Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
El modelo que defendió la CEPAL revestía una mezcla de estrategias intervencionistas de estado que
se aplicaron en la década de los cincuentas y sesentas en el cono sur inicialmente y un poco más tarde
en el área andina, la estrategia de política busco “racionalizar la sustitución de importaciones como
una serie de … plataformas de transición de los nuevos sectores de exportación hacia los mercados
mundiales” (Ocampo, 2004), el desarrollo de zonas francas, los estímulos tributarios y la capacitación
de operarios fueron otros procesos.
En este contexto los sectores industriales se vieron afectados por el cambio de política, los efectos del
proceso no fueron homogéneos y la transformación de los sectores económicos a los nuevos
1
Docente U.Caldas Profesor titular. P.h. D en Ciencias Económicas.
2
La inevitabilidad de encontrarse en un mundo de capitalismo global en donde se han acelerado condiciones
de competencia y estructura como “la internacionalización de los procesos de producción, la renovación del
patrón de especialización, la reconfiguración en los procesos productivos a nivel regional” (Garay(1998)).
requerimientos de la economía internacional no fueron de tipo simétrico, los ritmos de transformación
de las ramas industriales y de sus subsectores fueron diferentes y el impacto final, en tanto
transformación en las empresas que les permitiera ser sostenibles o sobrevivir.
La pérdida de participación del PIB industrial en el total del PIB nacional venia presentándose desde
los años setenta, época en que la industria se mostró como la principal fuente de crecimiento de la
economía colombiana junto al café, en los sesenta el crecimiento anual estuvo situado en el 5,9% con
una tasa promedio del 5,2%. La relación, crecimiento de la industria (5,1) y crecimiento de la
economía (5,5) fue similar en la década de los años setenta, y allí la participación del PIB industrial
en el PIB total llego a su punto más alto con el 25% real entre 1975 y 1977. Durante la siguiente
década (ochenta) la industria presento un menor crecimiento frente a la década anterior (3,5%) pero
similar al de la economía total, eso en el contexto de la crisis de deuda externa Latinoamericana) pero
luego de la apertura la relación entre el crecimiento industrial y el crecimiento de la economía
disminuyó y la industria se sumió en una fuerte crisis. La economía creció al 2,5% y la industria lo
hizo al 1,2%. En esta década los servicios tuvieron un crecimiento promedio del 3,2%. En el siglo
XXI la industria creció a una tasa promedio del 1,3% mientras que la economía creció
aproximadamente al 5,0% promedio.
El crecimiento industrial ha presentado una fuerte correlación (72%) con el crecimiento total de la
economía. En los años sesenta la industria fue quizá la principal fuente de crecimiento de la economía
colombiana, el crecimiento anual fue del 5,9% y registró una tasa promedio del 5,2%. Una relación
parecida se presentó en la década de los años setenta.
5,9%
3,5%
3,2% 3,2%
2,5%
1,3%
1,2%
1965 - 1970 1970 - 1980 1980 - 1990 1991 - 2000 2001 - 2009 2010 – 2012
PIB COLOMBIA SECTORES
2016 2017
Part. %
Ene-Sep Trim IV Año Trim I Trim II Trim III Ene-Sep
Agropecuario 6,5 -0,1 2,2 0,5 7,8 4,0 7,1 6,3
Café 0,7 -2,6 6,4 -0,3 11,3 -17,9 21,2 4,0
Otros agrícolas 3,6 -1,1 5,7 0,6 12,3 12,4 6,0 10,2
Pecuario 1,9 2,1 -2,5 0,9 2,9 3,3 5,0 3,7
Madera, pesca 0,4 0,1 -2,5 -0,5 -2,0 -6,8 -2,0 -3,6
Minería 5,4 -6,0 -8,3 -6,5 -9,1 -5,7 -2,1 -5,7
Carbón 1,1 3,5 13,2 5,7 3,8 -6,5 -10,6 -4,8
Petróleo 3,5 -9,9 -14,6 -11,1 -12,2 -5,3 1,4 -5,6
Industria Manufacturera 11,5 3,6 1,0 3,0 0,4 -3,4 -0,6 -1,2
Refinación de petróleo 2,1 26,1 15,5 23,2 9,6 4,6 2,2 5,3
Electricidad, gas y agua 3,5 0,3 -0,6 0,1 -0,5 1,3 1,9 0,9
Construcción 9,4 4,4 3,1 4,1 -0,8 0,3 -2,1 -0,9
Edificaciones 5,3 8,1 0,3 6,0 -7,1 -7,7 -15,9 -10,3
Obras Civiles 4,0 1,4 5,2 2,4 4,0 7,0 8,8 6,6
Comercio, restaurantes y hoteles 12,5 1,8 1,8 1,8 -0,4 1,0 1,4 0,7
Transporte, comunicaciones 6,4 -0,1 -0,2 -0,1 -0,8 0,7 0,2 0,0
Finanzas, servicios a las empresas 19,6 4,8 5,4 5,0 4,7 3,8 3,2 3,9
Servicios sociales, comunales, personales 16,6 2,7 0,9 2,2 2,8 2,9 3,2 3,0
Gobierno 9,3 2,4 0,2 1,8 3,6 4,1 4,9 4,2
PIB Total 100,0 2,1 1,7 2,0 1,3 1,2 2,0 1,5
Andi:2017
Para los ochenta, la economía y el sector industrial crecieron a una tasa del 3,5%, en los noventa el
crecimiento industrial y el crecimiento de la economía se vio afectada por la crisis hipotecaria y
financiera que afecto la industria, la economía creció un 2,5% y la industria lo hizo al 1,2%. En años
recientes, la situación es diferente, la industria creció a una tasa promedio del 1,3% mientras que la
economía creció aproximadamente al 5,0% (Santamaria, M et al, 2013, DNP).
