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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA ROBERTO MUÑOZ BOLAÑOS

CARTOGRAFÍA DEL PODER AÉREO


EN EL PERIODO DE ENTREGUERRAS
(1919-1939)
Roberto Muñoz Bolaños
Profesor Ayudante Doctor de la Universidad Francisco de Vitoria

RESUMEN:
El objetivo de esta investigación es explicar a los teóricos del Poder Aéreo en el periodo de Entregue-
rras. La tesis que establecemos es que estas teorías no se vinculan con ninguna ideología en concreto,
sino con dos dinámicas que tuvieron su origen en el siglo XIX. Por un lado, la evolución de los con-
flictos bélicos que determinaron la aparición de la Guerra Total, donde no había distinción entre com-
batientes y no combatientes. Por otro, el desarrollo en el mundo occidental de una cultura militar que
consideraba la violencia extrema como el instrumento básico para la resolución de los conflictos polí-
tico-militares. Las fuentes empleadas para su elaboración se centran fundamentalmente en la bibliogra-
fía sobre el Poder Aéreo y las propias obras de sus teóricos.

ABSTRACT:
The objective of this research is to explain to Air Power theorists during the Interwars period. The
thesis we establish is that these theories are not linked to any particular ideology, but to two dynamics
that had their origin in the nineteenth century. On the one hand, the evolution of the war conflicts
that determined the appearance of the Total War, where there was no distinction between combatants
and non-combatants. On the other, the development in the western world of a military culture that
considered extreme violence as the basic instrument for the resolution of political-military conflicts.
The sources used for its elaboration are mainly focused on the literature on Air Power and the books
of its theorists.

PALABRAS CLAVE: Bombardeo aéreo, Guerra Total, Poder Aéreo, superioridad aérea.

KEYWORDS: Blitz, Total War, Air Power, Air Superiority.


La liberal, cuya primera manifestación
1. GUERRA TOTAL Y CULTURA MI-
se desencadena en Francia a partir de
LITAR OCCIDENTAL 1789, supuso el fin de la «guerra de los
profesionales»2 y el inicio de la «guerra de
las naciones», cuyo símbolo más conoci-
La dinámica que define la aparición
do fue la Levée en masse (Leva en masa)
del Poder Aéreo se vincula con el surgi-
plasmada en la Ley del 23 de agosto de
miento de una nueva forma de conflicto
1793. Gracias a esta medida, el Gobierno
bélico, la Guerra Total, ligado a las trans-
formaciones provocadas por las tres MOS, Ramiro: ¿Fascismo en España?, Málaga, Sep-
grandes revoluciones que definen la pri- ha, 2013, pp. 17-19.
mera fase de la Edad Contemporánea 2 Representada por los ejércitos integrados por
(1780-1870): La liberal, la nacional y la soldados profesionales y mandados por oficiales
industrial1. que eran funcionarios del Estado que habían
dominado los campos de batalla europeos en el
siglo XVIII. HOWARD, Michael: La guerra en la
historia europea, México, D. F., Fondo de Cultura
1MUÑOZ BOLAÑOS, Roberto: “Estudio críti-
Económica, 1983, pp. 102-137.
co de ¿Fascismo en España?”, en LEDESMA RA-

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republicano dispuso de un ejército de un pondió a «toda la nación», encuadrada en


millón de hombres con los que enfrentar- unidades militares convencionales, sino a
se a las potencias enemigas del proceso «todo el pueblo» bajo una nueva forma de
revolucionario3. Este cambio radical en la combate conocida como guerrilla, dando
conformación de las instituciones arma- origen a una auténtica conflagración po-
das no puede desvincularse de la ideolo- pular. El más importante teórico militar
gía liberal, una de cuyas consecuencias del siglo XIX, general de brigada 5 pru-
fue la sustitución de la soberanía Real por siano Karl von Clausewitz, comprendió
la soberanía nacional. Si la nación, en rápidamente las ventajas de este nuevo
palabras de Bodino, poseía ahora «el po- tipo de combate. Así, en una misiva que
der absoluto y perpetuo», le correspondía envío al general mariscal de campo Au-
a toda ella, y no solo a los profesionales gust von Gneisenau, explicó la necesidad
de la guerra, su defensa. de que se hiciera «de Silesia otra España
para vencer a Napoleón»6.
Precisamente, la segunda revolución
que ayudó a transformar la guerra, la na- Las «guerras de las naciones» y las
cional, se ligaba con el mismo principio. «guerras populares» derivadas de la Revo-
Pues, los ejércitos franceses que asolaron lución francesa y de la extensión del libe-
Europa a partir de 1792, alentaron el sur- ralismo y el nacionalismo no sólo supu-
gimiento de un sentimiento nuevo: la sieron un aumento del tamaño de los
pertenencia a la Nación, que sustituyó a la ejércitos combatientes y la aparición de
lealtad al Rey –cuyo poder había sido nuevas formas de combate como la guerri-
debilitado por el liberalismo– como ele- lla, sino una modificación radical del sen-
mento de cohesión y unión en los Esta- tido y objetivos de los conflictos bélicos.
dos europeos. El nacionalismo actuaría Pues, a partir de entonces, la derrota del
así como elemento clave en la articulación enemigo ya no se limitó a la de sus ejérci-
de nuevos consensos y como base de la tos, como había ocurrido en la Edad Mo-
resistencia a las invasiones francesas. Esta derna, sino que implicaba también la vic-
idea sería plasmada por el filósofo alemán toria sobre toda la nación. Esta diferencia
Johann Fichte en sus Discursos a la nación fue plasmada por Clausewitz en su obra
alemana (1808), dedicada a un pueblo que De la Guerra, donde comparó las «guerras
había desencadenado un movimiento de limitadas», propias del periodo anterior a
resistencia armada contra los invasores 1789, con la nueva forma de combate
franceses 4 , el español, que había puesto surgida a partir de entonces, que denomi-
en marcha –desde el 2 de mayo de 1808–
un auténtico conflicto nacional: la guerra 5 Los empleos correspondientes a los diferentes
rangos del generalato en los países que se estudian
de la Independencia (1808-1814). En esta
en este artículo se citan en su equivalente español.
contienda, el protagonismo no corres- La única excepción es el de mariscal, ya que no
tiene equivalencia en nuestro país. Pues, el de
3MUÑOZ BOLAÑOS, Roberto: Trafalgar 1805: capitán general, con el que se podría asimilar, es
Gloria y caída de la Armada española, Madrid, Alme- de carácter honorífico en España, poseyéndolo
na, 2005, págs. 16-18. actualmente sólo el rey.
4FICHTE, Johann G.: Discursos a la nación alemana, 6PARKINSON, Roger: Clausewitz: A Biography,
Barcelona, Ediciones Orbis, 1984, New York, Cooper Square Press, 2002, p. 130.

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nó Vernichtungsschlacht (batalla de aniquila- falta el primero, la Patria caería en po-


ción) ya que suponía el desencadenamien- der del enemigo; y destruido el segun-
to de una violencia extrema para provo- do, el ejército combatiente no podría
car la destrucción total del enemigo7. realizar su misión.
No obstante, para que esta aniquila-
ción fuera posible fue necesario el triunfo La guerra de secesión de los Estados
de la tercera gran revolución de la Edad Unidos (1861-1865) fue, en este sentido,
Contemporánea: la industrial. La apari- la primera guerra industrial de la Historia,
ción de nuevas formas de transporte y de pues conllevó una movilización total de la
producción no sólo provocó una trans- población para abastecer a las fuerzas
formación radical en el armamento, sino combatientes. Esta movilización unido a
también en los sistemas de abastecimien- la propia idiosincrasia del conflicto –una
to de los ejércitos y en el papel de la po- guerra civil donde la mayoría de la pobla-
blación no combatiente en los conflictos ción sureña apoyaba la secesión–, contri-
bélicos. A partir de ese momento, los buyó a convertir en objetivos militares a
campesinos que proporcionaban la ali- los hombres no encuadrados en unidades
mentación a las tropas, los empleados de combatientes, a los que –en ocasiones– se
los ferrocarriles que las transportaban o les acusó de guerrilleros, destacando en
los operarios de las fábricas que las abas- este sentido lo ocurrido en el Estado de
tecían, pasaron a tener un papel tan im- Missouri, donde 10.000 varones fueron
portante en los conflictos bélicos como el asesinados por las tropas federales 9 .
soldado de primera línea; convirtiéndose
También se convirtieron en objetivos las
por tanto en objetivos de los ejércitos bases económicas del enemigo, como
enemigos. Esta idea quedaría plasmada en quedó plasmado en las célebres campañas
una obra escrita por un militar español, el de destrucción realizadas por las tropas
comandante de Artillería Hermenegildo federales a las órdenes de los generales de
Tomé Cabrero8: división William Sherman y Philip Sheri-
dan 10 . Estas acciones militares, especial-
mente las de «tierra quemada» desenca-
Ahora bien, todos sabemos que en
denadas por el segundo en el valle de
las guerras modernas se precisan dos
Shenandoah (Virginia), pueden conside-
ejércitos de capital importancia; uno,
rarse un antecedente de las campañas de
combatiente, en el campo de batalla;
bombardeo urbano del siglo XX. Pues, su
otro, no combatiente, encargado de
objetivo era destruir los recursos materia-
suministrar las primero todos los ele-
les del enemigo y desmoralizarlo, para
mentos que necesita para la lucha.
acabar así con toda posibilidad de resis-
Ambos son imprescindibles, pues si
9 Ibid., p. 295-310 y 523-538.
7CLAUSEWITZ, Karl von: De la guerra, Madrid: 10 FÖRSTER, Stieg y NAGLER, Jorg (eds.): On
Ediciones Ejército, 1999, pp. 682-685.
the Road to Total War: The American Civil War and
8 TOMÉ CABRERO, Hermenegildo: Defensa the German Wars of Unification, 1861-1871, Cam-
antiaérea de la población civil y las instalaciones militares, bridge, Cambridge University Press, 2002, p. 308-
Madrid, E. Dossat, 1936, p. 13. 309.

