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EL ESPIRITISMO – OCULTISMO:

El Espiritismo
El auge experimentado por el espiritismo en los últimos años constituye
una de “las señales de los postreros tiempos”. Suman muchos millones los
que en mayor o menor grado están buscando la solución de sus problemas
bajo la bandera del espiritismo.
Algunos suelen ir por la mañana a la iglesia tradicional por la tarde
hacen una visita a la cartomántica, y por la noche asisten al centro
espiritista. Por supuesto, los que actúan de esta manera desconocen la
naturaleza del espiritismo y las enseñanzas del cristianismo. El espiritismo,
por razón de su naturaleza y práctica semioculta y misteriosa, ha suscitado
acalorados debates. Algunos han negado la existencia real de los fenómenos
que proclama el espiritismo. Otros han admitido la existencia de tales
fenómenos; pero difieren en lo que se refiere a la naturaleza de los seres que
los produce mientras unos sostienen que son las almas de los muertos otros
afirman que son espíritus demoníacos.
¿Qué se esconde tras el velo misterioso del espiritismo?
¿Cuenta el espiritismo con la aprobación de Dios?
¿Será acaso un sistema promovido por el mismo Satán para engañar a la
humanidad?
¿Habrá en realidad manifestaciones de espíritus en los centros
espiritistas? Y si los hay, ¿Qué espíritus serán esos?
¿Es el espiritismo un sistema cristiano o anticristiano?
Estas y otras preguntas de la misma naturaleza han sido formuladas
muchas veces por personas perplejas y angustiadas que no saben qué
actitud asumir cuando el espiritismo toca a sus puertas. Pensando en esos
seres humanos que piden luz en torno a esta oscura cuestión nos
disponemos a redactar las siguientes líneas.

1. INVESTIGANDO EL CAMPO ESPIRITISTA

NATURALEZA: La enciclopedia Espasa define el espiritismo diciendo que es


la “doctrina de los que suponen que por medio del magnetismo, o de otros
modos, pueden ser evocados los espíritus para conversar con ellos”.
E. Royston Pike, es un Diccionario de Religiones, define el espiritismo
diciendo que es la “doctrina según la cual los fenómenos psíquicos se deben
a espíritus desencarnados que siguen interesándose en los hombres y tratan
de entrar en contacto con ellos, sea directamente, o por intermedio de un
médium (persona capaz de recibir mensajes de ultratumba gracias a sus
especiales facultades psíquicas)”.
Por su naturaleza, el espiritismo entra de lleno en la esfera de las
llamadas ciencias ocultas, a las que en la Edad Media llamaban, con
bastante razón, “ciencias infernales”.

ORIGEN: El espiritismo es tan antiguo como el hombre y el pecado. Hasta


donde nosotros sabemos, el primer espíritu que habló a través de un
médium fue un ángel que, antes de ser destruido de su esfera de gloria, se
llamaba Lucero (Isaías 14:12), después de su destitución vino a llamarse,
entre otras cosas, Belcebú (Mateo 12:24). El primer médium fue una
serpiente (Génesis 3:1; Apocalipsis 12:9). La primera victima de este
sistema fue una mujer llamada Eva (Génesis 3:13). En aquella ocasión el
mencionado ángel no pudo hablar a través de un ser humano porque
solamente había dos en el mundo y ambos permanecían en la esfera del
Creador.
La enciclopedia Espasa nos dice, en las páginas 258 y 259 del tomo 22,
que el espiritismo, en los siglos pasados, se confunde con la nigromancia, y
en un sentido limitado ha estado de acuerdo o relacionado con la
adivinación, el magnetismo, y el hipnotismo. Sabemos, por lo que dice el
libro de Deuteronomio, capítulo 18, versículos 9 al 12, que tres mil
quinientos años antes era común entre los cananeos, y con toda seguridad
entre otros pueblos, la práctica de evocar a los espíritus de los muertos para
consultarlos. Y que ya por aquellos tiempos se asociaba el arte de evocar
los espíritus con la práctica de la adivinación, como vemos por el capítulo
28, versículos 7 al 11 del primer libro del profeta Samuel.
Pero el espiritismo ha cobrado un auge extraordinario a partir del año
1848. E. Royston Pike dice en su Diccionario de Religiones (pág. 158), que
el “espiritismo moderno surgió en los Estados Unidos hacia 1848, cuando
las hermanas Fox…..produjeron algunos notables fenómenos. Poco antes,
Andrés Jackson Davis había empezado a dar a conocer el espiritismo por
medio de conferencias. El movimiento pasó a Inglaterra y al continente
europeo, donde su mayor expositor fue Allan Kardec (H. L. Rivail)”. La
familia Fox – que vivió, primero en Hydesville, y más tarde en Rochester,
estado de Nueva York – comenzó a oír golpes en la pared de su casa, como
si alguien llamase. El fenómeno pasó de los golpes a que todos los muebles
de la casa se movían como impulsados por manos invisibles. Los ruidos
llegaron a ser tan inquietantes que no permitían a la familia Fox conciliar el
sueño. Las hijas del señor Fox – Catalina y Margarita – comenzaron a
interpretar los deseos de aquellos seres invisibles, convirtiéndose en
médium. “El juez Edwards, que asistió a los experimentos en casa de la
familia Fox en Rochester, quedó sorprendido del conocimiento que de sus
más íntimos pensamientos tenían los espíritus a quienes interrogaba”.
(Espasa, tomo 22, pág. 258). El fenómeno de la casa de los Fox es
considerado por los historiadores como el punto de partida del espiritismo
moderno. Aquellos hechos dieron tal impulso al espiritismo, que en 1854
se presentó al Congreso de los Estados Unidos una moción pidiendo que se
nombrase una Comisión específica que investigase los fenómenos del
espiritismo.

