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CARTAS DE PARTICULARES
SOBRE LA REBELIÓN DE CATALUÑA
(1640-1648)
Recibidas por el P. Rafael Pereyra, en Sevilla.

PUBLICADAS Y ANOTADAS
POR PASCUAL DE GAYANGOS
Cartas de algunos PP. de la Compañía de Jesús sobre los sucesos
de la Monarquía entre los años de 1634 y 1648. Tomos III-VII
Memorial Histórico Español
Colección de documentos opúsculos y antigüedades que
publica la Real Academia de la Historia. Tomos XV a XIX
Madrid 1862-1865

Seleccionadas y reproducidas por Javier Martínez

https://books.google.es/books/about/Cartas_de_algunos_pp_de_la_Compa
%C3%B1%C3%ADa_de.html?id=x3lCAAAAYAAJ&redir_esc=y
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%C3%B1%C3%ADa_de.html?id=KnpCAAAAYAAJ&redir_esc=y
https://books.google.es/books/about/Cartas_de_algunos_PP_de_la_Compa
%C3%B1%C3%ADa_de.html?id=gHpCAAAAYAAJ&redir_esc=y
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SUMARIO
Del prólogo de Pascual de Gayangos..........................................3
1640.............................................................................................5
1641...........................................................................................32
1642...........................................................................................45
1643...........................................................................................90
1644..........................................................................................116
1645.........................................................................................125
1646.........................................................................................142
1647.........................................................................................164
1648.........................................................................................173
Índices......................................................................................174
3

[Del prólogo de Pascual de Gayangos]


En los manuscritos ocupados a los jesuitas al tiempo de su expulsión de los dominios
españoles, colección sobremanera preciosa y rica, así como importante para el estudio de nuestra
historia política y literaria, que se conserva hoy en su mayor parte en la biblioteca de esta Real
Academia, hay varios tomos de correspondencia familiar e íntima entre algunos Padres de la
Compañía, durante la primera mitad del siglo XVII. Hallábase a la sazón aquella en su mayor auge
y prosperidad, distribuidos y escalonados sus miembros por las cuatro partes del mundo habitado,
ya trabajando con ardor y celo a la propagación del Evangelio en remotos climas y apartadas
regiones, ya contribuyendo con sus luces al movimiento literario de la época. Cumpliendo con uno
de los principales estatutos de su Regla, los Padres de la Compañía de Jesús se hacían un deber de
poner en conocimiento de sus superiores y hermanos los acontecimientos notables ocurridos en el
teatro de sus labores evangélicas. Relaciones anuas, gacetas, noticias de todo género, composiciones
poéticas para tal cual certamen, o fiesta eclesiástica, trabajos literarios y papeles de varias clases,
pasaban de uno a otro hemisferio, y circulaban de mano en mano, para ser después leídos y
comentados en la quiete, contribuyendo no poco esta comunicación asidua a la proverbial
ilustración de los individuos de la Compañía y a su conocimiento profundo de todas aquellas
materias y ciencias que se rozan con la gobernación de un Estado.
Algunos de los tomos de dicha colección, procedentes del colegio de San Hermenegildo de
Sevilla, contienen casi en su totalidad las cartas que ya de la Corte, ya de Salamanca, Valladolid,
Segovia, Granada y Cádiz escribían al P. Rafael Pereyra, en Sevilla, sujetos tan autorizados y
competentes como el P. Andrés Mendo, autor del Príncipe Perfecto; el P. Juan Chacón, conocido
por sus obras teológicas; los padres Avilés, Mendoza, Pimentel, Arriaga, Villacastín, y otros claros
varones de la misma Compañía. Ciertos apuntes a manera de breve sumario que el P. Pereyra puso
al frente de cada volumen de este interesante epistolario, un resumen cronológico de los monarcas a
la sazón reinantes, y la escrupulosa exactitud con que están consignados el año y hasta el día y hora
de sucesos a veces poco importantes 1, nos dan lugar a sospechar si al poner a contribución sus
numerosos corresponsales en todas las partes del globo y principalmente en los vastos dominios de
la corona de España, el jesuita sevillano se propuso continuar la historia del P. Juan de Mariana,
empresa que por aquel tiempo acometían doctos cronistas de otras religiones 2. Sea de esto lo que
fuere, ello es cierto que una correspondencia de este género, seguida por hombres de no vulgar
erudición, dotados de penetración y buen juicio, y en posición ventajosa para adquirir noticias y
juzgar a su manera de los acontecimientos políticos, no podía menos de ofrecer interés, y contribuir
al esclarecimiento de la historia patria.
Desgraciadamente la colección que empieza en el año 1634 no pasa del 1648, no siendo fácil
determinar si la interrupción es debida al fallecimiento de la persona a quien las cartas iban
dirigidas, o al extravío de alguno de los tomos. La primera de estas conjeturas nos parece más
verosímil, porque el P. Rafael Pereyra, que llegó a ser visitador de su provincia, era ya anciano en
1645, y resulta además de algunas de sus cartas que no gozaba de buena salud. Por los años de 1587
se entregaba ya al cultivo de las Musas, siendo varios los opúsculos y tratados, así en prosa como en
verso que hemos visto escritos de su puño y letra, y entre otros una comedia, bastante disparatada
por cierto, repartida en dos actos o jornadas y que tiene por asunto la vida de San Eustaquio3.

1 Cada tomo está en efecto precedido de un breve sumario histórico del año, con la mención del Sumo Pontífice y
monarcas reinantes, los nombramientos y traslaciones de provinciales, visitadores, rectores de colegios, &c. de la
Compañía de Jesús, y además el colector tuvo cuidado de consignar en breves apuntes los principales
acontecimientos de Sevilla y su diócesis.
2 El P. Camargo, de la orden de San Agustín, la continuó en un breve sumario desde 1621 a 1649. Prosiguióla el P.
Basilio Varen de Soto, de los clérigos menores.
4

Así y con todo, la colección del docto jesuita nos ofrece una serie no interrumpida de cartas,
que comprende 14 años del reinado de Felipe IV, desde la célebre batalla de Norlinguen, en
Alemania, hasta el levantamiento de Tomás Aniello, en Nápoles, incluyéndose en dicho período las
guerras de Francia e Italia, la separación de Portugal y rebelión de Cataluña, la caída del Conde-
Duque, el viaje del Rey a Aragón, y otros acontecimientos no menos importantes de la Monarquía.
Todas juntas, y prescindiendo de su especial carácter, forman una obra muy parecida en su contexto
a las Relaciones de Luis Cabrera de Córdoba, publicadas en 1857 a expensas de la primera
secretaría del Despacho, y a las que con el título de Avisos dejó después escritas D. José de Pellicer,
y dio a luz Valladares en los tomos 31, 32 y 33 de su Semanario erudito, sin las cuales, sea dicho de
paso, nos veríamos hoy privados de una infinidad de detalles y pormenores que dan vida y colorido
a la historia nacional.
El principal y más asiduo de los corresponsales del P. Pereyra se llamaba Sebastián González,
y formaba parte del colegio de jesuitas de esta corte. Sus cartas revelan cierto candor y sencillez que
contrastan singularmente con las de otros padres de la Compañía. Era amigo y comensal del célebre
P. Salazar, tan consultado en materias económicas y políticas de aquel reinado, así como del P.
Aguado, confesor del poderoso valido que durante cerca de 23 años rigió absoluto los destinos de
esta Monarquía; y sin embargo, no hace grandes revelaciones, ni divulga secretos de Estado; escribe
siempre con visible cautela, y rara vez aventura noticia de que no tenga completa seguridad.
Siempre pronto a trasladar los avisos de Flandes o de Italia, le falta tiempo para desdecirse al
próximo correo, si conoce haber inadvertidamente prohijado alguna nueva que resulta falsa. Si narra
tal cual suceso escandaloso de la corte, y ruidosa aventura entre jóvenes palaciegos, o eclesiásticos
constituidos en dignidad; si da cuenta de algún escrito o libelo contra la Compañía, blanco a la
sazón de envenenados tiros, lo hace siempre en términos moderados, sin pasión ni odio de ninguna
especie. Ni los nombres mismos de Espino y Roales, dos de los más fieros adversarios que tuvo su
religión por aquellos tiempos, son parte para turbar su tranquilidad y mansedumbre. No sucede otro
tanto con los PP. Mendo y Chacón, residente el uno en Salamanca, el otro en Valladolid, los cuales
no desperdician nunca ocasión de emplear el sarcasmo contra los franciscanos, dominicos y
carmelitas descalzos, mal avenidos a la sazón con la Compañía de Jesús (...)
Fáltanos ahora quilatar el valor que en sí pueda tener esta correspondencia, y la fe que
merecen las noticias en ella contenidas, pues de otra manera faltaríamos al deber que
voluntariamente se impone el que da a luz documentos históricos. El fondo de las cartas,
principalmente lo relativo a noticias extranjeras, está tomado de relaciones impresas y manuscritas,
avisos de mercaderes y soldados, comunicaciones de jesuitas establecidos en Italia, Inglaterra,
Francia y Alemania. Ni podían ser otros los medios de proporcionarse noticias en aquel siglo, en
que el Gobierno rara vez daba a luz documentos oficiales. Entre la multitud de relaciones y gacetas
impresas durante el largo reinado de Felipe IV, muy pocas tienen autor conocido, y las más son obra
de libreros ignorantes que imprimían cuanto les venía a las manos sin reparar en su contenido, con
tal que esto excitara la curiosidad del vulgo, y halagase sus pasiones (...)
Pero las noticias del P. González, y demás corresponsales del P. Pereyra, preciso es decirlo,
están por lo común fundadas en materiales más sólidos y de origen más puro; despachos de
embajadores y virreyes, cartas de secretarios de señores y oficiales de graduación se hallan a
menudo intercaladas en las suyas, sin contar las comunicaciones de sus mismos hermanos y
correligionarios establecidos en todos los países donde el nombre español era aun temido y
respetado; alguna vez, aunque rara, usan papeles de carácter reservado e insertan despachos
oficiales. Tal es en resumen la correspondencia que ahora se publica.

3 Aparece en ella Cristo, tíranse mosquetazos, hablan más de cien personas y entre ellas Trajano, un alcalde, un
alférez, lacayos, &c. Acabóse de trasladar en Sevilla, año de 1624. No hay, sin embargo, pruebas bastantes para
atribuírsela al P. Pereyra, pues aun cuando está escrita de su letra, pudo muy bien copiarla para su uso.
5

1640

Madrid, 5 de abril.
...Los barceloneses están sentidos de que se les quieran alojar 4.000 hombres en su ciudad, y
aun dicen andan en esta materia poco ajustados a lo que la ocasión y necesidad presente pide, que
cuando esta es tal no perjudica a sus derechos ni a los fueros en que se fundan para no admitir esta
gente. Dicen envía la ciudad diez comisarios a S. M. a representarle las razones que tienen para no
ejecutar el orden que se les ha dado. Veremos en qué para esta diferencia, que en esta ocasión es
bien pesada...―Sebastián González.

Salamanca, 19 de mayo.
...Lo de Cataluña escriben que se va ya sosegando y pacificando...―Gaspar Suárez de Toledo.

Madrid, 12 de junio.
Pax Christi, &c. Aunque todavía continuo indispuesto, y con dificultad puedo tener la pluma
en la mano, son tan graves las noticias de Barcelona que ha traído este correo, que no quiero dejar
de escribirlas por mas que a V. R. hayan de causar la pena y sentimiento de que están llenos todos
los buenos vasallos de S. M.
El día del Corpus se tumultuó el pueblo bajo de aquella ciudad, con pretexto de haber el
virrey mandado prender al diputado Claris, uno de los que con más fervor excitaba la gente a negar
los alojamientos. Fueron al palacio del conde de Santa Coloma, y no hallándole dentro (que se había
salido con ánimo de embarcarse en las galeras), corrieron en busca suya, y le alcanzaron a tiempo
que no pudo embarcarse, quitándole infeliz y miserablemente la vida.
La noticia ha producido en esta corte la indignación y sentimientos que son consiguientes,
principalmente en S. M. y el señor Conde-Duque. También mataron bárbaramente a otros ministros
del Rey y a cuantos oficiales y soldados pudieron haber a las manos. Todo esto vino en carta a S. M.
Veremos qué es lo que se provee, que el negocio es muy grave. Guarde Dios a V. R. como yo deseo.
De Madrid y Junio 12 de 1640.―Sebastián González.―Al P. Rafael Pereyra, de la Compañía de
Jesús, en Sevilla.

Avisos de 19 de Junio de 1640.


Continuóse el motín de los plebeyos y villanos de Cataluña; mataron en Barcelona a cuantos
soldados y forasteros hallaron, saqueando las casas de los ministros reales, y en particular la del
señor marqués de Villafranca, y de D. Gerardo de Guardiola, proveedor general de las armadas.
Perecieron el capitán de la guardia del señor conde de Santa Coloma; su hijo heredero, y su primo y
otros particulares se escaparon en una galera la vuelta de Valencia, y entraron en Madrid presto. Al
conde nuevo le hospeda en su casa el marqués de Aytona, y dicen le hará S. M. grandes mercedes; a
lo menos merécelas.
Para aplacar aquella sedición se determinó que el sábado 9 de éste saliese un conseller de
Barcelona a título de perseguir los incendiarios de las iglesias. Siguióle el mayor número de los
sublevados, y esta estratagema los sacó de la ciudad. En viéndolos fuera cerraron las puertas de la
ciudad, y el conseller a la deshilada se volvió a meter dentro, de manera que la nobleza se apoderó
de las puertas y de la custodia de la ciudad donde cada día iban concurriendo nobles y caballeros, a
acudir al servicio del Rey.
6

De acá envió S. M. nombramiento de virrey a la señora duquesa de Cardona, con poder


absoluto de perdonar, castigar, y hacer mercedes, y aun dicen que con orden de perdón general a
todos los levantados, menos a algunos que reservó. Ayer dio audiencia a los embajadores que están
aquí, los cuales ofrecieron finezas de parte de la nobleza, y que en caso que el Francés hiciere
entrada por Rosellón, saldrán todos los nobles, caballeros, ciudadanos viejos y jóvenes, sin
excepción de ninguno. Espérase que declinará la sedición.
En tanto Juan de Arce con 4.000 soldados castellanos y de naciones, y 900 caballos, se está
fortificando la vuelta de Rosas; los de Balmes, villa del estado de Aytona, han andado finísimos, y
del rey les ha concedido por diez años los quintos. Bien diferente ha sucedido en Perpiñán donde
estaban alojados los tercios de D. Juan de Torres y otros, a la orden del Chere de la Rene, general
del esjército y artillería contra Francia. Faltaban cada día treinta o cuarenta soldados, número
grande para no echarle menos; mandó poner guardas a las puertas y que ninguno saliese sin firma
suya; faltaban sin embargo, hizo averiguación y halló que los mismos huéspedes que los alojaban,
los mataban de secreto y los enterraban. Recogió los restantes al castillo, y comenzó a batir la
ciudad.
Esto de Cataluña...—Madrid 19 de junio de 1640.

Madrid, 24 de julio.
…Lo de Cataluña, dicen, está hoy peor que nunca, porque los catalanes temerosos de ver se
va juntando infantería y caballería en Castilla se fortifican a priesa, y van recogiendo los frutos en
alfolíes públicos del común para irlos repartiendo conforme la necesidad lo pidiere, y para
imposibilitar de víveres a los castellanos cuando se les acerquen.
El duque de Cardona, virrey de Cataluña, estaba desahuciado de su enfermedad…―Sebastián
González.

Madrid, 14 de agosto.
Pax Christi, &c. Padre mío: muy viva anda la jornada de S. M. a Cataluña y se dice será sin
falta si algún accidente nuevo no lo impide, porque S. M. ha dado a entender al P. Confesor tiene
resolución de hacerla no obstante las dificultades que se le han propuesto.
El domingo pasado hizo consulta al conde de Castro, mayordomo mayor, en orden al viaje, y
se hallaron en ella todos los oficiales, y se resolvió la disposición de la jornada, y como se había de
hacer, y a 20 de este dicen irá saliendo la caballería y oficiales de ella.
A los de la guarda han dado efectivos a 4.000 rs. De plata para que estén dispuestos para
cuando se les avisare, y para que la falta de dinero no les impida se les ha dado con tiempo para que
mejor puedan disponerse.
A los caballeros de la boca obligan lleve cada uno cuatro de a caballo; preside a esta junta D.
Luis de Gudiel, del Consejo Real.
También se dice han llamado a los obispos y que de estos unos se excusan y otros dicen
vendrán.
El domingo pasado salieron las mercedes del hijo del conde de Santa Coloma, difunto, virrey
que fue de Cataluña; hízole grande personal S. M., y aquel día estuvo en el banco con los demás
grandes. Diole dos pueblos, uno en Andalucía y otro en Cataluña con título de marqués en cada uno;
diole 5.000 ducados de renta y una encomienda de 2.500, la llave dorada con ejercicio del príncipe
y entrada en la cámara del rey sin llave (los pueblos de que le han hecho marqués no he podido
averiguar los nombres): todo lo merecía su buen padre que sirvió con grande amor y fidelidad a S.
M. y perdió por ello la vida tan desgraciadamente, y en él se perdió uno de los mejores sujetos que
tenía el Reino.
7

Lo de Cataluña está según se dice muy trabajoso donde la plebe hace lo que quiere sin temor
de la Justicia que hoy no tiene mano para nada; muchas muertes y para matar a uno no es necesario
más que saber es afecto a S. M. Dios lo remedie.
Muchos de los nobles se han salido del Principado por la mar; unos han ido a Zaragoza, y
otros a Valencia por no estar entre gente tan insolente y testaruda...―Sebastián González.

Madrid, 21 de agosto.
Pax Christi, &c. S. M. (Dios le guarde) ha hecho publicar el decreto siguiente, manifestando
su real voluntad de asistir en persona a las cortes de Aragón y Valencia:
«He resuelto ir en persona a tener cortes a los reinos de Aragón y Valencia, por haber 17 años
que no las he tenido, y merecerme ellos tanto favor y merced en todo, y para concluir las cortes de
Cataluña que empecé el mismo año, y poner en respeto, ejercicio y libertad la justicia en aquel
principado, violentada y ahuyentada por alguna gente ruin y sediciosa, que la tiene en el estado en
que se sabe y se ve; haciendo en ella lo que la justicia y clemencia y buen gobierno aconsejaren y
para oponerme y rebatir a quien lo intentare embarazar, y defender a la parte sana de la justicia
eclesiástica, nobleza y gobierno que allí me han asistido en ésta y en las otras ocasiones con su
acostumbrada fidelidad, haciendo cuanto fuere menester para conseguirlo, y si lo fuere hasta poner
mi propia persona a caballo. Y porque mi partida ha de ser a 20 de septiembre, con el ayuda de
Dios, y para lo que se pueda ofrecer han de ir ministros de ese Consejo, por cuya mano corra el
despacho de las materias que se ofrecieren de las Indias, os prevendréis vos, el conde de Castrillo,
para que no ofreciéndose cosa particular en esta corte, de mayor servicio mío, la podáis hacer
conmigo y juntamente avisaréis a los licenciados D. Lorenzo Ramírez, D. Juan de Sanfelices, y
secretario D. Gabriel de Alarcón, para que me sigan en ella. En Madrid a 19 de Agosto de 1640.―
Está señalado de S. M.»
Este decreto se publicó antes de ayer; dentro de algunos días dicen saldrán otros apretando a
los grandes, títulos y obispos de estos reinos que han de acompañar a S. M. en la jornada.
Adiós, mi padre, que le guarde y dé la salud que yo deseo. De Madrid y Agosto 21 de
1640.―Sebastián González.―Al P. Rafael Pereyra, de la Compañía de Jesús, en Sevilla.

Madrid, 22 de agosto.
...Avisan de Barcelona la prisión que el nuevo virery 4 ha hecho de un barbero, que fue
cómplice en la muerte de Santa Coloma.
Avisan de Cantabria que la gente de aquella frontera se va previniendo para marchar la vuelta
de Aragón, según el orden que tiene...

Logroño, 4 de septiembre.
...Aquí estamos con grandes alborotos de soldados; porque todos los que estaban en
Guipúzcoa, o los más, van a Aragón y Cataluña y pasan por aquí. El gran prior de Navarra ha
pasado por cabo de 9.000 walones, irlandeses y de otras naciones; y como van de 1.000 en 1.000
alojándose en los lugares cortos, todo lo talan y destruyen, siendo para los campos y ganados rayos
que los consumen; tanto que en algunos lugares se previene la gente y se sale toda con sus
haciendas domésticas a los montes.
El marqués de los Vélez está ya en Zaragoza por virrey.
Lo de Cataluña en mal estado. El consejo de Vitoria se ha deshecho ya. Sacan la gente para
acompañar al rey, que sale a 5 de octubre a las cortes de Aragón...—Andrés Mendo.

4 El duque de Cardona, el cual fue nombrado en 12 de Junio, luego que en la corte se supo la desgraciada muerte de
Santa Coloma. Llamábase D. Enrique Ramon Folch de Cardona.
8

Madrid, 4 de septiembre.
Pax Christi, &c. Padre mío: aquí es todo ruido de guerra y cada día pasan compañías para
Cataluña; esta semana pasada llegaron 900 hombres de Andalucía, muy buena y lucida gente.
Dos días ha llegaron 400 portugueses de la armada del Brasil, soldados viejos los más y de
muchos años de experiencia; hicieron muestra y alarde en la plaza de Palacio donde escaramuzaron
gallardamente; traen lindas armas de mosquetes, picas, &c. Acabado el alarde les dieron dos
patacones a cada uno, con que siguieron su derrota para Molina. Por otras partes van más; serán
entre todos hasta 1.500.
Estos días pasados, en Barcelona, treinta enmascarados entraron en casa del obispo y virrey, y
poniéndole las pistolas a los pechos, les pidieron les diese las llaves de los escritorios; diolas, y
luego a él le encerraron en un aposento. Abrieron luego los escritorios, y tomaron todos los papeles
que tenía de S. M., y las averiguaciones que de secreto se iban haciendo. El obispo en el ínterin que
ellos estaban ocupados en esto, con ser tan viejo, se descolgó por la ventana, y solo, se fue a recoger
a San Francisco donde hoy está.
La ciudad de Tortosa ha enviado comisarios a S. M. echándose a sus pies, y ofreciéndole
servirle en todo cuanto les mandare con grande amor y fidelidad, como aquella ciudad lo ha
acostumbrado siempre con sus reyes.
Todas las comunidades de Cataluña están por S. M., y la nobleza, sin que se sepa haya
ninguno en contra; sólo la plebe ha sido la que ha ocasionado estos tumultos, y de esta no toda, que
los que bien sienten, si no se declaran es por el miedo de los inquietos, y asegurados con el ejército
de S. M. se declararán sin duda en su favor porque la opresión que padecen hoy es más intolerable
que la que les pudiera venir si estuvieran en manos de enemigos.
Al duque de Cardona5 le han quemado en Ampurias treinta pueblos, por mostrarse leal
servidor de S. M., y los que tienen atrevimiento para estas y otras peores demasías celan en los
nuestros y muestran grandes sentimientos, porque quemaron cuatro casas donde se habían hecho
fuertes algunos de los amotinados.
A la duquesa de Cardona, viuda y mujer que fue del virrey pasado 6, le ha dado S. M. cuatro
mil ducados de por vida, y a su hijo el de Povar, a dos mil, y a los demás hijos a mil en pensiones o
beneficios: premio digno de lo bien que se hubo el duque aceptando el cargo de virrey en tiempo tan
trabajoso, y teniendo tan poca salud que por cumplir con sus obligaciones acabó con ella y con la
vida como tan buen caballero.
La jornada de S. M. anda muy viva, y se cree que si refresca el tiempo, que será para fin de
éste: hay tantos accidentes que nada se puede asegurar...—Sebastián González.

Salamanca, 8 de septiembre.
Pax Christi, &c. Un P. de este colegio ha recibido carta de la Corte en que se le dan algunas
nuevas que quizá no hayan llegado aun a oídos de V. R. Por si así fuere, quiérolas trasladar aquí:
«Madrid 1º de Septiembre…
...El de los Vélez ha quemado una máquina de montes a la entrada de Cataluña junto a
Aragón, para que el ejército señoree más la campaña. Los naturales todo es labrar bizcocho. Hánse
muerto muchos sobre la elección de cabezas; ya la tienen noble, que es D. Fulano Torrellas7.
En partes de Cataluña están destrozados los catalanes; las otras se reparan; y Tortosa, por
medio de capuchinos pide misericordia...»—Gaspar Suárez de Toledo.

5 Don Luis Raymundo Folch de Cardona, Aragon y Córdoba, sexto duque de Segorbe y de Cardona, hijo del virrey
D. Enrique.
6 Doña Catalina Fernández de Córdoba y Figueroa; segunda mujer de D. Enrique Ramon Folch de Cardona, quinto
duque de Segorbe y de Cardona, que murió en Perpiñán a 20 de julio de este mismo año.
7 Don fray Miguel de Torrellas.
9

Valladolid, 8 de septiembre.
...Ya se deja la jornada de S. M., porque el conde-duque dio un memorial de grandes
inconvenientes que concluyeron al rey a no salir de Madrid, con que han salido ya de cuidado los
caballeros de hábito que andaban de jornada...—Alonso de Amaya.

Madrid, 14 de septiembre.
...Los catalanes han abierto con todas veras el trato y llamado a cortes a sus dependientes,
para buscar y comunicar medios de aplacar a S. M. y tratar del bien común. Hase entendido que se
les ha propuesto, entre otros, el que pidiendo, como es justo, perdón, se les concederá, con que
dejen hacer una ciudadela en la plaza del Borne, en Barcelona, derribando las casas que fueren
menester, y que esto los ha puesto en más recelo y desesperación.
Catorce fueron los caballeros de hábito pregonados por traidores, por no haber obedecido a las
órdenes y bandos, ni parecido, y lo mismo a cuantos los asistieren…
...Prendieron con guardas al agente de Barcelona en la corte, tomándole todos los papeles, y a
los diputados de allí y de Cataluña que estaban como embajadores, enviaron a Ocaña, y a los
eclesiásticos al Escorial…
...Dícese han peleado los de Rosellón con la gente de S. M. con derramamiento de sangre, y
sin ventaja de ambas partes.

Madrid, 27 de septiembre.
Pax Christi, &c. Acaso llegó a mis manos la copia de una carta que los diputados del general
de Cataluña han escrito al Rey nuestro Señor, la cual traducida de la lengua catalana en castellano,
dice así:
[Carta al rey de los diputados del General de Cataluña.]
«S. C. y Real M. Por carta de 8 del corriente, dimos razón a V. M. de la convocación de
brazos que hacíamos para tratar medios para la reintegración de la justicia, paz y quietud pública,
para mayor servicio de V. M. Con ésta la damos de que de parecer de dichos brazos ha partido de
esta ciudad el diputado militar a las partes de Gerona y Ampurdán, para impedir la entrada de
Cataluña a los soldados sacrílegos, y descomulgados por haber quemado dos veces el Santísimo
Sacramento (sea para siempre alabado), que se hallan en Rosellón, de quienes ha experimentado la
provincia mayores hostilidades que de enemigo, y asimismo las está actualmente experimentando la
fidelísima villa de Perpiñán, y condado de Rosellón. Asimismo ha salido el diputado Real 8 a las de
Tortosa, Lérida y de los soldados que Balaguer, para impedir la entrada ahí se hallan, y cada día van
llegando a estas fronteras, por la parte de Aragón, porque unos y otros amenazan han de entrar
quemando, robando, matando y arrasando, y haciendo otras acciones de hostilidad con notable
agravio de Dios, nuestro Señor, y de V. M. daño irreparable de la provincia y provinciales y
contrafacción9 de sus leyes.
Dámosla también a V. M. de que todos los de esta provincia están con las armas en las manos
para impedirles la entrada, resueltos a aventurar las vidas en defensa de Dios nuestro Señor, propia
honra, vida y haciendas, constituciones, privilegios y inmunidades pactadas con sus primeros
señores, juradas por V. M. y conservadas con tanta efusión de sangre de sus antepasados y propia
derramada gloriosamente en servicio de V. M. y de sus gloriosos progenitores, y adquisición de
reinos a la Real Corona, asegurando a V. M. que jamás se ha faltado a la lealtad, fidelidad y
obediencia, que como a nuestro Rey y Señor natural le debemos, antes se ha atendido al mayor
servicio de V. M., que consiste en la conservación de esta provincia, siempre fiel y leal a sus reyes y
señores, pues en los mayores alborotos todos uniformes clamaron a voces: ¡viva el Rey nuestro
8 D. Miguel Juan Quintana.
9 Está sin duda por «contravención.»
10

señor, que Dios guarde y nos conserve muchos años como sus reinos han menester! Sólo las
aflicciones y trabajos en que los soldados han puesto la provincia, les obliga ahora a clamar contra
el mal gobierno, porque todos tienen por cierto que los soldados han obrado sin orden de quien
confiamos nos ama como padre, y no quiere la desolación y ruina de una provincia que en todas
ocasiones le ha servido con tanta fineza, porque atribuyen sus males y desdichas a el Conde-Duque,
y a D. Gerónimo de Villanueva, protonotario de V. M., por cuyas manos corren los negocios; los
cuales por sernos mal afectos, desean la total ruina nuestra, pues con el manejo del gobierno han
ocasionado tantas desdichas y hoy tienen envuelta esta provincia y quejosa toda la monarquía, con
grande peligro de perderse; y así, Señor, a estos fidelísimos vasallos de V. M. no les queda otra
esperanza de consuelo sino postrarse a los reales pies de V. M. con mucha humildad y obediencia, y
suplicarle sea de su real servicio mirar con ojos de clemencia las cosas de este Principado, y
mandarlos consolar sacando los soldados como tantas veces lo hemos suplicado, y suspender
cualesquier resolución de entrada con el ejército, para que podamos volver a gozar de la justicia,
paz y quietud que antes teníamos. Que nuestro Señor guarde la S. C. R. persona de V. M. largos
años para bien de toda la cristiandad, como hemos menester, y estos sus fidelísimos vasallos desean.
Barcelona y Septiembre 18 de 1640.―S. C. R. M. besan las manos de V. M. estos sus muy
humildes y fieles vasallos.―Los diputados del general de Cataluña.»
Dios, &c. Madrid y Septiembre 27 de 1640.―Al P. Rafael Pereyra, de la Compañía de Jesús,
en Sevilla.

Madrid, 28 de septiembre.
Pax Christi, &c. Ya dije a V. R. como a los obispos se les mandó orden para que se
dispusiesen a acompañar a S. M. en la jornada de Aragón. A los que se han excusado, que son
bastantes, les ha escrito el secretario de la Cámara una carta del tenor siguiente:
«En la junta que S. M. (Dios le guarde) ha formado para convocar los prelados y títulos de
estos reinos, donde por su real orden asisto como secretario de su Cámara, se vio la carta de V. S. de
8 de este, en respuesta de la que S. M. escribió a V. S. en 23 del pasado, avisándole de su jornada,
para que le asistiese y acompañase, en que responde V. S. excusándose con sus achaques de
enfermedad; y habiéndole dado cuenta a S. M. ha mandado escriba a V. S. que para enviar quién
represente su persona, acompañándole con la gente y lucimiento de a caballo y de a pie que se
requiere, conforme a la calidad, puesto y renta de V. S., no puede haber excusa; y por lo tanto
obedeciendo esta junta su real orden, lo intima a V. S. recordándole las grandes obligaciones de su
sangre y estado, con mucha seguridad de que en ocasión tan precisa no faltará V. S. con los medios
más convenientes, lucidos y autorizados que acompañan a quien ha de suplir tan gran falta; y que lo
referido ha de estar ejecutado con la brevedad que pide ahora el tiempo de la partida de S. M.
Guarde Dios a V. S. como puede. De Madrid 20 de Septiembre de 1640.―Antonio Alosa Rodarte,
Secretario.»
Nada mas tengo que avisar a V. R. sino desear, como siempre, que Dios guarde su importante
vida muchos años.
Madrid y Septiembre 28 de 1640.―Sebastián González.―Al P. Rafael Pereyra, de la
Compañía de Jesús, en Sevilla.

Madrid, 29 de septiembre.
Apenas se habla de otra cosa que de la jornada de Cataluña. Ya parece ser cierta la de S. M.,
pues se dice firmemente que saldrá la caballería. Sábese que Torrecusa se ha entrado de rondón en
Tortosa; grande acción. La gente que S. M. lleva es muchísima, pues hasta de Orán viene la milicia,
sin que quede reservada otra ninguna, ni gran señor, ni título que no sea llamado a acompañar a S.
M.
11

La plática que andaba de perdón o asiento en las cosas ha turbado la insolencia de aquella
gente, que ahora de nuevo ha muerto a un gran ministro de S. M. sacándole el corazón; y no una
vez, sino dos, pues mataron primero a sus ojos a un hijo suyo, y la ciudad de Lérida se ha levantado
ya.
Habiendo el provincial de los carmelitas descalzos ido a visitar a Juan de Arce, en Perpiñán,
coligieron de sola esta acción, los catalanes, que era su amigo, y otro día ofrecieron hasta talla 10 de
dos mil ducados a quien le entregase muerto o vivo, dando señas de ser un hombre bajo, colorado y
cano. Luego, un fraile carmelita descalzo, pidió contra el gobierno de S. M. apellidando ¡libertad! y
volver por la patria. Diose cuenta a S. M. y ordenó a su general que le quitase el predicar y le
castigase. Escribió el general luego en esta conformidad, y llegando la carta a manos de los
conjurados, le han escrito que revoque luego el tal mandamiento, donde no que echaran por tierra y
quemarán cuantas casas tienen en Cataluña.
De los de la Compañía se dice mucho de la entereza y lealtad que manifiestan en servicio de
S. M., sin dejarse llevar de malos ejemplares.
Un jurado de Barcelona es tan opuesto a S. M., que se dice se pondrá gran talla para que le
maten…

Madrid, 30 de septiembre.
Pax Christi, &c. Ha salido el papel que V. R. recibirá con esta, contestando a la Proclamación
católica que remití en otra ocasión. Es obra de un consejero muy conocido en esta corte, hombre
sabio al par que morigerado.

Manifiesto por las acciones de España contra Cataluña,


por D. Alonso de la Carrera, del Consejo Real de Aragón.
La justificación real ofendida de los perturbadores del bien y quietud de Barcelona, se ha
servido de declarar como antes que empezasen a ejecutar sus errados intentos, de parte de S. M.
ninguna ocasión se les había dado, ni ellos la tuvieron, ni dieron queja de semejante cosa; antes
bien, en medio de los extremos aprietos de la monarquía, que el mundo sabe, S. M. de la provincia,
no se tiene noticia haya recibido servicio particular o general, y en aquellos que la ciudad le hizo,
casi todo fue por cuenta del pleito que contra ella tiene S. M. de los quintos, o por empréstito con
subrogación de rentas en caso de no darle satisfacción.
A la retirada del ejército de Rosellón, y tratándose de su comodidad, es verdad deseó S. M.
que la provincia ayudase con alguna cosa, así para el alivio de la gente cansada, como también para
algún reparo de la hacienda real tan trabajada y apurada, como se acostumbra en toda Europa,
enteramente sin exclusión de ninguna parte ni provincia de ella, ni del mismo condado de Borgoña,
que es el más exento de cuantos hoy se conocen. Pretendióse por la provincia que esto era contra
sus instituciones, cosa que el Consejo Real de Aragón entendió de otra manera, si bien el agente
ordinario de la provincia que estuvo aquí dijo a S. M. y al Conde-Duque que allá no se deseaba más
de que S. M. declarase cuánto había de ser, que se ajustarían de muy buena gana al socorro del
soldado, como fuese con cantidad señalada.
Hízolo S. M. así, y los de Santa Coloma de Farnés, sin acudir a los medios regulares que la
provincia tenía dispuestos por sus mismas constituciones, de hecho y contra todo derecho quemaron
a Montrodon; acometieron las banderas reales del tercio de Moles; sitiaron a Juan de Arce; mataron
los capitanes que habían pedido víveres en un monasterio de Gerona; quebrantaron la cárcel de
Barcelona; quisieron quemar al virrey, y negáronle el escusar la entrada a los segadores en
Barcelona, degollaron el tercio de Módena; derrotaron la caballería de Chirinos; mataron los jueces
de la Audiencia, quemaron y saquearon las casas de los ministros del Rey; apoderáronse de la

10 Esta palabra significa en catalán «tributo, repartimiento», pero en este lugar parece usada en la significación de
«suma o cantidad de dinero que se ofrece por un servicio.»
12

Atarazana y fuerte real que S. M. tiene allí, tomando la artillería, municiones, vestidos y caballos,
sin dejarlos sacar como S. M. lo había mandado; violaron los monasterios de monjas, matando
dentro de uno un juez, y otras muchas personas en otros, tirando arcabuzazos y pedradas a las
imágenes, retablos y Custodia del Santísimo Sacramento y quemando y saqueando las ropas y casas
de sus generales; soltaron un preso convencido de haber cooperado en la muerte del virrey, que se
dirá adelante, y por último pidieron a S. M. que echase el ejército de la provincia por los excesos de
los soldados, cuando hay guerra rota en Francia, y cuando S. M. había mandado entrar en ella su
ejército.
Con que no fue posible conseguirlo, ni tampoco causar con esto, como se pretendía, alguna
diversión en reparo de las grandes fuerzas con que el Francés cargaba en Flandes y en Italia, donde
a no haber recibido esta diversión de esta provincia propia, S. M. no hubiera perdido nada. Mataron
últimamente al virrey y capitán general con atrocidad y ejemplo no visto, y deseando el Rey que
ellos mismos asistiesen al castigo de estos delitos, excusando el meter ejército, añadieron a la
calidad de el castigo de los ministros de justicia, el deponer al gobernador que estaba nombrado, el
no hacer canciller al obispo de Urgel, que estaba electo por ser desafecto a los delitos, y el no querer
pedir perdón ni castigo de todo esto ni de otra cosa más que la dicha del castigo de los soldados y
cabos del ejército, y sacarle fuera y no meter otro, como incendiarios de las iglesias y Santísimo
Sacramento, contra las probanzas hechas por jueces catalanes y con testigos catalanes.
Con que no le quedaba posibilidad a un rey justo para hacer lo que pedían contra lo actuado
en los procesos no queriendo ellos pedir ni admitir perdón; antes bien, reprendiendo a los
embajadores que aquí tenían, diciendo que cuanto le pidieron fue sin orden y hablando como
particulares. Este es el hecho que consta por papeles originales. De parte de la provincia se
representaban los excesos de los soldados, que deben de ser muchos 11, y así esta es parte que no se
niega; pero aunque no la justicia, se niega el proceder desordenado que tiene generalmente la
milicia, y no se ve medio posible, sino mandar castigar con sumo rigor a los delincuentes, lo cual se
ha hecho ya por S. M. y se presentan infinidad de órdenes anteriores y posteriores para todos los
cabos sobre este punto. La muerte de D. Antonio Fluviá se averiguó y se prendió al matador y se
condenó a muerte, pero cuando soltaron al diputado Xammar12 y a todos los demás presos, le
echaron fuera los sediciosos.
El alojamiento no contra las constituciones, sino excediendo en la gravedad a ellas, queda
dicho atrás en qué consistió, y lo que dijo el agente del principado; y al P. fray Bernardino se le dijo
el primer día que le habló el Conde-Duque, que si acaso pretendía no hacer nada con los soldados
más de lo ordinario, porque se deseaba dar satisfacción. Él dijo que se quería hacer de parte de la
provincia todo lo posible, a que se le respondió que sobre aquel punto no se descontentaría S.M.,
porque admitiría lo que se pudiese, y lo demás no se pretendería; y con efecto se ordenó desde aquel
día del suceso de Santa Coloma que se pagase todo por cuenta de S. M., así infantería como
caballería, y así se ha hecho.
11 Son demasiado ciertos los desórdenes de nuestros soldados, y principalmente los valones y napolitanos. En una
representación que la ciudad de Zaragoza hizo a Felipe IV, quejándose de lo arruinado que estaba el reino de
resultas de las atrocidades, robos y violencias cometidas por las tropas que iban de tránsito a Navarra y Cataluña,
hallamos el siguiente párrafo:
«Los estragos que hicieron los tercios de D. Gerónimo Tutevila, conde Triconel (Tyrconell, irlandés), D. Diego
Caballero y otros que bajaron de Navarra por julio de 1639, es dolor indecible, pues saquearon los pueblos,
derribaron las puertas de los graneros, devoraron y despendieron sus frutos, derramando el vino de las vasijas, y
quemando lo que no podían llevarse, haciéndose contribuir cada soldado (a más de su sustento) con tres o cuatro
reales diarios, y los cabos y oficiales con veinte, treinta, y hasta cien reales; picando a puñaladas y a estocadas
bagajeros y bagajes, maltratando, hiriendo, estuprando y cortando las orejas con tan desenfrenada furia y crueldad,
que murieron muchos infelices de la ejecución de sus iras.
»Al mismo tiempo, por agosto, entraron los tercios de D. Domingo d’Eguía, D. Francisco Castillo, conde de
Aguilar, haciendo iguales o mayores insultos, talando la tierra y pegando fuego a los bosques. Vinieron por último
los tercios de infantería de D. Leonardo Moles, marqués de Mortara, D. Pedro Girón y la caballería del duque de
San Jorge, y cometieron, si cabe, mayores atrocidades.»
12 En el original Tanmart; pero debe de ser Xammar, que así se llamaba el diputado militar aquí nombrado.
13

Que se quemó el Santísimo Sacramento en Río de Arenas, y que esto lo hicieron los soldados
de Moles y ellos, todos juntos. En esta parte S. M. mandó al conde de Santa Coloma y al Consejo de
Aragón que se hiciese exactísima información y se castigase con toda severidad, y ordenó lo mismo
el de la Inquisición. Los catalanes hicieron las informaciones; los testigos fueron catalanes, y
algunos del mismo lugar, en que también se omiten a la información.
El dolor de S. M. por este daño lo ha mostrado en las rogativas que ha mandado hacer en
todos sus reinos a esta desdicha, ordenando que todas cuantas rentas tiene en Cataluña enteramente,
y todos sus derechos se empleen en reedificar las iglesias que han padecido, y que si no bastasen, se
avise a S. M. las cantidades que se han menester, sean las que fueren, y el tiempo en que se podrá
principiar la obra, porque S. M. remitirá dinero de contado, sin otra dilación para que no pare la
obra.
El suceso de Perpiñán, y el decir que se trató con rigor a aquella villa, y sin justificación (y lo
mismo se dijera cuanto a las prisiones que últimamente se han hecho y otros lances pasados con la
villa), parece que si lo que hubieran visto del señor duque de Cardona, y las informaciones que
hubiesen recibido por papeles originales, no concluyeron alguna culpa grave en punto de fidelidad,
habrá sido delito grande y digno de todo castigo en los cabos que lo hubieren hecho; pero si
constare todo lo contrario, parece que sería desgracia del tiempo en que hubiese sucedido, y no
delito el que se hubiese cometido en castigarlo y atajarlo, y en todo esto se procede con justificación
innegable, como lo afirman todos los del Consejo Supremo de Aragón, en que concurre también el
regente principal, y lo mismo todos los otros Consejos que lo han visto, sin que en ninguna
resolución de cuantas S. M. ha tomado en estas materias haya habido ni un solo voto que difiera de
lo dicho ni aun en la menor circunstancia: cosa rara, votándose en diferentes partes y a un mismo
tiempo por un Consejo de Estado, en que concurren tantos votos por el Real de Castilla, que son
diez y seis, por el de Aragón y otros diversos ministros, y todos con papeles originales, y en
contrario que cuanto se ha hecho y obrado en esta materia, todos son atentados en contravención a
las mismas constituciones de Cataluña y en otras partes, lo que de ninguna manera dicen, con que lo
tienen por excluido absolutamente y contra constituciones.
S. M., en los meses de Abril, Mayo, Junio, Julio, hasta los 15 de Agosto, no ha usado de otros
medios ningunos, más que pedir a la ciudad y Diputación consejo y asistencia para castigar los
delincuentes, poner en autoridad, la justicia por la misma provincia y los naturales de allí,
advirtiéndoles, que si hubiesen menester ayuda, se la daría. A esto el Principado ni la ciudad no han
dado otra expresión más, que sólo decir que los soldados sean castigados, y asimismo los cabos del
ejército, y que éste salga y no entre otro; que se defenderán de los franceses, y que para esto
pondrán 40.000 hombres en campaña, diciendo por otra parte que no los pueden ofrecer ni sustentar
conforme a sus constituciones. Que se castiguen los jueces de la Audiencia; que el gobernador no lo
sea, porque están mal con él los sediciosos; que el obispo de Urgel no sea canciller por lo mismo;
que se nombre virrey de autoridad, y que no pueden asegurar la justicia por ningún otro medio.
Con lo cual, no hallando S. M. ni ningún ministro de cuantos hay en sus Consejos de Estado,
Castilla y Aragón, camino para que por mano de ellos mismos se asiente la justicia y se asegure el
poder enviar virrey; habiendo muerto uno a puñaladas, otro a pesadumbres, y cometido otros mil
desacatos y atrevimientos como sus cartas originales lo dirán, y teniendo al tercero como
encarcelado, sin dejarle acción ninguna de tal virrey en medio de todas estas ofensas a su real
persona, o en sus ministros inmediatos que la representan, y de la que ha causado aun mayor
sentimiento, que es haber llegado su desacato y maldad a propalar contra Dios y contra verdad, y
contra S. M. que era su real ánimo violentar las leyes de Aragón y Valencia, delito mayor que todos
juntos por ser falsedad contra su Rey, y falsedad no sólo sin principio ni fundamento, sino tan
contra él, como piden las obligaciones grandes que S. M. tiene a aquellos reinos que le han servido
y obligado tan ejemplarmente, que no sólo le merecen la gratitud ordinaria de padre a hijo, y de rey
a vasallo, sino una voluntad particular y afectuosa como se verá mañana en las Cortes para
concederles cuanto fuere posible además de lo que tienen, y mostrarles con su gran favor, amor y
14

confianza, como no tiene hijos más queridos a quien los anteponga: ha resuelto, no pudiendo ya sin
aventurar la provincia, plazas, puertos y ejército, por la guerra que tiene rota con Francia, alargar
más su tolerancia como deseara, que su real ejército entre en Cataluña, considerando que es el mejor
camino para que de su propia mano reciban el condigno castigo los sediciosos de Barcelona, como
cabeza y autora de todos estos errores, sin quebrantar ninguna ley ni constitución, ni de la ciudad ni
de la provincia, y esto por haberlo S. M. considerado con piedad, mostrando mientras cupiese la
interpretación de sus acciones, que hasta aquel cuerpo de la ciudad había sido violentado del pueblo
airado.
Y en este caso de entrar su ejército, ha ordenado a sus cabos todos que aquellos que
reconocieren los yerros de Santa Coloma de Farnés y de Barcelona, y se ajustaren a recibir o a
asistir a S. M. conforme a las leyes de la misma provincia y sin alteración ninguna de ellas, así en
general como en particular, no sólo no se les haga a los tales daño, pero ni molestia ni incomodidad,
pagándolo S. M. a su propia cuenta; y que cualquier desorden, aun de aquellos que son inexcusables
a la naturaleza de concursos de mucha gente, se castigue y escarmiente de manera que no suceda en
adelante, no contentándose su clemencia, piedad y amor al Principado con menos que concederle lo
mismo hasta a la ciudad misma de Barcelona que tanto le ha irritado y ofendido, no pretendiendo ni
en ella ni en ninguna alteración de leyes, sino solamente asegurar la justicia para adelante, y el
poder S. M. con segura conciencia enviar su virrey a gobernar aquella provincia después de haber
visto los tres ejemplares arriba aludidos; mas excusando aquel otro, como constará particularmente
de las instrucciones originales que llevan los cabos.»

El ánimo de este papel no es culpar ni absolver a nadie; es referir un hecho tan cierto, que o
consta de pública y general notoriedad, o bien de papeles originales, para que por esto pueda cada
uno dar la razón a quien la tiene.13

Madrid, 30 de septiembre.
...Cartas se han escrito por la Cámara a todos los corregidores, para que hagan salir los
hidalgos indispensablemente, no siéndoles excusa la de falta de hacienda, sino es la de salud o
mucha edad.
Todos los obispos de Castilla han ofrecido el venir a servir a S. M., excepto los de Jaén,
Córdoba y Cuenca que se han excusado. Hoy entró el de Orense, y mañana entra el de Cartagena.
Piden de nuevo por el reino, por vía de empréstito, en plata, a pagar con réditos dentro de un
año y medio, ochocientos mil ducados.
Los de Cataluña hicieron de nuevo punto en sus errores, enviando dos diputados militares; el
uno la vuelta de Gerona para que haga gente hacia Rosellón, y llevaba en la bandera por divisa
común un cáliz, una hostia y este verso: Ersurge domine, et judica causam tuam. y el otro la vuelta
de Tortosa a resistir al ejército real.
Llamaron a la duquesa de Cardona a Barcelona, y aunque pudo excusarse no lo quiso porque
no la perdiesen el respeto.
Mataron a un consejero en Barcelona, y a todos sus hijos hicieron lo mismo, porque no
hubiese descendiente suyo a quien S. M. pudiese hacer merced alguna.
Escriben los catalanes a S. M. una carta bien tirada con estos puntos, de que si supieran había
vasallos mejores que ellos, hicieran una demostración grande; que bien sabían no podían oponerse a
monarca tan grande, y que si lo hacían, era para que el mundo supiese tenían un príncipe que les
quebrantaba los privilegios que les juró, cuando ellos a él obedecían.

13 Una nota del P. Pereyra, de cuya letra está copiado el manifiesto, dice así: «Este papel llegó a Sevilla a fines de
Octubre.» Hémosle intercalado en este lugar, por hallarse entre la correspondencia de aquel P., y con otros
documentos que recogía su curiosidad, sin duda con el doble objeto de escribir unos anales particulares de Sevilla y
generales de la monarquía.
15

Madrid, 2 de octubre.
...De las cosas de Cataluña no hay más que lo que avisé en la pasada, a no ser que los de
Tortosa fueron invadidos y amenazados de los rebeldes de Cataluña, y se defendieron, y para
hacerlo mejor avisaron al marqués de Villafranca que los socorriese con gente, y él les envió 600
hombres, con lo cual los sediciosos se retiraron; y el de los Vélez les envió más gente, con que
aquella ciudad está ya llana, y es buen pedazo, porque está allí el puerto de los Alfaques.
Nuestro ejército de Aragón iba marchando a Alcañiz, donde es plaza de armas; allí se pasará
muestra y se entrará a la mano de Dios en Cataluña: dicen que la primera invasión será en Lérida,
buena ciudad; algo fuerte, pero no lo será para el ejército que va, porque todos los que vienen de
allá dicen que no se ha visto tal gente, ni tanta en muchos años.
Trigo hay mucha cantidad, doscientos mil cahíces, y de cebada cien mil, y todo lo demás a
este tono; Dios permita que no haya azar, que será lástima.
Item, dijo este capitán, que este ejército había de ser para ganar la Casa Santa, y no para
Cataluña, que para ella 2.000 hombres y 1.000 caballos bastaban...―Fernando de las Alas y
Pumarino.

Madrid, 8 de octubre.
Pax Christi, &c. Después que Tortosa admitió 1.000 mosqueteros de Fernandina, declarándose
por S. M., sentidos los demás pueblos, enviaron a procurar cobrarla. No pudiendo hacer esto,
intentaron quemar la puente que está sobre el Ebro; pero los ciudadanos y soldados la defendieron
con muerte y prisiones de muchos que ahorcaron.
La cabeza de Francia que entró en Barcelona se llama Monsiur do Sancti Pol. Dicen ha
derribado el convento de los capuchinos y otros de fuera de Barcelona para señorear mejor el
campo…
...Leganés viene a gobernar las armas de Cataluña, y aun no se sabe de su salud, y queda en su
lugar D. Francisco Melo…
...Un día después de San Francisco, o el mismo, acometimos por tres partes a Cataluña, con
que también San Francisco será Santiago…

Madrid, 8 de octubre.
Hizo el Consejo de la Cámara consulta a S. M. de que era imposible que fueran en esta
ocasión sirviéndole todos los obispos, unos por impedidos, otros por viejos; y que así se sirviese de
escoger cinco de ellos. Conformóse S. M. con este parecer, y nombró al de Almería, electo de
Badajoz, al de Málaga, al de Córdoba, al electo de Burgos y al de Sigüenza.
Muchos de los títulos de Castilla se han excusado por la gran falta en que se hallan de
hacienda, y S. M. ha mandado a los que de estos se hallan en la corte, que se vayan de ella a sus
estados, y que no salgan sin orden expresa, porque quiere S. M. ahorren para que en otra ocasión
que se ofrezca le vayan sirviendo.
Salió el domingo la caballeriza, y viose la grandeza de S. M. en ella. Cuatro carricoches iban
los primeros; después cuatro literas riquísimas, cuatro coches de a seis mulas, y otros cuatro de seis
caballos, riquísimos todos de tela y bordados; cien caballos enmantados con otros tantos mozos; los
pajes de libreas a caballo con sus venablos. Llevaba el último el guion cubierto y seguíale D.
Cristóbal de Gaviria, y a este todos los oficiales de la casa de los pajes y caballeriza; y 36 carros en
que iba mucho dinero, y todo el carruaje de los que iban, y seis clarines que llevaban delante. Pasó
en este orden por la plaza de Palacio y toda la calle Mayor desde Santa María; llegaron al arroyo del
Abroñigal, de donde se volvieron algunos pajes, dos literas, los cochecillos, y hasta 20 caballos, y
los demás pasaron adelante.
16

Han hecho asiento con portugueses de 2.150.000 ducados para el ejército que ha entrar en
Cataluña, de donde avisan que habiendo los catalanes acometido a un puente de barcas que hay en
Tortosa, y noticia tenido antes de ello el de Villafranca, éste envió allí río arriba a D. Pedro de Santa
Cicilia con trece bergantines, los cuales resistieron tan gallardamente al enemigo que le obligaron a
que se retirasen con alguna mortandad, castigo de su infidelidad. Dicen que al pelear gritaban ¡viva
Barcelona! ¡viva Cataluña! ¡viva el rey de Francia! de donde hay aviso de que tienen cabos que los
mandan.

Salamanca, 16 de octubre.
Pax Christi, &c. Mi buen P. Pereyra: hoy no se ofrece otra cosa de qué avisar a V. R. sino
trasladarle lo que un caballero de la corte escribió días pasados a otro de esta ciudad:
«Señor mío:
...La jornada de S. M. (Dios le guarde) se va dilatando, y según hoy me dijeron, no será hasta
después de Navidad, y las cosas de nuestro ejército que se forma en Aragón, dicen están muy
adelante y que con brevedad se entrará en Cataluña; pero no se ejecuta, y la gente tiene poca espera,
así los que han de obrar, como los mirones de cerca y lejos, y se teme que se han de ir a sus casas
los más, porque la dilación enfría y quita la cólera y sin ella no se puede pelear. El tiempo nos lo
dirá.
Hoy me han dicho que el duque de Sesa iba a Cataluña a componer estas cosas, y quien me lo
dijo, que es persona de su casa, me lo dio por cierto, y que llevaba la plenipotencia para hacer como
dueño. Esto está así, si es motivo de catalanes o nuestro, no lo sé, ni menos el efecto que tendrá; que
si bien la persona del duque es de tantas partes, la gente es terrible, y están ya tan empeñados en
esto, como haber capitulado con franceses y tomado su protección y admitido algunos para su
gobierno, y consentido que a la parte de la Lengua doca (Languedoc) esté un grueso de gente, que
dicen es 10.000 hombres y 2.000 caballos, y que hayan entrado a la deshilada muchos por mar y
tierra; y junto con esto haber tenido nuestra gente un suceso avieso en Ruysellon (Rosellón) sobre la
villa de Illa que no se pudo entrar, habiendo hecho harto para conseguirlo, y haberse retirado los
nuestros con pérdida de gente, y habiendo herido a D. Juan de Garay, que es quien allí gobierna las
armas14. Esto pasa, y lo que pasará no sabemos; pero de nuestra desgracia tememos peor suceso, y
que se ha de hacer en España un asiento de guerra que dure mucho, y las historias nos dicen que en
tiempo del rey D. Juan el Segundo de Aragón, padre de nuestro rey Católico D. Fernando, se
rebelaron los catalanes y duró la fiesta diez años y medio.
Déjese el discurso aquí, y supliquemos a Dios que nos remedie y dé una verdadera paz para
servirle. Su Divina Majestad lo haga como puede, y guarde a Vmd. como deseo. Madrid y Octubre
16 de 1640.―Fernando de las Alas y Pumarino.―Señor Lope Rico.»

Madrid, 16 de octubre.
Es muy cierto que esta jornada de Cataluña ha de ser más larga de lo que parece, y que ha de
costar muchas vidas, tiempo y cuidados, pues están ya dentro los franceses en número de 10.000, y
el rey de Francia publicado protector de Cataluña, y hoy ha venido correo en que avisan que las
banderas francesas venían ya la tierra adentro, y que una saetía que venia de Italia con un correo y
gente española, habiendo llegado a un puerto de Cataluña, creyendo que estaban como antes,
cogieron los catalanes a la gente y los desollaron vivos; a los que eran castellanos les sacaban el
corazón, y se lo llegaban a la boca, y las cartas que venían para el rey se las enviaron al rey de
Francia.

14 Don Juan de Garay mandaba las tropas reales en el Rosellón. A principios de octubre puso sitio a Illa dentro de la
cual estaba un oficial francés llamado Mr. D'Aubigny, el cual se defendió tan valerosamente que D. Juan se retiró
herido de un mosquetazo, y también lo fue el maese de campo D. Juan de Arce al intentar romper con un petardo
una de las puertas de la fortaleza.
17

Estas nuevas me parece serán causa para que no salga el Rey.


También vino aviso de que cuando el Francés llegó a Cataluña, nuestro ejército no quiso
pelear, sino que todos se sentaron en el suelo, sin hacer demostración alguna, y que un tercio de
gente que estaba allí, del duque de Módena, se pasó a los catalanes. Dicen que fue porque perecían
de hambre, y que había dos días que no comían más que uvas, y que en todo aquello donde nuestro
ejército anda, perecen de hambre las gentes. La más de la que ha ido se vuelve.
A D. Antonio Venegas le ha quitado el Conde-Duque el gobierno de su compañía, que ha sido
desaire muy grande. Madrid y Octubre 16 de 1640.―D. Gerónimo Federique15.

Madrid, 20 de octubre.
Parece dilata S. M. la jornada a Aragón por algunos días. Tortosa está ya por S. M. 16 La ida
del duque de Zesa (Sessa) a Cataluña se calla, y dicen es porque se le ordenaba facilitase el que se
pusiese en todo caso ciudadela en Barcelona, y que él se decidió por lo contrario, y opina por que
sigan las cosas como de antes. También dicen que está hecha una patente en blanco de virrey; unos
discurren que para él, otros que para Nochera que gobierna a Navarra, y quieren vaya a Aragón,
porque el de los Vélez ha diferido la entrada en Cataluña, o por falta de la necesaria prevención, o
por esperar lo que obraban algunos medios de acuerdo que tiene entablados, aunque parece no se
concluye nada, porque, si bien se ha dicho que venía a ello mi señora la duquesa de Cardona, sólo
es cierto que ha venido una carta suya sobre las conveniencias de esto, asegurando que los catalanes
no han admitido ningún ofrecimiento de los muchos que les ha hecho el Francés, antes han esperado
siempre y esperan que S. M. los admitirá a su gracia; y que si han recibido a sueldo franceses ha
sido sólo para su defensa, viéndose tan maltratados de la gente de guerra, y que están muchos más a
las fronteras ofreciéndoles socorro con largas condiciones; pero que sirviéndose S. M. de sacar los
soldados que han hecho y intentan tantos estragos y maldades, y dejarles a ellos el castigo de los
naturales (a quienes no perdonarán nada) y conservándoles sus fueros y demás cosas como antes
proseguirán en su fidelidad y servicio; donde no, da la carta a entender que se valdrán de todo
género de enemigos, según la permisión de sus fueros y privilegios. Júzgase que se tendrá esto por
flaqueza y que se ordenarán rompimientos.
Han salido muchos papeles en razón de todas estas cosas. Uno largo dicen que es de D.
Alonso de la Carrera, como suyo, con que ha menester ser mucho 17; otro del Conde-Duque y otros
muchos.
Ha concedido el Reino en razón de los fuegos, que todos los repartidos desde ocho reales a
cuatro por cada mes18, que se pague esta contribución en plata doble durante la guerra con catalanes.
Tan cierta es, y tan larga será.
Ejerce ya el Nuncio, y juzgan algunos que es para que Su Santidad entre a los eclesiásticos a
la parte de los fuegos y otras imposiciones, según son grandes las necesidades.

15 Así se halla escrito este nombre de letra del P. Rafael, quien copiaría la carta para su colección; pero así y con todo
nos inclinamos a creer que es error por Federici.
16 Ocupóla con 2.000 infantes y 400 caballos D. Fernando Miguel de Texada, a quien el marqués de los Vélez envió
desde Zaragoza con dicho intento.
17 [Es el publicado en la entrada de Madrid y Septiembre 30 de 1640.]
18 Así en el original que debe de estar equivocado, siendo como parece copia de algún estudiante inexperto.
18

Madrid, 20 de octubre.
El de los Vélez lleva 29.000 hombres, el de Torrecusa 22.000 y D. Juan de Garay 20.000.
Dicen que los catalanes han tomado un puerto19 para entrarle bastimento a Barcelona y cuanto
quisieren; que el de Francia junta armada, ayudándose franceses y catalanes, y que forman ejército
de 20.000 para correr la tierra, fuera de otro grande número con que se guarnecen las ciudades y
villas fuertes, y los naturales sitian el puerto de Rosas, para dar entrada a la gruesa armada que tiene
el Francés en Tolon. De Madrid a 20 de Octubre de 1640.

Madrid, 23 de octubre.
Hallábanse en París los embajadores de Cataluña20, y aun no habían ajustado lo que deseaban,
porque el Francés les pidió rehenes en seguridad de los empeños que le pedían…
...Vino correo de Cataluña con carta para S. M. en que le escriben que sirviéndose de que
nadie sea castigado, que salga la gente de guerra y no entre otra ni tampoco el ejército que se halla
en los confines de Aragón y Valencia, y se confirmen los oficios a los que ellos hubieren nombrado
en ellos, que le darán luego la obediencia como de antes.
Hubo consejo de Estado en el aposento del Conde-Duque, y se resolvió que entrase el ejército
a los 19 de este, conforme lo avisó el marqués de los Vélez. Éste salió a los 19 de Zaragoza y la
artillería a los 18, la cual había menester siete días hasta la raya, si bien en ellos no se necesitaba de
ella. Al mismo tiempo otro cabo con 1.000 caballos y 18.000 infantes hace entrada por Valencia.
Lleva el marqués más de 30.000 infantes y 3.000 caballos y título de virrey y capitán general del
Principado. Nochera pasa a Aragón y el de Tavara a Navarra.
Entró monsiur de Espenan21 en Cataluña, y con sólo franceses empezó a fortificarse en el
Pertús, de que los del Principado empezaron a tener algunos recelos y hay alguna disensión con
ellos, aunque en el error primero están tan obstinados como siempre...

Madrid, 30 de octubre.
...Lo de Cataluña: A 22 de este salió el de los Vélez de Zaragoza; dicen que en Tortosa le han
de jurar por virrey de Cataluña, y con eso proseguirá la jornada, que dicen unos es derecho a
Barcelona. Presto se sabrá adónde hizo su viaje, si a Lérida o a Barcelona. Lo que dicen todos es
que lleva lucidísimo ejército de infantería y caballería, y 54 piezas de artillería y mucha prevención
de municiones y bastimentos.―Fernando de las Alas y Pumarino.

Madrid, 3 de noviembre.
Pax Christi, &c. Un maese de campo de los que asisten en Zaragoza, escribe con fecha del 23
del pasado lo siguiente:
«Ayer salió de esta ciudad el señor marqués de los Vélez para Alcañiz, plaza de armas de este
ejército, y también salió la artillería con su tren que se encamina a aquella parte de Tortosa, por
donde se dice ha de entrar el marqués Cheri 22 de la Reina con una parte de ejército que se nombra
de Cantabria, que lo demás se dice de la persona real.
Con los avisos ciertos de la entrada de franceses en Cataluña, parece que estos negocios
requieren mayor consideración que la que hasta aquí pedía el caso de ir solamente contra catalanes.
Esta gente se ha quitado la máscara, habiendo metido cabos franceses en su tierra, golpe de

19 El de Cadaqués.
20 Uno de ellos se llamaba Francisco de Vilaplana.
21 El original decia Espernon, pero se ha corregido conforme está, pues el que entró fue el gobernador de Languedoc,
que el año anterior defendió a Salsas.
22 En otras partes Cheli y Xeli, y aun Xeli de la Rena. Es el mismo a quien mandó prender el duque de Cardona, por
junio de 1640, de resultas de los desórdenes cometidos en Perpiñán por los napolitanos de su tercio.
19

infantería y caballería, entregádole con Rosellón a Illa, Cañete y otros lugares, como se dice
también del puerto de Cadaqués. Me parece que tendremos guerra para más tiempo que algunos
pensaban; mayormente estando ya el tiempo tan adelantado para haber de campear, pues las aguas y
fríos en los ejércitos más bien disciplinados no dejan de causar sus efectos, mayormente en gente no
acostumbrada a los rigores del tiempo, pues antes de llegar a experimentarlo, se vuelven muchos y
no en poco número, porque como dice un maestro de campo que está aquí, cada soldado halla, en
entrando en Aragón, padre y madre y predicador para persuadirles a que se vuelvan, y que esto es de
tal manera, que a él le tuvieron ya casi persuadido. Lo que puedo decir a Vmd. es que la gente y el
común de este reino está del mismo color que Cataluña, y que no hay que disputar en estas materias
por lo muy vidrioso que está este negocio.
De Barcelona han enviado una embajada a esta ciudad pidiéndole que como cabeza de esta
corona tratase de ponerse de por medio con S. M. y mediar estos negocios, pues ellos habían sido y
eran fidelísimos vasallos, y que si habían tomado las armas, fue sólo por la grande ocasión que les
había dado el ejército alojado en aquel Principado, y que ahora también lo hacían movidos del rigor
con que S. M. determinaba entrar a fuego y sangre aquel Principado, y que ellos están llanos a la
obediencia, con tanto que S. M. se sirva de sacarles los soldados que están dentro, y que se vuelva
la gente de guerra que está puesta en estas fronteras; de suerte que el descaramiento 23 es tal que no
puede ser mayor. Esta ciudad ha enviado un síndico 24 a Barcelona, a comunicar con aquella
república el deseo que tienen de que esto se componga, y que así tomará la mano e interpondrá su
autoridad este reino para que S. M. se sirva de moderar el rigor de las armas, y con estos medios
ajustar estas cosas. No ha venido hasta hoy la respuesta que aguardamos por momentos.
El duque de Luy (Luynes) dicen que está en Barcelona y monsiur de Spernon (Espenan), el
que gobernaba a Salsas cuando la tomó el Francés, está en Lérida, y la va fortificando muy bien,
porque es gran soldado y sabe mucho de guerras y fortificaciones.
Yo me parto mañana para Alcañiz y allí aguardaremos la orden que se nos da. Está este reino
carísimo de todo género, y no nos dan una paga, ni se halla ningún alivio: no hay hombre de porte
que no esté desesperado, gastando todos lo que tienen en las posadas. Este es el estado en que nos
hallamos.
Esta tarde llegó la caballeriza de S. M. y también supimos cómo el duque de Nochera viene
luego a gobernar este reino, y al de los Vélez han nombrado por virrey de Cataluña. Todo esto es sin
dar parte a los catalanes. Dios, &c. Zaragoza a 23 de octubre de 1640.»
No se ocurre otra cosa de qué avisar a V. R. ni yo tampoco ando muy bueno estos días, por lo
cual V. R. habrá de perdonar si no escribo tan largo como debiera. Madrid y Noviembre 3 de
1640.―Sebastián González.―Al P. Rafael Pereyra, de la Compañía de Jesús, en Sevilla.

Madrid, 4 de noviembre.
He visto carta de un capitán herido en una escaramuza de Cataluña. Dice tres nuevas: Primera,
que nuestro ejército es poderosísimo, de 24.000 infantes y 3.000 caballos, y de 50.000 en el valor
(mejor fuera en el número), que la multitud anima, y que nunca pensó Cataluña ver tanto poder.
Segunda, que se van entrando y rindiendo lugares y degollando las resistencias; así lo hicieron en
un lugar de buen saco, donde no han sido bien oídas ciertas crueldades. Tercera, que en Barcelona
está un sobrino de Rocheliu (debe ser sobrino 25 de algún hermano suyo), y que por su orden y el de
las cabezas, han enviado diputados a París a pedir socorro de caballos y de infantes, noticiosos de la
pujanza de nuestros tercios; pero que llegaron tarde, porque los nuestros van con arriscado
ardimiento, aunque los atranca el rigor del tiempo. Este es el sentido de aquella carta.

23 Lo mismo que «descaro.»


24 Don Antonio Franzés.
25 Así dice el original, pudiendo muy bien ser error del copiante por «hijo». Acaso sería Monsieur de Saint-Pol, pues
d’Espenan no se hallaba a la sazón en Barcelona.
20

Va del sentido común y fantasmas. Tomaron los nuestros el Col del Alma, paso de la
hostilidad contraria, de mucha confianza. Dicen que Tarragona hizo su frente y les mataron los
nuestros 400 hombres, con que besaron las coces a los mosquetes y se rindieron. Van con orden de
convidar con la paz, y no admitida, sacar el hierro y echar la sangre. Todo es desperdicio, porque es
nuestra la que se derrama de una y otra parte; menoscabos domésticos, que sola la convalecencia
pide muchos tiempos. Artillería es mucha la que llevan los convoyes, porque se va presidiando lo
que se gana. Hay nueva de que han desembarcado 2.000 caballos de Nápoles; baraja nueva por si se
tripulase26 la primera con que se va jugando. La mar, muy del Rey, con muchas velas, porque no
quede nada por alumbrar. Escaséanse las nuevas del ejército por sacramento particular, menos las
que traen las palomas echadizas.
Aquel principado siempre apellida lealtad y libertad, y miente por el fuero; andan dos
papelitos harto bien hablados. Como están en pocas manos, no he podido tirar de uno para remitirlo.
Dios nos dé paz, que ya vamos descalzando este año de 40, que a mí me dio la coz con todas
sus botas y suelas...―Lucas Rangel.

Madrid, 6 de noviembre.
Pax Christi, &c. Mi buen P. Pereyra. Nada ocurre de nuevo desde mi última, y así V. R. habrá
de contentarse por esta vez con ese papel que los conselleres de Barcelona han enviado a S. M.,
disculpándose como pueden de su rebelión. Dice así:

[Carta al rey de los conselleres, de 18 de septiembre de 1640]


«Señor.―Por los decretos y convocaciones que V. M. ha sido servido mandar publicar, ha
entendido esta su fidelísima ciudad que con motivo y causa de querer reintegrar la justicia a esta
ciudad y provincia, quiere V. M. honrarla, viniendo a los confines de ella con bastante número de
infantería que ya viene marchando, publicando esta gente de guerra, y también los tercios que están
en Rosellón, que han de acabar matando, devastando, robando y quitando honras, vidas y haciendas
a los provinciales de ella; lo cual les ha causado tal conmoción, que están todos con las armas en las
manos para resistir a gente tan mala, y que tanto ha de ofender, como ofendieron los que ya
entraron, a una provincia que siempre ha sido, es y será tan leal y fiel a su rey y señor, y que nunca
ha faltado a su real servicio en los efectos que V. M. tiene experimentados; como también las
diligencias que esta ciudad ha hecho para que volviese a su punto la justicia.
»Habiendo dado noticia de esto a V. M. y con la licencia que fue servido darnos de que le
aconsejásemos, fue nuestro parecer que mandase sacar V. M. algunos ministros de acá de quienes
está tan ofendida la provincia, juzgando éste por el más eficaz remedio, y no el dar custodia y
guarda a sus personas, estando como están las cosas, y con el mismo peligro que de antes, según lo
habemos experimentado en la persona del doctor Gerónimo Grau, que habiéndole, el día antes de
ayer27, alguna gente ruin dado varias heridas fuera de la puerta de San Antonio, de que corrió
sangre, en ocasión de que yéndose de la ciudad en un coche con su hijo mayor, tiró el hijo un balazo
con un pedreñal a esta gente, que después le mató, hicimos recoger el padre en la casa de la iglesia
del mismo santo, y dimos de guardia a su persona 25 mosqueteros y una compañía de a caballo, por
la cual atropellando y rompiendo la multitud, lo mataron el día de ayer, con que se vio el poco o
ningún fruto que hacía darles guardia; asegurando a V. M. en vasallos algunos de su real monarquía
no está más asentada ni firme la fidelidad que en los corazones de estos sus fieles vasallos, que con
tanta fineza le han siempre servido y obedecido con vidas y haciendas, y no pueden pensar otra cosa
26 Así se lee en el original, pero debe de ser equivocación por «se traspillase o traspellase.» El verbo «traspillarse» se
usaba por extenuarse, enflaquecerse, consumirse.
27 Segun Feliu, Anales de Cataluña, lib. XX, cap. V, el doctor Grau que estaba escondido en Barcelona desde el
principio de las alteraciones, fue muerto el 15 de septiembre a un cuarto de legua de Barcelona, al intentar salir de
aquella población. Pero según parece por esta relación que nos merece mayor crédito, el muerto en aquel día fue su
hijo; él no debió serlo hasta el 17 según la fecha de este papel.
21

más de que, o el real ánimo de V. M. no está bien enterado de nuestra innata fidelidad y efectos que
en su real servicio habemos siempre obrado, y de que en esta sazón no tiene causa de disgusto
contra esta provincia, o que siniestras informaciones obradas por el conde-duque y D. Gerónimo de
Villanueva, protonotario de V. M., que siempre han sido mal afectos a esta provincia, han dado
causa a V. M. de extrañar a estos sus fieles vasallos, y de mandar disponer lo que se ha dicho,
corriendo por su muy grande obligación, como a buenos ministros, el atender a la conservación de
la real monarquía de V. M. y a la paz y quietud de las provincias para que tengan la disposición
conveniente a resistir a las armas enemigas, y no a la destrucción de los vasallos de V. M. que de
esta suerte la conservaron sus serenísimos padre y abuelo, siendo de SS. MM. muy querida y
honrada esta nación, no concurriendo entonces tan justas causas de servicios como ahora, juzgando
las tendría muy justas de queja de nosotros V. M., si dejásemos de advertirlo a su real pecho, y que
es de muy grande importancia a su real corona no se pierda esta provincia, como es cierto se pondrá
en riesgo toda ella, siendo la defensa natural, como lo es, para resistir a las hostilidades que
amenazan los soldados de V. M. que están en Rosellón y a la raya de Aragón, y hemos
experimentado en las que han hecho los tercios que están allí con los vecinos de aquella muchas
veces fiel villa de Perpiñán, tratándolos peor que esclavos, y aseñaladamente con la quema del
Santísimo Sacramento, que sea para siempre alabado, teniendo estos regnícolas por principal blasón
tomar a su cargo el volver por la honra de Dios, pues ninguno ha vuelto por ella.
»Suplicamos a V. M., postrados a sus reales pies con las lágrimas en los ojos, mande
considerar estas cosas, y como piadoso y clementísimo padre, mirar a estos vasallos con ojos de
misericordia, librándolos de los trabajos con que los amenazan los soldados, pues no han dado
causa de haberlos de padecer, mandándoles contener y que no entren en estos principados y
condados, y sacar los que están en ellos, que no sean menester para la guarnición de los presidios; y
asimismo que no se dé lugar a resolución de entrada de cualquier ejército a esta provincia, para que
vuelva a gozar de la deseada justicia y paz que de antes gozaba, pues es esta la voluntad de V. M.
La Divina guarde su real persona luengos y dichosos años, como lo ha menester la
cristiandad. Barcelona 18 de septiembre de 164028.―De V. S. C. y R. M. obedientísimos y
fidelísimos vasallos, quienes sus reales manos besan.―Los conselleres de Barcelona.―Agramunt,
Secretario.»
El manifiesto impreso que los catalanes han hecho contiene 266 fojas de a cuarto, dividido en
capítulos con citas y notas a la margen de santos concilios y derechos, con autores graves antiguos.
Hame dicho un hombre muy docto y ejemplar que lo vio antes que la Inquisición lo mandase
recoger, que no parece obra de catalanes, sino de ángeles del cielo; es papel de grande erudición y
muy conforme a la necesidad del tiempo. El Señor sea con nosotros y nos ayude. El título es el que
se sigue: «Proclamación católica a la majestad piadosa de Felipe el Grande, rey de las Españas y
emperador de las Indias, nuestro señor; los Conselleres y Consejo de ciento de la ciudad de
Barcelona, año de 1640.»29

Madrid, 6 de noviembre.
...Correo llegó de Cataluña con aviso de no haber aun entrado nuestro ejército. La duquesa de
Cardona30 envió copia de las capitulaciones que hicieron con Francia, que quiso dalles mucha gente
28 Está destruido el papel en el lugar que debió ocupar el año, pero no hay duda que debe atribuirse al de 1640, en que
pasaron los sucesos que aquí se refieren.
29 Imprimióse en Barcelona y más tarde en Lisboa por Antonio Álvarez, 1640, 4.º [Está editado en Clásicos de
Historia]
30 Viuda del último virrey; por muerte del cual, ocurrida en 20 de julio en Perpiñán, fue elegido el obispo de
Barcelona, D. Gil Manrique, con título de Lugarteniente; pero durante el gobierno de éste, y aun después, la
duquesa continuó en Barcelona sirviendo la causa del Rey y procurando con su prudencia y más que varonil
esfuerzo, calmar la agitación de los ánimos, manteniendo correspondencia con el Rey y su privado. En 4 de
Diciembre de 1641 fue presa juntamente con sus dos hijos, D. Pedro y D. Antonio, en represalias de la prisión que
en la corte se hizo de los comisionados del Principado.
22

y ellos no la quisieron, sino es 6.000 infantes y 2.000 caballos, la mitad ahora y la otra mitad
después que estuviese a la frontera si no se ajustasen con su rey; y queriendo el Francés pagársela,
no lo quisieron, sino pagarla ellos, y habiéndoles enviado a monsiur de Blesis 31 para que los
gobernase, y él querido la suprema autoridad en las armas, no se la dieron, como ni tampoco
pidiéndoles puerto para las armadas se le concedieron, si no es obligándolos a que solo los cabos
cuando llegasen a ellos, hubiesen de saltar en tierra. De Madrid a 6 de Noviembre de 1640.

Madrid, 10 de noviembre.
De Cataluña no hay cosa de consuelo, antes mucha desdicha y rebeldía. El manifiesto que
sacaron y se prohibió por la Inquisición, dicen han despachado a su Santidad para que declarase si
era cosa que tocaba aquello a la Inquisición, con que muestra la gente todavía su inquietud y
rebeldía...

Madrid, 13 de noviembre.
… Ya ha empezado el que puso pie en Cataluña 32 a titubear en el empeño, y a hendir, si no
quebrar, la fe y palabra, con que se le va mojando el copete al Principado. Nuestro ejército va
madurando con pasos lentos la mejor resolución de los de adentro, que son muchos y no comen
poco, y eso les hace vender los ganados que pueden, con riesgo de ganar poco.
Hoy han salido de esta corte el marqués de Povar y su hermano D. Antonio 33 para Barcelona a
la asistencia de su madre la duquesa. Llevan órdenes (creo epístola y evangelio) de mediar con la
prudencia y el estilo.
El de los Vélez no ha plantado baterías, sino cargado sólo las piezas con cuidado de que no se
mojen los fogones; y V. R. me crea, que se tiene de componer aquesto, porque hoy sólo se les pide
que se echen sin partidos a los pies de la clemencia de S. M.
El admitir armas de Francia, dicen ahora que no lo decían por tanto; ni ellas, aunque con
triunfos, este año están menos abolladas que las nuestras, que mientras más han ganado, más tienen
que guardar.

En el tom. II, 75 de la Bibl. Nac., hay copia de una de las cartas que esta ilustre matrona escribió al Rey,
noticiándole lo que pasaba, dentro de Barcelona.
«El deseo de acudir al servicio de V. M. me obligó a venir a este lugar, de que dí cuenta a V. M. antes de salir de
Cardona, y lo he procurado desde que llegué con la fineza o veras que debo a su real servicio. Estos accidentes han
ido creciendo cada día, y son de tan mala calidad, que si no vuelve los ojos V. M. a esta provincia, muy apriesa la de
hallar fuera de su Corona, porque entiendo que los enemigos de V. M. que pueden con estos movimientos abrir
puerta a sus designios, obran con toda prontitud y desvelo, y asisten con todo su poder a esta alteración. Los
franceses, como más vecinos, son los primeros, y se adelantan de suerte, movidos particularmente de su interés, que
llegarán muy presto a tener esta provincia cerrada entre su rey y sus armas. Porque en llegando las tropas que
envían de socorro a ponerse en la frontera de Aragón, consiguen esta disposición, y necesitan a V. M. a que si quiere
cobrar esta tierra por armas, la conquisten como si no hubiera sido dote de su corona. En tanto que los enemigos
llegan a tomar los puestos y a estrechar con el de estas coronas, me ha parecido que debía dar esta noticia a V. M.,
porque siendo servido, pueda mandar que se tomen para el ajustamiento de estas materias los remedios que a V. M.
parecieren más útiles y decentes, asegurando a V. M. que el tiempo que hay para esto es poco, y que si la ocasión se
pasa sin lograrse, no podrá V. M. cobrarla fácilmente. V. M. perdone a mi voluntad este atrevimiento, y admita de
mi afecto este aviso; que no me consiente mi corazón dejar de obrar todo lo que entiendo que puede importar a su
servicio, aunque sea llegar a perder la vida con este empleo, pues cuando me faltara, con ser imposible, el
conocimiento que tengo de mi obligación, hallaría en el duque, que esté en el cielo, y en mi casa ejemplos que no
me dejarán duda en acudir al servicio de V. M. Con estas veras guarde Nuestro Señor la católica persona de V. M.
como la cristiandad ha menester. Barcelona 12 de Octubre de 1640. De mano propia. El amor entrañado que esta
gente tiene a V. M. pelea valerosamente por el dolor a que su desdicha les compele.»
31 Llamábase Monsiur de Plessis Besançon, y era sargento mayor de batalla.
32 Monsieur D’Espenan.
33 D. Pedro y D. Antonio de Aragón, hijos del duque de Cardona difunto.
23

En falsete se dice que por allí se han de capitular las concordias de los dos reyes. Todo se viste
de sacramentos. Veneremur.
S. M. salía a la jornada en el otro correo, muy aprisa y con poco aparato; ya en éste dicen que
sale con pompa llena, carruaje, &c. A 25 del corriente cobró fama esta nueva, pero luego, a los dos
días, volvió a su desmayo la partida. Lo más cierto es que saldrá cuando llegue a Aragón.
La mar, si se toma resistencia, ayudará poco a Cataluña, porque Burdeos 34 no quiere floreos
con aquellos golfos.
Esto diga V. R. allá con modestia y en voz baja, que es muy corriente en Madrid que Cataluña
no ha sido pactada con los reyes, porque en todos sus usajes no se halla sino que se pespuntaron a
los fueros de Aragón. Yo no creo que ellos pelean por el huevo, sino que creen que apellidando
tanto fuero, se habían de hallar desaforados. Lo cierto es que entre ellos hay gente cuerda, docta y
santa, que del pueblo no se ha de tomar pulso para tan graves accidentes, porque siempre y de suyo
está alterado. Siempre he dicho a V. R. que me vive esperanza de que este disturbio se tiene de
sosegar...―P. Lucas Rangel, de la Compañía.

