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CAPITULO 3 EL CEREBRO Y LA EMOCIÓN

REDESCUBRIENDO AL CEREBRO

Las investigaciones y los estudios acerca del funcionamiento del cerebro dan
cuenta de que este es el responsable central de lo que pensamos, sentimos y
aprendemos.

El caso de Phineas Gage, mencionado anteriormente, fue un hito en la historia de


las neurociencias, ya que se comenzaron a estudiar las conexiones entre el
comportamiento y la personalidad de las personas con la anatomía del cerebro.

Por otro lado, en el siglo XIX, Santiago Ramón y Cajal descubrió que las neuronas
son las unidades estructurales y funcionales fundamentales del sistema nervioso,
y que cada una está compuesta por dendrita, axón y cuerpo celular. Además,
identificó que la información fluye por la neurona en una sola dirección: de la
dendrita al axón a través del cuerpo celular.

Hoy se sabe que la comunicación es más que la sinapsis, ya que también es


periférica. Hay conjuntos de células, neuronas, glías y neurotransmisores que
transmiten la información de manera compleja. Posiblemente el aprendizaje siga
siendo el resultado de diferentes mecanismos trabajando en conjunto.

A partir de nuevos estudios y de los avances de la ciencia gracias a las nuevas


tecnologías, hoy se puede ver el cerebro en acción en personas vivas, mientras
realizan diversas funciones: comer, dormir, pensar, sentir, aprender, etc. Entre
ellos, la RMF, o Resonancia Magnética Funcional, es un procedimiento no inva-
sivo de mapeo cerebral y muestra la actividad del cerebro cuando hay cambios en
el nivel de oxigenación del flujo sanguíneo. El propósito de la Resonancia
Magnética Funcional es realizar una localización anatómica de un proceso
funcional. Otro estudio llamado MRI, o Imagen por Resonancia Magnética, capta
la estructura y la función del cuerpo en imágenes claras. El EEG
(Electroencefalograma) mide la actividad eléctrica de las neuronas, y la
Magnetoencefalografía (MEG) es una técnica no invasiva que registra la actividad
funcional cerebral mediante la captación de campos magnéticos, lo que permite
investigar las relaciones entre las estructuras cerebrales y sus funciones.

Es así como en la comunidad científica ya está bien establecido que el cerebro es


adaptable, tiene neuroplasticidad y se modifica con el aprendizaje. Hay algunos
casos increíbles de niños que han perdido una mitad de sus hemisferios
cerebrales y, sin embargo y a pesar de todos los pronósticos, el otro hemisferio
cerebral pudo compensar el déficit.

Espinosa1 (2010) explica que las verdades en ciencia son creencias o conceptos
que han sido validados por las hipótesis; puestas a prueba. Sin embargo, hay un
amplio espectro de conceptos que fluctúan desde aquellos que están ya bien
establecidos por los expertos.

Los conceptos o ideas que están bien establecidas por la comunidad de expertos
científicos son las siguientes:

Los cerebros son únicos, como los rostros.


Todos los cerebros no son iguales, ya que el contexto y la habilidad
para resolver problemas influyen en el aprendizaje. Por contexto, se refiere
al entorno del aprendizaje, la motivación por el tema para aprender y el
conocimiento previo. Esta creencia es central ya que las diferencias en las
habilidades de aprendizaje de los alumnos no se relacionan solo con la
inteligencia, sino que también influyen las experiencias de aprendizaje que
han leu ido en sus vidas.
Los cerebros cambian con la experiencia.
Los cerebros tienen un alto grado de plasticidad y se desarrollan a lo
largo de toda la vida, aunque hay limitaciones a esta plasticidad que
aumentan con la edad.
Los cerebros conectan la nueva información a lo que ya conocen.
Aprendemos mejor y más rápidamente cuando relacionamos la nueva
información con aquello que ya conocemos.

