Sei sulla pagina 1di 4

Secretaría para las Misiones y Vocaciones – Hogares Nuevos – Obra de Cristo

Catequesis Nº 1: Yo Creo

Estructura de la reunión:

- Algunos cantos
- Lectura del tema
- Trabajo Grupal
- Oración todos juntos
- Decidir cuándo será la próxima reunión.

Introducción

¿Qué es creer? ¿Qué es la fe? ¿Es lo mismo fe que creer? (dar un poco de tiempo a los chicos para que respondan lo
que cada uno piensa).

Muchas veces pensamos que “fe” es lo mismo que “creer”. Por ejemplo, muchas veces, cuando nos preguntan si
creemos en Dios, contestamos que sí. ¿Pero qué significa creer? Es cuando yo pienso que lo que me dice alguien es
verdad. Lo interesante es descubrir que sólo se cree en lo que no se ve. Si alguien te pregunta: “¿Crees en la luna?”
Uno respondería: “¡No lo creo, lo sé, porque la veo todas las noches!” Y si alguien te pregunta, “¿crees que existen las
palomas?” Sería la misma respuesta, tan obvia... “no creo, lo sé”. Pero entonces, podemos decir que creemos lo que
no vemos. ¿Crees en la vida después de la muerte? Esa sí es una buena pregunta, porque no conocemos a nadie
que haya vuelto de la muerte a contárnoslo. Nadie excepto... ¿Quién? ... ¡Jesucristo! Él sí que volvió de la muerte, y
se apareció a muchos para que lo cuenten. Pero... ¿qué pasa si ellos lo cuentan, pero nadie les cree? ¿Qué pasa si
nos volvemos incrédulos? Vamos a leer la Palabra de Dios para que nos ilumine esta pregunta:

Evangelio según San Marcos

“Uno de ellos le dijo: «Maestro, te he traído a mi hijo, que está poseído de un espíritu mudo. Cuando se apodera de él,
lo tira al suelo y le hace echar espuma por la boca; entonces le crujen sus dientes y se queda rígido. Le pedí a tus
discípulos que lo expulsaran pero no pudieron». «Generación incrédula, respondió Jesús, ¿hasta cuándo estaré con
ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo». Y ellos se lo trajeron. En cuanto vio a Jesús, el
espíritu sacudió violentamente al niño, que cayó al suelo y se revolcaba, echando espuma por la boca. Jesús le
preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que está así?». «Desde la infancia, le respondió, "y a menudo lo hace caer
en el fuego o en el agua para matarlo. Si puedes hacer algo, ten piedad de nosotros y ayúdanos» «¡Si puedes...!»,
respondió Jesús. «Todo es posible para el que cree». Inmediatamente el padre del niño exclamó: «Creo, ayúdame
porque tengo poca fe». Al ver que llegaba más gente, Jesús increpó al espíritu impuro, diciéndole: «Espíritu mudo y
sordo, yo te lo ordeno, sal de él y no vuelvas más». El demonio gritó, sacudió violentamente al niño y salió de él,
dejándolo como muerto, tanto que muchos decían: «Está muerto». Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y el
niño se puso de pie.” (Mc 9, 22-27)

1
Secretaría para las Misiones y Vocaciones – Hogares Nuevos – Obra de Cristo

La fe: don de Dios

¿De dónde viene el creer? ¿Creer es una obligación? Para nada. El evangelio nos muestra cómo Jesús hace nacer la
fe en los hombres, sin forzarlos jamás. El hombre que le pide que sane a su hijo le dice: “si puedes curarlo”. Jesús le
responde que todo es posible para el que cree. Entonces el hombre hace un acto de fe al mismo tiempo que pide a
Jesús ayuda porque tiene poca fe.

Así descubrimos que la fe es un don que Dios nos da. Es el Espíritu Santo el que nos otorga la fe. Pero a la vez, creer
es un acto libre del hombre como respuesta a la gracia que Dios le concede.

¿Qué quiere decir esto? Que Jesús es el que nos regala la fe. Todos o muchos de nosotros de nosotros recibimos la
fe por medio de nuestros padres. Ellos fueron instrumentos que Dios usó para regalarnos la fe. Nadie puede darse la
fe a sí mismo. Es un regalo. Jesucristo mismo nos la dio para nuestro bien.

Decíamos al principio: ¿Cuál es la diferencia entre la fe y el creer? Ahora que lo escuchamos podemos dejarlo clarito:
este hombre tenía poca fe, pero se encontró con Jesús, y Él le regaló la fe. “Todo es posible para el que cree” le dijo
Jesús. “Creo, pero ayúdame porque tengo poca fe” le respondió el hombre. En definitiva, la fe viene del encuentro
profundo con Jesucristo: Él es el único que nos regala la fe. Y al encontrarnos con Él, no podemos dejar de creer en
Él. Y no se trata sólo de esto, lo más importante no es creer en Él sino creerle a Él. La fe es creerle a Jesucristo, es
dejar que Él llegue a nuestra vida y hacernos sus amigos.

Encuentro y Amistad con Cristo

Cuando alguien tiene un amigo al que quiere mucho, pasa tiempo con él, le cuenta sobre su vida, sobre sus cosas, las
lindas y las cosas que le cuestan. Un verdadero amigo es leal, y siempre tiene presente a su amigo, cuando está
cerca y cuando está lejos. Cuando nos encontramos con Cristo, y descubrimos su amor, su amistad verdadera, no
podemos volver a alejarnos de Él. Él está presente siempre, y constantemente nos ofrece sus regalos.

