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El sistema de recolección de aguas residuales incluye todas las tuberías instaladas dentro del
edificio para conducir las aguas de desecho, las aguas pluviales, así como cualquier agua no
deseable en el edificio que debe ser conducida hacia un sitio de disposición de las mismas.
Las aguas pluviales o de tormenta, serán tratadas en una sección posterior, puesto que la
naturaleza de los fenómenos hidráulicos entre éstas y la recolección de las aguas residuales
son distintos; en el primer caso, el diseño se basa en consideraciones de flujo permanente, y
en el segundo es de tipo transitorio; por lo anterior, el diseño de cada uno de ellos es distinto e
independiente.
El sistema de ventilación consta de diversas tuberías que proporcionan un flujo de aire hacia
el sistema de recolección de aguas residuales con el objeto de evitar variaciones bruscas en
la presión, manteniéndose con esto los sifones o sellos de agua.
Los bajantes conducen las aguas residuales hacia el drenaje del edificio, el cual debe estar
por debajo del nivel de todas las tuberías de recolección de aguas residuales del edificio; éste,
finalmente, descarga las aguas residuales al sitio de disposición de las mismas.
Si los bajantes de aguas residuales no tienen un suministro continuo de aire, al ocurrir las
descargas de las aguas residuales se desarrollan presiones en las tuberías que arrastran los
sellos de agua de los sifones, con el consiguiente ingreso de malos olores al edificio. Por
tanto, se utilizan bajantes de ventilación que están conectados a los bajantes de aguas
residuales, así como a las ramificaciones horizontales de drenaje a fin de suministrar el aire
que sea necesario, para mantener la presión atmosférica. Asimismo, cada mueble sanitario
debe tener una ventilación individual que se conecta al bajante de ventilación. La figura 5.l.,
muestra un esquema general de un sistema de recolección de aguas residuales.
Posteriormente, describiremos cada uno de los elementos que lo integran.
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Como primera característica importante, debemos considerar que los sistemas de recolección
de aguas residuales en edificios, casi sin excepción, son sistemas no-presurizados o sistemas
de drenaje por gravedad; esto es, las tuberías no fluyen llenas o a capacidad total, por lo tanto
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no existen presiones hidrostáticas en el sistema. Los bajantes no deben fluir a más de una
tercera o cuarta parte de su capacidad, a fin de evitar fluctuaciones de presión excesivas o
ruidos en el sistema.
Sin embargo, la tubería de drenaje de un mueble sanitario podría fluir a su máxima capacidad
durante períodos cortos de tiempo, en tanto ésta descarga en el sitio en el cual está
conectada a una ramificación horizontal del drenaje o al bajante de aguas residuales, los
cuales fluyen a una tercera o cuarta parte de su capacidad. También los bajantes de aguas
residuales podrían fluir, ocasionalmente, a tubo lleno en los cambios bruscos de dirección de
los mismos, debido a la presencia de saltos hidráulicos.
A pesar de la presencia de los casos anteriores, el sistema de recolección de aguas
residuales es considerado en su diseño como un sistema que opera por gravedad.
Por tanto, es posible utilizar el criterio de Hunter aplicando la teoría de la probabilidad, a fin de
establecer, de manera similar a la unidad-mueble, una unidad-descarga que será utilizada
para el diseño de los diámetros de las tuberías del sistema de recolección de aguas
residuales. Es claro que mientras mayor sea el número de muebles en operación simultánea,
menor será la probabilidad de ocurrencia del evento.
La tabla 5.1. contiene los valores de unidades-descarga para diversos equipos y tipos de
muebles sanitarios, así como los diámetros mínimos de las tuberías para cada uno de ellos.
Con objeto que las aguas residuales puedan fluir libremente en el sistema de recolección del
edificio hacia el alcantarillado municipal y evitar, a la vez, el ingreso de malos olores, insectos,
etc. hacia el interior del mismo, debemos utilizar algún dispositivo hidráulico. Este dispositivo
es el conocido como sifón o trampa hidráulica; estas trampas son insertadas entre la tubería
de drenaje y el mueble sanitario. La forma más común de estas trampas es en U, y son
aproximadamente del mismo diámetro del drenaje del mueble sanitario que sirve. La figura
5.2. muestra un dispositivo de este tipo.
La salida de la trampa en forma de U, está a un nivel mayor que la base de la misma, donde
permanece un sello de agua una vez que el mueble sanitario ha descargado. Para lograr la
permanencia de este sello de agua, requerimos que las fluctuaciones de presión dentro del
sistema de recolección de aguas residuales debido a las descargas de los muebles sanitarios
sean mínimas en los puntos de confluencia de los drenajes horizontales con los bajantes a fin
de evitar la presencia de presiones negativas que originen la succión de dicho sello, con el
consiguiente ingreso de insectos, malos olores, etc.
Existen dos formas en que el sello sanitario es eliminado; ambos casos se conocen con el
nombre de sifonaje.
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Figura 5.2. Efecto sobre los sellos sanitarios debidos a la reducción de presión en el sistema de recolección de
aguas residuales un edificio
El primer caso, es aquél en el que las fluctuaciones de presión causadas por muebles
sanitarios del sistema, diferentes al sello sanitario en cuestión, originan una succión que
elimina dicho sello; este fenómeno se designa con el nombre de sifonaje inducido.
La forma en que ocurre el sifonaje inducido es como sigue: Los sellos sanitarios tienen dos
secciones, en las cuales el agua tiene el mismo nivel, siempre y cuando no existan descargas
o variaciones de presión esto es, en ambos lados actúa la presión atmosférica. Si ahora
consideramos una variación negativa de la presión en el bajante de aguas residuales, -Ap,
donde 'p tiene el siguiente valor:
donde:
se origina una succión en el lado del sello sanitario conectado al bajante de aguas residuales.
