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Definición

Para adentrarse en el concepto de trastornos del lenguaje/comunicación, primero se debe


familiarizar con tres conceptos básicos:
El lenguaje incluye la forma, la función y el uso de un sistema convencional de símbolos
(es decir, palabras habladas, lenguaje de señas, palabras escritas, imágenes) regido por
reglas para la comunicación.
La comunicación es todo comportamiento verbal o no verbal (sea intencional o no
intencional) que influye en el comportamiento las ideas o las actitudes de otro individuo.
El habla es la producción expresiva de sonidos que incluye la articulación, la fluidez, la voz,
y la calidad de resonancia de un individuo.
Los trastornos del lenguaje en los niños se refieren a problemas con uno de los siguientes
componentes:

 Darse a entender o comunicar su mensaje a otros (trastorno del lenguaje


expresivo)
 Entender el mensaje proveniente de otros (trastorno del lenguaje receptivo).

En resumen:
Un trastorno de comunicación es toda alteración de código ligústico en cualquier nivel de
procesamiento y que afecta a los niveles a los canales expresivos o receptivos. Pueden
variar dependiendo de su severidad características y topología.

Trastorno Específico del lenguaje


Son dificultades a nivel fonológico, morfosintáctico, semántico y pragmático. Sin
alteración en los órganos fonadores y con una capacidad intelectual psicológica y auditiva
normal. Afectan la comprensión del lenguaje oral y escrito.

Trastorno de la fluidez de inicio en la infancia (Tartamudez)


Ψ Es una alteración de la fluidez y la organización temporal del habla que no
se corresponde con la edad del individuo. La alteración se caracteriza por la
repetición frecuente o la prolongación de ciertos sonidos o silabas y otras
alteraciones de la fluidez, como palabras fragmentadas, bloqueo audible o
silencioso, circunloquios (sustituir para evitar palabras problemáticas)
palabras producidas con exceso de tensión física y repeticiones de palabras
completas monosilábicas. La alteración causa ansiedad al hablar o
limitaciones en la comunicación eficaz, la participación social, el
rendimiento académico o laboral.

Trastorno de la comunicación social pragmático


Dificultad primaria con la pragmática o el uso social del lenguaje y la comunicación que se
manifiesta en forma de deficiencias de la comprensión y para seguir las reglas sociales de
comunicación verbal y no verbal en contextos naturales, para cambiar el lenguaje según
las necesidades del que escucha o la situación y para seguir normas de conversación y
narración. Hay un deterioro de la capacidad para cambiar la comunicación de forma de
forma que se adapte al contexto, como hablar de forma diferente en un aula o en un
parque, conversar de forma diferente con un niño y con un adulto y evitar el uso de un
lenguaje muy formal. Dificultades para seguir las normas de conversación, expresarse de
otro modo cuando no se es bien comprendido y saber cuando utilizar signos verbales y no
regulares para regular la interacción.

Dislalias

Dislalia evolutiva o fisiológica.


La inmadurez del Sistema Nervioso Central y del aparato fono articulador provoca
disfunciones en la articulación de los sonidos que conforman el lenguaje.

Dislalia funcional.
Cuando la dificultad articulatoria, en cualquier posición de la palabra, persiste al desarrollo
evolutivo del lenguaje infantil, se conoce como dislalia funcional, la cual es debida a una
disfuncionalidad de los órganos encargados de la articulación de los sonidos del lenguaje,
sin que se aprecien déficits en dichos órganos.

Dislalia audiógena
Se trata de una dificultad articulatoria que afecta a la pronunciación de los fonemas, pero
que deriva de una causa bien delimitada y vinculada a un déficit orgánico determinado. En
concreto, se debe a una pérdida de audición.

Disglosias
Son alteraciones del lenguaje oral provocadas por determinadas anomalías o
malformación de algunos de los órganos encargados de la articulación de los fonemas.

Disartrias
Estos trastornos articulatorios, cuyas señas de identidad son la debilidad muscular, la
descoordinación respiratoria y las alteraciones en la fonación, prosodia, resonancia y
articulación, son debidos principalmente a una parálisis cerebral, que afecta a los centros
motores del encéfalo (responsables del control motor).

