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EL SIGLO XX
AMADEO ALLOCATI
PORTADA
De estas épocas hizo innumerables amigos, a los que siguió frecuentando con la
fidelidad de los años. ¨ Cómo olvidar la temprana pasión por el fútbol, cuando cada uno de los
pequeños jugadores debían juntar con esfuerzo 10 centavos cada uno para alquilar aquella
canchita de Gerli ? ¨ Cómo no recordar las competencias deportivas y culturales del Comité
Billiken y aquel coro en que cantaban y los tiempos de sus estudios de piano ?
Las filas de las amistades de la primaria serían engrosadas con sus compañeros de la
adolescencia, de los tiempos de billar y del siempre futbolero fervor.-
Ya había comenzado la época de sus primeras experiencias como docente y, tras las
suplencias de rigor, fue titularizado en la década del 30 y en 1935 designado maestro de 4*
grado en la Escuela Valentín Gómez, en el tradicional barrio de San Telmo. Al decir del amigo
el Dr. Salvador Alvarez Alonso años después, "Amadeo no quiso trasladarse nunca del barrio
sur: Montes de Oca, Cochabamba, Santiago del Estero sentaban su filiación. Hay una razón y un
alma en el barrio, que se internalizan en sus naturales"(Allocati, Beatriz Olga. Un Hombre de
Derecho, Amadeo Allocati. Asociación de Abogados de Buenos Aires, 1992.Página 57).-
Apenas formada su familia y tras rendir las últimas materias de Derecho, inició bien
pronto el ejercicio de la profesión de abogado simultáneamente con su labor docente.-
De aquellos años al frente del aula, que se extenderían hasta marzo de 1955, son
dignos de mencionar los recuerdos de su colega y amigo, el Profesor Juan A. Batallán, que
relataba que sus propios alumnos trataban de escurrirse del aula en las horas de ejercicios físicos
del grado de Allocati para ver al maestro jugar al fútbol con sus alumnos.
Que su presencia ordenaba las bulliciosas reuniones de la Asociación Cooperadora
de la escuela. Y que no perdía oportunidad para proclamar a todos el respeto por la
Constitución.-
Las ya largas jornadas de por entonces lo fueron aún más cuando se unió a la
Asociación de Abogados de Buenos Aires.-
EL ABOGADO
En una recorrida visual por las páginas del tiempo, al pie del Acta de Asamblea N*
11 de la Asociación del 29 de mayo de 1942 se encuentra por primera vez la firma de Amadeo
Allocati cuando fue elegido Vocal Titular por dos años. A partir de esa fecha, serían muy pocas
las sesiones en que no participara activamente hasta Noviembre de 1955, cuando debió asumir la
Magistratura.-
Las Actas de Comisión Directiva hablaban en esos tiempos de temas tales como:
"Expresiones del Cnel. Perón en Avellaneda el 11-8-45, que afecta a los abogados; Torturas a
detenidos políticos; Estado de sitio; Abogados detenidos; Sucesos en Plaza San Martín y tiroteo;
Proliferación de Decretos con vistas a conversión en ley sin discusión parlamentaria;
Actividades del programa de divulgación de la Constitución Nacional, que no deben
suspenderse. Con respecto a ello, Allocati expresaba el 5-10-45 que "el silencio es un error".-
Muchos viernes debió reemplazar al Dr. B. Fiorini en la presidencia, tarea nada fácil
pues los temas de tratamiento eran no solamente de interés profesional sino cívico, político,
vital: Decretos de creación de los Tribunales del Trabajo; Accidentes del trabajo; Despacho
sobre el proyecto presentado en el Senado, tendiente a aprobar en conjunto, sin discriminación
alguna, todos los decretos y resoluciones del P.E. de facto desde el 4 de junio de 1943 hasta el 3
de junio de 1946 (declaración); Situación de presos políticos; Plan Quinquenal, etc..-
Bien pronto, según consta en el Acta de Asamblea del 27-5-49, Allocati es elegido
presidente por dos años, acompañado por un distinguido elenco de abogados. Se detectaron en
las Actas durante el resto del año, temarios institucionales y sobre la situación del país y un
proyecto de Allocati sobre La Situación del Poder Judicial.-
Ese día 4 de enero de 1950 fue el punto de partida para días, meses y años a lo largo
de los cuales se produjeron recursos de amparo, gestiones, gacetillas para los periódicos, y
recibiendo adhesiones y telegramas. En plena actividad, como siempre, pero con la presencia de
un agente de policía tanto en el local de la Asociación como en el estudio de Allocati.-
