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UNIVERSIDAD NACIONAL DE QUILMES

DIPLOMA DE POSGRADO EN HISTORIA PÚBLICA Y DIVULGACIÓN


SOCIAL DE LA HISTORIA

MATERIA: Cultura material: museos, colecciones e institutos de conservación.

PROFESOR: Nicolás Javaloyes


ALUMNA: Luciana Tejada

ACTIVIDAD INTERMEDIA: INFORME SOBRE EL MUSEO HISTÓRICO


PROVINCIAL “AGUSTÍN V. GNECCO”

Introducción
El Museo Histórico Provincial “Agustín V. Gnecco” es una institución estatal de la
provincia de San Juan. Se ubica en el radio céntrico de la ciudad, en el antiguo
edificio de la Escuela Normal San Martín, que tiene valor arquitectónico e
histórico por ser uno de las pocas construcciones que resistió los terremotos de
1944 y 1977.
Está abierto al público de martes a viernes de 8 a 19 hs. y sábados de 10 a
20.30 hs., con acceso libre y gratuito.
Para la elaboración del presente informe me basé en la visita guiada a la
muestra permanente del museo, y a la muestra temporal “San Juan y el
terremoto”, realizada en forma conjunta con el Museo Municipal de la Memoria
Urbana. A su vez, me entrevisté con parte del personal y con la ex directora de
la institución (nieta de Agustín Gnecco), quien –según sus palabras- cumple
actualmente el rol de velar por la formación y el compromiso de los nuevos
recursos humanos. Vale decir, que también sirve como fuente de información (y
compromiso afectivo que seguramente tiña las opiniones) mi experiencia de
trabajo en este museo como estudiante/pasante, durante los años 2013 y 2014.
El patrimonio del museo
Tiene su origen en la actividad privada de colección de Agustín Gnecco, nacido
en Buenos Aires y radicado en San Juan en 1886. Este hombre dedicado a la
actividad comercial y agrícola, no era un académico, ni completó la escolaridad.
Comenzó con la colección de filatelia y numismática y, una vez en cuyo, se
dedicó a recolectar piezas, que para el momento no tenían un valor histórico
reconocido, pero que para él eran testimonio de la vida local, tanto pública como
privada. El criterio era que para reconstruir la historia del lugar todo sirve.
Llegó a establecer un museo privado en su propia casa con muestras itinerantes,
y por falta de espacio vendió unas 10 mil piezas al Museo de Luján, de las
cuales sólo una parte ha sido recuperada.
En 1975, el Estado provincial se hizo cargo del museo, luego de largas gestiones
de su hijo Anavadro Gnecco, quien será su director.
En la actualidad cuenta con aproximadamente 160.000 piezas que datan desde
la época precolombina hasta el siglo XX, y abarcan géneros variados como la
numismática, filatelia, herramientas, enseres domésticos, instrumentos
musicales, pinturas, fotografías, elementos de construcción, juguetes, vestido,
textilería, manuscritos públicos y privados, biblioteca, hemeroteca, entre otros.
Sólo una pequeña parte se encuentra expuesta.
Siguiendo a Jordanova el museo se clasifica según su contenido, en este caso la
Historia local y regional. Las áreas interiores se organizan por las funciones de
los artefactos, específicamente su papel en la producción y la vida social;
mientras que las etiquetas indican datos de cada objeto (nombre, época,
material, función).
La misión y el público
La misión declarada es preservar el patrimonio histórico de los sanjuaninos,
estudiarlo y darlo a conocer. Asesorar la investigación histórica y cumplir una
labor educativa. Destinado a un público general, no experto, pretende llegar a
todos.
El personal está compuesto mayormente por especialistas de diferentes edades:
una licenciada en Historia, estudiantes del Profesorado y Licenciatura en
Historia, un estudiante de Artes Visuales y la dirección a cargo de una arquitecta,
quien además es la directora de Patrimonio de la provincia.
La afluencia de público es baja. En toda una mañana sólo ingresé yo. La visita
más común es la de grupos escolares, y representa gran parte de su labor
educativa. Como museo tradicional, brinda un beneficio público por medio del
acceso al recinto y la consecuente absorción de conocimientos, a partir de la
observación de objetos. (Alonso Fernández, 2003)
La visita se realiza siempre con el acompañamiento de un guía que brinda la
información sobre la muestra, hace una “bajada” al nivel y los intereses del
público, pero también regula la conducta. Esta conducta “normal” del museo, se