Madrid, 18 de noviembre.
Carta de la duquesa de Cardona escrita a D. Pedro de Aragón,
marqués de Povar, y a D. Antonio de Aragón, sus hijos.
Hijos míos: En esta carta os daré cuenta del estado presente de estas cosas, sin dejar niñería
alguna de cuantas se ofrecen, para que con más particularidad entendáis cómo estamos, y podáis
discurrir con más fundamento en lo que más importa al servicio del Rey. Hoy ha cinco meses que
mataron al virrey (Dios le tenga en el cielo), con cuya muerte se halló perdido este pueblo y sin
justicia, porque D. Ramon Caldes, que sirvió el oficio de gobernador, por lo sucedido en Santa
Coloma de Farnés no osaba salir en público, aunque se lo instó la ciudad, ofreciéndole su asistencia,
y sin duda ponía a perder su vida. El veguer no tenía autoridad conveniente, y aunque le llamaron y
asistieron, no pudo autorizar el cargo como convenía en tiempo que era menester autoridad y maña,
y mucho de entrambas cosas. Algunos días después vino vuestro padre (que haya gloria) a este
lugar, y se detuvo en él solos tres días, porque el fracaso de Perpiñán alteró tanto a toda Cataluña,
que para sosegarla, como deseaba, pareció forzoso remediar el mayor sentimiento. El haber de
acudir a aquella villa hizo que dejase a Barcelona sin remedio, que le habían ya sentido con su sola
persona, pues luego que llegó salieron los ministros en público; y si bien lo llevó mal el pueblo, no
fue de manera que les perdiesen el respeto, ni sin conocimiento del modo con que satisfacer la queja
y ablandar los ánimos. Pero, como he dicho, el haber de acudir a Perpiñán impidió estos efectos del
gran servicio del Rey y de toda la quietud de esta provincia.
Allá, en Perpiñán, tuvo la materia más resistencia de la que el duque entendió antes de salir de
aquí, porque no creyó que el restituir a los de la villa a la libertad que habían tenido siempre, podía
tener dificultad: que aseguraban que cualquier recelo que de ellos se pudiese tener, lo disiparía en
primer lugar su fidelidad, y luego el estar tan sin fuerzas y tan quebrantados por los muchos trabajos
en que se han visto, y los han reducido al estado que Pedro sabe mejor como testigo de vista.
Todo lo que al duque le sucedió allí hasta su muerte, Pedro lo sabe; y los efectos que en
Cataluña causó aquella jornada, fueron éstos. Persuadíanse todos que los soldados le obedecerían
como a virrey; pero como después vieron la dilación y la dificultad que tenía el remedio de aquellas
cosas, levantaron el pensamiento para discurrir que aquello que los soldados habían obrado era con
orden de Madrid, o a lo menos con aprobación de lo hecho. Así, pues, fueron pensando en que les
esperaban aun mayores desdichas si el ejército del Rey se acrecentase, y también experimentaron
que si se ejecutaban algunos rigores paraban luego en blanduras, y que en tanto la piedad de su
príncipe tenía lugar y ocasión de emplearse, y que muchas amenazas se han desvanecido antes de
34 Entiéndase el arzobispo de dicha ciudad, Monsieur de Sourdis, que por este tiempo mandaba las armadas de
Francia.
24

llegar a la ejecución. Estaban suspensos todos y eran varios los discursos, y aunque creían
totalmente aquellos que les persuadían su ser y probanza, no se resolvían del todo con los de su
temor; pero en tanto alargábase mucho el odio contra los soldados por ser los más inmediatos a su
daño, y se persuadían a que no había que dudar de su mala intención y deseo de acabar esta
provincia.
Con estos discursos iba creciendo la insolencia por falta de justicia por todas partes; porque ni
el duque ni nadie pudo entender en su administración, habiendo ya desde el desastre de Santa
Coloma de Farnés perdido la autoridad en Barcelona; y así es que en todo el Principado la libraba
cada particular en sus armas, y sucedían casos muy tristes, y se levantaba un pueblo contra otro, y
las campañas contra los lugares grandes, y en un mismo lugar una calle contra otra. Ya sabéis que
son ejemplo de esto Manresa, Esparraguera, Vique y otros muchos lugares de Cataluña, y Barcelona
dentro de ella, y lo que fuera intentaron los villanos en quitarle los mantenimientos, que esto fue
ocasión a que se formasen dos compañías de a caballo de Pinós y de Ardena, que salían a batir la
estrada para seguridad de las vivanderas.
Cuando se pasaba la vida en estas confusiones, comenzaron a venir avisos de Madrid en que
se advertía que S. M. tomaría muy fuertes resoluciones contra el Principado, hasta quererlo
despoblar, trayendo ejemplos de algunas provincias de Alemania, con las cuales en este tiempo se
ha usado castigo semejante. Fueron estos avisos repetidos, y la disposición de estas cosas iba
acreditándolos, porque en Aragón se formaba ejército, y acrecentábase el de Rosellón. Nombró S.
M. por virrey al obispo de Barcelona, prelado muy benemérito de la Iglesia. Pedía la confusión en
que estábamos virrey de más resolución y de más autoridad en lo temporal, y así, luego que murió
el duque, discurrían muchos de esta manera: que si S. M. nombraba por virrey alguna persona de
resolución, quería el asiento de estas cosas por medio de paz; y si nombraba el obispo de Barcelona
quería que se aumentase la confusión del Principado, y acabar con él de una vez.
El suceso de libertar al barbero que estaba en la cárcel, hizo evidencia de esto; porque
habiéndole aconsejado la ciudad que le prendiese, ofreciéndole su asistencia, y los diputados de la
misma suerte, no se valió de ella con la prudencia y resolución que convenía, porque de hacerlo así
usara de la ocasión con destreza, y diera a conocer que Barcelona podía bien hacer lo que Tortosa ha
hecho, que no ha sido más que tener la justicia la asistencia de los regidores de la ciudad con deseo
de aquietarla. Lo mismo la tuviera el obispo, si se acertara a gobernarlo como convenía, echando
primero el fundamento de la autoridad de la justicia, pero sin tener aun ninguna, ¿cómo se podía
acometer la empresa de lo que había de obrarse después de experimentada la obediencia? Esto lo ha
hecho la experiencia, porque habiendo ahora la ciudad formado uniones, está ya tan quieta, que
reuniéndose un motín para ir a casa del Matiné, boticario del marqués de Villafranca, las uniones le
echaron y prendieron al proveedor de él, y por la mañana amaneció en la cárcel dado garrote y
escrito en el pecho su delito y sin que nadie se atreviera. Pero sin freno el pueblo, irritóse con el
castigo de un delito que a tantos tocaba, y que forzosamente había de tener aquel suceso; prevaleció
la infame plebe, y acobardóse la gente honrada más de lo que solía. Desconfiaron todos por último
de la clemencia, y temiendo el rigor tantearon sus fuerzas en lo que primero procuraron unirlas
convocando a toda Cataluña. Cuando a los que se hallaron aquí en Barcelona los hubieron
juramentado a comparecer, y a los que venían, uno a uno los iban reconociendo, o con la persuasión
o en las juntas con la autoridad de la mayor parte, el mal se hizo general y la rebelión siguió
adelante. De esta suerte han convenido todos en una resolución; unos por haberse empeñado poco a
poco desde el principio, y temer por esto el castigo; otros por no confiar de que se guardase en él
diferencia de personas, y creyendo que tan desdichados se verían los unos como los otros, para lo
que les hacía grande fuerza ver que los ministros que estaban perseguidos por servir al Rey no eran
asistidos ni favorecidos de S. M. con alguna muestra de agradecimiento, y que muchos que
deseaban servir al Rey, no habían sido oídos ni aconsejados de lo que debían hacer. Últimamente
otros había que su mala intención los llevaba a desear novedades, y a esperar de ellas lo que no
pueden de su virtud y merecimientos. Estos son los que inventan las mentiras para conmover la
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plebe y acrecentar la malicia en todos; y como para ello hallan disposición, obran mucho en daño de
lo que conviene, que es tener libre la razón de todo achaque de perdones particulares.
Unidos de esta suerte, todos en un sentir, y conociendo que su poder no llegaba a defenderse
de los ejércitos de S. M., volvieron los ojos a los franceses que tan a mano están, y tan deseosos de
nuestra ruina, y de menguar la grandeza de la casa de Austria, dándole por los cimientos que es
España.
El cardenal Richelieu sé con toda seguridad que se alegró extrañamente cuando vio que esta
provincia pedía socorro a su rey, y confesó que nunca lo habría creído, y en las particularidades con
que mostró su alegría, se conoce que es mucho lo que espera de estas alteraciones. Espenan
despachó a toda diligencia a Richelieu un mensajero con dos libros destos que han salido, con título
de Proclamacion Católica, y aquel se lo ha estimado por galantería de muy buen gusto, y han
aplaudido mucho en Francia los primeros capítulos en que se funda gran parte de la libertad de esta
provincia, por las condiciones con que se entregó a Carlomagno, y los privilegios con que la
confirmaron Ludovico Pío y Carlos Calvo. Plassis dijo aquí que a su rey tocaba hacer que se les
guardasen sus privilegios, pues se los habían dado a esta provincia sus progenitores.
De todo este discurso podréis entender cuán profundamente se ha entrado en los corazones de
los provincianos la idea que no ha de entrar ejército del Rey en Cataluña, y que el impedirle la
entrada no puede ser sino con la ayuda de los franceses. Y asimismo que el concierto con S. M. para
sosegar esta alteración, ha de ser con las condiciones que ellos se han persuadido, y que han de
dejarlos en seguridad cumplida. Así van graduando sus desdichas de esta manera: el mayor mal es
que entre el ejército del Rey; el menor mal, repelerlo con el socorro de franceses; porque cuando no
les suceda como desean, por lo menos entienden que han de tener salvas las vidas y las honras. El
bien entre estos males hallan que es el concertarse con S. M., y esto lo desean siendo con las
condiciones y seguridad que ellos creen que les conviene. Persuadirles lo contrario, no es posible ni
seguro, porque contra su experiencia y discursos no hay razón poderosa, sino obras con que
experimenten que con todo efecto y verdad se trata de hacerles bien.
Hasta aquí os he dicho lo que me parece de estos sucesos pasados y del estado presente; ahora
os diré mi sentir en los pasos que este negocio ha de dar de aquí adelante, y lo trataré pasando por
los lances que se han de ofrecer y la forma con que han de ir sucediendo. Llega el correo, y
respóndeme S. M. que no es servido de que se trate aquí de concierto; pierden estos provincianos la
esperanza de mi mediación; confírmanse en que no hay otro recurso que el de la fuerza; envían los
rehenes a Francia (que partieron ya de aquí el viernes pasado); entran los franceses, ahora al
principio solos 3.000 infantes y 1.000 caballos, mas en sabiendo que el ejército de S. M. ha entrado
por las fronteras de Aragón, pedirán los otros 3.000 infantes y 1.000 caballos. Vendrá la armada de
mar a estos puertos con 8.000 infantes, según dicen los franceses que suele aquella armada traer, y
cuando de ordinario no sean tantos, para venir aquí serán más. Con que hay en Cataluña y sus costas
16.000 franceses, y de respeto tendrá el Francés en su país, junto a la frontera, otro grueso de gente;
y como S. M. con la asistencia de estos ejércitos no podrá acudir a Italia y Flandes con tanto poder
como antes, dará lugar al Francés a que pueda retirar el suyo y traerlo aquí. Considerad ahora que
en país estrecho como éste, se han de topar los ejércitos luego, y puede suceder uno de dos casos: o
que el ejército del Rey quede vencedor y ventajoso, o que lo quede el de esta provincia. En el
primer caso, ya se vé que luego clamarán aquí porque entre más gente de Francia, y por mucha que
sea, nunca les parecerá sobrada. En el segundo, con el deseo de echar al ejército del Rey y acabar
presto con la guerra, que creerán que puede ser larga por la experiencia que tienen, pedirán más
gente, y así, de cualquiera manera, sin hacer ninguna fuerza, el rey de Francia meterá aquí un
poderoso ejército. Si a estos discursos se añade que los que entrarán serán más entendidos que los
naturales de este Principado, y que las ocasiones serán muchas, fácilmente se hallará que sabrán
valerse de ellas, y persuadir lo mucho que importa que entre mucho socorro de Francia.
Ahora se da a entender que los 6.000 infantes y 2.000 caballos que llaman auxiliares, y está
tratado que entren, han de ser pagados al sueldo del Principado. Esto importa mucha suma de
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dinero, y es sobrecarga intolerable, y habiendo de pagar por otra parte la provincia sus levas y su
infantería, han de desear todos mucho, y los plebeyos particularmente, que se alivien estas tallas, y
esto lo conseguirán entregándose totalmente al dominio del Francés; haránlo muy apriesa, y nadie
podrá dudar que ahora en los principios no les den aun más de lo que pedirán. La nobleza ha
experimentado muchas supercherías de la plebe, y reconociendo que aun cuando fuese posible que
esta provincia quedase con seguridad de República, no la tendrían ellos de que un día no los
degollasen a todos, o por lo menos no los redujesen a servidumbre miserable, desearán siempre
vivir debajo del imperio de un príncipe; y así, por diferentes intereses, vendrán plebeyos y nobles a
concurrir en un mismo parecer de entregarse a un príncipe. Teniendo el rey de Francia aquí ejército
poderoso, será muy fácil entregarse a él, y el obligarlos con buen tratamiento a que se vuelvan a
Rey, no será posible, y verán que con lo mismo que habían ofendido a S. M., tendrán obligado al
rey de Francia, y querrán más el premio de su mano que el castigo por la del Rey.
Añadid a todo esto la codicia con que miran los estados de los señores para repartirlos entre
sí, y veréis cuánto más apacible se representa al deseo de los hombres el seguir al Francés, que el
quedarse en la obediencia del Rey. Y no penséis que han de pasar muchos años para que todo esto
suceda, que antes de salir éste en que estamos puede cumplirse todo; porque ya se considera aquí el
gran riesgo que hay de que entrando armas francesas sujeten esta provincia. Así los que miran con
ambición y codicia los sucesos venideros, comienzan a decir que el trato hecho con franceses es
dañoso, porque sólo es abrirles puertas para que ellos después, de sola su autoridad, se hagan
dueños de esto, y den a este principado la ley que quisieren. Que mejor sería obligarlos antes
dándoles lo que ellos se han de tomar, concertando los pactos de la entrega en la forma que
conviene al Principado, y asegurando con ellos la perpetuidad y observancia de sus leyes.
De esta suerte discurro esta parte; ahora vuelvo a la otra, de que llega el correo y manda S. M.
que se haga el concierto, y lo primero es menester persuadirlos con las obras que S. M. desea su
bien, porque no se fiarán de buenas razones ni de palabras solas; las obras han de ser asegurarles
realmente del movimiento de las armas, y retirar el ejército que les causa miedo, y luego
disponerme yo a sufrir muchas impertinencias como lo he hecho ya, porque ha ya más de 15 que les
di el papel, pidiéndoles propusiesen medios, y hasta hoy no me han respondido; antes han apretado
sus tratos con los franceses y nombrado los rehenes, acudiendo con todo cuidado a esto; y en
adelante, antes que se concluya el trato, habré de sufrir y disimular mucho, pero al fin llegaremos a
tratar los medios. Lo más difícil ha de ser ajustar el punto de la seguridad, dudando esta gente de
todo, hasta de la palabra real; y alargándose con muchos discursos, de que los que más escrupulosos
son vienen a concluir que S. M. ha de servirse mandar de que todos los castillos de Cataluña tengan
gobernadores y guarnición catalana, y oigan su parecer en una constitución que dice que los
alcaides de los castillos sean catalanes; si bien nunca esta constitución se ha entendido con Perpiñán
y Rosas, porque el castellano de Perpiñán es teniente de capitán general de los condados de
Rosellón y Cerdaña, y la fortaleza de Rosas nunca se ha tenido por alcaidía, mientras la justicia
ordinaria de la villa fue administrada por el alcaide con título de bayle. Pero ha muchos días que la
consabida villa ganó que la bailía fuese separada de la alcaidía, y así por esto, como por no ser
posible que plazas tan grandes y tan importantes admitan limitación en la calidad de los alcaides,
hace bastante tiempo que unas veces son catalanes y otras de las demás naciones de España, y
asimismo en Perpiñán y Rosas. Yo les suelo decir, que en este punto hagamos la razón de
compañero, y que si ahora, no siendo dueños de las plazas, hemos llamado a los franceses, ¿qué se
podrá esperar de nosotros en otra semejante ocasión si las tuviésemos a nuestra disposición? Y aun
dudo yo que se hallase catalán que quisiese encargarse de ninguna de las fortalezas con sola
guarnición catalana, cuando la guerra está tan viva, pues el defender una plaza con bisoños no
puede parar sino en un suceso como el de Salsas. En los otros castillos de Cataluña siempre han
sido catalanes los alcaides, y parece que la constitución se ha entendido con ellos.
Otros dos puntos hay que se pueden prevenir por parte de S. M. y quedar llanos antes de
concluirse el trato. El uno es el reparo de las iglesias quemadas, a que obliga a S. M. su piedad y
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devoción, y el ser muy propio de su pecho católico; que las iglesias, no sólo en sus reinos, pero aun
en los extraños, con su liberalidad y celo se desagravien y reparen; y no es cosa de gran costa, que
con menos de diez mil escudos se podrá hacer, o a lo menos ponerlas en estado de que sean servidas
y estén con decencia. El otro es la queja de los ministros, que se reduce en los de garnacha a cuatro,
que son Magarola, Puche, Masso y Mir. A estos puede S. M. hacer merced porque son personas muy
beneméritas, y que darán muy buena cuenta de sí en cualquier puesto, y puede S. M. hacer canciller
de este principado al regente D. Juan Magarola y dar su plaza a Magarola, su sobrino, y los hará
contentos a entrambos, porque ha mucho que ellos lo desean. Luego queda otra regencia, y
habiendo lugar, como lo hay, para el fiscal en la de Valencia, quedaría la fiscalía, y añadiendo a esta
la regencia de Cerdeña, viénese a tener cuatro plazas, sin hacer ninguna violencia a las materias,
con que premiar a cuatro ministros que lo merecen, y se desembaraza S. M. de este punto para el
concierto de los ministros de capa y espada. Sólo se ofrecen D. Ramón Caldes y D. García de
Guardiola, y a estos puede S. M. hacerles merced de otros empleos, en que a buen seguro den
satisfacción de sí, que es mucho lo que han padecido en esta ocasión.
El perdón general ya se deja entender cuánto lo desean, y como es fundamento de todo; y si
me decís cómo se pueden disimular delitos tan grandes, os respondo que en el mundo no se castiga
nunca sino los pequeños; porque cuando estos crecen tanto, que o ha de destruirse la república o se
han de perdonar los delitos, en todas edades se ha usado el perdonarlos, considerando que de no
hacerlo así surge perderse la república, y quedar los delitos de una manera y de otra sin castigo. Si
hemos llegado o no a este estado, sacadlo del discurso que hasta aquí está hecho; pues con la guerra
ha de ser esta provincia del Francés luego en el principio de ella, y quedarán los delitos de la misma
suerte sin castigo. Las materias de Estado son como la calentura ética, que al principio es fácil de
curar, y difícil de conocer y al fin imposible de curar. Esta enfermedad ha llegado a este postrer
estado; tuvo su tiempo en que fue difícil de conocer y fácil de curar. Cuando Santa Coloma de
Farnés comenzó el movimiento, pasóse aquella ocasión, y los que entonces eran remedio, ahora son
muerte.
Un amigo vuestro me ha dicho que ha leído una cosa, que por contentarme mucho y ser a
propósito de lo que voy discurriendo, la diré, y es: que para asegurar un príncipe a una provincia de
quien tiene poca seguridad, no hay sino tres medios. El primero, irse a vivir a ella. El segundo,
destruirla; y el tercero, dejarla en sus leyes y costumbres y gobernarla a su modo, haciendo cuenta
que amigos se la guardan, contentándose de esto y de no sacar otro interés ninguno. Veamos ahora
cuál de estos tres medios es posible aquí; yo no alcanzo que lo sea otro más que el último; y para en
adelante la seguridad tiene dos fundamentos. El primero, que las costumbres y las inclinaciones de
Cataluña y de las otras provincias de España no son disconformes, sino muy parecidas, y sólo les
desagrada aquí el ser dominados y oprimidos en la libertad que han gozado hasta hoy, y viéndose
asegurados de este riesgo, ninguna otra cosa desean, ni aman a otro príncipe, ni tienen inclinación ni
comodidad en otro género de gobierno, ni se agradan de novedades sino de vivir en su rincón con
certeza de que la hacenduela que tienen es suya, y que la gozan de su voluntad. El segundo
fundamento es que tienen aborrecimiento a los franceses, así por ser las naturalezas disconformes,
como por las muchas guerras que han tenido estas dos naciones, y los daños que recíprocamente
han recibido unos de otros; y si ahora los buscan no es por mayor bien sino por menor mal. Yo les
he llegado a ofrecer una cosa, y es, que pues al rey de Francia le dan rehenes para seguridad de
cuatro hombres que han de entrar, que yo quedaré aquí por rehenes, y mis estados también para
seguridad de lo que el Rey les ofreciere (que a todo esto hemos llegado); y esto ha sido hablando
con personas que tienen la mano en el gobierno de la Diputación y ciudad, aunque en forma de
reino y ciudad hasta ahora no me han respondido.
Todo esto me obliga a entender que el mayor servicio del Rey es ajustarse con sus vasallos; y
cuando considero tantos daños como de no hacerlo pueden venir a padecer, me rindo a que si no es
que Dios dispone nuestro castigo por este medio, no puede nadie aconsejar a S. M. que no acabe
tantas desdichas antes de su principio; y pues puede acabarlas con la tolerancia, hágalo: que no lo
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hará sin ejemplo, ni será el medio tan dificultoso que en los siglos venideros falten príncipes
grandes que le imiten. Todo esto que en muchas veces he pensado, os escribo de una vez;
estimadme la voluntad con que lo hago.
Va ahora el capítulo de las nuevas, y quiero comenzar hablando del muelle, en donde han
labrado parapetos para poner guarnición de artillería, con que impedir más fácilmente la
desembarcación a los que quisieren; limpian los fosos, y de la tierra que sacan forman terraplenes.
También los parapetos los ponen en esta forma, y hacen fosos a los lienzos que miran a la mar.
Tienen ya casi acabada una carretera para subir a Monjuy; fortifican arriba el monte. Plasis (Plessis)
les ha dicho, que bien fortificado, es menester para ganarle un ejército en tierra de 60.000 hombres,
y una armada en la mar. Para la quietud de la ciudad la han repartido en barrios, y en cada uno de
ellos han señalado cierto número de gente distribuida por días, y ésta tiene obligación de rondar su
día señalado, desde el mediodía del uno hasta el mediodía del siguiente. No puede salir la ronda de
su cuartel sino para socorrer al otro cuando lo pida; y de esta manera, dándose las manos unos a
otros, pueden juntarse hasta 1.500 hombres, en que están personas de todos estamentos, y los
caballeros son cabos de las rondas; desarman a todos los que llevan armas de fuego, sin otra pena
que tenerlas perdidas, y lo más algunos días de cárcel. Con esto está quietísimo el lugar, y la justicia
se administra en nombre del Rey por el veguer y los promens.35
El otro día condenaron a ahorcar a un hombre que en el último motín, entrando en San
Agustín a buscar a las personas contra quien se había levantado, había echado un lazo al cuello al
prior de aquel convento, para obligarle con esta valentía a que dijese dónde estaban los retraídos o a
perder la vida, y así fue Dios servido que el delincuente la perdiese y no el prior.
El conseller de Caldes entró pocos días ha a las nueve de la noche; venía mal aplaudido de la
ciudad, y acumulándole el vulgar delito de traidor a la tierra, levantóse la voz contra él cerca del
Hospital, y acudió a ella la misma ronda, cuyo cabo era un procurador; pero como el conseller traía
compañía se puso en defensa, y a los primeros tiros mataron uno y derribaron dos, y de los suyos
quedó herido otro, con que le pareció al motín no seguirle. Fue a apearse a la casa de la ciudad
donde le esperaban sus compañeros, y poniéndole guardias en la suya le dejaron en ella. Hasta hoy
no hemos visto otro efecto de esta entrada.
El modo de gobernarse en las materias de la guerra es juntando brazos, no como en las Cortes
repartidos en eclesiástico, militar y real, sino todos juntos en un brazo como acostumbran cuando
los diputados los convocan para juntarse. Con ellos hay una treinta y sesena, que es como Consejo
de Estado, y estos tienen a su cargo el manejo de las cosas públicas. La ciudad tiene una
veinticuatrena para el mismo efecto, y estas dos juntas se comunican, y cuando están acordadas
proponen la materia en el brazo, y allí se vota asistiendo siempre el conseller en cap, el cual, hecha
la proposición, siguiendo en esto la costumbre, se va a la casa de la ciudad y junta algunos
promiscuos de los que entran en ella, y confieren y resuelven el voto del conseller, el cual se vuelve
al brazo y vota; en esta ocasión siempre prevalece su parecer. Son tantos los que del brazo van a la
casa de la ciudad o a la promenia, que lo que allí se resuelve ya es con mayor parte; y así, en
volviendo al brazo se hace siempre lo que en la ciudad se resuelve. Hay junta de Guerra, de
Hacienda y contra renitentes, que es como junta de obediencia o de ejecución, y en cada una de
estas juntas entra alguno de la treinta y sesena.
Ahora acaba de llegar aviso que el ejército del Rosellón ha quemado toda la villa de Aullas, y
sólo ha perdonado la casa de D. Felipe Albert, su señor. Han llevado maniatados los hombres a
Perpiñán, y a las mujeres que se habían retirado a la iglesia, les han quitado hasta la ropa que traían,
con que se confirmarán en su opinión de que el ejército hará lo mismo en todas las partes que
pudiere. Nuestro Señor os guarde muchos años. Barcelona a 8 de noviembre de 1640.―Doña
Catalina Fernández de Córdoba, Duquesa de Cardona.

35 Promen está por prohomens o prohoms, que en catalán equivale a hombre de pro, principal, notable.
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Valladolid, 20 de noviembre.
...Lo que hay de Cataluña es, que nuestro ejército ha entrado, y al entrar por un río, que no sé
el nombre, empezaron los catalanes a tirar arcabuzazos, y como vieron era tanta gente los del rey,
volvieron las espaldas, y una vieja que oyó esto, se subió a una torre y tocó alarma, y un soldado de
los nuestros le tiró un mosquetazo, con que la echó de la torre abajo. Dicen que se compondrá
aquello de buena manera. Al marqués de los Vélez le pusieron en Madrid muchos capítulos, por no
haber entrado antes teniendo orden de S. M.; pero se espera que de todo saldrá bien. También se
sospecha que el Francés tiene algún ejército escondido hasta ver lo que sucede en Cataluña. El P.
Francisco Pimentel escribe que va acompañando al conde-duque en la jornada del rey; pero hasta
ahora no sabemos de cierto que haya salido. No lo creemos porque el P. Rector ha de ir allá con el
conde de Benavente. Hasta que se partan no les doy crédito...―Antonio de Villanueva.

Madrid, 20 de noviembre.
Doy a V. R. nuevas que acá esgrimen unas con otras, y para purificar las que son ciertas, es
necesario llevarlas al mas apretado examen. De ninguna soy autor; soy relator de muchas y las más
apuradas, porque allá V. R. dé más barata la credulidad que otros lo misterioso, con que siempre
responderé aun en lo que no es capaz de sacramento humano.
Nuestro ejército, en puntual número computado, es de 30.000 infantes, sin los caballos. Ya
está dentro de los términos de Cataluña, en cuyos lugares lleva orden el de los Vélez de dar pregón
abierto ofreciendo perdón y clemencia de parte de S. M. a los que pasaren a su campo, y a los que
resistieren meterles las armas con todo rigor. Así se hizo en un lugar que cortó un puente del río
para que no pasasen los tercios: avanzáronse al agua mucho número por parte descuidada,
cañonearon a los villanos que se retiraron a las tierras, y los del lugar sintieron el daño con mucho
saco, destrozos y muertes.
La artillería que lleva es tanta, que se tiene por mucha, y se dice que para las baterías sobraba
la mitad, y en fracaso menos venturoso se aventuraban muchos cañones fuertes.
Hay voz de que a Spernon (Espenan) le han muerto los de Cataluña, porque los apellidaba de
traidores en los capítulos de paz con S. M.
A seis escudos pide la asoldada el rey de Francia, siendo siempre cuatro el corriente precio, y
esto ha metido discordia, dicen, en los conciertos.
Lérida estuvo toda una noche en arma y vela contra dos borricos que pasaron cerca, y les
pidieron el nombre, y ellos no lo supieron dar porque nunca supieron leer ni escribir; y fue esto tan
cierto que el francés, cabeza de aquel tercio, estuvo en calzas y jubón toda la noche, hasta que al
amanecer conocieron ser gente de paz.
Allí es cabo un fraile de la Victoria con su sotana a media pierna, que ha sido soldado en
Flandes, y hácenlo por tener antes la victoria dentro que la guerra.
En Tortosa se habla hubo un reencuentro de más de cinco horas entre catalanes leales y los
otros, en que no murió más que uno y medio de entrambas partes, y es el caso que se tiraban con
pólvora y no con balas, con ruido y sin piota 36, como dice el portugués; yo lo alabo, que nadie
quiere de verdad reciprocarse en el daño de su sangre.
Tortosa está con magníficos honores y exenciones de S. M. por su fineza, y les ha relevado el
quinto que pagaban sus vecinos, llamándola noble, lealísima y ejemplarísima ciudad.
De la nobleza de Barcelona, que es mucha, se espera gran demostracion en los decretos del
Rey. Trátase de verdad de convenientes pactos, y al cabo se esfuerza esta esperanza, con que piden
les quiten los tercios de walones y modeneses, que han sido los más insolentes de nuestro ejército, y
ansí en todas sus cosas los fueros y no los huevos...―P. Lucas Rangel.

36 Lo mismo que pelota o bala.


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Madrid, 20 de noviembre.
Decretos bajaron a los Consejos, en que S. M. decía partía a Aragón, porque el marqués de
los Vélez avisaba se deshacía aquel ejército, cuando para los sueldos se le habían enviado 350.000
ducados, y que así cumpliesen los Consejos luego con lo que se le repartieron de juros…

Madrid, 27 de noviembre.
De nuevo hay muy poco, porque de Cataluña hay pocas cartas con cuidado de que acá no se
publiquen las cosas: lo más cierto es que S. M. manda alojar nuestro ejército en Valencia, para que
los de Cataluña maduren su resolución con más tiempo y gasten dinero y esperas, que aunque corre
esta cuenta también por nosotros, tiene más rentas S. M. que Barcelona, y está con menos cuidados
de que se le podrán acabar...
… Hoy ha corrido voz que 500 bandoleros llevaron a sus hijos y mujeres en rehenes al
marqués de los Vélez, ofreciéndole la entrada en Cataluña y aun en Barcelona con resguardo de
6.000 infantes. No se desenturbia bien esta nueva, ni el motivo que hayan tenido estos 500 alzados
para tal demostracion...―P. Lucas Rangel.

Madrid, 10 de diciembre.
… De Cataluña sólo hay que se tomó el fuerte de Saló 37, a cuyo abrigo estuvo la armada
francesa. Había dentro 36 hombres; tomóse a escala vista; murió el cabo y otros cuatro; a los demás
trugeron presos: eran los más catalanes. Acudió de Reus un cabo francés con 400 caballos;
escaramuzó con los nuestros que eran solas dos compañías, a cuyo abrigo se retiró la infantería que
habia ido a este efecto, sin pérdida ninguna. Quedaron en el fuerte 80 hombres con bastimentos para
dos meses. No sabiendo del suceso el cabo francés, se llegó al fuerte para ver si necesitaban de
alguna cosa; fue recibido con algunas cargas de mosquetería que mataron e hirieron algunos
franceses y caballos, y una pelota se llevó un capitán y otros tres o cuatro soldados.
No ha venido hasta ahora carta de S. M. del socorro de Perpiñán, aunque se tiene por cierto
está ya hecho.―Sebastián González.

Madrid, 11 de diciembre.
… Han quedado todos aquí aturdidos con esta nueva: vino en ocasión que Su Santidad envió
por mano del Nuncio carta a S. M., en que le pide afectuosamente perdone a los catalanes, porque
se le habían ido a echar a los pies de su Beatitud para que hiciese esta intercesion. Luego remitió S.
M. orden a toda priesa para que luego se compongan las diferencias de Cataluña, con que sacará de
allí 40.000 hombres, los más floridos que ha visto España, y marcharán a Portugal, antes que tengan
socorros ni lugar de fortificarse...―P. Baltasar de Lagunilla, de la Compañía.

Madrid, 11 de diciembre.
... En Cataluña es sola Barcelona la que no quiere a S. M. y en ella algunos del gobierno, que
los demás bien le desean.―D. Juan Idiáquez Isasi.38

37 Fue la toma de este fuerte el 13 de noviembre; mandaba nuestras tropas el maese de Campo D. Simón Mascareñas,
caballero portugués.
38 Este caballero fue maestro del príncipe D. Baltasar. Son varias las cartas suyas que más adelante se insertarán,
dirigidas en su mayor parte al duque de Cardona, hijo del último virrey de Cataluña.
31

Madrid, 18 de diciembre.
... Lo de Cataluña está muy cerca de ajustarse, y la ocasión presente, además de que obliga a
ello, es en sazón que las armas de S. M. están ventajosas en Cataluña. Era fuerza pasar para ir a
Tarragona una montaña, cuyo camino es estrechísimo; llámanla Coll de Balaguer. Aquí se habían
hecho muchas y muy buenas fortificaciones; además de la fortaleza del sitio, tenía 2.000 hombres
de presidio. Acometieron los nuestros por tres partes; ganaron el puesto con muerte de 250
catalanes, y prisioneros serían 200; tomáronles siete piezas de artillería, y el bagaje con todo lo
demás que tenían. Los 1.500 restantes huyeron a las sierras. Pasó el ejército hasta Tarragona, donde
estaban capitulando con la ciudad; de allí a Barcelona es camino llano y antes estará todo
compuesto, que así ha ido la orden. Esto queda en este estado ...― Sebastián González.
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1641

Madrid, 15 de enero.
… De Cataluña ha 14 días que no viene correo, y a todos nos tiene con grande cuidado,
porque no se sabe si esta dilación es por bien o al contrario. Mentiras corren muchas, y ninguna con
fundamento; unos dicen se ha dado batalla y que han muerto 17.000 de ambas partes; otros que en
Barcelona había habido motín y reñido unos con otros y prevalecido la parte de S. M. y que se
trataba de acuerdos; otros que les habían entrado 6.000 franceses de socorro; y que en las montañas
tenían mucha gente levantada para cogernos en medio, cuando el sitio se pusiese. Nada de esto tiene
probabilidad ni hay carta que diga cosa ninguna, y así se cree son hablillas de gente novelera que
gusta de dar materia para que cada uno hable según su sentimiento...―Sebastián González.

Madrid, 4 de febrero.
Pax Christi, &c. Malas nuevas tenemos de Cataluña, y quiera Dios que en adelante no sean
peores. El 26 del pasado el marqués de los Vélez, que después de tomar a Martorell había avanzado
sobre Barcelona, resuelto a concluir de una vez con la sedición y sus fautores, mandó atacar por
varios lados el fuerte de Monjuy que domina el puerto y la ciudad. Los nuestros acometieron como
leones, trepando por aquellas breñas; pero el mismo arrojo y valentía con que se portaron les fue
funesto, porque habiendo perdido sus mejores caudillos, hubieron de desistir de la empresa y
retirarse a sus acantonamientos.
Hay quien dice que el ejército real está deshecho; pero no creo haya fundamento bastante para
asegurarlo. Otros dicen que nuestra pérdida ha sido grande, contándose entre los muertos o heridos
a dos sobrinos del marqués39, al duque de San Jorge40, a D. Diego de Cárdenas, don Rodrigo
Pimentel y otros. He visto cartas del ejército que ha recibido un P. de este colegio, y no cabe duda
de que si los rebeldes se portan de este modo, nos dará más que hacer Cataluña 41 de lo que en un
principio se esperaba, y más estando Portugal como está. Adiós, mi buen P. Pereyra, guárdele Dios
y déle toda la salud que yo le deseo. Madrid y Febrero 4 de 1641.―Sebastián González.―Al P.
Rafael Pereyra, de la Compañía de Jesús, en Sevilla.

Madrid, 14 de mayo.
… De Cataluña lo que hoy hay, es que los franceses y catalanes se resolvieron a cercar a
Tarragona por mar y tierra; por mar acudió el de Burdeos con sus galeras y navíos; por tierra parte
39 Don Antonio y D. Diego Faxardo, sobrinos del marqués de los Vélez.
40 Segun Baños en su Pontifical (Parte VI, cap. VIII), el duque de San Jorge, hijo de D. Carlos Caracciolo, marqués de
Torrecusa, no murió como aquí se dice en el asalto de Monjuy, sino junto a una de las puertas de la ciudad:
«Mandóle, dice, el de los Vélez que con un batallón de corazas cargase a los que se retiraban, y el duque lo ejecutó
con tanto valor, que llegó con los mismos contrarios mezclado, y a pistoletazos y cuchilladas, a entrar con ellos
dentro de la ciudad, hasta pasar el rastrillo de la puerta, donde herido de seis balazos, tuvo valentía para retirarse,
muriendo poco después para dejar eterna fama a la familia de los Caracciolos en los 28 años de su edad.»
Además de los nombrados, quedaron sobre el campo de batalla o heridos D. Fadrique y D. Mucio Espatafora,
hermanos, D. García Cavanillas, don Fernando Chirinos, comisario general, D. Fernando Rivero, D. Fernando
Tejada, D. Juan de Quiñones, D. Fadrique de Herrera y el conde de Tyrone, irlandés: todos oficiales de graduacion
que se habían distinguido en las campañas de Italia y Flandes.
41 En Barcelona, en casa de Gabriel Nogués, impresor de aquella ciudad, salió a luz una Breve y verdadera relación
de la entrada del marques de los Velez en Cataluña y la retirada de su ejército de Barcelona. Tambien se da cuenta
de todo lo contenido (sic) en el monte de Monjuy y llano de Valldoncella: 1641, 4.º cuatro hojas. A pesar de
llamarse verdadera es tan exagerada como las más de las que por aquel tiempo publicaban los sublevados.
33

catalanes y parte franceses; dicen serán como 2.000 caballos y hasta 9.000 infantes. Los nuestros,
dejando bastante recaudo en la ciudad, salieron a la campaña, y se puso gente en la marina, y los
demás acudieron a hacer rostro a los catalanes y franceses; dieron estos muestras de acometer, y los
nuestros los recibieron, de suerte que a pocos lances volvieron las espaldas y sin querer pelear se
pusieron en cobro.
El de Burdeos, cuando llegó a la marina, echó alguna gente en tierra, y tomó dos pueblos
abiertos; mas los nuestros que la salieron a defender, los arrojaron de los dichos pueblos con muerte
de 150 franceses, y fueran más a no haber sido tan diligentes en embarcarse.
Hoy ha llegado correo de Cataluña o Valencia de como habían llegado veinte bajeles de
Nápoles y diez y siete galeras con las de Sicilia. Traen 4.000 soldados para echar en tierra y 800
caballos, pagados los soldados por ocho meses: todo esto es cierto.
Pocos días antes de esto había llegado el de Leganés con cuatro galeras y muy buenos
oficiales de guerra. Dicen pasan de ciento los maeses de Campo, sargentos mayores, capitanes, y
otros oficiales menores que consigo trae; créese le ocuparán en Cataluña hasta que aquello se
acomode, que aun hay hoy personas que creen que aquello se ha de componer...―Sebastián
González.

Madrid, 28 de mayo.
… De Cataluña ha días no se sabe cosa particular de que poder avisar; sólo se ha dicho que
cuatro canónigos de Monzón trataban de entregar el pueblo y castillo a los de Lérida. Que cogieron
al uno, y que los otros tres habían huido, y que los aragoneses enviaban a las fronteras gente de
guerra para defenderse, por si les hacían alguna invasion por allí...―Sebastián González

Lisboa, 20 de julio.
Relación42 del suceso que el P. Maestro Ignacio Mascareñas, de la Compañía de Jesús, tuvo en la
jornada que hizo a Cataluña por mandado de S. M. el Rey D. Juan el IV, nuestro señor, a los 7 de
Enero de 1641, impresa en Lisboa en portugués, y traducida en castellano por el P. Rafael Pereyra
el año de 1643 que vino a sus manos. Contiene varios sucesos y casos acontecidos al dicho Padre.
Señor: «Después que partí de este reino para el principado de Cataluña, a donde V. M. me
envió, experimenté de tal suerte la Providencia divina con que Dios lo tomaba a su cuenta, que me
di por obligado a hacer esta breve relación para V. M. y para consuelo de los que la leyeren, y
juntamente para representar a V. M. como padre, rey y señor nuestro, los riesgos de que este señor
me libró, y la proteccion y amor con que se empeñó a nuestro reino de Portugal, para que no
mostrándonos ingratos a tantos beneficios recibidos, de nuevo le sepamos obligar para recibir otros
mayores.
Levé el ferro43 de este puerto de Lisboa a los 7 de enero, un lunes, y desde Belén en otro lunes
14 del mismo, por no consentirlo el tiempo más presto; mas vino tan al justo para nuestro intento,
que a salir con la siguiente marea, probablemente perdiera el suceso que después experimenté como
se verá. La nao genovesa en que yo iba con 16 piezas por banda, llevaba gente de mar y guerra
hasta 64 hombres, que todos ellos estaban acostumbrados y adiestrados para una y otra cosa.

42 Hállase esta relación de letra del P. Pereyra, su traductor, entre las cartas del año 1643, pero refiriéndose en ella
sucesos del año 41, nos ha parecido conveniente ponerla en este lugar.
El original portugués salió a luz en Lisboa, en la imprenta de Lorenço de Anvers, 1641, 4.º, con el título de:
Relaçao do successo que teve na jornada que fez a Catalunha por órdem de S. M. el rey D. Joam o IV mosso
senhor. Es libro sobremanera raro. El P. Ignacio Mascarenhas fue hijo de D. Fernando Martines Mascarenhas,
comendador de Mertola en la orden de Cristo, y de Doña María de Lencastre. Tambien escribió: Justicia del ínclito
rey D. Juan el IV de Portugal, y otros papeles, como puede verse en Barbosa, Biblioteca Lusitana, tomo II, pág.
544.
43 Lo mismo que levar o levantar las anclas.
34

Miércoles 15 del mismo pasamos el cabo de San Vicente, a donde vimos la primera nao de
turcos que nos quiso reconocer, y así lo hicieron otras seis en diferentes parajes: mas como sintieron
en nosotros ánimo de esperarlos y recibirlos con la fruta que llevábamos para eso, restingando las
velas y aguardándolos, se contentaron con reconocer la fuerza y no trataron de experimentarla. De
mayor maña usó con nosotros un navío, que en el jueves siguiente descubrimos a lo largo, el cual
parecía mercantil, y nada de menor fuerza que el nuestro. Éste mostró sobre tarde que solamente
trataba de seguir su derrota; empero en anocheciendo hizo su camino y derrota la en que nosotros
íbamos, y como largase todo el trapo, al salir de la luna estaba ya con nosotros, que sería a la una de
la noche, y cuando dimos fe de él, estaba a menos de tiro de mosquete. Apercibímonos, y sin estar
toda la artillería a punto, volvimos sobre ellos fiados en la virgen de Europa, que habíamos ya
pasado y saludado aquella noche; mas como el pirata no hizo su presa repentina, que era lo que
determinaba, se acogió, y nosotros proseguimos adelante.
Para saber y experimentar totalmente la fortuna del mar, tuvimos dos días de calma después
de haber pasado el Estrecho, y luego nos dio un huracan de viento tan furioso y perseverante, que en
veinticuatro horas no pudimos aguantar los dos papahigos sobre el medio mástil. Con esta
tempestad deshecha descaecimos sobre la isla de Mallorca, y hubo muchos pareceres que nos
acogiésemos a ella, suponiendo estar por Cataluña; mas Dios nos libró de este siniestro
pensamiento, sabiendo que en la ejecucion de él estaba nuestra perdicion, pues así esta isla como las
dos más vecinas estaban por Castilla con presidio, adonde sin falta fuéramos muy mal hospedados.
Viernes 24 del mismo mes, después de haber visto y descubierto a Nuestra Señora de
Monserrat, aportamos a Barcelona, viendo la noche antes muchos fuegos que giraban de Monjuich,
como que llamaban al navío que habían visto de día y conocido la bandera genovesa. No faltaron
votos que llegásemos a tomar lengua y saber allí lo que pasaba en Cataluña, y fue merced de Dios
no hacerlo; porque era el ejército castellano el que por allí estaba alojado, y pensaba iba la nao en su
favor, y por eso la llamaban. Ancoramos en la ensenada de Barcelona, y tan debajo del baluarte, que
desde él nos quisieron tirar pensando era navío en favor de Castilla, por ser genovés; por tres veces
pusieron el botafuego a la pieza sin querer ésta tomar fuego, hasta que cesaron de su determinacion,
esperando el esquife que ya enviábamos del navío, a saber el estado de las cosas; y como los
remeros al principio negasen lo que llevaban en el navío, y solamente dijesen que iban a hacer
aguada, que era el orden que llevaban, no fueron creídos de los franceses y catalanes que estaban en
la playa, antes los prendieron y quisieron dar trato de cuerda, hasta que confesaron que venía el
navío de Portugal, y traía embajador del rey D. Juan el IV al dicho principado de Cataluña; y viendo
los franceses que los del esquife insistían en la nueva que daban, después de ser amenazados si así
no fuese, dejando parte de ellos presos, se vinieron con la otra parte a bordo del navío con
mosquetes y mecha calada; y estando ya cerca del navío comenzaron a dar gritos: «amigos, amigos,
no hay que temer, que Dios es con nosotros» No gusté yo nada con oír el lenguaje castellano en este
paso; mas en breve se comenzaron a declarar antes de subir al navío, contando todo lo que pasaba:
es a saber, estar Cataluña entregada al Rey cristianísimo, el cual hacía quince días era hecho conde
de Barcelona, de la misma manera que antes lo estaba el rey de Castilla, y también me dijeron que
el ejército de Castilla quería dar batalla el día siguiente, y de la disposicion que había de parte a
parte.
Sabiendo lo que pasaba, envié luego recaudo a la Diputación de cómo había llegado a aquel
puerto y del negocio a que venía; y que visto el aprieto en que toda la ciudad se hallaba tan grande,
que no me dilatase la licencia de poder desembarcar. Luego la Diputación envió dos hidalgos
principales con grande acompañamiento en una fragata bien aderezada para acompañarme,
excusándose de no vemir ellos en persona, por la causa que tenían entre manos. En la playa tenían
carrozas, y una principal en que yo fuese hasta una casa, que en breve se aderezó para agasajarme y
hospedarme; ni traté de detenerme en ella, sino que a la misma hora salí a publicar lo que por
Portugal pasaba, y con eso animar aquella gente que estaba notablemente descaecida, y con lo que
yo les decía cobraban ánimo y valor increíble.
35

Muchas eran las causas para los catalanes, de Barcelona principalmente, estar desmayados; la
principal era porque el ejército castellano que veían delante de sí constaba de más de 25.000 entre
infantes y de a caballo, en los cuales había muchos soldados viejos y ejercitados, y los catalanes no
llegaban a 8.000 infantes, gente bisoña, en los cuales había 1.300 franceses; los 300 eran de a
caballo, que pocos días antes habían llegado. La causa de ser tan pocos los franceses era que los
catalanes no se querían sujetar a Francia, sino cuando más no pudiesen: tan fieles vasallos fueron
del rey Felipe, que por más extorsiones que en su gobierno se les habían hecho, nunca bastaron
éstas para perderles ellos el amor y desistir de pedir misericordia: y siendo ésta tan debida, bien se
deja ver la ceguera y obstinación de quien no se la quería conceder, y trataba sólo de concluir y
acabar con ellos.
Había tan pocos catalanes en Barcelona, por haber huido muchos que dudaban de la
conservacion de Cataluña, y tener la mayor parte de su ejército en Martorell, a donde esperaban al
marqués de los Vélez; mas éste por cartas que tuvo de traidores de Barcelona, cortó a Martorell, y
acometió a Barcelona, pensando hallar las puertas abiertas. Desanimaba también a los catalanes los
muchos traidores que entre sí tenían, que en toda parte hay de esta mala fruta, y la mayor desgracia
era que los principales eran de quien menos se podían fiar; porque como estos tenían mayores
dependencias en Castilla, por su interés propio vendían hasta la misma patria, como lo hicieron
muchos, y peor que todos, un capitán que la Diputación había puesto en Monjuich para defensa de
aquel padrastro, de que dependía la seguridad o cautiverio de la ciudad. Éste, pues, dos días antes de
la pelea, dejó la dicha plaza y se hizo una noche a la parte de los enemigos, dejando los reductos y
trincheras en disposicion que con facilidad se pudiesen tomar, y las piezas de artillería cargadas de
naranjas y arena para que no pudiesen hacer daño: lo que causó grande desmayo en toda la ciudad,
viendo que aquellos que como hijos más queridos la habían de defender, la ofendían más y le hacían
mayor guerra. Por otra parte, viendo que un caballero francés llamado Mr. de Spernan (Espenan), en
quien ellos mucho se fiaban, los había dejado con los 2.000 franceses que tenía, después de haber
recibido el sueldo, y que no tenían de dónde les viniese socorro, esto los hizo desmayar de suerte,
que ya casi se daban por vencidos.
A este tiempo quiso la divina bondad que yo desembarcase, y que luego se publicase en la
ciudad la embajada que V. M. enviaba a aquel Principado, la cual muchos no podían creer, y así me
venían a buscar para informarse, y yo a ellos por las murallas y fortalezas para decírselo, y ellos no
acababan de creerlo. Pedían la carta de creencia de V. M., no menos para reverenciarla y ponerla
sobre la cabeza, como lo hacían, como para certificarse de lo que oían y no acababan de creer; y la
causa de tanta incredulidad nacía de que allá no sabían de cierto nuestra felicidad, y la merced que
Dios nos había hecho a 1.º de Diciembre, porque el barco que partió de Lisboa con la nueva a
Cataluña, fue cogido por los castellanos, y estos sólo esparcieron unas noticias confusas y nuevas
viciadas, haciendo a Portugal con motín y disensiones, y no con rey. Empero cuando de mí supieron
que lo teníamos, y que era tal, y deseaba tanto asistirles que me enviaba solamente a darles la nueva
y a asegurarles de todo el favor y auxilio que podían desear, y que por las partes de Castilla que
confinan con Portugal tratábamos de ir desbaratando al castellano con grueso ejército; que todos
estábamos con firmeza en primero dar la vida que desistir de la empresa, y que así no tenían qué
temer, ni en el castellano había fuerzas para defenderse, cuanto más para insistir y acometer; con
esto, y con lo más que les dije cobraron tal ánimo, tal brío y esfuerzo los catalanes, que parecían
leones; y para que todos se vistiesen del mismo valor, mandaron que corriese la palabra por el
ejército, murallas y trincheras de que tenían socorro de Portugal, y lo demás que les había yo dicho
antes. A cada paso me pedían varios que de nuevo venían se lo tornase a repetir, dándose el parabién
unos a otros de la merced que V. M. les había hecho, y a mí todas las gracias, por ser quien les había
traído tan gentil nueva, deseando nada menos que saberla veinte días antes y estar más vecinos a
Portugal para merecer tener a V. M. por rey y señor suyo, como antiguamente eligieron sus
antepasados por rey de Cataluña a D. Pedro III, condestable de Portugal, maestre de Avis, hijo del
infante D. Pedro y nieto del rey D. Juan, de gloriosa memoria.
36

Con esta prevención fueron acometidos del castellano sábado 44 por la mañana a las siete; fue
la pelea muy reñida y dudosa la victoria; mas fue Dios servido darla al catalán con tal ventaja, que
quedó ganando catorce banderas que yo mismo vide no sólo ganar, mas poseer y guardar, con las
muertes y despojos adquiridos que la tal victoria pedía.
En las particularidades de la batalla, puesto que en toda ella fui testigo de vista, y no de los
que más lejos asistieron a ella, no me entrometo, así por no ser eso lo que profeso en esta breve
relación, como porque ya por otras constará a V. M. primero. Sólo lo que digo es que bien
considerado todo, a dos causas, después del poder y misericordia de Dios, se puede atribuir esta
milagrosa victoria: la primera al brío y esfuerzo que estos héroes cobraron con la merced que V. M.
les hizo en enviarme con la embajada, y con lo que de mí oyeron; la segunda la piedad y celo
cristiano con que toda aquella ciudad supo recurrir a Dios y a su patrona Santa Eulalia, estando el
Santísimo Sacramento descubierto en todas las iglesias, en las cuales se hacían fervorosas oraciones
que combatían el cielo; y si quisiéramos poner la tercera causa de esta victoria, ha de ser los
religiosos y mujeres, porque aquellos, o por traer las conciencias más ajustadas, temían menos el
riesgo y peleaban con más valor, o por entender mejor la justa causa de la defensa de la patria,
trataban más de defenderla, no exceptuando a ninguno de las armas y ejercicio militar. A un
capuchino oí yo decir, estando a caballo vestido de armas blancas, con carabina y pistolas (y
teníanlo por santo): «ya dejo dos muertos, y véngome a reformar para los demás»; y un religioso
eremita de la orden de San Agustín, dicen los capitanes que vinieron de allá, que matara a más de
dos docenas con la espada. Pues las mujeres (debe de ser por Santa Eulalia ser su patrona y
capitana) no es creíble el ánimo y valor que mostraban; unas con las armas, otras suministrando lo
necesario para la guerra y regalo de los soldados, a quien ellas regalaban no sólamente de palabra,
sino con la obra, no exceptuándose de este valeroso ejercicio, ni aun las más nobles e ilustres; y
finalmente, andaban así ellas como ellos tan encarnizados en la sangre castellana, que no se
contentaban con derramarla cuanto podían, sino que cada cual pretendía traer recuerdo y memoria
de los que dejaban muertos, y en las espadas traían espetadas, cuál las orejas, cuál las narices, cuál
las lenguas castellanas. No parecía esto demasiada fineza de los catalanes a vista de la que usó con
ellos el marqués de los Vélez en Cambrils; porque después que los catalanes allí se rindieron a
partido, los hizo salir por una ciénaga y con falsa fe, siendo el trato que se rendía a partido, a sangre
fría los mató, no perdonando a mujeres ni niños, ejercitando en ellos crueldades nunca vistas; ni
perdonó a lo sagrado en esta ocasión, porque abrasó los templos, después de haberlos saqueado, y
quemó los sagrarios; en fin, no perdonó ni a los santos de Cataluña.
Acabada esta victoria se retiró el castellano vergonzosamente; la causa ni ellos la saben dar, ni
yo escribirla; mas sé que tenía ganado las trincheras de Monjuich valerosamente, y que la mayor
parte del ejército iba avanzando a hacer lo mismo, y que unos treinta catalanes que salieron de
refresco, diciendo «ya viene socorro de Portugal, ya llega el de Francia», enflaquecieron tanto a los
castellanos, que todos perdieron el ánimo. Muchos rodaban por los montes; muchos se mataban
unos a otros, después que se libraron de Monjuich, rompiendo los fosos y puentes para que los
nuestros no les fuesen dando más en las espaldas. Huyeron por último y lo desampararon todo:
quedamos recogiendo los despojos de la victoria, y la mejor parte de ellos consagramos a Dios y a
la Virgen su madre, en cuyo día, y por cuya intercesión vencimos a nuestros enemigos.
Volví a boca de noche a dar el parabién a la Diputación, así del Principado como de la ciudad,
y ellos me la daban a mí, queriendo que a mi llegada y embajada en tan sazonado tiempo se debiese.
Estaban, empero, todos temerosos que el ejército castellano se tornase a reformar, aunque tan
distante de nosotros, y nosotros con superior partido por ir llegando la soldadesca de Martorell. Con
todo, podía otra vez el enemigo acometer pretendiendo restaurar la honra perdida; deseaban socorro
de Francia, el cual no podían pedir por tierra, por impedírselo el ejército contrario; ni por mar, por

44 Es decir, el 26 de Enero de 1641, día del desastroso asalto de Monjuich por nuestras tropas, de que ya se trató en
otro lugar.
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no tener al presente embarcación alguna que poder enviar más que dos galeras sin chusma del rey
Felipe que quedaron en el puerto cuando se levantó Cataluña.
Viendo, pues, la urgente necesidad y cuánto dependía nuestra conservacion del buen suceso
de Cataluña, y que ya había cumplido con mi embajada, y dado las cartas para los capitanes y
principales portugueses del ejército castellano, me ofrecí a la empresa de ir con mi navío a Marsella
y traer el socorro, porque sin yo ir nunca el genovés llegara allá, ni el socorro viniera, y siempre a
mí se me tendría por más a propósito para saberles representar, como testigo de vista, el estado de
Barcelona, y el en que dejaba a Portugal, que fue también lo que me movió a hacer la jornada,
porque los franceses hasta entonces no sabían lo cierto y ajustado, antes les habían dicho muchas
mentiras los castellanos.
No pienso merece esta acción censura contra el valor, como algunos, que deben tener en la
lengua lo que les falta en las obras, quisieron decir; porque quien entró en Barcelona antes de haber
pelotas y balas, y asistió por las murallas y trincheras en cuanto las hubo, ni se salió de la ciudad
sino después de no haberlas y el enemigo retirarse, bien muestra que no huía de ellos, y que el salir
entonces a otros riesgos mayores sólo era por remediar el no haberlos tan presto en Portugal, y lo
cierto es que en esto y en todo lo demás tuve siempre por delante de los ojos el mayor servicio de
Dios, de V. M. y bien de este reino, y en esta acción pienso que lo mostré más que en todas.
Con estos intentos me embarqué y di a la vela el domingo siguiente. Sobrevínome luego
calma, y tres leguas de Barcelona estuvo el navío surto por dos días, estando sobre el ferro; aquí me
ví en el mayor peligro de la jornada, porque estando en esta dicha calma, llegó el duque de
Fernandina con sus galeras para socorrer al ejército castellano, y con verlo nosotros desde el navío y
contar las galeras, él milagrosamente o no nos vio, o Dios lo movió a no acometernos, que a hacerlo
tenía la presa en la mano, por ser las galeras muchas y bien pertrechadas de gente. Acabada esta
calma, vino un pie de viento tan grueso y tan recio, que nos vimos en grandísimo riesgo en el golfo
de León; por lo menos juzgó el capitán y demás oficiales del navío que era imposible el aportar a
Marsella, ni a puerto alguno de Francia, porque ya estábamos de la otra parte de Saboya a que
dimos vista, y solo podíamos ancorar cuando mucho en Mónaco o Génova; y como Mónaco fuese
de la confederación de Castilla, y Génova puerto libre, parecióme mejor desembarcar en Génova, y
de allí por tierra tomar a Francia, que me decían era muy fácil; con estos pensamientos aportamos a
Génova a los 6 de febrero.
Escasamente habíamos lanzado el ferro, cuando la ciudad se comenzó a desembarazar, y a
venir todos en barquitos a bordo para saber nuevas de Portugal, que de lejos habían ya conocido el
navío por genovés, y sabían de dónde venía, y no menos deseaban saber las nuevas de Barcelona;
que como en Génova hay muchos apasionados por Castilla, y estos sabían la ventaja que el ejército
castellano llevaba al catalán, ya se hacían con la victoria alcanzada. Mas como les dijésemos había
sido al revés, a unos se les caía el corazon a los pies, y los más no lo podían creer; menos se podían
persuadir en la conformidad y común consentimiento con que V. M. fue aclamado y jurado por rey
en todas las ciudades, villas y lugares de este reino y de los Algarbes, porque también de esto no
tenían sino unas noticias muy confusas y viciadas por envidiosos castellanos, que no querían
conceder esta nuestra felicidad; mas sólo le llamaban un levantamiento confuso y dividido como el
antiguo de Alemtejo.
Luego que me desembarqué no me olvidé de escribir a Marsella el estado de Barcelona para
granjearle socorro, y así envié algunas otras cartas de la Diputación y de los capitanes franceses que
allá estaban, en las cuales todas representaban el aprieto en que se podían ver. Importaron tanto
éstas, que luego el cardenal de León, que entonces se hallaba en Marsella, y el mariscal gobernador
de la Provenza, enviaron seis navíos cargados de armas, y gente y vestimentos, con que los
catalanes de Barcelona cobraron nuevo aliento, y de todo se dieron por seguros, y mucho más con
haberles ido otro socorro después del dicho, y en seguida otros varios, hasta salir el arzobispo de
Burdeos con su armada, lo cual aseguró todo, impidiendo y tomando los socorros que el castellano
quería entrar en Cataluña, de las cuales presas yo vi por mis ojos la que tomaron en un solo día, que
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constaba de cinco navíos grandes, dos galeras y una pollaca (polacra), cargadas todas estas
embarcaciones de trigo y bastimentos hasta el tope; y después de estas hizo otras muchas. Así que
yo quedé en Génova; mas con las cartas que de allí envié a Marsella se obró la seguridad de aquel
principado de Cataluña, como si yo allá fuese, y esto hizo que en Barcelona no hubiese más pelea
que aquella en que yo asistí.
Con las nuevas que estos genoveses apasionados de Castilla me oyeron (si bien no deja de
haber también muchos y muy amigos de Francia y apasionados de Portugal) me cobraron tal
aborrecimiento, que luego en el semblante lo mostraban, y con las palabras y gestos manifestaban el
sentimiento del corazón. Para mayor desgracia mía me fueron a alojar y hospedar en un mesón, en
el cual en un cuarto estaban alojados muchos castellanos, criados del marqués de Leganés, que allí
esperaban, viniendo de gobernar a Milán. El cual, siendo tan emparentado en Génova, venían
muchos de estos genoveses a hacer consultas con los castellanos, y todos ellos llevaban a mal verme
entrar y salir por la misma puerta, y mayor enfado les dio cuando comenzaron a rastrear que yo
había sido enviado por V. M. a Barcelona con oficio de embajador, lo cual yo negaba con disfraz, y
en eso más me confirmaban, antes tenían para sí que aun pasaba a Roma con negociación de la
misma importancia, y después de matarme pretendían tomar los papeles que llevaba de V. M. para
hacer plato de ellos a Castilla, como hicieron algunos capitanes portugueses, y más que capitanes en
el ejército castellano de las cartas que les envié en que les ofrecía el pasaje e intimaba las órdenes
de V. M., granjeando con eso puestos aventajados y deshacerse el tercio de portugueses.
Comenzaron, pues, estos confederados de Castilla atraicionadamente a hacerme celadas en
que cogerme; la primera fue que me enviaron un milanés muy lucido y bien puesto que hacía, y
muy bien, la figura de haber sido en Alemania del servicio del infante D. Duarte, que Dios nos
traiga, y luego juraba que no deseaba otra cosa sino ir a buscarlo a Portugal, adonde había ya pasado
(estas nuevas que entonces corrían en Génova no eran verdaderas), porque había recibido de su Real
mano tantas y tales mercedes él y su padre, que estaba dispuesto a dar la vida en su servicio; empero
que temía a los castellanos y apasionados de Castilla que lo podían coger y maltratar, y me pedía
que le diese consejo y lo amparase; pues si bien no era portugués en la sangre, lo era tanto en el
afecto. Cautiváronme, confieso, sus razones: advertí lo que me decía y naturalmente me compadecí
por verle en el mismo riesgo, puesto que fingidamente, en que yo me veía; hícele que tornase a la
noche para nos comunicar y tomar consejo con un genovés que me mostraba buen afecto, y a las
cosas de Portugal no menor estima. Visto entonces, por estar yo bien acompañado de gente, no
poder ejecutar su mala intencion, tornó a boca de noche y delante del genovés trató su causa, que
nosotros pretendimos remediar cuanto fue posible; mas como le traía otra muy diferente, y con mala
intencion, y él viese más gente de la que quería para ejecutarla, no se deliberó 45 hasta que le hicimos
levantar.
Al día siguiente vino a estar conmigo un pobre tudesco, que se confesaba criado de aquellos
castellanos que estaban en la misma posada, o para decir mejor, ángel disfrazado que tomaba a su
cuenta mi guarda y defensa; éste me dijo cómo sus amos y otros de la ciudad trataban con calor de
matarme, y que a eso habían enviado el día antes un milanés llamado D. Miguel de Navas, capitán
de corazas, el cual con capa de hacerse del servicio del infante D. Duarte venía armado con dos
pistolas, dejando a la puerta de la posada diez hombres armados para su defensa, con un caballo
bien aderezado, y que éste había dado por excusa de no haberme muerto a los que lo enviaban, el
estar yo con el genovés y haber criados a la puerta. Agradecíle yo esta memoria y merced que me
hacía, y con promesa de satisfacérsela, le pedí que de nuevo viese si había de qué avisarme más, y
que lo hiciese. Aun entonces pensaba yo era esto embuste para ganar dinero; empero el buen
tudesco volvió a la tarde diciendo que sus amos sabían que yo era hermano de un conde que había
estado en el Brasil y ahora estaba en una plaza gobernando por orden de V. M., y que era además
pariente de los rebeldes de mayor consideracion contra Castilla, enviado por V. M. a Cataluña a
negocios de importancia; y que en el camino de Roma (adonde pensaban que yo iba) me esperaban

45 Lo mismo que resolvió o atrevió.


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para matarme, y que en la posada trataban lo mismo. Confirméme entonces en ser verdad lo que me
decía el tudesco, y en la merced que Dios me había hecho en librarme del atraicionado milanés, así
como de la buena voluntad que esta gente me tenía, y mucho más por ver que aquellos hombres me
tenían puesta guarda y vela y espías para donde quiera que yo fuese y saliese, la cual fielmente me
acompañaba y traía a la vista, y así con traje mudado yo y mi compañero nos recogimos a otra casa
oculta. Y no fue pequeña merced de Dios hallarla y poder llegar allá, escapando de las guardas y
centinelas que me tenían puestas, de las cuales era consentidor un mozo que yo llevaba, el cual me
tenía vendido. Mil juicios se echaban sobre esta mi ausencia; unos me hacían ya partido a Roma,
otros a Francia, y conforme pensaban así enviaban gente para alcanzarme por mar y tierra. Una
embarcación enviaron bien guarnecida de gente armada al golfo de la Especie (Spezzia) en mi
busca, pensando pasaba a Roma: empero ella se hundió y se ahogaron 40 hombres que dentro iban.
En este tiempo llegó el marqués de Leganés de Milán, y con su llegada crecieron las
diligencias con grandes promesas de dinero: 500 doblones se llegaron a ofrecer a quien me
descubriese; todos los patrones y pilotos de la ribera estaban cohechados para que me entregasen,
porque les constaba no haber yo pasado de Génova, y como Carlos de Oria (según mi perseguidor)
fuese gobernador de las galeras de Castilla y mandase toda la marinería, todos le obedecían y
deseaban dar gusto. Sabiendo, pues, el marqués de Leganés que yo estaba dentro de Génova, me fue
él mismo a pedir en persona. Fuese al Senado diciendo que yo era traidor a Castilla, y enviado por
V. M. a Barcelona por embajador; que era bien que como rebelde me entregase al rey de Castilla, y
así de su parte lo pedía y requería: empero el Senado le respondió, que si yo era persona de tanta
estima y calidad que V. M. me ocupaba en oficio de tanta consideracion como era ser embajador
suyo, que no era bien que ellos agraviasen a tal persona y a tal rey, siendo la República a todos
libre; y si yo no era el que él decía, no parecía tampoco razon para que ellos entregasen a un
inocente: si bien es verdad que no faltaron algunos que votaron que me entregasen. Tornó él a instar
segunda y tercera vez, mas no le bastó ni importó más que la primera; trató entonces de poner su
industria y violencia para haberme a las manos, haciendo las diligencias, multiplicando promesas y
fulminando amenazas contra quien me amparaba; y porque pensó que un genovés rico y noble me
amparaba, le mandó confiscar 40.000 ducados que tenía de renta en Nápoles, y a otro que no tenía
hacienda trató que la satisfaciese con la vida. Mas lo que a mí más me escandalizó fue cierto
portugués que con él venía, a quien yo, por serlo, traté cuanto pude de reducir y ganar; éste fue el
que más me persiguió y andaba en mis alcances por complacer al de Leganés.
Viendo yo que se iba descubriendo la posada donde estaba, y que podían maltratar a los que
me amparaban, con su beneplácito me mudé pasados ocho días de esta casa a la de un clérigo
virtuoso, y de ésta, pasados tres días, a otra de un caballero que no temía ni debía; en fin, aun aquí
se supo adónde estábamos, y con ser persona grave y de respeto, le venían a cercar la casa de día y
de noche con soldados de posta para que no pudiese salir de ella; tanto que vine a hacer queja en
nombre de V. M. al Senado de la violencia que se me hacia, adonde fui bien oído y respondido,
ofreciéndome guardas en mi defensa, y todo lo que me fuese necesario, con la cual diligencia que
hice en el Senado, cesó algun tanto el demasiado velar sobre mí. Haciendo, pues, de la necesidad
virtud, y viendo hallarme en Génova, adonde hay muchas armas, de que nosotros tanto
necesitábamos, hice con algunos mercaderes que enviasen acá copia de ellas, como en efecto
vinieron, dirigidas a Juan Bautista Laviosa, mercader genovés de esta ciudad. Entretanto, sabiendo
de tres navíos holandeses que estaban para partir a cargar de sal a la isla de Ibiza, los fleté a todos
para que me pusiesen en la primera tierra de Francia, y así me embarqué después de haberlo
concertado, a los 21 de Marzo a medio día, llevando en mi guarda hasta el navío dos compañías de
soldados bien armados y bien pagados, con que quedaron los castellanos y sus secuaces bien
corridos y avergonzados, los cuales hacían ya la presa tan suya, que publicaron tenerla ya en sus
manos, y de Castilla me enviaron a buscar por dos veces con más acompañamiento de alguaciles y
ministros de lo que yo deseaba, y así di por bien empleado el enfado de cuarenta y dos días de
sepultura, por verlos tan frustrados en sus intentos.
40

En Florencia supe habían preso a varios portugueses pasajeros, porque tenían algunas señales
de las que de mí habían dado. En otros muchos riesgos y persecuciones no menores para sentir me
ví en esta tierra, y por las que pasé, y mucho más por atizar los portugueses, aun estando en otras,
que por la sangre y patria debían obrar de otra manera, cuando no fuese por satisfacer y pagar al
deseo que les mostré de los reducir y ganar en Portugal. Dejo de nombrarlos a V. M. por no causar
enfado, como también por no avergonzarlos de nuevo a ellos, que me consta están hoy bien corridos
y alcanzados de verse con la ocasión perdida, arriesgados a no tener otra como la que tuvieron para
echar mano de ella; sólo digo que en el medio de tantas persecuciones siempre di mi venida por
bien empleada; antes de nuevo me volviera a meter entre ellas por el servicio de V. M. y mayor bien
de este reino; ni me faltó jamás la confianza de que Dios me libraría de todas con su milagrosa
Providencia, como lo hizo, pues eran por un rey y reino que él tiene tomado por su cuenta.
De Génova vine a Cabalario, primera tierra de Francia, corriendo toda la Provenza y
Lenguadoc, adonde los franceses me recibían en los brazos, y no cesaban de alabar a los
portugueses por lo que habían hecho, en particular el arzobispo de Burdeos, que hallé en Cadaqués
con su armada, el cual se mostró muy deseoso de con ella venir a servir a V. M., alegando que sabía
muy bien los puertos de Portugal y Castilla, por las muchas veces que de lejos los había corrido; y
no es creíble cuánto los franceses generalmente deseaban venir a servir a V. M., tanto, que si yo
tuviese comisión para eso, pudiera traer muchos de millares, así de a caballo como de a pie.
De aquí me volví a Barcelona a coger el fruto de las cartas que había enviado al ejército, y de
nuevo hice imprimir la carta de creencia que llevaba, y la provisión de V. M., lo cual todo se
esparció por el ejército, para que a todos los de él, principalmente a los portugueses, constase de la
verdad y se pudiesen venir; y sin duda todos se vinieran si su tercio no se reformara por los otros
castellanos, mas con todo ese aprieto los principales cabos y capitanes se vinieron pasando a la
instancia de las cartas que les envié, exponiéndose a grandes riesgos por venir a servir a V. M., por
lo que merecen grande alabanza y ser remunerados de la real mano de V. M.: y es de notar que con
ser las que escribí en el ejército tantas, que pasaron de treinta, todas y cada una de ellas fue dada en
mano propia del capitán o soldado para quien iban; lo que no atribuyo tanto a diligencia humana,
cuanto a providencia divina. Con parte de ellos me vine a Burdeos, para desde allí darles pasaje, el
cual di a más de doscientos, esperando a los demás que viniesen; y porque tuve noticia que
Tarragona estaba ya tomada por Francia, y que de la parte de Barcelona estaban pasados de
doscientos portugueses venidos ya del ejército, envié a mi compañero el P. Paulo de Acosta para que
los trujese a todos y venirnos con la armada; mas porque yo hallé entre tanto ocasión de una
carabela que de la Rochela partía para esta ciudad, me embarqué en ella con nueve capitanes, cuatro
alféreces y los demás soldados que actualmente tenía, que serían más de cincuenta, armándolos
primero a todos con mosquetes y pistolas para la ocasión que se ofreciese, pues así serían más bien
recibidos en este reino, facilitándome todo el riesgo del camino el deseo que tenía de echarme a los
pies de V. M., que Dios nos guarde, para propagación de la fe católica y grandes aumentos de sus
estados. Lisboa a 20 de julio de 1641.―Ignacio Mascareñas.

Madrid, 29 de octubre.
... Poco hay de que avisar, porque todo está hasta ahora en calma, si bien hay buenas
esperanzas de lo que toca al socorro del Rosellón.
Partió el de Torrecusa como tengo avisado, y se dice que el de Mortara había salido con la
gente que tenía en Rosellón, y que había roto a los franceses, deseando tener esta gloria antes que
llegase Torrecusa con el socorro de gente. Esto ha corrido; como S. M. está ausente no se sabe lo
cierto… ―Sebastián González.
41

Madrid, 5 de noviembre.
… De Cataluña sólo hay que se remitieron los embajadores, y que se había de entregar en
trueco de ellos a la duquesa de Cardona y a sus hijos, con que saldrán de la prisión en que han
estado con el más indigno tratamiento posible personas de su calidad.
Dícese que al marqués de Leganés le mandan vaya a Tarragona a gobernar las armas; no hay
hasta ahora cosa cierta… ―Sebastián González.

Madrid, 12 de noviembre.
… De Cataluña lo que hay es que catalanes y aragoneses estaban para rifar, sobre no
restituirles los catalanes los daños que les habían hecho en dos pueblos de Aragón, y tenían ofrecido
dar satisfacción.
Item: que un capitán portugués se había con algunos de los suyos pasado a los catalanes.
También avisan que por industria de un caballero francés, que está en Perpiñán, se había
traído un muy buen convoy de bastimentos de Francia, que el dinero todo lo puede, y pasó por entre
un trozo de gente francesa; y creyendo iba para otras tropas que estaban más adentro, los dejaron
pasar sin tocarles en cosa alguna, y en llegando cerca de Perpiñán los salieron a recibir recogiéndolo
todo en la ciudad.
Asimismo hay aviso de que los franceses han hecho un fuerte en un pueblo que es paso para
Francia, y siéndoles capitulado que el presidio había de ser de catalanes, han metido en él franceses,
y enviado enhoramala a los catalanes, con que están ya resabiados; su dureza sólo los retiene y hace
pasar por estos y otros peores tratamientos que cada día reciben, y no faltan amenazas de que les
han de quemar el libro becerro de sus antiguos fueros.
Al de Leganés le mandan vaya a ser virrey y capitán general de Cataluña, con no poco
sentimiento suyo, mas serále fuerza el obedecer. Murióse el menor de sus hijos, que era por extremo
lindo, de garrotillo, y a quien su padre y el cardenal, su tío, amaban muy tiernamente; el segundo
queda con el mismo mal, aunque no le ha dado con tanto rigor; al mayor le llevarán por
resguardarle en casa de la marquesa de Alcañices…―Sebastián González.

Madrid, 18 de noviembre.
… Nuestra gente de Aragón y Monzón caminó la vuelta de Lérida; tomaron dos pueblos sin
resistencia, porque no tenían fortificaciones considerables. En uno de ellos hay un castillo bueno;
este no se ha tomado por no haber llevado artillería, ni ellos la tienen para ofendernos. Si se toma
queda Lérida muy desabrigada, porque desde este castillo la pueden batir. Nuestro general presentó
la batalla al Mr. de la Mota, general por el Francés; respondió no le estaba a cuenta por ser los
nuestros superiores en caballería e infantería, y hizo muy bien, que no es cordura pelear cuando el
contrario quiere, sino cuando a cada uno le está mejor. Dicen procura juntar gente de a caballo y de
a pie para verse con los nuestros; veremos en qué para...―Sebastián González.

Madrid, 17 de diciembre.
... Hasta ahora no ha venido aviso del socorro de Perpiñán, si bien se dice por cierto está
hecho. Cuentan unos que sin resistencia ninguna entró; otros que pelearon, y que los franceses
habían sido rotos y destrozado aquel ejército, aunque con alguna pérdida de nuestra gente.
En Aragón están muy contentos con su nuevo virrey, que es el marqués de Tabara, porque se
los ha ganado y agasajado mucho. Arman apriesa 5.000 hombres para la defensa de sus
fronteras...―Sebastián González.
42

Vinaroz, 22 de diciembre.
Víspera de Santa Catalina salió de Tarragona mi señora la duquesa de Cardona con los
señores D. Pedro y D. Vicente en una saetía, pero estando a la vista del Coll de Balaguer se movió
una tormenta de viento tal que pensaron ser perdidos, porque el mar estaba muy grueso, y el aire era
terrible. Mareóse mucho mi señora y todos los demás a no ser el Sr. D. Vicente. El día de Santa
Catalina llegaron a este lugar, y por ser la marea grande sólo desembarcaron a mi señora la duquesa,
los demás desembarcaron el día siguiente. Pasan a Villarreal, y allí resolverá mi señora la duquesa
adónde ha de hacer jornada, aunque insiste que ha de ser a Andalucía.
Ayer llegó una galera de la escuadra de Génova que enviaba D. Melchor de Borja para el
pasaje de mi señora, y anoche se partió a Tarragona con 46.000 ducados para socorro de aquel
ejército. Esta fue una de las que llevaron socorro a Rosellón, y se supo cómo quedaba todo
desembarcado, y de dos naves flamencas que habían cargado de trigo y cebada se desaparecieron.
Los nuestros llegaron a prender al virrey que el de Francia enviaba a Barcelona, y la moneda
que llevaba consigo para el socorro de su gente; pero cargó tanta caballería del enemigo que se
hubieron de retirar los nuestros por sus pasos, y si la que iba de acá estuviera en orden no se
escapara nadie.
Los de Perpiñán habían cogido veinte caballos y 2.000 ducados en dinero que pasaban al
ejército francés.
Entre los prisioneros que cogió el de Aguilar hallaron un fraile, soldado de a caballo, que con
sus pistolas le pasearon por Tarragona, y a otro tienen preso allí, porque habiendo salido a otra
facción, no quedando dentro de Tarragona más de 600 hombres, dijo que era buena ocasión para
levantarse y degollar los castellanos.
Llegó a Tarragona un trompeta de Barcelona y dijo cómo habían muy bien recibido a los
embajadores.
Dios guarde a V. E. muchos años. De Vinaroz a 22 de diciembre de 1641.―Licenciado Pedro
Juan de la Guardia.―Al duque de Cardona, mi señor.46

Madrid, 24 de diciembre.
Ha habido cartas de Zaragoza: los lugares todos de aquella vecindad se entregaron al marqués
de la Hinojosa, el cual se contentó con que hiciesen de nuevo juramento de fidelidad, y los dejó;
sólo en Cambriles puso gente y con haber llegado ya la caballería que pasó por Balaguer, se hallaba
S. E. con 1.500 caballos… ―D. Juan Idiáquez Isasi, maestro del Príncipe.47

Madrid, 30 de diciembre.
… Lo que hay de nuevo es que los síndicos generales de los condados de Ribagorza en
Aragón, viendo las invasiones que los enemigos hicieron estos días pasados en algunos lugares de
sus fronteras, acordaron de hacer una unión y coligación general con todas las villas y lugares de los
dichos condados, que son muchos, y todas las baronías seglares y eclesiásticas que hay en ellos, y
para esto se hizo una convocación y junta general en la villa de Benabarre, donde asisten los dichos
síndicos, y los que acudieron con poderes de las dichas villas y lugares y muchos señores. En la
dicha junta, pues, se acordó que a costa de los dichos condados y sus universidades se levantasen
veinte compañías de infantería de a cien hombres cada una, con sus capitanes y demás cabos, y un
maese de Campo, y un sargento mayor, y que estos 2.000 hombres estuviesen dispuestos para el
servicio de S. M. y defensa de los dichos condados, de la cual coligación y unión esperan su
confirmación de S. M., y ésta no entra en la gente con que los brazos del reino sirve a S. M.

46 Es copia de mano del P. Pereyra.


47 Está copiada entre otras de mano del P. Rafael, y por lo tanto es de suponer iría dirigida a alguno de los padres del
Colegio de Sevilla.
43

Las mercedes que se han hecho a los hijos de la excelentísima duquesa de Cardona, que
estuvieron presos en Barcelona, son las siguientes: a D. Pedro de Aragón que fue marqués de
Povar48, ha hecho S. M. merced de título de general del ejército que se junta en Aragón en la parte
de Monzón, donde hay hoy de 2.000 a 3.000 caballos juntos y 4.000 ducados situados en ciertas
rentas reales por los días de su vida y 3.000 ducados de ayuda de costa, y que ejerza la llave de la
Cámara.
A D. Antonio de Aragón del Consejo de órdenes y de la Suprema Inquisición se le ha dado
plaza de consejero de Estado, y un decreto de S. M. para el dicho Consejo, en orden a que le
proponga para el primer capelo que su Santidad creare para España en la primera acción de
cardenales que se hiciere. Item: 3.000 ducados de renta situados luego en pensiones, y 3.000 de
ayuda de costa para que vuelva luego a Tarragona.
A D. Vicente de Aragón, otro hermano de los dichos, colegial que hoy es del Colegio Mayor
de San Bartolomé49, le han dado un hábito militar y 1.000 ducados de ayuda de costa.
A la duquesa, madre de los dichos, se le han dado 6.000 ducados de renta en Cerdeña. Está
ahora en Villarreal cerca de Segorbe y de Valencia; ahora mandan parta a Huesca con poderes muy
amplios para componer las diferencias de Cataluña, que hay buenas esperanzas.
Estos días ha corrido voz que venía nuevo virrey, de Francia a Cataluña, y que estaba en
Canet, y que es cuñado del cardenal Rocheliu; no se ha verificado esto, aunque corre comúnmente
por cierto.
Miércoles en la noche llegó correo de Cataluña en que se avisaba que el marqués de Torrecusa
había degollado 1.000 franceses y catalanes, y 500 caballos que estaban en una emboscada para
impedir el socorro, habiéndolos cercado sin que se pudiesen escapar sino muy pocos, que se dieron
a prisión, y que el socorro se había hecho muy bien, y que se ponía sobre el castillo de Elna y va
con ánimo de recobrarle.
En el campo de Tarragona se han reducido a la obediencia de S. M. cuatro lugares, que son la
villa de Reus y otros tres circunvecinos, y que el conde de Aguilar tiene muy ganada la milicia y a
los del país, procediendo con todos con grande acierto y cortesía.
También avisan que el conde de Aguilar había enviado 400 caballos a Cambrils y quemaron
todos los barcos que allí había y en especial dos lanchas que hacían muchos daños, y reconocieron
que en el lugar no había gente de guarnición que pasase de 300 hombres, y de allí pasaron a Monroy
y trajeron 350 cabezas de ganado y un hato de vacas y otro de mulas.
Item, avisan que con la nueva caballería que le iba entrando al conde de Aguilar en Tarragona
iba limpiando todo aquel campo de los enemigos que había en él.
Después de la reducción de los cuatro pueblos de Cataluña a Tarragona, me parece que los de
otro pueblo allí junto tuvieron con los franceses disensión porque se desmandaban con algunas
mujeres. Parecióles sería bien dar una trasnochada a Reus, que es el principal. Los de Reus avisaron
al conde de Aguilar los acudiese porque habían de venir sobre ellos; fueles respondido se pusiesen
en defensa, que serían acudidos con toda puntualidad y defendidos con bastante número de gente.
Ellos lo hicieron así y se pusieron en defensa. Mandó el de Aguilar que la caballería marchase y les
cortase, y él mismo caminó con un buen trozo de infantería. Ya andaban revueltos, y llegó tan a
punto caballería e infantería, que degollaron grande cantidad de franceses. En el número se varía;
unos dicen eran tres regimientos; otros 2.500; otros tres compañías de infantería y dos de caballería.
Quedan bien hostigados. Prendiéronse muchos catalanes y micheletes, y a todos les dio libertad el
de Aguilar para que se fuesen a Tarragona y a Barcelona. Fue grande el alarido y víctores que tuvo.
Item: pidiendo los pueblos pusiese presidio en ellos, el que le pareciese, les respondió que por
ningún caso quería quitarles sus privilegios ni inmunidades, y que gozasen de su libertad; con esto
los tiene gustosísimos y muy afectos… ―Sebastián González.

48 Ya por este tiempo era duque de Cardona.


49 El de San Bartolomé en la Universidad de Salamanca, llamado por otro nombre el Colegio viejo.
44

Madrid, 31 de diciembre.
… El marqués de la Hinojosa fue ocho días ha con la caballería, y tres tercios de infantería, el
de el conde-duque, el de los alemanes y el de los italianos, a la villa de Alcover, y embistieron con
escalas a la muralla y a la puerta con un petardo, y entraron la villa y la saquearon. Estaba dentro de
ella el tercio de la ciudad de Barcelona en que había 500 hombres, y se retiró a la iglesia y desde
allá parlamentaron, y se rindieron con condición, que no tomarian las armas contra S.M. en aquella
parte de Tarragona; el pillaje fue de mucha consideración.
Mosiur de la Mota se ha retirado al Monblanth y nuestra caballería ha ido siguiendo su
retirada, y en una villa que se llama el Plá, pasado el Col de Cabra, entraron los dragones que iban
de vanguardia al lugar, y deshicieron dos compañías de franceses de a caballo, retirando a los
hombres y a los caballos. Tomaron en esta correría 100 vacas, 4.000 o 5.000 cabezas de ganado,
200 mulas y algunos caballos; no quisieron saquear el lugar ni hacer otro daño que rendir los
franceses que estaban allí de guarnición. En Constantí hay guarnición de catalanes, el marqués fue
allá y los requería se le rindiesen, y ellos respondieron que tenían orden de pelear y defenderse; pero
queda cortado con los lugares en contorno que están ocupados.
De Rosellón avisan que Torrecusa había salido desde Colibre a la montaña del Pertús, y en el
paso de nuestra Señora de Requesens había tenido un encuentro con la gente del cargo de D. Jusepe
de Costa, y la había desbaratado y degollado de 400 a 500 hombres, y tomado prisioneros de
importancia…―El licenciado Pedro Juan de la Guardia.―Al señor duque de Cardona50.

Madrid, 31 de diciembre.
De Tarragona se avisa como el de Hinojosa había salido con tres tercios de infantería hacia la
villa de Alcover, y que la había tomado, retirándose los catalanes que la guarnecían a la iglesia,
donde se hicieron fuertes, parlamentando desde allí y rindiéndose a condición que los dejase ir
libres y prometiendo ellos no tomar las armas contra S. M. En aquella misma parte del campo de
Tarragona las tropas del marqués saquearon una villa muy rica, y dicen que el pillaje fue de mucha
consideración.
De todos los lugares del campo de Tarragona solo quedaban por rendirse Valls y Constanti.
Éste había ofrecido rendirse con solo que le pusiesen una batería; pero avisan que el marqués no
había querido, sino que había de rendirse de su voluntad.
El barón de Bresé, cuñado de Rocheliu, que vino por virrey de Cataluña, había jurado en
Junqueras, una villa del Ampurdán, hallándose presentes un canciller y un diputado, y que no quiso
unir a Barcelona excusándose con que era conveniente asistir en Rosellón para impedir el socorro
de Perpiñán, y que hasta que hubiese tomado esta plaza, no había de sitiar a Barcelona; entiéndese
que es ruido, y que no se fía mucho de los catalanes.
Dícese que habían vuelto a Barcelona Salas y Cervera, los embajadores que enviaron a
Portugal, y tan mal despachados que se levantó un motín popular contra ellos; que estuvieron muy
cerca de matarlos, porque les dieron por respuesta que no era posible poderles prestar un real
porque el de Portugal lo había bien menester para sí… ―Licenciado Juan de Cuevas.―A su
excelencia el duque de Cardona.

50 Esta carta y la siguiente dirigidas al duque de Cardona (D. Luis) hijo del difunto virrey de Barcelona, se hallan en
un cuadernillo, todo de letra del P. Pereyra, en el cual este diligente y laborioso jesuita copiaba las cartas que
llegaban a sus manos, o venían dirigidas a alguno de los padres del Colegio sevillano. Una y otra parecen escritas
por criados o agentes del duque.
45

1642

Madrid 6 de enero.
… A los 3 de éste avisan de Perpiñán al señor marqués de Torrecusa, que la oposición toda del
enemigo, en el socorro que había de hacer a aquella plaza, consistía en un trincherón que tenía
desde Argelés a la montaña de ocho reductos, y en cada uno una pieza, y que para guarnecerle y los
puestos de Elna y Cañete, la infantería francesa que tenía eran 1.800 y 2.000 la catalana, de estos
270 caballos, y de aquellos 300, todos a las órdenes del mariscal barón de Arpoju (¿Arpajon?), y
que él se hallaba enfermo en Elna y que las órdenes que tenía eran que a tres tiros de cañón saliese
de Elna y Canet la más gente que pudiese, y acudiese cada uno a los puestos que se le habían
señalado, y que los demás cabos franceses no se hallaban allí; también avisan que después de los
tres tiros tardaron en llegar desde Elna cuatro horas y desde Canet seis.
A los 8 escribió el de Mortara al marqués, que habiendo salido a los 3 en busca de la faluca,
que había de venir para llevar algunos caballos y recorriendo la marina, no la hallando, con noticia
que llevó de que en Canet había 300 caballos, se emboscó con los suyos, y envió algunos pocos
para obligar al enemigo saliese a seguirles.
Ejecutaron los nuestros la orden con tan feliz suceso que habiendo recibido la primera carga,
volvieron grupa a toda rienda, siguiéndolos el enemigo hasta la misma emboscada, de donde salió el
marqués, con que empezaban a volverse, perdiendo en las cargas que recibían y en la vuelta más de
150 entre muertos y prisioneros, y entre estos un capitán y dos tenientes. Con esto volvió a
Perpiñán; y con nueva que hubo de que pasaría la faluca, vino segunda vez a la marina, y como no
la descubrían porque supo que de Salsas a Canet traían dos cuartos de cañón convoyados,
quedándose en paraje que los de la plaza no pudiesen socorrerlos envió al de Ávila que los atacase y
que si las fuerzas fuesen tan superiores que no pudiese con ellos, procurase entretenerlos, mientras
llegaban 200 infantes de retén. El de Ávila anduvo tan bizarro que para cuando estos llegaron, ya
tenía deshecho al enemigo y se había apoderado de las piezas con que volvieron todos a Perpiñán.
A los 14 el marqués de Torrecusa envió 1.000 infantes, para desalojar a otros tantos catalanes,
fortificados en una eminencia, ejecutándolo con tanta dicha que primero estaban con ellos que los
sintiesen. Su maestre de Campo general, N. Boxel, fue el primero que empezó a huir, y los nuestros
divertidos al pillaje no prendieron ni degollaron los que pudieron. Con estos buenos sucesos y
muchos avisos nuevos que llegaron de Perpiñán, de que no les había llegado a los enemigos más de
80 infantes de socorro, se resolvió el marqués a embestir al trincherón como lo hizo, tomándole y
deshaciéndole con estrago total del enemigo, con lo cual quedaba asegurado el socorro para
Perpiñán; y así en carta que escribió al gobernador de Rosas, que original se la envió a S. M., dice:
«las plazas puedo decir quedan socorridas, el enemigo deshecho, y a mí tres o cuatro horas de
tiempo para hacer cuanto me falta.»

Madrid, 7 de enero.
Por acá las nuevas que han venido estos días, son las siguientes: que Lérida, que es la llave de
Cataluña, está por S. M. El cómo fue, de esta suerte lo refieren: que monsiur de la Mota, general del
Francés, que estaba en Lérida, salió con un trozo de su ejército a componer los migueletes 51 de una
refriega que tuvieron entre sí, en que murieron 300 franceses. Volviendo a Lérida halló quitados los
puentes con una rociada de artillería y mosquetería, con que hubo de retirarse con su gente.

51 Una nota marginal de letra del P. Rafael añade «son bandoleros.»


46

Demás sabemos que los catalanes y franceses están mal avenidos, con que esperamos en Dios
se compondrán bien las cosas de aquel reino antes de mucho.
Partió de aquí D. Antonio de Aragón, hijo del último duque de Cardona, con muchas firmas
en blanco de S. M. en orden a componer las cosas.
El marqués de Flores de Ávila envió un correo a pedir socorro de dinero, para comprar del
enemigo víveres. Con el mismo le respondió Torrecusa que para cierto día le enviaría 50.000
ducados de oro y plata. Este correo cogió el enemigo, y reconociendo lo que contenían las cartas,
volviéronselas al correo cerradas, diciendo que por ser catalán, que lo era el correo, lo dejaban
pasar, que si otra vez volvía que lo habían de castigar. Hubo traza de avisar a Torrecusa de lo que
había pasado. Con todo, resolvióse Torrecusa de enviar el socorro, pero con tal disposición, que
marcharon 1.000 hombres de infantería y 400 caballos emboscados, aguardando que saliese el
enemigo a coger la plata y oro. Llegando las cargas al sitio adonde estaba el enemigo aguardando
con 400 hombres, dio sobre ellos nuestra gente con tanto valor que no escapó ninguno de ellos, y
pasó seguro el socorro nuestro al marqués, de oro y plata.52―P. Pedro Vitus, de la Compañía.

Madrid, 7 de enero.
… Ha tenido cartas de Barcelona D. Antonio de Aragón, en que le dicen desearon de aquella
ciudad echar de Monjui a los franceses; doblaron estos el presidio, y retiráronse con los que
pudieron; de lo que entraron en tanto celo los naturales, que ya trataban de ver cómo podían
echarlos, y el marqués de la Hinojosa, después de haber seducido todo el campo de Tarragona, pasó
adelante con tanta felicidad, que se le entregaron muchos pueblos; murieron los oidores D.
Sebastián Zambrana, y D. Alonso de la Cabeza 53, del Consejo de Castilla… ―D. Juan Idiáquez
Isasi, maestro del Príncipe nuestro señor.

Madrid, 17 de enero.
Hallándose los de Lérida ofendidos de franceses, dispusieron el ánimo del gobernador Mos de
la Mota a que saliese a castigar el desacato de algunos catalanes, quehabían degollado más de 200
franceses. Salió el gobernador dejando en Lérida muy poco número de franceses; los naturales
tocaron al arma, y los echaron fuera, y se pusieron en defensa, y volviendo el gobernador de allí a
dos días, le dispararon el artillería y mataron alguna gente, y hay quien haya tenido carta de esto.
Esto se ha dicho; lo que se sabe de cierto es que este Mos de la Mota tuvo palabras pesadas con un
caballero deudo de la duquesa de Híjar, llamado D. Fulano Pinós, y aun dicen le dio el francés un
palo con el bastón, y se cree que esto ha de ocasionar allí alguna gran novedad, y lo avisó desde
Zaragoza la duquesa de Híjar.
El gobernador de Salsas ha remitido aquí una carta que tuvo en el dicho Salsas del de
Torrecusa, en la cual el marqués le pide un poco de bizcocho y una compañía de caballos que allí
hay de muy buena gente; y en esta carta el marqués le dijo como el de Mortara y otro cabo habían
cada uno en ocasión diferente descalabrado al Francés y tomádole dos cañones con todo el tren y
mulas, etc. Que lo habían sentido mucho, porque las habían mucho menester, y dice el marqués que
él se encaminaba la vuelta de Cadaqués, y que antes le pareció tomar una eminencia que el enemigo
había ocupado y que sujetaba la plaza; que una noche envió a tomarla 1.000 infantes por una sierra
con buena guía, los cuales se dieron tan buena maña que antes del amanecer habían acometido el
cuartel del enemigo, que atemorizado del impensado asalto, se puso luego en huida, dejándose las
armas y cuanto tenían, y que el maestre de Campo que allí estaba tuvo necesidad de salir con tanta

52 En un apunte de letra del P. Rafael, que se halla a fol. 807 de este legajo suelto, se lee lo siguiente: «A 7 de enero de
1642 salió de Sevilla una compañía de a caballo, levantada a expensas de la Inquisición de Sevilla y sus ministros.
Lleva 65 hombres y va por capitán D. Francisco Tello de Portugal, hijo de Juan Gutierrez Tello, del hábito de
Santiago; el hijo lo es del de Alcántara. Va a Madrid y de allí irá a Badajoz o a Tarragona.»
53 Así en la mala copia que tenemos a la vista. ¿Será Carrera?
47

prisa, que se fue en calzones de lienzo, y aunque iba huyendo a todo correr iba dando voces a los
soldados que hiciesen cara; pero ellos continuaron su fuga, y un soldado castellano trajo los
calzones otro día a vender al ejército, y por muy bordados y ricos que eran no halló quien se los
pagara, y añade a esto el marqués: «lo que me queda que hacer aquí es cosa de dos horas.» Con que
acá tienen por cierto que habrá tomado no solo a Cadaqués, pero a Palamós, Elna y otros lugares. El
de Salsas dice que le envió la compañía de caballos, y que se volvieron por no haber podido pasar,
respecto de no ser más que diez, pero que el bizcocho pasó.
Sábese que los condados de Flen54 y Ampurdán en el Rosellón no han querido dar a los
franceses un hombre para la posición de Torrecusa.
También se sabe que cuando la facción de Almenara 55, entre los catalanes que el Francés sacó
a la oposición, más de 600 de ellos estaban determinados, en llegando a las manos, pasarse con la
gente de Castilla.
También se ha sabido que en Barcelona no han querido recibir al virrey 56 que vino de Francia,
que es sobrino de Rochelieu, por decir es contra los fueros, no habiendo el rey venido en persona a
jurar.
Que los franceses se mantienen en el Monjui y que de esto han llegado a hacer queja los
catalanes, diciendo que aquella guarnición se debe mudar y poner naturales; a que responden los
franceses no tienen orden, y con esto en Barcelona crece el recelo y en el Francés el cuidado de
mantenerse en Monjui…―Al duque de Cardona. El licenciado Eslaba.