Trastornos de la voz
Los trastornos vocales son alteraciones en la producción de la voz, debidas a algún déficit
o disfunción en alguno/s de los órganos fonatorios que modelan el paso del aire. Los tipos
de trastornos son clasificados en función de la explicación etiológica de la alteración.

Disfasia
La disfasia se considera uno de los trastornos del desarrollo del lenguaje de causa no
definida, aunque se considera de causa genética familiar y probable multifactorial.
Debemos pensar en ella una vez que hayamos constatado que el niño tiene inteligencia
normal, sin daño neurológico demostrable, que no presenta sordera y que no se le ha
privado de estímulos. A veces, puede ser difícil diferenciarlo del retraso simple del
lenguaje y la gravedad del cuadro parece ser el criterio más adecuado, ya que en la
disfasia, aparte de adquirir el lenguaje tardíamente, éste es deficiente en su forma,
fonética y estructural. Siempre se describirá en él un problema de comprensión. Su
pronóstico es variable y pueden darse casos que se recuperan por completo y otros que lo
hacen más adelante y que afectan de manera significativa al aprendizaje.

El niño que deja de hablar


Con relación a la detención del lenguaje, ocurre una involución de las funciones adquiridas
con deterioro progresivo por causas genéticas o congénitas (enfermedades involutivas) o
adquiridas y como secuelas de traumatismo, infecciones o tumores.

Afasia
La afasia es un trastorno del lenguaje adquirido a consecuencia de un daño cerebral que,
por lo general, afecta a todas las modalidades, oral y escrita; cada una de las modalidades
se puede ver afectada cualitativa y cuantitativamente en modo diferente de manera que
conforma grupos sindrómicos, que pueden coexistir con deficiencias en el procesamiento
cognitivo. Por lo tanto, no se reduce a la expresión o comprensión hablada, sino también a
la lectoescritura, la alexia y la agrafia. Las capacidades expresivas del lenguaje gestual
pueden verse también afectadas así como cualquier otra que use el sujeto como, por
ejemplo, el lenguaje de sordos o el morse. Pueden incluso presentarse estereotipias,
cuando ésta es muy grave, con elementos silábicos que el paciente emite de manera
repetida cuando quiere hablar. Es fácil diferenciarla de la disfasia o de los TEL. Así, cuando
hablamos de afasia, hablamos de pérdida de una habilidad adquirida previamente, es
decir, una persona que tenía la habilidad de hablar con normalidad la pierde mientras que
la disfasia es la falta de aprendizaje del lenguaje en un niño en ausencia de trastorno
orgánico, cognitivo, psiquiátrico o ambiental. Hay diferentes tipos de afasias, se
describirán tres que son las más comunes:
Ψ Afasia Global: Esta es la forma más grave de afasia, y los afectados
pueden producir pocas palabras reconocibles y comprenden poco o nada
de lenguaje hablado. Las personas con afasia global no pueden leer ni
escribir.
Ψ Afasia de Broca: Esta afasia se produce por la lesión del área de Broca y
áreas adyacentes de la corteza frontal, la ínsula y estructuras subcorticales
del hemisferio izquierdo. En esta forma de afasia, la capacidad del habla se
reduce severamente y se limita principalmente a enunciados cortos de
menos de cuatro palabras. El acceso al vocabulario es muy limitado y la
formación de sonidos por personas con afasia de Broca es a menudo
laboriosa y torpe. La persona puede entender el habla relativamente bien y
ser capaz de leer, pero debe limitarse por escrito. La afasia de Broca a
menudo se conoce como una “afasia no fluida” debido a la calidad de voz
vacilante y esforzada.

