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DESARROLLO DE LA
DOCTRINA
TRABAJO FINAL
Ezequiel 37 1“La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y
me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. 2 Y me hizo pasar cerca de
ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y
por cierto secos en gran manera. 3 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y
dije: Señor Jehová, tú lo sabes. 4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y
diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. 5 Así ha dicho Jehová el Señor a estos
huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. 6 Y pondré tendones
sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en
vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová”
Según Tomas de Aquino, la infusión de gracia es primero y sirve de base para el perdón
de los pecados. Para Escoto el perdón de los pecados es primero y sirve de base para la
infusión de gracia. En esta disyuntiva, el postulado de Aquino triunfó. Aun hoy en día
no se entiende bien estos conceptos desde la iglesia catolicorromana.
Años más tarde, Lutero no se escapó del confundir los dos términos como si fusen uno.
Calvino lo sintetizo mejor acuñando el término conversión que implica la fe y el
arrepentimiento. Los Canones de Dort usaron las palabras como sinonimias y la
Confesión Belga lo amplia en sus postulados. Todos estos usos condujeron con
frecuencia a la confusión y al descuido de las distinciones necesarias.
Sin embargo para el día de hoy después de los procesos madurativos teológicos dentro
de la iglesia protestante, se definen a estos dos términos distintivamente y se usa la
palabra regeneración como el proceso por el cual Dios provee al hombre una nueva vida
espiritual, naturaleza, inclinación o intencionalidad de cambio y por medio de este
cambio se genera, germina, brota cual termino usemos, todo el accionar que demanda
esta regeneración.
Por otro lado cuando nos referimos al llamamiento eficaz indica el accionar que hace el
Espíritu Santo a nuestra conciencia a través de la proclamación de la Palabra de Dios
(que nos hace un llamado externo) y nos mueve a “responder” a este (llamado interno)
siendo característica de este llamado, profundamente irresistible, irrevocable y poderoso
para convocar al humano.
La naturaleza del hombre sin Dios. La condición del hombre por naturaleza es, según
la Escritura, tanto en disposición como en acto, contario a Dios. Efesios 2:1 “Y él os
dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados” versos que
describen al hombre como muerto a causa de su pecado. Es esta condición que reclama
una reestructuración y un cambio por medio del cual se cambie la disposición del alma.
Además de nuestra condición, del cual tenemos evidencia personal; las Escrituras
misma dan fe, de esta necesidad categóricamente. Hay una necesidad en el hombre de
ser socorrido de su pecado y lograr la regeneración de su vida, así como fue al principio
de todo. Romanos 11:32 “Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener
misericordia de todos” en referencia a que todos tenemos la misma condición de
pecado y nadie esta exceptuado de esta realidad.
LA CAUSA DE LA REGENERACIÓN
El rol de la Palabra.
Debemos concluir que todos los elementos antes explicados hacen brevemente posible
el entendimiento de este tema. Señalando a toda luz que, la regeneración es parte de lo
que Dios hace por nosotros en el momento de salvación, junto con el sello del Espíritu
Santo (Efesios 1:13), la adopción (Gálatas 4:5), la reconciliación (2 Corintios 5:18-20),
etc. La regeneración es lo que Dios hace para que una persona viva espiritualmente,
como resultado de la fe en Jesucristo. Antes de la salvación, no éramos hijos de Dios
(Juan 1:12-13); más bien, éramos hijos de ira (Efesios 2:3; Romanos 5:18-20). Antes de
la salvación, estábamos perdidos; después de la salvación somos regenerados. El
resultado de la regeneración es la paz con Dios (Romanos 5:1), nueva vida (Tito 3:5; 2
Corintios 5:17), y el ser Sus hijos eternamente (Juan 1:12-13; Gálatas 3:26). Con la
regeneración inicia el proceso de la santificación, por medio de la cual nos convertimos
en las personas que Dios quiere que seamos (Romanos 8:28-30).
SÓLO CRISTO OFRECE UNA “CURA” (REGENERACIÓN) PARA LA DEPRAVACIÓN TOTAL DEL
CORAZÓN HUMANO. NO TENEMOS TAN SOLO LA NECESIDAD DE UNA RENOVACIÓN MENTAL
DESDE LA PSICOLOGÍA PARA CAMBIAR NUESTRA CONDUCTA, O DE REFORMAR NUESTROS
PRINCIPIOS TEOLÓGICOS O DE UNA REORGANIZACIÓN COMPLETA PARA SER MORAL Y
ÉTICAMENTE MÁS BUENOS; NECESITAMOS UN NUEVO NACIMIENTO.
BIBLIOGRAFÍA.
2002
HTTPS://CRISTIANOREFORMADO7.WORDPRESS.COM/2014/09/29/LA-REGENERACION-NUEVO-NACIMIENTO/