Para Echavarría (1990) la dinámica industrial de los setenta se vio frenada por la falta de
inversión y de un marginal sector financiero, lo que afectó la rentabilidad industrial, en los
años ochenta la situación tomo un sendero diferente, las políticas industriales no respondieron
a la dinámica de un mundo cambiante que exigía en su momento transformaciones
tecnológicas profundas en la producción industrial, diversificación e innovación en un mundo
que se abría más a la competencia de las manufacturas y al desarrollo de los servicios y
productos personales de alta tecnología
El proceso acelerado de deslocalización industrial de los países desarrollados impuso nuevas reglas
del juego a las cuales no se le dio respuesta de forma oportuna ni en Latinoamérica ni en nuestro país,
quedando las estructuras económicas en desventaja. No se generó un proceso de reconversión
industrial interno que permitiera cambiar el patrón de producción por uno más competitivo, ni se
tomaron las acciones de política estatal en torno a infraestructura y logística, acorde con los procesos
que sucedían internacionalmente, allí se perdió la posibilidad de desarrollar economías de escala que
permitieran disminuir los costos de producción, y generar mayor productividad y competitividad.
El comportamiento de la industria manufacturera nacional entre 1967-94 como participante del PIB
giró en torno al 20%, la mayor participación estuvo en el periodo 1990-94 con 19.65% en el periodo
1967-96 el crecimiento anual promedio fue del 4.1%.
Es la demanda interna la que explica, de forma cíclica el crecimiento del PIB, el sector agropecuario
ha mostrado cada vez menor participación en el PIB, en tanto el heterogéneo sector servicios crece
de forma permanente, e incluso para algunos analistas se hipertrofia por la participación de
subsectores de baja productividad como el de los servicios personales. Es importante analizar como
la contribución del sector servicios a la economía en la década de los 90´s, sector que en su
composición tiene varios subsectores de no transables, se muestra como un contrasentido frente a lo
que buscaba la apertura. La dinámica exportadora en Colombia ha sido jalonada por las exportaciones
menores,
20%
17,1%
PIB Industrial
15%
PIB total
Servicios
Mineria
10%
Crecimiento
6,4%
5,9% 5,8%
5,2% 5,5%
5,1% 5,0% 5,0%
4,7%
5%
3,6% 3,9% 3,9%
3,2%3,5% 3,2% 3,2% 3,2%
2,9%
2,5%
1,2% 1,3%
0,5%
0%
-1,8%
-5%
1965 - 1970 1970 - 1980 1980 - 1990 1991 - 2000 2001 - 2009 2010 - 2012
Para 2001-2010 la industria creció en promedio un 3,2% anual, y los servicios un 3,9%, al igual que
la minería, y la economía total tuvo un crecimiento del 4,7% por la recuperación del sector de la
construcción de obras civiles y edificaciones. Entre 2010–2012, el crecimiento anual del PIB
industrial fue del 1,3%, menos de la mitad del de servicios que aumentó en promedio por año el 3,2%,
y menos de tres veces que la minería cuyo crecimiento promedio fue del 6,4%.(Perfetti, et al, 2014).