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tencia; con la característica especial de miento de la nueva cultura militar occi-


que fueron realizadas contra la población dental en los países europeos occidentales
de su propio país. y centrales, y en los Estados Unidos13.
El conflicto franco-prusiano (1870- Con este término nos referimos a una
1871) fue otro ejemplo de esta nueva forma de pensamiento castrense surgida
forma de combate, ya que buena parte de en este ámbito geográfico a mediados del
la población francesa participó en el con- siglo XIX y definida por su carácter con-
flicto, especialmente tras la proclamación servador, incluso reaccionario. Se articuló
de la guerre à outrance (guerra a ultranza) en torno a un conjunto de valores muy
realizada por Leon Gambetta contra los precisos: nativismo, ultranacionalismo
ejércitos invasores. Los prusianos res- primario –apoyado en una mística y en
pondieron con el aniquilamiento de los una conceptos claves como el amor a la
francotiradores y sobre todo con el bom- patria, o el deber de defenderla frente a
bardeo de Paris, que provocó una autén- cualquier enemigo, que llevaba a los mili-
tica conmoción en los medios diplomáti- tares a considerar que no debían lealtad al
cos y la opinión pública europea11. Por el gobierno de turno, sino al concepto más
contrario, el ya teniente general Sheridan, abstracto de Nación–, rígida disciplina,
destinado como observador en el cuartel jerarquía, obediencia ciega, cohesión in-
general prusiano, consideró que el trata- terna, lealtad a la corona –países euro-
miento que estaban dando a los franceses peos– y autonomía frente a los políticos
era demasiado «humanitario»; llegando a civiles. Valores cada vez más opuestos a
afirmar ante sus atónitos interlocutores: la cultura política que se desarrolló en
«¡lo único que se debe dejar a la gente son Europa durante el siglo XIX y que culmi-
sus ojos, para que lloren por la guerra!»12. naría con la aparición de los regímenes
democráticos en la centuria siguiente14.
Resulta ilustrativo el hecho de que dos
ejércitos pertenecientes a dos naciones Las instituciones militares articuladas
con culturas políticas muy diferentes tu- en torno a esa cultura no sólo defendie-
vieran un comportamiento similar en el ron su parcela de poder con el argumento
campo de batalla. Este hecho fue posible del «profesionalismo», impidiendo así la
no sólo porque Prusia y Estados Unidos intervención de los civiles en los asuntos
fuesen naciones industriales y la guerra que consideraban dentro de su esfera
hubiera sufrido una evolución similar en exclusiva de decisión; sino que al conside-
ambos territorios, sino porque paralela-
13Sobre el carácter “aristocrático”, ruralista y
mente a la extensión de la industrializa-
conservador del Ejército de estados unidos, si-
ción y al cambio en el paradigma de los guen siendo válidas las obras de Hope y Cash.
conflictos bélicos se había desarrollado HOPE, James F.: The militant South, Cambridge:
otra dinámica de gran importancia no Belknap Press of Harvard, 1956 y CASH, James:
sólo en el siglo XIX sino también en el The mind of the South, New York: Albert A. Knopf,
1950.
XX que afectó a ambos países: el surgi-
14Sobre la cultura militar occidental véase HULL,
Isabel V.: Absolute Destruction. Military culture and the
11 Ibid., p. 503-518 y 501-549.
practices of war in Imperial Germany, Ithaka, Cornell
12Ibid., p. 308. University Press, 2005, p. 93-103.

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rar su lealtad a la nación por encima de la pueblos Herero y Namaqua contra la


obediencia al gobierno de turno, se sintie- dominación alemana en Namibia (1904-
ron legitimadas para intervenir en el pro- 1907), que el general de división Lothar
ceso de toma de decisiones políticas von Trotha combatió con una política de
cuando sus intereses –que eran para ellos aniquilación, causando la muerte de
los de la Nación– se ponían en peligro15. 65.000 hereros y 10.000 manaquas20.
Pero, esta cultura tenía otra característica Esta inclinación de los ejércitos por la
que iba a tener una notable influencia en violencia extrema, fruto de la esa nueva
el siglo XX: el empleo de la violencia cultura militar, se extendería posterior-
extrema como mejor instrumento para mente a amplias capas de la sociedad,
hacer frente a los problemas político- siendo la causa del proceso de «brutaliza-
militares16. Es decir, la toma de una «solu- ción» de la vida política en el periodo de
ción final«», que proporcionase “resulta- Entreguerras. Este concepto adquirió
dos permanentes” 17 . «Este tipo de pen- carta de naturaleza académica con la pu-
samiento conducía al deseo de extermi- blicación de la obra de George L. Mosse,
nar»18, como se manifestaría en otros dos Soldados caídos, en 199021. Sin embargo, no
conflictos que tuvieron lugar a comienzos era una idea original del historiador ger-
del siglo XX. El primero, la Segunda mano-norteamericano, sino que ya había
Guerra de los Boers (1899-1902), donde sido desarrollado por el teórico marxista
el Ejército británico a las órdenes del alemán Karl Kautsky en 1920, vinculán-
mariscal de campo Lord Roberts de Kan- dolo –entre otras causas– con la exten-
dahar y su jefe de Estado Mayor, el te- sión del servicio militar universal que
niente general Herbert Horatio Kitche- «cultiva la afición a la lucha sangrienta»22,
ner, articularon un sistema de campos de y la Primera Guerra Mundial que «brutali-
concentración para derrotar a sus enemi- zó a casi todas las capas de la población»
gos, provocando la muerte de 27.927 y «fomentó la aparición de concepciones
mujeres y niños boers y 14.155 africanos primitivas porque desarrolló intensamen-
negros de hambre, enfermedades y malos te las ideas militaristas»23. Es decir, el pen-
tratos 19 . El segundo, la rebelión de los sador germano fue capaz de establecer la
relación entre la violencia que se desen-
15 FINER, Samuel E.: Los militares en la política cadenó en la vida política a partir de
mundial, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1919, y los cambios operados en el ámbi-
1969, pp. 38-83. to castrense, incluyendo la aparición de
16 FELD, Maury D. Feld (ed.), The structure of
violence: Armed Forces as social systems, Beverly Hills, 20HULL, Isabel V: Absolute Destruction, op. cit.,
Sage Publications, 1977, pp. 71-84. pp. 5-90
17 HULL, Isabel V: Absolute Destruction, op. cit., p. 21MOSSE, George L.: Soldados caídos : la transfor-
1. mación de la memoria de las dos guerras mundiales, Za-
ragoza, Prensa de la Universidad de Zaragoza,
18 Ibid., p. 100.
2017.
19 SPIES, S. B.: Methods of Barbarism: Roberts and 22KAUTSKY, Karl: Terrorismo y comunismo, Ma-
Kitchener and Civilians in the Boer Republics January
drid, Biblioteca Nueva, 1920, p. 191.
1900-May 1902. Cape Town, Human & Rousseau,
1977, p. 265. 23 Ibid., p. 199.

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una cultura militar extraordinariamente G. Destruir o apoderarse de las pro-


