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EL LIBRE ALBEDRIO DE SAN AGUSTÍN COMO POSIBLE RESPUESTA A

LA CRISIS DEL CONSUMISMO EN COLOMBIA

Presentado por:

John Alexander castro

Presentado a:

Juan David Giraldo

Docente

Historia de la Filosofía Medieval

Medellín 04 de noviembre de 2016. Universidad Pontificia Bolivariana,


Seminario Pasionista “Santa Cruz”

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EL LIBRE ALBEDRÍO DE SAN AGUSTÍN COMO POSIBLE RESPUESTA A
LA CRISIS DEL CONSUMISMO EN COLOMBIA

País inmerso en el consumismo

La práctica de consumir nos acompaña desde el principio de la humanidad,


somos seres necesitados de un algo que debe ser satisfecho. La actividad
del consumo ha sido adoptada por las llamadas societas. Siendo éstas,
figuras rigentes en nuestra realidad; manipulan el consumo a su antojo,
creando impacto en variedad de circunstancias humanas. Radicalmente
puedo referirme a la crisis económica colombiana evidenciada actualmente
por algunos medios de comunicación. Los colombianos, no perceptibles a las
dificultades que afrontan a causa del consumismo [ CITATION Rev16 \l 3082 ],
curiosamente han bajado la taza de adquisición, causando la reacción
inmediata por parte de los círculos económicos. Varias han sido las
estrategias que se ha propuesto implementar el sector económico,
intentando solventar la escasez de movimiento de dinero; desde grandes
descuentos, hasta el compre ahora y pague después, además, se dan a la
tarea de resistirse a la abstención de consumo. Al parecer podríamos decir
que la disminución de cifras de consumo es un buen síntoma en cierto
sentido, pero la verdad es desconcertante. El consumo ha bajado
considerablemente, no a causa de la toma de conciencia del pueblo
colombiano, antes bien nos enfrentamos ante una gran masa de individuos
endeudados, pagando saldos antiguos. Basta con cancelar la última cuota de
un compromiso y de nuevo nos sumergimos en otro.

Estrategias impulsadoras del consumo.

Las societas, se consideran como entes totalitarios, que en su modo de


dirigir ostentan la perfección (Cfr. Zigmunt 100). La historia nos ha
demostrado que en los grupos, sociedades, gobiernos y demás, no ha
habido ni habrá un puro y auténtico modo de dirigir o gobernar una empresa,
nación o comunidad. Los sistemas siempre se encuentran propensos a las
fallas, muestra de ello es la prevención que obligadamente se formulan en
los planes de contingencia. La duda de: en caso de… si llega a suceder…
siempre acompañará las estructuras de dirección.

Al encontrarse en dificultad la economía, quienes la manipulan buscan


adoptar nuevas formas o estrategias para lograr que las personas vuelvan a
consumir. Propio de los seres humanos es la práctica de los valores, dentro

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de los que encontramos: la afabilidad, o la solidaridad, pero, precisamente
en la adopción de supuestos valores, la economía promueve campañas para
ser más “solidarios”, donde al hacer un aporte indiferente al valor consumido,
para la ayuda de otros, nos hace ser “solidarios”. En el fondo lo que pretende
la economía no es ayudar a los más necesitados, es procurar que la persona
compre impulsado por supuestos actos altruistas. A la economía solo le
preocupa el producto consumido y el ser eximida de impuestos, no el acto
del consumidor a la hora de hacer su pequeñísimo aporte a una causa.

La communitas promueve la economía moral en contra corriente al


consumismo.

Ir en contra de las estructuras o modelos que impone la sociedad no es una


tarea fácil. Distintos movimientos surgen y se levantan en tono de protesta
hacia lo impuesto por los sistemas. Ejemplo de ello es la anarquía, ella
misma pretende un modo de coexistir no guiado por un gobierno, que busca
construir consensos rituales orientados por los integrantes mayores de una
comunidad. De igual manera, no satanizan el hecho de consumir, antes bien
pretenden educar en los valores, creando conciencia de adquirir lo
estrictamente necesario sin mediaciones, es decir, una economía moral.
Consiste entonces en vivir conforme a communitas, fuera de estructuras
corruptas que solo buscan el bien personal antes que el bien comunitario.

Por otro lado varias características del consumismo se propagan por todos
los sectores económicos colombianos, las campañas publicitarias, el servicio
al cliente, las teletones patrocinadas por marcas etc; son apenas unas pocas,
de la cantidad de estrategias del modelo económico colombiano. Es claro
aceptar la falta aprender a educar el espíritu, el reencontrarnos con nosotros
mismos y reconocernos faltos de lo necesario y saturados de lo impuesto.

La economía moral asumida como liber arbitrio de San Agustín

La communitas nos platea un modo distinto de consumir ( Cfr. Zigmunt 82).


