Sei sulla pagina 1di 4

EMPLEO E INVERSIÓN.

Al igual que con el debate sobre incrementar el gasto público, con la inversión y el
empleo no se trata sólo de cantidad, sino fundamentalmente de calidad. Así,
Guatemala no debe buscar atraer cualquier inversión, y mucho menos generar
cualquier tipo de empleos. Hay inversiones que dañan el medio ambiente o que se
vinculan con actividades ilegales o hasta criminales que, por supuesto, debemos
rechazar (por lucrativas que sean). Como también debemos rechazar el trabajo
infantil, condiciones de trabajo indignas o peligrosas, salarios míseros o cualquier
forma de explotación o violación de los derechos laborales y humanos de los
trabajadores.
La atracción de inversiones y la generación de empleos de alta calidad es un
desafío complejo, uno para el cual resulta inadecuada la vieja, caduca e inefectiva
receta de ofrecer rebajas de impuestos para atraer inversiones. Mucho menos
hacerlo sólo porque nuestros países vecinos, recientemente El Salvador y
Honduras, han adoptado leyes agresivas de conceder insensatas exenciones
tributarias para, supuestamente, atraer inversiones y generar empleos. A ver, si
algunos se rasgan las vestiduras denunciando violación a la soberanía nacional
cuando se dice que hay que regular el secreto bancario porque lo piden
organismos internacionales, ¿por qué no dicen lo mismo cuando se propone
prostituir el sistema tributario sólo porque un vecino lo está haciendo?
Estamos claros que el secreto bancario hay que regularlo cuando estemos
convencidos de los argumentos técnicos que respaldan la medida como una
política adecuada, no porque otros países digan que debe hacerse. Pues bien, de
igual forma la búsqueda de la competitividad debe basarse en argumentos
técnicos sólidos, y no por la presión de las acciones de los países vecinos. Ser
competitivos es un negocio desafiante, que requiere mucho esfuerzo y honestidad.
Es decir, no mentirnos a nosotros mismos aplaudiéndonos como “competitivos”,
cuando en realidad lo único que hacemos es alimentar a un montón de zánganos
ineficientes con anacrónicos “incentivos” tributarios. El éxito de las mejores
empresas del mundo no depende del privilegio de no pagar impuestos, o de
ventajas injustas sobre su competencia. Es decir, vale la pena diferenciar
competitividad de verdad, de “competitividad” espuria.
Al inicio de 2013, el Ejecutivo por medio del Ministerio de Economía presentó al
Congreso la iniciativa de ley 4644, la cual ostenta el atrevido nombre “Ley de
Promoción de Inversiones y Empleo”. El mes pasado, la Comisión de Economía y
Comercio Exterior dictaminó favorablemente esta iniciativa de ley, con lo cual está
lista para pasar al Pleno del Congreso para votar su aprobación final. Pero, ¿hay
garantía que con esta ley Guatemala será más competitiva en la atracción de
inversiones de calidad, y con ello, se generarán más y mejores empleos?
El dictamen de la iniciativa 4644 es una copia de aspectos de la ley aprobada en
El Salvador (otro ejemplo de copy paste…), y una lista de exenciones y privilegios
fiscales, lo que lamentablemente suena a más de lo mismo que nunca ha
funcionado. Y que posiblemente terminaría haciendo más daño que bien, no sólo
al gobierno y a la sociedad en general por los impuestos que se dejarán pagar,
sino también a empresas de verdad competitivas, las cuales quedarán en
desventaja ante los zánganos que gozarán de privilegios para “competir”.
Una gran oportunidad que está a punto de perderse. Hay tanto por hacer si se
buscara de verdad la competitividad, la atracción de inversiones y la generación
de empleos. Pero eso requiere emprendimiento de verdad y mucho esfuerzo, que
es lo que no incentivamos con bajar impuestos.
Por considerar que es de urgencia nacional, el Congreso aprobó ayer el Decreto
19-2016 que da vida a la Ley Emergente para la Conservación del Empleo
(LECE), con 113 votos, que respalda la exoneración de impuestos a maquilas y
agrega el beneficio a la industria de call center (centros de llamadas).
 La nueva normativa, que sustituye al Decreto 29-89,  Ley de Fomento y
Desarrollo de la Actividad Exportadora y de Maquila, y al Decreto 65-89 Ley de
Zonas Francas, establece que las maquilas y call center sean exoneradas del
pago del impuesto sobre la renta (ISR) durante los próximos 10 años, entre otros
privilegios.
La aprobación de la LECE no estaba en la orden del día, pero varios congresistas
(sin precisar nombres por parte de la Junta Directiva), presentaron una moción
privilegiada para aprobarla de urgencia nacional, la que tuvo el apoyo de 109
legisladores.
Entre algunos aspectos positivos, la LECE favorece más de 100 mil puestos de
trabajo, directos e indirectos. Así como la garantía al acceso de los trabajadores al
Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), y busca atraer inversiones
internacionales, según la justificación del decreto.