1
Tokuhama Espinoza (2010) “The New Sciencie of Teaching and learning” Nueva York
EL CEREBRO TRIUNO Y SUS FUNCIONES

Evolutivamente hablando, el cerebro crece desde atrás/abajo (nuca) hacia


adelante/arriba (frente): el cerebro reptílico (más primitivo), luego el cerebro
emocional (o sistema límbico ubicado en la parte central del cerebro) y por último,
el cerebro lógico-racional o neocorteza. El lóbulo frontal del cerebro racional recién
terminan de madurar en la adolescencia alrededor de los 20-25 años.

Hoy se sabe que estas estructuras trabajan en red y están interconectadas. Si


bien hay funciones específicas en cada una, lo que pasa en un área cerebral
afecta a otra u otras áreas del cerebro. Los tres sistemas están interconectados a
nivel neuronal y bioquímico, y cada uno controla distintas funciones de nuestro
cuerpo, afectando directamente a nuestra salud, bienestar y rendimiento
profesional o académico.

El cerebro reptílico comprende el tronco cerebral y el cerebelo


(estructuras subcorticales) Regula las funciones fisiológicas involuntarias
de nuestro cuerpo y es el responsable de la parte más pi unitiva de la
reacción reflejo-respuesta. Actúa cuando nuestro cuerpo se lo pide, como
en el control hormonal y la temperatura, el hambre y la sed, la motivación
reproductiva y la respiración.
El cerebro emocional comprende la amígdala cerebral (una en cada
hemisferio cerebral), el tálamo, hipocampo, la ínsula, el cortex cingulado
anterior, entre otras estructuras subcorticales.
El cerebro racional o neocorteza, que envuelve las anteriores, se
subdivide en lóbulos cerebrales que cumplen diversas funciones (temporal-
occipital, parietal, frontal y prefrontal). Estas forman parte del sistema
cortical. “Cada lóbulo de la corteza cerebral está a su vez dividido en
distintas áreas que cumplen distintas funciones. Estas áreas llevan el
nombre del tipo de información que manejan (áreas motoras o sensoriales,
y entre las sensoriales: somatosensorial, visual, auditiva o gustatoria). A su
vez, las distintas cortezas se dividen en primarias, secundarias y terciarias
según procesen información simple o cada vez más compleja”2

El cerebro racional define quienes somos. Su desarrollo y función están en la base


de la complejidad de la conducta cognitiva humana, y su funcionamiento deficitario
es el causante de innumerables trastornos neurológicos y de enfermedades
psiquiátricas. Esta parte del cerebro ha evolucionado marcadamente en los seres
humanos comparado con otros animales, y no hay ningún modelo animal que
pueda fehacientemente replicar las características específicamente humanas.

Parece ser entonces que tenemos más cerebro del que deberíamos tener para
nuestro cuerpo y fue el lóbulo frontal el que continuó creciendo, si lo comparamos
con el de otros primates o mamíferos. En una disertación el Dr. Ezequiel
3
Gleichgerrcht planteó la siguiente pregunta: “¿Por qué hemos desarrollado más
corteza los seres humanos?”. Y la respuesta es porque la necesitamos para
interactuar con otros, en nuestras comunidades. Nuestro cerebro es un cerebro
social porque interactuamos en grupos grandes, pudiendo cooperar para mejorar

2
Podestá, M. E. y otros, (2013) El cerebro que aprende. Una mirada a la Educación desde las Neurociencias,
Buenos Aires, Aique

3 Junto con María Eugenia de Podestá, el Dr. Ezequiel Gleichgerrcht es autor del capítulo "¿Cómo aprendemos?”, del libro El cerebro que aprende, Aique 2013, primer
libro de la nueva Colección Neurociencias y Educación.
la supervivencia de la especie. Se requiere un cerebro que a la vez evite conflictos
y tenga en cuenta los sentimientos, pensamientos e intenciones de las demás
personas.
Los animales aprenden de los padres, pero nosotros hemos confiado la
educación a alguien que no es de la familia, debido a la complejidad de la
sociedad.
El cerebro está activando circuitos sociales y emocionales. Cuando uno coopera,
surgen conflictos. El conflicto no es ajeno a nuestro desarrollo, y la emoción
siempre está detrás.