Cuando la presión negativa se hace cero, esto es, se logra la estabilización de las presiones,
solamente una parte del sello de agua original permanece; la columna de agua perdida se
muestra con la altura h1, y la que permanece, se muestra con hr. (Véase la figura 5.2.)
También puede darse el caso de presiones positivas en exceso, con lo que se origina un flujo
de la columna de agua hacia el mueble sanitario al cual está conectado el sello de agua.
El segundo caso, se produce cuando el sello sanitario es reducido debido a la descarga del
mueble al cual está conectado; se conoce con el nombre de autosifonaje. La forma en que
ocurre este fenómeno es más complicado que el caso anterior.
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Cuando un mueble sanitario tiene fondos planos, existe un prolongado "flujo de arrastre" que
permite que el agua del mueble sea drenado lentamente, con lo que se logra llenar
nuevamente el sello sanitario, pero en el caso del lavabo, debido a que el "flujo de arrastre" es
muy breve y rápido, no es fácil el llenado del sello sanitario.
Los drenajes de los lavabos y sus trampas sanitarias son usualmente de 32 mm. Cuando un
drenaje de este diámetro tiene una pendiente del 2% o mayor, tiene la capacidad adecuada
para conducir la descarga del lavabo sin llenar la sección transversal, permitiendo que el agua
ingrese al drenaje en la dirección de su eje, siempre y cuando se trate de gastos pequeños;
los gastos mayores al pasar por el sello sanitario son empujados verticalmente hacia arriba,
por lo que el agua se adhiere a la parte superior de la tubería de drenaje en el ingreso de la
misma, dando como resultado, en ese punto, el llenado total de la sección de la tubería; este
llenado total de la sección de la tubería del drenaje frecuentemente se extiende una distancia
considerable, y en algunos casos casi hasta llegar al bajante de aguas residuales. (Véase la
figura 5.3.)
El aire que es arrastrado por el "desagüe de excedencias" del lavabo pasa a la tubería de
drenaje en forma de burbujas, que son arrastradas en la parte superior de la misma. Si existe
suficiente aire en el agua, cuando la descarga del lavabo se detiene, las burbujas permiten al
agua separarse de la parte superior de la tubería de] drenaje, por lo que el efecto de pistón del
agua que podría ocurrir, es prevenido; pero si el agua continúa llenando la sección transversal
del drenaje, cuando la descarga del lavabo decrece, moviéndose aguas abajo, crea una
reducción de presión que succiona el agua del sello sanitario, de la misma manera que
sucede cuando se presenta el sifonaje inducido.
Por otro lado, si la corriente de agua que trata de ingresar al bajante, tiene una velocidad
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suficientemente alta, podría su flujo chocar con la pieza especial instalada en la unión de
dicho bajante y la tubería de drenaje del mueble sanitario, por lo que se llena en su totalidad la
sección de aquél. Entonces, al disminuir la descarga del lavabo, esta obstrucción actúa como
un pistón, empujando el aire en la tubería de drenaje del lavabo, por lo que se presentan
variaciones en la presión, dando origen a las condiciones que permiten la reducción del sello
sanitario.
La manera de evitar la pérdida de los sellos sanitarios es por medio de un adecuado sistema
de ventilación, que permita variaciones máximas de presión de 2.5 cm de columna de agua.
Estos sistemas serán tratados posteriormente.
El ingreso del flujo a los bajantes de aguas residuales se realiza a través de diversos
accesorios sanitarios como podrían ser tees de radio largo o yees. Cada uno de estos
accesorios permite que los flujos ingresen con una componente vertical hacia abajo de la
velocidad.
Dependiendo del gasto de ingreso al bajante, del diámetro del bajante, del tipo de accesorios
utilizados, del flujo descendente de los niveles superiores, etc. podría o no, ser llenada la
sección transversal del bajante en el sitio de entrada de flujos horizontales. Tan pronto como
ingresa el flujo al bajante, éste cae en la parte central del mismo siendo acelerado hacia abajo
por la acción de la gravedad, hasta que después de cierto recorrido forma una película que
cae en espiral pegada a las paredes de dicho bajante; esta lámina de agua continúa
acelerándose, siendo su espesor inversamente proporcional a su velocidad, hasta que las
fuerzas de fricción ejercidas por la pared del bajante sobre la misma igualan la fuerza de
gravedad.
A partir de este punto, si la longitud a la cual cae la lámina de agua es suficiente, ésta
permanece sin cambios en su espesor y su velocidad, hasta alcanzar la parte inferior del
bajante, siempre y cuando no se tengan flujos que produzcan interferencia en otros niveles.
En la parte central del bajante se tiene aire que es arrastrado conjuntamente con el agua, y
por tanto debe tenerse una fuente de suministro del mismo, a fin de evitar reducciones
excesivas de presión en el bajante. La forma usual de proporcionar aire es mediante la
utilización de tuberías de ventilación de bajante, que son secciones del bajante que se
prolongan por encima de la azotea a fin de permitir el acceso de aire; para que exista un
ingreso de aire, se requiere la existencia de una reducción de presión, que es proporcionada
por el arrastre del aire existente en el bajante al tener flujos de agua residual.
Durante la caída de la lámina de agua en el bajante, al pasar ésta en alguna intersección del
bajante con otra tubería horizontal, podrían tenerse flujos de agua que caen hacia la parte
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central de aire del bajante, dando como consecuencia dos masas de agua que caen
irregularmente: una lámina de agua pegada a la pared y otro flujo en la parte central del
bajante. El agua que fluye en la parte central del bajante, podría adherirse a la lámina de agua
pegada a la pared, si la longitud de caída es lo suficientemente amplia, de uno o dos niveles al
menos.
