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Este artículo tiene por objeto dar a conocer la investigación que se ha llevado a cabo durante los
últimos diez años en torno a las actitudes en Educación Física a través de los dos elementos fundamen-
tales que ha aportado. Por un lado, la realización de un análisis comparativo, a través de la creación de
una escala de actitudes, acerca de la consecución de los aspectos actitudinales en el área de Educación
Física al finalizar la Educación Secundaria Obligatoria, denominada “Escala de Actitudes para una
Educación Física Integral (E.A.E.F.I.)”; aunque sin ser objeto de profundización en éste.
Y por otro, una propuesta didáctica centrada en una metodología basada en actitudes como
elemento vertebrador del proceso de enseñanza y aprendizaje desde una perspectiva significativa,
que consiga una mayor motivación hacia la Educación Física y que garantice el mismo o mejor nivel
de resultado, entendido éste no sólo desde la perspectiva motriz, sino desde el del resto de las capa-
cidades que desarrollan al individuo (cognitivo-intelectuales, afectivo motivacionales, de relaciones
interpersonales y de inserción social). Pero sobre todo, que permita trabajar para todos los alumnos
de una clase, ofreciéndoles experiencias positivas y consiguiendo crear el grupo que siempre debie-
ron ser; y todo ello a través del denominado, Estilo Actitudinal y los elementos que lo componen: la
organización secuencial hacia las actitudes, las actividades corporales intencionadas y los montajes
finales.
ABSTRACT: Physical Education (P. E.) in Secondary School shows, even since the L.O.G.S.E.
tried to solve it, a worrying lack of motivation observed in teenagers’ attitudes.
The aim of this article is to get others to know the investigation carried out within the last ten
years concerning the attitudes in P.E. through its two main elements. Firstly, a comparative analysis
– which has been developed by creating a scale of attitudes - in achieving several aspects of beha-
viour in P.E. when finishing Secondary School, named “Attitude Scale for an All-round P. E.” (although
this topic will not be tackled in the article).
On the other hand, a didactic proposal focused on an attitude method as an important ele-
ment of the teaching and learning process from a significant point of view, that will obtain a major
motivation towards P.E., and that will guarantee the same, or even better, results, not only from a
motive perspective, but from the rest of the capacities by which the human being is brought up (cog-
nitive-intellectual, affective of interpersonal and social relationships) instead. Furthermore, it will
allow pupils in the same class to work, offering them positive experiences and leading them to beco-
me the group they should have been from the beginning; and all these through the named “Attitude
Style” and the elements within it: sequential organization towards attitudes, body intended activities
and final assemblies.
1. INTRODUCCIÓN
Es por ello, que la hipótesis de esta investigación fue demostrar que es posible
desarrollar, en el marco de la Educación Física en la Educación Secundaria
Obligatoria, una metodología basada en actitudes que permita trabajar para todos los
alumnos de una clase, ofreciéndoles experiencias positivas y consiguiendo crear el
grupo que siempre debieron ser.
1 La Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE)
y el R.D. 1345/1991 de 6 de septiembre de (1991).
2 MEC: Materiales para la Reforma “Cajas Rojas”, Madrid, Servicio de Publicaciones, 1992.
o mejor nivel de resultado (entendido éste no sólo desde la perspectiva motriz, sino
desde el del resto de las capacidades que desarrollan al individuo: cognitivo-intelec-
tuales, afectivo motivacionales, de relaciones interpersonales y de inserción social) y
que cree actitudes más positivas de autoestima, satisfacción, pensamiento autóno-
mo, socialización, de eliminación de conflictos, de comportamiento solidario… En
definitiva, que responda mejor a las necesidades planteadas por la LOGSE; aportan-
do el denominado, Estilo Actitudinal y los elementos que lo componen: la organiza-
ción secuencial hacia las actitudes, las actividades corporales intencionadas y los
montajes finales.
De tal modo que para llevar a cabo el estudio se seleccionaron 12 centros con
una muestra total de 556 alumnos/as. De éstos, tres eran centros en los que el inves-
tigador imparte su docencia y aplica su metodología (grupos experimentales) y los
otros 9 repartidos por la geografía española (grupos control).
3 Pérez Pueyo, A.: Estudio del planteamiento actitudinal del área de Educación Física de la
Educación Secundaria Obligatoria en la LOGSE: Una propuesta didáctica centrada en una meto-
dología basada en actitudes. León, Universidad de León, 2005, pp. 295-330.
