. Yo quiero.


Louis también quería, cada terminación nerviosa le decía que se apresurara pero él jamás
lastimaría a Harry, así tardara horas, él no iba a herirlo.

Tiró gran cantidad en sus dedos y los frotó para calentar el líquido un poco.

Harry se apoyó en sus codos y abrió más las piernas, Louis lo atrajo un poco más al borde.
Louis volvió a dibujar su entrada, y por un segundo estuvo tentado a arrodillarse y besarle
justo allí, pero no sabía si Harry sabía sobre eso. No quería asustarlo.

Harry dejó caer la cabeza hacia atrás cuando sólo la punta presionó contra el fruncido botón.

Louis sabía que el primero no dolería pero aún así preguntó antes. -¿Listo? -Harry asintió
mordiéndose el labio inferior.

Louis lo deslizó dentro suavemente. Incluso con sólo un dedo se sintió jodidamente apretado y
no pudo hacer más que gruñir, apretar los dientes y no empujar fuerte.

Harry se removió un poco, intentando ajustarse. -¿Estás bien? -chequeó.

Harry empujó contra su mano, eso parecía ser un sí. Así que Louis lo arrastró hacia afuera y
luego volvió a meterlo. Sentía a su cerebro igual de apretado que su dedo. Cada latido que su
corazón daba terminaba en la punta de su dedo medio y lo estaba volviendo loco. Pero
soportó con paciencia.

Siguió moviendo el único dedo sumergido a los costados, intentando hacer espacio, estirando
lo suficiente para que el segundo no fuera más que sólo un ardor.

El movimiento involuntario de la pierna de Harry era buen indicio de que lo estaba disfrutando
y un gemido medio alto escapó de Harry también. -Bebé. Bebé... -llamó su atención.

Harry abrió los ojos, como si sus párpados pesarán mucho más de lo normal. Louis conectó su
mirada. -Papi necesita que no seas muy ruidoso. ¿Puedes? -Harry frunció el ceño. -Me encanta
escucharte, cariño. Pero no estamos en casa, ¿puedes gemir despacio para mí?

-Sí, papi -dijo con un exhalación. Louis no había parado de mover su mano en lo que hablaba. -
Pero mete otro -pidió.
Ahí estaba otra vez su hijo mandón. Louis dudó un poco pero aún así arrastró hasta casi sacar
el dedo completamente y juntó el índice. Esperó a que Harry exhalara y aplicó fuerza, pasando
el primer anillo de músculos hasta el nudillo. Harry se tensó y Louis se quedó quieto.

Estaba tan jodidamente apretado que a Louis le estaba costando respirar y sólo por la vista. En
un intento de distraerlo del ardor en el que debería estar lo tomó del pene y comenzó a tirar.
Apretando su mano para darle placer y que lo hiciera relajarse. Funcionó pero de todas formas
Louis siguió haciéndolo mientras comenzaba a mover ambas, con sus dedos dentro de él.

Harry se arqueó fuera de la madera, hace rato había cedido a sostenerse por los codos y ahora
estaba completamente acostado. Tenía rizos pegados en la frente por el sudor y sus labios se
veían más rosas que nunca al estar mordiéndose para acallar sus gemidos. Al tener la piel
blanca su pecho se coloreaba con el esfuerzo al igual que sus mejillas. Louis lo encontraba
hermoso. Él igual tenía la nuca sudada, y la camisa le estorbaba en algunos movimientos. Harry
subió sus pies al borde del escritorio y comenzó a moverse solo, más rápido de lo que Louis lo
estaba haciendo.

-Papi -lloriqueó despacio, pidiéndole que hiciera algo. Louis comenzó a abrir sus dedos,
haciendo tijeras, y las boca de Harry quedó abierta en una o perfecta.

Louis siguió masturbándolo pero bajó la intensidad ya que no lo quería hacer correr todavía. Su
pene latía dentro de sus pantalones y le estaba doliendo demasiado, él nunca creyó que fuera
capaz de correrse por sólo mirar pero viendo a Harry creía que era posible.

-Luces tan bien, bebé. Tan hermoso.-Harry lloriqueó y apretó sus músculos interiores.
Haciendo a Louis jadear y desear ser él el que estuviera dentro de Harry. Su brazo ya se estaba
quejando por el esfuerzo pero lo valía. Valía tener a su hijo gimiendo por él.

Decidió sumar uno más, y con esa acción se medio subió encima de Harry porque sabía que
aunque su hijo intentaba obedecerlo iba a chillar.

Niveló su cabeza a la altura de Harry. -Papi está aquí, ¿sí? No va a dolerte, bebé -dijo y
suavemente colocó su mano por encima de la boca de Harry. El chico estaba caliente por todas
partes y en esta misma posición Louis podría estar penetrándolo con otras cosas.

La madera era demasiado dura, y estaba mordiendo su codo después de segundos, se


preguntó si a Harry le dolía alguna parte del cuerpo por la culpa de ésta. Rodeó su entrada con
el tercer dedo y Harry abrió más las piernas, haciendo el espacio exacto para que Louis
encajara entre ellas. Empujó apenas un poco pero Harry ya se había tensado y tenía lágrimas
en los ojos, sin embargo Louis sabía que no era dolor, sino la desesperación de querer más y
no conseguirlo. Hizo movimientos con su cadera para lograr frotarse contra Harry y hundió los
dedos una vez que lo tuvo relajado. Y como supuso, luego del primer anillo de músculos, Harry
chilló; pero su mano amortiguó el sonido muy bien.

Louis se quedó quieto, esperando a que Harry se acostumbrara, besando su hombro y cuello.
Harry pareció relajarse y apretó alrededor de Louis para indicarle. Louis comenzó un vaivén
lento, susurrándole cosas lindas a Harry al oído. Movió el brazo, cambiando el ángulo y Harry
llevó ambas de sus manos a la de Louis en su boca, apretando con fuerza, ayudando a
amortiguar sus propios gemidos porque Louis lo había encontrado. Lo pudo haber buscado
antes pero decidió guardar ese truco para cuando el dolor fuera un poco más intenso.

Harry tenía los ojos abiertos bien grandes, rogándole a Louis que volviera a tocar ese punto.
Que volviera a frotar sus dedos contra su próstata. Harry comenzó a respirar más
erráticamente, y los dedos de sus pies comenzaron a acurrucarse. Estaba cerca y por la fricción
que Louis estaba recibiendo puede que también.

-Mhpm -Louis intentó sacar su mano para entender qué quería decir pero Harry jadeó en ese
exacto momento y volvió a taparlo.

Harry llevó sus manos a su cuello pero no hizo presión, solo rogó con los ojos. Si no sentía esa
escasez de aire, Harry no se correría. Y quería correrse tanto.

-Cariño, no puedo -dijo Louis con dificultad. Sus dedos estaban siendo tragados ansiosamente
y de sólo imaginar a su pene en ese lugar su mente dejó de funcionar.

Harry era pequeño y su próstata no estaba lejos del alcance de sus dedos así que cada uno de
los empujes era un tiro al blanco pleno y Harry se retorcía por liberarse, por lograr frotarse
más contra Louis pero no podía. No funcionaba. Dejó sus dedos quietos entonces, porque eran
inútiles. Harry daba profundas respiraciones por la nariz y Louis muy de a poco le liberó la
boca.

-Bien, bebé. Vamos a trabajar juntos, ¿sí? -Harry asintió porque no parecía capaz de hacer otra
cosa.

Louis se bajó de la mesa y trajo a Harry con él, dejándolo en una posición semi sentada, pero
más inclinado hacia atrás. Gemidos muy bajos salían de su boca pero por el movimiento de su
cuerpo ya que Louis a su mano no la movía.
-Sácame la corbata -le dijo, empezando a dar instrucciones, el pene de Harry estaba de un
morado preocupante. El rizado se apresuró a hacer lo pedido. Sus manos temblaban y le costó
bastante. Aún así Louis tuvo que pedirlo.

Desabrocha mis pantalones, bebé -Harry lo hizo y Louis soltó un suspiro por la leve libertad
que tenía, aún se encontraba atrapado en sus bóxers pero podía respirar un poco más. Sentía
la tela húmeda pegarse a lo caliente de su carne pero no era momento de eso.

-Mete la corbata dentro de tu boca -dijo finalmente y Harry lo miró confundido pero comenzó
a meterla de a poco. No toda, bebé, no hace falta.

Harry dejó de hacerlo entonces, ya que era obvio no iba a entrar. Sus mejillas estaban infladas
y rojas y sus ojos irradiaban una inocencia que jamás creerías que el niño a esa edad ya había
chupado un pene y que tenía tres dedos enterrados dentro.

Louis acomodó su mano un poco más arriba de la marca de la mañana en el cuello y antes de
volver a moverse le dio un beso cerca de los labios.

-Te quiero -le dijo, empujando con su nariz en su cara. Harry dijo algo que retumbó en su
garganta pero no se entendió.

Louis movió su mano otra vez y apretó su cuello con la otra. Harry tenía una mano envuelta en
la muñeca de Louis, clavando sus uñas y la otra la tenía sobre su boca por precaución.

Era muy excitante que Harry pudiera correrse sin ser tocado en el pene, un sólo apretón al
cuello y el chico estaba ido. Tensando todo su cuerpo, su pecho vibrando por el gemido que
sólo fue barullo por la corbata en su boca y derramando tiras blancas sobre su abdomen.

Y Louis lo tuvo cargado por casi media hora por lo que era mucho líquido lo que brotaba de la
punta, mojando todo su blanquecino y flacucho cuerpo de niño. Harry aflojó su agarre en la
muñeca de Louis y se dejó caer para atrás, agotado. Louis lo soltó pero no quitó sus dedos, dio
un pequeño paso atrás para admirarlo y el sólo hecho de verlo; acostado en su escritorio,
desnudo, con franjas violetas y rojas en el cuello tuvo a Louis metiendo su mano en su bóxer y
apretó con fuerza. Sus ojos viajaban por el cuerpo de Harry, la respiración pesada, absorbiendo
todo lo que podía. Harry con una temblorosa mano comenzó a quitar la prenda de su boca y
Louis lentamente, arrastrando sus dedos por las paredes interiores del niño los quitó.

El agujero rosa quedó abierto y abusado, apretándose en nada y Louis perdió la cordura, cada
músculo de su espalda se tensó y con un último tirón se corrió sobre Harry. Mezclando ambos
líquidos en el estómago de su hijo, siguió tocándose hasta quedar seco y luego tambaleándose
llegó a su silla y se dejó caer. Con su camisa arrugada y desarreglada en el cuello, su pene
todavía afuera y su mano mojada.

Harry se giró en la mesa, mirándolo a los ojos. Él estaba respirando un poco mejor que Louis,
ironía ya que el rizado era al que ahorcaban.

-También te quiero, papi -dijo sonriendo.

Al estar lejos de Harry, sin tocarlo. Su mente comenzó a trabajar, escupiéndole odio y palabras
horribles. Su mente imaginaba escenarios donde era atrapado y el pensamiento de eso lo tuvo
en sus pies al instante. Acomodó su pantalón y tomó la remera de Harry, la usó para limpiar al
niño sin tocar más de la cuenta.

-¡Papá, mi remera! -se quejó.

-Te compraré mil, Harry. Vístete por favor -pidió en un tono frío.

Harry se comenzó a mover entonces. Poniéndose el buzo sin remera una vez que Louis hubo
terminado. De todas formas una ducha hacía falta, otra vez. Louis tomó el lubricante y lo
guardó, luego agarró su corbata junto con la remera de Harry y las metió en una bolsa que
tenía allí. Cuando terminó, vio a Harry levantando las hojas que había tirado anteriormente y
por último la foto que Louis tenía con Harry en su oficina.

Estaba rota, dividiendo sus rostros justo a la mitad.

Louis no se dejó pensar en alguna mierda como señales del futuro y demás.

Louis se apresuró a la puerta. -Vamos -demandó pero Harry no lo siguió.

Louis se giró a verlo y quería gritarle que se apurara pero Harry lucía triste, con sus manitos en
el bolsillo del buzo y con la bufanda alrededor de su cuello, mirando el suelo.

-No sé que hice -comenzó y se ahogó con las palabras como si estuviera aguantando el llanto. -
Pero lo siento, papi. Lo siento tanto.
Y aunque a Louis lo embargaba la culpa y el asco a sí mismo se acercó de todos modos.
Abrazándolo.

-No hiciste nada malo, bebé. Nada. Sólo soy un idiota, ¿sí? -dijo. Harry envolvió sus brazos
alrededor de él con fuerza, como si quisiera fundirlos juntos. Louis respiró hondo y tarareó sin
darse cuenta.