Cuando la lámina de agua que desciende en el bajante alcanza la base del mismo, ésta es
desviada generalmente con un ángulo de 90° hacia el colector del edificio; si el espesor de la
lámina de agua no es demasiado grande, ésta podría desviarse sin despegarse de las
paredes de la tubería, sin embargo, una vez que ha viajado una longitud máxima igual a 10
diámetros del bajante, se despega de la parte superior de la tubería del colector del edificio,
manteniendo una velocidad mayor que la existente en el flujo del colector; obviamente la
pendiente del colector del edificio no es la adecuada para mantener la velocidad del flujo de
agua que egresa del bajante, por lo tanto, su velocidad disminuye a la vez que incremento su
tirante de flujo, hasta que bruscamente llega a un nivel que casi ocupa toda la sección
transversal de la tubería del colector. Este fenómeno se conoce como salto hidráulico, es
decir, se tiene una sección de control al producirse un cambio de régimen supercrítico a
régimen subcrítico. (Véase la figura 5.5.)
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Así, el colector tiende a tener un flujo a tubo lleno hacia aguas abajo, con grandes burbujas de
aire que se mueven en la parte superior de la tubería. Si el colector es lo suficientemente
largo para conducir adecuadamente el flujo, la sección transversal del mismo es llenada hasta
un punto que se conoce como de "rebote" del agua. El salto hidráulico que se presenta tiene
un efecto importante en la presión neumática, puesto que al llenar el agua la sección
transversal de la tubería, se impide el libre paso del aire en esa sección, dando como
resultado un incremento de la presión en el bajante de aguas residuales.
De hecho, la presión en el bajante debe mantenerse en 2.5 cm, por encima o por debajo de la
presión atmosférica, en los puntos donde ingresa el drenaje de los muebles sanitarios al
bajante, si desean mantenerse los sellos sanitarios en el interior del edificio. Podrían
presentarse incrementos en la presión del bajante aún cuando no se tienen bloqueos totales
del flujo de aire, debido a la presencia de saltos hidráulicos en el colector del edificio; si
queremos evitar que las variaciones de presión excedan el límite máximo establecido de
variación, debemos suministrar aire al bajante, a fin de mantener las presiones lo más
cercanas a la presión atmosférica.
El flujo en los drenajes de los muebles sanitarios requiere atención especial; éstos descargan
a un drenaje, el cual cuenta con un sello sanitario entre el drenaje y dicho mueble. Así, la
determinación del diámetro del drenaje parece un problema muy sencillo, ya que éste
solamente debe conducir la descarga del mueble sanitario al que está conectado. Sin
embargo, debido al autosifonaje, es recomendable seleccionar un diámetro que no fluya a
más de la mitad de su sección transversal, con la descarga máxima que pueda presentarse.
A pesar de lo anterior, con el drenaje de un mueble sanitario no podemos, como en el caso de
los bajantes y los colectores, calcular simplemente el diámetro de la tubería que se requiere
para un gasto de diseño, para trabajar a un tirante máximo de media sección transversal. En
el drenaje de un lavabo, por ejemplo, que es capaz de conducir, en flujo permanente, cierto
gasto, podría presentarse en otra sección de dicho drenaje un flujo a tubo lleno. Las razones
para que esto ocurra es que la componente vertical del flujo al salir del sello sanitario,
favorece la adherencia del mismo a la pared superior de la tubería del drenaje, y una vez que
esto sucede, el aire no puede ser aspirado fácilmente, puesto que el flujo ocupa toda la
sección de la tubería, y la velocidad promedio es menor que la requerida para lograr un flujo
permanente. Por tanto, si el drenaje anterior está conectado a un bajante, el flujo que
descarga tiene gran posibilidad de llenar toda su sección transversal.
Así, dependiendo de las características de la descarga del mueble sanitario que sirve la
tubería de drenaje, el problema de flujo a tubo lleno, puede ser o no significativo.
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A continuación, en las figuras 5.7. y 5.8., mostramos las curvas de descarga de dos muebles
sanitarios: el WC de tanque y el fregadero de cocina, con y sin canastilla. El objetivo es
mostrar la forma en que se realiza cada una de las descargas; fueron escogidos estos dos
muebles, debido a la marcada diferencia en las curvas de descarga, lo que permite
ejemplificar de mejor manera los comentarios anteriores.
En ambas figuras se dibuja el gasto de descarga contra el tiempo; en el caso de la figura 5.7.,
que muestra el comportamiento de la descarga del WC, podemos observar que ésta alcanza
un valor máximo y a partir de ese punto, se tiene un descenso paulatino del flujo hasta llegar a
cero. Lo anterior nos indica que el flujo de arrastre al ser prolongado, permite restablecer el
sello sanitario con cierta facilidad.
Si revisamos la otra figura 5.8., que corresponde a la descarga de los fregaderos, ésta inicia
con un valor máximo que se mantiene durante cierto tiempo, para descender bruscamente a
cero; por tanto, el flujo de arrastre es demasiado rápido y breve, y por esta razón en
ocasiones se dificulta mantener el sello sanitario en la descarga de este tipo de mueble.
file://F:\cap5\CAP5.htm 03/10/2006
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Los estudios que se han realizado han mostrado que en los bajantes y los colectores de
edificios, se producen reducciones importantes de los gastos pico.
Este aplastamiento o reducción del gasto pico es debido, principalmente, al retraso del mismo
en el tránsito por las tuberías, así como al fenómeno de almacenamiento que puede darse en
los bajantes y colectores. Este efecto ha sido considerado en las tablas de diseño de bajantes
y colectores.