4 Op. Cit. pp. 331-343.
En resumen, la investigación y los diez años en los que se llevó a cabo han per-
mitido comprobar como los alumnos, cuando se les demuestra que “todos” son capa-
ces de realizar aquellas cosas que inicialmente consideraban imposibles, establecen
la actitud positiva que los profesores consideramos imprescindible para trabajar.
Por ello, Bores8 dejará claro que, en la peregrinación desde los planteamientos
teóricos legales hasta las prácticas reales, será necesaria la desaparición de muchas
formas de pensamiento y de actuación que impiden la aparición de cambios profun-
5 López Pastor, V.: Prácticas de evaluación en Educación Física: estudios de casos en primaria,
secundaria y formación de profesorado. Valladolid, Servicio de publicaciones e intercambio edito-
rial, 1999, p.16. Astraín Goñi, C.: Tesis Doctoral sin publicar “LOGSE: Análisis de las divergencias
entre la teoría y la práctica en el área de Educación Física en la ESO. (Aproximación a la “realidad”
de la EF a través de los documentos oficiales, las programaciones didácticas, los mediadores cul-
turales, el pensamiento del profesorado y un estudio de caso en la Comunidad Foral de Navarra)”,
Valladolid, Universidad de Valladolid, 2002.
6 Pierón, M.: Didáctica de las actividades físicas y deportivas. Madrid, Gymnos, 1988; Pila Teleña,
A: Educación Física-deportiva. Enseñanza-aprendizaje-didáctica. Madrid, Augusto Pila Teleña,
1988; Sánchez Bañuelos, F.: Bases para una didáctica de la Educación Física y deportiva. Madrid,
Gymnos, 1991.
7 González, Bustamante et al: Materiales Didácticos 2.Secundaria Obligatoria. Educación Física.
Madrid, MEC, Servicio de Publicaciones, 1992; Santos, J. y Díaz, J.: Materiales Didácticos.
Educación Física. Madrid, MEC, Servicio de Publicaciones, 1992.
dos y sinceros mediante la sustitución de las anteriores ideas por otras nuevas acor-
des con las necesidades planteadas.
Y quizás sea este último el que mejor refleje, a través de su visión de la evalua-
ción, la forma tradicional de enseñar en Educación Física que ni forma, ni educa, ni
ayuda, ni enseña, ni crea en la mayoría de los alumnos y alumnas una Cultura Física
positiva y útil para su vida personal9. Todo lo más, genera una élite psicomotriz, junto
a una serie de aprendizajes implícitos de “ineptitud para” y “evitación de” actividades
físicas en un porcentaje muy alto de población. En definitiva, se podría decir que no
se crea una Cultura Física positiva y útil porque no se crea una Actitud Positiva a tra-
vés de experiencias positivas para todos, con la dificultad implícita que supone esto
sin aceptar los que denominamos “bajas en combate”10.
Por todo ello, desde esta investigación se ha pretendido demostrar que es posi-
ble desarrollar una Educación Física actitudinal y plantear una nueva necesidad de
formación de sus profesionales centrada en una metodología basada en actitudes.
8 Bores Calle, N.: Tesis doctoral, El cuaderno del alumno en el área de Educación Física en la ense-
ñanza secundaria obligatoria. Palencia, Universidad de Valladolid, 2000, p.26. Citado en Astraín
Goñi, C.: Tesis Doctoral sin publicar “LOGSE: Análisis de las divergencias entre la teoría y la prác-
tica en el área de Educación Física en la ESO. (Aproximación a la “realidad” de la EF a través de
los documentos oficiales, las programaciones didácticas, los mediadores culturales, el pensamien-
to del profesorado y un estudio de caso en la Comunidad Foral de Navarra)”, Valladolid,
Universidad de Valladolid, 2002.
9 En este sentido se habla a nivel general. Ni que decir tiene que se acepta el hecho que desde siem-
pre ha habido profesionales de la Educación Física que han conseguido desarrollar una Educación
Física actitudinal; sin embargo, su generalización ha sido imposible.
10 Pérez Pueyo, A. (1999): “La Logse y la adaptación de la actividad acuática al diseño curricular.
Seminario internacional de natación infantil”. Madrid, Actas del congreso E.N.E. R.F.E.N. 15, 16 y
17 de Mayo, 1999.