Madrid, 20 de enero.
… Nuevas de Cataluña, aunque no son como deseamos, son como podíamos esperar; peor se
está que estaba; han jurado virrey y tienen socorro de Francia copioso...57

Madrid, 21 de enero.
… Llegó correo de Perpiñán, con aviso y confirmación del encuentro que hubo en el condado
de Rosellón los días pasados entre Torrecusa y los franceses y catalanes, y que asimismo había
entrado todo el socorro, y que de los enemigos habían muerto mas de 4.000 58, y que una o dos
galeras habían perecido por malos temporales.
Muy amplios y grandes, y aun abiertos, dicen son los poderes que han enviado a la
excelentísima señora duquesa de Cardona para la composición de Cataluña, de que hay grandes
esperanzas…

Madrid, 21 de enero.
… De Cataluña variamente, porque hay quien afirma tuvo aviso S. M. de que los catalanes
con una gentil estratagema se apoderaron del fuerte, que en el Monjui habían hecho y presidiado los
franceses, y que estos despechados se iban saliendo poco a poco del país, y los naturales
domesticándose, y asegurándose cada día más, mediante los aprietos en que se han visto, y la
blandeza que hoy ven en el conde de Aguilar, general de nuestras armas. Otros sienten lo contrario,
y que las raíces de aquello están muy hondas, y no así fáciles de arrancar, y ni la naturaleza de
aquella gente tal que se deje vencer ni atraer de demostraciones de blandura, ni se aseguran de
palabras, particularmente cuando consideren la gravedad del delito. Lo que yo creo es que en cosa

54 Así en el original de letra del P. Pereyra; pero habrá de leerse «Conflens.»


55 Por noviembre de 1641 una división del ejército real intentó, aunque en vano, sorprender el castillo de Almenara.
56 Urbano de Maillé-Brezé ya antes citado, el cual estuvo casado con hermana del Cardenal.
57 No está firmada la carta, ni se sabe a quién fue dirigida.
58 El socorro lo conducía Torrecusa; Mortara se hallaba dentro de Perpiñán. Combinadas sus fuerzas atacaron a los
franceses obligándoles a levantar el sitio de la plaza.
48

hay certeza, sino que con aquel ejército allí se les quiere tener a raya, y para todo acontecimiento
irlos gastando y consumiendo, y por otra parte caminando con las inteligencias, y que al cabo será
lo que Dios quisiera…

Madrid, 8 de febrero.
… De Cataluña que esta primavera saldrá la flor de la composición de aquel partido. Mucha
es la gente de guerra que se levanta en Madrid, y sin número la que pasa de a caballo, que todos dan
luego en ladrones por los caminos, aunque son bien pagados los soldados, hoy mejor que nunca,
que como a S. M. no le ha de faltar para adelante, por el gran tesoro que se dice tiene oculto, hoy
soborna liberal y puntual los ánimos de los vasallos…

Madrid, 11 de febrero.
Pax Christi, &c. Lo que hay de nuevo es que el de Aguilar dio una grande rota al enemigo en
Cataluña, casi sin pérdida de algunos nuestros, pocos. Ha sido victoria insigne. Es cierto que se
entró socorro en Perpiñán...―Diego de Salazar.

Madrid, 11 de febrero.
… Jueves, a las tres de la tarde, llegó un correo de Medinaceli, y un criado suyo le entregó un
pliego al conde(-duque) diciéndole que era de Rosellón. Antes de abrirlo le preguntó: «¿Tenemos
hijo o hija?» Él respondió que no lo sabía, que el duque le mandaba lo diese al punto en su mano.
Abrióle y el gobernador de Rosas le avisaba en una carta cómo Torrecusa 59 había socorrido a
Perpiñán y entrado todo el bastimento, desalojado al enemigo de Argelisa (Argelés), rompido las
fortificaciones, desbaratado su caballería y vueltas las grupas, se habían retirado hacia Francia,
habiendo muerto más de 700, y entre ellos dos coroneles, huyendo la gente del somatén de Cataluña
y la que había venido con la bandera de Santa Eulalia, y que Torrecusa iba a tomar a Canet, y para
acabar de echar a los franceses de los condados sólo le quedaba a Elna, en donde se habían
fortificado. Luego envió esta carta con D. Fernando de Contreras a S. M. para que la leyese. Dice el
gobernador que Torrecusa no irá hasta haber echado al enemigo de los condados. Esta es la verdad y
no hay otra cosa en esto de que avisar.
Al valido le ha caído muy en gracia las alharacas que han hecho los de Barcelona en haber
hecho grandes luminarias y cantado el Te Deum por haber, según dicen, desbaratado el de la Mota al
de Hinojosa, siendo al contrario, y habiendo quedado muertos más de 400 franceses en el campo,
como dije en la pasada, mientras que de los nuestros, como se ha sabido en el segundo aviso, no son
muertos más de 17. Con estas mentiras los franceses entretienen a los catalanes…
… He tenido carta de S. E.60 de 5 de éste, de cómo llegó a Huesca, y la ciudad la salió a
recibir un gran pedazo fuera de los muros; previniéronle toros, y mi señora consintió que los
corriesen, con que asistiesen a ellos sus criados. Trajéronle un gran presente de azúcar, cera,
jamones y dulces. Todos procuran asistirla, de lo que está S. E. muy gustosa; pero me dice al fin de
la carta que quedaba con una poca calentura y dolor de costado. El Sr. D. Pedro se partió de allí a
Fraga con el de Tabara, y el señor D. Vicente queda asistiendo a S. E.
S. M. ha escrito al de Tabara dándole las gracias de lo bien que se ha portado con el Sr. D.
Pedro, juntándose entrambos a todo lo que ha sido de su mayor servicio, y el Sr. D. Pedro dice en
carta del 3, que el ejército estaba falto de dinero y de otras cosas de que necesitaba el remedio
pronto; y de la frontera me escribe un amigo cómo el conde de Plasencia salió con 600 caballos la
vuelta de Alcaraz, que está dos leguas de Lérida, y pidió a los de la villa con un trompeta si querían
dejarle entrar, y ellos le respondieron que sí, y él se entró con solos cuatro camaradas, y le dieron de
59 En la copia Torebesar, pero es error evidente.
60 [La duquesa de Cardona.]
49

comer, y hubo grandes brindis a la salud del Rey. Y teniendo noticia el conde de que habían salido
de Lérida algunas compañías de caballos para encontrarle, se salió de la villa con mucha bizarría a
juntarse con los suyos, y queriéndole tirar los soldados franceses que estaban de posta 61 no lo
consintieron los catalanes, ni los que vinieron de Lérida le quisieron embestir, y así se retiró a
Fraga.
La jornada de S. M. para Aragón dicen que será certísima para marzo; hasta ahora no veo
disposición alguna. Por las muchas aguas y falta de víveres se hubo de retirar el de Hinojosa a los
lugares del Campo de Tarragona, y creyendo que el enemigo se había retirado a Valls salió a
reconocer cierto puesto con poca gente, y de improviso le embistió el enemigo con más de 1.000
caballos, y si dos compañías de las Órdenes, del tercio del Conde-Duque, no le detuvieran en un
paso estrecho, sin duda le hubiera sucedido una desgracia al de Hinojosa. Murieron en este
encuentro 10 de los nuestros y salieron 47 heridos, y de los franceses y catalanes quedaron muertos
30.
Ha venido un catalán de Barcelona que se llama Torme 62, el cual dice que ha un mes que salió
de allí; pero que entonces había muerto Acacio 63; que la verdad es que tuvo un disgusto con los
franceses, porque le dijeron desocupara la casa de V. E.64, que la habían menester para su virrey, y él
dijo que no saldría de ella si no se lo mandaban los diputados y conselleres, y sobre todo esto hubo
grande ruido; pero los diputados le enviaron a decir que se estuviese quedo; mucho me holgaré que
esto sea así.
También dice que el día que mi señora salió de Barcelona fue Mr. de Argenson a la junta del
general y propuso que no era acertado el dejar ir a la duquesa de Cardona a Castilla; que venía a ser
en perjuicio de la provincia y de su rey, y que la habían de poner en la raya y a sus hijos mandar
entrar en Cataluña; porque así por el interés que en ella tenían como por hallarse ofendidos del trato
que les habían hecho, habían de procurar hacerles mucho daño, y así que convenía enviar luego dos
compañías de caballos para que la detuviesen. A esto se levantó un D. Pedro Agramonte (Agramunt)
y dijo que el Principado y la Ciudad lo tenían así capitulado, y que por ningún caso habían de faltar
a lo tratado, ni se había de decir por ningún tiempo que habían faltado a su palabra. Fueron muchos
de su parecer, con que Argenson se hubo de aquietar. Que algunos de los embajadores que fueron de
aquí65 han procedido muy bien y otros han andado desalumbradísimos; que decían algunos de los
más granados de Barcelona, que si Rosellón se socorría eran perdidos, y que la mayor parte están
mal con los franceses, y que estando en una junta dijo Argenson: «Mosiures, si las más cosas que os
proponga me las contradecís, advertid que no pasará por ello el virrey que viene, porque es hombre
de mucha resolución»; y que uno de ellos dijo: «Otro virrey nos vendrá que la tiene tanta como el
que viene, y pasará por todo lo que nosotros hiciéremos», y que esto lo celebraron mucho, y que los
que más procuraron los trueques de mi señora y sus hijos con los embajadores, se muestran ahora
estar arrepentidos, por ver que han tomado las armas contra ellos.
Un capitán de micaletes, que se llama Pomareda, se entró en el castillo de Ascon, que está en
la orilla del Ebro, seis leguas de Tortosa, y se levantó con él, y empezó a apellidar ¡Viva el Rey de
España!...

Madrid, 11 de febrero.
Por correo despachado a S. M. se ha sabido que habiendo salido de Tarragona el marqués de
Hinojosa a divertir al enemigo, para que no acudiese a la parte de Lérida, y obrasen más

61 Lo mismo que es apostados o puestos en posición.


62 La copia, hecha por algún estudiante o novicio, está tan sumamente plagada de errores, que es de sospechar esté
viciado este nombre y los demás.
63 En la copia, «había muerto Acassio.»
64 De V.ª dice la copia, que podría interpretarse Villa y también V. E., como está impreso. Esta última lección nos
parece más acertada, puesto que la carta va dirigida al duque de Cardona.
65 Es decir, los que se hallaban presos en la corte y fueron canjeados por la duquesa viuda de Cardona.
50

desembarazadamente las tropas que gobierna D. Francisco Toralto, en Fraga, le acometió Mosiur de
la Mota con 800 caballos y 3.500 infantes franceses en Villalonga donde estaba alojado, y en otro
lugarejo donde tenía cerca de 3.000 infantes, 200 de ellos naturales de Tarragona con su cónsul y un
jurado en cap, y otros tantos de los desmontados de las Órdenes y 1.000 caballos. Esperóle,
pelearon y venciólos con pérdida de más de 500, y entre ellos más de 40 cabos, y Mosiur de
Sariñano (Sarignan), segunda persona en aquel ejército. De los nuestros hubo sólo 20 muertos y 50
heridos, y habiendo el marqués recuperado al castillo de Belniol, que es fuerte y necesita de
artillería gruesa para ganarse, dio la vuelta a Tarragona, donde esperó a la puerta de San Francisco,
lloviendo, mucho más de tres cuartos de hora a los naturales, con quien entró de retaguardia,
llevando S. E. y D. Álvaro de Quiñones en medio al cónsul.
Las inteligencias del marqués en el Principado son las que pudieran desear nuestros votos, y
háselas sabido granjear con tantas ventajas, que le llaman el Príncipe de la Paz y padre de la nación
catalana, pidiéndole bulas y ofreciéndoselas él, advirtiéndoles que les serán válidas, pagando la
limosna ordinaria de los dos reales que suelen pagar por ellas, y asegurándoselo, con que despacha
para Barcelona la misma cantidad que se solía.
Los negociados de composición con el Principado tienen ya más los medios que los
principios; uno de los hijos de la duquesa de Cardona se avocó con algunos de sus diputados.
Salió el ejército de Aragón en campaña con D. Francisco Toralto; lleva dos interpresas
aseguradas; pasará después a Balaguer, darse ha la mano con el marqués de la Hinojosa y darán
ambos la vuelta a Lérida, en cuya recuperación será gobernadora de aquellas armas la duquesa de
Cardona por sus superiores prendas y servicios grandes que ha hecho a S. M. después del
levantamiento de Cataluña, por ser vasallos de su casa los más pueblos del confín de aquella
provincia con Aragón, con tan singular amor a S. E. que siempre la han venerado dueño y estimado
madre.
Llegó el correo de Rosas despachado del gobernador de aquella plaza; peleó el marques de
Torrecusa, antes de pasar el río, a los 21 de diciembre; venció y esguazóle; rehízose el enemigo y
aguardóle a los cuatro de enero, en batalla; diósela, ganóla Torrecusa y socorrió a Perpiñán y Salsas;
y por cartas suyas que ha tenido S. M. se ha sabido ser más de 2.000 los franceses muertos y 600 los
catalanes, y que Cañete (Canet), que la había sitiado, quedaba parlamentando.
Los continuados avisos que se tienen de Portugal son muy a nuestros deseos: lo mucho que
padecen constantemente, los comercios impedidos con sus necesidades; malcontentos de Berganza
aquellos rebeldes y peor satisfechos de su gobierno; oyéndose muchas noches vivas al Rey nuestro
señor Felipe IV de España.
Oyese, aunque extrajudicialmente, se acerca la jornada de S. M. para la pacificación de
Cataluña, y aquella junta grande que hubo habrá 15 días de diferentes consejeros, fue para los
medios de facilitarla. Halláronse con alguna necesidad de plata por la detención de la flota y
galeones, y para suplirla se escogió que los ministros y hombres más cuantiosos de esta Corte y de
España sirviesen hasta cantidad de 1.400.000 ducados de plata, dándoseles juros en el servicio
extraordinario y ordinario, a 10 por 100 cada año. Madrid y Febrero 11 de 1642.―D. Juan Idiáquez
Isassi, maestro del Príncipe nuestro señor.

Madrid, 18 de febrero.
Por cartas que se han tenido de la Inquisición de Zaragoza, citando otras de Barcelona, se ha
sabido que el mariscal de Brezé degolló a dos conselleres y un jurado en cap, porque a los 4 de
enero pasado, cuando segunda vez peleó con el marqués de Torrecusa, se huyeron con la bandera de
Santa Olalla.
Escribe el gobernador de Rosas que habiéndosele rendido Cañete al marqués de Torrecusa,
pasó a la expugnación de Elna, y que la estaba ya batiendo… ―Don Juan Idiáquez Isassi, maestro
del Príncipe nuestro señor.
51

Madrid, 27 de febrero.
Pax Christi, &c. Por carta de Zaragoza de 18 de Febrero de este año dicen lo siguiente:
Aquí se ha dicho que Mortara está prisionero; otros dicen que muerto. Espernan, el francés,
quedó muy mal herido, que estaba en unas trincheras con el tercio de Bearne. Del socorro de
Perpiñán hay varias lecciones; lo cierto es que hay mucha gente muerta de una y otra parte.
De lo que sí tenemos avisos seguros es de que el rey de Francia viene a Tolosa para dar calor a
lo del Rosellón, y que trae gran esfuerzo; sólo París dicen que le ha dado pagados 4.000 infantes.
Los catalanes le envían una embajada, quejándose de que no les cumple lo que había prometido, y
él dice tuvo gran disgusto de ellos. También se dice que ha de hacer retirada su ejército por dos
partes, por Rosellón y por la Vall de Arán. El arzobispo de Burdeos es cierto que vuelve otra vez
con su armada, que la está ya previniendo.
Don Pedro de Aragón ha entrado con nuestra gente por aquí, por Fraga, y ha pasado el Segre,
tomando a Escarpe, un convento de bernardos, que lo desampararon, y habíanse metido en él los
franceses y catalanes, y lo habían fortificado. Dicen que se ha de juntar este ejército con el de
Tarragona. ¡El Señor lo encamine y nos dé victoria!
Los catalanes están hoy peor que nunca, porque con temor de que algunos de ellos no hiciesen
tratos con la duquesa de Cardona y sus hijos, han prohibido el trato y comercio con Aragón, y así no
vienen ya los arrieros que venían cada semana de Barcelona…

Madrid, 2 de marzo.
Ayer jueves tuvimos cartas del marqués de Torrecusa, que es el general que fue a introducir el
socorro en los condados de Rosellón, en que avisa le introdujo, aunque con mucha dificultad,
porque había tenido mucha contradicción; pero que al cabo de seis reencuentros, y una batalla
campal, en que había muerto 2.000 franceses y preso 1.000 lo ejecutó, con que por seis meses está
socorrido aquel partido. Ha tomado dos lugares, y se espera se dará la mano por tierra con el
ejército que está a cargo del marqués de la Hinojosa.
Éste avisa cómo habiendo llegado con su ejército a un lugar, se le hizo fuerte, resistiéndose
pertinazmente, no queriéndose dar con condiciones algunas a la obediencia de S. M. Mandó el
marqués le aplicasen un petardo, abrió brecha, y entró nuestra gente, que después de haber saqueado
cuanto en él había le puso fuego, no dejando piedra sobre piedra. Con este ejemplo escarmentaron
dos o tres lugares más, y se rindieron luego. A estos hizo muchas honras el marqués de Hinojosa,
que así de nuestros soldados como de los catalanes es muy querido por su afabilidad y cortesía, y
por este medio se espera ha de hacer mucho.
Hoy ha venido correo en que se avisa que el ejército que estaba en la parte de Lérida se había
dado ya la mano con el de Tarragona, y que ha vuelto ya Torrecusa de los condados adonde fue a
llevar socorro. Esta es grande nueva; Dios lleve adelante estos buenos sucesos, que bien son
menester, &c. Madrid y marzo 2 de 1642.

Madrid, 4 de marzo.
La fuga de los catalanes (en lo de Perpiñán) fue tan poco esperada, que se ha sospechado hubo
trato en ella, y añade el gobernador de Salsas, que los franceses llevan tantos heridos, que no hay en
Francia bastantes literas para retirarlos…
… Han enviado 100.000 ducados para Rosellón y 80.000 fanegas de trigo y cebada, y trataban
de proveer todas las plazas de los condados, recelándose de la venida del Francés en persona esta
primavera con 30.000 hombres, y que se quiere coronar rey en Cataluña…
… La voz que corrió de que está ajustado lo de Cataluña (díjolo el Nuncio a la duquesa de
Lerma), se originó de haberse impreso ciertas capitulaciones acerca de las conveniencias que S. M.
hace a los catalanes, que son grandes, y entre ellas el perdonarles los quintos; cubrir los conselleres;
52

ofrecer una copia de dinero para que las cosas de la provincia vuelvan en el estado que estaban
antes; guardarles sus fueros y revalidarles los que les han quebrado. Estas capitulaciones se
imprimieron en catalán. Creo que son para enviarlas y repartirlas, y que vengan a noticia de todos, y
el Nuncio se encarga de enviar algunas…
… Avisóse el correo pasado haber entrado el ejército de Aragón en Cataluña. Declaráronse
por de S. M. cuatro o cinco lugares grandes de los vasallos de la casa de Cardona, y se le juntó el
señor marqués de la Hinojosa con el de su cargo, y luego ambos obrarán de consuno en las
ocasiones de esta campaña. Queda gobernando a Fraga el maestro de Campo Domingo de Eguiía
con cerca de 2.000 infantes y alguna caballería, guarneciendo los puertos de aquella frontera.
Llegó el gentil hombre del marqués de Torrecusa con cartas suyas de 2 del pasado; peleó seis
veces con el enemigo y venciólo en todas; socorrió a Perpiñán hasta fines de mayo; ganó a Santa
María de la Rebua, a legua y media, donde condujo grande cantidad de víveres; no se le rindió
Cañete (Canet). Segun los avisos que se tuvieron de Rosas, iba a pelear la séptima vez, y esperaba
tener el mismo suceso que las pasadas porque el enemigo aun con los socorros que le llegaron de
Francia, se hallaba con solos 1.500 infantes y 800 caballos, y de 3.000 catalanes que había al
principio, quedaban solos 500, siendo de los que faltan muertos los más. Oyense rumores que
venció la última vez, y aunque vienen por Aragón a Valencia, como muchos han salido inciertos
obligan a mayor recato…―D. Juan de Idiáquez Isassi, maestro del Príncipe nuestro señor.

Madrid, 11 de marzo.
… Lo que hay de nuevo que avisar a V. R. es que el marqués de Torrecusa rompió séptima vez
a los franceses y catalanes, con grande pérdida de los enemigos, y acabó de meter el socorro de
víveres en Perpiñán, y su gente necesita de ellos por no haber llegado unos navíos de Cádiz que
estaban aprestados para este efecto, y el socorro fuera de poca importancia si su gente se comiera
con lo que ellos (los sitiados) se habían de remediar. Trató de buscar víveres en tierra de los
enemigos, y sabiendo que en un lugar fuerte tenían hecho almacén de vituallas y municiones, le
tiene sitiado, y dice le batirá y dará tantos asaltos que en breve se le rendirán. Halo empezado a
hacer y esperamos le ha de dar nuestro Señor tan buen suceso en esto, como en los pasados.
S. M., atendiendo a lo bien que ha servido y sirve e marqués de Torrecusa, le ha hecho grande.
Tres días ha partió el correo con la nueva; bien lo merece, y otras muchas mas mercedes.
Yendo Juanetin con la capitana de Génova a un puerto nuestro, con menos recato del que
debiera, sin guarda de gente, se levantaron los forzados y le llevaron a Barcelona, donde queda
preso. Hase sentido mucho esta desgracia y servirá de cautela para no descuidarse otros cabos en
tales ocasiones. Dícese ha echado el Francés voz que dará libertad a todos los forzados que se
amotinaren y procuraren vengan nuestras galeras a sus manos; por nuestra parte se hará que no
logren este deseo…
… Ahora llegó correo de Cataluña; con él avisan les rindió el marqués de Pobar a discreción
Constantina, en el campo de Tarragona, que tiene un buen castillo.
Item, que todos los franceses y catalanes que estaban en Rosellón se habían retirado y se iban
a juntar con Mr. de la Mota, que está en Lérida,
Item, que por horas aguardaban a Torrecusa, que como dejaba ya libre todo lo de Rosellón, se
volvía a juntar con los nuestros en Tarragona. Créese se dará batalla en llegando, porque los
franceses están sentidos de lo mal que les ha ido en Rosellón, y quieren recuperar lo que se ha
perdido del campo de Tarragona, y es fuerza que los nuestros lo defiendan.
Avisan también que los franceses están mal contentos en Cataluña, porque han labrado
moneda muy baja de ley y que no correrá en Francia, que fue el hecho que los tenía con gusto por el
interés que de allí podían sacar para su tierra… ―Sebastián González
53

Zaragoza, 11 de marzo.
Aquí han llegado hasta 18 religiosos de varias órdenes, aragoneses y navarros, que los han
echado de Cataluña, porque se hizo bando pena de la vida saliesen dentro de tantos días los
religiosos extranjeros. Creo han exceptuado al P. Cabrera, criollo, y a un P. valenciano, de nación,
llamado Navarro. Estos, dicen, se hallaron en Barcelona cuando entró el virrey francés mariscal de
Brezé, y que le hicieron tales fiestas, que no se han hecho jamás a ninguno de sus buenos reyes y
sus autoridades.
El Francés les entregó al punto que juró el virrey los rehenes que les tenía; con todo están mal
entre sí y en topando un catalán a solas lo matan y roban los franceses. D. Pedro de Aragón con el
ejército de aquí se juntó ya con los de Tarragona; dicen que son entre todos 15.000 y va talando los
lugares que se le resisten. Dícese que atraviesa a Cataluña y se va a juntar con los nuestros de
Rosellón, aunque hay para ello harta dificultad. No hay asomo de paces, antes dicen baja a Tolosa el
rey de Francia, que partió ya de León.―P. Baltasar Graciano66.

Madrid, 12 de marzo.
Ayer vino correo de Tarragona con aviso de haber llegado a aquella ciudad el marqués de
Torrecusa, que es ya grande por su persona, con 1.600 infantes en las galeras de España y escuadra
de Génova, con cuya capitana se alzó la chusma, por estar desguarnecida, y se llevó a Juanetin de
Oria, según unos a Barcelona, según otros a Argel. Socorrió a Perpiñán y Salsas por diez meses,
habiendo peleado y vencido la séptima vez y dejado más de 4.000 infantes y 600 caballos a los
cabos de aquella provincia.
Salió en campaña el marqués de la Hinojosa; sitió a Constantí, rindióla a cinco días, y de aquí
pasó a expugnar a Tamarit, que es de la marina, y a Torre de Basá en el camino.
Admitieron en Barcelona por virrey al mariscal de Brezé, que a su entrada echó bando
salieran del Principado todos los religiosos castellanos, aragoneses y valencianos que hubiese en él,
y también los inquisidores, y nombró otros de los naturales en su lugar; que no hubiese ninguna
correspondencia, pena de la vida, con Aragón ni Valencia, y que a ninguno que no estuviese en la
provincia se le acudiese con reconocimiento y renta de sus haciendas.
Cartas ha habido de Génova de a 8 del pasado; hallábase en aquella ciudad monseñor
Panciloro que viene por nuncio a España, y pidió galera a la Señoría y no se la dieron, y se resolvía
de pasar en navío.
A los 12 no habían admitido en ninguna representación al obispo de Lamego en Roma, y al
cardenal Antonio Barberino, nepote de su Santidad, enviaba al rey cristianísimo secretario asistente,
como a protector de Francia.
La Gaceta de Milán del 12 avisa, que algunos soldados de los presidios de Trin y Pontestura
tuvieron con los del Casal un encuentro en que ganaron, habiéndose batido espada a espada.
Que el rey de Francia llegó a León, habiendo dejado a la Reina en Fontenebró (Fontainebleau)
que cuando le vino la nueva del socorro de Perpiñán lo sintió extremadamente, y que algunas tropas
que enviaba hacia Rosellón resolvió hiciesen alto y mudó los intentos todos a Italia, donde nombró
general de sus armas al duque de Bullon, reformó al de Lamillere 67 que gobernaba las del opósito de
Flandes, y dióselas al duque de Arcut (Harcourt) con el gobierno de Picardía en ínterin y con el de
Guyena en propiedad, por haber muerto el duque de Pernan (Epernon). Madrid y Marzo 12 de
1642.―D. Juan de Idiáquez Isassi, maestro del Príncipe nuestro señor.―Al duque de Cardona.

66 Así en la copia de mano del P. Pereyra; más adelante firma el mismo P. Gracián.
67 Entiéndase Carlos de la Porte, duque de La Meilleraie.
54

Madrid, 16 de marzo.
Pax Christi, &c. Estos días pude haber a la mano copia de la carta que S. M. (Dios le guarde)
ha hecho escribir a los grandes de Castilla. Dice así:
«Habiendo procurado por cuantos caminos y medios me han sido posibles la reducción de las
provincias y vasallos que tan ciegamente se han desviado de mi obediencia en Cataluña y Portugal,
tanto por su bien propio como por lo que me toca, y deseando que en orden a conseguir este intento
no me quede por ejecutar la mayor demostración, he resuelto acercarme a la corona de Aragón por
mi persona misma, así a dar gracias a aquellos reinos, porque al paso del mal ejemplo de Cataluña
han crecido en amor, lealtad y fineza en mi servicio, como por ver si acercándome más, puedo abrir
los ojos a los vecinos catalanes, teniéndolos por hijos, no sólo a los que son fieles, que son muchos
y me consta de ello, sino a los más obstinados en su error. Con esta consideración he querido
avisaros para que, pues por el estado en que os halláis no podréis seguirme, os dispongáis a
servirme con el mayor número de gente o dinero que sea posible para esta jornada, como lo fío de
vuestra sangre y del amor y fineza con que me sirvieron vuestros pasados; lo que ejecutaré siendo
Dios servido a los 23 de abril, estando cierto que al paso que obraredes con mayor demostración,
será en mí la memoria para premiar tan señalado servicio. Madrid y Marzo 16 de 1642.―Yo el
Rey.»

Madrid, 18 de marzo.
… Lo que ahora hay que avisar a V. R., es que ha llegado nuevo virrey de Francia a Cataluña.
Este ha tenido por sospechosos en orden a tratar de acuerdos con S. M. a los aragoneses y
valencianos, y así ha acordado con los diputados de Cataluña, salgan todos de aquel principado, lo
cual se ha ejecutado sin distinción alguna de personas, así religiosas como seculares. Diéronles
víveres hasta la raya, sin hacerles otra vejación; el decreto que se sacó para la expulsión era que
pena de la vida, no quedasen en el Principado, sino catalanes y franceses y los de otras naciones que
tuviesen especial licencia.
Viva corre la voz de que S. M. parte para Aragón el segundo día de Pascua de Resurrección.
En orden a esto se ha mandado a todos los corregidores tengan aprestados y recogidos víveres para
cuando los alcaldes de Corte fueren por ellos. ¡Dios sobre todo!
Murió en una de las refriegas de Perpiñán el Sr. de Naval Morcuende, que era allí cabo de
unas compañías de caballos, cabeza de los Ávilas. A su hijo le han dado en premio de los servicios
de su padre, título, que le tiene bien merecido aquella casa por muchos servicios que ha hecho a SS.
MM.
Un día de estos pasados llamó el Sr. Presidente de Castilla a todos los superiores de las
religiones para encargarles hagan en sus casas oraciones por las necesidades presentes y buen
suceso de los intentos de S. M. …
… El marqués de Leganés parte muy en breve a tomar el cuidado de las armas de Cataluña,
que parece según esto se han desvanecido las esperanzas de composición. Antes ha corrido voz que
en Barcelona habían ahorcado a dos de los embajadores que estuvieron aquí de parte del Principado,
y se entiende debe de haber sido por haber tratado de acordar al Principado con S. M., y los
franceses y el pueblo que hoy es el que puede, no deben de estar de ese parecer… ―Sebastián
González.

Madrid, 19 de marzo.
… El Francés tiene en Narbona 17.000 hombres para irse a coronar a Barcelona, y han echado
bando que todos los que hubieren sus estados en Cataluña vayan a fines de abril a darle la
obediencia, y que de no serán privados de sus estados. El ducado de Cardona es ya del delfín de
55

Francia, y echan de todo el reino así frailes como seglares, todos los que no son naturales, aunque
sean aragoneses y valencianos… ―El licenciado Marcos de Ribera.

Madrid, 25 de marzo.
… lo que ahora está más válido es la jornada de S. M. a Cataluña. Estaba echada para Agreda,
que es raya de Castilla y de Aragón, por la conveniencia de correr allí el vellón. Ahora se ha
dispuesto que sea a Valencia porque S. M. quiere ver la armada, y dar desde allí color a lo que se
hubiere de obrar. Dícese irá desde allí a hacer cortes en Aragón. Dios sobre todo...―Sebastián
González.

Madrid, 25 de marzo.
Las prevenciones para la jornada de S. M. son cada día mayores, y continúanse las diligencias
para que los señores, grandes y títulos de estos reinos vayan sirviéndole, y que el que estuviese
legítimamente ocupado o impedido, sirva con alguna gente, más o menos conforme los caudales de
cada uno…
… Escribe el marqués de Tavara a S. M. hallarse los aragoneses tan deseosos de servirle, que
le dice no tendrán sus ministros que hacer con ellos, sino es darles gracias de lo que quieren hacer…
… Según se avisó tomó la posesión de virrey de Cataluña, a los 23 del pasado, el mariscal de
Brecé en la seo de Barcelona. Previno el obispo no hallarse a esta función, y así salió de la ciudad
algunos días antes.
La galera en que venía Juanetin de Oria no se perdió por alzarse la chusma en ella; hubo de
dar a tierra por no perderse entre Blanes y Barcelona. Habiendo hecho estos lo posible por tomar a
Mallorca, echó al mar la artillería, desaferró los forzados; hizo saliesen estos primero, y él fue el
último, dejando barrenada su galera. Lleváronle a Barcelona, y Mr. de Alançon que la gobernaba le
detuvo hasta las tres en su casa. A esta hora lo pasaron a la cárcel pública, y los genoveses
avecindados en aquella ciudad pidieron le pusiesen en un puesto debido a su persona. Juntóse el
consejo de Ciento, y se resolvió estuviese en ella como estuvieron la duquesa de Cardona y sus
hijos. Quedó así, y de allí a algunos días, a instancias de franceses, le llevaron a Francia… ―Don
Juan Idiáquez Isassi, maestro del Príncipe nuestro señor.

Madrid, 1 de abril.
… De Cataluña no se sabe cosa particular en razón de si los franceses habían bajado sobre
Colibre; sólo escriben que el tiempo ha sido tan trabajoso de aguas, que ha impedido el hacer fuera
algunas fortificaciones, y también a los franceses el venir. Hay dentro 2.600 soldados; está por cabo
el marqués de Mortara. Murió dentro de Colibre don Felipe de Guevara 68, hijo del conde de Oñate,
de enfermedad, y otro maese de Campo.
Partió el de Pobar con 3.000 dragones de Tarragona para Rosellón; créese estará ya allá con
este socorro, y también se entiende habrá llegado el que iba por mar, que aviso ha habido habían ya
pasado…
… A Juanetin, que avisé habían llevado por traición de la chusma de su galera, a Barcelona,
los cabos de Francia que allí residen le han enviado a París. Paréceme le ha de costar buen dinero el
rescate, que eso deben de haber mirado los franceses en esta transmigración...―Sebastián
González.

68 Conde que fue de Escalante, añade Pellicer en sus Avisos, pág. 241.
56

Madrid, 2 de abril.
Está sitiada Colibre; tiene a vistas de 6.000 a 12.000 hombres, porque desde una cantidad a
otra, varían los autores. Da mucho cuidado, y dicen que arriba 69 se tiene por perdida, que tal
prevención debía de tener, o tan apretada debió de estar; es de las cosas que más cuidado han dado
en este tiempo. Mandaron se fuese luego allá el marqués de Leganés, y se volviese Torrecusa, y
otras cosas; mas todo esto es poco. Lo que sí fuera de importancia es la llegada de los navíos de
Dunquerque. Estos se dijo habían llegado; mas no sé que sea cierto. Perdida esta plaza, acabóse
todo aquello; porque queda cerrado el socorro a Perpiñán y lo demás.
Para la jornada se hacen grandes prevenciones; fórmase un batallón de la nobleza, de que es
coronel el Príncipe70; que es una de las tres cosas grandes que se ponderan haberse hecho en este
tiempo: rey al duque de Berganza; al rey de Francia conde en Barcelona; al Príncipe coronel.
Han pasado los caballeros muestra a caballo, en la plaza, porque mandaron que la pasasen en
ellos, y la señal que les echan es cortarles una oreja, cosa nunca vista. Es cosa de gran lástima, y no
ha faltado quien hable, así por el sentimiento de los dueños y el desaire de ir en un caballo
desorejado, como porque dicen es afrentar los mismos animales.
Llamó el Conde a todos los soldados que están en la corte, para que fueran a la jornada con su
sueldo, y que de todos se formase un tercio de que sería maestre de Campo su hijo, y que si esto no
les contentaba, eligiesen de entre sí un soldado de fortuna; lo que ha resuelto no se sabe, porque les
dieron tiempo para ello, y para tratarlo entre sí…
… Dicen que el Francés ayuda al de Berganza, y le insta para que haga entradas en Castilla
para divertir, y que él se halle desembarazado por la parte de Cataluña…

Madrid, 7 de abril.
Pax Christi, &c. Poco tengo de qué avisar a V. R. y quisiera fuera de más gusto. Ayer vino
aviso como el de Pobar, que iba con 2.300 caballos, y 400 mosqueteros, había sido roto en el
camino. Esto avisó el conde de Aguilar por la noticia que tuvo de algunos pocos que habían
escapado del peligro. Fue el caso, que el marqués tuvo orden de ir con aquella gente a socorrer a
Colibre, y a reforzar el ejército que hay en Rosellón, desde Tarragona hasta donde había lugar
seguro por estar obediente a S. M. Había por lo menos diez o doce marchas; toda tierra de enemigos
con ejército aprestado, pasos algunos dificultosos y estrechos, otros muy agrios que con muy poca
gente podían hacer resistencia a muchos e impedirles el paso. Propuso esto por tres veces, y fuele
respondido ejecutase el orden que tenía, y la cuarta carta aun más apretada, con que el buen
caballero se vio obligado a sacrificar su vida a la obediencia de quien le enviaba el orden y servicio
de S. M. Caminó no sé cuántos días, y fue acometido dos veces de Mr. de la Mota, al cual le rompió
ambas, y el de la Mota se retiró hacia Barcelona donde tuvo noticia que nuestra gente estaba sin
víveres y molidos de los dos encuentros; que habían hecho consejo y resuelto volverse hacia
Tarragona o Aragón, por la imposibilidad de los bastimentos y porque perecían de hambre.
Con esta resolución caminaron toda la noche hambrientos y cansados, fatigados del sueño;
siguiólos el Francés, reforzadas sus tropas, y alcanzados los rompió, que a quien iba tan mal parado
no fue mucho.
Esto es lo que hasta ahora se sabe; lo especial aun no hay noticia de ello, si el de Pobar fue
muerto o preso, del número de los muertos, &c. Hase sentido esta pérdida muchísimo. Dios lo
remedie que es solo el que puede.
Fuele luego correo al de Pobar, reconocidas más las dificultades, de que no partiese, y llegó
algunos días después de haber partido. Esto es lo que ha dicho un hijo de un regente de Aragón;
dicen tantas fábulas con una verdad, que aunque esto lo es en la sustancia, las circunstancias son
muy varias, y así no hay sino aguardar al tiempo…―Sebastián González.

69 Es decir, en palacio.
70 Don Baltasar Carlos que a la sazón contaba 12 años.
57

Madrid, 8 de abril.
Pax Christi, &c. Esta solo servirá de dar a V. R. las buenas Pascuas, que deseo las tenga tan
alegres como este su siervo se las dará siempre. De nuevo no hay nada de cuenta, solo la coronelía
del Príncipe, cuyos capitanes son señores de título. Teniente el Conde-Duque; sargento mayor D.
Luis Ponce. A estos señores se han arrimado algunos capitanes y oficiales reformados, asentándose
por soldados. Otros muchos hay en esta corte, que ni aun esto han querido hacer, pareciéndoles
poco lo que se les premia, y mucho lo que han trabajado: achaque de gente poco considerada, pues
en la necesidad presente más les había de mover la patria y pundonor que los intereses propios, y
más cuando su rey está con muestras de querer ser su caudillo: todo está estragado. Dios lo remedie.
Después de la rota de nuestra caballería, que aunque fue cierta, del daño no se sabe
puntualmente, sólo se ha dicho cómo el de Pobar quedaba preso, y el de Toralto y otros cabos, en
Barcelona. Todo es trabajoso, y de Colibre se habla mal, diciéndose o que está perdida, o en
términos de perderse. Así van las cosas; Dios lo mejore, y no permita que más adentro entre el daño
que se puede recelar. Adiós, mi padre, que guarde a V. R. y dé la salud que puede y yo deseo. De
Madrid a 8 de Abril de 1642.―Sebastián González.―Al P. Rafael Pereyra, de la Compañía de
Jesús, en Sevilla.

Madrid, 16 de abril.
De nuevo se dice que el de Toralto y el de Pobar71 son prisioneros de los catalanes, y que se
piensa los enviarán a París, donde está ya Juanetin Doria72 a quien cogieron este invierno por la
traición de los forzados.
En Perpiñán se padece mucha necesidad; sábese por cartas del confesor del marqués de Flores
de Ávila. Hase dicho que a Colibre le habían ganado los franceses; parece muy verosímil, pero no
se sabe de cierto73…
… En Roma el día de la Purificación hacía fiesta a Nuestra Señora de Monserrate su hospital
de la Corona de Aragón; pusieron los leales a la puerta las armas de nuestro rey, los rebeldes
catalanes a la noche las quitaron y pusieron las de Francia. Hubo a la mañana pesadumbre,
porfiando cada una de las partes por llevar su intento adelante. Mandó el Papa que se suspendiese la
fiesta, y que aquel día no se dijese misa en aquella iglesia; halo contado así el P. Artieda, que ahora
ha venido de Roma. Madrid y abril 16 de 1642.―Miguel González.

Madrid, 18 de abril.
La jornada de S. M. como debe ser la creen los buenos, y como nos ha sido tantas veces dicha,
no la creemos; que fuera necesarísima lo conocemos, como de soldado, no como de rey, habiendo
hallado en el vilanzo74 hecho del gasto de su casa, que necesita para cuatro meses un millón
trescientos y tantos mil ducados de plata, cantidad sobre toda fe grande; además de las
consignaciones de sumas increíbles para los ejércitos. Así el marqués de Torrecusa juzgaba por de
conveniencia, que S. M. se estuviera quedo, y que este gasto se hiciera en un ejército volante de
10.000 infantes y 3.000 caballos, con que se obligaba a penetrar en el Principado. Pero en el juntar
esta gente consistía la mayor dificultad, y así se resolvió saliese S. M. porque sólo con su persona

71 Don Pedro de Aragón recibió orden de socorrer a Perpiñán con 7.000 infantes y 2.000 caballos. Partió de la frontera
de Aragón a primeros de marzo, y llegó a Tarragona donde competencias con el de Hinojosa sobre el mando del
ejército, le detuvieron hasta el 23. Derrotado en el Vallés por Mr. de La Mothe, lo fue segunda vez en el collado de
Santa Cristina, el día 30 de dicho mes, quedando prisionero en manos del enemigo, juntamente con el marqués de
Toralto.
72 Joanetin Doria fue hecho prisionero en 7 de febrero con toda la gente de su galera, por haber esta encallado en la
Tordera, cerca de Blanes.
73 Entregóse en efecto el día 11 de Abril. Era gobernador el marqués de Mortara.
74 Es palabra italiana y está por «balance».
58

podía allegarse este número, viéndose ser así que en una bandera de la compañía del Sr. D. Enrique
Felípez de Guzmán, coronelía de S. A., desde el domingo acá no hay alistados sino 12 hombres. Si
S. M. lleva ejército y no Cortes, todos juzgan salga; que haya de ser a los 23 de este parece
imposible, y sé decir aun que la muestra de las compañías de la nobleza que había de ser mañana, y
que decían marchaban a los 15, se ha suspendido. Lo cierto es que este fracaso de D. Pedro de
Aragón mudará designios; pero en caso de salir con S. M., los no impedidos u ocupados de los
señores de esta Corte, todos han ofrecido servirle. Madrid a 18 de abril de 1642.―D. Juan de
Idiáquez lsassi, maestro del Príncipe.

Madrid, 18 de abril.
Los 2.000 caballos y 700 dragones del cargo del señor D. Pedro de Aragón, llegaron con
felicidad más allá de Martorell, habiendo en dos ocasiones abiértose paso con las armas y degollado
en las primeras al enemigo 400 hombres. Halláronle fortificado al paso del Llobregat, y aunque D.
Pedro intentó por dos veces rechazarle, no pudo, con que hubo de retirarse. Había en el camino un
lugar de su hermano, en que quiso guarecerse; en él le detuvieron, ya pidiendo éstas, ya aquellas
condiciones, hasta que supieron se habían juntado con Mr. de la Mota las tropas que de Barcelona
habían salido al socorro. Tuvo de esto noticia D. Pedro, y empezó a encaminarse hacia Tarragona y
al llegar a Villafranca de Panadés, siete leguas de aquella ciudad, le aguardó el enemigo en batalla;
obligóle a que peleara, y por 100 hombres que llegaron a Tarragona se sabe le habían deshecho.
Esto trae el primer correo sin mas distinción de avisos, y aguárdase el segundo; creyendo los
pláticos que en aquel paraje, por ser campaña rasa, no podrá ser la pérdida tan total como se llora, y
por ser nosotros superiores al enemigo en caballería 75. Madrid y abril 18 de 1642.―D. Juan de
Idiáquez Isassi, maestro del Príncipe.76

Madrid, 20 de abril.
Copia de una carta que escribió un cortesano de Madrid
a un título de Andalucía, en 20 de abril de 1642.
Descrédito de una monarquía son defectos de un valido; sentirlos y no publicarlos sería temor,
pero no virtud del ánimo. Téngase V. S. por venturoso cuando no los oyere, y por cuerdo cuando no
los temiere, y de lo uno y de lo otro se le dé poco, cuando a su autor se le ha dado menos. Dudo lo
que escribo no lo que siento; y anteponiendo al atrevimiento la verdad, me entrego a la pluma
celosa de la tinta, que por ser negra sale en blanco, y si bien los juicios del héroe o Herodes han
dado en este armiño, no será tan dichoso el papel, que no se haya manchado perdiendo el miedo a
los cazadores.
Tengo dada a V. S. noticia de los sucesos de esta corte, nuevas que merecen el ramo de una
oliva, cuando y más de un laurel, y estamos reducidos todos los mordaces a roer las entrañas de una
aceituna, aunque con su dureza se nos quiebren los dientes. Perdóneselo Dios, si hallare por dónde,
a S.E. el señor Conde-Duque que tales postres nos da; pero nunca de sus principios se aguardan
mejores fines.
A diluvios nos vienen las nuevas; exteriormente se callan, interiormente se publican. Todos
andamos retirados desde la hora que se hizo el Retiro, y es justo oír nuevas bocinas, embajadores de
postas, que son tantas las que fatigan los oídos de S. E., que me admiro de cómo no se ha caído
muerto, porque todos son postas de la muerte.

75 Véase lo que ya se dijo en la carta del 7 de abril.


76 Esta carta y la anterior están copiadas entre los apuntes del P. Pereyra, quien omitió decirnos a quién iban dirigidas.
De presumir es lo fuesen a algún caballero u eclesiástico residente en Sevilla, quien las comunicaría con el celoso
jesuita.
59

Andamos por lealtar a Cataluña, y no es posible meterle la lealtad en el cuerpo; defiéndese


con una ayuda francesa y con ella ayuda a purgar los humores de Castilla si acaso le han quedado
algunos, porque con los grandes fríos y hielos de este invierno, echó de sí cosa de 6.000 castellanos
apestados. No fuera mal arbitrio dar con ellos en el hospital del Retiro, para que S. E., como
enfermo mayor, tratase de curarlos o de matarlos, que una peste saca otra.
Ya no se trata del señor marqués de los Vélez, porque veló tanto los difuntos de su ejército,
que no merece nombre de velada sino de oleada; ¿qué mucho que todos lo estemos, teniendo tanto
olio?
Ha parecido a todos bien el orden de guerra que se ha tomado, publicando suspensión de
nobleza a todo caballero que se excusase de ir a ella a probar balas y tragar municiones. Acuden a la
bandera, pero no se alistan, diciendo que el señor marqués de los Vélez dio tan buena cuenta de los
primeros, que no se atreven a ir los segundos, sin que vaya S.M. en persona, y cuando al Consejo no
le parezca bien esta materia de estado, que por lo más o por lo menos, que vaya S.E. el señor conde
de Olivares con pacto hecho que no ha de volver sin tomar a Cataluña, en falta que Cataluña le tome
a él; y bien me puedo engañar, pero digo que S. E. es tan cuerdo, que primero se meterá en la
tumba, que vaya a lidiar con catalanes y franceses.
No sé si habremos de tener buen San Juan este año; a trueque de tener buen Santiago,
trocaremos un santo por otro. Todo el poder del mundo, me dijo hoy un señor de título, iba a la
guerra este verano, y yo le respondí que por mi parte aguardaba al invierno, y que gustaría mucho
que el mundo no se nos quedase allá, por no morir sin mundo. Yo no sé qué simpatía tengo con el
Conde, que me pesa su nombre tanto que doy con él de ojos en el instante que cargo la fantasía de
sus dolores. Válgate Dios por señor, y qué desgraciado diablo eres; unos te llaman el conde D.
Julián y otros el conde D. Balan; otros el duque de la Tumba, y otros el señor de la Gatatumba; y
averiguada la verdad, crea V. S. que ninguno le acierta con el nombre. Todos pretenden acreditar su
mentira con su fortuna; si ella es mala, culpen sus obras, pero no sus efectos. Bueno es que por un
millón de juros se alborote una pequeña provincia; ¿qué hizo el señor Conde-Duque para tanto
alboroto? Cargar a los catalanes de tributo, oprimirlos, matarles soldados, sacarles dineros,
romperles los privilegios y otras infinitas injurias de esta forma; pues más aun hizo Nerón; quemó a
Roma, y se estaba riendo como un descosido, y sin embargo no murió sino de 394 puñaladas. Diga
Cataluña que tuvo gana de levantar cabeza en tanto que el Conde bajaba la suya; y no diga que el
mal gobierno de España fue causa de su rebelión.
Del nuevo rey de Portugal tenemos las ordinarias nuevas. ¡Mal año para los romanos, cuando
estaban en sus prosperidades! Digo a V. S. que tiemblo de hablar de este reino, por tres razones: la
primera, por tener rey portugués; la segunda, por lo que les importa el defenderse, y la tercera
porque no se nos entren por Castilla, que sin duda lo harán, si nos vamos a enamorar la dama de
Cataluña, de quien me dicen están celosos muchos reyes. Nos han cogido entre puertas; de una mar
a otra nos tienen cercados; mire V. S. cómo nos socorrerá el Imperio estando tanta laguna por
medio.
Aquí se nos han venido un conde de Taroca77, y un fulano Barrabás y otros locos, lunares de sí
mismos. S. M. los ha recibido bien por gusto del Conde, y si fuera por el mío, ya ellos estuvieran
ahorcados por leales y traidores, y murieran con un título más. Gran fuerza tiene lo que ha de ser;
siempre dije que no se había de lograr este grande ingenio del Conde, pues siendo el mismísimo
político de España, quiso hacer provincia un reino tan antiguo, como si fuera tan fácil domar un
monte como pasear un valle. Los castellanos decimos no iremos a esta conquista, aunque nos vaya
azotando las espaldas el Conde-Duque, pues que si vamos con algunos italianos de esta guardia,
antes reventaremos que allá nos veamos.
Estamos aguardando la flota como algunos al Mesías, y tiene tantos enamorados esta
doncella, que tememos mucho su virginidad, y si ella no viene intacta nos han de poner en los
colmillos de la Luna. Bien sé yo que cuando ella venga han de dar tantos en ella que no ha de

77 Sin duda Tarouca que es título portugués.


60

quedar de provecho sino para los genoveses. ¡Pobres de nosotros que estamos hoy pendientes de la
vuelta de un dado, pues no es mucho que lo esté quien no se contentó con lo dado, sino con lo
tomado!
Nuevas tenemos del Perú, si no son buenas, serán malas. Quizá S. E. meterá allí el papel
sellado, y el pueblo abriendo la nema a la obediencia, quiso dar el sello a Pijasu, al Berotannu, hasta
las mismas minas. No sé qué me huele a profecía; en estas Indias temo los anzuelos del Norte, y
temo que si no se nos muere el Conde, que las hemos de perder de ésta. Dele Dios a S. E. la vida
que España le desea, para que no se pierdan los arbitrios, los Retiros, las comedias, los toros, los
títulos, los almirantazgos, el uno por ciento, las medias anatas, el medio dozavo y otras sabandijas
de esta data hijas de tal padre, y él padre de tales hijas.
Hemos hecho alianza con el de Dinamarca y tememos mucho que el embajador de Portugal
nos haya ganado por la mano, y no habrá duda que si el rey de Dinamarca acordó, nosotros estamos
desacordados, además que cuando el pacto quede por nosotros, yo siempre tendré a Dinamarca por
digna corta: esto sin pecados sellados o marcados, hecho cuartos, &c. ¿Quién no dice mil bienes
públicos y secretos del Conde-Duque, pues ha dado tantos asuntos de marca a sus servidores?
Dígolo porque el año de 628 bajó los cuartos y ahora los reselló y marcó; y como ha dado en
resellar y marcar, no es mucho que se le haya metido Dinamarca en el alma, para que cuando vaya
de esta vida, lleve la digna marca con sus obras. Al cielo no querrá ir S. E. porque, como allá no hay
que introducir tiranías, dejará este lugar por el infierno, a trueque de darse de las astas con Tarquino
y con todo el imperio romano, principalmente con Nerón, a quien desea sumamente ver para
decirle, si no lo sabe, que todos nacieron en una guardia, y para enseñarle a quemar monarquías sin
fuego; que esto de quemar a Roma y reírse es acto de locos. Perder a Portugal y a Cataluña y a los
demás que vendrán después, es quemar con buen título, y puede decir el Conde de España, lo
mismo que dijo un verdugo a un delincuente, queriéndole echar de la horca díjole: «Hermano,
acomódese lo mejor que pueda, para que cuando caiga caiga con algún descanso.» Lo mismo puede
decir S. E. a España: «Hermana, acomódese lo mejor que pueda a llevar mis tiranías, para que
cuando yo caiga de la horca del mal gobierno, caiga con algún descanso.»
Del reino de Murcia tenemos aviso de un pasquín que se halló en la fronte de una casa. Es el
caso que S. E. envió cierto, y no cierto juez de comisión sobre los morales de la seda, y el pueblo
quiso enterrar este gusano de comisión en el mal gobierno, diciendo a voces que viviese S. M. y
muriese el mal gobierno. Bien pudiera el Conde considerar que su jurisdicción no se extendía en los
morales sino en los olivares; pero como tiene imposición infusa, no sabe dónde dar con ella. No le
basta al gusano de la seda labrar con su propia boca su sepulcro, sino que venga la oliva con sus
manos de aceite a manchar su mausoleo. Sin duda que el Conde lleva esto por Estado, que quiere
acabar con todos los gusanos del mundo, porque no haya otro sino él; pero consuélome con que no
se podrá librar de los de la sepultura.
A Tarragona se han retirado cinco o seis mil soldados huyendo del rigor del plomo; no sé yo si
podrán librarse del rigor del hambre; ¡bella retirada ha sido esta; mucho debemos al Retiro! Es obra
del Conde, y todo lo debemos imitar de hoy por delante o por detrás, cuando se entrare en la guerra,
bien será decir, en lugar de Santiago: ¡Retiro! pues tanto nos favorece este nombre. Quemados vea
yo cuantos retiros y gallineros introdujo la ignorancia, y sea leña de oliva para que arda mejor. Mire
V. S. si el diablo le pudiera dar dos nombres mejores, el primero Gallinero, el segundo Retiro.
Quisiera preguntar al Conde qué se espera de un hombre gallina, sino retirarse. A mi parecer, salvo
el mejor juicio, será bien que estos soldados queden por huevos, y que el Conde con algún calor
impolítico los saque gallos, para que pierdan el nombre de gallinas.
Estamos fortificando el castillo de Pamplona; sin duda lo fortificaremos para los franceses. La
parte que me toca yo se la doy desde luego, y si el Conde no la quiere dar, ruéguele a Dios por la
vida, que con ella todo se alcanzará, y con su muerte también; que es persona con quien no se va a
perder ni en vida ni en muerte.
61

Nuevas de Italia es haberse retirado muchos soldados y muchos navíos; no todos, porque siete
tomaron los franceses, y es de advertir, que siendo los italianos tan amigos de tomar; pues toman a
Lucifer por presa, esta vez se hayan dejado tomar de los franceses. Por lo sucedido no hay que llorar
esta pérdida, sino reírse de esta ruina; que cuando la fortuna quiere desautorizar una monarquía,
pieza a pieza la va quitando lo que ella quitó a otros, como se vio en el imperio romano, y en otros
sin romana, pues murieron sin peso ni medida.
Los países de Flandes se van mudando cada hora; no digo de asiento, sino de dueño.
Llamamos a los holandeses de herejes, y ellos nos llaman papistas a nosotros. Yo temo son al revés
estos dos títulos, pues ellos se papan las plazas y nosotros las herejías del mal gobierno. No es
bueno que yo, sin ser profeta, dije cuando se acabaron las treguas de Holanda, y el señor de los
Olivos declaró la guerra, que aquel día había acabado España a Flandes. Flandes, no hay tal Flandes
como haber tenido un Conde-Duque para su regalo. Mas debes a este príncipe con la muleta, que al
duque de Alba con la espada; el uno te hizo la barba a pelo, y el otro a cuchillo. La Holanda se nos
ha hecho mala de paño gordo. ¿Quién dijera que una tela de paño tan delgado había de haber
tomado tanto cuerpo?; pero todos lo dijeron, si el Conde la tejía.
Del reino de Aragón tenemos satisfacción, salvo Antonio Pérez. Allá tenemos 5.000 soldados
o sueldos. Debe mucho este reino al señor Protonotario, estadista ateísta, domado en la caballeriza
del Conde.
No ha sido mal arbitrio quitarle a este reino cierta carga que tenía, que como está junto con
Cataluña y le dan los aires alterados, lo estará presto; y como Aragón tiene poca fuerza no hará
mucho en caer, que en tales ocasiones el caer es levantarse, y el no levantarse caer.
Andalucía no puede andar, que tiene necesidad de levantarse también como sus vecinos, y
hablando moralmente, no todas las Lucías se dejan sacar los ojos. Esta aunque los tiene a puro
deshechos tuertos, en fin tiene ojos y ve cuando quiere, y sabrá morir mártir a ojos cerrados por su
libertad y virginidad primera, y aunque está manoseada, está sino alhajada aliñada 78. Pues V. S. está
con esa doncella, dele mis encomiendas, y no de Santiago, que ha días que nos ha dejado este santo.
Castilla la Vieja está muy vieja, y si no se pone en el valle de Josafat, no tendrá bríos en su
vida. Fuera bien que el Conde buscara un arbitrio, para traer el Jordán por Valladolid, en tanto que
viene el día del juicio, si bien, todos los días lo son para España y no le veo. Si V. S. quisiere
soledades váyase a Castilla la Vieja, y allí las hallará mejores que las de D. Luis de Góngora.
Tenemos grandes soldados en Galicia, gallos no lejos, si bien algunos han profesado de no ser
gente. Su Excelencia como es gallego los tiene por algo, yo por nada y por menos que nada. Si es
verdad que en La Coruña hubo un espejo adonde se veían las naos al salir de Inglaterra, disculpo a
quien le hizo, y alabo a quien le deshizo, que sin duda conoció bien el humor de los gallegos,
porque ellos tenían aquel espejo para huir 30 años antes de ver al enemigo, y ahora como no le
tienen, huyen antes y después. Mire V. S. qué buena muralla tenemos contra Portugal. Dios nos la
dé para defendernos de la oliva, un tiempo anuncio de paz y ahora de guerra, hambre y peste.
Guarde Dios a V. S. como deseo. Madrid y abril 20 de 1642.

Madrid, 29 de abril.
Sábado 26 de éste salió S. M. para Cataluña, llevándose consigo los corazones todos, y en los
deseos de todos las felicidades debidas a demostración de tanto amor. Aquel día llegó a Barajas, el
siguiente a Alcalá; hoy vuelve a Loeches, donde se detendrá mañana, y le verán la Reina nuestra
señora, y S. A. Pasará el jueves a Aranjuez y Ocaña a verse con la señora princesa Margarita, su
prima, y se encaminará a jornadas lentas para Valencia, aguardando los que le han de seguir.
Deseánle aquel reino y el de Aragón, como que esperan la salud en su persona, para servirle con
fineza igual a la que siempre han tenido a sus reyes; ofrece Valencia 5.000 hombres, Aragón 4.000 y
500 caballos, y el condado de Ribagorza 2.000 sin los voluntarios y la nobleza, de manera que será

78 En la copia del P. Pereyra dice «a ajada aliñada si» lo cual no se entiende.


62

muy considerable en número el ejército real, y el mayor que se habrá visto en estos reinos, por los
muchos que de toda Castilla se encaminan, moviéndose los hidalgos y la nobleza, y sirviendo con
emulación las ciudades, siendo Toledo y Málaga de las primeras que han enviado a cada 400
hombres, y creyéndose que con los que hay en Tarragona y Fraga, junta S. M. un cuerpo de 30.000
infantes y más de 6.000 caballos: número superior a la vista de su rey para mayores empresas.
El Francés orgulloso con el infeliz suceso de la caballería del cargo de D. Pedro de Aragón, y
con haberse rendido Colibre, habiéndole defendido el marqués de Mortara lo posible, y héchole
mortal estrago, pasando de cuatro o cinco mil personas las que ha perdido sólo en aquel sitio, se
puso en marcha con 2.000 caballos y 4.000 infantes. Pasó el Coll de Balaguer, y el Ebro cerca de
Tortosa, y a cuatro leguas hacia Valencia ocupó a Uldecona con intento de embarazar los socorros
que se mandan a Tortosa, donde se halla gobernando el maestre de Campo Bartolomé Medina, con
su tercio de 700 hombres, parte montados, parte de los no montados de las Órdenes. Está aquella
ciudad ceñida de murallas; la mitad de ellas baña el Ebro, la otra no tiene fosos, y en una eminencia
que la sujeta, tiene un castillo, aunque fábrica antigua, fuerte y con algunas defensas, como también
la ciudad, a lo moderno.
Viernes pasado besó la mano a S. M. el Sr. D. Juan de Austria, y se volvió luego a la Zarzuela,
donde ahora se está. La cortesía que le dan es serenidad; la que él da a los grandes señoría, a sus
primogénitos y a los títulos de merced, a los demás trata de él y de vos. Pónenle casa en todo real y
pasará en breve, dicen, a Extremadura, a gobernar aquellas armas; pero no sé que se extienda su
mando a todas las de la frontera. Allá le forman un consejo, en que presidirá Castañeda y asistirá
por algún tiempo D. Nicolás Cid.
La coronelía de S. A. consta de quince compañías; váse ya llenando y será lucidísima por los
muchos oficiales reales de que consta.
Un D. Francisco Mascareñas, consejero de Estado de Portugal, y otro llamado D. Juan Tello
de Meneses79 de gran calidad en la sangre, hicieron fuga para Portugal esta noche pasada.
Siguiéronlos, y a tres leguas los cogieron y los trajeron con otros siete presos. Están en la cárcel de
corte.―D. Juan Idiáquez Isassi.

Madrid, 6 de mayo.
La Reina, nuestra señora, tuvo un achaque que obligó al Rey a volverá Madrid, por cortas
horas, pues entró a las nueve de la mañana y salió a las seis de la tarde.
No sé si de esta venida resultó la mudanza de la jornada, pues no la hace ya S. M. a Valencia,
sino a Cuenca, 24 leguas distante de Madrid, para desde allí estar al frente de Castilla y raya de
Valencia y Aragón. Como son los motivos grandes, dejan al discurso en vuelos y viajes; vense las
apariencias y adóranse los misterios.
Las levas van al paso de España tardas y para después; no porque el enemigo ceje en sus
invasiones, que cada día se florea con nuestra flaqueza o pereza…―P. Lucas Rangel, de la
Compañía.

Madrid, 6 de mayo.
… Hallábase en Valencia el marqués de Leganés, previniendo lo posible la defensa de aquel
reino, y en Tarragona, el marqués de la Hinojosa con 7.000 infantes y más de 1.000 caballos,
teniendo con ellos a aquella ciudad y campo seguros y tan proveídos, que pudo sin recelo socorrer
por dos veces a Tortosa con artillería, municiones, bastimentos y alguna gente. Hallábase el
enemigo a su vista, corriendo con su caballería hasta el río Cinca, y dejándose ver en Vinaroz, S. M.
ha resuelto hacer plazas de armas en que se junte el ejército real de su persona, a Cuenca y Mora,
79 Los nombres de estos caballeros portugueses se hallaban en blanco por ignorarlos el que escribió esta carta, pero
como la noticia se halla también en los Avisos de Pellicer, pág. 250, nos ha sido fácil suplirlos. Dicho escritor
nombra también entre los fugitivos a Cid de Almeyda, Antonio de Magallaes, Alvaro de Carvallo y otros.
63

confines de Valencia, donde se detendrá algunos días, así por esta razón como por la comodidad del
vellón, valiéndose de él en estos parajes, y reservando la plata para su entrada, siendo más
considerables los socorros que le hacen, Sevilla de 200.000 ducados y Madrid de 100.000, además
de un regimiento con que sirven cada una.
El del Príncipe, nuestro señor, tiene ya muchas compañías llenas que han dado hoy muestra, y
se cree empezarán pronto a marchar…―D. Juan Idiáquez Isassi, maestro del Príncipe.

Madrid, 6 de mayo.
Mi buen P. Pereyra. Lo que hoy se ofrece es mandar a V. R. copia de dos cartas recibidas en
este colegio.

Copia de una carta que escribió el P. Francisco Antonio Camasa,


confesor del marqués de Leganés, al P. Pedro González de Mendoza.
Mi P. Rector: escribí a V. R. la semana pasada, como habíamos llegado a Valencia. La
desgracia de la caballería del de Pobar nos ha puesto por ahora muy mal; el enemigo goza de la
ocasión. Esta mañana, acabando de comer en casa del virrey, ha llegado aviso cómo el enemigo
bajaba hacia Tortosa y había echado hacia adelante unas tropas de caballería. Dicen serán cerca de
1.000 caballos, y que parte de ellos habían cargado dos compañías nuestras hasta Uldecona. Este
reino, fuera de enviar gente a los confines, cosa que se niegan a hacer, sirve bastante bien, y el señor
marqués ha enviado algunos cabos a Tortosa y 40.000 escudos.
El conde de Aguilar avisa que quiere dejar 1.000 hombres en Tarragona, y con el resto de la
gente partirse a Tortosa. Si ha llegado estará Tortosa segura; sin esto tiene 2.000 hombres de
guarnición. En este instante envía el señor marqués a D. Antonio de Saavedra a asistir en Vinaroz
para sustentar aquello, y si puede entrar en Tortosa irá allá. Iba con órdenes de mando para todo lo
que pudiere suceder. Si el enemigo quiere sitiar a Tortosa, tiene mucha dificultad en hacerlo, porque
no teniendo la mar y un río grande y país espeso, no veo cómo podrá sustentarse. Venga presto la
gente con S. M. que Dios guarde, y echen luego adelante la caballería, que iremos a ver al enemigo.
Estos primeros días antes que nos juntemos, pasaremos algún trabajo; después espero en la
misericordia de Dios que hemos de darle al enemigo en qué pensar. Los cabos nuestros de la
caballería, presos, dicen que los tratan con mucha cortesía. El Sr. D. Antonio de Aragón esta
mañana ha recibido aquí, en casa del señor arzobispo, el primer orden sacro, mañana el otro, y el
domingo de Cuasimodo se ordenará de misa. Por acá no hay más qué avisar a V. R., &c. Valencia 21
de abril de 1642.

Copia de otra carta del dicho P. para el P. Pedro González de Mendoza.


He escrito a V. R. dos veces, y a buena cuenta ésta es la tercera. El señor marqués se ha
retirado de la casa del señor arzobispo a esta casa fuera de la ciudad; pero como está apartada
pienso que volverá a otra casa cerca de la Real, por la comodidad de tratar. Ayer vino aviso de
Vinaroz de cómo el enemigo había tomado un puesto con infantería cerca de la ciudad de Tortosa,
de esta parte del río, y que aguardaban a Mr. de la Mota con grueso de caballería y infantería.
Nuestro socorro no puede pasar. Si este reino juntase un grueso de caballería y infantería, podría
pasar, que como el enemigo no tiene mas de 2.000 hombres de esta parte del río, de la otra parte del
río los de Tortosa vendrán a recibirlo. Si nuestra armada estuviese ahora en los Alfaques no había
dificultad.
En Tortosa están bravamente armados todos; las mismas mujeres trabajan en la fortificación;
espérase que ha de acreditar el nombre que lleva80.
80 Alude sin duda el autor al dictado de fidelísima que en 1641 le fue concedido por haberse mantenido tal en las
alteraciones de Cataluña: Tortosa fidelisima y exemplar. Motivos que el Rey D. Felipe IV ha tenido para concederla
estos gloriosos titulos, en premio de la lealtad que ha mostrado en las alteraciones de Cataluña, por D. Vicente
64

Aquí al señor obispo le nombran maestre de Campo, y tiene armados todos los clérigos y
religiosos. Esta mañana han pasado 300 sillas para los caballos de Vinaroz. En Vinaroz han tomado
las armas 800 personas y hay mas de 500 napolitanos que habían venido de Zaragoza para pasar a
Tortosa, y más 130 caballos que se habían salido de Tortosa para juntarse a facilitar el socorro. El
señor marqués aprieta a este señor virrey y a este reino a que vayan con esfuerzo; tratan y van en
todo despacio; no saben qué es arma viva. Este reino había de sustentar por su frontera a Tortosa,
porque con esto tienen la fuerza de su reino y demás confines cubiertos, y sin los trabajos de los
soldados.
Los catalanes discurren como una bestia, porque las armas de Francia las habían de tener
como auxiliares para hacer mejor su negocio; pero les dejan ganar plazas, y poco a poco se meterán
en Barcelona, y ellos quedarán esclavos de franceses y con la guerra de nuestro rey, que no ha de
dejar de conquistar los rebeldes. La política fuera volverse ahora que el Francés la ha conquistado
para sí: V. R. me tiene como siempre a su servicio, &c. Valencia a 28 de abril.

… Un padre que estaba preso, aragonés, que en el camino de Lérida prendieron los soldados
con recelo no fuese espía, le trajeron aquí; ha estado seis meses y más recogido en casa del señor
cardenal Espínola, y habiendo averiguado está sin culpa le han remitido a casa, donde hoy está: creo
se irá presto a su provincia, pues tan manifiesta ha sido su inocencia… ―Sebastián González.

Madrid, 6 de mayo.
Pax Christi, &c. Ya avisé a V. R. en el correo pasado como los franceses tenían sitiada a
Tortosa por algunas partes, y por otras más de cerca. Por éstas hicieron minas a la ciudad, y abrieron
dos brechas; parecióles estaban en disposición de dar asalto a la ciudad, y para este efecto Mr. de la
Mota escogió de toda su gente la de más cuenta y al intento (serían, según se afirma, mas de 400 por
lo menos, de los mas principales) para que abriendo estos camino hiciesen paso franco a los demás.
Dieron dos asaltos y fueron tan bien recibidos de los ciudadanos y presidio, que la primera vez
apenas quedó alguno que otro de los valentones que no fuese muerto, y otros muchos que a estos
siguieron. En el segundo les fue aun peor que en el primero. Estaban faltos de víveres y mal
descalabrados, y muertos muchos. Con tanto alzaron el sitio, y dejaron libre la ciudad. Los de
dentro viendo se retiraban, salieron en su seguimiento, en el cual mataron muchos de los contrarios
y otros muchos se ahogaron al pasar el río. Quien más moderadamente habla dice serán 3.000 los
muertos. A Dios se debe la gloria de este hecho, como V. R. verá y a su Madre.
Tienen en Tortosa un cíngulo81 que fue de Nuestra Señora, y una imagen de mucha devoción.
El arzobispo, que es el general que fue de San Francisco, la tomó por patrona, y hizo se pusiesen
muchas imágenes en el muro de pincel, con el cíngulo pintado en ellas, y a todos los soldados se las
dieron de papel, con las cuales les parecía tenían en sus pechos bastante seguridad en cualquiera
lance que se ofreciese. Armó toda la clerecía y religiones y todos acudieron a cumplir con su
obligación. Escogidamente hizo se hiciesen oraciones y rogativas, y peleando con armas espirituales
y corporales se consiguió esta victoria por la intercesión de la Virgen; y no es de menor reparo que
de los nuestros sólo murió uno y quien más se alarga dice llegaron a cuatro, que solo interviniendo
tal favor en materia de tanto riesgo, pudiera asegurarla para ser creído; mas todo lo dicho es
ciertísimo, y sin que haya rastro alguno de duda.
Después acá ha corrido voz (no sé que tenga mucho fundamento sino el del discurso de
alguno) que cuando los franceses se retiraban, salieron de Tarragona cantidad de caballería y
infantería y que les habían cortado el paso y muerto y preso a muchos, y tomado cantidad de

Miraball y Forcadell. Madrid: imprenta del Reino, a costa de Tomás Alfay, 1641.—4.º
81 Por otro nombre la cinta. Francisco Martorel y de Luna, natural de esta ciudad, publicó en 1626 una historia no
despreciable con el título de: Historia de la Santa Cinta con que la Madre de Dios honró la catedral y ciudad de
Tortosa; del sitio, nombre, antigüedad, obispado y cosas notables de ella, con variedad de Historia y una
descripción de Cataluña y su fidelidad. Tortosa, por Gerónimo Gil. MDXXVI.—8.º
65

caballería. Puede ser haya sucedido esto; mas hasta ahora no ha venido aviso a S. M. de ello, y así
no se da crédito...―Sebastián González.

Zaragoza, 13 de mayo.
Pax Christi, &c. Nuestra congregación es el domingo que viene; no vienen los catalanes, que
temen a los de acá y a los de allá; sólo llegó el Rector de Tarragona; cuenta grandes casos de
hambre, &c.
Uno de los casos raros82 es que como les daban cada día un puñado de trigo y algunos estaban
debilitados, lo echaban como lo comían, y algunos iban recogiendo los excrementos y entresacando
granos. Con todo dice que nunca dejó de dar la olla a los pobres en la portería, y en orden a esto
refiere cosas raras. Agora están muy abundantes, porque llegaron cuatro navíos grandes de trigo.
Sacaron 2.000 soldados para socorrer a Tortosa, que vinieron con los galeones de
Dunquerque, avisaron quedan allí 4.000 y más caballos; cada día se fortifican.
Monsiur de la Mota levantó el cerco de Tortosa con pérdida de 2.000 hombres, allí y en la
toma del fortín del coll de Balaguer.
Este mismo se defiende valerosamente: hay 6.000 aragoneses en la frontera. Acometió el
enemigo por Ribagorza y les mataron mucha gente, con que no se burlan con nosotros. Si S. M.
viene (Dios le traiga), saldrán de todo este reino 20.000 hombres sin que hagan falta.
El rey de Francia curó en Carcasona o tocó 83 la Pascua. Algunos de ellos dicen que hizo diez
milagros aquel día; no son de fe. Zaragoza y mayo 13 de 1642.—P. Benito Gracia, de la Compañía.

Madrid, 13 de mayo.
Después de haber el enemigo ocupado con su caballería a Uldecona, habiendo dejado
guarnición en ella con 6.000 infantes y poco más de 1.000 caballos, se presentó a la vista de
Tortosa, ciudad fidelísima y ejemplar, a los 3 de éste. Ocupó puestos a lo lejos y exhortóla por tres
veces a que se le rindiese, ofreciéndola ventajosísimos partidos. Y viendo que siempre respondía
con constancia y valor admirable se le acercó aquella misma noche y la dio dos furiosísimas
escaladas por toda aquella parte de la ciudad que no baña el Ebro. Rechazáronle con mucha pérdida,
y el día siguiente se apoderó del convento del Carmen, de donde empezó a batirla allanando con
facilidad por aquella parte el lienzo de la muralla, que lo más de él estaba casi por el suelo, y a los 5
la asaltó por tres partes, en que se peleó por 12 horas con tan increíble tesón y valentía, que
quedaron dentro prisioneros cerca de 300, con que se hubieron de retirar los franceses, siguiéndolos
los nuestros hasta sus mismos puestos, donde pelearon y los hicieron huir con pérdida de su
artillería y bagaje y más de 2.000 muertos, sin los prisioneros, debiéndose la victoria en esta ocasión
tan dichosa más aun a los vecinos que a los mismos soldados, los cuales siguiendo el ejemplo de su
santo obispo el P. Campaña, general pasado de los franciscos, anduvieron a merecer el renombre de
valerosísimos, como de fidelísimos, saliendo afuera las religiones y el clero de quienes formó el
obispo un tercio con quienes ocupó parte de la muralla, señalándose entre todos los PP. franciscos,
que derribado su convento, por ser eminencia a la ciudad terraplenaron la iglesia, de donde recibió
el enemigo notable daño y huyó dividido en dos trozos. Y créese que el que se encaminó a Balaguer
habrá caído en manos del señor marqués de la Hinojosa, que ya desde Cambriles se había mejorado
a las eminencias. A este tiempo los que quedaron en guarda de Uldecona, sabido el suceso de los
suyos, abandonaron el puesto y los siguieron desamparando dos piezas gruesas, que para su mayor
seguridad les había dejado Monsiur de la Mota…―Don Juan Idiáquez Isassi.

82 No dice dónde, si en Perpiñán o en Tortosa, a la sazón sitiadas de franceses, o si se refiere a los sitios anteriores de
Colibre o Monzón.
83 Alude a la gracia o virtud que se supone tenían los reyes de Francia para curar lamparones. Véase el Marte Francés
y otros tratados políticos de esta época.
66

Irún, 16 de mayo.
Carta que escribe un caballero que acompaña al de Mortara,
dando cuenta de lo ocurrido en su viaje por Francia, desde Colibre a Irún.
Remito esta carta para que por ella se conozca lo que pasamos. Estuvimos sitiados y no ha
sido poco habernos escapado, pues era tan sin número el artillería, mosquetería y bombas que se nos
tiraban al castillo, y él era tal y tan ruin, que ha sido espanto haber resistido tantos golpes y tanto
tiempo.
Llegó el enemigo a los 16 de marzo a tomar los puestos, y con tanta fuerza que le parecía
poco el mundo para conquistarle. Defendiéronsele algún rato; mas como traía tanto mayor número
que nosotros, nos fue fuerza el ceder lo que sustentábamos. En un mal reductillo le entretuvimos 14
días y 6 días más, habiéndole hecho muchas salidas importantes, pues en una le clavamos cuatro
cañones gruesos, y le matamos cerca de 400 hombres; a este paso le hemos degollado en un mes,
que nos duró el sitio, más de 3.000 hombres, y el marqués de Mortara se portó con tanto valor y
experiencia y se defendió tan bien hasta lo último que con tenernos abiertas dos minas reales y dos
hornillos, aun estábamos reacios; y a no habernos hallado sin agua, que el día que se capituló no
teníamos agua más que para aquel día, y tal y tan tasada que el que más tenía era un cuartillo de
agua o cieno, tan hediondo que no lo podían sufrir las narices, aunque la pedía el cuerpo;
considerando todo esto se capituló muy en nuestro favor.
Salimos pues con armas, bagajes, bala en boca, cuerda encendida, dos piezas de artillería y la
condición de pasar por Francia a costa del Rey cristianísimo, y con la misma tasa y sustento que
pasan sus tropas, y que los enfermos se habían de embarcar en bajeles nuestros y ir a Tarragona.
Con esto empezamos nuestra marcha, habiendo sido todos muy agasajados en Francia.
Llegamos a Narbona, jueves santo, en ocasión que vimos la ceremonia que llaman en Francia de
lavar el rey los pies a los pobres. Hiciéronnos entrar a todos los españoles que íbamos con el
marqués: gran llaneza en Francia. El rey lo parece, mas no lo es. Los señores muy lucidos, mas
viven con las mismas envidias que en otros reinos: gran pueblo, muchos bastimentos, mas por un
real en plata venderán a su rey. No se ve en Francia moneda de la tierra; toda es de España, y hoy la
pesan con tanta puntualidad, que si le falta un grano no la toman: esto desde el real hasta el doblón.
Hannos hecho grandes agasajos, más por desear la paz que por devoción que nos tengan; y es la
verdad que en toda la marcha no hubo género de desorden, debido todo al buen mérito del marqués,
que, como en todas partes, deja en Francia muchos apasionados, y hemos descubierto muchos que
lo son de nuestro rey.
Hoy estamos una legua de Fuentarrabía, disponiendo la marcha la vuelta de Molina de
Aragón, y según la poca consideración de estos señores que gobiernan, o creen que estos soldados
son de hierro o quieren ellos errarlo todo, pues después de tan largo padecer en sitios, socorros y
larga marcha, hallándose desnudos, descalzos y sin un real, mandan marchen luego, y con dos
reales de cuartos, que es lo mismo que nada. Bien se le luce a nuestra España para las buenas
disposiciones, y esto sucede en ocasión que vienen enseñados a Francia, donde todos los días se les
daba 16 onzas de carne fresca, 24 de pan, media azumbre de vino. Cuando creian llegar al descanso
hallan un ministro muy engolillado que les dice: «no tengo orden, ni puedo arbitrar en cosa alguna»,
y el soldado en el ínterin pierde lo reparado en Francia. ¡Dios mueve las cosas!
Nosotros marchamos de aquí el lunes a 19, con orden de entrar en Aragón por Molina; creo
hallaremos allí a S. M. si no es que se han mudado los intentos como en las demás cosas buenas.
Mucho me he engolfado; perdón merece un soldado y tan bien premiado como yo. El consuelo que
tengo es que Dios me saque de tantos peligros y me dé salud para sufrir tantos trabajos. Irún y Mayo
16 de 1642.―Frey Dionisio de Valenzuela y Mendoza.
67

Madrid, 21 de mayo.
… El marqués de la Hinojosa, habiéndose mejorado de Cambriles a Balaguer, degolló al
enemigo 600 hombres, y se apoderó de aquellas eminencias, habiendo antes cogido tres convoyes y
con ellos 600 acémilas…―Juan Idiáquez Isassi.

Madrid, 27 de mayo.
… Llegó estos días un oficial del de Mortara, y entre los capítulos que se hicieron, cuando se
entregó Colibre, fue uno que la gente del presidio había de volver a España por Francia y entrar por
Irún en ella. Hánlo cumplido puntualmente y hécholes buen tratamiento. Este tal dicen están en
Francia tan acabados o más que nosotros, y sentidísimos con el Cardenal y con grande deseo haya
paces, y que estas diferencias entre los reyes se acomoden…
… Ayer llegó aviso que catalanes y franceses habían saqueado a Tamarite y muerto algunos
del pueblo. Voz corre se iban a poner sobre Monzón; veremos en qué para esta furia…―Sebastián
González.

Madrid, 28 de mayo.
… Avisan de Perpiñán que el enemigo se halla con solos 2.000 caballos y 6.000 infantes,
aunque con resolución de batir uno de los baluartes del castillo y asaltarle por él. Pareciendo
temerario este pensamiento a los partidos franceses y catalanes, tuvieron en Barcelona un encuentro
muy grande, sobre querer los primeros ajusticiar a N. Carmona, por confidente del rey nuestro
señor, dándole solas tres horas de vida, y decir los otros que era contra sus fueros; sobre lo que se
encendieron tanto que habiendo avisado Brezé a su rey lo que pasaba, y no teniéndose por seguro,
le llamó con pretexto de que le quería para la empresa de Perpiñán, siendo ya la desconfianza tanta
que franceses no quieren para ninguna ocasión catalanes, de lo que estos se hallan sentidos, y
también de que para forrajes les cortan los panes.

Madrid, 29 de mayo.
… En relación que hay impresa del levantamiento del cerco de Tortosa, se dice que el de
Aguilar, al retirarse los catalanes les hizo mucho daño, y les tomó 1.000 caballos. Ha salido un
manifiesto de la de Cardona, defendiendo a su hijo D. Pedro de Aragón, marqués de Pobar. El
asunto es probar que hizo aquella infeliz jornada con orden del rey. Picóles, dicen, aquella claúsula
de la carta a las ciudades, que dice, que la emprendió sin orden ni contraorden, y están los Cardonas
sentidos con D. Gaspar, de Bracamonte que fue el autor de la carta…―Martín Montero.

Madrid, 2 de junio.
… De Aragón avisan cómo catalanes y franceses estaban sobre Monzón, y que batían el
castillo. Por acá se camina despacio; no deben de poder más…―Sebastián González.

Madrid, 3 de junio.
A 29 del pasado llegó S. M. a Cuenca, y según los que le siguen, se detendrá en aquella
ciudad algunos días, aguardando a que se haga cuerpo de la gente que va encaminándose por todas
partes.
El de Leganés se halla en Vinaroz, habiendo enviado tres tercios a Tortosa, y puesto la defensa
posible en los lugares de su comarca; va agregándosele gente y en breve se mejorará hacia
Cataluña.
68

El marqués de la Hinojosa ganó a Vendrell en el campo de Tarragona, y prendió en él a D.


Jaime de Eril, maestre de Campo de la Diputación de Barcelona.
Mosiur de la Mota a la parte de Lérida quemó más de 20 lugares hacia Monzón en Aragón…

Madrid, 4 de junio.
… Los franceses andan soberbios en Cataluña; han saqueado 12 lugares en Aragón, y
quemádolos. El rey dicen pasa a Moyo. Cuenca está muy falta de mantenimientos. La Reina
despacha mucha gente, y hoy sale y pone sus banderas; da a cada soldado 1.000 rs., y ocho cada día
para su sustento…―H.º Antonio Serrano.

Madrid, 9 de junio.
Pax Christi, &c. Por una carta de Zaragoza que escribió uno de los nuestros, se ha sabido
como el de la Mota tenía cercado a Monzón, plaza poco fuerte. Tiene castillo menos que razonable,
porque es a lo antiguo, y con el tiempo no está tan reparado como la necesidad presente pedía. La
gente del pueblo se retiró la tierra adentro, y los franceses no se han atrevido a entrar en él porque
del castillo les pueden hacer mucho daño. En el castillo hay un tercio bueno, y algunos ciudadanos
de valor. El castellano es aragonés, y hombre de grande corazón, y tan atrevido que se puede temer
más de su aliento no se arroje más de lo que conviene, que no que falte a las obligaciones de quien
es por cobardía. Tienen falta de agua; ésta dicen se ha socorrido metiéndoles 5.000 cántaras. Los
bastimentos son pocos; mas se entiende bastantes para que puedan esperar socorro. Tiene por
padrastro el castillo un montecillo a razonable distancia. Allí pusieron los franceses un tercio y
cuatro piezas. Salió el castellano con alguna de su gente, y dio de repente sobre ellos tan
valientemente que les degolló 500 y clavó las dos piezas del artillería, y se retiró sin daño alguno
considerable.
La Corona de Aragón envió un diputado a SS. MM. a representarles el aprieto en que estaba el
reino, que necesitaba más de armas y dineros que de gente. Viendo que había días que este diputado
no había dado aviso de su llegada, y de cómo había sido recibido, nombraron otro, y antes que se
pusiese en camino, llegó aviso del primero cómo había hablado a S. M. y de lo bien que había sido
oído, y que S. M. le había respondido con mucho agrado y muy a su satisfacción. Traía orden de
tratar los negocios de aquel reino sólo con S. M. sin hablar con el señor conde ni con el
Protonotario. Esto refiere el mismo padre.
En el ínterin que aquí andaba solicitando el socorro el diputado, el Conseller en cap juntó 400
caballos y más de 1.500 hombres para ir a socorrer a Monzón. También dicen tiene orden Leganés
de acudir con toda la gente que tiene, y el de Aguilar, si con toda su gente pueden hacer buen efecto.
El de Aguilar desbarató un regimiento que venía a rehacer la gente del de La Mota; mató a
muchos catalanes de él, y prendió otros de los más lucidos de Barcelona. De esto había corrido voz,
y llegó a Zaragoza aviso cierto.
El rey de Francia ha estado en Canet, cerca de Perpiñán, enfermo, y con eso le fue fuerza el
retirarse. Dícese que el marqués de Flores de Ávila le envió un trompeta, y con él un recado,
diciendo sentía mucho estuviese indispuesto, y que si necesitaba de algún regalo o medicinas, que le
serviría con mucho gusto. Aquí dicen respondió el francés agradecía la oferta; mas que no
necesitaba de cosa alguna; que si él la tenía de víveres, que se los enviaría para seis meses, con
condición que si en estos no fuese socorrido, le había de entregar la plaza.
Cuando estaba para salir el conseller en cap, llegó D. Fernando de Tejada con 500 caballos de
los que lleva el Condestable, el cual dijo llegaría dentro de dos u tres días con otros 500, con que se
animaron grandemente los aragoneses. Es gente veterana, y han servido todos en Flandes y pasado
casi toda su vida en la milicia.
El de Torrecusa ha partido a toda priesa para Cataluña. Quieren decir unos que va a lo de
Perpiñán; otros que irá a sitiar a Lérida; mas cierto es lo primero.
69

De Valencia ha venido aviso como ya nuestra armada había llegado allí: no se dice otra cosa
particular…
… S. M. se está en Cuenca; dícese saldrá presto, mas no el cuando. Deben esperar se junte la
gente. De aquí van saliendo ya las compañías de la coronelía del Príncipe. Son todos los más
soldados viejos, y gente que ha tenido muy buenos puestos. Halos favorecido la Reina nuestra
señora y el Príncipe, visitando las banderas en los puestos donde estaban, y también asistiendo en el
camino fuera de los muros de Madrid, cuando iban marchando, con que van muy alentados con
estos favores, y con que se les haya dado también dineros, que es lo que más alegra la gente de
guerra.
El marqués de Mortara ha llegado a Molina de Aragón con la gente que sacó de Colibre, que
era buena y experimentada, y como va picado del mal suceso que allí tuvo, desea ocasión con que
poder despicarse de la desgracia de Colibre.
En Cuenca han preso a un hombre por espía de Francia. Hánle dado tormento. La prisión y
tormento es cosa cierta; lo demás que corre de la confesión que ha hecho no lo es. Entre otras cosas
dicen traía veneno para echar en los coches que hay allí, con que hoy en la alameda de la ciudad,
que por ser ella muy agria, no pueden estar dentro, hay una compañía de guardia para asegurar lo
que se dice.
Asisten a S. M. hoy seis compañías de caballos, todas lucidísimas y de gente principal la
mayor parte. Son capitanes de ellas el conde de Oropesa, el duque de Ariscot, el duque de Veraguas,
el sobrino del presidente de Castilla, D. José de Castejon, y otros dos de las órdenes de Santiago y
Calatrava. S. M. dicen se entretiene las más tardes en salir al campo, al río, y a los lavaderos y a la
isla, donde acuden los soldados a festejarle…―Sebastián González.