LAS EMOCIONES EN EL CEREBRO

Las emociones se procesan en el cerebro, pero se sienten en el cuerpo. Lo que se


siente en el cuerpo es informado a la parte pensante del cerebro, el cerebro
racional corteza cerebral, que a su vez le informa qué necesita del cuerpo para la
supervivencia.

El sistema
emocional principal
del cerebro es
considerado el
sistema límbico
(cerebro
emocional),
formado por un
grupo de estructuras conectadas masivamente con la corteza frontal, y esta última
se dedica, entre otras funciones, a la resolución de problemas, al razonamiento
lógico, la regulación emocional y a la toma de decisiones. El sistema límbico
procesa las emociones y sus estructuras cerebrales están ubicadas en la zona
central del cerebro. En los humanos, el conocimiento de la función de cada una de
estas estructuras proviene, en gran medida, de los estudios realizados en
enfermos con lesiones provocadas por accidentes o por la aparición de tumores.
Además, como hemos mencionado antes, ya hace unos años y gracias a las
nuevas técnicas de neuroimágenes, podemos observar el cerebro en acción y las
zonas cerebrales que se iluminan ante diversos estímulos.

La amígdala cerebral es la estructura del tamaño de una almendra, llamada “el


centinela emocional” o “alarma cerebral”, pues es el actor clave para detectar
amenazas o peligro. Esta estructura compleja se encarga de procesar y almacenar
los recuerdos emociona les. Por ello se dice que la amígdala le pone el capuchón
emocional al hipocampo, responsable de la consolidación de la memoria.

El tálamo, o “estación de relevo”, es un área cerebral que ayuda a direccionar la


atención consciente, redirige la información que proviene de nuestros sentidos
(excepto el olfato) y envía esta información a la amígdala y a la corteza cerebral
“pensante”. Como la información llega antes a la amígdala (porque el camino es
más corto), esta revisa y chequea si el estímulo es potencialmente dañino o no
para la persona. Si lo es, pone el sistema de alarma o alerta en activación y el
cuerpo se prepara para la defensa, la huida o el ataque, con la ayuda del
hipotálamo para poner el cuerpo en estado de alerta. Cuando hay daño en la
amígdala, hay cambios en relación con la importancia con que se aprecian las
cosas, y no se siente el miedo. Estos pacientes tienen dificultades para las
interacciones sociales. El hipotálamo, por otro lado, es el regulador crucial de las
funciones corporales e influye en la regulación de la conducta emocional. Se
encarga del equilibrio interno y lo hace a través de la vía endocrina y del sistema
nervioso autónomo. Si el estímulo no es peligroso, la información prosigue al
cerebro pensante, donde será procesada. La información solo puede dirigirse al
lóbulo frontal en el cerebro racional, en estados de relajación y tranquilidad, libres
de ansiedad o miedo. En situaciones emocionales intensas, se activan las
hormonas epinefrina y norepinefrina, que ponen el cuerpo en acción.

El hipocampo, mencionado anteriormente, toma la información sensorial entrante


del tálamo, la funde con la emoción y la transforma en memoria de trabajo. Pero si
la información es demasiada, la suprime, ya que solo puede procesarla en dosis
pequeñas, una y otra vez.
Otra estructura es el nucleus accumbens, un área asociada al procesamiento de
los sistemas de recompensa, placer y adicciones.

El sistema límbico solo no puede soportar el procesamiento de todas las


emociones y por eso está conectado a una red neuronal mayor que abarca la
corteza prefrontal, el "director de orquesta”, que opera con diversos estímulos y
envía una directiva detrás de otra. “Este lóbulo coordina e integra el trabajo de
todas las demás estructuras cerebrales gracias a su extraordinaria conectividad
con las distintas áreas del cerebro” 4.