violenta. piedades enemigas, excepto los casos
en que estas destrucciones o apropia-
No obstante, a pesar de que esa acti- ciones sean imperiosamente reclama-
tud se extendería progresivamente a la das por las necesidades de la guerra
vida política, los estragos causados en la (…).
población no combatiente por las guerras
desde la segunda mitad del siglo XIX, Art. 25. Queda prohibido atacar o
abrieron un periodo de reflexión y debate bombardear ciudades, pueblos, casas o
en la sociedad occidental sobre el alcance edificios que no están defendidos.
y consecuencias que los conflictos bélicos Art. 26. El Jefe de las tropas asaltantes,
podrían tener sobre el territorio y los antes de empezar el bombardeo, y ex-
civiles que habitaban en el, culminado cepción hecha del caso de ataque a vi-
con la celebración de dos conferencias en va fuerza, deberá hacer cuanto de él
La Haya en 1899 y 1907. La primera, dependa para advertir de ello a las Au-
denominada De las leyes y los usos de la toridades.
guerra terrestre, establecía los siguientes
Art. 27. En los sitios y bombardeos
principios24:
deberán tomarse todas las medidas ne-
cesarias para librar, en cuanto sea po-
sible, los edificios consagrados al cul-
Art. 2. La población de un territorio
to, a las artes, a las ciencias y a la bene-
no ocupado que al acercarse el enemi-
ficencia, los hospitales y los centros de
go toma espontáneamente las armas
reunión de enfermos y heridos, siem-
para combatir a las tropas invasoras,
pre que no se utilicen dichos edificios
sin haber tenido tiempo de organizar-
con un fin militar. El deber de los si-
se, conforme al Artículo 1, será consi-
tiados es señalar estos edificios o sitios
derada como beligerante si respeta las
de reunión con signos visibles y espe-
leyes y costumbres de la guerra [El ar-
ciales, que serán notificados de ante-
tículo 1 se refería a las cualidades del
mano al sitiador.
beligerante] (…).
Art. 23. Además de las prohibiciones
establecidas por Convenios especiales, La segunda, ratificaba los acuerdos al-
queda particularmente prohibido: canzados en la anterior, añadiendo que
«en los casos no comprendidos en las
A. Emplear veneno o armas envene-
disposiciones reglamentarias adoptadas
nadas (…).
por ellas las poblaciones y los beligerantes
E. Emplear armas, proyectiles o mate- permanecen bajo la garantía y el régimen
rias destinadas a causar males super- de los principios del Derecho de Gentes
fluos (…). preconizados por los usos establecidos
entre las naciones civilizadas, por las leyes
24http://www.cruzroja.es/dih/pdf/II_convenio_
de la humanidad y por las exigencias de la
de_la_haya_de_1899_relativa_a_leyes_usos_guerr
a_terrestre_y_reglamento_anexo.pdf [Consultado:
20 de enero de 2020]

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conciencia pública»25. Es decir, se inten- países invadidos; ahora, la guerra se


taba proteger a la población civil y a las extenderá a todo el territorio de los
tropas de las nuevas armas que pudieran países combatientes. La población ci-
surgir. vil, como los ejércitos, la sufrirá direc-
tamente, y de manera escalonada, en
Sin embargo, estos convenios de De-
función del territorio, tendrá que so-
recho Internacional iban a tener muy
portar las consecuencias indirectas ma-
poca validez, como se demostraría en la
teriales y morales del conflicto bélico,
Primera Guerra Mundial, donde el carác-
como el acecho del hambre y de la
ter brutal y extraordinariamente violento
propaganda, de la misma manera que
que estaba definiendo las contiendas béli-
en el pasado ocurría con los habitantes
cas desde el siglo anterior, y que caracte-
de las plazas fuertes sitiadas, a los que
rizaba la cultura militar de los ejércitos
la miseria y el agotamiento obligaban a
europeos y de Estados Unidos alcanzaron
capitular. La guerra total, pues, no
su máxima expresión. El resultado final
afectará sólo a las fuerzas armadas,
fue la aparición de un nuevo paradigma
sino también a los pueblos. Y es esta
bélico denominado Guerra Total, donde
la distinción entre combatientes y no una verdad inexorable e indudable,
que obligará a conformar todos los
combatientes casi desapareció por com-
medios de combate en función de la
pleto 26 . Este modelo de contienda sería
misma. “Ojo por ojo, diente por dien-
definido en toda su crudeza por un mili-
te”, ésta será la divisa verdadera de la
tar alemán que combatió en esa contien-
guerra total. Y creará formidables ten-
da, el teniente general Erich Ludendorff,
siones en los pueblos beligerantes.
quien en 1935 escribió27:
Sería precisamente otro civil como
Kautsky, aunque ideológicamente opues-
Si durante la guerra mundial, los to, el escritor argentino Jorge Luis Bor-
ejércitos beligerantes combatieron ya ges, quien plasmaría los peligros que sub-
sobre inmensas zonas, afectando muy yacían tras estas palabras28:
duramente a las poblaciones de los

25http://www.cruzroja.es/dih/pdf/Convenio_IV En la Italia del siglo XV, la guerra


_de_la_Haya_de_1907.pdf [Consultado: 20 de había alcanzado una perfección que
enero de 2020]. muchos calificarían de irrisoria. Una
26 Durante este conflicto, no sólo te utilizaron vez enfrentados los ejércitos, los gene-
nuevas armas como la aviación, el carro de com- rales comparaban el número, el valor y
bate o el gas venenoso; sino que la población civil la disposición de las fuerzas, y resol-
sufrió directamente las consecuencias del conflic-
vían a cuál de los dos le tocaba perder.
to por medio del bloqueo naval, que sometió al
pueblo alemán al hambre; la guerra submarina a
El azar había sido eliminado y la efu-
ultranza, que permitía hundir cualquier buque sin sión de sangre. Esa manera de gue-
previo aviso, o el bombardeo aéreo y terrestre de rrear no merece tal vez la adorable ca-
ciudades.
27LUDENDORFF, Eric: La Guerra Total, Buenos 28BORGES, Jorge Luis: “Der totale Krieg, de Erich
Aires, Ediciones Pleamar, 1964, pág. 15. Ludendorff”, El Hogar, 21 de enero de 1938.

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lificación de “totalitaria”, pero la juzgo cie del territorio nacional en frontera,


más prudente y más lúcida que las vas- ha creado la frontera aérea y ha trans-
tas matanzas millonarias que profetiza formado en beligerantes a todos los
Ludendorff. habitantes del país.
Los agresivos químicos, las grana-
das explosivas e incendiarias, y acaso
Kautsky y Borges tuvieron la clarivi-
la guerra bacteriológica, pueden pro-
dencia para entender que la brutalidad de
ducir la destrucción rapidísima de ciu-
los conflictos bélicos que tuvieron lugar
dades populares y la inutilización de
en la primera mitad del siglo XX no tenía
un gran número de personas. El do-
su origen en una ideología concreta, sino
minio del aire quizá sea capaz de con-
en un paradigma de guerra y en una cul-
sagrar la hegemonía mundial de un
tura militar violenta que se extenderían al
pueblo del mismo modo que, hasta
resto de la sociedad. Estas dinámicas
ahora, el dominio del mar ha puesto
constituirían las bases sobre las que ope-
en manos de la Nación que lo poseía
raron los teóricos del Poder Aéreo.
el Cetro del mundo.

2. LOS TEÓRICOS DEL PODER AÉ-


Las ideas reflejadas por estos militares
REO: GRAN BRETAÑA, ESTADOS
se vinculaban con un concepto surgido
UNIDOS, ITALIA, ALEMANIA Y ES- tras la Primera Guerra Mundial: el Poder
PAÑA. Aéreo. Con este término nos referimos a
la capacidad de un Estado para proyectar
su capacidad militar en el aire; teniendo
Poco antes de que comenzara la Gue- su origen en la conquista de la tercera
rra Civil, tres capitanes españoles del dimensión que supuso la aviación. Este
Cuerpo de Ingenieros, Luis Sánchez- hecho provocó una auténtica revolución
Tembleque, Juan Cámpora Rodríguez y en los conceptos políticos, estratégicos y
José García Alos, escribieron una intere- tácticos que regían la guerra y las opera-
sante obra donde explicaban el papel que ciones militares; pues eliminaba las limi-
en la Guerra Total podía jugar el arma taciones que habían caracterizado a los
más importante surgida en el siglo XX: la otros dos ejércitos: el de Tierra y la Ar-
aviación de combate29: mada. Las manifestaciones más importan-
tes de esta revolución fueron dos.
El Ejército del Aire, reforzado La primera, el intento de limitar el uso
además con novísimos elementos de de las fuerzas aéreas en los conflictos
defensa, ha convertido toda la superfi- bélicos con objeto de evitar daños a la
población civil. Así, las grandes potencias
29SÁNCHEZ-TEMBLEQUE PARDIÑAS, Luis, se reunieron de nuevo en La Haya en
CÁMPORA RODRÍGUEZ Juan y GARCÍA 1922 para fijar las reglas que deberían
ALOS, José: Defensa antiaérea de las poblaciones civiles, regir la guerra en el aire. En el documento
Segovia, Academia de Artillería e Ingenieros,
1936, p. 9.