CREDO: El fundamento doctrinal del cristianismo es la Biblia. El


mahometismo tiene por fundamento el Corán. El hinduismo presenta los
Vedas como revelación del dios Brama. Y el budismo nos presenta como su
fundamento doctrinal el Canon Pali. Pero, hasta donde nosotros sabemos,
el espiritismo no tiene un libro que pueda considerarse como su credo o
fundamento. Existen libros que exponen lo que es el espiritismo, pero
ninguno de estos libros tiene el carácter oficial de credo perteneciente a los
espiritistas. El espiritismo depende de la orientación de los espíritus que,
según se cree, son manifiestos en sus centros. Decimos orientación pero
quizá debiéramos decir entretenimientos, con el propósito de que los que
son entretenidos no se orienten por otro camino.
La enciclopedia Espasa nos dice que la doctrina espiritista, en lo que se
refiere a Dios, los espíritus, las almas y la vida futura está parcialmente
tomada del cristianismo. Poro el espiritismo presenta estas doctrinas
profundamente adulteradas. “y en muchos en abierta contradicción con la
doctrina cristiana” (página 259, tomo 22).
Allan Kardec, el más destacado expositor del espiritismo, admite que
Dios se ha revelado a los hombres. Y menciona o puntualiza las tres etapas
siguientes: primera, en la ley mosaica, a través de Moisés; segunda, en el
Nuevo Testamento, por medio de Jesucristo; tercera, a través del
espiritismo. Pero esta tercera fase no se personifica en ningún hombre; se
está llevando a cabo “por medio de los espíritus, que son la voz del cielo, y
por medio de una multitud innumerable de intermediarios” (médium).
(Espasa, página 259, tomo 22). Para situar las cosas en su lugar diremos
que el espiritismo cita la Biblia cuando lo necesita o le conviene. Pero en la
práctica, ni acepta, ni cree, ni se sujeta a lo que Dios nos enseña en su
Palabra, la Biblia. El espiritismo tiene por única fuente de revelación a los
espíritus que se manifiestan en sus centros, los que, según Allan Kardec,
“son la voz del cielo”.

ENSEÑANZA: El espiritismo enseña que cuando una persona muere, su


espíritu (alma) sale del cuerpo y anda vagando por el mundo o espacio hasta
que encuentra otro cuerpo en qué reencarnar. El espiritismo no cree que
las almas vayan al cielo o al infierno. Dice que se quedan por ahí, entre los
dos lugares.
El espiritismo enseña que cuando un ser humano quiere comunicarse
con el espíritu de algún familiar difunto, se puede evocar a este espíritu,
hacerlo venir, y establecer conversación con él a través de un médium. A
veces, según dicen, los espíritus vienen sin que los llamen, pues tienen
interés en dar o transmitir algún mensaje a los que todavía viven en la carne.
Esta enseñanza nos sugiere las siguientes observaciones: el alma de los
seres humanos es de naturaleza finita, por lo tanto, no puede estar al mismo
tiempo sino en un solo lugar. Es posible que un espíritu es llamado en el
mismo momento en muchos centros de un solo país; sea invocado hasta en
diferentes centros de muchos países. Si estos espíritus fuesen lo que dicen
ser, no podrían presentarse sino en un determinado lugar. Y otra cosa que
nos llama la atención es la prontitud con que hacen acto de presencia. Todo
esto parece evidenciar la existencia de muchos espíritus que toman el lugar
del que es invocado.
El espiritismo pretende curar las enfermedades siguiendo las
orientaciones que atribuyen a los espíritus. La medicina principal del
espiritismo es el agua. Pero, en algunas ocasiones, recetan fórmulas
farmacéuticas.
El espiritismo enseña la reencarnación de las almas como medio de
purificación. En este aspecto se da la mano con la teosofía, el hinduismo y
otras filosofías orientales. Según esta teoría, un alma reencarnará tantas
veces como requiera su purificación. El alma que en la vida anterior haya
estado encarnada en un malvado, reencarnará, como castigo, en un tullido,
anormal, o en cualquier miserable de la más baja condición social y moral.
Cuando al fin alcance la purificación, se quedará definitivamente vagando
por ahí.