Una de las expresiones más utilizadas en el diseño de canales abiertos con flujo permanente
es la ecuación de Manning:
1 2 3 12
V R S
n
o bien:
1 2 1
Q AR 3 S 2
n
donde:
V = velocidad de flujo, en m/s
Q = gasto, en m3/s
A = área de flujo, en m2
R = radio hidráulico, en m
S = pendiente de la superficie de flujo, en m/m
n = coeficiente de rugosidad, que depende de la su-
perficie de la tubería, el diámetro de la tubería, etc.
El radio hidráulico, es la relación que existe entre el área transversal y el perímetro mojado de
la sección de flujo de la tubería. Para condiciones de flujo a tubo lleno y media sección, el
radio hidráulico es igual a D/4; por tanto, para la misma pendiente, la velocidad es igual a tubo
lleno y a media sección, variando únicamente el gasto, puesto que el área de flujo varía. Se
tienen tablas para el cálculo de este tipo de flujo.
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La velocidad mínima de arrastre en las tuberías debe ser de 0.60 m/s, a fin de evitar depósitos
de material suspendido proveniente de las aguas residuales, en las mismas. En las tuberías
horizontales, la pendiente controla la velocidad del flujo; es una buena práctica en el diseño de
las tuberías horizontales de drenaje mantener la mayor pendiente posible, por lo que mayor
será la velocidad, dando como consecuencia una mayor capacidad de arrastre de sedimentos
del flujo, lo que contribuye a mantener limpias las líneas de drenaje.
Las tuberías deben instalarse alineadas, paralelas a las paredes y con pendientes que
aseguren una velocidad mínima de 0.60 m/s. Para mantener la velocidad mencionada, debe
utilizarse una pendiente mínima de 2% para tuberías con diámetros menores o iguales a 3"; si
las tuberías tienen diámetros mayores a 3" la pendiente utilizada puede ser hasta del 1 %. En
los casos en los que por las condiciones del edificio, estas pendientes no puedan utilizarse,
las tuberías deberán tener pendientes que permitan una velocidad de 0.60 m/s.
Las tuberías deben seguir trayectorias que eviten su paso cerca de equipos o instalaciones
susceptibles de ser contaminadas por filtraciones de las mismas; asimismo, los cambios de
dirección y conexiones entre tuberías deben realizarse con piezas especiales que no
produzcan pérdidas excesivas de la energía y, consecuentemente de la velocidad, por lo que
deben evitarse los codos de 90°, prefiriéndose piezas especiales tales como los codos de 45°,
las yees, etc. Además de realizarse las conexiones de tuberías a 45°, las que se efectúan
entre las ramificaciones o drenajes horizontales o bajantes con los colectores del edificio
deben ser en la mitad superior de la tubería del colector, en la sección donde no se tiene flujo,
con objeto de evitar, retrocesos en el flujo de las aguas residuales, principalmente. (Véase la
figura 5.9.)
Figura 5.9. Conexiones entre ramificaciones de drenaje o bajantes y colectores del edificio
d) Durante los períodos en los que una o más ramificaciones horizontales no fluyen hacia
el bajante, su sección transversal está disponible para absorber sobrepresiones,
provenientes del colector del edificio.
Asimismo, deben instalarse registros de limpieza, de tal manera que las obstrucciones puedan
ser eliminadas sin necesidad de desmantelar o romper las tuberías. El diámetro del registro
de limpieza debe ser igual al diámetro de la tubería en la que se instala, siendo el diámetro
mínimo de 4".
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A fin de facilitar la selección del diámetro necesario para conducir las aguas residuales en
tuberías horizontales, cumpliendo las condiciones de velocidad y flujo por gravedad, se tiene
la tabla 5.2., que muestra el número máximo de unidades de descarga que puede conducir
cada diámetro de tubería.
Pendiente
0.5% 1% 2% 4%
2 21 26
2 1/2 24 31
3 20* 27* 36*
4 180 216 250
5 390 480 575
6 700 840 1000
8 1400 1600 1920 2300
10 2500 2900 3500 4200
12 3900 4600 5600 6700
15 7000 8300 10000 12000
*No deben conectarse más de 2 WC.
La tabla 5.2. muestra en su lado izquierdo los diversos diámetros comerciales disponibles y en
su parte superior las distintas pendientes que pueden utilizarse; en el interior de la tabla, el
número máximo de unidades de descarga que puede conducir cada diámetro de tubería en
función de la pendiente que se utilice.
Bajante es un término general para las tuberías verticales que pueden conducir aguas
residuales, llámense jabonosas o negras; aire, cuando se trata de ventilación, y sirve a los
muebles sanitarios de dos o más niveles de un edificio. En esta sección trataremos sobre los
bajantes de aguas residuales.
Este tipo de bajantes debe ser diseñado para trabajar a un valor máximo de un tercio de su
capacidad total o las fluctuaciones en las presiones del sistema podrían exceder de 2.5 cm de
columna de agua, con el posible desalojo de los sellos de agua.
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La lámina de agua, que es afectada por la fuerza de la gravedad y por el efecto de fricción de
la pared del bajante, es acelerada hasta alcanzar una velocidad en la que se equilibran las
fuerzas anteriores, siempre y cuando la distancia recorrida sea lo suficientemente larga. La
velocidad que alcanza cuando se llega al equilibrio de las fuerzas de gravedad y de fricción,
se conoce como velocidad terminal; la longitud en la que se alcanza se le designa como
longitud terminal.
Para obtener una expresión que nos proporcione la velocidad terminal, analizaremos una
masa de agua que cae, tratándola como un cuerpo sólido que desciende y que a la vez que
es acelerado por la fuerza de gravedad, su descenso es retardado por la fuerza cortante de
las paredes de la tubería del bajante.