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final que se redactó, se aprobaron los bombardear indiscriminadamente a la


siguientes artículos30: población civil, las aeronaves deben
abstenerse de bombardear.
4. En la proximidad inmediata de
Art. 22. Está prohibido el bom-
las operaciones de las fuerzas terres-
bardeo aéreo para aterrorizar a la po-
tres, el bombardeo de ciudades, aldeas,
blación civil o para destruir o dañar las
viviendas y edificios es legítimo, a
propiedad privada de índole no militar
condición de que haya presunción ra-
o para herir a los combatientes.
zonable de que la concentración mili-
Art. 23. Está prohibido el bombar- tar es allí suficientemente importante
deo aéreo para forzar la realización de para justificar el bombardeo, teniendo
requisas en especies o el pago de con- en cuenta el peligro que corre la po-
tribuciones en dinero. blación civil.
Art. 24.1. El bombardeo aéreo sólo 5. El Estado beligerante está some-
es legítimo cuando va dirigido contra tido a la reparación pecuniaria de los
un objetivo militar, es decir, un objeti- perjuicios causados a las personas y a
vo cuya destrucción, total o parcial, los bienes, por violación de las dispo-
sea, para el beligerante, un neta ventaja siciones de este artículo por parte de
militar. cualquiera de sus agentes o de sus
2. Tal bombardeo sólo es legítimo fuerzas militares.
cuando va exclusivamente dirigido ha-
cía los objetivos siguientes: fuerzas mi-
Sin embargo, este convenio nunca se
litares; obras militares; establecimien-
ratificó y, por tanto, no entró en vigor,
tos o depósitos militares; fábricas que
quedando la guerra aérea sin regulación,
sean centros importantes y bien cono-
más allá de que se le pudieran aplicar los
cidos dedicados a la fabricación de
artículos de los convenios de 1899 y
armas, municiones o pertrechos cla-
ramente militares; líneas de comunica- 1907, referidos al combate terrestre. No
obstante, todas las grandes potencias si
ción o de transportes utilizadas con fi-
firmarían en Ginebra, el 17 de junio de
nalidad militar.
1925, el Protocolo sobre la prohibición
3. Está prohibido el bombardeo de del empleo en la guerra de gases asfixian-
ciudades, aldeas, viviendas y edificios tes, tóxicos o similares y de medios bacte-
que no estén en las proximidades in- riológicos, donde se establecía que31:
mediatas de las operaciones de las
fuerzas terrestres. En el caso de que
los objetivos especificados en el párra-
fo 2 estén situados de tal forma que
no puedan ser bombardeados sin 31http://www.cruzroja.es/dih/pdf/Protocolo_Gi
ne-
30 http://www.cruzroja.es/dih/pdf/Reglas_de_la_
bra_1925_sobre_la_prohibicion_del_uso_en_la_g
uerra.pdf
guerra_aerea.pdf [Consultado: 20 de enero de
2020]. [Consultado: 20 de enero de 2020].

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA ROBERTO MUÑOZ BOLAÑOS

Que las Altas Partes Contratantes, diante la destrucción de sus redes de


en tanto que no son ya Partes en tra- transporte y centros industriales, pero
tados que prohíben este empleo, reco- también de «objetivos legítimos» en áreas
nocen esta prohibición, aceptan ex- pobladas32. El mariscal británico siempre
tender esta prohibición de empleo a defendió que los bombarderos en general,
los medios de guerra bacteriológicos y y la destrucción de fábricas en particular,
convienen en considerarse obligadas tenían un efecto devastador sobre la mo-
entre sí según los términos de esta de- ral de los trabajadores y de la población,
claración. como así había comprobado personal-
mente con la campaña desencadenada
por la Luftstreitkräfte (Fuerza Aérea) del
Esta disposición internacional, como Imperio Alemán contra Londres en
tantas otras sobre la guerra, no se cumpli- 191733.
ría.
Las ideas de Trenchard se aplicaron
La segunda consecuencia fue el desa- por primera vez en lo que Tanaka y
rrollo de un rico debate internacional en Young denominaron British «Humane
el periodo de entreguerras, donde se dis- Bombing» 34 , que tuvieron por centro las
cutió si el papel de la aviación debería colonias del Reino Unido. Esta forma de
limitarse a apoyar a las fuerzas terrestres y ataque comenzó en mayo de 1919, cuan-
navales –Táctico–, a destruir las ciudades do siendo Trenchard jefe del Estado Ma-
e instalaciones enemigas –Estratégico– o yor de la RAF ordenó los bombardeos de
a una combinación de ambos. Los prota- Jalalabad y Kabul (Afganistán) en el mar-
gonistas serían los llamados teóricos del co de la Tercera Guerra Anglo-Afgana
Poder Aéreo que aparecieron en las prin- (1919). Dos meses después del ataque a la
cipales potencias del momento y también capital del país, el rey afgano Amanullah,
de España. pidió la paz, con una misiva donde de-
nunciaba la doble moral británica a pro-
2.1. REINO UNIDO

En esta nación, pionera en el uso de


la aviación, incluso en la guerra naval, 32 GROSSCUP, Beau: Strategic Terror: The Poli-
aparecerían el mayor número de teóricos tics and Ethics of Aerial Bombardment, London,
del Poder Aéreo. Zed Books Ltd., 2006, pp. 21-22.

El primer fue el mariscal de la Royal 33 MEILINGER, Phillip S. (ed.): The Paths of Heav-
Air Force (RAF, Fuerza Aérea Real) Hugh en: The Evolution of Airpower Theory, Maxwell, Air
University Press, 1997, p. 46. CORUM, James S.:
Boom Trenchard, fundador de la RAF el 1
The Luftwaffe: Creating the Operational Air War, 1918-
de abril de 1918, la primera fuerza aérea 1940, Kansas, University Press Of Kansas, 1997,
independiente del mundo. Este militar pp. 36-38.
abogó por la utilización ofensiva de la 34 TANAKA, Yuki and YOUNG, Marilyn B.
aviación, siendo partidario del empleo del (eds.): Bombing Civilians: A Twentieth-Century History,
bombardeo estratégico, capaz de golpear New York, New Press, 2013, pp. 8-29.
al enemigo a distancia y derrotarle me-

170
LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA ROBERTO MUÑOZ BOLAÑOS

pósito del bombardeo de poblaciones si bien la RAF no utilizó bombas de gas –


civiles35: contra el criterio de Churchill que era su
máximo defensor–, si empleó combina-
ciones de artefactos explosivos e incen-
Es muy lamentable que el lanza- diarios, destacando las acciones sobre la
miento de bombas por parte de Zep- provincia de Samawah. Así, entre el 30 de
pelins en Londres fuera denunciado noviembre y el 1 de octubre de 1923,
como un acto muy salvaje y el bom- cuarenta bombarderos arrojaron veinti-
bardeo de lugares de culto y lugares cinco toneladas de bombas explosivas y
sagrados se considerara una operación 8.600 incendiarias, y disparando 15.000
abominable, mientras que ahora ve- proyectiles sobre la población de seis
mos con nuestros propios ojos que ta- pueblos, realizando el primer bombardeo
les operaciones son un hábito que de saturación o “de alfombra” de la His-
prevalece entre todas las personas civi- toria, que supuso el aniquilamiento com-
lizadas de Occidente. pleto de estos núcleos de población y
provocó 9.000 muertos en un periodo de
nueve meses37.
A pesar de la crítica del monarca af-
gano, desde un punto de vista estricta- Estas acciones realizadas en las colo-
mente militar, esta campaña fue el primer nias, que tuvieron un fuerte componente
éxito en la Historia del Poder Aéreo, de- racista38 –vinculado con el carácter «nati-
mostrándose que el bombardeo de nú- vista» que informaba la cultura militar
cleos habitados desmoralizaba al enemigo occidental– iban a tener una gran influen-
y acababa con su resistencia36. cia en cuatro soldados ingleses, obsesio-
nados por las pérdidas humanas de la
Animados por este triunfo, los británi-
Gran Guerra y convencidos, por tanto,
cos decidieron extender estas acciones
de que podían reducirse de forma muy
militares por todo su imperio, convirtien-
notable gracias al empleo del Poder Aé-
do a la RAF en la gran policía colonial.
reo, y sobre todo del bombardeo estraté-
Esta política alcanzó su máxima expre-
gico. El primero, el general de brigada
sión en Irak entre 1921 y 1923, favorecida
Percy Groves, colaborador de Trenchard
por Winston Churchill, antiguo teniente
en la creación de la RAF. Este militar se
de Caballería y entonces ministro de la
mostró partidario de la «policía aérea»
Guerra y del Aire (1919-1921). Trenchard
sobre la que no dudó en afirmar que no
y el célebre político británico –dos milita-
solo era efectiva a un bajo coste sino
res– decidieron acabar con la insurrección
también «de lejos el método más humano
desencadenada en este territorio contra la
descubierto para mantener la paz en las
presencia británica y de su protegido, el
rey Faysal, mediante bombardeos de ani-
37Ibid.,
pp. 19-22. OMISSI, David E.: Air Power
quilamiento contra la población civil. Así,
and Colonial Control: The Royal Air Force, 1919-
1939, Manchester, Manchester University
35 SINGER, Andre: Lords of the Khyber: The Story of
Press, 1990, p. 152.
the North-West Frontier, London, Faber and Faber,
1984, pp. 192-193. 38TANAKA, Yuki and YOUNG, Marilyn B.
36Ibid.,
(eds.), Bombing Civilians, op. cit., p. 22.
p. 13.