SESIONES: Las sesiones espiritistas tienen carácter privado o semi-privado.


Suelen verificarse durante la noche. El escritor espiritista Febo de Limosín,
nos dice en su libro Para Hablar con los Espíritus, que en “la habitación o
local es muy conveniente la oscuridad, y en todo caso se prefiere la luz roja”.
Los espíritus se manifiestan de diferentes modos. “De todas las
manifestaciones”, dice Allan Kardec, “las más sencillas, y las más frecuentes
son los ruidos y los golpes, a veces degeneran en verdadera baraúnda;
muebles y objetos diversos son derribados; proyectiles de todas clases son
lanzados desde afuera; se abren puertas y ventanas por manos invisibles; y
estas cosas son tan reales que no se pueden tomar por una ilusión”. Claro,
no siempre sucede así, a veces el espíritu se posesiona del médium en forma
más o menos normal, dentro de la anormalidad que el fenómeno entraña.

ESPÍRITUS MALIGNOS: Los maestros o expositores del espiritismo


reconocen que en sus centros o sesiones hacen acto de presencia espíritus
malignos. Dice un escritor espiritista: “Una clase de espíritus engaña de
propósito; éstos, entremezclándose en vuestro pensamiento general, tratan
de coincidir con vuestras convicciones, a fin de obtener la ruina suprema
sobre vuestro cuerpo y vuestra alma”. (Itálica nuestra). Y a esto agrega Febo
de Limosín, en la página 173 de su citada obra, lo siguiente: “El espiritismo
esta lleno de peligros. La falta de educación en esta ciencia trae múltiples
inconvenientes que acarrean daños sin fin. Las alucinaciones, la falta de
salud, la idiotez, y la locura, es la cosecha que recogen muchos espiritistas…”
ya que muchos espíritus “tratan de desequilibrar los cerebros, y perturbar
la razón de aquellos de quienes se posesionan”. (Itálica nuestra). Estas dos
declaraciones constituyen la enseñanza más clara que podríamos encontrar
en un libro espiritista. Se sostiene que los espíritus suelen manifestarse de
acuerdo con las circunstancias, ya que ellos quieren coincidir con el nivel
moral de los que asisten a las sesiones, y que hasta habrá espíritus que
hablarán como si fuesen santos; y otros, como lo que en realidad son.

REALIDAD Y FARSA: Algunos piensan que los fenómenos que se atribuyen


al espiritismo no pasan de ser una simple farsa. Nosotros admitimos la
realidad de tales fenómenos, pero reconocemos – como reconocen los
propios espiritistas – que hay muchos farsantes que se hacen pasar por
médium con el propósito de engañar y explotar a la humanidad. Hay
médium que en verdad caen en “trance” (pierden la noción de su
personalidad para convertirse en instrumentos de la voluntad del espíritu
que se posesiona de ellos). Pero hay quienes simulan el “trance”. Y no
dudamos que entre los verdaderos médium hay otros que ejerzan el oficio
con fines lucrativos.
El periódico “El Mundo” de La Habana, Cuba, en su edición del 4 de
Septiembre de 1947, publicó el siguiente caso: Ante un tribunal de
Inglaterra comparecieron una señora de apellido Rogers, y un médium
espiritista llamado Rollo Ahmed. La señora Rogers acusó al médium de
haberle estafado 600 libras esterlinas por medio del siguiente truco: el
médium simuló que caía en trance, y seguidamente comenzó a hablar en
chino; sus palabras revelaban una angustia tan grande que la señora Rogers
preguntó, conmovida:
- ¿Quién es ese que habla?
- Es el espíritu del mandarin Tai-Lí – respondió el médium.
- ¿Y cuál es la causa de su angustia? – preguntó la mujer.
- Necesita dinero
Entonces la señora Rogers entregó al médium seiscientas libras
esterlinas para que las hiciese llegar al espíritu de Tai-Lí. Posteriormente,
la mencionada señora recapacitó, pensó que cómo sería posible que su
dinero fuese a parar a manos de un espíritu desencarnado, llegando a la
conclusión de que había sido engañada. Entonces reclamó la devolución
del dinero, y al negarse el médium, el asunto fue a los tribunales. El juez
condenó a Rollo Ahmed, diciendo: “Los espíritus no necesitan dinero”. Por
la vía del centro espiritista se han arruinado muchas familias que
disfrutaban de una desahogada posición económica.
Conocemos a un hombre de nacionalidad cubana, que en cierta ocasión,
asistió a un centro espiritista diciendo que quería hablar con el espíritu de
su padre. El médium no pudo satisfacer el deseo del visitante, y le dijo que
volviese otro día. Cuando volvió, el médium acabó por decirle, que el espíritu
de su padre se encontraba en una esfera tan elevada que no podía bajar a
la tierra; a lo que replicó el solicitante: “Tenia el presentimiento de que esto
era una farsa y lo he comprobado. Mi padre todavía no ha muerto”.