Se parte de la siguiente ecuación diferencial que se basa en la 2ª ley de Newton (F=ma); por
tanto:
dv
m mg W 0Sd 1 'L
dt
donde:
dv SO
g d1v 3
dt 2Q1
2 gQ1
vt 3
S Od1
Experimentalmente, se ha obtenido que el valor de O es el siguiente:
k s 13
O 0.0303( )
T
Despreciando el espesor de la lámina de agua donde existe la velocidad terminal, así como
los términos de segundo orden, se llega a la siguiente expresión:
g 3 110 Q1 15
vt 4.43( ) ( )
ks d1
con vt, en m/s; g, en m/s2; ks, en mm; Q1, en lps y d1, en mm.
Uno de los materiales más utilizados en las tuberías de bajantes, es el fierro fundido;
obtendremos una expresión para la velocidad terminal en este tipo de tubería sustituyendo el
valor de ks=O.25298 mm, que corresponde a este material. Tenemos:
Q1 25
vt 10.072( )
d1
Q1 25
vt 2.762( )
d1
Otro valor de interés, es la distancia que debe caer la lámina de agua para alcanzar la
velocidad terminal; este valor se conoce como longitud terminal.
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dv dv
v
dt dz
donde dz es la distancia recorrida por la lámina de agua que cae a partir del punto de ingreso.
Figura 5.10. Velocidad terminal para bajantes de aguas residuales con tubería parcialmente llena
1 vdv
dz
g 1 O d1 v 3
S
2 g Q1
Si integramos la expresión anterior, obtendremos un valor infinito para la longitud terminal, Lt'
Esto es debido a que la velocidad se acerca asintóticamente al valor de la velocidad terminal,
y como consecuencia, la longitud terminal se obtiene en el infinito. A fin de obtener una
longitud terminal, aceptamos una velocidad terminal efectiva que corresponde al 99% de la
velocidad terminal real, evitando de esta manera que la longitud terminal llegue al infinito. La
expresión para la obtención de la longitud terminal es la siguiente:
Lt 0.171vt2
file://F:\cap5\CAP5.htm 03/10/2006
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Ambas figuras, nos dan una aproximación suficiente para el cálculo de la longitud y la
velocidad terminales, en bajantes de aguas residuales.
Figura 5.11. Longitud terminal para bajantes de aguas residuales con tubería parcialmente llena
El cálculo del diámetro de un bajante de aguas residuales puede ser muy complejo, debido a
la existencia de flujos en los que interactúan el agua y el aire. Con objeto de simplificar dicho
cálculo, se utilizan tablas que están en función de las unidades de descarga y del ingreso de
flujos horizontales en cada sección de bajante, por lo que definiremos algunos términos que
se requieren en el manejo de las mismas.
El término de sección de bajante, se define como aquella parte del bajante de aguas
residuales, que tiene una longitud mínima de 2.45 m, entre conexiones de tuberías
horizontales. Es importante limitar el número de unidades de descarga que pueden tenerse
por cada sección de bajante, a fin de evitar que el área transversal del bajante sea llenada,
con las consiguientes variaciones en la presión. La figura 5.12. ilustra esta definición.
La tabla 5.3. se utiliza para la selección de diámetros de los bajantes de aguas residuales.
Podemos definir en ella, tres secciones: la primera sección, que la forma la primera columna,
y proporciona el diámetro del bajante de aguas residuales; la segunda sección, formada por la
segunda y tercera columnas, que se utiliza para la selección de bajantes de aguas residuales
que tienen una altura máxima de tres niveles o tienen tres conexiones de ramificaciones
horizontales; y la tercera sección, formada por la cuarta y quinta columnas, utilizada para el
cálculo de los bajantes que tienen longitudes mayores a los tres niveles.
[3]
Tabla 5.3. Tabla para la selección de bajantes en función de las unidades de descarga
Número máximo de unidades de descarga que pueden conectarse a:
1 1/4 1 2 2 1
1 1/2 3 4 8 2
2 6 10 24 6
2 1/2 12 20 42 9
3 20** 30*** 60*** 16**
4 160 240 500 90
5 360 540 1100 200
6 620 960 1900 350
8 1400 2200 3600 600
10 2500 3800 5600 1000
12 3900 6000 8400 1500
15 7000
Por tanto, para obtener el diámetro de la tubería del bajante de aguas residuales que desaloja
cierto número de unidades de descarga, debemos seleccionar este valor o el inmediato
superior, en las columnas tercera o cuarta, según sea la longitud del bajante de aguas
residuales que se requiere diseñar. Una vez definido este valor, debemos verificar que las
ramificaciones horizontales no excedan los valores máximos de unidades de descarga
establecidas; en caso de que esto suceda, se tomará el diámetro inmediato superior como el
adecuado para el bajante.
Asimismo, para bajantes de aguas residuales con diámetros de 3 pulgadas, debemos verificar
que no se exceda el número máximo de descargas de los WC, que indica la tabla 5.3.
Si a los bajantes de recolección de aguas residuales, así como a las distintas ramificaciones
horizontales, no se les suministra un flujo continuo de aire pudiesen originarse, como ya
hemos mencionado, variaciones de presión en las tuberías, que desalojarían los sellos de
agua en los sifones; asimismo, podrían acumularse gases, dañinos a la salud, en bajantes y
ramificaciones. Por tanto, deben utilizarse tuberías de ventilación que suministren aire del
exterior a la presión atmosférica, conectándose a los bajantes y ramificaciones de recolección
de las aguas residuales, a fin de evitar los problemas anteriores. A continuación,
describiremos los tipos y componentes de un sistema de ventilación, y posteriormente, se
darán las indicaciones para realizar su dimensionamiento y características de instalación.