171
LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA ROBERTO MUÑOZ BOLAÑOS

regiones donde era aplicada» 39 . Además, El tercero sería uno de los pensadores
desarrolló la teoría del «golpe por golpe» militares más influyente del siglo XX,
aéreo, de acuerdo con la cual era posible capitán Basil Liddell Hart, un hombre
vencer al enemigo en los primeros mo- cercano al Partido Laborista. En relación
mentos de un conflicto bélico si se des- con el Poder Aéreo, no realizó un desa-
truían sus centros de gravedad40. El inte- rrollo independiente de este concepto,
rés del pensamiento de Groves, plasmado sino que lo incluyó dentro de su doctrina
en un conjunto de artículos publicados en de la aproximación indirecta. De acuerdo
el diario The Times desde el 21 de marzo con la misma, el objetivo perseguido era
de 1922, y posteriormente compilados en alcanzar la victoria sin la necesidad de
un volumen bajo el título Our future in the tener que llevar a cabo sangrientos cho-
Air: A Survey of the Vital Question of British ques terrestres como los que habían ca-
Air Power41, radico en su coincidencia con racterizado la Primera Guerra Mundial.
el del general italiano Giulio Douhet, Es decir, con las mínimas bajas en las
considerado tradicionalmente el «padre fuerzas propias. Para lograrlo, el empleo
del Poder Aéreo», aunque cronológica- de la aviación resultaba decisivo para pa-
mente fue anterior. ralizar la fuerza militar del enemigo y
dislocar su resistencia; llegando a defen-
El segundo, el también general de bri-
der, como Churchill, el uso del bombar-
gada Lionel Charlton, jefe del Estado
dero estratégico sobre ciudades, aunque
Mayor de la RAF en Irak. A diferencia
con bombas de gas no letal: «el gas puede
de Groves, Charlton se mostró contrario
ayudar a la salvación de la civilización del
a los bombardeos sobre la población civil,
inevitable colapso en caso de otra guerra
dimitiendo de su cargo en 1923 y pasan-
mundial»44.
do a la reserva 42 . Sin embargo, quince
años después, aparecería como un defen- El cuarto, el mariscal del Aire Arthur
sor del bombardeo de poblaciones civiles, Bomber Harris –apodado butcher (carnice-
aunque ello ocasionase la muerte de mu- ro)45–. Este militar participó en el bom-
jeres y niños, siempre que se tratase de un bardeo de Kabul y de Samawah, y fue el
conflicto declarado donde el enemigo organizador de la campaña de terror des-
también utilizaba esa forma de ataque43. encadenada contras las ciudades alemanas
durante la Segunda Guerra Mundial, que
provocó la destrucción de Hamburgo en
39 GROVES, Percy R. C.: Behind the Smoke Screen,
London, Faber and Faber, 1934, p. 317.
Air Defense of Great Britain, Harmondsworth, Pen-
40 GROVES, Percy R. C.: “The New Warfare”, guin Books, 1938, pp. 105-110.
The Times, 21 de marzo de 1922.
LIDDELL HART, Basil: Paris, or the Future of
44

41GROVES, Percy R. C.: Our future in the Air: A War, New York, Dutton, 1925, pp. 41-45.
Survey of the Vital Question of British Air Power, Lon- 45 Este apodo no fue consecuencia de su defensa
don, Hutchinson & Co., 1922.
de los bombardeos de terror, sino por la escasa
42 OMISSI, David E.: Air Power and Colonial Con- sensibilidad que tenía por las pérdidas de las tripu-
trol, op. cit., p. 176. laciones propias. HAVENS, Robin: The Second
World War: Europe, 1939–1943, Oxford,
43CHARLTON, Lionel E. O., GARRATT,
Routledge, 2003, vol. III, p. 69.
Geoffrey T. y FLETCHER, Richard S. H.: The

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA ROBERTO MUÑOZ BOLAÑOS

1943 y de Dresde en 1945, causando más en relación con el ataque a las ciudades,
de 80.000 muertos en ambas acciones 46. mostrándose partidario de esta estrategia
Resulta significativo que tanto Liddell en algunos de sus escritos y conferencias,
Hart como su amigo el general de divi- incluso del uso de gases venenosos –a
sión John C. Fuller, de claras simpatías semejanza de Churchill y Liddell Hart–,
fascistas, protestaran públicamente contra pero no en otros49.
las prácticas de bombardeo urbano de No obstante, más allá de lo que escri-
Harris47, demostrándose que esta práctica biese o dijese, lo cierto fue que cuando se
bélica no se vinculaba con una ideología produjo la gran huelga minera en el con-
concreta. dado de Logan (Virginia Occidental), en
el verano de 1921, que pronto devino en
una auténtica insurrección armada que
2.2. ESTADOS UNIDOS
culminaría en la célebre batalla de Blair
Mountain (25 de agosto-1 de septiembre);
En Estados Unidos (EE.UU.), el má- Mitchell, entonces general de brigada y
ximo exponente del Poder Aéreo fue el jefe de la Brigada Aérea 1ª provisional50,
general de división William Billy Mitchell, envío catorce aviones De Havilland DH-4
padre de la United States Air Force y Martin NBS-1. Este envío fue aprobado
(USAF)48. El pensamiento de este militar por el presidente de los EE.UU. Warren
se articuló sobre la idea de que las guerras G. Harding (1921-1923), que también
modernas entre naciones industriales había autorizado el uso de tropas federa-
provocarían la absoluta ruina y destruc- les contra los mineros; pero, los medios
ción de los beligerantes –como Liddell que el general proporcionó iban más allá
Hart–, dada la capacidad de producción de los necesarios para enfrentarse a civiles
de material bélico que tenían. Para evitar armados. Pues, si bien los DH-4 podían
ese final, la única solución pasaba por emplearse como aviones de observación,
crear una fuerza aérea independiente, en aunque fuesen bombarderos ligeros51; los
igualdad de condiciones con la Armada y
el Ejército de Tierra, y dotada de una
poderosa flota de bombarderos estratégi- 49 Ibid., p. 98.
cos, capaz de arrasar las industrias del 50Esta unidad, perteneciente al United States Army
enemigo y acabar así con sus medios de Air Service (Air Service, Servicio Aéreo del Ejército
producción. Sin embargo, se mostró vago de los estados Unidos), ya que hasta después de la
Segunda Guerra Mundial no se creó la United
States Air Force (U.S.A.F.), tenía su base en Lan-
46 Sobre la campaña de bombardeos en la Segunda
gley (Virginia). Contaba con seis escuadrones, que
Guerra Mundial, véase HARRIS, Arthur: Bomber
encuadraba a 125 aviones. Posteriormente el
offesinve, Barnsley, Pen & Sword Books Limited,
Servicio Aéreo se transformo en Cuerpo Aéreo.
2005.
51Este avión, diseñado en la Primera Guerra
47SHERRY, Michael S.: The Raise of American Air
Mundial y de origen británico, había sido moder-
Power. The Creation of Armageddon, New Haven,
nizado por el Servicio Aéreo de los EE.UU.,
Yale University Press, 1987, p. 155.
dotándole de cuatro ametralladoras Colt de calibre
48 MEILINGER, Phillip S. (ed.): The Paths of Heav- 7,62 mm. Su capacidad de transporte de bombas
en, op. cit., pp. 79-114. era de 150 kg.

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA ROBERTO MUÑOZ BOLAÑOS

NBS-1 eran bombardeos pesados52, dise- Wilson y el del Ejército del Aire Laurence
ñados para la guerra convencional y S. Kuter. Este grupo de oficiales controló
completamente inútiles en labores de el desarrollo del Cuerpo Aéreo del Ejérci-
reconocimiento. Es más, Mitchell ordenó to de Estados Unidos y definió una doc-
que las tripulaciones enviadas fueran las trina, denominada «Industrial web theory»,
que habían participado en los ensayos de donde se daba prioridad al bombardeo
julio, donde habían hundido al antiguo estratégico (de ahí que se les conociera
acorazado alemán Ostfriesland (22.808 tn.) como The Bomber Mafia). El objetivo era
en una demostración de la capacidad béli- acabar con la resistencia del adversario
ca del Poder Aéreo, y que los aparatos paralizando los centros de gravedad de
estuvieran completamente armados. Sin los que dependían las Fuerzas Armadas y
embargo, nunca actuarían contra los mi- la población civil, pero sin destruir los
neros –contraviniendo los deseos de Mit- núcleos de población54. El problema era
chell– porque el general de división Harry determinar cuáles eran realmente esos
Hill Bandholtz, que estaba al frente de las espacios a destruir, lo que obligaba a te-
tropas federales desplegadas en la zona, ner un conocimiento muy detallado del
dio la siguiente orden al comandante Da- sistema económico enemigo. Así, en el
venport Johnson, que mandaba el escua- caso alemán se determinó que eran dos:
drón aéreo: «Vd., bajo ninguna circuns- las fábricas de rodamientos y los centros
tancia, lanzará una bomba ni disparará de suministro eléctrico. Las primeras no
sus ametralladoras» 53 . La decisión de eran probablemente tan importantes para
Bandholtz evitó que los EE.UU. fueran el el esfuerzo bélico alemán como se pensa-
primer país que utilizara el bombardeo ba, mientras que el segundo jamás se inte-
aéreo contra su propia población. rrumpió totalmente55.
Mitchell nunca vería las consecuencias Si el bombardeo de precisión a los
de sus teorías –murió en 1935–, pero si centros de gravedad del enemigo no fun-
dejaría un nutrido grupo de discípulos cionó en el segundo conflicto mundial, si
que las desarrollarían en la Air Corps Tacti- lo hizo el ataque indiscriminado a las ciu-
cal School (ACTS, Escuela Táctica del dades, bajo la dirección de dos defensores
Cuerpo Aereo), fundada en 1920. El líder del Poder Aéreo estratégico. El primero,
del mismo sería el teniente general Ha- el teniente general Carl A. Spaatz, co-
rold L. George, protegido de Mitchell, y mandante de la Octava Fuerza Aérea del
sus principales integrantes los generales Ejército de los EE.UU., clave en la des-
de división Haywood S. Hansell y Donald trucción de la capacidad industrial de
Alemania con su táctica de bombardeos
52 Este avión, fabricada por la compañía aeronáu-
tica norteamericana Glenn L. Martin, entró en
servicio en 1920. Se trataba de un poderoso bom-
bardero bimotor, armado con cinco ametrallado-
ras Lewis, de calibre 7,62 mm. y capaz de transpor-
tar 1.700 kg. de bombas. 54SHERRY, Michael S.: The Raise of American Air
Power, op. cit., p. 52.
53SHOGAN, Robert: The Battle of Blair Mountain:
The Story of America's Largest Labor Uprising, New 55 MEILINGER, Phillip S. (ed.): The Paths of Heav-
York, Basis Books, 2013, p. 202. en, op. cit., pp. 211-221.