En los años sesenta la industria tenía una participación cercana al 15% en el PIB, ésta crece al 17%
en la década de los setenta por el crecimiento de la construcción. En el periodo entre ochenta e
inicios de los noventa la industria mantuvo una participación del 15% en el PIB, para caer al 12% por
la crisis de fines de los noventa, la revaluación , y la incidencia de la apertura en algunos sectores,
además de la burbuja inmobiliaria de la época. Entre 2001 y 2007 se recupera, la participación se
elevó al 14,2%.
La crisis internacional que inicia en 2008, contrajo la participación del PIB industrial al 12%. Entre
2000-2010, la participación de la industria se ha caracterizado por un comportamiento en forma de U
invertida y no es posible señalar que la tendencia generalizada sea un decrecimiento (o un
crecimiento) de la participación de la industria en la producción total de la economía. (Perfetti, et al,
2014)
Entre 1929 (5 nuevas plantas) y 1984 (762 nuevas plantas) se crearon en promedio unas 130 plantas
por año, pero el número descendió paulatinamente, especialmente durante los 1990s; apenas se
crearon 57 nuevas plantas en 2001. (Echavarria, et,al, 1999,2005).
Las políticas de corte liberal, adoptadas para la internacionalización económica en los noventa se
asumieron discrecionalmente, se esperaba que el manejo de política aperturista por si solo diera
cuenta de una transformación de la industria que se presumía ingenuamente no requería si no de este
tipo de medidas de desmontes arancelarios y competencia externa, para “modernizarse y tornarse en
una industria competitiva”. A los factores descritos se suma un elemento primordial, que también
generó transformaciones importantes en algunos sectores de la producción, “El cambio tecnológico
(que) ha generado transformaciones sustanciales en los procesos productivos y en su gestión, esto ha
propiciado un reacomodamiento de los procesos productivos y generado demandas de Recurso
Humano Especializado” (Garay, 1998).
En 2003 el premio Nóbel de economía Joseph Stiglitz (2003), mostró como en el caso latinoamericano
unas políticas macroeconómicas de austeridad fiscal y manejo monetario (políticas del FMI) no
garantizaban una senda de crecimiento, y ni siquiera se configuraban como parte del camino para
este.
Por otra parte la competitividad3, como variable fundamental para sobrevivir en entornos
globalizados, depende de múltiples agentes económicos e instituciones que influyen en los procesos
productivos, por lo que no es fácil de manejar con simples políticas de fomento o intervención, estatal
que permitan crear condiciones en donde se consigan mejoramientos de esta.
Pero ese manejo de políticas fue débil para enfrentar el ciclo económico, el país, en épocas de auge
económico por exportaciones de productos tradicionales, ha presentado simultáneamente poco
crecimiento o caída de la industria. Un ejemplo de esto fue la bonanza cafetera de 1976-1979, y la
del petróleo entre 2006 y 20012, durante el cual el crecimiento industrial fue bajo en comparación
con otras épocas durante las cuales el sector industrial tuvo aportes significativos al PIB.
En Colombia frente a los países líderes de la industrialización latinoamericana, el papel del estado
fue activo, se trató de ajustar la dinámica interna en la producción agrícola, todo en búsqueda de un
mejor uso de recursos y apoyo al desarrollo de la industria. Entre 1969 y 1972 las políticas
comerciales e industriales mostraron sus resultados positivos, en el proceso de sustitución de
importaciones y en el de diversificación estructural del comercio exterior vía promoción de
exportaciones, se presenta la época del crecimiento de las denominadas exportaciones no
3 El problema de la competitividad no es un asunto solo de costos de producción, cambio tecnológico productividad y precios (tasas de cambio, salarios reales).
tradicionales con un efecto exitoso para flores y banano, un cambio que se colocara como el último
significativo del siglo XX y que luego de cincuenta años es el que sigue sosteniéndose en las
exportaciones no tradicionales de forma significativa.
La naturaleza de los cambios que se han producido en la industria colombiana a lo largo de los últimos
35 años, inicio con la promoción y diversificación de exportaciones en el marco del MSI, terminan
con la consolidación de una nueva estructura productiva surgida de la apertura: i) la pérdida de peso
de las industrias tradicionales intensivas en mano de obra. Este proceso se inicia desde los 70, pero
que se acelera durante la apertura, ii) el acelerado crecimiento de las industrias de transformación de
insumos agropecuarios (alimentos, bebidas, tabaco, textiles…) y las de transformación de recursos
naturales, que aumentaron su participación en el total de la producción manufacturera en 10 puntos
después de la apertura, iii) la pérdida de dinamismo de la industria metalmecánica, particularmente
las ramas de mayor complejidad tecnológica y mejores perspectivas para crear dinámicas de
innovación tecnológica local, y iv) el ligero crecimiento de la industria automotriz en los últimos 20
años frenado por la revaluación.
