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HORA SANTA TIEMPO ORDINARIO

“YO SOY EL PAN DE VIDA”

1. Canto de Entrada: Tomado de la mano con Jesús yo voy…


2. Espacio de adoración: En este momento entra el ministro revestido para la Hora santa y
expresa a Jesús Sacramentado una oración de exaltación por su grandeza y misericordia
para con cada uno de nosotros.
3. Espacio de Ofrecimiento: ¡oh Sacramento de misericordia! ¡Símbolo de unidad! ¡Vínculo
de caridad! Nos entregamos completamente a ti Buen Jesús, quien desea vivir en este
sacramento encuentra donde vivir y de que vivir; por la comunión de tu Cuerpo y Sangre,
los hombres somos vivificados. No desprecies la unión con nosotros tus fieles porque nos
perderíamos. Que como miembros de la Iglesia permanezcamos en Ti, vivamos en Ti junto
con el Padre y el Espíritu Santo y con la fuerza del Espíritu anunciamos tu evangelio en la
tierra para poder compartir un día el banquete del Reino de los cielos. Amén.
4. Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 24-35
5. Reflexión del Evangelio: Jesús descubre las intenciones de la multitud que le busca.
Quedaron saciados con el pan y los peces multiplicados milagrosamente. Y seguían
buscando a Jesús, porque les aseguraba el alimento corporal gratuitamente, sin esfuerzo
propio. Jesús pretende rectificar aquellas razones por las cuales la gente le buscaba. Y les
anima a buscar el alimento que dura y que da la vida verdadera. La gente pregunta a Jesús
por las obras que ellos pueden realizar para cumplir lo que Dios quiere. Y Jesús les
responde apuntando a una actitud más profunda: creer y confiar en Él, como Enviado del
Padre. La multitud, entonces, exige pruebas visibles, como la señal del maná, que sus
antepasados recibieron y comieron en el desierto. Jesús señala la gran diferencia entre el
maná, que no dio la vida total, y el Pan, que Él les ofrece.
Este Pan sí que da la vida verdadera, porque lo da el mismo Padre y viene del cielo. Este
Pan es el mismo Jesús, que viene al mundo como verdadero Pan, que da la vida eterna.
Jesús intenta motivar a la gente, para que siga en la búsqueda del verdadero alimento,
superando sus ansias de saciarse con un pan que no da la vida. El maná alimentó a sus
antepasados sólo corporalmente, ya que, al fin, murieron. El Pan que da Jesús es el
alimento total, que da la vida eterna. Yo soy el Pan de vida: A la gente que seguía pidiendo
el pan material, parecido al maná, Jesús se presenta con toda claridad: Yo soy el Pan de
vida. El que viene a mí no volverá a tener hambre; el que cree en mí nunca tendrá sed (v.
35).
Es la gran auto-afirmación de Jesús: Yo soy el Pan de vida. El Evangelio de Juan nos relata
varias auto-presentaciones que hace Jesús de su persona y misión, con las palabras: Yo
soy… Ya no hay duda ante la propuesta de Jesús. Ya no pueden soñar con el maná. Ya
tienen que buscar y aceptar el verdadero Pan. Es el mismo que multiplicó el pan material,
es el verdadero signo de que Él mismo se convierte en su alimento total, el gran signo de
que el mismo Dios está en este profeta llamado Jesús de Nazaret. No sólo les trasmite la
enseñanza de salvación. Sino que se ofrece como el verdadero alimento que les conducirá a
la Vida total en Dios. La gente, de algún modo, busca el alimento verdadero. Pide a Jesús:
Señor, danos siempre de ese pan (v. 34). Y Jesús los abre a la gran revelación: Yo soy el
Pan de vida (v. 35). Pero, al final, la multitud no comprende el valor de lo que les pide
Jesús: la fe. Y se queda sólo en su deseo de solucionar la necesidad material, el pan que
sacia el hambre corporal. No da el paso a la búsqueda por la fe del verdadero alimento, que
es Jesús. Si se alimentan de Jesús, ya no tendrán más hambre. Él es la satisfacción de toda
aspiración humana que busque con sinceridad a Dios. El que viene a mí no volverá a tener
hambre; el que cree en mí nunca tendrá sed (v. 35).

