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EDUCACIÓN SUPERIOR
AREA DE LENGUA CASTELLANA
GRADO: SEXTO JORNADA MAÑANA
1) Leer el siguiente texto donde se explica el significado de las figuras literarias, con
ejemplos de las mismas.
2) Resolver la actividad que se encuentra al finalizar la lectura.
FIGURAS LITERARIAS
Las figuras literarias, también conocidas como figuras retóricas, son formas no
convencionales de emplear las palabras para dotarlas de expresividad, vivacidad o
belleza, con el objeto de sorprender, emocionar, sugerir o persuadir.
Las figuras literarias son típicas del discurso literario y de sus distintos géneros
(poesía, narrativa, ensayo, drama), en los cuales el lenguaje es un fin en sí mismo, y
es transformado para potenciar sus posibilidades expresivas.
No obstante, las figuras literarias no son exclusivas de la literatura, sino que también
se emplean en nuestro lenguaje coloquial, incluso algunas están ya asimila das a
este, en ciertas expresiones o giros.
1. METÁFORA
La metáfora es la relación sutil de analogía o semejanza que se establece entre dos
ideas o imágenes.
Ejemplos:
“Tus ojos son verde selva”. Para indicar que el color de los ojos se asemejan al color
de la selva.
“Era su cabellera obscura/ hecha de noche y de dolor”, en el poema “Canción de
otoño y primavera”, de Rubén Darío. Se relaciona el color del cabello con la oscuridad
de la noche.
2. SÍMIL O COMPARACIÓN
El símil o comparación consiste en establecer una relación de semejanza entre dos
elementos que viene introducida por un elemento relacional explícito.
Ejemplos:
3. HIPÉRBOLE
La hipérbole tiene lugar cuando se aumenta o disminuye de manera exagerada un
aspecto o característica de una cosa.
Ejemplos:
“Le pedí disculpas mil veces”. Es una manera de explicar que se pidió disculpa de
manera reiterada.
“Te amo hasta el infinito y más allá”. Expresa un amor si fin.
“Lloró ríos de lágrimas al partir”. Se refiere a que la persona lloró mucho.
ACTIVIDAD:
Al viejo sauce llegan en parejas los pájaros y los amantes. Allí es donde
escuché una tarde, cuando del sol quedaba apenas en el cielo un tinte
violeta que se esfumaba por ondas y sobre el gran Andes nevado, un
decreciente color de rosa, que era como una tímida caricia de la luz
enamorada, un rumor de besos cerca del tronco agobiado y un aleteo en la
cumbre.
Estaban los dos, la amada y el amado, en un banco rústico, bajo el toldo del
sauce. Al frente se extendía la laguna tranquila, con su puente enarcado y
los árboles temblorosos de la ribera; y más allá se alzaba entre el verdor de
las hojas la fachada del palacio de la Exposición, con sus cóndores de
bronce en actitud de volar.
Y sobre las dos almas ardientes y sobre los dos cuerpos juntos,
cuchicheaban en lengua rítmica y alada las dos aves. Y arriba el cielo con
su inmensidad y con su fiesta de nubes, plumas de oro, alas de fuego,
vellones de púrpura, fondos azules flordelisados de ópalo, derramaba la
magnificencia de su pompa, la soberbia de su grandeza augusta.
Bajo las aguas se agitaban, como en un remolino de sangre viva, los peces
veloces de aletas doradas.