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CONCEPTOS BÁSICOS DE LA QUÍMICA DEL AGUA

TABLA DE MATERIAS

Sección 1.1 Conceptos básicos de la química del agua


1.1.1. Conceptos básicos de la química del agua

Introducción 1
Naturaleza de los gases 2
Solubilidad de gases 2
Acidez, alcalinidad y solubilidad 4
Solubilidad de las impurezas comunes del agua 4
Ácidos, bases y sales 5
Alcalinidad, acidez y pH 6
Oxidación - Reducción 10
El proceso de corrosión 11
La serie electroquímica 12
Matemáticas de las reacciones químicas del agua 13
Unidades de expresión 20
Expresión de los resultados del análisis del agua 20
Acondicionadores químicos del agua 21
CONCEPTOS BÁSICOS DE LA QUÍMICA DEL AGUA

GENERALIDADES

En la Tierra existen dos formas de reservas de agua: aguas superficiales y aguas subterráneas. Las aguas superficiales
son las de ríos, arroyos, represas, etc. Aguas subterráneas son las que se extraen del terreno usando pozos mas o
menos profundos. La composición de estas dos clases de reservas de agua varia, según el entorno en el que se
encuentre el agua.

Tanto las aguas superficiales como las subterráneas contienen impurezas, o sea, compuestos químicos que se disuelven
o combinan con el agua afectando su composición. Por ejemplo, el contacto extenso con la atmósfera terrestre produce
un efecto mayor sobre las reservas de agua superficial, debido a los gases que contiene; mientras que las formaciones
geológicas en contacto con las aguas subterráneas proporcionan una cantidad mayor de componentes minerales a las
mismas.

Dependiendo de su composición química, la presencia de estas impurezas en las reservas de agua afecta su uso,
causando riesgos tales como la corrosión y los depósitos minerales. El tratamiento del agua para eliminar, o al menos
reducir, los resultados destructivos de las impurezas del agua, requiere la atenta consideración de varios factores de la
composición química del agua.

Esta sección trata de las clases y cantidades de estas impurezas, y su relación con la composición del agua. Los
ejemplos de cálculos de la composición química del agua explican los conceptos básicos; las ilustraciones y las tablas
ayudan a determinar que técnicas y agentes químicos de tratamiento del agua producirán el efecto deseado en el
suministro de agua del consumidor.

En la Tierra existen dos formas de reservas de agua: aguas superficiales y aguas subterráneas. Las aguas
superficiales son las que se encuentran en ríos, arroyos, represas, etc. Aguas subterráneas son las que se
extraen del terreno usando pozos mas o menos profundos. Las impurezas de estas dos clases de reservas de
agua varia, según el entorno en el que se encuentre el agua. Esta sección trata de las clases y cantidades de
estas impurezas, y su relación con la composición del agua.

INTRODUCCIÓN

El tratamiento del agua es necesario principalmente porque el agua, tal como se encuentra en la naturaleza, contiene
impurezas. Estas impurezas causan problemas cuando se usa el agua en procesos industriales. La Figura 1 indica que
impurezas "recoge" el agua.
Los principales minerales que el agua recoge de las rocas son: carbonato cálcico (piedra caliza); carbonato magnésico
(dolomita); sulfato cálcico (yeso); sulfato magnésico (sal de Epsom); sílice (arena); cloruro sódico (sal común); sulfato
sódico (sal Glaubers); y pequeñas cantidades de hierro, manganeso, flúor, aluminio y otras substancias. Los residuos de
las minas y los procesos industriales pueden acidificar las aguas superficiales, mientras que ciertos minerales del terreno
pueden hacer que otras aguas sean muy alcalinas.

A veces se encuentran nitratos en las aguas de pozo o en las aguas superficiales, fenómeno que puede ser debido a la
contaminación por aguas de alcantarilla. La Tabla 1 indica los tipos de impurezas encontradas comúnmente en las aguas
naturales.

Las aguas que contienen grandes cantidades de calcio y magnesio hacen el trabajo del lavado muy "duro". El calcio y el
magnesio reaccionan con el jabón produciendo precipitados insolubles. Estos constituyentes son conocidos como dureza
del agua. La cantidad de dureza en las Aguas naturales varia desde varias partes por millón hasta mas de 500 partes por
millón.

Las reservas de agua se clasifican en aguas superficiales (ríos, arroyos, presas, etc.) y aguas subterráneas (pozos mas o
menos profundos). En general, la composición de las aguas subterráneas es mas constante y contienen menos turbiedad
o materia suspendida. Las aguas superficiales se mueven con mas velocidad y son mas afectadas por la lluvia y la
erosión del suelo, por to cual su composición es más variable.

La composición del agua varia en todo el mundo dependiendo del tipo y de los estratos y de los tipos de formaciones
geológicas. En las áreas calizas, como el Medio Oeste de los Estados Unidos, las aguas contienen grandes cantidades
de carbonato cálcico. En las zonas del Este y Noroeste de este país, donde predominan las formaciones rocosas
graníticas, se disuelven muchos menos materiales y la dureza es baja. En algunos estados, como Oklahoma y Texas, se
encuentran depósitos de carbonato sódico que son recogidos por las aguas. Estas son variaciones inerte y por tanto no
tiene una función importante en la química del agua). El agua disolverá un gas libre solo hasta el punto en el que se
alcance un equilibrio entre la presión ejercida por el gas en el agua y en la atmósfera que esta en contacto con ella.