Transcurrieron así los primeros meses, Allocati liderando las reuniones de Comisión
Directiva hasta el término de su mandato como Presidente, a mediados de 1951. En la
Asociación, con el policía de facción durante las veinticuatro horas. En su estudio, en la labor
periódica de desbrozar la ley y reclamar justicia bajo la mirada de un hombre de azul,
cualesquiera que fueran la hora y el día de la semana. Este era el escenario obcecado para sus
trabajos en el estudio de la calle Uruguay y esa mirada, esas miradas, no pudieron menos que
compartir la mansedumbre de su dolor filial cuando bien a fines de año perdía a su padre.-
Continuó su presencia en las reuniones de la Directiva y el Día del Abogado, un 30
de abril de 1951, habló serenamente, finalizando con estas palabras de compromiso personal e
institucional: "Expresemos nuestra verdad, como única forma de ser fieles al pensamiento de los
hombres de Mayo que lucharon por el más hermoso de los ideales, el restablecimiento de un
régimen de libertad, combatiendo por el reconocimiento de los derechos del hombre y la
soberanía del pueblo contra quienes defendían al absolutismo y la servidumbre, sin leyes, sin
Constitución, sin libertad".-
A estas alturas, el cuarteto azul que le había tocado en suerte a Allocati en su estudio,
se había convertido en parte de la familia, un cuerpo que actuaba eficazmente como auxiliar de
recepción y “un matecito, Dr. ?”. Hasta un poeta con jinetas dedicó a su vigilado las palabras
sinceras de sus versos.
Bien pronto habría buenas noticias con relación a la terminación de esa pesadilla que
había afectado las vidas de los hombres de la Asociación durante años. El acta de la Sesión
Extraordinaria del 24 de septiembre de 1955 refleja la emoción de los presentes dado que, por
primera vez después de más de cinco años, la sesión se realiza sin la presencia de un agente de
policía. Al mismo tiempo se señala la serena valentía con que el ex-Presidente Dr. Allocati ha
soportado por igual tiempo la consigna policial en su estudio.-
El peso de esa responsabilidad se vió sin duda incrementado cuando fue elegido
Presidente de la Cámara en el año 1957. Ese mismo año, Allocati había adherido como socio
fundador a la creación de la Asociación Argentina de Derecho del Trabajo (luego se le agregaría:
“y de la Seguridad Social”), con su puntual y activa participación a lo largo de los años, lo que
es atestiguado por las Actas de Comisión Directiva.-
Imaginamos a Amadeo llegando al Tribunal algunos días lunes, eufórico tras los
triunfos entonces reiterados de su equipo favorito de fútbol, digámoslo nomás: Racing, aunque
ello tenga poco que ver con la terminología iuslaboralista... Otros lunes, quizás, haya arribado
más fatigado, después de algún viaje relámpago a la ciudad de Córdoba para visitar a su hijo.-
El calendario deshojaba sus días, semanas y años de labor sin pausa para Allocati. En
1962, la triada de magistrados de la Sala IV contó al Dr. Emilio M. Figueroa como Secretario.-
El tiempo dejó al Juez sus marcas de felicidad, con el casamiento de su hijo y otros
momentos de solaz, en reuniones con amigos y en las no frecuentes demostraciones de su
habilidad culinaria. Y también las de tristeza y desazón, cuando nació y enseguida partió su
primera nietecita....-
Por esos años se trabajaba activamente en la casa del Juez. Lo testimonian las
numerosas fichas de archivo con el registro de temas y fallos, en las que también colaboraban
esposa e hija.-
Días largos de largas noches fueron aquéllos en los que además preparaba el libro
Proceso compulsorio para el cobro de salarios" que publicaría A. Perrot en 1965, así como
artículos sobre temas de legislación laboral.-
Ya entrado el año 1966 había llegado el momento de viajar más asiduamente para
visitar a sus nietos, cordobeses, también con el portafolios lleno de expedientes, por si tuviera
algún tiempo libre... Ah, y algunos borradores que finiquitar: los del extenso capítulo para el
Tratado de Derecho del Trabajo dirigido por Deveali que se publicaría en ese mismo año.-
Por el período Diciembre 1966 al mismo mes de 1968 Allocati fue Vice-presidente
de la Asociación Argentina de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, con presencia
contínua en las reuniones de Comisión. El 31.5.67 participó con los Dres. J. M. Rivas y E. R.