DESCONFÍAN
Uno de los 11 votantes en contra de la ley fue el diputado Álvaro Velásquez, del
bloque Convergencia, quien lamentó que esta se haya aprobado “como carrera de
caballos. Hoy se está viendo la defensa de poderes económicos”, dijo.
“Esta es la concreción de un proyecto político y económico que venía desde el
ministro de Economía de Otto Pérez Molina, para apoyar a un sector muy volátil,
poco agradecido y que no invierte en el capital humano que contrata, comentó el
analista Cristhians Castillo, del Instituto de Problemas Nacionales de la
Universidad de San Carlos de Guatemala (Ipnusac).
A FAVOR

La iniciativa 5007 fue propuesta por los exdiputados Gudy Rivera y Luis
Fernández Chenal, así como los diputados, Juan José Porras, Orlando Blanco y
Felipe Alejos, y fue conocida por el Pleno el 8 de diciembre de 2015.
Consta de 28 artículos y cuenta con tres dictámenes favorables de dos comisiones
de trabajo, dos veces por la sala de Trabajo y una por la comisión de Economía y
Comercio Exterior. Por medio de un comunicado, el ministro de Economía, Rubén
Morales, comentó: “Esta normativa brinda la certeza jurídica necesaria a las
empresas que requieren incentivos para establecerse o permanecer en Guatemala
y así conservar los empleos existentes y generar más”.

Complicado tema, complicada ley


Guatemala debe cumplir con los compromisos adquiridos con la Organización
Mundial del Comercio (OMC), que se centran en que las subvenciones para las
exportaciones deberán desaparecer el 1 de enero del 2016. A la vez, con una ley
de inversión y empleo se busca promover nuevas inversiones con exenciones
fiscales, dirigidas principalmente a generar empleos fuera de la capital. Ya se han
presentado varias propuestas.
La más conocida fue presentada por el Ministerio de Economía en enero 2013 en
la iniciativa 4644. A pesar de tener dictamen favorable de la Comisión de Finanzas
del Congreso, estuvo casi dos años en discusión sin que se lograra un acuerdo
entre los sectores empresariales, el Ministerio y el Congreso.
ECONOMIA / ECONOMIA INFORMAL
Otro hecho que detuvo la aprobación de la iniciativa 4644 fue que la
Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) advirtió que, al aprobarse la
normativa en su redacción original, se ponía en peligro la recaudación fiscal al
permitir una migración masiva de empresas al nuevo régimen exento de
impuestos. Esto también trató de ser corregido con enmiendas.
Pero, aun así, la discusión llegó a un punto muerto; se analizó en el sector privado
alternativas de posible sustitución para cumplir con los compromisos con la OMC.
La propuesta de la oposición
A pesar de los complejos antecedentes, ahora la bancada de Lider quiere hacer
pasar como novedoso este tema. El pasado domingo 8 de marzo presentaron la
iniciativa 4948, denominada ley de inversión y empleo. Según ellos, con esto se
impulsará la inversión en el país para propiciar la generación de miles de plazas
de empleos.

Potrebbero piacerti anche