Desde finales del siglo XX hasta el año 2005 el PIB industrial creció a una tasa superior al conjunto
de la economía, cosa no vista desde 1977. Durante la década del 90, la tasa anual de crecimiento
promedio del sector manufacturero fue de sólo 0,43% frente a un PIB global que creció a una tasa
promedio anual de 3,2%, mientras en el lapso 2000-2004, la industria manufacturera creció a una tasa
promedio anual de 5,6% frente a un crecimiento global de la economía del 3,0%. (Misas IEPRI), pero
se consiguió esta dinámica menor volumen de empleo, este pasó de 630.588, en 1997, a 587.300, en
el 2005. Concomitante con la reducción del empleo, la participación de los salarios en el valor
agregado cayó cerca de 10 puntos y la remuneración real de los trabajadores se estancó mientras la
productividad laboral aparente se multiplica por 2,62.
Los efectos de la apertura económica de inicios de los noventa se pueden ver en el periodo posterior
entre 1996-2005 se produjo un cambio en la estructura productiva, la tasa de variación decenal de
esta fue de 7,4 para el periodo 1990 – 1995 y alcanzó 11,4 entre 1996 y 2005.
Cambios Regionales. El cambio en la estructura productiva y en las regiones es la clave para entender
las mutaciones profundas por las que ha atravesado la industria manufacturera colombiana y para
encontrar una explicación acerca de la evolución de algunas variables claves, como el empleo y la
productividad.
En 1953 Cundinamarca había desplazado a Antioquia en la producción industrial del país, participaba
del 26% de la producción industrial colombiana, Antioquia del 24.7% y el Valle del 19% (Naciones
Unidas,1957, p.270). Se observa que existía concentración a favor de los tres departamentos en el
periodo 1953-1975, luego se produciría una relativa desconcentración en el periodo 1975 y 2000,
este proceso fue provocado por la industria petroquímica en la costa caribe, pero si se excluye este
sector, se observa que el peso relativo de las otras regiones disminuye.
El inició de un proceso de desindustrialización del Atlántico, en la última década del siglo XX, se
explicaba según Bonet (2005) en el proceso de aglomeración regional del país que favoreció a las
regiones más prosperas industrialmente hablando (Bogotá, Antioquia y Valle), en el Caribe la baja
formación del recurso humano, la deficiente infraestructura portuaria del momento y aligual en
servicios y logística, y la poca vinculación de la industria con los mercados externos afecto a
Barranquilla (Lopez,2010), sin embargo en los últimos 10 años el proceso se había revertido
favoreciendo el aumento de la participación de la ciudad.
La apertura económica no consiguió como política el objetivo explícito de lograr una mayor
industrialización del país a través del incentivo de la libre competencia, aunque en algunas regiones
hay señales de que cierto nivel de industrialización es posible con apertura.
Desindustrialización.
La desindustrialización experimentada a nivel mundial en décadas recientes se observa en la perdida
de participación de la manufactura en el valor agregado de las naciones, y en el empleo generado por
la industria. En el caso de la participación en el PIB, en Inglaterra por ejemplo esta descendió cerca
de 14 puntos del PIB (desde 31.0% en 1970 a 17.4% en 2001), y cerca de 11 puntos en América
Latina desde 26.9% en 1970 a 15.6% en 2001(Echavarria,2005). El proceso fue especialmente
marcado, en su orden, en Brasil (15.3 puntos: 29.3% en 1970 y 14.0% en 2001), Argentina (14.6
puntos: 31.5% y 17%), Chile (10.1 puntos: 25.9% y 15.8%), Ecuador (5.8 puntos: 17.6% y 11.7%),
Colombia (5.6 puntos: 21.2% y 15.5%) y Perú (3.8 puntos: 21.8% y 16.0%).