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA ROBERTO MUÑOZ BOLAÑOS

diurnos56. El segundo, el general de divi- El dominio del aire58. En esta obra, abogaba
sión Curtis Le May, al mando de la fuerza por el empleo masivo de un único tipo de
de bombardeos estratégicos en el Pacífi- avión, el bombardero pesado, cuya fun-
co, y responsable de la campaña de ani- ción debía ser destruir no sólo el tejido
quilación contra las ciudades japonesas industrial, sino también las ciudades del
desencadenada entre marzo y agosto de enemigo, provocando el colapso de su
1945, en la que el empleo de bombas capacidad de combate. De hecho, más
explosivas e incendiarias acabó con la que ningún otro teórico, fue Douhet
vida de 500.000 personas57. quien defendió la idea de atacar a la po-
blación civil desde el aire empleando dife-
rentes tipos de bombas: incendiarias,
2.3. ITALIA químicas e incluso bacteriológicas. El
objetivo era quebrar cualquier tipo de
resistencia e incluso provocar rebeliones
En este país, la doctrina del Poder Aé-
contra su propio gobierno.
reo insistió más en los aspectos tácticos
que estratégicos. Esto significaba que la Contra lo que generalmente se escribe,
aviación debía tener como objetivo prin- las teorías de este general, que tuvieron
cipal apoyar al Ejército de Tierra y a la un gran eco en el resto del mundo, no
Armada por un lado, y enfrentarse con la definieron la estrategia aérea italiana en
aviación enemiga, por otro. La posibili- este periodo. Ese papel correspondió al
dad de derrotarlo bombardeando sus gran adversario de Douhet, el general de
centros vitales se consideraba completa- brigada Amedeo Mecozzi, un piloto con-
mente marginal. decorado de la Primera Guerra Mundial.

Esta idea puede parecer equivocada, A diferencia de su conmiliton, un teórico


ya que el desarrollo de la aviación en este puro, Mecozzi fue siempre un pensador
país en el periodo de entreguerras aparece militar práctico, apegado a la realidad.
asociada tradicionalmente a la figura del Así, defendió la necesidad de mantener
general del Ejército Giulio Douhet, el una reserva aérea, a diferencia de lo que
gran apóstol del bombardeo estratégico. opinaba Douhet, y sobre todo abogó por
Sus ideas, que tuvieron una gran influen- la idea de que una eficiente aviación de
cia en Mitchell con el que tuvo largas caza podía detener las oleadas de bom-
conversaciones en el año 1922 cuando el barderos pesados. Pero, sobre todo su
militar norteamericano visitó Europa, gran aportación fue la división de la fuer-
quedaron expuestas en un libro que sería za aérea en tres brazos con funciones
decisivo en la definición del Poder Aéreo: distintas y bien definidas. El primero,
integrado por los bombarderos estratégi-
cos tendría como objetivo los centros
56 MILLER, Donald L.: Eighth Air Force: The vitales del enemigo, pero no las ciudades,
American Bomber Crews in Britain, London, Au- ya que Mecozzi consideraba su bombar-
rum Press Ltd., 2013.
57 HOYT, Edwin P.: Inferno: The Fire Bombing of

Japan, March 9 - August 15, 1945, Oxford, Mad- DOUHET, Giulio: El dominio del aire, Madrid:
58

ison Books, 2000. Ministerio de Defensa, 2007.

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA ROBERTO MUÑOZ BOLAÑOS

deo como indigno, tildándolo de «guerra rra de conquista de este país (1935-
contra desarmados». El segundo, consti- 1936)61.
tuido por la aviación naval, operaria sobre
el mar, enfrentándose con la flota del
adversario. Y el tercero, la aviación tácti- 2.4. ALEMANIA
ca, apoyaría el avance del Ejército de Tie-
rra.
En esta nación, la definición del con-
Las ideas de Mecozzi no sólo influye- cepto de Poder Aéreo fue similar al ita-
ron en otros países59, sino que fueron la liano, aunque su estudio fue más profun-
base sobre las que el mariscal Italo Balbo, do, dando lugar a una doctrina de guerra
ministro del Aire entre 1929 y 1933, or- altamente eficaz, como se demostró en
ganizó la Regia Aeronaútica (Fuerza Aérea). los primeros años de la Segunda Guerra
El resultado fue una fuerza eficiente para Mundial.
apoyar operaciones terrestres, no así na- Para elaborar esta teoría, los alemanes
vales; pero, a la vez, carente de grandes se apoyaron en las experiencias de la Pri-
bombarderos estratégicos, que pudieran mera Guerra Mundial, donde la Luft-
atacar los centros vitales del enemigo a streitkräfte había demostrado una eficacia
larga distancia 60 . No obstante, siguiendo mayor que la de cualquier otra fuerza
la estela de los británicos y –como vere- aérea combatiente, hasta el extremo de
mos– de los españoles, los militares ita- que fue el primer país donde se propuso
lianos realizaron ataques aéreos con la creación de un Ejército del Aire inde-
bombas explosivas y de gas mostaza a la pendiente62 y que desencadenó una cam-
población civil de Etiopía durante la gue- paña de bombardeo estratégico sobre una
gran ciudad, Londres en 1917, con el
objetivo de provocar la rendición de los
británicos, fracasando en su objetivo63.
59La Unión Soviética, durante la Guerra Fría Sin embargo, el análisis de estas expe-
(1945-1989), tenía una organización en su fuerza riencias estuvo mediatizado por la prohi-
aérea muy parecida a la propuesta por Mecozzi, bición de poseer cualquier tipo de mate-
existiendo la Aviación Estratégica, integrada por rial aéreo establecida por el tratado de
los bombarderos pesados, y la Aviación Frontal,
cuyo objetivo era apoyar al Ejército de Tierra.
Versalles (1919)64. A pesar de este contra-
Como servicios separados, se crearon la Defensa 61 ROMEO DI COLLOREDO MELS, Pierlui-
Aérea, para salvaguardar el territorio nacional de
gi: I pilastri del romano impero: Le camicie nere in
los ataques enemigos, y la Aviación Naval, para
Africa Orientale 1936-1936, Zanica, Soldiershop
apoyar a la Armada. Los EE.UU. también organi-
Publishing, 2016.
zaron la USAF en el mismo periodo en Mando de
Defensa Aérea, para defender Norteamérica; 62 CORUM, James S.: The Luftwaffe: Creating the
Mando Aéreo Táctico, para apoyar al Ejército de Operational Air War, op. cit., p. 25.
Tierra, y Mando Aéreo estratégico, integrado por 63 Ibid., págs. 34-36.
los grandes bombardeos; quedando bajo el con-
trol de la U.S. Navy, la aviación naval. 64Sobre el Ejército alemán de este periodo, véase
MUÑOZ BOLAÑOS, Roberto: “Gott mit uns: La
60 MEILINGER, Phillip S. (ed.): The Paths of Heav-
organización del Reichsheer durante la República de
en, op. cit., pp. 159-161.
Weimar (1919- 1933)”, en MARTÍNEZ RUIZ,