rompe en ocasiones tales como las actividades especiales de vacaciones de
invierno donde puede verse a los niños correr y jugar en los patios.
Las prácticas de exhibición
Se observa una yuxtaposición de técnicas de exhibición, desde las tradicionales
representaciones a técnicas más modernas que descontextualizan y abstraen
los objetos de su entorno de funcionamiento original.
Las primeras dos salas, “la cocina colonial” y “la sala colonial”, buscan
reconstruir estos dos espacios de la casa de las familias acomodadas,
devolviendo a los objetos museificados a su contexto original, recreando el
pasado para hacerlo más accesible al público. Sin embargo, las reacciones son
muy variadas dependiendo de las características del público (edad, condición
social, urbana, rural, etc.) que condicionan las ideas, asociaciones y las formas
de la imaginación que se desencadenan. Como explica Jordanova, la idea de
que el conocimiento surge del objeto exhibido es ilusoria y debería ponerse más
atención a la forma en que las personas se identifican con lo exhibido y le
otorgan significados.
Las salas dedicadas a la herrería, platería y talabartería y la sala de la bodega
colonial presentan una serie de herramientas, arados, máquinas, piezas de
transporte, y manufacturas. Se agrupan por su tipo/similitud y se distribuyen por
el espacio sin que medie ninguna barrera con el visitante que, a veces, es
autorizado por el guía a tocar los objetos. Aquí también se exhiben fusiles y
bayonetas.
En las salas del vestido y de numismática y filatelia los objetos se exhiben en
vitrinas antiguas, acompañados de muebles y adornos antiguos que cumplen,
sobre todo, la función de ambientar, así como de fotos originales que ilustran la
utilización de las prendas de vestir.
La “Sala taller” es producto de una intervención de la ENaM y exhibe los objetos
de forma muy distinta al resto de las salas. Mientras que las otras salas
conservan la forma original del edificio de arquitectura antigua, con las paredes
blancas, en esta sala se construyó un piso de madera lustrada y las paredes se
pintaron de color naranja y azul. Los objetos se exhiben como si flotaran sobre
pedestales o dentro de vitrinas, acompañados de ilustraciones y gigantografías.
Aquí se agregan textos en las paredes y en el ingreso a la sala que explican el
contenido de la misma, mientras que en el resto del museo, las etiquetas sólo
brindan información de las piezas en forma individual. En este tipo de exhibición
se puede prescindir de la explicación del guía.
En el patio semicubierto se exponen algunos elementos constructivos como
puertas, rejas, dinteles y vigas, además de morteros precolombinos exhibidos en
el suelo, prácticamente fuera de la vista. Probablemente esto responda a que la
“prehistoria” no forma parte de la especialidad de la institución y de esa entidad
se ocupa otro museo en la provincia.
No hay un orden cronológico, ni evolutivo a lo largo del museo. Quizá el hilo
conductor sea el trabajo manual y la vida social. Por ello, cada sala tiene como
tema una actividad social o productiva, mientras que la sala intervenida por la
ENaM muestra un resumen de todo, bajo el título “trabajos eran los de antes”.
Las relaciones con la comunidad
Este es un museo tradicional que responde a la triada edificio, colección, público.
Dentro de la especialización de tareas del personal no hay un encargado de la
comunicación o de la actividad territorial. No cuenta con cartelería legible desde
la calle ni folletería propia y tiene una página de Facebook poco activa.
Sin embargo, en los últimos seis años viene realizando actividades que buscan
la conexión con la comunidad, aunque sin saltar del edificio al territorio. Entre
ellas, podemos mencionar: clases de instrumentos musicales gratuitas y
aranceladas, conciertos, desfiles, catas de vino, charlas, reuniones anuales de
ex alumnos de la Escuela Normal San Martin, juegos infantiles en vacaciones.
Con la Universidad Nacional comparte el dictado de la Diplomatura en Historia
de San Juan y la realización del proyecto de investigación de prensa escrita del
siglo XIX.
Hace 5 años se realizó una muestra temporal de juguetes que se extendió en el
tiempo por su atracción de público. Se expusieron piezas del museo y otras
donadas o prestadas por la comunidad para la ocasión. Desde entonces, se han
hecho comunes las donaciones de juguetes, especialmente de muñecas. Este,