VARIAS RAMAS: El espiritismo no presenta en la práctica un frente


uniforme Existen varias escuelas o niveles. Hay centros espiritistas a los
que sólo tienen acceso personas de cierto nivel social. No les mueve a los
que integran tales centros, el interés económico. A su manera buscar
cultivar “la espiritualidad”, y , hasta diríamos, la elevación a un mejor nivel
moral y social, dentro del sistema espiritista. Aunque no suelen llamarse
espiritistas, sino espirituales. En sus sesiones suelen hacer hincapié en el
amor y las buenas obras, como algo muy meritorio para alcanzar la
purificación.
Leímos un libro escrito por un médico que pertenecía a esta rama del
espiritismo, y lo consideramos el libro más peligroso de cuanto libro
espiritista ha pasado por nuestras manos. Lo componían una serie de
meditaciones, de alto nivel moral, basadas todas en pasajes de los cuatro
Evangelios. En el libro, propiamente dicho, no encontramos nada digno de
ser condenado. Sin embargo, había algo malo en el libro, y es que orientaba
al lector por el camino del espiritismo, y no por la senda del Calvario. Y en
este aspecto, era el libro más peligroso que hemos leído.
En el otro extremo del campo espiritista, se práctica un espiritismo, que
a veces, se confunde o mezcla con la ignorancia, la hechicería, la brujería, y
la “santería”. La rama elevada del espiritismo suele decir que en los centros
de bajo nivel moral no se práctica verdaderamente la doctrina espiritista, y
niega que haya lazo alguno entre ambos extremos. Entre los mencionados
extremos existe un tipo intermedio. Sea más puro o menos puro, la realidad
es que todo es espiritismo. Nuestro criterio es que el espiritismo se
manifiesta con más naturalidad entre el vulgo que en la clase social alta. Al
expresar esto estamos pensando en las manifestaciones de los espíritus más
bien que en el carácter de las personas.
En 1920 se creó la Liga Espiritista Cristiana Mundial, “cuyos miembros
pretenden combinar la creencia cristiana con la práctica de la investigación
espiritista y combinar la curación por medio de los espíritus”. (Diccionario
de Religiones, página 158). Pretender ligar el cristianismo con el espiritismo
nos parece que entraña una apostasía. Los integrantes de la mencionada
Liga practican un espiritismo adulterado. Si el espiritismo y el cristianismo
fuesen hermanos o parientes podrían ligarse; pero como no tienen
parentesco de ninguna clase, no admiten liga.

PODER DE ATRACCIÓN: El poder de atracción del espiritismo radica en los


dos aspectos siguientes: la intrigante y cautivadora “curiosidad que implica
la enseñanza de que se puede hablar con las almas de los seres amados que
han partido de esta vida, o sea, de la vida en la carne, y la enseñanza de que
por medio de los espíritus es posible hallar remedio a las enfermedades. Es
muy natural que los enfermos quieran sanarse. Y que los que lloran la
partida de sus seres queridos, quieran volver a escuchar su voz. Ambos
aspectos tienen un gran poder apelante. Se necesita una verdadera fe en
Jesucristo para no caer en el lazo que entrañan los mencionados aspectos.
Conocemos a una señora que por años acudió al centro espiritista siempre
que sentía algún padecimiento. Más tarde se convirtió a Jesucristo. Y en
una ocasión en que se volvió a enfermar, sus familiares querían, que de
todos modos, volviese al centro espiritista; pero ella se mantuvo firme,
diciendo: “Prefiero la muerte antes que volver a pedir salud a los agentes de
las tinieblas”.