Madrid, 10 de junio.
Sábese que nuestra armada recibió en Cartagena de Levante 500 quintales de pólvora y
algunos bastimentos, y que se le agregaron ocho galeras, y en Denia, donde se dice llegó, otras dos
de Cerdeña.
De la de Francia se ha entendido por lo que han escrito de Tarragona, que maltratada de
temporales se había retirado.
Cartas ha habido, fresquísimas de Perpiñán. Quiso el Francés sitiar aquella plaza, y el
Cristianísimo viene en persona a querer ver el terreno y el designio de la circunvalación. Llegó a
una legua de aquella ciudad, donde le envió a visitar el marqués de Flores de Ávila, y con haberle
cargado la gota y recaído de tercianas, se retiró a Narbona, con que cesó el sitio.
Avisan también que el cardenal de Rocheliu, en la misma parte, quedaba desahuciado, y ayer
y hoy se ha dicho con alguna certeza que había muerto.
El marqués de Torrecusa vuelve segunda vez a socorrer aquellas plazas, y con tal capitán no
se duda del suceso que se desea.
En Vinaroz se hallaba el marqués de Leganés con 8.000 infantes, y 8.000 caballos, según
avisan, en cartas de 31 del pasado.
Los valencianos se prevenían, pero decían no saldrían sin que S. M. entrase en una de las dos
coronas. Los aragoneses se han juramentado con pleito homenaje contra Cataluña, por las
insolencias grandes que han tenido a las vecindades de Monzón. Monsiur de la Mota saqueó la villa.
Defendíase el castillo socorrido, y cuyo gobernador Don Juan 84 Azlor, aragonés, hizo una salida tan
bizarra que ganó al enemigo dos piezas, cogió algunas armas, y le degolló 600 hombres, con que se
cree podrá aguardar el socorro que se le ha enviado de Zaragoza y Cuenca, de donde parte S. M.
muy en breve para Molina, según lo avisan todos los de su corte, y que por aquella parte entrará en
Aragón.

84 Pellicer le llama D. Martín; pág. 267.


70

Ya han empezado a marchar las compañías de la coronelía de S.A.; lunes y domingo salieron
a dos cada día… ―Juan Idiáquez Isassi, maestro del Príncipe, nuestro señor.

Zaragoza, 10 de junio.
Mi señora: obedeciendo a vmd., en lo que me manda en su carta, diré a vmd. lo que con más
certeza se sabe en esta ciudad en medio de tantas desdichas. El sábado dio el Francés asalto general
al castillo de Monzón y le mataron 700 hombres, y se retiró, y ha mudado las tiendas a otro punto.
El enemigo no cesa un punto de tirar al castillo, porque la villa ya la tiene por suya muchos días ha;
mas los del castillo se defienden con grande valor y ánimo, y si no les falta el sustento no tomará el
enemigo el castillo. Agua faltaba, mas ha sido Nuestro Señor servido de llover estos días, y está
socorrida la necesidad. La gente está animosa y con unos ánimos de leones, y voluntariamente sale
toda la gente con el mayor gusto que se puede exagerar. Ya está convocada toda la del reino, y no
desean sino verse armados; habrá hasta 1.000 caballos a la vista de Monzón, de los nuestros; mas no
pueden pasar la puente, ni tampoco los franceses. Afirman que tiene el Francés 5.000 caballos
mucho buenos.
El Condestable se partió ayer de esta ciudad, entre doce y una, muy apriesa. Tiene grandes
esperanzas que se ha de socorrer la plaza, porque por Fraga ha de entrar el de Leganés con su
caballería y infantería, por la otra parte de Barbastro la gente de Ribagorza, y por esta parte de
Monzón la caballería y infantería que está enfrente del enemigo.
Hasta ahora muy poca gente ha muerto de nuestra parte, y de la del enemigo muchísima. Está
tan determinada y valerosa la gente de los lugares que ha saqueado el enemigo, que dicen si les dan
armas volverán a sus propias casas, y se defenderán ellos solos.
En esta ciudad se hacen continuas y devotas oraciones entre toda esta gente por el buen
suceso de esta guerra. La gente está muy adelantada y con buenos bríos, y con determinación de
exponerse a cualquiera peligro por defender la patria. Los franceses hacen las mayores insolencias
que se pueden imaginar en las imágenes y mujeres. Al fin han llegado a quemar el Santísimo
Sacramento. Ellos son infames y luteranos hasta las entrañas, y nosotros hoy defendemos la causa
de Dios y de sus sagradas imágenes, y hemos de alcanzar victoria de estos bárbaros.
No quiero cansar mas a vmd. con mi prolijidad. A esos señores beso muchas veces la mano
con la de vmd. que guarde Nuestro Señor muchos años, como le suplico, en Zaragoza a 10 de Junio
de 1642.―Su menor capellán y servidor de vmd.―El Dr. Miguel Hernández.―A la señora doña
Luisa Ximénez de Aragués, mi señora.

Madrid, 14 de junio
… Aun se defendía el castillo de Monzón con mucho daño del enemigo. El agua daba a los
defensores algún cuidado, por no tenerla sino de cisterna, y ésta que se rezumaba algo, si bien lo
mucho que había llovido suplía esta necesidad en parte. El marqués de Tabara, virrey de Aragón, se
hallaba en Balbastro con número considerable de gente y 1.500 caballos, habiendo llegado los 800
que guiaba el Condestable, y mil más, con 4.000 infantes que nos aseguran envió desde Vinaroz el
marqués de Leganés a juntarse en Fraga adonde había de venir Tabara y marchaba también Mortara,
con la gente que sacó de Colibre, porque no pudiendo pasarse el Cinca, es preciso dar este rodeo, y
si él no se detiene se duda quede el castellano85 socorrido.―Juan Idiáquez Isassi.

Valladolid, 14 de junio
Pax Christi, &c. Lo que se dice de nuevo es: en carta de 11 de Madrid que la enfermedad de
Rocheliu fue una postema en un brazo que se le subió a la garganta de que murió, si bien no es aun
totalmente cierta su muerte. Dícese que antes de morir vio al lado del rey otro más privado, a quien
85 Entiéndase el gobernador de Monzón.
71

llaman Mr. de Monfí86, y que habiendo el rey determinado que en todas las juntas presidiese el
Cardenal, revocó este decreto estos últimos meses.
De Perpiñán hay nueva, que no está muy apretada, y que el de Flores Dávila se ha portado
muy a lo cortesano con el rey de Francia, que dicen se está en Narbona.
Hase echado un bando pena de la vida contra los soldados que desamparen las banderas, y
contra los capitanes que los licencien. Salió el domingo la Reina a la puerta de Alcalá, donde, en un
repecho, en el coche vio pasar unas compañías de la Coronelía del Príncipe que van la vía de
Aragón. De esta coronelía han faltado en el espacio de 19 días que ha que se hizo la reseña, 300
hombres.
En cartas de Zaragoza se escribe que la mitad del Monzón está por nosotros, que es la parte
que desde el castillo se puede defender, y que seis solos de los nuestros defendieron la iglesia que
cae en la región que los enemigos han ocupado. En Zaragoza se echó bando no saliese más gente a
defender la frontera; temieron no sucediese alguna desgracia por haber muchos franceses en aquella
ciudad.
Carta he leído de Alicante de 2 de este, en que se dice había entrado nuestra armada dicho día
en aquella playa. Cuenta los vasos que van por este orden: 10 galeras, 36 galeones de guerra, ocho
navíos de fuego, 39 barcos longos, seis navíos de Dunquerque. Estos vasos solos cuenta el autor de
la carta. De Alicante dicen que la armada enemiga tiene 90 navíos y 20 galeras, y que estaba sobre
Peñíscola, y que no rehusaría la pelea, antes la buscaba. Tiénese por creíble que ya se habrán
encontrado. ¡Dios nos dé victoria!
La plaza que después de la toma de Lens y Basea se cercó, llamada Bapon (Bapaume), en el
condado de Artois, corre que la ha ganado ya Melo. De Cuenca se ha escrito que han cogido una
espía en aquella ciudad, que procuraba entoxigar los coches; así lo escriben y parece mentira. El
Conde-Duque y el de Oropesa han tenido algunos disgustos en Huesca; comenzaron aquí. Aquí se
acaban las nuevas, y mi carta con ellas, si bien no el obedecer a V. R. en todo lo que me quisiere
mandar. Guarde Dios a V. R. muchos años. Valladolid y Junio 14 de 1642.
Estimo sobre mis ojos las memorias que V. R. tiene de mí, aun cuando está entronizado, y
parece se había de acordar de sus siervos; de parte de V. R. me las dio el P. Henao.—Martín
Montero.—Al P. Alonso de Amaya, prior del Colegio de la Compañía de Jesús, en Soria.

Zaragoza, 24 de junio.
Estos días he estado fuera de Zaragoza, y por eso no he escrito agradeciendo a V. R. la
caridad, las nuevas y noticias que nos ha enviado, que bien han sido menester para consuelo de
tantos trabajos como aquí tenemos, si puede ser consuelo un buen suceso ausente 87 y tan lejos para
tantos males presentes.
Ya V. R. sabrá cómo se rindió el castillo de Monzón, que era inexpugnable, y la llave de este
reino; queda ahora la puerta franca al enemigo; dentro había 150 quintales de pólvora, 1.000 de
cuerda, ocho piezas de artillería, muchas bombas que el enemigo no tenía ninguna, 100 cahíces de
harina, mucho bizcocho, carnes saladas, 1.000 cahíces de legumbres. Fue por falta de agua, que
perecieron muchos de sed. No había ya sino para dos días cuando el enemigo hizo llamada
ofreciendo mucho. Púsose a consejo; pareció que era mejor rendirlo, llamando él, que no dentro de
dos días rendirse a discreción. Hechos ya los tratos llovió aquella misma tarde, que era domingo 14,
y se recogió agua para tres días; pero como estaban ya hechos los conciertos el Consejo de Guerra,
aunque hubo diversos pareceres, resolvió se entregase.

86 Así dice el original de letra del P. Montero, pudiendo sospecharse quiso decir Monsieur, que es el título del duque
de Orleans, hermano de Luis XIII. Porque ni Cinq-Mars, a quien cuadra mejor la calificación de privado que aquí se
le da, ni Mazarini que sucedió a Richeliu en el favor del rey, son nombres que hayan podido fácilmente por mala
lectura transformarse en Monfi.
87 Alude sin duda a los [que habían ocurrido por entonces en] Flandes.
72

Hizo también el enemigo una gran mina; pero esto no fuera bastante para contrastar el ánimo
de sus defensores; antes cuando se dijo quería pegarle fuego se confesaron y pusieron a punto para
defender la brecha, y el gobernador, D. Martín de Azlor, el primero con su pica. A éste le culpan y
hay varios dichos, unos en bien de él, otros cargándole. Lo cierto es que es muy alentado y
experimentado, y también lo es que había dentro tanta gente inútil, cerca de mil mujeres y niños que
daban gran pena con la sed que padecían. Había en el castillo más de 3.000 personas, y ese pobre
caballero de compasión no las quiso echar: rigor que pudo ejercer a los principios, pero no fue ya
posible después, pasando grandes trabajos aun los más niños y más hechos a su regalo, al paso que
todos han peleado bien, pues la primera surtida que hicieron desalojaron al enemigo de San Juan,
una de las fortificaciones. Aquí estaba La Mota, y huyendo rodó y dicen se descoyuntó un brazo o
quebró las costillas, de que está sangrado cuatro veces y algunos valones que se han pasado a
nuestra parte, dicen es muerto. Su cuerpo tiene mucha caballería, aunque dicen que ha partido un
mariscal con parte de ella por aquí por Francia, por la Vall de Aran a lo de Rosellón y de allí han ido
otros a lo de Picardía.
Ha tomado ya el enemigo hasta 200 lugares, y casi todos los ha quemado y saqueado; todo lo
tala; tres iglesias colegiales ha destruido y muchos conventos: el daño se aprecia en más de un
millón; toda la ropa la han acarreado a Lérida. Háme dicho un canónigo de allí de Monzón, que
salía con las monjas del castillo y traía la abadesa del brazo, que llegó un mariscal de parte de La
Mota, y le dijo a la abadesa se quedase en su convento, que lo reedificarían y harían buen pasaje,
&c. Esto con grande instancia, y que viendo no quería le dijo al canónigo quo petitis: él respondió
Caesaragustam, y dando una risada el mariscal, añadió statim ibi ibimus, y su intento y su lenguaje
es éste, si Dios no nos ayuda. Convidó La Mota a todos los de Monzón con sus casas y raíces, &c.;
pero a condición de que habían de hacer homenaje al piadosísimo 88. Ellos en oyendo esto clamaron
que no, que más querían morir pidiendo limosna, vasallos de su rey y señor, y con esto se han
venido. Todos iban pidiendo limosna: personas ayer muy ricas de a más de a 1.000 y a 2.000
ducados de renta. El Reino trata de ampararlos a todos, y las catedrales han escogido los clérigos y
los sustentan. Todo es venir gente huyendo a Zaragoza, que se va llenando. Hoy vino un convento
de monjas bernardas descalzas; ayer entró otro de franciscas: es cosa lastimosa.
El Condestable y marqués de Tabara, el día que se entregó el castillo, fueron a Fraga con hasta
1.000 caballos y alguna infantería, y dieron una vista al enemigo, y viéndole tan superior de
caballería, y que era ponerse en evidente riesgo, se retiraron. Aquí no hay armas en el reino, aunque
ya van viniendo: la artillería parte hoy de Tudela para acá, 32 piezas, que aquí no hay una ni en todo
el reino, sino bien pocas en Fraga. La gente del marqués de Leganés dicen cada día viene, pero
nunca llega; son 2.000 caballos y 3.000 infantes, soldados viejos. El enemigo ha enviado un
trompeta a Barbastro, diciendo que pongan en cobro las iglesias, porque pasado San Juan estará allí;
otros dicen se encamina a sitiar a Fraga. Todo es fortalecerla y llevar víveres; hasta los tablones para
los rastrillos los llevaron solos cuatro días ha, adonde el enemigo envió un tambor diciendo se
rindiesen. Una pieza grande que halló en Monzón de las de Fuenterrabía la ha retirado a Lérida.
La duquesa de Cardona con sus dos hijos, D. Vicente y D. Pascual, llegó a esta ciudad, de
Huesca, antes de ayer domingo, por no hallarse allí segura, así que todo es ponerse en cobro, y
retirarse adentro de España, y el enemigo caminar. Ha quitado el nombre a Monzón y le llama
Villafranca de la Mota, porque le ha costado tan poco, y viene aquí entre ellos un cabo que le
llaman el vizconde de Rosellón, y a Espenan han dado a Canet.
Esto es, mi padre, lo que hay, y el nombrado Monzón, emporio de las cortes de Aragón,
Valencia y Cataluña, oficina de tantas leyes y paces, en poder del enemigo. ¡Quién se lo dijera al rey
D. Jaime de Aragón, o al rey católico D. Fernando! Zaragoza y junio 24 de 1642.―Padre Baltasar
Gracián, de la Compañía.

88 Aquí habrá sin duda de entenderse «el cristianísimo.»


73

Valladolid, 25 de junio.
… Monzón es cierto que se ha entregado. Las condiciones de esta entrega no se han dicho:
sólo se sabe que les obligó a los cercados la falta de agua. También ha corrido que Balbastro corrió
la misma fortuna; pero háse averiguado ser falso.
El no haber socorrido a Monzón dicen que fue porque, luego que el enemigo se apoderó del
lugar y saqueó los pueblos circunvecinos, levantaron los nuestros los puentes de los ríos, porque la
tala de los franceses no llegase a lo interior de Aragón, por ser todas las poblaciones abiertas.
Acudieron 6.000 hombres, todos aragoneses, a quienes embarazó lo mismo que los defendía; pero
la resolución de alzar los puentes se tiene (aun después de la pérdida de Monzón) por acertada.
De Cuenca escriben también que murió el de Pobar; no dicen dónde. Cada día se cuentan
maravillas del marqués89 de Aguilar. Ahora nuevamente se dice que junto a Vallés, que cae hacia
Lérida, tenía el enemigo en una emboscada 500 caballos (en carta del marqués a un pariente suyo se
dice eran 800); descubriólos nuestra gente, por haber cogido soldados suyos que dados tormentos
confesaron de plano, dónde tenía el enemigo sus tropas; dio el marqués en ellos de repente, cogió
vivos 400 caballos, según una versión, y según otra del mismo marqués 600 y muchos prisioneros y
dineros, habiendo de nuestra parte muerto solos dos soldados… ―Martín Montero.―Al P. Alonso
de Amaya, Prior del colegio de Soria.

Madrid, 1 de julio.
… Perdido el castillo de Monzón, quiso el enemigo, según escriben, apoderarse de Estadilla,
lugar del marqués de Aytona. Prevínole Tabara, y metió en él 100 mosqueteros además de la gente
que antes tenía, y hubo de retirarse por aquella vez el enemigo, si otra no lo intenta. Defendió el
puente de Monzón el conde de Plasencia con 500 dragones, y el Condestable de Castilla los
esguazos90 del Cinca desde Villalba a Alcolea con 800 caballos y cerca de 1.500 infantes, y va ya
acercándosele Mortara con su gente. Hallábase en Fraga Tabara, donde hacía plaza de armas y
almacén de provisiones para campaña. Esto es cuanto escriben y se ha podido averiguar de Aragón,
y que 2.000 caballos, que eran los que tenía La Mota, los había enviado hacia Cataluña, con orden
que hubo de su rey.
Aun se estaba en Vinaroz el marqués de Leganés; había enviado para Fraga con el comisario
general de la caballería de las órdenes, D. Rodrigo de Herrera, 1.000 caballos y 4.000 infantes, dos
piezas gruesas, otras dos de campaña y un trabuco.
La armada a los 15 estaba en aquel puerto, aguar— dando las galeras, que habían ido a
Tarragona a traer 1.500 infantes, que han de embarcarse en ella.
El marqués de la Hinojosa a una legua pequeña de Tarragona, ganó por interpresa el castillo
de Tamarit, que es muy fuerte y está en puerto, de donde los corsarios catalanes apresaban los
barcos que de Valencia enviaban a los nuestros; ganó también allá cerca la torre de Embarra de igual
fortaleza, y por su sitio de suma conveniencia.―D. Juan Idiáquez Isassi.

Madrid, 1 de julio.
… Copia de una carta del P. Francisco Antonio Camassa su fecha en Vinaroz a 23 de Junio de
1642, para el Padre Rector de este Colegio.
«Mi P. Rector: escribí a V. R. tres días ha, y lo que ahora se ofrece es que nuestra armada salió
antes de ayer sábado. Han quedado aquí los navíos de la presa para descargarla. La armada de
Nápoles ha 22 días que salió; puede tardar poco. Aquí estamos propuestos para pasar a Alcañiz; el
trozo de nuestro ejército está allí. El conde de Aguilar ha tomado a Tamarit y a la Torre de Ambar.
Ambos lugares fuertes, con lo cual puede correr leguas hacia Barcelona. De aquí el señor marqués

89 En otras partes se le titula conde, como en efecto lo era. Llamóse D. Juan Ramírez de Arellano.
90 Lo mismo que vados.
74

le envía unas compañías de caballos, para que pueda correr mejor el país y haga diversión al
enemigo de la parte de Aragón, para que nuestra gente pueda obrar lo que pretende. El Rey de
Francia, dicen, que se ha apartado unas leguas de Perpiñán. Les debe de doler lo de Flandes. En
Barcelona hay gente descontenta y cansada de la insolencia de franceses. Adiós, mi padre, &c.»
Esto contiene la carta del Padre.
Perdióse el castillo de Monzón por falta de agua. Vino a toda diligencia un diputado a S. M. a
representarle el aprieto de Zaragoza, por ser lugar abierto y sin defensa, que no juzgaba el reino por
conveniente ver saquear su cabeza y la ciudad más rica que en él hay; que si S. M. era servido de
ayudarlos, todo el reino le ayudaría como fieles vasallos, y estaría a sus pies, y si no que tratarían de
redimir su vejación como mejor pudiesen, sin ver la destrucción de su cabeza, las muertes,
violencias y robos que de no hacerlo se les habían de seguir.
S. M., como tan deseoso del bien de sus vasallos, se puso el día siguiente en camino, y ha
llegado a Molina. De allí dicen unos irán a Zaragoza; otros a Calatayud. Gente va entrando cada día
en Aragón, y se ha dicho habrá ya más de 10.000 infantes y 2.000 caballos.
Torrecusa dicen pasa por Cataluña con 4.000 infantes y 4.000 caballos al socorro de Perpiñan.
Va por general de todo este ejército, y por general de la caballería el conde de Aguilar.
De aquí han salido casi todas las compañías de la coronelía del Príncipe. D. Enrique 91 ha sido
de los últimos; lleva 200 hombres, los más soldados viejos. Iba bien prevenido de dineros, seis
carros de vellón, dos de plata, tres carrozas de mulas, dos carros de campaña; en fin, como hijo del
señor Conde-Duque.
Salió también una compañía de las Órdenes de 150 de a caballo, toda gente muy lucida.
Corría por cuenta de el conde de Monterrey el apresto; van bien prevenidos de dineros.
Las compañías de esta villa no acaban de cuajarse, que todo lo tiran hasta ahora las del
Príncipe; puede ser en faltando éstas se vayan acomodando. Hase tomado por arbitrio en acudiendo
entre todas bastante gente para hacer una compañía, juntarla y que marche con uno de los capitanes.
No pierden nada con la dilación las demás que comen a costa de la villa.
Lo que V. R. pregunta de nuestra armada todo es sin fundamento lo que se ha dicho. Ella
dicen está en un puerto nuestro de Cataluña; no se sabe haya obrado cosa alguna…―Sebastián
González.

De la mar sobre Barcelona a 4 de julio.


Carta de D. Rodrigo de Contreras al canónigo D. Melchor
de Contreras, su hermano, canónigo de Córdoba.
Hermano mío: de todas las partes de donde he podido tengo escrito a vmd. y agora, señor, por
si tuviesen dicha estos renglones, aviso a vmd. del suceso que hasta hoy hemos tenido con la
armada del enemigo, nosotros juntos con las seis naos de Dunquerque, que en todas eran 42 de
guerra; y al parecer es mucho por la falta de gente de mar y artilleros, y las enfermedades que ha
habido y hay, que es lástima cómo estamos.
Al fin, señor, llegamos a Tarragona a 23 del pasado, adonde nos dieron 2.000 infantes para
tripular las galeras y naos de Dunquerque. Allí dio noticia el conde de Aguilar al duque de Ciudad-
Real, cómo el enemigo estaba en Barcelona, que viene a ser 15 leguas de aquí. Llamó el duque a
consejo y se resolvió pelear con él: dado fondo y yéndolo a hacer aquella noche, ventó tanto el
Levante (que no lo habíamos tenido desde que salimos de Cádiz) que cuatro días fuimos corriendo,
y las galeras pasándolo muy mal. Estuvimos al abrigo de la tierra de Mallorca, y así como abonanzó
fuimos la vuelta de Barcelona, y ya el enemigo en este tiempo nos había salido a buscar, llegando a
Tarragona y a Vinaroz adonde fue fuerza que a las piezas que habíamos cogido de los holandeses,
les diésemos fuego. Los nuestros iban con intento de cogerlos 92. El enemigo vínose luego sobre
91 D. Enrique de Guzmán, o lo que es lo mismo D. Julián Valcárcel, hijo adoptivo del Conde-Duque.
92 Así en la copia que es de letra del P. Rafael.
75

Barcelona, donde le encontramos un día después de San Pedro. Hallándonos de barlovento y él por
ganarlo, nos entretuvimos a la vela hasta las seis de la tarde que se comenzó la batalla, durando
hasta la noche. Aquel día traía el enemigo 41 navíos de guerra, 13 de fuego, 16 galeras y todos sus
navíos de fuerza, que no creímos jamás fueran de la calidad que son.
No barloó93 aquel día, porque su intento era el acometer con los barcos de fuego, pues si se
hiciera nos quemaran a todos puestos en esta orden, aunque ellos mismos se perdiesen; y échase
muy bien de ver que no quisieron, pues nuestra capitana real intentó barloar tres veces a la suya el
primer día y se huyó.
Aqueste día perdimos una nao que juzgo faltó la cabeza de ella, que era un caballero de
muchas obligaciones hermano de D. Juan de Chavarri, y se entregó al enemigo sin disparar pieza,
llevando dentro 300 españoles; cosa que ha causado desconsuelo general. Esto fue el primer día.
El segundo día se comenzó a pelear a las tres de la tarde; era pues el barlovento de nosotros, y
así intentando de barloarlos a ellos, no había remedio sino sólo tirar a desaparejar. De los suyos
maltratamos cuatro naos el primer día, el segundo a muchas más, y nosotros recibimos el mismo
daño. Esta última tarde se embarrancó con la Capitana de Guisa, que era en la que navegaba el
arzobispo de Burdeos, la Madalena nuestra, y estando barloados los socorrí yo con grande riesgo,
así como a la Almiranta Real nuestra que aunque se libró de él por diligencia de mi lancha y de un
barco luengo que yo traía, vino a dar por la parte de la Capitana del enemigo, quemándose ella y la
Magdalena. Yo me desembarqué y socorrí después más de 100 hombres que se echaron al agua.
Después de esto se dieron muchas cargas por toda la armada, no consintiendo llegar navío de
fuego. Al tercero día dimos temprano tras del enemigo, y fuéronse retirando, de manera que no se
pudo pelear este día, si bien del número de las naos que tenía le faltaron al enemigo diez, no
habiendo gastado más de dos de fuego, que se considera94 por lo que se ha dicho. Por los prisioneros
de la Capitana que se quemó se sabe que las galeras las van llevando a Barcelona, que estaremos a
estas horas 12 leguas de ella.
Esta última noche se retiró el enemigo tan infamemente que no encendió faroles, y así el
Duque y hombres de puesto de esta armada fueron ayer de parecer de ir a Barcelona a hacerle todo
el daño que se pudiese, pues se consigue con esto de nuestra parte la resolución bizarra que tiene el
Duque; y si nos aguardase dando fondo hará reconocida la victoria por nuestra parte; mas ellos
saldrán fuera a rematar este suceso.
No quedan ya más de tres navíos de fuego de seis que traíamos, que se emplearon sin
provecho al primer día, porque era mucha la confusión de balas de aquel día.
Esto ha sucedido hasta hoy 4 del corriente julio. Murió Feijó, y ha sido muy general el
sentimiento de la armada por su pérdida. Los franceses han sentido mucho la quema del galeón de
Guisa. Han sido muchos más los heridos que los muertos, y fue muy buen acuerdo del Duque de ir a
buscar al enemigo a Barcelona, pues había dicho a los catalanes mil embustes de que nos dejaban
perdidos, y a los unos y a los otros les ha de causar muy gran novedad. De lo que sucediere daré
aviso a vmd. Hoy 4 de Julio de 1642.―D. Rodrigo de Contreras.

Madrid, 8 de julio.
Pax Christi, &c. Por si V. R. no tiene aun nuevas de nuestra armada de Cataluña, ahí le remito
las que han llegado por un barco que aportó a Vinaroz. Un amigo que está allí con el de Leganés,
envió ayer ese papel a persona que me le dejó copiar.
Dice así:
«En la villa de Vinaroz a 8 de Julio de 1642, ante el señor veedor general D. Juan de Otáñez
pareció Pedro Gil, cabo de escuadra de la compañía del capitán D. Félix Garci-González, que está

93 Barloar aquí y en otros lugares está por ganar al enemigo el barlovento.


94 Así en la copia.
76

derramada, todo el trozo de la compañía estando embarcado en la capitana Real, el cual es cabo del
barco luengo, de que es arráez Cristóbal de Nuncibay, y declaró lo siguiente:
Que ayer domingo 7 del corriente, a las cinco de la tarde, iba este dicho cabo en compañía de
nuestra armada a bordo de la capitana Real, en que iba embarcado el señor duque de Ciudad-Real la
vuelta de Barcelona, y por haberle cargado tiempo recio de Levante vino la vuelta del sur hasta las
islas, y por ser mucho el tiempo no pudo este barco tener la mar, y así fuele forzoso arribar hoy a
esta costa, donde acaba de llegar a esta hora, que son las cuatro de la tarde, y que el lunes que se
contaron primero de éste, a las ocho de la mañana, llegó nuestra armada sobre Barcelona, y halló
dando fondo a la vista de ella la armada francesa con 52 navíos y 17 galeras; la cual al punto que
vido la nuestra se levó y hizo a la vela y puso a punto de batalla, con que se embistieron las dos
armadas, y estuvieron peleando aquel día hasta la noche, y luego al otro día, martes por la mañana,
volvieron a pelear, cargando nuestra armada con la del enemigo que se iba retirando hasta que
anocheció, y la armada francesa no encendió farol, con que hubo larga desaparición, de suerte que
cuando amaneció el miércoles no pareció, ni supieron el rumbo que había tomado, con que anduvo
nuestra armada de una vuelta en otra discurriendo por diferentes rumbos sin encontrarla hasta ayer 9
de este dicho mes. Como tiene dicho iba la vuelta de Barcelona en su busca y por el tiempo no lo
pudieron conseguir.
Que el suceso que hubo en los dos días de la pelea fue que a la capitana de Mosieur de Guisa
la abordó la Magdalena el segundo día, y se quemó, quemándose asimismo el dicho galeón la
Magdalena porque un navío de fuego que el enemigo echó a nuestra almiranta le arrojó de sí y fuese
dando sobre el dicho galeón la Magdalena; y que otros cinco navíos del Francés se perdieron el
segundo día sin que pareciesen, y que de nuestra armada no pareció tan poco el galeón Santo
Tomás; no sabe si arribaría a alguna parte. Que el segundo día de la pelea pelearon las galeras del
Francés con tres navíos nuestros, los cuales les dieron grandes cargas de artillería; que las galeras se
retiraron habiendo recibido mucho daño, y que el galeón capitana del enemigo escaramuzó a lo
largo con su artillería con nuestra capitana.
Esto es lo que dijo el declarante. Y además por carta misma del duque de Ciudad-Real se
avisa la muerte del general Feijo, y cómo se rindió la almiranta de Santo Tomás de Juan de
Chavarrí, cuyo galeón cogió el enemigo, y no saben cómo.
Nuestra armada amedrentada de las naos de fuego se retiró a Mallorca, como la del enemigo
se fue huyendo sin farol. Dios, &c.—Antonio Velázquez, de la Compañía de Jesús.

Madrid, 8 de julio.
Envió el marqués de Leganés desde Vinaroz, nuevos refuerzos a D. Rodrigo de Herrera y a los
demás cabos de los que iban a recuperar la castellanía de Amposta, y con este socorro rechazaron al
enemigo de muchos puestos obligándole a retirarse a dos o tres que les quedaban, solos y con
mayores fuerzas, habiéndoseles unido mil aragoneses que con la seguridad de entrar S. M. en aquel
reino han empezado ya a obrar ofensivamente contra Cataluña.
Retiróse Mr. de La Mota a Lérida, dejando en el castillo de Monzón 600 hombres,
obligándole a esto el grueso del ejército que se forma en Fraga, adonde pasaron desde el Cinca el
Condestable de Castilla y el conde de Plasencia con sus gentes, dejando fortificado el puente de
Monzón.
Es Fraga la plaza de armas para la entrada de Cataluña y adonde avisan pasará muy en breve
el marqués de Leganés, a encargarse de la gente que hay en ella y de la que se fuere juntando; y con
la que sirven Aragón y Valencia pasará a la expugnacion de Lérida, entregando primero el marqués
de Torrecusa, que ya está en Vinaroz 10.000 infantes y 2.000 caballos, con que ha de atravesar el
Principado para el socorro de Rosellón, siguiéndole por segunda persona el de la Hinojosa para
sucederle en cualquier accidente. Lleva el marqués de Leganés título de capitán general de este
ejército y de los Condados.
77

Cartas ha habido fresquísimas de Perpiñán. Créese con probable certeza que por dinero se ha
socorrido por algún tiempo aquella plaza, y que sus defensores se hallan sin enemigo a la vista, y
que Salsas es la asediada con 6.000 hombres solos, cuyo gobernador, D. Benito de Quiroga, cogió al
Francés en una salida 150 caballos.
El Cristianísimo se hallaba en Narbona. El cardenal Rocheliu se hizo llevará Visiere (Beziers),
en su misma cama, y de allá a un lugar más tierra adentro, y de donde se tiene aviso cierto (venido a
un príncipe en esta corte) que había días que como a desahuciado no le aplicaban ya remedio los
médicos, y que el sujeto se hallaba postrado a tan reñidos males en los últimos hilos de la vida.
Madrid 8 de Julio de 1642―D. Juan Idiáquez Isassi.

Madrid, 8 de julio.
… Dicen que Monsiur de la Mota arrasó el castillo de Monzón, y que con su gente se había
retirado hacia Barcelona. También dicen le había venido al dicho alguna infantería de socorro, de
que se tiene duda por necesitar el rey de Francia de ella para otras partes donde está muy flaco el
ejército…
… Avisó S. M. a la Reina nuestra señora como de Tarragona le habían escrito que por dos días
habían oído continuamente grande ruido en el mar de tiros de artillería, y que se entendía serán las
armadas que han peleado.
Aquel día a las doce de la noche llegó otro correo con un traslado de una carta para S. M. del
duque de Ciudad-Real, en que en dos renglones decía: «Señor, dos días ha que estamos peleando
con el enemigo, y hasta ahora, gracias a Dios, nos va bien. V. M. haga nos encomienden a Dios, que
guarde su real persona, &c.»
El día siguiente vino otro correo en que de Molina avisan que el proveedor Otáñez, oyendo el
ruido de los tiros había entrado en una falúa y ido hacia donde se oía el estruendo de los cañones, y
que vio se retiraba la armada de Francia, y que traía once navíos menos que cuando él la vio otra
vez y nueve galeras, y que vio otros dos navíos que estaban ardiendo. Este aviso vino ayer; hoy no
ha venido nada de nuevo; con gran cuidado se está, porque la falta de los navíos y galeras puede ser
haber sucedido huyendo o derrotándose de la armada francesa.
El aviso de la nuestra tarda; retiróse el Francés a Barcelona y dice esta vez le pareció iban
muy maltratados los navíos franceses, y que las galeras llevaban cuatro a remolque. No se sabe otra
cosa de lo que este ha avisado a S. M., y de esto hay otras cartas de particulares fundados en su
dicho…―Sebastián González.

Madrid, 15 de julio.
A las diez de la noche, hoy martes, recibo cartas de mi hermano D. Rodrigo de Contreras, su
fecha a 4 de éste a la vista de Barcelona, haciéndome relación del suceso de nuestra armada con la
del enemigo, y pidiéndome que remita copia de ella a vmd.; por ser tan tarde no será posible. Sólo
dice que el Sr. D. Pedro Cevallos va con salud, y el suceso fue que comenzaron a pelear el día de
San Pedro y el siguiente día, y que estando la Magdalena barloada con la capitana del enemigo se
quemaron ambos navíos. Su hermano D. Julian Chanviqui95 se entregó al enemigo sin disparar una
pieza; faltaron del enemigo 10 navíos, los ocho de guerra y dos de fuego, y nosotros perdimos sólo
las dos que he dicho y tres navíos de fuego, que no obraron nada. Mataron a Feijo, pérdida
considerable; no ha muerto otra persona de guerra. Ya remitiré a vmd. a otro correo la relación.
Madrid y Julio 15 de 1642—D. Melchor Contreras.

95 Así en el original, que está escrito de letra del P. Rafael pero parece debió decir «su hermano de D. Julián
Chavarri», es decir D. Juan, que fue el que rindió el galeón Santo Tomás.
78

Madrid, 16 de julio.
Pax Christi, &c. El martes escribí a V. R. lo que corría por cierto acerca de nuestra armada; el
miércoles a medio día llegó un correo del marqués de Leganés para la Reina nuestra señora, que
dice lo siguiente:
Habrá dos días que llegó aquí de Vinaroz el capitán don Juan de Pechica 96, que es persona de
todo crédito, y a quien yo envié por mar desde Colibre a Tarragona con los enfermos y heridos, y
me dice que ayer a una hora de sol, viniendo su viaje, encontró junto a la ermita de Nuestra Señora
de Banibana, a un capitán de nuestra armada que iba por la posta despachado a S. M. (Q. D. G.) por
el duque de Ciudad-Real, y preguntándole qué había de nuevo, le dijo que nuestra armada había
encontrado a las del enemigo en las costas de Garrofa, la cual, reconociendo la fuerza de la nuestra,
metiendo velas se encaminaba la vuelta de Barcelona, y que el duque de Ciudad-Real le ganó el
viento de parte de la mar, y que combatió a los enemigos, los cuales se hallaban aterrados en el
paraje dicho, y que los derrotó, habiéndole tomado 16 bajeles y 10 galeras; y que lo demás del
armada huyendo navegó la vuelta de Barcelona, cañoneando lo que había quedado de la armada
enemiga, con fijas esperanzas de acabar de destruir de todo punto los bajeles contrarios, y que con
esta nueva iba despachado del duque de Ciudad-Real a S. M.
Hasta aquí contenía el capítulo de la carta97 que escribió Leganés a la Reina nuestra señora, y
S. M. hizo se hiciesen copias de él y las envió a los Consejos.
Ayer miércoles hubo correo. Con él avisa el P. Salazar que además de los navíos que se habían
tomado al Francés, se le habían tomado otros seis, y que adelantándose una galera nuestra del
armada la habían tomado los enemigos; mas que esperaba que ni ella ni los demás vasos del
enemigo se le habían de escapar. Con todo eso y con cuanto se dice, que es mucho, hasta que llegue
aviso del duque de Ciudad-Real estamos con cuidado, y de éste se saldrá el día que por la suya se
sepa lo puntual…
… Hoy vino correo a S. M. en que avisa cómo las armadas pelearon dos días; que el navío la
Magdalena aferró con el de Guisa, que era la capitana de Francia, y ambos a dos se quemaron; que
los franceses nos tomaron un navío, dicen unos se llama San Thomé, otros San Bartolomé, y que
nosotros les echamos cinco a pique. Que al tercero día, por la noche, teniendo nosotros faroles,
mató los suyos el Francés, y se retiró a Barcelona. De los nuestros murieron 200, y entre ellos Feijo,
y un conde irlandés grande soldado, y dicen un Contreras, y hay 400 heridos. Fue nuestra armada,
unos dicen a Cerdeña, otros a Mallorca, a dejar los heridos que se curen y repararse, y el duque de
Ciudad-Real escribe procurará sea con toda brevedad, por que está con grande deseo de tornar a
darse de las astas con el enemigo. Los muertos de los franceses no se sabe el número ni de los
heridos; dícese son muchos, mas pues no huyeron no deben haber recibido muy grande daño.
A D. Enrique, hijo del conde, le han dado la llave de la Cámara. Quiso alojarse en Daroca, y
le cerraron las puertas los aragoneses, por ser contra sus fueros. Ya esto se compuso y va entrando el
ejército. Dicen que S. M. irá a Zaragoza y de allí a Caspe, que está en el confín de los tres reinos,
Aragón, Valencia y Cataluña…―Sebastián González.

Madrid, 18 de julio.
Pax Christi, &c. De Madrid se avisa haber llegado ya lo cierto de la armada; y es que pelearon
por espacio de dos días, y que les hicimos poco daño, a no ser quemarles la Capitana enemiga y otro
navío. Algunos dicen que les quemamos cinco navíos, aunque no con mucho fundamento, ellos nos
quemaron la Magdalena de 1.000 toneladas y 60 tiros. Lleváronnos el galeon Santo Tomé con todo
cuanto tenía, el cual se apartó tanto que no pudo ser favorecido; otro que peleó y fue entrado: murió
Feijo y el conde Tirconel, irlandés.

96 ¿Será Lachica?
97 Decía por equivocación armada en lugar de carta.
79

Dicen que la armada enemiga apagó los faroles, señal de huir o retirarse aprisa. Otros dicen
que fue la nuestra la que hizo esta diligencia. Nuestra armada está en Mahón esperando la de
Nápoles para volver a pelear.
D. Enrique (Felipez de Guzmán) salió de Molina, a Daroca; la villa le cerró sus puertas por
sus fueros; abriéronlas al Protonotario, con seguro de que solo sería por aquella vez98.
El Rey pasa a Caspe el sábado por Zaragoza… ―Martín Montero.―Al P. Alonso de Amaya,
prior del colegio de la Compañía en Soria.

Madrid, 26 de julio.
Pax Christi, &c. El P. Gerónimo de Guevara ha dicho que en carta del de la Hinojosa se avisa
que le han escrito tres confidentes suyos que tiene en Barcelona. El uno de ellos dice que de la
armada que tiene el Francés faltaban 12 navíos: otro dice 20: pero todos convienen en que llegó
muy destrozada. Dicen también que aquella ciudad estaba llena de llanto, por haber sido la gente
más principal de Francia y Cataluña, la que se abrasó en la nave Guisa, capitana de Francia. El
modo, dicen, fue éste. Por una orden que tuvo Feyxo, se pasó de su nave a la Magdalena, que había
hecho de capitana de la flota y almiranta de esta armada. Fue Feyxo el primero que acometió a la
enemiga Guisa, y con tan buen aliento, que al fin la rindió; pero trayéndola prisionera la echaron los
enemigos un navío de fuego, si bien dicen otros que los mismos de las naves se le pegaron, con que
una y otra se quemaron, y con la nuestra Feyxo.
También citan al de la Hinojosa para otra nueva, y es que se han oído muchos tiros en el mar,
y que las olas arrojaban muchos cuerpos muertos, que en el traje parecían franceses.
Dice asimismo el P. Guevara que al de la Hinojosa le mandan que no vaya a Perpiñán, para
donde estaba señalado por general de los condados de Rosellón. Piénsase que hay algún buen trato
en Lérida, y quieren que no falte el marqués, por ser bien visto de los catalanes…
… Hoy hubo una carta de Valencia en que se dice hubo aviso cierto de Vinaroz, cómo fueron
46 los navíos franceses destrozados, y que a vista de Barcelona, por no estar bien aterrada la armada
enemiga, la estaba cañoneando la nuestra. Esto es lo que por acá corre… ―Martín Montero.―Al P.
Alonso de Amaya, rector del colegio de la Compañía de Jesús en Soria.

Madrid, 6 de agosto.
Pax Christi, &c. Hoy remito a V. R. copia de la carta que a un P. de este colegio escribe desde
Zaragoza el P. Jerónimo Baltasar Gracián, de nuestra Compañía, su fecha en Zaragoza a 29 de Julio
de 1642.

[Carta de Baltasar Gracián sobre la entrada del rey en Zaragoza]


Entró S. M. el domingo 27 de julio en Zaragoza con mucha grandeza y gusto recíproco,
mostrando mucho agrado en el rostro, y los aragoneses a voces gritando: «¡Viva el Rey nuestro
señor!» que se hundía el mundo. Hubo antes algunas dificultades sobre que S. M. pedía le alojasen
1.000 caballos y hasta 1.500 infantes; segundo que las guardas de las puertas un día fuesen
aragoneses, otro castellanos &c. La ciudad suplicó a S. M. que era descrédito suyo y alguna nota en
la confianza. Resolvióse que en las puertas no haya guardas ni unas ni otras; sólo en Palacio en la
una puerta la hay de castellanos. Lo de los alojamientos se ajustó que fuese la infantería a los
arrabales, digo a Altabás, y la caballería en 12 lugares los más cercanos. Con esto fue la entrada
célebre.
Venía lo primero la guarda del reino de Aragón con sus aspas y pedreñales, valientes mozos
que desde Molina siguieron la carroza de S. M. corriendo siempre al estribo, no pudiendo seguir los
caballos, &c., y así S. M. les mandó añadir cuatro reales de paga más cada día. En segundo lugar

98 Véase lo que sobre esto dice Pellicer en sus Avisos p. 4 tomo XXXII del Semanario erudito.
80

venía la guarda de este reino de a caballo de lanzas y pistolas, y su capitán D. Alberto de Arañón
muy galante con un vestido de bordado de plata, su pistola en la mano; la guarda toda baquerillos
azules y galón de plata los más. Serían otros ciento. Tras estos se seguían las compañías de a caballo
la primera del conde-duque, por cabo el de Grajal, muy galán y grave. En las primeras hileras
muchos títulos: el de Palacios, el de Cantillana, &c.; la segunda era del de Veraguas; él iba
bizarrísimo y muy donoso; su gente de corazas con pistolas. La del conde-duque con espadas; la
tercera del conde de Oropesa; él mismo muy galán fuera de los antojos. A esta seguía la del duque
de Ariscot, y así las demás. Las hileras eran de diez en diez.
Acabadas las compañías venía el juego de clarines, que suspendían. Eran ocho de S. M.
eminentes con todo extremo. Seguíase el acompañamiento que llaman de la ciudad, que se compone
de ciudadanos y caballeros, y mucha casta de negros en caballos. Los últimos los jurados; el último
de todos el zalmedina, &c. Tras estos entraban carrozas de señores; el cardenal de Espínola, el
embajador de Alemania, los de la Cámara, y allí venía D. Enrique Felípez al estribo derecho de D.
Jaime de Cárdenas. El mejor puesto llevaba D. Fernando de Borja, que debe de ser el decano,
Leganés y Carpio. Luego venía una carroza de respeto, toda descubierta, riquísima por cierto, y toda
tachonada de clavazón de plata sobredorada, asientos de brocado, cortinas de lana parda, presente
de este reino a S. M. Dicen vale 4.000 ducados de plata. Tiran esta carroza seis caballos rucios
rodados con jaeces verdes muy vistosos. Venían después otros señores a caballo y seis u ocho
caballos enjaezados de respeto. Traíanlos del diestro otros tantos criados de S. M. con sus libreas.
Finalmente, venía S. M. (Dios le guarde) muy galán y aplaudido; pluma blanca en el
sombrero; el conde a su estribo izquierdo. Tiraban la carroza seis mulas; el pueblo gritando: «¡Viva
el Rey!» por todas partes; sólo que añadían «¡Y muera la Mota!» y otros, que aun yo dije a los que
tenía a la espalda: «Callad, diablos, no digáis eso aquí cerca; idos a otra parte.» Inmediatos a la
carroza real los archeros con su librea y cuchilla de camino, que son como chicos, muy diferentes
de los de a pie. Iban en ala o en dos apiñados. Remataron los criados de S. M., caballerizos y
guardarneses, &c., y hasta 24 pajes con la librea de colorado y amarillo.
La infinidad de coches de estado y de señores no hubo paciencia para esperar, que eran sin
número. Lo que sé decir es que me dijeron era el último el obispo de Málaga, con una rica y
majestuosa librea y de grande número de criados. Esta fue la entrada por las principales calles de la
ciudad hasta Palacio: gente infinita.
Ayer lunes salió S. M. a la Virgen del Pilar. Estuvo cerca de una hora; excelente música; los
caballeros ya se cansaban de tanto rezar. Luego dio vuelta por la ciudad, todo el Coso, mercado,
ribera y puente, &c., sin guarda, y la gente con el mismo aplauso. El conde también fue solo por la
mañana al Pilar, y después por la ciudad de la misma suerte.
Esto es lo que hay de hospedaje. De guerras grande trabajo. Insta el socorro de Perpiñán; así
lo escribe Torrecusa de Tarragona; para todo agosto, y no más, tienen que comer. No se tira una bala
de una parte ni otra, porque el Francés cree que si no es por hambre no se puede tomar. Es
inexpugnable el castillo, y no se engaña. El rey de Francia porfió en estar allí en Rosellón, y ha
enfermado, con que se ha retirado dicen que a unos baños, y que va con una calentura lenta;
nosotros luego los matamos a todos, y Rochelieu resucitó 99. Ha mandado el Francés que todos los
caballeros de Lenguadoc y de Aquitania vengan al cerco de Perpiñán con tres caballos cada uno,
sustentados a su costa 40 días; después que él los sustentará, porque cree que será el tiempo del
socorro o de la entrega.
Vase trazando el socorro, porque el camino de tierra, que es el mejor, está cortado de partes en
partes, estacadas de punta para mancar los caballos; en tres partes trincherones y artillería. Todos
dicen es cosa muy dificultosa. El otro por el Urgel y Puigcerdá es malísimo. El de mar no lo está
menos, porque el armada enemiga, aunque quedó muy mal parada y peor que la nuestra, está en
Barcelona, al paso. La nuestra en Mahón, puerto de Menorca, reparándose harto mal tratada.
También han llegado ya 28 galeras de Italia. El enemigo no tiene sino 16; las nuestras son cerca de

99 Alude a la noticia de la muerte de Richelieu, tantas veces anunciada en esta correspondencia antes de verificarse.
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40; pero para la caballería que es menester llevar no bastan. Los galeones no tienen viento estos
meses; así que milagrosamente ha de ser este socorro y a puro valor y oraciones. No hay sino misas
y oraciones, que en esto nos va todo.
Hay también otra diferencia. Los capitanes dicen que es mejor vaya todo el ejército junto a
Rosellón. El conde es de parecer que una parte del ejército vaya a Lérida y llamar al enemigo, y la
otra parte al socorro. Ahora se altera la dificultad: el Señor nos alumbre y favorezca, y guarde a V.
R.

Hasta aquí la carta del P. Baltasar. De lo de por acá hay poco que decir a V. R.; todo es
muertes y más muertes, ocasionadas de la libertad de los soldados, que como no hay castigo
ejecutivo, tienen atrevimientos terribles. No hay quien se atreva a venir a vender pan, &c., pues el
riesgo de ellos, que es menos, es quitárselo y a veces con ello la vida. Júntase a esto el miedo de la
baja de la moneda, con lo cual se padece con ser el año, a Dios gracias, muy bueno por acá…
… El conde de Aguilar escribe de Tarragona en contra de lo que dice en la suya el P. Gracián,
si bien no tiene aviso del duque de Ciudad-Real. Dice lo primero, que ni la armada francesa está en
Barcelona ni la nuestra en Mahón, y que ni de la una ni de la otra se sabe cosa alguna con
certidumbre. Que esto le avisan espías de Barcelona, y conforma con el dicho de otros de los
nuestros que vienen de allá, y que lo que tienen por más cierto es que nuestra armada iba siguiendo
la de Francia.
Añade a esto por días, como se habían oído en el mar grande ruido de tiros de artillería, y que
con el viento cerca de Tarragona habían llegado muchos cuerpos muertos, jarcias de bajeles rotos,
tablas y ropa, que sacados y reconocidos parecían de franceses, con que se persuadía tenía
fundamento lo que le habían dicho los soldados y espías de Barcelona, y que a no ser esto en esta
conformidad ya el de Ciudad-Real le hubiera enviado aviso si estuviera, como se dice, en Mahón;
mas que no obstante esto hasta que hubiese aviso suyo no se podía con puntualidad asegurar nada…
―Sebastián González.

Valencia, 13 de agosto.
Después de la victoria que Mortara tuvo, sucedió lo siguiente. Vino el enemigo sobre
Tarragona, acompañado de catalanes; hanles muerto de las trincheras nuestras y del muro con el
artillería mucha gente, que por no saber el número no lo pongo aquí, y así fue fuerza al enemigo
retirarse. Nuestro ejército, dicen, va a sitiar a Lérida, por hallarse muy numeroso de caballería e
infantería. Aguárdase de Nápoles al de Torrecusa con 25 galeras y 22 galeones de guerra, donde trae
6.000 infantes y 1.500 caballos, que los aguardan por horas.
La isla de Cerdeña envió 700 caballos muy buenos y que ya pasaron de aquí a Aragón,
montados de 2.800 valones, que llegaron los días pasados a Vinaroz, de Sicilia.
Tuvo también el día de Santiago D. Diego Caballero, gobernador de Rosas, una muy reñida
batalla con un monsiur francés, y fue que el tal monsiur vino con 200 caballos y 200 infantes
mosqueteros acercándose a Rosas a hacer cocos al castillo. Viendo esto D. Diego Caballero, salió
con 300 caballos y 200 infantes, y dio sobre ellos y los cautivó a todos caballería e infantería, sin
perder un hombre, sino dos muertos en la pelea. Esta nueva envió el dicho D. Diego al virrey duque
de Arcos.
En Cataluña hay mucha falta de bastimentos. Los catalanes están los más reducidos, según
dicen, pero alegan no son dueños de sus acciones por estar el Francés dueño de las armas. Valencia
y agosto 13 de 1643.―D. Luis de Estrada.

Madrid, 19 de agosto.
… Acerquémonos a lo de por acá. Partió Torrecusa al socorro de Perpiñán a 8 con 8.000
infantes, 2.000 caballos y 500 dragones. Cuatro días después había de partir Mortara con otra tanta
82

gente, que era a los 12. No se sabe si Mortara pasará a juntarse con Torrecusa, o si sólo servirá de
hacerle espaldas, y cuando ya le deje en seguro se encaminará a Lérida, donde dará todo lo restante
del ejército.
De Mahón salió nuestra armada con tres navíos de trigo de socorro, municiones, &c., y estos
se han de poner en la playa de Santa María o en Rosas, y de allí han de ir a Perpiñán cuando sea
ocasión. Ya ha llegado la gente, y Torrecusa, concluido con esto, se irán a ver con la armada
francesa. No falta quien diga que esta, antes que saliese la nuestra de Mahón, estuvo a vista como
desafiándonos ocho días, y que los nuestros juzgaron importaba atender en primer lugar a
conservarse enteros para el socorro de Perpiñán, y hecho éste, llegar a las manos con la del
enemigo…
… También se dice que algunos catalanes principales hablan a S. M. en tiempos
extraordinarios; puede ser sea en orden a tomar algún acuerdo de paz, aunque de esto no hay más
certidumbre que el decirse. El conde de Monterrey partirá de aquí el jueves o viernes. Lleva 800
caballos de las Órdenes militares, que es buen socorro, y de gente lucida…―Sebastián González.

Madrid, 2 de septiembre.
Pax Christi, &c. Aquí remito copia de una carta que un sargento mayor de tercio en Aragón,
ha escrito a un padre de este colegio; su fecha a 26 de agosto.
«La semana pasada llegó correo a esta ciudad despachado por el duque de Ciudad-Real desde
el puerto de Mahón, en Menorca, y avisa como tiene bien reparada el armada y que trataba muy en
breve de hacerse a la vela y salir en conserva con el tercio de Italia y buscar al enemigo, si
pareciere, y obrar lo que se pueda, que aun hay grandes esperanzas de que habemos de ser dueños
del mar; y esto importa mucho, porque a mi entender la mitad de lo que se pretende está conseguido
con tener la mar asegurada, cosa en que estuvo librada nuestra mayor confianza, y que había de ser
terror de los enemigos, como se supo el grande cuidado que les dio. Querrá el cielo que ahora
mejoremos el partido, que es bien necesario, y nos ayude y mire con piedad.
Aquí se han preso dos espías, un francés y un catalán, y aunque estas materias son de mucho
secreto, y sabidas sólo de los ministros superiores y de mayor confianza, con todo no ha dejado de
entenderse algo, y en particular el uno dicen que ha confesado cosas que encierran grande
sacramento, y al fin lo que se puede discurrir es que a todos tiembla la barba, y si aquí tenemos
trabajos no los tienen menos en Cataluña y en toda la Francia...
… De Torrecusa y Mortara, que es la obra mayor y más esencial, no digo nada por la
confusión que hay de los avisos, unos opuestos a otros. Ellos están en ser y en tierras del enemigo; y
con grandes esperanzas que han de obrar, y aun por otro norte del que se ha creído y tenido por
cierto. En esta facción entraba el todo de la empresa de Perpiñán y Salsas, de donde se sabe con
seguridad por una espía que ha venido, que se conservarán por todo septiembre. No hay si no
encomendarla a Dios con grandes veras; para otra estafeta tendremos noticias ciertas de todas las
disposiciones, y avisaré de ellas...»
… Ayer vino correo de S. M. como 1.500 hombres que da para servicio de S. M. el reino de
Aragón, habían ya pasado el río Segre, y se habían incorporado con la gente de Mortara…
―Sebastián González.

Madrid, 9 de septiembre.
Por acá vivimos con buenas esperanzas y breves de algún buen suceso, porque el de Torrecusa
y Mortara salieron con el socorro de 15.000 infantes y 5.000 caballos, gente toda escogida, y llevan
2.000 migueletes que son como bandoleros de Cataluña, gente principal, y que se ha escogido al
servicio de su rey, para servirle y guiar la gente, de que pienso han dado seguridad. Hase cogido un
correo que despachaba Mr. de La Mota al rey de Francia, significándole la fuerza de nuestro
socorro, y su determinación, y lo inferior de la suya, que no pasa de 5.000 infantes y 4.000 caballos,
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para cuyo esfuerzo dice ha enviado a que de la gente que tiene sitiada a Perpiñán, le envíen 2.000
infantes, pues aunque le acaban de llegar 4.000 catalanes, es gente bisoña y de quien tiene poca
seguridad. Con cuyas dudas lo está de si aguardará sus socorros en los puertos por donde ha de
pasar y que tiene fortificados, o si andará picándoles la retaguardia y costados; de suerte que ha sido
buena suerte saber sus fuerzas e instrucciones, que según el tiempo que de acá han salido los
nuestros, se entiende habrán llegado ya a las manos.
Para hoy martes se dice ha de salir el ejército que ha de sitiar a Lérida, que es de 20.000
infantes y 4.000 caballos y mucha artillería, para cuyo tren ofreció el rey las mulas de sus coches y
servicio, y a su imitación hicieron todos los que le acompañan y asisten.
Nuestra armada anda por todas aquellas costas, a quien se les ha juntado el hermano del gran
duque de Florencia, generalísimo de la mar, con 21 galeras, y por horas se aguardan las de Nápoles,
aunque hoy se entiende no hacen falta porque el armada francesa no parece. Unos dicen, que
después que peleó se metió en Barcelona de donde no ha salido por lo mal parada que fue; otros que
fue así, pero que dejando allí la gente, se ha retirado a sus puertos.
Al de Rosas ha llevado nuestra armada muchos bastimentos para que cuando llegue allí el
socorro de la gente, se metan en Perpiñán. Hácense muchas plegarias y oraciones. Guarde Dios a
vmd. como yo deseo. Madrid a 9 de Setiembre de 1642.―D. Gaspar de Aybar.―A D. Bartolomé
Maldonado.

Madrid, 16 de septiembre.
… Lo que hay de nuevo es que se dice por cierto se entregó Perpiñán a 9 de este, saliendo los
nuestros con 10 piezas de artillería y todas las demás condiciones que V. R. puede conjeturar. A los
enfermos dicen se capituló fuesen llevados a Tarragona; las sanos a Rosas. Llegó la necesidad a tan
grande extremo que la ración de un soldado eran tres onzas de cuero de vaca o caballo echado en
remojo, sin otra cosa. Murieron dentro al pie de 2.000, y quedaron vivos cosa de 500, que según
dicen, parecían retrato de la muerte.
No obstante lo dicho, de que hay innumerables cartas de Zaragoza que lo afirman en la
conformidad dicha, no falta aquí quien aun dude, más por diversas apariencias que porque haya
algún rastro de probabilidad. Fúndanse en que el aviso de la pérdida le había dado un espía francés,
y que este había tenido trato doble afirmando la pérdida sin ser cierta, para que con eso el socorro se
detuviese. Este fundamento no sé tenga aprecio ninguno de firmeza, porque solo hay el decir que se
dice, como otras muchas cosas que corren sin rastro de verdad; basta ser nueva mala para que salga
cierta, que de ordinario lo son…
… De nuestro ejército y armada no se dice cosa ninguna. Unos dicen se volvió a Tarragona
con el aviso de la pérdida de Perpiñán; otros que caminaba. Ni de la armada ni del ejército se
escribe cosa alguna; de Zaragoza que nos tiene con grande cuidado, sin saber en qué topa este
misterio de no obrarse cosa alguna con tanta gente, que pasan de 30.000 hombres entre infantería y
caballería, sino en pecados nuestros…―Sebastián González.

Zaragoza, 18 de septiembre.
Copia de una carta del P. Francisco Martínez de Ripalda para el P. Pedro González de
Mendoza, su fecha a 18 de septiembre de 1642.
A nuestra armada se le dio orden los días pasados que buscase la del enemigo y chocase. Ésta
se recogió a sus puertos, y la nuestra ahora corre las costas de Cataluña haciéndoles algún daño, y
en Barcelona dicen que derribaron las casas de la marina con granadas que arrojaron a ellas. Un
oficial de D. Francisco de Contreras me dijo que en entrando el invierno se recogería acá, diz por
falta de puerto y comodidad de bastimentos, y solas las galeras quedarán en campaña,
84

De nuestros ejércitos no se sabe cosa, porque se guarda mucho secreto por los enemigos que
nos cercan. Hasta ahora no se ha obrado nada, y el ejército de Torrecusa y Mortara está en
Tarragona parado. Algunos discurren que porque quieren cercar a Barcelona; otros que por dejar
libre el paso a los de la Mota para que entre en Lérida y cercarle allí, y acabar con sus fuerzas, que a
no ser muchas tratárase sin duda luego el cerco de Lérida, adonde partió Leganés habrá ocho días, y
tendrá 8.000 infantes y 2.500 caballos, y el de Torrecusa y Mortara 15.000 infantes y 5.000
caballos, que si no se divierte a Barcelona tomarán luego a Cervera y a Urgel con dos fuertes que
están en estos dos lugares. Dicen que el lugar de Lérida se puede batir y tomar dentro de ocho días
que se atrinchere nuestro ejército; pónese dificultad en la fortaleza, pero muchos afirman que se
puede minar.
Ahora se sabe de cierto que Torrecusa partió a Lérida a 20 de éste (?), y así estará ya cerca.
S. M. ha enviado órdenes a todos los señores para que estén prevenidos para el 5 de octubre,
porque quiere llegar a las fronteras de Cataluña. Discurren algunos que asistirá al cerco y volverá
luego; otros que pasará a Valencia, por ser mejor el invierno y favorecer con su presencia aquel
reino como el de Aragón, y alcanzar de las Cortes el servicio ordinario.
El de Monterrey, antes de llegar a Zaragoza, fue dos días visitado de toda la Corte en un
lugarcillo donde paró, y antes que su gente entró a caballo a besar la mano a S. M. acompañado de
todos los señores que convidó don Enrique.
Después hizo muestra de su gente, y pareció muy bien. La gente pasó a Fraga y él se quedó
aquí.

Madrid, 25 de septiembre.
… Viernes a 19 salió el ejército del de Leganés a sitiar a Lérida. Lleva 12.000 infantes y 4.000
caballos: a 20 partió el marqués con su camarada.
El marqués de Torrecusa y Mortara están en el campo de Tarragona para impedir a monsiur de
La Mota si tratase de dar algún socorro a Lérida. Entiéndese no le dará, porque sólo trata de
fortificar los pasos que hay de Cataluña a Perpiñán para imposibilitar su recuperación que ha sido el
intento principal de su venida a Cataluña el hacerse dueños los franceses de lo de Rosellón, y
tomado este, no sé si se matarán mucho por ayudar a los catalanes tanto como hasta aquí.
Tiene Torrecusa 10.000 infantes y 5.000 caballos. El ejército está todo cuanto puede ser de
bueno; sólo le falta suerte, que con ella empresas mayores se podrán intentar. ¡Dios lo haga como
puede!
Avisa el P. Camasa que los soldados están bien sustentados, y que Villafranca acude cada día
con 20.000 raciones de pan, y Montblanch y otros pueblos circunvecinos con contribuciones.
Nuestra armada a 9 salió a buscar la del enemigo con resolución y orden expresa de chocar
con ella en cualquiera parte que se halle, y hacer lo posible, con grandes conminaciones a los cabos
y capitanes de los navíos y galeras que no hicieren el deber, porque la vez pasada hubo más de
cordura en algunos que de aliento, y se desea en esta ocasión prevenir los inconvenientes y
descuidos que en la pasada se experimentaron. Dícese que el enemigo estaba enfrente de Barcelona.
Otros afirman se ha retirado a Francia, que si así lo ha hecho habrá andado cuerdísimo, pues estuvo
en Barcelona todo el tiempo que le fue necesario para su intento, que fue el impedir el socorro de
Perpiñán, y ganado este lugar harán muy bien en hurtar el cuerpo al peligro, pues sin él tienen lo
que deseaban.
De Lérida se sabe de cierto ahorcaron a un catalán y le hicieron cuartos, porque le averiguaron
estaba con resolución de dar una de las puertas de aquella ciudad a nuestro ejército luego que
llegase.
De Barcelona avisan les tiene con grande cuidado muestro ejército; pero no dejan por eso de
ajustarse a los medios, huyendo del que hasta aquí han seguido. Han llenado de paja todas las casas
que alindan con la muralla, previniendo el asalto que se les pueda dar, y si este llegare a su tiempo a
efecto, pegar fuego a las casas para con él impedir el ser entrados.
85

Si Lérida se toma con facilidad, de que hay buenas esperanzas, se tiene por cosa cierta
marcharán luego sobre Barcelona, y para no ser cogidos de improviso están cada día fortificándose
lo mejor que pueden, que bien cierto están persuadidos que rendida Barcelona habrá poco que hacer
en lo demás, y así se multiplican las diligencias y cuidados de su defensa, como apoyo y
fundamento de su conservación…―Sebastián González.

Zaragoza, 4 de octubre.
Al fin se perdió Perpiñán. Queda aquí D. Diego Caballero que estaba dentro; trujo el tanto de
las capitulaciones con que se entregó la plaza, con lo que llanamente se empieza agora la conquista
de Cataluña habiéndose perdido tiempo y gente, cosas imposibles de restaurar. Refiere grandes
lástimas de lo que padecieron en el sitio, siendo cierto haber comido carne humana y muchos
soldados sus propios excrementos. El regalo para los enfermos era sangrar los caballos para darles
la sangre frita; otros comían a cuatro onzas de cuero de buey: cosas inauditas por cierto y con que se
descubre no haber podido la guarnición hacer más.―El marqués de Algava.

Fraga, 10 de octubre.
El ejército100 que tiene a cargo el señor marqués de Leganés marchó a 7 de octubre a las dos
de la mañana, y a las diez se halló en batalla a vista del enemigo que estaba formado en una colina y
otras más adelante. Nosotros pudimos escoger dos partes por donde ir, y por falta del agua en lo
llano fuimos sobre el lado izquierdo a una montañuela de donde el enemigo empezó a jugar la
artillería, y por el daño que podía hacer bajamos doblados entre dos colinas, y empezó a jugar muy
bien nuestra artillería, habiendo entre los ejércitos un valle que hace el camino real. En esto pareció
que tenía el enemigo muy empeñada la artillería al lado de unas horcas, y se enviaron 300 caballos,
que con mucho valor embistieron y ganaron el puesto. Cargó el enemigo, y los rechazó; volvimos a
cargar y huyó el enemigo y desordenadamente. Subieron dos escuadrones nuestros y retiraron de
cuatro piezas las tres con sus mismas mulas. Embistió el enemigo con su caballería y infantería y
fue roto con mucha pérdida. Después nuestra caballería y infantería se embarazaron entre sí, sin
orden, y el enemigo cargó con todo su grueso, y volvió a ganar el puesto, pero no avanzó; nosotros
nos pusimos en nuestro puesto, y toda la tarde se jugó la artillería.
Por la batalla tenía el enemigo alguna trinchera, pero nuestra mosquetería la tuvo casi ganada
por ser poca. Por el cuerno derecho embistió la caballería de Flandes y rompió la del enemigo
bizarramente, y llegó a romper dos escuadrones de a pie, y entonces la cargaron quince gruesos; y
como no tuvo infantería de retén, fue preciso retirarse a su puesto. Pasóse el día y por falta de
víveres nos retiramos. El enemigo hizo lo mismo y con confusión a Balaguer, y de allí dicen a
Barcelona.
Cuando ganamos las Horcas dijo Mortara que se embistiese con todo, con que era certísimo el
rematar; no se hizo, y como no hubo quien detuviese, perdieron el puesto. Toda la infantería peleó
muy bien y el regimiento del señor Conde-Duque con extremo y sobrado valor. Los tres tercios de
S. A. pelearon con mucho valor, pero sin orden y sin cabos porque no se vio donde estaban, y si
hubiera estado esto con orden, se hubiera también concluido. La caballería de Flandes peleó muy
bien, y el escuadrón del señor conde de Monterrey, nuevo, no menos, y perecieron los más. El
batallón del señor Conde-Duque obró milagros, que estaba mezclado con la compañía de Mortara;
rechazó al enemigo, y le rompió un escuadrón de infantería, y luego fue preciso retirarse. Al alferéz

100 No tiene esta carta ni fecha ni firma. Tampoco se dice dónde fue escrita ni a quién dirigida; pero tratándose en ella
de la batalla que nuestro ejército dio a los franceses en el llano de las Horcas, junto a Lérida a 7 de octubre de 1642,
no hemos vacilado en colocarla en este lugar. Su autor debió ser oficial de nuestro ejército y escribirla desde Fraga
adonde se retiró el de Leganés; pero es tanta la conformidad que en ella se advierte, cotejándola con la siguiente,
escrita por el marqués de Aytona al Conde-Duque, que pudo muy bien su autor ser el secretario del de Aytona y
redactar la una y la otra.
86

dieron ocho heridas y perdió el estandarte, que bien son recompensa de esta pérdida las tres piezas
que les ganamos. La demás caballería obró muy mal, pero los capitanes bien, que de presos,
muertos y heridos pocos escaparon. El marqués de Aytona fue con Mortara todo el día, y rehicieron
tres veces las tropas debajo de la inclemencia de una lluvia de balas, y el tercio de Molina, sin ser
posible excusarlo, dio una carga a nuestra caballería y estábamos en medio y fue milagro el salir
vivos de allí. Mataron a mi lado más de 20 hombres, y los que huían atropellaron al de Aytona, y
luego rodeados de franceses, fue bien menester valerse de las manos; y al de Aytona dieron dos
mosquetazos en la banda, que se la rompieron, pero como llevaba armas fuertes no le hirieron. El
señor marqués de Leganés obró demasiado, pues estuvo casi preso; Mortara obró bonísimamente
sin tener quien le ayudase, habiendo andado juntos él y el de Aytona, y este antes había traído a un
francés preso, D. Fernando de Tejada obró infinito él y su caballería. D. Rodrigo de Herrera hizo su
deber muy bien; el comisario general Juan Pedro (Pardo) quedó mal herido, los demás yo no los vi.
Ello duró una hora y media y fue apretadísima escaramuza.
Hemos perdido hasta 200 a lo más, y algunos capitanes presos; el enemigo perdió su artillería
y dos estandartes, que no se sabe quién los tiene, 300 caballeros muertos y 500 heridos, y muertos
muchos caballos, que hoy le faltarán de sus tropas más de 1.000, a su gobernador de la caballería, y
a Mos de Terralla herido. También dicen lo está La Mota; ellos se han retirado en confusión.

Madrid, 14 de octubre.
101
Copia de una carta del marqués de Aytona para el señor Conde-Duque, fecha en Fraga a 9
de Octubre de 1642.
«Marchamos ayer, martes, a las dos de la mañana, y a las diez nos hallamos en batalla a vista
del enemigo, que estaba formado en una colina, y en otras delante de nosotros. Pudimos coger dos
partes por donde ir, y por faltar el agua en lo llano fuimos sobre el lado izquierdo, a una
montañuela, en donde el enemigo comenzó a jugar su artillería, y por el daño que podía hacer
bajamos doblados entre dos colinas, y empezó a jugar muy bien la nuestra artillería, habiendo entre
los ejércitos un valle que hace el camino real. En esto pareció tenía el enemigo muy empeñada su
artillería al lado de unas horcas, y envié 300 caballos que con mucho valor embistieron y ganaron el
puesto. Cargó el enemigo y los rechazó, volviendo los nuestros a cargar hasta que huyó el enemigo
desordenadamente. Subieron dos escuadrones nuestros, y retiraron de cuatro piezas las tres con sus
mismas mulas. Embistió después con su caballería e infantería el Francés, y fue roto con mucha
pérdida. Después de esto nuestra caballería y infantería se embarazaron entre sí sin orden, y el
enemigo cargó con todo su grueso, y volvió a ganar el puesto; pero no avanzó. Nosotros nos
pusimos en nuestro puesto, pues en toda la tarde se jugó la artillería; por la batalla tenía el enemigo
alguna trinchera, pero nuestra mosquetería la tuvo casi ganada, con ser poca. En el cuerno derecho
embistió la caballería de Flandes, y rompió la del enemigo bizarramente, y llegó también a romper
los escuadrones del enemigo de a pie, y entonces la cargaron 15 tropas; y como no tuvo infantería
de retaguardia fue preciso se retirasen a su puesto.
Pasóse el día, y por falta de víveres nos retiramos. El enemigo hizo lo mismo, y con bastante
precipitación a Balaguer. Cuando ganamos las Horcas, Mortara dijo se embistiese con todo coraje,
con que era certísimo el rematar. No se hizo, y como no hubo quien detuviese, perdieron el puesto.
Toda la infantería peleó muy bien. El regimiento de S. E. con extremo y sobrado valor, pero
sin orden. La caballería de Flandes peleó muy bien, y el escuadrón del conde de Monterrey, nuevo,
no menos; que perecieron los más. El batallón de S. E. obró milagros, que estaba mezclado con la
compañía de Mortara. Rechazó al enemigo, y le rompió un escuadrón de infantería, y luego fue
preciso a retirarse. Al alférez dieron ocho heridas, y perdió el estandarte, que bien lo recompensan
las piezas tomadas al enemigo; la demás caballería obró muy mal; solos los capitanes, lo hicieron
bien, que de presos, muertos u heridos no escapó casi ninguno.

101 Es en sustancia la misma que la anterior.


87

Yo fui con Mortara todo el día, y rehicimos tres veces las tropas debajo de la inclemencia de
una lluvia de balas, y el tercio del marqués de Molina, sin ser posible excusarlo, dio una carga a
nuestra caballería, y estábamos en medio, y fue un milagro salir vivos de aquí. Mataron a mi lado
más de 20 hombres, y a mí me atropellaron los que huían, y luego fui rodeado de franceses, que fue
menester valerse bien de las manos. A mi me dieron dos mosquetazos en la banda, que la
rompieron; pero como llevaba armas fuertes, no me hirieron nada. El señor marqués de Leganés
obró demasiado, pues estuvo casi preso; Mortara obró bonísimamente sin tener quien le ayudase,
que solo los dos anduvieron juntos, y yo antes había traído preso un francés. D. Fernando Tejada
obró infinito él y su caballería; D. Rodrigo de Herrera, hizo su deber muy bien. El comisario general
Juan Pedro (Pardo) quedó muy mal herido.
Ello duró hora y media, y fue apretadísima escaramuza. Hemos perdido hasta 50 muertos, y
12 o 14 personas de puesto, y entre ellos a Rochas, y heridos hasta 150 o 200, y algunos capitanes
presos. El enemigo perdió su artillería y dos estandartes, que no se sabe quien los tiene; 300 de a
caballo muertos y 500 heridos, y muchos caballos muertos, que hoy faltarán de sus tropas hasta
1.000 caballos. A su gobernador de la artillería han muerto, y a Mons de Ferrat, herido, y también
dicen lo está Mons de la Mota. Ellos se han retirado con confusión.
El día no ha sido malo, porque si no se ha conseguido del todo el fin, ha servido al menos para
experimentar la bisoñería de nuestra gente para en adelante; pero ha sido bueno, pues el enemigo
perdió su artillería y tanta gente y no ganó nada, que el recuperar el puesto fue después de
conseguido el fin de ganarle la artillería. Los cabos italianos que vinieron de ahí, lo han hecho
bravamente, y Santone102, menos bien. Fraga 9 de octubre de 1642.

Fraga (?), 24 de octubre.


Copia de una carta del P. Francisco Antonio Camasa para el P. Pedro González de Mendoza,
Rector de este Colegio, su fecha a 24 de octubre.
Mi padre rector: a 20 partimos de Zaragoza; a 24 llegamos a esta villa de Fraga, y se ha ido
disponiendo todo para el ataque de Lérida. Va llegando la caballería de Monterrey. Hoy da muestra
la de Galicia; ayer se comenzó a subir la artillería arriba para prevenir el camino de la marcha
nuestra, que será infaliblemente el jueves a 2 de octubre. Mañana viene la otra artillería de
Mequinenza, y todo el aderezo para los puentes. Torrecusa y Mortara están con la gente a dos leguas
de Lérida, afuera del río. Nos han de dar unos 4.000 hombres para tres cuarteles que queremos
hacer con esta gente de esta parte, y con los demás se quedarán con un cuartel grueso de la otra
parte. Anoche fueron 60 caballos a avisar a Torrecusa lo que había de hacer, y en particular que
enviase unos 1.000 caballos hasta la puente de Lérida a portear lo que retiraban de aquella, parte los
paisanos. En Lérida había 500 franceses; han entrado estos días 600 más y cantidad de paisanos que
se les escapan de la campaña con mucha hacienda. Servirá de sustentar el ejército para este
invierno. Van quemando las casas alrededor; han abandonado los conventos los capuchinos, las
monjas de San Francisco y de San Hilario. Presumen mucho; pero viendo tan grande ejército
alrededor que le corte y vendimie la tierra, aflojará el ardor. Han hecho en la mitad de la cuesta
hacia el castillo una cortadura y demolido más de 200 casas. Si toda la experiencia la ponen en la
retirada durará poco el ganar la ciudad; vamos con grande resolución y orden. Espero que
acabaremos presto la facción; V. R. nos haga encomendar a Dios.
El señor duque del Infantado hizo grande esfuerzo para venir al sitio; pero S. M. mandó que
ninguno de los grandes viniese. En mi opinión conviniera escoger algunos y enviarlos para criarlos
para los oficios y puestos grandes, que es una parte de política que nos falta, que no se crían los
cabos, y cuando los hombres grandes salen, quieren los primeros puestos sin la experiencia de los
grandes.

102 Este Santone (Xaintonges?) era hijo del gobernador francés de una de las plazas del Rosellón. Pasóse a España de
resultas de cierto disgusto que tuvo con el general francés.
88

Ahora acaban de llegar cartas del conde de Aguilar y del marqués de Mortara. Dicen que se
han llegado a Lérida, ganado el burgo, y preso 50 hombres. Los de dentro rompen la puente y han
quemado todo el burgo. Monsiur de La Mota está en Belpuche con 3.000 caballos y 4.000 infantes.
El señor marqués mañana envía al de Aguilar víveres y municiones, y le ordena fortifiquen el
puesto para poderse la mayor parte pasar de esta parte a juntarse con nosotros con 10.000 infantes
efectivos y 5.000 caballos. De la otra parte tendremos 2.000 caballos y 5.000 infantes. Dicen que en
Lérida han entrado 200 mosqueteros de Barcelona. Jueves a 2 de octubre (?) marcharemos. Adiós,
mi padre rector, que guarde a V. R., &c.

Zaragoza, 28 de octubre.
Carta de D. Luis Ponce, hermano del duque de Arcos en Zaragoza.
Paréceme que vmd. me pregunta cómo estoy ocioso, y yo le respondo que estoy mucho mejor
que mal ocupado, pues nunca puede ser bien en los puestos de estos ejércitos; porque no es posible
acertar cuando no se le da a la guerra lo que pide. Andando todas las cosas fuera del orden natural,
es imposible que los efectos sean iguales, como se vio a 7 de este, que peleó nuestro ejército con el
del enemigo tan impensadamente, que aun no le teníamos reconocido, y después de haberle quitado
tres piezas de artillería y tomado un puesto, y comenzado a romper, fue tal la mala disposición que
llevábamos que por la separación de las tropas no pudimos seguir nuestra buena fortuna, ni hubo
quien las mandase; sin ser esto culpa de quien la pudiera tener, pues nunca lo ha visto ni lo ha hecho
otra vez, sino de los que porfían a que sea maestro de Campo general el marqués de la Hinojosa,
cuando está diciendo el marqués de Torrecusa que no se ha visto en el mando natural tan distante al
de soldado. Vea vmd. sino es dicha dejarse de hallar en estas concurrencias de oficiales, cuando
quitan este puesto al marqués de Torrecusa con sentimiento general del ejército, para que el
marqués de la Hinojosa le tenga sin experiencia y contra gusto de cuantos le han de obedecer.
Aquí se halla el marqués de Torrecusa103 en mi compañía, que somos los arrimados por
hombres que dicen son dificultosos de manejar, porque no nos ajustamos a que nos engañen el
entendimiento, aunque lo estemos en las conveniencias. Pudiera ser que si me hubieran creído a mí,
fuéramos hoy dueños de toda Cataluña, pues cuando intentaron aquel imposible socorro de
Perpiñán, por satisfacer al mundo solamente, se hubiera tomado a Lérida, el campo de Urgel,
Cervera, Balaguer, y puesto a Barcelona, la armada y el ejército en sumo aprieto, y hoy nos
hallamos sin nada; que aunque tienen por asentado el tomar a Lérida, yo me río del caso, porque es
imposible por este año, y alguna vez suelen acertar mis pronósticos.
Estamos esperando aquí al príncipe Juan Carlos, general de la mar, hermano tercero del duque
de Florencia. No me parece que los grandes gustan de llamarle Alteza, aunque los ministros lo
desean por agasajarle. Volveráse luego a invernar con las galeras para venir temprano a la
primavera, y el rey creo que se irá a Madrid, porque todos lo desean infinito, aunque la reina, me
dicen ha escrito que ella se vendrá con su hijo aquí y con poca gente, porque no desampare el rey
estos reinos, que tan peligrosos han de quedar con su ausencia.
De Italia nos escriben la liga de venecianos, Florencia y Módena contra todos aquellos que
inquietaren la paz de Italia. Consta de 12.000 infantes y 4.000 caballos; la mitad de todo el gasto,
gente y caballería paga Venecia; las tres partes de la otra mitad Florencia, y la otra cuarta parte
Módena, que es la tabla donde se puede salvar y no perderse el estado de Milán este año; aunque el
príncipe Tomas es grande enemigo, y las cortas asistencias de gente y dinero que enviamos, no
bastan a sustentar aquello. Zaragoza a 28 de octubre de 1642.―D. Luis de Guzmán Ponce de León.

103 Aquí el P. Pereyra escribe siempre Torrecuso y no Torrecusa como otras veces.
89

Salamanca, 3 de noviembre.
… Espérase por Lérida aviso del marqués de Leganés104 a quien se envió patente de virrey de
Cataluña. Torrecusa entra por otra parte, porque las demasías catalanas han irritado mucho, tanto
que por decreto del Consejo de Inquisición el domingo se les prohibió y quemó en público un libro
o manifiesto en que culpan en todas ocasiones la inocencia del Conde-Duque, y ser causa de
muchos daños, y así mismo al Protonotario, siendo tan al contrario…

Madrid, 4 de noviembre.
… Hoy vino correo que Leganés había tomado a Almenara y su castillo que se defendió tres
días. Matáronos alguna gente. Monseñor de la Mota dio en el bagaje en el ínterin que esto pasaba;
tomó mucha parte de él. Envió Leganés 1.000 caballos; tornáronlo a recuperar; tomó otro
pueblecillo; no se sabe de allí donde va, que esto corre con grande secreto. Todo esto es poco para
tanta gente, que a vista de su rey habían de obrar mas.
Dícese había en Lérida trato, y que Mota lo supo y entró allá, y que había degollado algunos
catalanes...― Sebastián González.

Madrid, 12 de noviembre
… El P. Camasa estaba malo y se venía a curar. En el camino le cautivaron unas tropas de
franceses, y él se rescató, dando al que le tomó una bolsa de doblones, que para estos trances traía
consigo siempre. Llegó a Zaragoza peor del susto; mas ya está mejor con la buena acogida que allí
se le hizo.
De S. M. se dice hoy por muy cierto se viene; en grande riesgo quedará todo. Dios lo remedie,
porque el ejército no hay duda se deshará en faltando, por pasarlo muy mal los soldados, que ni
tienen víveres ni forraje para la caballería. En fin, esto debe de ser castigo de Dios por nuestras
culpas, que ni con tanta gente como allí se ha juntado, ni tanto dinero como se ha remitido, nada ha
sido bastante para hacer cosa de importancia…―Sebastián González.

Madrid, 23 de diciembre
… Mueren muchos en Zaragoza y Fraga; no me espanto, que lo han pasado trabajosamente.
Quiera Dios sea de provecho para adelante, y se remedien los desaciertos que este año han
sucedido!...―Sebastián González.

104 Aunque el original de mano del P. Suárez decía marqués de los Vélez, no hemos vacilado en corregir Leganés,
siendo éste y no aquel el que intentó, aunque en vano, socorrer a Lérida en esta ocasión, habiendo sido nombrado
virrey de Cataluña en 28 de agosto de este año.
90

1643

Madrid, 21 de enero.
Digo que ha seis u ocho días que el conde-duque está descompuesto con S. M., y sale sin falta
mañana de Madrid, si desprivado o no, no se sabe de cierto. Lo que ha pasado es que la duquesa de
Mantua vino a Madrid, sin orden de S. M. y faltándola sustento para sí y sus criados, se fue a hablar
sentida al conde. Él se lo negó, y luego se entró a hablar al rey, con quien estuvo largo rato. Salióse
la duquesa, y el rey topó al marqués de Aytona, que era de guarda, y es recién venido de Zaragoza, y
le preguntó lo que había de Aragón y Portugal, &c., a lo que el marqués respondió claro lo que
sentía. Fuese el rey al cuarto del Conde-Duque, y le dijo: «¿No me dijiste esto y esto?» Respondió
asintiendo el conde; y luego añadió el rey: «¿Pues cómo el de Aytona me ha dicho lo contrario?»
Quiso llamarle el conde, a lo cual no dio lugar el rey, y le dijo que se retirase a su quietud, y le diese
la llave de dos vueltas y le dejó.
El confesor del rey dijo que el conde pidió licencia para irse a su estado de Sanlúcar, y
respondió el rey: «Tan lejos, no, conde, más cerca sí», y así se irá a Loeches. Está estos días dando
los papeles a su sobrino don Luis de Haro, que dicen quedará en la privanza. De esto y de otras
cosas que dicen habladores de Madrid no hay que tomar cosa cierta hasta que el tiempo lo descubra,
la verdad es que él se va, si en gracia o desgracia conocida, no se sabe…
… Una gran facción dicen se ha hecho por los nuestros en Aragón, de la toma de un lugar de
importancia; olvidóseme el nombre.
El Francés ha metido en Monzón 2.000 hombres de socorro.—Bernardo de Medrano.

Madrid, 24 de enero.
Pax Christi, &c. Un hermano me dio ayer copia del decreto de S. M. separando de su persona
al Conde-Duque, y anunciando la intención de tomar en sus manos la gobernación de estos reinos.
Va dirigido al Consejo de la Cámara, y tengo entendido que otros iguales se han recibido en el de
Cruzada y en otros. Por si no se ha recibido aun en esa, he mandado que se copie, y allá le remito
conforme me le dieron. Dice así:
«Días ha que me hace instancias continuas el Conde-Duque para que le dé licencia de
retirarse, por hallarse con gran falta de salud y juzgar que no podrá satisfacer conforme sus deseos a
la obligación de los negocios que le he encomendado. Yo lo he ido dilatando cuanto he podido por
la satisfacción grande que tengo de su persona, y la confianza que tan justamente hacía de él, nacida
de las experiencias continuas que tengo del celo, amor y limpieza e incesante trabajo con que me ha
servido tantos años; pero viendo el aprieto con que estos últimos días me ha hecho nuevas y vivas
instancias por esta licencia; he venido en dársela, dejando a su albedrío cuando quisiere usar de ella.
Él ha partido ya, apretado de sus achaques, y yo quedo con esperanzas de que con la quietud y
reposo cobrará salud para volverla a emplear en lo que conviniere a mi servicio.
Con esta ocasión me ha parecido advertir al Consejo que la falta de tan buen ministro no la ha
de suplir otro sino yo mismo; pues los aprietos en que nos hallamos, piden toda mi persona para su
remedio, y con este fin he suplicado a Nuestro Señor que me alumbre y ayude con sus auxilios para
satisfacer a tan grande obligación y cumplir enteramente con su santa voluntad y servicio, pues sabe
que es éste mi deseo único.
Juntamente ordeno y mando expresamente a ese Consejo que en lo que está de su parte me
ayude a llevar esta carga como lo espero de su celo y atención, y le encargo en primer lugar el
cuidado y vigilancia en escusar ofensas de Dios y en que se guarde firmemente su santa ley, sin que
por ningún caso de la tierra se dispense esto en la mas mínima parte; pues mas quiero perder todos
91

mis reinos juntos guardándola, que cobrar cuanto está perdido, si ha de ser con riesgo de pasar la
raya de los divinos preceptos.
En segundo lugar os ordeno que pongáis gran atención en la administración de la justicia, sin
mirar a respeto humano ninguno, ni dejar de ejecutarlo por fines particulares; pues si en esto
hubiese algún descuido, además de la cuenta estrecha que habéis de dar a Dios, os la tomaré yo
también, y castigaré con gran rigor a cualquiera que entendiere que no cumple con lo que debe a
Dios y a su ley.
En tercer lugar os mando con toda precisión que siempre me tratéis verdad lisamente, aunque
os parezca sea en cosas contra mi gusto; y aunque estoy cierto que si Dios no me deja de su mano,
yo no lo tendré en nada que sea contra lo que os digo; como hombre aun puede ser que falte en algo,
y para en este caso es cuando más he menester que mis ministros me hablen claro y no me dejen
errar. Y mirad que os pediré estrecha cuenta a todos, si habiendo yo declarado de esta forma mi
voluntad, vosotros no cumplís con ella.
También mando que se tenga gran cuidado en el secreto, porque sin él, nada se puede
gobernar como se debe, y creo que ha habido poco cuidado en esto, y que se habla fuera de los
tribunales en los negocios más de lo que es razón.
Fío de ese Consejo que atenderá con todo cuidado a ejecutar inviolablemente lo que le
ordeno, que con el amor que me tenéis y celo de mi servicio, obrará de modo en mi ayuda, que yo y
vosotros descarguemos nuestras conciencias, y se abra puerta al bien y quietud de esta monarquía.
Espero en Nuestro Señor que ha de usar de misericordia con nosotros y que a mí me ha de dar
luz para acertará ejecutar mis deseos y a vosotros para aconsejarme lo mejor y para cumplir
enteramente con vuestras obligaciones. Madrid a 24 de Enero de 1643.―Al Consejo de mi real
cámara.»…―Sebastián González.

Madrid, 27 de enero.
… De Cataluña lo que hoy se sabe es que los nuestros han tomado la mayor parte de la
castellanía de Amposta. Son los más pueblos abiertos; dos o tres son razonables y medianamente
fuertes; importa para ser dueños de la campaña.
El rey de Francia adjudicó el condado de Rosellón a la provincia de Narbona. Hanlo sentido
grandemente los catalanes, y se dice que han tomado las armas en Rosellón, y que los franceses se
habían retirado al castillo donde los de la ciudad los tenían cercados; que del castillo habían jugado
la artillería contra la ciudad y hecho grande estrago en las casas.
También se dice que los franceses habían querido tomar a Monjui, que es el padrastro que
tiene Barcelona, y siendo dueños de éste, lo son de la ciudad, porque desde este cerro la pueden
batir con grande facilidad; que los ciudadanos habían resistido y que habían enviado embajadores al
rey de Francia acerca de este punto. Si no salen con su pretensión, habrá grandes novedades, que ya
se les va haciendo muy pesada la carga de Francia.
Item: que dentro de Barcelona había unos bandos muy antiguos entre dos familias nobles, y
que habían con ocasión de lo que hoy allí corre tornado a resucitar; los unos siguen la facción de
Francia; otros la nuestra. Que había habido algunas muertes de una y otra parte, y que el fuego se
iba encendiendo mucho. Dios lo remedie, que la experiencia les enseñará cuan errados han
andado.―Sebastián González.