Harry sorbió su nariz y levantó un poco la cabeza. -¿Huelo bien ahora, papi?

Louis sonrió y le besó la frente. -Hueles muy bien.

Cuando se alejó, Harry tenía los labios fruncidos hacia arriba, esperando un beso allí. Louis
soltó una risita risueña y se agachó, uniendo sus labios. Harry sonrió al instante. Caminando
otra vez hacia la puerta, su hijo entrelazó sus manos y ese hecho detuvo el corazón de Louis,
pero el apretón débil de Harry no le permitió soltarlo. Odiaba hacerlo llorar.

Salieron de la oficina caminando uno al lado del otro. -Me tomo el día, Anabelle -le avisó a su
asistente. Ella estaba durmiendo con la cabeza apoyada en su mano. La chica se sobresaltó e
hizo reír adorablemente a Harry y sólo por eso Louis no le dijo nada.

-Okay, señor -llegó a los oídos de Louis desde atrás. Harry había empezado a balancear sus
manos y caminaba con un pequeño brinco en sus pasos.

-¿Dónde quieres ir? -le preguntó Louis.

-¡Al cine! - respondió con una mano en el aire. -¡No, al parque! No, no, no. ¡A casa! -Harry
tomó con ambas manos la mano que tenía de Louis aferrada a él. -Y puedes cocinar algo.
Tengo hambre.

Louis aceptó con una sonrisa. -Bien. Cocinaremos juntos. ¿Quieres?

Harry asintió efusivamente.

Volvieron al departamento y Harry en ningún momento soltó la mano de Louis, incluso cuando
tuvieron que subir al auto, corrió alrededor y lo volvió a agarrar en la palanca de cambios.
Louis lo persiguió por el pasillo una vez que salieron del ascensor y Harry se escabulló
corriendo por la casa.

Louis se dirigió a la cocina, viendo qué podía cocinar. Cuando Harry bajó de nuevo, estaba
bañado y en pijamas. Luego de un bostezo se subió a la mesada.

-¿Qué hago? -le preguntó.

Louis ya tenía el pollo en el horno y estaba terminando de pelar papas. Tenía la camisa
arremangada hasta los codos y fuera del pantalón de trabajo. Se había sacado los zapatos y
sólo estaba en medias, a diferencia de Harry que tenía unas pantuflas celestes de garritas de
oso.

-Puedes aplastar las papas una vez que estén listas -le sugirió, pasándole el utensilio. Harry
asintió y esperó a su lado.

Cuando todo lo que faltaba era esperar, Louis se recostó en la mesada, apoyando la cadera y
observando a Harry que de vez en cuando soltaba un bostezo pero balanceaba sus pies de
peluche.

-Eres un muy lindo osito -le dijo con los brazos cruzados y una sonrisa de lado.

Harry sonrió despacio y tímido. Encogiendo el cuello en vergüenza. -Tú eres un muy lindo papá
oso -le respondió de regreso.

-¿Soy un oso también? -preguntó divertido.

-Te ves abrazable -dijo y movió sus manos como si estuviera apretujando algo.

Louis se acercó lentamente, deteniéndose enfrente de Harry, quien enseguida le hizo espacio
entre sus piernas. Louis colocó sus manos en los muslos de Harry, acariciando la tela de
algodón. El niño había subido sus manos al cuello Louis y las había entrelazado detrás de su
nuca.

-Te amo mucho, papi. Eres el mejor -dijo antes de enterrar su cara en el cuello de Louis.
Él lo abrazó fuerte y besó sus cabellos húmedos.

-Yo también, hijo -dijo cerrando los ojos. -Y quiero lo mejor para ti.

Lo que hacían estaba mal. Ya no podían seguir haciendo eso. Por más que Harry llorara e
hiciera berrinches. Ese día, el mismo en el que había empezado, debía terminar.

El horno le avisó que ya estaba el pollo por lo que se alejó sin conectar sus ojos con Harry.
Apagó el fuego de las papas también y las coló, para luego dárselas en una olla a Harry que
empezó a pisarlas feliz de ayudar. Ajeno a lo que Louis tenía en mente.

Comieron tranquilos, viendo una película de superhéroes en Netflix. Ninguno tenía nada que
hacer en la tarde, Louis por haberse tomado el día en el trabajo y Harry por no hacer ningún
tipo de actividad extracurricular por el miedo de Louis sobre que su hijo estuviera en otro lugar
que no fuera su casa o la escuela, por lo que luego de haber puesto todo en el lavavajillas
subieron a la habitación de Louis a dormir.

Louis despertó siendo besado en las clavículas, el recuerda haberse dormido de costado y con
Harry acurrucado entre sus brazos, pero ahora está sobre su espalda y Harry encima de él, a
horcajadas y besando sus jodidas clavículas. Louis no está para nada sorprendido de ya estar
duro.

¿Cómo el niño se había dado cuenta que ese era su punto débil?

Louis lo tomó de la cadera porque se había empezado a mover y Louis prometió no seguir con
esto. -No, Harry.

-Sí, papi. Despierta -dijo y comenzó a subir sus labios por el cuello de Louis hasta su mandíbula
y soltó una risita. -Tu barba me hace cosquillas -dijo pero siguió besándolo hasta llegar a sus
labios.

Louis los giró, quedando el arriba y Harry apretó sus piernas, deleitado. -Sí, sí. Papi, salió igual.
¡Mira! -Harry tomó su teléfono y Louis meditó tirarle el aparato por el inodoro.
Era un vídeo. De porno obviamente. Pero había penetración y Louis ya estaba negando.

No. No. No. Él no iba a hacerlo. No.

De alguna forma, Louis terminó otra vez con tres dedos dentro de un Harry jadeando y
sudando.

Louis se prometió -no, se juró- que era la última vez que iba a hacerle esto a Harry. Sin
embargo, persuadió a su hijo para solamente hacerlo con dedos y Harry aceptó.

-Papi, te quiero a ti.

-Me tienes, bebé.

-No, no. ¡Papi! -dijo con la voz aguda y encorvando la espalda. -A ti. A ti -repitió sin aliento.

-No, bebé. No quiero lastimarte -intentó Louis. Esa había sido la excusa antes, la excusa que
pensó que funcionaría.

-No lo harás. Confío en ti -Harry abrió sus ojos para conectarlos con los de Louis en la última
oración. Como si lo dijera en serio.

-No, bebé -negó una vez más.

Harry lloriqueó, apretando las sábanas entre sus puños. -¡Por favor, papi! -dijo apretando su
entrada alrededor de los dedos de Louis. -Por favor -rogó y salió tan ahogado, tan roto, con
una vulnerabilidad que le destrozó la mente a Louis.

Con la garganta apretada logró decir: -Intentaremos con un dedo más, ¿sí?

-¿Y luego tú? -la esperanza en su voz lo tuvo temblando ante su decisión de no hacerlo.

-Si lo tomas bien, quizá -prometió a medias, intentando retrasar lo inevitable.


Muy en el fondo, Louis lo sabía.

Sabía que pasaría.

2: H19/L34

Este capítulo es Harry tops. Si no les gusta no lo lean y vayanse a cagar. No me rompan los
huevos.

All the love.

Harry 19 años.

Louis 34 años.

Cuando Louis entró al departamento lo primero que notó no fue la campera desconocida, o el
par de zapatillas junto a las botas de Harry, no. Lo primero que sintió fue el olor a marihuana
inundando la sala, pero no había nadie.

Dejó su maletín en el sofá, encendió el ventilador de techo y se dirigió a abrir el ventanal que
daba al espacioso balcón.

Él lo hizo de pequeño, de hecho lo hizo a la misma edad que lo está haciendo Harry ahora,
pero él nunca creyó que en verdad pasaría. Sí, había escuchado a Harry centenares de veces
volver a las diez de la mañana los fines de semana y muchas otras veces tomó la ropa de su
hijo para ponerla en la lavadora con olor a alcohol y cigarrillos.

Louis se quitó el saco y comenzó a desaflojarse la corbata y a desabrochar los botones de la


manga y los del cuello. Pasó sus manos por el cabello perfectamente peinado; acababa de
llegar de la corte y estaba exhausto, incluso si le tomó menos tiempo y llegó antes de lo
previsto. Tenía otro caso en la bolsa, significando que el mes entrante iba a tener un plus en su
salario.

Luego de haber revisado la heladera y encontrado para hacerse un sándwich, ya que todavía
no era horario para comenzar el almuerzo, se recostó contra la mesada por la cadera y esperó.
Veinte minutos después, luego de haber terminado su vianda, risas llegaron a sus oídos. Cada
escalón que pisaban hacía eco en la vacía sala para llegar perfectamente a Louis, pero luego
fue un jadeo de sorpresa y murmullos que no entendió.

Y él definitivamente preferiría haber llegado más tarde porque en ese momento estaba
escuchando besuqueos y luego un gemido agudo. Ese fue el momento en que apareció por la
puerta de la cocina y aclaró su garganta.

Harry se separó de un chico morocho más pequeño que él y se giró a verlo sin emoción alguna.
El chico estaba luchando por recuperar el aliento y con los labios hinchados, sus mejillas rojas.

-Ho-hola, señor Tomlinson -dijo arrastrando las palabras bastante y Louis sospechó que fue por
la marihuana y no el beso.

-Hola... -respondió esperando que el chico se presentara ya que Harry no hacía nada más que
mirar más allá de Louis, como si no estuviera realmente allí.

-Zayn. Zayn Malik -se presentó, tendiéndole una mano para estrecharla con la suya y Louis no
dudó en dar un paso adelante. Su nariz se frunció un poco por el olor a marihuana que
rodeaba al chico y en el momento en que su mano tocó la tosca y áspera de Zayn, Harry
decidió hablar.

-Mi novio -dijo y Louis se quedó tenso por apenas unos segundos.

Zayn movió su cabeza rápidamente hacia Harry y luego sonrió incómodamente hacia Louis sin
mostrar sus dientes. Él respondió el gesto y luego divisó un atado de cigarrillos en la otra mano
del morocho.

Su mente rápidamente creó la conclusión de que Harry estaba metido en esas cosas por su
culpa, y Louis tenía muy buena memoria, era indispensable para su trabajo, así que con tono
mordaz tuvo que preguntar. -¿No te gustaba Liam?

Los ojos de Zayn se abrieron cómicamente y se ahogó en lo que sólo podría haber sido saliva.

Sentía la mirada de Harry en su rostro, y él más que nada quería devolvérsela y responder "sí,
lo recuerdo" pero fingió importancia y siguió observando a Zayn que ahora estaba colorado y
luciendo como estar entre la espada y la pared.
-No -dijo Harry, demasiado fuerte. -Es mi novio. ¿Verdad, Zayn?

El nombrado boqueó confundido pero al final logró recuperarse. -Sí, bebé.

A Louis se le retorció algo en el estómago pero lo ignoró, como siempre. Se había vuelto un
experto en hacer eso luego de ese día.

Con sólo una palabra como esa la situación se tornó incómoda y Zayn estaba tomando con
dedos nerviosos un cigarrillo.

-¿Le importa si-

-De hecho sí -contestó Louis interrumpiéndolo al mismo tiempo que Harry dijo no. -No me
gusta que fumen en mi casa -prosiguió y con eso abarcó la marihuana también al apuntar hacia
arriba, donde el ventilador daba vueltas.

-Oh, lo siento, yo- ya me iba de todas formas -dijo apresurado y tomando su abrigo. -Emm,
adiós señor -se despidió con un asentimiento mientras simplemente metía sus pies en las
zapatillas. -Hazz, ¿te llamo más tarde?

Harry asintió pero con sus ojos le mandaba dardos directo a la frente. Louis abrió la puerta y
esperó a que Zayn saliera, cuando el chico estuvo en el ascensor la cerró y de paso apagó el
ventilador para hacer tiempo.

Sintió movimientos detrás de él pero comenzó a hablar de todos modos. -No me gusta para ti -
sentenció. Cuando se giró, encontró a Harry quitándose el buzo que traía puesto.

-¿Disculpa? -dijo, incredulidad y sorpresa en su tono de voz. Harry era más alto que él ahora así
que Louis tenía que levantar un poco la cabeza para verlo. -¿Él no- qué?

Y Louis iba a responder, iba a contestar a su pregunta al repetir lo que había dicho pero no
pudo. No pudo siquiera llevar aire a sus pulmones, tampoco pudo parpadear y al tener abierto
los ojos tan grande, se le estaban empezando a secar.

Louis quedó petrificado y no había sonido alguno a su alrededor.


Harry estaba marcado.

Harry estaba marcado en el cuello.

Harry estaba marcado en el cuello y no eran chupones.

Harry estaba marcado en el cuello, no eran chupones y no lo había hecho Louis.