11 Friedmann, E. D.: “The pupil´s image of the physical education teacher and suggestions for chan-
ging attitudes in teacher training”. Int. Journal of Physical Education, 20, 2. (1983), pp. 15-18. y Earl,
L. H. y Stennett, R. G.: “Student attitudes toward physical and health eduaction in secondary scho-
ols in Ontario”. Canadian Association for Health, Physical Eduaction and Recreation Journal, 53, 4.
(1987), pp. 4-11. Citados en Gutiérrez (1995): Valores sociales y deporte. La actividad física y el
deporte como transmisores de valores sociales y personales. Madrid, Gymnos, p. 59; Luke, M.,:
“Attitudes of young children taward physical education”. Canadian Association for Health, Physical
Eduaction and Recreation Journal, 16, 2. (1991), pp. 33-45; Moreno, J. A., Rodríguez, P. L. y
Gutiérrez, M.: “Intereses y actitudes de los alumnos hacia la Educación Física”. Premio Nacional de
Artículos sobre Actividad Física y Deportiva, II Edición. COPLEFC, Barcelona, (1997).
Uno de los grandes problemas que surgen en las clases de Educación Física
son los “ojos de los demás”.
12 Sánchez Bañuelos, F.: La actividad física orientada hacia la salud. Madrid, Biblioteca Nueva, 1996;
Moreno, J. A., Rodríguez, P. L. y Gutiérrez, M., “Intereses y actitudes de los alumnos hacia la
Educación Física”. Premio Nacional de Artículos sobre Actividad Física y Deportiva, II Edición.
COPLEFC, Barcelona, (1996); Polo Martínez, I. y López Mercader M. P.: ):“Estudio de las actitudes
hacia la actividad física en los alumnos del Alto Jalón”. Revista digital www.educa.aragb.es (2002).
13 Sicilia, A. y Delgado, M.: Educación Física y estilos de enseñanza. Barcelona, Inde, 2002.
14 Ibid.
15 Cognitivo-intelectuales, motoras, afectivo motivacionales, de relaciones interpersonales y de inser-
ción social. M.E.C.: Materiales para la Reforma (Cajas Rojas) Secundaria. Guía General, Servicios
de Publicaciones, 1992, p. 84.
16 Esto podría equivaler al tercer nivel de la pirámide de Maslow; la necesidad de valoración, una vez
superadas las fisiológicas y las de seguridad.
Por ello, se debe intentar que todos los alumnos de la clase estén trabajando a
la vez con el fin de que no se sientan observados y puedan estar centrados. Así, las
organizaciones en filas en las que los alumnos realizan la acción propuesta de uno
en uno, bajo la atenta mirada del profesor y del resto de compañeros, se debe que-
dar en un segundo plano como manera habitual de trabajo. Son muchos los alumnos
“amables” que en esas filas dejan pasar a sus compañeros para retrasar o evitar lo
más posible la acción a realizar…Y todo profesor sabe que esta manera de actuar,
desde el planteamiento eminentemente motriz y de activismo, es la menos apropia-
da para los alumnos más retrasados.
17 Es importante en este momento recordar “el análisis transaccional” para poder analizar dichas
situaciones. Berne, E.: Juegos en que participamos. México D.F., Diana, 1966; Ernst, K.: Juegos en
que participan los estudiantes. México D.F., Diana, 1977.
Como se puede observar, una simple acción repetida muchas veces o una
manera de organizar la clase puede determinar la actuación de algunos de nuestros
alumnos en clase, siendo todos igual de alumnos.
Por todo ello, se comenzarán las sesiones en parejas a ser posible, o en tríos si
fuera necesario. La idea es que trabajen todos a la vez, pero con la inestimable ayuda
de su compañero o amigo, ya que en ningún caso se obliga la elección de pareja. El
hecho de que estén trabajando todos a la vez y sin que los demás te estén observan-
do permite dos cuestiones importantísimas: por un lado, que nadie busque la excusa
de “no hacer” porque le miren, ya que todos los compañeros están trabajando a la
vez. Por otro, el “no hacer” por no saber; ya que el profesor puede acercarse a cual-
quiera que tenga problemas y ayudarle.