La corteza orbitofrontal (COF) es una región del lóbulo frontal del cerebro
relacionada con el procesamiento cognitivo de la toma de decisiones. En los seres
humanos, se la asoció con los mecanismos de procesamiento de la emoción y la
recompensa en la loma de decisiones.

La ínsula está sumergida en la Cisura de Silvio y cobra cada vez más fuerza
porque tiene múltiples funciones; realiza una convigencia entre lo que pasa afuera
y el mundo interno. Está relacionada con el reconocimiento de señales humanas
de disgusto.

Desde el punto de vista neurobiológico, las emociones tienen mi rol importante en


el aprendizaje ya que dirigen la atención, elemento fundamental en el contexto
escolar, crean significado y tienen sus propias vías de recuerdo

Como ya hemos visto, en la amígdala cerebral se guardan los recuerdos


emocionales, que nos permiten tomar mejores decisiones, seleccionando la
respuesta más apropiada basada en nuestras experiencias pasadas y
aprendiendo de nuestros errores y éxitos.

4
Podestá, M. E. y otros, (2013) El cerebro que aprende. Una mirada a la Educación desde las Neurociencias,
Buenos Aires, Aique
Aquellas experiencias escolares que estén conectadas con emociones, y hayan
tenido un impacto emocional, serán guardadas en nuestra memoria emocional y
podrán ser recordadas en solo unos segundos, y hasta con una carga emocional
similar a la sentida en la situación original.

Un niño, joven o adulto que, por ejemplo, se encuentra invadido por un estado
emocional de gran excitación, miedo o tristeza, difícilmente podrá aprender.

Las emociones con impacto negativo (perturbadoras) reducen la habilidad del


alumno para prestar atención, concentrarse, aprender o recordar. El estrés agudo
o crónico, o el temor producido al vivir en entornos hostiles y amenazantes pueden
llevar a la destrucción de neuronas en el hipocampo, estructura cerebral encar-
gada de la memoria a largo plazo.

Hay otras emociones que tienen un impacto positivo (constructivas): sabemos que
el humor y la risa hacen maravillas para el aprendizaje pues gatillan los
neurotransmisores apropiados (por ejemplo, dopamina) que favorecen la atención,
percepción, aprendizaje y memoria.

Los alumnos están más propensos a aprender, recordar y usar las experiencias
que en ellos tuvieron reacciones emocionales positivas, como el sentimiento de
logro, las interacciones positivas con compañeros y docentes, el reconocimiento,
las celebraciones, los desafíos interesantes en contextos de seguridad emocional,
las altas expectativas de logro con el apoyo necesario y la empatia.

La dopamina, que como sabemos es un neurotransmisor, es la fuente molecular


de nuestras emociones y ayuda a regularlas. Es un neurotransmisor que usan las
células cerebrales para comunicarse entre ellas y es segregada en respuesta a
experiencias positivas, como el juego, la risa, el ejercicio físico y el reconocimiento
al esfuerzo y los logros. También es liberada cuando anticipamos el placer o la
recompensa (comer algo que nos gusta, planear una compra deseada, organizar
un encuentro ansiado).
La doctora Candace Pert,5 en su libro Molecules of Emotion: the Science Behind
Mindbody Medicine (1998), presentó su teoría de que las emociones son el puente
entre la mente y el cuerpo, y que constituyen la base de nuestra salud física y
bienestar psicoactivo. Es una visión que integra las partes, cuerpo y mente,
poniendo el foco en los procesos y en el funcionamiento de todo el organismo. Sus
estudios han resultado esenciales para el desarrollo de un nuevo 1 nnpo de la
medicina denominado psiconeuroinmunología.