Cuando el agua esta a su temperatura de saturación (su temperatura de ebullición a cualquier presión especifica),
teóricamente todos los gases libres son insolubles. No obstante, en la practica, aunque las solubilidades de los gases
libres se reducen muchísimo, nunca se eliminan completamente porque la temperatura del vapor es siempre ligeramente
mas elevada que la del agua. Por esto el gas el algo mas soluble en el agua que en el vapor. La Figura 3 muestra el
efecto de la temperatura del agua en la solubilidad del oxigeno.

Figura 3 - Solubilidad del oxigeno en agua pura saturada con aire

Solubilidad del dióxido de carbono

La cantidad de dióxido de carbono en el aire varia desde 0,03 hasta 0,06% (300 a 600 ppm). El proceso normal de
crecimiento de la vegetación desprende grandes cantidades de dióxido de carbono; también es desprendido durante la
descomposición de la vegetación en el suelo. Por to tanto, es probable que el agua tenga un contacto considerable con
este gas. Se disuelve en el agua como gas libre pero también reacciona químicamente formando soluciones débiles de
ácido carbónico. La cantidad disuelta depende de la cantidad de ión carbonato presente en el agua. El dióxido de
carbono libre es soluble en la extensión indicada en la Figura 4. Cuando se combina en forma de ácido, el dióxido de
carbono también ejerce una presión de gas y para su extracción tiene la misma relación de temperaturas indicada en la
Figura 4. La combinación dióxido-carbonato también tiende a separarse a medida que la temperatura del agua se aproxi-
ma a la de ebullición. Entonces se puede extraer el dióxido de carbono del agua por aireación, de acuerdo con los
principios de la ley de Henry. Al descomponer el agua en partículas finas y exponerla al aire, se extrae dióxido de
carbono libre hasta que su presión en el agua es igual a la presión ejercida por el mismo en el aire.
Figura 4 - Solubilidad del CO2 libre en agua

Solubilidad del amoniaco

Una diferencia entre el amoniaco y el dióxido de carbono en el agua es que el primero se puede extraer con mas facilidad
cuando el agua es alcalina. En condiciones alcalinas, el amoniaco se comporta como gas "libre" más que como gas
combinado o ionizado. Aunque es difícil extraer completamente el amoniaco por desaireación, hay mas probabilidades de
conseguir una buena reducción cuando la alcalinidad es elevada. En aguas neutras, el porcentaje de amoniaco presente
como gas libre es muy bajo.

ACIDEZ, ALCALINIDAD Y SOLUBILIDAD

Hay cuatro factores que influyen en los problemas de depósitos y corrosión debidos al agua y a sus impurezas:
• Solubilidades de las impurezas individuales
• Efecto de la temperatura en estas soluciones
• Alcalinidad o acidez del agua
• Condiciones de oxidación o reducción existentes
En procesos con evaporación del agua, el nivel de concentración de las impurezas también es pertinente. Los depósitos
ocurren cuando los minerales presentes en el agua natural exceden sus limites de solubilidad debido a cambios en la
temperatura, la alcalinidad o la acidez. La corrosión se puede explicar en general como un proceso de
oxidación-reducción. En esta sección explicaremos estas consideraciones básicas.

SOLUBILIDADES DE LAS IMPUREZAS COMUNES DEL AGUA

Las substancias minerales comunes presentes en las aguas naturales se pueden clasificar en cuatro categorías, basadas
en consideraciones de solubilidad:
• Compuestos de calcio y magnesio (dureza)
• Compuestos de sodio
• Dióxido de silicio
• Compuestos de hierro y manganeso
Las solubilidades de las durezas y de los compuestos de sodio experimentan influencias apreciables de la temperatura
del agua (Tabla 2). La temperatura no tiene un efecto dominante sobre las solubilidades de la sílice y los óxidos de
hierro. La solubilidad de la sílice depende principalmente de la alcalinidad y la acidez, las cuales causan también un
efecto importante en la solubilidad del hierro y el manganeso, aunque estas impurezas están también muy influidas por
las condiciones de oxidación-reducción.

Reglas elementales

Podemos usar las siguientes "reglas elementales" para describir las características de solubilidad de los cuatro tipos de
impurezas minerales:

