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Resulta curioso, sumamente curioso, que en un momento donde hay una polarización mediática,
un grupo de más de 60 ciudadanos hayan enviado una carta acusando a Carmen Aristegui de parcialidad
informativa.
En su misiva, impugnan a una serie de comentaristas, quienes llevan largo tiempo participando
en el espacio que conduce y difunde la periodista, con el mayor número de distinciones nacionales e
internacionales en México, y la cual desde sus inicios impulsó y dio espacio a los mexicanos que no
tenían opciones para difundir sus problemas, inquietudes, reclamos y la reivindicación de sus anhelos
por una nación diferente.
Señalar a comentaristas del programa de Aristégui, con cuyas opiniones no están de acuerdo, y
querer significar con ello que Carmen ha dado un giro en su forma de presentar, desmenuzar y encarar la
información es, cuando menos, un despropósito.
Quienes acusan de parcialidad a varios de los que están en el programa con Aristegui, no
entienden que todos somos partidarios de algo, subjetivos y con cierta tendencia, la que defendemos
según el criterio de cada uno. Por lo tanto, esgrimir que ello no es así es ocultarse en un falso periodismo
“objetivo”, el cual no existe ni ha existido.
Quienes suscribimos esta misiva, nos solidarizamos con Carmen Aristegui, quien abrió los
micrófonos de la radio y la televisión a costa de su integridad, a quien ahora se le quiere hasta investigar
en su vida privada. No siempre coincidimos con lo que escuchamos en Aristegui Noticias. Pero ello hace
enriquecer la discusión, el debate y las ideas para construir un mejor país.
Apoyar Aristegui Noticias y los empeños de una profesional para abrirse paso en este mundo del
mal periodismo, es loable, e incluso se pueden hacer críticas válidas, pero no erigirse en jueces de la
información en México. Pretensión que nadie debe atribuirse de ninguna manera.