Ψ Afasia de Wernicke: Esta afasia es debida a la lesión de la región temporal


posterior izquierda, es decir, el área de Wernicke. La lesión a menudo
incluye la corteza auditiva primaria, otras regiones del lóbulo temporal,
regiones parietales (como el giro angular o el giro supra marginal) o la
sustancia blanca subcortical. En esta forma de afasia, lo que se afecta
principalmente es la capacidad de captar el significado de las palabras,
mientras que la facilidad de producir el habla no se ve muy afectada. Por lo
tanto, la afasia de Wernicke se conoce como una ‘afasia fluida’. Sin
embargo, el habla está lejos de ser normal. Las oraciones no se juntan y se
inmiscuyen palabras irrelevantes, a veces hasta el punto de la jerga, en
casos severos. La lectura y la escritura a menudo se ven seriamente
afectadas.

El síndrome de Landau-Kleffner
es otra de las manifestaciones de pérdida del lenguaje en niños de 3-9 años. Se relaciona
con manifestaciones epileptogénicas en el electroencefalograma y es más frecuente en los
niños que en las niñas. Se conoce además como afasia adquirida con trastorno convulsivo.
Sus variantes se han estudiado y se han descrito bien, así tenemos una, de inicio rápido y
con un curso fluctuante en las alteraciones del lenguaje, que se recupera de forma rápida;
otra, de empeoramiento progresivo tras una crisis epiléptica o episodios
repetidos de afasia, de mal pronóstico, y una tercera, de agnosia auditiva verbal, con
escasas crisis epilépticas, de instauración progresiva y de recuperación variable.

Mutismo selectivo
Sus causas aún son desconocidas. Se trata de niños que no quieren hablar ante
determinadas situaciones o personas, en la escuela o a extraños, pero que sí lo hacen con
amigos o en casa, y no tienen ninguna dificultad para hablar o comprender lo que se les
dice. Se considera un trastorno emocional o fobia social.

Causas
Causas orgánicas:
Se refieren a una lesión en cualquiera de los sistemas u órganos que intervienen en la
expresión y producción del lenguaje.
Se distinguen 4 tipos:
Ψ Hereditarias: Se heredan de padres a hijos. Las investigaciones
reportan que del 20 al 40 por ciento de los niños con historia familiar
de discapacidades del habla y el lenguaje tienen esa condición,
comparado con alrededor del 4 por ciento de los que no tienen una
historia familiar con SLI.
Ψ Congénitas: uso de fármacos, o enfermedades como la rubéola...
durante el embarazo.
Ψ Perinatales: tienen lugar durante el parto, como por ejemplo, las
anoxias.
Ψ Postnatales: se produce después del nacimiento, por ejemplo, una
causa sería la prematuridad.

Causas de tipo funcional:


Son debidas a un funcionamiento patológico de los órganos que intervienen en la del
lenguaje. Un ejemplo sería una disfasia de contenido expresivo.

Causas orgánico- funcionales


Aunque la mayoría de las veces, cuando el órgano está afectado también lo está la
función, puede ocurrir que sólo esté alterada la función y el órgano no. Esto es lo que se
llama disfunción.
Causas endocrinas
    Afectan fundamentalmente al desarrollo psicomotor del niño, pero también pueden
afectar a su desarrollo afectivo, al lenguaje y a la personalidad.

Causas ambientales
 Hacen referencia al entorno familiar, social, cultural y natural del niño y cómo influyen
estas en su desarrollo emocional y afectivo.

Causas psicosomáticas
El pensamiento puede ocasionar una expresión oral anómala, y desórdenes en la palabra
pueden afectar al pensamiento. Todo ello nubla la capacidad de una buena expresión y
comprensión.

Características físicas y psicológicas

Físicas
Las características físicas en los niños con trastornos del lenguaje son en su mayoría
anatomofisiológicas cuando se tiene una lesión cerebral, como es el caso de las afasias
que se describieron previamente.

Psicológicas:
Los problemas con la comunicación oral son los signos más comunes de los trastornos del
lenguaje. No está claro si hay signos en la infancia que indiquen un mayor riesgo.
Los niños con dificultades del lenguaje receptivo pueden tener problemas para entender lo
que otras personas dicen. También podrían tener dificultad siguiendo instrucciones
simples y organizando la información que escuchan.