Madrid, 10 de febrero.
El correo francés que trae el ordinario de Flandes desde París a Irún, donde partió a los 22 de
éste, acaba de llegar, y dice que el Parlamento que gobierna después de la muerte de Richelieu,
mandó soltar a Basimper (Bassompierre) y a otros monsieures que estaban presos en la Bastilla,
prisión principal de París, y que S. M. Cristianísima había enviado a llamar al duque de Guisa, al de
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la Valeta, al de Vandoma, al de Rufal, al de Tranalla 105, y que el de Condé se paseaba en París,


donde decían por cosa constante que había de haber suspensión de armas para tratar la paz, y que un
gran siervo de nuestro Señor, religioso de la orden de S. Agustín, dijo a Richelieu que el año de
1643 se haría la paz entre las dos coronas, pero que ni S. E. ni él la verían efectuada. El Cardenal
murió en efecto a los cuatro de diciembre, y el religioso un mes antes.
Un gran letrado que tenía el rey de Francia en Barcelona, llamado Monsieur de Argenzon 106,
para proponer las conveniencias, estando en el Consejo de los Ciento confiriendo sobre una fuerza
que el Cristianísimo quería hacer en Monjuí, llegaron a palabras muy pesadas el Argenzon y el
diputado del brazo eclesiástico, tanto que alzando el jurisconsulto una muleta que traía, le dio de
palos, y el diputado sacando el puñal, le mató de dos puñaladas. Comenzaron los catalanes a
apellidar nuestro rey y a dar sobre los franceses, de manera que dicen escaparon huyendo con
Monsieur de la Mota, quedando muchos muertos.
Antes de esto escribió Aragón a S. M. que partiese con brevedad, sin cuidado de gasto
ninguno para su casa, por que aquel reino se le hará porque él vaya. Si este suceso es verdad, nos las
podemos prometer muy felices; pero no puede dejar de serlo, porque el de Arcos ha despachado dos
correos con este aviso.
Dicen que viene a esta corte el de Fernandina y don Felipe de Silva, y que se valdrán de ellos
en esta ocasión, porque ha de haber mudanza de cabos en el ejército.
La plata del Retiro, que aun no serían 100.000 ducados, se está haciendo moneda, para que
sirva de ejemplo para que todos los señores labren la suya, y S. M. lo pide así.
Pídese donativo voluntario a todos, y lo van ofreciendo los magnates. Medinaceli ofreció
8.000 fanegas de trigo en el Puerto de Santa María y 26.000 ducados a plazos, el duque de Osuna ha
ofrecido 300 soldados pagados, puestos en la parte que S. M. quisiere; y todos se animan mucho, y
así en esto como en las asistencias a S. M. en las audiencias como en la comida, no falta nadie…

Madrid, 10 de febrero.
De Cataluña se ha dicho que 4.000 franceses y catalanes que iban a intentar a Balbastro,
habían dado en manos del conde de Aguilar, y con alguna pérdida volvieron huyendo y encontraron
con un trozo que llevaba D. Simón Mascareñas para socorrer el mismo lugar; el cual los embistió
desordenados y casi de todo punto los deshizo. Si esto último no fue como se cuenta, a lo menos
tiénese por cierto haber dado una rota a aquella gente el conde de Aguilar.
Hase confirmado también por cartas de los virreyes de Valencia y Aragón, que los catalanes
de Barcelona, viéndose demasiadamente apretados de los franceses, se han amotinado contra ellos,
y que en el motín mataron a muchos y juntamente al gobernador teniente del virrey Mos. de la
Mota, apellidando a España; que ganaron a Monjuí y arrasaron las fortificaciones que habían hecho
los franceses, los cuales se hallan amilanados y sin fuerzas.
Que los migueletes (forajidos de Cataluña) habían robado un convoy del Francés, y
llevádosele a Tarragona, donde se ampararon de nuestra gente. Con este suceso y con algunas
inteligencias, que tenemos dentro de Cataluña, y con lo mucho que será agradable a los catalanes el
retiro del conde-duque, se ha entrado en grandes esperanzas de que se ha de recuperar aquel
principado…―D. Gabriel de Arriaga.

Zaragoza, 11 de febrero.
Inundación de Zaragoza el día de Ceniza en febrero de 1643.

105 Así dice el original, pero parece habrá de leerse Elbeuf y Tremonille, o la Tremolle, como le llamaban los nuestros.
106 René Voyer d’Argenson, aunque según los historiadores franceses no murió en Barcelona como más adelante se
dirá, sino en Venecia en 1656.
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Día de Ceniza, entre 9 y 10 de la mañana, sucedió una de las mayores desdichas que esta
imperial ciudad de Zaragoza podía tener, pues habiendo crecido tanto el río Ebro, se llevó dos ojos
de la puente de piedra con las dos casas que estaban fundadas sobre él, y toda la puente de madera
con la casa del pontón. Fue forzoso sacar las monjas de Altabás, y llevarlas a casa del Sr. Arzobispo.
Hase llevado el río casi todo el arrabal, los lavaderos de la lana, todas las torres que hay hacia el
término de Juslibol. Hase llevado los lugares de Sobradiel, Monzalbarba, Utebo, Pradilla, Pina, toda
la cuesta de Quinto, y Osera, Velilla. Hase llevado una calle y puente de Tudela, de Hallur (Gallur)
algunas casas, y también llegó a Alagón. Ha llegado a la plaza de Santo Domingo, y llevádose parte
de los conventos de las Descalzas, de Diego Fecet, y de Santa Lucía, y muy gran parte del de Santo
Domingo, Altabás, San Lázaro y Jesús; el paseo que hay desde la puente de tablas a la tripería lo ha
dejado de manera que apenas puede pasar un carro, y finalmente ha destruido todos los lugares de la
ribera. Hanse caído muchas casas; ha muerto muchísima gente en las huertas y torres, y también
dicen se ha llevado la mitad de la ciudad de Tortosa, todas las torres que estaban al derredor de
Jesús hasta Gallego por aquella ribera hacia la barca. Entró el agua por la portaza hasta casi la Cruz
del Coso, y lo que más es de admirar que habiendo sucedido todo esto, no llegó el agua a las escalas
de la Virgen Santísima del Pilar, cosa que todos lo han tenido a milagro. Las casas de los mesones
de Ejea se llenaron todas de agua, pero no dicen hayan caído. Quererle decir a vmd. todo el daño
que ha hecho la inundación es imposible, porque le aseguro que me escriben con toda verdad que ha
destruido toda la huerta de Zaragoza. Febrero 11 de 1643.

Madrid, 17 de febrero.
Pax Christi, &c. Como no dudo le será a V. R. grato el saber nuevas del P. Camasa, le remito
copia de la carta que ha escrito desde Maella, donde actualmente se halla, a un padre de este
colegio. Dice así:
«Mi padre: escribo a V. R. hoy que son 15 días, estando en Caspe. Después pasamos a esta
villa de Maella, para estar más cerca de nuestra gente, que obraba en la castellanía de Amposta,
adonde yo he estado dos semanas. Tomóse el primer lugar de Batea por asalto, quedando
prisioneros cerca de 200 franceses. Después de este suceso casi todos los lugares se han rendido o
huido, dejando sus casas y pasándose a la otra parte del Ebro, sino son los cuatro castillos de Orta,
Mirabet, Mora y Flix.
Fue nuestra gente a reconocer a Flix, y parecióle más fuerte de lo que se pensaba, teniendo
dentro 1.200 franceses y 200 caballos, y así parte de nuestra gente fue a Mora, y comenzó una mina
al castillo.
Viernes 13 vino de Flix el enemigo con 1.500 infantes y 600 caballos a socorrer a Mora.
Nuestra gente que estaba en Corvera con la artillería, venía para entrar y juntarse con la otra que iba
a Mora. Vino el enemigo y dio un asalto furioso al lugar; pero los nuestros se defendieron
valientemente, de manera que han quedado muertos 300 franceses alrededor de los muros. Los
franceses que estaban en el castillo salieron contra los nuestros de dentro y se retiraron al anochecer
con los demás dejando abierto el castillo, y así los nuestros quedaron dueños de él y sin enemigos,
que se retiraron apriesa a Flix de miedo de encontrarse con lo restante de nuestro ejército que
llegaba ya a Mora. Quedaba dentro de Mora D. Simón Mascareñas 107 con 800 infantes y 400
caballos; han derribado los muros del lugar y han dejado un tercio de napolitanos en el castillo.
El señor marqués de Leganés hace grande diligencia con estos reinos a que den alguna gente
para acabar con Flix, que es el puesto más importante. Esta gente de la Castellanía es tan bárbara
que, aunque se les perdona, no quieren volver a sus casas, y los lugares están abundantes de vino,
trigo, aceite y otras cosas.

107 Caballero portugués y pariente cercano de D. Jerónimo, que fue obispo de Segovia.
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En Francia dicen que hay turbaciones; que detuvieron en París el coche del cardenal Mazarini,
pidiendo paz, y otros príncipes piden de justicia se les restituyan los bienes que les había quitado el
cardenal Rocheliu. Item: que el Rey de Francia estaba muy malo.
De Cataluña dicen habían dado garrote a un caballero aficionado de S. M. C., y que había por
esto grande sentimiento, y que Mr. de Argenzon había pedido a la ciudad de Barcelona 300.000
escudos prestados para pagar la soldadesca, y que se había ido a Francia. Por allá hay también
revoluciones. Dios nos ayude por su infinita misericordia. No quisiera que con esto nos quitasen la
vuelta a Madrid este invierno; yo lo deseo infinito, así como el poder servir más a V. R., a quien me
guarde Dios muchos años como deseo. Maella 25 de enero de 1643.
Después de escrita esta carta vino aviso del virrey de Valencia que había tenido nueva de
Tarragona, de que franceses y catalanes estaban muy mal avenidos y disgustados. Nació la
diferencia de que al gobernador de Barcelona le vino orden de Francia en que le mandaban hiciese
un fuerte en Monjuí. Es un padrastro de un cerro que predomina a Barcelona, y quien fuere dueño
de él lo será de la ciudad, porque en dos horas desde él la pueden con la artillería echar en tierra y
arrasarla. El gobernador por hacerles tragar esta píldora con más blandura, llamó al conseller, un
capitán que es la cabeza de la ciudad, y después de haberle hecho un largo razonamiento de lo que
aquel principado debía al rey cristianísimo, pues les había favorecido y puesto en libertad con tanta
costa de gente y dinero, que sería bien darle gusto en lo que pidiese, y más siendo ordenado para
bien suyo. Respondió el canciller era muy justo como no perjudicase a sus fueros, a que respondió
el gobernador que no era contra ellos el hacer un fuerte en Monjuí, pues de él se seguirían dos
utilidades: la una dar gusto al rey, que así lo pedía, y la otra estar la ciudad más asegurada con esa
fortaleza. El conseller le dijo que no pensase S. M. en eso, que además de ser contra sus fueros, era
quererles quitar la libertad y que el Principado por ningún caso lo consentiría. Hubo muchas voces
sobre el punto y no quedó resuelto nada.
Avisó el gobernador a Francia de lo que le había pasado, y fuele respondido lo intentase por
bien si podía, y no pudiendo lo hiciese con mano poderosa. Acudió avisado La Mota para hacerle
espaldas al gobernador; juntó al conseller en cap y diputados, y díjoles que su rey le apretaba en
razón del fuerte, y que así era preciso que se hiciese, y que sería de grande estima el que fuese con
su beneplácito, y que así se lo pedía en nombre de su rey. Contradijeron todos lo propuesto, y hubo
tantas voces y alboroto que se oyó en la ciudad. Alegaban los catalanes muchas razones, y entre
otras era que hoy estaban opuestos a su rey por no haber querido permitir se levantase aquel fuerte,
y daban por bien empleado todo lo que gastaban por defender su libertad, y que haciendo lo que el
rey cristianísimo les pedía, era perderla totalmente, y que no pasarían por ello por ninguna manera.
Fueles significado que si no querían bien a bien, sería por fuerza. Aquí fue el subirse de punto la
cólera, y el dar el grito que lo ponían en el cielo. A las voces entraron otros que estaban a la mira, y
embistieron con Mr. de Argenson, que era uno de los cabos principales de Francia, y dicen le dieron
de puñaladas, y que entre franceses y catalanes hubo una grande revuelta.
Mandaron los conselleres se derribasen unos principios de una fortificación que se había
empezado a hacer en Monjuí, y que todos anduviesen armados, y que quien no tuviese armas fuese
a por ellas a la Diputación, con que hoy están muy sentidos unos con otros, y tan mal seguros que el
de La Mota tiene cerrada su casa, mientras come, y entre día con gente de guarda. Esto se ha escrito
en otras cartas para particulares, y todas nacen del mismo principio. Hasta que S. M. tenga aviso de
algún confidente, que los hay, no se tiene por tan cierta esta nueva.
Los de Flix dicen se resisten bravamente porque están bien guarnecidos de gente, y la nuestra
no es mucha, y les entra algún socorro por el río; veremos en qué para todo.»
Hasta aquí la carta del P. Antonio Camasa…―Sebastián González.

Madrid, 3 de marzo.
… De Valencia escriben que un catalán había descubierto cómo él había llegado allí en
compañía de un clérigo, que venía inducido de Mos de La Mota y de otros catalanes a echar en el
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tabaco y en las pilas del agua bendita, polvos como los que en Milán 108 ocasionaron tantas muertes.
Súpolo el clérigo y ausentóse; las diligencias del virrey buscándole son grandes, y en orden a ellas
ha puesto presos, en una torre de la orden de Montesa algunos monjes catalanes de San Vicente
mártir, de aquella ciudad...

Madrid, 10 de marzo.
… Antes de ayer vino correo de Zaragoza, en que avisan que los franceses una mañana
cogieron a los nuestros tan descuidados en la Castellanía de Amposta, que sin poderse poner en
orden la tomaron con muerte de 60 de los nuestros y 300 prisioneros. Tan bien se gobiernan las
cosas de la guerra que ni espía ni centinelas tenían que les diesen aviso, y así los cogieron como a
gente dormida. Leganés y Mortara y el conde de Aguilar estaban en esta ocasión en Zaragoza; los
enemigos a vista y los nuestros durmiendo como si no los tuvieran; Dios lo remedie...

Madrid, 28 de abril.
… Cuando llegó la nueva de la entrega de la Val de Arán fue muy buena; pero no se entregó
toda, sino la mayor parte con el castillo; y los lugares que no quisieron dar la obediencia, que fueron
diez o doce, pidieron socorro a Cataluña, que se lo fue a dar el gobernador Margarit, que fue con
1.000 infantes y 100 caballos. Estaban en la Val hasta 500 o 600 soldados de los nuestros que
habían ido de Aragón para abrigarla; pelearon con los enemigos; pero como eran más, vencieron a
los nuestros. Unos se retiraron al castillo, otros a Benasque y otros a la iglesia del lugar con el
maese de campo D. Martín de Azlor (que fue el que perdió el castillo de Monzón el año pasado) que
le prendieron con los demás; cercó el enemigo el castillo y si no lo socorren luego lo tomará. Esta
mala nueva vino hoy hace ocho días con un extraordinario…―Francisco Mediavilla.―Al P. Juan
Camacho, de la Compañía de Jesús.

Madrid, 6 de mayo.
… Al gobernador de Cataluña, que hoy está aquí, que es un oficio que S. M. provee siempre
en un catalán, le han mandado ir a Tarragona y que resida allí, y a los oidores de la Corona de
Aragón les han ordenado lo mismo, que asistan con su tribunal en aquella ciudad como asistían
aquí, y que de allí despachen lo que se ofreciere.
Dícese que los franceses y catalanes habían metido socorro de víveres y municiones en
Monzón, y que el de Mortara estuvo a la vista sin hacer cosa de importancia. También se dice le
llaman al de Hortara porque no debe de ser a propósito para lo que allí se pretende, y también
llaman a Juan de Arce; este es muy buen soldado, mas ha sido con quien más sentimiento han
tenido los catalanes por haberles desde el principio de estas revueltas sido más contrario en todo lo
que se le ha ofrecido: tenía oficio de maestre de campo.
Don Felipe de Silva, que tenía el cargo de general en lugar del de Leganés, está malo con gota
en Zaragoza; poco podrá hacer desde la cama.
Al conde de Aguilar, que hacía oficio de maestre de Campo, le han mandado vaya a gobernar
a Tarragona en lugar de Juan de Arce; ha replicado suplicando a S. M. le dé licencia para servir con
una pica; está aguardando la respuesta en Fraga; no se sabe la resolución que de aquí
irá...―Sebastián González.

108 En Milán por los años de 1616 reinó una clase de pestilencia que hizo muchas víctimas. Atribuyóse a unos polvos
que el vulgo de aquella ciudad creyó se habían echado en las aguas potables. No obstante lo absurdo de esta
conseja, no faltaron en España grandes doctores que escribieron acerca de la naturaleza e influencia de dichos
polvos.
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Madrid, 19 de mayo.
… En Zaragoza han tenido una pelea los valones con los de la ciudad. Toda ella se puso en
arma, y mataron de ellos veinte, y otros hirieron. Fue necesario la autoridad del virrey y obispo para
apaciguarlos a todos. La causa fue alguna demasía de los soldados, que en particular no he sabido.
En Tarragona quisieron los catalanes dar a los nuestros unas vísperas sicilianas, y dieron
entrada a 140 franceses y catalanes. Descubrióse el trato; tienen presos a los diputados, que con el
tormento confesarán de plano, y también otros ciudadanos...―Sebastián González.

Soria, 24 de mayo.
… En Zaragoza sucedió estos días un motín de los del lugar con los soldados valones. Estos
hirieron a un aragonés sobre cierta contienda que tuvieron con él; sentidos los del lugar, dice
tomaron las armas cerca de 8.000 aragoneses y a cuantos valones topaban por las calles los
mataban. Fueron los muertos 60 y los heridos muchos. Atajóse el incendio por medio del virrey y
arzobispo.
Cada día pasan soldados por esta tierra a Aragón, y de aquí se envían ya mulas de silla y de
carga para el carruaje de la jornada de S. M., que dicen será después del Corpus...―Alonso de
Amaya.

Madrid, 26 de mayo.
… Mosieur de La Mota se va arrimando hacia Tarragona Tiene 5.000 infantes y 2.000
caballos.
El marqués de la Hinojosa y conde de Aguilar, que es el que hoy gobierna a Tarragona, hizo a
su costa dos pagas a los soldados que estaban mal contentos por falta de dinero, y dicen ha ahorcado
dos consilleres, y otros dos ciudadanos por el rebelión que habían intentado y se descubrió.
También dicen que luego que se supo en la ciudad la traición, tuvo aviso como estaban 1.500
franceses y catalanes una legua de Tarragona para acudir con socorro, en levantándose los de la
ciudad, y con grande secreto junto 600 mosqueteros y llevando la vanguardia dio en ellos a media
noche; y añaden que había muerto muchos por haberlos cogido de improviso y dádoles bravas
rociadas de mosquetería...―Sebastián González.

Madrid, 16 de junio.
… El conde de Aguilar y marqués de Hinojosa está ya sin calentura; es gobernador de
Tarragona, y antes de ayer, envió un propio. Con él escribe le habían llegado de Valencia seiscientos
soldados de socorro, mas desarmados; que necesitaba de armas. Item: que estaba empeñado en
6.000 escudos que había buscado en la ciudad para pagar los soldados, que S. M. mandase proveer
de esta suma y demás dineros para que se fuesen pagando los soldados. Item: que enviaba un
manifiesto que se había puesto en todos los cantones de Barcelona en lengua catalana. El manifiesto
contiene que la causa que había movido a los catalanes a tomar las armas contra su rey había sido
por la ocasión que el conde-duque había dado, atropellando sus fueros; que ya él estaba apartado del
lado de S. M. y los demás que en esto habían intervenido; que el juramento que tenían hecho de
fidelidad al rey de Francia había sido mientras viviese; que con su muerte cesaba esta obligación;
que de la clemencia de S. M. podían esperar los recibiría con toda humanidad, conservando aquel
Principado en el estado que antes tenía; que en ninguna ocasión como está podían volver a su
gracia, si como buenos vasallos se reconocían y mostraban había sido su ánimo no el ofender a S.
M., como no lo había sido, sino defender sus privilegios; que enviasen diputados a representar esto
a S. M. y acordarse con él para que cesasen tantos y tan graves daños como de la guerra se seguían,
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y fuesen restituidos en su antigua paz y quietud. Estas y otras cosas decía el manifiesto. Vino solo
uno a S. M. y no pude haberle; si viniere alguno otro procuraré enviar una copia de él.

El P. Baltasar Gracián, rector de Tarragona, escribe a uno de casa lo siguiente: «Luego que en
Barcelona se supo por vía cierta la muerte del rey de Francia, quitaron en Barcelona su estandarte y
las salvaguardas. Está aquello muy revuelto; hicieron exequias al difunto rey, según dijeron los
prisioneros que cogieron aquí de un grande navío que vino a surtir debajo del baluarte de Santa
Clara; acometiéronle las fragatas de Dunquerque que partían a Rosas, y le rindieron. Importa mucho
la vida del conde de Aguilar para los tratos con Barcelona, que sólo juró al de Francia por su vida, y
con condición que después pudiesen hacer libremente lo que bien les estuviese, de manera que hoy
hay puerta abierta para poderse ajustar honrosamente con S. M. Dios lo encamine.»
Añade después el Padre en otro capítulo: «Hame dicho el conde de Aguilar que tiene carta de
D: Felipe de Silva, de como viene retirando al enemigo con 3.500 caballos y 10.000 infantes, y que
confía en Dios llegar por acá.»
Del enemigo estos días no nos han dicho nada, sino que está muy ocupado en las exequias de
su rey, y aun se dice han acudido muchos a Barcelona. Hasta aquí el P. Gracián.
Un contador de S. M. dijo a uno de casa había sabido que los catalanes habían dado libertad
sin ningún rescate a 300 de los nuestros.
Item: que en Barcelona cuatro de los nobles se habían declarado por S. M., y con ellos otros
de la plebe. Que Mosiur de La Mota procuró sosegarlos y quiso castigar a los cuatro; que la ciudad
se puso en armas y los defendió; que el Francés había reforzado algunos puestos con gente, y se
había salido de Barcelona, receloso no le sucediese algún trabajo cogiéndole entre puertas. Esto es
lo que corre de Barcelona; no sé si es tan cierto esto último del contador como lo antecedente, que
quien lo avisa es digno de todo crédito...―Sebastián González.

Madrid, 7 de julio.
… A primero de este partió S. M. de Madrid para Tarazona, y las jornadas las hace mayores
de lo que primero se entendió. Va a la ligera; créese hay alguna inteligencia secreta, si bien los
enemigos obran lo que pueden…―Sebastián González.

Madrid, 14 de julio.
… De Cerdeña ha venido a Cataluña el marqués de Villaceres 109, yerno de la marquesa de
Bayona, con 800 caballos y 4.000 infantes; socorro considerable para nuestro ejército, que hoy está
muy disminuido, porque como la gente va forzada y el trato del sustento no es bueno, en habiendo
ocasión se huyen donde pueden.
Los franceses tomaron en Aragón a Estadilla que, aunque es pueblo abierto, tiene un castillo y
les es de importancia para poder llevar los víveres a Monzón. También quemaron a Pons, pueblo
pequeño; queda desabrigado el condado de Ribagorza, y con peligro. Dios lo remedie, que para
nosotros lo que puede ser de utilidad se nos deshace; dígolo, porque teníamos tratos en Lérida y
algunos principales de ella habían ya enviado quien se acordase con S. M. No debió de ser esto tan
secreto como convenía; pagáronlo con la cabeza en Lérida nueve vecinos de aquella ciudad y
algunos otros en Barcelona, que también estaban inclinados a ajustarse con S. M.; los franceses han
puesto más gente en Lérida de presidio…―Sebastián González.

109 Así parece leerse, aunque está algo confuso el original; más adelante se lee Villaser.
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Madrid, 21 de julio.
El rey partió a 8 de éste de Tarazona para Zaragoza, sin embargo de tener el enemigo tan
cerca, que está a 12 leguas, en Estadilla, amenazando a Balbastro; la ciudad y el reino le han
suplicado se dé el arzobispado a Don Antonio de Aragón110.
Los catalanes que con la muerte del rey cristianisimo habían publicado un manifiesto, donde
alegaban las razones que les movían para no jurar a Luis XIV, su hijo, mudaron ya de parecer y le
han dado la obediencia, y es de advertir que habiendo comenzado sus primeros encuentros, por no
haber ido el rey nuestro señor a Barcelona en persona a los fueros antes que le jurasen, el año de
1621, luego que entró a reinar no han reparado en eso con los de Francia, pues juraron a padre y a
hijo, sin que hubiesen visto a Barcelona, cosa que ellos tienen por gran desafuero...

Madrid, 28 de julio.
… Acometió Monsiur de La Mota en el condado de Ribagorza al castillo de Graus; llevaba La
Mota 1.500 infantes y mas de 2.000 caballos. Estaba dentro del castillo por cabo, el capitán Icida y
50 castellanos, y hasta 20 catalanes; hízoles requerimiento se rindiesen. Respondió el Icida que él
no era el que rendía la plaza que se le había entregado, sino con la vida; instaron segunda y tercera
vez con fueros y amenazas, y les respondió lo mismo. Viendo que no se querían rendir, se resolvió
La Mota de tomarle por asalto. Dispúsose gente y diole tres asaltos; los de dentro se hubieron con
tanto valor que en ellos le degollaron más de 200 sin otros muchos que salieron heridos. Viendo lo
mal que le iba, La Mota se retiró; salieron algunos del castillo y fueron siguiendo la retaguardia,
donde mataron y prendieron a algunos que trujeron al castillo.
Anoche vino aviso a la reina, nuestra señora, como La Mota había salido de Aragón, y que
decían se había encaminado hacia Tarragona, y que en el camino los nuestros le habían dado una
buena rota. Lo particular no se sabe; si hoy los que van a Palacio trujeren más noticia, lo avisaré…
… Ahora acabo de saber lo particular de la rota de la gente de Mosiur de La Mota. El caso fue
que los franceses tomaron la vía de Lérida; dicen que con ánimo de ponerse sobre Tarragona.
Llegaron víspera de Santiago junto al río Segre con grande dificultad 500 caballos nuestros, con
otros tantos mosqueteros. Tuvieron, según se dice, aviso de dos catalanes, del modo cómo estaba la
gente francesa alojada. Hizo consulta el de Mortara sobre lo que convendría hacer, por parecerle era
poca gente la nuestra para acometer empresa tan grande. D. Fernando de Tejada, el marqués de
Cusano y D. Álvaro de Quiñones fueron de parecer de acometer a la infantería, como parte más
flaca, y que conforme les fuese hiciesen con la caballería. Encomendaron la primera entrada por una
parte a D. Álvaro de Quiñones; dudóse luego si el acometimiento sería a la media noche o al
amanecer; resolvióse fuese al amanecer y que Tejada y Cusano siguiesen con sus tropas a Quiñones.
Acometiéronlos y los hallaron tan sin recelo, que en breve fueron desbaratados, muertos
1.500, heridos más de 1.000; ahogados dicen serán otros tantos. Tomáronles 400 mulas y caballos, y
todo el ejército quedó derrotado. Mosiur de La Mota había ido a Barcelona, a causa de estar aquello
inquieto y descontentos los catalanes. Prendieron los nuestros 800 y entre ellos a unos 60 catalanes,
a quien dieron luego libertad, diciéndoles que S. M. no peleaba contra los catalanes, sino contra los
franceses; con que ellos iban aclamando a S. M. diciendo viviese mil años. Esto es lo que hasta
ahora se sabe. También dicen tomaron el bagaje. Entre los prisioneros hay muchos de cuenta.
Vendrá todo más especificado a otro correo. De los nuestros murió en la pelea solo uno. Al seguir
por el río Segre a los franceses se ahogaron dos capitanes y el de Cusano salió herido en el rostro,
cosa dicen de poca importancia. Esto sucedió el día de Santiago por la mañana…―Sebastián
González.

110 Hijo de la duquesa de Cardona y Segorbe, varias veces citada en estas cartas.
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Madrid, 4 de agosto.
Pax Christi, &c. Copia de una carta original que escribió el marqués de Mortara a D. Felipe de
Silva, la cual remitió D. Felipe a S. M., y S, M, a la Reina, nuestra señora.
«El Sr. Santiago ha hecho de las suyas, y el suceso ha sido 111 partir ayer de Fraga con la
caballería, a las tres de la tarde, y venir a este esguazo del Segre, y llegar a él a media hora de
noche, y el esguazo era malísimo y muy dificultoso, y no obstante ser así, me resolví a pasarlo
como lo ejecuté, aunque se ahogó el capitán de caballos Martín Simón y cuatro soldados, y el pasar
los demás fue casi milagro. Acabóse de esguazar a las diez de la noche, y habiendo tenido aviso por
unos catalanes que cogimos, de que en Lérida en la huerta y fuera de ella, junto a Villanoveta, había
algunos regimientos de infantería y en las Borjas y sus contornos la mayor parte de la caballería,
resolví por voto de los tenientes de generales y comisarios el ir a romper el cuartel de la caballería
de las Borjas; y estando para marchar, me dijo D. Álvaro de Quiñones que era tarde, que
llegaríamos de día y no se haría nada, porque nos descubrirían, y que el lugar era cerrado. A mí me
pareció lo mismo en todo, y también consideré que los demás cuarteles de la caballería acudirían al
arma, y la infantería que estaba junto a Lérida se pondría muy con tiempo a impedir el esguazo, tan
dificultoso como lo represento a V. E., y así le pregunté a Don Álvaro qué juzgaba que se podía
hacer. Respondióme que ir la vuelta de Lérida y atacar la infantería, que estaba fuera de la huerta
con 100 caballos, y con lo demás estar firme en paraje que diese calor y mirase a resistir la
caballería del enemigo, que estaba de la parte de las Borjas. Llamé a D. Fernando de Tejada, que le
pareció lo mismo, y a mí me cuadró la opinión, y así me resolví a ejecutarla, y envié con él al
comisario general Roque de Matamoros con capitanes y oficiales de mucho valor, y con el resto de
la caballería fui dando calor y me puse en puesto que pudiese asistir a la facción, y miraba a cuidar
del socorro que podía venir del enemigo, al cual hallaron los 500 caballos acuartelado con su
infantería, todo fuera de la huerta.
Así pues, cerraron con grande valor con trece regimientos de infantería, y los deshicieron
todos, matando y hiriendo particularmente los maeses de campo y oficiales que fueron los que
hicieron cara. Alguna infantería se salvó en las huertas; pero pasaron de 1.500 los muertos y
heridos, y ha habido grande cantidad que con estocadas y cuchilladas se salvaron en las huertas
hasta echarse en el Segre. El número de la infantería era, según dicen los prisioneros, de 5 a 6.000
infantes, y le prometo a V. E. que muy pocos quedarán de provecho, y todos desarmados, porque las
armas se han roto las más, y el pillaje ha sido considerable, pues han saqueado los soldados todas
las tiendas de este cuartel y han traído entre caballos de infantes, mulas y acémilas hasta 400. Los
presos no puedo decir a V. E. el número hasta Fraga.
Remito a V. E. esas dos banderas y si pareciesen más, que me dicen las hay, se las enviaré a V.
E. y quisiera poner a sus pies todas las de los ejércitos del rey de Francia. El comisario general
Matamoros y los capitanes que fueron a la facción, que, cuando bese a V. E. la mano, le diré quien
son, merecen bien que V. E. los honre mucho y les haga merced.
Don Álvaro de Quiñones y D. Fernando de Tejada han trabajado y obrado en la disposicion
del ejército con grandísimo acierto, y así debo representarlo a V. E.
Ahora estoy acabando de pasar el esguazo, que está peor; ya han pasado todos, y no hemos
perdido más que dos soldados que se acaban de ahogar. En la pelea no hemos perdido más que un
soldado muerto y dos heridos y un caballo, y el marqués de Cusano que ha andado muy bizarro está
herido de un mosquetazo en la cara, pero no es de peligro.
Yo marcho la vuelta de Fraga, donde aguardaré la orden que V. E. fuere servido de enviarme.
La Mota, según dicen los presos y algunos catalanes, partió ayer por la posta a Barcelona, y
ocho regimientos de infantería han ido la vuelta de Tarragona, y la caballería dicen marcha entre
hoy y mañana a aquella vuelta, y la infantería que se ha roto marchaba hoy también hacia
Tarragona, y ya habían tocado a recoger para marchar cuando fueron rotos.

111 La misma acción de guerra de que se trató ya en la carta anterior.


100

Hase entrado también donde está el hospital de los franceses que había hasta 100, y de
lástima, por estar más muertos que vivos, no se acabaron de matar; pero los sanos lo pagaron, y no
me parece les queda mucha asistencia a los enfermos.
A cosa de 50 catalanes que se prendieron, se soltaron, conforme al orden de V. E. diciéndoles
que la guerra se hacía contra los franceses, y que a ellos tenían orden de tratarlos como a vasallos
del rey nuestro señor, que conociesen su gran piedad. Fueron muy contentos diciendo mil males de
los franceses, y en el país no he consentido se haga daño ninguno. Esto es lo que se me ofrece decir
a V. E. y que yo desearé dar a V. E. muchas mayores victorias, y espero ha de tener V. E. muy
grandes, cuya excelentísima persona guarde Dios muchos años como deseo. Del esguazo del Segre
a 25 de Julio de 1643.―Besa a V. E. la mano su mayor servidor. El marqués de Mortara.―A D.
Felipe de Silva.»112
Después de haber llegado a Fraga el de Mortara y visto más en particular las cosas, escribe a
D. Luis de Haro como los muertos de los franceses, por las copias se habían sabido llegaban a cerca
de 3.000; los presos son 600: seis maeses de Campo, 17 oficiales, capitanes y alféreces; las
cabalgaduras de toda suerte entre caballos, acémilas y mulas 700; mucho dinero, que debía de ser lo
que ellos habían robado en los pueblos que habían entrado y lo que por concierto les habían dado
porque no los saqueasen…
… S. M. (Dios le guarde) luego que tuvo aviso de la rota que los nuestros habían dado a la
gente de La Mota, hizo que se hiciese procesión en acción de gracias. Salió de la catedral y fue a
nuestra señora del Pilar, donde se cantó el Te Deum laudamus, asistiendo S. M. a él. Ha sabido Su
Majestad que en los pueblos donde han entrado los franceses, como muchos de ellos son herejes,
han hecho de las suyas con las imágenes de Nuestra Señora y santos que han hallado en las iglesias,
maltratándolas y hiriéndolas y haciendo otras insolencias, cuales acostumbran en las partes donde se
hallan, y ha mandado se recojan todas porque las quiere hacer una iglesia y colocarlas con la mayor
solemnidad que le fuere posible.
Han llegado a Rosas con socorro de Nápoles 2.500 infantes, 500 caballos, grande cantidad de
cuerdas, pólvora y balas, 2.000 quintales de bizcocho, 10.000 camisas para soldados y 5.000
vestidos. Aun no ha llegado Torrecusa, que aguardan por horas; Picolomini, dicen está en Génova
malo. También se dice que el de Medina de las Torres ha ofrecido enviar otro socorro mayor. A él le
han enviado a llamar a toda prisa; queda por virrey en el interin el marqués de los Velez. Dicen lo
será en propiedad el Almirante, y de Sicilia el marqués de Castel Rodrigo.
No se sabe de cierto cuántos navíos y galeras han venido con este socorro; para el sábado
habrá más puntual relación, y avisaré a V. R. Que ha llegado, es cierto.
También avisan de Zaragoza cómo van llegando cada día nuevas tropas a S. M., con lo cual
está grandemente alentado, y no lo están menos los aragoneses con su persona, y con el grande
agrado y afabilidad con que los trata hará de ellos cuanto quisiere, lo cual antes fuera muy
dificultoso…―Sebastián González.

Zaragoza, 4 de agosto.
Nuestro ejército se va engrosando cada día más, pues que todos los soldados que estaban en
esta corte, que serían mas de 3.000, se han ido a él con una paga que les dieron.
Mosiur de La Mota, antes que rompieran su ejército en Lérida había partido por la posta a
Barcelona; dicen no le dejaron entrar los catalanes, y también se dice que no parece.
S. M. ha salido hoy en campaña con el ejército que le dio Aragón. Llegó a Tarragona con
1.000 hombres de Cerdeña el marqués de Villaser. Dicen está de secreto en Madrid D. Enrique de
Guzmán, hijo del Conde-Duque, que fue tan maltratado en Aragón, que fue fuerza el mandarle
venir…
112 Esta carta se imprimió con el siguiente título: Relación verdadera de la derrota que ha hecho el marqués de
Mortara en el exército francés junto a Villanoveta a 25 de julio de 1643. En Zaragoza, por Pedro Verges, 1643.―4.º
Cotejada con la presente se conoce ser la misma, aunque con algunas variantes.
101

Madrid, 11 de agosto.
Pax Christi, &c. Copia de una carta del P. Baltasar Gracián, rector del colegio de Tarragona,
su fecha a 26 de Julio de 1643.
«Aquí no estamos sitiados, pero en vigilia, y según dicen con el aparejo muy próximo. El de
La Mota se dice viene marchando a toda priesa y que antes de anoche, vigilia de Santiago, durmió
en Monblanc. Además de esto se sabe que pasaron a Tolon 2.000 marineros para componer aquella
armada. Tres días ha se hizo en Monjui señal de armada de galeones y galeras; así lo ha contado un
prisionero de los que cada día se huyen y vienen aquí; aunque ahora dicen los han sacado a los
prisioneros en Barcelona de las Atarazanas, donde estaban más de 1.000 pereciendo de hambre y
haciendo las fortificaciones, y los han llevado a Francia.
Con estas nuevas y avisos todo es aquí prevención; hase pasado muestra rigurosa de caballería
y infantería, y hay entre montados y desmontados más de 300 de la caballería sin los oficiales; de
infantería hay 4.000 de todos, aunque son los más soldados buenos y viejos. Sin esto hoy han
llegado 1.200 en tres galeones y saetias de los de la tierra; con los que han venido de Reus se han
formado cuatro compañías de a 100 cada una, dejados los inútiles; víveres hay muchos para cuatro
años, de pan y vino, abadejo, tocino, arroz, aceite, legumbres, &c., sólo leña faltará; páganlo las
casas que no hay 400 en pie. Este es el estado en que estamos, sea el Señor bendito que nos
favorezca y ayude.
Hoy ha llegado un tambor mayor nuestro, que fue a tomar lengua del enemigo, con achaque
de ir a trueque de unos prisioneros. Este dice que ha sabido que el enemigo se va retirando a
Barcelona, y que su artillería la ha enviado allá; que la armada que ha parecido delante de Barcelona
se cree es la nuestra de Italia, porque han descubierto más de 30 galeras y no ha echado lanchas de
aviso a Barcelona. Ellos están con mucho cuidado; sin esto dicen que ha dado medio peste en el
ejército francés, y que han metido 4.000 enfermos, en Lérida a la retirada.
Item: dicen que los nuestros de Rosas hacen grandes salidas, y molestan grandemente la
comarca de Gerona. No falta también quien diga que el enemigo se retira por empeñar nuestro
ejército dentro de Cataluña, y que perezca como el del año pasado con mal pasar.
De Barcelona han ido a París, a dar el pésame a la reina viuda; por la Diputación D. Luis de
Rocadell, y el comendador Miguel; por la ciudad, D. Pedro de Aymaya y otro. Gobierna aquella
Margarit. El único íntimo de los designios de Mota, Mosiur de Argenson, salió de Barcelona para la
raya de Aragón y Lérida, echando voz que Aragón pactaba y que él iba a concertar aquello. Todo
son mentiras y para todas hallan crédito en Barcelona.» Hasta aquí la carta del P. Gracián.
Esta carta se escribió antes que en Tarragona tuviesen noticia de la rota que los nuestros
habían dado a los franceses; con ella estarán más desahogados y con menos recelo del sitio que
temían, que no hay principio tengan hoy los franceses fuerzas para cosa de importancia.
Las de S. M. se van engrosando cada día con nuevas tropas que llegan de diversas partes.
¡Quiera Dios sean con más fruto que el que se tuvo estos años pasados!
Torrecusa dicen había llegado a puerto Maon (Mahón) con 2.500 sicilianos; hasta ahora no ha
habido aviso haya llegado a Rosas.
También se está aguardando por horas a Picolomini, Harta desgracia es nuestra que haya tan
pocos para cabezas entre los nuestros, que necesitemos de los extranjeros para cualquiera cosa de
importancia…
… De Francia avisan que hay poco dinero; que por falta de él no se envían socorros a
Cataluña que también está muy necesitada, y muestra estarlo, pues habiendo pedido La Mota al
Principado socorro de dinero para pagar la gente, le respondieron no lo tenían, que acudiese a
Francia, a quien competía conforme a los acuerdos y asiento que tenían hecho el acudir con dineros,
y que no los había remitido…
… Llegó a Francia nuestro plenipotenciario D. Diego de Saavedra, y partió ya para Alemania;
avisa que va con grandes prendas de que ha de acomodarse en breve y bien este acuerdo de las
paces…―Sebastián González.
102

Madrid, 18 de agosto.
… De Cataluña lo que hay es que Monsior de La Mota, envió a Francia a avisar a la Reina
cómo el ejército de S. M. se iba cada día engrosando, y el suyo estaba muy disminuido, así por los
encuentros que con los nuestros habían tenido, como por enfermedades que habían dado en la gente;
que suplicaba a S. M. le remitiese hombres y dineros con toda brevedad porque no perdiese lo que
había ganado y se impidiesen otros progresos que podía hacer muy considerables. Dícese le
respondió la Reina, que gente le enviaría toda la que quisiese, mas que dineros no los tenía, y que
pues estaba defendiendo a los catalanes, que ellos los diesen, pues el interés era propio suyo.
Dícese que Mosiur de La Mola no ha quedado bien contento de la respuesta, porque echa de
ver que los catalanes están muy apurados de dineros y de todo lo demás en tanto extremo que en
Barcelona dicen vale ocho ducados una fanega de trigo, y que es imposible durar en lo comenzado,
si de fuera no se les socorre. Item: dicen que les había entregado a los catalanes algunos lugares que
había ganado en el Principado, diciendo que ellos los defendiesen, que no quería se perdiesen en sus
manos por no acudirles, habiéndole costado tanto trabajo el conquistarlos.
También se ha dicho, y por persona de crédito, que le avisaban de Zaragoza que 400 catalanes
se habían pasado al ejército de S. M.: si todas estas razones son ciertas, esperanzas hay que se ha de
acomodar esto de Cataluña.
Los catalanes y portugueses han enviado a la Dieta, donde se trata de la paz universal, sus
diputados para tratar en ella de sus particulares. ¡Quiera Dios se haga algo que sea de
provecho!...―Sebastián González.

Madrid, 25 de agosto.
… De Cataluña lo que hay es que han venido de Francia a cercar a Tarragona por mar, 30
navíos y 12 galeras; corre voz vienen apestadas y que se les muere mucha gente; no sé si esto es
para consolarnos.
También avisan de Valencia que se decía allí que yendo tres navíos de Dumquerque con
víveres para Rosas, y también una urca, habían caído en manos de la armada francesa, y los habían
tomado.
A Mosiur de La Mota llaman a Francia para emplearle en otra parte, y al gobernador de
Barcelona, que era Monsiur de Argenson, hombre de importancia para lo político le sucede Luins
(Luynes), pariente de Rocheliu, y a La Mota el conde de Ancourt (Harcourt) que fue el que rompió
al marqués de Leganés, cuando estuvo sobre el Casal de Monferrato. Voz corre que La Mota pidió
por despedida a los de Barcelona 70.000 ducados, y que se los habían negado por estar grandemente
alcanzados. No le harán a él falta, que muy rico dicen que va de lo que ha pillado el tiempo que ha
gobernado las armas. La gente, dicen, se le va disminuyendo al campo francés, con una enfermedad
que les ha dado de disentería, y que por horas vienen a Tarragona de 20 en 20 y más; no admiten a
ninguno; dánles paso libre para Francia.
Ayer vino aviso que S. M. estaba muy animado con las nuevas tropas y gente que cada día
llegaban; que nuestra artillería había pasado el río Cinca hacia Lérida, y que será sin duda el
hallarse S. M. en el ejército, luego que esté junto, en cualquiera facción que se haga.
De Valencia escribieron al P. Asistente que se decía allí que la armada de Nápoles había
llegado a Vinaroz; y que venían en ella Picolomini, Torrecusa y el marqués de los Balbases. No se
tiene esto por cierto, porque si lo fuera ya S. M. lo hubiera avisado a la Reina, nuestra señora.
A D. Juan de Castro y Castilla, que estaba en Zaragoza por proveedor general del ejército, y
había según dicen, acudido bien, le han dado licencia para venirse a Madrid, y en su lugar ponen un
valenciano. No sé quién es, mas pues le escogen en este tiempo que necesita de hombres grandes,
puede ser lo sea, y si no diere buena cuenta fácil será el mudarle. Así lo fuera el hallar quien con
toda satisfacción acudiese a la provisión, de donde depende el haber ejército y la seguridad del reino
de Aragón y Valencia. La causa de esta salida ha sido un encuentro que tuvo, unos dicen que con el
103

virrey, otros que con D. Felipe de Silva, en materias de cortesías; no sé cuán cierto sea esto, eslo el
que se viene a Madrid y que está ya en camino.
S. M. tres días ha partió de Zaragoza para Fraga, a verse con los cabos y conferir con ellos lo
que convendría hacer, y a ese efecto fueron llamados todos; veremos la resolución que se toma…
―Sebastián González.

Madrid, 8 de septiembre.
… El sitio de Zaragoza se ha desvanecido; el ejército francés, parte ha entrado por la
Castellanía de Amposta, cogiendo los lugares abiertos, y parte se pone en los contornos de Lérida.
Del tercio de la Diputación se amotinaron algunas compañías, y hasta 200 hombres se pasaron a
Tarragona; fueron bien recibidos. La Mota sosegó los demás con algún dinero, sobre que fue el
motín, y marchando hacia Barcelona arcabuceó allí las cabezas, y el resto de la gente envió al
Ampurdán…

Madrid, 8 de septiembre.
Pax Christi, &c. Copia de una carta de Valencia que escribió un P. de aquella casa, a uno de
los nuestros.
«En todos tiempos estamos sujetos a aventuras; no lo fue del todo la de la armada. Llegaron
dos galeras de Génova con el duque de Tursis y el conde de Siruela y Torrecusa. Dieron vista a
Vinaroz de donde corrió voz que venía el armada. Dieron cabo a Denia; el de Siruela se vino por
tierra a Valencia, y Torrecusa por mar con toda su tropa; llegó al Grao con un bergantín. Aposentóse
en el Carmen, falló muy poco que los franceses no pescasen a Torrecusa de Denia al Grao, porque
en ese tiempo amaneció un trozo del armada francesa a vista de aquí, y se pensó venía espiando
dichas galeras, por si podían pescar algún personaje de ellas. Echáronle al bergantín de Torrecusa
unas lanchas; no pudieron hacer cosa. Ya se ha partido a Zaragoza y el de Tursi con sus galeras a
Orán, a ver si podrá hacer algo en el socorro de aquella plaza, que todos dicen está boqueando, y
como ve que está dentro el del Viso que es su yerno, pícale. Grande lástima es que el Francés sea
señor de este mar; por aquí nos va haciendo cocos sin que haya quien le diga nada; roba todo lo que
puede. Un curso entero con su maestro estaba en Denia para embarcarse en un bergantín para
Mallorca. ¡Quiera Dios no le agarren los franceses, porque todos estos mares están llenos de
enemigos! Mal tiempo es para nuestro P. Asistente; mejor es irse por tierra si tiene la ocasión del
embajador. El pasaje del de Tursi fuera bueno, pero dudo que pase este año.
Habrá 15 días que se partió de aquí para Tarragona el P. Carbonel con un barco armado. Llegó
a Vinaroz donde todos le aconsejaban que no pasase, porque era cierto el cerco de Tarragona; con
todo se resolvió a pasar y tomando alta mar y caminando toda la noche, al amanecer se hallaron en
medio del armada francesa y seis leguas de Tarragona. Constaba la armada francesa de 30 galeones
que tenían desde Salou hasta una legua más abajo de Tarragona, haciendo una media luna. Luego se
dieron todos por perdidos porque la barca iba muy cargada, y no tenía más de ocho remeros por
banda, y más cuando vieron que una galeota venía para ellos, la cual galeota les disparó dos piezas;
la una dio en las velas y la otra en la palamenta. Llegaron a estar ya a tiro de mosquete, y cuando
pensaron ser presos, no saben cómo ni por qué quedó la galeota inmoble, con que pudo la barca
entrar en el puerto de Tarragona, con admiración de toda la ciudad, que toda estaba a la mira.
Recibieron a todos con mil parabienes, y al P. le llevaron victoreando hasta nuestro colegio. Toda
esta historia escribe el dicho P. en una suya de 25 de agosto; y dice más, que la plaza está
inexpugnable; tiene 5.000 infantes, y los 3.000 dice le dijo Toralralto, que es la mejor gente que
tiene el Rey. Los caballos no son más de 300; la gente de tierra del enemigo no se sabe bien la que
es; que comer tienen para meses. Esto es lo que hay hoy de Tarragona.
De Rosas no se dice nada. Verdad fue que tomaron el socorro que iba para Rosas con una
nave y dos saetias y uno de los galeones de Dunquerque, que era el menor, porque con el otro no se
104

atrevieron las pobres galeras del francés. En la refriega quedaron tales que no han parecido más, ni
parecerán en todo este año, que lo habrán menester para curarse. El de Liche dicen que viene con
las galeras y galeones, llegará cuando no sea menester: en fin socorro de España.
Los cercos de este año, sino es que estén alzados, no hay que temerlos; mas los que penden
del mar, es otra cosa, que luego se altera todo. Bien podemos tenerles lastima a nuestro rey; no hay
que espantarse que no salga nada, pues la cuenta aun no se ha dado del todo; Dios los acabe de
alumbrar.
Por acá todo es pedir gente y ninguno quiere salir; todo es bailes y danzas y saraos, como si el
enemigo estuviese en Turquía: hay cada día comedia y los pobres religiosos que nos azotemos y que
ayunemos, más valiera que tomáramos las armas y saliéramos presto de congoja, para quitar
melancolías…
… He sabido de un hombre que iba en la galeota que perseguía el bergantín del P. Carbonel,
que la causa porque no le cogieron fue porque llevaban en la fragata 20 cautivos de otro bergantín
que poco antes habían cogido, y temieron que si todos se juntaban se habían de perder.
Ayer se partieron Siruela y Torrecusa para Zaragoza. Dios los encamine y guarde a V. R.»
De Zaragoza lo último que se ha escrito es que S. M. estaba con resolución de salir hoy día de
Nuestra Señora en campaña; a dónde, no se sabe. Tenia 9.000 infantes y 8.000 caballos. Dios le dé
acierto y gracia para que haga algo que sea de importancia.
El de Torrecusa y Siruela han llegado a Zaragoza; no se sabe hasta ahora en qué le han de
emplear Torrecusa, ni el puesto que le darán. Tiene dificultad por serle opuestos D. Juan de Garay y
el marqués de Mortara, y cuando éste no estuviera allá perdieran poco las armas de S. M.
De Lérida avisan que han tenido una discordia grande los ciudadanos y franceses. Dicen que
la ocasión tuvo principio de que en una procesion los cabos franceses quisieron ir en mejor lugar
que los diputados, estos resistieron, y de las palabras vinieron a las manos, y fue necesario que
Monsiur de La Mota fuese a componerlos. Dicen que la composición, después de haberlos quitađo,
paró en desarmar los ciudadanos, lo cual han sentido con grande extremo y quejádose a otras
ciudades de Cataluña, representándoles el miserable estado en que se hallaban, pues se juzgaban en
la mayor servidumbre y esclavitud que se podían ver, sin haciendas, sin honras, y, expuestos al
tratamiento de franceses y últimamente desarmados, con otras mil cuitas que son daños que han de
padecer sin remedio mientras les durare su contumacia, de la cual los nobles tienen los más bien
poca culpa…―Sebastián González.

Madrid, 15 de septiembre.
… Estos días hemos estado con grande cuidado porque de Cataluña habían avisado había de
haber una grande facción y hasta ahora no ha habido nada. Salieron con el ejército dividido en tres
partes; la una llevaba D. Felipe de Silva; otra D. Juan de Garay, otra el de Mortara. Uno dicen iba a
Lérida, otro a Flix, y otro a quemar un puente de barcas; ninguno hasta ahora se sabe haya hecho
cosa alguna.
Hoy ha corrido voz que habían tomado por trato a Lérida, pagándoselo muy bien a los cabos;
tiénese por fábula…―Sebastián González.

Madrid, 22 de septiembre.
… Don Juan de Garay fue con 4.000 infantes y 600 caballos a tomar a Flix, y llegó cuatro
horas mas tarde de lo que era necesario conforme a lo acordado. Había ya en este tiempo metido el
Francés 500 hombres de socorro, con que se hubo de volver sin hacer cosa ninguna.
S. M. está muy disgustado viendo que no se obra cosa de provecho. D. Luis de Haro fue por la
posta a verse con el general D. Felipe de Silva, y con los demás cabos; no trujo nada resuelto
porque no deben los unos convenir con los otros en dictámenes, y así sucede…―Sebastián
González.
105

Madrid, 29 de septiembre.
… De Barcelona hubo cartas en que avisan que Lérida y Balaguer y toda aquella campiña está
muy inquieta contra los franceses, y que había habido algunas muertes. Aquí corrió voz que
Balaguer y otro pueblo habían muerto el presidio y puesto banderas de S. M.; no sé sea cierto, mas
eslo lo de las inquietudes, y que se les hace muy pesado y intolerable el gobierno de Francia. El P.
Rector, prepósito de Valencia, que es catalán, escribió aquí al padre Pinto cómo corría en Valencia la
misma voz que aquí acerca de que dos pueblos se habían declarado por S. M., y dice: «no sé que sea
cierto, mas si no lo es quiere serlo, porque la esclavitud que hoy tienen los catalanes es para su
libertad intolerable.»
Avisan al regente de Cataluña que reside aquí, que la reina de Francia había escrito a la ciudad
de Barcelona que tenía enviado sus embajadores para los tratados de la paz a Alemania, y que para
haber de acomodar las cosas de Barcelona, necesitaba de saber la causa que había movido aquel
principado a tomar las armas contra el Rey su hermano. Hanlo sentido esto grandemente los
catalanes, pareciéndoles que la Reina no ha de tomar su causa con las veras que ellos quisieran, y
con estar padeciendo intolerables opresiones de los franceses aun no les bastan para reconocer sus
desaciertos; tan disgustados están y poco satisfechos como los de Balaguer y Lérida y tan recelosos
los franceses, que el gobernador, que era Monsieur de Argenson, se ha retirado a Francia por
tenerlos por gente indómita y terrible; Monsieur de la Mota ha doblado su guarda por no tener por
segura su persona, y reforzado los presidios contra los mismos ciudadanos. Todo esto vino al
Regente, y añaden que iba juntando lo que había pillado de plata y otras cosas; puede ser que sea
para cuando vea el pleito mal parado, tener con qué triunfar en Francia a costa de Cataluña.
También dicen en esta carta que pasan en Barcelona grande necesidad de víveres, y que la
hanega de trigo pasa por ocho ducados. A otros escriben que a cuatro, otros que a seis; lo cierto es
que padecen mucho.
Nuestro ejército pasa por cerca de Zaragoza; no se sabe hoy dónde va, aunque algunos
piensan se acerca a Monzón. El de Oñate y el de Monterrey tienen grande gana se avoquen con los
enemigos, y así lo han dicho en Consejo; otros recelan si nos sucede alguna desgracia, quedaba
aquello muy desabrigado de gente.
Dícese que el reino de Aragón hace instancia con S. M. para que les dé por virrey al marqués
de Torrecusa, y que al cardenal Tribulcio le harán virrey de Cerdeña.
De cierto se sabe ha llegado a Mahón, puerto de Mallorca, el duque de Terranova con siete
navíos de Nápoles; trae 1.500 sicilianos.
El correo que trujo este aviso trae también de cierto como llegaron a Mahón 17 galeras de
Nápoles con 2.000 hombres, porque aunque sacaron 3.000 de Nápoles, dejaron en el Final 1.000
para guarda de aquel país. Viene con esta gente Picolomini, y es muy probable que así estos
napolitanos como los sicilianos estén ya en Valencia…―Sebastián González.

Madrid, 6 de octubre.
Pax Christi, &c. Lo que hoy ocurre es mandar a V. R. copia de una carta que escribió el P.
Rector de Tarragona113 a un P. de este colegio, fecha a 12 de Setiembre. Hasta hoy no llegó a mis
manos, y por creerla curiosa y que se alegrará V. R. de verla y comunicarla, la he hecho trasladar.
Dice así:
«El enemigo se retiró hoy; va a Lérida. Hízonos una visita antes de ayer por despedida; vino
con grueso de caballería y infantería. Sacudímosle con toda la artillería, y dieron algunas balas en
medio de sus batallones. Estaba entre ellos el conde de Jaboc, su cabo. Salió nuestra caballería a
escaramuzar; no nos hirieron a ninguno; algunos de ellos cayeron, como cuatro, y al día siguiente
hallaron los nuestros en tierra algunos caballos y guantes bordados; debieron ser de los que
despachó el artillería.
113 [Baltasar Gracián.]
106

Viénensele cada día los infantes rendidos; anoche había en nuestro claustro más de cien
franceses; hoy se encaminan para Vinaroz, y si no socorriese su caballería no les quedarían infantes.
Los de Barcelona han tenido impresas cuatro cartas: una de la Reina madre; otra del Rey niño;
otra de su tío monsiur duque de Orliens, y otra del cardenal Mazarino, ofreciéndoles montes de
viento, y que no desmayen, aunque haya muerto el Rey que ahora les ha de asistir más, y añade la
Reina que no piensen que ha de faltarles, sino acudirles como madre. Mazarino después de grandes
ofertas, dice les ha de hacer grandes mercedes, todo para engañarlos para que no llamen a su buen
rey y señor.
En Barcelona están padeciendo grande necesidad y perecen de hambre sin tener un real; vale
la cuartera de trigo a 42 reales y lo reparten como pan bendito y a cuarterones. Si entrase nuestro
ejército, ya todo se habría levantado en favor de España; no sé qué calma es ésta. ¡Sea el Señor
alabado! que aun no está satisfecha su ira contra nosotros, pues esta suspensión no parece puede ser
otra cosa.
Dejó a este colegio el señor marqués de Hinojosa un legado, cuando murió, de 600 escudos;
cobrélos y los he trocado en doblones de a ocho, y tengo, gloria a Dios, con qué pasar en medio de
tantos trabajos.
Al P. Pinto dirá V. R. que cada día tengo aquí a sus paisanos de Cerdeña, al hermano del
marqués de Villacer que se ha criado en nuestro seminario de Caller, y a otros muchos caballeros
muy lucidos. De nuestros soldados se han huido más de 400; pero no me espanto, que los matan de
hambre y nunca ven paga y así todos se van.
Olvidábaseme que la víspera de la Virgen de Setiembre apareció aquí una estrella como un
sol, que la vimos todos los que estábamos en la quiete de la noche, y corrió hacia Barcelona. Vióla
en la ciudad mucha gente, y se observó que estaba siendo de noche, claro como a medio día.» Hasta
aquí la carta de Tarragona.
Nuestro ejército en Cataluña va camino de Balbastro; de allá no se sabe dónde ha de ir; lleva
10.000 infantes y 2.000 caballos.
Dícese que si hacen alguna facción considerable se vendrá S. M. Esto ha de depender del
suceso. Cierto es que los que le asisten tienen gana de volverse a sus casas; y aunque desearan sea
con mas decencia y aire que el año pasado, todos desean ser primeros. Ya ha habido algunas
diferencias sobre el caso. Puede ser se atienda más a granjear este lugar que a concluir con la guerra
de Cataluña. El confesor que es fray Juan de Santo Tomás está bien querido de S. M. y procura no
se le llegue nadie, sino que obre por sí tomando parecer de los que le pueden dar conforme a las
materias. El secretario Rosas está muy valido, y lo merece su capacidad, porque es grande, y habrá
pocos o ninguno que en hacer un despacho le hagan ventaja…―Sebastián González.

Calatayud, 7 de octubre.
… Sábese por cosa cierta que nuestro ejército es de 43.000 infantes y 3.000 caballos, y muy
superior al enemigo, que de infantería tiene 3.000 y la caballería no excede el número de 4.000.
Dícese que va marchando nuestra gente a hacer facción; no se sabe si va sobre Lérida o a dar en el
enemigo.
El P. Baltasar Gracián, vicerector del colegio de Tarragona, escribe de 12 de septiembre que el
Francés dio vista a Tarragona y se acercó a tiro de cañón saludándole con toda la artillería, y que
salió nuestra caballería a escaramuzar, con lo que le obligaron a retirarse con pérdida de alguna
gente, y que a la mañana los de la ciudad hallaron algunos guantes bordados en el suelo; que se cree
recibió daño alguna gente principal, y que después nuestra caballería llevando en grupa alguna
infantería, iba a picar en la retaguardia enemiga. Dice más, que en Barcelona va muy caro el trigo y
que el vulgo está algo inquieto, y que le ha obligado a la reina de Francia y a los demás del gobierno
a escribir nuevas cartas a los catalanes, animándolos para que no llamen a su rey natural; y estas
para quietar al vulgo las han dado a la estampa, para que todos las puedan leer. Que los franceses se
pasan a Tarragona muertos de hambre, y que la otra noche estando todos los PP. en la huerta de
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Tarragona, apareció una como estrella muy resplandeciente, con cuya luz vieron en tierra hasta las
más menudas yerbecitas, y que después corrió hacia Barcelona, y esta la vieron también los
soldados de las trincheras. ¡Quiera Dios sea para bien!…―Luis de Tapia

Madrid, 13 de octubre.
… En Zaragoza no hay nada de contar; sí muchas mentiras que se dicen. En favor nuestro
grandes esperanzas, nunca se ve se logre ninguna, y los catalanes son tan duros, que si la fuerza que
hay hoy allí no los doma, no se han de sujetar con ningún partido, y los nuestros que están alojados
en Aragón hacen de las suyas. Memorial impreso de quejas han dado los de una provincia a S. M. y
bien significativo de su sentimiento. ¡Quiera Dios que después de tantos gastos no pare esto en tener
de nuevo otros enemigos, hechos tales por la codicia y mal modo de proceder de los nuestros!…
―Sebastián González.

Madrid, 17 de octubre.
… Nuestro ejército está en Cataluña entre Lérida y Balaguer; no se sabe haya cosa alguna de
consideración y se teme no la ha de haber. Monsiur de La Mota dividió su gente y con parte de ella
se metió en Balaguer; la otra parle alojó en Lérida; de suerte que estas dos plazas están bien surtidas
de gente, y la nuestra en campaña en tiempo lluvioso, que no es fácil llevarles mantenimientos, y las
ganas de pelear de los cabos, según dicen, pocas, con que se volverán tan airosos como el año
pasado.
Trescientos franceses y 30 caballos se apartaron de su gente y dieron sobre Maella, pueblo de
Aragón; los vecinos se pusieron en armas y se defendieron bien; mataron más de 40, y del pueblo
no murió ninguno, y los enemigos se retiraron mal de su grado.
Por las demasías que algunos cabos (como avisé a V. R.) hacían en los alojamientos, mandó S.
M. prender a seis; vista su causa, los condenaron a degollar. Uno de ellos era hijo de un médico de
familia de S. M.; entró a pedir misericordia para su hijo y la causa era menos pesada que la de los
otros; echóse a los pies de S. M. con lágrimas y muestras de grande sentimiento por ser hijo único
por quien pedía; a pocas razones se cayó al parecer desmayado; por fin él hizo su papel tan bien que
intercediendo algunos de los presentes, de compasión se conmutó la pena de muerte en tres años de
Peñón; en los demás se ejecutó sin remedio la sentencia.
Entró ya Picolomini en Zaragoza acompañado del conde de Oñate, el viejo, que le salió a
recibir por orden de S. M., y también se le mandó le hospedase en su casa, donde hoy está. Salió
todo de Zaragoza al recibimiento; dicen viene con grande lucimiento de gente y que trae casi 300
hombres de compañía, muchos de ellos soldados que le han asistido en Alemania.
En Barcelona se dice que a dos inquisidores que allí había les pidieron de parte del rey de
Francia que hiciesen juramento de fidelidad a la corona de Francia; ellos se excusaron diciendo le
tenían hecho a S. M. y que por ningún caso faltarían a la obligación de su juramento; hubo varias
demandas y respuestas de una y otra parte, y ellos estuvieron siempre constantes en lo dicho, con lo
cual les mandaron salir del Principado y irse a uno de los puertos de España y lo ejecutaron al
punto; unos dicen están en Rosas, otros que en Cartagena…―Sebastián González.

Tarragona, 18 de octubre.
Copia de un capítulo de carta del P. Rector de Tarragona para uno de los nuestros.
Monsiur de La Mota volvió ya a Barcelona de los baños de Caldes, que cuando le dijeron que
entraba nuestro ejército, y que no le gobernaba Torrecusa, dicen que dijo: «no hay ya que tener
cuidado; vámonos a holgar», y se fue a Caldes. Con todo sus tropas se van juntando por este campo.
El otro día llegaron dos tercios de catalanes a Valle, y la caballería está en el Vendill (Vendrell)
cerca de 3.000 caballos; otros dicen 4.000. El otro día comió con el cabo que tiene aquí un amigo
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mío de esta plaza, y me dijo que hacia grande fisga de nuestro ejército y de los cabos; que se le
volvía rejalgar la comida oyendo estas cosas. Antes de ayer llegó aquí el alguacil mayor de la
Inquisición, y contó cómo habían entrado con ignominia, y abierto las cárceles y sacado todos los
presos. Hacen mil insolencias los franceses; todo va perdido, y los catalanes más obstinados hoy
que el primer día. ¡El Señor nos ayude y ampare! Esta noche vienen las galeras y pasan a Rosas a
llevar gente y dinero. Tarragona y octubre 18 de 1613.

Madrid, 28 de octubre.
Pax Christi, &c. Ayer escribí largamente, y a pesar de eso quiero hoy mandar a V. R. copia de
una carta que D. Felipe de Silva ha escrito a SS. MM. con fecha de 25 de Octubre de 4643. Dice
así:
«Esta mañana, hallándose este ejército en el campo de Reimat, se dejaron ver 20 batallones
del enemigo, de la parte de la Riba. Habiéndose avanzado su vanguardia a reconocernos y con ella,
según se averiguó, Monsiur de La Mota, la forrajería y demás cabos, y habiendo parecido podría
hallarse con su infantería en batalla, por la confianza con que lo podía hacer al abrigo de la acequia,
se dispuso que la caballería los acometiese, y dejando el bagaje dispuesto en su puesto, se fueron
adelantando los escuadrones de infantería y artillería del ejército, el cual anda tan bien conducido, y
se maneja con tanta facilidad por sus cabos, que en todas partes se hizo prontamente sin el
embarazo que cuando esto falta suele haber, y la caballería con tan buena resolución y orden que
habiéndose encaminado contra la del enemigo la llevó retirando hasta haberla pasado del acequia
primera y segunda; pasando también el marqués de Mortara con parte de la vanguardia el puente de
la primera y rompiendo la compañía de la guardia de Monsiur de La Mota que había desmontado
para defender este puente, y habiendo hecho mas allá de él cara algunas tropas del enemigo, en
tanto que las otras pasaban el segundo puente, fueron puestas en desorden de las nuestras que
habían pasado el primer puente, recibiendo el enemigo daño con pérdida de gente particular que
había quedado en la retaguardia. En toda esta ocasión se señalaron muchos soldados y caballeros
aventureros, y los catalanes que sirven en este ejército, y habiéndose retirado todo el grueso del
enemigo y hecho alto algún tiempo las tropas de V. M., no quedando más que hacer, se volvieron
marchando con buena orden sin mostrarse mas el enemigo; y así llegando la caballería al puesto
donde se había avanzado la infantería, volvió el ejército a ocupar el mismo cuartel que había tenido
la noche de antes, y irán continuando su marcha la vuelta de Binéfar, con que si el enemigo volviere
a salir para querer pelear, no tendrá la guarida de su retirada tan cerca.»
Hasta aquí la carta de D. Felipe de Silva.
Carta del gobernador de la plaza de Fraga para el Señor D.
Fernando Ruiz de Contreras, secretario del Consejo de Guerra.
«Ayer sábado por la mañana hizo movimiento el ejército nuestro, para marchar de la vista de
Lérida. Como avisé a V. S., el de La Mota vino de Balaguer el viernes en la tarde, y aquella noche
marchó su gente y llegó sábado al amanecer, y habiendo reconocido que los nuestros marchaban,
creyendo era para retirarse, salió de la plaza con su caballería y mas de 3.000 infantes en siete
trozos a la ligera, y fue a la retaguardia dejando la fuerza de su infantería en puestos (hacía mucha
niebla) y ocho tropas de a 20 por frente y dos de fondo; tocaron a alarma; púsose con orden nuestra
gente y chocó con ellos la caballería. Litigóse sobre tomar una colina y fue rechazado tres veces el
de La Mota, y cargado de manera que se retiraron muy desordenados y con pérdida de la forrajería,
pasando el brazo derecho al capitán de la guardia del de La Mota que fue preso y mal herido, y
habiéndosele enviado murió. Hay algunos oficiales más heridos, aunque disimulan esto mucho.
Viéronse muy apretados habiendo empezado a sacar municiones y artillería de Lérida y a gran
priesa lo hicieron retirar todo. El miedo que cobraron fue de manera que no se atrevieron a quedar
de esta otra parte del Segre, y pasaron de la otra. Aquí sentimos no pelear, y por no haber tenido
aviso de lo que había sido despaché hoy a Lérida y me trujeron lo que refiero, y además de esto me
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acaba de enviar el gobernador un soldado de la compañía de D. Fernando Gallo que hicieron


prisionero en la refriega.
El diputado que envió Barcelona a Alemania para tratar de las paces, no le quisieron admitir
allá, diciéndole no se podían haber rebelado sin haber comunicado primero con otros reinos las
causas que tenían para ello. Ha vuelto a Barcelona, y de sentidos han publicado de nuevo las
guerras de aquella ciudad; están con mucha necesidad y me lo asegura persona de crédito. Fraga y
Octubre 26 de 1643.»
Adiós, mi padre, que le dé tanta salud como yo y todos los de este colegio deseamos. De
Madrid y Octubre 28 de 1643.―Sebastián González.―Al P. Rafael Pereyra, de la Compañía de
Jesús, en Sevilla.

Madrid, 4 de noviembre.
Pax Christi, &c. Copia de una carta que escribió un criado de S. M. a un padre de los nuestros,
su fecha en Zaragoza a 28 de octubre de 1643.
«Mucho me holgaré, padre mío y señor, tenga V. P. la salud que yo deseo; yo la tengo a
servicio de V. P., aunque a ratos no faltan melancolías y tristezas de ver las cosas que se ven y que
no tienen enmienda, porque parece que solo Dios lo puede remediar, y temo con grande fundamento
nos castigue con los mismos pecados que son causa de su indignación.
En fin, nuestro valiente ejército obra como esperábamos algunos, pues estando el enemigo sin
ejército, y siendo Lérida (según usanza de Flandes y de Italia), se retira sin tirarle un balazo, y se va
a Monzón, que no nos importa y está difícil de tomar, porque tiene qué comer, y para plaza corta es
fuerte lo que no era Lérida, que habiendo menester 5.000 hombres para guarnecerla, no tiene 3.000,
y estaban además avisados de las partes débiles y flacas por donde se había de acometer. En esto
debe de haber algunas causas secretas, pues así se procede.
Al retirarse nuestro ejército entendió Monsiur de La Mota dar en nuestra retaguardia y
hallarlos descuidados, y salió con su caballería; fuele mal, porque la rechazaron con muerte de
alguna gente; en particular la compañía de su guarda se adelantó demasiado y la rompieron los
nuestros prendiendo o matando a casi todos, que apenas ninguno hubo que escapase, y el capitán de
ella quedó mal herido y preso. Los puestos sobre Monzón están tomados; si llueve, no sé lo que
harán. El enemigo no intentará hacer diligencia alguna, porque no tiene gente para apartarse de
Lérida o Balaguer. Dios nos dé luz y gracia para que cada uno cumpla con las obligaciones de su
oficio, que con eso su Divina Majestad nos daría felices sucesos, y muy apriesa Cataluña y Portugal
obedecerían; mas como no se hace, no alza Dios el azote, antes dispone que el enemigo no tenga
fuerzas, y nosotros un ejército bizarrísimo y sustentado para que vea que el no obrar no queda por
otra cosa sino es porque no quiere su Divina Majestad, a quien ruego humildemente se duela de
nosotros y dé luz a S. M. para que sea un rey muy justiciero en premiar y castigar, y le ruego me
guarde a V. P. como he menester.»
Hasta aquí la carta de nuestro P. de Zaragoza, pero es de advertir, que aunque aquí nota no
hicieron los nuestros todo lo que pudieran en esta ocasión, y algunos otros tienen el mismo
sentimiento, y reparan en no haber seguido nuestra gente a los enemigos, cuando desbaratados y sin
orden huían, es preciso confesar que los catalanes, no todos, pero muchos, andan sobre falso en lo
que dicen a los nuestros, pues habiendo por cartas dado a entender se querían entregar a S. M.
muchos del ejército de Monsiur de La Mota, tenían urdida una traición solemne, según ha dicho hoy
en casa persona de crédito, y esto obligó a los nuestros a proceder con cautela en esta ocasión. Fue
el caso en esta forma: ellos tenían avisado que nuestro ejército acometiese a los franceses, y que
ellos con sus tropas estarían apartados en un bosque, y que cuando hubiesen pasado las dos acequias
que había entre nuestro ejército y el suyo y llegado a una colina, ellos se juntarían con nosotros y
darían tras los franceses. Estando en esto, tuvieron los generales aviso de Lérida de personas
confidentes que les avisaban que los catalanes que se habían retirado al bosque era con ciencia y
acuerdo de los franceses, y que la pretensión era dejar pasar de las acequias hasta 2 o 3.000 hombres
110

y empeñarlos hasta llegar a la colina, y que los del bosque de través les cogiesen por las espaldas y
los que se retiraban por la frente, y cogidos en medio acabar con ellos. Esto parece tiene
fundamento, así porque se dio parte de este aviso al consejo de Guerra, como también porque
después de haber sucedido el encuentro, viendo los catalanes del bosque que los nuestros no se
alejaban, como tenían acordado, se tornaron a juntar con la gente de Monsiur de La Mota, y muy en
sana paz se volvieron a Lérida franceses y catalanes juntos; y no volvieran con tanta hermandad, si
no hubiera sido este designio comunicado con acuerdo de los franceses, que a no serlo se les
hubiera ya traslucido y lo pagaran con las cabezas, y con riesgo de ellas no se atrevieran a volver a
Lérida. Este aviso obligó a los nuestros a no empeñarse en seguirlos, por la poca seguridad que
dejaban en las espaldas, contentándose con haberlos retirado con pérdida de algunos de los
enemigos. Esto es lo que hoy se ha dicho acerca de este punto.
También avisan de Zaragoza que S. M. por ahora no trata de su venida por algunas
conveniencias que en esto se hallan (y de esto no hay que hacer mucho caso, que si gustan se vuelva
los que están a su lado hallarán otras mayores para efectuarlo, y así, un día corre se viene presto S.
M., y otro día se dice está muy despacio), las cuales son la conservación del ejército que es
razonable, y que asistiendo allí S. M., las levas que se hicieren de nuevo se conservarán para tener
para la primavera buen grueso de ejército. Item: que este invierno podrá S. M. hacer cortes en
Aragón y Valencia, y en esta ocasión y la de las mercedes sacar algún socorro de gente y dineros,
porque desean hacer el año que viene en aquel principado un grande esfuerzo; y si esto no bastase,
que creen surtirá efecto, se habrá hecho lo posible, y no quedaremos con sentimiento de que por no
haber esforzado esta pretensión, no se concluya con ella…
… Ayer vino aviso que ya habían los nuestros tomado los puestos sobre Monzón para
cercarla, y que estaba ya bloqueada aquella plaza. Mientras que tuvieren qué comer durarán los que
están dentro, porque no está en disposición de poderse batir, y cuando la batan se ganará poca tierra,
y desmantelado el castillo no viene a ser de fruto el haberla cercado, lo cual sólo será si le toman en
el ser que hoy tiene…
… En cuanto a lo que V. R. me dice le avise si se trata de treguas en Francia y Cataluña, digo
que hasta ahora no hay nada ni se habla en esta materia, porque con Cataluña no se harán por
ningún caso…―Sebastián González.

Madrid, 10 de noviembre.
… En Cataluña se prosigue el sitio del castillo de Monzón; ganóse una eminencia a los
catalanes y franceses; de allí lo están batiendo con buenas esperanzas de ocuparlo en breve…
… S. M. por ahora se queda en Zaragoza, y se entiende pasará allí este invierno…
… Por D. Juan de Villamayor, que era maese de campo de un tercio, y estaba preso en
Barcelona, se había hecho diligencia para trocarlo con otro monsiur que nosotros teníamos preso, y
no querían darlo los franceses, si no daban además del prisionero 2.000 escudos en oro. Viendo esto
el D. Juan y que estaba en una prisión muy estrecha, se resolvió a hacer sus diligencias para
escaparse, teniendo por menor trabajo el morir de una vez que el estar padeciendo tantas muertes
con el mal tratamiento. Estaba con él un criado suyo preso, y los dos se quitaron el uno al otro las
prisiones con grande trabajo, y con mayor rompieron con grande cuidado una pared de piedra y
hicieron un agujero capaz para poder salir un hombre. Salieron de noche y dieron en un terrado; de
aquel se arrojaron a un patio y se escondieron hasta que al amanecer, abierta la puerta, tuvieron el
paso franco. Salieron a la ciudad, donde estuvieron aquel día encubiertos hasta que fue hora de
cerrar las puertas. Ya tenían compradas espadas, y con grande disimulo, con la gente que de la
ciudad salia, se salieron entre ellos. Viéndose ya fuera, no podían ir por camino derecho por no ser
sentidos y vueltos a la prision. Tomaron unos despoblados, donde encontraron algunos soldados con
quien tuvieron choques, y a punta de espada se libraron. Lo que más les aprestaba era el hambre, y
fue en tan grande extremo que el Don Juan de Villamayor se cayó desmayado, sin poder dar paso.
Acertó a pasar un labrador, y el criado le pidió por amor de Dios algún pedazo de pan. Él debía de
111

ser misericordioso; diole pan y vino y de lo que llevaba, y pagáronselo bien; y además les dio unos
panes, con que después de varias fortunas llegaron a Zaragoza amo y criado. S. M. le mandó volver
al tercio, y le dio una ayuda de costa; es buen soldado, aunque no ha sido dichoso hasta
ahora.―Sebastián González.

Madrid, 10 de noviembre.
Pax Christi, &c. Por si no ha llegado a manos de V. R. remito copia del memorial que han
dado a S. M. los moradores de los lugares de Aragón donde estuvieron soldados. Mándalo de
Zaragoza un Padre de los nuestros. Dice así:
«La villa de Casbas con los lugares de aquel contorno y del abadiado de Montearagón, que en
número son más de 40, postrados a los reales pies de V. M. y con vivo sentimiento, dicen:
Que con la ocasión de las muchas y frecuentes levas de caballería y infantería que se han
entretenido y alojado todos estos años muy de asiento en ellas, se hallan tan desentrañadas sus
poblaciones, que aunque con el afecto y natural obligación de servir a V. M., han juzgado hasta
ahora por leal disimulación el sufrir con dilatada vida tan continua experiencia; pero como este
daño va creciendo cada día, antes de llegar a su última disolución, como vasallos fieles de V. M. y
por conservarse en su real patrimonio, más que por sus intereses y conveniencias, que todas y sus
vidas las exponen al mayor servicio de V. M., ha sido y es precisa necesidad representar los trabajos
y miserias presentes a que les han traído los soldados, cuyo dolor (como aun están vertiendo sangre
las llagas) es tan grande que no deja lugar para quejarse de ellas, pues no contentos hoy con haberse
de dar de comer francamente sin debérselo a título de faltarles el socorro, abusando de la bondad de
sus huéspedes y sin lastimarlos el verlos en extrema necesidad y pobreza, se toman con violencia
cuanto topan, y en poblado y por los caminos públicamente saltean y matan a todas manos; y al que
no tiene (como si fuera delito) lo maltratan de obras y palabras, sin que haya quien se atreva a
oponérseles, porque arcabucean a los jurados y ministros que se hallan a corregirlos o prenderlos;
los frutos de los campos aun verdes y desazonados los cogen y desperdician; en las viñas ponen los
caballos, las acuchillan y talan y arrojan por el suelo las uvas, con que sus dueños han perdido y
malogrado la esperanza de sus cosechas para muchos años; los ganados no están seguros en las
incultas y fragosas montañas, porque como son muchos todo lo buscan y lo hallan, con que es
fuerza que para ellos y universalmente para todo el reino falte el sustento necesario.
Crece más esta desdicha con los alojamientos de los cabos y capitanes, haciéndose contribuir
con excesivas sumas de dinero, y porque V. M. se informe mejor de esta verdad se referirán
algunos.
La villa de Casbas ha gastado este año en tener la mesa puesta al capitán de caballos D. Juan
de Rojas 10.600 reales, y sin esto se hizo dar 50 piezas de a ocho cuando hubo de pasar muestra, y
500 bagajes que sólo para hacerles extorsiones envió a diferentes partes, dejándoles en lugar de
agradecimiento intimado de que volvería por allí con otra gente hasta asolarlos.
Don Juan de Pavasan, capitán de corazas, a la ida y vuelta de Lapiñén, y una compañía del
marqués de Mortara también se descompasaron. El comisario general Andrés de Haro que hoy está
alojado con la suya, se hace dar para su plato 36 rs. al día, y sus soldados comen y beben con el
mismo exceso, y en lo último acaba el desorden con acuchillar, herir y ultrajar a los patrones. Aquí
lo padece el real convento de religiosas de San Bernardo en cobrar las rentas y frutos de que se
sustentan.
En el lugar de Liesa el capitán los compuso en 20 reales de a ocho, y en los lugares de Aviego
y Pienzona don Pedro de Mendoza, así como llegó les sacó 30 rs. de a ocho, ofreciendo hacerse el
gasto, y luego se hizo dar de comer espléndidamente. Con D. Rodrigo Niño se concertaron en dos
de a ocho fuera de su comida, y en dos o tres noches que estuvo cobró adelantados 18. A D. Álvaro
de Quiñones le dan cada día un cántaro de vino, cuatro aves, cinco libras de carnero y el pan
necesario, y en Briege el capitán D. Juan de Rojas, demás del pan y vino, le contribuyen con 12 rs.,
y en la Bata D. Domingo de Borraps debe 131 libras que pidió prestadas para el socorro de los
112

soldados; y así en estos como en los lugares de tal y tal parte y generalmente en todos adonde están
alojados, demás de sustentarse y hacerse dar bagajes (que esto con la continuación se les ha hecho
carga ordinaria, aunque incomportable) con más libertad que pudieran sus dueños, rompen las
puertas, sacan el trigo y cebada de los graneros; vierten el vino de las bodegas; atraviesan los
montes yermos; trepan los caminos; llévanse la comida y cuanto topan de los pobres labradores que
cultivan la tierra y los dejan maniatados, con que precisamente falta la contratación de un lugar a
otro, las heredades quedan incultas, y todo por donde andan parece campo de enemigo. Llévanse
presos los que quieren de un pueblo a otro hasta desentrañarlos; y como se ven superiores en las
armas, disponen los alojamientos a su modo, alojándose 10 y 12 personas en una casa, y a veces una
compañía entera; y como por la mayor parte son cortos, en breve los asuelan y licenciosamente
pasan a otros a ejecutar sus hostilidades.
No se representan otros infinitos agravios, cohechos, opresiones, insolencias, estupros,
homicidios, porque ya con, lo referido falta el aliento para contarlos, y porque las voces con tan
multiplicadas lástimas no quieren causar aflicción al magnánimo pecho de V. M.; sólo para
consuelo suyo manifiestan el corazón y dicen: que les fuera más gustoso morir en medio de tantas
apreturas en servicio de V. M., y tuvieran por bien, ya que están empobrecidos y asolados, dejar sus
mujeres y hijos, o miserablemente a sus ojos verter la sangre en defensa de las armas de V. M.
Gloriosos han quedado los pueblos que ha ocupado el Francés con sus últimas y lamentables
ruinas, solo en acordarse sus vecinos que anduvieron tan leales sin faltar uno, queriendo antes
perder todos sus haciendas, aventurar las vidas, ver despedazados los hijos, llevar las mujeres y
sobre todo morir tristemente, que conservarse en ellas ricos y poderosos, aunque vasallos viles de
otro rey, y es gloria grande para ellos, que aun en medio de tantos accidentes no se olvidan de servir
a V. M. con soldados que asistan en las fronteras para la presente guerra.
Lo que últimamente sienten es que los soldados de V. M. que están para defenderlos, estos
mismos los destruyan, ultrajen y deshonren. Y pues V. M. es padre rey y señor, no permita que a su
vista se les hagan tantas insolencias, porque ¿a quién mejor que a V. M. podrán dirigir sus lástimas,
en cuya Católica Real Majestad se halla el poder para satisfacerles las injurias, la justicia para el
castigo de los delitos, el amparo para volver por la aflicción de estos súbditos, y la piedad y
misericordia para el remedio de todos que esperan conseguir de la Real mano de V. M., que Dios
guarde felícisimos años para bien de la cristiandad.»
Nada más tengo que avisar. Dios guarde a V. R. muchos años, como yo y los de este colegio
deseamos. De Madrid a 10 de Noviembre de 1643.―Al P. Rafael Pereyra, de la Compañía de Jesús,
en Sevilla.

Madrid, 24 de noviembre.
… De Zaragoza lo que hay es que Monsiur de La Mota dio vista a nuestro ejército, que está
sobre Monzón. Salió la mayor parte del a hacerle frente; traía La Mota 5.000 infantes y 2.500
caballos, formó su ejército con grande frente y poco fondo, porque pareciese había mas gente de la
que en realidad de verdad venia. Nuestro ejército, por el contrario, constaba de 8.000 infantes y
2.000 caballos, porque otros 2.000 infantes y 500 caballos quedaban en el sitio de Monzón en
conserva de las fortificaciones. Dispúsose al contrario de lo que el enemigo lo tenía dispuesto, la
frente no grande y el fondo mucho, con deseo de que pareciendo la gente menos les diese codicia de
acometer. Salieron seis compañías del enemigo a escaramuzar y fueron luego retiradas de los
nuestros con muerte de algunos franceses. No quiso La Mota empeñarse en acudirlas 114 con que se
diera principio con este empeño a que hubiera rompimiento general de una y otra parte. Estúvose a
vista aquel día y se retiró. Ha repartido su gente para invernar; parece no trata con esto de socorrer
la plaza, sino que la deja en manos de la fortuna.

114 Lo mismo que socorrerlas.


113

Los del castillo están bien apretados y no deben de tener municiones, porque no han tirado
estos últimos días. El otro día salieron a hacer una surtida y cogieron descuidados más de lo que
debieran un cuartel; mataron algunos; fueron luego puestos en huida con muerte de muchos, con
que la gente que hoy hay es poca, si bien la obstinación es mucha.
Dicen por cierto tienen por gobernador allí los franceses un valón 115 que se pasó de nuestro
ejército al suyo, y nos fue traidor, y éste viendo no ha de haber para él perdón llegará con su porfía
hasta lo último. S. M. lo siente, porque desea se tome sin derramamiento de sangre, y será fuerza le
haya tomándose por violencia.
También escriben este correo pasado un caso extraordinario que había sucedido en Zaragoza.
Había en aquella ciudad una señora viuda y de buen parecer, que era vizcondesa de Torreseca. A
casa de esta señora llegaron tres hombres; el uno en hábito de labrador con una cestilla y una carta;
los dos que le acompañaban se quedaron a la puerta de la casa. El labrador (si es que lo era) subió
arriba con su cestilla y carta, y preguntó por la señora vizcondesa a una dueña. Ella le dijo que qué
la quería; respondió que darle aquella cestilla y carta. Fue con esto la dueña a su señora y díjola
como estaba allí un labrador con una cestilla y una carta para su señoría. Respondió la señora:
«Decidle que os la dé.» Volvió con esto la dueña al labrador y dijo: «Mi señora dice me dé la cesta y
carta, y si pidiere respuesta aguarde y se le dará.» Dijo el labrador que traía orden de dar la cesta y
carta en propia mano a S. S., y que si no le daban licencia para darla de esta suerte se volvería con
ella. Fue segunda vez la dueña con este recado, y su ama le dijo: «Decidle que entre.» Entró y
haciendo su cortesía, le dijo: «Esta cesta y carta me dieron para S. S., y me dijeron la diese en mano
propia, y que S. S. la leyese y me diese la respuesta.» La buena señora se puso a leer la carta y el
labrador debajo del capote sacó un pistolete y le tiró a la vizcondesa y se la dejó allí sin decir Jesús,
y se tornó a salir y se juntó con sus compañeros y se escaparon, de suerte que por ningún caso se ha
sabido hasta hoy de ellos.
También avisan de Zaragoza que trataban los de Monzón de rendirse, y que pedían entre otras
condiciones que habían de salir seis enmascarados. No sé si esto es tan cierto; que si lo fuera, más
cartas hubiera que dieran noticia, y esto sólo se sabe por una de un particular…
… Ayer vino aviso de Zaragoza que habían salido cuatro soldados de los principales a tratar
de la entrega de Monzón con D. Felipe de Silva, y que entre otras condiciones pidieron les diesen
licencia para ir a tratar con Monsiur de La Mota del socorro, y que si dentro de tantos días no le
daba, se entregarían. Respondióles D. Felipe era ya tarde para pedir aquella condición y las demás
que pedían; que se habían de entregar a discreción del general lisamente, y que no daría oídos a otro
ningún partido… ―Sebastián González.

