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CSJN, Fallos 136:154 y 138:157, entre muchos otros.
En cuanto a los honorarios, el artículo 1255 reitera una disposición semejante a la
contenida en el artículo 1627, segundo párrafo, del antiguo Código Civil, por la que
permite a los jueces adecuar la remuneración a la labor ejecutada “…si la aplicación
estricta de los aranceles locales conduce a una evidente e injustificada
desproporción entre la retribución resultante y la importancia de la labor cumplida…”.
Si bien el comitente (cliente) puede desistir del contrato por su sola voluntad, debe
indemnizar (i) los gastos, (ii) los trabajos realizados, y (iii) la utilidad que el prestador
hubiera podido obtener (artículo 1261 del Código Civil y Comercial). El juez puede
reducir equitativamente la utilidad si se hallara frente a una notoria injusticia.
Entendemos que, en el caso de los abogados, esta indemnización se encuentra
cubierta por la regulación de honorarios de conformidad con las tareas realizadas.
No obstante, podría ser utilizada como una pauta para tener en cuenta la posible
injusticia de la aplicación estricta de la ley arancelaria, esta vez por lo menguado del
monto regulado, y no por lo excesivo.
Finalmente entendemos que las dos normas especiales sobre el contrato de
servicios (artículos 1278 y 1279 del Código Civil y Comercial), también se aplican al
ejercicio de la abogacía.
La primera (artículo 1278) remite a lo normado sobre las obligaciones de hacer. La
segunda (artículo 1279) contempla el contrato de servicios continuados. En tal caso,
cualquiera de las partes puede poner fin al contrato dando preaviso con razonable
anticipación.
Ahora bien, los profesionales liberales no han sido excluidos de la relación de
consumo, tal como lo hace el artículo 2 de la Ley 24.240, que continúa vigente y que
evitará que los abogados se encuentren, ante sus clientes, frente a consumidores
que tengan a su respecto los derechos y prerrogativas que asisten a éstos en una
relación de consumo.
La actividad del abogado también puede cumplirse en el marco de un contrato de
suministro (artículo 1176 del Código Civil y Comercial), que es aplicable a los
servicios y que se configura cuando éstos se prestan en forma periódica o
continuada y sin relación de dependencia. Tal caso se verificaría, por ejemplo, en el
caso de los profesionales (suministrantes) que atienden en el marco de un “abono”
todos los asuntos que les remita el cliente (suministrado). El plazo máximo es de
diez años (artículo 1178 del Código Civil y Comercial), y a falta de cláusula expresa,
se entiende celebrado por tiempo indeterminado con la facultad de las partes de
resolverlo en cualquier momento dando aviso previo (art. 1183 del Código Civil y
Comercial).
2) Obligaciones contables
Según el artículo 320 quedan excluidos de la obligación de llevar libros contables las
personas humanas que desarrollan profesiones liberales.
Los abogados, por lo tanto, no están obligados a llevar contabilidad, salvo que se
organicen bajo alguna forma societaria para ejercer la profesión.
3) La relación con el mandante
A diferencia de lo que establecía el Código Civil, el mandato judicial ya no
necesariamente debe ser instrumentado en escritura pública. En efecto, el artículo
1017 del Código Civil y Comercial no lo enumera entre los documentos que deben
ser instrumentados en escritura pública, ni existe otra disposición del Código que
ordene esta forma.
Es cierto que el artículo 46 del C.P.C.C. alude a la “escritura del poder” pero, desde
que no es requerida la forma de “escritura pública”, la expresión del código de rito no
necesariamente debe ser entendida en el sentido que se le daba en su correlación
con el antiguo Código Civil.
La actuación del abogado como representante resulta cubierta, en relación con la
responsabilidad por los actos que ejerza en nombre de su representado, pues este
último tiene la obligación de dejar indemne al representante (artículo 373 inc. “c” del
Proyecto). Se trata de una disposición semejante a lo establecido por los artículos
1953 y 1954 del anterior Código Civil.
En cuanto a las obligaciones del mandante, destacamos lo establecido por el artículo
1328 inc. “d” del Código Civil y Comercial que, al tratar la cuestión de la
remuneración al mandatario aclara que “…si el mandato se extingue sin culpa del
mandatario, debe la parte de la retribución proporcionada al servicio cumplido; pero
si el mandatario ha recibido un adelanto mayor de lo que le corresponde, el
mandante no puede exigir su restitución…”.
Así, por ejemplo, si el abogado ha recibido un anticipo de honorarios mayor que el
monto que finalmente se le regule en concepto de honorarios mínimos y provisorios,
no puede exigírsele su restitución.
En lo que toca a las obligaciones del mandatario, el artículo 1324 del Código Civil y
Comercial –además de las obligaciones contenidas en sus nueve incisos- señala
que, si el negocio encargado al mandatario fuese de los que, por su oficio o su modo
de vivir, acepta él regularmente, aún cuando se excuse del encargo, debe tomar las
providencias conservatorias urgentes que requiera el negocio que se le encomienda.
Se trata de un texto idéntico al del artículo 1917 del viejo Código Civil y que impone
al profesional tomar las medidas mínimas y urgentes necesarias para no perjudicar
el derecho de quien viene a requerir sus servicios, aún si no acepta el caso.
En caso de conflicto de intereses, el artículo 1325 del Código Civil y Comercial
impone al mandatario posponer sus intereses ante los de su mandante.
4) La responsabilidad:
El artículo 1768 del Código Civil y Comercial regula específicamente la
responsabilidad de los profesionales liberales. Establece –con toda lógica- que su
actividad se encuentra regida por las reglas sobre las obligaciones de hacer, y que la
responsabilidad es subjetiva excepto que se haya comprometido un resultado
concreto.
Expresamente se excluye a la actividad del profesional liberal de la responsabilidad
por actividades riesgosas.
5) Los honorarios:
En cuanto a los honorarios, el artículo 2558 del Código Civil y Comercial establece
nuevos plazos de prescripción:
En el caso de honorarios regulados, el término comienza a correr desde que ha
vencido el plazo fijado para pagarlos por la resolución firme que los regula, o desde
que adquiere firmeza si no ha fijado un plazo.
En el caso de honorarios meramente devengados, el plazo corre desde que queda
firme la resolución que pone fin al proceso, o desde que el acreedor conoce tal
firmeza, si sus servicios han cesado antes.
Por otra parte, el artículo 730 del Código Civil y Comercial plantea un límite al total
de los honorarios semejante al que actualmente impone el art. 505 del anterior
Código Civil.