Se tienen varios tipos y componentes del sistema de ventilación para proteger los sellos
sanitarios del sifonaje y las variaciones indeseadas de presión. Mencionaremos algunos de
ellos:
Cada edificio debe tener al menos un bajante de ventilación; éste debe extenderse, sin
reducción de su diámetro, en toda su longitud desde la azotea del edificio, hasta su parte más
baja. Generalmente, el bajante de ventilación forma parte de la ventilación principal y es
fundamental para lograr una circulación adecuada de aire en todo el sistema de recolección
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Una ventilación del bajante, es una extensión de la tubería del bajante de aguas residuales
por encima de la ramificación horizontal más alta conectada al mismo, y que termina por
encima de la azotea del edificio.
Una ventilación individual es una tubería instalada para ventilar el sello sanitario de un mueble
conectándolo con el sistema de ventilación, generalmente un bajante, por encima de la salida
de los muebles servidos; la apertura de ventilación del mueble sanitario debe ser localizada
por encima de la parte más baja del final de la descarga en el sello sanitario. Para garantizar
una ventilación apropiada, se han establecido longitudes máximas de las tuberías de
ventilación que varían entre 0.75 m para diámetros de 1 1/4" hasta 3m para diámetros de 4".
A fin de reducir las longitudes de tubería utilizada, dos muebles sanitarios pueden ser
colocados, espalda con espalda, en lados opuestos de la pared, y suministrarles aire con una
sola tubería; este tipo de ventilación se conoce como ventilación común. En estos casos, los
muebles deben descargar de manera independiente, con entradas al mismo nivel.
Una ramificación de ventilación es una tubería que es utilizada para conectar una o más
ventilaciones individuales al bajante de ventilación o a la ventilación del bajante.
Una ventilación húmeda es una tubería que sirve tanto como tubería de drenaje de aguas
residuales, como de tubería de ventilación, siempre y cuando se trate de muebles sanitarios
distintos del WC y por lo tanto, solo permite el desalojo de pequeñas cantidades de unidades
de descarga. Este tipo de ventilación reduce la longitud de tubería requerida para ventilación
individual. Para poder utilizar este tipo de ventilación debemos cumplir con las siguientes
condiciones:
Las reglas son similares a las anteriores, con excepción de que los WC deben ser
ventilados y el diámetro mínimo de la ventilación húmeda es de 2". En los casos en que
los WC están conectados directamente a la ventilación húmeda en la mitad superior de
su descarga, con un ángulo no mayor de 45o, no requieren ser ventilados de manera
individual. Véase la figura 5.17.
Cuando existen grupos de muebles sanitarios similares instalados en batería, que descargan
en una ramificación de la red de recolección de aguas residuales, es común ventilarlos
mediante circuitos o anillos de ventilación.
El circuito de ventilación es una ramificación de la tubería de ventilación que sirve a dos o más
muebles sanitarios, y que va de éstos hasta conectarse con el bajante de ventilación.
Podemos combinar los anillos y circuitos, así como la ventilación común, para garantizar el
flujo de aire de manera continua en baterías de muebles sanitarios; una combinación de este
tipo se muestra en la figura 5.21.
a) Cuando el flujo de aguas residuales en un bajante tiene una desviación con un ángulo
de 90°, generalmente en la base del mismo, se tiene una tendencia a la disminución de
la velocidad del flujo, en su cambio de dirección vertical a dirección horizontal; lo
anterior, permite el desarrollo de un salto hidráulico, con la consiguiente obstrucción del
paso de aire, por lo que la presión se incremento en los sitios cercanos al cambio de
dirección, haciendo necesaria un ventilación de alivio. (Véanse las figuras 5.22. y 5.23.)
Figura 5.22. Ventilación de alivio en cambios de dirección del bajante de aguas residuales
Las aguas residuales son más pesadas que las espumas y fluyen fácilmente por las
tuberías sin arrastrar a éstas con el flujo. En consecuencia, las espumas se acumulan en
los sitios mencionados anteriormente, lo que ocasionalmente puede originar obstrucciones
en el flujo del aire, con el consiguiente riesgo de sifonaje en los sellos sanitarios; de ahí la
conveniencia de utilizar ventilación de alivio en las zonas de acumulación de espumas. La
figura 5.24., muestra las zonas de acumulación de espumas.
SECCIÓN 3 SISTEMAS DE RECOLECCIÓN Página 30
Otro componente de los sistemas de ventilación, son los cabezales de ventilación. Estos
tienen por objeto evitar los inconvenientes que se presentarían si cada bajante de aguas
residuales o de ventilación, tuviera una salida en la azotea para permitir el ingreso de aire del
exterior; por tanto, a fin de evitar lo anterior, que daría como resultado dificultades de tránsito
en la azotea, malos olores, problemas en la ubicación de las tuberías, etc., se realiza la
interconexión de los bajantes mediante tuberías horizontales, que en su extremo final tienen
una salida única al exterior, lo que facilita su ubicación, permitiendo por ésta el ingreso de aire
del exterior. Véase la figura 5.25.
SECCIÓN 3 SISTEMAS DE RECOLECCIÓN Página 31
Los cabezales deben ser diseñados de tal manera, que el diámetro utilizado permita la
adecuada ventilación de todos los bajantes de aguas residuales, en función de su longitud y
del número de unidades de descarga que conducen.
Es importante fijar también la distancia máxima que puede existir entre el vertedor de un sello
sanitario y la tubería de ventilación más cercana a fin de evitar la pérdida de los mismos. Esta
distancia se mide sobre la longitud de desarrollo, entendiéndose por ésta, la Longitud medida
en la parte central de la tubería de drenaje, considerando todos los accesorios instalados y
siguiendo los cambios de dirección. Véase la figura 5.26.