Las dificultades del lenguaje receptivo pueden ser difícil de identificar a edad temprana.
Las dificultades del lenguaje expresivo  pueden ser identificadas más fácilmente a edad
temprana. Esto se debe a que los niños con dificultades en el lenguaje expresivo puede
que empiecen a hablar más tarde y no hablar hasta la edad de 2 años. A la edad de 3
puede que estén hablando pero es difícil entender lo que dicen, y los problemas persisten
hasta el preescolar. Por ejemplo, algunos niños pueden entender historias que les son
leídas pero no ser capaces de describirlas, incluso de manera simple.

Estas son otras características de dificultades del lenguaje:


Ψ Tiene un vocabulario limitado comparado con niños de la misma edad
Ψ Frecuentemente dice “ah” y substituye palabras precisas con palabras
generales como “cosas” o “eso”
Ψ Tiene problemas aprendiendo nuevas palabras
Ψ Omite palabras clave y confunde los tiempos verbales
Ψ Repite mucho ciertas frases cuando habla
Ψ Se muestra desesperado por su incapacidad para comunicar pensamientos
Ψ No habla mucho ni con frecuencia, pero entiende lo que las otras personas
dicen
Ψ Es capaz de pronunciar palabras y sonidos, pero a menudo las oraciones
no tienen sentido
Ψ La variedad de estructuras de oraciones (sintaxis) que emplea cuando
habla es limitada.

Los trastornos de comunicación interfieren en la capacidad de un niño de


comunicar sus necesidades, deseos y emociones. Causan malestar y
afectan la capacidad de funcionar. Muchas ocasiones hay problemas de
autoestima, dificultades de aprendizaje y bajo coeficiente intelectual.

Diagnóstico

Es básico contar con una historia clínica completa y cuidadosa que nos ayudará a recoger
datos sobre la historia evolutiva del desarrollo del niño, antecedentes de embarazo o
parto, antecedentes de problemas de lenguaje en la familia, traumas o infecciones
adquiridas (meningitis, otitis de repetición), que usualmente indican alteraciones en la
audición. Es muy importante conocer el ambiente psicosocial en el que se ha desarrollado
el niño, afectivo o no, estimulado o privado de estímulos verbales. No es infrecuente
encontrar que hay poco contacto entre padres e hijos. Es conveniente hacer una
entrevista con el cuidador del niño. Se debe plantear un examen físico que tienda a
descartar trastornos genéticos así como también pruebas de coeficiente intelectual
(Raven, 5-6, goodenough).Debemos dedicar tiempo para observar al niño jugar e
interactuar con las personas de su entorno, a hablar con el niño, hacerle preguntas de
acuerdo con su edad, promover su lenguaje para tratar de detectar problemas
fonológicos, sintácticos, de prosodia, entre otros, que nos ayuden a clasificarlos. Se
recomienda la aplicación de cuestionarios para padres y maestros y algunas pruebas
específicas de lenguaje (test de vocabulario de Boston), el test de desarrollo de Bayley y la
evaluación de inteligencia por el psicólogo, cuando sea necesaria. Si el problema reside
sólo en la emisión, el niño tiene una comprensión normal; sin embargo, si el defecto está
en la recepción se afecta no sólo la comprensión sino también la emisión de la palabra.
Exámenes complementarios
Aun cuando nos impresione que el niño oiga bien, es imperativo un examen de audición.
El resto de los estudios será dirigido según las sospechas diagnósticas. El
electroencefalograma, en especial en el sueño, es muy importante considerando que
algunas patologías del lenguaje se acompañan de alteraciones electroencefalográficas
paroxísticas sin tener manifestaciones convulsivas, de lo cual un ejemplo es la afasia
epiléptica adquirida o síndrome de Landau-Kleffner. Entre los estudios de neuroimagen, la
tomografía axial computarizada es de valor en las alteraciones graves del desarrollo
cerebral, por ejemplo en la presencia de calcificaciones que nos hablen de infección
intrauterina. La resonancia magnética cerebral es de mucha ayuda diagnóstica en los
problemas de mielinización, algunos de los cuales se acompañan de trastornos de
lenguaje.
Existen muchas pruebas para la evaluación del lenguaje aunque en su mayoría están
destinados para la población en general. Hay un número significativo que se consideran
los más utilizados. Entre estos están:
1) Prueba de lenguaje oral de Navarra revisada
2) Test de vocabulario en imágenes de Peabody-III
3) Test Illinois de aptitudes psicolingüísticas
4) Inventario de desarrollo comunicativo MacArthur
5) T. S. A. de desarrollo de la morfosintaxis en el niño
6) Test de comprensión de estructuras gramaticales
7) Batería de lenguaje objetiva y criterial
8) Escala de valoración del lenguaje preescolar PLS-4

