ITESO

Husserl 02-07-19
Demetrio Zavala

EL EGO TRASCENDENTAL
Comentario a la cuarta meditación cartesiana de Edmund Husserl 1

En la cuarta meditación Husserl se propone desarrollar la constitución del ego

trascendental. Para esto comienza con un encuadre de qué es el ego
trascendental desde lo antes expuesto; posteriormente introduce la descripción
eidética como una parte esencial del método fenomenológico para finalmente
realizar una descripción eidética del ego trascendental de la cual se desprenden
puntos importantes.

El primer asunto es el del ego. Para hablar acerca del ego Husserl regresa a la
noción del objeto y cómo los objetos solo son para nosotros, el ego es entonces
solamente en referencia intencional a los objetos. De esto Husserl hace notar que
es el ego mismo el que se revela como existente sin interrupción, así como es el
ego el que da unidad a los objetos dentro de los fenómenos, también para él
mismo él es existente sin interrupción.

Este proceso de síntesis de los fenómenos se realiza entonces desde dos

perspectivas: uno que tiene al objeto como polo y otro que tiene al cogito como
polo; este segundo podría decirse que es el que permite la síntesis primera, el yo
existente sin interrupción permite sintetizar los objetos para él.

Así lo que permanece es el yo en el flujo de las vivencias. No son las vivencias

propiamente o los recuerdos los que permanecen como ininterrumpidos, incluso
pueden cambiar los recuerdos o las opiniones que el yo genera sobre los
fenómenos. Lo que se mantiene estable es el sustrato del yo como algo que dura
a través del tiempo y que es estable.

De ese yo es de donde se desprende el ego, que Husserl nombra mónada. El ego

tiene entonces un mundo que le rodea que es existente para el ego
perpetuamente y compuesto de objetos existentes para el ego mismo. Este ego es
el que determina las propiedades del objeto y la identificación interna del objeto.

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Por motivos académicos solo se tomará del parágrafo 30 al 39.

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Juan Carlos Zaala Jonguitud
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Demetrio Zavala

Así el ego tiene una manera de habérselas con los objetos, una actividad en la
que el objeto y sus propiedades son duraderos para el ego mismo. Ese es el
mundo que rodea al ego e incluso los objetos que no son conocidos todavía se
presentan entonces ya como algo por conocer que tiene una estructura que les da
forma de objeto.

Hasta ahora se ha hablado del ego concreto, pero para realizar bien la
fenomenología, necesita Husserl introducir un ingrediente de su método
fenomenológico que es entendible en este punto, el método de la descripción
eidética.

Este método consiste en la transformación del factum de los objetos, éste es

despojado de la facticidad y lo que queda entonces es la posibilidad, este es el
eidos de la percepción. Este eidos no está condicionado por ningún factum
concreto, es pura posibilidad. junto con él, el horizonte que está intuido en los
objetos es también liberado de toda facticidad y se vuelve un horizonte eidético.

Este método es la única manera en que se podrá llegar a la filosofía primera de

acuerdo con el planteamiento de Husserl, es la oportunidad de estudiar el a priori
universal y de construir una ciencia que hable de las posibilidades puras. Después
de exponerlo, se dispone a aplicarlo al ego trascendental.

Sin embargo, realizar una fenomenología eidética pura para poder llegar al a priori
del ego trascendental no es una tarea sencilla. Al realizar el método eidético y
despojar al ego trascendental del factum quedan una infinidad de formas y de
tipos apriorísticos posibles. El criterio para discernir entre los diversos tipos es la
composibilidad de ese a priori con la construcción de un ego unitario, un ego
racional que pueda ser imaginable desde ese a priori.

Este criterio necesita de una ley que permita la composibilidad con la unidad, para
esto Husserl introduce de nuevo el factor del tiempo como necesario para
determinar el ego unitario. Se necesita que haya una ley formal que permita darle
unidad al transcurrir, que permita una unidad entre el presente, el pasado y el
futuro en la estructura noético-noemática en que van transcurriendo. La unidad del
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tiempo necesita entonces una ley que permita la génesis universal. En esta ley el
ego se convierte en la unidad de la historia para sí mismo.

Al determinar la necesariedad de esta génesis Husserl señala un problema

fenomenológico eidético. El fenomenólogo está necesariamente obligado a
comenzar su investigación desde sí mismo, como un ego que tiene ya conciencia
de un mundo y de un mundo que está constituido de una manera por la génesis
que el ego realiza.

La génesis puede ser activa o pasiva, la primera está relacionada con la razón
práctica y la razón lógica, la conciencia va realizando productos a partir de la
síntesis. A la vez la síntesis pasiva está operando ya en las cosas y le otorga al yo
un contorno de objetos. En la síntesis pasiva el principio que actua es el de la
asociación. La cuarta meditación sigue pero hasta este parágrafo ha expuesto lo
necesario para el ego trascendental

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