LAS EMOCIONES : QUÍMICOS Y NEUROTRASMISORES

Cada emoción tiene un químico que le corresponde. Por ejemplo, en estados de


relajación, la producción de otro neurotransmisor llamado serotonina ayuda a
mantener nuestro estado de ánimo en control, por lo que ayuda a conciliar el
sueño, calmar la ansiedad y mejorar los estados depresivos. Este
neurotransmisores; producido en el cerebro y regula la sensación de bienestar. La
depresión se asocia a una extrema escasez de serotonina, pero un exceso de esta
causado por uso de drogas o fármacos puede causar el síndrome serotoninérgico,
con alteraciones mentales, corno la intranquilidad, agitación y confusión, entre
otros.

La noradrenalina, que actúa como hormona y neurotransmisor, .afecta partes del


cerebro, tales como la amígdala cerebral, donde las emociones dirigen la atención.
La norepinefrina también subyace a la respuesta de lucha o huida, incrementando
directamente la frecuencia cardíaca, por lo que desencadena la liberación de
glucosa, las reservas de energía e incrementa el flujo sanguíneo. Aumenta el
suministro de oxígeno del cerebro y se desencadena cuando hay situaciones de
riesgo, urgencia o excitación. La hipófisis libera FSH, hormona estimulante
oxitocina, que es una neurohormona y se libera en el cerebro y viaja en sangre, es
muy buena porque está asociada al apego.

APEGO, EMPATÍA Y TOMA DE DECISIONES: INVESTIGACIONES DE LAS NEUROCIENCIAS

5
Citado en Williams de Fox, S. (2014) , Las Emociones en la Escuela: propuestas de educación emocional en
el aula, CABA, Ed Aique
Fue el médico y psicólogo John Bowlby 6quien en 1950 publica su trabajo de
investigación en instituciones con niños privados de la figura materna. Desarrolla
la Teoría del Apego, que ha sido estudiada científicamente. El trabajo, conocido
como Informe Bowlby, lleva el nombre de Los cuidados maternos y la salud
mental.

El apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres (o


cuidadores) y que le proporciona la seguridad emocional indispensable para un
buen desarrollo de la personalidad. Lo que sostiene fundamentalmente la Teoría
del Apego es que el estado de seguridad, ansiedad o temor de un niño es
determinado en gran medida por la accesibilidad y capacidad de respuesta de su
principal figura de afecto (persona con que se establece el vínculo). El apego
proporciona la seguridad emocional del niño: ser aceptado y protegido
incondicionalmente. Esto también puede observarse en distintas especies
animales y tiene las mismas consecuencias: la proximidad deseada de la madre
como base para la protección y la continuidad de la especie.

Las emociones pues, no son ideas abstractas, sino muy reales. Adquieren la
forma de elementos bioquímicos específicos producidos por el cerebro y ante los
cuales el cuerpo reacciona.

Un estudio que asombró a la comunidad científica fue el del neurobiólogo italiano


Giacomo Rizzolatti y sus colaboradores en 1996, pues encontraron que si
tomaban un objeto-comida (banana) mientras un mono estaba observando, las
neuronas cerebrales del sistema motor del mono se disparaban; esto no sucedía
cuando el mono solamente miraba el mismo objeto. Observar una acción, sin
realizarla, activaba las neuronas motoras del cerebro. A raíz de este
descubrimiento, se está investigando la hipótesis de que la empatia viene
asociada a la activación del sistema neuronal en espejo y que la disfunción en

6
Citado en Williams de Fox, S. (2014) , Las Emociones en la Escuela: propuestas de educación emocional en
el aula, CABA, Ed Aique
estas áreas estaría asociada a desórdenes, como el autismo, donde la empatia
limitada es una característica. La empatía depende de poder relacionarse con la
experiencia emocional de los otros, y tiene un aspecto cognitivo y otro afectivo:

Componente cognitivo: comprende la identificación de los sentimientos y


pensamientos de otra persona.
Componente afectivo: es la respuesta emocional apropiada a los
sentimientos y pensamientos de otra persona.

En la Conferencia Internacional organizada por INECO (Instituto de Neurología


Cognitiva, Buenos Aires) en 2010, el neurocientífico Dr. Jean Decety7 presentó los
resultados de investigaciones sobre los beneficios y los costos de la empatía, que
describiré más adelante.