tal vez sea un paso para lograr un sistema abierto y de diálogo como preconiza
la Nueva Museología.
Consideraciones parciales
Tony Bennett explica cómo el poder sostiene un orden social mediante
mecanismos de coerción y consenso. Dentro de los últimos, el Complejo
Expositivo, convierte a la multitud en ciudadanos que se identifican con el poder
y se sienten partícipes de ese orden en el cual cada uno tiene su lugar y su
beneficio.
En este museo se puede observar cómo actúan las lógicas del Complejo
Expositivo. Proporciona un relato de lo que supuestamente es la sociedad
sanjuanina en su totalidad.
La muestra se presenta atemporal, estática, sin enfatizar las transformaciones, ni
los conflictos y ofrece una idea romántica sobre nuestros orígenes que conecta
en forma directa con la actualidad, a través de la tradición.
Se construye un nosotros que no incluye a los pueblos originarios y los negros
apenas son mencionados. Reafirma una idea de sociedad blanca, católica,
laboriosa, donde hombres y mujeres tienen roles claramente definidos. Ese es
nuestro origen, esa es nuestra naturaleza.
Incluso es curioso que una muestra que enfatiza el trabajo y la producción local
no haga referencia a la actividad minera. De esta forma se mantiene la imagen
de provincia agrícola y vitivinícola, con familias bodegueras a la cabeza del
poder. Una imagen que no se condice con la actualidad económica, social y
política.
La muestra temporal completa el cuadro. La naturaleza (el terremoto, el desierto,
las inundaciones) hace dura la subsistencia en estas tierras, pero el hombre
traslada la ciudad, controla el cauce del río, hace acequias, resurge de los
escombros.
Muchas comunidades y minorías quedan fuera de este relato, y este puede ser
uno de los motivos del porqué este museo no y otros sí participan del fenómeno
de popularidad que describe Andreas Huyssen.
A esto se suma la recepción pasiva de conocimientos por parte de un público
que no participa ni involucra el cuerpo.
En línea con lo expuesto por Alonso Fernández, sería importante que se defina
un público, una comunidad, desde una perspectiva democrática y que siga
trabajando para hacer de la colección, preservación y difusión una tarea
comunitaria.
Aunque predominan los especialistas en historia y el trabajo multidisciplinar es
tímido, creo que la presencia de jóvenes en formación, que suelen aportar
nuevas miradas, es una fortaleza.
En esta institución hay mucho por hacer para acercarse al paradigma de un
museo crítico, pero aunque no se diga en vos alta, la crisis de su inadecuación a
los tiempos y la comunidad se reconoce y hay algunos intentos por superarla.
Bibliografía
Alonso Fernández, Luis. Introducción a la nueva museología. Madrid, Alianza,
1999.
Bennett, Tony. The birth of the museum. New York, Routledge, 2006 (1995).
Bjørnar, Olsen, “La cultura material después del texto: re‐asociando las cosas”.
En Norwegian Archaeological Review, Vol. 36, No. 2, 2003 Instituto de
Arqueología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Tromsø.
Huyssen, Andreas. En busca del futuro perdido Cultura y memoria en tiempos de
globalización. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2001.
Jordanova, Ludmila. Objets of Knowledge: A Historical Perspective in Museums.
En Vergo, Peter (ed) The new museology. London, Reakton Books, 1989.
Liddington, Jill, “¿Qué es la historia pública? Los públicos y sus pasados,
significados y prácticas.” En Oral History, vol. 30, N°1, (primavera, 2002)
Maffesoli, Michel. El regresar del tiempo. Formas elementales de la
posmodernidad. México, Siglo XXI, 2014.
Shiner, Larry. La invención del arte. Una historia cultural. Barcelona, Paidós,
2004.
O'Doherty, Braian. Dentro del Cubo blanco. La ideología del espacio expositivo.
Murcia, Centro de Documentación y estudios avanzados de Arte
Contemporáneo, 2011.
“Quien fue Agustín Gnecco y dónde están sus tesoros” (2016, Julio 9). Diario de
Cuyo [San Juan]. Recuperado de:
https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/Quien-fue-Agustin-Gnecco-y-donde-
estan-sus-tesoros-20160709-0151.html

“El Museo Gnecco, 131 años exponiendo su enriquecedor acervo” (2017,


Octubre 5). Diario Huarpe [San Juan]. Recuperado de:
https://www.diariohuarpe.com/nota/2017-10-5-8-59-18-el-museo-gnecco-131-
anos-exponiendo-su-enriquecedor-acervo

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