1. Las solubilidades de las sales de dureza tienden a disminuir a medida que: (a) sube la temperatura, (b) aumenta la
alcalinidad y (c) disminuye el dióxido de carbono disponible. Calificaciones: el sulfato cálcico tiene una curva de
solubilidad irregular pero sigue la regla general por encima de 116° C (240° F). La solubilidad de los cloruros de calcio
y magnesio y de los sulfatos aumenta con la temperatura en soluciones neutras, pero en soluciones alcalinas
reaccionan y se precipitan como carbonato cálcico a hidróxido magnésico.
2. Las solubilidades de las sales de sodio son afectadas principalmente por la temperatura (la solubilidad aumenta
cuando sube la temperatura). Generalmente, se pueden atribuir los depósitos con un alto contenido de compuestos de
sodio a concentraciones extremas o a evaporación hasta la sequedad.
3. La solubilidad de la sílice aumenta a medida que aumenta la alcalinidad del agua. En el agua natural típica, la
solubilidad de la sílice es generalmente menor que 4 ppm (aunque pueden estar presentes compuestos de sílice en
forma coloidal). Sin embargo, las aguas naturales alcalinas, pueden contener hasta 100 ppm de sílice.
4. La solubilidad del hierro y del manganeso disminuye a medida que aumenta la alcalinidad del agua y aumenta el
grado de oxidación. En un suministro de agua típico, la solubilidad máxima del óxido ferroso es aproximadamente 8
ppm. Sin embargo y en general, el agua natural contiene menos de 1 ppm de hierro soluble puesto que, debido a la
exposición al aire, el hierro se precipita enseguida como oxido férrico. En soluciones alcalinas, se transforma en
hidróxido férrico.
La alcalinidad o acidez del agua depende del tipo de impurezas presentes. Puesto que este es un factor importante en la
solubilidad, examinaremos el carácter de las impurezas comunes: ácidos, bases y sales.
ACIDOS, BASES Y SALES
Definiciones
Podemos describir un ácido como una substancia que tiene sabor agrio, causa efervescencia en contacto con los
carbonatos y hace tomar color azul al papel rojo de tornasol. Las bases tienen las propiedades opuestas. En solución, no
tienen sabor agrio, no causan efervescencia con los carbonatos y hacen tomar color rojo al papel azul de tornasol. Una
sal es, simplemente, una combinación de radicales de un ácido y una base. Las sales pueden ser neutras o tener una
tendencia ácida o básica, según las fuerzas relativas de los radicales respectivos. La fuerza de un ácido es simplemente
una medida de su capacidad para desprender iones hidrógeno. La fuerza de una base depende de su generación de
iones hidroxilo.

Ejemplos típicos

Como ejemplos típicos de ácidos fuertes citaremos los ácidos clorhídrico (HCl), sulfúrico (H2SO4) y nitrico (HNO 3). El
ácido fosfórico (HPO4) es moderadamente fuerte y el ácido carbónico (H2CO3) es débil. En la categoría de bases fuertes
encontramos el hidróxido sódico (NaOH), hidróxido potásico (KOH) a hidróxido cálcico (Ca(OH)2). Al combinar un ácido
fuerte con una base fuerte, la reacción produce una sal neutra y agua. Por ejemplo, el cloruro sódico (NaCl) y el sulfato
sódico son productos de este tipo de reacción y son sales neutras. Por otra parte, la reacción de una base fuerte con un
ácido moderadamente débil, o débil, produce una sal más básica; por ejemplo, el fosfato trisódico (Na3PO4) y el
carbonato sódico (Na2CO3).

Ácidos mono, di y tribásicos

Los ácidos que tienen solamente un átomo de hidrógeno (HCl, HNO 3), se consideran monobasicos, puesto que forman
solamente una sal cuando reaccionan con bases (NaCl, NaNO 3). Los ácidos dibásicos tienen dos átomos de hidrógeno
(H2SO4, H2CO3) y forman una sal intermedia que es ácida, puesto que todavía contiene un átomo de hidrógeno. Por
ejemplo, el ácido sulfúrico puede reaccionar formando sulfato ácido de sodio (NaHSO4), pero si hay suficiente hidróxido
sódico presente completara la reacción, formando sulfato sódico (Na2SO4). El ácido carbónico actúa de manera similar,
formando o bicarbonato sódico (NaHCO3) o carbonato sódico (Na2CO3); bicarbonato cálcico (Ca(HCO3)2) o carbonato
cálcico (CaCO3), etc. Los ácidos tribásicos, como el ácido fosfórico, pueden producir tres clases de sales de fósforo:
fosfato monosódico (NaH3PO4), disódico (Na2HPO4) o trisódico (Na3PO4). La sal será más o menos básica dependiendo
del numero de átomos de sodio presentes.

Componentes ácidos y básicos

En general, en el caso de sales como el NaCl que no contienen oxigeno en su molécula, podemos considerar el catión
(sodio) como el radical básico y el anión (cloro) como el radical ácido. Cuando la molécula de sal contiene oxigeno (como
en el Na2SO4), el óxido metálico (Na2O) se considera el radical básico, mientras que el radical ácido seria SO3. No
obstante, en cualquier caso los componentes ácido y base de una sal no determinan individualmente la solubilidad de la
misma. Las solubilidades están basadas en la combinación particular de componentes. Por ejemplo, el hidróxido cálcico
(Ca(OH)2) es ligeramente soluble, pero el cloruro cálcico tiene una solubilidad mucho mayor.
La sílice es una excepción notable de la regla general que indica que los metales o los óxidos metálicos son los
componentes base de las sales. A temperaturas elevadas, la sílice actúa como un ácido y se combina con el sodio para
formar silicato sódico (Na2SiO3). Por lo tanto, se puede considerar la sílice como un ácido "potencial".