FENÓMENOS: En julio de 1961 nos encontramos con un joven, doctor en


medicina, que nos dijo: “Estoy en una gran perplejidad. Me considero más
cerca del ateísmo que de la fe. En días pasados me sucedió algo que me
tiene preocupado. Mi padre falleció hace dos meses; y el otro día, un amigo
me llevo a un centro espiritista, donde oí la voz de mi padre a través del
médium. Era el mismo tono de voz gangosa de los últimos días que pasé a
su lado antes de su muerte”. Y agregó: “¿Tiene usted, señor Fernández,
alguna explicación satisfactoria para este fenómeno?”
Conocemos a una señora, llamada Juana, quien en la actualidad es
miembro de una iglesia bautista en Cuba. Juana vivía en una casita de
campo en las afueras de un pueblo de la provincia de La Habana. Un día
nos narró la experiencia siguiente: “Antes de conocer el evangelio me vi, por
un tiempo, asediada por cuatro seres de ultratumba que querían que yo les
sirviese de instrumento para comunicarse con la humanidad. Un día,
cuando se presentaron, tenía a uno de mis hijos de 39 grados de fiebre. Uno
de aquellos seres me dijo: “Llena un vaso de agua, ponlo del lado de afuera
de la puerta durante unos minutos, y después dale el agua al muchacho y
se le quitará la fiebre”. Hice lo que aquel ser me dijo, y la fiebre desapareció
del muchacho como por arte de magia”.
Juana estaba ante un dilema muy grande; no sabía si prestarse a los
deseos de aquellos seres o no. No sabía si con ello agradaría a Dios o si le
ofendería. Ante tal perplejidad, rogó al Altísimo con toda su alma que le
guiase y le mostrase el camino que debía seguir. Y Dios oyó su clamor. A
los pocos días llegó a su puerta un predicador del evangelio, le explicó la
salvación en Cristo. Ella aceptó aquel mensaje como enviado por Dios, y a
partir de aquel momento los seres en cuestión no la volvieron a molestar
más.
Conocemos a un predicador evangélico que reside actualmente en el
distrito de Bronx (N.Y.). Este predicador fue durante algunos años director
de un centro espiritista. Le pedimos que no expusiese por escrito los
motivos que lo habían alejado del espiritismo, y he aquí sus palabras: “Una
noche vino un espíritu que se identificó como la hermana Luisa. Aquel ser,
que siempre se había manifestado con respeto hacia Dios, vino aquella
noche en forma descompuesta hablando palabras blasfemas contra el
Altísimo. Yo, como director del centro, le respondí indignado, diciéndole que
no le permitía aquellas palabras. Entonces el espíritu se fue, pero en su
lugar vino otro espíritu que decía ser mi protector, y me dijo que me
arrepintiese de haber hablado en términos tan fuertes a la hermana Luisa,
porque ella era un ser tan elevado que tenía autoridad para expresarse en
la forma que lo había hecho, aún contra Dios”. Y sigue diciendo el
predicador: “Sí las palabras de la hermana Luisa me produjeron
indignación, las de mi espíritu guía me causaron asombro. Pero en medio
de todo fueron palabras reveladoras. Dije al espíritu que no creía más en
ellos. Y salí del centro convencido de que Dios había oído las oraciones de
mis padres mostrándome, sin lugar a dudas, que el espiritismo es obra
satánica”.

2. ¿SON POSIBLES – A LA LUZ DE LA SAGRADA BIBLIA – LOS


FENOMENOS QUE PROCLAMA EL ESPIRITISMO?

LA BIBLIA. Las Sagradas Escrituras son para nosotros la única fuente de


revelación divina, y como tal, les concedemos la primera y la última palabra
en todo lo relativo a Dios y a la vida futura. Lo que la Biblia enseña y
aprueba es bueno. Lo que la Biblia prohíbe y condena es malo en su origen
y en su fin. Yo sé que la Biblia es la Palabra de Dios porque obró en mí
como Palabra de Dios. Su mensaje me sacó de las tinieblas a la luz, de la
esfera del pecado al camino de la obediencia. Trajo paz a mi mente, fe a mi
corazón, y esperanza a mi alma. Si el árbol se conoce por sus frutos,
tenemos que admitir que la Biblia dice la verdad. Y tengamos presente que
hasta el escritor espiritista Allan Kardec admite que Dios se ha revelado a
los hombres en la ley mosaica y en el Nuevo Testamento. Y Dios no cambia
de parecer. No nos reveló una cosa por medio de Moisés para revelarnos
ahora lo contrario por medio de ciertos espíritus.

LOS ESPÍRITUS: Dice el espiritismo que las almas de los difuntos se


encuentran vagando en el espacio. La Biblia nos enseña que las almas de
los muertos se encuentran, unas en el cielo, y otras en un lugar llamado el
infierno. Pero la Biblia nos enseña que hay espíritus que se encuentran
vagando, como dice el espiritismo, y que se posesionan de las personas, y
que hablan a través de ellas. ¿Qué clase de espíritus son éstos?”
El apóstol Pablo nos dice, en Efesios 6:12, que tenemos que luchar en
este mundo, “contra huestes espirituales de maldad en las regiones
celestes”. La versión de Torres Amat, despegándose un poco del texto
original para acercarse un poco más al sentido doctrinal, traduce las citadas
palabras, diciendo: Tenemos que luchar…”contra los espíritus malignos en
los aires”. Comentando estas palabras, dice el profeso de Biblia D. J. Leía
que “los malos espíritus cuyas voluntades están fijas en la perversidad, nos
rodean y asedian de todas partes”. Y con esto concuerdan las palabras del
apóstol Pedro, cuando nos dice que nuestro “adversario el diablo, como león
rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1ra. Pedro 5:8).
En Mateo 12:43-45, encontramos un pasaje que viene a arrojar luz sobre
el aspecto que estamos considerando. Dice Jesús: “Cuando el espíritu
inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo
halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la
haya desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros
siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y – como resultado – el
postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero”.
Existen legiones de espíritus malignos que vagan y se mueven por todas
partes. Jesucristo llamaba a estos espíritus malignos “demonios” y
“espíritus inmundos”. La narración que aparece en Marcos 7:24 al 30 nos
enseña que “espíritu inmundo” y “demonio” es la misma cosa. ¿Qué clase
de espíritus son estos que aparecen con tanta frecuencia en las páginas de
los Evangelios? Son los ángeles caídos 1 - destituidos para siempre de la
gloria de Dios – a quienes Satán arrastró tras sí en la rebelión contra el
Creador. Estos seres despliegan una incansable actividad tendiente a
engañar a los seres humanos, de alejarlos de Dios, de la verdad, del camino
de la salvación y de la gloria. Lo hacen así, nada más que para arruinar al
hombre y que éste se oponga a Dios. Ellos están destinados al infierno
eterno, y quieren arrastrar tras ellos a toda la humanidad, si tal cosa les
fuese posible. En Mateo 12:24, Satán es llamado el príncipe de los
demonios. Y en Mateo 25:41 dice que Dios creó el infierno para el diablo y
sus ángeles. Pero ni los ángeles ni el diablo están en el infierno. Dios tiene
algún propósito en dejarlos sueltos por algún tiempo; pero ya se acerca el
día cuando serán encerrados en el mencionado lugar (Apocalipsis 20:1-3).