Siendo guiados por los valores, los seres humanos se hacen más
conscientes de las necesidades de los otros. Guiarse por una economía
moral provee de beneficios a todos y no a unos pocos.

En una lectura de la teoría sobre el liber arbitrio[CITATION Agi16 \l 3082 ], se


pueden encontrar fuertes posturas que probablemente influenciaron la idea
de economía moral. La libertad es un don recibido que consta de la
capacidad de elegir de modo responsable, sin mediaciones, guiado hacia la
felicidad y el bien común.

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“Conoces, en efecto, la justicia, de la cual nadie abusa. Se la considera
como uno de los bienes más grandes que tiene el hombre y una de las
virtudes del alma que constituyen la vida recta y honesta. Nadie,
efectivamente, usa mal de la prudencia, ni de la fortaleza, ni de la
templanza, porque en todas ellas, como en la justicia, de la que tú has
hecho mención, impera la recta razón, sin la cual no puede darse virtud
alguna, y de la recta razón nadie puede usar mal” (Agustín “El libre
albedrio” XVIII 50)

Saber elegir bien provee de beneficios no particulares sino generales.


Curiosamente esto pretende la communitas, reconocernos como seres
dotados de libre elección, hecho que implica hacer una clasificación de los
bienes a consumir. Cada objeto debe encasillarse en una jerarquía,
ubicándose en un cierto grado de importancia, así mismo cada uno recibirá
un valor agregado que terminara por definir la práctica de la economía
moral.

Dar prioridad a las necesidades básicas

Hablar de prioridad indica brindar importancia a lo que realmente lo merece.


Los seres humanos poseemos necesidades, estas deben ser suplidas, unas
con suma urgencia y otras pueden esperar. Hay ciertas necesidades que al
ser suplidas nos pueden proveer de satisfacción o felicidad, bien sea eterna
o efímera. La causa primera que debería incentivar a los seres humanos es
la búsqueda de la felicidad eterna, duradera e incorruptible, contrariadamente
es otra la realidad, ponen sus ojos en los bienes efímeros, venden sus
voluntades al consumismo que se gesta en las sociedades económicas
corruptas.

La clasificación de los bienes

Planteo entonces una nueva clasificación de los bienes, sobre la base que
presenta San Agustín de Hipona (Cfr.Agustín), los distribuyo en tres tipos:

a) Bienes carentes: este tipo de bienes responden a la satisfacción de


las necesidades básicas de las personas, el comer, dormir, respirar,
diversión, relacionarse, vestirse, estudiar etc. Entre cantidad de bienes
que pueden ser adquiridos hay unos que, pueden ser adquiridos a
partir del cambio de dinero.

Hablo de las necesidades externas a la persona, no es sano satanizar


el hecho de vestir bien, comer bien y demás, el cuidado se debe
centrar en no adquirirlos en exceso, con mesura y sabiéndolos
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compartir. Los productos deben someterse a la acción humana que
los consume libre, y sanamente, los individuos no beben ser esclavos
de los productos.

También existen las necesidades de bienes internos, la diversión, las


relaciones interpersonales, el cultivo de la sabiduría, son algunos de
los bienes que no son materiales, competen al crecimiento espiritual
de la persona, resalto profundamente la acción de cultivarse. Las
ciencias del espíritu aportan grandemente a la formación como seres
humanos, llegando así a crear más conciencia del actuar en cualquier
plaza de desarrollo.
b) Bienes impuestos: este tipo de bienes se han creado, no han existido
desde el principio del ordenamiento del cosmos. Cada día sale al
mercado productos nuevos que obligan y se imponen como tendencia
en una comunidad. Anteriormente las comunicaciones eran
personales, en cartas, por razones, en fin, lo que prevalecía era un
contacto más cercano. La llegada de los productos de
telecomunicaciones, se abrió camino en la historia imponiéndose
como una nueva forma más rápida y ligera de comunicarse, ahora
viéndolo desde el hoy, nadie concibe su vida sin un elemento
electrónico que le mantenga en la red de comunicaciones

c) Bienes corruptibles: son un tipo de bienes que semejantes a los


impuestos, además de imponerse, también traen destrucción y
desastre a la misma existencia humana, son de carácter biológico y
químico. Queriendo obtener una mejor producción en el ámbito
agrícola asumimos ciertas sustancias que aparentemente buenas,
traen la contaminación de aquello que necesitamos prioritariamente,
hablo de los alimentos. Estos bienes disfrazados como carentes, no
producen más que una cadena de enfermedades. Nos han vendido la
idea de productos cada vez más idealizados, pero dañinos para la
salud humana.