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA ROBERTO MUÑOZ BOLAÑOS

tiempo, el general del Ejército Hans von de otros países y hubo defensores del
Seeckt, jefe de la Dirección del Ejército bombardeo estratégico de centros indus-
entre 1920 y 1926, y organizador de las triales y núcleos de población, como el
fuerzas terrestres en el periodo de entre- teniente de navío Hans Ritter y el co-
guerras, desarrolló una nueva doctrina mandante Helmuth Wiberg66; el plantea-
militar denominada de «las armas combi- miento de Seeckt, que suponía un empleo
nadas», donde incluyó a la aviación y los táctico –apoyo al Ejército de Tierra–, y
carros de combate junto a las armas tra- no estratégico –destrucción de las bases
dicionales –Infantería, Caballería, Artille- materiales del enemigo mediante ataques
ría y Zapadores–. La base de la misma era a larga distancia–, fue hegemónico hasta
el empleo de un ejército pequeño alta- 1932.
mente profesionalizado y muy móvil, El 30 de enero de 1933, Adolf Hitler,
capaz de envolver y derrotar al enemigo. líder del Partido Nacional Socialista
En este planteamiento, la aviación jugaba Obrero Alemán (NSADP) se convertía
un papel fundamental, ya que era la más en canciller. A partir de ese momento,
adecuada para iniciar el conflicto, reali- comenzó una etapa de discusión en torno
zando rápidos ataques contra las fuerzas a la aviación, centrada en dos temas. El
adversarias. primero, si debía ser un arma pertene-
No obstante, Seeckt consideraba que ciente al Ejército o una fuerza indepen-
su objetivo siempre serían los aviones diente, se resolvió el 28 de febrero de
enemigos, y una vez derrotados estos, los 1935, cuando se creó la Luftwaffe (Arma
centros militares. Por el contrario, aunque Aérea), en igualdad de condiciones con el
reconocía el efecto desmoralizador de los Heer (Ejército) y la Kriegsmarine (Marina de
ataques aéreos sobre las ciudades, jamás Guerra). El segundo, vinculado al ante-
los defendió, tal vez recordando el fraca- rior, era si su función debía ser táctica o
so de la campaña sobre Londres de 1917; estratégica. Este debate, que nunca se
aunque, a la vez, estaba convencido de resolvió, estuvo marcado entre 1933 y
que en la próxima guerra que se librase en 1936 por el general de división Walther
Europa serían un objetivo primordial. De Wever, jefe del Estado Mayor de la
ahí que insistiese a los diferentes gobier- Luftwaffe. Aunque no sea tan conocido
nos con los que trabajó en la necesidad como Trenchard, Douhet o Mitchell, este
de desarrollar una eficaz defensa antiaé- militar alemán fue el más importante teó-
rea65. rico del Poder Aéreo en Alemania y el
más completo a nivel mundial de la pri-
Aunque los militares alemanes estudia-
mera mitad del siglo XX. Pues, si bien
ron a todos los teóricos del Poder Aéreo
consideraba el bombardeo estratégico
Enrique, CANTERA MONTENEGRO, Jesús y como la función fundamental de la avia-
DE PAZZIS PI CORRALES, Magdalena (dirs.): ción, también dio mucha importancia a la
La organización de los Ejércitos, Madrid, Catedra cooperación táctica con los otros ejérci-
Extraordinaria Complutense de Historia Militar, tos, a la artillería antiaérea y a la defensa
2016, vol. II, pp. 1182-1222.
de la población civil contra los ataques
CORUM, James S.: The Luftwaffe: Creating the
65

Operational Air War, op. cit., pp. 52-55. 66Ibid., pp. 70. 81-83.

177
LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA ROBERTO MUÑOZ BOLAÑOS

desde el aire, además de crear un cuerpo 2.4. URSS


de paracaidistas dentro de la Luftwaffe. Su Los militares de este país, de ideología
proyecto más ambicioso fue el «Bombar- comunista, no estaban vinculados con las
dero Ural». El objetivo del mismo era bases ideológicas de la cultura militar
crear un potente avión con un radio de occidental, pero compartían los valores
acción que le permitiera atacar las indus- militares que la informaban.
trias que la Unión de Repúblicas Socialis-
tas Soviéticas (URSS) –país al que consi- Durante el periodo de Entreguerra
deraba el principal enemigo de Alemania hubo un rico debate teórico sobre el pa-
en la próxima guerra– estaba construyen- radigma que debían emplear las Fuerzas
do o trasladaría, en caso de conflicto, a Armadas soviéticas que, de la mano del
esa región lejana. mariscal de la Unión de Repúblicas Socia-
listas Soviéticas Mihail Tujachevski, se
Bajo el más estricto secreto, inició con- denominaría «Doctrina de las Operacio-
versaciones con dos de las principales nes Profundas», con la que el Ejército
industrias aeronáuticas alemanas –Dornier Rojo terminaría derrotando a los alema-
y Junker– para que le proporcionasen nes en la Segunda Guerra Mundial.
prototipos de un aparato de esas caracte-
rísticas. Sin embargo, su muerte en acci- En este debate también participaron
dente de aviación el 3 de junio de 1936, los oficiales de la aviación militar, domi-
cuando sólo tenía 48 años, no sólo cons- nando durante los años vente del siglo
tituyó una pérdida irreparable para la XX el debate entre los que defendía que
Luftwaffe, sino también el fin del proyec- la principal misión de la aviación era con-
to67. A partir de entonces, se priorizaron seguir la superioridad aérea sobre el cam-
los bombarderos en picado68, ideales para po de batalla (Andrey Kozhevnikov) y los
ataques de precisión y como apoyo aéreo que abogaban por apoyar tácticamente a
táctico, pero incapaces de desarrollar mi- las fuerzas terrestres (Alexander
siones estratégicas, como así profetizó Lapchinskii). Esta visión no podía des-
uno de los más estrechos colaboradores vincularse de la situación de pobreza ma-
de Wever, en las postrimerías de la Se- terial que padecía las unidades terrestres70.
gunda guerra Mundial: el general mariscal
Sin embargo, con la industrialización
de Campo Wolfram von Richthofen:
de los años treinta, que proporcionó
«lamentaremos entrar en la contienda sin
grandes cantidades de material a las fuer-
un bombardeo estratégico»69. El desarro-
zas armadas soviéticas, surgió un grupo
llo de la Batalla de Inglaterra (1940) y la
de defensores de la teoría de Douhet,
Operación Barbarroja (1941) le darían la
encabezado por Sergei Mezheninov y el
razón.
propio Lapchinskii, partidarios de utilizar
la aviación para destruir los nudos de
67 Ibid., págs. 124-181.
68 Ibid., págs. 166-270.
69 SUCHENWIRTH, Richard: Historical Turning
Points in the German Air Force War Effort, New 70STERRET, James: Soviet Air Force Theory 1918-
York, Arno Press, 1968, pp. 39-45. 1945, New York, Routledge, 2007, pp. 2-35.

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA ROBERTO MUÑOZ BOLAÑOS

comunicación, las fábricas y las ciudades utilizando para ellos visores y bombas de
enemigas71. diseño especial para la aviación73.
Este planteamiento se vendría abajo a Tras la Primera Guerra Mundial, apa-
comienzos de la Guerra Civil española, reció en nuestro país el primer teórico del
cuando los pilotos soviéticos al servicio Poder Aéreo: Cesar Gómez Lucía, capi-
de la II República demostraron una gran tán de Artillería, autor de Aviación74. Este
eficacia contra los bombarderos alema- libro no ha tenido el impacto de los de
nes, volviéndose de nuevo a la doctrina otros teóricos del Poder Aéreo. Sin em-
de la superioridad aérea como función bargo, su planteamiento –que no tiene
primordial de la aviación72. nada que envidiar a esos autores, siendo
muy similar y contemporáneo del de
Seeckt– quedaba resumido en el siguiente
2.5. ESPAÑA párrafo: «la esencia de su misión es des-
truir la Aviación contraria e impedir que
el enemigo destruya la propia»75. A partir
Ninguna potencia mediana puede
de esta idea, planteaba las bases para con-
compararse con nuestro país en relación
seguir la supremacía aérea, que podía ser
con el desarrollo del Poder Aéreo. Pues,
de dos tipos: defensiva y ofensiva. La
si bien carecía del desarrollo tecnológico
primera, se obtenía cuando la aviación de
y de la capacidad industrial de los grandes
caza de un país dominaba el espacio aé-
países industriales del periodo de Entre-
reo propio, permitiendo el movimiento
guerras, si poseía en los Cuerpos de Arti-
de sus ejércitos e impidiendo que pudie-
llería e Ingenieros oficiales con una for-
ran ser observados por la aviación enemi-
mación intelectual y capacidad técnica
ga. La segunda, tenía por objetivo domi-
perfectamente homologable con los de
nar el espacio aéreo del adversario, favo-
esas naciones. Fueron estos militares los
reciendo así la acción de los bombarderos
que pronto vislumbraron el poder de la
y aviones de reconocimiento propios76. El
aviación en las guerras modernas, siendo
desarrollo teórico del capitán español,
claves para que se crease el Servicio de
que sintetizaba de forma perfecta el papel
Aeronáutica Militar –dotado de dos ra-
de la aviación, y más concretamente la
mas: Aerostación y Aviación–, el 28 de
primacía de la de caza sobre todas las
febrero de 1913, y también para desenca-
demás, es hoy aceptado por los oficiales
denar, el 17 de diciembre de ese mismo
de las fuerzas aéreas de todo el mundo.
año, el primer bombardeo aéreo de la
historia contra los insurrectos del Rif,

73VV.AA.: Historia de la Aviación española, Madrid,


Instituto de Historia y Cultura Aérea, 1988, pp.
57-60.
71 STOECKER, Sally W.: Forging Stalin's Army: 74 GÓMEZ LUCÍA, Cesar Gómez Lucía, Avia-
Marshal Tukhachevsky and The Politics Of Military
ción, Madrid, Stampa, 1922.
innovation, London, Routledge, 2018, pp. 87-88.
75 Ibid., p. 39.
72 STERRET, James: Soviet Air Force Theory, op.
cit., pp. 131-132. 76 Ibid., pp. 40-41.

