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Introducción
Historia – CASO El Triángulo
Proceso de Quiebra
Defensa
Las Pruebas
Comentarios de los hermanos De La Guardia
Conclusión
Bibliografía
Introducción
A continuación presentaremos el caso de El Triángulo, S.A. perteneciente al GRUPO
ADELAG, grupo compuesto por una serie de empresas que son:Financiera El Roble, El
Eléctrico Internacional, Unicentro Trading,Comapany Inc., Tecno Auto S.A., Tecno
Taller S.A., Comercio Total, EnafinInternacional. S.A.Después de varios años en el
mercado local y considerada una empresaexitosa, se descubren una serie de
irregularidades en los estadosfinancieros de dicha empresa seguidas de su repentina
quiebra, por lo quefue considerado por la Comisión Nacional de Valores que dicha
quiebra fuerealizada de forma fraudulenta.Aún después de 12 años de el escándalo del
GRUPO ADELAG se sigue trasla pista de esta quiebra aunque los imputados afirman
que llegaron a unacuerdo con los acreedores y que todo quedó resuelto
CASO – EL TRIÁNGULO, S.A.
HISTORIA
Los problemas del grupo de empresas ADELAG se iniciaron en junio de2000, cuando
tenía acumuladas deudas por más de 120 millones dedólares. Luego, la Comisión
Nacional de Valores detectó un "ajuste" de 51millones de dólares en sus estados
financieros. Las sumarias del caso comenzaron el 4 de septiembre de 2001. Casi tres
años después, el 21 de mayo de 2004, el fiscal Ulloa pidió llamamiento a juicio de los
imputados,entre ellos, Carlos y Aquilino de la Guardia, propietarios de las empresas del
Grupo Adelag, entre ellas, El Triángulo, S.A., Financiera El Roble, S.A.,Tecno Auto,
S.A., Tecno Taller, S.A., Comercio Total y Enafin Internacional,S.A. Este expediente
entró al Juzgado Décimo Quinto penal el 3 de junio de2004 y se fijó como fecha de
audiencia preliminar el 11 de enero de 2007,pero una semana antes, Aquilino de la
Guardia presentó un hábeas corpus que no ha sido resuelto, acción que detuvo el
juicio.En la esfera civil, este proceso está pendiente de la admisión de pruebas
presentadas por los hermanos de la Guardia, en las que certifican que la empresa no
quebró de forma ilegal.
El presidente del Comité de Bancos Acreedores, Francisco Salerno, indicó que el plan
se desmembró porque los acreedores caminaban en direcciones opuestas. Aunque a
algunos les cayó por sorpresa el final de las negociaciones, para otros, esto parece ser
la crónica de una muerte anunciada, al tomar en cuenta varios acontecimientos que
fueron debilitando el proceso. Salerno indicó que los bancos " siempre pensaron que la
reestructuración era la mejor opción y se hicieron todos los esfuerzos para sacar
adelante el plan que empezó hace cuatro meses. Sin embargo, no se logró el consenso
que se necesitaba". Como prueba de ello, los empleados empezaron a reclamar sus
prestaciones y secuestraron el inventario que no estaba pignorado; y los tenedores de
bonos de Enafin International ejecutaron las garantías hipotecarias sobre la emisión de
10 millones de dólares. Todos jalaron por su lado. El Banco Santander Central Hispano
secuestró las cuentas bancarias; el Banco General secuestró la empresa Comercio
Total; y el Banco Internacional de Panamá (BIPAN) sustrajo las computadoras que
mantenían en arrendamiento financiero. Ante este escenario, Salerno confiesa que la
única alternativa era la quiebra. Aunque lo que realmente resultó ser el detonante entre
ambas partes fue la insistencia, según Salerno, de los hermanos Carlos y Aquilino de la
Guardia, dueños de ADELAG por mantenerse al mando de las empresas.
En una carta enviada al Comité de Bancos, los hermanos de la Guardia sustentan que
debían participar en el proceso de reestructuración como asesores comerciales. Sin
embargo, los acreedores respondieron que desde el inicio del proceso quedó
claramente establecido que bajo cualquier esquema de reestructuración, no
mantendrían ninguna consideración laboral y menos remunerada " con las personas
que directamente fueron responsables del descalabro financiero del Grupo ADELAG,
S.A." Salerno dijo que " era imposible que ellos -los hermanos De la Guardia -
participaran cuando aún no está claro dónde estaban los 51 millones de dólares
desaparecidos". Agregó Salerno que con la ruptura de las negociaciones se le da un
fuerte golpe a los bancos que van a sufrir gran parte de las pérdidas, pero que se
esperaba que el hecho no tuviera mayor incidencia en el sistema, porque existía una
reserva que puede ser destinada a préstamos malos. En la Comisión Nacional de
Valores (CNV), ya se había concluido la etapa de declaración jurada y solo estaba por
iniciarse la revisión del expediente para tomar las acciones contra los responsables.