Derivado de esta clasificación de bienes, es la reflexión a la hora de elegir,


no basta la inteligencia que intenta proponer el comercio de hoy, venden y
nos frecen productos haciéndonos creer que la decisión que hemos tomado
es la mejor, si la sociedad te clasifica como gordo, pensar inteligentemente,
es hacer dieta, el comercio te lo ofrece, si te sientes deprimido y solo, pensar
inteligentemente es acudir en búsqueda de compañía, viajes etc. En el fondo
de todo ese pensar inteligente solo existe una intención mediática que busca
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encausar al consumidor a crearse necesidades y finalmente seguir
consumiendo. Es necesario apostarle al libre albedrio. Decidir libremente es
un don heredado que la naturaleza nos dio, el poder elegir sin influencia de
otros siempre va dirigido al bien, tanto propio como común, pues nadie
quiere el mal para sí mismo, y si más bien buscase el mal para el otro es
porque la inconformidad o malestar ha servido como influencia para actuar
mal. El actuar puramente de la elección libre, por su calidad de perfectísima
no da cabida a influencias tanto externas como internas.

La economía inteligente [CITATION Wil08 \p 10-12 \l 3082 ]no ha sido más que
una herramienta del mismo consumismo, haciéndole creer a los
consumidores que guiarse por la sola razón es la mejor opción. La razón
provee de un actuar inteligente, donde la mejor opción para consumir es la
que se debe tomar, es decir; no importa el acto de consumir, lo importante es
saber que se está consumiendo, en tanto traiga beneficio y felicidad a la
persona, no se debe consumir aquello que no haga falta, si se tiene un
televisor en casa, no comprar otro, si se tiene un vestido para que comprar
dos, en ultimas es elegir lo que se necesita pero sin excesos. Se puede tener
de cada cosa, pero cada cosa va a necesitar otra y otra y otra, no se debe
dejar des-actualizar el producto que se posee, antes bien si ya es obsoleto,
es inteligente que se le remplace por uno que este a la vanguardia, el todo es
no consumir desmesuradamente.

Ya anteriormente he mencionado la manera de elegir libremente,


correspondiéndose de sí mismo a la hora de elegir. Concentrándonos en el
análisis de la virtud de la libertad, recibida como un don tanto natural como
también, por que no divino si así lo quisiéramos, caeríamos en la cuenta de
que por ser un don natural inmaterial y además gratuito, sin intereses de por
medio, posee el carácter de perfección, y la misma tiende siempre al bien,
por ende el decidir libremente en acto puro, siempre tendera al bien.

Muchos se preguntaran el ¿por qué las personas eligen libremente actuar


incorrectamente? De aquí podrían sustentar que no siempre el elegir
libremente conduce al bien, pero como ya lo he mencionado como
preámbulo en líneas anteriores, la principal influencia que se presenta a la
hora de elegir actuar de forma incorrecta, es el mal, por la misma condición
de no ser una virtud sino más bien lo contrario, se convierte en un externo a
la hora de la elección libre, todo acto de libre elección no debe estar
influenciado por nada más que por sí mismo, haciéndonos realmente
responsables de las consecuencias a que ello pueda conducirnos.

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La economía colombiana se encuentra influenciada por las diversas formas
que ha adoptado el consumismo, se busca no la relevancia del individuo
consumidor sino del crecimiento del producto interno bruto. Lo que distingue
al país es su capacidad de crecimiento económico que por ninguna manera
debe reducirse, antes bien debe crecer para calificar dentro de los
estándares de calidad. Nos resta combatir esta ideología, hacernos
consientes de la importancia que tenemos como personas, sabiendo
clasificar los bienes, eligiendo de manera libre y sin influencias, sin
supuestas economías inteligentes.

Debemos cultivarnos en la educación de nuestro espíritu, conocernos A a


nosotros mismos para identificar carencias y poder suplirlas, reconociendo al
otro como necesitado y ponerlo todo en común. Solo si el ser humano opta
por la libre elección, tenderá a la armonía que provee el bien, para convivir
con los otros, se combatirá el hambre de la guajira, la desigualdad que viven
las clases sociales bajas, la calidad en la prestación de servicios médicos
será más humana, mejorarán los alimentos, y finalmente aprenderemos a
vivir en communitas, todos dirigidos por la libre elección que insistentemente
he dicho tiende siempre al bien.

Bibliografía
Agustín. www.augustinus.it/spagnolo/libero_arbitrio/libero_arbitrio_2.htm. s.f. 02 de 09 de
2016.

Lopez, Wilson. «El soncumo inteligente mas alla del libre albedrio: una vision desde el auto
control .» Focad (2008): 10-12.

Revista Dinero. http://www.dinero.com/economia/articulo/crecimiento-de-la-economia-en-


colombia-o-pib-en-el-segundo-trimestre-de-2016/231326. 02 de 09 de 2016. 02 de
09 de 2016.

Zigmunt, Bauman. Amor Liquido acerca de la fragilidad de los vinculos humanos . Buenos
Aires : Fondo de Cuktura Economica, 2006.

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