Sustancias anfóteras
Algunos elementos pueden reaccionar como un ácido o como una base. En el compuesto alumbre (Al2SO4), el
aluminio actúa como base mientras que en el aluminato sódico (Na 2Al2O4), toma el papel de ácido. El
floculado de aluminio, tan valioso en la coagulación, se produce por lo tanto ajustando la condiciones del pH
de modo que se precipite de la solución. Las mejores condiciones de floculación varían (pH de floculación)
dependiendo de que se use alumbre o aluminato. Otros ejemplos de sustancias anfóteras son los com-
puestos de manganeso y cromo. Además de sus óxidos normales, estos metales pueden actuar como ácidos
en permanganatos y cromatos. El óxido de hierro que normalmente es fuertemente básico, en algunas
circunstancias puede actuar como un ácido. Al combinarse con el carbono y el nitrógeno, el hierro forma un
ferrocianuro que reacciona con el sodio formando ferrocianuro sódico Na 4Fe(CN) 6. Estas características
dobles de los metales les confieren valor como inhibidores de la corrosión en ciertos entornos acuosos. Uno
de los factores clave de estos entornos es el pH.

ALCALINIDAD, ACIDEZ Y pH

La escala de pH
La escala de pH es un sencillo indicador del balance entre iones hidrógeno y oxígeno. No es una medida
cuantitativa del nivel de substancias ácidas o alcalinas disueltas en el agua. El agua completamente pura tiene
un pH neutro de 7 (a 25°C), pero un agua que contenga por ejemplo 2000 ppm de substancias disueltas
también puede tener un pH neutro de 7. Las substancias disueltas en el agua afectan al pH solamente en
cuanto que liberen iones hidroxilo (OH-) o hidrógeno (H+).

El agua completamente pura se ioniza muy débilmente, produciendo 10-7 moles de iones de hidrógeno y la
misma cantidad de hidroxilo (a 25°C). El producto de la concentración de iones hidrógeno e hidroxilo es
constante (10'14). Esto significa que a media que la concentración de iones hidrógeno disminuye, la
concentración de iones hidroxilo aumenta proporcionalmente, y viceversa. El término pH se define como el
logaritmo negativo de la concentración de iones hidrógeno (el logaritmo negativo de 10-7 es el número entero
7). Un pH de 6 indica 10 veces más iones hidrógeno (10-6). Dicho sencillamente, la escala del pH va desde 0
a 14, siendo 7 el punto neutro. Los números inferiores a 7 indican un número mayor de iones hidrógeno y,
como consecuencia, un aumento de la acidez. La Figura 5 muestra esta relación.

Efectos de los ácidos y las bases sobre el pH


Cuando se añade al agua un ácido como el ácido clorhídrico (HCl), la concentración de iones hidrógeno de la
solución aumenta proporcionalmente a la cantidad de ácido añadida (puesto que el HCl se ioniza en los iones
H+ y Cl-). Por lo tanto, el pH se reduce. Del mismo modo, al disolver una base fuerte como el hidróxido sódico
(NaOH) en agua, la cantidad de iones hidroxilo generados aumenta el pH. Sin embargo, cuando se disuelven
en agua sales que no contienen iones hidrógeno ni hidroxilo (NaCI, Na 2CO3, etc.), su efecto sobre el pH
depende de su capacidad para "desprender" iones hidrógeno o hidroxilo de la molécula de agua.

Efecto de las sales sobre el pH


Podemos considerar despreciable el efecto de las siguientes sales comunes en la concentración del ion
hidrógeno, o pH: cloruro sódico (NaCI), sulfato sódico (Na 2SO4) y nitrato sódico (NaNO 3). Estas sales son
productos de la reacción entre ácidos fuertes y bases fuertes y tienen características neutras.

Por otra parte, las sales como el carbonato sódico (Na 2CO3) y el fosfato trisódico (Na 3PO4) aumentan el pH de
manera apreciable. Sus sales intermedias, como el bicarbonato sódico (NaHCO3) y el fosfato disódico, tienen
un efecto menor sobre el aumento del pH, porque hay cierta cantidad de hidrógeno presente en la sal. Aunque
los fosfatos se usan comúnmente en el tratamiento del agua, normalmente no están presentes en cantidades
apreciables en las aguas naturales. Sin embargo es apropiado considerar el efecto del dióxido de carbono y
de los carbonatos sobre el pH del agua, puesto que estos compuestos son impurezas comunes del agua.
Determinación de la alcalinidad del agua
Como mencionamos antes, la capacidad de una sustancia alcalina para neutralizar ácidos es una prueba
cualitativa de su alcalinidad; una prueba de la acidez de una sustancia es su capacidad para neutralizar
bases. Un ensayo común cuantitativo de la cantidad de substancias alcalinas contenidas en el agua consiste
en reducir la alcalinidad con una concentración conocida de ácido hasta un punto final prescrito
(procedimiento conocido como valoración). En la química del agua, los puntos finales utilizados son los
producidos por los indicadores fenolftaleína y anaranjado de metilo.