SE POSESIONAN: Los espíritus malignos de que nos habla la Sagrada


Escritura, cuando las circunstancias se lo permiten, se posesionan de los
seres humanos y los someten a toda clase de padecimientos. La
impresionante experiencia del endemoniado gadareno, cuya narración
aparece en Marcos 5:1-20, nos brinda un elocuente ejemplo de la
despiadada tiranía que estos espíritus malignos ejercen sobre muchos seres
humanos. El demonio había convertido al gadareno en un anormal
indomable; rompía cadenas y desmenuzaba grillos. Vivía en los
cementerios. Andaba por los montes dando voces. Se hería a sí mismo con
piedras. Cuando Jesucristo echó al demonio fuera de aquel hombre, éste
recobró inmediatamente su sano juicio, es estado normal.
Asiste a nuestra iglesia una anciana llamada Laura, quien nos ha
relatado el siguiente caso: Hace alrededor de 28 años murió un hermano de
su esposo. Ambos hermanos estaban profundamente enemistados. Poco
después del mencionado fallecimiento, una hija de Laura comenzó a padecer
de unos extraños ataques. Perdía inesperadamente el conocimiento y caía
al suelo presa de tales convulsiones que rompía todo lo que hallaba por
delante. Era una joven de constitución física bastante endeble, sin embargo,
cuando estaba bajo los efectos del ataque no podía ser sujetada ni por cuatro
hombres. Una fuerza sobrehumana se manifestaba en ella. Y lo más
extraño del caso es que en tales circunstancias se oía, a través de ella, lo
que parecía ser la voz de su difunto tío profiriendo insultos contra su
hermano, padre de la muchacha. La mamá, al verla un día en aquella
condición, entró a su alcoba y oró a Dios, poniendo en la súplica todas las
fuerzas de su alma. Dios oyó la súplica. La hija no volvió a padecer de tales
ataques.
En Lucas 6:18 se nos dice que Jesús sanó a “los que habían sido
atormentados de espíritus inmundos”. Algunos piensan que la actividad
demoníaca de que nos habla el Nuevo Testamento es cosa del pasado. No
compartimos el criterio. La acción demoníaca está hoy más activa que
nunca. Una mañana, hace algunos años, nos visitó una mujer diciendo:
“Soy médium de nacimiento. Y el espíritu guía me ha indicado que venga a
impartirle a usted un poco de luz”. A los pocos minutos de charla, surgió
en la conversación la palabra “infierno”. Entonces le hice la observación de
que ellos – los espiritistas – no creen en la existencia del infierno. A lo que
ella replicó: “Yo tengo que creer en el infierno porque estoy en él desde que
tengo uso de razón”. Y seguidamente nos narró algunos aspectos de la gran
tragedia a que la tenían sometida los espíritus. Sencillamente, la
zarandeaban como se zarandea un pedazo de madera en la acantilada costa
de mar embravecida.
Conocemos un buen número de casos de personas contemporáneas que
fueron o son víctimas de los demonios. Mientras redactamos estas líneas
llega a nuestras manos una carta escrita por una mujer afligida al ver que
una hermana suya es víctima de uno de estos espíritus diabólicos que no la
deja en paz ni de día ni de noche. Estos espíritus malignos empujan a los
seres humanos al pecado, al vicio, al crimen, al suicidio, y al infierno. ¡Sí
Dios nos concediese un día la facultad de poder ver lo que estos demonios
están haciendo a la humanidad nos quedaríamos asombrados!

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1 Nota del editor: también la Biblia enseña que hay ángeles caídos que están

encarcelados. (Véase 2da. Pedro 2:4; Judas 6).