Pero es habitual que cuando se trabaja con toda la clase a la vez, los líderes tien-
dan a imponer sus opiniones, impidiendo que los demás alumnos de la clase expresen
de manera natural sus necesidades, inquietudes o apetencias. El hecho de que los que
tienen una personalidad de liderazgo estén con una única persona en pareja hará que
no influyan en toda la clase, permitiendo así que todos, en algún momento se sientan
protagonistas. Pero además, permitirá que cada uno con su compañero pueda comen-
tar, experimentar sin verse presionado o comparar por miedo al ridículo.
aceptación de uno mismo y de los demás, así como de la justicia social, al no ser lo
adecuado para que el aprendizaje sea significativo para el grupo.
Cuando al grupo de los hábiles (rápidos, fuertes…) se les separa y se les obliga
a unirse a otros para que las actividades salgan bien, y que el profesor pueda demos-
trar lo que pretende, crea una situación ficticia e irreal, que los alumnos nunca trans-
ferirán a su vida cotidiana. Si el objetivo es ser el más rápido, fuerte o hábil, y me lo
impiden, la realización deja de tener sentido. Si la competición en estas edades tuvie-
ra para todos el factor motivacional que se le intenta otorgar, no sería necesario sepa-
rar a los más hábiles; y los que perdiesen, seguirían motivados aunque no ganasen
nunca. El hecho de separarlos y hacerles perder de antemano la opción de ganar,
provoca que en esas ocasiones los alumnos no se vean motivados debido a que
saben que la situación está manipulada.
Pero siguiendo con la propuesta que se iniciaba con las parejas, todo ello se
fomenta y desarrolla, aún más, cuando las parejas se unen formando grupos de cua-
tro personas. Con esta estructura, el tener que ponerse de acuerdo para solucionar
la propuesta, refuerza el hecho de dialogar, de respetar posturas y opiniones para
conseguir realizar la propuesta.
Pero aunque sea cierto que existen similitudes, el no buscar la conducta motriz,
lo técnico como fin sino el desarrollo por igual de todas las capacidades, es lo que lo
hace diferente.
puestas tanto a los menos como la los más hábiles; evitando así cualquier posibilidad
de discriminación positiva en favor de los más desfavorecidos inicialmente.
No es enseñanza por niveles, ya que los grupos los determinan ellos y el nivel de
habilidad no suele ser el motivador de la elección, fundamentalmente. El que unos pue-
dan llegar a realizar propuestas de mayor nivel es sólo una cuestión circunstancial.
Sin embargo, los grupos van creciendo, pasando de cuatro a ocho. El hecho de
que se deban unir grupos de cuatro en uno de ocho implica que se van a producir
agrupamientos de alumnos que de otra manera difícilmente se pondrían juntos; a no
ser por causa de verse involucrados en un grupo anterior que se debe unir a otro. Que
la propuesta sea lo suficientemente atractiva va a determinar que el trabajar con com-
pañeros con los que habitualmente no lo haría pase a un segundo plano; dando así
la oportunidad para que surjan contactos que finalmente desemboquen en grupos
habituales de trabajo.
Lo que debe quedar muy claro es que nada es absoluto y por lo tanto hay que,
siendo coherente con la idea que lo sustenta, adaptarlo a cada situación. Así, no
siempre, ni en todas las clases se podrá terminar en gran grupo; sin embargo el
aumentar el tamaño de los mismos durante las sesiones para que comprueben la
diferencia de trabajar de dos a cuatro, u a ocho es fundamental. Deben aprender que
si bien trabajar en grupo tiene sus problemas, como ocurre al intentar imponer una
manera de hacer las cosas; también, solventados estos problemas, permite alcanzar
metas insospechadas. Los “Montajes Finales”, que se desarrollarán más adelante,
mostrarán la manera de vincular este trabajo con la evaluación tanto del individuo a
nivel individual como grupal.
Alcanzado este punto, parece evidente que los ejercicios y las progresiones que
habitualmente se utilizan para enseñar en Educación Física no son la manera más
coherente de llevarlo a cabo. La razón es obvia desde la perspectiva en que son des-
arrolladas. Éstas surgen como la manera de llegar a conseguir una serie de logros
motrices independientes de las personas a las que van a ser aplicadas.
Para ello será necesario establecer una línea de trabajo que se va denominar
Actividades Corporales Intencionadas. Ésta surge inicialmente tanto del concepto de
Juego Motor que se desarrolla en la Primaria18 como de las aportaciones de Gimeno
Sacristán19, citando a Raths, que desarrolla toda una serie de características que
deben tener las actividades para implicar activamente al alumno en el proceso de
enseñanza y aprendizaje.
