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Filosofía y Educación
2° C
CORDOBA 2019
Consignas
1)
2) ¿Por qué, según Kovadloff, existe una relación particular entre filosofía e
infancia? ¿Cómo se relaciona esta idea con la diferenciación que plantea entre
información y conocimiento?
Desarrollo
1)
a) Víctor Florián prefiere optar por definir a la filosofía como una especie de juego,
como el juego de la puesta en movimiento y de la puesta en desorden para dar a
entender que es una actividad que nunca termina, que la búsqueda permanente
no es posible sin la pasión, y que como instrumento de pensamiento cuestiona al
mundo y examina supuestos y creencias.
Una de las características de la filosofía es, precisamente, que no tiene un objeto
de estudio propio y, por consiguiente, siempre estará en la búsqueda de nuevos
objetos como se puede apreciar en la actividad filosófica contemporánea.
Por consiguiente, la filosofía cumple la función esencial de cuestionar. Desde
esta perspectiva, el espíritu crítico aparece como la característica esencial de la
filosofía.
La relación que puede establecerse con la definición propuesta por Bertrand
Russell es que ambos autores (Florián y Russell) destacan mucho el tema del
pensamiento en la filosofía. Por un lado, Russell menciona que la filosofía es
capaz de sugerir diversas posibilidades que amplían nuestros pensamientos y
nos liberan de la tiranía de la costumbre. Mientras que, por otro lado, Florián
explica que la filosofía, como instrumento de pensamiento, cuestiona al mundo y
examina supuestos y creencias.
b) La Tradición de la Escuela Jónica de Tales es la única que, con el tiempo, se
constituyó en tradición de la filosofía griega y la que, tras la recuperación de esta
filosofía en el Renacimiento, se convirtió finalmente en tradición de la ciencia
europea. Fue Tales quien dio un paso importante que marca una época, lo
inferimos del hecho de que sólo en la Escuela Jónica, entre todas las otras
escuelas, los discípulos intentaban mejorar abiertamente las doctrinas del
maestro. Esto sólo es comprensible si nos imaginamos que Tales decía a sus
discípulos: “Ésta es mi doctrina, así considero yo el asunto. Intentad mejorarlo”.
Con ello Tales creó una nueva tradición, por así decir, una tradición de dos
niveles. En primer lugar, su propia doctrina la transmitió la tradición de la escuela
y también las doctrinas divergentes de cada nueva generación de discípulos; en
segundo lugar, se conservó la tradición de que uno debe criticar a su maestro e
intentar hacerlo mejor. Por consiguiente, en esta escuela se considera como un
éxito la modificación, la superación de la doctrina; y un cambio semejante se
retiene mencionando al que lo introdujo. Con ello, se torna posible por primera
vez una verdadera historia de las ideas.
2) La relación de la filosofía con la infancia es fructífera porque, mientras la
infancia encuentra novedad en cada experiencia, la filosofía instala el
pensamiento junto al asombro de la experiencia. La sensibilidad de los niños los
conecta más con el mundo, que los lleva a una búsqueda personal para
construirse constantemente. Kovadloff dice: “Es que los niños están construidos
por un tejido espiritual que, mientras rige, no es permeable a la función
soporífera que se le adjudica al conocimiento bajo el nombre de educación”. Por
eso, mientras la información se da de una manera anestesiante como un sistema
de calmante con respuestas de una certeza, el conocimiento se va construyendo
pensando en los problemas que aquejan la realidad, muestra la relación con la
vida y con nuestra existencia.
3) Paulo Freire y Antonio Faundez nos hablan de un profesor autoritario, el cual
es aquel que quiebra nuestra expresión educativa, inhibiendo y reprimiendo la
curiosidad y la capacidad de preguntar.
El educador autoritario tiene más miedo a las respuestas que a las preguntas,
teme a las preguntas por las respuestas que debe dar. Es así, que Paulo Freire
exploró, en el modelo educativo tradicional, que se tiene en cuenta al maestro
como el depositario de la verdad, por lo que se castra en el alumno la curiosidad,
que es el afán y las ganas de aprender. Esto quiere decir que se reprime al
alumno para preguntar ya que la pregunta es considerada como una provocación
a la autoridad... Creo que, desde pequeño, comenzamos a aplicar la negación
autoritaria de la curiosidad, con los “pero niño, por qué tanta pregunta”, “cállese,
su padre está ocupado”, “vaya a dormir y deje esa pregunta para mañana”
(Freire, 2010).