La Figura 6 indica que si se añade un ácido para llegar hasta el punto final del anaranjado de metilo
(aproximadamente un pH de 4,3), se determina la capacidad total de neutralizar ácidos (alcalinidad) del agua.
Esta alcalinidad del anaranjado de metilo o "alcalinidad M", representa por lo tanto la alcalinidad total. Pero,
puesto que no hay ninguna manera sencilla de determinar iones específicos, tales como bicarbonato o
carbonato, que pueden contribuir a este punto final, también se usa el punto final de la fenolftaleína (de 8,2 a
8,4). Se ha determinado empíricamente que esta alcalinidad "P" representa todos los iones hidroxilo presentes
más la mitad de todos los iones carbonato.

Determinación de la acidez del agua


Se puede determinar de manera similar la acidez del agua usando los mismos indicadores, pero valorando
con una solución de hidróxido sódico de concentración conocida (solución estándar). La cantidad de solución
de valoración necesaria para llevar el pH al valor 4,3 (punto final del anaranjado de metilo) es una indicación
de los ácidos minerales libres (AML) presentes. La valoración con fenolftaleína (8,3) determina los ácidos
minerales libres más el dióxido de carbono libre. La acidez de fenolftaleína (AP) menos la acidez de
anaranjado de metilo (AM) indica la cantidad de dióxido de carbono presente.
(AP - AM = COZ LIBRE).
También hay una correlación directa entre el pH y la cantidad de hidróxidos o ácidos minerales del agua
(Figura 6). Por ejemplo, un pH 11 indica que el agua contiene 50 ppm de ion hidroxilo (expresado en forma de
CaCO3). Un pH 2 indica que hay presentes 500 ppm de ácido mineral libre (expresado en forma de
CaCO3). Este cuadro se puede usar para convertir la acidez mineral libre o la alcalinidad hidroxilo en pH, o
viceversa.

En general, la alcalinidad de casi todos los suministros de agua natural está causada por los bicarbonatos
disueltos. Las ecuaciones siguientes muestran cómo la lluvia, que recoge CO2 de la atmósfera y de la
respiración de los organismos del suelo, disuelve el magnesio y el calcio de un mineral común llamado
dolomita, produciendo dureza y alcalinidad en el agua subterránea.

H2O + 2CO2 + MgO ? Mg(HCO3)2


H2O + CO2 + CaCO3 ? Ca(HCO3)2

Queda un balance entre el exceso de CO2 y los iones bicarbonato que es medido como valor del pH, como
indica la Figura 7.
Teóricamente, un pH de 7,0 representa un sistema neutro; un pH más alto sería alcalino y un pH más bajo sería
ácido. En la química del agua, la expresión "pH neutro" tiene poco o ningún significado, puesto que incluso a un
pH de 5 hay alcalinidad presente. Para definir correctamente la condición de un agua, hay que expresar
exactamente el pH.
Cuando el pH es mayor que 8,2-8,4, el CO2 libre desaparece y el bicarbonato comienza a transformarse en
ion carbonato. La transformación progresa hasta un pH de 9,8 a 10; en este punto, todo el CO2 que causa
alcalinidad está esencialmente en forma de carbonato.

En la región del pH de 8,2 a 8,4 (el punto final P), es conveniente usar algún dispositivo práctico para calcular
fácilmente el balance entre HCO3 , CO3-2 y OH-, basado en las alcalinidades P y M. Estas expresiones son
como sigue:

Por debajo de un pH 9,8 a 10,0 (cuando la alcalinidad P es menor que 1/2 de la alcalinidad M):
CO3-2 = 2 x alc. P
HCO3- = M - CO3-2 = M - 2P
OH- = cero
Por encima de 9,8 a 10,0 (cuando la alcalinidad P excede 1/2 de la alcalinidad M):
CO3-2 = 2(M - P)
OH- = 2P - M
HCO3 = cero
Estas aproximaciones son muy útiles, pero pueden sufrir interferencias especialmente en aguas
contaminadas, donde el nivel de amoniaco podría ser elevado. En algunos casos, el carbonato se precipita
primero por adición de BaCl2 y después la valoración hasta el punto final P da la alcalinidad de hidrato
solamente. Esto es más exacto que los cálculos de las relaciones usuales entre P y M.

Las aguas residuales pueden contener otros iones alcalinos, además de HCO3- y CO3-2, como bisulfuros,
sulfuros y fosfatos. En estos casos, las valoraciones M y P no son adecuadas para determinar las relaciones
entre HCO3- y CO3-2.

Cuando aparece el ion hidroxilo libre (por encima de un pH de 9,8 a 10,0), se puede ver la concentración
aproximada en la Tabla 3, sujeta a alguna variación causada por el nivel de sólidos totales disueltos. Por
debajo del pH 10, se puede hallar el pH aproximado mediante la razón de alcalinidad P a alcalinidad M, como
indica la Tabla 4.
Tabla 3 -Alcalinidad cáustica frente al pH

OH, ppm como CaCO3 pH


2-3 9,7
4-5 10,0
6-7 10,1
8-9 10,2
10-11 10,3
12-13 10,4
14-16 10,5
17-20 10,6
21-25 10,7
26-30 10,8
31-40 10,9
41-50 11,0

Tabla 4 - Relaciones aproximadas de P, M y pH (no corregidas por los STD ni la temperatura)

Alc. P, % de alcalinidad total pH aproximado


0 8,2-8,4
5 8,7-8,9
10 9,0-9,2
15 9,3-9,4
20 9,5-9,6
25 9,6-9,7
30 9,7-9,8
35 9,8-9,9
50 9,9-10,0

Suponiendo cero CO2.