Figura 5.26. Distancia máxima entre el vertedor del sello sanitario y la tubería de ventilación
Esta distancia varía con el tipo de accesorio de conexión entre las tuberías de ventilación y de
drenaje, la pendiente de la tubería de drenaje y su diámetro. En términos generales, a mayor
pendiente de la tubería de drenaje, se favorece la ocurrencia del autosifonaje, especialmente
en los lavabos, por lo que esta distancia aumenta; a fin de evitar lo anterior, se han
SECCIÓN 3 SISTEMAS DE RECOLECCIÓN Página 32
Tabla 5.4. Distancia máxima entre el vertedor del sello sanitario y la tubería de ventilación
En esta sección trataremos algunos de los principios de mecánica de fluidos que son
relevantes en el flujo de aire, incluyendo espumas, en tuberías de ventilación. Estos principios
se refieren a las propiedades físicas y mecánicas del aire y las espumas y su aplicación en el
diseño de sistemas de tuberías de ventilación.
Las propiedades físicas y mecánicas del aire incluyen energía estática y cinética, densidad,
viscosidad y resistencia a la fricción. Estas propiedades tienen aplicaciones específicas en
relación con el flujo de aire en bajantes, ramificaciones y cabezales de ventilación.
Para cualquier análisis del flujo de aire en tuberías de ventilación, varias de las propiedades
físicas son de especial interés, pero especialmente la densidad, la viscosidad y la
compresibilidad.
Cuando un flujo ocurre, es natural que las características de adhesión y cohesión den como
resultado una resistencia interna al flujo; esta resistencia se conoce como viscosidad del
fluido. Esta es una propiedad medible que varía ampliamente de un fluido a otro, y en gases,
la viscosidad se incremento con la temperatura. El aire puede ser considerado un gas para su
análisis en las tuberías de drenaje y ventilación.
El aire es perfectamente elástico, esto es, cuando una presión es ejercida el volumen se
deforma, y cuando ésta es retirada, el aire regresa a su volumen original. En el sistema de
drenaje sanitario, solamente pequeñas variaciones de presión son permitidas, debido a la
limitación que existe en los sellos de agua que se conectan a los muebles sanitarios; por
tanto, el sistema de ventilación debe ser diseñado para permitir la admisión y expulsión de
aire en todas las tuberías, de tal manera, que los sellos de los muebles sanitarios se vean
sujetos a variaciones de la presión atmosférica de un máximo de 2.5 cm de columna de agua.
Para este cambio de presión tan limitado el correspondiente cambio volumétrico a la presión
atmosférica, determinado con base en la ecuación de los gases, es de 1/400 o menos. Por
tanto, debido a la limitada variación del volumen de aire en los sistemas de drenaje, las
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tuberías de ventilación deben ser diseñadas para permitir el flujo libre del aire y sin
compresiones del mismo, más que las necesarias para vencer las pérdidas por fricción.
En cualquier punto por debajo de la superficie libre del agua en reposo y expuesta a la presión
atmosférica, la presión es producida por la columna de agua que gravita sobre dicho punto;
ésta es igual en todas las direcciones y directamente proporcional al tirante de agua que
gravita sobre el punto mencionado.
Esta presión se expresa en términos de la columna de agua que gravita y nos referimos a ella
como presión hidrostática. Se expresa como sigue:
p = Jh
donde
p = presión hidrostática; J = peso específico del agua; y h = altura de la columna de agua.
La presión de aire y espumas también puede expresarse en términos de la columna de agua o
viceversa.
En tuberías de ventilación, las condiciones de flujo del aire pueden ser en líneas paralelas de
corriente o de flujo laminar cuando la velocidad es relativamente baja, tal como la que
prevalece cuando circula únicamente el aire por gravedad, a través del sistema de drenaje y
ventilación. Sin embargo, las condiciones de flujo del aire, se hacen turbulentas cuando se
tienen velocidades relativamente altas en las tuberías de ventilación, lo que ocurre cuando
éstas sirven para aliviar las variaciones de presión en el sistema de recolección de aguas
residuales.
VD
Re
v
ReD
V v
Considerando una viscosidad cinemática del aire para una temperatura media de 20oC, igual
a Q = 1.51 x 10-5, obtenemos con base en la ecuación anterior las velocidades críticas en
tuberías de ventilación, para los diámetros de 1 1/4", 1 1/2", 2", 2 1/2" y 3" de 0.95, 0.79, 0.59,
0.47 y 0.39 m/s, respectivamente. Los valores anteriores dan como resultado flujos de aire de
0.75, 0.90, 1.29, 1.50 y 1.79 l/s, respectivamente.
Cuando el agua fluye en contacto con el aire en un drenaje vertical u horizontal, existe una
fricción entre el aire y el agua; esto da como resultado que el aire sea arrastrado con el agua,
en la misma dirección. Sin embargo, cuando la sección transversal de la tubería es ocupada
totalmente debido a un incremento brusco en el tirante del agua, por un cambio de dirección o
por el ingreso de aguas residuales, el área disponible para el flujo de aire se ve reducida
considerablemente. Este efecto de disminución del área da como resultado una obstrucción
temporal al flujo de aire en tales puntos.
Sin embargo, si el aire es arrastrado por el agua hacia una zona donde existe una obstrucción
temporal del flujo, éste es acumulado en un volumen reducido del drenaje con el consecuente
incremento de la presión. Altas presiones se presentan en los puntos de restricción del flujo
de aire, disminuyendo conforme se alejan de los mismos.
Todo el aire que es arrastrado a lo largo del sistema de recolección de aguas residuales es
tomado de las secciones superiores del mismo; por tanto, se hace necesario suministrarlo a
medida que éste es arrastrado, a fin de evitar efectos indeseados.
