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Los seres humanos no viven solamente en el mundo objetivo ji en el mundo de la actividad

social como generalmente se entiende, sino que están a merced del idioma que ha venido a
ser el medio de expresión de su sociedad. Es una ilusión que uno se ajusta a la realidad sin el
uso de la lengua y que la lengua es sólo un medio incidental de resolver problemas específicos
de comunicación o reflexión. El hecho es que el 'mundo real' está hecho inconscientemente en
gran parte de los hábitos lingüísticos del grupos. Vemos, oimos y experimentamos de cierta
manera porque los hábitos lingüísticos de nuestra comunidad nos predisponen a ciertas
selecciones.

El estudio del lenguaje a lo largo de su historia ha formulado diversos posicionamientos


filosóficos, teóricos y metodológicos para describir y observar el lenguaje. En estos se
evidencia un dinamismo constante sobre qué aspectos del fenómeno lingüístico son
considerados más relevantes, básicos, primitivos, mínimos, esenciales, inherentes; tal es el
caso de, ¿cómo se dice 'haya' o 'haiga'? Se tiene la creencia que 'haya' es el correcto, pero ¿por
qué 'haiga' sería incorrecto?

En Lingüística existe una serie de órdenes capaces de explicar lo que le ocurre a los signos
(lingüísticos) que diariamente utilizamos para la comunicación:

•Análogo: los signos lingüísticos están ordenados, son regidos por reglas; perdonando la
redundancia, son regulados, son regulares, son estables. Se refiere a las similitudes ordenadas
y reguladas por convención. Ningún nombre surge de forma natural.

•Anómalo: los signos lingüísticos tienen comportamientos impredecibles, variables e


irregulares. Refiere a una falta de consecuencia que se observa entre el lenguaje y la lógica. Es
decir, el lenguaje tiene una naturaleza variable, irregular e impredecible.

Aquí entra el tema a tratar:' haiga' y 'haya'. Ambos son verbos corresponden a la primera y
tercera persona del singular del presente de subjuntivo del verbo haber. La disyuntiva entra
por sí sola, pero realmente se soluciona al tomar en cuenta que 'haya' se conjuga con el
modelo del verbo "ir":

Presente subjuntivo

que (yo) vaya/haya

que (tú) vayas/hayas

que (él) vaya/haya

que (ns) vayamos/hayamos

que (usd) vayan/hayan

que (ellos) vayan/hayan

En cambio 'haiga' se conjuga con el modelo del verbo "caer":

Presente subjuntivo
que (yo) caiga/haiga

que (tú) caigas/haigas

que (él) caiga/haiga

que (ns) caigamos/haigamos

que (vs) caigan/haigan

que (ellos) caigan/haigan

Ambos ejemplos cumplen los órdenes análogo y anómalo, así que, ¿cómo darle poca
importancia a la irregularidad si se encuentra en formas tan frecuentes y usadas?

Existen modelos de verbos que atraen la atención de los lingüistas, gracias a sus múltiples
conjugaciones. Traen consigo grandes particularidades y a su vez provocan que se utilice otro
verbo como sinónimo, y así olvidando el verbo original lo que propicia su discontinuidad. El
verbo "roer" es uno de ellos, cuentas con tres conjugaciones:

Presente subjuntivo

yo roa, roiga, roya

tú roas, roigas, royas

él roa, roiga, roya

nosotros roamos, roigamos, royamos

ustedes roan, roigan royan

ellos roan, roigan, royan

Lo mismo pasa con el verbo "haber", en este caso, se reemplaza una conjugación por otra y al
final se toma como la "aceptable", pero solo por su uso que se toma como el más común.

La facultad del lenguaje proporciona medios para construir una variedad infinita de
expresiones estructuradas, cada una de las cuales posee una interpretación semántica que
expresa un pensamiento y se puede exteriorizar de modo sensorial. Por otro lafo hay que
tomar en cuenta que todo esto es meramente lingüístico, por tanto, una de las partes que más
le interesa a la lingüística es la comunicación; no importa cómo se de, lo importante es seguir
entendiéndonos. Los límites entre diacronía y sincronía se borran y lo único que existe es un
dinamismo constante y esencial en las lenguas.

Por otro lado no hay que olvidar la cuestión socio-cultural que esta disyuntiva trae consigo. Se
cree que 'haya' lo utilizan las personas "cultas, educadas" dando un status social inherente a su
uso. En cambio 'haiga' tiene una denotación de "humildad, inferioridad" que de inmediato
cualquier hablante que lo usa es discriminación o juzgado por la manera de expresarse.

No hay que olvidar que en lenguaje y en lingüística todo está bien mientras se comunique un el
mensaje de manera correcta. Nuestra lengua materna no se puede aprender de manera
errónea, es algo que surge de manera natural; así que no hay que tener miedo a cualquier
expresión dada como hablantes de nuestra propia lengua. Ojalá haiga quedado esto más claro,
la próxima que no exista duda, solo hay que usarlo.

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