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MARIA LUISA TANUS CAMARGO

El papel de la protección social en tiempos del Covid-19

Para efectos metodológicos es importante llevar a cabalidad el tema conceptualmente,


para con ello logras plantear cual es el papel funcional que debe ejecutar frente a la
situación del momento.

Es así como la protección social es la disciplina que por su naturaleza busca satisfacer
múltiples contingencias, toda vez que esta es un catálogo de medidas que son
adoptadas por los estados para proteger a la población que se encuentra en
vulnerabilidad, con la finalidad de garantizar un buen vivir a largo plazo. Sin
embargo pese a la extensión que ha tenido la misma, en muchos países, el derecho
humano a gozar de esta, sigue sin realizarse para la totalidad de la población
mundial.

Siguiendo los lineamientos anteriores, es de menester mencionar que las políticas y


programas que abarca la protección social, no son más que beneficios y prestaciones
que diseña ante diversas calamidades, nutriendo y aumentando los ingresos de los
hogares para erradicarlas, no obstante estas prestaciones y/o ingresos son
íntimamente dependientes del sistema económico de cada país y como además se
distribuyen.

Sin embargo el panorama actual muestra que pandemias como el Covid-19 al por ser
un virus que afecta y que produce enfermedades de carácter respiratorio e
inmunológico, y que alarmantemente ha sido contagioso de manera exponencial
paralizado las relaciones sociales, económicas y laborales, es indiscutible que la
disciplina adecuada y puntual para hacerle frente es la protección social, no obstante
con el colapso de la economía y en la forma como se distribuye el gasto público, hace
cuestionable el paradigma de protección social implantado, puesto que ha sido poco
eficaz.

Congelación de pagos o cuotas, subsidios, ayudas alimentarias, atención en general a


la vejez, pobreza y familias, son claros ejemplos de las medidas que si bien responde
a objetivos de la protección social, hoy por hoy muestran que deben ser dictadas por
decretos y en general empleadas por maniobras de los gobiernos que muestran un
mero asistencialismo en medio de la pandemia, donde si es de reconocer que todo
decreto o medida que se implementa tiene un trasfondo de proteger, fácilmente
permite evaluar que tan expansivo resulta el sistema de protección social ejecutado
hasta al momento.

No hay momento más oportuno para tomar sistemáticamente las normas, políticas,
principios que brinda la protección social, pues esta conllevara a replantear y a
convertir en un deber el humanizar las relaciones laborales, debido a que si bien se
encuentran establecida una regulación normativa laboral, el panorama actual, produce
unos efectos en dicha normatividad tras los cambios de mentalidad y en el cómo
reactivar las actividades en medio del pánico, esta necesidad de contar con una
protección social adecuada en diversos ámbitos nunca había sido tan manifiesta,
lastimosamente la necesidad de recursos fiscales públicos surge justo en el momento en
que los países deben afrontar los efectos adversos de una rápida disminución de ingresos.

Como quiera que sea es la deficiencia de cobertura, numero de contingencias o en si


la adecuación por parte de los países de las políticas que brinda de manera universal a
cada población la protección social, lo que se encuentra imperando como
consecuencia del virus, donde tras la caída global de la economía, se da la poca
realización de actividades comerciales y con ella disminuye la demanda en el
mercado laboral especialmente en sectores como las manufactureras, las
inmobiliarias, servicios de comida, de reparación de vehículos y motos ; lo que
constituye el desempleo, aumentando así la pobreza, que en ultimas es lo que busca
combatir la protección social

Por lo anterior más allá de estrategias como pasar del informalismo al formalismo,
cambiar el paradigma de las políticas usadas, buscar la permanencia laboral, ampliar
cobertura en general, se necesita de un compromiso internacional y trasparente tanto
insumo de ingresos, o en la moratoria del reembolso de la deuda de cada estado (tanto
del crédito principal como de los intereses) hasta que se formulen medidas de
reestructuración de la deuda, mientras se luchan contra la propagación de la
enfermedad y subsanan los efectos del confinamiento.

En ultimas el virus resalta la desigualdad, así mismo ha impartido un colapso total de


la economía repercutiendo todos sus efectos en la sociedad, donde ante esta situación
de urgencia se ve la necesidad de implementar instrumentos para replantear y
desarrollar políticas adecuadas laborales y sociales que combatan la pandemia.

Nos encontramos en el escenario propicio para cuestionar modelos económicos


insensibles, desiguales, inclusive antiético que requieren una trasformación de las
bases del sistema de protección social, debido a que es de suma necesidad la
capacidad de acceso y atención de salud y en general de todos los programas, toda
vez que el virus tiene repercusiones desiguales. Donde los encargados de formular
políticas tienen que aprovechar el impulso generado por el cambio de mentalidad
sobre la importancia de la protección social y la urgencia de invertir en ella como
sociedad, para asegurar la capacidad de respuesta en crisis futuras, en ultimas es la
protección ha iniciado siendo el más garante, en el presente termina siendo lo más
colapsado pero se convierte en lo más necesitado.

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