Estas relaciones de alcalinidad son sumamente importantes en la química del agua, puesto que la mayoría de
los problemas importantes del agua (depósitos y corrosión) están estrechamente relacionados con la
inestabilidad de cada agua específica, causada por la tendencia del CaCO3 a disolverse o precipitar en la
misma.

Langelier desarrolló un índice basado en productos de solubilidad y constantes de disociación, el cual relaciona
la alcalinidad, el pH y la dureza de calcio y determina el pH de saturación a diversas temperaturas. La Figura 8
indica el índice de Langelier en forma simplificada (no corregido por las concentraciones de sólidos totales
disueltos).

Usando esta gráfica, supongamos un suministro de agua con una dureza de calcio de 240 ppm, una
alcalinidad de 190 ppm y pH 6,8. Vemos que el pH de saturación (pHs) es 7,3. El índice de Langelier es:
pH-pHs = 6,8-7,3 = -0,5
El índice de Langelier supone que un valor positivo generalmente indica que el agua formará incrustaciones
(producidas por CaCO3) y un valor negativo generalmente indica tendencias corrosivas.

Ryznar evaluó el índice de Langelier comparándolo con experiencias reales con aguas corrosivas o que
formaban incrustaciones en sistemas municipales. Creo un índice de estabilidad en el cual:
SI = 2pHs - pH
En este contexto, un índice mayor que 6 es corrosivo; un índice menor que 6 indica incrustaciones.
Una consideración final es la importancia del efecto tampón en aguas alcalinas. Este factor puede ser crítico
cuando sea necesario un control cuidadoso del pH en el tratamiento de un suministro de agua o en aguas
residuales. Como ejemplo, compare la neutralización del Na 2CO3, como indica la Figura 9. Obviamente es
prácticamente imposible controlar el pH de la neutralización del NaOH a pH 7, puesto que hay una caída
vertical entre los valores del pH 9 y 4,3. Como corolario, es considerablemente más fácil controlar el pH de un
residuo ácido con Na 2CO3 que con NaOH, siempre que se pueda controlar la generación de CO2 sin
formación de espuma excesiva.

La Figura 9 nos da una base para la regla elemental de P - M, para calcular las relaciones entre HCO3-, CO3 2
y OH- expresadas antes. En la curva de neutralización del NaOH:
P = M = OH-
mientras que en la curva del Na 2CO3,
P = ½ M = ½ CO3-2
Al valorar una mezcla de OH- y CO3-2, se aplicaría lo siguiente:

1. En el punto final P, todo el OH- y la mitad de CO3-2 habrían reaccionado.


2. En el punto final M, todo el OH- y todo el CO3-2 habrían reaccionado.
o P = ½ CO3-2+ OH-; 2P = CO3-2 + 2OH

M = CO3-2 + OH

Restando 2P - M = OH

Puesto que M es la alcalinidad total, CO3-2 = (M - OH) = [M -(2P - M)] = 2(M - P)

En resumen, las relaciones de las diversas formas de alcalinidad en el agua son fundamentales para cualquier
evaluación de los problemas de un sistema con agua. Se pueden usar estas relaciones básicas para controlar
problemas operativos tan diversos como la corrosión, el ablandamiento con cal y la corrección del pH.

OXIDACIÓN - REDUCCIÓN
Las reacciones de oxidación-reducción son importantes en la química del agua. Son básicas en la
esterilización del agua con compuestos clorados, en la precipitación del hierro y del manganeso y en las
causas y prevención de la corrosión. El término "oxidación" significa una pérdida de electrones de la capa
exterior de un elemento. Como consecuencia, el elemento sufre un aumento en su número de oxidación o
valencia. Puede aumentar de -2 a -1, por ejemplo; o de 3 a 6. En cualquier reacción de oxidación hay nece-
sariamente una reducción correspondiente de otro elemento; el término "reducción" significa una ganancia de
electrones y una disminución del número de oxidación. La sustancia que contiene el elemento que es oxidado
se llama agente reductor. La sustancia oxidante contiene el elemento que es reducido. La siguiente reacción
es una ilustración sencilla del proceso:

O2+ 2 Na2SO3 ? 2 Na2SO4

En este caso, cada átomo de oxígeno gana dos electrones. Como gas libre con valencia cero, se combina y se
reduce a una valencia de -2. El agente reductor es el sulfito sódico que contiene el elemento azufre, el cual es
oxidado. En la reacción, cada átomo de azufre pierde 2 electrones y, por lo tanto, aumenta su valencia de 4 a 6.

Se usa el cloro en el tratamiento de aguas influentes y efluentes para la oxidación de los compuestos
orgánicos, la desinfección y el control de las algas.