Madrid, 8 de diciembre.
Pax Christi, &c. Copia de una carta escrita de Zaragoza a uno de los nuestros, su fecha a 5 de
Diciembre de 1643.
«Este miércoles pasado se acabaron y concluyeron los pactos con los franceses, que han
estado muy rebeldes, pues levantaron bandera negra, que entre ellos es amenaza de guerra. Con esto
mandó D. Felipe de Silva atacar las minas para volar el castillo de Monzón, amenazándoles que si
dentro de 24 horas no se daban, las daría fuego. Al oír esto hicieron una grande ahumada para ver si
había alguna esperanza de socorro que respondiese a esta seña. Pasado algún tiempo, y viendo que
no le había, el gobernador que estaba en el castillo echó fuera un capitán para que tratase de
acuerdos y concertase la salida como mejor le pareciese. Concertaron que saliesen solos los
franceses, y que a los soldados rebeldes que habían entrado antes del cerco, que a estos se les haría
merced de la vida; pero a seis o siete que del mismo cerco habían entrado que los habían de entregar
a merced de D. Felipe de Silva, y que habían además de dar todos los prisioneros que tenían y los

115 Pellicer en sus Avisos, pág. 109 le llama «borgonés y vasallo de España.» Añade que en Flandes vendió una
fortaleza que tenía a su cargo, y se pasó a la obediencia de Francia.
114

vasallos de S. M. que estaban dentro del castillo. Item: que habían de entregar toda la plata y
ornamentos y cosas pertenecientes a la iglesia que habían robado y tenían dentro del castillo, y que
para que esto fuese con mas satisfacción ejecutado se enviaría un religioso a quien se le entregase
todo y reconociese como entre la ropa que llevaban no había nada comprendido en el dicho
capítulo. Señalóse el día de la salida, que fue el jueves a 3 de éste por la mañana; que habían de ir
convoyados hasta Lérida; que se les habían de dar bastimentos para dos días, y que en ellos solo
habían de hacer una noche fuera de su distrito; que se les habían de dar doce carros para llevar su
bagaje y enfermos.
Salieron, pues, jueves con arcabuces al hombro, banderas tendidas y sus cajas, balas en boca,
frascos con pólvora y mechas encendidas, puestos en orden. Empezaron su marcha para Lérida, y a
poco espacio de camino tropezó una cabalgadura y dio en tierra con un costal que con el golpe
reventó, saltando por tierra cálices, candeleros, blandoncillos de plata, vinajeras y una custodia, &c.
Finalmente iba todo el costal lleno de plata de las iglesias robadas. Dieron noticia a D. Juan de
Garay que iba cerca, y viendo habían faltado al pacto y a lo comprometido de que no llevarían cosa
alguna de las iglesias, prendió al gobernador, y lo tienen muy apretado. Con esto van acuartelando
la caballería por las fronteras y bailías, comunidad de Calatayud.
S. M. se parte para esa córte el miércoles que viene, dejando aquí los Consejos. Hase
despedido del Reino, y háles dado palabra que para el día de Ceniza volverá a Aragón. Va contento
por haber ganado esta plaza de Monzón, que quedará con buena guarnición. Dícese que quedará por
virrey Picolomini y con el gobierno de las armas, y dicen ha ofrecido dar ganada a Cataluña dentro
de un año, dándole S. M. ejército competente y armada por el mar para impedir el socorro que de
Francia les pueda venir, y habiendo cuidado de dar provisión de víveres y pagas con puntualidad.
Que el modo de guerra que ha de hacer no ha de ser sitiando castillos, sino salir a campaña rasa y
chocar, ofreciéndose ocasión con el enemigo, y si no la diere irle siguiendo y repelando la gente;
que a pocos lances los destruirá, con que los catalanes podrán más a su salvo declararse, o los
obligarán a rendirse, estando sin socorro de Francia.»
Esto la carta que, aunque en la sustancia dice lo que hay, el modo y disposición es como de
aragonés, que algunos son poco aseados en el decir…―Sebastián González.

Madrid, 15 de diciembre.
… Avisé el correo pasado la toma de Monzón. Esto ha habido: que habiendo consultado a S.
M. cómo algunos de los franceses no habían cumplido con lo capitulado, y estaban por eso
detenidos, por llevar contra lo dispuesto algunas cosas de las iglesias que habían robado, S. M.
mandó los enviasen, y que D. Felipe de Silva avisase a Monsiur de La Mota castigase a los que
habían faltado a lo capitulado como merecía el delito, y hiciese restituir lo que faltaba de las
iglesias.
También faltaron en que habiendo de dejar la plaza con la artillería en la misma forma que
estaba, enterraron dos piezas, y no serían las peores. Súpose por un prisionero y sacáronse de donde
estaban.
Después de la toma de Monzón llegó aviso como don Diego Caballero, castellano de Rosas,
había tomado a Cadaqués con esta ocasión. Como Monsiur de La Mota tenía poca gente, sacó para
reforzar su ejército de los presidios la que le pareció le hacía más al caso. Tuvo aviso de esto
Caballero, y ofreciéronle los catalanes darle una puerta. Avisó con grande secreto al conde de
Linares se pusiese con las galeras de Sicilia a vista de Cadaqués a tal hora; ejecutólo puntualmente,
y a la misma D. Diego Caballero acometió el pueblo por la puerta que se le había dado con parte de
la gente de Rosas. Resistieron por más de tres horas los franceses, y los nuestros los apretaron de
suerte que pocos de los enemigos quedaron con vida, y después de haber peleado pasadas de tres
horas con grande porfía, los pocos que quedaron rindieron el castillo. Receloso debía de andar de
este suceso Monsiur de La Mota, que por mar había enviado algunos barcones con gente; mas
115

cuando llegaron ya la plaza estaba tomada, y la mar tenía con las galeras defensa, con que
últimamente se hubieron de volver a La Mota sin haber hecho nada.
S. M. partió de Zaragoza el martes pasado; viene a la ligera con intento de volverse con
brevedad. Así lo ofreció a los diputados de Aragón que se fueron a despedir de S. M. Quedan allí
todos los Consejos: el de Aragón, el de Guerra y Estado. Queda por gobernador el marqués de
Torrecusa con título de virrey, y le asisten para el despacho el conde de Monterrey y el conde de
Chinchón. El de Oñate se viene a convalecer, que ha estado muy malo. Hánle, dado voto en las
cosas tocantes a la Guerra a don Fernando Ruiz de Contreras que hacía oficio de secretario de
Guerra, y los papeles de la secretaria de Guerra los han dado al secretario Lecama.
S. M. ha sido muy aplaudido por todos los lugares que ha pasado, en los cuales se le ha hecho
diverso agasajo del que le hicieron el año pasado, con no ser mucho el que se le ha hecho éste. En
fin se ha obrado algo, y fuera más si la disposición se hubiera tomado con más tiempo; creo este año
se acudirá con más sazón…―Sebastián González.

Madrid, 22 de diciembre.
… Monsiur de La Mota está muy espinado con los catalanes, porque los tiene por
sospechosos y poco seguros, y ellos no están muy contentos con el trato de los franceses. Dícese
intentaba recuperar a Cadaqués, y que andaba juntando tropas de gente para este efecto. Al conde de
Linares, general de las galeras de Sicilia, le han mandado asista con ellas en Cadaqués para lo que
se ofreciere…―Sebastián González.
116

1644

Madrid, 9 de enero
… El Rey, dicen, partirá a últimos de Febrero a Zaragoza…
… En Palamós quisieron entrar franceses para señorear el puerto; los catalanes no lo
consintieron y los rebatieron con muerte de más de 60 franceses. En Granollers trataron de alojarse,
y no sólo no lo consiguieron, pero perdieron hasta 100...―Miguel González.―Al P. Francisco
Justiniano, de la Compañía de Jesús, en Sevilla.

Madrid, 23 de enero.
… D. Pedro de Aragón está ya en Zaragoza; no dejaron entrar en Barcelona al que fue a pagar
el rescate; faltaron 4.000 ducados para su cumplimiento por la variedad de valuación de joyas;
prestólos una señora catalana con secreto…―Miguel González.

Madrid, 26 de enero.
… S. M. ha hecho tres maeses de Campo catalanes para que levanten gente catalana en
Valencia, Aragón y parte de Cataluña, de que están muy contentos los catalanes obedientes…
―Sebastián González.

Madrid, 2 de febrero.
… De Barcelona ha venido a Zaragoza un canciller, a tratar con S. M. negocios del
Principado: buenas esperanzas hay de composición.
Algunos señores catalanes se han ido a sus tierras, y defendido en ellas contra la gente de
Monsiur de La Mota; cierto es la gente noble ha estado y está en Cataluña, la más por S. M…
―Sebastián González.

Madrid, 19 de febrero
… S. M. se había de partir para Aragón, a 23 sábado; ya se difiere su salida hasta 27 de éste…
… De Cataluña escribe un maese de Campo que aquello está en mejor estado que estaba
antes, y que espera en Dios que este año se ha de acomodar, lo del Principado. ¡Quiera Dios sea esto
así! que hasta ahora no hay noticia ninguna de novedad que pueda prometernos esta
dicha...―Sebastián González.

Madrid, 1 de marzo.
… Monsiur de La Mota se ha ido a Francia llamado de la Reina, y han enviado otro sucesor a
Cataluña para el gobierno de las armas. No se ha dicho hasta ahora el que es; dejó, como tengo
avisado, fortificado a Balaguer, a Flix y a Lérida.
S. M. dicen da grande priesa para que la gente se junte y se conduzcan bastimentos en
abundancia para salir muy con tiempo en campaña…―Sebastián González.
117

Madrid, 13 de marzo.
… También avisan como D. Andrés Cantelmo, napolitano, viene a ser maese de Campo
general a Cataluña. Ya avisé como venía para general de la caballería D. Juan de Vivero, de
Cataluña…―Sebastián González.

Madrid, 22 de marzo.
...En Cataluña tiene hoy poca fuerza el Francés, y si no le viene más, habrá ocasión de
apretarle. Redúcese a tres plazas toda ella; en Flix tiene 800 hombres; en Balaguer 1.000; en Lérida
1.500; esta es toda su gente hasta ahora.
S. M. da gran priesa para que se salga a campaña. Hoy efectivos tiene 7.000 infantes y más de
2.000 caballos, y con la gente que se espera de los lugares pasará de 10.000 infantes y 3.500
caballos...―Sebastián González.

Madrid, 5 de abril.
… S. M. tiene hoy en el ejército para esta campaña, sin la gente que irá de nuevo, 10.000
infantes y 4.000 caballos. La plaza de armas se ha puesto en Sástago; ha salido ya la artillería de
Fraga y saldrá luego la gente, porque S. M. insta vivamente en la salida, y se entiende se acercará al
ejército para dar calor y que se obre con toda diligencia y cuidado.
Los franceses hoy no tienen mas gente de la que en otra tengo avisado, reducida a tres
puestos; voz corre que envían de Francia un socorro muy considerable, mas hasta ahora no hay
nada…―Sebastián González.

Madrid, 10 de abril.
… S. M. salió de Zaragoza el viernes, y fue por sus jornadas hasta donde el ejército estaba
esperando. Hoy consta éste de 9.000 infantes efectivos y 4.000 caballos. Espérase más infantería y
caballería. Los más son soldados viejos, y muchos de ellos han sido capitanes y alféreces, y tenido
otros oficios. S. M., estando a vista del ejército, tomó un caballo y acercándose a él, paseó toda la
frente, que ocupaba casi media legua. Las naciones todas a su usanza le batieron las banderas al
pasar. Eran 14 tercios lucidísimos; hicieron primero salvas de tres tiros de artillería con bala; luego
toda la infantería por tres veces y siempre con bala. El traje de S. M. fue vestido de soldado,
encarnado bordado de oro, jubón y calzón, coleto de ante liso; la banda carmesí bordada, sombrero
blanco y plumas carmesís, bastoncillo corto de palo liso. Estuvo once horas a caballo, cuando se
esguazó el Cinca, que con su asistencia pudo dar calor al edificio del puente, de suerte que en un día
se hizo lo que en diez se había de hacer.
A la noche visitó de embozo todos los cuarteles, en donde ardían más de 2.000 hogueras, que
eran las que servían a los soldados de cocina. Reconocido a la luz del fuego se levantó grande
vocería en toda la gente victoreando a S. M.; unos daban saltos de contento; otros arrojaban en alto
los sombreros, y otros hacían otras mil demostraciones de gusto y contento. Hizo S. M. tres
mercedes a los soldados: Primera, un escudo de ventaja a todos sobre su sueldo ordinario. Segunda,
que ningún soldado pagase media anata de ningún oficio de milicia. Tercera, que los puestos se
fuesen optando por sus grados, sin que se ingiriesen para ellos favores, v. g.: faltando el capitán,
entre a serlo el alférez, y al alférez suceda el sargento, y al sargento el cabo de escuadra más
antiguo, y a éste el soldado más antiguo de la compañía, con lo cual los soldados, además de estar
grandemente contentos, están sobremanera alentados.
Hay provisiones para cuatro meses abundantísimamente, y sobran 600.000 raciones. El
Almirante envió para Tarragona 30.000 fanegas de trigo y 6.000 quintales de bizcocho. De balas,
pólvora y cuerda dicen es la provisión copiosísima.
118

No se ha sabido hasta ahora la facción que tienen resuelto de hacer; y cuanto más secreta
estuviere es mejor.
Dícese que Monsiur de La Mota se había metido en Lérida para defender aquella plaza; no se
sabe de cierto, mas sí lo es que ha vuelto a Cataluña de Francia, que en Lérida había 1.000 franceses
de guarnición, y que en todo el Principado no había mas de 4.000 franceses y 1.500
caballos...―Sebastián González.

Madrid, 16 de abril.
… De Cataluña lo que hay es que a D. Juan de Vivero le han dado la posesión de general de la
caballería. Don Andrés Cantelmo se entiende hará el oficio de general, por estar con su gota D.
Felipe de Silva. Dícese que después que ha visto está allí D. Andrés Cantelmo se ha animado y sale,
aunque enfermo, a visitar la gente y requerir los cuarteles: tanto puede el haber sucesor cerca, que
obliga a sacar fuerzas de flaqueza. Cantelmo es de los mejores soldados que hoy tiene el Rey, y para
enviarle de Flandes fue necesario escribiese S. M. por cuatro veces, porque tres fueron las réplicas
para no enviarle por la falta que allí hacia.
Tiene hoy S. M. 13.000 infantes y casi 4.000 caballos: esto efectivo. Hay grande cantidad de
víveres y municiones. ¡Quiera Dios sea para que con esto se haga algo de provecho! Artillería se ha
fundido de nuevo y se funde. La gente del Francés dicen es mucho menos, y que solo tratará de
conservar lo que tiene.
Dícese ha ido por gobernador de Barcelona el hijo del príncipe de Condé.
Ha mandado S. M. vaya a Zaragoza todo el Consejo de Aragón, y así el sábado pasado se
cerró y partirán allá todos los del Consejo. Discúrrese de esto variamente, porque allí no son jueces
dentro del reino. Los que están aquí en Madrid dicen que es para tratar de acomodar las diferencias
de Cataluña, y que sólo atiendan a eso, y esto también tiene sus dificultades; no hay sino remitirlo al
tiempo.
De aquí se han remitido 6.000 vestidos, los mas para Cataluña y parte para Badajoz, para
vestir los soldados necesitados.
De Zaragoza me escriben que es grande la cantidad de trigo y ganado que va entrando en
aquel reino para el sustento de los soldados, y sólo de cuerda entraron el otro día 100 cargas y
grande cantidad de balas, mosquetes, &c...―Sebastián González.

Madrid, 3 de mayo.
… S. M. salió a 29 de Zaragoza para ir al ejército a Berbegal, dos jornadas de Zaragoza, y de
ordinario estará en Balbastro, por tener más comodidad de alojamientos para los cortesanos.
En Barcelona se han divulgado en lengua catalana y en todo el Principado varios papeles
exhortándolos a la reducción a su rey, y proponiéndoles las calamidades que de presente padecen,
con que los ánimos parecen estar bien dispuestos.
En Lérida los franceses quisieron apoderarse de las fortificaciones y los de la ciudad lo
resistieron. Avisaron a Monsiur de La Mota, que dicen ha vuelto de Francia, y éste envió a un
catalán llamado Margarit con 600 franceses; no le quisieron admitir en las fortificaciones ni castillo
los de Lérida, como lo deseaba Margarit, que es persona principal y cuñado del que ahorcó el de los
Vélez, el cual era barón, y el sentimiento de este agravio le ha hecho ser grandemente parcial con
Francia, y enemigo grande nuestro; volvióse a Barcelona sin hacer lo que deseaba.
En casa de Monsiur de La Mota echaron más de 100 papeles de los arriba dichos; mandó
pregonar daría grande premio a quien descubriese al autor o al que los había hecho. Hasta ahora no
ha habido noticia de quién los echase. El autor es castellano, aunque iban escritos en catalán.
S. M. dicen ha hecho varias mercedes a algunos de los catalanes que están en nuestro ejército
sirviendo como buenos vasallos.
119

El secretario Rozas escribió una carta a D. Juan de Garay, diciéndole como catalanes y
aragoneses estaban disgustados con el marqués de Mortara, que hace oficio de maese de Campo
general; que viese si se hallaba en disposición de poder servir, y si gustaba le escribiese D. Luis de
Haro que lo haría, y que esto fuese con toda brevedad. No se sabe la resolución que tomará, que la
pasada fue muy poco ajustada a sus obligaciones y al tiempo…―Sebastián González.

Madrid, 17 de mayo.
Pax Christi, &c. Padre mío: dos cartas han venido estos días de Berbegal, lugar próximo a
Zaragoza, donde se halla el Rey nuestro señor. La primera de ellas, fecha a 9 del corriente, dice así:
«Después que S. M. dejó el ejército de la otra parte del Cinca, y para no perdonar diligencia
estuvo un día en Barbastro, dando calor a lo que quedaba atrás del tren y proveduría, se vino a
Berbegal, viernes a seis de este, donde llegó el duque de Alburquerque y juró aqueIla noche de
gentil-hombre de la Cámara con antigüedad al de Tarazona que había jurado a 5, dejando esta
calidad al duque y al conde de Luna que le ha de seguir.
El ejército no pudo arrancar de la ribera hasta el 7 y por sus marchas llegó ayer a pasar el río
Noguera por Alferraz, sin haber habido oposición, y hoy estará en la ribera del Segre. Hanse visto
algunas tropas de caballería de la otra parte y se presume querrán embarazar que no se eche el
puente; pero si no hay infantería, no parece podrán hacer oposición considerable.
Ayer vino aviso de Rosas como a la vista habían pasado doce bajeles de Francia, y añade el
patrón de la barca que le trujo, que vio que echaban alguna gente en Palamós. Éste pudo ser antojo,
pero de cualquiera manera se está con cuidado sin saber el intento, si acometerán a Rosas o si traen
gente y bastimentos para engrosar y hacer oposición a nuestro ejército.
Aquí me parece estamos despacio, porque S. M. está en este empeño, y aunque el lugar es
desacomodado, no me parece hará mudanza, sin algún buen suceso y gran causa. Al principio
enviaron los aposentadores a reconocer a Sariñena y Alcañices; pero todo a fin de desmentir las
espías. Es naturalmente fresca y de noche demasiado. Hay 200 caballos de guarda en el Esguazo y
150 desmontados que guardan las puertas mientras para ellos vienen caballos y se da otra forma. No
vemos venir a nadie de Madrid; háblase mal de los cortesanos. De Zaragoza han venido hasta una
docena de caballeros que están alojados en los lugares del contorno.»
Hasta aquí la carta de Berbegal.

Copia de otra carta escrita en el mismo Berbegal a 12 de mayo de 1644.


«Hoy jueves es el primer día que escribo a V. P. conforme a lo acordado, y he de cumplir
honradamente con lo que debo a V. P. El ejército llegó a Castellón de Farfalla, una legua de
Balaguer, que estaba fortificado y había dentro 500 caballos del enemigo. Tuviéronse por mal
seguros y enviaron a decir de parte del lugar a D. Felipe de Silva, que les enviase un trompeta.
Respondió que el ejército de S. M. no tenía necesidad de hacer esa diligencia con sus vasallos.
Salieron los franceses por una parte, y los jurados a dar la obediencia por otra. Recibiólos
benignamente el general; entró en el lugar, publicó el perdón general que va con ésta, y
asegurólos116. Puso 50 mosqueteros de guarnición, y pasó la vuelta de Balaguer. El enemigo viendo
que hacían puente allí sacó la guarnición de Lérida para socorrerla, y hallóse burlado, porque
gozando de la ocasión vino el ejército cayendo sobre Lérida.
No hay otra cosa de nuevo: el lunes vamos a Cariñena, por estar más cómodo respecto de la
puente de Fraga para las asistencias de Lérida, desde donde daré aviso a V. P. de lo que hubiere y
fuere sucediendo.»

116 Entiéndase: les dio seguro.


120

Copia del perdón general que se ha publicado en Cataluña


en varios pueblos y ciudades por orden de S. M.
«Don Felipe, por la gracia de Dios, rey de Castilla, de Aragón, &c., por cuanto deseamos ver
reducidos los vasallos de los nuestros principados de Cataluña y condados de Rosellón y Cerdaña a
nuestra obediencia, y a su entera quietud, y que queden libres de la opresión que hoy padecen de las
armas francesas, viviendo en paz y apartándose del error y confusión que hoy la turba; para cuyo fin
sólo habemos formado los ejércitos que han entrado en aquella provincia: y es nuestra voluntad y
real intención usar con ellos de medios de clemencia y benignidad, para obligarles más a que sigan
sus propias conveniencias y reconozcan los yerros en que han caído, y las utilidades grandes que se
les siguen de reducirse a su obligación y a mi obediencia, viviendo en el pacífico gobierno que
solían tener, como conviene al servicio de Dios y bien común de todos, y a esta consideración
habemos declarado por diferentes despachos nuestros el ánimo y resolución con que estamos de
perdonarlos y recibirlos en nuestra gracia, siempre que como buenos y fieles vasallos se hicieren
dignos de ella.
Por tanto, por tenor de las presentes, de nuestra cierta ciencia y real autoridad,
deliberadamente y consulta, usando de nuestra suprema y absoluta potestad, como verdadero y
soberano señor de los dichos principados de Cataluña y condados de Rosellón y Cerdaña,
ofrecemos perdón general a todos los vasallos y naturales de ellos, de cualquiera estado, grado,
condición, edad y calidad que sean, y les aseguramos debajo de nuestra fe y real palabra, que
reducidos a nuestra obediencia, como lo estaban antes, los tendremos por perdonados de todos y
cualesquiera cargos, delitos y penas en que hubieren incurrido por su inobediencia y sedición; y
desde ahora para entonces los admitimos a nuestra gracia y ponemos debajo de nuestro amparo y
salvaguarda real, y prometemos olvidar todo lo pasado y tratarlos como buenos y leales vasallos,
manteniéndolos en sus haciendas, privilegios, usajes, fueros, pragmáticas, capítulos de Cortes, leyes
y constituciones de los dichos nuestros principados y condados; y para mayor seguridad, si
necesario fuese, desde luego se los aprobamos y confirmamos, y los conservaremos en paz y
quietud con todo nuestro poder, y atenderemos a su protección y defensa en todo tiempo.
Y mandamos al respetable D. Felipe de Silva, nuestro lugar-teniente y capitán general en los
dichos nuestros principados de Cataluña, condado de Rosellón y Cerdaña, y a otros cualesquiera
capitanes generales, cabos y oficiales de nuestros ejércitos y del que ahora entra en aquel
Principado, que tengan entendido nuestro real ánimo y absoluta determinación en todo lo referido y
que a los lugares que se fueren reduciendo a nuestra obediencia voluntariamente no se les haga
daño, molestia, ni mal tratamiento en personas ni haciendas, en general ni en particular; antes es
nuestra voluntad y mandamos que pongan particular cuidado en la observancia de esta orden, y
castiguen con severa demostración al que no la guardare, y que así lo observen y guarden
inviolablemente, y lo hagan observar y guardar sin contradicción alguna, si nuestra gracia tienen
cara, y en nuestra ira, en nuestra indignación y en las penas a nuestro arbitrio reservadas, desean no
incurrir. Declarando, empero, como declaramos que en este nuestro perdón general no es nuestra
voluntad ni queremos que hayan de ser comprendidos ni se comprendan: D. José Margarit, el Dr.
Fontanella, José Rocabruna y Francisco Bergas, ni los que hubieren puesto mano en el conde de
Santa Coloma.
Y asimismo queremos y mandamos en virtud de las presentes so las mismas penas arriba
referidas, a todas y cualesquiera personas, así eclesiásticas como seglares en dichos nuestro
principado de Cataluña y condados de Rosellón y Cerdaña y fuera de ellos constituidos, que en ellos
tuvieren vasallaje, jurisdicción civil o criminal, mero o mixto imperio, que no molesten ni molestar
permitan a ninguno de sus vasallos, directa ni indirectamente, por haberse salido de su obediencia y
de la nuestra; y en caso de contravención (lo que no creemos) mandaremos se proceda contra las
tales personas a la secuestración de sus bienes según permitiere el derecho y la justicia; y
notificamos y publicamos a todas y cualesquiera personas de dichos nuestros principado y
condados, que así como los perdonamos y perdonaremos de buen corazón como padre y señor
121

natural, y que los ampararemos y defenderemos, y mandamos no sean molestados, como en este
nuestro perdón se contiene, así en caso que no quieran gozar de nuestra benignidad y paternal amor,
perseverando en su inobediencia, les notificamos y publicamos, que mandaremos se proceda contra
todos con toda hostilidad, según permiten las leyes de la guerra, hasta reducirlos en nuestra
obediencia, por ser su señor natural y príncipe soberano con título de sucesión antigua como todo el
mundo sabe; protestando delante de Dios, nuestro Señor, que todos los daños, muertes y escándalos
que sucedieren, cargarán sobre sus conciencias, atento a que no les hemos dado ni ellos han tenido
ocasión para salirse de nuestra obediencia, por lo menos que a nuestra noticia haya llegado: en
testimonio de lo cual mandamos despachar las presentes con nuestro sello real común en el dorso
selladas. Data en la nuestra ciudad de Zaragoza a 25 días del mes de abril del año del nacimiento de
Nuestro Señor Jesucristo de 1644.―Yo el Rey.
Vid. Vico Regens.
Vid. Magárola Reg.
Vid. Valonga Reg.
Vid. Pons e Turrell Reg.
Vid. Vaietola Regens.
Vid. Ortiz Reg.
Vid. D. Cristóbal Crespo Reg.
Vid. Lanuza pro Cons. Gere.
Dominus Rex mandavit mihi Michaeli Baptista Lanuza, &c. Visa per Vico, Vayetola,
Magarola, Ortiz, Valonga, Crespo et Pons Regentes, Cancellariam et me pro conservatore
generale.
Concuerda con el original.―Miguel Bautista Lanuza.»

Ayer vino aviso como estaban ya tomados los puestos sobre Lérida y que de Fraga avisaban se
había oído grande ruido de la artillería.
También corrió ayer que los franceses habían salido de Lérida para Balaguer, con otros que se
les habían juntado habían intentado volver a Lérida, y que habían nuestras tropas cogídolos en
medio y degollado y preso a los más; esto no es cierto, antes se tiene por falso…—Sebastián
González.

Madrid, 24 de mayo.
Pax Christi, &c. Padre mío: muy buenas nuevas hay de nuestro ejército de Cataluña; ahí envío
la relación de la victoria que los nuestros han tenido del ejército del francés y catalán. Todas las
cartas concuerdan casi con ella en la sustancia; algunos otros accidentes que en ella no se tocan
avisaré.
Lo primero, que murió el teniente de maese de Campo general de nuestra caballería;
llamábase Matamoros, y era valiente soldado. Item: murió un hijo de D. Nicolás Cid, capitán de
caballos y único de su padre. Item: murió un caballero catalán que servía a S. M., capitán de
caballos, uno y otro sin heridas, por faltarles la respiración al subir de la colina. Item: murió un hijo
de D. Francés de Beaumont, capitán de caballos.
S. M. (Dios le guarde) se ha resuelto de ir a Fraga, aunque es el hospital de los soldados, y
proponiéndole por inconveniente esto de ser la enfermería del ejército, respondió: no importaba,
que con su presencia estarían mejor asistidos los enfermos. Adiós, mi padre, que guarde a V. R. De
Madrid y Mayo 24 de 1644.―Sebastián González.―Al P. Rafael Pereyra, de la Compañía de Jesús,
en Sevilla.

Madrid, 28 de mayo.
Pax Christi, &c. Uno de los nuestros recibió ayer la inclusa de Sariñena:
122

«Ayer primer día de Pascua de Espíritu Santo, en que también cayó la festividad de San Isidro
de Madrid, fue Dios Nuestro Señor servido de dar a mis armas junto a Lérida una señalada victoria
contra las de Francia y los sediciosos de Cataluña, en que quedaron muertos y prisioneros 7.000
hombres del enemigo, y le tomaron 14 piezas de artillería y el bagaje; y aunque hubo algunos
muertos y heridos de mi ejército, el número fue de pocos, y en todo se ha visto que obró en este
suceso la mano de Dios, así en haber salido temprano mis armas marchando con celeridad, y
llegado con prevención a las del enemigo, como en el valor grande que mostraron los cabos y
soldados del ejército, ganándose la victoria con la mitad de gente menos que la del enemigo,
Hállome contento con esta nueva, y reconocido a Dios que ha querido darnos este día de tan gran
reputación de mis armas, en tiempo tan oportuno que hace consecuencia para que esperemos de su
Providencia victoriosos progresos en aliento de mis armas en todas partes y en beneficio común de
la cristiandad, disponiendo la paz de mis vasallos y la reducción de los que se han apartado de mi
obediencia, que deseo tanto.
Hame parecido daros noticia de tan buen suceso para que todos mis Consejos y tribunales,
que le habrán deseado con tanto amor por el que a mí me tienen, me ayuden a reconocerle a Dios
con hacimiento de gracias cada uno de por sí, con limosnas, oraciones y sacrificios, y
particularmente procurando merecer con esto y en el cumplimiento de las obligaciones de su
ministerio, recta administración de justicia y enmiendas de pecados públicos, que Dios nos mire y
favorezca misericordiosamente, y. se agrade de nuestras obras, y dé a mis armas los progresos y
felicidad que espero de su mano para mayor servicio suyo y bien de la cristiandad. En Sariñena 16
de Mayo de 1644.»

Madrid, 10 de junio.
Pax Christi, &c. Uno de los PP. de este Colegio logró ayer copia de las cartas que D. Felipe de
Silva escribió a S. M. desde el campo de Salsas. Diómela y trasladéla para que V. R. no esté
privado, yo pudiendo, de los papeles que se imprimen o circulan entre cortesanos. Dice así:
«Señor: Después de haber dado cuenta a V. M. de lo sucedido esta mañana con la caballería
del enemigo que traía la harina, se descubrió una emboscada de 150 caballos, que estaba a la otra
parte del río, entre Villanueva y Alba Sarre. Esta caballería había venido para tocar arma por aquel
lado y divertirnos, para que con seguridad entrasen en Lérida los caballos que llevaban la harina.
Quisieron, para hacer esta diversión, atacar un cuerpo de guardia nuestro, que suele estar fuera de
las fortificaciones, el cual, como nuestra caballería había marchado a esa parte, no estaba, y como
no lo hallaron, no se atrevieron a empeñarse más y se emboscaron en el paraje que refiero a V. M., y
saliendo nuestros forrajeadores de aquellos cuarteles, fueron de esta caballería presos los más.
Viniendo pues el aviso, y hallándose a caballo una compañía de caballos que iba a reconocer a
Torres de Segre para ocupar el castillo, fue luego en busca del enemigo, y encontrándole con la
presa empezaron a escaramuzar, y el enemigo se fue deteniendo, con que llegó el comisario general
Blas Genini con 200 caballos, y el enemigo, dejando la presa, tomó la carga, y habiéndose desviado
gran trecho, volvió cara. Compuestos los batallones y embistiendo los nuestros, huyeron los
enemigos en desorden, y fueron cargados tres leguas, matando los nuestros y hiriendo a muchos de
ellos y haciendo 21 prisioneros, y entre ellos un alférez, que examinándole, dice que habrá cinco
días llegó nueva a su ejército, la cual está hoy secreta, y es que yendo de Tiunvila (Thionville) el
mariscal de Turena (Turenne) con 12.000 infantes y .6.000 caballos a sitiar a Tréveris, se encontró
con Joan de Wert, que dicen traía menor grueso y se dieron la batalla en que Turena quedó
deshecho, quedando 8.000 muertos de su ejército.
En la plaza esta noche se ha quemado el rastrillo que tenía el enemigo en la puente, y los
nuestros están alojados pegado a él, y se mina el segundo pilar de la puente, y en todo se va obrando
con el cuidado y diligencia que conviene al real servicio de V. M., cuyas reales manos y pies beso.
Del Campo de Salsas a 2 de Junio de 1644.―D. Felipe de Silva.»
Otra del mismo, escrita el mismo día.
123

«Señor: después de haber dado cuenta a V. M. de lo que ha dicho el alférez de a caballo


francés que se prendió hoy, volviéndole a examinar, dice además que no hay duda que estaba
destinado y formado ejército contra Fuenterrabía para hacer entrada por aquella parte, y que por
haberse solevado117 una provincia en Francia, han ido estas tropas a quietar aquello que eran en
número de 7.000 infantes y 1.500 caballos, y que ahora con la rota que ha recibido La Mota (La
Motte), insta mucho a su rey para que este cuerpo venga a hacerse con él, y que se juzga no dejarán
de enviar este grueso a esta parte; de lo cual me ha parecido dar cuenta a V. M., cuya católica y real
persona guarde Dios, como la cristiandad ha menester. Del campo de Salsas a 2 de Junio de
1644.―Felipe de Silva,
Lo que en su primera carta dice D. Felipe de Silva de la caballería del enemigo fue que venían
1.500 caballos con otras tantas fanegas de harina a la grupa para socorrer la plaza, y dio con ellos
nuestra caballería y rompiólos matando a muchos y haciendo 80 prisioneros y obligándolos a dejar
la harina por poder huir.
El día antes, a otra tropa que venia del mismo modo los desbarató, y aprisionó a 30.
Hoy tuvo la Reina nuestra señora correo en confirmación de lo que el alférez prisionero había
declarado de la rota que tuvo en Flandes el Francés. Dios nos dé buen suceso en todo. Amén.
No hay, padre mío, por ahora otra cosa de que avisar a V. R., y por lo tanto no haré más que
encomendarme a sus santos sacrificios, y rogar a Dios le dé salud, y le conserve por muchos años.
Madrid y Junio 14 de 1644.―Al P. Rafael Pereyra, de la Compañía de Jesús, en Sevilla.

Madrid, 26 de junio.
Pax Christi, &c. Un padre de los nuestros ha recibido de Valencia una carta de D. Luis Ponce
de León, el hermano del duque de Arcos, en que le cuenta el suceso de Valencia, y cómo la escuadra
francesa intentó hacer daño en tierra, aunque no lo consiguió. Dice así:
«De buena nos escapamos el miércoles pasado, que hubo sobre esta plaza por tres horas la
mayor lluvia de cañonazos que puede ser de toda la armada francesa. Yo estaba a caballo con la
espada en la mano, casi mientras duró, y fue Dios servido no me acertase bala ninguna, y que con
todo el ruido los muertos y heridos no llegasen a seis. El enemigo no pudo llevarse los cuatro navíos
que había aquí, que los dos eran de trigo, mas echóles navíos de fuego y quemólos. Por la mañana
vinieron 14 galeras nuestras, y aunque les ofrecimos embarcarnos todos, el duque de Tursis no
quiso pelear con los navíos franceses que estaban a la vista, porque llevaba dos galeras con dos
millones de plata, y en una de ellas a la marquesa de los Vélez y sus hijos; con tanto unos y otros se
fueron. Valencia y junio 14 de 1644.―D. Luis Ponce.»
Dios guarde a V. R. muchos años, Madrid y junio 26 de 1644.―Sebastián González.―Al P.
Rafael Pereyra, de la Compañía de Jesús, en Sevilla.

Madrid, 2 de agosto.
Pax Christi, &c. Padre mío, el correo pasado no escribí a V. R. por estar indispuesto, y aun
ahora también lo estoy y por esto va ésta de mano ajena.
Lo que hay de nuevo es que monsiur de La Mota dio vista a nuestras fortificaciones con 5.000
infantes y 2.500 caballos, y le pareció que estaban inaccesibles y que era perderse el acometerlas.
Retiróse y dio aviso a los diputados conselleres para que se enterasen cómo había procedido como
buen capitán. Estos vinieron y tornóse a acercar Mota a las fortificaciones con ellos, y con unas
tropas de caballos que serían hasta 600, dieron de lejos vuelta a las fortificaciones y se volvieron a
retirar, con lo cual desahuciados los de Lérida del socorro que esperaban, hicieron llamada diciendo
querían capitular. Enviáronles al marqués de Mortara para este efecto, y pedían tantas demasías que
Mortara se enfadó y se salió de la plaza sin concluir nada. Pasados tres o cuatro días hicieron en

117 Lo mismo que sublevado o rebelado.


124

diversas ocasiones tres llamadas, a las cuales D. Felipe de Silva no se dio por entendido, ni quiso
que les respondiesen. Viéronse obligados a enviar a llamar al mismo D. Felipe de Silva a pedirle se
sirviese de tratar las diferencias. Envió comisarios para que parlamentasen. Ajustáronse las
condiciones de la salida, la cual había de ser domingo, día de San Ignacio, y enviáronselas a S. M.
Antes de firmar S. M. ha reparado de que en ellas se trata de los catalanes, como si fueran vasallos
del rey de Francia, y no le parece conveniente pasar por eso. Ha enviado para allanar esta dificultad
al conde de Peñaranda; para mañana se aguarda el aviso de lo que habrá sucedido. Esto es en cuanto
a Lérida. De Badajoz no he sabido nada particular.
Con el correo de ayer vino jubilación para el Dr. Juan de Pareja, maestro que fue de V. R. en
Salamanca, y hoy oidor del consejo de Hacienda por estar muy viejo, no obstante que tiene buena
salud. También han jubilado por viejo a Juan de Mena, oidor de Indias y al Dr. D. Juan de
Solorzano, del mismo Consejo, por estar sordo.
No sé que haya otra cosa de que avisar a V. R. Nuestro Señor guarde a V. R. Madrid y Agosto
2 de 1644.―Sebastián González.―Al P. Rafael Pereyra, de la Compañía de Jesús, en Sevilla.

Madrid, 10 de septiembre.
… Ayer vino aviso habían llegado a Denia 11 galeras de Italia con 2.000 hombres; las seis son
de Nápoles; cuatro de Sicilia, y una de Génova. Los navíos que vienen, que dicen son 14 o 16, y que
traen 600 a 800 caballos, están en Mahón; si llegasen, vendría el socorro a bonísima sazón.
Las galeras de Italia partieron luego a los Alfaques a juntarse con las del duque de Tursis, que
son 14, con que tendrán 25 galeras para el socorro. Intentó el duque con una galera reforzada meter
500 hombres en Tarragona, y saliendo para esto, la noche hizo tan oscura que era imposible hallar el
desembarcadero, y al amanecer como fueron descubiertos, se hubieron de volver a incorporar con
su escuadra.
De Tarragona piden el socorro con instancia, porque Monsiur de La Mola no la ha sitiado con
cerco, sino que con asaltos la quiere tomar, pareciéndole, si da tiempo con cerco, además de tener
poca gente, podrá el socorro impedirle su pretensión. Dícese que ya se estaban juntando para salir;
que había 12.000 hombres y 2.000 caballos, que con los que habrán llegado ya, llegarán casi a
3.000. Irán además 8.000 infantes y toda la caballería; de Valencia vienen otros 1.000 para juntarse
en Tortosa con los 1.000 que allí hay y incorporarse con nuestro ejército.
El Francés había enviado casi toda su caballería a un paso estrecho; mas hay otras dos partes
por donde poder ir. Cuidado da este socorro, si bien hay buenas esperanzas de que, siendo Dios
servido, ha de suceder bien…

Madrid, 22 de noviembre.
… De los catalanes no tengo que decir a V. R. más de que se ha hecho una junta grande en
Barcelona. Lo que de ella resultó fue enviar dos embajadores a Francia a pedir a la Reina les
asistiese con gente y dineros, porque ellos no tenían posibilidad para poderse defender; que si estas
asistencias les faltaban les sería forzoso tomar otro acuerdo para no acabarse de perder.
Dicen han hecho en Francia asunto de sustentar este año que viene 60 millones de guerra.
Mucho es si pueden hacerlo, estando tan apurados de dineros como nosotros y mas; el trabajo es
que lo que tienen se les logra mejor…―Sebastián González.
125

1645

Madrid, 3 de enero .
… De Cataluña escriben con este último correo que Mr. de La Mota se había embarcado para
Francia con mucha riqueza, aunque dicen va desairado, que los catalanes van conociendo que los
franceses más hacen la guerra por conveniencias propias que por bien y libertad del Principado.
¡Quiera Dios de este desengaño resulte algún buen efecto! …
Han subido la moneda de oro, y el escudo vale 10 reales de plata, y a este modo lo demás; las
demás monedas están tan adulteradas que tienen poca estimación o ninguna, y de una y otra hay
poca.
Dicen viene el conde de Ancurt118 a gobernar las armas y que trae consigo alguna nobleza y
cantidad de gente; cuánta sea hoy no se sabe, que aun no ha llegado; siempre se encarece en los
principios y después es mucho menos de lo que se decía.
El marqués de Toralto, gobernador de Tarragona, hizo una salida con 100 caballos y 400
infantes a la villa de Alforja, que dista de Lérida cuatro leguas catalanas; las mechas llevaban en
canutos por no ser descubiertos, y diéronse tan buena diligencia que llegaron a la villa sin ser
sentidos.
Aunque no pudo recogerse grueso para hacer resistencia dentro, hubo alguna de la gente de
dentro que se metió en el castillo; fue entrada la villa y degollados los que se resistieron. Luego que
tuvo aviso de esto el conde de Aguilar, francés, acudió con buen número de gente catalana y
francesa para intentar la recuperación; acometió y fue rebatido con muerte de muchos de los que
con él venían, con que se hubo de volver mal parado. Tuvieron los nuestros aviso juntaba de nuevo
más gente para atacar la villa e impedirle los víveres, y entrando en consulta los cabos de lo que
convendría hacer, se resolvieron en volar el fuerte y quemar el lugar, quitando aquel estorbo para ir
a Barcelona cuando Dios sea servido, por dos razones: la primera, por no dividirse la gente,
poniendo presidio en cada pueblo que se va tomando; la segunda, por la dificultad de llevar los
víveres, y para allanar el paso.
En Tarragona hay hoy 2.000 soldados viejos y 400 caballos, y víveres y municiones en
cantidad, y todos están con muy buen aliento.
Al marqués de Toralto le ha hecho S. M. merced de un principado en Nápoles con 2.000
ducados de renta, y lo ha hecho del Consejo de Guerra, por lo bien que ha servido en Flandes, Italia
y Cataluña...―Sebastián González.

Madrid, 17 de enero.
… S. M. dicen partirá en breve a Valencia, y acelera su jornada la venida de los galeones, que
la falta de dinero la retardaba.
A toda prisa despachan a los sargentos mayores de los partidos a levantar gente, porque
quieren esté muy con tiempo junto el ejército.
Los catalanes sacaron edicto en que convidan a todos los señores que tienen tierras en
Cataluña vuelvan a ella, y se les restituirá todo lo que se les ha quitado.

118 Léase Harcourt, es decir, Enrique de Lorena-Elboeuf, conde de Harcourt, a quien los franceses llamaron Le Cadet
la Perle, por ser el menor de aquella ilustre familia, y gastar una perla gruesa a guisa de zarcillo. Feliú en sus
Anales de Cataluña, lib. XX, cap. IX, le llama conde de Aliencurt, lo cual es error manifiesto o corrupción de aquel
título, pues aun cuando hubo en Francia una casa y ducado de Liancourt, de donde pudo corruptamente originarse el
Aliencurt, es título de una rama de los La Rochefoucault, y no lo usaron hasta el siglo XVIII.
126

El conde de Arcurt (Harcourt)119, nuevo gobernador de Cataluña y de sus armas, hizo


juramento el día de los Reyes de guardarles sus fueros en nombre del Rey a los catalanes. Dicen ha
traído alguna gente; no señalan cuánta, y así se cree no debe ser mucha.
El primer postulado120 que hizo después de haber hecho juramento, fue pedir a los catalanes
levantasen ocho mil hombres, y los consilleres del Principado negaron la petición, por no tener
gente ni dineros con que levantarla. Dicen hay dentro de Barcelona muchos mal contentos; mas
como están supeditados de los franceses, no se atreven a declararse…―Sebastián González.

Madrid, 24 de enero.
… S. M. se irá en breve a Zaragoza. Lleva consigo al Príncipe, que está grandemente contento
de la jornada, y no habla de otra cosa.
Quedan en ausencia de S. M. por gobernadores el conde de Castrillo, el marqués de Santa
Cruz, el presidente de Castilla y el Inquisidor general…
… A D. Felipe de Silva envió S. M. a llamar, que estaba en Sonseca, pueblo del marqués de
Montemayor, deudo suyo, siete leguas de aquí. Besó la mano a S. M. cuatro días ha, y le salió a
recibir D. Luis de Haro. Entiéndese le darán las armas de Cataluña, aunque hoy solo viene con voto
de asistir en el Consejo de Guerra, de que tenía hecha merced…
… Estos días llegaron a Alicante tres navíos, el uno de Sicilia cargado de cebada, y otros dos
de Cerdeña, el uno cargado de trigo y el otro de cebada. Todo esto es provisión para esta campaña.
Dios nos la dé buena…―Sebastián González.

Madrid, 2 de febrero.
… Las Cortes se comenzaron en Aragón en la sala de la Diputación a 20 de este por la tarde;
pretendió el del Carpio tener el estoque por ausencia del de Sástago a quien toca. Respondieron a la
proposición del Rey el Arzobispo y Justicia; éste salió con sentimiento. La causa fue controversia de
lugares. Prorrogóse el servicio de 100.000 ducados cada año que aquel reino hace al Rey, y acudirán
ahora de presente con lo que juzgaren poder para la continuación de la guerra.
El enemigo nos cogió un convoy que de Aragón iba a Lérida en 4.264 mulas. Hallóse trigo
ensilado en Balaguer (cuyo cerco dura) para más de seis semanas, y ellos tenían víveres para casi
todo el mes de octubre…―Miguel González.―Al P. Francisco Justiniano, de la Compañía de
Jesús, en Sevilla.

Madrid, 6 de febrero.
… De Cataluña lo que hay es, que avisados los migueletes por los de Ager, que debían de
estar poco gustosos del gobernador, cercaron el lugar; fueron rebatidos al asalto de los nuestros
valerosamente, obligándolos a retirarse. Aquella tarde al anochecer salió un natural del pueblo y les
dio aviso viniesen de noche y les darían entrada; diéronsela por una ventana, dicen unos, otros por
una puerta falsa; entraron y se apoderaron del pueblo. Los pocos soldados que había de guarnición
se recogieron a un castillejo que hay; si no los socorren será fuerza el darse, porque ni deben de
tener qué comer ni qué tirar.
El lugar de Ager se restauró porque el general Cantelmo acudió con 1.500 hombres y castigó a
los migueletes o bandoleros, que todo es uno.

119 Feliú de la Peña en sus Anales de Cataluña, lib. XX, cap. IX, pone la llegada de Harcourt a Perpiñán en 13 de
marzo de este año, y su entrada en Barcelona a 22, lo cual está en contradicción con lo que aquí dice el P. Sebastián.
Otro tanto viene a decir el autor anónimo de una historia inédita de Cataluña citada en esta introducción, el cual
describe en capítulo aparte la entrada de Harcourt en Barcelona, y el solemne aparato con que fue recibido. De
presumir es, pues, que el P. Sebastián se equivocó tomando su llegada a Perpiñán por su entrada en la capital.
120 Del latín postulatio, lo mismo que pedido.
127

Los catalanes de Mataló (Mataró), degollaron a cuatrocientos franceses, por haberse querido
alojar en su pueblo contra su voluntad.
Los franceses fortifican a grande priesa el Pertús, que es la entrada que hay de Cataluña al
condado de Cerdania para Rosellón y de Cerdania &c. paso para Cataluña…―Sebastián González.

Madrid, 20 de febrero.
… Ya avisé a V. R. como los migueletes ayudados de los de Ager, habían tomado a dicha
plaza, y que los nuestros se habían retirado al castillo. Ahora digo que enviaron a pedir socorro a D.
Andrés Cantelmo, y en el ínterin que venía, los naturales y migueletes hicieron algunas
fortificaciones fuera del lugar de Ager. Este es fortísimo por naturaleza, porque está sobre un risco y
la subida es muy difícil, mas una vez puestos en lo alto, la cerca no es de mucha consideración ni el
castillo tampoco. Fue el socorro enviado con toda brevedad; los nuestros se dividieron en dos
partes, la una fue a las fortificaciones de afuera; la otra se encaminó al castillo. Estos entraron por la
puerta del socorro; los otros embistieron las fortificaciones, que ganaron fácilmente. Los que las
defendían huyeron la cuesta abajo, a quienes siguieron las mujeres y niños y viejos del lugar
desamparando sus casas y haciendas. Los más alentados se quedaron a hacer resistencia; mas los
que venían por la parte de las fortificaciones, y los que entraron por la puerta del socorro
acometieron a un mismo tiempo el lugar, que en breve ganaron, con muerte de algunos de los
naturales, no dicen cuántos; de los migueletes son más de 60 los muertos, y presos de unos y otros
buena cantidad; otros huyeron como los primeros. No quiso D. Andrés Cantelmo los siguiesen;
hallaron las casas yermas de gente, mas muy bien proveídas de toda suerte de comida, grande
cantidad de trigo y de vino, tocino y otras cosas, muchas preseas y ropas muy buenas, con que
después de haber proveído la plaza con abundancia, les cupo muy buen despojo a los soldados, que
dejando más presidio se volvieron a sus puestos.
Han traído 45 prisioneros catalanes de los que prendieron en la batalla que tuvo D. Felipe de
Silva con Mota (La Mothe). Estos estaban en el castillo de Pamplona, y mandó S. M. los trajesen a
la cárcel de Corte. Uno de ellos es fraile francisco; entregáronle a su religión. Vienen tan obstinados
y descarados como el primer día que se rebelaron, y el fraile más que todos. Cuando vinieron dos
frailes para llevarlo, salió con tal desenfado y tan furioso que los frailes le tuvieron miedo, y
haciendo la entrega les dijo: que ni el rey ni ellos tenían que ver con él; que él sólo reconocía por su
rey al de Francia y no al de Castilla, y que ellos no eran sus superiores; que su general (dicen es
capuchino), los tenía exentos a los catalanes de todos los superiores castellanos, y que así no los
reconocía por tales; en fin le llevaron. Puede ser que con el tratamiento de santos religiosos le hagan
amansar la cólera.
Dicen partirá S. M. a 2 de marzo, y que lleva consigo al Príncipe a instancia de la Corona de
Aragón, que lo quieren jurar y ofrecen a S. M. 3.000 hombres para que sirvan donde S. M. gustare,
pagados por seis meses...―Sebastián González.

Madrid, 7 de marzo.
Pax Christi, &c. Padre mío: el correo pasado escribí a V. R. como había llegado el socorro de
Nápoles. Ahora diré con mas puntualidad lo que trae. Vinieron 28 navíos con 3.000 infantes y 1.000
caballos; los 600 de estos montados, los 400 por montar, mas con todos sus aderezos y pistolas, y
24.000 ducados de plata para montarlos. Traen 1.500 quintales de pólvora, 1.500 quintales de
cuerda, y cantidad de balas. Esta relación hizo un consejero de Guerra, y ajusta con lo que S. M.
había dicho antes…―Sebastián González.
128

Madrid, 14 de marzo.
Pax Christi, &c. Padre mío: lo que hay de nuevo que avisar a V. R. es que S. M. y el Príncipe
partieron de aquí a 11 de éste, a las dos y media de la tarde. Llegaron aquel día a Alcalá de Henares,
y el siguiente partieron y fueron a dormir a Torija, y por sus jornadas llegaron en breve a Zaragoza...
… Dicen por cierto tiene hoy S. M. efectivos 11.000 infantes; si esto es cierto, buen ejército
tendrá con la gente miliciana que se ha de ir luego remitiendo.
Tiene poderes muy cumplidos el Sr. José González para las provisiones del trigo y cebada, y
dicen tiene ya embargados y para remitir 160.000 fanegas de trigo y 900 de cebada...
...Un francés, persona noble, que está casado aquí en Madrid, ha tenido cartas de Francia; con
ellas le avisan lo siguiente:
«Llegó Mr. de La Mota cerca de la ciudad de León: traía para su guarda dos compañías de
caballos. Salió de orden del Parlamento y Gobierno a recibirle un abad, el cual le festejó y agasajó
grandemente en el pueblo, dándole una cena suntuosa y todo lo necesario a su gente. Lo mismo hizo
cuando se había de partir. Por la mañana salió acompañándole, y dieron orden fuese su gente
delante como había entrado en el pueblo. A la salida del pueblo hay un puente en cuya entrada hay
un razonable castillo. Luego que hubo salido fuera de él la gente que llevaba Mr. de La Mota,
dejaron caer el rastrillo, y el abad y gobernador del lugar, los cuales tenían dispuesta alguna gente
para lo que podía ofrecerse, le intimaron de parte del Parlamento y Gobierno fuese preso. El dicho
se dio a prisión y fue encerrado y puesto a buen recaudo, y esto hecho le hicieron la acusación
poniéndole varios cargos; los principales fueron tres:
1.° Que había perdido la batalla que se dio este año pasado cerca de Lérida, y que teniendo
dos veces más gente que la nuestra, dispuso las cosas tan mal que dio lugar a que fuesen franceses y
catalanes rotos y desbaratados, y que se había entendido había sido todo esto traza suya por haberle
sobornado los castellanos.
2.° Que habiendo tenido bastante gente y ocasiones para socorrer la ciudad de Lérida, no lo
había hecho, procediendo en esto con grande remisión y flojedad.
3.° Que teniendo cercada a Tarragona y muy apretada, con causa ligera y contra reglas de
buena milicia había alzado el cerco, sin haber visto la cara al enemigo que le obligase a hacer una
demostración tan ajena de lo que pide el valor de un general puesto por el rey Cristianísimo. Que
estas acciones se presumía de ellas habían sido hechas más por interés suyo particular que forzado
de la necesidad y ocasión , dando a entender se le había pagado. Dio sus respuestas, y últimamente
le condenaron a degollar, como en efecto se hizo en dicho pueblo.»121
Esto han escrito a este francés en sustancia; tiénese por probable, aunque no por cierto hasta
que haya otros avisos. Lo cierto es que él era de los buenos y vigilantes soldados que tenía la
Francia , y que si le han castigado ha sido permisión divina por las insolencias y robos que su gente
ha hecho en las iglesias de Cataluña y Aragón, que Dios al fin vuelve por su causa...―Sebastián
González.

Madrid, 21 de marzo.
Pax Christi, &c. Padre mío: lo que hay de nuevo que avisar a V. R., es que S. M. llegó a
Daroca y fue recibido muy bien de los aragoneses, y quedaron gustosísimos de ver al Príncipe;
pidieron licencia para correr toros y no les fue concedida por estar de luto S. M. Hicieron varios
presentes al Príncipe; recibiólos con grande agrado y muestras de afición, con que ellos quedaron
contentos y el Príncipe más, por verse ya fuera de la clausura de palacio y servido de los vasallos.
Sábado por la tarde había S. M. de entrar en Zaragoza; hasta ahora no ha habido aviso, que
como faltó la santa reina, no viene cada día correo como solía.

121 No es exacto lo que aquí se dice: el duque de Cardona (Felipe de I.a Mothe-Houdancourt) salió absuelto del proceso
que se le formó en esta ocasión, y volvió poco después a tomar el mando de las armas francesas en Cataluña. No
murió hasta el año de 1657.
129

Dicen hay en Barcelona varios rumores, deseosos unos de la paz y otros que se sienten más
culpados, de continuar la guerra; hay poco que fiar de los catalanes, así castellanos como franceses,
que en cogiendo a estos en escampado los matan como si fueran castellanos, a cuya causa vienen de
Francia a esta guerra de muy mala gana, y hasta ahora no ha entrado gente. El conde de Ancurt
(Harcourt), que viene de gobernador y capitán general de Cataluña, se está en el condado de
Rosellón.
Los aragoneses han ofrecido a S. M. para esta campaña 4.000 soldados pagados por seis
meses, y el reino de Navarra da 1.000 soldados. Dicen que según la disposición habrá ejército
considerable este verano. Dios lo disponga de suerte que se haga algo de importancia.
Los navíos que vinieron de Italia con las galeras, corren las costas de Cataluña y cogieron 14
tartanas o barcos luengos que venían de víveres y municiones a Barcelona enviados de Francia.
Algunos de Lérida tenían trato con los de Barcelona y querían disponer la materia dándoles
una puerta de la ciudad para que la tomasen; descubrióse el trato, y prendieron los culpados y se
hará justicia de ellos…―Sebastián González.

Madrid, 28 de marzo.
… En Lérida se hizo justicia de los que andaban en el trato de la entrega y los ahorcaron.
Dícese que iba entrando gente de Francia en el principado de Cataluña, si bien no es cierto…
―Sebastián González.

Madrid, 11 de abril.
… Dan los aragoneses a S. M. 30.000 ducados al mes para su plato.
Sabiendo los aragoneses era el príncipe aficionado a jugar a los trucos, le tenían en Palacio
una muy buena mesa, y le enviaron 500 doblas de a 8 para que se entretuviese; el Príncipe los llevó
a S. M. diciendo le habían dado aquel dinero, que S. M. se sirviese con ello, y respondióle S. M. se
lo llevase y gastase en lo que le pareciese.
Fue el Príncipe a nuestra Señora del Pilar, y viendo estaba una reja de plata de aquella Santa
Imagen por acabar, preguntó cómo estaba aquella reja de aquella suerte, y respondiéndole que por
no tener dineros con que acabarla; preguntó ¿y cuánto será menester? Respondiéronle que 1.600
ducados. Llamó a D. Fernando de Borja y díjole: «de aquel dinero que me han dado daréis luego sin
dilación 1.600 ducados para acabar la reja de la Santa Imagen, y me alegro mucho que se emplee el
primer dinero de que he podido disponer, en servicio de la Virgen, y lo demás que queda repartidlo
a pobres»…
… Venían de Francia unas tropas de infantería y salióles de Rosas al encuentro D. Diego
Caballero; mató algunos y los esparció. Tornáronse a juntar y a rehacer con más gente, y sucedióles
peor que la primera vez, que murieron buena cantidad, si bien no se sabe el número. Picados de esto
los franceses, envistieron a un mariscal de campaña lorenés con 1.000 caballos escogidos, y los más
gente de cuenta. Tuvo aviso por un espía D. Diego Caballero y salióles al paso con su gente y
cortóle, tomándole las espaldas los unos y otros la delantera; acometiólos, desbaratólos, prendió al
mariscal y a 300 de los de más importancia; otros murieron, y los menos escaparon huyendo.
Ahora ha corrido voz que los franceses, sentidos de este suceso, habían cercado a Rosas por
mar y tierra, dicen que con 18 navíos y 12 galeras. No se sabe la gente de tierra cuanta sea, mas no
se tiene esto por cierto.
El de Ancurt (Harcourt) francés, general de las armas catalanas, dicen tiene 4.000 caballos y
11.000 infantes, y que se daba priesa para salir en campaña. Dios nos ayude.
De Navarra escribe el confesor de la Vireina, que es de esta provincia, que habían pasado por
allí casi 1.000 franceses con pasaporte, que se habían huido de su ejército.
130

El de Ancurt (Harcourt) pidió dineros a la diputación de Barcelona para pagar la gente, y


respondió no tenía que poder dar, por haber consumido cuanto tenían; que ya no les quedaba sino
las plazas y que esas habían puesto en manos de franceses sólo porque los defendiesen.
Pidió gente a la Diputación, y respondieron que había cuatro meses tenían levantadas
banderas y nadie se quería alistar; que S. E. viese qué medio sería a propósito para conseguirlo.
Ha pedido a la gente noble se aliste, receloso de ella, y no quiere tengan puesto ni gente
catalana en su compañía, y los va mezclando en las compañías francesas.
Al de Povar tienen concertado en 26 mil ducados su rescate, que están ya en efecto
depositados; con ocasión de la prisión del mariscal se ha tratado trocarle por él, mas darán en
Francia mil mariscales por coger el dinero, con que se tiene por cierto que si se rescata, será por el
dinero y no de otra suerte.
S. M. está malo en Zaragoza; tiene achaque de espaldas de ordinario. Hizo un día demasiado
ejercicio a la pelota, con que se irritó el achaque; sangró, y cesó la sangre, con que le dio calentura;
sangráronle del tobillo y se halla más alentado; con todo tiene crecimientos, y para prevenir le
sangraron del brazo. Antes de ayer vino aviso está casi sin calentura, y que le habían de volver a
sangrar. ¡Quiera Dios darle la salud que puede como ve que es menester!…—Sebastián González.

Madrid, 18, de abril.


… Rosas está cercada por tierra con 8.000 infantes y 700 caballos, por mar con 11 galeras y
18 navíos. El conde de Ancurt (Harcourt) ha ido con 120 caballos de su guarda al sitio, obligado de
los grandes daños que la gente francesa recibía de aquella plaza cuando pasaba a Cataluña, donde
han muerto muchos a manos de los de Rosas. Espérase que si tienen qué comer y tirar les han de dar
bien en qué entender, y sábese que pocos días antes les habían metido víveres y municiones para
algunos meses; dícese tendrán hasta Agosto. Los sucesos de la guerra son varios; puede ser nos esté
bien el haber empezado por allí. El cabo que está dentro es D. Diego Caballero, hombre de mucho
valor y aliento; mas todo esto no basta cuando Dios quiere castigar. ¡Él nos mire con ojos de
misericordia!
Otro trozo de ejército tiene el Francés en Monblanch. Unos dicen son 12.000 hombres y 2.000
caballos. No se sabe dónde dará porque amenazan a varias partes, unos que a Balaguer, otros a
Tarragona , otros a Lérida. ¡Dios nos ayude, que bien lo hemos menester! Los del Consejo de
Guerra dicen son de parecer les impidan los pasos de los ríos, y con largas los vayan gastando y
consumiendo, y que para esto no es menester mucha gente, que con la que se juntará habrá
suficiente...―Sebastián González.

Madrid, 6 de mayo.
Pax Christi, &c. De Cataluña no hay hoy nada de nuevo de que avisar. El socorro grande no se
ha metido, ni D. Melchor de Borja está con ánimo de arriesgarse. Aguardan a Pimienta con los
navíos; ¡quiera Dios no se haya antes perdido la plaza de Rosas! que este es el modo que se tiene en
nuestros socorros; llegar cuando no son necesarios para lo que se deseaban…―Sebastián González.

Madrid, 9 de mayo.
… Lo que queda por decir más antiguo es que echando los franceses bombas en Rosas, D.
Diego Caballero trató de mudar la pólvora a parte más segura. Hízolo y faltando poco para mudar,
25 barriles se prendieron; unos dicen que con ocasión de una mecha que se le cayó a un soldado;
otros que del fuego que saltó de un mosquete. Sea como fuere, la pólvora se encendió y mató e hirió
hasta 26 soldados y maltrató un rebellín de una torre. Con esta ocasión escribió D. Diego Caballero
con grande apretura a S. M. pidiendo socorro, y en particular gente. Pintóse el estrecho de la plaza
con grande encarecimiento; daban por muertos 250 y maltratados y perniquebrados otros tantos, con
131

que dio grande cuidado: mas un capitán que estaba dentro y hoy lo está, refiere en una suya el
suceso como va arriba dicho; siempre los cabos encarecen las pérdidas y necesidad de socorro. Bien
es no descuidar, porque la demasiada confianza no ocasione algún fracaso; mas no está tan apretado
Rosas como se ha dicho.
Con el correo de la semana pasada se confirmó de nuevo que el capitán de Rosas había
escrito, y añaden lo siguiente: que con los grandes aires de estos días pasados se le habían ido a
pique a la armada francesa cuatro galeras y cuatro navíos; otros moderan esto y dicen fueron solo
dos galeras: fuerza es quedasen maltratados de la grande tormenta los demás.
Añaden que llovió en Rosas tres días continuos, con que la gente francesa quedó tan mojada
que desordenándose trataron de reparar su trabajo en las laderas de los montes y debajo de las
peñas. Tuvo aviso de esto D. Diego Caballero, y salió con 600 soldados y dicen algunos degolló
mas de 3.000 franceses. Esto corre; V. R. quite los que quisiere; es cierto murieron muchos.
Tuvo también D. Diego aviso que picados de este fracaso trataban de asaltar un rebellín, como
lo hicieron. Puso muy buena gente de mosquetería en él, y acudiendo como suelen con su furia
francesa al asalto, les dieron tales rociadas de mosquetería que muriendo muchos se vieron
obligados a retirar; insistieron segunda vez y les fue mucho peor que la primera; con todo D. Diego
insta por socorro, y espero en Dios se le darán con tiempo.
El conde de Ancurt (Harcourt) quiso pasar el Segre para hacer facción o en Balaguer o Lérida;
salió un cabo de los nuestros con hasta 4.000 hombres, y impidióle el paso: esta acción ha corrido
por cuenta del marqués de Lorenzana.
El dicho conde, luego que llegó de Francia, juntó los conselleres de parte de su rey, y mandó
le tratasen de alteza por deudo de la casa de Lorena; no les mandó cubrir, que es fuero antiguo suyo;
pidióles de parte de su rey 200.000 ducados cada año de pensión el tiempo que la guerra durare, y
que en Barcelona admitiesen 4.000 franceses de presidio, y diesen para el ejército 1.000 catalanes.
Los conselleres respondieron no se podían resolver sin juntar el Consejo de Ciento, y esto no lo
consintió Ancurt (Harcourt), receloso de que no hubiese algún motín con ocasión de las peticiones,
y esto se está hoy suspenso y ellos tan duros que no bastan estas supercherías a que se desengañen
del intento del Francés…
… Ayer escribieron de Zaragoza que el general francés, viendo que no había podido pasar el
Segre, había retirado sus tropas y se había ido a Barcelona: qué causa le haya movido a esto, no se
sabe…—Sebastián González.

Salamanca, 13 de mayo.
Capítulo de una carta escrita al Sr. marqués de Astorga en 6 de Mayo.
Anoche llegó aviso de que en Rosas llovió tanto que, hallándose los franceses dentro de sus
trincheras con tanta agua que se anegaban, se salieron a guarecer a la campaña, y aprovechándose
de la ocasión D. Diego Caballero que los vio desbaratados, salió con su gente y dio sobre ellos,
matándoles 3.000 hombres, quedando entre prisioneros y heridos otros 1.000. Nuestra artillería
maltrató mucho a la armada enemiga, que tiene por mar sitiada la plaza, echando a fondo dos
galeras. Quiso el Francés con otro tercio de gente pasar el río para tomar sitio sobre Lérida; pero
Cantelmo le salió al encuentro con 3.000 infantes y 2.000 caballos y le rechazó hasta hacerle volver
atrás, en desorden.

Madrid, 30 de mayo.
… De Cataluña lo que hasta ahora se sabe, es que un mallorquín se obligó a meter 200
hombres en Rosas con unos bergantines, por precio de 20.000 ducados que le dio el virrey de
Valencia; los 40.000 luego y los otros 10.000 en trayendo certificación de que los había dejado
dentro. Llevaba entre estos hombres, médicos y cirujanos y medicinas de que necesitaba la plaza, y
132

cantidad de balas de mosquete. Fue con sus bergantines y dio vista a la armada enemiga, y haciendo
punta por un lado la mar adentro, desviándose de la armada, al anochecer se dejó caer a la plaza, y
metió el socorro como lo había ofrecido.
También avisan que los franceses habían hecho una mina para volar un reducto y abrir por allí
brecha; diéronla fuego y reventó hacia ellos, con muerte de 300, con la confusión y alboroto que
tenían de la mina, estaban desbaratados por aquel lado, y saliendo de la plaza D. Diego Caballero,
dicen les degolló al pie de 400, y que se tornó a retirar.
Por horas se aguarda el suceso del socorro de nuestra armada; dicen iban 21 galeras y 7
navíos; otros dicen eran más los navíos. Quiera Dios darles buena suerte.
Los franceses en Rosas no han podido llegar al foso, porque se defienden los de dentro
valientemente.
El conde de Ancurt (Harcourt), general de las armas de Cataluña por Francia, ha intentado
pasar el Segre y pasó por Flix, plaza que hoy tienen ellos 400 caballos; acudieron luego los nuestros
y dieron sobre ellos, de los cuales algunos degollaron, otros se ahogaron, y los que mejor suerte
tuvieron pasaron a nado el río y fueron los menos…―Sebastián González.

Madrid, 13 de junio.
Pax Christi, &c. Padre mío: Rosas se entregó a 28 del mes de mayo por falta de la gente que
esperaba con el socorro que había de llevar D. Melchor de Borja; puede ser no pudiese él solo
hacerlo, mas siempre se le conoció rehusaba el peligro. Últimamente para rendirse la plaza precedió
el hacer dos minas; los franceses dieron fuego a la una y no hizo efecto; la otra para ello le tuvo
mejor, que abrió un pedazo de muralla tan grande que cabían por la frente 50 hombres en hilera.
Viendo Caballero la grande brecha y la poca gente que para defenderla tenía, hizo llamada y
conciertos ventajosos; salió con cuatro piezas de artillería, armas, bagaje y caballos, mechas
encendidas &c., y lo que se suele en otras ocasiones. El que tenía el castillo de la eminencia, que es
un soldado de fortuna que se llama Diego Laynez, del hábito de Santiago, no se ha querido rendir, y
hoy se está allí, y tiene el lugar a caballero 122, si lo quiere batir. Veremos en qué para, que el aliento
es bueno: si el efecto lo fuese sería de grande importancia el haberlo conservado. En esto ha parado
el socorro tan prevenido y costoso y deseado, en llegar cuando no ha sido de fruto, hecha la costa y
perdida la plaza.
A D. Diego Caballero le capitulan. Dicen pudo sustentar más tiempo la plaza, y que no lo
hizo; que por lo menos se pudiera defender 15 días. Item: que capituló por no perder la hacienda
que tenía dentro de Rosas, que era considerable. Item: que sustentó 300 prisioneros franceses, que
eran otras tantas espías del enemigo; y que fueron parte para que con el incendio de la pólvora se
maltratase la muralla. Lo cierto es que D. Diego Caballero es grande soldado y de valor. La
condición es áspera, y se tiene por llano que a poderse defender obrara como siempre con grande
satisfacción; mas él pagará la poca diligencia de los que debían haberle remitido el socorro. El
tiempo lo dirá, si no es que esto se pasa como otras cosas y se echa al tranzado.
A D. Melchor de Borja le han quitado las galeras y enviádole a Denia 123. Las galeras se han
dado al conde de Linares....―Sebastián González.

Madrid, 20 de junio.
Pax Christi, &c. Padre mío: lo que tengo que añadir a lo de Rosas, es que D. Melchor de Borja
está preso en Denia, y D. Diego Caballero está en Tortosa. Dícese le capitulan, que rindió antes de
tiempo la plaza; que salió de ella con más de 1.000 hombres, con que pudiera resistir por muchos
días, aunque la brecha estuviera abierta, y más teniendo víveres y municiones para más de tres
meses.
122 Tener a caballero es lo mismo que «dominar con la artillería.»
123 Este D. Melchor era hermano del Cardenal y tío del duque de Gandía.
133

Item: que sacó registrados 80.000 escudos sin otras muchas alhajas; que el recelo de no perder
esto le movió a apresurar la entrega. Item: que ofreció por carta a S. M. no rendir la plaza sin perder
la vida, y que salió de ella bueno y sano. Él tiene enemigos por la aspereza de su condición y le
darán en qué entender. El Francés le concedió todo cuanto quiso porque hiciese la entrega, y así
cuantas condiciones pidió todas se le cumplieron hasta el traerse 300 prisioneros que tenía
franceses: tanta era la ansia de cogerla recelando si la armada llegaba había de serles su trabajo
vano; para nosotros lo ha sido, pues no surtió efecto el que la armada llegase con tiempo…
―Sebastián González.

Madrid, 24 de junio.
Pax Christi, &c. Padre mío: lo que hay de nuevo en Cataluña, es lo siguiente:
D. Andrés Cantelmo se fortificó en un puesto llamado Llorente (Llorens), con intento de
cortar al enemigo en el paso de Lérida. Visto esto por los franceses, quisieron prevenirle el lance y
cortarle a él, y intentaron tomar una eminencia que era a propósito. Reconociendo Cantelmo el
designio del enemigo, y que no le era igual en gente para pelear con él, sacó del ejército 400
caballos y 1.000 infantes para salir a oponerse al enemigo, dando orden al resto del ejército, que era
el grueso de él, que se fuese con buen orden retirando a Balaguer con el bagaje, artillería y
municiones. Salió de su puesto con los 1.400 hombres, y fuese a encontrar con el enemigo;
empezaron a escaramuzar, y los enemigos llevaban lo peor. Acudió Ancur (Harcourt) con todo el
grueso y rompió los 100 caballos, que parte murieron, parte prendieron y parte se retiraron
sobreviniendo la noche; como también la infantería con pérdida considerable de los 1.000, que no
fue poco, habiendo cargado todo el ejército francés sobre tan poca gente como era la que en esta
ocasión iba con el general, cuyo intento fue no arriesgar en un lance el grueso, sino ponerle en
salvo, como lo hizo, aunque con algún daño de los que salieron al opósito, que siendo pocos contra
muchos no fue mucho el que se le hiciesen.
El día siguiente metió 800 infantes de guarnición en Balaguer y 500 en Fraga y se ha puesto
en una colina y en la eminencia de Garden con lo demás, que es el paso o para Lérida forzoso al
enemigo, o para Aragón. Esto está hoy en este estado.
Con ocasión del encuentro de los 1.400 había ya corrido voz está deshecho todo nuestro
ejército y herido Cantelmo, y uno y otro es falso echado en corro por quien se huelga de nuestros
malos sucesos...―Sebastián González.

Madrid, 4 de julio.
… Después de la rota que los nuestros recibieron en Cataluña, que fue como tengo avisado, y
lo más ajustado por cartas de personas que asisten con S. M., Cantelmo quedó grandemente picado
del suceso, y se entiende que si como pelearon solos pocos de los nuestros pelearan todos, que se
pudiera haber esperado un muy glorioso suceso. En esto le culpan, no sé con cuanta razón, que no
todas veces se pueden prevenir los inconvenientes, y se acude al que parece mayor, y teníale por tal
poner a riesgo todo el ejército. En fin las armas se han dado, como tengo avisado, a D. Felipe de
Silva, y el oficio de maese de campo al marqués Toralto.
Dícese que cuando esto se publicó había crecido grandemente el Segre con la lluvia de estos
días, y que parte del ejército francés estaba de esta parte y parte de la otra. Tuvo aviso Cantelmo de
esto, y juntando 4.000 infantes y 3.000 caballos, se decía iba caminando a toda diligencia para verse
con el enemigo. Avisóse de esto a Zaragoza y enviáronle con expreso a Cantelmo desistiese del
intento de verse con el enemigo. Este se cree llegaría tarde y que cuando llegase ya habría sucedido
lo que había intentado Cantelmo. De esta determinación de Cantelmo hubo aquí cartas el sábado.
Ayer lunes, con el correo, dicen vino aviso como dio sobre el enemigo que estaba de esta parte del
Segre, y que le habían degollado 3.500. Esto corrió ayer y hoy no se sabe lo puntual hasta que
llegue el correo, que con él se sabrá lo cierto, que hasta ahora no se tiene por tal.
134

Murió el duque de Lorenzana que fue preso en la rota pasada, herido, y era prisionero del
Francés; era napolitano y bizarro caballero, de grande valor. El de Mortara, que también es
prisionero y le cogieron llevando una orden del general, queda con tabardillo. Esto hay hasta ahora;
averiguaré hoy, si viene extraordinario, lo puntual y lo avisaré, y si no irá el correo que viene…
―Sebastián González.

Madrid, 11 de julio.
… Enviaran los nuestros un convoy de 150 carretas de bueyes y 20 pares de mulas con cebada
para el ejército con 50 caballos de escolta y el enemigo salió a ellos, y les tomó el convoy, con que
tendrán qué comer para algunos días. Mucho culpan a quien le remitió y le envía tan desapercibido
de gente.
El enemigo está entre Balaguer y nuestro ejército, con que corta a Balaguer, y no le puede
entrar socorro de víveres.
D. Felipe de Silva está en Fraga, y dicen no puede pasar al ejército por estar el enemigo en el
paso…―Sebastián González.―Al P. Rafael Pereyra, de la Compañía de Jesús, en Sevilla.

Madrid, 18 de julio.
… Los franceses hicieron una emboscada cerca de Lérida con 200 caballos y 100
mosqueteros. El gobernador de Lérida tuvo aviso de los espías de esta emboscada y del sitio donde
estaba; envió gente competente y los fueron cercando de suerte que los prendieron a todos sin
escaparse uno tan solo.
Item: les venía un convoy a los franceses de 200 mulas cargadas y 50 carros, y nuestra
caballería dio en él y le tomó.
Item: iba un convoy nuestro al ejército y salió grueso de gente de los franceses a tomarlo;
acudió la nuestra a socorrerle. Rompieron a los franceses y lleváronles su convoy. Esto vino ayer.
La gente que murió francesa no se ha dicho hasta ahora cuánta es; ellos están muy faltos de víveres,
porque les vienen de 18 leguas, y nuestra caballería corre por donde les ha de venir.
Dicen que cuando se tomó Rosas, por lisonjear al conde de Ancurt (Harcourt), los catalanes de
Barcelona pusieron a cuatro leones de piedra que hay en aquella ciudad, unos vestidos de luto con
sus capuces, y que viéndolo Ancurt (Harcourt) los hizo quitar, y les afeó mucho a los catalanes la
acción, diciendo que a los reyes se les había de tener mucho respeto, que los sucesos de la guerra
eran varios, que hoy había perdido el rey una plaza y mañana podía ganarla.
Hay en Barcelona un convento de monjas comendadoras de la orden de Santiago, y yendo a él
Ancurt (Harcourt), después de la toma de Rosas, mandó cantasen el Te Deum laudamus. No hubo
remedio por ningún caso que las monjas le quisiesen cantar, aunque mandó la música de la iglesia, y
preguntadas de Ancurt (Harcourt), que por qué no querían cantar, siendo vasallas del rey
Cristianísimo, le respondieron que ellas no conocían otro rey ni le tenían sino al de España. Algunos
catalanes le instaron para que las quitase los hábitos que traen de Santiago, y le ponderaron la
libertad con que habían hablado, a que respondió que más cuidado le diera si 20.000 hombres del
despejo de estas monjas estuvieran en campaña; mas que de palabras de mujeres no hacía cuenta;
que el quitarles el hábito de que ellas se preciaban no era quitarles el afecto, que no mudándose este
importaba poco el que tuviesen o no el otro. Lo cierto es que dentro de Barcelona tiene S. M.
muchos muy fieles y apasionados; mas ceden a la multitud de la plebe y a los enemigos franceses, y
que cuando se vean con seguridad bastante para poderse declarar, se tiene por cierto lo
harán...―Sebastián González.
135

Madrid, 8 de agosto.
… De Cataluña lo que hay es que los ejércitos se estaban en los mismos puestos que antes;
pasan unos y otros necesidad de víveres y al enemigo se le va y muere mucha gente. D. Felipe de
Silva se ha dicho iba por Ribagorza con un grande convoy para nuestro ejército, y que llevaba para
su escolta 4.000 infantes y 2.000 caballos, con intento de chocar con el enemigo, si se ofreciese
ocasión, y cuando no juntarse con Cantelmo, y junto el ejército, intentar darles batalla a los
franceses. Voz corre se ha juntado con Cantelmo, aunque de cierto no se sabe. Para el sábado habrá
aviso.
Dícese que el reino de Aragón ha de jurar al Príncipe el día de la Asunción de Nuestra Señora.
Poco falta para que se sepa si es cierto lo que se ha dicho, que se desea se concluya, ya que el padre
está en Aragón.―Sebastián González.

Madrid, 23 de agosto
… De Cataluña lo que hay es, que el general nuestro de artillería fue a reconocer el paso por
donde podía ir el socorro a Balaguer, y que le salieron al paso los enemigos; peleó con ellos tres
horas y se retiró. Dicen le mataron 200 hombres y que los franceses perdieron más que doblados.
Tuvo aviso el maese de campo general Toralto, que algunas tropas de caballería andaban
apartadas del abrigo de la infantería francesa; acometiólos, y degolló 500 y cautivó algunos otros.
D. Felipe de Silva y los demás cabos consultaron sobre la entrada del socorro, y se ha resuelto
que a un tiempo se intente, acometiendo por cuatro partes al enemigo; da esto grande cuidado. Dios
les dé acierto...―Sebastián González.

Madrid, 29 de agosto.
… Viendo D. Andrés Cantelmo que no se acomodaba el meter el convoy en Lérida como se
había intentado, y que lo que corría más riesgo era la caballería por falta de forraje, y que algunos
caballos se morían, resolvió de irse a juntar con D. Felipe de Silva, llevando consigo el grueso de la
caballería, dejando unos pocos en Balaguer, y toda la infantería y víveres para hasta fin de Octubre,
y por cabo de la gente a D. Simón Mascareñas. Partió de Balaguer con casi 1.400 caballos; algunos
dicen eran menos. Dividiólos en dos tropas o batallones. Él llevaba la vanguardia; su teniente la
retaguardia con la última tropa. Era fuerza el pasar por cerca de donde los enemigos estaban; pasó
Don Andrés Cantelmo sin dificultad ninguna, con su primera tropa; con la segunda iba pasando su
teniente, cuando avisado el conde de Ancurt (Harcourt) del caso, acudió al remedio con buen grueso
de caballería y de infantería; el número no se dice, mas por el suceso se entiende era grande.
Empezó la gente del de Ancurt (Harcourt), a picar en la retaguardia al teniente de Cantelmo,
que era hombre de mucho valor, y él no quiso pasar con riesgo de su gente, y así se pasó en defensa
haciendo al enemigo rostro, y escaramuzando con él. El ruido de los mosquetazos y carabinazos le
oyó Cantelmo y su gente, y volvieron con grande presteza, y juntándose con su teniente,
acometieron a los franceses y catalanes con singular valor, desbaratando la caballería francesa con
muerte de más de 600. Los franceses viendo desbaratada la caballería y sin orden comenzaron a
huir; cada uno procuraba de ponerse en cobro y salvar la vida. Quedaba la infantería francesa en
ordenanza, aunque sin el abrigo de la caballería; acometieron los nuestros y los atropellaron y
estropearon, pasando por tres veces por medio del escuadrón. Matáronles 800 y luego se pusieron
también en huida. Han muerto de los franceses muchos hombres de importancia, especialmente en
la caballería; de los nuestros murió el teniente de Cantelmo y otros siete, y los que más se alargan
dicen llegarán a 30 los muertos de nuestra parte. Ayer vino este aviso con el parte; es cosa cierta en
la sustancia; las demás circunstancias y prisioneros sabremos en otro correo.
136

Viendo Cantelmo que caballería y infantería estaba puesta en huida, prosiguió su camino y
entró en Lérida, donde con este socorro de caballería y la gente que allí tenía D. Felipe, se espera se
ha de obrar alguna facción considerable.
Avisan que D. Felipe de Silva estaba malo con calentura. La dirección corre por su cuenta y la
gente por el marqués de Toralto, que es grande soldado y de espíritu para cualquiera facción.
Por la mar también le ha ido prósperamente al conde de Linares: ha saltado en varias partes en
tierra de catalanes y hecho hacer juramento a los pueblos de fidelidad a S. M., el cual han hecho sin
dificultad, reconociéndose por vasallos de S. M. y que la opresión de los franceses no les dejaba
declarar como quisieran. Hanle contribuido con víveres y municiones y pertrechos.
Tuvo aviso el de Linares venían cuatro navíos a Barcelona, de Francia, con víveres y
municiones, y navegando con sus 20 galeras, les dio vista cerca de Barcelona al amanecer; y
arrimándose a cada navío cuatro galeras les dieron tan buena zurra de artillería y mosquetería que
en breve los rindieron, sin poder ser socorridos. Vale lo que llevaban dentro más de 20.000 escudos,
y además de esto los vasos que pueden servir.
También se ha dicho hoy que el de Linares, habiendo salido a tierra con 3.000 hombres cerca
de Barcelona, vino un catalán y le dijo que si le pagaba bien le daría un aviso que le sería de grande
importancia; ofreció darle 100 o 200 escudos; aceptó, y dijo que dentro de tres días había de pasar
por allí al campo francés un convoy grande, que saliese al camino y lo tomase. Agradecióle el aviso,
y ofreció otros 100 escudos mas si le traía por menor lo que contenía el convoy, y la gente que venía
de escolta; ofreció hacerlo para el día siguiente. Al punto despachó a Tarragona le enviasen con toda
brevedad 1.000 caballos y alguna infantería, que se remitió con brevedad. El día siguiente, a la hora
concertada, llegó el catalán y dio noticia pormenor del convoy, los carros y acémilas que traía, la
gente que venía en su guarda, que era mucha, por ser grande (pasarian los caballos de 800, y los
infantes de 1.000, y el cabo era deudo del que traía el aviso). Para engañarle, si acaso era trato
doble, le dijo D. Felipe era mucha la gente para arrojarse él con la suya a intentar tomarle, y más no
teniendo caballería; que agradecía su buen deseo y la fidelidad que a S. M. había mostrado; que no
quería quedase sin premio; y diciendo y haciendo le dio los 200 escudos, ofreciéndole de parte de S.
M. otros mayores si continuaba el dar avisos ciertos: con tanto le despidió con grande agasajo. Al
tercero día llegó la caballería de Tarragona con alguna infantería, y junta ésta con la del Conde, se
pusieron en punto conveniente y llegó el convoy; haciendo su marcha fue salteado de los nuestros,
mal defendido de franceses y catalanes, que parte presos, parte heridos, se tomó todo. Esto, como lo
he referido, se dijo ayer por cierto; no vino en carta de S. M. y así, no se da a esta nueva entero
crédito, si bien se dice como cosa cierta…
… Ahora me acaban de traer una carta del grafiel de S. M., su fecha en Zaragoza en 26 de
Agosto de 1545, para el P. Agustín de Castro, que dice así:
«No escribo a V. R. más largo por el poco tiempo con que me hallo. Anoche vino aviso que
además de 480 caballos que el otro día salieron de Balaguer, Cantelmo se resolvió con 1.500 que
tenía de más provecho y 300 desmontados, a la grupa, retirarse por Ribagorza. Súpolo tarde el
enemigo, y no habiendo podido oponérsele, le fue picando en la retaguardia con mucha caballería.
Reparóse Cantelmo, mejorándose en un puesto; embistióle, y rompió toda la caballería y hizo
notable daño en la infantería, porque pasó y repasó por cima de ellos. Perdimos al vizconde
Lambeq124, que gobernaba aquella caballería, según dicen, y Cantelmo continuó su camino sin
estorbo. A todos los amigos beso la mano con la de V. R., que me guarde Dios. Zaragoza, sábado a
26 de Agosto de 1645.. Esto es ciertísimo, aunque quisiera viniera más especificado. La priesa no
dio lugar y falta de tiempo»…
… Juró el domingo pasado el Príncipe los fueros de Aragón, y dicen le juraron los aragoneses.
Esto no es cierto, mas sí lo primero. Tienen fuero de que no tengan obligación a jurar al Príncipe

124 Así se lee en el original; quizá haya de leerse Lamberg o Lamboy, aunque el que murió en esta ocasión fue el duque
de Lorenzana.
137

por sucesor de aquella Corona, mientras hubiere ejército dentro del reino, y esto debe de haber sido
la causa de no haberle jurado…―Sebastián González.

Madrid, 29 de agosto.
… Al enemigo le mataron 1.500 hombres y de estos 600 caballos. En Balaguer quedó
prevención para tres meses; no está alzado el cerco; pero los nuestros les impiden a los que están en
la reguera el paso para la conducción de los víveres...―P. Miguel González.

Madrid, 6 de septiembre.
Lo que avisan de Zaragoza estos días es lo siguiente:125
«En las cartas de 29 del pasado, dicen como el maestre de campo, D. Gaspar de Mesa, a quien
envió D. Felipe de Silva con 2.000 infantes y 600 caballos a tomar a Flix, lo habrá ya conseguido:
plaza de muchísima importancia, aunque el castillo se defendía.
En las de 30 del dicho avisan cómo se había confirmado esta nueva y habían muerto algunos
100 franceses y tomado más de otros 150 prisioneros, y que al gobernador, que era muy gran
soldado, le habían enviado a Lérida preso, y que había habido aquella noche copiosas luminarias y
grandes regocijos, con que se conocía la importancia de aquella plaza y estar con eso seguros los
reinos de Aragón y Valencia, y de mar a mar tener al enemigo encorralado con cuatro trozos de
ejército y tres plazas; que les parecía que era fuerza que el enemigo los buscase para dar batalla,
porque no tenía otro remedio.
En las 31 del dicho, avisan como el castillo de Flix se defendía, y que el enemigo había
dejado guarnecidas las fortificaciones que tenía sobre Balaguer, y había venido con sus tropas a
ponerse entre Lérida y Fraga, y había enviado a decir al gobernador de Fraga que le entregase la
plaza; que si no se hacía, no le daría después cuartel; todo esto en orden a ver si podía librar a Flix
del aprieto en que estaba; y que se habían reído mucho en Zaragoza de la propuesta del general, que
de tan contado se quería llevar a Fraga.
En las de primero de este mes de septiembre avisan como todavía se defiende el castillo de
Flix, y que le estaba el enemigo minando desde el miércoles; y luego había venido otro correo con
aviso de no haber podido pasar adelante con la mina, por haber topado en una peña; pero que
esperaban que presto se rendiría porque no tenía agua, y que el enemigo se había vuelto ya con sus
tropas otra vez a las fortificaciones que tenía junto a Balaguer, con que habían echado mal lance, y
que andaba inquietísimo por verse por todos los lados con trozo de ejército muy considerable,
porque todos los cabos están divididos y a la vista para hacer su deber cuando sea tiempo.
También avisan que este mismo día había habido en Zaragoza exhibición de todas las armas
que los mercaderes franceses y otros particulares tenían en sus casas, y que les habían sacado más
de 3.000 armas de fuego sin otras muchas de picas y alabardas y chuzos, y que a la misma hora se
había hecho lo mismo en todos los lugares de aquel reino. Y también dicen que iban llegando
muchos franceses rendidos, que se venían fugitivos, y que aquel día habían entrado 135.»