Louis podría haber apostado mucho dinero en que se había quedado sin habla y sin respirar
por horas pero el reloj de la sala sólo marcó minutos de diferencia.

Harry bufó con los brazos cruzados y comenzó a caminar hacia la cocina. Louis tuvo que
parpadear varias veces para aclarar su mente y luego carraspear para hacer lo mismo con su
garganta.

-No seguirá siendo tu novio. Sabía que era alguien más, ¡él es el culpable!

-¿De qué mierda hablas? -dijo Harry con el ceño fruncido y parecía enojado. Se había girado
cuando Louis había comenzado a hablar.

Y esa fue la primera vez que lo escuchó maldecir. Siendo completamente honestos Louis sabía
que su hijo no iba a seguir viviendo esquivando esas palabras porque su papi se lo había
pedido pero pensó que al menos no iba a decirlas en frente de él. A Louis no le gustaba que su
hijo dijera groserías. Y el que lo hubiera hecho se sumó a sus razones contra el "novio" de
Harry.

-¡Él te lleva por mal camino! No es bueno para ti. No quiero que te juntes con él -dijo
rotundamente. El chico moreno tenía tatuajes, ¡un brazo completo! Y fumaba marihuana. Su
niño nunca había hecho esas cosas, nunca le faltó nada para que las necesitara hacer así que
sólo las hacía para que Zayn pensara que era como él. ¡Y Harry no era como él! Harry era un
niño bien, era alguien con educación y clase. Louis se había asegurado que así fuera. No podía
permitir que uno de afuera viniera y lo convenciera a hacerse tatuajes, a fumar y drogarse.
Mucho menos a decir groserías.

-No vas a elegir mis amigos, ¡menos a mi novio! Y, ¿qué carajos te importa de todos modos? -
siseó enojado. Harry tenía los puños apretados y Louis vio perfectamente el momento en el
que se había mordido la lengua para no seguir hablando.
-Porque me preocupo por ti. ¡No quiero que andes con él! Mereces a alguien mejor -dijo Louis,
tratando de hacerlo entender. Y ese alguien mejor definitivamente no era Zayn y tampoco era
él.

Harry bufó y luego rió cínicamente. -¿Te preocupas? -dijo con un tono frío y asqueroso.

Está bien. Puede que Louis se haya alejado de él luego de lo que había pasado pero Louis
nunca dejó de preocuparse. Hablaba con la niñera del niño todas las noches, al igual que con
sus profesores o doctores. Louis siempre le dejó un regalo cada semana al final de la cama
antes de que volviera de la escuela. Él siempre se preocupó. Entonces el que Harry no lo
creyera le dolía.

-Por supues-

-¿Y cuándo empezó, eh? ¿Cuándo me hice un tatuaje? ¿Cuándo mi boletín ya no trajo buenas
notas? O, ¿cuándo se vio por fuera lo que era por den-

Una vez más Louis vio a Harry morderse la lengua, deteniéndose. Y no es que Louis pudiera
llegar a tener miedo, es más no lo hacía en lo absoluto, pero Harry realmente parecía enojado
y la vena de su frente se veía lista para explotar. Y mucho de eso tenía que ver con las cosas
que Harry quería decir y no lo hacía.

Louis intentó calmarlo, como siempre hizo. Como siempre fue su instinto natural, pero no
funcionó. -Siempre me preocupé por-

-¡Cierra la puta boca! ¡Deja de decir tanta mierda!

-¡Harry!

-¿Qué te crees? ¿Que porque pagaste por gente para que cuidara al insoportable de tu hijo
significaba que en verdad estabas preocupado? ¿O que estabas haciendo bien tu papel de
padre? Déjame decirte que no, fuiste una mierda, Louis.

Louis.
Harry le había dicho Louis. Inconscientemente Louis intentó recordar la última vez que Harry le
dijo pa o papá, no le gustó en lo absoluto no recordarlo. Por lo que seguramente había sido
hace bastante.

-¡Harry Edward T-

-Oh, si sabes mi apellido por favor dímelo.

Y Louis se quedó callado. Sin entender a qué se refería en verdad con esa frase.

Sacudió la cabeza y prosiguió. -Tomlinson. Soy tu pa-

-¿No te cansas de mentir? -preguntó Harry, inesperadamente. -Primero dices que te preocupas
y ahora... -negó con la cabeza como si estuviera decepcionado y su enojo parecía estar dando
pasos hacia atrás.

-¿Ahora qué? -Louis presionó. Dando un paso adelante. Harry seguía en la puerta a la cocina y
Louis en la sala.

Los ojos azules seguían desviándose al cuello de Harry de vez en cuando, retorciéndole el
estómago de una forma horrible, de una forma que lo quería hacer acurrucarse en sí mismo.

Él nunca volvió a pensar en eso. Louis lo bloqueó de su mente, lo dejó a un lado, pero ahí
estaba. Había sido verdad, real. No fue del momento, de la edad, a Harry realmente le gustaba
que lo ahorcaran en el sexo y la imagen del chico moreno estando con Harry de esa forma, en
su habitación, bajo su techo, con una nube de marihuana alrededor de ambos lo tenía con
náuseas al instante. Su niño. Su niño había tenido relaciones sexuales.

Otra vez.

-No lo eres -la voz de Harry lo quitó de sus pensamientos. Y aunque el chico no lo estaba
mirando, y parecía tímido, su voz salió potente y grave, con sus puños apretándose de vuelta.

-¿Qué cosa? -preguntó Louis, confundido.


-¡Mi padre, imbécil! No lo eres, mierda.

Los ojos de Louis se abrieron enormes e inconscientemente dio un paso atrás. No se había
esperado eso.

-¿Cuánto más ibas a ocultarlo? ¿Eh? ¿Cuándo carajos pensabas decirme que soy adoptado?

Louis nunca había imaginado la situación, nunca había pensado que fuera una posibilidad que
Harry se enterara sobre eso. Él en verdad no sabía cómo hacerle frente. Sin embargo, lo hizo
de la peor forma.

-¿De eso se trata? Toda esta mierda... -hizo un ademán con la mano abarcando todo. -Los
tatuajes, el cigarrillo, el alcohol, ¡la jodida marihuana, Harry! ¿Es porque eres adoptado?

-No es... No- no lo entiendes-

-Es un jodido cliché -lo interrumpió cuando Harry comenzó a negar con la cabeza, pero al
escuchar la respuesta de Louis alzó la cabeza al instante, sus ojos verdes mostrando dolor,
como si estuviera herido por el comentario.

-¿Me lo dices así, Louis? ¿En serio me lo dices así? -murmuró. Louis no estaba completamente
seguro de si le gustaba que lo llamara por su nombre, su boca bloqueaba la S de una forma
que a Louis no le terminaba de agradar.

Pero ese pensamiento fue empujado a un costado cuando vio a Harry recostar su espalda
contra la pared. Pareciendo derrotado, cansado como si la pequeña disputa que llevaban le
hubiera sacado cada partícula de fuerza que tenía encima. Pero con una segunda mirada Louis
se dio cuenta que no fue la pelea lo que lo agotó, sino la máscara que mantenía Harry. La
imagen que se había estado obligando a tener durante este corto tiempo, la imagen de
desinteresado y enojado se había ido, para darle paso a la de un adolescente roto por dentro.

Louis creyó que ya era inmune, inmune a todo lo que Harry podría llegar a decir o intentar
hacer. Luego de haberlo escuchado llorar contra su puerta cerrada con llave en las noches que
llovía, luego de haberse levantado y haberlo encontrado acurrucado en el suelo alfombrado y
llevado a su propia cama cada mañana siguiente, luego de haber visto el verde de sus ojos
entristecido cuando volvió a tener niñera, Louis en verdad creía que nada lo iba a hacer
romper su promesa a sí mismo.

Era por Harry. Era mejor para el niño si él se mantenía alejado.

Porque en esos momentos fue un niño, un niño entrando en la adolescencia. Ahora, en ese
momento Harry era un chico grande, tenía diecinueve años y parecía más herido que todas
esas veces anteriores juntas. Louis no pudo contenerse, no había fuerza en el mundo para
mantenerlo alejado de Harry.

Entonces en un paso, se acercó.

Tenía una mano tendida, casi alcanzando el hombro de Harry. -Beb-

-¡No me toques, maldita sea! -Harry se retorció de una manera sorprendente para alguien de
su altura y se alejó de Louis como si lo quemara estar cerca de él. -No sé quién mierda eres.
¡Jodidamente no me toques!

Harry era gritos y su voz profunda hacia retumbar el pecho de Louis, era una escena
aterradora. Harry enojado era aterrador. Se movía por la sala como un animal salvaje
enjaulado, empujó cosas y tiró otras, destruyendo jarrones y cuadros.

-¡Te di todo! ¡Todo lo que una persona enamorada podía entregar y no te importó! -gritó,
fuera de sí. Se detuvo de caminar para mirarlo. -Trece años y no te importó dejarme solo, así
que no digas que te preocupaste, ¡que te preocupo! ¡Es pura mierda!

Harry tiró de su cabello, nervioso y comenzó a murmurar en voz baja como si estuviera
hablando consigo mismo. -Debí haberlo sabido, eres un jodido abogado. Por supuesto que
mentirías, por supuesto que mientes. -rió secamente. -Que idiota soy.

Pero Louis se había quedado atrás, mucho más atrás.

Persona enamorada.

Harry estaba diciendo que a los trece años estuvo enamorado y eso... Eso no podía ser. No era
posible. De ninguna jodida manera.
Lo que Harry había sentido fue curiosidad y luego placer, por lo que sólo quiso seguir
haciéndolo. No amor. Él no amaba a Louis, no de esa forma.

-No estabas enamorado -declaró, como un hecho. Como si él supiera específicamente qué
sintió Harry seis años atrás.

Esa frase concentró la atención de Harry de nuevo en él en un instante.

-¡¿Y tú que mierda sabes del amor?! Nunca amaste a alguien, ni siquiera a Hayley. Nunca te
dejaste ser amado.

Louis tendría que haber negado eso, tendría que haber dicho que sí amó a Hayley, pero no lo
hizo. -¿Qué tiene que ver eso con-

-¡Que yo te amaba, maldita sea! Te amaba con cada maldita célula de mi jodido cuerpo -Harry
se acercó a él rápidamente, desesperado para que Louis entendiera. -Hasta los dieciséis te amé
con locura, Louis.

El verde de sus ojos estaba atormentado, flameaban infinitamente y dejaban ver a través de
ellos los años de dolor que Louis le causó. Incluso si se alejó y renunció a él, le causó daño de
todas formas.

-Bebé, yo no-

-Y ahora te odio, te odio. Porque me mentiste. Me dijiste que eras mi padre, que no podías,
que estaba mal, que era lo mejor... ¡Y ni siquiera eres mi padre! ¡Te odio!

Y Louis podría vivir con todo, el podría merecerse todo lo malo y lo soportaría sin problema
porque lo merecía, lo sabía. Pero no, no podía soportar el que Harry lo odiara. Todo menos
eso.

-No. No, tú no me odias. Es mentira. No pue-

-¡Me quitaste la jodida virginidad, Louis!


Algo se instaló en el pecho de Louis al oír esas palabras. Lo sintió acomodarse bien en el
centro, encajando perfectamente para nunca volver a salir. El que Harry lo haya dicho de esa
forma... Gritando y usando la palabra quitaste, como si Harry no hubiera querido. Como si él
no se lo hubiera permitido.

Esa palabra hacía que todo sonara como algún tipo de violación y Louis empezó a marearse. La
habitación dio vueltas y sus oídos se taponaron, no tenía idea que su Harry siguió gritando más
después de eso porque ya no lo escuchaba.

Lentamente caminó hasta el sillón, asustado de caerse en el medio de la sala sobre la fría
alfombra.

No era una novedad. Nunca fue una novedad. Louis siempre pensó en ello de esa forma, por
eso lo omitió, por eso se alejó de él. Pero el hecho de que fue nombrado en voz alta le trajo
todos los recuerdos de nuevo, haciéndolo sentir enfermo.

Se sentía como un jodido anciano al estar sentado y rezando para que no le diera un ataque al
corazón. Harry pareció haber visto que en verdad se sentía mal, porque se sentó a su lado.

-Pase tres años creyendo que padecía algún tipo de jodido síndrome al enamorarme de mi
papá -dijo a su lado, su voz a un nivel normal. Como si supiera que más gritos sólo
empeorarían la situación. -Pero no era eso. No lo era en absoluto.

El sillón se sentía enorme, como si en cualquier momento pudiera tragarlo y llevarlo a otra
dimensión, pero sin embargo, Harry estaba sentado muy cerca de él.