Cárrega en una mesa redonda sobre el tema "Reformas al Procedimiento Laboral", cuyas
intervenciones fueron posteriormente publicadas por Jurisprudencia Argentina.-
Su rutina de obligaciones en el Tribunal y su extensión hasta el ámbito del hogar le
permitieron, no obstante, comenzar a elaborar su libro "Procedimiento Laboral: Ley 18.345",
que vería la luz en 1969.-
El año 1971 fue uno de dolor y de vacíos en lo personal pues perdió a su esposa y a
su madre.-
Y el Camarista Allocati proseguía su tarea en la Sala IV, con los Dres. Perugini y
Vogogna y con Felipe L. Pereira como secretario. Como de costumbre, la puerta de su despacho
estaba siempre abierta.-
Una disertación junto con el Dr. Perugini en octubre de 1973 sobre "Proyecto de
reforma procesal en el fuero laboral". También su regreso como miembro de la Comisión
Directiva de la AADTySS, entonces bajo la presidencia del Dr. Justo López, con su activa
participación.-
En este período tuvo más tiempo para sus amigos: los del barrio y los del secundario.
Con los de la Asociación de Abogados, sus reuniones de los viernes y las cenas. Escribiría su
hija: "Fueron éstas las épocas, supongo, en que en los escasos momentos de ocio, hablando de
justicias e injusticias con mi padre, me decía que, ante la duda, la justicia debía inclinarse por el
más débil. Confieso que me impactó gratamente esta señal de sensibilidad -si así se la puede
denominar- en la lectura de la austera palabra de la ley. Ante mi consulta sobre esto a Alvarez
Alonso, éste comentó que esa interpretación. "in dubio pro operario", fue la postura que mantuvo
mi padre en su participación en aquellas Jornadas de Colegiación de 1964.".-
En septiembre de ese año, la vida le asestó otro golpe: la muerte de su hijo Hugo.
Dolor y preocupación por los nietos que quedaban, todavía pequeños.-
Mientras tanto, mantenía sus amigos y las viejas causas. Asistió a la reunión del 24*
aniversario de la Campaña de Educación Cívica y estuvo presente en los actos del Día del
Reencuentro en el Mariano Acosta para celebrar los 50 años de su egreso como Profesor en
Letras.-
Asistió a las VII Jornadas Argentina y I Jornada del Sur Argentino de Derecho del
Trabajo y la Seguridad Social, del 5 de abril de 1984, en Bariloche, donde fue muy agasajado.-
Era usual en éstas épocas, y también en otras anteriores, que en alguna salida,
alguien (algún hombre ya entrado en años) se le acercara humildemente para decirle: Señor,
usted fue mi maestro. A lo cual seguiría un bello diálogo donde sobrevolaban emoción y
nostalgia....-
Por entonces se había dejado crecer la barba, del todo blanca, que le dió un aspecto
patriarcal. Siempre pendiente de sus nietos, el abuelo -con su serena bonhomía- se alegró cuando
su nieto retomó los estudios de Derecho y animaba a su nieta en los propios, ya más avanzados.