Cuando se añade cloro en forma de gas Cl2 al agua pura, se forma una mezcla de ácidos hipocloroso (HOCl)
y clorhídrico (HCl):
CI2 + H2O ? HOCI + H+ + CI-

El ácido hipocloroso continúa ionizándose:

HOCL ? OCI- + H+

El pH elevado favorece la disociación. El cloro existente en el agua como HOCI o OCl- se define como cloro
libre disponible.

Aunque las reacciones anteriores ocurren en agua pura, las aguas crudas y residuales contienen compuestos
de amoniaco y nitrógeno que reaccionan inmediatamente con el HOCl formado antes. Estos compuestos
resultantes, o cloraminas, retienen parte del poder desinfectante del cloro libre residual, pero son mucho
menos efectivos. El cloro que existe en el agua combinado químicamente con amoniaco o compuestos
orgánicos nitrogenados se define como cloro combinado disponible.

Si se añade suficiente cloro al agua, aparecerán residuos libres, de modo que puede haber presentes cloro
libre y combinado. La suma del cloro libre y combinado residual es el cloro residual total.

La Figura 10 muestra un perfil típico del cloro residual total hallado en la cloración de un agua natural. El
primer cloro añadido al agua no produce un residual de cloro. El cloro reacciona con agentes reductores
inorgánicos y orgánicos. Al añadir más cloro, reacciona con los compuestos orgánicos de nitrógeno y con el
amoniaco, produciendo cloraminas y creando un residual de cloro combinado. Observe que las dosis iniciales
aumentan el cloro residual, pero después, a pesar de añadir dosis más elevadas de cloro, el residuo
disminuye. Esto ocurre cuando la formación de cloramina está completa y el cloro adicional oxida una parte de
las cloraminas, dividiendo el nitrógeno entre nitrógeno libre u óxido nitroso, y por lo tanto el cloro es reducido
al ion cloro.

Cuando todos los agentes reductores se han oxidado, la adición sucesiva de cloro produce residuales de cloro
libre. El punto de inflexión, cuando el residual total comienza a aumentar, ocurre cuando aparece el residual
libre. La cloración hasta ese punto es lo que se conoce como cloración hasta el punto de aumento rápido del
cloro residual. Observe que se podría alcanzar un residual total de 0,25 ppm con tres dosis diferentes de
cloro. El ensayo de ortolodina, que básicamente da el total residual, no permite la diferenciación de estos
diversos puntos.
Un agua muy contaminada con compuestos orgánicos necesitará dosis más altas de cloro para alcanzar un
valor residual deseado. Las aguas muy coloreadas frecuentemente exigen cantidades altas de cloro. El cloro
oxida estos compuestos orgánicos coloreados, mejorando la decoloración general.

Además de sus propiedades esterilizantes, el cloro puede oxidar al hierro, precipitándolo de la solución:
2 Fe+2 + CI2 --- > 2 Fe+3 + 2 CI-

En este proceso, el hierro se oxida desde +2 a +3; y el cloro se reduce desde 0 hasta -1.
EL PROCESO DE CORROSIÓN
El proceso de corrosión es una reacción de oxidación-reducción. Cuando un metal se disuelve en el agua
(independientemente de que el agua sea ácida o alcalina), el metal se oxida, siendo el agente reductor por lo
general el ion hidrógeno.

Por lo tanto, es lógico que un metal común como el hierro se corroa o disuelva más fácilmente en soluciones
ácidas que contienen concentraciones más elevados del ion hidrógeno. Aunque la
corrosión es un proceso electroquímico, lo podemos representar simplemente de este modo:
Fe = Fe+2 + 2 electrones

La reacción continua, en presencia de oxígeno, de este modo:


4 electrones + 02 + 2Hz0 -> 40H-
Esto indica que cuando el hierro se corroe en agua pura (como el condensado), se desprenden iones hidroxilo
y el pH aumenta hasta que el metal y el agua alcanzan el equilibrio a un pH superior a 9.

LA SERIE ELECTROQUÍMICA

Los metales que tienen una afinidad menor por los electrones, tienden a cederlos a otros metales cuya
afinidad por los electrones es mayor. Un metal no noble, como el hierro, se oxida más fácilmente (pierde
electrones más fácilmente) que los metales más nobles como el cobre y la plata. La serie electroquímica es
una lista de los metales, en orden decreciente de su tendencia a pasar a la forma iónica perdiendo electrones.
(Se conoce también como Serie galvánica). Una pila eléctrica es un ejemplo típico de reacciones de
oxidación-reducción. Consiste sencillamente en capturar un flujo de electrones que resultan al sumergir
metales, separados en la lista electroquímica, en soluciones de sus propios iones. La reacción producida se
puede expresar de este modo:

Zn = Zn+2 + 2 electrones

Este proceso sucede como indica la Figura 11. Entonces, los electrones circulan desde el electrodo de zinc
hasta un electrodo de cobre, donde producen esta reacción:

Cu+2 + 2 electrones = Cu

La importancia de este fenómeno en la química del agua consiste en que cuando se emparejan metales
diferentes en un sistema acuoso, se puede formar una pila electrolítica que cause corrosión grave al metal
menos noble. Este principio se puede usar con ventaja como en el caso del hierro galvanizado, donde se
oxida a propósito una placa de zinc, produciendo así un ambiente reductor para el hierro subyacente.
Resumen

