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La frustración

Entendemos frustración como una respuesta de tipo emocional la cual tiene origen en un
conflicto de carácter psicológico ante alguna circunstancia o evento no gestionado.

Cuando hay un impulso, un deseo, y la persona no es capaz de satisfacerlo, aparece


entonces lo que en Psicología llamamos frustración. Que se manifiesta como un estado de vacío
o de anhelo insaciado.

Esto nos lleva pues a que tal evento produce un impacto sobre nuestra persona y que
dependiendo de diversos factores, algunos complejos de controlar, influyen en la correcta
gestión de dicho impacto. Es lógico pensar que no todos somos capaces de gestionar un tema
emocional de igual forma, porque como se suele decir cada persona es un mundo.

A lo largo del desarrollo vital nos encontramos con numerosas barreras que impiden o
dificultan la realización de nuestros deseos e impulsos. El proceso de madurez no es más que
una larga carrera de obstáculos.

La auténtica madurez se consigue cuando asumimos nuestras limitaciones. Cuando


sabemos convivir con las frustraciones producidas ante acontecimientos insuperables. Cuando
nuestras metas y objetivos se asientan sobre un plano real, relegando nuestras fantasías al
campo de la ensoñación, teniendo en cuenta las limitaciones con las que contamos como
sujetos.

Muchos problemas vienen del mundo de las frustraciones que desencadenan en las
personas comportamientos agresivos tanto hacia el exterior como hacia el interior,
transformando al individuo en un ser antisocial o autodestructivo.

Una persona puede sufrir heridas psíquicas como consecuencia de un acontecimiento o


situación que influye de forma negativa en su vida. Algunos acontecimientos de la vida pueden
marcarnos de manera decisiva ya sea por la intensidad de ese acontecimiento ya sea porque se
trate de alguien psicológicamente débil.

¿Por qué nos frustramos?


No olvidemos por otra parte que vivimos en una sociedad rodeados de deseos y
satisfacciones que no siempre pueden ser satisfechas, creando el nacimiento de la frustración y
de ahí una mala gestión del conflicto.  Pero sea como sea, la necesidad no satisfecha y mal
gestionada produce frustración y puede presentarse de diferente forma o en circunstancias
individuales o sociales.

Si decimos individuales por ejemplo el éxito a nivel personal y el desarrollo personal no


siempre cumple nuestras expectativas produciendo este malestar y este ¿Por qué no soy capaz?
Sin embargo, gestionando correctamente el evento que la produce podemos solucionar dicho
conflicto, muchas veces enmascarado en nuestros deseos interiores.

Es evidente por tanto que cuando se produce una frustración reaccionamos, porque
devolvemos una respuesta, como una acción refleja para protegernos haciendo muchas veces de
forma involuntaria, esto se le conoce como mecanismo de defensa.  Este mecanismo puede ser
introyectado en nuestro entorno muchas veces incluyendo al resto de personas a las que entre
comillas contagiamos con nuestro malestar. Por ello es importante tanto para nosotros como
para vivir en sociedad saber gestionar el conflicto en la aparición de la frustración.

Está claro entonces que si hablamos de conflicto, gestión y emoción debemos hablar de cómo
puede afectarnos:

 Ansiedad: Cuando la frustración nos genera ansiedad, actuaremos con impaciencia y


conductas repetitivas / nerviosas.

 Proyección: Cuando es proyectada hacía nuestro entorno de forma inadecuada (con ira
o agresividad, por ejemplo), muchas veces este tipo de conducta será inadmisible en la
sociedad.

 Evasión: Se trata de una sensación de fracaso y por tanto provoca el abandono del
objetivo marcado.

 Imitación: Muchas veces se intenta imitar al resto para conseguir lo mismo que ellos,
pero en exceso a la larga puede ser perjudicial porque se pierde identidad.

 Presión: Nos referimos a la sensación de presión ante ciertos eventos que presentan
alguna dificultad. Dicha presión es notable en la gestión por su forma de afrontamiento,
especialmente en el mal resultado de su gestión.

 Sustitución: Cuando aparece una actividad de la cual no se puede realizar y es


cambiada por otra. Esto no siempre es positivo porque la opción del cambio es la resultante de
una dificultad en la resolución de la primera actividad.

 Agresión: Cuando la frustración es muy alta, el modo de resolverlo puede ser desde la
agresión.

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