Bogotá D. C., catorce (14) de marzo de dos mil uno (2001). -
Ref. Expediente No. 6550
Se decide el recurso de casación interpuesto por la parte demandante contra la
sentencia de fecha dieciséis (16) de diciembre de mil novecientos noventa y seis (1996), proferida por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Medellín –Sala Civil-, para ponerle fin, en segunda instancia, al proceso ordinario de Declaración, Existencia e Incumplimiento de Contrato de Mutuo promovido por el BANCO DE COLOMBIA S.A. DE PANAMA contra las sociedades INDUSTRIAL AGROPECUARIA LTDA. e INVERSIONES BEDOUT GUTIERREZ LTDA. y los señores JAIRO URIBE JARAMILLO y JORGE URIBE JARAMILLO. Sobre la prescripción y la caducidad de la acción cambiaria, fenómenos que, según señala el casacionista requieren solicitud de parte y que se propusieron en el presente proceso, pero nunca en el ejecutivo en relación con dicha acción, por lo que, en su sentir, al momento de dictar sentencia no había comenzado a correr el término de un año señalado en el artículo 882 del C. de Co., debe precisarse que, si bien en la caducidad se ataca la acción y no el derecho. mientras que en la prescripción se extinguen, tanto la acción como el derecho, en ambos casos la ley atribuye este fenómeno al vencimiento de ciertos plazos en ella señalados sin que se ejercite la acción correspondiente, por lo que el acreedor que acepte la entrega de títulos valores, debe ceñirse no solamente al cumplimiento de los requisitos de índole formal, sino someterse a las condiciones de presentación para su cobro dentro de los términos que la ley impone, so pena de que se le apliquen las sanciones señaladas en las mismas normas y es así como el artículo 2535 del C.C., aplicable al caso por virtud del artículo 822 del C. de Co., indica que: “La prescripción que extingue las acciones y derechos ajenos exige solamente cierto lapso de tiempo durante el cual no se hayan ejercido dichas acciones. Se cuenta este tiempo desde que la obligación se haya hecho exigible”; a su vez, el artículo 789 del C. de Co. establece que: “La acción cambiaria directa prescribe en tres años a partir del día de su vencimiento” En relación con este particular es preciso señalar que al impetrar en este proceso la parte demandante la acción de enriquecimiento sin causa, acepta que tanto la acción ordinaria como la cambiaria han caducado o prescrito, punto por lo demás pacífico en el presente trámite, dado que son presupuestos de dicha acción, sin que esto signifique que se exija, por lo demás sin norma expresa, un pronunciamiento judicial sobre dicha prescripción, porque sería imponer un requisito que la ley no contempla. Señala el demandante en la fundamentación del cargo que la prescripción de la acción cambiaria no fue impetrada en el proceso ejecutivo, sin tener en cuenta que esta defensa no podía ser esgrimida en dicho litigio, dado que cuando éste se adelantó no había transcurrido el término fijado en la ley para que pudiera declararse. Corolario de lo anterior es que si bien es cierto la excepción de prescripción no puede ser declarada de oficio por el juzgador sino que tiene que ser solicitada por la parte, sin embargo los términos para que dicho fenómeno ocurra están señalados por el legislador y deben ser contabilizados como lo señala la misma ley, artículo 829 del C. de Co., es decir, que para el caso que ocupa la atención de la Corte el año fijado en el artículo 882 tantas veces citado empieza a correr desde el día en que haya caducado o prescrito el instrumento sin que se requiera declaración judicial de prescripción respecto de la acción cambiaria.
DECISION
En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, en Sala de Casación Civil,
administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, NO
CASA la sentencia del 16 de diciembre de 1996 pronunciada por
la Sala Civil del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Medellín, en el proceso
ordinario promovido por el BANCO DE COLOMBIA S.A. DE PANAMA contra las
sociedades INDUSTRIAL AGROPECUARIA LTDA. e INVERSIONES BEDOUT
GUTIERREZ LTDA. y los señores JAIRO URIBE JARAMILLO y JORGE URIBE