-¿Cuando lo descubriste? -dijo con voz ahogada. Louis estaba completamente indefenso en
ésta conversación.

-Tenía diecisiete -respondió lentamente y se removió en su lugar para acomodarse, haciendo


que las piernas de ambos chocaran.

Louis cerró los ojos luego de haber escuchado el número porque él recuerda, recuerda lo que
pasó hace dos años con completa claridad. Y como si Harry supiera en qué está pensando lo
dice en voz alta.
-Lo intenté una vez más. ¿Recuerdas? -preguntó con ansiedad. Sí, sí lo hago. Quiso decir pero
quedó callado. -A los diecisiete años intenté que pasara algo entre nosotros -Louis sólo asintió,
tiene un nudo en la garganta que le impide hablar. -Porque yo sabía que no eras mi padre y
creí que había sido la edad un problema, lo que era comprensible.

Harry rió despacio y continuó. -Ni me miraste. Lo intenté y sólo me ignoraste -dijo, un poco de
frustración filtrándose. Apoyó ambos codos en sus rodillas y frotó su cara con sus manos, las
cuales amortiguaron las siguientes palabras. -Me sentí como un idiota, y tú volviste a actuar
como un papá. -Harry bajó sus manos y lo miró a los ojos. El verde demostraba seguridad y
ansiedad, con algo de dolor con el que tuvo que cargar por varios años. -No te quise como
papá, Louis. No te quiero como papá ahora tampoco.

Louis realmente no debería estar considerando las opciones sobre esto. Su mente ya olvidó a
Zayn y que él chico había sido el detonante de la situación en mano ahora. Harry estaba
hablando, confesando, como si supiera, como si lo que dijera fuera en serio. Y puede que lo
sea, porque Harry ya no era un niño. Era grande y comprendía algunos de los problemas por
los que Louis tuvo que pasar.

Harry se inclinó hacia adelante un poco pero Louis seguía teniendo una guerra dentro suyo,
luchando por seguir viviendo con el odio a sí mismo o si debería empezar a odiarse más.
Porque él sentía como si hubiera fallado.

Sentía que toda su vida, desde la partida de Hayley, fue un completo fracaso. Él debía cuidar al
niño, hacerlo sentir en casa, confortarlo... Darle una familia, amor y muchas cosas más que no
hizo.

Y ahora, ahora Harry le decía que lo odiaba, que no lo quería como padre y que nunca quiso
uno.

Esas palabras lo llevaron directamente a su niñez, donde todos sus compañeros de colegio
hablaban sobre su papá en el día del padre y él tenía que hablar de su abuelo porque él no
tuvo uno.

Genéticamente hablando sí, el hombre quizás andaba en algún lugar del planeta tierra, pero
nunca podría ser considerado para ser llamado padre, porque había huido y jamás se había
preocupado por él. Por eso, a esa corta edad, Louis ya se había prometido, no, se había jurado,
que su hijo nunca iba a pasar por eso. Y falló.
Falló porque se concentró en su trabajo, sólo porque quiso darle lo mejor. Falló porque no le
prestó la atención suficiente y pagó para que otras personas lo hicieran. Falló porque abusó
del niño que tendría que haber sido su hijo. Falló porque Harry no lo veía como un padre, al
igual que él con el suyo propio.

Sintió la mano de Harry en su muslo recién cuando el menor ejerció un apretón y eso lo trajo a
la realidad, levantándose del sillón y alejándose del rizado.

-No, Harry, no.

-¿Por qué? -preguntó y su voz sonó como un desgarro, un quejido de dolor.

Automáticamente Louis empezó a decir su antigua excusa. -Porque soy tu-

Pero se detuvo porque Harry ya no tomaba eso en serio. Frustración floreció dentro de su piel
y lo tenía aturdido, nervioso, al punto del colapso. -No lo sé, Harry. ¡No lo sé! -gritó,
completamente derrotado.

Su cuerpo temblaba y se retorcía y Louis no podía más, ya no. Sus piernas cedieron pero antes
de caer, antes de que su cuerpo colapsara ante la presión, Harry lo atrapó.

-Todo va a estar bien, Louis. Sólo déjate llevar -arrulló Harry. Sostuvo a Louis atrapado entre
sus brazos, y eso lo hizo sentirse pequeño, lo que no es muy sorprendente ya que Louis había
adelgazado bastante en los años pasados. Sus muslos ya no llenaban sus pantalones y sus
hombros ya no estiraban las camisas.

Los murmullos de Harry contra su cabello lo calmaron un poco, tenía su cara presionada en el
cuello de Harry, donde la marca violeta seguía estando y él la odiaba. Odiaba la marca y a
quién fuera que se atreviera a ahorcar a su bebé, a lastimarlo de esa forma.

Seguramente la persona no tenía idea de cómo se hacía, cuánta fuerza ejercer o cuándo
detenerse, pudo haber herido a Harry en serio y esos hechos lo molestaban cada vez más.

Él quería borrar el rastro que la persona anterior había dejado.


Louis inclinó su cabeza hacia arriba, Harry aflojó su agarre alrededor de él un poco para poder
alejarse y ver a Louis hacia abajo. Las manos del rizado se deslizaron hacia su cintura, para
poder sostenerlo si su cuerpo volvía a caer. Al mismo tiempo ambos se acercaron, lentamente,
con miedo a que el otro se alejara pero ninguno lo hizo. Harry abrió sus labios ligeramente y
Louis lo imitó.

Besar a Harry, al Harry mayor, se sentía diferente en muchas formas. Ahora Harry sabía
manejarse solo y ambos eran conscientes de que el otro quería el beso y el que Louis tuviera
que inclinar su cabeza hacia arriba en vez de abajo le daba un nuevo ángulo a todo. Sin
embargo, sabía igual. Mismos labios suaves, si no es que un poco más, era dulce en partes y
amargo en otras por los cigarrillos que debió haber fumado.

Se sintió cálido, como la brisa de verano acariciando un cuerpo tumbado en la arena de alguna
playa, era tranquilizador y poco a poco Louis sintió como su cuerpo lentamente volvía a
inflarse, hincharse con sentimientos y la sensación de sentirse vivo, como si sus órganos
comenzaran a funcionar finalmente.

Suspiró cuando la presión de su pecho se desvaneció en algo más soportable, en algo que le
permitía respirar apropiadamente. Harry se presionó más cerca, apretando el agarre en su
cintura y Louis envolvió sus brazos alrededor del cuello de Harry.

Abrieron más sus bocas, permitiendo a sus lenguas salir a explorar, haciendo que un destello
de luz explotara en los párpados de Louis, volviéndolo ansioso, queriendo más. Era intoxicante
y adictivo, tanto que Harry lo tuvo caminando hacia atrás hasta chocar contra la pared más
cercana.

Ya no era suave el beso, era desesperado, ansioso, de cálido a caliente y sus bocas chocando,
chupando y mordiendo. Intentando aferrarse al otro lo más que podían. Jadeaban por aire
entre ellos pero no se alejaban, movían sus cabezas a los lados para seguir buscando nuevos
ángulos, nuevos recovecos para explorar con sus lenguas. El beso ya hacía chasquidos y el
sonido tuvo a Louis tirando del cabello corto en la nuca de Harry, haciendo que este gruñera y
lo apretara fuerte por la cadera, haciendo que a Louis le doliera, y lo levantara y empotrara
contra la pared.

Louis mentiría si dijera que eso no hizo retorcer ansiosamente a su polla en sus bóxers.

Se siguieron besando, luchando por dominar el beso, ninguno parecía querer rendirse y eso
sólo calentaba más la situación. Harry había empezado a mover sus caderas, moviéndose
contra Louis y demostrándole que estaba duro, al igual que él.
El beso comenzó a dificultarse y no fue culpa de Louis en lo absoluto, fue de Harry, quien había
comenzado a sonreír sin razón aparente.

Louis se alejó y respiró profundamente antes de ver al rizado, quién se encontraba deleitado y
divertido con algo que Louis no comprendía aún.

-¿No te enloquece a veces? -preguntó sin aliento. Su pecho subía y bajaba velozmente. -Lo
rápido que cambian las cosas.

Louis bufó, rodando los ojos. -No te creas que porque eres más grande en músculos vas a
mandar aquí, bebé.

-Y tú no te creas que voy a dejar pasar la oportunidad de enterrarme en ese precioso culo... -
dijo Harry, en un susurro bajo y ronco. Miró hacia abajo con su labio entre sus dientes -Papi.

Louis dejó a su cabeza caer hacia atrás, haciendo un sonido seco cuando chocó contra la pared.
Su pecho vibró con una risa contenida. -Será un fetiche, ¿verdad?

Harry tarareó en respuesta y luego sintió sus labios en su cuello, el cual había dejado a la vista
del rizado. Las succiones allí lo tuvieron envolviendo sus piernas alrededor de Harry al instante,
apretando para acercarlo y conseguir algo de alivio al frotar su dureza.

Harry gruñó y mordió su cuello demasiado fuerte, haciendo a Louis chillar de dolor.

Harry lo tomó de los muslos y lo llevó hasta la mesa de la cocina. Lo sentó allí, comenzando a
tirar de su camisa y Louis se lo permitió sin ningún problema. Mientras Harry se quitaba su
remera Louis se ocupó a sí mismo con el cinto y sus propios pantalones. Harry maldijo y tuvo a
Louis mirando hacia arriba al instante. Harry se abalanzó sobre él antes de que preguntara qué
había sucedido.

Pasó sus manos por todo el cuerpo de Louis, haciendo que su piel se sintiera más caliente.
Mientras lo besaba con fiereza sus manos tiraban desesperadamente de sus bóxers, haciendo
que Louis cayera de nuevo en la punta de sus pies en el suelo mientras la tela caía por sus
piernas.

Las manos de Harry fueron rápidamente a su trasero, apretando y atrayendo a Louis más
cerca.
De un movimiento, Harry giró a Louis rápidamente, empujando con su pecho en la espalda de
Louis para que se inclinara hacia adelante. Sus manos grandes recorrieron las costillas de Louis
en su camino arriba hasta llegar a sus hombros y de ahí a sus manos, apoyándolas plenamente
contra el vidrio de la mesa. Separó las piernas de Louis con sus pies e hizo que el mayor se
sintiera más expuesto que en toda su vida. El bulto de Harry estaba presionado contra el culo
de Louis. La tela áspera de los jeans negros de Harry raspaba su piel delicada y lo hacían
retorcerse de placer.

-¿Serás un buen papi para mí? -susurró Harry en su oído, luego tarareó dentro de su garganta,
frotando su erección obscenamente. -¿Me harás sentir bien?

Louis cerró los ojos con fuerza. -¡Joder, Harry! -gimió, la voz grave estaba causándole
sensaciones que no había sentido antes.

Harry detuvo sus movimientos de caderas apretando su agarre en las manos de Louis por
encima de su cabeza. El aliento de Louis empañaba el vidrio, al igual que el calor que irradiaba
su cuerpo. -Bebé para ti, papi -susurró y sí, a Louis lo estaba enloqueciendo como los roles
habían cambiado. -Y ahora te quedarás justo así, esperando por mí.

Louis se alarmó, tensando su cuerpo al instante. ¿Donde iría Harry? ¿Por qué iba a dejarlo así?

Louis ya sabía por experiencia que si Harry no se encontraba tocándolo él perdería toda
emoción del momento y su cerebro comenzaría a funcionar en contra de Harry.

-No te toques. Iré a buscar lubricante.

Louis suspiró y asintió despacio. Su polla dando un espasmo por pensar en Harry llenándolo de
lubricante por dentro, con sus dedos gruesos y largos. La punta de su polla chocaba contra el
frío del vidrio y más que placer le causaba dolor, intentó bajar una mano para alejarla,
acomodarla de otra forma, pero una voz lo detuvo.

-No sabes respetar ordenes, papi -Louis ni siquiera había sentido la ausencia de Harry, la cual
solamente había sido de segundos. Pero en parte agradeció por ello porque no le dio el tiempo
para comenzar con su usual dosis de culpa.

Un sonido a su lado lo distrajo y un vistazo rápido le dijo que la botella de lubricante ya se


encontraba allí.
-Tan hermoso, esperando por mí.

Cuando Harry se presionó contra él de nuevo se dio cuenta que el chico ya no traía ropa
puesta. Volvió a acariciar su cuerpo, más específicamente sus muslos, haciendo que a Louis se
le erizara la piel.

Besos eran depositados desde su nuca hacia abajo, mientras que una de sus manos se situó
sobre su entrada, provocando ligeramente. Al mismo tiempo que los besos se detuvieron
Harry agarró la botella y Louis tembló de anticipación.