Solo unos pocos países como Costa Rica (20.6% y 21.6%) y Bolivia (14.1% y 15.2%) no se
desindustrializaron en el período. El nivel de participación en Colombia o América Latina no distaba
mucho hacia el primer lustro del siglo XXI al de los países de la OECD (18.6%) o al de la economía
mundial (18.8%). (Echavarria,2005)
La participación de la industria en el empleo comenzó a caer desde finales de los años sesenta y
comienzos de los setenta en los países industrializados, y en los ochenta en los países menos
desarrollados, principalmente en el Asia. Según The Economist (Octubre 15, 2005, p.69) la
participación en el empleo cayó 21 puntos en Inglaterra entre 1970 (34%) y 2003 (13%), 18 puntos
en Alemania (40% y 22%) y 15 puntos en Estados Unidos (25% y 10%), con descensos también
pronunciados en Italia, Japón, Francia y Canadá. Rowthorn & Ramaswamy,1999, reportaban que la
participación del empleo había caído en los países industrializados desde 28% en 1970 a 18% en
1994. El número absoluto de trabajadores empleados por la industria, que se había mantenido
relativamente constante entre 1970 y la primera parte de los noventa también comenzó a caer. Desde
1996 ha caído cerca de 20% en Estados Unidos, Inglaterra y Japón. (Echavarria,2005)
En el caso de Colombia, la industria como generadora de empleo perdió protagonismo desde finales
de los años ochenta, en términos absolutos, se empleaba un número similar de trabajadores en el año
2000 que en el año1970. En 2001 la participación del empleo industrial apenas explicaba el 2.1% del
empleo total en el país, y el 2.7% del empleo total no agrícola. (Echavarria,2005)
La transformación de la industria manufacturera a raíz de la apertura dio lugar a una disminución del
empleo en el sector manufacturero, el estancamiento en la remuneración real de los trabajadores, la
precarización de las relaciones laborales, fuertes procesos de desintegración vertical, caídas en el
ritmo de crecimiento de la industria metalmecánica y de las industrias intensivas en mano de obra y
rápida expansión de las industrias transformadoras de recursos naturales, caracterizadas por empresas
de menor tamaño, de carácter oligopólico, que utilizan tecnologías de punta y niveles elevados de
productividad. Frente a una marcada tendencia a incrementar sus exportaciones, el mercado interno
pierde importancia para las empresas transformadoras de recursos naturales. Igualmente, se han
presentado drásticos cambios organizacionales en las empresas líderes; la terciarización, el
outsourcing y la subcontratación están a la orden del día.
El camino seguido por Colombia es el mismo recorrido por Argentina, Brasil, México o Chile, como
bien lo ha demostrado Katz (2000). Es una expansión sustentada en las ventajas competitivas
estáticas. La gran pregunta era si este patrón de crecimiento industrial era sostenible en el largo plazo,
cuando los países centrales y los países de nueva industrialización, como Corea, basan su crecimiento
manufacturero en la creación de ventajas dinámicas, la respuesta después de casi dos décadas es que
no.
Colombia actualmente tiene una desaceleración marcada de la industria, tal como sucedió en la época
durante la cual el café explicó gran parte de la vida económica del país y muchos de los atrasos que
sufrió la industria Colombiana. Estábamos en un momento en el que el sector minero-energético era
el de mayor participación en el crecimiento del PIB, (un 8%), con una participación de la inversión
extranjera directa del 65% y un dinamismo sin precedentes en la historia del país.
La industria: después de tres décadas pasó de representar el 25% del PIB a un 13% y de explicar el
24% del empleo, a solo un 13% en una década. Una de las explicaciones que ha tomado mayor fuerza
es la evidente "reprimarización de la economía" . (Perfetti, et,al. 2014)
4
El sector industrial, según el DANE, compone: Productos alimenticios y bebidas, Productos de tabaco,
Fabricación de productos textiles, Fabricación de prendas de vestir, Cuero y sus derivados, Industria
maderera, Papel, cartón y sus productos, Fabricación de productos de la refinación del petróleo, Fabricación
de sustancias y productos químicos, Fabricación de productos de caucho y plástico, Fabricación de productos
metalúrgicos básicos, Productos elaborados de metal, Fabricación de maquinaria y equipo, Fabricación de
maquinaria de oficina, Fabricación de maquinaria y aparatos eléctricos, Fabricación de equipos de
telecomunicaciones, Fabricación de instrumentos médicos, Fabricación de vehículos, Fabricación de otros
tipos de transporte y Fabricación de muebles.
Lo que más preocupa es que ésta evolución no es consecuencia de cambios estructurales al interior
de la economía que han dado lugar a procesos de reconversión industrial y modernización productiva,
que por lógica natural, no sólo permiten un acelerado crecimiento de la productividad a través del
avance de nuevos sectores industriales, agroindustriales y de servicios, intensivos en tecnología; sino
también, como resultado de la innovación, nuevos empleos industriales a partir de una mayor
utilización de mano de obra calificada.
