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ADICCIONES

Todos somos adictos

La adicción es tal vez una enfermedad del espíritu

Osamu Dazai

La sociedad debe ayudar a las personas con problemas de drogadicción en vez de

apartarlos. Todos somos adictos y por ende todos tenemos el deber de entenderlos. Según

la Organización Mundial de la Salud (OMS), una adicción es una enfermedad física y

psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o

relación. Se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas, en los que se involucran

factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales. La organización mundial de la

salud también expone que una droga es una sustancia que produce en el organismo, de

algún modo, una alteración del funcionamiento natural del sistema nervioso central del

individuo y además es susceptible de crear dependencia.

Cuando se habla de adicciones por lo general nuestra mente recurre inmediatamente a

la idea del consumo de drogas psicoactivas y se piensa que solo son adictos aquellos que

no pueden dejar la marihuana, la cocaína, entre otros. Pero no solo existen adicciones a las

drogas, al parecer la palabra adicción se ajusta a todo lo que el hombre pueda hacer o

consumir, es decir, hay adictos al trabajo, al deporte, a la comida o incluso al sexo. Claro

está que hay adicciones que son menos contraproducentes que otras, sin embargo todas

funcionan y se desarrollan de la misma manera.


Según el psiquiatra Judson Brewer, vivimos en la era de la ansiedad, la tecnología, la

comida, el shopping, el sexo, el trabajo, el exhibicionismo, el juego, el tabaco, el alcohol

y las drogas. En su tesis, el doctor Judson expone que todas las personas son adictas a

alguna cosa o actividad en específico y hasta propone un método para saber en qué nivel

de adicción nos encontramos. Por consiguiente el acto de juzgar a una persona adicta a las

drogas no se puede calificar de otra manera sino como la de un acto de hipocresía y de

doble moral. El deber social que tenemos como ciudadanos y como adictos es ayudarnos

los unos a los otros a superar dichas adicciones.

Una persona con doble moral es aquella que rechaza en los demás lo que ella hace.

Bajo esta lógica y siguiendo la tesis anteriormente demostrada bajo la argumentación del

psiquiatra Judson, no hay razón para discriminar a los drogadictos, pues no sería más que

un acto de doble moral. Un ejemplo más práctico de la doble moral que maneja nuestra

sociedad hacia las adicciones es la del alcoholismo, es decir, al individuo que se embriaga,

se le cuida el “guayabo” o resaca, comúnmente se le tiene compasión, y no se le

discrimina, mientras que al drogadicto se le maltrata tanto física como psicológicamente.

Comúnmente las personas creen que el adicto consume habitualmente porque se siente

bien estando drogado, lastimosamente la realidad es otra. El que entra en el mundo de las

adicciones sufre y llora, afirma el astro argentino Diego Armando Maradona,” Uno

siempre le dice a un chico no pruebes la droga, es mala. Cómo se le hace entender que
algo que produce euforia o sensación de poder, en realidad hace mal y termina

matándolo? Por eso digo que al principio es un shock muy emocional: todo muy lindo,

todo muy alegre, todo muy blanco, todo muy divertido. Pero esa sensación te dura muy

poco. Casi nada. Porque inmediatamente te querés dar otro saque más y otro saque más. Y

después no sabés cómo hacer para parar, porque ya no te hace nada. Ya no hay alegría, ni

diversión, ni nada. Al contrario, después te viene el llanto, la angustia, te viene el recuerdo

de toda tu familia, las grandes dudas y la pregunta: Qué van a decir?”. Las adicciones no

diferencian entre pobres o famosos y a todos afecta de la misma manera.

Sin embargo, las percepciones sobre las adicciones van variando según cada cultura,

afirma el psicólogo Fernando Pérez del Rio en su libro “estudios sobre adicciones”, por

ejemplo en África, muchas drogas o plantas con propiedades psicoactivas son usadas por

chamanes y allí no se les discrimina, por el contrario, este “sabio” tiene un status social

más alto que el resto de la tribu. En algunos países desarrollados como Canadá y

Ámsterdam, en donde se ha aprobado la legalización de la marihuana con uso

recreacional, el consumo de este alucinógeno ha disminuido, la sociedad ya no lo ve como

un tabú, sino como una problemática que se puede solucionar desde la educación y la -no

prohibición-. “Los 90 años de prohibición han terminado. Es el resultado de una política

social transformadora. Un movimiento valiente por parte del Gobierno" dice el senador y

sociólogo canadiense Tony Dean quien además afirma en su obra que si en el mundo

hubiese menos prohibiciones y prejuicios pero existiese más educación sobre

determinados temas, las problemáticas sociales serían cada vez menos y los niveles de

tolerancia aumentarían.
En su obra “Droga y Sociedad” , la psicóloga Inmaculada Jáuregui nos da a entender

que la sociedad actual es cada vez más dada al individualismo, es una sociedad en donde

la solidaridad va en decadencia día a día. Lo que provoca que la desigualdad aumente y

que los adictos se sientan cada vez más marginados y apartados. Por suerte existen

instituciones que ayudan, acogen y rehabilitan a quienes son adictos. Y parece que

existen tantas instituciones como adicciones posibles, es decir, se puede asistir a:

narcóticos anónimos, alcohólicos anónimos, ninfómanos anónimos, y así sucesivamente.

Según una fuente Anónima que ha vivido muy de cerca la vida con la adicción. El

rechazo de la sociedad es fuerte y la mayoría de las veces el adicto así lo siente y así lo

sufre, por lo que esto hace que la rehabilitación sea cada vez más difícil, es decir, entre el

adicto más siente el rechazo, más se refugia en su adicción. Sin embargo para él,

Narcóticos anónimos representa una ayuda para superar su problema y una esperanza de

que si la sociedad coopera, el adicto se puede recuperar.

En síntesis, aclarando que no se trata de promover el consumo de drogas ni la

legalización de estas, pues se tiene claro que como tal son nocivas para los humanos, la

adicción es una enfermedad que todos padecemos y lo que deberíamos hacer como

sociedad y como país es ayudarnos para superarlo, no discriminando y no apartando de la

sociedad a aquellos quienes están más afectados, sin llegar a justificarlos, pero siempre

ayudándonos. Porque la solución al problema está en Educar y no en prohibir.

Diego Felipe Aparicio Gonzalez

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