Un dedo lubricado bordeó su entrada, sin hacer presión y Louis se empujó hacia la mano,
ansioso pero su mente no estaba preparada. No estaba preparada para dejar que Harry fuera
el que le estaba haciendo esto, el que le estaba causando estas sensaciones, el que lo tenía
jodidamente duro como una piedra. Pero sobre todo no estaba preparado para que entraran
dos dedos a la vez en vez de uno.

Se tensó, porque no lo vio venir, pero jadeó de sorpresa y apretando con fuerza sus manos se
encontró empujando hacia atrás más ansioso que antes. Le gustaba el ardor que lo rodeaba y
la forma en que la yema de los dedos de Harry acariciaba su interior.

Los dedos eran arrastrados hacia afuera y volvían a entrar violentamente. Louis cada vez se
inclinaba más sobre la mesa y el único toque que tenía con el suelo era la punta de los dedos
de sus pies. El vidrio estaba frío contra su pecho, hasta que tomó temperatura y ya no le causó
piel de gallina.

La otra mano de Harry estaba situada en su cintura, asegurando a Louis quieto mientras él
trabajaba en lo suyo, mientras lo abría cada vez más para su polla. Los dedos comenzaron a
abrirse, haciendo tijeras y los gemidos de Louis se volvieron un poco más agudos.

El desastre que su cabello era en ese momento era deplorable, el sudor lo había bajado un
poco y parecía grasiento. Louis tenía la boca roja y los labios hinchados por la fuerza del beso
anterior. Tenía los rastros de las manos de Harry en su cuerpo por la fuerza con la que las
caricias eran ejercidas, como para asegurarse de que Louis en verdad estaba ahí y que eso
estaba sucediendo.

El tercer dedo entró con facilidad, llevando a Louis a la locura y agarrando el borde de la mesa
con fuerza, dejó sus huellas marcadas por el sudor de sus manos. Cuando el frío del anillo que
Harry usaba chocó contra su entrada, donde su piel era caliente, Louis soltó un sollozo roto
que estaba a un paso de ser un ruego hacia Harry. Un ruego para que se apresurara, para que
hiciera algo pronto.

Louis no era virgen, sin embargo había sido hace mucho tiempo la última vez que había dejado
que alguien entrara. Sabía que debía estar estrecho y sabía que Harry iba a comentar sobre
ello.

-Tan jodidamente apretado. ¿Cuándo fue la última vez? -dijo con esfuerzo, como si se
estuviera ahogando por lo apretado que sus dedos se encontraban.

-Mucho tiempo -jadeó. La fecha o tiempo exacto era lo de menos, iba a doler de todas formas.

Y Louis comenzaba a llevarse bien con el dolor.

Harry quitó sus dedos lentamente, arrastrando el placer. Se situó detrás y se alineó y Louis
intentó relajarse.

Con sólo la cabeza de la polla de Harry, Louis ya se sentía partido a la mitad. El ardor dio un
latigazo en su cuerpo haciendo que se quejara en voz alta.

Las piernas de Harry temblaban detrás de las suyas por la fuerza que el chico imponía para no
enterrarse profundamente.

-Mierda -Harry jadeó.

Louis tenía los ojos fuertemente cerrados esperando a ajustarse. Quién pensaría que un chico
como Harry tendría semejante dote para alguien como Louis. Él era consciente de su
contextura pequeña y le gustaba ser consentido de vez en cuando, pero Harry era su bebé y
siempre lo sería.

-¡Ugh, bebé! -Louis gimió de dolor.

-Tú dime cuando... ¡joder! Cuando puedo moverme -gruñó.


Louis intentó controlar su respiración que sólo salían a jadeos forzosos y contó internamente
hasta diez, él jamás iba a admitir en voz alta que un chico de diecinueve años les estaba
rompiendo el culo.

Cuando finalmente el dolor sólo se convirtió en un ardor manejable incentivó a Harry a


moverse al apretarse alrededor de él. Harry tomó posesión de su cintura para aferrarse a algo
y lentamente se empujó dentro hasta el fondo, haciendo a Louis gemir por la fricción dentro
de su cuerpo. Harry no estaba usando condón y el mayor podía sentir cada pliegue y vena en
su longitud.

Los nudillos de Louis se encontraban blancos con la fuerza que se aferraba al vidrio y el sudor
en su espalda había empezado a picarle. Las embestidas de Harry era lentas pero con una
precisión sorprendente, las grandes manos a sus lados se apretaban con cada una de ellas,
aferrándose a Louis de una forma desesperada, clavando las uñas pero Louis no tenía espacio
para quejarse, su boca estaba abierta dejando caer los gemidos que eran empujados por su
garganta.

Él podría correrse de esta forma, pero le tomaría más tiempo y Louis necesita correrse pronto.

-Ha-Harry -balbuceó, sentía que no podía hablar pero él iba a intentarlo de todas formas. -
Yo...yo-

El cuerpo de Louis se pegaba más al opuesto, empujándose hacia atrás para encontrarse con la
polla de Harry en el camino. Su espalda estaba arqueada en toda su posibilidad, su pecho
tocando el vidrio y sus ojos viendo el techo al tener la cabeza tirada hacia atrás.

Harry tomó su cabello al instante, tirando su cabeza más hacia atrás. -¿Qué sucede, papi? -
preguntó con su boca pegada a la oreja de Louis, la respiración agitada de Harry le empañó el
oído y lo hizo retorcerse más. -¿Mm? ¿Quieres más fuerte? ¿Quieres que te dé más fuerte
como a una jodida puta y no te animas a pedirlo?

Louis boqueó como un pez fuera del agua por las palabras obscenamente dichas. Al tener el
cuello encorvado de esa forma le estaba dificultando respirar y la intensidad con la que Harry
había empezado a penetrarlo lo estaba destruyendo de a poco. Algunos puntos negros
aparecieron en su campo de visión y todo su cuerpo se puso alerta, cada poro de su piel
sensible, llevando cada descarga de placer a un nivel más alto al usual, y Louis entendió en
parte la fascinación de Harry al ser privado del aire en un acto sexual. Era jodidamente
sorprendente, y completamente innovador para Louis.
Harry soltó un poco su agarre en el cabello de Louis y este pudo mover la cabeza un poco hacia
adelante, respirando profundamente. Sin embargo Harry seguía con sus estocadas y esta vez
eran más rápidas y empujaba a Louis más por encima de la mesa.

-Sí, por favor -dijo con la voz ahogada, apresurando las palabras encima de las otras,
diciéndolas en la misma exhalación.

Harry tarareó como si estuviera genuinamente complacido con eso y con la misma mano que
sostenía los mechones de cabello empujó la cabeza de Louis hacia abajo, haciendo que la
apoyara en el vidrio. Su culo estaba a merced del rizado y los empujes hacían que la mesa se
meciera, el jarrón en el centro se tambaleó y cayó a un costado, rodando hasta el borde y
cayendo para explotarse en el piso. Algunos de los fragmentos de cristal salpicaron hasta los
pies desnudos de Louis pero ninguno causó el dolor suficiente como para detener lo que
estaba sucediendo.

Louis comenzó a sentir la presión en su estómago, cerrándole la garganta y tensando de a poco


sus músculos. Harry rugió por sentir que Louis estaba cerca y ejerció más presión en la cabeza
castaña y por debajo de las costillas de Louis que ya habían empezado a doler cada vez que
daba una profunda inhalación. Sentía que las marcas de las manos de Harry iba a quedar en su
cuerpo por bastantes días, sino eran semanas.

-Bebé -advirtió muy bajo sobre su aliento por encima de los gemidos, jadeos y gruñidos pero la
intención era avisarle a Harry que realmente estaba cerca.

Harry tiró de Louis un poco lejos de la mesa, para que su polla quedara libre de donde se
estaba presionando contra el vidrio y rápidamente escabulló una mano alrededor, tirando
suavemente para arrastrar un poco más su orgasmo.

Louis sentía que podría llegar a llorar de impotencia si no lograba correrse pronto, su cuerpo
entero sólo era una masa caliente que sollozaba de placer.

Harry encontró la próstata de Louis con un muy experimental empuje y eso lo llevó al límite,
desgarrando su garganta para demostrar que tenía que seguir tocando esa parte. El grito debió
de haber emocionado a Harry porque su mano comenzó a moverse más rápido en Louis y con
un apretón en la punta se estaba corriendo calientemente sobre sus dedos gruesos y con
anillos y tatuajes. Louis podía imaginar la imagen exacta y eso lo tuvo lanzando los chorros de
semen más rápido que antes, uno detrás del otro.

Siseó por la hipersensibilidad y con la misma mano mojada y pegajosa Harry volvió a agarrarlo
de la cadera. Louis estaba desplomado en la mesa, sólo siendo capaz de respirar pesadamente,
sus ojos no veían claramente por la cortina de deseo que nublaba sus orbes azules.
Harry siguió penetrándolo con fervor, estando cerca también. Louis se dio cuenta, por los
tirones que su respiración daba. Los músculos de los brazos de Harry estaban tensos al igual
que sus muslos, Louis no era consciente de muchas cosas en el éxtasis que se encontraba pero
sintió el momento exacto en que la polla de Harry dio un espasmo dentro suyo y luego fue
llenado por dentro, sintiendo líquido caliente chocando contra sus paredes y chorreando
desde su entrada por sus piernas.

Harry descansó brevemente sobre Louis, quién solo tenía soporte por la mesa, respirando en la
nuca de Louis. -Hueles bien -dijo arrastrando las palabras.

Louis rió despacio pero salió como un bufido. Harry dio un par de pasos atrás, llevando a Louis
junto con él y luego lo depositó en el sillón sin ningún problema. Louis hizo una mueca por lo
asquerosos que se encontraban ambos pero no encontró fuerzas para sugerir una ducha
cuando Harry tomó la camisa de Louis, una muy suave y fina tela, y limpió los muslos de Louis y
su propia mano.

Se quejó, porque era su camisa blanca favorita, aunque todas eran iguales, y Harry levantó una
ceja hacia él. -Ahora sabes cómo se siente.

-Te debo mil remeras, ¿verdad?

Harry sonrió. -Sí, lo haces.

Desechó la camisa en el suelo y se subió al sillón, se acomodó a su lado y apoyó su cabeza en el


pecho de Louis. La mano del mayor automáticamente voló a su cabello para acariciar los rizos
de su... de Harry. Sabía que le iba a costar, le iba a costar jodidamente mucho, dejar de pensar
en Harry como su hijo. El chico ya era mayor y había expresado que ya no quería ser eso de
Louis.

Pequeños besos eran depositados en sus clavículas y eso lo tenía sonriendo al techo, incluso si
su cuerpo estaba pegajoso y agotado el tenía las ganas de sonreír, porque Harry recordaba los
puntos débiles de Louis. Tanto como Louis recordaba los de Harry, inconscientemente sus
dedos cayeron al cuello de Harry y acarició donde él recordaba haber visto la marca.

Harry detuvo sus besos. -No es lo que crees.

-Está bien si tú...


-No, Louis. En serio, mírame -dijo, levantándose un poco para conectar sus ojos. -Yo estuve
molestando a gente que no debía y terminaron amenazándome...

Louis frunció el ceño y buscó por algún tipo de daño en el rostro de Harry pero no había nada. -
No me golpearon intentó calmar a Louis. -Liam y Zayn estuvieron allí y... Ellos arreglaron el
problema.

Louis debió haber hecho algún tipo de mueca pero la forma en la que repitió el nombre de
Zayn en voz baja lo delató.

Harry rió, completamente divertido con la situación y le dio un casto beso en los labios. -Tenías
razón, le gusta Liam. De hecho... es su novio.

-Pero tú lo besaste.

-Sí, puede que eso me gane un golpe. De ambos.

Louis negó divertido. -¿Pero éstas bien? -preguntó preocupado, acariciando su cuello.

Harry estalló en una sonrisa cegadora. -Estoy perfectamente -estableció y volvió a recostar su
cabeza en el pecho de Louis.

Estuvieron en silencio un momento, sólo acariciando perezosamente al otro, al borde del


sueño, con sus músculos gritando por algo de descanso.

Louis intentaba asimilar lo que acababa de suceder y de pensar en una forma de no cagarla
esta vez.

-Siempre pensé que me parecía a Hayley, ¿sabes? -Harry interrumpió sus pensamientos.
Estaba susurrando, como si tuviera miedo de romper la burbuja de tranquilidad que habían
creado. -Porque no me parezco en nada a ti, pero nunca vi una foto de ella. Así que seguí
creyéndolo -dijo, hay algo de tristeza en su voz y Louis lo abrazó un poco más fuerte. -Pero
nadie, nadie podría decir que somos parientes; que somos padre e hijo. Legalmente, quiero
decir, no genética.

