Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
TIEMPO
“Vive como si fuera el último día de tu vida.” “Si no es ahora ¿Cuándo?” “Hay que vivir
intensamente, no es un día más, es un día menos.” “Vive como si éste fuera el último día
de tu vida, porque el mañana es inseguro, el ayer no te pertenece y solamente el hoy es
tuyo.” “Carpe diem”
¿Les suenan estas frases? Las escuchamos seguido, ¿no? Capaz la primera impresión
que nos dan es “re sí, clave, que lindo mensaje, omg re motivadoras!”, porque así lo
parecen. Peeeeeero... si uno se pone a pensar un poco, a leerlas entre líneas, a tomarlas
con pinzas, vemos que presentan el tiempo como algo que simplemente se pasa, que no
nos pertenece. En algunas hasta se interpreta como enemigo... lo único que hace es
correr, se pasa, se va, se nos escapa de las manos, aaaaaah!! Pánico. Nos llena como de
una urgencia. Tenemos que hacer todo YA, tenemos que DISFRUTAR la vida, tenemos
que aprovechar para HACER LOCURAS, ahora que somos jóvenes. Viajar, hacer
COSAS DIVERTIDAS, tener NUEVAS EXPERIENCIAS, porque LA VIDA ES UNA SOLA
NDEEEEAH. Llenate de cosas, y no importa lo que sean, no importa si te hacen bien o
mal, sólo importa que no tengas ni un momentito para estar tranquilo, porque sino, no
lo estás aprovechando. YOLO.
Ahora… Ojo. Porque podríamos decir que el mundo en general tiene este concepto un
poco superficial de lo que es el tiempo y cómo sacarle provecho. Sí, está bueno hacer
cosas nuevas y distintas, que nos pongan contentos, viajar, disfrutar, aprender, probar,
desafiarnos... pero chomaso ver el tiempo solo como un enemigo que se pasa y nos
apura, o como que esos momentos son los únicos que valen y nos enriquecen.
Porque si nos ponemos a pensar… El tiempo en realidad es un regalo. TODO el tiempo
es un regalo. Sí, hasta esos momentos más chomasos que decís lpm quiero que esto
pase rápido o cuando la pasamos mal. Incluso en la monotonía que estamos pasando
ahora con esto de la cuarentena.
Es más, SOBRETODO ahora en este tiempo de cuarentena. Pensemos un poco en eso.
Pensemos en lo que nos dice el mundo: “No podés salir, no podés lograr nada.” “Sólo
podés quedarte en la cama, y ahí uno nunca hace nada importante.” “Ni siquiera podés
verte con tus amigos. Nada”. Aunque estemos hartos, ¿estos meses son realmente tiempo
perdido? ¿Qué te parece?
La verdad es que depende de vos. Obvio, esta situación no es lo que nos esperábamos
para este año. Nos sorprendió a todos. Pero no lo podemos controlar, está fuera de
nuestra mano. Lo que sí podemos controlar es lo que hacemos en este tiempo. Porque
la realidad es que NO siempre la vamos a pasar bien. No siempre vamos a hacer lo que
queremos, lo que pinte, relax, todo joia; si no que a veces nos va a tocar hacer lo que
Sipasus 2020 16/05
O sea posta, a quien le gustan los tiempos de espera, esas pausas. La mayoría de
nosotros nos preocupamos cuando estamos en tiempos de espera, nos estresamos, nos
quejamos, nos ponemos tensos, nos deprimimos. Es como estar eternamente en la
antesala del médico, esperando a que te llamen. ¡O estar esperando para rendir! Es
también como si fuera un silencio incómodo en medio de la compartida del temario. A
muchos nos genera ansiedad. El decir ‘bueno man ya está, ahora que pase algo, que
hable alguien’. Pero este silencio ‘incómodo’, así como los tiempos de espera, es clave.
Porque capaz sin ese silencio no podrían ustedes pensar bien qué decir, o dejar que cale
hondo algo que alguien más dijo y que lleguen al corazón sus palabras. Pensemos
también en cómo nos quejamos cuando las cosas no nos salen a la primera, y como eso
a veces nos bajonea de seguir intentando, hasta alejándonos de Dios porque "no nos
escucha". En este mundo de inmediatez, acostumbrados al "todo ya", es muy difícil
reconocer el regalo que Dios nos hace cuando no nos da lo que queremos
automáticamente. Es difícil ver a la espera como un tiempo para nutrirse y crecer.