También se preocupaba por los estudios y trabajo de Marcelo, su nieto menor.-
Hacia mediados de Abril de 1990, una de sus preocupaciones fue conseguir hablar
por teléfono con el Dr. Humberto Podetti para felicitarlo por su elección como Presidente del
Colegio de Abogados.-
Por la mañana del 28 de abril toda la familia estuvo en movimiento para encontrar
un libro que debía consultar para ajustar algún párrafo del prólogo al libro que preparaba sobre
procedimiento laboral, de inminente publicación.-
Esa misma tarde del sábado 28 de Abril de 1990, se fue. Con serenidad, como había
vivido.-
De él, bellamente recordaría después la Dra. Beatriz Ibarreta: "...He tenido el honor
(y por qué no también la suerte) de trabajar con Allocati, cuando él era Presidente de la Cámara
Nacional de Apelaciones del Trabajo y yo, a la sazón, Secretaria General de la misma... Antes de
tratarlo tan asiduamente tenía yo mis temores pues mucha gente me había comentado sobre su
estrictez, su exigencia, su búsqueda incansable de la perfección. No se había equivocado. Todo
ello convivía en Allocati, pero aún más. Sólo que nadie me avisó (tal vez por obvio) que me
encontraría con un ser de una belleza de alma inconmensurable, que tanto podía desbrozar los
vericuetos más arduos de un plenario, como definir la música de su admirado Piazzolla... que
analizaba una cuestión jurídica con prístina claridad y raciocinio, como se entristecía
fanáticamente cuando el domingo había perdido Racing... Otra faceta que todos conocemos de él
era su prodigiosa memoria, no sólo para recordar leyes, decretos, fallos, etc., sino también para
no olvidar nuestros cumpleaños, el nombre de nuestros seres má s cercanos, al punto que, por
momentos, lo sentíamos como un integrante más de nuestro grupo familiar... Porque él era así. Y
esa asombrosa mezcla de sabiduría y exigencia, con los hechos diarios de la vida que lo
conmovían, eran el núcleo de la grandeza de su alma. Grandeza que se integraba con otro
elemento, tan caro y difícil a nosotros, los seres humanos. SU HUMILDAD. Saben Uds. que no
permitía que en su sello figurara el aditamento Dr. ?, que cuando efectuaba una llamada
telefónica aún a los más altos dignatarios de la Justicia, se presentaba simplemente como
Amadeo Allocati ? Yo estoy segura que en el fondo de su corazón sólo hubiera agregado
MAESTRO, que era, de su frondoso curriculum, el título que más amaba. Probablemente porque
él intuía, en su sabiduría de grande, que, más allá de los cargos y de los honores, lo más
importante era transmitir los conocimientos jurídicos, pero, por sobre todo, los valores éticos y
morales que lo acompañaron a lo largo de toda su vida." (Op. cit., p g. 92/93).-
LA OBRA
Vida rica, proficua en labores como docente, como abogado y como magistrado, la
de Amadeo Allocati, que desde temprano le permitió momentos para la escritura...
En la revista "Opinión Argentina - Vox Populi, Vox Dei", editada por la Universidad
Reformista, N* 17 del año II, Diciembre de 1945, figura incluído en el temario: "Función social
de la escuela", por el Dr. Amadeo Allocati (h).-
Posteriormente:
- Derecho procesal de trabajo (En Deveali, Mario L.: Tratado de Derecho del
trabajo. Buenos Aires, La Ley, 1966, v. 5, p. 9-724).
- La muerte del trabajador como causa de extinción del contrato de trabajo. (En
Legislación del trabajo. Año XIV, N§ 165, septiembre de 1966, p. 473. Buenos Aires, Ed.
Contabilidad Moderna).
- Reformas al procedimiento laboral por los Dres. Amadeo Allocati, José‚ María
Rivas y Enrique Carrega. (En Jurisprudencia Argentina, Septiembre Octubre 1967, V, p. 817-
25, sección doctrina).
- La duda en el derecho laboral. (En: Legislación del Trabajo. Año XV, 1967. p.
209. Buenos Aires, Contabilidad Moderna).
- El nuevo Código Procesal Laboral. (En: Derecho del Trabajo. Año XXIX, N* 10,
Octubre 1969, p. 577-84. Buenos Aires, La Ley).
- Derecho del Trabajo. Derecho individual y derecho colectivo. Sus caracteres. (En:
Derecho colectivo laboral, Asociaciones profesionales y convenios colectivos, p. 3-19. Buenos
Aires, Ed. Depalma, 1973).