El gasto a través de tuberías puede ser calculado utilizando la ecuación de continuidad, que
relaciona el área de la sección transversal y la velocidad de flujo en el punto analizado. Esta
relación se expresa como:
Q = VA
Q = 7.854 x l 0-4d2V
donde Q, es el gasto en l/s; V, es la velocidad del flujo en m/s; y d, es el diámetro de la
sección transversal de la tubería en mm.
La velocidad a la que el flujo del aire ingresa a partir de la atmósfera, es función de su energía
total disponible en la tubería de ventilación. La energía total es la suma de las energías
potencial y cinética del aire en movimiento.
La energía potencial, que es la presión o la carga ejercida por el flujo de aire contra la pared
interior de la tubería de ventilación, se conoce como presión de flujo.
El gasto máximo de aire que puede ingresar de una toma de aire a partir de la atmósfera,
puede expresarse como sigue:
qd = Cd qi
donde qd es el gasto de ingreso, en l/s; qi es el gasto ideal de ingreso en l/s; y Cd es el
coeficiente de descarga para la tubería de ingreso.
Operando, obtenemos:
J agua hagua
haire
J aire
De manera similar podemos obtener una expresión para los gastos de espumas,
considerando la expresión inicial del gasto y un peso específico de espumas Jespuma= 22.5
kg/m3. Lo anterior, nos proporciona una altura de columna de espumas de 1.11 m, por lo que
sustituyendo, se llega:
Analizando las dos expresiones anteriores de descargas podemos concluir, que el gasto de
espumas es 23.1 % menor que el gasto de aire.
Cuando el aire fluye a través de las tuberías de ventilación para aliviar la presión del aire,
producto del flujo de aguas residuales en las tuberías de drenaje, ocurre una pérdida continua
de presión en las tuberías, en la dirección del flujo. Esta pérdida es debida a la fricción
generada entre el aire en movimiento y la superficie interior de la tubería de ventilación,
debido a que existen condiciones de flujo turbulento.
Estas pérdidas de presión, dependen de diversos factores tales como las propiedades físicas
del aire, como su densidad y temperatura; la rugosidad interior de la pared de la tubería de
ventilación; la longitud y el diámetro de la tubería; la velocidad de flujo del aire en la tubería;
etc.
La fórmula de Darcy-Weisbach puede ser utilizada para calcular las pérdidas de fricción
debidas al flujo de aire en las tuberías de ventilación. La ecuación es la siguiente:
L V2
hf f
D 2g
SECCIÓN 3 SISTEMAS DE RECOLECCIÓN Página 37
y
L V2
hf
D 2g
fLQ 2
hf
d 2
( ) (7.854 x10 4 ) 2 d 4 (9.81)2
1000
Finalmente:
fLQ 2
hf
1.21x10 8 d 5
1.21x10 8 h f d 5
L
fQ 2
2.52 x10 8 d 5
L
fQ 2
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1.34 x10 8 d 5
L
fQ 2
De las expresiones anteriores, podemos observar que la longitud máxima de tubería en flujo
de espumas es menor en 5.32% en relación con la longitud máxima de tubería en flujo de aire.
La longitud máxima permisible de tubería se entiende como la longitud de una tubería en línea
recta sin accesorios, por tanto, puesto que los accesorios producen pérdidas de energía
adicionales, en caso de existir éstos en una tubería de ventilación deberán considerarse las
pérdidas de energía adicionales que producen; un método es utilizar la longitud equivalente de
los accesorios.
Existen tablas que proporcionan los valores anteriores, tanto de longitudes equivalentes como
de f, así como los criterios que se siguieron en su determinación.
Hemos mencionado anteriormente, que al descender las aguas residuales por los bajantes,
éstas arrastran el aire que se encuentra en la parte central de los mismos. En consecuencia,
a fin de evitar los problemas de desalojo de los sellos sanitarios, es necesario suministrar
flujos de aire, en la medida que éste es arrastrado, a través de los bajantes de ventilación.
Por lo general, para bajantes, el agua residual ocupa 6/24 y 7/24 de la sección transversal del
mismo; el resto de la sección transversal es ocupada por aire.
Presentamos la tabla 5.5., que considera los requerimientos de aire, para bajantes así como
para tuberías horizontales de drenaje.
[5]
Tabla 5.5. Requerimientos de aire en bajantes y tuberías horizontales de ventilación
La longitud máxima de bajantes de ventilación, con cierto diámetro para la conducción de una
cantidad definida de flujo de aire, se calcula con la ecuación que ya hemos mostrado:
2.52 x10 8 d 5
L
fQ 2
La longitud total que proporciona la ecuación anterior, debe entenderse como la suma de la
longitud de desarrollo del bajante de ventilación, medido desde su conexión al bajante de
aguas residuales hasta su salida a la atmósfera en la azotea, más la longitud total equivalente
de accesorios y piezas especiales existentes en su recorrido.
A fin de facilitar los cálculos de las tuberías del sistema de ventilación, se han elaborado
tablas, que se muestran en el siguiente inciso, para determinar los diámetros de las mismas
en función del número de unidades de descarga que conducen y su longitud de desarrollo
máxima.
Es importante aclarar que, las longitudes máximas permisibles de las tuberías de ventilación
proporcionadas por las tablas mencionadas en el párrafo anterior, son sensiblemente menores
que las obtenidas por el cálculo directo, mediante las ecuaciones mostradas anteriormente;
asimismo, las tablas fueron calculadas para flujos de aire, por tanto, en el caso de las
espumas, las longitudes proporcionadas por las tablas podrían ser mayores en cerca de un
5%.