Tratamiento

El manejo de los problemas del lenguaje lo imparten principalmente los terapeutas del
lenguaje. Las técnicas han variado con el tiempo y no hay una técnica única de
intervención. Al principio, se usaban las técnicas de repetición de palabras o ejercicios
gramaticales. Hoy día, se tiende a utilizar situaciones diarias que promuevan una
comunicación natural y que estimulen la socialización, por lo que a menudo se hace en
grupos con niños de lenguaje normal y niños con problemas de lenguaje. No es raro en
nuestros días comprometer a los padres en la terapia, en especial en la de los
preescolares. Es muy moderno el uso de programas de ordenador para mejorar la
discriminación auditiva, pero no se ha demostrado que haya un método más eficaz que
otro. No obstante, se ha visto la efectividad en el lenguaje al poner en contacto a estos
niños con problemas con niños de habla normal.

¿Qué es la Logopedia?
En otros países denominada “Speech and Language Therapy», «Speech and Language
Pathology” (Estados Unidos, Australia o Canadá), “Terapêutica da Fala” (Portugal),
“Fonoaudiología (Latinoamérica), “Logopädie” (Alemania), “Orthofonie” (En Francia y
Luxemburgo), etc.
La logopedia es la ciencia encargada de la prevención, evaluación, diagnóstico y
recuperación integral de los trastornos de la comunicación humana. Es una disciplina
clínica, en la que se trabaja con personas de todas las edades, que sufren problemas muy
variados tales como retrasos del lenguaje, tartamudez, discapacidad auditiva, autismo,
accidentes cerebrales, discapacidad intelectual, problemas de voz, entre muchos otros.

Los fonoaudiólogos atienden los trastornos en la articulación del lenguaje, problemas con
su fluidez, trastornos orales, motores y de la voz, así como trastornos en el lenguaje
receptivo y expresivo.

En la fonoaudiología, el terapeuta apropiado trabajará con el niño individualmente, en un


pequeño grupo o directamente en un aula de clase para sobrellevar las dificultades que
incluye cada trastorno en particular.

Los terapeutas utilizan una variedad de estrategias incluyendo:

Ψ Actividades de intervención del lenguaje. En estos ejercicios el Patólogo del


Habla y del Lenguaje interactuará con un niño jugando y hablando. El
terapeuta puede utilizar fotos, libros, objetos o eventos actuales para
estimular el desarrollo del lenguaje. El terapeuta también puede pronunciar
correctamente las palabras como ejemplo y utilizar ejercicios de repetición
para fortalecer el habla y los mecanismos del lenguaje.
Ψ Terapia de la articulación. Los ejercicios de articulación o producción de los
sonidos incluyen la pronunciación correcta de sonidos y silabas por parte
del terapeuta generalmente durante actividades de juego. El terapeuta le
demostrará físicamente al niño cómo emitir ciertos sonidos como el sonido
de la /r/ y cómo mover la lengua para producir ciertos sonidos.

Ψ Terapia oral y motora de la alimentación. El terapeuta utilizará una variedad


de ejercicios, incluyendo el masaje facial, y movimientos para ejercitar la
lengua, labios y mandíbula que fortalecen los músculos de la boca. El
terapeuta también trabajará con diferentes texturas y temperaturas de
alimentos para incrementar la atención oral del niño mientras come y traga.

Las “praxias” son los ejercicios que los logopedas más utilizan en su práctica diaria. Hace
referencia a los pequeños ejercicios aislados que suelen practicar dentro de sus sesiones y
que recomiendan a las familias para practicar también en casa con los niños. Existen
multitud de praxias para cada una de las musculaturas orales de los niños.

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