Ésta misión que pasó, tuvo como objetivo una sola cosa: Que todos podamos tener un encuentro fuerte con Cristo.
Experimentar el encuentro con Cristo se puede dar de muchos modos. Puede ser como en el caso de San Pablo, un
instante en que hay un encuentro muy fuerte. Puede ser también una relación con él, que en un momento
determinado comienza a ser íntima y se va profundizando de a poco hacia un gran encuentro, que de alguna forma
hace descubrirlo a Cristo como Alguien que tiene algo que ver conmigo, cercano.

La conversión de la que hablábamos en la misión es dejar la relación con un Cristo lejano para asumir a un Cristo
dentro de uno. Por lo tanto siempre tiene que haber un momento. Al descubrirlo como persona, comenzamos a
dialogar con Él y a escucharlo. Éste encuentro no es algo sentimentaloide: “¡encontré a Cristo!, y a la semana
siguiente… ‘chau Cristo’”. Tampoco hay que desesperarse. Abre el corazón, simplemente. Tal vez se dé plenamente
ese encuentro a los 80 años, no se sabe cuándo. Pero si se lo está buscando, seguramente que lo encontraremos.

Son dos verdades: 1) el encuentro definitivo y profundo con Cristo se dará en un momento o ya se dio, pero el estar
buscándolo es estar encontrándolo. 2) No hay nada que impida el encuentro con Cristo. Solamente una cosa: el

2
Secretaría para las Misiones y Vocaciones – Hogares Nuevos – Obra de Cristo

querer cerrarse en sí mismo. Cuando uno se cierra en sí mismo no lo encuentra a Jesucristo. Por eso es importante
que no tengamos heridas en el corazón, que las sanemos, que perdonemos. Porque las heridas de nuestro corazón
nos llevan a ser egoístas, a cerrarnos en una especie de cáscara con el riesgo de quedarnos adentro.

No hace falta ser un teólogo para hablar con Cristo, simplemente es necesario un corazón sencillo. Cuando uno ha
experimentado el trato con Jesucristo, necesita encontrarse frecuentemente con Él, como decíamos con un amigo.
¿Qué pasa cuando no vemos a un amigo por muchos años? Empezamos a olvidarlo. ¡Que no pase eso con nuestra
amistad con Cristo, sino busquémoslo cada día, en nuestra oración, y cada semana en la Misa o la Celebración de la
Palabra!

Al principio hablábamos de la fe. Luego de encontrarnos con Cristo, ya no creemos porque otro nos contó, o porque
tengo miedo a un castigo. Yo digo “Creo” porque me encontré con Jesucristo. Y éste encuentro cambia nuestra vida.
Ya no será la de antes.

Si creo en Dios: Pienso diferente, hablo diferente y actúo diferente.

Trabajo Grupal:

1- ¿Cuál es la diferencia entre creer o no creer?

2- ¿Qué me dice Dios a mí con este tema que hemos visto? (¿Cómo actúo en diferentes momentos, en la casa,
la escuela, el club, las salidas, si creo o si no creo en Dios?)

3- ¿Qué desafíos tengo en mi vida para actuar como alguien que se encontró con Cristo?

4- ¿Qué deberíamos cambiar?

3
Secretaría para las Misiones y Vocaciones – Hogares Nuevos – Obra de Cristo

Oración: Oración:
Señor, Señor,
vos que viniste a nosotros, vos que viniste a nosotros,
nos diste el gran regalo nos diste el gran regalo
de encontrarte en ésta misión, de encontrarte en ésta misión,
ayudanos a tener una fe fuerte, ayudanos a tener una fe fuerte,
para que no olvidemos tu rostro. para que no olvidemos tu rostro.
Que sepamos que vives Que sepamos que vives
dentro de nuestro corazón, dentro de nuestro corazón,
y en cada persona a nuestro alrededor. y en cada persona a nuestro alrededor.
Que podamos encontrarte en la oración, Que podamos encontrarte en la oración,
Y así descubrir que estás con nosotros Y así descubrir que estás con nosotros
a cada instante, como un amigo fiel. a cada instante, como un amigo fiel.
Danos la gracia de ser amigos tuyos Danos la gracia de ser amigos tuyos
y de no alejarnos más de vos, y de no alejarnos más de vos,
permaneciendo juntos en comunidad permaneciendo juntos en comunidad
que es la mejor manera de estar junto a vos. que es la mejor manera de estar junto a vos.
Amén. Amén.

Oración: Oración:
Señor, Señor,
vos que viniste a nosotros, vos que viniste a nosotros,
nos diste el gran regalo nos diste el gran regalo
de encontrarte en ésta misión, de encontrarte en ésta misión,
ayudanos a tener una fe fuerte, ayudanos a tener una fe fuerte,
para que no olvidemos tu rostro. para que no olvidemos tu rostro.
Que sepamos que vives Que sepamos que vives
dentro de nuestro corazón, dentro de nuestro corazón,
y en cada persona a nuestro alrededor. y en cada persona a nuestro alrededor.
Que podamos encontrarte en la oración, Que podamos encontrarte en la oración,
Y así descubrir que estás con nosotros Y así descubrir que estás con nosotros
a cada instante, como un amigo fiel. a cada instante, como un amigo fiel.
Danos la gracia de ser amigos tuyos Danos la gracia de ser amigos tuyos
y de no alejarnos más de vos, y de no alejarnos más de vos,
permaneciendo juntos en comunidad permaneciendo juntos en comunidad
que es la mejor manera de estar junto a vos. que es la mejor manera de estar junto a vos.
Amén. Amén.

Potrebbero piacerti anche