18M.E.C.: Materiales para la Reforma (Cajas Rojas) Secundaria. Educación Física, Servicios de
Publicaciones, 1992, pp.87-91.
19 Gimeno Sacristán, J.: La pedagogía por objetivos: obsesión por la eficacia. Madrid, Morata, 1982,
pp. 166-168.
Por todo ello, el profesor cambia su papel de mero transmisor, y en nuestro caso
medidor20, por el de mediador, facilitador21, “ayudador” en el proceso de enseñanza
y aprendizaje. En constructor de lo que crea que es lo mas adecuado para alcanzar
los objetivos propuestos.
Pero lo que realmente conseguía era toda una cascada de sensaciones, que en
función de cómo fuesen recibidas por el alumno (su realidad), así respondería. De ahí
que podamos afirmar que el profesor es un auténtico “provocador de sensaciones”22;
y desgraciadamente, en demasiadas ocasiones, negativas.
Por ello, el desarrollo integral del individuo “en un entorno social” obliga a un
planteamiento global y no individualista del trabajo, en el que las relaciones sociales
y las condiciones personales van a ser el detonador del trabajo; y en consecuencia,
de las actitudes como punto de entrada.
que dejar de jugar), a otra en la que nadie duda de la necesidad del juego como ele-
mento fundamental del proceso de formación y desarrollo del niño.
Pero lo que parece evidente es que si se pretende que el aprendizaje sea signifi-
cativo, el elemento que debe primar sobre todos los demás es el factor motivacional.
Así pues, el profesor deberá procurar presentar la actividad lo más atractiva posi-
ble para que el grupo la acepte. Por supuesto, ésta debe ser adecuada y adaptada a
los intereses, gustos y necesidades; lo cual, evidentemente, no implica que el alum-
no conozca la propuesta previamente y que por lo tanto pueda elegirla.
Jugar, en sí, no tiene por que ser educativo, sino que depende de la intención del
profesor al utilizar el juego y de su capacidad de hacer consciente esa intención. Si
nuestros alumnos se pusiesen a jugar solos y simplemente por eso se educaran, la
figura del profesor carecería de valor. Así pues, el elemento iniciador y facilitador del
23 Op. Cit.
trabajo va a ser la Intencionalidad; aunque cuando tengo claro lo que busco, no siem-
pre es fácil encontrar la manera de conseguirlo.
Cuando los niños son muy pequeños, antes de verse influenciados por los pro-
fesores, los adultos y la sociedad en general, utilizando un vocabulario que funda-
mentalmente motiva hacia la competición, en sus juegos con otros se comprueba que
el fin del mismo no es ganar para ser el mejor, sino que el objetivo final del juego es
el volver a empezar. Para éstos, la repetición (no referida a repetición de gestos téc-
nicos) de las acciones en relación con los demás les hace descubrir y conocer sus
posibilidades, las de los demás y adaptarse a las distintas situaciones.
Así, lo primero que debe primar es el factor motivacional, y para ello es necesa-
rio que nuestras palabras no alienten inconscientemente siempre al que termina pri-
mero. Si lo importante es terminar siendo el primero significaría que para ganar, uno
debe realizar la actividad contra los otros y no con los otros, no importa del todo lo
que se esté aprendiendo, no importa como lo haya conseguido...
Por todo ello, quizás la única manera de que los alumnos disfruten aprendiendo
es consiguiendo que se sientan bien con ellos mismos o dentro de un grupo; y esto
no será así si por el contrario se sienten discriminados o no valorados. Si realmente
se pretende que conozcan sus posibilidades, pero las reales y no las que les ha
hecho creer a base de situaciones competitivas, se deberá plantear el trabajo a tra-
vés de objetivos no basados en conductas sino en capacidades.