Los pacientes con daño cerebral en la zona ventromedial, como Phineas Gage,
tienen una desconexión entre el sistema emocional v el sistema racional. Por ello,
tienen dificultad para tomar decisiones pensar correctamente y aprender, por lo
que queda afectado Hoveramente su “estar en el mundo”. El proceso de la toma
de decisiones no es solo lógico, sino también emocional.

La zona ventromedial desempeña un papel crucial tanto en la regulación y control


del comportamiento como en el proceso de toma de decisiones sobre asuntos
cuyas consecuencias potenciales afectan directamente a la persona. Esta zona
mantiene un entramado de conexiones con otras zonas de la corteza y con
estructuras subcorticales, como la amígdala cerebral y el hipocampo.

Los pacientes con daño en esta zona, como dijimos antes, pierden la habilidad de
comportarse racionalmente porque han extraviado su “timón emocional” y por
ende, han perdido la conexión entre emoción y cognición, In que permite construir
un razonamiento significativo. Cuando las emociones se desconectan del
pensamiento racional, las habilidades para pensar, tomar decisiones y aprender

7 El Dr. Jean Decety trabaja en la Universidad de Chicago, EE. UU. Es un neurocientífico y experto internacionalmente reconocido en
las socioneurociencias. Su área de investigación principal son los mecanismos neurobiológicos de la cognición social, particularmente
la empatia, la simpatía, la autorregulación emocional y las relaciones interpersonales.
están dañadas. Según Contreras y otros (2008)8: "la toma de decisiones
emocionales es un campo de investigación de posibilidades fascinantes que
apenas está comenzando a ser explorado.

La toma de decisiones es el proceso en el que la información percibida y la


recordada por un organismo se integran para gobernar la conducta, el nexo de
unión entre la percepción, la memoria y la ejecución motora”.

Otro aspecto importante en las aulas es la motivación, y los estudios de las áreas
físicas del cerebro y de los neurotransmisores indican que se activan diferentes
áreas cerebrales cuando un alumno tiene una motivación alta o baja hacia una
tarea. Esto significa que la motivación no es un estado meramente psicológico,
sino que tiene una base neuronal. Lo que sí puede afirmarse es que el docente
impacta en el estado motivacional del alumno, ya sea mu mentando o inhibiendo
el mismo. Monique Boekaerts9 (2010) afirma que “los docentes necesitan saber
que los mensajes motivacionales están impregnados en su discurso, en la
selección que hacen de las actividades y en su práctica docente. Los alumnos
perciben estos mensajes implícitos y atribuyen el clima de la clase como favorable
o desfavorable para el aprendizaje.

La motivación es crucial para el aprendizaje exitoso y se encuentra vinculada muy


de cerca a las emociones ya que estas constituyen la forma en que el cerebro
evalúa si actuar o no sobre las cosas, aproximarse a ellas si son placenteras y
evitarlas si son desagradables.

8
Contreras y otros (2008) “ Funciones de la corteza prefrontal ventromedial en la toma de decisiones”
International Journal of Clinical of health Psycology, vol 8, num 1 pp
9
Monique Boekaerts (2010) The crucial role of motivation and emotion in classromm learning, The Nature
of learning OCDE
BIBLIOGRAFIA

 Tokuhama Espinoza (2010) “The New Sciencie of Teaching and learning”


Nueva York

 Contreras y otros (2008) “ Funciones de la corteza prefrontal ventromedial


en la toma de decisiones” International Journal of Clinical of health
Psycology, vol 8, num 1 pp
 Podestá, M. E. y otros, (2013) El cerebro que aprende. Una mirada a la
Educación desde las Neurociencias, Buenos Aires, Aique

 Monique Boekaerts (2010) The crucial role of motivation and emotion in


classromm learning, The Nature of learning OCDE
 Williams de Fox, S. (2014) , Las Emociones en la Escuela: propuestas de
educación emocional en el aula, CABA, Ed Aique

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