Las impurezas minerales disueltas en el agua se pueden clasificar como ácidos, bases o sales. Los
componentes ácidos y básicos reaccionan en la solución para producir condiciones de equilibrio que pueden
ser ácidas o básicas, dependiendo de las fuerzas relativas de los componentes reactivos. La solubilidad de las
sales de dureza (sólidos con potencial de formación de incrustaciones) disminuye a medida que aumenta la
alcalinidad del agua. Por lo tanto, los ajustes de la alcalinidad son esenciales en el ablandamiento químico
(precipitación de la dureza de la solución), así como para prevenir la precipitación indeseable de la dureza. La
escala del pH es simplemente una "regla" para medirla acidez-alcalinidad relativa. Se pueden efectuar
ensayos cuantitativos de las impurezas que contribuyen a la acidez o alcalinidad, usando anaranjado de
metilo y fenolftaleína como indicadores. Finalmente, la clave del control de la corrosión en sistemas acuosos
está en los potenciales de oxidación-reducción de las impurezas disueltas en el agua, así como de los metales
de construcción del equipo que toman contacto con estas soluciones acuosas.
MATEMÁTICAS DE LAS REACCIONES QUÍMICAS DEL AGUA
Ecuaciones químicas
Cuando ocurre una reacción química, se produce una reagrupación de los átomos en grupos nuevos
de moléculas. La ecuación química representa la reacción. Las ecuaciones químicas deben de
cumplir cuatro requisitos básicos:
• Debe ser conocido que ocurre la reacción representada y los productos resultantes tienen que ser
verificados por ensayo o experiencia.
• Tiene que haber el mismo número de átomos de cada elemento presente a ambos lados de la
ecuación.
• Una ecuación tiene que representar el número relativo de moléculas de cada substancia que toma
parte en la reacción.

• Una ecuación tiene que indicar que la suma de las masas de los productos es igual a la de las
sustancias que reaccionan.

La Figura 12 es una lista de ecuaciones químicas que se usan comúnmente en el tratamiento del
agua. Estas ecuaciones cumplen los cuatro requisitos básicos indicados. Al repasar estas
ecuaciones, encontrará puntos interesantes para comprender la química del agua. Por ejemplo:

• Al eliminar la dureza de calcio en un ablandador químico, se precipita como carbonato cálcico.


• Al eliminar la dureza de magnesio en un ablandador químico, se precipita como hidróxido
magnésico.
• Por cada molécula de dureza de bicarbonato cálcico eliminada en un ablandador químico, hace falta
una molécula de cal.
• Por cada molécula de bicarbonato magnésico eliminada, hacen falta dos moléculas de cal.
• Por cada molécula de dureza cálcica (no de carbonato) eliminada, hace falta una molécula de
carbonato sódico.
• Por cada molécula de dureza magnésica (no de carbonato) eliminada, hace falta una molécula de
cal más una molécula de carbonato sódico.

Se puede determinar la relación real de peso entre una molécula de cal y una molécula de carbonato
cálcico mediante el uso de pesos moleculares o equivalentes.
Pesos combinados
El peso real de un átomo o de una molécula es demasiado pequeño para que su uso sea práctico en
cálculos corrientes. Por eso, los números asignados como pesos atómicos o moleculares son
relativos. Por ejemplo, el hidrógeno tiene un peso atómico de 1 mientras que el oxígeno tiene un peso
atómico de 16, indicando que un átomo de oxígeno es 16 veces más pesado que un átomo de
hidrógeno. Se puede asignar a estos números cualquier unidad de peso (gramos, kilogramos, onzas,
etc.) La Tabla 5 es una lista de estos pesos relativos para substancias relacionadas con la química
del agua.

Los pesos combinados reales de las substancias en una ecuación química se pueden calcular
basándose en el peso molecular o en el peso equivalente (peso equivalente es el peso molecular
dividido por la valencia), como ilustran los ejemplos siguientes:
Ca(OH)2+ Ca(HCOI -+ 2 CaCO3 + 2 H2O
Pesos moleculares:
74+162-X2(100)+2(18)
Pesos equivalentes:
37 + 81 = 2 (50) + 2 (9)

Supongamos que tenemos que eliminar 45,4 Kg (100 libras) de bicarbonato cálcico [como
Ca(HCO3)21 de una solución. La cantidad de cal necesaria sería:
100 x 62 = 46 libras
Basándose en pesos equivalentes:
100 x 81 = 46 libras
Usando el mismo principio, podemos calcular la cantidad de carbonato cálcico precipitada y la
cantidad de agua formada. Cien libras (45,4 Kg) de Ca(HCO3)2 reaccionarán con la cal produciendo:
100 x 2162 = 124 libras de carbonato cálcico
100 x 2 62 = 22 libras de agua
Podríamos expresar por lo tanto el balance total de pesos de este modo:
Peso (libras)
Ca(OH)2 + Ca(HCO3)2 -4 2 CaCO3 + 2 H2O
46+100=124+22
Las unidades de peso utilizadas en estos cálculos, libras o kilos, sirven simplemente como ilustración.
En la química del agua, las cantidades de impurezas o tratamientos se expresan normalmente como
unidades/unidades de agua.

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