-No sé quiénes son tus padres verdaderos, Harry. Pero si tú quieres... Podemo-
-No lo necesito -agregó rápidamente, negando con la cabeza y sonriendo, Louis podía sentirlo
en su piel. -Sólo te necesito a ti, Lou.

Y así es como a Louis le gustaba que dijera su nombre. No pa, papá, papi o Louis...

Lou.

Lou sonaba hermoso.

-Ven, vamos a bañarnos -dijo, alentando a que se moviera.

Harry gimió de cansancio. -Ugh, no -dijo acurrucándose más a su lado. -Estoy jodidamente
cansado.

Louis hizo eco a sus palabras y todas las otras maldiciones que Harry había dicho en las últimas
horas. Ni aunque su intención fuera contar cada una de ellas podría haber sabido cuántas
había dicho.

Y a Louis no le gustaban las maldiciones.

Secretamente esperó una grosería más. Una más y haría lo que no hizo seis años atrás.

Follaría la linda boquita de Harry.

La iba a destruir.

La situación se dio cuando Harry maldijo al sentir su dureza contra la cadera. Louis no pudo
evitarlo. Al sólo pensar en eso su pene se había despertado y ahora se encontraba en una
media erección.

-¿Qué dijiste? -preguntó con el ceño fruncido.

Harry levantó la mirada y abrió la boca pero lucía confundido así que no dijo nada.
Louis chasqueó la lengua. -No, bebé. No digas malas palabras. Queda feo -con su pulgar
acarició los labios inflamados de Harry. -Ahora tendremos que lavarte esa sucia boquita que
tienes.

Harry lo miró desconcertado, y fue su turno de fruncir el ceño. -¿Perdón? -dijo, pero eso no iba
a funcionar esta vez. Ni las disculpas luego de una grosería o la promesa de no volver a decirla
iban a quitarlo de la situación que Louis ya había imaginado en su mente.

-De rodillas -ordenó. -Eres un niño muy mal hablado. Vas a aprender a no maldecir -dijo
mientras se incorporaba en el sillón. Una vez parado continuó: -Voy a follarte la boca y tú vas a
dejar que me corra en tu garganta, ¿entendido?

Harry asintió despacio y se deslizó hasta el suelo, apoyando sus rodillas en la alfombra de la
sala. Louis podía ver cómo las pupilas de Harry se dilataban rápidamente, como el pecho
tatuado comenzaba a hundirse con la respiración acelerada por la sensación de querer algo
tanto.

-Responde -Louis demandó.

Harry se estremeció. -Sí.

-¿Sí, qué?

-Sí, papi.

3: H24/L39

Harry 24 años.

Louis 39 años.

Louis iba saliendo de su oficina cuando el teléfono en su bolsillo vibró. Harry llevaba
enviándole mensajes desde que se había ido a trabajar y no es que Louis se estuviera
quejando, al contrario, él amaba que su bebé pensara en él cuando no estaba en casa. Si bien
no muchas veces eso lo complació como debería, y lo tuvo duro por horas en reuniones o
ensuciando muchos pantalones de trabajo cuando no soportaba y se escabullía al baño a darse
una rápida sacudida, a él en verdad le gustaba tener fotos de los pecaminosos labios de su
novio alrededor de ciertos juguetes o otras donde Harry se tocaba desvergonzadamente.

Había sido un gran cambio en su vida. Desde el momento en que aceptó a Harry como pareja
todo en su jodida vida se enderezó.

Sin embargo no fue suficiente. Las citas en el departamento no fueron suficientes y su secreta
relación recién comenzaba pero ambos sentían una fuerte presión en el pecho si no gritaban
que amaban al otro.

Así que decidieron lo que era mejor para ambos.

Se mudaron.

Dejaron todo atrás, el trabajo, la escuela y demás. Se mudaron a un ciudad completamente


nueva donde nadie sabía nada acerca de ellos y comenzaron a amarse a la luz del sol también.
Fue el mejor sentimiento que Louis alguna vez sintió.

Poder tomar a Harry de la mano y caminar a su lado, mirar mal a quienes dejaban sus ojos
posados sobre Harry más de lo debido, todo eso era lo que lo hacía sonreír de la forma que
ahora lo hacía.

Louis había buscado un nuevo trabajo en esta ciudad, pero luego de mucha búsqueda y nada
encontrado, decidió crear su propia firma. No era muy grande y Louis tampoco quería que lo
fuera. Él estaba bien tal y como estaba, no necesitaba ser reconocido ni ganar más dinero.
Todo lo que él necesitaba estaba en su nueva casa, porque habían comprado una, una con un
jodido jardín real que Harry arreglaba cada día y con un piscina que debían de mantener limpia
si querían seguir follando allí.

Harry se había vuelto en su vida lo que siempre fue, pero ahora de una forma más
permanente.

Era la razón de todo su ser. Siempre luchó por darle a su hijo todo en el mundo pero ahora que
Harry ya no lo era más, él seguía sintiendo la misma necesidad de darle al rizado todo lo que
quisiera. Ya hace mucho había dejado de verlo como pariente, es más desde esa tarde hace
cuatro años la palabra hijo no volvió a salir de sus labios al referirse a Harry. Sin embargo, y
Louis no se avergonzaba en lo absoluto, le seguía diciendo bebé y por consecuencia un
hermoso y tentador Papi caía de los labios de Harry.
Louis mentiría si dijera que el sexo con el roleplay no lo volvía loco hasta la médula. La forma
en la que Harry a veces, incluso con 24 años, fingía inocencia lo transformaba en un tipo de
animal que lo tenía duro en instantes. Él nunca creyó que llegaría a la edad que tenía y todavía
seguiría estando en forma para seguirle el paso a un pendejo de 14 años menor.

-¡Señor Tomlinson! -ese grito lo trajo a la realidad y en ese momento se dio cuenta que tenía el
teléfono en su mano pero que no lo había desbloqueado.

Estaba caminando ciegamente a la salida, siendo inconsciente de su alrededor.

-Lo siento, Caroline. Estoy completamente ido -dijo deteniéndose para girar y volver sobre sus
pasos.

-Es entendible, señor, mañana es un gran día -ella le sonrió tan cariñosamente que Louis tuvo
que hacerlo también.

-Nunca había estado tan nervioso en mi vida -confesó, porque era la verdad. Había algo en su
pecho que le tiraba de una manera molesta y le hacía preguntarse si en verdad estaba listo.

Caminó lentamente, incluso si quería llegar al instante a su casa pero decidió que era mejor
hacer esperar a Harry, sólo para tenerlo más ansioso. Y quizás, debido eso, Harry se portara
mal y si había algo que le gustara a Louis más que tener a su bebé para él, era castigar a su
bebé.

Cerró el piso del edificio que alquilaba para su firma y luego esperó por el ascensor después de
haber presionado el botón. En recepción se despidió con un asentimiento de cabeza hacia el
hombre de seguridad.

Divisó su auto entre otros tantos en el estacionamiento y lo abrió con el botón de la llave,
quitándole la alarma antes.

Hubo veces donde Harry lo llevaba al trabajo en su propio auto, uno que Louis le había
comprado y que había salido jodidamente caro pero a Louis no le importó, si ese era el que
Harry quería entonces no había discusión. Pero esas veces fueron antes de que Harry
consiguiera un trabajo y ya no pudiera hacerlo. Louis le pidió que no lo hiciera, que no hacía
falta, pero Harry confesó que aunque el papel de sugar baby le iba muy bien a veces lo hacía
sentirse mal porque él quería comprarle algo a Louis que realmente saliera de su bolsillo,
incluso si sólo era un caramelo.
Cuando Harry volvió a la escuela y terminó su carrera, la cual había abandonado por mudarse,
Louis no pudo quedarse de brazos cruzados por lo que el mismo día que Harry recibió su título
de fotógrafo profesional Louis lo llevó con los ojos cubiertos a un pequeño salón que había
comprado, donde Harry tenía su propio negocio y cuarto oscuro. Harry había rodado los ojos,
porque en sus palabras: era obvio que ibas a hacer algo al respecto, pero esto no lo vi venir.
Louis había sonreído tan grande y murmurado te amo mil veces esa noche mientras hacían el
amor en el suelo del estudio fotográfico.

Una vez en su auto movió el espejo retrovisor y acomodó el nudo de corbata en su cuello y no
se perdió la forma en que las arrugas en las esquinas de sus ojos estaban profundamente
marcadas y eso se lo debía a Harry, quién lo hacía sonreír a toda hora y sus años no ayudaban.

Paró en una florería en su camino a casa porque sabía que luego de entrar a casa no iba a
volver a salir hasta el día siguiente ya que era el gran día. Acomodó el enorme ramo de flores
blancas en los asientos traseros, para que ninguna se doblara o terminara rota.

Cada paso que daba ese mismo día, cada segundo que pasaba, significaba que el día siguiente
estaba más cerca y el estómago de Louis se apretaba cada vez más. No podía creer que luego
de tantos años juntos y de tantas promesas hechas todavía seguía teniendo problemas y
conflictos cuando Harry no estaba a su lado, tocándolo.

Siguió conduciendo luego de esa única parada, yendo directamente a casa, a Harry.

Cuando llegó el auto de Harry estaba estacionado afuera por lo que aprovechó y estacionó el
suyo en la cochera.

Harry obviamente lo escuchó llegar pero aún así cuando entró a la sala no había nadie.

Cuando dejó las llaves con un tintineo en la mesita junto a la puerta escuchó ruidos arriba.

-¿Papi? ¿Eres tú? -la voz salió inocente y aguda y Louis se preguntó cómo era posible que Harry
pudiera hacer eso cuando su voz era tan gruesa que enviaba corrientes eléctricas por su
cuerpo.

-Sí, bebé -respondió y luego apretó su bulto para acomodarlo antes de que estuviera
completamente duro.
Usualmente él se sacaría el saco, los zapatos y aflojaría la corbata pero este día no iba a
hacerlo. Sólo dejó el portafolio en el sillón y mientras escuchaba los pasos de Harry bajar por la
escalera decidió quitarse los zapatos.

Cuando levantó la mirada él pudo haber esperado cualquier cosa, como Harry semi vestido o
incluso completamente desnudo pero nunca creyó que algunas de las opciones anteriores lo
hubiera puesto completamente duro al instante y le hubiera quitado la respiración como lo
había hecho lo que tenía enfrente.

Harry estaba vestido con un crop top, las mangas de alguna forma le llegaban a cubrir hasta la
mitad de sus dedos, el borde le llegaba por arriba de la cintura y sus tatuajes en las caderas no
estaban o posiblemente sí pero cubiertos y de allí colgaban unos short muy cortos en tono
color pastel. Las piernas de Harry se veían suaves, demasiado suaves de hecho. Harry se había
depilado. Y Harry no tenía barba que lo hiciera ver más hombre pero su mandíbula era muy
varonil. Sin embargo de alguna forma Harry había logrado que se viera más suave también,
más regordeta, quitándole muchos años de encima. Louis no podía esperar a tener sus manos
encima.

Él no podía caer más enamorado de lo que ya estaba.

No sabía que eso era una cosa, un fetiche... La diferencia de edad. No sabía que en verdad lo
ponía duro ver como sus manos se veían jodidamente varoniles al lado de la pequeña cintura
de Harry y como su barba dejaba rastros rojos entre los muslos de Harry o como notaba
perfectamente las expresiones marcadas en su avejentado rostro y la juventud que Harry
irradiaba. Él definitivamente estaba loco.

Loco por Harry.

Sin importar la edad que el chico tuviera. 13, 19 o 24 años, él lo seguía queriendo de la misma
forma, física como emocional incluso si antes no lo había sabido... O de hecho sí, pero sólo no
se dejaba aceptarlo.

Louis debió de haberse quedado mirando de arriba a abajo mucho tiempo porque cuando
Harry aclaró su garganta y llamó su atención estaba frotando sus pies desnudos juntos y tenía
sus manos entrelazadas, jugando con sus dedos y las mejillas coloradas.

El cabello rizado a los costados de su rostro le agregaba ese último toque de suavidad que
parecía en verdad alguien menor de edad.
-Te ves muy bonito hoy, bebé -dijo acercándose a Harry. -¿Te vestiste así para papi? -preguntó
cuando llegó donde Harry estaba.

Las mejillas de Harry se volvieron más rojas y asintió tímidamente.

Louis tomó una de sus manos antes de hablar. -¿Darás una vueltita para él? Papi en verdad
quiere verte.