HABLAN: Los espíritus malignos hablan por medio de las personas en
quienes se posesionan. Por regla general simulan. Mienten y engañan; pero
a veces dicen la verdad. Por ejemplo: en Lucas 4:41, dice que los demonios,
al ver que Jesús les iba a echar de las personas en quienes se habían
posesionado, daban voces, diciendo: “Tú eres el Hijo de Dios”. Y en Hechos
16:16-18, dice que una muchacha poseída por un espíritu maligno seguía a
los mensajeros del evangelio, diciendo a voces: “Estos hombres son ciervos
del Dios Altísimo, quienes nos anuncian el camino de salvación”.
Conocemos a una señora que militó por algún tiempo en las filas del
espiritismo. Ella nos confesó que tenía una lucha muy grande en su mente.
No estaba convencida de que el espiritismo fuese un sistema que contase
con la aprobación de Dios. Atormentada por esta duda, suplicó al Señor
que le mostrase cuál es el camino de la verdad. La próxima vez que asistió
al centro espiritista, un espíritu le dijo, a través del médium: “Si quieres
hallar la verdad compra una Biblia y un himnario”. “Si la cosa es de
himnario y Biblia”, dijo ella. “entonces la verdad está en el Evangelio”. Salió
del centro dando gracias a Dios. Fue a una iglesia donde se predica y se
cree en lo que enseña la Sagrada Biblia y encontró lo que su alma andaba
buscando. Si alguien duda que Dios pueda hacer que un demonio diga la
verdad, le invitamos a estudiar los capítulos 23 y 24 del libro de Números.
SABIDURIA Y PODER: El poder de los espíritus demoníacos para engañar y
persuadir se pone de manifiesto en la narración del capítulo 22 del libro
primero de los Reyes. El rey Acab había reunido a sus 400 profetas para
pedirles consejo. Y un espíritu dijo: “Yo saldré y seré espíritu de mentira en
boca de todos sus profetas”. Y así fue. El apóstol Juan, en el capítulo 4
versículo 1, de su primera Epístola, nos dice: “No creáis a todo espíritu, sino
probad los espíritus sí son de Dios; porque muchos falsos profetas han
salido por el mundo”. Y el apóstol Pablo, en su primera Epístola a Timoteo,
capítulo 4, versículo 1, nos dice: “En los postreros tiempos algunos
apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de
demonios”. Los profetas de Dios hablaron inspirados por el Espíritu de Dios.
Los falsos profetas hablan bajo la inspiración o inducción de un espíritu
satánico. Dios alumbra el entendimiento de los que acuden a él para que
vean la verdad. Satán ciega el entendimiento de todos los que se encuentran
en su esfera de acción, y les hace ver que la mentira es verdad, y la verdad
mentira. Subvierte los hechos y los valores. Por aliento de los cautivos del
maligno diremos que Satán no puede retener a sus esclavos cuando éstos
acuden al Señor. Satán es poderoso. Dios es todopoderoso.

MILAGROS: ¿Cura el espiritismo las enfermedades? En términos generales


no los cura. Millones de seres humanos han acudido al espiritismo en busca
de la salud perdida y no han hallado la curación que buscaban. Al fin y al
cabo hasta los propios espiritistas se enferman y mueren como cualquier
otro mortal. Ahora bien, nosotros admitimos que Satanás y sus demonios
pueden efectuar cierto tipo de milagros si tal cosa cae en su esfera de acción
y conviene a sus propósitos. En el libro de Job, capítulo uno, versículos 12
al 22, encontramos una narración que pone de manifiesto que Satán, con
permiso de Dios, efectuó algunos milagros. Janes y Jambres, hechiceros
del Faraón de Egipto, efectuaron cierto tipo de milagros con el propósito de
contrarrestar el efecto de los milagros efectuados por Moisés (Éxodo 7 y 8).
Dios obraba a través de Moisés. Satán obraba a través de los hechiceros.
En Hechos 16:16-19, se nos describe el caso de una muchacha que
adivinaba por medio de un espíritu que se había posesionado de ella. La
evidencia de que algo adivinaba la tenemos en el hecho de que cuando el
apóstol Pablo echó de ella al espíritu maligno, no podía seguir haciendo lo
que antes hacía. Dios nos advierte, en Deuteronomio 13:1-5, que pudiera
darse el caso de que un falso profeta anunciase un acontecimiento y que
éste tuviese lugar tal como fue anunciado. Y el apóstol Pablo, en 2da.
Tesalonicenses, 2:3-12 nos anuncia el advenimiento de un mensaje maligno
a quien Satanás dotará de poder para hacer milagros. Y el mismo Jesucristo
nos pone en guardia, con relación a este aspecto, diciendo: “Se levantarán
falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios
(milagros), de tal manera que engañaran, si fuere posible, aun a los
escogidos. Ya os lo he dicho antes”. (Mateo 24:24,25).
UNA VOZ DE ULTRATUMBA: Uno de los aspectos que más sorprende a los
que suelen visitar un centro espiritista es que oyen – o creen oír – la voz de
sus familiares recién fallecidos. Este es, indudablemente, el aspecto más
intrigante y cautivador del espiritismo. Conocimos en la capital de Costa
Rica a un hombre que se le había muerto la esposa dejando dos niñas. El
viudo asistió, acompañado por un amigo, a un centro espiritista donde
sostuvo una conversación con el supuesto espíritu de su difunta esposa.
Aquello fue sencillamente maravilloso para el afligido esposo. Volvió a la
sesión de la próxima semana y de nuevo creía que escuchaba la voz de la
difunta y habló con ella de asuntos que les eran comunes. Pero en esta
ocasión el espíritu cometió una pifia. Aconsejo al viudo que orientase a sus
hijas por una senda que no era la que la madre había seguido. Al oír tal
consejo, el hombre abrió los ojos, y dijo: “Esto es un engaño. Tú no eres el
espíritu de mi esposa. Estoy seguro que ella jamás me aconsejaría eso”. Y
no volvió más al centro espiritista.
Jamás se ha aparecido el alma de un muerto en un centro espiritista.
Los espíritus que se manifiestan en esos lugares quizá sean ángeles caídos,
o espíritus demoníacos que conocen todos los pormenores de la vida de los
difuntos y que hasta imitan su tono de voz, o quizá sean hasta un fraude
bien ejecutado.