La clave está en confiar un poco más en Él, en Sus tiempos. Confiar en que Él sabe más.
Porque cuando intentamos hacer que las cosas vayan por nuestra cuenta olvidándonos
de Dios, nos podemos frustrar una banda. Pero ojo... esto tampoco significa quedarnos
en el molde como una planta esperando que las cosas pasen por arte de magia. Sino que
va más al no dejar que la preocupación nos consuma, sabiendo que tenemos un Dios
que es nuestro papá, que nos ama, y nos cuida. Y que el tiempo de espera también está
hecho y está pensado por Él para ser muy aprovechado.
En Jesús podemos ver todo esto. El tiempo en el desierto fue un tiempo de preparación.
No fue tal vez es el más lindo, pero le sirvió para estar listo a salir, y el resto es historia…
Después Él también confió en Dios y sus tiempos “Padre, si es tu voluntad, aparta de mí
esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.” (Mt 22,42) Fijaaaaate si eso no es
confiar. Pero no por confiar se dejó estar. ¿Acaso Jesús esperó a que todos se
convirtieran mágicamente? Pfff. El salió, viajó, se acercó a la gente. ¡Él hizo milagros!
días se vuelven cada vez más monótonos. Es más, hay días que la monotonía va a ser
tan fuerte, que tal vez sientas te llena de tristeza, que se te estruja el corazón y te saca
la alegría, haciéndote enfocar solo en lo ‘malo’. Días en los que no podés hacer nada,
mucho menos algo bien. (Básicamente como si hubiera un Dementor siguiéndote por
todos lados). Pero tranquilo, que esos días nos pasan a todos y mucho más en
cuarentena. Estos días tal vez sean para mirar un poco para adentro, para pensar un
poco por qué estamos así, y qué podemos hacer para mejorar. Días para rezar. Días
para pedir ayuda al que siempre tenemos al lado. Para planificar cómo el día siguiente
vamos a dar todo de nosotros y pedirle que nos ayude a cargar esa cruz. Días que a los
ojos del mundo son perdidos, inútiles, pero como vimos el temario pasado, a veces
necesitamos un poco de inutilidad en nuestra vida. Necesitamos estos días de intenso
desierto. Días de crecimiento interior y con Dios.
Al final del cuento, el tiempo es un regalo. Nuestra vida, es un regalo. Bien lo decía el
maestro Oogway: “El hoy es un regalo, por eso se llama presente”. Pero para poder
aprovecharlo posta, es clave tener presente a Dios, que es lo más valioso de nuestro
tiempo, y de verdad que le da sentido a todo. A los momentos de espera, a los
momentos que la estamos pasando mal y también a los momentos de alegrías. A las
pequeñas cosas, a la rutina. Nada nos va a parecer monótono o hartante si lo tenemos
presente a Él y a la idea de que con cada cosa que nos pasa nos está queriendo decir
algo y conducir a lo que en definitiva más nos va a llenar y hacer felices. En definitiva, si
vivimos con FE.
Por eso el tiempo de espera no es algo que simplemente tenemos que esperar a que
pase. Es algo que realmente estamos llamados a usar. Llamados a aprovechar para
desarrollarnos, para crecer. Es clave en ese sentido considerar cada instante como una
oportunidad. Vos, ¿sentís que estás aprovechando este momento de espera?
Aunque nos parezca que no se puede hacer nada en los momentos de espera, en
realidad podemos hacer mucho. Podemos cultivar mucho. ¿Te suena un poco esto de
cultivar?
Rebobinemos un poco a la parábola de los talentos que leímos el otro día. En ella se
ilustra cómo Dios nos da talentos que cada uno debe trabajar para que rindan fruto,
para hacer mucho bien con ellos. Y al final Dios premió a los que trabajaron y dieron
frutos, y que retó al perezoso. Pero no lo retó porque tuviera pocos talentos, o porque
no los invirtiera de forma inteligente. Lo que le reprochó fue como desaprovechó el
tiempo y su vida. Porque, como vemos también en la historia, no todos los servidores
Sipasus 2020 16/05
arrancan al mismo nivel, ni con las mismas circunstancias. Algunos la tienen un poco
más fácil y ligan la ‘abundancia’ (5 talentos) y otros un poco más difícil y ligan menos (1
o 2 talentos). Pero lo que muestra la parábola es que en la vida, lo importante no es
tanto en sí lo que tenemos sino qué hacemos con lo que tenemos.