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA ROBERTO MUÑOZ BOLAÑOS

Gómez Lucía también analizó el instrumento de Guerra Total. Así, desde


bombardeo de ciudades, captando de 1921, se utilizaron aviones con bombas
forma muy precisa sus consecuencias77: de alto explosivo y ametralladoras para
atacar tanto a los combatientes como a la
población civil y al ganado79, a la vez que
El blanco es enorme, y los destro- se empleaban incendiarias para arrasar sus
zos materiales enormes. cosechas80. De hecho, durante este año se
La población, aterrorizada, poseída arrojaron unas 333 toneladas de bombas
por el pánico, huye alocada al campo y de trilita y 3.000 bombas incendiarias81. El
en su contacto con las tropas puede paso siguiente en esta escalada se produ-
contaminarlas el virus del miedo. ciría en enero de 1923, cuando el Alto
Comisario de España en Marruecos, Luis
He ahí lo que se espera de los
Silvela, planteó el primer bombardeo de
bombarderos aéreos de las ciudades,
saturación de la historia sobre las cabilas
en pugna con el derecho de gentes y
de los Beni-Urriagel y de Tensamán, «sin
con la hidalguía española. Es procedi-
que quedara un metro sin batirse». Pero,
miento que, probablemente, nunca
nunca se realizó, ya que el coste del mis-
emplearemos con el enemigo.
mo resultó prohibitivo 82 . No obstante,
durante los días 14, 26 y 28 de julio de ese
Sin embargo, la idea recogida en el úl- mismo año, los biplanos Bristol F.2B83 del
timo párrafo, como la propia obra del 4º Grupo de Escuadrillas realizaron el
capitán español, pronto caería en el olvi- primer bombardeo aéreo con gas sobre el
do. Un año antes de que fuera publicada, poblado de Amesauro (cabila de Ten-
había tenido lugar el desastre de Annual, samán)84.
que provocaría un giro radical en el plan-
teamiento estratégico español en Marrue-
cos. El Gobierno y el Ejército de Tierra, 79GÓMEZ ORDUÑA, José: Historia de la Aero-
con el apoyo de la prensa y el parlamento, náutica española, Madrid, Prensa Española, 1947, p.
tomaron dos decisiones de gran trascen- 577.
dencia: el empleo de gases venenosos 80 SÁNCHEZ MÉNDEZ, José y KINDELÁN
contra los rifeños y el uso de la aviación CAMP, Alfredo: “La aviación militar española en
como arma estratégica78, que terminarían la campaña de Marruecos (1909-1927)”, Aeroplano,
combinándose, poniendo en marcha una 29 (2011), pp. 69-83.
política similar a la británica, que convir- 81 Ibid., p. 93.
tió a las unidades aéreas española en un 82 GOMÁ ORDUÑA, José: Historia de la Aeronáu-
tica española, op. cit., p. 579.
77 Ibid., pág. 137. 83El Bristol F.2B era un avión de caza y reconoci-
miento, que entró en servicio en la Primera Gue-
78PANDO DESPIERTO, Juan: Historia secreta de
rra Mundial. Estaba armado con tres ametrallado-
Annual, Madrid, Temas de Hoy, 1999, pp. 168-
ras de 7,62 mm. y podía llevar 110 kg. de bombas.
169. MADARIAGA, María Rosa de y LAZARO
ÁVILA, Carlos: “La guerra química en el Rif 84 MADARIAGA, María Rosa de y LAZARO
(1921–1927): estado de la cuestión”, Historia 16, ÁVILA, Carlos: “La guerra química en el Rif
323 (2003), pp. 50–87. (1921–1927)”, op. cit., pág. 68.

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA ROBERTO MUÑOZ BOLAÑOS

Las experiencias aéreas en Marruecos Por su parte, los capitanes Sánchez-


influirían posteriormente en la Política de Tembleque, Cámpora Rodríguez y García
Defensa española. Así, durante el periodo Alos escribieron sobre las mismas, que
de Gil-Robles en el Ministerio de la Gue- «desarrollan temperaturas próximas a los
rra, se aprobó un decreto el 8 de agosto 3000º, de casi imposible extinción por
de 1935, sobre la organización de la de- tanto, provocarían, por el número de las
fensa antiaérea, en el que se establecían transportables en un solo aparato, un
las funciones que correspondían a las número de incendios tal, que reduciría a
autoridades civiles como las militares en pavesas barrios enteros de las urbes más
este campo85. El contenido de esta norma populosas»87.
sería posteriormente desarrollado en dos
obras escritas por oficiales del Ejército de Estos párrafos demostraban que los
Tierra. En ambas, destacaba un hecho: las militares españoles conocían los ensayos
hipótesis que los autores planteaban so- con este tipo de bombas y por tanto, los
bre los efectos de las bombas incendiarias efectos que podían tener sobre una ciu-
alemanas de un kg. de peso denominadas dad. Ensayos que se convertirían en una
Elektron –diseñadas en la Primera Guerra realidad en el caso del bombardeo de
Mundial–, empleadas en Marruecos. Así, Guernica (Vizcaya), el .26 de abril de
el comandante Tomé Cabrero afirmaba86: 1937.

Estas bombas no llevan espoleta 3. CONCLUSIÓN


con retardo; porque conviene que
produzcan efecto en el momento de
A partir de la investigación realizada
tropezar con el obstáculo contra que
podemos extraer las siguientes conclusio-
se arrojan, ya que los tejados, vigas de
nes.
sostén, etc., son elementos muy a pro-
pósito para producir incendios, y co- 1. Las revoluciones políticas y económi-
mo muchas casas estarán abandonadas cas del siglo XVIII-XIX habían aca-
por haber salido de la población sus bado para siempre con las guerras li-
habitantes, o porque éstos se encuen- mitadas, caracterizadas por el enfren-
tran en los sótanos, tardarán mucho tamiento exclusivo entre los ejércitos
tiempo en darse cuenta de los incen- combatientes.
dios, y más aún en organizar los traba- 2. El ataque contra la población no
jos de extinción, sino se tienen organi- combatiente formaba parte de las
zados de antemano. operaciones bélicas desde la segunda
mitad del siglo XIX, pues se conside-

85 DiarioOficial del Ministerio de la Guerra, 10 de


agosto de 1935. 87SÁNCHEZ-TEMBLEQUE PARDIÑAS, Luis,
86 TOMÉ CABRERO, Hermenegildo: Defensa CÁMPORA RODRÍGUEZ Juan y GARCÍA
antiaérea de la población civil y las instalaciones militares, ALOS, José: Defensa antiaérea de las poblaciones civiles,
op. cit., pág. 37. op. cit., p. 19.

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LA ALBOLAFIA: REVISTA DE HUMANIDADES Y CULTURA ROBERTO MUÑOZ BOLAÑOS

raba que su papel en la guerra era tan 8. Esta forma de ataque aéreo no se
importante como el de las tropas. vinculaba con ninguna ideología en
concreto, sino con los parámetros
3. Este planteamiento había derivado en
que definían la cultura militar occi-
un nuevo paradigma de conflicto bé-
dental. De hecho, quien primero la
lico que se denominaba Guerra Total,
empleo fue una nación con una cultu-
que incluía como objetivo militar a la
ra política de base liberal-democrática
totalidad del territorio enemigo y a
como el Reino unido; siendo defen-
todas las personas que vivían en el.
dida por militares pertenecientes a
4. Esta dinámica no puede desvincularse naciones democráticas, fascistas y
de la aparición de una nueva cultura comunistas.
militar en occidente que primaba el
9. En estas dinámicas generadas desde el
uso de la violencia extrema para al-
siglo XIX, los conflictos civiles no se
canzar la victoria. Este planteamiento
distinguían de los desencadenados
se extendería posteriormente al resto
contra un enemigo exterior; empleán-
de la sociedad como señaló Kautsky
dose en ambos casos las mismas tác-
siendo uno de las principales causas
ticas bélicas, como se había demos-
que definieron el fenómeno de la bru-
trado en la guerra de secesión de los
talización de la vida política en el pe-
EE.UU. (1861-1865).
riodo de Entreguerras; concepto
desarrollado académicamente por
Mosse.
4. CONCLUSIÓN
5. Tras la Primera Guerra Mundial, la
aviación se había convertido en un
arma decisiva que iba a jugar un papel BORGES, Jorge Luis: “Der totale Krieg, de
relevante en ese nuevo modelo de Erich Ludendorff”, El Hogar, 21 de enero
guerra. de 1938.
6. Dentro del debate en torno al empleo CASH, James: The mind of the South, New
aéreo, la mayoría de los teóricos apos- York: Albert A. Knopf, 1950.
taban por su uso estratégico más que
CLAUSEWITZ, Karl von: De la guerra,
táctico, lo que implicaba el bombar-
Madrid: Ediciones Ejército, 1999.
deo del territorio enemigo.
CORUM, James S.: The Luftwaffe: Creating
7. Este tipo de acción bélica podía in-
the Operational Air War, 1918-1940, Kan-
cluir no sólo los centros industriales y
sas, University Press Of Kansas, 1997.
las redes de comunicación, sino tam-
bién las ciudades y otros núcleos de CHARLTON, Lionel E. O., GARRATT,
población; siendo esta una práctica Geoffrey T. y FLETCHER, Richard S.
que tenía defensores en todas las H.: The Air Defense of Great Britain, Har-
fuerzas aéreas del mundo. La razón es mondsworth, Penguin Books, 1938.
que consideraban que provocaría una FELD, Maury D. Feld (ed.), The structure
fuerte desmoralización de la pobla- of violence: Armed Forces as social systems,
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cia y acelerando su derrota.

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