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Facultad Tecnológica
Proyecto Curricular:
Espacio académico Ética y Sociedad
FICHA DE LECTURA
Código 20171779056
Nombre Angie Tatiana Marentes Díaz
Número de 04
lista
Fecha de
Tema Ética del liberalismo: Locke- Hume elaboración 23/05/2020
de la ficha
Autor del texto Victoria Camps
Campo Ciencias Humanas, Filosofía
disciplinar
Libro X Revista_ Artículo_ Audiovisual_ Otro ¿cuál? _______________
Locke tuvo la lucidez y claridad mental para sentar las bases de un pensamiento liberal que ha
perdurado a lo largo de los siglos, sino que la propia vida de Locke fue un ejemplo de la libertad
que teóricamente defendió, es uno de los teóricos de referencia de la teoría del contrato social y
se propone es elaborar una teoría que legitime la autoridad política y al mismo tiempo establezca
los límites de la misma.
Por lo que para el poder político no se justifica a partir de herencias o privilegios, sino de un pacto
o contrato entre todos los hombres, hay una continuidad, no una ruptura, entre el estado de
naturaleza y la sociedad civil o política. No hay ruptura ni contradicción, pues nada
somete al hombre, sino que más bien es su propio consentimiento el que le lleva a
aceptar el orden político.
Otro factor a que él se refiere es considerar que la propiedad es un derecho natural porque así
lo constata, «los hombres tienen, desde que nacen, un derecho a su preservación, y, por
consiguiente, a comer y beber y a todas las demás cosas que la naturaleza les proporciona
para su subsistencia», Tal derecho natural a la propiedad es, a su vez, un principio moral
porque es la base de la libertad individual y ser libre significa capacidad de poseer, empezando
por la posesión de la propia persona sobre sí misma y sobre el fruto del propio trabajo.
Pero, ese derecho natural debe tener unas reglas de uso: que cada hombre se apropie
sólo de lo que pueda necesitar y usar, el objetivo del Gobierno es proteger el derecho de
propiedad de cada uno, remediando así las inconveniencias en que pueda desembocar
un desarrollo arbitrario del estado de naturaleza.
Pero existen aspectos negativos como que Dentro de la justificación de la política cabe la
protección de la propiedad, pero no la justicia distributiva, lo que quiere decir, ya que la
individualidad de unos sólo se consigue a costa de la falta de individualidad de los otros. La
libertad, por lo tanto, es privilegio sólo de unos cuantos, de los propietarios.
Otro aspecto que el propone es el de la tolerancia y esta se logra cuando existe, la convivencia
de todas las religiones en lugar de la pugna entre ellas por demostrar su verdad ya que la
coacción religiosa no se justifica nunca, por dos razones: una, que nadie está en posesión de la
verdad absoluta; dos, que la salvación religiosa sólo se obtiene a partir del convencimiento de
cada uno y no por imposición de otros y los límites de la libertad religiosa competen al
Estado. Éste debe establecer las fronteras que las religiones no deben traspasar.
Por otro lado Hume, plantea la convicción de que los juicios morales no son racionales, porque
la razón no motiva la acción, que es, en definitiva, el objetivo de los juicios morales, «La moral
se siente, no es objeto de juicio», para el la tesis de que el fundamento de la moral está en el
sentimiento y no en la razón; esta es inerte, no influye en la conducta, sirve para descubrir la
verdad o la falsedad, pero no mueve a actuar.
Hume también había de cuestionarse necesariamente la relación entre la realidad tal como es y
la percepción que tenemos de ella. En especial, cuando esa percepción incluye valores y
califica las acciones o las situaciones de buenas o malas, correctas o incorrectas; en dicho
sentido habrá de encontrarse la relación entre la realidad y el juicio moral, y es aquí en donde el
se detiene a estudiar el lenguaje moral, donde los juicios descriptivos o «de hecho» se expresan
con un «es», mientras que los juicios «de valor» se expresan con un «debe» ,a partir de esto
Hume está llevando al terreno de la moralidad dos de sus ideas más revolucionarias: la de la
causalidad y la identidad del sujeto no existen como hechos empíricos, Primero percibimos
«impresiones» sensibles (un color, una forma, un ruido) y la mente se forma «ideas» de tales
impresiones (vemos el cielo, unas nubes, oímos un trueno). Hume insiste en constatar que las
reglas de asociación son reglas del entendimiento, no son hechos ni son productos de la razón,
que se produce ante la percepción de una realidad es un afecto, un sentimiento, un afecto o
sentimiento de aprobación o desaprobación con respecto al hecho en cuestión. De ese
sentimiento nacen las reglas morales que tenemos: a lo que aprobamos lo llamamos «virtud», y
a lo que desaprobamos lo llamamos «vicio», el bien y el mal moral pertenecen a «acciones de
la mente y derivan de nuestra situación con relación a los objetos externos».
Y para terminar Hume entiende la justicia como una virtud imprescindible pero convencional. No
es contraria al sentido moral originario, pues éste incluye un sentido de la obligación del que
deriva la aceptación de la justicia, la justicia procede del sentido moral, pero no es una virtud
«natural», sino «artificial». relaciona la necesidad de la justicia con el derecho de propiedad, y la
describe, junto con la obligación de cumplir las promesas y la obediencia a la ley, la virtud de la
justicia determina las leyes que conviene obedecer sobre la base de que son útiles para el
conjunto de la sociedad. Las leyes derivadas de la virtud de la justicia son convencionales, pero
no en el sentido de que dependan de una promesa o contrato, sino de que dependen del interés
común o la utilidad pública. Nunca el poder político se ha originado en un contrato,
consentimiento o compromiso mutuo de todos los seres humanos.
La ética de la modernidad es una ética de los deberes, a diferencia de la ética antigua que era
una ética de las virtudes a la ética le concierne establecer las obligaciones que atan al individuo
con la sociedad en que vive. En definitiva, el lenguaje de la moral es el «lenguaje de la
humanidad», o debería llegar a serlo.