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DEPARTAMENTO DE LETRAS

PROF. MARCELA QUEZADA ÁLVAREZ.


NOMBRE:
CURSO:

LITERATURA GÓTICA
Dentro del subgénero narrativo denominado novela, es preciso
distinguirla de la narración popular fantástica del folklore y de
los cuentos tradicionales de aparecidos, porque se desarrolla
fundamentalmente desde fines del siglo XVIII a la actualidad y posee
características distintas asociadas al movimiento estético conocido
como Romanticismo. En algunos manuales de literatura se hace referencia a la
novela gótica también como novela negra, si bien este término puede dar
lugar en la actualidad a equívocos.
Las características de este género pasan en primer lugar por una
ambientación romántica: paisajes sombríos, bosques tenebrosos, ruinas
medievales y castillos con sus respectivos sótanos, criptas y pasadizos bien
poblados de fantasmas, ruidos nocturnos, cadenas, esqueletos, demonios... Personajes fascinantes, extraños e insólitos,
grandes peligros y a menudo cándidas muchachas en apuros; los elementos sobrenaturales podían aparecer
directamente o solamente ser sugeridos. Estas ubicaciones y personajes, en tiempo y espacio, respondían a la demanda
de temas exóticos característica de la tendencia al medievalismo, el exotismo y el orientalismo propia de la
sensibilidad romántica.
El adjetivo gótico deriva de godo, y, en efecto, en el contexto de este subgénero literario, gran parte de las
historias trascurren en castillos y monasterios medievales. En sentido estricto, el terror gótico fue una moda literaria,
de origen fundamentalmente anglosajón, que se extendió desde finales del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX,
como reacción al Racionalismo. En la literatura de terror moderna los viejos arquetipos no desaparecieron totalmente.
El movimiento gótico surge en Inglaterra a finales del siglo XVIII. El renacimiento del gótico fue la expresión
emocional, estética y filosófica que reaccionó contra el pensamiento dominante de la Ilustración, según el cual la
humanidad sería capaz, solo en uso de la Razón, de llegar a obtener el conocimiento verdadero y la felicidad y virtud
perfectas; aunque el Romanticismo demostraría que tan insaciable apetito de conocimiento dejaba de lado la idea de
que el miedo podía ser también sublime.
Las narrativas góticas abundan entre 1765 y 1820, con la iconografía que nos es conocida: cementerios,
páramos y castillos tenebrosos repletos de misterios, villanos infernales, hombres
lobo, vampiros, doppelgänger (transmutadores, o doble personalidad) y demonios, etc..
Los ingredientes de este subgénero son castillos embrujados, criptas, fantasmas o monstruos, así como las
tormentas y tempestades, la nocturnidad y el simple detalle truculento, todo ello surgido muchas veces
de leyendas populares. La obra fundadora del gótico es El castillo de Otranto, de Horace Walpole (1765)
En los relatos propiamente góticos se advierte un erotismo larvado y un amor por lo decadente y ruinoso. La
depresión profunda, la angustia, la soledad, el amor enfermizo, aparecen en estos textos vinculados con lo oculto y lo
sobrenatural. La mayoría de los autores sostiene que el gótico ha sido el padre del género de terror, que con
posterioridad explotó el fenómeno del miedo con menor interés en los sentimientos de depresión, decadencia y
exaltación de lo ruinoso y macabro que fueron el sello de la literatura romántica goticista, y más énfasis en otros
elementos.

Características de la novela gótica


Según el ensayista César Fuentes Rodríguez, entre las características específicas de la novela gótica se encuentran las
siguientes:
 La intriga se desarrolla en un viejo castillo o un monasterio (importancia del escenario arquitectónico, que
sirve para enriquecer la trama).
 Atmósfera de misterio y suspenso (el autor crea un marco o escenario sobrenatural capaz, muchas veces por sí
mismo, de suscitar sentimientos de misterio o terror).
 Profecía ancestral (una maldición pesa sobre la propiedad o sobre sus habitantes, presentes o remotos).
 Eventos sobrenaturales o de difícil explicación.
 Emociones desbocadas (los personajes están sujetos a pasiones desenfrenadas, accesos de pánico, agitaciones
del ánimo tales como depresión profunda, angustia, paranoia, celos y amor enfermizo).
 Erotismo larvado (bajo la atmósfera de misterio laten conflictos amorosos mal resueltos y oscuros impulsos
sentimentales. El paradigma de la doncella en apuros es muy frecuente; los personajes
femeninos enfrentan situaciones que producen desmayos, gritos, llanto y ataques de
nervios. Se apela al sentido de compasión del lector presentando a una heroína oprimida
por angustiosos terrores que, normalmente, se convierte en el foco de la trama. Otro
paradigma insoslayable es el de la figura masculina tiránica; suele tratarse de un padre,
rey, marido o guardián que requiere de la doncella una acción indigna o inadmisible,
sea el casamiento forzado, el sacrificio de su castidad o alguna acción todavía más
siniestra).
 Falacia patética (las emociones de los protagonistas intervienen en la apariencia de las
cosas, o bien el clima que rodea una escena define el estado de ánimo de los
personajes).

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