En este sentido, debemos recordar que la visión actitudinal de deporte que tenía
la reforma de 1990 proponía que en lo relativo a la participación por equipos en jue-
gos y la vinculación de la Educación Física con patrones deportivos se tendía habi-
tualmente a convertir los juegos en situaciones de competición. Sin embargo, se
entendía que deberían existir mecanismos de motivación que favorecieran que fuese
innecesario utilizar esta componente psico-afectiva de emulación como elemento
motivador. La razón fundamental radicaba en que el riesgo de que en lugar de pro-
porcionar indicadores sobre sus propias posibilidades hicieran aparecer elementos
de marginación, y de que en lugar de la cooperación se favoreciera la “coalición”, pro-
duciría que las ventajas como elemento de estimulación no fuesen tantas frente a los
riesgos para el planteamiento educativo general. Así, recomendaba la necesidad de
introducir al alumno en las estrategias del juego en equipo, favoreciendo la regulación
de la actividad grupal, pero ello no supondría que el proceso de enseñanza y apren-
dizaje se plantease en situaciones de competición, sino que existen otras muchas
situaciones de mayor valor educativo que ponen al alumno en situación de autoexi-
gencia, de aplicación de estrategias o de empleo de sus capacidades motrices24.
Hoy, el producto no es lo único importante, sino que casi aún lo es más el pro-
ceso. En un sistema educativo donde el alumno es el elemento primordial, y donde
se procura que el aprendizaje sea significativo basado en los conocimientos previos
que se tengan, nadie pone en duda que el alumno debe formar parte activa del pro-
ceso y no ser un mero repetidor de lo enseñado. Debe disfrutar, para involucrarse en
su aprendizaje, y llegar a descubrir por sí mismo; a aprender.
En una sociedad donde los niños ahora lo tienen todo. El “espíritu por aprender
y conseguir” ha dado paso al “espíritu por tener más”.
En una sociedad donde nada parece tener importancia o valor, excepto el dine-
ro y lo que éste pueda conseguir.
En una sociedad donde se vive tan deprisa que la satisfacción es más efímera
que el tiempo que se tarda en que se nos dé lo que pedimos.
24 MEC: Materiales para la Reforma (Cajas Rojas) Secundaria. Ecuación Física, Servicios de
Publicaciones, 1992, p. 91.
Hay que proponer y estimular la Motiva por sí misma la actividad Motiva por sí misma, pero requiere
actividad desde fuera. con independencia de los constancia, tolerancia y
estímulos externos. compañerismo para llevarla a cabo.
El alumno debe adaptarse a un El propio alumno es el que aporta Dependiendo del trabajo, tras
modelo externo y trata de soluciones a los planteamientos. reproducir algún modelo o no,
reproducirlo; lo que supone una son los propios alumnos los que
respuesta más elaborada. aporta soluciones al montaje que
se plantean con respuestas muy
elaboradas.
Mayor interacción maestro- Mayor cantidad de interacción Muchísima interacción entre los
alumno. entre los alumnos. alumnos además de la que
requieran del maestro para
superarse y mejorar el montaje.
Es más fácil corregir y comprobar El juego no persigue la corrección La actividad persigue la necesidad
un aprendizaje, pero luego cuesta en el movimiento. de corrección, valoración del
más transferirlo a otras trabajo, aceptación de
situaciones. características individuales y
constante espíritu de superación.
El conocimiento de resultados se El conocimiento de resultados se El conocimiento de resultados se
hace de manera analítica y externa; hace de manera global y está hace durante y al finalizar el
por tanto permite una implícito en el propio juego. proceso. No pretende copiar un
comprobación respecto a modelo sino establecer la
parámetros (modelos, patrones...) combinación que les permita
determinar el suyo propio
Tabla 2.- Educación Física. Primaria. MEC 1992. Comparativa entre la realizada por el Ministerio (1992:87) y las
ACI´s propuestas (Elaboración propia)
— Ayuda a que reconozcan sus límites, así como a trabajar para superarlos; y
donde el desarrollo de las capacidades físicas y de las cualidades motrices,
a través de la experimentación, el trabajo y la constancia, les permite con-
seguir los retos que se propongan, tanto individuales como colectivos.
27 Velázquez, C.: “El aprendizaje cooperativo en Educación Física”. En Actas del III Congreso Estatal y I
Iberoamericano de actividades físicas cooperativas. La peonza publicaciones. Valladolid, 2003, p.199.
28 Johnson, D.W. y Johnson, R.T. Aprender juntos y solos. Aprendizaje cooperativo, competitivo e
individualista. Buenos Aires, Aique, 1999, p. 1
juntos para mejorar sus aprendizajes y el de los demás. Así, para que en las activi-
dades grupales no aparecieran situaciones negativas determinaron una serie de
componentes que se debían trabajar como eran la interdependencia positiva, la inter-
acción promotora, la responsabilidad personal e individual, las habilidades interper-
sonales y de grupo y el procesamiento grupal o autoevaluación29.