FENOMENOS: Todos los fenómenos de que nos habla el espiritismo tienen


una explicación, como estamos viendo, a la luz de las Sagradas Escrituras.
La Biblia nos habla de la existencia de legiones de espíritus malignos, a los
que también llama demonios, nos dice también que tales espíritus se
posesionan de los seres humanos y los enferman 1 - si tal cosa conviene a
sus planes – hablan a través de ellos con el deliberado propósito de engañar
a la humanidad y arrastrarla a la perdición eterna.
Que en el campo del espiritismo se manifiestan espíritus malignos que
engañan y persiguen la ruina de la humanidad, lo reconocen hasta los
mismos espiritistas. En su libro, Para Hablar con los Espíritus, Febo de
Limosín afirma que hay espíritus “que tratan de sembrar la obsesión,
desequilibrar los cerebros, y perturbar la razón de las personas de quienes
se posesionan”. Y a esto agrega otro escritor espiritista: “Una clase de
espíritus engaña de propósito; éstos, entremezclándose en vuestro
pensamiento general, tratan de coincidir con vuestras convicciones, a fin de
obtener la ruina suprema de vuestro cuerpo y vuestra alma”.
La discrepancia entre lo que dice la Biblia y lo que enseña el espiritismo,
con respecto a los espíritus, estriba en la naturaleza de éstos. El espiritismo
dice que son las almas de los difuntos. La Biblia afirma que son espíritus
demoníacos, ángeles caídos comandados por Satán. Ante tal discrepancia
no debe resultar difícil el determinar de qué lado está la verdad. Allan
Kardec admite que Dios se ha revelado a los hombres por medio de
Jesucristo. Pues bien, Jesucristo se ha enfrentado abiertamente a la acción
de esos espíritus que vagan, se posesionan y hablan, y los ha calificado de
demonios.
SILENCIO REVELADOR: ¿Por qué se silencia en la esfera espiritista todo lo
que enseña la Biblia en torno a esos espíritus malignos? La respuesta es
muy sencilla. Son esos mismos espíritus los que han creado y controlan el
sistema espiritista. Si, esos espíritus demoníacos son los guías y maestros,
sacerdotes y profetas del sistema espiritista. Ellos no van a decir que hay
legiones de demonios que no descansan en su propósito de arrastrar tras sí
a la pobre humanidad. Allan Kardec cree que esos espíritus son “la voz del
cielo”. La Biblia nos dice que es la voz del infierno, una voz simuladora,
engañadora y perversa. Los espiritistas son victimas del sistema en que
militan. Muchos de ellos están creyendo de buena fe que esos espíritus los
orientan por buen camino. Cuando abran los ojos a la realidad, puede que
sea demasiado tarde para arrepentirse del camino que van siguiendo.
¡Despierta espiritista, te están engañando, te están guiando al mismo
infierno!

POR SUS FRUTOS….Dice Jesucristo que el árbol se conoce por sus frutos;
peo dijo esto refiriéndose a los falsos profetas. ¿Qué frutos produce el
espiritismo? Dejemos que Febo de Limosín nos dé la respuesta. En la página
173 de su citada obra, expresa lo siguiente: “El espiritismo está lleno de
peligros. La falta de educación en esta ciencia trae múltiples inconvenientes
que acarrean daños sin fin. Las alucinaciones, la falta de salud, la idiotez,
y la locura, es la cosecha que recogen muchos espiritistas”. Este párrafo es
como un rayo de luz en medio de las tinieblas en que se desenvuelve el
espiritismo.
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1 Nota del editor: aunque no se puede atribuir a demonios toda enfermedad.

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