Por otra parte, Kovadloff en su texto anuncia lo siguiente “No se nos educa para
que aprendamos a preguntar”. Esto quiere decir que se enseña a ser personas
neutrales y no personas activas y curiosas. En esto concuerda con lo que Freire
proclama, ya que este dice: “¡El educador, en general, ya trae las respuestas sin
que le hayan preguntado nada!” (p.69) no da lugar a tener curiosidad, limitan y
no colaboran para que se pueda tener un pensamiento crítico.
4) Para nuestro entender, la idea que plantean los autores sobre una práctica
docente basada en la idea de la “sustantividad democrática”, se opone, por un
lado, a una práctica autoritaria que hace sus clases programadas y no da lugar a
que los alumnos tengan libertad de aportar sus propios conocimientos; y, por otro
lado, se opone a una práctica espontánea que no programa una clase, esto hace
que sean dos dimensiones opuestas en la cual, en una de las dimensiones, el
profesor no se permita aprender de sus alumnos y, en la otra dimensión, el
profesor sea tan espontáneo que prive de sus conocimientos a sus alumnos. Lo
fundamental sería que las dos prácticas trabajen juntas, es decir, el profesor
proporcionando de sus conocimientos a los alumnos y él mismo permitirse
aprender de sus alumnos.
5) En el texto de Paulo Freire y Antonio Faundez, ambos autores hablan de la
pedagogía de la respuesta y de la pedagogía de la pregunta. Freire dice que
cuando una pregunta ya no tiene o pierde el sentido de sorprender, ésta se
burocratiza, creando en las personas una adaptación con miedo a arriesgarse a
realizar una creatividad en su pensamiento. Es por eso que se habla de una
educación que solo da respuesta, es decir que implica una pedagogía de la
adaptación y no de la pregunta. Y con respecto a esto, Faundez expone que es
más fácil ir por esta vía de pedagogía de la respuesta ya que tal como este autor
indica: “Las preguntas son preguntas que ya traen incluida la respuesta. En ese
sentido, ¡Ni si quiera son preguntas! Son respuestas, antes que preguntas.”
En cambio, la pedagogía de la pregunta es la pedagogía de la libertad o de la
creación en donde la respuesta es tanto para el alumno como para el docente.
Freire nos dice que “el origen del conocimiento está en la pregunta, o en el
mismo acto de preguntar; el docente aprende con el alumno dejando abierta la
posibilidad de la curiosidad, la cual lleva a tratar un tema determinado aprobando
el pensamiento creativo.
6) Después de lo explorado en el apartado B del texto “La filosofía en la escuela”
y lo comprendido en el texto por Henry Giroux, podemos decir que se abre un
debate entre dos postulaciones: comenzaremos por la primera postulación que
habla del docente como mero técnico administrador, el cual es aquel que tiene la
función de gestionar y cumplir con programas curriculares, convirtiéndose en un
docente pasivo, llevando a cabo procedimiento rutinarios ya que se les indica a
los docentes como enseñar y con qué libro hacerlo. Y continuamos con la
segunda postulación que es la del docente como intelectual transformador
mostrando la naturaleza del trabajo docente, capaz de criticar y cambiar las
ideologías burocráticas dominantes por alguna práctica más reflexiva con el fin
de formar ciudadanos críticos, activos, con funciones sociales libres y
democráticas. Con esta perspectiva se concluye que si los profesores han de
educar a los alumnos para ser ciudadanos activos y críticos, deberán convertirse
ellos mismos en sujetos que piensan críticamente, es decir que transforman su
entorno.
Un componente central de la categoría de intelectual transformador, es la
necesidad de conseguir que lo pedagógico sea más político y lo político más
pedagógico. (Giroux, 1990). Hacer lo pedagógico más político es promover en
los estudiantes una lucha para superar las ilegalidades económicas, sociales y
políticas. Hacer lo político más pedagógico es cultivar el diálogo crítico
concediendo voz y voto al estudiante.
Esta idea concuerda con Freire porque el mismo habla de la pedagogía de la
pregunta, donde ésta trata de que tanto el estudiante como el docente deben ser
personas críticas y activas, y tanto docente como alumno aprenden.