Cuando escuchaba yo el canto del ave aliblanca En las flores blancas de un almendro lamentaba la tragedia Sucedida en la fiesta de la casa de Ramon Herrera.
Y fue cosa de lamentar como algunos lo creyeran
Por amor a una mujer dos hombres dieron pelea Iniciando una discusión por delicada belleza siendo asunto del destino que la inocente muriera.
Les contare como historia lo que vi desde la puerta
Con el ojo entredormido como Gavilán de sierra Contemplando aquel desorden como venado en ruedo Y lo que vino después de esta fiesta trágica.
Es una ley del provinciano darle la mano al que llega
El que esta adentro se atiende Y el que está afuera se ata Y con gran enredo se le abre el cerco Como si fuera un hermano que desde otras tierras viniera.
Y siguiendo este relato se desenvolvía la fiesta
En la granja de don Ramón un hombre de gran fortuna De esos viejos serranos que no tienen pelos en la lengua para decirle verdades a cualquier débil de escuela.
Se festejaba el cumpleaños en plena primavera
a una linda cholita como la flor de Azucena y fueron 15 los pétalos que a mí me dieran pena que fueran a marchitarlos abejas de otra colmena. Sonaban música de arpa sabanera Era la banda de viento anunciando la tragedia Recordaba a los Ayar y su oscura leyenda Cuando vi llegar dos hombres parecía que el diablo fuera.
Serían las 6 de la tarde paso la garza Blanca
Anunciando su canto que dieron la luz sus espermas Se escuchaba en la montaña lejana de aves peruanas Y del estéreo lejano se alzaban aves hermosas.
El relincho de caballos conmovió a la multitud
Amarraron sus monturas, acomodándole sueltas Se quitaron el sombrero, pero entraron con puntas Venían con el traje negro, revolver y cartuchera.
Saludando, entro el primero con ademan de fiereza
Se dirigió al artista manifestando una seña Fijo la vista al contorno como buscando discusión "Yo vengo de la Sierra compito con cualquiera"
Las nubes grandes del cielo dieron paso a las estrellas
Las brisas se disiparon dando a la luna más fuerza Que así cubrió a la sabana con más hilos de seda mientras que allá en la montaña se oía el ruido de la fiera.
Un muchachón bien guerrero con mirada de simpática
Se prendió de las maracas y con revuelto de muñeca Marcando la broma que broma pincha la pieza Metiendo furia y candela al fogón con leña seca.
"Yo soy Gavilán andino cuando me enfrento a la presa
Soy un toro salvaje que no lo alcanza la bestia Soy código de valor con ley de naturaleza Si me saludan saludo, si me la buscan la encuentran"
Con gritos y zapateos contesto la concurrencia
Las cholitas comentaban aquí comenzó la fiesta Los viejos se levantaron y tomaron la botella La gente se fue golpeando para escuchar la respuesta.
"Mi nombre lo tengo escrito con el poder y la fuerza
De estar oyendo mentiras tengo el buche llena Yo soy el hombre que en vida te llevara esta dama bonita de ojos azules a quien le brindan la fiesta"
Como si fueran espinas que a su corazón prendieran
Reviró aquel corpulento mostrando su corpulencia se pararon las maracas, no se movían las muñecas mirando a su competidor le respondió con fiereza
"Quien ha visto que un macho se deja quita una yegua
por un caballo robusto y para la venta de eso yo estoy muy seguro me atrevo a cerrar una apuesta Acomódese el sombrero cuñado, buen viaje y peseta"
Y no término la estrofa cuando se armó la pelea
Metieron mano a las armas a la luz de las espermas Querían demostrar con esto que el que menos corre vuela Y con el amanecer se dividieron las cuentas
El que prendió la pelea quedo mirando la puerta
Con un balazo en la frente fruto de su discusión Pero una bala de su arma una bala traicionera Perjudicaron los 15 albores de aquella flor azucena
Se fue oscureciendo el cielo y brillaban las estrellas
La Quena toco en lamento una pieza de banda de viento La música del huayno se oían gritos de bestia. Y por el inmenso valle cabalgaba a quien viniera
Con sin igual cobardía y como apostando carreras
Se fue dejando a un amigo que acompaño en la jarana Un jinete ajeno en la granja de santa helena Aborreciendo la vida del provinciano de estas tierras
Si a mí no me lo preguntan tampoco, suelto la sopa
El que no baila se sienta el que no va a misa peca Me gusta ser lo que soy para mostrar mi conciencia Sucedió en Tumbes, frontera con Ecuador.
Aquí termina el relato que mi memoria recuerda
Dicen que por cada año marcando la misma fecha Se ve una blanca figura de inigualable belleza Alejar los extraños de la granja de Santa Helena.