Madrid, 6 de septiembre.
Pax Christi, &c. Después que D. Andrés Cantelmo pasó la caballería de Balaguer para juntarla
con la de D. Felipe de Silva, en conformidad de la orden de S. M., con tan feliz suceso como avisé,
el conde de Ancurt (Harcourt),con el grueso de su ejército le pareció tentar a Balaguer, pareciéndole
estaría falto de gente, municiones y víveres, pues Cantelmo se había retirado de esta plaza. Púsolo
en ejecución y dejándose llevar del furor francés, aunque fue aconsejado del general de la caballería
francesa, no se arrojase a acción tan arriesgada, sin tener más noticias de las que el discurso le
125 Parecen capítulos de alguna carta de Madrid o de otro punto, que mandaría copiar el P. Rafael para unir a su
correspondencia.
138

ofrecía, de que resultó el decirle Ancurt (Harcourt) al general de la caballería: Monsieur de


Santoner126, que sirvió estos años pasados en nuestro ejército, que aun tenía el ánimo español por lo
que había servido, y el otro replicarle otras palabras de sentimiento y pronosticarle lo que le
sucedió. En fin, sin embargo de estos lances, Ancurt (Harcourt) resolvió dar asalto a Balaguer. Dióle
por tres veces, en que los de dentro se portaron con singular valor, con muerte de muchos franceses
de cuenta. D. Felipe de Silva envió socorro a Balaguer de infantería y caballería. Tuvieron en el
camino aviso los que iban al socorro de que los de Balaguer no necesitaban de él, antes se habían
defendido con gran daño del enemigo, con que el socorro no pasó adelante y se volvió. Hay dentro
de Balaguer 500 caballos y más de 3.000 infantes.
Mientras el conde de Ancurt (Harcourt) andaba ocupado con Balaguer, un soldado avisó a D.
Felipe como un religioso bernardo, amigo suyo, y que le había favorecido con grande fineza el
tiempo que había estado preso en Cataluña, le había dicho cómo Flix, plaza la más fuerte de la
castellanía de Amposta, estaba sin gente, y que si se acudía con presteza sería fácil de ganar, (cosa
que ha sido grandemente deseada de los nuestros por ser la seguridad de Aragón y Valencia). Hizo
varias preguntas D. Felipe al soldado, y a todo satisfizo bastantemente; dijo le trajese el fraile,
trájole y hablóle D. Felipe, y quedó satisfecho de la razón del fraile, y él se ofreció a guiarlos, como
lo hizo. Envió D. Felipe por cabo a un D. Fulano de Mesa, con 300 caballos y 600 infantes; el fraile
les dijo por donde se podía esguazar el río, y que esguazado, él se adelantaría con ocho de a caballo
en hábito francés, y procurarían ganar la barca; que ganada, acudiese el resto de la caballería y
pasase con ella la infantería, y diesen luego en el lugar. Ejecutóse como el fraile lo dispuso, y
adelantándose con ocho de a caballo, en hábito francés, los que estaban en guarda de las barcas no
se recelaron por conocer al fraile. En acercándose los caballos dieron en las guardas y los
degollaron. Ya en este tiempo seguía el resto de la caballería a los ocho que se habían adelantado, y
ganadas las barcas y una pieza de artillería que tenían para su defensa, las llevaron de la otra banda
del río y empezó a pasar la infantería. Acabó de pasar a las siete de la mañana, que aunque se deseó
hacer esta acción antes de amanecer, no se pudo conseguir. Tuvo aviso el gobernador de la plaza, y
se puso en defensa con 150 soldados y algunos de los naturales. Pasada nuestra gente y puesta en
orden, acometieron; peleóse hasta las doce, que fue entregada la plaza. Rindióse el capitán y otros
cabos y soldados hasta 100; los demás y los del pueblo se retiraron a un castillejo que tiene en una
eminencia, mas sin agua ni víveres; cercáronlos en él. Dicen han hecho concierto de entregarse, a 3
de este, si no eran socorridos; el término se cumplió ayer. Veremos de aquí a dos días lo que se
avisa.
El conde de Ancourt (Harcourt), dicen se ha retirado de Balaguer con su ejército, y que se
había puesto a dos leguas de Lérida, con ánimo de impedir el convoy que intentan poner en Flix
para dejar surtida esta plaza y puesta en defensa, que es de grande importancia. Tiene aviso de esto
Toralto, y dicen va bien prevenido de gente para lo que sucediere.
Monsieur de Santoner dicen se ha ido a Francia sentido del conde de Ancourt (Harcourt), a
dar sus quejas a la Reina y ministros.
El de Ancourt (Harcourt) había escrito estos días pasados a Barcelona como en breve
prendería al general del rey de España, D. Andrés Cantelmo, y que tendría el ejército español en su
mano, y que al general y cabos remitiría a Barcelona; no parece se le va disponiendo como él
pensaba.
A D. Andrés Cantelmo ha dado S. M. la llave dorada, que es la que tienen los gentiles-
hombres de la Cámara con ejercicio, y le han hecho del Consejo de Guerra…
… Hoy vino aviso había S. M. dado a D. Andrés Cantelmo 4.000 ducados de renta en el reino
de Nápoles, y la futura sucesión del virreinato de Navarra; él es bizarro caballero y lo merece todo.
Empiezan las Cortes en Zaragoza este mes a 20 de él. En ellas han de jurar al Príncipe, y ya el
Príncipe ha jurado los fueros de Aragón. Han enviado a llamar al obispo de Málaga para que quede
presidiendo en ellas. S. M. ha prometido volver a acabarlas.

126 Es el mismo general a quien en otra parte se llama Santones.


139

Pasada la jura del Príncipe en Zaragoza, pasa S. M. a Valencia a hacer Cortes donde jurarán al
Príncipe, y el Príncipe jurará los fueros. No se sabe hoy quién las quedará presidiendo…
… La mentira de la prisión de Ancourt (Harcourt)y la rota del ejército enemigo, no hay que
decir de ella, que bien se ve lo es por lo que queda dicho. Madrid y Setiembre 6 de 1645. —
Sebastián González…
… Después de escrita ésta llegó el parte que dicen las cartas; con él temían se había tornado a
perder Flix, porque al punto que se perdió había cargado el Francés con 5.000 infantes y 1.000
caballos. Ha sido nueva esta de grande sentimiento, y pérdida muy considerable por las
consecuencias. No he sabido mas, que me ha lastimado de suerte que ni aun preguntarlo he querido.

Madrid, 12 de septiembre.
… La pérdida de Flix fue cierta; perdióse a 2 de éste, habiéndose ganado a 27 del pasado.
Ancurt (Harcourt) dividió en tres trozos su gente; el uno dejó sobre Balaguer; con el otro se puso a
una legua de Lérida, y el tercero envió a la facción de Flix con Santones. Éste con 3.000 infantes y
4.000 caballos recobró aquella plaza. Murieron de nuestra parte hasta 500 o 600. Culpan a Silva por
no haber acudido con socorro: el resto de nuestra gente, después de haber resistido lo que pudo, se
rindió. Hanlos de conducir por Cataluña y Francia, volviendo a España por Fuenterrabía.
Dícese de Santones que a todos los cabos dio libertad, diciéndoles que fuesen a servir a su rey.
Una carta de Zaragoza del 8 decía que el rey estaba con calentura y vómitos con desconcierto
de estómago. Del 9 hubo otra que decía que estaba mejor, aunque no sin calentura. Aquí se ha dicho
que ha habido cartas que dicen estaba ya sin calentura, ¡así sea!…—Miguel González Villacastín.

Madrid, 17 de octubre.
… Balaguer está apretada; si este tiempo (que aquí ha sido seis días de muy lluvioso) no se ha
socorrido, se tiene poca esperanza de que se socorra...—Miguel González Villacastín.

Madrid, 25 de octubre.
… De Cataluña lo que hay es, que Balaguer está muy apretado por falta de bastimentos, y que
don Simón Mascareñas trató de parlamentar con el conde de Ancour (Harcourt). Este le daba
licencia franca para salir con toda su gente, con las condiciones ordinarias; mas no quiso dar partido
ninguno a los naturales, diciendo los había de pasar a cuchillo. D. Simón dijo capitulaba por todos;
no vino en ello Ancourt (Harcourt), y la última resolución fue decirle D. Simón que a él le habían
puesto por guarda de aquella ciudad y de sus naturales, que si no se admitía pacto para ellos sino
que habían de morir, quería él y su gente perder la vida con los que le habían encomendado
guardase y defendiese; que la fortuna de unos y otros había de ser la misma. Sabido esto por los
naturales, descubrieron cantidad de trigo que tenían oculta, con que dicen tienen víveres hasta
Navidad.
En Barcelona, por cartas de un consejero de S. M. en aquel Principado se sabe que los
muchachos apedreándose unos a otros, como suelen, mataron acaso un francés. Los demás
franceses ofendidos dieron tras ellos; ellos haciéndose un cuerpo de todos procuraban defenderse
diciendo: ¡Viva la terra y el rey de Castilla! Mataron 19 franceses; salió a aquietarlos el gobernador
Margarit, grande apasionado, aunque catalán, de Francia, y llovieron sobre él tantas piedras, que se
hubo de retirar, y anda tan receloso que no sale de casa sino con muy buena guarda.
El día siguiente, como esto sucedió, se hallaron varios pasquines en Barcelona contra los
franceses, apellidando a S. M. como a su rey verdadero.
Un hermano aragonés de los nuestros que estaba en Barcelona y le han enviado a Valencia,
afirma que dentro en Barcelona hay muy muchos aficionados a S. M., y que si viesen ocasión se
140

declararían; mas que hoy no se atreven por la opresión de Francia, hasta que haya ejército que
pueda ayudar a sus intentos.
Los de Vique no han permitido entre francés ninguno en su ciudad, aunque varias veces han
intentado alojar en ella gente de guerra.
La jura del Príncipe127 en Aragón se hizo a 21 de este; luego se disponía para ir a Valencia,
aunque aun no había partido. S. M. abreviará lo posible en aquella ciudad, y vendrá a Madrid a
disponer la campaña del año que viene, que quiere salir muy temprano...―Sebastián González.

Madrid, 31 de octubre.
… Perdióse Balaguer. La entrega fue a 20; las condiciones que los nuestros entren en Francia,
habiendo de entrar en España por Fuenterrabía y que los naturales dentro de tres meses resuelvan, o
salir de la tierra a donde más gustaren, o quedar en ella. D. Felipe de Silva va a Zaragoza después
de tan ínclita victoria. Dicen que habrá junta.
El rey salió de Zaragoza a 22 y en la cuesta de Cariñena, resbalando la mula, cayó de ella
cogiéndole un pie. No fue nada considerable el daño; el Príncipe, al ver el suceso, se apresuró a
apearse, y el de Orani con la misma gana de acudir le atropelló. Sangróse en el primer lugar el rey, y
algunos escriben que el príncipe también. No se impidió la jornada. En Teruel donde vieron la
memoria de sus amantes, fueron bien recibidos. Habían de comer a 28 en San Miguel de los Reyes,
y aquella tarde entrar en Valencia. Estará aquí el Rey para 19 de noviembre; ha ido ya Quiñones a
aderezar los caminos.
Las cortes de Aragón se continúan por tratadores. Esto concedieron la noche antes que el rey
saliese. No fue posible persuadirlas a habilitar presidente. Escriben que partió el rey desabrido de su
entereza, y ofreció dar la vuelta a últimos de febrero…―Miguel González.

Madrid, 9 de noviembre.
… Los franceses se desmandaron entrando por los términos de Lérida, y los de esta plaza
hicieron 200 prisioneros. Ancurt (Harcourt) ha metido en la castellanía de Amposta algunas tropas;
témese invasión o en Valencia, o en Aragón...

Madrid, 21 de noviembre.
… El Rey parte de Valencia; a 25 había de haber salido, pero las Cortes le han detenido. No
ha venido la ciudad de Valencia en que los comisarios que señala para la asistencia en Cortes tengan
poder absoluto, sino que refieran a la Ciudad, la cual determinará lo que han de votar. Ha habido
muchos debates sobre esto entre los mismos valencianos, alegando que el estilo ha sido tener voto
decisivo, a que responden otros que es libre el limitar o dilatar la comisión. Ordenó el Rey que sin
los procuradores de la ciudad se continuasen las Cortes.
Desde Balaguer Ancurt (Harcourt) envió dos comisarios a Barcelona para que tratasen con la
ciudad las conveniencias que habría en levantar un fuerte en Monjui. Suplicaron a el virrey que no
intentase empresa en que no podrían condescender con su gusto; porfió Ancurt (Harcourt) y envió
dos compañías, una de a caballo y otra de infantes que no dejaron entrar. Los comisarios instaban
con vehemencia y medios violentos sobre la ejecución, y señalaban ya posadas para los
alojamientos do los soldados. Opusiéronse los catalanes y en una revuelta les quitaron la vida…
―Miguel González.

127 Es D. Baltasar Carlos que murió por octubre do este mismo año.
141

Madrid, 12 de diciembre.
En Sariñena se pusieron en armas por los alojamientos 600 hombres con pistolas; no se
atrevieron Padilla y don Martín, el que entregó a Monzon, a entrar dentro; avisaron a Zaragoza;
compúsose dando el Rey el pan de munición y el reino el sueldo…―Miguel González Villacastín.

Madrid, 18 de diciembre.
… En Cataluña iba un convoy nuestro de Fraga a Lérida, de 30 carros y algunas acémilas,
acompañado de 100 caballos y 150 infantes; salieron 1.000 caballos franceses y 300 migueletes y
tomaron el convoy, que valdrá más de 10.000 ducados, y nos prendieron la gente…―Sebastián
González.
142

1646

Madrid, 16 de enero.
… De Barcelona dicen que el conde de Ancurt (Harcourt), traía a su mujer, y que pidió a la
ciudad la saliesen a recibir con el acompañamiento de virrey. Vinieron en ello; pidió más, que para
que la entrada fuese más solemne y festiva, entrasen con ella 4.000 franceses con mosquete, que
regocijasen la fiesta. Esto se contradijo fuertemente, porque temen les quieren meter presidio y
sujetarlos totalmente. Hizo grande instancia en esto, y la ciudad se alborotó, y se dice le han echado
fuera de ella al de Ancurt (Harcourt); esto corre, ojalá sea verdad.
El obispo de Vique, que es en Cataluña, está muy afecto a Castilla. El de Ancourt (Harcourt)
le envió a decir que admitiese clérigos de Francia, o se saliese fuera del Principado. Respondióle
que él no tenía seguridad de la clerecía francesa, como la tenía de sus clérigos, y que no había de
entregar sus ovejas en manos de quien no conocía. Mandóle salir, y el clero y pueblo lo estorbó.
Viendo que no había tenido efecto envió dos compañías de infantería a sacarlo; noticiáronselo y
vistióse de pontifical, y con el Santísimo Sacramento en las manos salió acompañado de todas las
religiones y clérigos, con tan grande sentimiento y lágrimas del obispo y eclesiásticos, que movidos
de ellas los ciudadanos dieron en las dos compañías de guerra y las degollaron y volvieron con
grande alborozo y fiesta a su pastor a su casa. Esto corre; de cierto no se sabe nada, porque los
franceses tienen tomados los pasos para que no haya correspondencia entre Cataluña con Aragón,
Valencia ni Castilla. Hoy ha ido un Padre a verse con un regente con deseo de saber la verdad destas
dos últimas nuevas…―Sebastián González.

Madrid, 23 de enero.
… Los franceses en Cataluña, dicen, juntan grande cantidad de víveres en Monblanc, que está
cuatro leguas de Tortosa y ocho de Lérida.
A Tortosa se han enviado 30.000 escudos para fortificarla.
Los aragoneses en Cortes pidieron licencia a S. M. para armarse aquel reino, y se dice no se
les ha concedido…―Sebastián González.

Madrid, 20 de febrero.
… De Cataluña lo que hay es que Ancurt (Harcourt) trataba de hacer un fuerte entre Fraga y
Lérida; que iba entrando gente, y que las Cortes de Aragón han ofrecido cuatro mil soldados para
defensa de aquel reino a S. M.
Item: que los nuestros cogieron 70 acémilas que iban cargadas de víveres y mercaderías al
ejército francés.
S. M. ha enviado a llamar al marqués de Leganés. Entiéndese que le quieren encargar las
armas de Cataluña y estánle aguardando de un día para otro; sábese que está ya en camino…
… Dos días ha salió la sentencia de D. Melchor de Borja, que es bien rígida, por no haber
hecho el socorro de Rosas. Condénanle en privación de todos los honores militares que tenía, y que
no pueda tener cargo ninguno de milicia; que sirva en un presidio de campaña seis años, y en
20.000 ducados. Aun cuando esta sentencia se modere en la revista, tendrá con lo que le quedare
harto que sentir; porque indica haber tenido mucha culpa y poco ánimo en la ejecución de lo que
importaba tanto. Si hubiese brío para castigar a quien no hace el deber, S. M. sería mejor servido, y
se lograrían mejor sus designios.―Sebastián González.
143

Madrid, 13 de marzo.
… En Barcelona dicen se ha descubierto una conjuración que había contra el conde de
Ancourt (Harcourt) y que han ahorcado a algunos, y que otros han huido. De esto hago poco caso,
que cada día escriben de Aragón estas cosas, y de ordinario salen inciertas…―Sebastián González.

Madrid, 2 de abril.
Cierta fue la conjuración de Barcelona, y nuestra armada iba a cosa hecha, porque los de
Martorell tenían dispuesta la materia y ofrecido tomar una puerta para dar entrada a los nuestros en
la ciudad. Esta trama se descubrió antes de tiempo por flaqueza de uno de los conjurados, el cual
por miedo que otro amigo le puso, le dio cuenta a Ancurt (Harcourt) del caso. Esto le obligó a llevar
la gente a vista de Barcelona, y él entró dentro con bastante gente para su seguridad; habló a los
conselleres y diputados afeando el caso, y remitiéndoles el castigo por no hacerse odioso con los
catalanes. Hasta ahora son los ajusticiados siete; dos de los principales despedazados a cuatro
caballos cada uno; los demás ahorcados; otros están presos y otros heridos 128. Dios no debía de
querer que esto se consiguiese por este medio, pues estando tan cerca de efectuarse, se desvaneció.
Ancurt (Harcourt) ha hecho a los principales del levantamiento y rebelión contra S. M., mercedes en
nombre de su rey, para asegurarlos más, y que perseveren con nuevas prendas en su obstinación. A
Margarit, que es el principal catalán confidente de Francia, le ha dado el estado de marqués de
Aytona; a otro ha dado el estado de título que tenía el marqués de Camarasa en Cataluña, y
asimismo a otros tres les ha dado otros títulos, de que gozaban sus propietarios obedientes a S. M.
Esto está hoy en este estado; veremos en qué para...
… El de Leganés ha partido ya para Cataluña; fuese primero a Almazán a dejar allí a su mujer
e hijos, y de allí se encaminará a Zaragoza. El duque del Infantado, que va por general de la
caballería nuestra a Cataluña, partirá con S. M., que se entiende será el sábado de esta semana; mas
no hay cosa cierta, que aunque está esto resuelto ocurren cada día accidentes que impiden las
ejecuciones…―Sebastián González.

Madrid, 18 de abril.
… S. M. partió con el Príncipe este sábado pasado; va ahora a Navarra, y de allí pasará a
Zaragoza.
De Barcelona sólo se sabe hay algunos presos por la conjuración contra los franceses, gente
de calidad, aunque el pueblo común está por el Francés, si bien no todo. Como se ven tan
apoderados del Francés, deben de hacer de la necesidad virtud, porque el miedo los obliga a esto.
Del conde de Ancurt (Harcourt), unos dicen está dentro de Barcelona; otros dicen está fuera y que
no se atreve a entrar dentro. Ha obligado al Consejo de Ciento admitan en él cuatro franceses para
que le den cuenta de lo que se tratare que es derechamente contra sus fueros, y que con haberlo
intentados. M. en otras ocasiones no lo pudo conseguir. A esto les obliga su necesidad y aprieto en
que de su voluntad se han puesto.
El gobernador de Lérida, que es un fulano Brito. portugués, salió de Lérida con 500 caballos y
800 infantes, sin decir a dónde ni a qué iba. Alojóse aquella tarde en un lugar cerca del fuerte de
Termes, que es el padrastro de Lérida y de donde salía el presidio a hacer correrías e impedía el
meter víveres y socorro en Lérida. Tenía de presidio 1.000 infantes y 200 caballos; habíale
fortificado Ancurt (Harcourt) muy de propósito, y puéstole por nombre Villanueva de Francia. A
media noche salió de su alojamiento Brito con grande secreto y dio sobre el dicho fuerte, y le escaló
con tan buena suerte que estaban los nuestros en las murallas primero que el enemigo despertase.

128 Los ajusticiados en esta ocasión, fueron tres: el bayle de Mataró D. N. Fornelta, Onofre Quílez, y José Ferrer; este
último fue degollado en la plaza llamada de los Traidores el 7 de abril de 1646. El 14 sufrió la última pena Micer
Amigano.
144

Luego se rindieron los 800, y 400 se retiraron al castillo y se pusieron en defensa. Escaláronle
también y fueron todos degollados con el cabo que lo era de todo el presidio; y fue esta victoria
tanto más de estimar cuanto de los nuestros sólo murió uno y algunos heridos, aunque pocos. Ha
sido la redención de Lérida129 y el imposibilitar al enemigo el socorro de Fraga y dificultarle mucho
el de Flix. Dicen sólo pretende hacer este año guerra defensiva, porque hoy, dicen, no tiene más de
1.000 caballos y 3.000 infantes, por haberle sacado lo demás para Italia y Flandes.
El gobernador de Tarragona también salió con gente de su plaza y tomó el castillo de
Escornabou, que es muy fuerte, con que todos los pueblos circunvecinos quedan cortados y sin
defensa, y les es fuerza el entregarse por no padecer los infortunios de la guerra…—Sebastián
González.

Madrid, 23 de abril.
… Llegó Leganés a Zaragoza, y allí tuvo aviso de la toma del fuerte de Termes. Mandóle
arrasar por no tener embarazados allí 1.000 hombres en su defensa. Llevaron a Lérida 25 carros de
municiones que había en dicho fuerte, y más 36 de víveres, y más 24 barcas que tenía allí el
enemigo con seis carros para hacer puentes para pasar el río.
Con cartas de Zaragoza de este correo se escribe más especificádamente la rota que dio el
gobernador de Tarragona a los franceses. El suceso, dicen en ellas, fue de esta suerte: que habiendo
entendido Ancurt (Harcourt) el sitio de Termes, mandó juntar 1.000 caballos y 1.000 infantes que
fuesen de socorro allá, y los dio orden partiesen a toda diligencia, como lo hicieron, avanzándose
adelante la caballería, y habiéndolo sabido don Francisco Totavila, gobernador de Tarragona, hizo
emboscada con 2.000 infantes y 200 caballos, y cortó la infantería del enemigo; y como era la más
de la infantería esguízara, aunque se vieron perdidos y los nuestros les ofrecieron cuartel, no le
admitieron, porque ellos no le dan ni le toman. Fueron degollados 700; los demás huyeron por unas
montañas.
Partió el duque del Infantado a Zaragoza a ejercer su oficio de general de la caballería el
sábado pasado. Saliéronle acompañando todos los señores, como lo suelen hacer con personas de su
calidad. Fue lucidísimo y espero en Dios lo ha de hacer bien, que tiene buen entendimiento y
valor...―Sebastián González.

Madrid, 5 de mayo.
… A 25 vino carta del barón de Sebac, de Fraga, y dice que aquella mañana había llegado a
Fraga un muchacho de Lérida, que se había con grande sutileza escapado, y decía que dentro de
Lérida no se habían alterado los precios y que salían a forrajear fuera, y acababan de demoler los
conventos. Que él había pasado entre dos cuarteles del enemigo, entre los cuales había un cuerpo de
guardia de caballería, y que la caballería del enemigo había estado montada dos noches; que
trabajaban en un fuerte en frente de Garden y en las cabezas de sus puentes de barcas; y que los
nuestros les habían quitado el agua del acequia.
Item: que los rendidos decían que enfermaba mucha gente en el ejército del enemigo, y que la
ración de pan valía a cuatro y a cinco reales.
A 26 vino aviso como los enemigos trabajaban en los cuarteles, y que hacían una cortadura
desde el cuartel que tienen sobre Garden hasta el río, cerrando el camino de Fraga a Lérida. Fue el
capitán Coxo nuestro, que es un valiente hombre, para inquietar al enemigo, y tiene buena
compañía, y volvió con 29 prisioneros y unos caballos.
A 27 vinieron 27 rendidos franceses a Zaragoza; decían que en su ejército corría voz como
fuera de Garden está minado, con lo cual no se atrevía nadie a aprocharse130.
129 Una nota marginal del P. Pereyra añade: «Había en Termes tres piezas de artillería, mucho trigo, cera y harina y
pertrechos de guerra, y el tener este lugar es de grande conveniencia para cuando se sitie a Balaguer.»
130 Aprocharse y aproches son voces francesas introducidas por este tiempo.
145

A 28, que fue ayer, avisó Sebac como habían llegado a Fraga cerca de 30 rendidos. Decían
como no estaba aun resuelto de atacar a Lérida por hambre o por fuerza; que tenían muchas barcas
para echar otra puente en el Segre de esta parte de Fraga; que no habían pasado a esta parte la
artillería gruesa porque no se fiaban de la puente; que la estaban reforzando y que algunos decían
que no se podía reforzar cuanto bastase, y que querían ponerse hacia la puerta cerrada para impedir
que los de Lérida no pasasen a Garden.
Hoy avisan que se habían venido otros rendidos. Esperamos en Dios que en breve tiempo se
ha de consumir su ejército. S. M., que Dios le guarde, partió de Pamplona ayer; llegará a esta ciudad
sábado y vendrá a comer a una villa una legua de aquí…―Sebastián González.

Madrid, 8 de mayo.
… El Príncipe está con tercianas sencillas en Pamplona; ha tenido hasta ahora siete; límpiase
de calentura con que el mal parece seguro, si bien retarda la ida de S. M. a Zaragoza, que es bien
necesaria, porque en las Cortes no se hace cosa de provecho, y los aragoneses no quieren dar gente,
y dicen basta dar alojamiento como los dan. Entiéndese irá antes que S. M. el Sr. D. Luis de Haro,
para procurar se acomode esto lo mejor que se pudiere, y se espera que con su agrado hará mucho.
Seguirále luego S. M., aunque no está, como dicen de Pamplona, tomada resolución en la ida del Sr.
D. Luis…
… El enemigo en Cataluña con la gente que le ha venido va haciendo sus reductos. Hasta
ahora no ha hecho movimiento ni se sabe el designio que tomará. Los nuestros tienen efectivos
4.000 caballos y 8.000 infantes; el del Infantado llegó a Zaragoza; ha sido bien recibido y está con
grande aliento y deseo de salir en campaña…―Sebastián González.

Madrid, 15 de mayo.
… A 12 de este vinieron cartas de Zaragoza; con ellas avisa el P. Camasa que el conde de
Ancurt (Harcourt), estaba para salir de Balaguer y que tenía 2.500 caballos y 8.000 infantes, ocho
piezas de artillería, las dos gruesas y las seis pequeñas; que no se sabían sus designios; que unos
decían iría a Fraga; otros que quería hacer correrías y pillar 131 en Aragón, y que luego se pondría
sobre algunas plazas. Nosotros tenemos 8.000 infantes y 4.000 caballos, y el de Leganés hasta ahora
no da muestras de salir. Ha ido el señor don Luis de Haro a negociar de Aragón los 4.000 hombres
que ha ofrecido para la defensa de aquel reino, y hacer salga Leganés…―Sebastián González.

Madrid, 22 de mayo.
… El conde de Ancurt (Harcourt) está puesto entre Balaguer y Lérida. Esta ciudad tiene
provisión hasta el mes de diciembre para acabar de aviar. A Leganés ha mandado S. M. se le
remitan 2.000 ducados, y que estos se repartan entre todos los consejeros de aquí y ministros…
―Sebastián González.

Madrid, 28 de mayo.
Pax Christi, &c. Es adjunta la copia de una carta que el P. Francisco Antonio Camasa,
confesor del marqués de Leganés, ha escrito a un P. de este Colegio, su fecha a 22 de mayo de 1646.
«Del enemigo avisó el gobernador de Lérida con carta de 14 como había puesto cinco
cuarteles; uno al camino de Fraga, en una casería de la Compañía de Jesús; otro sobre el llano de
Garden; otro al camino de Monzón; otro donde estuvo don Felipe de Silva, y es el del conde de
Ancurt (Harcourt), y otro a la otra parte del río en Villanoveta de la Barca, y que esperaba más gente
y hasta 26 piezas de artillería. Que había pasado penuria de pan, y que se había vendido a cinco
131 Entiéndase saquear, del francés piller y pillaje.
146

reales una ración; que había nuestra gente comenzado un fuerte sobre Garden y andan con continuas
escaramuzas. Que nuestro gobernador había puesto en Garden 1.200 hombres, y los nuestros
trabajaban en perfeccionar aquel puerto donde se habían metido tres piezas de artillería. También
avisan que en una escaramuza habían muerto más de 100 franceses, y se iban muriendo mas. De
nuestra parte hubo un solo herido. Item: que se había dado muestra en Lérida a todos los que
comían pan del rey y eran 4.499. Que decía Ancurt (Harcourt) que antes de tres días había de
llevarse a Garden.
A 15 acabó el enemigo la puente y dio aviso de ello al gobernador de Lérida con tres
cañonazos y un fuego de un cuarto de hora a los de Garden, como les tenía escrito. Item: avisa de
Fraga el barón de Sebac con carta del 18, que le habían dicho algunos rendidos franceses que
Ancurt (Harcourt) había concertado con sus provisionarios 30.000 raciones de pan cada día hasta
seis leguas dentro de Aragón. Item: que la noche del 16 y la mañana del 17 habían oído muchas
cargas de mosquetería, y que el enemigo había movido la gente de sus cuarteles hacia la ciudad,
como si quisiese dar asalto general, pero no había pasado adelante.
Item más: dicen los rendidos que Ancurt (Harcourt), pensaba ganar a Lérida en un mes por
fuerza y en tres por hambre.
A 20 avisó de Fraga el barón de Sebac que los nuestros dieron una escaramuza sobre el puesto
en que el enemigo trabajaba, en el llano de Garden, en la cual, como avisa mejor en carta de 21,
quedó muerto el conde Sciabo (Chabot) mariscal de campo, pariente de Ancurt (Harcourt) y
Monsieur de Valiere (Lavallieré), grande ingeniero que estaba en Flix cuando lo ganaron los
nuestros. Sciabo murió por ir a socorrer. Y más que habían muerto 30 oficiales; que el enemigo
había comenzado la línea de la circunvalación, y que daba cinco reales cada día a cada soldado que
trabajaba. No los tengo por tan liberales a los Monsiures. Item: que había ahorcado a un muchacho
que salía de Lérida con cartas, y que aguardaba 1.500 esguízaros.
Item mas: avisaba que habían entrado dentro de Lérida por la otra parte del río el maestre de
campo Galindo, y dos sargentos mayores, y Juan de la Guerra y Saceli, que había enviado el señor
marqués de Leganés para que hubiese más cabos en Lérida; y ayer tarde partió el sargento mayor
Florencia por la posta para entrarse también en Lérida, porque entiende bien la fortificación.
Item: dice en la suya el barón de Sebac que la caballería del enemigo había tentado dos veces
el cuartel del Torrente, de nuestra caballería en la ribera de Cinca, a una legua de Fraga, y que los
había hallado a caballo todas las dos veces, como tienen orden de estar las noches hasta que tengan
alguna infantería los cuarteles de nuestra caballería, a fin de que con eso haya tiempo de tomar las
armas. El enemigo se ha de consumir alrededor de Lérida, porque está muy fuerte y con víveres
para más de seis meses, por lo cual no tenemos necesidad de socorrerles; antes dejar que el enemigo
se empeñe más. Los rendidos dicen que el enemigo tiene de 8 a 9.000 infantes y cerca de 4.000
caballos.» Hasta aquí la carta del P. Camasa…
… De la revuelta de Cataluña resultó prender a doña Hipólita de Aragón, acusada por
promotora de rebelión. A cabo de muchos días el conde de Ancurt (Harcourt), la dio libertad y la
mandó saliese fuera del Principado, después de haber confesado muchos cómplices, parte de los
cuales quedaban presos, y otros con la fuga se habían puesto en salvo…―Sebastián González.

Madrid, 11 de junio.
Pax. Christi, &c. A falta de nuevas de la corte copiaré otra carta del P. Francisco Antonio
Camasa, su fecha en Zaragoza a 5 de mayo, que llegó días pasados.
«En cuanto a lo que dicen del señor duque del Infantado, de que le han muerto algunos
caballos los enemigos, es engaño; solos tres le han muerto, que estaban de centinela en un esguazo
del río Cinca, y esto por su descuido de ellos; pero las partidas que ha enviado han hecho mucho
mal a los enemigos, y los hemos inquietado mucho, y en una del capitán Coxo tomaron a los
enemigos algunos caballos, y cerca de 40 prisioneros. El señor duque (Dios le guarde), ha de ser un
147

grande general; gobierna su caballería a la frontera coa grande ejecución e inteligencia y con
infinita satisfacción de todos, y su grandeza tiene alegrísimo al ejército.
Antes de ayer se recibieron dos cartas del gobernador de Lérida, y dice que a 17 de mayo, a
las 9 de la noche, los enemigos embistieron furiosamente a la gente de Lérida, y al principio
ganaron la estacada, pero acudieron los de dentro valientemente. Duró la refriega una hora; quedó
muerto Mosen el conde de Chiabot132, mariscal de campo, con otros muchos, y quedó el sombrero
de este conde, de castor blanco, agujereado y sucio de sesos y cabellos. A este caballero los
enemigos le retiraron a Villanoveta, y le depositaron en la iglesia. Hallóse en el entierro el conde de
Ancurt (Harcourt) con grande sentimiento. Dicen que han llevado el cuerpo a Monserrate.
Desde el día 17 dicen que trabajan los enemigos en la circunvalación; que han hecho cuatro
cuarteles, uno a nuestra vista, camino de Fraga; otro al camino de Monzón; otro donde estuvo D.
Felipe de Silva, y otro de la otra parte de Villanoveta. La línea de la circunvalación, dicen, que la
hacen otro tanto más apartada que la nuestra; que en la parte de hacia la ciudad han hecho unos
fortines para defenderse de las salidas de la ciudad: uno enfrente de Garden arrimado al río, que será
para cubrir otro puente que pretenden hacer; dos sobre Garden; otro enfrente de las monjas al
camino de Monzón; otro en el cuartel de Ancurt (Harcourt), que es el que tuvo D. Felipe de Silva, y
en este han puesto ocho piezas, y otro de la otra parte del río entre la puente de la ciudad y
Villanoveta, y de esta parte han hecho una batería con cuatro piezas, y baten la puente, pero
infructuosamente.
El día de la Santísima Trinidad, al amanecer, los nuestros salieron por el puente y se retiraron
con 28 vacas que se repartieron para refresco de todos; cosa que sintió mucho el marqués de Uvisa,
gobernador del cuartel de Villanoveta, quejándose mucho de los catalanes que estaban de guardia en
aquella parte.
Este mismo día, a medio día, como había llovido mucho, envió Brito la caballería que tenía en
Lérida con 150 infantes al fortín que tenía el enemigo de la parte del puente; degollaron 30 infantes,
entre ellos dos capitanes, y ya pedía rendirse el fortín, cuando socorrió la caballería del enemigo,
con que nuestra gente se fue retirando. Hizo cargar el general marqués de Uvisa, y quedó muerto
con otros, y los enemigos le retiraron a Villanoveta, y se halló también Ancurt (Harcourt) en las
honras, y dicen que le embalsamaron y llevaron a Monserrate. A este paso se acabarán sus cabos
presto.
Tienen ellos puente de barcas poco más arriba de donde lo tenía D. Felipe de Silva, y le han
hecho por guardia dos fortines, uno de una parte del río, y otro de la otra.
A 31 marcharon de Villanoveta dos piezas del enemigo con 500 caballos hacia Montblanc, y
es que el gobernador de Tarragona ha salido a inquietar por allá.
En todas las salidas de los nuestros en Lérida no han muerto sino cuatro, y hay unos 30
heridos.
En la ciudad viven con abundancia y con los mismos precios. En el campo del enemigo dicen
los prisioneros que enferman muchos, y que de 1.000 hombres que habían venido de recluta, entre
heridos y muertos habían faltado 500.
S. M. (que Dios le guarde), llegó el sábado a la mañana. Está bueno, gracias a Dios, y S. A.
también, y continúa el estudio militar con mucho gusto. Como está más cerca del ejército, todo el
día lo pasa en este entretenimiento; yo le doy pintadas todas las cosas que suceden y habla de ellas
como cualquiera general. Dios le bendiga mil años. Si tengo lugar enviaré a V. R. la planta de cómo
está hoy lo de Lérida, y si no la enviaré la otra semana.
Ha llegado D. Miguel Piñateli de Italia, que fue prisionero en Francia, y se escapó. Dice
muchas cosas de la armada de Francia, pero no se puede escribir hoy todo. Adiós, que guarde a V.
R.» Hasta aquí la carta del P. Camasa…―Sebastián González.

132 Chabot, que otros escriben Xabot.


148

Madrid, 19 de junio
Pax Christi, &c. Copia de una carta del P. Francisco Antonio Camasa, su fecha en Zaragoza a
12 de Junio de 1646.
«Lo que hay de nuevo es lo que ha referido un alférez italiano, que servía en el ejército
francés, y se ha pasado a los nuestros con otros nueve compañeros de a caballo todos.
Éste dice que se alargaban del cuartel de Villanoveta a ambas partes con otros dos cuarteles, y
que habían acabado la otra puente de barcas enfrente de Garden. Item: que el conde de Ancurt
(Harcourt), ha tenido opinión o esperanza que nosotros habíamos de sacar la gente de las plazas
para socorrer a Lérida, para dejarse él caer sobre Tortosa o Tarragona. Item: que en el ejército
francés había muchos enfermos, y se le iban muchos. Item: que en acabando de fortificar los
cuarteles, había de hacerlos reconocer a los catalanes, para que conociesen la mucha gente que era
necesaria para el sitio, y que la diesen ellos si querían ganar a Lérida.
También se ha sabido de otra parte que el conde de Ancurt (Harcourt) no se había puesto
sobre Fraga por temer se había de despoblar Aragón por socorrerla; a mi parecer lo habían de hacer
ahora, porque Lérida cubre este reino más que Fraga.
Tienen buena voluntad estos señores de Aragón de dar el servicio; pero las Cortes se han ido
dilatando hasta hoy. Antes de ayer dieron a S. M. un papel con las mercedes que piden, y son:
Primera, que la Inquisición no se ponga sino en lo propio que pertenezca a su oficio. Segunda, que
S. M. haga merced de un puesto de capa y espada a un noble de este reino en el Consejo de Aragón
y de Italia. Tercera, que haga merced de mayordomo de S. M. y de llave de servicio a alguna
persona del Reino digna de tal puesto. Cuarta, que quite los alojamientos y otras cosas particulares,
que las sabrán mejor los naturales en Madrid con la correspondencia. Hasta ahora S. M. no ha
respondido.
Mañana dicen que comienza una novena de las honras de la serenísima reina Emperatriz, cuya
muerte y relación ya se sabrá por allá.
Tenemos buen golpe de infantería en las plazas, y dando la gente este reino, saldremos con la
gracia de Dios, pues tenemos ya mas de 3.000 caballos buenos. V. R. nos encomiende a Dios.»…
―Sebastián González.

Madrid, 26 de junio.
… Un sargento nuestro, los días pasados entró en Lérida y ha salido pasando por dos partes la
trinchera del enemigo. En ocho días han venido más de 100 soldados de a caballo a rendirse, y los
caballos están muy flacos, y dicen que padecen mucho, y que van por forraje a algunas leguas. Ayer
vino un oficial francés que entendía bien de fortificación, y nos hizo un dibujo de la línea de
circunvalación; yo he sacado una, y la he presentado a S. A., Dios le guarde, que la ha agradecido
mucho.
Han dicho que Barcelona había avisado al conde de Ancurt (Harcourt), que si no tenía ciertos
los socorros de Francia para continuar el sitio de Lérida, se le levantase, porque nuestro ejército
salia a talar los campos, como había comenzado ya el gobernador de Tarragona…
… De Zaragoza avisan que en las Cortes no acaban de concluir nada; han pedido muchas
mercedes. Algunas se les han suspendido, porque son de calidad que piden muy madura
deliberación; otras muchas les han concedido, y no obstante esto no acaban de dar el servicio de
gente que S. M. ha pedido y ellos ofrecido. S. M. se ha cansado de estas dilaciones, viendo tan
adelante el tiempo, y envió a la cabeza de los brazos que están juntos, un papel muy bien escrito, en
que en sustancia decía que no admitía la gente que le habían ofrecido, ni quería tuviesen efecto, las
mercedes concedidas y que prosiguiesen sus Cortes.
La ciudad de Zaragoza ha ido a dar grandes satisfacciones a S. M. diciendo cómo en aquella
ciudad estaba la nobleza del reino tan deseosa de servirle, como lo había estado a sus Reyes, y que
siempre mostrarían la estimación debida a su rey y señor, estando a sus pies y obediencia; que el no
149

caminar los negocios tan apriesa como ellos deseaban, consistía en ser la junta de tan diversos
estados, y que los de las montañas, como gente de menos obligaciones y noticias de lo que en tales
casos se debe hacer, ocasionaban estas dilaciones; que la ciudad lo sentía más de lo que con
palabras se podía explicar, y desearía siempre mostrar sus buenos deseos en servicio de S. M. y
pondría de su parte todos los medios posibles para que tuviesen efecto.
Dícese salia ya Leganés en campaña con 3.000 caballos y 6.500 infantes, sin la gente de
Navarra, que aun no había llegado al ejército, ni otro socorro que de varias partes se
esperaba...―Sebastián González.

Madrid, 3 de julio.
Pax Christi, &c. Sigue el P. Camasa favoreciéndonos con sus cartas, las cuales nos tienen al
corriente de lo que ocurre en Cataluña. La última que de él se ha recibido, con fecha del 26 de
Junio, dice así:
«Antes de ayer vino correo de Lérida; habían hecho los nuestros en el mismo tiempo dos
salidas grandes: una al cuartel del rey, que así llaman al de Ancurt (Harcourt), la otra al cuartel de
Garden. El enemigo estaba tan ocupado en henchir unos fosos alrededor de la línea, para poder
jugar la caballería, que solas las guardias acudieron a pelear, y faltó poco para que los nuestros no
ganasen el cuartel del rey. Fue cargando a los nuestros la caballería del enemigo, y nuestra gente
retirándose peleando, hasta poner a los enemigos debajo del artillería de la plaza que estaba
dispuesta para esto, y con ella le mataron mas de 100 hombres, y entre ellos un mariscal de
campo133, y hasta ahora son tres los mariscales muertos.
Vino el día siguiente a rendirse a Fraga un borgoñón soldado de Ventivoglio, y dijo que se
escapaba mucha gente del campo del enemigo, y que por esto enviaban guardas con los que iban a
forrajear, y sin sillas y frenos los caballos, y los soldados sin armas; pero también de esta manera se
huyeron, que poco importa vender el caballo con silla o sin ella.
Más, han dicho que por la falta grande de forrajes que tienen, y temor de nuestras salidas,
había resuelto Ancurt (Harcourt) de enviar dentro de Cataluña parte de la caballería para que no se
le muera; pero está muy alerta el duque del Infantado con la nuestra para inquietarlos y obligarlos a
asistir y consumirse en el cerco.
Aquí estuvo esta semana pasada el barón de Scbach para ajustar muchas cosas, y se volvió a
Fraga. Nosotros nos vamos poniendo en orden, y espero en Dios que hemos de acabar la campaña
felizmente.
Aquí se ha disputado la salida de Lérida; si fue bien hecha siendo tan apartada de la plaza, y
teniendo el enemigo mucha caballería y los nuestros poca en la plaza. Pienso que el convento del
Carmen y unos bajos que hay entre Lérida y el cuartel de Ancurt (Harcourt) le habían dado
comodidad de duplarse134 y de tener gente reservada»…
… Avisan de Zaragoza por cartas que allí habían llegado de los de Lérida, que el conde de
Ancurt (Harcourt) envió con un trompeta a decirle a Brito le diese la plaza dentro de 20 días, que
donde no los pasarían a todos a cuchillo. Enfadóse de la propuesta el Brito, y díjole al trompeta:
«Mirad, que deis el recado que os diere al conde de Ancurt (Harcourt), sin quitar ni añadir cosa
alguna; donde no os doy mi palabra que si venís a mis manos, os tengo de colgar de un palo.»
Ofreció el trompeta hacerlo puntualmente, y después díjole: «No le digáis otra cosa sino: Señor, el
gobernador de Lérida me respondió dijese a V. E. que un cuerno, y no me dijo más palabra.» Esta
respuesta aunque breve, es muy buena; hay tantos que lo afirman que se tiene por probable, si bien
hace dudar, que la cortesía que entre soldados se acostumbra suele ser muy grande.
El P. Vice-Rector de nuestro colegio de Lérida, catalán de nación, debía de ser poco afecto a
las cosas de Castilla, y el gobernador Brito debió de tener noticia de esto, y andaba con grandes

133 El conde Chabot.


134 Está sin duda por «doblarse o duplicarse.»
150

recelos. Salió una tarde solo con su ropa y báculo fuera de la ciudad a espaciarse, y cuando volvió
no le quisieron dejar entrar y se fue al conde de Ancurt (Harcourt), y de allí le enviaron a
Barcelona…
… Grandes barajas ha habido en las Cortes de Aragón, y se hace poco o nada en ellas. La
última fue con el Justicia. Acabóse el término de las Cortes, y el Justicia en el acuerdo de los brazos,
dijo como se había acabado el término, y que S. M. le prorrogaba por otros 15 días. Los brazos se
sintieron de esto, que dicen es fuero se diga se prorroga con licencia de S. M. y de los brazos. El
Justicia juntó después el brazo eclesiástico, y este concedió la prorrogación. Los otros tres cuando
lo supieron, dieron mayores muestras de sentimiento, y quisieron dar queja en Cortes del Justicia
(que fuera de ellas no las pueden dar) para proceder contra él y deponerle. Estuvo esto muy crespo y
se temió le habían de hacer algún desaire al Justicia. Ya se ha ido quietando y se entiende se ha de
acomodar con paz la prosecución de las Cortes…—Sebastián González.

Madrid, 6 de julio.
Copia de una carta del P. Francisco Antonio Camasa, su fecha en Zaragoza a 3 de Julio.
«… A 29 de Junio vino una carta del gobernador de Lérida que decía como después de San
Juan, a las 9 de la mañana, se había hecho aquella salida con 2.000 hombres hasta el cuartel de
Ancurt (Harcourt), quedando dos o tres muertos de los nuestros y ocho prisioneros, y a estos los
envió luego el conde de Ancurt (Harcourt) a Lérida, y de Lérida le enviaron otros tantos franceses
prisioneros.
Item: escribió Ancurt (Harcourt) al gobernador de Lérida que si quería rendirse le daba 20
días de término para capitular, y a esto no le respondió palabra. Dicen los rendidos que Ancurt
(Harcourt) lo ha sentido vivamente, y que trataba de ahorcar y degollar a muchos.
Item: avisa dicho gobernador de Lérida que habían enviado dos coches de heridos y seis
carros de muertos para enterrarlos en Balaguer, y que decían ser gente particular y de importancia;
entre ellos murió un marqués que era mariscal de Campo.
Item: avisan se habían venido a rendir estos días 40 juntos, y dicen que en su campo hay más
de 3.000 hombres enfermos, y debe de ser verdad porque al rededor de Lérida es malísimo el aire de
verano, y con estar los nuestros dentro de Lérida cubiertos hay más de 400 enfermos…»
Copia de otra carta de Zaragoza, su fecha a 4 de julio de 1646.
«En cuanto a la prorrogación de Cortes, digo nos costó una noche toledana, y en fin se
prorrogaron. Estuvo muy a pique de no hacerse, y quedaba este reino perdido sin fueros, y sin
tribunal de Justicia de Aragón y otras cosas. Estuvieron el señor don Luis de Haro y otros señores
toda la noche, que lo fue tremenda, por la dificultad de ajustar los cuatro brazos, y todo nació de la
prorrogación que había hecho el Justicia de Aragón. En fin se ajustó que se anulase lo que había
hecho el Justicia, y que no se causase perjuicio a los brazos ni a S. M. Con este expediente, después
de varios debates, vinieron los brazos, que fue menester Dios y ayuda para persuadírselo. Fue el
señor don Luis a los cuatro brazos, y todos los señores tratadores lo trabajaron valientemente, y el
regente con ser tan viejo, estuvo tieso y sin dormir en toda la noche, siendo así que está con el mal
de la gota. Él era el que llamaba con los que se había de negociar; ya le enviaban a llamar a uno ya a
otro, y órdenes le iban y venían, con que se trabajó grandemente. Si nos dieren algo sería el trabajo
bien empleado, ¡hágalo Dios!
La salida de Brito al cuartel de Ancurt (Harcourt) fue cierta, y que le mató mucha gente al
enemigo.
Espérase buen suceso de la armada, ¡Dios nos le haya dadol
Tenemos las Cortes prorrogadas hasta 2 de agosto. Mal será que hasta entonces no se acaben;
pero veo que si S. M. no les concede el cabo de la Inquisición, no le harán servicio; y no sé en qué
se repara, que ni S. M. ni la Inquisición pierden por eso de su derecho…
151

… Hase confirmado por cierta la salida que hizo el gobernador de Tarragona, el cual se llama
don Francisco de Totavila. Tomó al enemigo un grande convoy que venía a su campo, y con él 22
cargas de moneda que llaman de seisenes»…
… Ayer tarde llegó aviso cierto de Zaragoza como los brazos de las Cortes habían concedido a
S. M. 3.000 hombres pagados por diez años. Sólo faltaba de ajustar que las Cortes piden que los
alojamientos no los hagan ministros reales sino las personas que el Reino señalare para este efecto,
pareciéndoles se harán con más suavidad y conveniencia de los del reino, haciéndolos sus mismos
naturales; tiénese por cierto que se les concederá…―Sebastián González.

Madrid, 16 de julio.
… El duque del Infantado escribe a su mujer cómo se le habían pasado dos trompetas del
tercio que asiste al conde de Ancurt (Harcourt), lo que ha causado grande novedad; que estos dicen
pasa grande necesidad de víveres; que tiene muchos enfermos, y que se le huyen otros muchos.
Concluye diciendo que tiene por cierto se le ha de consumir la gente y morir con la asistencia del
sitio, y se ha de quedar al fin sin la plaza ni el ejército.
Tomando unos franceses tabaco en el cuartel del conde de Ancurt (Harcourt), arrojaron el
ascua casualmente en el suelo, donde había alguna poca de pólvora, de la que se suele derramar de
los frascos. Esta prendió con tanta brevedad, que estando cerca algunos barriles de pólvora prendió
en ellos, e hizo un grande destrozo. Esto se sabe por mayor; no se ha dicho el número de los
muertos. Dícese es grande, y que el de Ancurt (Harcourt) ha mandado pregonar que pena de la vida
ninguno tome tabaco en humo…
… Los carruajes que S. M. lleva se están en Zaragoza todo el tiempo que S. M. está allí; son
de grande costa para S. M., de grande carga para el Reino, y de ningún provecho, pues con ocasión
de esto los jefes meten la mano y dan las licencias que quieren para venirse, y les vale mucho
interés, y S. M. dicen paga la costa, como si realmente asistieran. Para obviar estos inconvenientes
ha venido aquí el grafiel a hacer asientos con los alquiladores, de todo el carruaje necesario y mulas
para los criados, y aunque ha habido algunas dificultades lo tiene ya ajustado, y se obligan a dar
todo lo necesario para ir y venir S. M. en cualquiera jornada, siendo avisados un mes antes, con que
se les dé la mitad del dinero el día que partieren y la otra mitad en llegando S. M. donde hubiere de
parar, con que se ahorra grande cantidad de ducados y se evita la molestia de los alojamientos, y se
impiden las supercherías que hacían y molestias los que andaban juntando estos bagajes…
… El marqués de Leganés partió el sábado pasado para Caspe; lleva mucha y muy buena
artillería y 6.000 infantes y mas de 3.000 caballos. ¡Quiera Dios haga alguna cosa que sea de
importancia!…
… Hase confirmado por carta del ejército francés que está sobre Lérida, que se quemó el
cuartel de monsieur de Ancurt (Harcourt) con mucho daño y perjuicio.
También se dice que despidiéndose el señor obispo de Vique (sic) de monsieur de Ancurt
(Harcourt), le dijo: «Señor obispo, hasta ahora os he hablado como ministro, ahora os hablo como
amigo, y os quiero consolar asegurándoos que antes de seis meses volveréis a vuestra iglesia, y
Cataluña ha de ser de vuestro rey.»
También escriben de Zaragoza: «Dentro de tres días saldrán de aquí 60 piezas con algunos
petardos, y el sábado a 1 4 de este saldrá el marqués de Leganés.»
Dos cartas hay frescas de Brito. Dice que ha puesto a Garden tan en defensa, que no la podrá
cortar el enemigo…―Sebastián González.

Madrid, 24 de julio
… De Cataluña lo que se sabe es sólo lo que el duque del Infantado avisó a la duquesa en una
carta, en que dice había enviado 150 caballos a talar el forraje de los enemigos. Teníanle recogido
152

cerca del sitio, y a vista de los contrarios; llegó nuestra gente y le pego fuego por diversas partes, y
se lo quemó sin que saliese nadie a defenderlo…―Sebastián González.

Madrid, 7 de agosto.
… De Attcurt (Harcourt) se dice que sabiendo había venido correo de Flandes, se apresuró
mucho en hacer diligencias para tener cartas, y que habiéndolas leído se retiró con el correo y no
dijo nuevas a nadie. También se dice que en un consejo que tuvo se determinó que si salía nuestro
ejército, no le esperasen en el sitio de Lérida, porque estando tan dividido el cordón se hallaba muy
sin fuerzas, sino que se atreviesen a presentarle la batalla o se retirasen. Ellos están tan apurados
como nosotros. Si todas estas nuevas son ciertas, podemos tener esperanzas de mejorar de fortuna.
Escríbolas como corren; estése la verdad en su lugar…
… Murió en Zaragoza el P. Francisco Antonio Camasa, confesor de Leganés, y catedrático de
este colegio, de Re militari. Sabía bien de fortificación, y tenía muy buen trato y apacible condición,
por la cual el Príncipe le estimaba en mucho, y se entretenía en las lecciones que le daba. Falta nos
ha de hacer para saber lo puntual de Cataluña, que como estaba al lado del marqués, las nuevas que
enviaba eran ciertas. Dios le haya dado el ciclo, que espero sí habrá, que era muy religioso…
… Escribió S. M. una carta al gobernador de Lérida, Brito, agradeciéndole lo bien que lo
hacía en la defensa de aquella plaza; y la respuesta fue decir: «V. M. me agradece lo que hago, fácil
es de servir a quien también sabe obligar con honras como V. M.; el enemigo se está quedo y yo
también. Esto no merece gracias; espero cuando se ofrezca ocasión obrar de suerte que merezca la
honra que V. M. me hace, a quien Dios guarde como deseo.»
Ya tengo avisado como Leganés salió de Zaragoza; unos dicen intentará tomar a Flix; otros
que socorrer a Lérida. El duque del Infantado escribe a la duquesa cómo se ha ido a ver con
Leganés, que quedaron de acuerdo de socorrer a Lérida y que espera en Dios han de tener un grande
día. Es cierto que al conde Ancurt (Harcourt) se le va mucha gente, que otra muere y otra enferma,
con que según se entiende, no tiene bastante para detenerse en el sitio y defenderle, si nuestra gente
le acomete. Dios nos dé buen suceso…―Sebastián González.

Madrid, 14 de agosto.
… En cuanto a las Cortes de Aragón, van despacio, y no se concluye nada, porque como son
tantos los brazos que entran, y de cada uno buen numero, y estos han de venir en las concesiones
todos, es difícil el que no haya quien desbarre. Ellos se han enconado en pedir que la Inquisición
sólo use su jurisdicción como en Castilla. A S. M. le han representado algunos inconvenientes de
consideración. Esto le obliga a que corra como el rey don Fernando la puso, que es con más mano y
autoridad, y ellos en las concesiones de gracia no las quieren hacer si no se les da esto. El otro día
se juntó un brazo para tratar este punto de la Inquisición, y si se daría la gente que S. M. pedía para
el socorro dé Lérida, y mas de 100 vinieron en que se diesen los 4.000 hombres que S. M. pedia
para este efecto con protesta que de esta suerte no perjudicaban a sus fueros, y cosa de 30 lo
negaron, haciendo esta merced dependiente de lo que se pedía acerca de la Inquisición, con que no
se hizo nada: y así se cree se entenderá en el socorro de Lérida sin gente de Aragón.
De Vizcaya y Montañas van llegando tropas para el socorro, y dicen pasarán de 2.000
hombres, y de otras partes se esperan también. En fin se entiende se procurará intentar el socorro
con toda brevedad, porque avisan de Francia se hacía gente para enviar a el conde de Ancurt
(Harcourt) de socorro, y procurarán los nuestros hacerle antes que llegue.
A don Francisco de Melo ha enviado a llamar S. M. y se partió el miércoles pasado; tiene
buen juicio, y maña para cualquiera negocio.
153

Murió en Zaragoza la buena duquesa de Cardona135, que con los trabajos que se le han
ofrecido después que Cataluña se levantó, se ha consumido de suerte que con no tener sino
cincuenta y cinco años, no hallaron los médicos facultad para hacerle remedio
considerable.―Sebastián González.

Madrid, 29 de agosto.
… El gobernador de Lérida da priesa para que se haga el socorro, porque dentro van
enfermando muchos soldados, y si se detiene el socorro, puede ser se halle sin gente para poder
acudir en la ocasión como convenga.
Las Cortes de Aragón se han prorrogado hasta 10 de septiembre. Han concedido para el
socorro de Lérida 3.000 hombres, y de cada brazo han salido cuatro a juntarlos. Respondió S. M. a
lo que las Cortes pedían en razón de la Inquisición, que ha sido el punto más controvertido que en
ellas ha habido. Concédenos lo que piden en lo civil, mas no en lo criminal, por decir que por
especial bula pertenece a su Santidad; con que los de las Cortes se han desazonado y se teme que el
servicio ofrecido no ha de tener efecto…―Sebastián González.

Madrid, 4 de septiembre.
… De Zaragoza avisan que al sobrino del regente Potenzano le ha hecho S. M. merced de 500
ducados de pensión sobre el obispado de Catania.
Item: dicen que el gobernador de Tarragona había salido de aquella plaza con 2.500 hombres,
y que se le habían juntado otros 500 del armada, y otros 500 de Mallorca; que con esta gente se
había metido en la castellanía de Amposta, donde la tenía alojada a costa del enemigo hasta que
salgan al socorro. S. M. ha pedido a las religiones se hagan oraciones por el buen suceso. Dios nos
le dé.
S. M. tiene echada jornada para 15 de octubre; no se sabe para dónde será, que esto puede ser
dependa del suceso del socorro, que se desea se haga en brevedad.
Ayer vino aviso con el parte de Zaragoza que los catalanes tenían cercado el castillo de
Espluga que les tomamos los días pasados, y es la llave del condado de Ribagorza. Envió allá el
duque del Infantado una tropa de caballería, que por ser la tierra montuosa no era necesario más, y
hasta 300 infantes. A las primeras cargas que los nuestros les dieron volvieron ignominiosamente la
grupa los catalanes, quedando algunos de ellos muertos. Tomáronse 40 prisioneros y el bagaje y
ropa…―Sebastián González.

Madrid, 11 de septiembre.
… Lo que hay de nuevo en el sitio de Lérida es que en el cuartel del conde de Ancurt
(Harcourt), se quemó grande parte de él, y todas las tiendas de vivanderos excepto dos, por
descuido que hubo en la guarda de la pólvora. A este tiempo salió Brito de Lérida y los cogió con
esta turbación y degolló más de 600, y dicen quedaron heridos más de 1.000. El conde de Ancurt
(Harcourt) hizo juntar la caballería, y que le tomasen las espaldas a la retirada, y le cortasen para
que no pudiese volver a entrar en la plaza; mas el secretario, con muy buena orden y sin pérdida
ninguna, se les fue dando cargas, y se volvió a meter en la ciudad, dejándo frustrados los designios
del enemigo.
Dicen le han venido a Ancurt (Harcourt) más de 1.000 hombres de socorro; esto no es mucho.
Otros dicen que 4.000; si esto fuese cierto, todavía podía dar cuidado.
Brito ha escrito tiene víveres para todo el mes que viene, y Leganés hace grande esfuerzo para
que la gente se junte e intentar el socorro…―Sebastián González.

135 Viuda del duque que fue virrey de Cataluña, y madre del marqués de Povar.
154

Madrid, 18 de septiembre.
… De Lérida sólo hay que tenemos juntos 4.000 caballos y 12.000 infantes; que han llegado
los navíos de la armada Real a los Alfaques, y han desembarcado 1.500 mosqueteros, soldados
viejos y de mucho valor, y que están ya incorporados con nuestro ejército; que el de Leganés dicen
saldrá sin falta el día de San Mateo y que se intentará el socorro el día de San Miguel; que la ciudad
de Zaragoza daba a S. M. 500 hombres más de los que tenía ofrecidos, con que serán 1.000 los que
de aquella ciudad salen a esta ocasión. Dicen irán con Leganés el señor don Luis de Haro, el de
Chinchón, y don Francisco de Melo…―Sebastián González

Madrid, 16 de octubre.
Pax Christi, &c. Han venido cartas de Zaragoza, su fecha a 9 de Octubre de 1646, y traen la
triste nueva de que en dicho día el príncipe D. Baltasar Carlos fue a gozar de la gloria que le estaba
reservada. Una de ellas, escrita por un caballero de su servidumbre, dice así:
«Sabe Dios me pesa tenga vmd. tan lastimosas nuevas por mi correspondencia, y que no
puedan ser con algún consuelo, pues su Alteza (que Dios guarde como ve hemos menester) está sin
esperanza de vida, si no es que se apiade Dios de nosotros y sirva de hacer algún milagro.
El viernes, a las nueve de la noche, se halló de mala disposición y con un dolor en un lado que
se atribuyó a algún frío o ventosidad.
Sábado por la mañana, a las nueve, empezó con un crecimiento tan terrible que ha estado con
él desvariando hasta esta mañana martes.
Martes, a las ocho, amaneció y dio lugar para poderse confesar y recibir el Viático, y luego
volvió a desvariar.
Desde el sábado a las diez de la noche hasta el domingo a las ocho de la mañana o a las diez,
le sangraron tres veces y le echaron ventosas sajadas, apuntando unas pintas de viruelas el sábado,
que se volvieron a meter, y esta mañana volvieron a salir en grande abundancia, con que nos dio un
alegrón muy grande, pensando saldrían, mas no fue así; antes se fue hallando muy apretado, tanto
que a las cinco de la tarde le mandaron dar la Unción, que recibió con grande conformidad,
respondiendo a todas las oraciones, siendo así que no había hablado en mucho tiempo.
Estáse así, a las nueve que son ahora, sin moverse ni hablar palabra más que levantar los ojos
al cielo y darse algunos golpes de pecho. Ayúdale el P. Fray Juan de Tapia, obispo de Sigüenza, que
es un santo varón. El Rey, nuestro señor, se consoló mucho con su venida, que fue esta tarde; parece
enviado de Dios. El confesor de S. M. dijo no había visto cosa como la confesión que hizo, su juicio
y atención y con tanto conocimiento de la muerte. Esta tarde también le sangraron en la frente y
dieron con sangre de pichón antes de recibir el último Sacramento. Está el Rey nuestro señor como
se puede juzgar. Las rogativas, imágenes y reliquias han sido muchas. Dios nos consuele por quien
él es, que tantos trabajos nos envía. El Rey se pasará, en sabiendo el trabajo a Santa Engracia, que
es convento real. Hasta ahora no se sabe quiénes iremos acompañándole. Dígolo así, porque esto se
da por hecho y se dispone todo.»
Después de escrito esto, añade la carta:
«En este instante acaba el Príncipe de expirar136 e ir a gozar de Dios.»
Hasta aquí la carta de Zaragoza. Llegó la nueva a esta corte a 11, a las cuatro de la tarde,
cuando estaban convocadas en San Andrés todas las religiones y parroquias para hacer una rogativa
y sacar el cuerpo de San Isidro y llevarlo a Santa María en procesión, asistiendo en ella el señor
Presidente y todos los Consejos. Luego que el correo llegó, llevó el pliego del señor Presidente el
teniente de correo mayor, y abriéndole y viendo cómo le daban aviso de la muerte del Príncipe,

136 Según la carta que el cronista Juan Francisco Andrés escribió a D. Miguel Bautista Lanuza, dándole cuenta de la
enfermedad y muerte del Príncipe, su fallecimiento ocurrió el martes 9 de octubre a las ocho y tres cuartos de la
noche, siendo a la sazón de 17 años menos ocho días. La carta del Dr Andrés se imprimió a lo que parece en
Zaragoza, aunque sin señalar el año y lugar de la impresión; consta de 19 hojas en 4.º
155

mandó se despidiesen las comunidades y parroquias, y él y los demás señores que habían ido a la
procesion se metieron en sus coches corridas las cortinas, y se fueron con el sentimiento que
pérdida tan grande pide. Luego se siguieron los clamores de las campanas de todo el lugar, que en la
continuación y espacio se mostró bien el desconsuelo general de todos. Dios le haya dado su santa
gloria y a nosotros nos mire con ojos de piedad.
El mismo día de la muerte del Príncipe, escribió S. M. la carta que sigue al marqués de
Leganés. Lleváronla a Cataluña donde se halla para socorrer, a Lérida y con eso nuestro ejército
recibirá la triste nueva.
«Marqués: todos debemos conformarnos con la voluntad de-Dios, y yo más que todos. Fue
servido de llevarme a mi hijo, debe de haber una hora. Yo quedo con el sentimiento que podéis
juzgar de tal pérdida; pero con toda resignación en las manos de Dios, y con aliento y ánimo para
tratar de la defensa de mis reinos, que también ellos son mis hijos, y si hemos perdido uno hemos de
conservar los demás, y así os ruego que no aflojéis en las operaciones de esta campaña hasta
conseguir el socorro de Lérida, como lo espero en Nuestro Señor, que de aquí se os procurará asistir
Con todo lo posible. Zaragoza 9 de octubre de 1646.―Yo el Rey.»
El cuerpo del Príncipe sale de hoy a mañana de Zaragoza, escoltado por la guardia de Aragón
hasta la raya de Castilla; y de aquí ha partido la guardia vieja de a caballo, y los monteros de
Espinosa para recibir el cuerpo y llevarle, como acostumbran, a El Escorial a enterrar. S. M. (Dios
le guarde) dicen se vendrá luego, otros creen que aguardará el suceso de Lérida. Dios nos le dé
bueno y guarde a V. R. como deseo. De Madrid y Octubre 16 de 1646.―Sebastián González.―Al
P. Rafael Pereyra, de la Compañía de Jesús, en Sevilla.

Madrid, 16 de octubre.
… De Cataluña lo que hay es que nuestro ejército consta de 12.000 infantes y casi 4.000
caballos. Pasó el Segre y el de Leganés hizo se rompiese el puente por donde había pasado la
infantería, por ventura para que no vuelva atrás. Dio vista a Lérida; hizo se reconociesen las
fortificaciones donde hubo escaramuza con alguna de caballería del enemigo y algunos muertos y
prisioneros de una y otra parte, pocos; entre ellos fue preso un paje del duque del Infantado, y
sabiéndolo el conde de Ancurt (Harcourt), el día siguiente se lo volvió diciéndole remitía aquel
criado porque no le hiciese falta para su servicio con grande cortesía.
El día siguiente se hizo consulta si convendría acometer o ir a Cervera, plaza de armas del
enemigo. Los más fueron de esta opinión, y se siguió. El del Infantado votó se acometiese:
encaminóse el ejército a Cervera, y se tomó sin dificultad. También se dice tomaron por fuerza a
Belpuche, que tiene un razonable castillo, y que habían degollado 400 franceses que había de
guarnición, y que tomaron a Tarraga y a Montblanc. Esto corre aquí por cierto; se ha escrito de
Zaragoza, mas no lo es sea cierto. Yo estuve hoy con un consejero de guerra, y refiriéndole lo que se
decía, me respondió: «Así corre, mas hasta ahora no ha venido aviso al Consejo, que es a quien
primero se da cuenta de estas cosas.» Aguardaremos a otro correo para ver si esto se verifica, que
sería de importancia para tener con esto cuidadoso al de Ancurt (Harcourt) y obligarle a que
desistiese de su intento…―Sebastián González.

Madrid, 23 de octubre.
… Copia de una carta que escribió el oficial mayor de Estado al duque de Villahermosa, fecha
en Zaragoza a 17 de octubre.
«Acaba de llegar correo del ejército con aviso de haber tomado ocho lugares, 150 acémilas,
50 carros y dos cargas de moneda, y los micheletes que venían de convoy los degollaron a los más
los nuestros; otros se huyeron; con que habrá que comer para algunos días. Nuestro ejército quedaba
156

sobre Tarraga, legua y media de Belpuche, cinco de Lérida 137, y por ser tarde no podré decir a V.R.
lo demás que hay. Esto es lo que escribe el señor marqués de Leganés; espero en Dios mejorarán los
sucesos cada día. Anoche partió el cuerpo de su Alteza para El Escorial, con que de nuevo se
enterneció la gente. Guarde nuestro Señor a V. R. &c.»
Hasta aquí la carta. Viene con el cuerpo el arzobispo de Zaragoza, y le trae a expensas suyas.
Ha de gastar en el viaje 17 días, porque en todos los pueblos principales se le hace oficio y dicen
misas. Las descalzas Reales han hecho ya las honras a su Alteza; y también las monjas de la
Encarnación.
Antes de ayer vino con el parte aviso como don José Margarit, catalán y uno de los
principales contumaces, había juntado 1.000 catalanes y otros 1.000 franceses, y se había metido
dentro de Flix para defender aquella plaza, por si los nuestros la querían sitiar.
Ayer avisaron de Zaragoza con el parte que el conde de Ancurt (Harcourt) había enviado un
trompeta al gobernador de Lérida, Brito, diciéndole se rindiese, pues no era posible, habiendo
estado tantos días cercado, dejase de estar falto de víveres, y que le daba la palabra de hacerle buen
pasaje, y que en cuanto a las condiciones le concedería cuantas pidiese por honrosas que fuesen;
que ahora era tiempo de disponerlo, que adelante se ponía a sí y a los suyos en riesgo de la vida, y
que mirase por sí, pues él estaba con deseo de que tan gran soldado no pereciese, por ser
demasiadamente porfiado. La respuesta de Brito, dicen, fue mostrar al trompeta cantidad grande de
trigo, de carnes saladas, tocino, queso y otras provisiones y de pólvora y municiones, y de palabra le
dijo dijese al conde, que agradecía y estimaba su oferta y la buena voluntad que mostraba de mirar
por el decoro y decencia de su persona; que él tenía dados bastimentos a sus soldados para mes y
medio, y que además de eso tenía lo que habia visto para adelante; que no le sería bien contado,
teniendo gente, municiones y bastimentos, entregar la plaza, ni era justo perder en un día sin causa
la reputación y crédito que había ganado en tantos años, sirviendo a S. M. a quien debía la honra
que tenía, y que por conservarla él y los suyos, estaban resueltos de perder, si necesario fuese, la
vida. Con esto le despidió, dándole algunos doblones. Esto vino en las cartas, si bien algunos
dificultan pueda tener tantos bastimentos, como fueron los que de hecho dicen mostró…
… Esta semana, saliendo el parte de Zaragoza, a cosa de ocho o diez leguas que estuvo de la
ciudad, le salieron unos enmascarados y le desvalijaron, y se llevaron las cartas sin hacerle algún
otro daño ni quitarle el dinero ni otra cosa alguna de las que llevaba. Sospéchase han sido franceses
echados de Ancurt (Harcourt) para ver si por ahí pueden rastrear o tener alguna noticia de los
intentos de nuestro ejército y del estado de Lérida…―Sebastián González.

Madrid, 20 de noviembre.
… Hoy no se sabe nada de particular de Lérida ni de los enemigos, más de lo que se había
dicho estos días pasados, que Brito estaba con mucho aliento y desahogo, y que a Ancurt (Harcourt)
se le iba mucha gente por falta de víveres, y que comían ya los caballos. De Leganés tampoco se
dice cosa particular, más de que hay buenas esperanzas de alguna gran cosa. ¡Quiera Dios no pare
después en lo que suele, que todo viene a ser nada!
S. M. a los 10 estuvo para venirse sin concluir nada en las Cortes de Aragón. Iban y venían
recados, así de las Cortes como de S. M., hasta que S. M. con resolución les envió a decir que iba al
Pilar, a despedirse de Nuestra Señora, y que si en el ínterin se ajustaban les tendría el solio.
Ajustáronse los tres brazos, el de los nobles, y de los hidalgos y el de las comunidades, y fueron al
Pilar a suplicar a S. M. les tuviese el solio, y despidiese las Cortes; que si el brazo eclesiástico no

137 De letra distinta hallamos al fin de la carta la siguiente nota suscrita por algún religioso de la Compañía. «De las
cartas escritas en casa del señor Cardenal, se sabe que los pueblos tomados son Belpuche, Momblanch, Belloc,
Tarraga, Arbeca y que se quedaba batiendo a Cervera. En estos pueblos se han cogido armas y bastimentos que
habían de ir al ejército del enemigo, como en Tarraga que se cogieron 8.000 cahíces de trigo. Tomada Cervera, no
tiene el enemigo un pan. Hánse pasado a nuestro ejército 800 catalanes y dádose otros pueblos pequeños, y los
micaletes socorren a nuestro ejército con bastimentos.―Juan Méndez.
157

quería venir en lo que ellos habían concordado se obligaban a dar el servicio por entero los tres
brazos, y que S. M. se sirviese de excluirle de las Cortes. Con el consentimiento de los tres brazos
que iban acordados, S. M. fue a la junta, donde estaba un trono ricamente aderezado con silla y
dosel de brocado, y a los lados los asientos de los que se juntan. De los cuatro brazos tomó el de los
Caballeros, el de los Eclesiásticos, por faltar los dichos el de los Hidalgos el lugar de los Caballeros
y las Comunidades el puesto de los Hijosdalgo. Estando en esto y cerradas las puertas, llegó el
brazo eclesiástico, y con golpes y ruido pretendió entrar, y aun algunos intentaron echar las puertas
de la Diputación en tierra. El ruido fue de suerte que llegó a oídos de S. M, y preguntando lo que
era, le dijeron como el brazo eclesiástico llamaba para que le abriesen para hallarse en el remate de
las Cortes. S. M. le mandó abrir, y mando se le diese su lugar, y fuéronse retirando los demás brazos
a sus propios lugares. En breve el brazo eclesiástico se acordó con los demás; concedieron a S. M.
3.000 infantes por cuatro campañas y 500 caballos. Item: que si la guerra durase más tiempo, no sea
necesario convocar nuevas Cortes, sino que se señalen diputados, de cada brazo dos, para que ellos
juzguen si el servicio se ha de continuar más tiempo. Agradecióles S. M. este servicio, y despidió
las Cortes, y publicó las mercedes que les hacía, que fueron las siguientes: Al conde de Aranda ,
toisón y un virreinato, el que quisiere en España; al duque de Villahermosa llave con entrada y una
encomienda de Indias; al conde de Santiago llave de la Cámara con entrada, y plaza del consejo de
Aragón de capa y espada. A cuatro del brazo de los nobles llaves de Cámara caponas; a don Miguel
Marín, hijo del conde de San Clemente, oficio de estraticol de Mesina; al marqués de Olvera la
escribanía de Raciones; al conde de Belchite la encomienda mayor de Montalbán; al marqués de
Torres 100 ducados al mes en el ínterin que le dan encomienda u otra cosa; seis títulos, tres de
marqués: a don Martín Bermúdez, a don Juan Cerdán y a otro del brazo de los nobles; dos de conde,
uno al nieto del señor de Huerta, y otro a don José Guerra, y al regente Pons de Cataluña; al
marqués de Ariza, mayordomo con gajes; al brazo de los Hijosdalgos dos oficios de regentes en
Nápoles, tres corregimientos a letrados; al regente Marta138 consejo de Aragón; a otro consejero de
Indias, y a otro de Hacienda; la regencia de Córcega a don Diego Serra, fiscal; a don Miguel Pérez
de Nueros, senador de Milán; al regente Vaietola139, vicecanciller del consejo de Aragón.
Brazo eclesiástico: al obispo de Barbastro el obispado de Teruel; al abad de Santa Victoria, el
obispado de Barbastro; a don Lorenzo de Marcilla, la futura sucesión de Mallorca y 500 ducados de
pensión para su hijo; a don Juan Pago, caballero140 de la boca con 600 ducados de gajes; a don
Miguel Pérez de Nueros, la plaza de presidente del magistrado extraordinario; otras muchas más
mercedes hubo; estas son las que hasta ahora han llegado a mi noticia.
Tomó Leganés a Pons, pueblo poco fuerte, mas había en él buena cantidad de trigo. Dentro de
un fuerte halló 70 micheletes que se resistieron cuatro días y fueron degollados.
Dicen publica el conde de Ancurt (Harcourt) le vienen de socorro 8.000 infantes y 2.000
caballos; créese es para animar a su gente…―Sebastián González.

Madrid, 27 de noviembre.
Pax Christi, &c. Ayer llegó por la posta el hermano del marqués de Osera con carta del
marqués de Leganés para S. M. y para el Sr. D. Luis de Haro. La del Sr. don Luis dice lo siguiente,
que en sustancia es lo mismo que contiene la de S. M. La fecha de 22 de noviembre:
«Señor mío: Dios y su Santísima Madre por su misericordia se han servido de dar a las armas
de S. M. una grande victoria y gloriosísimo suceso en el socorro de esta plaza de Lérida, entrando
anoche, por ser la de la Virgen, a viva fuerza por asalto las fortificaciones. Peleóse después dentro
de la línea cinco horas de poder a poder; fue roto el conde de Ancurt (Harcourt), retirándose con
fuga y desorden, con pérdida de mucha gente, dejando el campo, artillería y municiones, armas y
pertrechos de guerra de aparato del sitio. Vamos siguiendo la victoria por ambas partes de la
138 Así parece leerse, aunque también pudiera decir Morla.
139 Más adelante se le llama Bayetola.
140 Así dice en el original; ¿será sumiller o gentil-hombre?
158

campaña del Segre, con que espero serán totalmente desechos. No refiero por la priesa las
circunstancias, remitiéndome a D. José de Villalpando que es buen testigo, capitán de la guardia, y
ha peleado en la vanguardia de la caballería. Doy la norabuena a V. E. con increíble gozo por la
parte que tiene en la disposición de este suceso. Guarde nuestro Señor a vuestra excelencia, &c.»
La carta de S. M. contiene lo mismo. Sólo especifica que se había derramado mucha sangre, y
que gran parte de esta victoria se debía al duque del Infantado, que obró con grande aliento y
singular esfuerzo, hallándose siempre en lo más peligroso de los encuentros. Alaba a los cabos que
todos habían cumplido con sus obligaciones con grande puntualidad y deseo del servicio de Dios y
de S. M.
Dice el capitán D. José de Villalpando, habían muerto de nuestra parte en particular, el conde
o marqués del Vasto, portugués, cuyo padre está en esta corte; el marqués de Lorenzana, D. Fulano
Quiñones, y que estaba herido de muerte D. Alonso de Villamayor, maestre de campo de infantería,
valiente soldado.
Esto es lo que hasta ahora se sabe; luego vendrá todo lo demás sucedido más
especificádamente.
S. M. fue ayer a Nuestra Señora de Atocha a darle las gracias, donde se cantó un Te Deum
laudamus con grande solemnidad…—Sebastián González.

Madrid, 30 de noviembre.
Pax Christi, &c. Mi buen P. Pereyra: En la pasada prometí a V. R. mandarle copia de la
relación de uno de los nuestros que se halló presente al desbarate que los franceses recibieron sobre
Lérida, y hoy lo cumplo, aunque no me ha costado poco el transcribirla, mediante a mis muchas
ocupaciones y achaques. Dice así141:

Relación del socorro de Lérida, de un padre de la


Compañía [Baltasar Gracián] que se halló presente.
No he escrito a V. R. en toda esta campaña porque no había cosa considerable; pero ahora que
el Señor ha sido servido de darnos una victoria tan grande, en que han convenido el especial favor
de Nuestro Señor y el gran valor de nuestra gente, no puedo dejar de consolar a V. R. y a todo ese
Colegio con la verdadera noticia y por menudo, como quien se halló tan de cerca. Digo pues, mi
padre, que después de haberse procurado hacer la diversión, cortándole los víveres al enemigo para
obligarle a levantar el sitio y no haberse podido conseguir, ya porque los paisanos no pelearon en
otro sino cómo y por dónde llevarle víveres pasando grandes convoyes, ya por el seso del conde de
Ancurt (Harcourt), se determinó volver a la línea y embestir las trincheras, y aun se dice hubo carta
de S. M. muy apretada para que así se hiciese. Juntámonos todos enfrente de Lérida, más abajo de
Castelldans. A este puesto llegó el duque del Infantado con 1.000 caballos y los tercios de Pablo de
Parada que es el regimiento de la Guarda, y el de don Alonso de Villamayor (que sea en gloria), el
de don Rodrigo Niño, el de Zaragoza y otros.
A la media noche, el lunes 19 de noviembre, y una hora después, llegó el marqués de Leganés,
de Belpuche, con otros 1.000 caballos y los demás tercios, el tren de la artillería, puente y carros de
la proveedoría. Diose orden de embestir al otro día, pero comenzó una lluvia, aunque menuda tan
pesada sin algún abrigo de fuego, que pareció forzoso dilatar la facción hasta el otro día que fue a
los 21 de noviembre, día de la Presentación de la Madre de Dios. Marchóse el martes a 20 a vista de
Lérida, tomando el rumbo hacia Flix, tanto que se desconsoló Brito lo que se descuidó el Francés,
dándolo ya por hecho, y estaba tan soberbio que decía y aún lo escribía que si no era Dios del cielo

141 Sustituimos el texto de la Relación del socorro de Lérida de Baltasar Gracián que publicó Pascual de Gayangos
(atribuyéndola a un P. García), por la que editó y anotó Samuel Gili Gaya, en el Instituto de Estudios Ilerdenses,
Lérida 1950. [Nota del editor digital]
159

no le podía echar otro, y así fue que el Señor con su favor infundió un extraordinario valor a nuestra
gente, que le echaron.
Cuando yo supe que íbamos a embestir, habiendo hecho alto todos los escuadrones enfrente
de banderas, metíme en uno y les hice breve exhortación, arrodillándose todos y llorando los
maestres de campo, títulos y señores cuantos había. Luego los absolví y les aplicaba el jubileo de
las misiones que había publicado. Fue esto de tanta importancia que se levantaban gritando todos:
«Peleemos, ¡viva el rey nuestro Señor y la santísima fe católica!», y arrojaban los sombreros.
Venían a porfía los maeses de campo por mí, a que les fuese animar su gente y absolverlos; y hubo
cabo que dijo que importó esto tanto como si les hubiera añadido 4.000 hombres más. Para esto me
dejó el Señor solo de todos los religiosos que envió S. M. por el señor Patriarca, que todos
enfermaron y otros hizo prisionero al enemigo.
Prosiguiendo el suceso, se determinó que se embistiese el miércoles, día de la Presentación, y
que fuese de noche, por estas razones: la primera, que no ofendería tanto la artillería del enemigo,
que era mucha, pues se han hallado más de 20 piezas, casi todas cañones, y algunos extraordinarios;
segunda, porque dándole arma por tres o cuatro partes no atinaría por cual se le atacaba con el
grueso y había de dividir las fuerzas; tercera, que con eso no vería nuestra falta de gente, que se nos
había disminuido por mitad, pues no había de 4.000 caballos sino 2.000, y no llegaba la infantería a
5.000 hombres; pero la nata de ella. Fue grande yerro no acometer cuando salimos, pero disimúlase
con la enmienda.
Con esta resolución salimos del alojamiento al anochecer, dejando todo el bagaje y carruaje
en un valle donde se hizo mucha fajina para los fosos; hiciéronse fuegos para desmentir al enemigo.
Corría un viento furioso y frío que nos derribaba de los caballos; temíase mucho que nos impediría,
ya porque arrebataría la pólvora en desatapando los fogones y no se podría disparar, ya porque daba
a unos en los ojos, y a otros de lado; pero conocióse el especial favor del Señor y de su Santísima
Madre, que al punto que se comenzó a pelear cesó y serenó el cielo. Íbamos callando, sin atambores
ni clarines, por desmentir al enemigo, y se vio otro gran milagro, que el enemigo creyendo que nos
íbamos a Flix, se había descuidado de modo que habiendo tenido todas las noches antes un grueso
batallón de caballería y de infantería, esta noche dijeron: «ya no es menester; descansen los caballos
y la gente», y el conde de Ancurt se había acostado, de modo que cuando se embistió, él estaba en
su cama. Así lo dicen los monsiurs prisioneros de su corte. Con esto llegamos sin que nos sintiesen.
Otra providencia y favor del cielo, que habiendo determinado fuese el ataque a las cinco de la
mañana, y dado el orden al barón de Butier que había de venir de Fraga con la caballería de
Borgoña y alguna infantería a embestir por la otra parte del río, se resolvió fuese luego, a las once
de la noche, por un accidente que disparó el enemigo dos cañonazos, y había dado orden entrasen
500 hombres en el fuente real que acometimos, y si nos tardáramos una hora entrara esta gente, con
que era caso imposible el ganarle.
Con todos estos favores del Señor se llegó al fuerte Real más abajo de Villanoveta, donde el
conde tenía su corte.
Embistió Pablo de Parada por el lado de Villanoveta con su tercio de la Guarda, que llaman
«de los Guapos», y él es el hombre más valiente y dichoso que tiene el rey. Es portugués; hermano
del corregidor de Lisboa, a quien los portugueses en sus relaciones llaman «el traidor Parada» y las
nuestras el más leal y valeroso al rey nuestro señor. Así deben alabar a quien después de Dios se le
debe esta victoria, y todos lo dicen; y el marqués de Leganés le dijo cuando lo abrazó: «Al señor
Pablo se lo debemos todo», y así es, como se verá.
Llevaba Parada por retén a don Rodrigo Niño con su tercio, que es de soldados viejos muy
buenos. Por la otra cortina que mira al Segre y sus riberas abajo acometió don Alonso de
Villamayor, gran soldado por cierto y de la flor de este ejército. Llevaba por retén el tercio de
Zaragoza. Estos llevaban escalas, fajinas, muchos instrumentos de garfios para asir las trincheras, y
éstos con unas granadas como ruecas que en asiendo pegan fuego y revientan, arrojando cuadrados
y balas con que hicieron mucho efecto. Arrimaron las escalas al fuerte Real, que era muy grande,
160

con sus cuatro baluartes, fosos y escarpas. El primero que subió y entró dentro fue el capitán don
Matías Cacho, del regimiento de la Guarda, hombre digno de todo premio. Un soldado arrimó otra
escala y fue luego a subir. Llegó el maese de campo, Pablo de Parada, a subir por ella, y el soldado
le arrojó, que no le quería dejar subir primero. Díjole: «¡oh traidor!, ¿a tu maestre de campo no
dejas subir?» Dijo él: «perdone vuestra merced y suba, que no le había conocido»; y queriendo
subir otro caballero camarada del maestre de campo, lo rechazó el soldado y dijo: «eso no; suba V.
md. Después de mí». Y así fue que Pablo de Parada con su tercio entró primero, y luego Villamayor,
los cuales, y sin que les costase un hombre lo ganaron, haciendo cruel matanza en los franceses.
Luego abrieron brecha con las zapas para que entrase la caballería dentro del cordón, y así entró el
duque del Infantado con 800 caballos y doblaron dentro.
Mandó el maese de campo, general Tutavila, que avanzase la infantería abajo a la campaña;
gran daño contra el orden del general, que era por escrito, y yo lo he leído, que se hiciesen fuertes
en su fuerte Real y se detuviesen ahí; pero con el orden de Tutavila bajaron el regimiento y tras él
todos los demás tercios. Estaba el de Villalba, que es el del conde del Castrillo, a un lado del
regimiento, cuando llegó el conde de Ancurt con todo su grueso de caballería e infantería, y
acometió como suele en el primer acometimiento, más que hombres; con todo lo rechazaron y peleó
bien nuestra caballería, y el duque del Infantado se portó valientemente; pero volviendo a cargar el
enemigo, y habiendo herido a don Diego de Villalba, su tercio dio a huir. Con esto el Francés gritó:
«alto, que huyen», avanzó, y con esto los demás tercios volvieron las espaldas, y luego la caballería
salió fuera toda de la trinchera. El maestre de campo general y muchos se echaban por los fosos.
Aquí hubo gran matanza en los nuestros: murió el conde de Abasto, portugués, don Carlos de
Mendoza; fue herido el conde de Vagos; el marqués de Lorenzana, don Alonso de Villamayor,
murió atravesado de un arcabuzazo por los riñones, y su sargento mayor don Juan Pacheco fue
herido, como también don Manuel de Runuelos y don Diego de Luján. Murieron tres capitanes de
caballos; hubo muchos heridos, y entre ellos el capitán don Miguel de Fuertes, hermano del P.
Fuertes, con otros muchos de la infantería. También quedó herido don Rodrigo Niño. Sólo quedó de
los maestres de campo Pablo de Parada.
Éste recogió la gente otra vez al fuerte Real con el sargento mayor del tercio de Zaragoza,
Daza, gran soldado que salió herido por dos partes. Pablo de Parada se hizo, pues, fuerte en el fuerte
Real con 1.000 hombres, y porque el mismo Ancurt en persona le acometía empezando a subir por
aquella parte que cae adentro y estaba sin foso ni trinchera, sino exenta para subir por ella los carros
de la artillería y sus caballo, aquí Parada hizo calar las picas y disparar las bocas de fuego a
quemarropa; hicieron de presto un foso pequeño, y de sus mismas barracas una mala trinchera con
que se cubrían algo. Aquí Ancurt puso toda su fuerza en romper la gente y echarla del fuerte con tal
braveza, que se desconfió de poderle sustentar, y así avisó Totavila al marqués de Leganés, y dio
orden se retirasen los del fuerte poco a poco y que la caballería los abrigase, no los siguiese el
enemigo y los degollase. Comunicóse con Parada si estaba ahí con seguridad y si se retiraría; dijo
que no había que temer; que le diesen otros 1.000 hombres más, que estaba con pocos, y así
entraron otros 1.000 infantes y el maestre de campo de Navarra, don Felipe de Agramonte, que
peleó bien. Nueve veces los acometió Ancurt, y todas le rechazaron, matándole lo mejor de su
nobleza, y él en tanto peligro que le mataron el caballo. Entonces dos caballeros suyos le retiraron,
diciendo que el lugar del general no era adonde le matasen, sino donde matase. Estaba el general
francés loco de rabia; enviaba un batallón de los suyos con infantería, y dábanle una valiente carga
los nuestros, matándole muchos, y luego daba la vuelta el batallón y venía otro. Nueve veces
chocaron, hasta que desmayó su gente y se retiró Ancurt desesperado. Retiróse a su fuerte Real de
Villanoveta, y consultó lo que haría. Resolviéronse que se hiciesen ahí fuertes, y esperasen que los
nuestros arrancasen, y salidos del fuerte a la campaña, volverían a se acercar como la primera vez, y
con eso mesurados entrarían en el fuerte Real primero, y echarían de ahí los nuestros, o si no, dar la
batalla en el campo y degollar nuestra gente.
161

Esto estaban trazando cuando le llegó aviso que el barón de Butier con la caballería de
Borgoña estaba dentro por la otra parte, con 400 caballos y 400 infantes; pero no eran sino 200
caballos y 150 infantes. El cual barón tenía orden de venir de Fraga y acometer por la otra parte a
las cinco de la mañana. Este venía marchando, y a media legua sintió el ataque a las once; y
admirado o confuso dudó de lo hacedero, porque decía: «esto debe de ser rama falsa, y si yo
acometo echo a perder la facción; si acaso es el ataque, los nuestros están rechazados», porque
sintió la suspensión del pelear, hasta que llegó Ancurt al socorro; entonces sintiendo las cargas tan
valientes, se determinó él rechazar también. Llegó a la línea, dijéronle qui va la; él entonces dio su
carga, y como eran pocos los que guarnecían, luego huyeron, con que entró en la línea sin
contradicción. Había dentro un batallón pequeño, y luego los puso en huida. Con esto pasó tres
trincheras y contratrincheras y se entró en la plaza; pasó al puente de piedra y dobló hacia
Villanoveta. Con esto llegó el aviso a Ancurt que los nuestros habían entrado por la otra parte y que
los cercaban. Con esto dijo: «esto es perdido; en retirada a Balaguer», y puso su gente en marcha
hacia Balaguer, y pasó todo su bagaje por la puente de palo que alli tenia. Los nuestros estaban
suspensos sin poderle avisar, que si el barón de Butier tuviera aviso de que el enemigo huía, hubiera
acudido al puente y le hubiera degollado mucha gente y cogido el bagaje, que es lo que más sintió
se le fuese. Por otra parte creía que los nuestros habían sido rechazados y estaba en notable cuidado.
Al amanecer se vio que el enemigo había huido y cortado al puente de palo porque no le siguiesen;
quemáronle también las barracas.
Duró el pelear cuatro horas justas, siempre peleando valerosamente y dando valientes cargas.
Olvidábaseme decir que cuando Parada pidió más gente, entró también el duque del Infantado con
1.000 caballos, los cuales dieron en el tercio de los catalanes, que más abajo estaban en batallones y
algunos escuadrones de caballería, y los hicieron huir luego. El cojo de Groglet tocó rama por
Villanoveta al principio del ataque, y los valones por el cuartel de los catalanes, para divertir a
Ancurt.
Llegó éste a la posta a Balaguer con solos 30 caballos. Lleva más de 2.000 heridos y quedan
muertos los mejores y toda la gente particular; viose bien después ser así, porque todos los muertos,
que serían hasta 400, eran blancos como la nieve, y unas melenas rubias mezcladas con los cabellos,
que en mi vida vi un espectáculo más horroroso. Confesé algunos que aún estaban vivos; otros no
querían confesarse, que decían ser de la religión, esto es, herejes. En un instante los desnudaron a
todos; hasta don Carlos de Mendoza estaba en cueros con dos heridas, una que le atravesaba del
cuello al costado, y otra en al cabeza; al conde de Vagos los mismos nuestros lo pillaron y echaron
por el foso. Son pocos nuestros muertos; no llegan a 100. Los heridos, hasta 300. Dejó el enemigo
toda su artillería, más de 20 cañones, los dos puentes, el de barcas y el de palo, muchos víveres y
municiones En el fuerte Real que ganaron los nuestros había tres piezas de artillería, que luego
cargaron y les hacían grande daño a los franceses. Brito no hizo surtida alguna porque no tenía
gente; esto le faltaba, que víveres tenía para cuatro meses; mas antes se le han muerto muchos
soldados de hambre, pudiéndoles dar más onzas, y casi perdiera la plaza por sexma 142 de víveres y
falta de gente.143 Hay algunos prisioneros, no muchos, y algunos de cuenta.
Esta es, mi padre, la relación cierta de lo sucedido, para que V. R. dé gracias al Señor y a su
Madre Santísima, que en su día se comenzó la pelea y en jueves se ganó la victoria,

142 La palabra sexma o sesma significaba entonces la sexta parte de cualquier cosa, medida, peso, capacidad, etc. Aquí
tiene el sentido de reducción, racionamiento insuficiente de los víveres. Se usaron también en la lengua antigua las
formas masculinas sexmo, sesmo, y el verbo sesmar, este último con el sentido general de reducir a una parte muy
pequeña, análogo al que corresponde a diezmar. (Nota de Samuel Gili Gaya.)
143 En el ms. A. hay una nota marginal, escrita por la misma mano, que dice así:«Esto dice este padre porque Brito
echó a los padres de la Compañía de Lérida, por haber descubierto una conjuración en que entrarían y predicar
públicamente contra el rey de España, induciendo a los paisanos a que se levantasen. El primer hombre es que
quiere quitar a Brito la gloria de esta campaña y tachar su gobierno en la defensa de Lérida.» (Nota de Samuel Gili
Gaya.)
162

desagraviándose el Santísimo de tantos agravios como aquí estos sacramentarios le han hecho,
públicamente predicando la Preja144, en el sitio y aun se decía que por la parte que fueron vencidos.
Al duque del Infantado se debe mucho, que instó mucho a que se acometiese, y después peleó
muy bien poniéndose en el mayor peligro. Débese principalmente la victoria al valiente Pablo de
Prada, y confieso a V. R. que yo tengo alguna parte, de modo que ahora todos los soldados y
algunos señores, cuando me ven, me llaman el P. de la Victoria. Diome el Señor su espíritu aquel
día para exhortarlos, y una voz de clarín. Sea Dios glorificado; todo ha sido un milagro, porque
tenía el enemigo 8.000 infantes y 3.000 caballos, y nosotros no teníamos más que 5.000 infantes y
2.000 caballos, y ellos fortificados de siete meses.
V. R. comunique ésta con el señor don Fernando y con el señor don Francisco de Borja, y crea
V. R. que está escrita verdadera, y lo más vide yo porque exhorté los tercios así como iban entrando
a pelear; por señas que dieron dos balas de artillería en un escuadrón donde yo actualmente estaba
entonces y muchas balas de mosquete que pasaban. Toda la noche confesé marchando y cuando
hacíamos alto: en mi vida he trabajado más. Sea todo a gloria del Señor, que me guarde a V. R.
Lérida y noviembre 24 de 1646.
En este punto he hablado con los prisioneros franceses que están en nuestras aulas 145, y con un
capitán de caballos de ellos, y me asegura que los cogimos durmiendo a todos, y que el de Ancurt
estaba en la cama, que pensaba nos íbamos hacia Flix.