Aunque de imponerse sanciones obviamente éstas serían impagables, por el momento.
Los comisionados se reunieron con el grupo de tenedores de bonos individuales para
sugerir las medidas que tienen que tomar y así recuperar alguna parte del dinero
invertido. Esta experiencia fue totalmente nueva en Panamá, pero a juicio de Carlos
Barsallo, presidente de la CNV, es "el pan de cada día" en sociedades netamente
capitalistas.
No obstante, el grupo de inversionistas individuales ha manifestado que tendrá que
pasar mucho tiempo para volver a invertir en bonos. Todo el proceso ha sido una
costosa lección para los empresarios, bancos, bonohabientes y otros deudores.
Las pruebas La “creatividad contable” del Grupo ADELAG, que cambió de rojo a negro
sus balances financieros, podría resultar en una “cuenta por pagar” para la firma de
auditores Arthur Andersen, luego que el Primer Banco del Istmo (Banistmo) interpuso
una demanda en su contra por 3.7 millones de dólares. Banco del Istmo y Pribanco,
luego fusionados en Banist-mo, otorgaron préstamos a Financiera El Roble, una de las
empresas del Grupo ADELAG, basándose en los estados financieros auditados por
Arthur Andersen en 1999 y 2000. La demanda, a la que tuvo acceso La Prensa, señala
que “la negligencia de Arthur Andersen de realizar un audito responsable de acuerdo
con las normas internacionales de contabilidad, a las empresas que conforman el
Grupo ADELAG, perjudicaron a Primer Banco del Istmo, al realizar una transacción
financiera con dichas sociedades bajo la premisa de que las mismas contaban con el
patrimonio necesario para repagar la obligación, tal como lo demostraban los balances
consolidados auditados por Arthur Andersen para los años 1999 y 2000”. Banco del
Istmo y Pribanco prestaron a Financiera El Roble un millón 750 mil dólares y un millón
500 mil dólares respectivamente, garantizados por pagarés de la empresa El Eléctrico
Internacional y afianzados por Adelag, S.A. Tanto Financiera El Roble, como El
Eléctrico Internacional, S.A., eran subsidiarias de ADELAG, S.A., tenedora de las
acciones de las desaparecidas empresas El Triángulo, Tecno Auto, Tecni Llantas, El
Eléctrico, El Eléctrico Internacional, Tecno Partes y otras, Sin embargo, los números
negros de ADELAG se tiñeron de rojo, cuando otra firma auditora, Ernst & Young, a
solicitud de los acreedores del Grupo, revisó la auditoría de Arthur Andersen,
encontrando ‘‘ajustes” ya mencionados en sus estados financieros, lo que a todas luces
no reflejaba la realidad de la empresa. Los demandantes citan como prueba un informe
preliminar preparado por Ernst & Young, que señala que los estados financieros de
ADELAG, S.A., al 30 de septiembre de 2000 debían ajustarse por 32.5 millones de
dólares. Sobre esta misma línea, Banistmo también argumenta la existencia de una
certificación firmada el 28 de diciembre de 2000 por Carlos de la Guardia y Epiménides
Díaz, directivos de ADELAG, aceptando que el informe de Ernst & Young representaba
la posición financiera real del Grupo. Esto era una aprobación tácita del ajuste de 32.5
millones de dólares propuesto por Ernst & Young. Según el demandante, con los
ajustes, la sociedad ADELAG, S.A., se transformaba en una empresa con patrimonio
negativo de menos 31.1 millones de dólares, muy diferente a los 16.5 millones de
patrimonio que había reportado al 30 de julio del 2000 en los estados financieros
avalados por Arthur Andersen. En pocas palabras, Banco del Istmo y Pribanco
otorgaron préstamos basándose en información falsa, que debió ser detectada por los
auditores Arthur Andersen. Este “desliz” le podría costar a la firma contable 3 millones
659 mil 643 dólares, más intereses, costas y gastos del proceso, que representa la
deuda de Adelag, S.A. con Banistmo.
En los últimos meses, la firma Arthur Andersen estuvo en el ojo de la tormenta, al estar
vinculada en Estados Unidos con el colapso del gigante energético Enron. En Panamá,
algunos de sus clientes más “famosos” fueron ADELAG y Sears, dos empresas con
estrepitosos escándalos financieros.