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El documento insta a centrar los esfuerzos sobre quienes hasta ahora han sido

excluidos del desarrollo y a adoptar medidas para enfrentar las barreras que los
marginan.

Quito, 9 de diciembre de 2019 – Matilde Mordt, representante residente del Programa


de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y Fernando Pachano, responsable
del Área de Gobernabilidad Democrática y Desarrollo Social de la mencionada
organización presentaron y comentaron hoy en Quito los contenidos del Informe sobre
Desarrollo Humano 2019, difundido desde hoy a nivel global.

El informe, titulado ‘Más allá del ingreso, más allá de los promedios’, analiza las
desigualdades en el desarrollo humano a través de un nuevo prisma, evalúa cuáles están
ganando importancia en la actualidad, como éstas se dan de diferente manera en el
mundo y entre los diversos grupos de población; y cómo están evolucionando.
Asimismo, indica que pese a los importantes avances en salud, educación y condiciones
de vida, las necesidades básicas de muchas personas continúan insatisfechas, y además
surge una nueva generación de desigualdades que beneficia a las personas más
favorecidas. Por ello, el descontento de la población con la desigualdad está relacionado
con la percepción de injusticias en las sociedades en las que viven. En este sentido, es
necesario estudiar la profundidad de la desigualdad más allá del ingreso, de los
promedios y del presente.

Por otro lado, las desigualdades están profundamente arraigadas en nuestras sociedades
y economías, así como en la esfera política. De hecho, el lugar de nacimiento y el nivel
de ingresos de la familia en que se nace, determinan la vida de muchas personas. Las
desigualdades comienzan a temprana edad, pueden aumentar y transmitirse de una
generación a otra. Sin embargo, hay margen para actuar. La redistribución por sí sola no
basta. Es necesario desvincular el poder político del económico, y crear unas
condiciones equitativas en la economía. También es preciso seguir trabajando para
cerrar las brechas en las privaciones básicas y construir políticas para combatir la nueva
generación de desigualdades del desarrollo humano, actualmente en aumento.

En resumen, del IDH 2019 se extraen cinco conclusiones clave: En primer lugar, pese a
que muchas personas están consiguiendo alcanzar niveles mínimos en materia de
desarrollo humano, las desigualdades continúan siendo generalizadas. En segundo lugar,
está surgiendo una nueva generación de profundas desigualdades en desarrollo humano,
al tiempo que se avanza en reducir las brechas no resueltas del siglo XX. En tercer
lugar, las desigualdades en desarrollo humano se pueden acumular a lo largo de toda la
vida, con frecuencia acentuándose, debido a profundos desequilibrios de poder. En
cuarto lugar, la evaluación de las desigualdades en desarrollo humano requiere una
revolución en su medición finamente, en quinto lugar, corregir las desigualdades en
desarrollo humano en el siglo XXI es posible. Par a lograrlo, debemos actuar ahora,
antes de que los desequilibrios de poder económico se traduzcan en un profundo
dominio político.

Ecuador y el Índice de Desarrollo Humano

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es una medición compuesta de la longevidad, el


nivel de vida y la educación, desafiando las evaluaciones puramente económicas del
progreso de las naciones.
Desde 1990 hasta 2018, el IDH de Ecuador creció en un 18%, hasta ubicarse en 0,758,
lo cual mantiene al país en un nivel de alto desarrollo humano.  El IDH 2018 de
Ecuador está por encima del promedio para los países del grupo de alto desarrollo
humano y en línea con la media de los países de América Latina y el Caribe.

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