Harry mordió su labio inferior, y con torpeza en sus pies giró y Louis sintió como la lujuria
traspasaba su cuerpo. Harry lo hacía querer cometer pecado tras pecado. Cuando Harry
terminó de girar Louis lo tomó por la cintura, sintiendo la suavidad de su piel contra la
aspereza de su mano. Unió sus pechos y soltó la mano que sostenía para poder acunar su
rostro y tirar del labio inferior fuera del agarre de sus dientes con el pulgar.

Louis se acercó lentamente, lamiendo sus labios antes de conectarlos con los de Harry. El chico
no perdió tiempo y se dejó besar profundamente sin ningún problema. Louis avanzó, hasta
tener a Harry contra la pared que estaba al lado de la escalera, presionando sus cuerpos juntos
hasta que ya no hubiera ni un mísero espacio entre ellos. Harry pudo sentir su dureza cuando
se empujó contra él, jadeando.

A tropezones en la escalera subieron hasta la habitación sin despegar los labios del otro. Louis
no podía dejar de acariciar la piel expuesta que había en su abdomen, agarrándose a sus
caderas cada vez con más fuerza haciendo que Harry soltara pequeños gemidos sobre sus
labios.

Louis no tenía idea de cómo habían hecho para llegar al piso de arriba y no haberse caído por
las escaleras o cómo era que ya no traía el saco puesto, pero no le dio mucha importancia
cuando Harry comenzó a bajar sus manos por su pecho hasta su pantalón, desabrochando el
botón que le dio algo de libertad a su erección, sin embargo, Louis no le había dado permiso de
hacerlo.

-¿En verdad viste un vídeo? -Louis preguntó mientras hacía a Harry caer en la cama de la
habitación que compartían.

-No, es imposible encontrar en internet mejor sexo que el nuestro -le respondió, comenzando
a tirar del crop top que cubría su pecho. -¿Por qué tardaste tanto? Te necesito.
Louis tomó las manos de Harry cuando quiso quitarse los shorts y luego respondió. -No, lo que
tú necesitas es estar atado.

Harry se dejó de mover al escuchar sus palabras y lo miró a los ojos, buscando ver si lo que
había dicho había sido en serio.

-Un bebé muy ansioso, eso es lo que eres. Uno que no sabe esperar por instrucciones -los ojos
verdes de Harry se dilataron en ese mismo momento y empujó sus muñecas hacia Louis, tan
ansioso como Louis había dicho que era.

El mayor se mordió la mejilla por dentro para evitar sonreír. Tomó la corbata luego de haberle
echado un vistazo y comenzó a deshacer el nudo. Una vez deshecho se subió a horcajadas de
Harry, por encima de su cadera y tomó las manos de Harry, besando sobre su dedo anular de
la mano izquierda antes de comenzar a atarlas juntas y las tiró hacia arriba, ejerciendo presión
para que Harry entendiera que no debía moverlas.

Recorrió con sus manos los pálidos y largos brazos de Harry, hasta llegar a sus hombros y luego
siguió bajando hasta que chocó contra la tela de los shorts. Le parecía raro no ver los tatuajes
de Harry, pero el maquillaje que usó para cubrirlos le pareció más que familiar. Era el mismo
que usaba para tapar las marcas que en el cuello llevaba cuando debía ir a trabajar.

Era bastante eficaz y era un poco más pálido que Harry pero cumplía con su función. Hoy más
que nunca quería marcarlo en el cuello, ahorcarlo hasta que tuviera lágrimas en los ojos y
luego soltarlo, pero no podía, no cuando el siguiente día era tan importante. Optó dejar otro
tipo de marca, inclinándose hacia adelante y besando la piel expuesta de sus clavículas. Harry
se arqueó en la cama, intentando llegar a Louis quien de a poco fue bajando más y más.

Comenzó a remover la última prenda que Harry llevaba, lenta y suavemente, tomándose su
tiempo para acariciar las piernas de Harry que no tenían vello alguno. Hizo que Harry se
retorciera bajo su toque mientras su erección era liberada. Estaba hinchada en la punta,
necesitada de atención pero Louis la ignoró porque algo más le llamó la atención.

Una pequeña piedra color celeste demasiado familiar sobresalía entre los cachetes del culo de
Harry. La movió un poco y Harry gimió

-Eres el bebé más sucio que he visto. Sucio y desobediente -dijo Louis mientras empujaba más
el tapón anal que Harry tenía puesto.
Harry gimió con los ojos fuertemente cerrados. -Quería estar listo para ti, papi -logró decir con
dificultad.

Y ahora Louis tenía su mente llena de imágenes de Harry preparándose a sí mismo para él,
empujando dedo por dedo hasta lograr que el tapón anal entrara sin resistencia.

Un gruñido escapó de su garganta. Iba a follarlo tan fuerte.

Con fuerza tiró de su camisa, rompiendo algunos botones que repiquetearon en la cama y
otros en el suelo. Se la quitó con rapidez y luego empezó a empujar de sus pantalones,
moviéndose a un costado para sacarlos por completo. Abrió el cajón de su mesita de luz,
esperando encontrar la botella de lubricante, pero no estaba.

-Debajo de la almohada -Harry le respondió, tenía los ojos casi negros y seguía teniendo las
manos encima de su cabeza. -Lo dejé ahí después de usarlo.

Louis levantó la almohada encontrándose con la botella que estaba buscando y la situó al lado
de Harry antes de colocarse entre las piernas de éste.

-Te desvestiste solo y te preparaste para mí -enumeró Louis. -Justo los dos trabajos que a papi
más le gusta hacer. Recorrer tu cuerpo mientras quito cada prenda y sentirte todo apretado
alrededor de mis dedos mientras te estiró lo suficiente o incluso pude haberlo hecho con mi
lengua pero eres un bebé tan ansioso. Tan ansioso por la polla de papi.

Harry lloriqueó, encorvando su espalda por las sucias palabras de Louis. -¿Me porté mal, papi?

-Muy mal diría yo -tomó la polla de Harry mientras siguió hablando. -No sé si debería dejar que
te corras. -dijo distraídamente pero cuando Harry se quejó apretó su agarre en la base de su
pene, transformando el quejido en un sonido de dolor.

-No, papi, perdóname. No lo volveré a hacer, yo- yo...perdón -Louis lo contempló dentro de su
cabeza unos segundos.

-Está bien. Podrás correrte, pero cuando papi lo diga -Harry asintió enfáticamente y abrió la
boca para decir algo, pero decidió no hacerlo porque mordió sus labios para detenerse.
Louis tomó la botella de lubricante y tiró en su mano una buena cantidad, esparciéndola por su
longitud mientras que con sus ojos viajaba por el cuerpo de Harry a merced suya. Comenzó por
su cabello, que ya se encontraba sudado y despeinado, algunos rizos deshechos, luego sus ojos
que lo observaban con hambre y lamiéndose los labios, los cuales estaban inflamados, rojos y
húmedos, dándole a Louis las fuertes ganas de follarle la boca. Se tomó demasiado tiempo
admirando su largo y delgado cuello por el cual había desarrollado una obsesión interminable.
La foto favorita de Harry que Louis tenía era una que su bebé mismo había tomado, donde sólo
se veían sus labios lastimados y su cuello con una cinta púrpura a lo ancho y dos chupones del
lado izquierdo. Su cuerpo le gritaba que lo marcara pero sabía que no podía, pero Harry
estirando el cuello de esa forma lo estaba volviendo loco y ni siquiera había entrado dentro de
él aún.

Su polla palpitó exigiendo ser usada y Louis la apretó un poco mientras que con la otra mano
tomó la punta del tapón anal, empujándolo un poco, follando a Harry con ello.

-Te quiero a ti, papi -Harry le dijo entre jadeos, con su pecho subiendo y bajando
pesadamente.

Louis lo quitó, arrastrándolo hacia abajo y haciendo a Harry gemir pero sin forzar su voz, el
gemido había sido grave e hizo temblar a Louis.

Se alineó junto con su entrada pero se quedó unos segundos fascinado por cómo el anillo se
cerraba alrededor de nada y se volvía a abrir hermosamente, esperando por él.

Los brazos de Harry temblaban por encima de su cabeza como si se estuviera cansando de esa
posición o si era por las ganas de bajarlos y tocarse.

Colocó una mano al lado de la cabeza de Harry por soporte y con la otra dirigió su polla al
agujero de Harry. Presionó, y sin mucha resistencia entró, sintiéndose apretado en todos lados
pero completamente a gusto.

Harry movió sus manos atadas, colgándolas alrededor del cuello de Louis y tirando de él para
que se agachara. Louis realmente no pudo quejarse sobre eso cuando sus labios chocaron
juntos, jadeando y gimiendo por los movimientos que él estaba haciendo.

Harry volvió a moverse sin permiso, enganchando sus tobillos en la espalda baja de Louis,
pidiendo silenciosamente que se apresurara. Pero Louis no lo hizo, siguió con sus
penetraciones lentas y firmes, yendo completamente a fondo antes de salir hasta la punta y
volver a entrar.
Cada terminación nerviosa le decía que acelerara sus embestidas y destruyera a Harry pero él
iba a esperar un poco más.

Recorrió con su mano derecha el muslo de Harry, adorando la suavidad de ésta. Sus caricias
eran lentas en su pierna hasta que abruptamente lo agarró con su mano y la subió sobre su
hombro sin previo aviso. Harry gimió extasiado y se apretó a su alrededor.

Dio una estocada profunda, antes de salir y volver a entrar, acelerando, intentando tomar un
ritmo rápido pero certero. Tomó la otra pierna también, colocándola igual que la otra y
comenzó a moverse sin resistencia alguna. Sentía el sudor caer por su espalda, al mismo
tiempo que Harry como podía, incluso con las manos atadas, tiraba de los cabellos de su nuca.

Los brazos de Louis quemaban por el esfuerzo y el pecho de Harry había tomado un color rojo
por la intensidad. Ambos eran un lío de sudor y jadeos, Harry se empujaba contra Louis,
intentando encontrarlo a medio camino, haciendo que la cama que tenía se moviera con
violencia, sin embargo no rechinaba. Él único sonido presente era el de piel sudada chocando a
una velocidad impresionante y jadeos, gemidos y algún que otro sí, o maldita sea.

Louis había logrado que Harry no maldijera mientras tenían sexo y él estaba a cargo, pero
cuando Harry tomaba a Louis le decía las cosas más sucias y calientes que Louis podría haber
oído. Le sorprendía la cantidad de veces que Harry había hecho que se corriera y sólo con
palabras.

Sus músculos de apoco fueron tensándose, avisándole que no faltaba mucho. Le había dicho
que él le daría permiso a Harry de correrse pero todavía no estaba seguro de si debía dejarlo
hacerlo después o antes que él.

Y aunque en verdad amaba la corbata con la cual había atado las manos de Harry, la cosa era
un jodido estorbo. A Louis le gustaba más cuando Harry pasaba sus manos por su espalda y lo
marcaba con franjas rojas.

-Desata tus manos, bebé -le ordenó, sin ralentizar su ritmo.

Harry llevó sus muñecas a su boca, intentando deshacer el nudo con sus dientes pero le era
imposible, porque ésta seguía abriéndose y soltando gemidos. Eventualmente Harry lo logró,
hincando sus dientes con fuerza y tirando, gruñendo en el acto.
Sus manos fueron liberadas y automáticamente tocó a Louis, lo tocó en todas partes como si
quisiera asegurarse que en verdad era él.

Y el toque de Harry es lo que llevó a Louis al límite. Si había algo con lo que Louis no podría
vivir de Harry, sería su toque, él podría vivir sin sus besos, se volvería loco, demente pero
seguiría vivo. Pero si le faltara el toque de Harry él moriría de angustia.

Harry se apretó a su alrededor y clavó sus cortas uñas en la espalda de Louis. -Pa-papi, no
puedo...

Louis se inclinó y acarició con su nariz el cuello sudado de Harry, respirando erráticamente por
la boca y sus fosas nasales, haciendo que la piel de Harry se erizara. -Córrete, bebé - concedió.
-Córrete y gime para papi -susurró en su oído.

Harry lo hizo, se corrió y no retuvo sus gemidos y en realidad no parecieron fingidos en lo


absoluto porque Louis en el momento justo apuntó a su próstata y Harry estaba ido, gritando
hasta secar su garganta, dejándolo probablemente afónico por unos días.

Louis tocó el cielo y luego descargó dentro de él, llenándolo como siempre le gustaba hacer.
Luego cayó a su lado.

-Mierda -dijo con lo último de aire que le quedaba, podía ver puntos negros en su visión por la
intensidad del orgasmo. Se sentía flotar y no había forma de detenerse. Sentía que se alejaba,
se alejaba y no había nada que pudiera hacer al respecto.

Pero Harry sí, porque el chico se acurrucó en su pecho y besó por encima de su corazón antes
de que Louis cayera en la tierra de los sueños.

