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La idea de un período de latencia sexual (α) puede comprenderse ante todo, desde un
punto de vista biológico, como una etapa de detención predeterminada entre dos
«empujes» de la libido (β) y que, por lo tanto, no requeriría ninguna explicación
psicológica en cuanto a su génesis. En tal caso puede describirse principalmente en cuanto
a sus efectos, como sucede en los Tres ensayos sobre la teoría sexual (Drei Abhandlungen
zur Sexualtheorie, 1905) (1 a).
Esta concepción es la que tiene en cuenta Freud cuando articula el período de latencia
con la declinación del complejo de Edipo: «[...] el complejo de Edipo debe desaparecer
porque ha llegado el momento de su disolución, como cae la primera dentición cuando
los dientes definitivos empujan para salir» (2 a). Pero, así como el «empuje» puberal, que
señala el final del período de latencia, es incontestable, no se ve tan claro a qué
predeterminación biológica correspondería la entrada en el período de latencia. Por otra
parte, tampoco se debería «[...] exigir una plena concordancia entre la formación
anatómica y el desarrollo psicológico» (1 b).
Así, Freud se vio inducido a invocar, para explicar la declinación del Edipo, «la
imposibilidad interna» (2 b) de éste, una especie de discordancia entre la estructura
edípica y la inmadurez biológica: «[...] la ausencia persistente de la satisfacción esperada,
la perpetua frustración del niño que espera, obligan al pequeño enamorado a renunciar a
un sentimiento sin esperanza» (2 c).
En definitiva, la entrada en el período de latencia sólo se comprendería en relación con
la evolución del complejo de Edipo y las modalidades de su resolución en los dos sexos
(véase: Complejo de Edipo; Complejo de castración).
Secundariamente, las formaciones sociales, uniendo su acción a la del superyó, vienen
a reforzar la latencia sexual: ésta «[…] sólo puede provocar una interrupción completa de
la vida sexual en las organizaciones culturales que en su programa incluyen una
repression de la sexualidad infantil. No es éste el caso de la mayor parte de los pueblos
primitivos» (3).
1
Se observará que Freud habla de período de latencia, no de fase*, lo cual debe
interpretarse del siguiente modo: durante el período considerado, si bien pueden
observarse manifestaciones sexuales, no se puede hablar en rigor de una nueva
organización de la sexualidad.
2
SUBLIMACIÓN
= Ai: Sublimierung. — Fr.: sublimation. — Ing.: sublimation. — It.: sublimazione.
—
Por.: sublimaçáo.
Proceso postulado por Freud para explicar ciertas actividades humanas que apa-
rentemente no guardan relación con la sexualidad, pero que hallarían su energía en
la fuerza de la pulsión sexual. Freud describió como actividades de resorte
principalmente la actividad artística y la investigación intelectual.
Se dice que la pulsión se sublima, en la medida en que es derivada hacia un nuevo
fin, no sexual, y apunta hacia objetos socialmente valorados.
3
de Freud. Nos limitaremos a indicar, sin efectuar una síntesis, algunas direcciones del
pensamiento freudiano.