Una hipótesis que refuerza la desindustrialización es el dinamismo del sector minero, que se ha visto
traducido en el auge de las exportaciones de hidrocarburos y en el boom de la inversión extranjera, el
cual, a más de explicar los problemas de la revaluación, le ha restado protagonismo a las
exportaciones de productos industriales y agrícolas a través del fenómeno de la enfermedad
holandesa. Este panorama inquieta teniendo en cuenta las perspectivas del país con los TLCs, debido
a la mayor exposición que tendrá la industria a la competencia mundial y a la necesidad de diversificar
la oferta exportable diferente a las de productos primario-extractivo. Necesitamos con urgencia una
locomotora o en su defecto un vagón con una estrategia clara de reindustrialización, en donde la
actividad se estimule para satisfacer las demandas locales y externas
Los aumentos del PIB industrial han coincidido con choques negativos externos que casi siempre se
traducen en una devaluación de la moneda. ¿Puede un país como Colombia esperar este escenario
para el mejoramiento de la industria? En caso que la respuesta sea afirmativa, sería muy preocupante
el futuro del país. Es evidente, que en el mundo la industria se ha visto desplazada por la proliferación
del sector servicios, pero sin lugar a dudas, los países que mejor preparados están para el futuro son
los que tienen claro que el sector servicios y el sector industrial son interdependientes, y por eso le
apuestan a una política industrial moderna. Tal es el caso de los países asiáticos, donde la innovación,
la ciencia y la tecnología son los ejes de la transformación económica, con una infraestructura
adecuada y articulada con las necesidades sectoriales.
Es un error pensar que Colombia, solo con la explotación de sus ventajas comparativas, alcanzará los
niveles de desarrollo deseados. Se necesitan ventajas competitivas transversales, para no depender de
la demanda externa y del precio internacional de los bienes primarios, si no de una industria mejor
estimulada, protagonista e innovadora, direccionada eso sí, por una política industrial digna de
pertenecer al siglo XXI.
Dinámica (%) de los sectores industriales (producción ) Contribución de los 10 más dinámicos
De acuerdo a la contribución a la producción real del sector industrial, los subsectores que más
impactaron negativamente su crecimiento durante el periodo febrero de 2013 - enero de 2014, fueron:
Lo vehículos automotores y sus motores (-22,6%), las actividades de edición, impresión y servicios
relacionados (-15,1%), papel, cartón y sus productos (-6,3%), la fabricación de otros productos
químicos (-1,9%), industrias de metales preciosos y no ferrosos (-12,9%), industrias básicas de hierro
y acero (-6,2%), productos elaborados de plásticos (-3,2%), y partes, piezas y accesorios (-22,8%)
prendas de vestir y confecciones (-3,7%), productos minerales no metálicos (-1,6%). Estos diez
subsectores manufactureros restaron -2,6 puntos porcentuales al crecimiento industrial durante el
periodo febrero de 2013 - enero de 2014.
BIBLIOGRAFÍA
Echavarría, J. J., M. A. Arbeláez & M. F. Rosales, (2005), "La Productividad y sus Determinantes:
El Caso de la Industria Colombiana", (mimeo)
Kalmanovitz, Salomón. (1985). Economía y nación, S.XXI, Bogotá, 1985.
Lopez 2010
Garay, Luis (1998). Colombia: Estructura Industrial e Internacionalización 1967-1996
DNP COLCIENCIAS. La Industria de A.L ante la Globalización.
Malaver,Florentino, En: Cuadernos de Economia No.
Moncayo, Edgar (2002).
Misas, Gabriel.
Restrepo, A.I, op. cit, pág 36 y Bonilla, Manuel. Tendencia de la productividad en la industria
manufacturera colombiana 1974 - 1989, en: Luis Jorge Garay (Compilador), Estrategia industrial e
inversión internacional, Bogotá, FESCOL 1992, pág 299.
Santamaria, M et al, 2013. Evolución de la industria en Colombia. DNP. Documento 402 2 de Agosto
de 2013.
Sarmiento, Eduardo 2001.El modelo propio.
Serrano Edgard, Villegas Guillermo. (1996) Dinámica del Trabajo Formal Femenino en la Ciudad
de Manizales 1976 - 1994, Universidad de Caldas. CIDC. Manizales. Capítulo 3.
Serrano Edgar. 2011. Eje cafetero desarrollo industrial. Ucaldas.Umanizales.