Madrid, 6 de diciembre.
Pax Christi, &c. Estos dos correos pasados tengo escrito a V. R.; no sé en que pueda consistir
el no haber recibido V. R. mis cartas. En la última enviaba una copia de la que escribió al señor don
Luis de Haro el marqués de Leganés, después del suceso de Lérida, que ha sido milagroso. Ahora
remito una copia de una relación146, que se envió del ejército. Hay otra más ajustada del P. Gracián
que envía a un P. sardo de este Colegio para que la comunique al señor don Fernando de Borja. Esta
se llevó a S. M. y mandó le sacasen dos copias de ella. Es grandemente verídico el P. y muy
sencillo, y dice el suceso con grande verdad. Es la sustancia la misma, mas el modo y los sucesos en
razón del efecto muy diversos de lo que en esta relación va. El correo que viene la enviaré sin
falta…
… Hoy vino extraordinario de Zaragoza.; con él avisan que los nuestros habían tomado a
Guaire, y echado de él cuatro compañías de franceses, y que cada día se conocía eran más los
muertos de los enemigos.
También dicen con este correo que el conde de Ancurt (Harcourt) había ido de Balaguer a
Cervera a recoger si podía la gente herida de su ejército.
No se ofrece otra cosa de que avisar a V. R. Ahí envío también la relación, que ofrecí para el
correo siguiente, que es la más verídica que ha venido en razón del suceso de Lérida. Grande
trabajo me costó el sacar el traslado; mas le doy por bien empleado por que V. R. la logre; que
apenas le saqué cuando estaban ya otros PP. en mi aposento, y me la llevaron para copiarla, y
cuando escribo esto aun no la tengo en mi aposento…―Sebastián González.

144 Alude a la preche o prédica de los protestantes. (Nota de Samuel Gili Gaya.)
145 Es decir, en las del Colegio de los Jesuitas de Lérida. Desde allí escribióseguramente su carta el P. Gracián. (Nota
de Samuel Gili Gaya.)
146 No se halla en el tomo, pero es de suponer fuese una que se imprimió con el siguiente título: Relación de los felices
sucesos, y victoria que han tenido las Católicas armas de S. M., que Dios guarde, gobernadas por el Excmo. señor
marqués de Leganés sobre el sitio o socorro de Lérida. Madrid, Carlos Sánchez, sin año, 2 hoj. en fol. a 2 col. Emp.
«Hallábase sitiada la plaza de Lérida, &c.»
163

Madrid, 11 de diciembre.
… Al de Leganés están aguardando en Zaragoza. Irá allí a disponer los socorros necesarios de
víveres y municiones de las plazas.
De Ancurt (Haycourt) me dijo hoy un consejero de Guerra se decía le había venido gente, y
que quería este invierno campear o pillar lo que pudiese. Hasta ahora no hay cosa cierta de que haga
nada, ni el tiempo está para ello.―Sebastián González.

Madrid, 19 de diciembre.
… De Cataluña lo que se sabe es que Ancurt (Harcourt) tenía hasta 800 caballos y 4.000
infantes, y se decía quería campear; hoy llegó aviso había recuperado un pueblecillo que nosotros le
habíamos tomado esta campaña, casi abierto. Con esto se entiende se suspenderá la venida del de
Leganés, que tenía ya licencia; el del Infantado también la tenía; puede ser le haya cogido este
suceso en el camino, porque ya se decía que venía…―Sebastián González.
164

1647

Madrid, 5 de febrero.
… Leganés entró147 a 25 de Enero; hale hecho S. M teniente suyo de los ejércitos de España,
título honroso, y con eso le dejarán descansar.
Han hecho maese de campo general al marqués de Mortara, para la guerra de Cataluña, y
general a don Francisco de Melo. Pidió tantas condiciones y mercedes, que le enviaron a decir
descuidase de la ocupación. Después habiéndolo mirado con mas atención, puso en manos de S. M.
sus pretensiones y persona para que hiciese de él lo que fuese servido, y tornó a estar en plática el
darle las armas de Cataluña. Últimamente esto se ha desvanecido, y se ha dejado, así por parte de S.
M. como de Melo, que le pareció, si tenía algún suceso menos bueno, por ser portugués su culpa
había de ser más grande…
… Ancurt (Harcourt) fue a París por la posta, y se tiene por cierto no volverá a Cataluña; su
oficio de gobernador del Principado le han dado a Monsieur de Plessis que fue el que ganó a
Rosas…
… A Pablo de Prada que se portó con tanto valor en el acometimiento que se hizo en las
trincheras de Lérida, le han dado el cargo de general de la armada de la Nueva España.
A Brito le han dado una encomienda, y que continúe el oficio que tiene de gobernador de
Lérida.
Dicen con este último correo de Zaragoza que los franceses hacían un fuerte entre Lérida y
Tárrega, para sitiar a Tarragona el verano que viene; y de Valencia avisan que en Tolon y en otro
puerto de Francia hacían aprestos grandes para sacar dos armadas este año que viene; una para sitiar
a Tarragona y otra para enviar a Italia…―Sebastián González.

Madrid, 26 de marzo.
… Una estampa grande se ha hecho del sitio de Lérida y disposición del ejército enemigo, y
del modo como se le acometió. Tiene dos pliegos; no se venden, y dióme una el P. Mendoza, que
remitiré a V. R. en otro correo…―Sebastián González.

Madrid, 9 de abril.
… También dicen le llamaron [al arzobispo de Toledo] para consultar la ida de S. M. a
Zaragoza, que hoy está muy dudosa la conveniencia, porque no son de parecer conviene su
presencia allí, por razones que a ello les mueve, y a otros les parece el gasto excusado; el peligro de
su salud grande por los excesivos calores de aquella ciudad, y el fruto de poca monta.
El conde de Ancurt (Harcourt) se volvió a Francia con toda su casa, y dicen vino por la posta
el príncipe de Condé con solo un paje, por gobernador de las armas de Cataluña.
Heredó el estado de Condé el duque de Anguien (Enghien), por muerte de su padre, el cual
dicen dejó en dineros grande cantidad, y algunos afirman serán tres millones de plata: cosa que no
se tiene por creíble; mas es cierto dejó grande cantidad; cuánta sea esta, no se sabe. Viendo el
cardenal Mazarino que el nuevo príncipe de Condé es mozo brioso y alentado, y el primero de los
de la sangre, ha juzgado no convenir que esté en Francia, sino ocuparle fuera de ella, para lo cual le
ofreció el oficio de general en Italia de las armas francesas, con condición que levantando a su costa
12.000 mil hombres y 2.000 caballos, además de la gente que llevaría del Rey cristianísimo, le

147 Aquí habrá sin duda de suplirse «en la corte», pues de otra manera no se entiende qué quiso decir el P. Sebastián.
165

darían la investidura de Milán. Súpose esto en Italia, y aquellos príncipes, unos personalmente y
otros por medio de diputados, hicieron junta en Liorna, y en ella se resolvió la unión contra los
franceses, y que no les convenía tener enemigo tan poderoso y orgulloso cerca. Mazarino, entendida
esta resolución, y viendo que no se le disponían las cosas en Italia como pensaba, le ha ofrecido al
nuevo príncipe de Condé para sacarle de Francia, hasta que gaste el dinero que tiene, el gobierno y
las armas de Cataluña, con esperanzas de hacerle conde de Barcelona. Él es ferviente, deseoso de
honrar y de adelantar su casa, y con tanto se puso luego en camino por la posta, y dicen llegó a
Barcelona…
… Con esta remito a V. R. el cerco de Lérida 148, que es puntual y otros papeles que han salido
no han sido ajustados, y por eso no han ido…―Sebastián González.

Madrid, 7 de marzo.
… En Zaragoza, ha sucedido ahora una cosa bien extraordinaria. Según se avisa de allá, con
cartas de 30 del pasado, un ladrón robó las joyas de nuestra Señora del Pilar; el cual desde el punto
que las tomó le parecía se estaba abrasando, sin poderse quietar ni sosegar. Dicen valdrían 12.000
ducados. Súpose luego en la ciudad, y el concurso a la Santa Imagen y sentimiento fue increíble,
rogando todos a la Virgen pareciese y descubriese el malhechor, para que fuese castigado. La ciudad
pregonó daría 1.000 ducados a quien lo descubriese, y acordó se vistiesen de luto, y pidiese al
arzobispo entredicho, en el ínterin que no pareciese el hurto. El virrey ofreció daría libertad a dos
condenados a muerte que eligiese el que lo descubriese. A otro día el desdichado ladrón, viéndose
abrasar interiormente, se fue a confesar con un fraile de la Santísima Trinidad y le llevó todo lo que
había hurtado, y el fraile por medio de uno de los nuestros, lo restituyó el mismo día, con que
cesaron las diligencias del entredicho y lutos &c. Toda la gente asistió desde que el hurto se hizo
hasta que pareció con grande piedad, y afirman muchos que vieron debajo del velo de la Santa
imagen, al pie de la columna, una figura de hombre que no sabían quién fuese, y esto no lo vieron
todos; mas algunos y no pocos, hombres ejemplares y de buena vida y dignos de crédito. Y
confiriendo los unos con los otros en la forma y figura que el hombre tenía, convenían en todas las
señas. Llevaron a algunos a la cárcel para que reconociesen a los que habían preso por indicios, y
viéndolos despacio dijeron ninguno tenía las señas que habían reconocido en el que estaba al pie de
la Santa Imagen, con que luego los soltaron. El tercer día, entrando un hombre leproso, y muy
enfermo a hacer oración delante de la Virgen, experimentó el favor de esta soberana Señora,
saliendo bueno y sano y fuerte, sin rastro de las enfermedades que antes padecía, con que la ciudad
ha quedado grandemente consolada con este favor.
También avisan en la misma carta había llegado gente de Francia por mar, mas que no sabian
el número de ella. Después ha venido segundo aviso en que dicen serán hasta 6.000 hombres.
El Reino de Aragón alista un batallón para su defensa y hace prevención de armas y
municiones. Juntará para este efecto 4.000 hombres.
Témese quiere el enemigo dar sobre Tortosa, que aunque está fortificada, no lo está tanto
como es menester para sitio largo. Dios nos ayude.
Volvió a Lérida el gobernador que la defendió, Brito, y pidió 14.000 ducados, para acabar las
fortificaciones que faltaban y que ha hecho, y dicen ha puesto aquella plaza inexpugnable. Dicen le
han metido víveres para más de un año, y 4.000 soldados de guarnición.
Del de Condé hasta hoy no se sabe haya llegado a Cataluña. Voz ha corrido venía por general
de la caballería Mr. de la Mota: no es cierto…

148 Quizá sea la misma relación que ya se citó en otro lugar, como impresa en esta corte por Carlos Sánchez, aunque
también pudiera suponerse que el P. Sebastián alude en este lugar a la estampa que en su carta del 26 de marzo, dice
haberse publicado de las fortificaciones de Lérida y campamento enemigo. Si alude a esta última no se halla en el
tomo.
166

… Tiénese por cierto que saca el Francés este año cinco ejércitos, uno para Cataluña, otro
para F laudes, otro para Alemania, otro para conservar lo que ha tomado en el reino de Nápoles y
otro para el estado de Milan. ¡Dios nos ayude!…―Sebastián González.

Madrid, 14 de mayo.
… A los ladrones que hurtaron las joyas de nuestra. Señora del Pilar les han dado caza; ya
tienen a dos presos, y otros dos han venido a Castilla , y los van siguiendo con requisitorias…
… De Cataluña no se dice cosa particular, sino que iba viniendo gente, mas mucho menos de
la que se decía. Con todo, dicen, tiene el enemigo 11.000 hombres…
… Voz corre que saca el Francés este año cinco ejércitos, uno para Cataluña, otro para
Flandes, otro para Alemania, otro para Milán y otro para Nápoles. ¡Dios sobre todo, que hasta ahora
no ha cuajado nada!…―Sebastián González.

Madrid, 21 de mayo.
… Salió el Francés a campaña, y se ha puesto entre Lérida y Fraga, con 6.000 infantes y 2.000
caballos. Dicen quiere traer dos ejércitos: uno para sitiar y otro para campear, y que tiene otro
grueso adentro de Cataluña. Esto se sabe hasta ahora por mayor. Brito tiene en Lérida 3.300
soldados, y 700 más de la tierra, que todos son 4.500 caballos, víveres para un año. Esto avisó habrá
20 días. Lérida por ahora no da cuidado, mas le pueden dar Tortosa y Fraga…
… Ahora cuando escribo ésta, llegó aviso de Lérida, de como el Francés trataba de tomar los
puestos mismos que había tenido el conde de Ancurt (Harcourt) sobre Lérida, y queriendo fortificar
uno salió Brito de Lérida con alguna gente, y dicen les degolló un tercio, y que huyendo de Brito
otro del enemigo, se había lo mas de él ahogado en el Segre…―Sebastián González.

Madrid, 29 de mayo.
… Tuvo aviso Brito de que el príncipe de Condé salía de Barcelona a sitiar a Lérida, y un
espía le vino a traer la nueva, y le ofreció darle dos puertas abiertas de Cervera, que es la plaza de
armas del enemigo, donde tiene todos los víveres y municiones. Él lo pintó de suerte, que pareció a
Brito probable el salir con su intento, que era quemarle los víveres y municiones, y volverse a la
plaza. Dispuso la materia, y sacó 1.500 hombres de Lérida y 500 caballos; marchó para allá con
todo secreto, y al parecer sacólos la espía tarde, pues habiendo caminado con toda diligencia.
cuando amaneció les faltaba buen espacio de camino para llegar allá. Enfadóse Brito con la espía, y
empezó a recelarse de que había alguna trampa; con todo seguía su camino, y los batidores le
avisaron como tropas de caballería francesa se iban descubriendo, que al parecer debían de tener
aviso de cuando partía a la facción, y pretendieron cortarle y impedirle la retirada. Confirmóse con
sus sospechas de la espía Brito, con el aviso, y diciendo y haciendo mandó a la gente se retirase, y a
la espía le dio un carabinazo, y se lo dejó allí. La gente se retiró con orden, y llegó primero que los
enemigos los pudiesen molestar.
A tres días de este suceso se acercó Condé a los puestos de Lérida, y trató de sitiarla. Brito
necesitaba de 500 infantes. Dicen dio aviso de esto a Zaragoza al de Aytona, y que se los envió con
el barón de Sebac, el cual los dejó dentro de la plaza y se volvió.
Condé, como fervoroso de su natural, mandó luego abrir trincheras en algunos de los puestos
en que estaban el año pasado. Abrían una, y tenían por guarda dos compañías de caballos. Dicen se
descuidaron algún tanto, y que salió Brito, y que los tomó todos, sin escaparse uno tan solo.
También se ha dicho que dieron un asalto a Gardeny; unos dicen les mataron 1.500 franceses;
otros que hablan con más tiento, dicen que 300. También se ha dicho han dado a Gardeny otros dos
asaltos; mas no se sabe cosa cierta.
167

Dicen envió Condé a Brito un trompeta, diciéndole que no era costumbre tirar al cuartel de la
Corte, cuando en él había persona real, y que lo mismo se usó en Perpiñán con el rey muerto, y en
no sé que otra ocasión, y que le daba la palabra, que si faltaba en esto, en tomando la plaza, le había
de colgar de una almena. Dicen respondió que aquella plaza se la había encargado S. M. para que la
defendiese; y que esto lo había de hacer por todos los medios posibles; que si su Alteza recelaba
algún mal suceso se retirase; que mientras lo hacía se le guardaría toda cortesía en no ofenderle.
Que esto mismo había hecho el marqués de Flores Dávila con su rey, cuando estuvo en Perpiñán;
que, estando cerca del muro y avisando no se tirase, le fue respondido se haría así el tiempo que
durase su retirada; y así lo hizo el rey, que se retiró y no se le ofendió a la retirada. Que si él usaba
lo mismo con su Alteza, no siendo rey, no faltaba a la cortesía debida a tal persona, ni merecía tan
mala paga el usar de ella, y el ser fiel a su rey defendiendo con todo esfuerzo y por todas vías lo que
le estaba encomendado…―Sebastián González.

Madrid, 4 de junio.
… De Cataluña lo que hay particular es que le ha venido al de Condé más gente por mar,
dicen que 5.000 hombres, y que esperaba más; no hay otra novedad…―Sebastián González.

Madrid, 11 de junio.
… El de Condé con gran calor va haciendo ataques y aproches a la ciudad de Lérida. Dícese
tiene intento de minar el castillo principal, que es en la iglesia mayor, y que había levantado una
grande plataforma para batirle, y que de allí lo batía. También dicen que de Lérida con la artillería le
habían desencabalgado algunas de sus piezas al de Condé, y que Brito había hecho una salida y
degollado mas de 600 hombres. Item: avisan que para fin de este tendrá junto su ejército el marqués
de Aytona, que constará de 3.500 caballos y 14.000 infantes, y que sacará 26 piezas de artillería.
Dícese que los catalanes le enviaron de Barcelona algunas compañías de infantería al de
Condé, y que las volvió a enviar diciendo que la gente que le habían ofrecido, se la diesen toda
junta y no a trozos. También se ha dicho que el señor don Juan de Austria desembarcó en los
Alfaques 3.500 hombres, y que con su armada estaba a vista de Barcelona…
… Hoy ha estado en casa el hijo de don Francisco de Borja, y dice que su padre había oído a
S. M. decir había tenido aviso de Lérida, de que Brito había degollado en una salida más de 600
franceses, (y esto es confirmación de lo de arriba) y añade: que uno de los muertos era el teniente de
general del ejército francés, y un mariscal y otros señores de cuenta, y que huyeron más de otros
300 franceses desamparando el puesto que tenían; y que con la artillería les había echado por tierra
la plataforma que habían hecho. Otros añaden a lo dicho que una mina que iban haciendo los
franceses, se hundió el terreno y mató dentro a muchos…―Sebastián González.

Madrid, 19 de junio.
Las nuevas que vienen estos dos o tres correos últimos de Cataluña son todas favorables.
¡Dios las prospere y lleve adelante los buenos sucesos de España! que sí hará su Divina Majestad
con solo la reformación de nuestras costumbres. No tengo lugar de referirlas; al P. Juan Cano remito
algunas cartas que han venido a esta Casa Profesa…―P. Juan de Orduña.

Madrid, 25 de junio.
…De Cataluña lo que hay es que el de Condé que tenía bien apretada a Lérida, ha alzado el
sitio y retirádose. Esto sucedió a 17 de este en la noche, que fue cuando retiró la artillería. A 18, al
amanecer, quemó las barracas y se fue de sobre la plaza unos dicen que hacia Belpuche, que es
camino de Barcelona; otros que a Balaguer, y que el puente, para qué no le siguiesen. La causa que
168

dan unos prisioneros, es que la campaña de Barcelona se había amotinado contra los franceses, y
muerto cuantos topaban, y en particular al gobernador de Barcelona, que salió a aquietarlos, y se
llamaba don José Margarit.
Todo esto en parte es cierto, como el haberse levantado el sitio y el haberse retirado, y la
muerte del gobernador se tiene también por cierta. La causa no se sabe de novedad tan
extraordinaria, que estando tan adelantados los ataques, y la plaza en tan grande riesgo, que acá
había muy pocas esperanzas de tener buen suceso, y el enemigo muy grandes de llevársela en breve,
alzase el sitio un hombre tan valiente, arriesgado y de tantas obligaciones. No se puede presumir
sino a que en Cataluña hay alguna grande novedad, o en Francia, pues le han obligado a hacer tan
extraordinaria demostración…―Sebastián González.

Madrid, 26 de junio.
Pax Christi, &c. Buenas nuevas se han recibido este correo de Cataluña, y son las contenidas
en esas tres cartas que he hecho copiar para V. R. La primera de ellas es de don Beltrán de Guevara
para don Francisco del Castillo; las otras dos son del gobernador de Lérida Gregorio de Brito.
Dice aquella:
«Escribo a V. R. estos renglones con gran gozo por las felices nuevas que han venido con un
correo que despachó el marqués de Aytona, y confirmación de ellas con un capitán de caballos; y es
que todos los lugares alrededor de Barcelona se levantaron contra los franceses y el gobierno que
tenían, y mataron a don José Margarit, gobernador de Barcelona, de lo político, el traidor que a los
principios levantó aquella provincia contra S. M.; y como el de Condé tuviese esta nueva levantó el
sitio, y marchó la vuelta de Barcelona, con todo su ejército y bagaje, dejando quemadas todas las
fortificaciones, y había pasado el Segre. Avísase de Zaragoza que nuestra armada fue a ponerse
sobre Barcelona, y aun se entiende que los ciudadanos de ella la enviaron a llamar, y de esta corte
ha ido orden para que salga el ejército, y favorezca los lugares que se han rebelado y apellidado al
rey, nuestro señor.»
Copia de una carta que Gregorio de Brito ha escrito de Lérida a 18 de junio de 1647 al
marqués de Aytona.
«Esta noche pasada a media noche comenzó el príncipe de Condé a retirar la artillería que
tenía en los ataques, y a las dos dio fuego a las baterías, dejando las trincheras y encaminándose
todo a su puente y va doblando de la otra parte. Nosotros quedamos deshaciendo los ataques, y
gozosos de ver tan mal logrados sus designios; si de esa parte se hallase caballería, y se pudiese
arrimar antes de anochecer, juzgo se le podría hacer algún mal en la retaguardia. Guarde Dios a V.
E. Lérida, 18 de Junio.»
Copia de otra carta de Brito del mismo día 18.
«Con el ayudante de maese de campo general, Gabriel Antonio de Losada, avisé esta mañana
a V. E. de la retirada del enemigo; pero no pudo pasar hasta bien tarde, por tener ocupado el
enemigo la parte de Fraga, para más a su salvo hacer la retirada, y aunque no dejaba de presumirse
la causa de ella, ahora se sabe con más certeza por lo que dicen rendidos y prisioneros que se han
hecho, que es haberse sublevado el contorno de Barcelona y degollado a D. José Margarit, y aunque
V.E. debe de saber esta nueva por mejor parte, no he querido escusar darla a W. E., a quien nuestro
Señor guarde. Lérida 18.―De mano propia. Se entiende que el enemigo va a aquella parte porque
desde la tarde marcha la vanguardia a Belpuche.»
A Dios, mi P. Rafael, que le guarde como yo y todos deseamos. De Madrid y junio 26 de
1647.―Sebastián González.―Al P. Rafael Pereyra, de la Compañía de Jesús, en Sevilla.

Madrid, 2 de julio.
… La nueva de Lérida avisé a V. R. con el primer correo con otras muchas que había
recogido, de avisos de Italia, Flandes y Alemania, y otras muchas Si no ha llegado a manos de V. R.
169

no sé en que pueda consistir, sino en algún descuido, que haya habido o acá o allá; mas para que V.
R. tenga más individualmente algo de este suceso, la carta que sigue es del P. Juan José Sancho,
superior de la Compañía de Lérida, para un P. de este Colegio, y es como sigue:
«El enemigo se ha retirado con la mayor infamia que se ha visto. Cuéstale esta plaza más de
5.000 hombres, y entre ellos han muerto personas de mucha calidad, porque se apoderó tanto el
temor de los corazones franceses, que se vio obligada la nobleza a asistir personalmente a los
ataques, y viendo que nada aprovechaba, levantaron el sitio, quemaron las barracas y trincheras, y
se retiraron a una colina que está de la otra parte del río, en donde plantaron sus tiendas y han
estado detenidos tres días sin poder atinar el designio. Unos dicen están esperando se aquieten los
catalanes para retirarse a Francia; otros que para pedir paso por Aragón. Esta tarde se han visto
marchar algunas tropas hacia Flix, y temen algunos intenten poner sitio a Tortosa; pero todos son
discursos con poco fundamento.
El gobernador de esta plaza, Brito, es de los ministros más atentos que tiene S. M. A su valor
se debe la conservación de ella. Ha mostrado en todo (ser) grande soldado, dando aliento a los
soldados, así con sus palabras como con sus ejemplos, siendo el primero en los peligros y
penetrando con grande sagacidad los intentos del enemigo de todo cuanto obraba para
contraminarlos.
Hubiérase perdido sin duda esta plaza a no ser Brito tan grande capitán, porque nuestra gente
de guarnición era poca, el poder del enemigo grande, y la soberbia mayor. Estaba el Francés
persuadido que en 15 días se había de ganar está plaza; pero Dios castigó su ufanía, cegándole en
muchas cosas. Porque primeramente, cuando esta plaza estuvo 15 días sin hacer baterías por falta de
artillería, y así en este tiempo tuvo lugar nuestro gobernador para fortificarse y prevenir las
defensas. Lo segundo erró en atacar la plaza por la parte más dificultosa. Lo tercero en plantar la
artillería en el puesto donde menos nos podía ofender, aunque nos han hecho mucho daño porque la
jugaron incansablemente, y los artilleros eran diestros.
Entre otros casos singulares sucedió el siguiente. Una bala descomunal cortó el medio cuerpo
a un soldado, como si fuera un rábano, y por extraordinarísima misericordia de Dios se conservó el
soldado con habla hasta que llegó un sacerdote, y le oyó de confesión.
Fue singular el gozo de los paisanos todos cuando vieron retirar al enemigo. El martes se hizo
una salva real que alegró grandemente los ánimos, y a la noche hubo luminarias en todos los
balcones. El miércoles llegó él marqués de Mortara desde Fraga con 1.000 caballos y viendo que el
enemigo encaminaba sus tropas hacia Flix, se volvió a Fraga el día siguiente.
Estamos esperandó 1.000 hombres para guarnecer esta plaza y suplir la falta de gente que ha
ocasionado el sitio.
Un trompeta se ha hecho prisionero; confirma las nuevas de las alteraciones, y que han
muerto a don José de Margarit, el más apasionado por Francia de todos los catalanes, y que la causa
de haber hecho alto el ejército del enemigo sin arribar, es por no tener seguro el paso por Cataluña.
Añade el trompeta que un socorro que le venía de víveres, le han cogido los catalanes, y que
la noche que alzaron el sitio saquearon los vivanderos las tiendas del príncipe de Condé, por que la
guarda de éste había robado a dichos vivanderos las provisiones; mas de prisioneros nunca se hace
mucho caso, que hablan conforme entienden ha de gustar quien los tiene en su poder.
En este Colegio, a más de los religiosos, sustentábamos cada día dos soldados, y estaban tan
contentos por lo bien que se les acudía que había grandes pretensiones sobre este alojamiento.
Al tiempo que el enemigo alzó el sitio, estaban tan cansados los soldados de la plaza que si
hubiera el enemigo proseguido las baterías, minas y asaltos 15 días, se hubiera llevado la plaza a
juicio de muchos entendidos.
Han muerto de los nuestros dos sargentos mayores, un capitán de corazas, tres de infantería y
oficiales reformados muchos, y son 200 los heridos que hay en el hospital.
Del enemigo ha muerto mucha nobleza, dos mariscales y un duque camarada del príncipe de
Condé, dos coroneles, cuatro sargentos mayores; y un capitán francés que tenemos prisionero,
170

afirma que entre muertos y heridos serán 5.000 de la parte del enemigo, y entre estos mucha gente
de cuenta que peleando por la reputación de Francia, deseosos de cobrar el honor perdido del año
pasado, se arrojaban a los mayores peligros.»
Hasta aquí la carta del superior de Lérida…
… Grandes discursos oirá V. R. por allá de haberse levantado el de Condé de sobre Lérida. Lo
cierto es, que la causa no se sabe, y que todo lo que se dice es sin fundamento bastante. Esperan que
con eso vendrá a saberse, y para que este blanco no quede sin algo, referiré algunas de las cosas que
se dicen. Unos dicen está alborotada Barcelona; otros que la Francia, porque no se hacen paces;
otros que el duque de Orliens se quiere hacer rey, y que ha escrito al de Condé que no arriesgue el
ejército, porque le habrá menester la Francia. Otros porque el de Orliens había escrito a Condé que
no le podía la Francia enviar cada mes los socorros de gente que le había ofrecido, y que Condé
había jurado, que si no se los enviaban se había de volver sin hacer nada, y que esto se lo había
dicho claro al Parlamento y gobernadores. Otros que teme ha de haber inquietudes en Francia, y
quiere tener aquella gente para mejorar su fortuna…―Sebastián González.

Madrid, 10 de julio.
Pax Christi, &c. Adjunta hallará V. R. copia de una carta del P. Juan José Sancho, escrita al P.
Francisco Franco, con fecha del 20 de junio, sobre el feliz suceso de Lérida. Dice así:
«Gracias a Dios que hemos salido de un sitio, no tan largo como el pasado, pero más
peligroso por la porfiada batería del enemigo, que entró con muchos bríos, y Dios le ha bajado la
cresta con la mayor infamia que se ha visto, parte obligado de las alteraciones que tenía en
Cataluña, y parte por despecho, viendo que en una plaza donde había tan poca gente, se le hacía tan
grande resistencia a fuerza de valor, que ha sido de los mayores triunfos que se pueden decir. En
solas cuatro surtidas que hizo nuestro gobernador a los ataques, le mató 2.000 hombres y hirió más
de otros 1.000, deshaciéndoles sus fortificaciones solos 100 hombres que salieron ordinariamente,
por estar la plaza muy falta de gente, y con tan poco número les deshizo las trincheras y dio fuego a
las minas, obligándoles a 3.000 o 4.000 que asistían en los ataques, a retirarse al cordón donde
estaba el cuerpo del ejército francés, más numeroso que valiente, aunque venía en él gran parte de la
nobleza de Francia; pero se vuelve muy menguada, porque fue tan grande el temor que concibieron
los soldados franceses, escarmentados de las zurras que llevaban, que los traían a palos a los
ataques, y así fue fuerza desmontar la caballería y ponerla en ellos, en donde quedó muerta mucha
parte de la nobleza de Francia.
Con todo, si Dios no nos hubiera favorecido, y el temor no hubiera hecho tanta impresión en
los monsiures, era imposible conservar la plaza, porque nuestra gente estaba muy cansada, y nos
han muerto 100 hombres de los más esforzados que teníamos.
La batería que nos han dado ha sido de las mayores que se han visto. En tres semanas que ha
estado atacada la plaza, han tirado once mil y tantos cañonazos; en el caballete de nuestro tejado
dieron cuatro tiros que nos le maltrataron mucho; pero no es este el mayor peligro que ha tenido,
pues en tres ocasiones ha estado para ser derribada muestra casa, por ser grande padrastro a la
fortificación de San Andrés; y si no fuera por lo que se ha mostrado, y el deseo que tenía el señor
gobernador de favorecernos, fuera infalible el ejecutarlo; pero la pía afición ha obrado tanto, que
sólo porque no padeciese nuestra casa se resolvió el señor gobernador a poner guarnición en ella,
terraplenando todas las puertas, y dejando sólo un postigo en la muralla por donde nos pudiésemos
retirar sin ser descubiertos del enemigo, en caso que avanzase o abriese alguna brecha para entrarla.
Esto merece mucha estimación, porque hacer esta fineza en ocasión que le faltaba gente para
defender la ciudad, sólo por no derribar nuestro colegio, es cosa que no la hicieran todos. Verdad es
que yo y los demás PP. le hemos asistido, en cuanto se ha ofrecido, y agradecido a esto, en cuantos
bandos echaba poco favorables a los religiosos, exceptuaba los PP. de la Compañía. Mucho habría
que escribir, pero por estar de partida el correo no puedo detenerme; sólo suplico a V. R. dé priesa al
171

P. Rector para que venga presto, que a la vista referiré lo mucho que ahora por faltarme tiempo
dejo.»
Hasta aquí la carta del P. Sancho. En Cataluña no ha habido alboroto ninguno, como se había
dicho, y ha sido voz que han echado los franceses para levantar el sitio con más decencia.
Publicaban iban a aquietar los amotinados de Barcelona y su campaña, queriendo con este pretexto
dar a entender no proseguían en lo comenzado por acudir a la cabeza, que era lo más principal,
Lo que se tiene por mas probable y casi cierto es que al de Condé le ofrecieron le enviarían
cada mes para surtir su ejército 1.000 hombres, y él, cuando partió, halló con grande resolución al
Mazarino y Parlamento, diciéndoles que si no le cumplían lo que le habían ofrecido, en el estado
que tuviese la guerra la había de dejar y no proseguir. Envió a Francia a pedir gente; fuele
respondido de allá que la Francia estaba muy apurada, y que necesitaba de gente en Italia y Flandes
donde los progresos del Archiduque eran cada día mayores, y que a esa causa no le podían enviar
gente, porque la habían menester para Flandes y para Italia, y que procurase hacer la guerra de tal
suerte que conservase el ejército que tenía para lo que se pudiese ofrecer. Cuando hubo leído esta
carta, dicen que la hizo pedazos con grande despecho, y que el día siguiente alzó el sitio y retiró
parte del artillería a Balaguer, y parte a Flix; la gente la acuarteló en Balaguer, en Flix y en Cervera;
y él tomó 3.000 hombres de la mejor gente de su séquito y se ha ido a Francia. Dicen viene por
general de las armas y gobernador de Cataluña el duque de Bullon. Esto queda hoy en este estado…
―Sebastián González.

Madrid, 11 de julio.
El señor don Luis de Haro salió de esta corte el martes 149, en la noche, para Zaragoza.
Despidióse del Rey a las diez, quien dicen le dijo abrazándole, que en su cuidado ponía todo el peso
de esta monarquía. De allí fue a casa de la condesa del Castrillo, donde estuvo más de media hora; y
después salió para casa de la condesa de Olivares vieja, y se estuvo hasta las doce, y luego que las
oyó, salió para su viaje, donde le acompañaron algunos grandes, y por cabeza de ellos el duque de
Alba, que a poco trecho se despidió de ellos, y sólo con el conde de Fuensaldaña que va solo por su
camarada, prosiguió su viaje.
El viernes siguiente, al amanecer, llegó de Zaragoza un teniente de capitán de caballos, el cual
trajo a S. M. aviso de que el enemigo príncipe de Condé había levantado el sitio de sobre Lérida,
habiendo quemado todas las fortificaciones, y galería de los ataques que tenía hechos, para la toma
de aquella plaza, y que había pasado el Segre muy aprisa. A las cuatro llegó un maese de campo,
que dio aviso de que la ocasión era que los catalanes habían muerto a Joseph Margarit, y a su hijo, y
a los franceses que pudieron hallar, y que a los nuestros prisioneros les entregaban las armas para
que ayudasen a la defensa. Ayer, a las cuatro, llegó correo con el aviso de que el enemigo había
vuelto, y se había puesto entre Flix y Lérida, porque no le dejaban en el país de los catalanes, y que
pedía a Lérida 11.000 raciones porque perecía, y que les desembarazaría la tierra.
Han entrado en Lérida por lo que pueda suceder, 1.000 infantes y dos convoyes.
De Flandes se dice que el señor Archiduque ha tomado a Armentières, plaza de mucha
consideracion, y que tenía cortados a 5.000 infantes, que venían en su socorro.
También ha corrido nueva de que mandan embarcar a la gente de la armada, que había saltado
a tierra, para ir a Barcelona.

Madrid, 16 de julio.
… De nuevo hay poco que decir. Nuestra armada anda cerca de Barcelona, mas no ha
intentado cosa ninguna, porque la materia no debe de haberles dado lugar.

149 Esta carta, que no es original sino copia, carece de fecha, y sólo por conjetura le ponemos la de 11 de julio.
172

La gente del enemigo está acuartelada como tengo avisado. Estos días se ha dicho fortificaban
un puerto sobre Lérida y Fraga; mas no hay cosa cierta.
Nuestra gente está también acuartelada para moverse conforme fuera el intento del enemigo.
El de Aytona ha ido de Zaragoza a Sariñena, donde estaba la gente acuartelada por aquel contorno,
para visitar los cuarteles, y estar a punto para seguir al enemigo, si diese muestras de ir a alguna
parte…―Sebastián González.

Madrid, 22 de julio.
… De Cataluña no hay cosa ninguna, como si tal guerra no hubiera; unos y otros están a la
sombra en sus alojamientos…―Sebastián González.

Madrid, 7 de agosto.
… El príncipe de Condé, dicen, hace prevenciones para ir a sitiar a Tortosa, y que le ha
llegado alguna gente de Francia, como 1.500 hombres. De Francia le escribieron que si se queria
quedar en Cataluña, se quedase, y sino gustase se volviese a París, donde sería bien recibido. Esto
se sabe de cierto, y tendrá bien que pensar en lo que le estará mejor hacer…―Sebastián González.

Madrid, 13 de agosto.
… De Cataluña lo que hay es que se habían visto cerca de Tarragona 3.000 infantes del
enemigo y 2.000 caballos, por cuya causa la armada, aunque había tenido segunda orden de S. M.
para ir a Italia, se estaba en aquellos mares, abrigando a Tarragona, hasta que se descubriese el
designio del enemigo.
De Italia avisan había partido el duque de Bullon para Francia, y que le encargaban las armas
de Cataluña…―Sebastián González.

Madrid, 10 de septiembre.
… De nuestro ejército de Cataluña no se sabe nada. Dicen hay en él 11.000 infantes y 3.200
caballos…―Sebastián González.

Madrid, 10 de noviembre.
… Han hecho virrey de Aragón y Cataluña a D. Francisco de Melo, general de las armas que
se levantarán para el mismo efecto de la reducción de los catalanes. Hacen maese de campo general
a Brito, y general de la artillería a D. Francisco de Tejada. Esto está en esta forma hoy…
―Sebastián González.

Madrid, 19 de noviembre.
… A don Francisco de Melo le han dado las armas de Cataluña. Parece han obrado poco las
nuestras o nada, este año. Del de Aytona no se dice en qué le emplean, el cual tiene excusa de que le
mandaron, cuando de aquí partió, sacase el parecer del marqués de Mortara, y debió de ser de no
arriesgar el ejército…―Sebastián González.
173

1648

Madrid, 11 de febrero.
Pax Christi, &c. Padre mío: ayer partió de aquí don Francisco de Melo para Cataluña. Salióle
acompañando toda la corte, ¡quiera Dios los deseos buenos que lleva los logre, y que tenga
ocasiones para poderlo hacer!...―Sebastián González.

Madrid, 31 de marzo.
… Aquí ha corrido, no sé con qué fundamento, que había un capitán muerto a don Diego
Caballero, gobernador que había de ser de Lérida. Dicen que el caso sucedió de esta suerte: que
estando don Diego Caballero en un corro de soldados y oficiales de milicia y capitanes, llegó de
nuevo uno y le dio la bienvenida a Zaragoza, y que se holgaba de ver que había salido tan
lucidamente de sus cargos, pues lo mostraba la confianza que S. M. hacía de su persona. Sabida la
verdad, él respondió agradeciéndolo, y que lo que más estimaba era que sus émulos quedarían
corridos de las mentiras que en contra de él habían dicho, y arrojóse además en otras palabras
descompuestas. Estaba en el corro otro capitán que había dicho contra él, y dijo: «ea, señor, que
alguno diría verdad.» Respondió don Diego: que lo dicho dicho, y que mentían todos los que habían
capitulado150. Calló por entonces, y sabiendo estaba a caballo en el campo don Diego Caballero,
tomó el suyo y lo fue a buscar. Encontrólo y díjole si defendería que los que habían capitulado
mentían en lo que habían dicho. Respondió Caballero que sí. «Pues apéese vuestra señoría del
caballo, que yo me precio de decir verdad, y el que miente es él». Apeáronse y echaron mano a las
espadas, y dicho capitán le dio dos u tres estocadas que dicen lo mató. Esto corre; hasta que el
correo venga no se sabe la verdad. Otros lo tienen por fábula, y fúndanse en que ha habido cartas de
que estaba en Fraga don Diego Caballero, y que había pasado a Zaragoza…―Sebastián González.

Madrid, 21 de abril.
… De Cataluña se ha dicho que tomamos un pueblo fuerte que domina 40 lugares. Otros
dicen fue un puesto de importancia, con que se le impedía al enemigo la comunicación con
Barcelona. Ello hay algo; hasta que el correo venga no se sabe lo cierto, y como S. M. no está aquí,
no sabemos lo que en razón de esto trujo el extraordinario…―Sebastián González.

Madrid, octubre de 1648.


… En Cataluña se va juntando gente. El conde de Oñate envió 800 soldados viejos de
Nápoles, y en La Coruña han desembarcado 2.000 irlandeses, porque se ha dicho que el enemigo va
juntando su gente para hacer la entrada en Aragón…

150 Es lo mismo que si dijera todos los que habían declarado contestando como testigos a los capítulos de cargo del
proceso.
174

ÍNDICES
Autores de las cartas y documentos
Alas y Pumarino, Fernando de las
Amaya, Alonso de
Arriaga, Gabriel de
Aybar, Gaspar de
Brito, Gregorio de
Camasa, Francisco Antonio
Carrera, Alonso de la
Conselleres de Barcelona
Contreras, Melchor
Contreras, Rodrigo de
Cuevas, Juan de
Diputados del General de Cataluña
Eslaba, licenciado
Estrada, Luis de
Federique, Gerónimo
Felipe IV
Fernández de Córdoba, Catalina (duquesa de Cardona)
González Villacastín, Miguel
González, Sebastián
Gracia, Benito
Gracián, Baltasar
Guardia, Pedro Juan de la
Guevara, Beltrán de
Hernández, Miguel
Idiáquez Isasi, Juan
Lagunilla, Baltasar de
Marqués de Algava
Marqués de Aytona
Marqués de Leganés
Marqués de Mortara
Martínez de Ripalda, Francisco
Mascareñas, Ignacio
Mediavilla, Francisco
Medrano, Bernardo de
Mendo, Andrés
Montero, Martín
Orduña, Juan de
Ponce de León, Luis
Rangel, Lucas
Ribera, Marcos de
Salazar, Diego de
Sancho, Juan José
Serrano, Antonio
Silva, Felipe de
Suárez de Toledo, Gaspar
Tapia, Luis de
175

Valenzuela y Mendoza, Dionisio de


Velázquez, Antonio
Villanueva, Antonio de
Vitus, Pedro

Documentos insertos
Carta al rey de los diputados del General de Cataluña (1640).............................................................9
Manifiesto por las acciones de España contra Cataluña, por D. Alonso de la Carrera, del Consejo
Real de Aragón (1640)...................................................................................................................11
Carta al rey de los conselleres, de 18 de septiembre de 1640............................................................20
Carta de la duquesa de Cardona escrita a D. Pedro de Aragón, marqués de Povar, y a D. Antonio
de Aragón, sus hijos (1640)...........................................................................................................23
Relación del suceso que el P. Maestro Ignacio Mascareñas tuvo en la jornada que hizo a Cataluña
por mandado de S. M. el Rey D. Juan el IV, nuestro señor, a los 7 de Enero de 1641..................33
Copia de una carta que escribió un cortesano de Madrid a un título de Andalucía, en 20 de abril
de 1642...........................................................................................................................................58
Carta que escribe un caballero que acompaña al de Mortara, dando cuenta de lo ocurrido en su
viaje por Francia, desde Colibre a Irún (1642)..............................................................................66
Carta de D. Rodrigo de Contreras al canónigo D. Melchor de Contreras, su hermano, canónigo
de Córdoba (1642).........................................................................................................................74
Carta de Baltasar Gracián sobre la entrada del rey en Zaragoza (1642)............................................79
Copia del perdón general que se ha publicado en Cataluña en varios pueblos y ciudades por
orden de S. M. (1644)..................................................................................................................120
Relación del socorro de Lérida, de un padre de la Compañía [Baltasar Gracián] que se halló
presente (1646)............................................................................................................................158

Lugar de origen de las cartas


Barcelona
Berbegal
Calatayud
Casbas
Fraga
Irún
Lérida
Lisboa
Logroño
Madrid
Maella
Salamanca
Salses
Sariñena
Soria
Tarragona
Valencia
Valladolid
Vinaroz
Zaragoza
176

ÍNDICE GENERAL
[Del prólogo de Pascual de Gayangos]............................................................................................3

1640
Madrid, 5 de abril.............................................................................................................................5
Salamanca, 19 de mayo...................................................................................................................5
Madrid, 12 de junio..........................................................................................................................5
Avisos de 19 de Junio de 1640.........................................................................................................5
Madrid, 24 de julio...........................................................................................................................6
Madrid, 14 de agosto.......................................................................................................................6
Madrid, 21 de agosto.......................................................................................................................7
Madrid, 22 de agosto.......................................................................................................................7
Logroño, 4 de septiembre................................................................................................................7
Madrid, 4 de septiembre..................................................................................................................8
Salamanca, 8 de septiembre.............................................................................................................8
Valladolid, 8 de septiembre..............................................................................................................9
Madrid, 14 de septiembre................................................................................................................9
Madrid, 27 de septiembre................................................................................................................9
[Carta al rey de los diputados del General de Cataluña.]............................................................9
Madrid, 28 de septiembre..............................................................................................................10
Madrid, 29 de septiembre..............................................................................................................10
Madrid, 30 de septiembre..............................................................................................................11
Manifiesto por las acciones de España contra Cataluña, por D. Alonso de la Carrera, del
Consejo Real de Aragón............................................................................................................11
Madrid, 30 de septiembre..............................................................................................................14
Madrid, 2 de octubre......................................................................................................................15
Madrid, 8 de octubre......................................................................................................................15
Madrid, 8 de octubre......................................................................................................................15
Salamanca, 16 de octubre..............................................................................................................16
Madrid, 16 de octubre....................................................................................................................16
Madrid, 20 de octubre....................................................................................................................17
Madrid, 20 de octubre....................................................................................................................18
Madrid, 23 de octubre....................................................................................................................18
Madrid, 30 de octubre....................................................................................................................18
Madrid, 3 de noviembre.................................................................................................................18
Madrid, 4 de noviembre.................................................................................................................19
Madrid, 6 de noviembre.................................................................................................................20
[Carta al rey de los conselleres, de 18 de septiembre de 1640]................................................20
Madrid, 6 de noviembre.................................................................................................................21
Madrid, 10 de noviembre...............................................................................................................22
Madrid, 13 de noviembre...............................................................................................................22
Madrid, 18 de noviembre...............................................................................................................23
Carta de la duquesa de Cardona escrita a D. Pedro de Aragón, marqués de Povar, y a D.
Antonio de Aragón, sus hijos....................................................................................................23
Valladolid, 20 de noviembre..........................................................................................................29
Madrid, 20 de noviembre...............................................................................................................29
Madrid, 20 de noviembre...............................................................................................................30
Madrid, 27 de noviembre...............................................................................................................30
177

Madrid, 10 de diciembre................................................................................................................30
Madrid, 11 de diciembre................................................................................................................30
Madrid, 11 de diciembre................................................................................................................30
Madrid, 18 de diciembre................................................................................................................31

1641
Madrid, 15 de enero.......................................................................................................................32
Madrid, 4 de febrero......................................................................................................................32
Madrid, 14 de mayo.......................................................................................................................32
Madrid, 28 de mayo.......................................................................................................................33
Lisboa, 20 de julio.........................................................................................................................33
Relación del suceso que el P. Maestro Ignacio Mascareñas, de la Compañía de Jesús, tuvo
en la jornada que hizo a Cataluña por mandado de S. M. el Rey D. Juan el IV, nuestro señor,
a los 7 de Enero de 1641, impresa en Lisboa en portugués, y traducida en castellano por el
P. Rafael Pereyra el año de 1643 que vino a sus manos. Contiene varios sucesos y casos
acontecidos al dicho Padre........................................................................................................33
Madrid, 29 de octubre....................................................................................................................40
Madrid, 5 de noviembre.................................................................................................................41
Madrid, 12 de noviembre...............................................................................................................41
Madrid, 18 de noviembre...............................................................................................................41
Madrid, 17 de diciembre................................................................................................................41
Vinaroz, 22 de diciembre...............................................................................................................42
Madrid, 24 de diciembre................................................................................................................42
Madrid, 30 de diciembre................................................................................................................42
Madrid, 31 de diciembre................................................................................................................44
Madrid, 31 de diciembre................................................................................................................44

1642
Madrid 6 de enero..........................................................................................................................45
Madrid, 7 de enero.........................................................................................................................45
Madrid, 7 de enero.........................................................................................................................46
Madrid, 17 de enero.......................................................................................................................46
Madrid, 20 de enero.......................................................................................................................47
Madrid, 21 de enero.......................................................................................................................47
Madrid, 21 de enero.......................................................................................................................47
Madrid, 8 de febrero......................................................................................................................48
Madrid, 11 de febrero....................................................................................................................48
Madrid, 11 de febrero....................................................................................................................48
Madrid, 11 de febrero....................................................................................................................49
Madrid, 18 de febrero....................................................................................................................50
Madrid, 27 de febrero....................................................................................................................51
Madrid, 2 de marzo........................................................................................................................51
Madrid, 4 de marzo........................................................................................................................51
Madrid, 11 de marzo......................................................................................................................52
Zaragoza, 11 de marzo...................................................................................................................53
Madrid, 12 de marzo......................................................................................................................53
Madrid, 16 de marzo......................................................................................................................54
Madrid, 18 de marzo......................................................................................................................54
Madrid, 19 de marzo......................................................................................................................54
Madrid, 25 de marzo......................................................................................................................55
178

Madrid, 25 de marzo......................................................................................................................55
Madrid, 1 de abril...........................................................................................................................55
Madrid, 2 de abril...........................................................................................................................56
Madrid, 7 de abril...........................................................................................................................56
Madrid, 8 de abril...........................................................................................................................57
Madrid, 16 de abril.........................................................................................................................57
Madrid, 18 de abril.........................................................................................................................57
Madrid, 18 de abril.........................................................................................................................58
Madrid, 20 de abril.........................................................................................................................58
Copia de una carta que escribió un cortesano de Madrid a un título de Andalucía, en 20 de
abril de 1642..............................................................................................................................58
Madrid, 29 de abril.........................................................................................................................61
Madrid, 6 de mayo.........................................................................................................................62
Madrid, 6 de mayo.........................................................................................................................62
Madrid, 6 de mayo.........................................................................................................................63
Madrid, 6 de mayo.........................................................................................................................64
Zaragoza, 13 de mayo....................................................................................................................65
Madrid, 13 de mayo.......................................................................................................................65
Irún, 16 de mayo............................................................................................................................66
Carta que escribe un caballero que acompaña al de Mortara, dando cuenta de lo ocurrido
en su viaje por Francia, desde Colibre a Irún............................................................................66
Madrid, 21 de mayo.......................................................................................................................67
Madrid, 27 de mayo.......................................................................................................................67
Madrid, 28 de mayo.......................................................................................................................67
Madrid, 29 de mayo.......................................................................................................................67
Madrid, 2 de junio..........................................................................................................................67
Madrid, 3 de junio..........................................................................................................................67
Madrid, 4 de junio..........................................................................................................................68
Madrid, 9 de junio..........................................................................................................................68
Madrid, 10 de junio........................................................................................................................69
Zaragoza, 10 de junio.....................................................................................................................70
Madrid, 14 de junio........................................................................................................................70
Valladolid, 14 de junio...................................................................................................................70
Zaragoza, 24 de junio.....................................................................................................................71
Valladolid, 25 de junio...................................................................................................................73
Madrid, 1 de julio...........................................................................................................................73
Madrid, 1 de julio...........................................................................................................................73
De la mar sobre Barcelona a 4 de julio..........................................................................................74
Carta de D. Rodrigo de Contreras al canónigo D. Melchor de Contreras, su hermano,
canónigo de Córdoba................................................................................................................74
Madrid, 8 de julio...........................................................................................................................75
Madrid, 8 de julio...........................................................................................................................76
Madrid, 8 de julio...........................................................................................................................77
Madrid, 15 de julio.........................................................................................................................77
Madrid, 16 de julio.........................................................................................................................78
Madrid, 18 de julio.........................................................................................................................78
Madrid, 26 de julio.........................................................................................................................79
Madrid, 6 de agosto.......................................................................................................................79
[Carta de Baltasar Gracián sobre la entrada del rey en Zaragoza]............................................79
Valencia, 13 de agosto...................................................................................................................81
179

Madrid, 19 de agosto.....................................................................................................................81
Madrid, 2 de septiembre................................................................................................................82
Madrid, 9 de septiembre................................................................................................................82
Madrid, 16 de septiembre..............................................................................................................83
Zaragoza, 18 de septiembre...........................................................................................................83
Madrid, 25 de septiembre..............................................................................................................84
Zaragoza, 4 de octubre...................................................................................................................85
Fraga, 10 de octubre.......................................................................................................................85
Madrid, 14 de octubre....................................................................................................................86
Fraga (?), 24 de octubre.................................................................................................................87
Zaragoza, 28 de octubre.................................................................................................................88
Salamanca, 3 de noviembre...........................................................................................................89
Madrid, 4 de noviembre.................................................................................................................89
Madrid, 12 de noviembre...............................................................................................................89
Madrid, 23 de diciembre................................................................................................................89

1643
Madrid, 21 de enero.......................................................................................................................90
Madrid, 24 de enero.......................................................................................................................90
Madrid, 27 de enero.......................................................................................................................91
Madrid, 10 de febrero....................................................................................................................91
Madrid, 10 de febrero....................................................................................................................92
Zaragoza, 11 de febrero.................................................................................................................92
Madrid, 17 de febrero....................................................................................................................93
Madrid, 3 de marzo........................................................................................................................94
Madrid, 10 de marzo......................................................................................................................95
Madrid, 28 de abril.........................................................................................................................95
Madrid, 6 de mayo.........................................................................................................................95
Madrid, 19 de mayo.......................................................................................................................96
Soria, 24 de mayo..........................................................................................................................96
Madrid, 26 de mayo.......................................................................................................................96
Madrid, 16 de junio........................................................................................................................96
Madrid, 7 de julio...........................................................................................................................97
Madrid, 14 de julio.........................................................................................................................97
Madrid, 21 de julio.........................................................................................................................98
Madrid, 28 de julio.........................................................................................................................98
Madrid, 4 de agosto.......................................................................................................................99
Zaragoza, 4 de agosto..................................................................................................................100
Madrid, 11 de agosto....................................................................................................................101
Madrid, 18 de agosto...................................................................................................................102
Madrid, 25 de agosto...................................................................................................................102
Madrid, 8 de septiembre..............................................................................................................103
Madrid, 8 de septiembre..............................................................................................................103
Madrid, 15 de septiembre............................................................................................................104
Madrid, 22 de septiembre............................................................................................................104
Madrid, 29 de septiembre............................................................................................................105
Madrid, 6 de octubre....................................................................................................................105
Calatayud, 7 de octubre...............................................................................................................106
Madrid, 13 de octubre..................................................................................................................107
Madrid, 17 de octubre..................................................................................................................107
180

Tarragona, 18 de octubre.............................................................................................................107
Madrid, 28 de octubre..................................................................................................................108
Madrid, 4 de noviembre...............................................................................................................109
Madrid, 10 de noviembre.............................................................................................................110
Madrid, 10 de noviembre.............................................................................................................111
Madrid, 24 de noviembre.............................................................................................................112
Madrid, 8 de diciembre................................................................................................................113
Madrid, 15 de diciembre..............................................................................................................114
Madrid, 22 de diciembre..............................................................................................................115

1644
Madrid, 9 de enero.......................................................................................................................116
Madrid, 23 de enero.....................................................................................................................116
Madrid, 26 de enero.....................................................................................................................116
Madrid, 2 de febrero....................................................................................................................116
Madrid, 19 de febrero..................................................................................................................116
Madrid, 1 de marzo......................................................................................................................116
Madrid, 13 de marzo....................................................................................................................117
Madrid, 22 de marzo....................................................................................................................117
Madrid, 5 de abril.........................................................................................................................117
Madrid, 10 de abril.......................................................................................................................117
Madrid, 16 de abril.......................................................................................................................118
Madrid, 3 de mayo.......................................................................................................................118
Madrid, 17 de mayo.....................................................................................................................119
Copia del perdón general que se ha publicado en Cataluña en varios pueblos y ciudades
por orden de S. M....................................................................................................................120
Madrid, 24 de mayo.....................................................................................................................121
Madrid, 28 de mayo.....................................................................................................................121
Madrid, 10 de junio......................................................................................................................122
Madrid, 26 de junio......................................................................................................................123
Madrid, 2 de agosto.....................................................................................................................123
Madrid, 10 de septiembre............................................................................................................124
Madrid, 22 de noviembre.............................................................................................................124

1645
Madrid, 3 de enero ......................................................................................................................125
Madrid, 17 de enero.....................................................................................................................125
Madrid, 24 de enero.....................................................................................................................126
Madrid, 2 de febrero....................................................................................................................126
Madrid, 6 de febrero....................................................................................................................126
Madrid, 20 de febrero..................................................................................................................127
Madrid, 7 de marzo......................................................................................................................127
Madrid, 14 de marzo....................................................................................................................128
Madrid, 21 de marzo....................................................................................................................128
Madrid, 28 de marzo....................................................................................................................129
Madrid, 11 de abril.......................................................................................................................129
Madrid, 18, de abril......................................................................................................................130
Madrid, 6 de mayo.......................................................................................................................130
Madrid, 9 de mayo.......................................................................................................................130
Salamanca, 13 de mayo...............................................................................................................131
181

Madrid, 30 de mayo.....................................................................................................................131
Madrid, 13 de junio......................................................................................................................132
Madrid, 20 de junio......................................................................................................................132
Madrid, 24 de junio......................................................................................................................133
Madrid, 4 de julio.........................................................................................................................133
Madrid, 11 de julio.......................................................................................................................134
Madrid, 18 de julio.......................................................................................................................134
Madrid, 8 de agosto.....................................................................................................................135
Madrid, 23 de agosto...................................................................................................................135
Madrid, 29 de agosto...................................................................................................................135
Madrid, 29 de agosto...................................................................................................................137
Madrid, 6 de septiembre..............................................................................................................137
Madrid, 6 de septiembre..............................................................................................................137
Madrid, 12 de septiembre............................................................................................................139
Madrid, 17 de octubre..................................................................................................................139
Madrid, 25 de octubre..................................................................................................................139
Madrid, 31 de octubre..................................................................................................................140
Madrid, 9 de noviembre...............................................................................................................140
Madrid, 21 de noviembre.............................................................................................................140
Madrid, 12 de diciembre..............................................................................................................141
Madrid, 18 de diciembre..............................................................................................................141

1646
Madrid, 16 de enero.....................................................................................................................142
Madrid, 23 de enero.....................................................................................................................142
Madrid, 20 de febrero..................................................................................................................142
Madrid, 13 de marzo....................................................................................................................143
Madrid, 2 de abril.........................................................................................................................143
Madrid, 18 de abril.......................................................................................................................143
Madrid, 23 de abril.......................................................................................................................144
Madrid, 5 de mayo.......................................................................................................................144
Madrid, 8 de mayo.......................................................................................................................145
Madrid, 15 de mayo.....................................................................................................................145
Madrid, 22 de mayo.....................................................................................................................145
Madrid, 28 de mayo.....................................................................................................................145
Madrid, 11 de junio......................................................................................................................146
Madrid, 19 de junio......................................................................................................................148
Madrid, 26 de junio......................................................................................................................148
Madrid, 3 de julio.........................................................................................................................149
Madrid, 6 de julio.........................................................................................................................150
Madrid, 16 de julio.......................................................................................................................151
Madrid, 24 de julio.......................................................................................................................151
Madrid, 7 de agosto.....................................................................................................................152
Madrid, 14 de agosto...................................................................................................................152
Madrid, 29 de agosto...................................................................................................................153
Madrid, 4 de septiembre..............................................................................................................153
Madrid, 11 de septiembre............................................................................................................153
Madrid, 18 de septiembre............................................................................................................154
Madrid, 16 de octubre..................................................................................................................154
Madrid, 16 de octubre..................................................................................................................155
182

Madrid, 23 de octubre..................................................................................................................155
Madrid, 20 de noviembre.............................................................................................................156
Madrid, 27 de noviembre.............................................................................................................157
Madrid, 30 de noviembre.............................................................................................................158
Relación del socorro de Lérida, de un padre de la Compañía [Baltasar Gracián] que se
halló presente..........................................................................................................................158
Madrid, 6 de diciembre................................................................................................................162
Madrid, 11 de diciembre..............................................................................................................163
Madrid, 19 de diciembre..............................................................................................................163

1647
Madrid, 5 de febrero....................................................................................................................164
Madrid, 26 de marzo....................................................................................................................164
Madrid, 9 de abril.........................................................................................................................164
Madrid, 7 de marzo......................................................................................................................165
Madrid, 14 de mayo.....................................................................................................................166
Madrid, 21 de mayo.....................................................................................................................166
Madrid, 29 de mayo.....................................................................................................................166
Madrid, 4 de junio........................................................................................................................167
Madrid, 11 de junio......................................................................................................................167
Madrid, 19 de junio......................................................................................................................167
Madrid, 25 de junio......................................................................................................................167
Madrid, 26 de junio......................................................................................................................168
Madrid, 2 de julio.........................................................................................................................168
Madrid, 10 de julio.......................................................................................................................170
Madrid, 11 de julio.......................................................................................................................171
Madrid, 16 de julio.......................................................................................................................171
Madrid, 22 de julio.......................................................................................................................172
Madrid, 7 de agosto.....................................................................................................................172
Madrid, 13 de agosto...................................................................................................................172
Madrid, 10 de septiembre............................................................................................................172
Madrid, 10 de noviembre.............................................................................................................172
Madrid, 19 de noviembre.............................................................................................................172

1648
Madrid, 11 de febrero..................................................................................................................173
Madrid, 31 de marzo....................................................................................................................173
Madrid, 21 de abril.......................................................................................................................173
Madrid, octubre de 1648..............................................................................................................173

ÍNDICES
Autores de las cartas y documentos.............................................................................................174
Documentos insertos....................................................................................................................175
Lugar de origen de las cartas.......................................................................................................175
Índice general...............................................................................................................................176
183

CLÁSICOS DE HISTORIA
http://clasicoshistoria.blogspot.com.es/

337 Alejandro de Ros, Cataluña desengañada. Discursos políticos


336 Gaspar Sala, Epítome de los principios y progresos de las guerras de Cataluña
335 La Flaca. Dibujos políticos de la primera etapa (1869-1871)
334 Francisco de Quevedo, La rebelión de Barcelona ni es por el huevo ni por el fuero
333 Francisco de Rioja, Aristarco o censura de la Proclamación Católica de los catalanes
332 Gaspar Sala y Berart, Proclamación católica a la majestad piadosa de Felipe el Grande
331 François Bernier, Nueva división de la Tierra por las diferentes especies o razas humanas
330 Cristoph Weiditz, Libro de las vestimentas (Trachtenbuch)
329 Isa Gebir, Suma de los principales mandamientos y devedamientos de la ley y sunna
328 Sebastian Münster, Cosmographiæ Universalis. Mapas y vistas urbanas
327 Joaquim Rubió y Ors, Manifiestos catalanistas. Prólogos de Lo gayter del Llobregat
326 Manuel Azaña, La velada en Benicarló. Diálogo de la guerra en España
325 François Bernier, Viajes del Gran Mogol y de Cachemira
324 Antonio Pigafetta, Primer viaje en torno del Globo
323 Baronesa D’Aulnoy, Viaje por España en 1679
322 Hernando Colón, Historia del almirante don Cristóbal Colón
321 Arthur de Gobineau, Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas
320 Rodrigo Zamorano, El mundo y sus partes, y propiedades naturales de los cielos y elementos
319 Manuel Azaña, Sobre el Estatuto de Cataluña
318 David Hume, Historia de Inglaterra hasta el fin del reinado de Jacobo II (4 tomos)
317 Joseph Douillet, Moscú sin velos (Nueve años trabajando en el país de los Soviets)
316 Valentín Almirall, El catalanismo
315 León Trotsky, Terrorismo y comunismo (Anti-Kautsky)
314 Fernando de los Ríos, Mi viaje a la Rusia Sovietista
313 José Ortega y Gasset, Un proyecto republicano (artículos y discursos, 1930-1932)
312 Karl Kautsky, Terrorismo y comunismo
311 Teofrasto, Caracteres morales
310 Hermanos Limbourg, Las muy ricas Horas del duque de Berry (Selección de las miniaturas)
309 Abraham Ortelio, Teatro de la Tierra Universal. Los mapas
308 Georg Braun y Franz Hogenberg, Civitates orbis terrarum (selección de los grabados)
307 Teodoro Herzl, El Estado Judío
306 Las miniaturas del Códice Manesse
305 Oliverio Goldsmith, Historia de Inglaterra. Desde los orígenes hasta la muerte de Jorge II.
304 Sor Juana Inés de la Cruz, Respuesta de la poetisa a la muy ilustre sor Filotea de la Cruz
303 El voto femenino: debate en las Cortes de 1931.
302 Hartmann Schedel, Crónicas de Nuremberg (3 tomos)
301 Conrad Cichorius, Los relieves de la Columna Trajana. Láminas.
300 Javier Martínez, Trescientos Clásicos de Historia (2014-2018)
299 Bartolomé y Lucile Bennassar, Seis renegados ante la Inquisición
298 Edmundo de Amicis, Corazón. Diario de un niño
297 Enrique Flórez y otros, España Sagrada. Teatro geográfico-histórico de la Iglesia de España.
296 Ángel Ossorio, Historia del pensamiento político catalán durante la guerra… (1793-1795)
295 Rafael Altamira, Psicología del pueblo español
294 Julián Ribera, La supresión de los exámenes
293 Gonzalo Fernández de Oviedo, Relación de lo sucedido en la prisión del rey de Francia...
184

292 Juan de Oznaya, Historia de la guerra de Lombardía, batalla de Pavía y prisión del rey...
291 Ángel Pestaña, Setenta días en Rusia. Lo que yo vi
290 Antonio Tovar, El Imperio de España
289 Antonio Royo Villanova, El problema catalán y otros textos sobre el nacionalismo
288 Antonio Rovira y Virgili, El nacionalismo catalán. Su aspecto político...
287 José del Campillo, Lo que hay de más y de menos en España, para que sea lo que debe ser...
286 Miguel Serviá († 1574): Relación de los sucesos del armada de la Santa Liga...
285 Benito Jerónimo Feijoo, Historia, patrias, naciones y España
284 Enrique de Jesús Ochoa, Los Cristeros del Volcán de Colima
283 Henry David Thoreau, La desobediencia civil
282 Tratados internacionales del siglo XVII. El fin de la hegemonía hispánica
281 Guillermo de Poitiers, Los hechos de Guillermo, duque de los normandos y rey de los anglos
280 Indalecio Prieto, Artículos de guerra
279 Francisco Franco, Discursos y declaraciones en la Guerra Civil
278 Vladimir Illich (Lenin), La Gran Guerra y la Revolución. Textos 1914-1917
277 Jaime I el Conquistador, Libro de sus hechos
276 Jerónimo de Blancas, Comentario de las cosas de Aragón
275 Emile Verhaeren y Darío de Regoyos, España Negra
274 Francisco de Quevedo, España defendida y los tiempos de ahora
273 Miguel de Unamuno, Artículos republicanos
272 Fuero Juzgo o Libro de los Jueces
271 Francisco Navarro Villoslada, Amaya o los vascos en el siglo VIII
270 Pompeyo Gener, Cosas de España (Herejías nacionales y El renacimiento de Cataluña)
269 Homero, La Odisea
268 Sancho Ramírez, El primitivo Fuero de Jaca
267 Juan I de Inglaterra, La Carta Magna
266 El orden público en las Cortes de 1936
265 Homero, La Ilíada
264 Manuel Chaves Nogales, Crónicas de la revolución de Asturias
263 Felipe II, Cartas a sus hijas desde Portugal
262 Louis-Prosper Gachard, Don Carlos y Felipe II
261 Felipe II rey de Inglaterra, documentos
260 Pedro de Rivadeneira, Historia eclesiástica del cisma de Inglaterra
259 Real Academia Española, Diccionario de Autoridades (6 tomos)
258 Joaquin Pedro de Oliveira Martins, Historia de la civilización ibérica
257 Pedro Antonio de Alarcón, Historietas nacionales
256 Sergei Nechaiev, Catecismo del revolucionario
255 Álvar Núñez Cabeza de Vaca, Naufragios y Comentarios
254 Diego de Torres Villarroel, Vida, ascendencia, nacimiento, crianza y aventuras
253 ¿Qué va a pasar en España? Dossier en el diario Ahora del 16 de febrero de 1934
252 Juan de Mariana, Tratado sobre los juegos públicos
251 Gonzalo de Illescas, Jornada de Carlos V a Túnez
250 Gilbert Keith Chesterton, La esfera y la cruz
249 José Antonio Primo de Rivera, Discursos y otros textos
248 Citas del Presidente Mao Tse-Tung (El Libro Rojo)
247 Luis de Ávila y Zúñiga, Comentario de la guerra de Alemania… en el año de 1546 y 1547.
246 José María de Pereda, Pedro Sánchez
245 Pío XI, Ante la situación social y política (1926-1937)
244 Herbert Spencer, El individuo contra el Estado
243 Baltasar Gracián, El Criticón
185

242 Pascual Madoz, Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España... (16 tomos)


241 Benito Pérez Galdós, Episodios Nacionales (5 tomos)
240 Andrés Giménez Soler, Don Jaime de Aragón último conde de Urgel
239 Juan Luis Vives, Tratado del socorro de los pobres
238 Cornelio Nepote, Vidas de los varones ilustres
237 Zacarías García Villada, Paleografía española (2 tomos)
236 Platón, Las Leyes
235 Baltasar Gracián. El Político Don Fernando el Católico
234 León XIII, Rerum Novarum
233 Cayo Julio César, Comentarios de la Guerra Civil
232 Juan Luis Vives, Diálogos o Linguæ latinæ exercitatio
231 Melchor Cano, Consulta y parecer sobre la guerra al Papa
230 William Morris, Noticias de Ninguna Parte, o una era de reposo
229 Concilio III de Toledo
228 Julián Ribera, La enseñanza entre los musulmanes españoles
227 Cristóbal Colón, La Carta de 1493
226 Enrique Cock, Jornada de Tarazona hecha por Felipe II en 1592
225 José Echegaray, Recuerdos
224 Aurelio Prudencio Clemente, Peristephanon o Libro de las Coronas
223 Hernando del Pulgar, Claros varones de Castilla
222 Francisco Pi y Margall, La República de 1873. Apuntes para escribir su historia
221 El Corán
220 José de Espronceda, El ministerio Mendizábal, y otros escritos políticos
219 Alexander Hamilton, James Madison y John Jay, El Federalista
218 Charles F. Lummis, Los exploradores españoles del siglo XVI
217 Atanasio de Alejandría, Vida de Antonio
216 Muhammad Ibn al-Qutiyya (Abenalcotía): Historia de la conquista de Al-Andalus
215 Textos de Historia de España
214 Julián Ribera, Bibliófilos y bibliotecas en la España musulmana
213 León de Arroyal, Pan y toros. Oración apologética en defensa del estado... de España
212 Juan Pablo Forner, Oración apologética por la España y su mérito literario
211 Nicolás Masson de Morvilliers, España (dos versiones)
210 Los filósofos presocráticos. Fragmentos y referencias (siglos VI-V a. de C.)
209 José Gutiérrez Solana, La España negra
208 Francisco Pi y Margall, Las nacionalidades
207 Isidro Gomá, Apología de la Hispanidad
206 Étienne Cabet, Viaje por Icaria
205 Gregorio Magno, Vida de san Benito abad
204 Lord Bolingbroke (Henry St. John), Idea de un rey patriota
203 Marco Tulio Cicerón, El sueño de Escipión
202 Constituciones y leyes fundamentales de la España contemporánea
201 Jerónimo Zurita, Anales de la Corona de Aragón (4 tomos)
200 Soto, Sepúlveda y Las Casas, Controversia de Valladolid
199 Juan Ginés de Sepúlveda, Demócrates segundo, o… de la guerra contra los indios.
198 Francisco Noël Graco Babeuf, Del Tribuno del Pueblo y otros escritos
197 Manuel José Quintana, Vidas de los españoles célebres
196 Francis Bacon, La Nueva Atlántida
195 Alfonso X el Sabio, Estoria de Espanna
194 Platón, Critias o la Atlántida
193 Tommaso Campanella, La ciudad del sol
186

192 Ibn Battuta, Breve viaje por Andalucía en el siglo XIV


191 Edmund Burke, Reflexiones sobre la revolución de Francia
190 Tomás Moro, Utopía
189 Nicolás de Condorcet, Compendio de La riqueza de las naciones de Adam Smith
188 Gaspar Melchor de Jovellanos, Informe sobre la ley agraria
187 Cayo Veleyo Patérculo, Historia Romana
186 José Ortega y Gasset, La rebelión de las masas
185 José García Mercadal, Estudiantes, sopistas y pícaros
184 Diego de Saavedra Fajardo, Idea de un príncipe político cristiano
183 Emmanuel-Joseph Sieyès, ¿Qué es el Tercer Estado?
182 Publio Cornelio Tácito, La vida de Julio Agrícola
181 Abū Abd Allāh Muhammad al-Idrīsī, Descripción de la Península Ibérica
180 José García Mercadal, España vista por los extranjeros
179 Platón, La república
178 Juan de Gortz, Embajada del emperador de Alemania al califa de Córdoba
177 Ramón Menéndez Pidal, Idea imperial de Carlos V
176 Dante Alighieri, La monarquía
175 Francisco de Vitoria, Relecciones sobre las potestades civil y ecl., las Indias, y la guerra
174 Alonso Sánchez y José de Acosta, Debate sobre la guerra contra China
173 Aristóteles, La política
172 Georges Sorel, Reflexiones sobre la violencia
171 Mariano José de Larra, Artículos 1828-1837
170 Félix José Reinoso, Examen de los delitos de infidelidad a la patria
169 John Locke, Segundo tratado sobre el gobierno civil
168 Conde de Toreno, Historia del levantamiento, guerra y revolución de España
167 Miguel Asín Palacios, La escatología musulmana de la Divina Comedia
166 José Ortega y Gasset, España invertebrada
165 Ángel Ganivet, Idearium español
164 José Mor de Fuentes, Bosquejillo de la vida y escritos
163 Teresa de Jesús, Libro de la Vida
162 Prisco de Panio, Embajada de Maximino en la corte de Atila
161 Luis Gonçalves da Câmara, Autobiografía de Ignacio de Loyola
160 Lucas Mallada y Pueyo, Los males de la patria y la futura revolución española
159 Martín Fernández de Navarrete, Vida de Miguel de Cervantes Saavedra
158 Lucas Alamán, Historia de Méjico… hasta la época presente (cuatro tomos)
157 Enrique Cock, Anales del año ochenta y cinco
156 Eutropio, Breviario de historia romana
155 Pedro Ordóñez de Ceballos, Viaje del mundo
154 Flavio Josefo, Contra Apión. Sobre la antigüedad del pueblo judío
153 José Cadalso, Cartas marruecas
152 Luis Astrana Marín, Gobernará Lerroux
151 Francisco López de Gómara, Hispania victrix (Historia de las Indias y conquista de México)
150 Rafael Altamira, Filosofía de la historia y teoría de la civilización
149 Zacarías García Villada, El destino de España en la historia universal
148 José María Blanco White, Autobiografía
147 Las sublevaciones de Jaca y Cuatro Vientos en el diario ABC
146 Juan de Palafox y Mendoza, De la naturaleza del indio
145 Muhammad Al-Jusaní, Historia de los jueces de Córdoba
144 Jonathan Swift, Una modesta proposición
143 Textos reales persas de Darío I y de sus sucesores
187

142 Joaquín Maurín, Hacia la segunda revolución y otros textos


141 Zacarías García Villada, Metodología y crítica históricas
140 Enrique Flórez, De la Crónica de los reyes visigodos
139 Cayo Salustio Crispo, La guerra de Yugurta
138 Bernal Díaz del Castillo, Verdadera historia de... la conquista de la Nueva España
137 Medio siglo de legislación autoritaria en España (1923-1976)
136 Sexto Aurelio Víctor, Sobre los varones ilustres de la ciudad de Roma
135 Códigos de Mesopotamia
134 Josep Pijoan, Pancatalanismo
133 Voltaire, Tratado sobre la tolerancia
132 Antonio de Capmany, Centinela contra franceses
131 Braulio de Zaragoza, Vida de san Millán
130 Jerónimo de San José, Genio de la Historia
129 Amiano Marcelino, Historia del Imperio Romano del 350 al 378
128 Jacques Bénigne Bossuet, Discurso sobre la historia universal
127 Apiano de Alejandría, Las guerras ibéricas
126 Pedro Rodríguez Campomanes, El Periplo de Hannón ilustrado
125 Voltaire, La filosofía de la historia
124 Quinto Curcio Rufo, Historia de Alejandro Magno
123 Rodrigo Jiménez de Rada, Historia de las cosas de España. Versión de Hinojosa
122 Jerónimo Borao, Historia del alzamiento de Zaragoza en 1854
121 Fénelon, Carta a Luis XIV y otros textos políticos
120 Josefa Amar y Borbón, Discurso sobre la educación física y moral de las mujeres
119 Jerónimo de Pasamonte, Vida y trabajos
118 Jerónimo Borao, La imprenta en Zaragoza
117 Hesíodo, Teogonía-Los trabajos y los días
116 Ambrosio de Morales, Crónica General de España (3 tomos)
115 Antonio Cánovas del Castillo, Discursos del Ateneo
114 Crónica de San Juan de la Peña
113 Cayo Julio César, La guerra de las Galias
112 Montesquieu, El espíritu de las leyes
111 Catalina de Erauso, Historia de la monja alférez
110 Charles Darwin, El origen del hombre
109 Nicolás Maquiavelo, El príncipe
108 Bartolomé José Gallardo, Diccionario crítico-burlesco del... Diccionario razonado manual
107 Justo Pérez Pastor, Diccionario razonado manual para inteligencia de ciertos escritores
106 Hildegarda de Bingen, Causas y remedios. Libro de medicina compleja.
105 Charles Darwin, El origen de las especies
104 Luitprando de Cremona, Informe de su embajada a Constantinopla
103 Paulo Álvaro, Vida y pasión del glorioso mártir Eulogio
102 Isidoro de Antillón, Disertación sobre el origen de la esclavitud de los negros
101 Antonio Alcalá Galiano, Memorias
100 Sagrada Biblia (3 tomos)
99 James George Frazer, La rama dorada. Magia y religión
98 Martín de Braga, Sobre la corrección de las supersticiones rústicas
97 Ahmad Ibn-Fath Ibn-Abirrabía, De la descripción del modo de visitar el templo de Meca
96 Iósif Stalin y otros, Historia del Partido Comunista (bolchevique) de la U.R.S.S.
95 Adolf Hitler, Mi lucha
94 Cayo Salustio Crispo, La conjuración de Catilina
93 Jean-Jacques Rousseau, El contrato social
188

92 Cayo Cornelio Tácito, La Germania


91 John Maynard Keynes, Las consecuencias económicas de la paz
90 Ernest Renan, ¿Qué es una nación?
89 Hernán Cortés, Cartas de relación sobre el descubrimiento y conquista de la Nueva España
88 Las sagas de los Groenlandeses y de Eirik el Rojo
87 Cayo Cornelio Tácito, Historias
86 Pierre-Joseph Proudhon, El principio federativo
85 Juan de Mariana, Tratado y discurso sobre la moneda de vellón
84 Andrés Giménez Soler, La Edad Media en la Corona de Aragón
83 Marx y Engels, Manifiesto del partido comunista
82 Pomponio Mela, Corografía
81 Crónica de Turpín (Codex Calixtinus, libro IV)
80 Adolphe Thiers, Historia de la Revolución Francesa (3 tomos)
79 Procopio de Cesárea, Historia secreta
78 Juan Huarte de San Juan, Examen de ingenios para las ciencias
77 Ramiro de Maeztu, Defensa de la Hispanidad
76 Enrich Prat de la Riba, La nacionalidad catalana
75 John de Mandeville, Libro de las maravillas del mundo
74 Egeria, Itinerario
73 Francisco Pi y Margall, La reacción y la revolución. Estudios políticos y sociales
72 Sebastián Fernández de Medrano, Breve descripción del Mundo
71 Roque Barcia, La Federación Española
70 Alfonso de Valdés, Diálogo de las cosas acaecidas en Roma
69 Ibn Idari Al Marrakusi, Historias de Al-Ándalus (de Al-Bayan al-Mughrib)
68 Octavio César Augusto, Hechos del divino Augusto
67 José de Acosta, Peregrinación de Bartolomé Lorenzo
66 Diógenes Laercio, Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres
65 Julián Juderías, La leyenda negra y la verdad histórica
64 Rafael Altamira, Historia de España y de la civilización española (2 tomos)
63 Sebastián Miñano, Diccionario biográfico de la Revolución Francesa y su época
62 Conde de Romanones, Notas de una vida (1868-1912)
61 Agustín Alcaide Ibieca, Historia de los dos sitios de Zaragoza
60 Flavio Josefo, Las guerras de los judíos.
59 Lupercio Leonardo de Argensola, Información de los sucesos de Aragón en 1590 y 1591
58 Cayo Cornelio Tácito, Anales
57 Diego Hurtado de Mendoza, Guerra de Granada
56 Valera, Borrego y Pirala, Continuación de la Historia de España de Lafuente (3 tomos)
55 Geoffrey de Monmouth, Historia de los reyes de Britania
54 Juan de Mariana, Del rey y de la institución de la dignidad real
53 Francisco Manuel de Melo, Historia de los movimientos y separación de Cataluña
52 Paulo Orosio, Historias contra los paganos
51 Historia Silense, también llamada legionense
50 Francisco Javier Simonet, Historia de los mozárabes de España
49 Anton Makarenko, Poema pedagógico
48 Anales Toledanos
47 Piotr Kropotkin, Memorias de un revolucionario
46 George Borrow, La Biblia en España
45 Alonso de Contreras, Discurso de mi vida
44 Charles Fourier, El falansterio
43 José de Acosta, Historia natural y moral de las Indias
189

42 Ahmad Ibn Muhammad Al-Razi, Crónica del moro Rasis


41 José Godoy Alcántara, Historia crítica de los falsos cronicones
40 Marcelino Menéndez Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles (3 tomos)
39 Alexis de Tocqueville, Sobre la democracia en América
38 Tito Livio, Historia de Roma desde su fundación (3 tomos)
37 John Reed, Diez días que estremecieron al mundo
36 Guía del Peregrino (Codex Calixtinus)
35 Jenofonte de Atenas, Anábasis, la expedición de los diez mil
34 Ignacio del Asso, Historia de la Economía Política de Aragón
33 Carlos V, Memorias
32 Jusepe Martínez, Discursos practicables del nobilísimo arte de la pintura
31 Polibio, Historia Universal bajo la República Romana
30 Jordanes, Origen y gestas de los godos
29 Plutarco, Vidas paralelas
28 Joaquín Costa, Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España
27 Francisco de Moncada, Expedición de los catalanes y aragoneses contra turcos y griegos
26 Rufus Festus Avienus, Ora Marítima
25 Andrés Bernáldez, Historia de los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel
24 Pedro Antonio de Alarcón, Diario de un testigo de la guerra de África
23 Motolinia, Historia de los indios de la Nueva España
22 Tucídides, Historia de la Guerra del Peloponeso
21 Crónica Cesaraugustana
20 Isidoro de Sevilla, Crónica Universal
19 Estrabón, Iberia (Geografía, libro III)
18 Juan de Biclaro, Crónica
17 Crónica de Sampiro
16 Crónica de Alfonso III
15 Bartolomé de Las Casas, Brevísima relación de la destrucción de las Indias
14 Crónicas mozárabes del siglo VIII
13 Crónica Albeldense
12 Genealogías pirenaicas del Códice de Roda
11 Heródoto de Halicarnaso, Los nueve libros de Historia
10 Cristóbal Colón, Los cuatro viajes del almirante
9 Howard Carter, La tumba de Tutankhamon
8 Sánchez-Albornoz, Una ciudad de la España cristiana hace mil años
7 Eginardo, Vida del emperador Carlomagno
6 Idacio, Cronicón
5 Modesto Lafuente, Historia General de España (9 tomos)
4 Ajbar Machmuâ
3 Liber Regum
2 Suetonio, Vidas de los doce Césares
1 Juan de Mariana, Historia General de España (3 tomos)

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