Este libro tuvo en 1999 una segunda edición, en la que, además, participó su nieto
Hugo R. Allocati.-
SU LABOR COMO MAGISTRADO
"Nada se edifica sobre la piedra, todo sobre la arena, pero nuestro deber es edificar
como si fuera piedra la arena..." (al decir de Jorge Luis Borges en Fragmentos de un Evangelio
Apócrifo N* 41) y Allocati supo construir.-
- Los votos emitidos sobre la invalidez de las cláusulas de despido por inidoneidad
calificada por los convenios del personal de Aerolíneas.-
Todos ellos y tantos más, al decir de aquel autor, “indican una posición de jurista
vertebrada y vertical, que merece el reconocimiento de sus conciudadanos por la compenetración
entre juez y materia. Aparte de otros valores cívicos que adornan al escritor que comentamos y
que no es del caso exponer en esta oportunidad".-
Pero su labor en la judicatura no sólo fue relevante en los plenarios que se han
mencionado sino, en realidad, en la diaria labor que llevó a cabo como integrante de la Sala IV.
Los votos de Allocati –a los que, normalmente, adherían los otros integrantes de la Sala- no sólo
tenían la virtud de resolver con justicia y ecuanimidad la causa en la que eran emitidos, sino que
trascendían los límites del expediente judicial concreto hacia el más amplio campo de la doctrina
judicial que sirvió de fuente material de derecho a numerosas disposiciones legislativas
posteriores. En efecto, sus votos trazaron líneas directrices y fueron marcando la huella de
corrientes jurisprudenciales de avanzada que constituyeron la fuente de múltiples soluciones que
hoy contiene la L.C.T. y cuyo origen debe buscarse en muchos de los votos de Allocati en los
que su pensamiento cubría las lagunas que había en la precaria legislación laboral de mediados
del siglo XX, con el sentido de protección hacia el más débil que impone el Derecho del
Trabajo. Son famosos sus argumentos -–expuestos en diversos votos- acerca de que la sola
prestación de servicios debía generar una presunción en favor de la existencia de un contrato de
trabajo; y también son muy conocidas sus decisiones dirigidas a considerar la irrelevancia de
distintos factores concausales concurrentes en el daño en la salud de los trabajadores afectados
por enfermedades o accidentes vinculados a su trabajo. Tales criterios, expuestos con claridad,
lucidez y sentido protectorio en distintos pronunciamientos, han sido –indudablemente- la fuente
informadora de la disposición actualmente contenida en el art. 23 de la L.C.T. y de la
denominada “teoría de la indiferencia de la concausa” que receptó en su momento la ley 9.688.
Como defensor que fue desde la judicatura del carácter tuitivo que debía tener el Derecho del
Trabajo sostuvo que de nada valía limitar la aplicabilidad del principio “in dubio pro operario”
al derecho sustancial si no se extendía su operatividad también al campo del derecho procesal.-
TRIBUTOS
El año 2000 marca precisamente los diez años de la partida de Amadeo Allocati de
este mundo. Diez años pasaron desde aquel 28 de abril de 1990, el día en que "la ciudad se vistió
de dolor anticipado" como escribió su yerno, Jorge C. Zanardi.-
Creemos, sin duda, que el mayor tributo para Allocati hubiera sido poder compartir
los momentos en que su nieta Julia primero, y su nieto mayor Hugo después, se graduaran de
abogados. O saber que su familia argentina se reencontró finalmente con los parientes de
Nápoles después de un siglo. Pero fervorosamente pensamos que, en la dimensión en la que se
encuentre, lo ha sabido. También de su reciente bisabuelazgo.-
Además de los homenajes cuyas palabras ya han sido transcriptas, es justicia dejar
constancia de otros expresados bellamente sobre Amadeo Allocati en señal de admiración y
respeto, aunque se trate solamente de parcialidades. (Las citas han sido tomadas del libro Un
Hombre de Derecho, Amadeo Allocati, pá gs. 90 y sgs.).-
"Amadeo Allocati tenía la humildad de los sabios; en primer lugar porque era un
hombre de pensamiento concreto. ...También tenía la humildad de los sabios porque cultivó la
virtud de la amistad elevándola a la jerarquía de un sentimiento fraternal; todos eran sus
semejantes, sus hermanos. ...Es bueno recordar que el doctor Amadeo Allocati era un hombre de
pocas palabras, reflexivo, que permanentemente practicaba la autocrítica. Era un hombre de
introspección y de interioridades espirituales que se brindaba en el seno de la familia, en la
amistad y entre sus colegas, pero que no hacía histrionismo ni practicaba ningún tipo de
exteriorización que fuera más allá de lo necesario. ...era abogado de abogados. Se acudía a él en
actitud de consulta, como quien acude en busca del consejo del buen padre de familia del que
nos hablaban los códigos romanos. ...era un hombre de pocas palabras, de manera que quiero ser
coherente con su pensamiento , y lo despido como alguna vez nuestro inolvidable Palacios
despidió a un amigo: "Ese bello ejemplar humano."