Despertó solo en la cama, lo que si lo pensaba a fondo no le molestaba. Entendía


perfectamente la razón.

Sin embargo le hubiera gustado haber despertado con Harry entre sus brazos y luego bañarse
con parsimonia, besando con suavidad sus hombros y redescubriendo los tatuajes debajo del
maquillaje.
Se sentó en la cama, apoyando sus pies en la alfombra que cubría todo el piso de la habitación.
Encontró en la mesita del lado de la cama que él dormía un pequeño papel, junto al
despertador que marcaba las 9:13 am. Tomó la nota y leyó en voz baja.

El gran día, nos vemos allá. Te amo.

Su estómago volvió a tensarse y a jodidamente dar volteretas porque sentía un revoltijo


dentro que lo estaba volviendo loco.

Él amaba a Harry. Lo amaba mucho pero algo lo retenía en este gran paso que estaban por dar.

Negando con la cabeza, sacudiéndola para intentar quitar las ideas de su cabeza, se levantó y
se dirigió al baño.

Las paredes de la ducha tenían gotas en los azulejos por lo que Harry no se había bañado hacía
mucho, abrió la llave de agua caliente y se quedó allí por minutos, incluso si sabía que se le
estaba haciendo un poco tarde.

Una vez vestido, lo cual le tomó una eternidad, bajó a la cocina donde encontró tostadas en un
plato y sólo tomó una, no teniendo el estómago para desayunar.

No puedes fallarle, debes ir. Su mente le decía.

Observó la hora en el reloj de la sala y maldijo, tendría que haber salido hace 10 minutos. Se
dirigió a la cochera por la puerta interior de la casa.

Buscó por el ramo de flores y con cuidado lo escondió en el armario junto a la puerta, sabiendo
que cuando volvieran a casa iban a hacerlo juntos.

Se palmeó la espalda en su mente por haber pensado en comprarlas el día anterior ya que
además de que ahora iba tarde no hubiera encontrado el momento de hacerlo.

Tanteó sobre sus pantalones en los bolsillos para asegurarse de tener todo y de hecho sí. Se
aferró con fuerza a lo que allí guardaba y luego suspiró.
Nunca creyó que iba a volver a hacer esto pero acá estaba Louis, conduciendo hacia donde
Harry se encontraba. Con su corazón latiendo a mil y su cabeza girando a la misma velocidad.
Las voces que siempre tuvo en su cabeza pero que estuvieron calladas los últimos años habían
vuelto con todas sus fuerzas recargadas y lo estaban hostigando pero él siguió manejando. Ya
no faltaba mucho.

Su teléfono sonó y Louis lo miró en el asiento del pasajero, Harry lo estaba llamando. Seguro
preocupado de que estuviera llegando tarde. Él no respondió.

Cuando entró a la calle en la que debía de estacionar a lo lejos vio el auto negro de Harry, bajó
la velocidad y buscó por un lugar para detenerse.

Al bajar del auto divisó a Harry cerca de las escaleras del edificio que se alzaba frente a él. Era
antiguo y si lo observabas lo suficiente tenía un parecido a una iglesia. Sin embargo no lo era.

Harry le dirigió una radiante sonrisa y tendió su mano esperando la de Louis y él no sabía si sus
piernas pesaban más o qué pero sentía que caminaba lento y no podía controlarlo.

No podía. En serio él no podía.

Retrajo su mano antes de tocar la de Harry y se detuvo. -No puedo, Harry, no.

Su voz salió ahogada, porque realmente de esa forma se sentía y Harry frunció el ceño. El
rizado lo observó un momento, pausando en la forma que los ojos de Louis parecían dolidos y
como sus manos temblaban.

Harry se acercó a él en un instante y lo abrazó. -Lou, lo siento. Yo no pensé que-

Harry no siguió pero Louis entendió: que no estuvieras listo.

-No es eso -aclaró. -Eras... fuiste un hijo adoptado antes, Harry -y no se había creído capaz de
decir eso antes pero lo había hecho. -Yo no podría- no digo que lo haré. Obvio no. Pero no
puedo.

Harry lo miró a los ojos un momento y luego suspiró, como si se estuviera rindiendo. Y Louis
odió ver su rostro derrotado.
El chico había estado tan ilusionado con la idea de ser padre y habían planeado esto hace
algunos meses pero Louis nunca aceptó en voz alta que él no podía. Porque era eso, él quería
pero no podía. Él quería ver a Harry criar un niño, llegar a casa y tener un infante atacando sus
piernas. Quería volver a ser padre pero consciente y al lado de alguien a quién en verdad
amaba y creía que era el amor de su vida.

Harry miró el edificio donde la asistente social los estaba esperando. -¿Y si...? -pero negó y no
terminó la idea. En cambio se giró a él y le sonrió tristemente.

Louis apretó su mano y lo alentó a que continuara pero Harry mordió su labio, vacilante, con
miedo a parecer un pesado con el tema de querer un hijo.

Harry ya le había dado la espalda al edificio donde debían de entrar cuando decidió decir lo
que estaba pensando. -¿Y si es nuestro? -preguntó finalmente.

Louis parpadeó. -¿Qué?

Harry bajó la mirada y golpeó la punta de su bota en el suelo. -Si es realmente nuestro. Tuyo -
Harry tomó ambas de sus manos y las llevó a su pecho. -Nuestro, Lou.

Harry se parecía a Hayley. Años atrás ella decía las mismas palabras. Palabras a las que Louis se
negó. Él no quiso inseminación artificial pero ahora, en ese momento, era Harry, y Louis lo
estaba considerando, hasta que finalmente aceptó.

Un hijo... suyo.

Suyo en serio, con su sangre y ADN.

Empezó asintiendo despacio y luego una sonrisa apareció lentamente en sus labios. -Sí. Sí,
bebé, sí.

Harry sonrió igual que él y lo besó, acunando su cara y uniendo sus labios con fervor, olvidando
que estaban en la vía pública.
-Ti amu -fue lo que se entendió en su intento de decirle eso a Harry, ya que el menor lo estaba
besando seguidamente y con una sonrisa que les dificultaba la acción.

-Te amo también -respondió. -Me haces muy feliz, Lou. En verdad, en verdad lo haces.

-Y tú a mí, amor -dijo, levantando su mano para acariciar la mejilla de Harry.

El rizado se empujó contra su toque con los ojos cerrados y Louis le dio un beso más.

Su estómago rugió, porque él no había desayunado y tenía hambre ya que tampoco había
cenado la noche anterior.

-Ven, vamos a casa -Louis entrelazó sus dedos. -Y buscaremos una clínica en internet.

Harry asintió emocionado.

Comenzaron a caminar hasta el auto de Harry, balanceando sus manos y haciendo a Louis
olvidar que él en realidad era un hombre grande para estar haciendo esas cosas.

-¿Qué tal salieron las fotos? -Louis le preguntó, ya que esa había sido la razón por la que Harry
se había ido antes y llegaron separados.

-Perfectas, llegué a tiempo para que no se arruinaran. Tengo que entregarlas hoy en la tarde -
respondió, recostándose en la puerta del auto.

-No me extraña -dijo con una sonrisa, ya que Harry era realmente bueno en lo que hacía. -
¿Sabes? Pronto voy a necesitar de tus servicios.

Harry levantó ambas cejas. -¿Cuál de todos?

-¡El de fotografía, idiota! ¿O qué? ¿Prestas los otros? -dijo con un deje de diversión.

Harry levantó ambas manos, divertido por la leve insinuación de celos de Louis. -Solo a ti.
-Oh, entonces puede que los pida en casa -le guiñó un ojo. -Después de que me cocines, por
supuesto.

Harry abrió la puerta de auto. -Sí, sí. A veces creo que sólo por eso me quieres.

Louis se acercó y apoyó sus brazos en la ventana una vez que Harry bajó el vidrio. -Error -dijo
metiendo solo la cabeza. -Sólo por eso te amo.

Harry sonrió y le dio un beso. -Puedo vivir con eso.

Louis se alejó y golpeó el techo dos veces. -Iré detrás de ti -le informó y Harry encendió el auto.

Cuando Louis llegó al suyo, e intentó meter la llave en la ranura, su mano temblaba pero esta
vez por una razón completamente diferente.

El camino de vuelta a casa fue rápido. La mañana había sido un fiasco pero Harry no se había
enojado o desilusionado, sino que parecía incluso más feliz. Y Louis también.

Tener un bebé, uno que necesitara real atención, un pequeño bebé que no sabría hablar,
caminar, ni nada. Y ellos le iban a enseñar todo eso. Iban a hacer el papel completo de padre y
Louis no podía quitar la sonrisa de su cara.

Cuando llegaron, Harry fue quien estacionó dentro de la cochera y eso le dio tiempo a Louis
para entrar en la casa y asegurarse de que Harry no fuera al armario.

Harry pasó de largo, dejando sus botas en el suelo solamente y luego preguntó sobre su
hombro. -¿Qué quieres comer, Lou?

-Lo que quieras, amor -respondió.

Escuchó el ruido de ollas que Harry estaba haciendo en la cocina y él encendió la tele. Volvió a
tantear su bolsillo y decidió que ya era hora. Lo había alargado mucho tiempo y con los
acontecimientos recientes sentía la necesidad de hacerlo ahora más que nunca.
Con cuidado abrió el armario y quitó el ramo de flores, intentando no hacer ruido con el papel
que las envolvía. De puntitas caminó hasta la cocina pero Harry lo había sentido porque, sin
darse vuelta preguntó: -¿Quieres que te haga un sándwich mientras esperas?

Louis no respondió y se colocó detrás de él, pasando el ramo de flores blancas por encima de
su cabeza y encerrándolo entre sus brazos.

-Lou... -dijo Harry, maravillado. Se podía notar en su voz.

Louis se presionó contra su espalda y acercó su boca al oído de Harry.

-Mi apellido ya lo tienes... -empezó y cuando sintió a Harry tomar las flores, él las soltó,
mientras comenzaba a agacharse y metía la mano en su bolsillo. -¿Pero qué dices sobre usar
esto? -preguntó, abriendo la cajita que tanto pesaba en su pantalón.

Harry se giró con las flores en sus brazos y los ojos vidriosos. Miró hacia abajo y una de sus
manos viajó a su boca para atrapar el sollozo que se escapó de todas formas.

-Harry... -pero se detuvo para reír un poco, ya que Harry ya estaba asintiendo y él todavía no
había preguntado. -¿Me darías el honor de llamarte esposo?

-Sí, Lou, sí. Por supuesto, oh Dios -dijo sorbiendo la nariz.

Louis definitivamente había esperado mucho para preguntarle.

Louis tomó el anillo, completamente de oro con sus iniciales grabadas dentro, y Harry extendió
su mano izquierda. Louis la tomó con suavidad, ya que ésta temblaba. Deslizó la banda dorada
hasta pasar los nudillos, encajando perfectamente.

Besó su mano antes de levantarse, pero no llegó a estirar completamente las piernas que
Harry se abalanzó a él, luego de haber dejado las flores en la mesada, abrazándolo con fuerza.
Louis envolvió sus brazos alrededor de su cintura y sostuvo sus cuerpos juntos.

-Te amo, Lou. Te amo mucho -dijo con la voz ronca.


Y aunque se decían esas palabras hace bastante y debería de acostumbrarse, seguían
acelerando su corazón de la más hermosa manera.

-Te amo también, esposo -dijo a través de una sonrisa.

Harry chilló e inspeccionó su mano antes de besarlo. Caminaron a ciegas hacia atrás hasta que
la espalda de Louis chocó contra el lado de la heladera.

El beso no derivaba a algo más, pero aun así era igual de apasionado. Sus labios sobre los de
Harry se sentían como un sello con la palabra siempre que caía sobre ellos.

-Mierda -maldijo Harry, alejándose. -No puedo permitir que mi esposo pase hambre -Louis rió
fuerte, empujando su cabeza hacia atrás. -No, no hagas eso -dijo dándole un beso en el cuello
que lo tuvo retorciéndose. -Haré los mejores fideos que alguna vez hayas probado -prometió y
finalmente se alejó.

Louis se quedó donde estaba, observando a su esposo poner las flores en un jarrón primero,
antes de ir hacia todos lados, intentando cocinar. Tenía una sonrisa en sus labios, una que
sospechaba nunca iba a irse.

No recordaba haberse sentido así de feliz alguna vez. Su pecho se expandía con cada
respiración de una forma que lo hacía sentir como si fuera a explotar, pero de la mejor manera
posible.

Él nunca creyó que haber decidido ser padre adoptivo le hubiera traído tantos problemas pero
al final la mejor felicidad que pudo haber soñado.

Fin.

Potrebbero piacerti anche