¿No viste que el Señor felicita por igual al que recibió cinco talentos (y los convirtió en
diez) como al que recibió dos (y los convirtió en cuatro)? Esto es porque los dos hicieron
todo lo que pudieron con lo que tenían disponible. Los dos lo aprovecharon al máximo.
En cambio, el que esconde sus talentos, por poco o muchos que estos sean, silencia su
potencial y se queda en el molde por miedo, y es muy triste como termina. En este caso
fue el miedo que lo detuvo al servidor para sacarle todo el jugo a los talentos que le
fueron dados. Se paralizó en la espera a que su amo vuelva. Pero hay muchas cosas que
a nosotros nos pueden trabar también para aprovechar el tiempo de darnos y
descubrirnos. El deprimirnos o no saber reconocer el valor de un tiempo de espera para
hacer cosas que nos llenen de verdad y nos acerquen a Dios para sacar la mejor versión
de nosotros mismos, puede ser una de ellas.
Por eso hoy queremos hoy detenernos (jeje) y pensar un segundito en el tiempo. En
aprovecharlo, en gastarlo en las cosas que nos hacen bien. Pero, a su vez, no es
tampoco para volverse loco. Un día para trabajo interior y con Dios es muy importante
cada tanto. Un día más tranquilo. Hay dos cosas más que nos puede decir la Biblia sobre
esto.
La primera, es en el Evangelio de Lucas (Lc 10,38-42). Básicamente Jesús visita dos
hermanas y, mientras una (Marta) se angustia y estresa por recibirlo y atenderlo bien,
la otra (María) se dedica a sentarse a los pies de Jesús y escucharlo. Marta le pide a
Jesús a que mande a su hermana a ayudarla con todo. ¿Y qué le responde? “Marta,
Marta, te preocupas y te inquietas por muchas cosas, cuando una sola es necesaria.
María escogió la mejor parte y no se la quitarán.” Alto centro sobre a qué es clave
dedicarle tiempo, ¿no?
La segunda se encuentra en el libro de Eclesiastés (Ec 3,1-8): “Todo tiene su momento y
cada cosa su tiempo bajo el sol: tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y
tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar y tiempo de sanar; tiempo de destruir y
tiempo de construir; tiempo de llorar y tiempo de reír; tiempo de hacer duelo y tiempo de
bailar; tiempo de arrojar piedras y tiempo de recogerlas; tiempo de abrazar y tiempo de
separarse; tiempo de buscar y tiempo de perder; tiempo de guardar y tiempo de tirar; tiempo
de rasgar y tiempo de coser; tiempo de callar y tiempo de hablar; tiempo de amar y tiempo de
odiar; tiempo de guerra y tiempo de paz.” Juju, pulentasa esa también.
Por eso queridos… ¡ÁNIMOS! ¡La cuarentena no es excusa para centrarnos en
nosotros, quejarnos y ponerle una pausa a nuestra vida cristiana! Al contrario, estamos
llamados a VIVIR este tiempo raro con más pilas que nunca. Nos dispongamos a vivir el
Sipasus 2020 16/05
hoy con ALEGRÍA aprovechando las oportunidades y las situaciones que nos toquen
vivir. Pero no porque "si no es hoy, ¿cuándo?", sino porque queremos vivir alegres de
verdad, viendo cada cosa como un regalo que nos da Dios. Porque Él, que nos ama, nos
regala el tiempo para ser libres, para amarlo y ser amados por Él. Para darnos a los
demás, para preocuparnos por el otro, el que tengo al lado, el que no tengo tan cerca
pero me puedo acercar con un mensaje, una llamadita. Para descubrir nuestros
talentos, y hacer que rindan fruto. Y para eso nos regala OPORTUNIDADES, ¡las
aprovechemos, aunque no sean como nosotros esperábamos! Nos adaptemos, nos
pongamos creativos. Porque así como nos regala pequeños detalles, momentos felices,
etc, también nos regala tiempos de espera, para PREPARARNOS para lo que se viene.
Mientras mejor aprovechemos estos días de espera para este encuentro y crecimiento
personal, para hacer cosas que nos gusten, para encontrarnos con nosotros, para
estudiar y ejercitar la responsabilidad, para estar con nuestra familia, para crearnos
buenos hábitos, etc, más ATR vamos a vivir lo que se viene.