- ASOCIACION ARGENTINA DEL DERECHO DEL TRABAJO Y DE LA
SEGURIDAD SOCIAL. Sesión Académica del 20 de septiembre de 1990 para presentar el
recientemente editado libro de Ley de Organización y Procedimiento de la Justicia Nacional del
Trabajo, dirigido por Allocati. Abrió el acto el Presidente, Dr. Jorge. G. Bermúdez y habló a
continuación el Dr. Ricardo A. Guibourg.-
Comenzó diciendo que muchos años antes, su padre lo había llevado a hablar con un
ex-compañero de luchas de juventud, que entonces ocupaba un alto cargo en la Justicia. Ese
hombre estaba dispuesto a avalar su solicitud de ingreso a la Justicia Nacional del Trabajo pero
antes debía competir en un concurso de oposición. Y recordó Guibourg: "Ese hombre, Amadeo
Allocati, me hizo comprender algo que jamás olvidé: quien pretende un cargo público, aunque
sea el más bajo, debe demostrar que es idóneo para asumirlo. Los cargos pertenecen al pueblo y
no a quienes los otorgan o los ejercen [...].
"Yo no conocí al abogado Allocati aunque estoy seguro que porque lo fue tan
intensamente pudo ser el Juez que fue. El Juez del ejemplo permanente, sin claudicación. El Juez
que creyó y practicó realmente los mandamientos del buen Juez: laboriosidad, estudio,
honestidad, independencia y amor por la Justicia ...mantuvo esos valores en su persona dictando
sentencias con estilo directo y concreto en el análisis de las disposiciones, con un cabal
conocimiento de la doctrina constitucional a través de los fallos de la Corte Suprema que
manejaba sólidamente valiéndose de un fichero que actualizaba permanentemente con la
constancia del que ama su tarea.
[...] Mientras estuvo en la Cámara y hoy todavía, los plenarios en que intervino, se
leen "a partir de lo que dijo Allocati. Qué opina Allocati ?" y desde allí, sea para compartir o
para disentir el tema, centrado en lo sustancial, puede reflexionarse. Su modo de expresar las
ideas revelaba la modestia -que lo acompañaba en toda su conducta- propia de quien domina la
herramienta que maneja. Por eso, no tenía inconveniente en citar las opiniones de otros -autores,
colegas o incluso Jueces de 1ra. Instancia- porque sabía que la soberbia intelectual es el peor
pecado de quien tiene la gracia de crear más aún cuando lo hace a través de sentencias.
[...] hagamos con las palabras inspiradas del libro del Eclesiástico, "el elogio de los
hombres ilustres, de nuestros padres según su sucesión. Hubo soberanos en sus reinos, hombres
renombrados por su poderío, consejeros por su inteligencia, vaticinadores de oráculos en sus
profecías, guías del Pueblo por sus consejos, por su inteligencia de la literatura popular, sabias
palabras había en su instrucción. Todos estos fueron honrados en su generación, objeto de gloria
fueron en sus días, hubo entre ellos quienes dejaron su nombre para que se hablara de ellos con
elogio. De otros no ha quedado recuerdo, desaparecieron como si no hubieran existido, pasaron
cual si a ser no llegaran. Mas de otro modo estos hombres de bien cuyas acciones justas no han
quedado en el olvido. Con su linaje permanece una rica herencia, su posteridad. Para siempre
permanece su linaje, y su gloria no se borrará . Sus cuerpos fueron sepultados en paz y su
nombre vive por generaciones. Su sabiduría comentarán los pueblos, su elogio lo publicará la
asamblea.