— Porque van más allá que al hecho de trabajar en pequeños grupos con el fin
de que cada uno consiga aprender gracias a la ayuda del compañero. La
intención final es la de trabajar todos juntos con un fin común y no sólo el
aprender a través de la ayuda de los demás.
Por todo ello, parece lógico que se deba producir un paso coherente en el que-
hacer diario de las Actividades Corporales Intencionadas y la Organización
Secuencial hacia las Actitudes, y finalizar las unidades didácticas con unos trabajos
que muestren tanto el proceso y la mejora individual como grupal. A estos trabajos
grupales se les ha denominado: Montajes Finales.
Pero llegar a desarrollar los Montajes Finales implica que un profesor debería
tener en la cabeza una idea como esta “¡Tengo los mejores alumnos del mundo38!,
aunque sé que no son perfectos. Debo ser un profesor con mucha suerte porque mis
alumnos hacen muchísimo más de lo que soy capaz de imaginar”.
Así, esta idea lleva implícita las siguientes reflexiones, básicas para una educa-
ción integral para todos los alumnos:
— Las expectativas del profesor nunca deben establecen el límite de los alum-
nos.
— El límite de los alumnos se suele encontrar por debajo de las expectativas del
profesor; y eso les impide seguir mejorando.
Son infinidad las excusan que ponen o ponemos los profesores para no afrontar
los problemas que realmente nos impiden avanzar.
Figura 1.- Chicas de 1º de ESO haciendo el “ocho” con mazas, aros y pelotas.
Figura 2.- Chicas y chicos pasando el “ocho” con pelotas, en diferentes posiciones.
Sin embargo, el comenzar con la comba larga y en grupos de seis u ocho impli-
ca que se trabajan las cinco capacidades; sobre todo las relaciones interpersonales,
la afectivo-motivacional y la de inserción social.
39 Pérez Pueyo, A. y Peláez Castro, C.: Los zancos: de la invención a la altura. (Unidad didáctica
interdisciplinar entre Educación Física y Tecnología). Depósito legal: LE- 1292. ISBN: 84- 699-
5298-6. León. 2001.
Y para ello, una vez desarrolladas unas clases de aprendizaje básico, serán los
alumnos los que deberán hacer los grupos sin poner condiciones de sexo (como
siempre). Si esto se impone, carecerá de sentido el trabajo.
Imponer grupos mixtos sería como no querer aceptar que los alumnos no han
aprendido nada los años anteriores y querer hacer oídos sordos a una realidad. No
son mejores los grupos mixtos cuando estos son por imposición. ¿O nos da miedo
ver qué pasa?. ¿O es que no nos gusta evaluarnos?.
Por otro lado, las acrobacias; con la U.D. “Acrobacias II” de ocho sesiones, las
cuales deben romper el estereotipo de hombre-fuerza como elemento determinante
de su realización.
Donde en el “Montaje Final” cada uno busca el lugar donde mejor se encuentra
para poder alcanzar la idea propuesta todos juntos, sin excepción.
3. A MODO DE CONCLUSIÓN
Por todo ello, y sin tener en cuenta los excelentes resultados obtenidos a través
de nuestra “Escala de Actitudes para una Educación Física Integral (E.A.E.F.I.)”, lo
más importante es el proceso de constante análisis, reflexión y aplicación, que todo
profesional de la educación debería realizar si quiere llegar a disfrutar realmente de
su trabajo. Los alumnos nos llegan con un bagaje, no siempre positivo, que debemos
descubrir y cambiar si pretendemos trabajar con todos.
Así, no podemos afirmar que esta propuesta vaya a ser fácil, pero sí y con rotun-
didad que convierte nuestra profesión en algo excitante y llena de satisfacciones,
tanto para nuestros alumnos como para nosotros.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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entre la teoría y la práctica en el área de Educación Física en la ESO, 2002.
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práctica educativa. Editorial Síntesis. Madrid, 2001.
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PÉREZ PUEYO, A.: “La Logse y la adaptación de la actividad acuática al diseño curri-
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Física de la Educación Secundaria Obligatoria en la LOGSE: Una propuesta
didáctica centrada en una metodología basada en actitudes. Universidad de
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