6. Preces:
En memoria de tu Siervo Jesús, que partió para nosotros el pan de su amor y derramó por
nosotros la sangre de su vida, y que ha hecho del servicio mutuo, del compartir y la
solidaridad los signos de un mundo nuevo, te rogamos, Dios Padre nuestro, que envíes el
aliento de tu Espíritu sobre nosotros, mientras decimos: R/ Que tu nuevo mundo venga a
nosotros.
• Que venga el mundo nuevo; que llegue el día en que los pobres ya no se vean en
necesidad ni se sientan rechazados por la sociedad; que venga el mundo nuevo, cuando
todos tengan suficiente alimento para comer. Que lleguen los días en que todos tengan un
corazón de pobre según el evangelio. Roguemos al Señor.
• Que venga el mundo nuevo cuando la gente no viva ya más de pan material solamente,
sino de la palabra de su Dios. Que lleguen los días en que los hombres no se callen ya más
ni enmudezcan con temor, sino que abran sus corazones para alabar a su Dios. Roguemos al
Señor.
• Que venga el mundo nuevo cuando todos sean llamados y acogidos como hijos de Dios.
Que lleguen los días en que la misericordia se muestre a todos, porque habrá justicia,
prosperidad y paz Roguemos al Señor.
• Que lleguen los días en que ya no haya más ni odio, ni rencor ni guerras; días en que los
pequeños y los débiles no sean ya más despreciados, sino que puedan ser tratados como
verdaderos hermanos y hermanas, viviendo en paz y trabajando todos por la misma paz y
por el bienestar. Roguemos al Señor.
Ministro: Padre de bondad danos la gracia de que el Espíritu de Jesús viva en nosotros, para
que tu mundo nuevo vaya tomando forma en nosotros y siga creciendo progresivamente.
Esta es nuestra súplica hoy, por mediación de Jesucristo nuestro Señor. Amén.
7. Momento de silencio: Es el momento para que la comunidad eleve su oración personal al
Señor Jesús y lo contemple y lo adore en silencio por unos minutos.
8. Canto: Alabado sea el santísimo sacramento del Altar…
9. Pautas para la meditación en silencio: para ayudarnos en la meditación y en la oración,
(después de cada frase y pregunta se hace un breve tiempo de silencio)
• Ahora las palabras de Jesús las dice para mí: Yo soy el Pan de vida para ti. Si comes de
este Pan no tendrás más hambre… Es Él la Palabra que alimenta, el Pan que da la vida.
Sinceramente, ¿lo creo así?
• ¿Cómo me acerco a Jesús, que está actual y vivo en la Palabra y en la Eucaristía?
¿Comulgo su Palabra y comulgo su Pan, con verdadera fe? ¿Cómo puedo mejorar y
aumentar la fe que necesito y que espera Jesús de mí?
• Jesús, aumenta mi fe. Para que anhele y desee la Vida que Tú me ofreces constantemente
y que la Iglesia celebra y nos entrega para saciar nuestra hambre y nuestra sed.
• Jesús, haz que los cristianos entendamos que en Ti está la Vida auténtica. Que no busquen
la realización de sus planes en los engaños, en pequeños gestos de religiosidad, sino que la
encuentren en el verdadero Pan, que eres Tú mismo.
• Haz que los fieles y los sacerdotes nos esmeremos en hacer crecer a los cristianos en su fe,
para que tengan apetito del verdadero Pan de la Palabra y de la Eucaristía.
•A Jesús que sigue ofreciéndose a sí mismo, como el alimento que te va a llenar y saciar
todas tus apetencias y deseos. A ti mismo, que buscas saciar tu hambre y tu sed en fuentes
que no te satisfacen. Haré resonar con frecuencia en mi interior la gran afirmación de Jesús:
Yo soy el Pan de vida (Jn 6, 35).
10. Oración para la comunión espiritual: Creo, Jesús mío, que estás presente, en el
Santísimo Sacramento del Altar; te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte dentro de mi
alma. Mas, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven espiritualmente a mi corazón.
No permitas, Jesús mío, que jamás me aparte y separe de ti. Así sea.
11. Canto Final y preparación para la bendición.

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